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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

6371/2015.
QUEJOSO: **********.
RELACIONADO CON EL AMPARO
DIRECTO EN REVISIÓN 6383/2015.

VISTO BUENO
SR. MINISTRO
PONENTE: MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.
SECRETARIO: HÉCTOR VARGAS BECERRA.

Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día

V I S T O S, para resolver los autos relativos al Amparo Directo


en Revisión 6371/2015, interpuesto contra la sentencia que dictó el
Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito, el
ocho de octubre de dos mil quince, al resolver los autos del juicio de
amparo directo **********; y,

R E S U L T A N D O:

P R I M E R O. ANTECEDENTES:

1). El Ministerio Público remitió al Juzgado de Control del


Distrito Judicial de Zumpango,1 la carpeta de investigación
**********, instruida en contra de ********** y **********, por su
probable participación en el hecho delictuoso de Robo con las

1
Información extraída de la Causa Penal **********, del índice del Juez de Juicio Oral Penal
del Distrito Judicial de Zumpango, Estado de México.
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modificativas agravantes de haberse cometido sobre vehículo


automotor y con violencia, en agravio de **********.

2). La Juez de Control, inició la carpeta administrativa


**********; en la que el cuatro de enero de dos mil catorce, tuvo
verificativo la audiencia de control de detención, en la que a los
imputados, asistidos por el Defensor Público, se les preguntó si les
habían hecho saber sus derechos constitucionales y legales, a lo que
contestaron afirmativamente. En cuanto a la detención, se determinó
que se acreditó la hipótesis de flagrancia, por lo que calificó de legal
su privación de la libertad.

A continuación, el Ministerio Público les formuló la imputación


por su probable participación en la comisión del hecho delictuoso de
Robo con las modificativas agravantes de haberse cometido sobre
vehículo automotor y con violencia; se dio vista a la Defensa, quien no
realizó manifestación alguna; en tanto que los inculpados, se
reservaron su derecho a declarar.

Los imputados solicitaron que se resolviera su situación jurídica


en el término de setenta y dos horas, y por su parte, el Ministerio
Público solicitó la vinculación a proceso; por lo que se señaló día y
hora para la audiencia en la que se resolvería la situación jurídica de
los imputados.2

3). El seis de enero siguiente, se dictó a los inculpados auto de


vinculación a proceso, por su probable intervención en la comisión del
hecho delictuoso que se les atribuyó; se determinó que quedaban
sujetos a prisión preventiva oficiosa, y que el plazo para el cierre de la
investigación sería de un mes.3

2
Cuaderno de la Carpeta Administrativa **********, Tomo I y Tomo II, del índice del Juzgado
de Control del Distrito Judicial de Zumpango, Estado de México. Foja 6.
3 Ídem. Foja 15.

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4). En audiencias de cinco y veintiuno de febrero de dos


mil catorce, el Ministerio Público solicitó el cierre de la
investigación; lo que se acordó de conformidad y se
estableció el término de diez días para que se formulara acusación.4

5). Por escritos presentados ante el Juzgado de Control, el


diecinueve de febrero, siete de marzo y dieciséis de abril de dos mil
catorce, se formuló la acusación en contra ********** y **********,
por el hecho delictuoso por el que se les vinculó a proceso.5

6). En audiencias intermedias de diez y veinticinco de abril


siguientes, la Juez de Control conminó a las partes para que el juicio
se desarrollara bajo el procedimiento abreviado; sin embargo, no se
llegó al acuerdo. Una vez que la defensa particular contestó la
acusación, se llevó a cabo el debate sobre el ofrecimiento, admisión
de pruebas y acuerdos probatorios.6

7). El veinticinco de abril de dos mil catorce, se dictó el auto de


apertura de juicio oral, y se ordenó la remisión de los autos al Tribunal
competente.7

8). Por auto de veintiocho de abril siguiente, el Tribunal de


Juicio Oral en Zumpango, Estado de México, radicó el asunto, lo
registró con el número de causa de juicio oral **********; y, señaló
fecha y hora para que tuviera verificativo la audiencia de juicio.8

9). El veintiuno de mayo de dos mil catorce, inició la audiencia


de juicio oral, donde el Juez manifestó los hechos sobre los que versó
la acusación en contra de los imputados; les hizo saber sus derechos

4 Ídem. Foja 103.


5 Ídem. Fojas 137, 385 y 527 del Tomo II.
6 Ídem. Foja 520 Tomo I y Tomo II. Foja 554.
7
Ídem. Tomo II. Fojas 557 a 565.
8
Causa Penal **********, del índice del Juez de Juicio Oral Penal del Distrito Judicial de
Zumpango, Estado de México. Foja 13 y ss.

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constitucionales y legales, y aquéllos manifestaron que les quedaban


claros; se dio lectura a los acuerdos probatorios, las partes formularon
los alegatos de apertura y se procedió al desahogo de pruebas.9

10). El ocho de octubre del mismo año, concluyó la audiencia


de juicio oral; las partes formularon sus respectivos alegatos de
clausura, se les permitió la réplica y contra réplica de los mismos; y
finalmente, se dio a los imputados el uso de la voz, sin que hicieran
exposición alguna.10

11). El trece de octubre siguiente, el Tribunal de Juicio Oral


celebró la audiencia de continuación por causas de suspensión, en la
que dictó la sentencia correspondiente y estimó que ********** y
**********, eran penalmente responsables del hecho delictuoso de
Robo con las modificativas agravante de haber recaído en un vehículo
automotor y de haberse cometido con violencia en agravio de
**********, por el que les impuso ********** años **********
meses 2********** días de prisión, y multa de ********** días, los
absolvió del pago a la reparación del daño, suspendió sus derechos
políticos y civiles, ordenó su amonestación pública, y les negó la
concesión de alguno de los beneficios.11

12). Inconformes, los sentenciados interpusieron recurso de


apelación, del que conoció la Cuarta Sala Colegiada Penal de
Tlalnepantla, con sede en Ecatepec de Morelos, donde se registró
como toca penal **********; y en sentencia de dieciocho de febrero
de dos mil quince, se modificaron los puntos resolutivos segundo y
cuarto del fallo impugnado, respecto del momento en que empezaría
a computarse la pena de prisión y se ordenó comunicar la sentencia

9
Ídem. Foja. 69.
10
Ídem. Foja. 247.
11
Ídem. Fojas. 249 y ss.

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al Instituto Nacional Electoral, para efecto de la


suspensión de los derechos políticos.

S E G U N D O. AMPARO DIRECTO. En desacuerdo con lo


resuelto, el sentenciado **********, por propio derecho, en escrito que
se presentó ante la citada Sala Colegiada,12 el veinticuatro de marzo
de dos mil quince, promovió demanda de amparo directo, en la que
señaló como Derechos Fundamentales vulnerados, los establecidos
en los artículos 1º, 14 16 y 20, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos;13 narró los antecedentes del acto
reclamado, y se expresó los conceptos de violación que se estimó
pertinentes.

Conoció del asunto el Primer Tribunal Colegiado en Materia


Penal del Segundo Circuito, con sede en Toluca, Estado de México,
cuyo Presidente, en auto de nueve de abril de dos mil quince, ordenó
registrarlo con el número **********; y previo a la admisión de la
demanda, solicitó al Presidente del Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Penal del Segundo Circuito, informara respecto del estado
procesal del juicio de amparo que promovió **********, por ser
coinculpado del quejoso.

Informado lo anterior, por acuerdo Plenario de dos de junio de


dos mil quince, se ordenó remitir las constancias del juicio de amparo
directo al Tercer Tribunal Colegiado del Segundo Circuito, en razón de
que se le turnó la primera de las demanda de amparo que se
interpusieron en contra de la sentencia de dieciocho de febrero de dos
mil quince, en el toca de apelación **********; ello, a efecto de evitar la
emisión de sentencias contradictorias.

12 Cuaderno del Juicio de Amparo Directo **********. Foja 5.


13 Ídem. Foja 4.

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Por auto de ocho de junio de dos mil quince, el Presidente del


Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito,
ordenó formar y registrar el asunto con el número **********; le otorgó
el carácter de tercera interesada a **********; y le dio intervención al
Ministerio Público de la Federación.14

Luego, en sesión de ocho de octubre de dos mil quince,15 se


dictó sentencia constitucional en la que, por unanimidad de votos, se
negó al quejoso el amparo y protección de la Justicia Federal.

T E R C E R O. RECURSO DE REVISIÓN. Inconforme con la


resolución, el quejoso, en escrito que se recibió el veintinueve de
octubre de dos mil quince, ante el Tribunal Colegiado,16 interpuso
recurso de revisión. En auto de Presidencia de treinta de octubre
siguiente, se tuvo por interpuesto el recurso, y a través del
correspondiente oficio se remitió el asunto a esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, donde se recibió el dieciocho de noviembre del
mismo año.

El Ministro Presidente del Máximo Tribunal del país, en auto de


veinticuatro de noviembre de dos mil quince, ordenó formar y registrar
el recurso con el número 6371/2015; lo admitió a trámite, lo radicó en
la Primera Sala, por tratarse de un asunto que correspondía a su
especialidad, y lo turnó para su estudio al Señor Ministro Jorge Mario
Pardo Rebolledo.

El Ministro Presidente de la Primera Sala, en auto de nueve de


mayo de dos mil dieciséis, ordenó avocarse al conocimiento del

14 Ídem. Foja 164.


15 Ídem. Foja 231.
16 Ídem. Foja 515.

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recurso y envió los autos a la Ponencia designada


para la elaboración del proyecto de resolución.

C O N S I D E R A N D O:

P R I M E R O. COMPETENCIA. Esta Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, es legalmente competente
para conocer del presente recurso de revisión, en términos de lo
dispuesto por los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II, de la Ley de
Amparo; y, 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación; así como los puntos Primero y Tercero, con
relación al Segundo, fracción III, del Acuerdo Plenario 5/2013, de trece
de mayo de dos mil trece, del Pleno de este Alto Tribunal, toda vez
que el recurso se interpuso en contra de una sentencia pronunciada
por un Tribunal Colegiado en amparo directo, cuya resolución no
requiere la intervención del Tribunal Pleno.

S E G U N D O. OPORTUNIDAD DEL RECURSO. El medio de


impugnación se interpuso en tiempo y forma, acorde con lo dispuesto
por el artículo 86 de la Ley de Amparo, ya que de autos se advierte
que la sentencia recurrida se notificó por lista a la parte quejosa, el
veinte de octubre de dos mil quince;17 por lo cual, surtió efectos el
veintiuno siguiente, de conformidad con la fracción II del artículo 31 de
la Ley de Amparo.

Así, el plazo de diez días que establece el primero de los


numerales, transcurrió del veintidós de octubre al cinco de noviembre
de dos mil quince, sin contar el veinticuatro, veinticinco y treinta y uno
de octubre, así como el primero de noviembre, por haber sido

17 Ídem. Foja 506.

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inhábiles -sábados y domingos-; conforme al artículo 19 de la Ley de


Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
Y el dos de noviembre, en virtud de que el Pleno del Consejo de la
Judicatura Federal, en sesión de veintiuno de octubre de dos mil
quince, lo declaró inhábil.18

En tales condiciones, si de autos se desprende que el recurso de


revisión se presentó el veintinueve de octubre de dos mil quince, en la
Oficialía de Partes del Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Segundo Circuito, su interposición fue oportuna.

T E R C E R O. CUESTIONES NECESARIAS PARA


RESOLVER EL ASUNTO. Para su comprensión, se sintetizan los
conceptos de violación; las consideraciones del Tribunal Colegiado; y
los agravios que expresó el recurrente.

I). CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. Con ese carácter, la defensa


del quejoso, en la demanda de amparo planteó esencialmente los
siguientes argumentos:

1). El acto reclamado vulneró el artículo 1º constitucional, así


como el derecho humano al debido proceso, y el contenido de los
artículos 14 y 16 constitucionales, al carecer de la debida
fundamentación y motivación.

Existió contradicción en cuanto a las circunstancias fácticas, ya


que en la primera declaración de **********, chofer del camión,
manifestó que presenció la detención de los imputados, la que se
realizó de forma inmediata a su persecución –posterior a la
flagrancia–, en compañía de los oficiales captores; sin embargo, el Ad
Quem precisó que la detención se realizó conforme al dicho de los

18 Ídem. Foja 554.

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aprehensores, sin presencia de la víctima; lo que generó


falta de certeza jurídica en detrimento del quejoso.

Por esa situación, la responsable fue errónea y carente de


lógica, al pretender estimar una circunstancia fáctica como válida,
cuando existe una diferencia entre lo narrado por los oficiales
captores y la víctima del delito.

2). Contrario a lo que estimó la responsable, la contradicción


anterior no fue superada, ya que en audiencia, la defensa interrogó a
la víctima y señaló que acompañó a los oficiales al momento del
aseguramiento del quejoso, pero en otro momento del juicio oral,
indicó que no acompañó a los oficiales.

