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MISTERIOS DEL

ROSARIO

La Señal de la Cruz

Por la señal de la Santa


Cruz, de nuestros
enemigos líbranos,
Señor Dios nuestro. En
el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.

Acto de Contrición

Señor mío
Jesucristo, Dios y
Hombre verdadero,
Creador y Redentor
mío, por ser Tú quien
eres, y porque te amo
sobre todas las cosas,
me pesa de todo
corazón haberte
ofendido. Quiero y
propongo firmemente
confesarme a la
brevedad. Ofrezco mi
vida, obras y trabajos
en satisfacción de mis
pecados. Y confío en tu
bondad y misericordia
infinita, que me los
perdonarás y me darás
la gracia para no
volverte a ofender. Así
lo espero por
intercesión de mi
Madre, nuestra Señora
María Santísima e
Inmaculada. Amén.

Ofrecimiento del
Rosario

Dios, Padre
Misericordioso, dirige
y acepta mis
pensamientos,
palabras y obras. Y Tú,
Virgen Santísima,
dame la Gracia de rezar
con devoción y amor
este Santo Rosario, el
cual ofrezco
especialmente en
reparación por todas
las ofensas cometidas
contra los Corazones
de Jesús, María y José,
y para que se acelere el
Triunfo de Sus
Corazones. Le pido a
mi Ángel de la Guarda,
a todos los Ángeles y
Santos del Cielo y a las
Almas del Purgatorio,
que me ayuden a rezar
este Santo Rosario.
Deseo unirme a las
intenciones de la
Santísima Virgen, a las
del Papa y a todos los
Rosarios que se están
rezando en este
momento en el mundo
entero, y pedir:

Por la conversión de
nosotros, los
pecadores, por la paz
del mundo y la unidad
de las familias; por la
salvación de todas las
almas, y para que Dios
Padre detenga el curso
de la guerra y nos
conceda la Gracia del
verdadero Amor y
perfecta Obediencia a
Su Voluntad.
Por la paz y la unidad
de la Iglesia y de todos
los Cristianos; por el
Papa, los Obispos,
Sacerdotes, Religiosos
y por todo el laicado en
general, para que
seamos preservados de
las fuerzas del mal; por
la salvación de las
almas Consagradas, la
Santificación del Clero,
y para que el Señor
suscite los apóstoles de
los últimos tiempos.

Por los gobernantes


de todas las naciones,
para que administren
en favor de la paz y la
justicia social; por la
conversión del corazón
del mundo, para que la
humanidad reciba una
iluminación de
conciencia, y para que
Jesús calme la
naturaleza y las
naciones sean
preservadas de
inundaciones,
terremotos, volcanes,
devastaciones y
guerras.

Por todos los


atribulados que sufren:
Tristes y oprimidos;
explotados y vejados;
hambrientos y
abandonados;
refugiados y
damnificados; presos y
secuestrados;
perseguidos y
desterrados;
torturados y violados;
heridos y enfermos;
alcohólicos y
drogadictos; dementes
y posesos; moribundos
y agonizantes, para que
sean consolados y
salvados.

Por el eterno
descanso de las
benditas Almas del
Purgatorio,
especialmente por las
más necesitadas y por
los ancestros de
nuestra familia. Por la
liberación de todas las
maldiciones
ancestrales y para que
Satanás sea arrojado
nuevamente al
infierno.

GOZOSOS, se
rezan los lunes y
sábados, y los
domingos de
Adviento y los
domingos desde la
Epifanía hasta la
Cuaresma
1° De la encarnación
del Hijo de Dios.
2° De la Visita de la
Santísima Virgen a su
prima Santa Isabel.
3° Del Nacimiento del
Hijo de Dios en el
portal de Belén.
4° De la presentación
de Jesús en el Templo.
5° Del Niño Jesús
perdido y hallado en el
Templo.

