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HORMONAS PLACENTARIAS:

La placenta es un verdadero órgano endocrino el establecimiento y mantenimiento del


embarazo, para la adaptación del organismo materno a la gestación, el crecimiento y la salud
fetal, la tolerancia inmunológica y el desarrollo de los mecanismos involucrados en el trabajo de
parto. El principal tejido endocrino de la placenta es el sincitiotrofoblasto que cubre las
vellosidades coriónicas y que surge por fusión celular a partir del citotrofoblasto.

Los productos placentarios tienen blancos intrauterinos y extrauterinos y se ha demostrado que a


pesar de no ser un órgano dependiente de los sistemas maternos, puede estar regulado por los
ejes hipotálamo pituitario adrenal y el eje hipotalámico pituitario gonadal, teniendo cada célula
placentaria una función endocrinológica diferente que varía no sólo de célula a célula sino en los
estados de la gestación.

Mientras el citotrofoblasto velloso se encarga de la producción de factores reguladores, el


sincitiotrofoblasto produce péptidos comunes y hormonas tiroideas y se observa que en los inicios
del embarazo, factores como el factor de crecimiento epidérmico (EGF), se incrementan, mientras
que en estadios más avanzados aumentan sustancias como el lactógeno placentario humano
(hPL).

Los ejes superiores también producen sustancias que afectan el desarrollo placentario. El
hipotálamo produce la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), la pituitaria, hCG, hPL, β-
endorfina, oxitocina, y hormona del crecimiento (GH); y los ovarios producen progesterona,
activinas e inhibinas; gracias a las señales de la placenta, quien participa además en vías
importantes para la producción de hormonas esteroideas, ya que sus enzimas esteroidogénicas no
son suficientes para producir por sí sola la cantidad necesaria de dichas hormonas.

A continuación, se describe la acción de las hormonas más importantes para la función


placentaria. Las principales hormonas liberadas por la placenta, de acuerdo a su naturaleza,
pueden dividirse en proteicas y esteroideas:

Proteicas: Gonadotropina coriónica humana, Somatotropina coriónica humana, Tirotropina


coriónica humana, Corticotropina coriónica humana , entre otras.

Esteroideas: Estrógenos y progesterona.

Hormona gonadotropina coriónica humana (hCG):

Es una glucoproteina con un peso molecular de 36 000 a 40 000 Da. Posee el más alto contenido
de carbohidratos de cualquier hormona humana (30%). Llamada también por algunos como "la
hormona del embarazo”. Si bien la hCG se produce casi de forma exclusiva en la placenta, también
se sintetiza en el riñón fetal. El desarrollo embrionario requiere indefectiblemente de
progesterona liberada en el cuerpo lúteo del ovario durante las primeras 8 semanas de embarazo;
el mantenimiento del mismo es la principal función de esta hormona. Esta glucoproteína es
detectada en plasma materno tan temprano con los 9-10 días luego de la fecundación; duplica sus
valores cada 48 horas hasta llegar a su pico máximo a las 10 semanas de gestación, en donde sus
valores comienzan a descender. Pasadas las primeras 8 semanas de embarazo, la progesterona se
sintetiza activamente en células trofoblásticas. Así mismo, a la hCG se la involucra, por medio de
mecanismos autocrinos y paracrinos, en la diferenciación de células trofoblásticas, estimula la
esteroideogénesis adrenal y placentaria, estimula los testículos fetales para la secreción de
testosterona que inducen la virilización interna y tiene actividad tirotrófica.
La hCG se encuentra en su forma original, que es producida por las células de trofoblasto velloso, y
cuyas funciones incluyen:

1. Promover la producción de progesterona en el cuerpo lúteo previniendo la luteólisis. La


hormona cuenta con una vida media de 37 horas y sólo promueve la producción de progesterona
3-4 semanas después de la implantación. Tiene un pico a la décima semana, y sigue produciéndose
casi un mes después.

2. Promover la angiogénesis en la vasculatura uterina.

3. Permitir que las células del citotrofoblasto se fusionen, con la subsiguiente diferenciación del
sincitiotrofoblasto. La hCG es una de las moléculas de producción más temprana, secretada por el
embrión y el blastocito la produce antes de la implantación continuando el proceso el
sincitiotrofoblasto.

4. Actuar sobre el sistema inmune materno. La hCG es un modulador inmune que regula la acción
proinflamatoria. Induce al bloqueo de los macrófagos maternos impidiendo la invasión de las
células placentarias y estimula a la producción de interleuquina 10 (IL- 10), que funciona como
regulador de los uNK, quienes se ven inducidos a la par por la producción de hCG, reduciendo la
respuesta citotóxica que se pueda presentar en patologías como la preeclampsia. Más aún, induce
a la producción de otros reguladores inmunes como lo es la enzima indoleamina 2-3 dioxigenasa
(IDO), que también disminuye la respuesta proinflamatoria.