Así, la responsable resolvió de manera errónea y carente de


lógica, al darle escaso valor a tan extrema contradicción en que
incurrieron los policías captores y la víctima del delito. Por lo que no
pueden ser dignos de fe en cuanto a la existencia de la flagrancia; y
con ello, se vulneró la seguridad jurídica que debe tener una autoridad
al momento de emitir su resolución, e incluso se violentó el debido
proceso.

La falta de la flagrancia con lo que inició a la acusación en


contra del quejoso, es una situación que no fue valorada, siendo que
constituyó la base de la teoría del caso del Ministerio Público. Se
destacó la tesis aislada de esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, de rubro: “FLAGRANCIA. LA DETENCIÓN DE
UNA PERSONA SIN EL CUMPLIMIENTO IRRESTRICTO DEL
MARCO CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONAL QUE REGULA
AQUELLA FIGURA, DEBE CONSIDERARSE ARBITRARIA”.

3). Al momento del aseguramiento del quejoso, no se le


hicieron saber los derechos que le asistían como detenido.

El oficial **********, refirió que el día de los hechos aseguró a


los acusados y los puso de rodillas para hacerles un cacheo; sin
embargo, esa revisión se realizó sin el consentimiento del quejoso.

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Por ello, se vulneraron las garantías de legalidad y seguridad


jurídica, ya que la responsable no tuvo en consideración que los
aprehensores no le hicieron saber sus derechos como imputado.

Se estimó que el Pacto de San José contiene diversos artículos


sobre las garantías de libertad y judiciales, de las que se desprende
que toda persona detenida o retenida debe ser informada de las
razones de su detención y notificada, sin demora, del cargo o cargos
formulados contra ella; sin que de autos se observe que ello hubiera
sucedido.

Instrumento internacional que, en su artículo 8º, relativo a las


garantías judiciales, señala que todo inculpado tiene derecho a que se
presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su
culpabilidad, así como el derecho a una comunicación previa y
detallada de la acusación formulada; garantías que no fueron hechas
valer por los aprehensores, ni apreciadas por la Juez de Control al
ratificar la detención de los imputados, ni al momento de emitirse el
auto de vinculación a proceso o al dictarse la sentencia condenatoria.

El oficial remitente tenía la obligación de hacerles saber sus


derechos, conforme a lo que dispone el artículo 154 del Código de
Procedimientos Penales para el Estado de México y las disposiciones
constitucionales aplicables. Sin que ello fuera valorado por la A Quo.

En audiencia, el oficial **********, al ser cuestionado por la


defensa, indicó que sí les leyeron los derechos de todo imputado,
pero al momento de llegar al Ministerio Público, a donde fueron
trasladados después de ser asegurados; por tanto, no se dio
cumplimiento a lo dispuesto por el artículo en comento. Se destacaron
las jurisprudencias de rubro: “DEFENSA ADECUADA. ALCANCE DE
DICHA GARANTÍA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA
(INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN RELACIÓN CON LAS
DIVERSAS IX Y X DEL ARTÍCULO 20, APARTADO A, DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL)”, y “DEFENSA ADECUADA EN LA
AVERIGUACIÓN PREVIA. LA FALTA DE ENTREVISTA PREVIA Y

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EN PRIVADO DEL INDICIADO CON SU DEFENSOR, NO


RESTA, EN TODOS LOS CASOS, EFICACIA
PROBATORIA A LA CONFESIÓN RENDIDA
(INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN RELACIÓN CON LAS
DIVERSAS IX Y X DEL ARTÍCULO 20, APARTADO A, DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL)”.

Se vulneraron los derechos establecidos en el artículo 20


constitucional, ya que no se tiene certeza de que la declaración
ministerial del quejoso, se hubiera rendido en forma voluntaria y sin
existir violencia en su persona.

Se transgredió el principio de progresividad de los derechos


fundamentales, que consiste en que una vez reconocidos los mismos
por parte del Estado, podrán ser solicitados en forma ultractiva por
parte del acusado, a efecto de que sean aplicados en su favor;
situación que no analizó el A Quo, mientras que el Ad Quem,
erróneamente estimó que operó la caducidad.

4). No se valoró oportunamente lo externado por el quejoso en


el recurso de apelación, respecto de los cuchillos que supuestamente
les fueron encontrados al momento de ser asegurados, ya que se
omitió hacer pronunciamiento sobre la cadena de custodia de dichas
armas; con lo que se soslayó el deposado de la víctima **********,
quien ante el Juez de la causa señaló la existencia de un arma; en
tanto que los policías indicaron que cada sujeto activo portó un
instrumento, siendo que nunca fueron exhibidas por la
Representación Social. Así, técnicamente se rompió la cadena de
custodia.

Por tanto, lo narrado por los policías remitentes y la víctima de


delito, generó dudas sobre la veracidad de sus dichos. Se destacó la
tesis de rubro: “CADENA DE CUSTODIA. DEBE RESPETARSE
PARA QUE LOS INDICIOS RECABADOS EN LA ESCENA DEL
CRIMEN GENEREN CONVICCIÓN EN EL JUZGADOR”.

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5). La intervención de varias personas en un hecho, da lugar a


la coautoría, siendo que puede diferenciarse la coautoría ejecutiva y
la no ejecutiva. De esta forma, la coautoría se surte cuando varias
personas en consenso y con dominio conjunto del hecho,
dividiéndose las acciones delictivas y mediante un plan común
acordado antes o durante la perpetración del suceso, concurren a la
ejecución del hecho punible; y por tanto, son responsables en
igualdad de condiciones.

A diferencia de la responsabilidad correspectiva, la coautoría,


es caracterizada por el codominio funcional del hecho, se presenta
cuando por efecto de una división de tareas, ninguno de quienes
toman parte en el hecho realiza más que una fracción de la conducta
que el tipo describe.

De esa forma, el razonamiento del Ad Quem fue erróneo, ya


que de autos se advierte que el supuesto testigo esencial no señaló
en forma clara, cuál fue la función del quejoso, a efecto de establecer
que ejecutó un acto básico o primordial a para perpetrar el hecho
criminal; tampoco estableció la existencia de un plan entre los activos
a para cometer el robo, dividiendo actos funcionales e indispensables.

El Ad Quem, no observó que en la comparecencia de la víctima


**********, a preguntas del Ministerio Público refirió que no vio bien
a los sujetos que lo desapoderaron; por ello, el acto reclamado es
contradictorio, ya que por una parte sostuvo que era factible que la
víctima no identificara a los sujetos que lo detuvieron; y por otra,
estimó que se acreditó la responsabilidad y forma de intervención del
quejoso, estableciendo con ello la existencia de un autor material por
codominio del hecho, basándose únicamente con la narrativa del
testigo en cita.

De esta forma, no se acreditó plenamente la conducta verbo


rector del tipo penal con su calificativa, ni la responsabilidad del
quejoso.

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Así, contrario a lo estimado por la responsable, fue


incorrecto que se otorgara valor pleno a un dicho aislado
del testigo, en razón de que no mencionó en qué consistió
su conducta.

6). Preció que fue objeto de tortura, en los términos siguientes:

“Es objeto de observación que el suscrito hizo de conocimiento


ante el juez natural que el mismo fue objeto de tortura,
situación que fue evidenciada por el mismo en audiencia
pública ante el oficial aprehensor que lo detuvo el día de los
hechos, aunado a que ante el referido juez natural quedó
evidenciado que el suscrito fue objeto de lesiones, son (sic)
que el natural haya hecho mención al respecto sobre la tortura
que fue objeto el suscrito, misma situación que fue manifestado
ante el Ad quem, sin que esté en el ámbito de su jurisdicción
haya dado al suscrito una respuesta efectiva en relación a esta
situación, señalando en la audiencia en la que se resolvió en
segunda instancia que dichas lesiones eran mínimas y que era
responsabilidad de la defensa del suscrito dar continuidad a la
denuncia por tortura hecha valer por el suscrito, cuando es de
explorado derecho que le corresponde al estado pronunciarse
en relación a la presencia de una denuncia de tortura, así como
a realizar diversos dictámenes psicológicos en relación a la
posible presencia de tortura en la persona del suscrito ya sea
física o verbal y no pronunciar sentencia alguna hasta el
momento de obtener el resultado de los dictámenes
psicológicos, situación que no ocurrió en primera instancia y
siendo aberrante ilógico lo señalado por la Sala en el sentido
de que eran mínimas las lesiones perpetradas en la persona
del suscrito. - - - En este sentido, el suscrito considera que al
mencionar esta que fue objeto de tortura, consistente en
agresión física, verbal y moral, y que este dicho puede ser
corroborado con el certificado médico que corre agregado
dentro de las copias certificadas que se anexaron,
correspondiente a la causa penal ventilada ante el juez de

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Juicio Oral de Zumpango, mismas que fueron agregadas a los


autos del juicio de origen del presente asunto, y que más aun,
fueron tomadas en consideración por la responsable con la
finalidad de acreditar con las mismas la existencia de la plena
responsabilidad del suscrito, respecto de los delitos que nos
ocupa, dicha carga probatoria en relación a la tortura, no debe
recaer en la suscrita, ya que esta carga recae en el juzgador
quien debe efectuar la denuncia correspondiente ante el
Ministerio Público, y a su vez, dicha autoridad judicial, debe
actuar de manera pronta, efectiva e imparcial, con la finalidad
de practicarse un examen médico independiente de
conformidad con el Protocolo de Estambul y ordenarse la
práctica de cualquier prueba necesaria para el esclarecimiento
de los hechos, para que tengan efecto en el proceso de origen
y ser objeto de análisis al momento de dictarse la sentencia
que en primera instancia debió de emitirse, lo cual debe
aplicarse en forma ultractiva en beneficio de la suscrita,
situación que no ocurrió en el presente asunto en el origen del
mismo, debido a que con la práctica de este estudio, el
resultado del mismo, en sentido positivo, la sentencia se debió
fundar en que la confesión de la suscrita, bajo coacción fue
obtenida mediante coacción, situación que se insiste dejó de
valorar el Ad quem y el Ad quo, motivo de la interposición del
presente amparo. - - - Y esto es así, pues como se desprende
de la declaración preparatoria rendida por el suscrito ante el
juez natural, de la misma se desprende que ésta, hizo la
denuncia formal de la tortura de la cual fue objeto, situación
que realizó en audiencia pública, y no obstante ello, el juez
natural, fue omiso en realizar de oficio el Protocolo
correspondiente a efecto de establecerse mediante los medios
probatorios correspondientes la existencia o no de la tortura
que fue objeto e hizo valer el suscrito, en donde se insiste fue
objeto de falta de valorización por parte del Ad quem, dicha
violación en detrimento por parte del suscrito ya sea por el A
quo, así como por el Ministerio Público Investigador. - - - A
efecto de sustentar mi dicho me permito insertar las siguientes

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

jurisprudencias, aplicables al presente asunto, solicitando


desde este momento sean tomadas en consideración al
momento de emitirse la sentencia que en derecho
proceda, mismas que a la letra señalan lo siguiente: - - -
‘ACTOS DE TORTURA. LA OMISIÓN DEL JUEZ DE
INVESTIGAR OFICIOSAMENTE LOS QUE ALEGUEN LOS
PROCESADOS, CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A LAS
LEYES DEL PROCEDIMIENTO QUE TRASCIENDE AL
RESULTADO DEL FALLO, EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO
160, FRACCIONES VIII, XIV Y XVII, DE LA LEY DE AMPARO,
VIGENTE HASTA EL 2 DE ABRIL DE 2013’, ‘CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. EFECTOS
DE SUS SENTENCIAS EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO
MEXICANO’, ‘ACTOS DE TORTURA. CUANDO LOS
ÓRGANOS JURISDICCIONALES, CON MOTIVO DE SUS
FUNCIONES, TENGAN CONOCIMIENTO DE LA
MANIFESTACIÓN DE UNA PERSONA QUE AFIRME
HABERLOS SUFRIDO, OFICIOSAMENTE DEBERÁN DAR
VISTA CON TAL AFIRMACIÓN A LA AUTORIDAD
MINISTERIAL QUE DEBA INVESTIGAR ESE PROBABLE
ILÍCITO’ ‘TORTURA. LA ACTUALIZACIÓN DE ESE DELITO
NO PUEDE PRESUMIRSE, SINO QUE DEBE PROBARSE Y
SUJETARSE A TODAS LAS REGLAS DE UN DEBIDO
PROCESO PENAL’.”