DOLOROSOS, se rezan
los martes y viernes, y
diariamente desde el
miércoles de ceniza
hasta el sábado de
Gloria.
1° De la Oración de
Jesús en el Huerto.
2° De los Azotes que el
Hijo de Dios padeció
atado a la columna.
3° De la Corona de
Espinas.
4° Jesús con la Cruz a
cuestas.
5° De la Crucifixión y
muerte de Nuestro
Señor.

GLORIOSOS, para
miércoles y Domingo.
1° De la gloriosa
Resurrección del Hijo
de Dios.
2° De la Ascensión de
nuestro Señor
Jesucristo
3° De la venida del
Espíritu Santo en
Pentecostés.
4° De la Asunción de la
Santísima Virgen
María en cuerpo y
alma al cielo.
5° De la Coronación de
la Santísima Virgen
como Reina y Madre
de todo lo creado.

MISTERIOS DE LA
LUZ, para todos los
jueves.
1° Su Bautismo en el
Jordán.
2° Su autorevelación
en las bodas de Caná.
3° Su anuncio del
Reino de Dios
invitando a la
conversión.
4° Su Transfiguración.
5° Institución de la
Eucaristía, expresión
sacramental del
Misterio Pascual

Jaculatorias que se
pueden rezar entre
misterios:
V: María, Madre de
Gracia, Madre de
Misericordia.
R: En la vida y en la
muerte, ampáranos,
¡oh, Señora!
V: Ave María,
Purísima.
R: Sin Pecado Original
Concebida.
V: Alabanzas y gracias
sean dadas en todo
momento al Santísimo
y Divinísimo
Sacramento.
R: Y Bendita sea por
siempre la Santa e
Inmaculada
Concepción de la
Bienaventurada
siempre Virgen María,
Madre de Dios y Madre
nuestra.
¡Oh, Jesús mío!
Perdona nuestros
pecados, líbranos del
fuego del infierno y
lleva al Cielo a todas
las almas,
especialmente a las
más necesitadas de Tu
Misericordia.

¡Jesús, protege y
salva a los no nacidos!

Jesús, mi único Amor,


Te ruego por aquellos
a los que Tú amas,
pero que no saben
cómo amarte; que
ellos puedan ser
purificados y sanados,
para que también
queden exentos de
todo mal. Amén.
En las tres últimas
cuentas del Rosario se
reza:

V: Virgen Purísima y
Castísima, antes del
Parto, haznos mansos,
humildes, puros y
castos.
R: En pensamientos,
palabras y obras.
Dios Te Salve, María...

V: Virgen Purísima y
Castísima, en el Parto,
haznos mansos,
humildes, puros y
castos.
R: En pensamientos,
palabras y obras.
Dios Te Salve, María...

V: Virgen Purísima y
Castísima, después del
Parto, haznos mansos,
humildes, puros y
castos.
R: En pensamientos,
palabras y obras.
Dios Te Salve, María...

Terminando se reza
La Salve (debe rezarse
de pie o de rodillas, 5
años de indulgencias)

La Salve

Dios te salve, Reina y


Madre de Misericordia,
vida, dulzura y
esperanza nuestra,
Dios te salve; a ti
clamamos los
desterrados hijos de
Eva, a ti suspiramos,
gimiendo y llorando en
este valle de lágrimas.
¡Ea!, pues, Señora
esperanza nuestra,
vuelve a nosotros tus
ojos misericordiosos; y
después de este
destierro, muéstranos
a Jesús, fruto bendito
de tu vientre. Oh
clemente! ¡oh piadosa!
!oh dulce Virgen
María! Ruega por
nosotros, Santa Madre
de Dios, para que
seamos dignos de
alcanzar las promesas
y gracias de Nuestro
Señor Jesucristo.

ORACIÓN FINAL DEL


SANTO ROSARIO

¡Oh! Soberano
Santuario,
Madre del Divino
Verbo,
Libra Virgen del
infierno
a los que rezan tu
Rosario.

Emperatriz poderosa
de los mortales
consuelo;
ábrenos Virgen el
Cielo
con una muerte
dichosa
y danos pureza de
alma
tú que eres tan
poderosa.