5. Estimular el crecimiento uterino para que sea paralelo al crecimiento fetal promoviendo a su
vez aparentemente el crecimiento de órganos fetales mediante el receptor hCG/LH expresado en
el miometrio y en órganos fetales como el riñón, pulmón, intestino, bazo, e hígado.

6. Suprimir las contracciones miometriales durante el curso de la gestación induciendo a la


proliferación miometrial y reduce su contractibilidad, regulando las uniones comunicantes que
permiten el transporte de calcio.

7. Enviar señales al endometrio para permitir la implantación mediante una acción paracrina
modula el medio ambiente uterino y lo prepara para la implantación.

8. Otras funciones: causa el crecimiento y la diferenciación del cordón umbilical; y actúa sobre
receptores cerebrales causando hiperémesis gravídica.
El dosaje de hCG es la prueba que más se utiliza en la práctica clínica, tanto para el diagnóstico y
evolución del embarazo precoz, para el diagnóstico y seguimiento del embarazo ectópico y para la
enfermedad trofoblástica gestacional (mola y coriocarcínoma).

La orina materna contiene la misma variedad de productos de degradacion de hCG que el plasma.
La principal forma urinaria es el producto de degradacion terminal de hCG, el fragmento medular
β. Su concentración sigue el mismo patrón general que en el plasma materno, con cifras máximas
cerca de la semana 10. Es importante reconocer que el llamado anticuerpo de la subunidad β,
empleado en la mayor parte de las pruebas de embarazo, reacciona tanto con la hCG integra,
principal forma de la hormona en el plasma, como con fragmentos de hCG, las principales formas
urinarias.

Somatotropina corionica ó Lactógeno placentario:

El hPL, es una hormona peptídica codificada por 5 genes estructurales relacionados ubicados en el
brazo largo del cromosoma 17 (q22-q24)15. Con una homología del 85% con la hormona de
crecimiento humana, es considerada la hormona de crecimiento fetal, al influir en el metabolismo
materno haciendo que se genere un cambio con respecto al uso de carbohidratos como fuente
principal, cambiándolos por los ácidos grasos; su pico se da al término de la gestación y la cantidad
sintetizada igual a la masa placentaria.

Su producción aumenta gradualmente a partir de la segunda o tercera semana tras la fertilización


del óvulo. Si bien esto refleja el desarrollo del sincitiotrofoblasto, las células del citotrofoblasto
también son capaces de sintetizar esta hormona. Su verdadera función aún no se conoce con
precisión. Paticiparía en la lipólisis y aumento de los niveles de ácidos grasos libres circulantes
(fuente de energía fetal), y tendria un efecto antiinsulínico materno que proporcionaría
catabolismo proteico y mayor sustrato de aminoácidos para el crecimiento fetal.

De igual modo, a semejanza de la hCG, se ha demostrado el hPL en células del citotrofoblasto


antes de las seis semanas. La inanición materna prolongada en la primera mitad del embarazo
lleva a un aumento de la concentración plasmática de hPL.

Por último, el hPL es una potente hormona angiogénica. Es probable que tenga una función
importante en la formación de la vasculatura fetal.

Hormona liberadora de corticotropina (CRH):

Estimula la liberación de ACTH con una relación dosis dependiente. Participa en el pico de
glucocorticoides fetales para la maduración fetal en el tercer trimestre. Tanto la CRH como la
ACTH aumentan cuando hay disminución del flujo sanguíneo uterino, en casos de estrés fetal, de
restricción del crecimiento intrauterino pre eclampsia, asfixia fetal y parto prematuro. Es un
potente vasodilatador. Además, estimularía la síntesis de prostaglandinas por las membranas y la
placenta.

Variante de la hormona de crecimiento humana (hGH-V)


(Hormona del Crecimiento Placentario)

Es una proteína de 191 aminoácidos que difiere en 15 de éstos respecto de la secuencia


de hGH. Aunque la hGH-V conserva funciones inductoras del crecimiento y antilipógenas
similares a la hGH, tiene funciones diabetógenas y lactógenas reducidas en comparación
con ésta.
Tiene gran influencia en el paso de nutrientes a través de la placenta. La hormona ejerce
su efecto por mecanismos autocrinos y paracrinos regulados a través del factor de
crecimiento de la insulina I (IGF-1), existiendo una correlación positiva entre el peso al
nacer y el valor de PGH en embarazos de mujeres sanas, mientras que en embarazos de
mujeres diabéticas suelen a disminuir dichos niveles.