II). CONSIDERACIONES DE LA SENTENCIA RECURRIDA. El


Tribunal Colegiado calificó de infundados los conceptos de violación,
en atención a los argumentos siguientes:

A). En cuanto al tema de la flagrancia, se destacó que no se


vulneró el derecho fundamental del quejoso a la libertad personal,
bajo los siguientes argumentos:

 La libertad personal es un derecho humano que ha vivido un proceso


evolutivo de reconocimiento y protección en la Constitución Federal,
conforme además al Pacto Internacional de Derechos Civiles y

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Políticos, así como a la Convención Americana sobre Derechos


Humanos. Ese desarrollo obedeció a la constante histórica de
abusos en el ejercicio del poder; frente a ello, las normas
constitucionales y convencionales han excluido la posibilidad de que
se atente de manera arbitraria contra la libertad de las personas. En
ese sentido, de conformidad con el texto constitucional y los
instrumentos internacionales ratificados por México, la privación de la
libertad personal sólo puede efectuarse bajo las propias
delimitaciones excepcionales conforme al propio marco
constitucional, es decir, a partir del estricto cumplimiento de
determinados requisitos y garantías. Caso contrario, estaremos ante
una detención o privación ilegal de la libertad que se encuentra
prohibida tanto a nivel nacional como internacional. Una de las
formas constitucionalmente válidas para la privación de la libertad
personal es la detención en flagrancia.

 A fin de poner de manifiesto lo anterior, es necesario señalar lo que


el artículo 16 constitucional, párrafo tercero, posterior a la reforma del
dos mil ocho, establece: “Artículo. 16. Nadie puede ser molestado
[…]”.

 Del texto transcrito, se advierte que establece –entre otros aspectos–


que cualquier persona puede detener al indiciado siempre y cuando
ello suceda:

a). En el momento en que esté cometiendo un delito.


b). Inmediatamente después de la comisión del delito.

 Lo anterior, se refiere a la posibilidad de realizar detenciones en


flagrancia como una de las excepciones a la regla general
consistente en que la libertad personal no puede afectarse salvo a
través de la orden de aprehensión dictada por autoridad competente.

 El primero de los supuestos, prevé que habrá flagrancia cuando se


sorprenda a una persona durante la comisión misma del delito.

 La segunda hipótesis, dispone que también existirá flagrancia


cuando se detenga al probable responsable en el momento
inmediato posterior a la comisión del delito.

 Para determinar los alcances de la expresión “inmediatamente


después de la comisión del delito”, es conveniente buscar si existe
algún elemento en su proceso de creación que permita conocer
cuáles fueron las causas y los fines que llevaron al Constituyente a
establecer la restricción en comento, lo que implica acudir a su
interpretación causal y teleológica.

 Para ello, se atendió a la parte conducente del dictamen de las


Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Justicia de la
Cámara de Diputados; del que se advirtió que el Poder Reformador
de la Constitución consideró que el concepto de flagrancia en el
delito, es universalmente empleado como justificación a la detención
de una persona sin mandato judicial, pero que el punto de
divergencia en las distintas legislaciones es su alcance respecto del

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

momento en que ésta puede ocurrir.

 Además, señaló que respecto de los diversos


momentos en que puede realizarse la detención,
doctrinariamente se hacen las siguientes diferencias:

a). Flagrancia: Durante de la comisión del delito.


b). Cuasiflagrancia: Momento inmediato posterior al en que se
cometió el delito, cuando se genera una persecución material del
sujeto, es decir, en su huida física u ocultamiento inmediato.
c). Flagrancia equiparada: Durante un plazo de cuarenta y ocho o
hasta setenta y dos horas siguientes a la comisión de un delito
calificado como grave por la ley, y una vez que formalmente se ha
iniciado la investigación del mismo, cuando por señalamiento de la
víctima, algún testigo o participante del delito, se ubica a algún
sujeto señalado como participante en el ilícito penal, o se
encuentran en su rango de disposición objetos materiales del delito
u otros indicios o huellas de éste.

 Asimismo, el Constituyente Permanente consideró que se ha


incurrido en excesos en la regulación del concepto de flagrancia al
permitir la denominada flagrancia equiparada, toda vez que con ello
se posibilita que se lleven a cabo detenciones arbitrarias por parte de
las autoridades policiales.

 Por tanto, se estimó necesario explicar en la Constitución el concepto


de flagrancia para delimitarlo hasta lo que doctrinariamente se
conoce como cuasiflagrancia, por lo que sólo podría considerase
bajo aquel concepto los momentos de la comisión del delito y el
inmediato posterior, entendiendo por este último al que se genera
con la persecución material del sujeto, es decir, durante su huida
física u ocultamiento cuando se acaba de cometer el ilícito penal.

 Lo anterior, con la finalidad de precisar a todos los habitantes del


país, los casos en que pueden ser detenidos por cualquier persona,
sin tener una orden judicial y sin una orden de detención por caso de
urgencia expedida por la autoridad administrativa, con la finalidad de
no dejar resquicios para posibles arbitrariedades.

 En ese orden de ideas, conforme a la interpretación causal y


teleológica del Decreto que modificó del artículo 16 constitucional, la
expresión “inmediatamente después de la comisión del delito” se
refiere a lo que doctrinariamente se identificó como cuasiflagrancia,
que abarca la persecución durante la huida física u ocultamiento del
sujeto, los cuales se generan justo después de la realización del
ilícito penal.

 Así las cosas, en nuestro país el concepto de flagrancia está


limitado constitucionalmente al instante de la comisión del delito –
flagrancia stricto sensu– y al de la huida u ocultamiento del sujeto
que se generan inmediatamente después de la realización de los
hechos delictivos –cuasiflagrancia–, excluyendo la flagrancia
equiparada.

 Consideraciones que fueron sustentadas por la Primera Sala del más

17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Alto Tribunal del país, en la tesis que expresa: “FLAGRANCIA. EL


ARTÍCULO 106, PÁRRAFO TERCERO, DEL CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTOS PENALES PARA EL ESTADO DE BAJA
CALIFORNIA CONTRAVIENE EL ARTÍCULO 16
CONSTITUCIONAL, PÁRRAFO TERCERO, POSTERIOR A LA
REFORMA CONSTITUCIONAL DE 2008”.19

Precisado lo anterior, procedió a examinar la detención de


**********; y al respecto, se consideró:

 El sujeto pasivo **********, sostuvo que el dos de enero de dos


mil catorce, después de las veintitrés horas, cuando se
desempeñaba como chofer de un vehículo de transporte público de
pasajeros, de la empresa “**********”, dos cuadras antes de llegar
a la base **********, Municipio de Zumpango, Estado de México, uno
de los sujetos activos le pagó pasaje, diciéndole “bajan en la
esquina”, mientras que otro sujeto, una cuadra antes de la base, le
pagó y le dijo “cóbrate dos, bajamos en la base”, y fue cuando sintió
que lo amagaron con una arma con punta, colocándosela por atrás
del cuello, diciéndole que se detuviera; detuvo el vehículo sin apagar
el motor y los sujetos se bajaron por la parte de atrás, abriendo uno
de ellos la puerta del copiloto y enseguida subió y lo amagó,
diciéndole que se agachara y que no hiciera panchos, mientras otra
persona subió por la puerta del chofer y comenzando a circular el
vehículo, llevándolo agachado; los sujetos le dijeron que lo iban a
pasar a otro coche, que no hiciera panchos y se portara bien para
que no le pasara nada, y enseguida lo bajan del cuello, agachado o
empinado, subiendo uno de los sujetos con él a otro coche, en el que
iban otras dos personas, llevándolo agachado y diciéndole que no
hiciera panchos y no se pasara de listo, circulando dicho vehículo;
momentos después, le dijeron “bájate y corre de frente y no voltees,
porque si volteas te puede ir mal, no te regreses porque aquí te va
estar esperando alguien que te va a torcer si te regresas”; descendió

19 El artículo 106, párrafo tercero, del Código de Procedimientos Penales para el Estado de Baja
California, prevé que en el caso de delitos graves, las personas pueden ser detenidas dentro de las
setenta y dos horas posteriores a la comisión del hecho delictivo, cuando sean señaladas como
responsables por la víctima, por algún testigo o quien hubiese participado con ellos, cuando se
encuentre en su poder el instrumento o producto del delito, o aparezcan huellas o indicios que
indiquen su participación en éste. De tal forma, la porción normativa de mérito amplía a setenta y
dos horas -bajo determinados supuestos- el periodo en que puede considerarse que se está en
presencia de una flagrancia, por lo que dentro de ese plazo podrá detenerse -sin orden judicial o de
autoridad competente- al sujeto que se hubiera señalado como responsable de un ilícito penal. Así
las cosas, dicha porción normativa viola lo previsto por el artículo 16 de nuestra Carta Magna, al
establecer el término de setenta y dos horas como el periodo en el cual puede considerarse
flagrancia después de que tuvo lugar un delito, pues no cumple con el precepto constitucional
citado, el cual establece el concepto de flagrancia como al instante de la comisión del delito y al de
la huida u ocultamiento del sujeto que se generan inmediatamente después de la realización de los
hechos delictivos sin que establezca término.

Amparo directo en revisión 991/2012. 19 de septiembre de 2012. Mayoría de cuatro votos.


Disidente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas.
Secretaria: Rosalía Argumosa López.

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

del vehículo y corriendo de frente, y cuando el vehículo se


alejó, volteó y a lo lejos observó una carretera, por lo que se
dirigió a ella y observó que circulaba una patrulla a la que pido
auxilio, le informó a los policías del robo del vehículo de
servicio público y les proporcionó los datos del mismo.

 Por su parte, los elementos de Seguridad Pública del Municipio de


Zumpango, ********** y **********, sostuvieron que el primero
de ellos, aproximadamente a las veintitrés horas con treinta minutos,
cuando se encontraba a bordo de su unidad oficial en la carretera
Zumpango a Cuautitlan, en el denominado puente de fierro, a la
altura del poblado San Pedro de la Laguna, vía radio de la central de
mando, conoció del robo de un vehículo de servicio público de la
línea **********, con número económico **********, y al
realizar la vigilancia, aproximadamente diez minutos después, vio
pasar dicho vehículo sobre la carretera que va a Melchor Ocampo,
por lo que le dio seguimiento, y al verificar por vía radio si más
adelante se encontraba diversa unidad para realizar su
aseguramiento, es que **********, quien se encontraba a bordo
de la unidad **********, a la altura de la salida al circuito exterior
mexiquense, contestó a la solicitud de apoyo, por lo que le indicó que
haría su seguimiento y él le indicaría en qué momento hiciera el
cierre de la circulación; una vez que le cerraron el paso,
**********, quien quedó parado con su unidad detrás del camión,
se dirigió a realizar el aseguramiento del conductor, a quien le
encontró entre sus ropas un cuchillo y un teléfono celular, mientras
**********, quien quedó con su unidad por el frente del vehículo,
realizó el aseguramiento del sujeto que se encontraba en el asiento
del copiloto, a quien le encontró entre sus ropas un cuchillo y un
teléfono celular; por lo que procedieron a presentarlos ante el
Ministerio público.

 Así, el Ministerio Público integró la carpeta de investigación


correspondiente y dentro de las cuarenta y ocho horas
siguientes a las que fue puesto a disposición el quejoso, lo
consignó al Juez de Control, quien con base en los datos de
prueba invocados, advirtió que al momento de la detención, el
quejoso se encontraba en posesión del camión robado; motivos
por los cuales, calificó de legal la detención de **********.

Así, se consideró que no se trasgredió el derecho humano a la


libertad personal, toda vez que la detención del quejoso se llevó a
cabo al momento de la comisión del delito que se le imputó, pues así
lo señaló tanto el sujeto pasivo **********, como los elementos de
Seguridad Pública ********** y **********. De lo que se
desprendió que fue detenido instantes después de haber cometiendo
el delito que se le atribuyó; lo que condujo a su legal detención.

19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Por tanto, se coligió que no se trasgredió lo dispuesto en el


artículos 9º del Pacto Internacional de Derechos Humanos, ni lo
establecido en el arábigo 7º y 8º de la Convención Americana de
Derechos Humanos, en virtud de que no se actualizó una detención
arbitraria, sino de una que se llevó a cabo bajo la hipótesis de
flagrancia; además, se le dio la oportunidad de declarar ante el Juez
de Control, lo que hizo asistido de defensor público y pudo establecer
las circunstancias con las que no estuvo de acuerdo con la detención;
por tanto, se estimó inaplicable la tesis que citó el recurrente, a efecto
de robustecer su agravio.

B). En cuanto a la violación genérica al artículo 1º


constitucional, se afirmó que el seis de junio de dos mil once, fue
publicada en el Diario Oficial de la Federación la reforma, entre otros,
a dicho numeral; lo que obligaba al Tribunal Colegiado a respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos, para favorecer en todo
momento a las personas la protección más amplia, para lo cual, debía
verificar que nuestro orden interno fuera conforme al orden
internacional de derechos humanos, lo que no implicaba dotar de un
contenido distinto a las normas nacionales, sino establecer que son
conformes a los pactos internacionales.

Asimismo, en atención al segundo párrafo, del artículo de


referencia, como al contenido de la sentencia del expediente Varios
912/2010, se dijo que era clara la obligación de los juzgadores de
interpretar las normas de derechos humanos conforme a esa norma
suprema y los tratados internacionales en la materia, para lo cual, se
debía entender como bloque de derechos humanos, la Constitución
Federal, los tratados internacionales y las interpretaciones obligatorias
de esos ordenamientos, como las orientadoras de esos pactos entre
naciones.