A los devotos del


Santo Rosario de la
Virgen que aún no se
deciden por vergüenza
a confesarse, entrar
por favor a esta
página, de allí los
llevaremos a otra
donde les vamos a dar
mucho ánimo y a
enseñarles como se
debe hacer. Tengan la
seguridad que después
de leerla van a
cambiar su manera de
pensar. Nosotros los
acompañamos y los
comprendemos porque
también tuvimos que
pasar por el mismo
proceso. Es
importante decir que
la Santísima Virgen es
Madre de todos
nosotros, es
Inmaculada y Pura,
pero conoce todos los
pecados al revés y al
derecho y podemos
confiar plenamente en
ella para que nos
aconseje, válido
también para el
mundo masculino.
¿Cómo hacer una
buena confesión?

El Santo Rosario

Palabras de la
Santísima Virgen a
Santo Domingo

Todo cuanto pidieres


por el Rosario lo
alcanzarás.
Los que recen mi
Rosario son hijos
míos, y mis hermanos
en Jesucristo mi único
hijo.
Prometo especial
protección y grandes
favores a todos los que
recen con devoción mi
Rosario.
El Rosario hará
reflorecer las virtudes
y multiplicará las
obras santas; atraerá
sobre las almas
abundantes
misericordias de Dios.
El alma que se
encomienda a mí por
medio del Santo
Rosario jamás
perecerá.
El que le rezare con
exactitud no caerá en
la desgracia, ni será
sorprendido por la
muerte.
La devoción al Rosario
es señal de
predestinación.
Los fervorosos
discípulos de mi
Rosario no morirán sin
sacramentos.
Libraré en día fijo a las
almas del Purgatorio
que hayan tenido
devoción a mi Rosario.

BENDICIONES DEL
ROSARIO

1. Los pecadores
obtienen el perdón.
2. Las almas sedientas
se sacian.
3. Los que están
atados ven sus lazos
desechos.
4. Los que lloran
hallan alegría.
5. Los que son
tentados hallan
tranquilidad.
6. Los pobres son
socorridos.
7. Los religiosos son
reformados.
8. Los ignorantes son
instruidos.
9. Los vivos triunfan
sobre la vanidad.
10. Los muertos
alcanzan la
misericordia por vía de
sufragios.

BENEFICIOS DEL
ROSARIO

1. Nos eleva
gradualmente al
perfecto conocimiento
de Jesucristo.
2. Purifica nuestras
almas del pecado.
3. Nos permite vencer
a nuestros enemigos.
4. Nos facilita la
práctica de las
virtudes.
5. Nos abrasa en amor
de Jesucristo.
6. Nos proporciona con
qué pagar todas
nuestras deudas con
Dios y con los
hombres.
7. Nos consigue de
Dios toda clase de
gracias.

Palabras de la
Santísima Virgen al
Beato Alano de Rupe

El rosario se mantuvo
como la oración
predilecta durante casi
dos siglos, después de
su institución por
Santo Domingo.
Cuando la devoción
empezó a disminuir, la
Virgen se apareció a
Alano de la Rupe y le
dijo que reviviera dicha
devoción. La Virgen le
dijo también que se
necesitarían
volúmenes inmensos
para registrar todos los
milagros logrados por
medio del rosario y
reiteró las promesas
dadas a Santo Domingo
referentes al Rosario.