Al parecer es sintetizada en el sincitiotrofoblasto, pero no se conoce con precisión su


patrón de producción y secreción durante la gestación porque los anticuerpos contra hGH-
V sufren reacción cruzada con hGH. Se cree que la hGH-V está presente en el plasma
materno entre las semanas 21 a 26; aumenta su concentración hasta casi la semana 36 y
se mantiene relativamente constante después de este tiempo.

Activina e inhibina:

Son proteínas diméricas pertenecientes a la familia del factor de crecimiento


transformante beta (TGF-β), destacándose por su función biológica en el embarazo la
inhibina A y la activina-A, siendo esta última producida por la placenta y membranas
fetales, y cuyo receptor es un miembro de la familia serina-treonina quinasa.

Según algunos estudios la activina aumenta la biosíntesis y secreción de la FSH, y participa


en la regulación del ciclo menstrual. Se han encontrado muchas otras funciones ejercidas
por la activina, incluyendo roles en la proliferación celular, diferenciación celular,
apoptosis, metabolismo, homeostasis, respuesta inmune, cicatrización, y función
endocrina. Por el contrario, la inhibina regula a la baja la síntesis de FSH.

En el ciclo menstrual, los niveles de activina aumentan en la fase lútea folicular. A la


activina se le atribuyen acciones autocrinas y parácrinas.

La secreción de inhibina y activina-A cambia en diferentes enfermedades gestacionales


por lo que han cobrado relevancia clínica para el diagnóstico, prevención, pronóstico y
seguimiento de diferentes patologías gestacionales, relacionándose como marcadores de
la viabilidad trofoblástica, de tumores trofoblásticos, hipoxia fetal y la preeclampsia.
Hormonas esteroideas.
La placenta se comporta como un gran productor de estrógenos y progesterona.

La placenta no puede sintetizar colesterol y toma este recurso de las lipoproteínas de baja
densidad maternas. Durante la gestación, los niveles de estrógenos aumentan, acelerando la
síntesis de proteína, además, la producción de dehidroepiandrosterona (DHEA) en las glándulas
adrenales aumenta drásticamente, y su sulfato (DHEAs), es el precursor principal de las hormonas
esteroideas. La progesterona, el prostágeno más importante, induce cambios morfológicos y
moleculares en el endometrio necesarios para la implantación embriogénica, ayudando también a
la quietud miometrial y a la modulación del sistema inmune materno para que haya tolerancia de
la madre hacia el feto; mientras que los estrógenos tienen efectos neovasculares, preparan al seno
para la lactancia, y regulan de manera positiva los receptores LDL y las enzimas esteroidogénicas
para la producción de progesterona.

•Progesterona:

La placenta de término puede sintetizar hasta 300 mg de progesterona por dia, 10 veces más que
la cantidad secretada por el cuerpo lúteo. La progesterona se sintetiza en el sinciciotrofoblasto, a
partir del colesterol transportado en las lipoproteinas maternas. El trofoblasto, a través de sus
receptores especificas para dichas lipoproteinas, las capta y comienza con el proceso de
metabolización y posterior formación de progesterona. Esta se secreta hacia ambos
compartimientos, pero fundamentalmente hacia el compartimiento materno y tendría
propiedades uteroinhibidoras (tocolíticas) locales y sistémicas. La progesterona que se libera al
compartimiento fetal es convertida en esteroides adrenales fetales: cortisol y
dehidroepiandrosterona (DHEA). La placenta no puede convertir la progesterona en andrógenos.

• Estrógenos:

La cantidad de estrógenos producida al día por el sincitiotrofoblasto durante las ultimas semanas
de gestación es equivalente a la sintetizada en un dia por los ovarios en no menos de 1 000
mujeres
La placenta no puede convertir la progesterona en andrógenos (precursores de los estrógenos).
Por lo tanto, la síntesis de estrógenos placentarios depende de la fuente de precursores
androgénicos sulfato de dehidroepiandrosterona (DHEAs) de las suprarrenales materna y fetal.
Esta interacción entre la placenta y el feto para la producción de estrógenos ha sido la base del
concepto de "unidad fetoplacentaria" (fig. 2-25). El DHEAs adrenal fetal, que es el precursor del 17
β-estradiol placentario, puede también sufrir una 16-α-hidroxilación en el hígado fetal, formando
16- α -DHEA que es el precursor androgénico del estriol (E3). El DHEAs y el 16- α -hidroxi-DHEA
pasan de la sangre fetal al sinciciotrofoblasto, donde son hidrolizados por una sulfatasa esteroidea
en andrógenos. Estos andrógenos a su vez son aromatizados por el citocromo P450 aromatasa en
estrógenos que son secretados principalmente a la circulación materna.

A pesar de su rol fundamental en el embarazo, muchos aspectos relacionados con la placenta


todavía se desconocen. Con el advenimiento de herramientas de biología molecular se está
mejorando la comprensión de los mecanismos genéticos en el desarrollo de la placenta y su
relación con el desarrollo embrionario.