En ese sentido, se calificó de infundado el agravio alegado, en

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

virtud de que el quejoso, hasta el dictado de la resolución


que constituyó el acto reclamado, gozó de los derechos
humanos y prerrogativas que le otorga la Constitución;
asimismo, de la determinación recurrida no se apreció acto de
discriminación alguno en su contra, tendente a anular o menoscabar
sus derechos.

Al respecto, se atendió a la tesis sustentada por el Pleno de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro: “IGUALDAD. LOS
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN QUE SE HAGAN VALER RESPECTO
A LA GARANTÍA PREVISTA EN EL ARTÍCULO 1o. DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL, NO PUEDEN ENTENDERSE SI NO ES
EN RELACIÓN DIRECTA CON LAS LIBERTADES QUE ÉSTA
CONSAGRA”.

C). Por otra parte, se dijo que contrario a lo alegado por el


quejoso, no se vulneró el derecho humano al debido proceso, ya que
el instruido al quejoso se apegó a las formalidades esenciales del
procedimiento acusatorio y oral, con respeto a sus derechos
fundamentales.

Se observó que el procedimiento jurisdiccional se llevó a cabo


en todas sus etapas; se cumplieron los principios de publicidad,
contradicción, continuidad e inmediación; asimismo, se observaron los
derechos del quejoso en su calidad de procesado, ya que el Juzgador
lo condenó con las pruebas que aportó el Ministerio Público, que
fueron lícitas, ya que no se obtuvieron con violación a derechos
fundamentales; se le respetó el derecho de no autoincriminación;
contando con la asesoría técnica y el conocimiento de las
consecuencias legales que ello le traería.

Conoció los hechos que el Fiscal le imputó, pues la Juez de


Control y el Tribunal de Juicio Oral fueron cuidadosos y reiterativos en

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

ello; por otra parte, tanto el quejoso (defensa material) como su


defensor (defensa técnica), tuvieron acceso a la carpeta de
investigación, y con ello, a los datos de prueba en los que el Ministerio
Público basó su acusación; con lo cual, no sólo se le facilitaron los
datos que constaban en el proceso, sino que siempre tuvo una
defensa adecuada, pues incluso ésta fue representada por un
abogado particular. Lo que se corroboró con las actuaciones de la
audiencia pública para resolver sobre su situación jurídica, de seis de
enero de dos mil catorce, así como del auto de apertura de juicio oral.

Fue condenado por los hechos que sustentaron la acusación


ministerial. En tanto que el procedimiento de segunda instancia se
aperturó a petición de parte legítima, en el que se observó se
respetaron las formalidades esenciales del procedimiento.

D). El acto reclamado fue debidamente fundado y motivado.

E). Una vez analizados los acuerdos probatorios a los que


llegaron las partes y las pruebas desahogadas en el juicio oral, el Ad
Quem, correctamente tuvo por comprobados los elementos del hecho
delictivo imputado -Robo-, con las modificativas agravantes –recaer
en un vehículo automotor y de haberse cometido con violencia-.

F). En lo relativo a la plena responsabilidad penal del quejoso,


fue correcto que la responsable la tuviera por demostrada. Y en
cuanto a su intervención, tal y como aquélla lo estimó, fue a título de
coautor, por ser quien conjuntamente con otro sujeto, se apoderaron
del vehículo y de otros objetos.

G). Fue correcto que se estimara que no se actualizó a favor


del quejoso alguna excluyente de culpabilidad; es decir, es imputable,
y no se justificó que realizara el acto bajo un error invencible de
prohibición, ni que al momento de comisión del ilícito hubieran

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

concurrido circunstancias que le impidieran abstenerse de


apoderarse del automotor y los diversos objetos. Por lo
que, ante la ausencia de alguna causa probada de
justificación, se dijo que la conducta que desplegó fue típica y
antijurídica, para tener por demostrada la existencia del delito de
Robo con las modificativas agravantes de haber recaído en un
automotor y de haberse cometido con violencia, así como la plena
responsabilidad penal del quejoso en su comisión.

H). Sobre las contradicciones aludidas por el quejoso, fueron


superadas conforme al artículo 375 del Código de Procedimientos
Penales de la entidad; más aún, en razón de que los registros que
mencionó el quejoso, no fueron incorporados a juicio, razón por la
cual, no sería dable su valoración como medios de prueba. Así, se
estimó acertado que la responsable tuviera por superadas las
contradicciones en el desarrollo de la audiencia de juicio; y por tanto,
que no trascendieron para demeritar el valor probatorio que se le
concedió al testimonio del denunciante y de los policías remitentes.

I). En cuanto a lo afirmado por el quejoso en el sentido de que


no se le hicieron de su conocimiento sus derechos en calidad de
detenido, se calificó de infundado, en razón de que esa circunstancia
no se acreditó; en tanto que los remitentes mencionaron que
recibieron cursos para la correcta aplicación de esos derechos, y
respondieron a los cuestionamientos de la defensa, en los que
expresaron que le informaron al quejoso el motivo de su detención,
que tenía derecho a guardar silencio y ser asistido por un defensor;
realizando de forma inmediata su traslado ante el Ministerio Público.

Sin que trascendiera que los aprehensores precisaran que fue


ante el Ministerio Público donde le dieron lectura al total de sus
derechos y recabaran su firma como constancia de ello.

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

A mayor abundamiento, se estableció que la Juez de Control,


previo a calificar de legal la detención del quejoso, el cual se
encontraba debidamente asistido por su defensor, le preguntó que si
en el caso se habían hecho de su conocimiento los derechos
fundamentales a los que tiene derecho por estar inmerso en un
problema de carácter penal y éste, de forma directa y sin titubeo
contestó afirmativamente; en el entendido que en la propia audiencia,
la juez otorgó el tiempo correspondiente para que aquél se
comunicara con su abogado defensor.

J). En cuanto a la manifestación del quejoso en el sentido de


que al momento de la detención fue golpeado por los aprehensores;
como bien lo refirió la Sala responsable, tal señalamiento no fue
demostrado con prueba idónea, habida cuenta que del dicho de la
perito en materia de medicina legal, vertido en diligencia de Juicio
Oral de tres de junio de dos mil catorce, se advirtió que sólo encontró
lesiones en **********, circunstancia que en principio, pudiera
apoyar sus manifestaciones, ya que refirió que al ser asegurado se le
tiró al suelo y se le dieron patadas y toques, y se le subió a la patrulla
a golpes; sin embargo, tal señalamiento de acuerdo a la opinión de la
especialista, las lesiones corresponden más a un tipo de sujeción
moderado, en la que si bien, se empleó la fuerza, esta no fue en un
grado excesivo, para efecto de detenerlo, aunado a que a su
coacusado no se le apreciaron lesiones en su cuerpo, y sin embargo,
también señaló que fue objeto de golpes por parte de los
aprehensores, por lo que en esas circunstancias, la versión defensiva
del quejoso, no fue acreditada, al no obrar dato de prueba que la
justificara, lo que conduce a establecer que el actuar de los elementos
policiacos fue bajo la observancia de los derechos fundamentales del
solicitante del amparo, al no ser agredido en la forma en que refirió.

K). Por lo que hace al señalamiento del quejoso en el sentido de que


se llevó a cabo una revisión en su persona por parte de los

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

aprehensores sin su consentimiento, actuar con el que


según su dicho se violaron sus derechos fundamentales;
tal manifestación resultó infundada debido a que de las
pruebas de cargo, se observó que el día de los hechos, el agraviado
fue asegurado a bordo de un vehículo de motor del servicio público
que fue reportado momentos antes como robado y que tal hurto se
realizó a través de violencia; luego, los elementos aprehensores de
que se trata, estaban en posibilidad de realizar una revisión de su
persona, debido a su calidad de servidores públicos facultados para
ello; y, que ante éstos, no se indicaron los motivos por los que se
encontraba en poder de los objetos del delito; aunado al hecho de que
los captores, en el desahogo de su testimonio, señalaron que tal
procedimiento de revisión es por seguridad tanto de los detenidos
como de ellos mismos; de ahí que el principio de presunción de
inocencia que de cierta forma invoca el quejoso en sus conceptos de
violación, se vio mermado debido a las pruebas de cargo que
aparecieron en su contra, aunado al hecho de que fue detenido en
posesión de los bienes muebles robados.

L). Por lo que hace al argumento del quejoso, en el que señaló


que la Sala responsable no apreció que en los autos de la causa, no
obra la cadena de custodia relacionada con los instrumentos del delito
consistentes en los cuchillos, que según se dice, fueron asegurados al
momento de su detención y la de su coacusado; se calificó de
infundado, porque aun cuando es cierto el señalamiento, también lo
era que tal elemento de prueba resultó intrascendente para eliminar
una de las agravantes del delito de que se trata, ante las
imputaciones firmes y directas que realizaron los testigos de cargo en
su contra, aunado a que éstas no fueron desvirtuados con prueba
idóneas.

M). Respecto del argumento en el que el quejoso expresó que


no se demostró el grado de participación (coautor) que se le atribuyó;

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

se calificó de infundado, porque la Sala responsable se ajustó a la


Ley aplicable al establecer que al quejoso le fue reprochable el
antisocial de que se trata, en términos de la hipótesis a que se alude
en el artículo 11, fracción I, inciso d) del Código Penal para el Estado
de México, esto es, a título de coautor.

N). Fue acertado que la responsable desestimara el testimonio


de la perito en materia de criminalística, ya que si bien hizo alusión a
sus títulos y calidades, así como la metodología y técnicas empleadas
en la elaboración de su dictamen, su opinión no reunió los requisitos
establecidos en el numeral 268 del Código adjetivo de la materia.

Ñ). Respecto a la violación al artículo 20 constitucional, se


estimó infundada, dado que de las constancias de autos se observó
que la autoridad responsable cumplió a cabalidad las garantías que
consagra dicho numeral a favor de todo inculpado, pues no fue
obligado a declarar; antes bien, se respetó en todo momento el
derecho que ejerció de no declarar, aunado a que no se observó
incomunicación, intimidación o tortura, apreciándose que en todas sus
intervenciones estuvo asistido del defensor que él mismo designó;
también se le hizo saber oportunamente, en la audiencia de control de
la detención, el nombre de quienes depusieron en su contra, la
naturaleza y la causa de su acusación.

De lo que se infirió que tuvo conocimiento de los hechos


imputados; a su vez, se le informó del derecho que le asistía de
ofrecer los testigos y demás pruebas pertinentes, al igual que a ser
juzgado en audiencia pública por una autoridad judicial perteneciente
a la jurisdicción en la que se cometió el ilícito; por otro lado, la Sala
responsable, justipreció las pruebas con que contó para la emisión del
acto reclamado y la plena responsabilidad penal del quejoso en su
comisión.

O). Con relación a la individualización de las sanciones, se estimó

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

que no conllevaba transgresión a los derechos humanos


de legalidad y seguridad jurídica establecidos por los
artículos 14 y 16 constitucionales.

P). Se calificó de correcto que la Sala responsable modificara la


sentencia de primera instancia, al establecer que la pena de prisión
impuesta debía contarse a partir del día dos de enero del año dos mil
catorce, en que se vio privado de su libertad el quejoso con motivo de
su detención; se convalidó la legalidad de la absolución de la
reparación del daño y de la orden de amonestación, así como de la
determinación de suspender los derechos políticos y civiles del
quejoso.

III). AGRAVIOS: En contra del fallo constitucional, en esencia


se reprodujeron los argumentos planteados como conceptos de
violación.

1). La autoridad responsable, así como el Tribunal Colegiado,


omitieron aplicar los criterios de la Suprema Corte, respecto de la
tortura y la flagrancia.

2). El Representante Social inició el proceso con base en la


existencia de una supuesta flagrancia; circunstancia que no se
actualizó.

3). El peritaje de valuación que se realizó por su defensa,


resultó ineficaz.

4). El Representante Social no exhibió el instrumento del delito


para dar credibilidad al hecho que pretende argumentar que existió.

5). La autoridad responsable omitió valorar oportunamente los


hechos en que se sustentó la denuncia en contra del quejoso; en la

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

especie, la Suprema Corte ha emitido criterios relacionados, sin que


fueran considerados por la responsable.

6). Reiteró los argumentos genéricos que se hicieron en la


demanda de amparo sobre la violación del artículo 1º constitucional, la
vulneración a las formalidades esenciales del procedimiento y a los
artículos 14 y 16 constitucionales.

7). Se vulneró el debido proceso, en razón de que no se analizó


a profundidad el acto reclamado, ya que no se valoraron las
anomalías que se presentaron ante el Tribunal de Juicio Oral, ya que
se soslayaron las contradicciones que existieron entre la supuesta
víctima, quien conducía el vehículo y afirmó que fue desapoderado de
éste con violencia, y los captores, que según su dicho, realizaron la
detención el día de los hechos.

8). La autoridad responsable se limitó a dar valor al hecho de


que según la víctima, en compañía de los captores que lo asistieron,
comenzaron la persecución de la unidad desapoderada hasta que se
logró su detención; con lo que se estableció el supuesto de flagrancia,
sin que ésta se hubiera actualizado.

