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TEMA: EL TRABAJO. TEXTO: «Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas» (Eclesiastés 9:10).

INTRO: Las personas generalmente tienden a dos extremos: o trabajan tan poco como sea posible porque su trabajo es
desagradable, o tienden a trabajar todo el tiempo porque se convierte en algo demasiado importante para ellos. La
Escritura afirma el valor del trabajo, pero enseña que debemos tener un equilibrio. Con el fin de encontrar satisfacción y
equilibrio en nuestro trabajo, necesitamos comprender lo que la Biblia enseña acerca del mismo.

UNA PERSPECTIVA BÍBLICA DEL TRABAJO

 Dios instituyó el trabajo Génesis 2:15). Es un don de Dios que debemos administrar.
 A pesar de lo que muchos piensan, el trabajo se creó para beneficio del hombre.
 Nos permite proveer para nuestro bienestar material.
 Está diseñado para desarrollar nuestro carácter, habilidades, destrezas, entre otros valores.
 Es un camino para experimentar una relación más íntima con el Señor y con otras personas.
 Es tan importante que en Éxodo 34:21 Dios estableció un día de descanso.
 Pablo dijo: «Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma» (2 Tes. 3:10).
 De acuerdo con las Escrituras, toda clase de trabajo es digno.
LA PARTE DE DIOS EN EL TRABAJO. Las Escrituras nos revelan tres responsabilidades determinadas que Dios tiene con el
trabajo:

1. Dios da las habilidades (Éx. 35:1-6) Dios nos ha dado a cada uno habilidades únicas. Las personas tienen muchas
habilidades diferentes, destrezas manuales y capacidades intelectuales. No es que una persona sea mejor que otra, sino
que cada quien ha recibido diferentes habilidades.

2. Dios da el éxito. La vida de José es el ejemplo perfecto: «Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero… (Gén39:2-
3). Como podemos ver, cada uno de nosotros tiene ciertas responsabilidades, pero tenemos que reconocer que es Dios
quien da el éxito.

3. Dios controla los ascensos. Aunque lo sorprenda, no depende de su jefe el que lo asciendan o no. (Gn 39:4)

NUESTRA PARTE EN EL TRABAJO. Todos nosotros tenemos ciertas responsabilidades relacionadas con nuestro trabajo.

Como empleados u obreros: Trabaje duro. Consideremos el ejemplo de Rut: Rut 2. (resumen del contexto Rut 1.1-6, 22)
 Laboriosa o Diligente. Prontitud, cuidado en ejecutar una cosa (v 2-3, 15,17) (Pr 12:27).
 Honesta. Decencia y moderación en la persona, en acciones y palabras (V 5- 7)
 Fiel. Corresponde a la confianza puesta en ella (v 8, 23) El empleado piadoso debe proponerse la meta de ser
fiel y excelente en su trabajo, y trabajar duro para alcanzar esa meta.
 Honra a su patrón. (v 10) (1 Pe 2:18) le muestra respeto y consideración
 Agradecida. (v 13) ¿Cuáles de estas cualidades tenemos? ¿A qué patrono no le gustaría un obrero así?

Las Escrituras nos revelan que en nuestro trabajo servimos al Señor y no a los hombres. (Colosenses 3:23-24). También
Jesús está buscando obreros para trabajar en su mies. (Lc 10:2) Que sean diligentes. (Ro 12:11). ¿Estás dispuesto a ir?

Como empleadores o patronos. Considerando el ejemplo de Booz

Trata bien a sus empleados. (v 4, 8, 12,14) tratar con justicia y con dignidad genuina. (Colosenses 4:1).

Buen comunicador (V 9, 15) Es responsabilidad del empleador asegurar que sus empleados sepan lo que se espera de
ellos en su trabajo. Hace que sus empleados le rindan cuentas (V 5)

Remunera con un salario justo a sus empleados. Se les advierte a los empleadores que deben pagarles un sueldo justo a
sus empleados y también se les manda que paguen los salarios puntualmente en la fecha acordada. (Dt 24:14-15).

Conclusión: Si te has sentido desanimado o quizás agobiado con el trabajo que realizas, Jesucristo te hace una invitación
Mt 11:28
CONTRASTE

La sociedad dice: Trabaje lo menos que le sea posible, porque el trabajo es desagradable; o trabaje todo lo que sea
posible, porque su trabajo es lo más importante que hace.

Las Escrituras dicen: Trabaje como para el Señor, teniendo como su norma la excelencia. Trabaje duro, pero no en
exceso.

COMPROMISO

Evalúe en oración sus actitudes acerca de su trabajo y el cumplimiento de éste, de acuerdo con lo que enseñan las

Escrituras. Para ayudarse a descubrir áreas que necesitan cambios, hágase las siguientes preguntas:

1. ¿Soy perezoso? o ¿Trabajo duro?

2. ¿Estoy tratando de hacer demasiado?

3. ¿Puedo hacer mi trabajo a un nivel de excelencia como para el Señor?

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