INTERACCIONES HORMONALES DE LAS GLANDULAS SURARRENALES EN LA PLACENTA:

Si hacemos la comparación desde un punto de vista morfológico, funcional y fisiológico, las


glándulas suprarrenales fetales son órganos muy importantes.

Al término, las glándulas suprarrenales fetales pesan lo mismo que las del adulto. Más de 85% de
la glándula fetal está constituido por una zona única, que tiene una gran capacidad de biosíntesis
de esteroides.

La producción diaria de esteroides de las glándulas suprarrenales cerca del término es de 100 a
200 mg/día, que se compara con la secreción de esteroides por el adulto en reposo de 30 a 40
mg/día. La zona fetal se pierde en el primer año de vida y no está presente en el adulto. Además
de ACTH, el crecimiento de la glándula suprarrenal fetal tiene influencia de factores que secreta la
placenta. Esto se ejemplifica por el continuo crecimiento de las glándulas fetales durante la
gestación, pero su rápida involución inmediatamente después del parto cuando se disipan los
factores derivados de la placenta.

Precursor de esteroides suprarrenales fetales

El colesterol es el origen de la esteroidogénesis suprarrenal fetal. La velocidad creación de


esteroides en la glándula fetal es tan grande que su esteroidogénesis sola es equivalente a 25% del
recambio diario total de colesterol de LDL en adultos.

Las glándulas suprarrenales fetales sintetizan colesterol a partir de acetato. Todas las enzimas que
intervienen en la biosíntesis de colesterol están elevadas en comparación con las de la glándula
suprarrenal del adulto. Por lo tanto, la tasa de síntesis nueva de colesterol por el tejido suprarrenal
fetal es en extremo elevada. No obstante, es insuficiente para los esteroides producidos por estas
glándulas. En consecuencia, puede asimilarse colesterol a partir de la circulación fetal. El colesterol
plasmático y sus ésteres están presentes en forma de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL),
LDL y HDL.Estudios encontraron que las glándulas fetales captan lipoproteínas como fuente de
colesterol para la esteroidogénesis. Las LDL fueron más eficaces, las HDL mucho menos y las VLDL
carecían de actividad estimulante. Estos investigadores también valoraron las contribuciones
relativas del colesterol de nueva síntesis y del derivado de la captación de LDL. Asimismo,
confirmaron que las glándulas suprarrenales fetales dependen en buena medida de la LDL
circulante como fuente de colesterol para una esteroidogénesis óptima. La mayor parte del
colesterol plasmático fetal surge por síntesis nueva en el hígado. La cifra baja de colesterol de LDL
en el plasma fetal no es consecuencia de una alteración de la síntesis de LDL por el feto, sino del
rápido empleo de LDL por las glándulas suprarrenales para la esteroidogénesis (Parker, 1980,
1983). Como era de esperarse, en el recién nacido anencéfalo con atrofia de las glándulas
suprarrenales, la concentración de colesterol de LDL en el plasma del cordón umbilical es alta.

Deficiencia de aromatasa fetal y placentaria:

En casos de deficiencia de aromatasa placentaria, la androstenediona no puede convertirse en


estradiol. Más bien, se liberan metabolitos androgénicos de la DHEA producidos en la placenta que
incluyen androstenediona y algo de testosterona hacia la circulación materna o fetal, o ambas, lo
que ocasiona virilización de la madre y el feto femenino.

Trastornos fetales que afectan la producción de estrógenos:

Varios trastornos fetales alteran la disponibilidad del sustrato para la síntesis placentaria de
esteroides, lo que resalta la interdependencia del desarrollo fetal y la función placentaria.

Muerte fetal

La muerte fetal va seguida de una reducción llamativa en la concentración urinaria de estrógeno.


De igual manera, después de la ligadura del cordón umbilical mientras el feto y la placenta
permanecen in situ, la síntesis placentaria de estrógenos disminuye mucho. Sin embargo, la
síntesis placentaria de progesterona se mantuvo.

Anencefalia fetal:

Con la ausencia de la zona fetal de la corteza suprarrenal, como se observa en la anencefalia, el


ritmo de síntesis de estrógeno placentario, en particular de estriol, se limita mucho por la menor
disponibilidad de los precursores esteroides.

Trisomía 21: síndrome de Down

La detección sérica materna en el segundo trimestre de concentraciones anormales de hCG,


fetoproteína α y otros analitos se ha vuelto universal. Como resultado, se descubrió que las
concentraciones séricas de estriol no conjugado eran bajas en mujeres con fetos afectados por el
síndrome de Down. El posible motivo de ello es una formación inadecuada de esteroides en las
glándulas suprarrenales de esos fetos trisómicos.

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