9). No se valoró la contradicción suscitada entre los elementos


captores y la víctima; en concretó, al forma en que participó el pasivo
al momento de la detención. Aspecto que no se superó, lo que
corrobora que no se actualizó la flagrancia.

10). Los captores realizaron una revisión en la persona del


quejoso, sin que éste la consintiera; lo que no fue valorado.

11). Los captores no le informaron los derechos que le asisten a


toda persona detenida, según lo exige el Código de Procedimientos

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Penales para el Estado de México; lo que tampoco fue


materia de valoración.

12). La responsable no valoró que los elementos de la policía,


indicaron que le encontraron al quejoso un arma, consistente en una
punta de metal; sin embargo, no fue introducida al juicio oral. Por
tanto, ante la falta de ratificación por parte de la víctima, no se
actualizó la flagrancia.

13). No se valoró que los remitentes refirieron que lo


trasladaron ante el Ministerio Público en la patrulla de uno de ellos;
sin embargo, ante el Tribunal de Juicio Oral, se expresó que el
traslado ocurrió en una diversa unidad. Por lo que al existir
contradicciones, se les debió restar credibilidad, y en consecuencia,
no debieron ser objeto de valoración, por tratarse de pruebas ilícitas.

14). Finalmente, realizó la transcripción literal del concepto de


violación sexto, de la demanda de amparo.

C U A R T O. PROCEDENCIA DEL RECURSO. Debe analizarse


si es o no procedente el recurso de revisión, y si se acreditan los
requisitos de importancia y trascendencia a que hace alusión el
artículo 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, así como los Puntos Primero y Segundo del
Acuerdo General Plenario 9/2015, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el doce de junio de dos mil quince.

Así, la fracción IX, del artículo 107 de la Constitución Política de


los Estados Unidos Mexicanos, establece:

“Las controversias de que habla el artículo 103 de esta


Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se
sujetarán a los procedimientos que determine la ley
reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes:

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

[…]

IX. En materia de amparo directo procede el recurso de revisión


en contra de las sentencias que resuelvan sobre la
constitucionalidad de normas generales, establezcan la
interpretación directa de un precepto de esta Constitución u
omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido
planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y
trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales del
Pleno. La materia del recurso se limitará a la decisión de las
cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender
otras; […]”.

Conforme a la exposición de motivos de la reforma constitucional


a dicho numeral, publicada en el Diario Oficial de la Federación el
once de junio de mil novecientos noventa y nueve, se advierte que las
facultades discrecionales otorgadas a la Suprema Corte de Justicia de
la Nación para resolver sobre la procedencia del recurso de revisión
interpuesto contra sentencias dictadas por los Tribunales Colegiados
de Circuito, tienen por objeto que este Alto Tribunal deje de conocer
de aquellos asuntos en los que no deba entrar al fondo para fijar un
criterio de importancia y trascendencia; por lo cual, el precepto legal
pretende fortalecer el carácter de máximo órgano jurisdiccional de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en congruencia con el
carácter uni-instancial del amparo directo, a fin de que sólo por
excepción, pueda ser tramitada y resuelta la segunda instancia, pero
acotada sólo a aquellos casos que resulte imprescindible la
intervención de este Alto Tribunal.

En otras palabras, tratándose de juicios de amparo directo, por


regla general no procede el recurso de revisión y sólo por excepción
será procedente.
Con base en lo anterior, el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, emitió el Acuerdo 9/2015, publicado en el Diario

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Oficial de la Federación el doce de junio de dos mil


quince, cuyo punto Primero establece que el recurso
de revisión contra las sentencias que en materia de amparo directo
pronuncien los Tribunales Colegiados de Circuito, es procedente en
términos de lo previsto en los artículos 107, fracción IX, constitucional,
y 81, fracción II, de la Ley de Amparo, si se reúnen los supuestos
siguientes:

“a) Si en ellas se decide sobre la constitucionalidad o


inconstitucionalidad de una norma general, o se establece la
interpretación directa de un precepto constitucional o de los
derechos humanos establecidos en los tratados internacionales
de los que el Estado Mexicano sea parte, o bien si en dichas
sentencias se omite el estudio de las cuestiones antes
mencionadas, cuando se hubieren planteado en la demanda de
amparo, y

b) Si el problema de constitucionalidad referido en el inciso


anterior entraña la fijación de un criterio de importancia y
trascendencia.”

Luego, en ningún otro caso procederá el recurso de revisión en


contra de una sentencia dictada por un Tribunal Colegiado de Circuito
en amparo directo.

En lo relativo a los requisitos de “importancia y trascendencia”, el


punto Segundo del citado Acuerdo Plenario, señala:

“SEGUNDO. Se entenderá que la resolución de un amparo


directo en revisión permite fijar un criterio de importancia y
trascendencia, cuando habiéndose surtido los requisitos del
inciso a) del Punto inmediato anterior, se advierta que aquélla
dará lugar a un pronunciamiento novedoso o de relevancia para
el orden jurídico nacional.

También se considerará que la resolución de un amparo directo


en revisión permite fijar un criterio de importancia y
trascendencia, cuando lo decidido en la sentencia recurrida
pueda implicar el desconocimiento de un criterio sostenido por la

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Suprema Corte de Justicia de la Nación relacionado con alguna


cuestión propiamente constitucional, por haberse resuelto en
contra de dicho criterio o se hubiere omitido su aplicación.”

En ese orden de ideas, se surte la procedencia del recurso de


revisión, ya que de la reseña que se hizo del asunto, se observa que el
Tribunal Colegiado, para dar respuesta al planteamiento de tortura que
le hizo el quejoso en sus conceptos de violación, convalidó el
argumento de la Sala responsable en el sentido que no se demostró
con prueba idónea la afirmación de que al ser detenido, los remitentes
lo tiraron al suelo, le dieron patadas y toques, y lo subieron a la
patrulla a golpes; ya que de acuerdo con la pericial en medicina legal
que se desahogó en la correspondiente diligencia del juicio oral, se
advirtió que las lesiones que presentó, si bien podrían apoyar sus
manifestaciones, correspondían más a un tipo de sujeción moderado,
en la que si bien se empleó la fuerza, no fue en grado excesivo para el
efecto de detenerlo, por lo que se concluyó que el actuar de los
remitentes fue bajo la observancia de los derechos fundamentales de
los detenidos durante su aprehensión, al no haberlos agredido en la
forma que refirieron. Por su parte, el recurrente sostuvo, en el primero
de sus agravios, que el Tribunal Colegiado omitió aplicar los criterios
de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, con relación a la
tortura.

Así, se plantea un tema legítimo de constitucionalidad, relativo al


derecho fundamental a la integridad personal durante la detención.

Además, se surten los requisitos de importancia y trascendencia


del asunto, porque permitirá distinguir a esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, entre el uso de la fuerza pública en la detención,
como coligió el Tribunal Colegiado que sucedió en el caso concreto; y
un acto de tortura, según lo estimó el recurrente que aconteció.

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Por otra parte, se observa que en la demanda


de amparo, el quejoso hizo valer diversos argumentos con relación a
la legalidad de su detención bajo el supuesto de flagrante delito, así
como respecto del hecho que no fue informado de sus derechos desde
el momento mismo de su detención, y que fue objeto de revisión
corporal por los policías remitentes sin su consentimiento. Propuestas
que fueron abordadas por el Tribunal Colegiado, y sus respuestas
impugnadas en la revisión.

Por tanto, se verificará si dichos planteamientos encierran o no


temas legítimos de constitucionalidad.

Q U I N T O. ESTUDIO DE FONDO. La materia de estudio del


recurso, versara en determinar, en primer lugar, el tipo de violación
que en su caso se debe analizar con relación a la detención del
quejoso; es decir, si se trata de exceso en el ejercicio de la fuerza
pública, en los términos que se estudió en la resolución recurrida; o
bien, de un acto de tortura, como el quejoso y recurrente lo propuso.
En segundo lugar, definido el punto anterior, se verificará si el criterio
asumido por el Tribunal Colegiado, se ajustó o no la correspondiente
doctrina constitucional desarrollada por esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, con relación al tema que resulte procedente. Y
finalmente, por lo que hace a los temas de la detención del quejoso en
flagrante delito, el momento en que se le debían informar sus
derechos como detenido, y la revisión corporal de que fue objeto; se
verificará si encierran o no temas legítimos de constitucionalidad.

I. Tipo de violación que se debe analizar con relación a la


detención del quejoso.

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

El quejoso, en sus conceptos de violación, señaló que fue objeto


de tortura por parte de los policías remitentes al momento de su
detención; y al respecto, el Tribunal Colegiado convino con el criterio
de la Sala responsable en el sentido que el actuar de los aprehensores
se realizó en observancia a los derechos fundamentales en cuanto al
ejercicio de la fuerza pública en la detención; en tanto que en la
revisión, el recurrente adujo, de manera genérica, que se omitió aplicar
la doctrina constitucional relativa al derecho fundamental a no ser
objeto de tortura.

En ese orden de ideas, se impone definir el tipo de violación de


derechos humanos que en su caso pudo haberse actualizado; es
decir, en términos de los artículos 16 y 19 constitucionales, según se
consideró en la resolución recurrida; o bien, los artículos 1°, 22 y 29
constitucionales, como lo estimó el recurrente. Ello, a efecto de
determinar la doctrina constitucional aplicable al caso concreto, para
los efectos de la debida reparación, en el supuesto de que se justifique
la violación de alguno de ellos.

Así, cabe destacar que el derecho a la integridad física y


psíquica de las personas, de acuerdo con la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, al resolver el caso Montiel Flores y Cabrera
García vs. México,20 es una clase de violación que tiene diversas
connotaciones de grado que abarca desde la tortura hasta otro tipo de
vejámenes o tratos crueles, inhumanos o degradantes, cuyas secuelas
físicas y psíquicas varían de intensidad según los factores endógenos
y exógenos (duración de los tratos, edad, sexo, salud, contexto,
vulnerabilidad, entre otros) que deberán ser demostradas en cada
situación concreta.

20
Corte IDH. Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Serie C No. 220.

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Sobre la base de esa distinción, esta Primera


Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el desarrollo
doctrinal del derecho fundamental a no ser objeto de tortura, ha
sentado el criterio de que las consecuencias y efectos de los actos de
tortura que se dicen ha sufrido una persona sometida a un proceso
penal, actualizan una categoría especial y de mayor gravedad que
impone hacer un análisis cuidadoso bajo los estándares nacionales e
internacionales, en tanto que tales actos impactan en dos vertientes: la
violación a derechos humanos con trascendencia al proceso penal, y
la configuración del delito de tortura.

Afirmación que encuentra apoyo en la tesis aislada, en materia


constitucional, sustentada por esta Primera Sala, visible en la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, Libro 6, mayo de dos mil
catorce, Tomo I, número 1ª. CCV/2014 (10ª.), sustentada por este
órgano de control constitucional, de rubro y texto:

“TORTURA. CONSTITUYE UNA CATEGORÍA ESPECIAL Y


DE MAYOR GRAVEDAD QUE IMPONE LA OBLIGACIÓN DE
UN ESCRUTINIO ESTRICTO BAJO LOS ESTÁNDARES
NACIONALES E INTERNACIONALES. La prohibición de la
tortura como derecho absoluto se reconoce y protege como jus
cogens en armonía con el sistema constitucional y
convencional. En ese sentido, el artículo 22, primer párrafo, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
proscribe la tortura, mientras que el artículo 29 de la propia
Constitución Federal enfatiza que la prohibición de tortura y la
protección a la integridad personal son derechos que no pueden
suspenderse ni restringirse en ninguna situación, incluyendo los
casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o
cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o
conflicto. Además, la integridad personal es el bien jurídico cuya
protección constituye el fin y objetivo principal para prohibir la
tortura, así como otros tratos y penas crueles, inhumanas o
degradantes, lo cual también se prevé en los artículos 5 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como 7
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Además, las obligaciones adquiridas por México, en la

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la


Tortura, incluyen tipificarla como delito, investigar toda denuncia
o presunto caso de ella, así como de excluir toda prueba
obtenida por la misma. En ese orden, la tortura actualiza una
categoría especial y de mayor gravedad que impone hacer un
análisis cuidadoso bajo los estándares nacionales e
internacionales, tanto en su impacto de violación de derechos
humanos como de delito.”

Así, se estableció en la doctrina constitucional de la tortura, que


el núcleo, objetivo y fin último de su prohibición y de la de otro tipo de
tratos crueles, inhumanos o degradantes, es en realidad la tutela de un
derecho fundamental más amplio, a saber: la integridad personal
(física, psíquica y moral),21 derivado de la dignidad humana; por tanto,
inherente a su esencia, es un derecho absolutamente fundamental del
que gozan todas las personas por el solo hecho de ser seres
humanos.