Quien me sirviera
rezando
constantemente mi
Rosario, recibirá
cualquier gracia que
me pida.
Prometo mi
especialísima
protección y grandes
beneficios a los que
devotamente rezaren
mi Rosario.
El Rosario será un
escudo fuertísimo
contra el infierno.
El Rosario hará
germinar las virtudes.
El alma que se me
encomiende por el
Rosario, no perecerá.
El que con devoción
rezare mi rosario, no
se verá oprimido por la
desgracia, ni morirá
desgraciadamente.
Los verdaderos
devotos de mi Rosario
no morirán sin los
Auxilios de la Iglesia.
Quiero que todos los
que rezan mi Rosario
tengan en vida y en
muerte la luz y la
plenitud de la gracia.
Yo, libro muy pronto
del purgatorio a las
almas devotas del
Rosario.
Los hijos verdaderos
de mi Rosario gozarán
en el cielo de una
gloria singular.
Todo cuanto se pidiere
por medio del Rosario
se alcanzará
prontamente.
Socorreré en todas sus
necesidades a los que
propaguen mi Rosario.
He impetrado de mi
Hijo que todos los
cofrades del Rosario
tengan en vida y
muerte como
hermanos a todos los
Bienaventurados de la
corte celestial.
Los que rezan mi
Rosario son todos
hijos míos muy
amados y hermanos de
mi Unigénito Jesús.
La Devoción del Santo
Rosario es una señal
de predestinación a la
gloria.
Mi Madre le concederá
aumento de comida en
su granero, no
faltando por lo tanto el
sustento.
Serán protegidos, ellos
y sus familiares, allí
donde se encuentren,
tapados por el Manto
de María.
Les protegeré el
trabajo o su economía
y les protegeré sus
hogares.
En momentos de falta
en la Tierra del Pan
Divino, serán
satisfechos con las
Gracias Celestiales
para alimentar su
espíritu, su alma, y
corazón. Nada ha de
faltar a aquellos que
son devotos del
Rosario de mi Santa
Madre”

(*) En verde: Palabras


del Maestro dadas a
una humilde hermana
en el Barrio del Pilar
(Madrid) el 6-2-2009.

Súplicas de la
Santísima Virgen a sus
hijos
Eventos mayores
están a punto de
ocurrir en el mundo.
La justa mano del
Padre no puede
aguantarse más. Está a
punto de caer sobre la
humanidad como un
poderoso golpe. Pido,
ruego, ruego y pido,
que todos mis niños
que están dedicados a
Mí y por medio de Mi
Rosario a tomar sus
rosarios, como un
ejército tomaría sus
armas, y oren, oren,
oren. Muchos de mis
hijos están al filo del
abismo del Infierno, a
punto de caer en él.
En este día tardío, la
única cosa que salvará
a muchos de ellos es
su oración a Mi
Rosario. El Rosario es
mi arma escogida para
Mi ejercito y es muy
poderosa. Satanás le
teme.
Mis niños, nunca lo
suelten y nunca dejen
de rezarlo, sequen las
lágrimas de sangre de
su Madre rezando su
Rosario. Salven almas
para Mi Hijo, el ama a
cada uno y a todas las
almas demasiado.
Sequen mis lágrimas
de sangre; recen su
Rosario.
Consuelen a su Madre;
recen su Rosario.
Ayuden a su Madre;
recen su Rosario.
Toquen la puerta del
Corazón de su Madre;
recen su Rosario.
Unan sus corazones;
recen su Rosario.
Recen su rosario,
recen su Rosario,
recen su Rosario.
Ayúdenos a salvar
almas; recen su
Rosario.

La Virgen y el
Rosario.

Mientras Santo
Domingo predicaba el
rosario cerca de
Carcasona, le
presentaron un
albigense poseído del
demonio. Exorcizólo el
Santo en presencia de
una gran
muchedumbre. Se cree
que estaban presentes
más de doce mil
hombres. Los
demonios que poseían
a este infeliz fueron
obligados a responder,
a pesar suyo, a las
preguntas del Santo y
confesaron:

1.º que eran quince


mil los que poseían el
cuerpo de aquel
miserable, porque
había atacado los
quince misterios del
rosario;

2.º que con el rosario


que Santo Domingo
predicaba causaba
terror y espanto a todo
el infierno y que era el
hombre más odiado
por ellos a causa de las
almas que arrebataba
con la devoción del
rosario;

3.º revelaron, además,


muchos otros
particulares.