Es por ello que el derecho internacional de los derechos


humanos, dispone de varios instrumentos convencionales y
declarativos que prohíben en términos absolutos la práctica de la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, y
debido a su gravedad y la capacidad de reducir la autonomía de la
persona y la dignidad humana a grados ignominiosos. Prohibición que
ha llegado a ser considerada, incluso, como una norma de jus cogens,
de derecho absoluto, que por su propia naturaleza está exento de
cualquier negociación.22

21 Un entendimiento amplio de derecho a la integridad personal (física, psíquica y moral) abarcaría


el cuerpo humano con todos sus componentes, desde las moléculas que forman sus genes, hasta
su anatomía y apariencia, así como las potencialidades intelectuales y sensoriales, incluidas las
que tienen que ver con la capacidad de experimentar dolor físico o padecimiento psicológico o
moral. Véase Canosa, Raúl, et al., El derecho a la integridad personal, en García Roca, Javier, et
al. (edit.), El Diálogo entre los Sistemas Europeo y Americano de Derechos Humanos, Madrid,
Civitas-Thomson Reuters, página 140.
22 En esa línea argumentativa, se resalta que los derechos humanos al ser consubstanciales a la

naturaleza humana no se extinguen y por tanto tendrán vigencia en tanto existan “seres humanos”.
Al respecto, Gros Espiell sostiene que “los Derechos Humanos no se extinguirán nunca, pues
siempre existirán ontológicamente”. Citado por Alejandro A. Gama Urbiza, Imprescriptibilidad de la
Acción Penal en los Delitos de Violación de la Libertad Sexual.

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Y a lo largo de la construcción de la doctrina


constitucional desarrollada con relación a la tortura,
esta Primera Sala ha hecho énfasis en que la norma más protectora
sobre el tema, se encuentra en la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura, en la que se determina se está frente
a un caso de tortura, cuando: (i) la naturaleza del acto consista en
afectaciones físicas o mentales graves; (ii) cuando las mismas sean
infligidas intencionalmente; y, (iii) con un propósito determinado, ya
sea para obtener una confesión o información, para castigar o
intimidar, o para cualquier otro fin que tenga por objeto menoscabar la
personalidad o la integridad física y mental de la persona.

Así se determinó en el Amparo Directo en Revisión 90/2014,


resuelto por unanimidad de cinco votos, en sesión de dos de abril de
dos mil catorce, presentado bajo la ponencia del señor Ministro Jorge
Mario Pardo Rebolledo; de la que resultó la tesis de jurisprudencia 1a.
LV/2015 (10a.), en materia constitucional-penal, visible en la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, Libro 15, Febrero de dos mil
quince, Tomo II, página mil cuatrocientos veinticinco, de rubro y texto
siguientes:

“TORTURA. SUS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS. Esta


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
atendiendo a la norma más protectora, prevista en la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura, estima que se está frente a un caso de tortura cuando: i)
la naturaleza del acto consista en afectaciones físicas o
mentales graves; ii) éstas sean infligidas intencionalmente; y iii)
tengan un propósito determinado, ya sea para obtener una
confesión o información, para castigar o intimidar, o para
cualquier otro fin que tenga por objeto menoscabar la
personalidad o la integridad física y mental de la persona.”
Amparo directo en revisión 90/2014. 2 de abril de 2014. Cinco votos de los Ministros
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, quien formuló voto
concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García
Villegas, quien formuló voto concurrente, y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente:
Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretaria: Nínive Ileana Penagos Robles.

37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Criterio que además resulta acorde con sostenido por la Corte


Interamericano de Derechos Humanos, al interpretar el artículo 5.2 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en concordancia
con la definición que establece el artículo 2º de la Convención
Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, en que estableció
que se está ante un acto constitutivo de tortura, cuando el maltrato: i)
es intencional; ii) cause sufrimientos físicos o mentales, y iii) se cometa
con cualquier fin o propósito.23

En ese orden de ideas, queda de manifiesto que los actos


propiamente de tortura, se guían necesariamente por un propósito
específico, que puede consistir en la obtención de una confesión o
información para castigar o intimidar, o para cualquier otro fin que
tenga por objeto menoscabar la personalidad o la integridad física y
mental de la persona.

De esta manera, es el propósito específico de la acción que


realizan los agentes de la autoridad, lo que determina la existencia de
un acto de tortura; y en consecuencia, la distingue de otro tipo de
actos de autoridad en los que se ejerza la violencia.

Por tanto, fundadamente se puede colegir que todo acto de


tortura implica necesariamente un hecho de violencia física, psíquica o
moral; sin embargo, no todo hecho de violencia física, psíquica o
moral, constituye indefectiblemente un acto de tortura.

23 Véase: Caso Espinoza Gonzáles Vs. Perú. párr. 142. En dicha resolución el propio tribunal
internacional refiere que dicho pronunciamiento tiene origen en las resoluciones siguientes: Caso
Loayza Tamayo Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 17 de septiembre de 1997. Serie C No. 33, párrafo
57; Caso J. Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de
noviembre de 2013. Serie C No. 275, párr. 362 y 364; y, Corte I.D.H., Caso Ximenes Lopes Vs.
Brasil. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio de 2006. Serie C No. 149, párr. 127.
Caso Espinoza González vs. Perú, supra, párr. 143. Caso Bueno Alves Vs. Argentina.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de mayo de 2007. Serie C No. 164, párr. 79, Caso
Mendoza y otros Vs. Argentina, supra, párr. 200. Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Fondo, supra,
párr. 102; Caso Maritza Urrutia Vs. Guatemala, supra, párr. 92; Caso Tibi Vs. Ecuador, supra, párr.
147, y Caso Baldeón García Vs. Perú, supra, párr. 119.

38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Lo que se corrobora con el hecho que en el


último párrafo, del artículo 19 de la Constitución Federal, se señala –
en lo conducente–, que todo mal trato en la aprehensión, es un abuso
que será corregido por las leyes y reprimido por las autoridades.

Y al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha


indicado que todo uso de la fuerza que no sea estrictamente necesario
por el propio comportamiento de la persona detenida constituye un
atentado contra la dignidad humana en violación del artículo 5° de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Es decir, habrá casos de violencia en la detención que no sólo


no impliquen tortura, sino que incluso estén perfectamente justificados.

Así, es claro que el uso de la violencia puede llegar a


presentarse en la detención de una persona; sin embargo, ello no
implica causal e invariablemente que en todos los casos se actualice
un supuesto de tortura. Sino que ello dependerá, como quedó
precisado con antelación, del propósito con el que el agente de la
autoridad despliega la acción.

Esto es, habrá tortura únicamente en el caso de que la violencia


se ejerza con el fin de obtener una confesión o información para
castigar o intimidar, o para cualquier otro fin que tenga por objeto
menoscabar la personalidad o la integridad física y mental de la
persona.

Trasladando esas ideas al caso concreto, a efecto de definir el


tipo de violación de derechos fundamentales que en su caso debe

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

analizarse, se tiene que en los conceptos de violación, el quejoso


señaló lo siguiente:

“Es objeto de observación que el suscrito hizo de conocimiento ante el


juez natural que el mismo fue objeto de tortura, situación que fue
evidenciada por el mismo en audiencia pública ante el oficial
aprehensor que lo detuvo el día de los hechos, aunado a que ante el
referido juez natural quedó evidenciado que el suscrito fue objeto de
lesiones, son (sic) que el natural haya hecho mención al respecto
sobre la tortura que fue objeto el suscrito, misma situación que fue
manifestado ante el Ad quem, sin que esté en el ámbito de su
jurisdicción haya dado al suscrito una respuesta efectiva en relación a
esta situación, señalando en la audiencia en la que se resolvió en
segunda instancia que dichas lesiones eran mínimas y que era
responsabilidad de la defensa del suscrito dar continuidad a la
denuncia por tortura hecha valer por el suscrito, cuando es de
explorado derecho que le corresponde al estado pronunciarse en
relación a la presencia de una denuncia de tortura, así como a realizar
diversos dictámenes psicológicos en relación a la posible presencia
de tortura en la persona del suscrito ya sea física o verbal y no
pronunciar sentencia alguna hasta el momento de obtener el resultado
de los dictámenes psicológicos, situación que no ocurrió en primera
instancia y siendo aberrante ilógico lo señalado por la Sala en el
sentido de que eran mínimas las lesiones perpetradas en la persona
del suscrito. - - - En este sentido, el suscrito considera que al
mencionar esta que fue objeto de tortura, consistente en agresión
física, verbal y moral, y que este dicho puede ser corroborado con el
certificado médico que corre agregado dentro de las copias
certificadas que se anexaron, correspondiente a la causa penal
ventilada ante el juez de Juicio Oral de Zumpango, mismas que fueron
agregadas a los autos del juicio de origen del presente asunto, y que
más aun, fueron tomadas en consideración por la responsable con la
finalidad de acreditar con las mismas la existencia de la plena
responsabilidad del suscrito, respecto de los delitos que nos ocupa,
dicha carga probatoria en relación a la tortura, no debe recaer en la
suscrita, ya que esta carga recae en el juzgador quien debe efectuar
la denuncia correspondiente ante el Ministerio Público, y a su vez,
dicha autoridad judicial, debe actuar de manera pronta, efectiva e
imparcial, con la finalidad de practicarse un examen médico
independiente de conformidad con el Protocolo de Estambul y
ordenarse la práctica de cualquier prueba necesaria para el
esclarecimiento de los hechos, para que tengan efecto en el proceso
de origen y ser objeto de análisis al momento de dictarse la sentencia
que en primera instancia debió de emitirse, lo cual debe aplicarse en
forma ultractiva en beneficio de la suscrita, situación que no ocurrió en
el presente asunto en el origen del mismo, debido a que con la
práctica de este estudio, el resultado del mismo, en sentido positivo, la
sentencia se debió fundar en que la confesión de la suscrita, bajo
coacción fue obtenida mediante coacción, situación que se insiste
dejó de valorar el Ad quem y el Ad quo, motivo de la interposición del
presente amparo. - - - Y esto es así, pues como se desprende de la
declaración preparatoria rendida por el suscrito ante el juez natural, de

40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

la misma se desprende que ésta, hizo la denuncia formal


de la tortura de la cual fue objeto, situación que realizó en
audiencia pública, y no obstante ello, el juez natural, fue
omiso en realizar de oficio el Protocolo correspondiente a
efecto de establecerse mediante los medios probatorios
correspondientes la existencia o no de la tortura que fue objeto e hizo
valer el suscrito, en donde se insiste fue objeto de falta de valorización
por parte del Ad quem, dicha violación en detrimento por parte del
suscrito ya sea por el A quo, así como por el Ministerio Público
Investigador. - - - A efecto de sustentar mi dicho me permito insertar
las siguientes jurisprudencias, aplicables al presente asunto,
solicitando desde este momento sean tomadas en consideración al
momento de emitirse la sentencia que en derecho proceda, mismas
que a la letra señalan lo siguiente: - - - ‘ACTOS DE TORTURA. LA
OMISIÓN DEL JUEZ DE INVESTIGAR OFICIOSAMENTE LOS QUE
ALEGUEN LOS PROCESADOS, CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A
LAS LEYES DEL PROCEDIMIENTO QUE TRASCIENDE AL
RESULTADO DEL FALLO, EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 160,
FRACCIONES VIII, XIV Y XVII, DE LA LEY DE AMPARO, VIGENTE
HASTA EL 2 DE ABRIL DE 2013’, ‘CORTE INTERAMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS. EFECTOS DE SUS SENTENCIAS EN EL
ORDENAMIENTO JURÍDICO MEXICANO’, ‘ACTOS DE TORTURA.
CUANDO LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES, CON MOTIVO DE
SUS FUNCIONES, TENGAN CONOCIMIENTO DE LA
MANIFESTACIÓN DE UNA PERSONA QUE AFIRME HABERLOS
SUFRIDO, OFICIOSAMENTE DEBERÁN DAR VISTA CON TAL
AFIRMACIÓN A LA AUTORIDAD MINISTERIAL QUE DEBA
INVESTIGAR ESE PROBABLE ILÍCITO’ ‘TORTURA. LA
ACTUALIZACIÓN DE ESE DELITO NO PUEDE PRESUMIRSE, SINO
QUE DEBE PROBARSE Y SUJETARSE A TODAS LAS REGLAS DE
UN DEBIDO PROCESO PENAL’”.

Por su parte, el Tribunal Colegiado, para dar respuesta al


planteamiento, hizo la siguiente anotación:

“En relación a lo anterior, cabe señalar que no se soslaya el


hecho de que el aquí quejoso señaló que al momento de la
detención fue golpeado por los aprehensores; sin embargo,
como bien lo refirió la sala responsable dentro del acto
reclamado, tal señalamiento no fue demostrado con prueba
idónea, habida cuenta que del dicho de la perito en materia de
medicina legal de nombre **********, vertido en diligencia de
juicio oral, de tres de junio de dos mil catorce, se advierte que
sólo encontró lesiones en uno de los sujetos activos del delito;
circunstancia que en principio, pudiera apoyar las
manifestaciones del coacusado del aquí quejoso, quien refirió
que al ser asegurado se le tiró al suelo y se le dieron patadas y
toques, y se le subió a la patrulla a golpes; sin embargo, tal

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

señalamiento de acuerdo a la opinión de la especialista, estas


corresponden más a un tipo de sujeción moderado, en la que si
bien, se empleó la fuerza, esta no fue en grado excesivo, para
efecto de detenerlo, aunado a que al aquí quejoso no se le
apreciaron lesiones en el cuerpo, y sin embargo, también señala
que fue objeto de golpes por parte de los aprehensores, por lo
que en esas circunstancias, la versión defensiva del quejoso de
que se trata, no se encuentra acreditada, al no obrar dato de
prueba que la justifique, lo que nos conduce a establecer que el
actuar de los elementos policíacos fue bajo la observancia de
los derechos fundamentales del solicitante del amparo, al no
ser agredido en la forma en que refiere”.

Y en contra de la misma, el recurrente, en sus argumentos de


agravio adujo que el Tribunal Colegiado omitió aplicar los criterios de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con relación a la figura de
la tortura.

En ese orden de ideas, se pone de manifiesto la propuesta del


quejoso en el sentido que al momento de su detención fue objeto de
golpes por parte de los aprehensores, que consideró como actos de
tortura; además, presentó diversas huellas de lesiones.

Sin embargo, pericialmente se determinó que dichas alteraciones


en la salud correspondían a un tipo de sujeción moderado, ya que la
fuerza empleada para detenerlo no fue excesiva.

Sin que se soslaye, de la revisión directa de las constancias, que en la


audiencia de control de la detención, se reservó su derecho a declarar,
y sin que emitiera declaración alguna en el resto de las audiencias o
diligencias del juicio oral. Además, que las lesiones que le fueron
certificadas corresponden a cuatro equimosis rojizas excoriativas de
doce centímetros por quince milímetros cada una en regiones supra
escapulares izquierda, tres equimosis rojizas excoriativas de diez
centímetros por quince milímetros en región supra escapular derecha;
y que de acuerdo con la correspondiente perito que las examinó, de

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

haberse empleado una fuerza excesiva, hubiera


rompimiento de mas vasos sanguíneos y las
equimosis hubieren perdido su forma lineal y paralela.

Y que de las declaraciones de los policías remitentes ********** y


**********, desahogadas en la audiencia del juicio oral, a interrogatorio
directo de las partes, se desprende que aseguraron al quejoso a bordo
del vehículo, momentos después de la conducta; así, el primero de
ellos detuvo su unidad de tras del vehículo robado y se dirigió a
realizar el aseguramiento del conductor, a quien le encontró entre sus
ropas un cuchillo y un teléfono celular; mientras que el segundo,
detuvo su unidad frente al vehículo robado y realizó el aseguramiento
del quejoso en el asiento del copiloto, al hacerle el cacheo le encontró
un arma punzocortante que tenía en su chamarra; lo bajó de la unidad
y lo puso en piso con las manos atrás, le hizo saber que lo detenían
por el robo del vehículo, según lo denunció el propio operador, le
hicieron saber sus derechos y los trasladaron a los detenidos ante el
Ministerio Público.

Por tanto, no se observa que los medios violentos que adujo el


quejoso, tuvieran mayor finalidad que lograr su sola detención.

Es por ello que se define que ante la ausencia un propósito


específico de obtener una confesión o información para castigarlo o
intimidarlo, o para cualquier otro fin que tuviera por objeto menoscabar
la personalidad o la integridad física y mental de la persona; las
lesiones que le fueron infringidas por los aprehensores, se usaron
únicamente para lograr su detención.

En esa tesitura, se estima correcto que el Tribunal Colegiado


verificara la constitucionalidad de ese acto bajo el parámetro del uso

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

de la fuerza pública; y no al tenor de los lineamientos del derecho


fundamental a no ser objeto de tortura.

II. Verificación del criterio asumido por el Tribunal


Colegiado, para constatar si se ajusta o no a los parámetros
constitucionales del uso de la fuerza pública en la detención.

Al resolver el Amparo Directo en Revisión 3153/2014, en sesión


de diez de junio de dos mil quince, por unanimidad de cinco de votos,
presentado bajo la ponencia del Señor Ministro Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, se destacó que era importante recordar que el artículo 16 de la
Constitución Federal, establece los supuestos y requisitos bajo los
cuales una persona puede ser detenida; concretamente: a) orden de
aprehensión; b) flagrancia; y, c) caso urgente.

Numeral que en su quinto párrafo, dispone:

“Artículo 16…

Cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en


que esté cometiendo un delito o inmediatamente después de
haberlo cometido, poniéndolo sin demora a disposición de la
autoridad más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del
Ministerio Público. Existirá un registro inmediato de la
detención.”

Por otra parte, el último párrafo, del artículo 19 constitucional


señala:

“Artículo 19…

Todo mal tratamiento en la aprehensión o en las prisiones, toda


molestia que se infiera sin motivo legal, toda gabela o
contribución, en las cárceles, son abusos que serán corregidos
por las leyes y reprimidos por las autoridades.”

44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Al respecto, se destacó que la Convención


Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo
7, consagra el derecho de toda persona a la libertad y seguridad
personal, y contiene garantías específicas que protegen el derecho a
no ser privado de la libertad ilegal o arbitrariamente, a conocer las
razones de la detención y los cargos formulados en contra de las
personas detenidas, al control judicial de la privación de la libertad y a
impugnar la legalidad de la detención.

Además, que el Comité de Derechos Humanos de la


Organización de Naciones Unidas, ha señalado que el artículo 9 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, proclama que la
libertad personal se refiere a la ausencia de confinamiento físico, no a
una libertad general de acción; en tanto que la seguridad personal, se
refiere a la protección contra lesiones físicas o psicológicas o
integridad física y moral.24

Lo que se estimó relevante, ya que en el contexto del régimen de


detenciones, el derecho a la libertad personal está profundamente
ligado a garantizar la integridad física y psicológica de la persona
detenida.

Por ejemplo, en el caso Montiel Flores y Cabrera García vs.


México, la Corte Interamericana determinó que el derecho a la
integridad física y psíquica de las personas era una clase de violación
que tenía diversas connotaciones de grado que abarcan desde la
tortura hasta otro tipo de vejámenes o tratos crueles, inhumanos o
degradantes, cuyas secuelas físicas y psíquicas varían de intensidad
según los factores endógenos y exógenos (duración de los tratos,

24 Comité de Derechos Humanos de la ONU, Observación General Nº 35 Sobre el Artículo 9


(Libertad y seguridad Personales). 16 de diciembre de 2014. Párr. 3.

45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

edad, sexo, salud, contexto, vulnerabilidad, entre otros) que deberán


ser demostrados en cada situación concreta.

El mismo tribunal interamericano, ha indicado que todo uso de la


fuerza que no sea estrictamente necesario por el propio
comportamiento de la persona detenida, constituye un atentado contra
la dignidad humana, en violación del artículo 5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.25

Sobre esa base, se determinó lo que debía entenderse por una


detención legal y legítima bajo el parámetro del uso de la fuerza
pública.

Así, se dijo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos


había determinado que una detención es ilegal:

>> Cuando no está precedida por una orden judicial;

>> No se está frente a los supuestos de flagrancia o aquellos


determinados por la legislación nacional, como sería el caso de
México, que además establece dentro de su régimen de detenciones
la figura del caso urgente; y,

>> Cuando la detención comporta un grado de arbitrariedad.26

25 Corte IDH. Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Serie C No. 220, Párrafo 133.
26 Corte IDH. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador. Excepción Preliminar, Fondo,

Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, Párrafo 96. “La
Corte advierte, en primer lugar, que la Comisión no demostró que la disposición legal que
menciona haya sido aplicada al caso concreto y, en segundo lugar, que la detención del señor
Lapo ya fue calificada como ilegal desde su inicio, justamente porque no estuvo precedida de
orden escrita de juez ni de flagrancia. Toda detención ilegal comporta un grado de arbitrariedad,
pero esa arbitrariedad está subsumida en el análisis de la ilegalidad que la Corte hace conforme al
artículo 7.2 de la Convención. La arbitrariedad de la que habla el artículo 7.3 convencional tiene un
contenido jurídico propio, tal y como se indicó en los párrafos anteriores (supra párrs. 93).”

46
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Por arbitrariedad, se dijo que el Tribunal


Interamericano había considerado aquellas causas o
métodos que podían reputarse como incompatibles con el respeto a
los derechos fundamentales del individuo, por ser, entre otras cosas,
irrazonables, imprevisibles o faltos de proporcionalidad.27

Por su parte, se estableció que esta Primera Sala había


señalado que la detención de una persona en flagrancia, se debía
realizar bajo el cumplimiento irrestricto del marco constitucional y
convencional, a fin de que no se considere arbitraria.

Así, se concluyó que para que la detención de una persona fuera


válida, debía cumplir con los siguientes requisitos:

1. Justificarse en las causas y condiciones fijadas de antemano en


la Constitución y en la ley;

2. La detención no debía ser arbitraria;

3. Las autoridades debían informar a la persona detenida, en el


momento de su detención, de las razones de la misma y notificada sin
demora de los cargos formulados en su contra;

4. La persona detenida, debía ser llevada ante la autoridad competente


que verifique la legalidad de la detención;

5. Como garantía de reparación, deberá ordenarse su libertad si la


detención fue ilegal o arbitraria.28
27 Corte IDH. Caso Fleury y otros Vs. Haití. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 23 de
noviembre de 2011. Serie C No. 236, Párrafo 57. “En cuanto a la arbitrariedad de la detención, el
artículo 7.3 de la Convención establece que "nadie puede ser sometido a detención o
encarcelamiento arbitrarios". Sobre esta disposición, en otras oportunidades la Corte ha
considerado que nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento por causas y métodos
que -aún calificados de legales- puedan reputarse como incompatibles con el respeto a los
derechos fundamentales del individuo por ser, entre otras cosas, irrazonables, imprevisibles, o
faltos de proporcionalidad.”
Disponible en: http://corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_236_esp.pdf

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Así, dentro del marco de la legalidad de las detenciones, para


que éstas no se consideren arbitrarias, se dijo que resultaba necesario
que se analizaran los deberes y obligaciones de las autoridades
tratándose de la detención y los parámetros válidos para usar la fuerza
pública, a efecto de que no fuera considerada arbitraria e implicara
una violación a la integridad personal del detenido; derecho que se
encontraba reconocido como aquéllos de ius cogens, y por lo tanto,
era inderogable y sus limitaciones debían ser adecuadamente
fundamentadas y absolutamente excepcionales.

De esta forma, se dijo que tomando en consideración lo


dispuesto en el artículo 7 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y en consonancia con diversos criterios de derechos
humanos, otros derechos y garantías que también deben ser
respetados durante la detención del inculpado, eran los siguientes:

a) El empleo la fuerza estrictamente necesaria, debía realizarse con


pleno respeto a los derechos humanos del detenido.29
b) Los funcionarios facultados para llevar a cabo el arresto, debían estar
debidamente identificados.

c) Debían exponerse las razones de la detención, lo que incluía no solo


el fundamento legal general del aseguramiento, sino también
suficientes elementos de hecho que sirvieran de base a la denuncia,
como el acto ilícito comentado y la identidad de la presunta víctima.

28 “FLAGRANCIA. LA DETENCIÓN DE UNA PERSONA SIN EL CUMPLIMIENTO IRRESTRICTO


DEL MARCO CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONAL QUE REGULA AQUELLA FIGURA, DEBE
CONSIDERARSE ARBITRARIA.” Tesis aislada. Décima época, Primera Sala, Semanario Judicial
de la Federación, mayo de 2014. Registro 2006476.
29 Corte IDH. Caso Servellón García y otros Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas.

Sentencia de 21 de septiembre de 2006. Serie C No. 152, Párrafo 86. La Convención ha


consagrado como principal garantía de la libertad y la seguridad individual la prohibición de
la detención o encarcelamiento ilegal o arbitrario. La Corte ha manifestado que el Estado, en
relación con la detención ilegal, "si bien [...] tiene el derecho y la obligación de garantizar su
seguridad y mantener el orden público, su poder no es ilimitado, pues tiene el deber, en todo
momento, de aplicar procedimientos conformes a Derecho y respetuosos de los derechos
fundamentales, a todo individuo que se encuentre bajo su jurisdicción.”

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Por razones, se entiende la causa oficial de la detención y


no las motivaciones subjetivas del agente que la realiza.
Con la notificación oral de las razones de la detención, se
satisface el requisito de informar al detenido en un idioma que
comprenda.30

d) Debe establecerse claramente bajo la responsabilidad de cuáles


agentes es privado de la libertad el detenido. Esto incluye una clara
cadena de custodia.

e) Debe verificarse la integridad personal o las lesiones de la persona


detenida.

f) También debe constar en un documento la información completa e


inmediata de la puesta a disposición del sujeto detenido ante la
autoridad que deba calificar su detención.