Santo Domingo arrojó


su rosario al cuello del
poseso y les preguntó
que de todos los
santos del cielo, a
quién temían más y a
quién debían amar
más los mortales.
A esta pregunta los
demonios
prorrumpieron en
alaridos tan
espantosos que la
mayor parte de los
oyentes cayó en tierra,
sobrecogidos de
espanto. Los espíritus
malignos, para no
responder,
comenzaron a llorar y
lamentarse en forma
tan lastimera y
conmovedora, que
muchos de los
presentes empezaron
también a llorar
movidos por natural
compasión. Y decían
en voz dolorida por la
boca del poseso:
“¡Domingo! ¡Domingo!
¡Ten piedad de
nosotros! ¡Te
prometemos no
hacerte daño! Tú que
tienes compasión de
los pecadores y
miserables, ¡ten
piedad de nosotros!
¡Mira cuánto
padecemos! ¿Por qué
te complaces en
aumentar nuestras
penas? ¡Conténtate
con las que ya
padecemos!
¡Misericordia!
¡Misericordia!
¡Misericordia!”

El Santo, sin
inmutarse ante las
dolientes palabras de
los espíritus, les
respondió que no
dejaría de
atormentarlos hasta
que hubieran
respondido a sus
preguntas. Dijéronle
los demonios que
responderían, pero en
secreto y al oído, no
ante todo el mundo.
Insistió el Santo, y les
ordenó que hablaran
en voz alta. Pero su
insistencia fue inútil:
los diablos no
quisieron decir
palabra. Entonces, el
Santo se puso de
rodillas y elevó a la
Santísima Virgen esta
plegaria: “¡Oh
excelentísima Virgen
María! ¡Por virtud de
tu salterio y rosario,
ordena a estos
enemigos del género
humano que
respondan a mi
pregunta!” Hecha esta
oración, salió una
llama ardiente de las
orejas, nariz y boca del
poseso. Los presentes
temblaron de espanto,
pero ninguno sufrió
daño. Los diablos
gritaron entonces:
“Domingo, te rogamos
por la pasión de
Jesucristo y los
méritos de su
Santísima Madre y de
todos los santos, que
nos permitas salir de
este cuerpo sin decir
palabra. Los ángeles,
cuando tú lo quieras,
te lo revelarán. ¿Por
qué darnos crédito?
No nos atormentes
más: ¡ten piedad de
nosotros!”

“¡Infelices sois e
indignos de ser
oídos!”, respondió
Santo Domingo. Y,
arrodillándose, elevó
esta plegaria a la
Santísima Virgen:
“Madre dignísima de la
Sabiduría, te ruego en
favor del pueblo aquí
presente –instruido ya
sobre la forma de
recitar bien la
salutación angélica–.
¡Obliga a estos
enemigos tuyos a
confesar públicamente
aquí la plena y
auténtica verdad al
respecto!”
Había apenas
terminado esta
oración, cuando vio a
su lado a la Santísima
Virgen rodeada de
multitud de ángeles
que con una varilla de
oro en la mano
golpeaba al poseso y le
decía: “¡Responde a
Domingo, mi
servidor!” Nótese que
nadie veía ni oía a la
Santísima Virgen,
fuera de Santo
Domingo.

Entonces los demonios


comenzaron a gritar:
“¡Oh enemiga nuestra!
¡Oh ruina y confusión
nuestra! ¿Por qué
viniste del cielo a
atormentarnos en
forma tan cruel?
¿Será preciso que por
ti, ¡oh abogada de los
pecadores, a quienes
sacas del infierno; oh
camino seguro del
cielo!, seamos
obligados –a pesar
nuestro– a confesar
delante de todos lo
que es causa de
nuestra confusión y
ruina? ¡Ay de
nosotros! ¡Maldición a
nuestros príncipes de
las tinieblas!

¡Oíd, pues, cristianos!


Esta Madre de Cristo
es omnipotente, y
puede impedir que sus
siervos caigan en el
infierno. Ella, como
un sol, disipa las
tinieblas de nuestras
astutas
maquinaciones.
Descubre nuestras
intrigas, rompe
nuestras redes y
reduce a la inutilidad
todas nuestras
tentaciones. Nos
vemos obligados a
confesar que ninguno
que persevere en su
servicio se condena
con nosotros. Un solo
suspiro que Ella
presente a la
Santísima Trinidad
vale más que todas
las oraciones, votos y
deseos de todos los
santos. La tememos
más que a todos los
bienaventurados
juntos y nada
podemos contra sus
fieles servidores.

Tened también en
cuenta que muchos
cristianos que la
invocan al morir y que
deberían condenarse,
según las leyes
ordinarias, se salvan
gracias a su
intercesión. ¡Ah! Si
esta Marieta –así la
llamaban en su furia–
no se hubiera opuesto
a nuestros designios y
esfuerzos, ¡hace
tiempo habríamos
derribado y destruido
a la Iglesia y
precipitado en el error
y la infidelidad a
todas sus jerarquías!
Tenemos que añadir,
con mayor claridad y
precisión –obligados
por la violencia que
nos hacen–, que nadie
que persevere en el
rezo del rosario se
condenará.
Porque Ella obtiene
para sus fieles
devotos la verdadera
contrición de los
pecados, para que los
confiesen y alcancen
el perdón e
indulgencia de ellos.”

Entonces, Santo
Domingo hizo rezar el
rosario a todos los
asistentes muy lenta y
devotamente. Y a cada
avemaría que
recitaban –¡cosa
sorprendente!– salía
del cuerpo del poseso
gran multitud de
demonios en forma de
carbones encendidos.
Cuando salieron todos
los demonios y el
hereje quedó
completamente
liberado, la Santísima
Virgen dio su
bendición –aunque
invisiblemente– a todo
el pueblo, que con ello
experimentó
sensiblemente gran
alegría.

Este milagro fue causa


de la conversión de
muchos herejes, que
llegaron hasta ingresar
en la Cofradía del
Santo Rosario.

(De "El Secreto


admirable del
Santísimo Rosario" -
San Luis M. G. de
Monfort)

Llamado del Padre


Luciano Ciciarelli
Estimado Hermano:
Ayúdanos a nivel
mundial a regalar el
"Tratado de la
Verdadera
Devoción" (está en
Nuestra Biblioteca), de
San Luis María de
Montfort (que Juan
Pablo II sabía de
memoria) a todos los
que, por lo menos una
vez cada semana o
cada mes, se reúnen
con los vecinos en una
hora determinada,
para rezar el Santo
Rosario, y leer una
página de ese Tratado.
Quiero agradecer por
la bondad, la
paciencia, y el gran
entusiasmo
evangelizador con los
cuales se me ha
acogido a lo largo de
este 2010 en España,
Santo Domingo,
Puerto Rico, Estados
Unidos, México, Costa
Rica, Venezuela,
Ecuador, Perú, Bolivia,
Chile, Argentina,
Uruguay, Paraguay,
Luxemburgo y
Alemania, etc.

Durante el año 2011,


si Dios quiere, haré el
mismo recorrido (8-9-
10). En el 2011 las
fechas de mi llegada a
cada País, van a ser
aproximadamente las
mismas que en este
2010, pero con más
precisión van a ser
comunicadas con
mucho tiempo de
anticipación.

Mi trabajo principal va
a consistir en felicitar
y bendecir esos Grupos
del Santo Rosario que
leen por lo menos cada
mes una página del
Tratado (les pediré que
me ayuden a fundar
más de esos grupos en
todos los Países del
mundo).

En el mundo siguen
los terremotos, las
aluviones, las crisis
económicas, las
sequías, las guerras, la
pobreza, las
enfermedades, etc.

Pero las plagas peores


son de tipo moral, y
avanzan con gran
fuerza, como una
avalancha destructora:
los divorcios, los
abortos voluntarios, la
eutanasia, el
matrimonio entre
personas de mismo
sexo, los
anticonceptivos desde
la adolescencia, etc.
Además, eso pasa no
solamente a nivel
individual (pues, bajo
ese aspecto, tales
plagas han
acompañado siempre
la historia de la
humanidad), sino a
nivel político y
democrático (o sea a
nivel de masas y con
el apoyo de las leyes).
Y tampoco pasa sólo
en los Países
protestantes,
musulmanes, budistas,
sino en los Países con
grandísimas mayorías
católicas (como
Francia, Italia,
España, Estados
Unidos, México...).
Gracias a Dios, las
asociaciones católicas,
ya sea las nuevas
(Focolares,
Neocatecúmenos,
Regnun Christi...), ya
sea las antiguas (Opus
Dei, Cursillos de
Cristiandad, Legión de
María, Schoenstadt,
Terceras Órdenes...),
siguen trabajando
valientemente, al
servicio de Dios y de
las almas en Italia,
Estados Unidos, y en
todos los demás
Países.
Pues bien, nuestra
humilde Consecratio
Mundi está avanzando
con una especial
velocidad a nivel
mundial: esa especial
velocidad se explica
por distintos motivos:
1) Satanás odia mucho
el Tratado, tanto que
llegó a matar al autor,
a destruir 96 páginas
suyas, y a esconder lo
demás por 130 años
(según el Santo Autor
lo previó y lo describió
en el numeral 114 del
mismo libro).
2) El gran Juan Pablo
II, lo recomendó
muchísimo, hasta
llamarlo
"indispensable".
3) Mientras las otras
Asociaciones católicas
piden a sus socios
muchas horas
mensuales, nuestra
Consecratio Mundi,
además del Santo
Rosario, que ya es
rezado por millones de
católicos antes de las
Santas Misas y entre
vecinos, como algo
obligatorio pide sólo
que en el grupo se
añada la lectura de
una página del Tratado
(lo cual dura pocos
minutos), por lo cual
hasta a los católicos
más atareados, o
enfermos, les gusta
incorporarse con
facilidad en nuestra
Asociación
Consecratio Mundi.
4) Pero el motivo
principal del actual
"gran éxito" (como lo
define y describe
proféticamente el
mismo San Luis María
de Montfort en ese
numeral 114 del libro)
del Tratado, se explica
porque este libro tiene
por autor al "Espíritu
Santo", según lo
declara el Montfort en
ese mismo numeral
114.
Lo que más quiero
poner de relieve en
este momento, es que
en este 2011
celebramos el tercer
año del Trienio de
preparación al Tercer
Centenario de escrito
el Tratado de la
Verdadera Devoción
(en la Rue des
Sauniers, 3, La
Rochelle, Francia) en
el año 1712, por mano
de San Luis María de
Montfort.
Debemos
organizarnos para
lograr que el Papa
declare todo el año
2012, un especial "Año
Monfortiano", según lo
ha propuesto un
fervoroso sacerdote de
Brasil, que acaba de
fundar una nueva
Congregación para
difundir la fuerte
espiritualidad del
Montfort.
Otro punto muy
importante,
relacionado con este
Trienio, es también la
urgencia de pedirle al
Papa que a lo largo de
ese Año Tricentenario
2012, declare a San
Luis María de
Montfort, 34° Doctor
de la Iglesia Universal
(después de San Juan
Crisóstomo, San
Agustín, Santo Tomás
de Aquino, y los otros
30 Santos que ya han
sido declarados
Doctores de la Iglesia).
En casi todas las
Parroquias, antes de
algunas Santas Misas,
existen grupitos de
personas que recitan
constantemente el
Santo Rosario: ellas
son las más dispuestas
candidatas a recibir el
Tratado gratuito,
aceptando, por lo
menos una vez al mes,
añadir al Santo
Rosario comunitario,
algunos minutos de
lectura del Tratado del
Montfort.

La invitación del
Padre es a que se
formen más grupos
que se reúnan a rezar
el Rosario y que una
vez por semana o por
mes lean una página
del Tratado de la
Verdadera Devoción de
San Luis María
Grignon de Montfort.
La página del Padre
Luciano es la
siguiente: http://www.
bibliaamada.org/inicio
/
San Luis María

El Tratado lo pueden
bajar desde aquí:
Nuestra Biblioteca

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