Luego, se estableció que conforme a la jurisprudencia


internacional, el uso de la fuerza pública por parte de las fuerzas de
seguridad, debía atender a criterios de motivos legítimos, necesarios,
idóneos y proporcionales.31

(1) La legitimidad. Se dijo que se refería tanto a la facultad de quien la


realizaba como a la finalidad de la medida. Es decir, que la misma
sea inherente a las actividades de ciertos funcionarios públicos para
preservar el orden y seguridad pública, pero únicamente puede ser
utilizada en casos muy específicos —por ejemplo, si la persona

30 Comité de Derechos Humanos de la ONU, Observación General Nº 35 Sobre el Artículo 9


(Libertad y seguridad Personales). 16 de diciembre de 2014. Párr. 25 y 26. Ver también Corte IDH.
Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Serie C No. 220, Párrafo 105. Esta Corte ha
establecido que, a la luz del artículo 7.4 de la Convención Americana, la información de los
"motivos y razones" de la detención debe darse "cuando ésta se produce", lo cual constituye un
mecanismo para evitar detenciones ilegales o arbitrarias desde el momento mismo de la privación
de libertad y, a su vez, garantiza el derecho de defensa del individuo. Asimismo, esta Corte ha
señalado que el agente que lleva a cabo la detención debe informar en un lenguaje simple, libre de
tecnicismos, los hechos y bases jurídicas esenciales en los que se basa la detención. No se
satisface el artículo 7.4 de la Convención si sólo se menciona la base legal.
31 Caso Fleury y otros vs. Haití. Op. Cit. Párrafo 74.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

pretendía huir u oponía resistencia— y cuando otros medios


resultaran ineficaces o no garantizaran el logro del resultado.

(2) La necesidad. La fuerza pública debía ser utilizada solamente cuando


fuera absolutamente necesario y se debían agotar primero, los
medios no violentos que existieran para lograr el objetivo que se
buscaba; cuando las alternativas menos restrictivas fueran agotadas y
no dieran resultados, máxime que la necesidad de la acción de usar
la fuerza se determinaba en función de las respuestas que el agente o
corporación deba ir dando a los estímulos que reciba. Era preciso
verificar si la persona que se pretendía detener, representaba una
amenaza o peligro real o inminente para los agentes o terceros.32

(3) La Idoneidad. Es decir, si el uso de la fuerza era el medio adecuado


para lograr la detención.

(4) La proporcionalidad. Debía haber correlación entre la fuerza pública


usada y el motivo que la detona. El nivel de fuerza utilizado debía ser
acorde con el nivel de resistencia ofrecido. Así, los agentes debían
aplicar un criterio de uso diferenciado y progresivo de la fuerza,
determinando el grado de cooperación, resistencia o agresión de
parte del sujeto al que se pretendía intervenir; y con ello, emplear
tácticas de negociación, control o uso de fuerza según
correspondiera.33

Ahora bien, en cuanto al caso concreto, se advierte que el


Tribunal Colegiado, con relación al tema del ejercicio de la fuerza
pública en la detención, se concretó a convalidar la legalidad del
criterio asumido por la Sala responsable, en el sentido que no se
habían violado los derechos fundamentales del quejoso a no ser
agredido en la detención, ya que no estaba acreditado con prueba

32 Corte IDH, Caso Nadge Dorzema y Otros vs. República Dominicana, Sentencia de Fondo,
Reparaciones y Costas de 24 de octubre de 2012, párr. 85. Disponible en:
http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_251_esp.pdf
33 Ídem.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

idónea que se hubiera empleado la fuerza física en


exceso o la tortura por parte de los aprehensores,
pues de acuerdo con la pericial en medicina legal que se desahogó en
la correspondiente audiencia del juicio oral, las alteraciones en la salud
que se le infligieron, correspondían a un tipo de sujeción moderado,
por lo que la fuerza empleada para detenerlo no había sido excesiva.

En ese orden de ideas, se estima que la interpretación que hizo


el Tribunal Colegiado, no se ajustó a la integridad de la doctrina
constitucional destacada; pues su criterio se basó exclusivamente en
el tipo de lesiones que presentó el quejoso y en la opinión de una
perito médico; soslayando el resto de los lineamientos constitucionales
destacados.

Por tanto, lo procedente en derecho es que, en la materia de la


revisión, se revoque la sentencia recurrida y se devuelvan los autos al
Tribunal Colegiado, para el efecto de que ajuste su criterio a la
doctrina constitucional que se le destacó, y al tenor de los mismos,
califique de nueva cuenta el ejercicio de la fuerza pública que se
desplegó en la detención del quejoso; pronunciándose, en su caso,
sobre las consecuencias jurídicas a que hubiera lugar.

III. En otro orden de ideas, con relación a los temas de la


detención del quejoso en flagrante delito; el momento en que se le
deben informar sus derechos como detenido; y la revisión corporal de
que fue objeto. Se verificará sí encierran o no temas legítimos de
constitucionalidad.

A. Flagrancia.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Para dar respuesta a los diversos planteamientos que hizo el


quejoso en el sentido de que en su detención no se actualizó ese
supuesto; el Tribunal Colegiado se apoyó en las consideraciones que
esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
sostuvo al resolver el Amparo Directo en Revisión 991/2012, en sesión
de diecinueve de septiembre de dos mil doce, por mayoría de cuatro
votos,34 bajo la Ponencia de la Señora Ministra Olga María Sánchez
Cordero.

Luego, al tenor de las declaraciones del pasivo **********, y de los


elementos de Seguridad Pública del Municipio de Zumpango, **********
y **********, examinó las circunstancias de la detención del quejoso, y
observó que fue asegurado instantes después de haber cometiendo el
delito de robo del vehículo que se le atribuyó.

Por tanto, se colige que el Tribunal Colegiado no realizó


interpretación alguna respecto del tema de la flagrancia; sino que se
concretó a aplicar el estudio que sobre el artículo 16 constitucional ha
sustentado esta Primera Sala. Lo que implica que se trata de un
aspecto de mera legalidad; y en consecuencia, resultan inoperantes
los argumentos de agravio enderezados a combatir ese tema.

B. Momento en que se deben informar de sus derechos a los


detenidos.

El quejoso reiteró en sus conceptos de violación que los


remitentes no le informaron de los derechos que le asistían como
detenido; y al respecto, el Tribunal Colegiado señaló lo siguiente:

34De los señores Ministros: Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz, Olga
Sánchez Cordero de García Villegas (Ponente) y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. En
contra del emitido por el Señor Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.

52
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

“… respecto de los argumentos del quejoso, en el


sentido de que, al momento del aseguramiento no se
le hizo de su conocimiento sus derechos en calidad
de detenido, circunstancia que no se encuentra
acreditada, pues no solo se advirtió que los remitentes
expresaron haber recibido cursos para la correcta aplicación de
dichos derechos, sino que incluso, respondieron a los
cuestionamiento de la defensa señalando que parte de esos
derechos lo fue informar al aquí quejoso el motivo por el cual se
llevó a cabo su detención, haciéndole de su conocimiento que lo
fue ante la acusación del delito de robo de vehículo, entre otros,
que tiene derecho a guardar silencio y ser asistido por un
defensor, realizando de manera inmediata su traslado ante el
Ministerio Público, sin que resulte trascendente que los
aprehensores precisaran que ya fue ante el Ministerio Público en
donde le dieran lectura al total de sus derechos y recabaran su
firma como constancia de ello, pues se insiste, se advierte que
en el momento mismo del aseguramiento dichos derechos
también se los hicieron saber de manera verbal (…). - - -A mayor
abundamiento resulta pertinente establecer que la juez de
control previo a calificar de legal la detención del aquí quejoso,
el cual se encontraba debidamente asistido por su defensor, le
preguntó que si en el caso se habían hecho de su conocimiento
los derechos fundamentales a los que tiene derecho por estar
inmerso en un problema de carácter penal y éste de forma
directa y sin titubeo alguno contestó afirmativamente; en el
entendido de que en la propia audiencia la juez otorgó el tiempo
correspondiente para que aquél se comunicara con su abogado
defensor”.

En ese orden de idea, queda de manifiesto que el planteamiento


del quejoso se verificó y analizó en un plano de estricta legalidad,
circunscrito al mero ámbito de las pruebas, a efecto de corroborar
únicamente si se informó o no al quejoso de sus derechos al momento
de su detención; y por tanto, al no implicar interpretación constitucional
o convencional alguna respecto del correspondiente derecho, el tema
queda fuera de la litis del recurso.

Consecuentemente, resultan inoperantes los argumentos de


agravio que tienden a combatir el tema.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

C. Revisión corporal del quejoso sin su consentimiento al


momento de su detención.

En respuesta a los planteamientos del quejoso en el sentido de


que al momento de su detención, los remitentes lo sometieron a una
revisión física sin su consentimiento; el Tribunal Colegiado puntualizó:

“(…) cabe señalar que tal manifestación resulta infundada


debido a que de las pruebas de cargo que han sido invocadas
en párrafos que anteceden y que se tienen por reproducidas en
este punto en obvio de repeticiones innecesarias, se coligue que
el día de los hechos el agraviado fue asegurado a bordo de un
vehículo de motor del servicio público que fue reportado
momentos antes como robado y que tal hurto se realizó a través
de violencia; luego, los elementos aprehensores de que se trata,
estaban en posibilidad de realizar una revisión de su persona,
debido a su calidad de servidores públicos facultados para ello;
y, que ante éstos no se indicaron los motivos por los cuales se
encontraba en poder de los objetos del delito; aunado al hecho
de que los elementos captores en el desahogo de su testimonio
señalaron que tal procedimiento de revisión es por seguridad
tanto de los detenidos como de ellos; de ahí que el principio de
presunción de inocencia que de cierta forma invoca el quejoso
en sus conceptos de violación, se vio mermado debido a las
pruebas de cargo que surgen en su contra, aunado al hecho de
que fue detenido en posesión de los bienes muebles robados…”.

Consideraciones que en modo alguno implican una interpretación


constitucional; pues esencialmente coinciden con lo que esta Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, determinó al
resolver el amparo directo en revisión 3463/2012, fallado en sesión de
veintidós de enero de dos mil catorce, por unanimidad de votos, bajo
la Ponencia del Señor Ministro José Ramón Cossío Díaz; en el que,
entre otras cuestiones, se destacó:

 La finalidad de los controles preventivos provisionales es evitar la


comisión de algún delito, salvaguardar la integridad y la vida de los
agentes policiacos, o corroborar la identidad de alguna persona, con

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

base en información de delitos previamente denunciados


ante la policía o alguna autoridad.

 En este sentido, la realización de esos controles excluye la


posibilidad de que la autoridad pueda detener a una persona sin
causa mínima que lo justifique, de lo contrario, bajo una circunstancia
abstracta -como la apariencia física de las personas, su forma de
vestir, hablar o comportarse-, podrían justificar su detención y
revisión física cuando es evidente que no existen circunstancias que
permitan explicar la sospecha de que se está cometiendo un delito.

 Por tanto, para que se justifique la constitucionalidad de un control


preventivo provisional es necesario que se actualice la sospecha
razonada objetiva de que se está cometiendo un delito y no sólo una
sospecha simple que derive de un criterio subjetivo del agente de la
autoridad.

 Así, las circunstancias para acreditar empíricamente la sospecha


razonable objetiva son relativas a los objetos materiales del ilícito, los
sujetos, lugares y horarios descritos por las víctimas y los testigos de
algún delito con las denuncias que haya recibido la policía.
 En este contexto, las condiciones en las cuales la policía estará en
posibilidad de llevar a cabo un control de detención, se actualizan
cuando la persona tenga un comportamiento inusual, así como
conductas evasivas y/o desafiantes frente a los agentes de la policía.

 Sin embargo, en la actualización del supuesto de sospecha


razonada, no existe la condición fáctica descrita, la comisión del
delito evidente y apreciable de forma directa, pero sí las condiciones
circunstanciales que justifican la realización de un control preventivo
provisional por parte de los agentes de la autoridad, ya sea porque
haya una denuncia informal o anónima, o porque el sujeto exteriorice
acciones que objetivamente den lugar a considerar que se pretende
ocultar la realización de un delito.

55
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

 Aunado a lo anterior, las condiciones fácticas son las que van a


determinar el grado de intensidad del control preventivo por parte de
la autoridad.

 En este sentido, existen dos tipos de controles que pueden


realizarse:

 1. Preventivo en grado menor, en el cual, los agentes de la policía


pueden limitar provisionalmente el tránsito de personas y/o vehículos
con la finalidad de solicitar información a la persona controlada, por
ejemplo, su identidad, ruta, motivos de su presencia, etcétera.

 En este control preventivo de grado menor, también los agentes de la


policía pueden efectuar una revisión ocular superficial exterior de la
persona o del interior de algún vehículo.

 2. Preventivo en grado superior, el cual está motivado objetivamente


por conductas proporcionales y razonablemente sospechosas, lo que
implica que los agentes policiales estén en posibilidad de realizar
sobre la persona y/o vehículos un registro más profundo, con la
finalidad de prevenir algún delito, así como para salvaguardar la
integridad y la vida de los propios agentes.
 En este supuesto, éstos podrían, además, registrar las ropas de las
personas, sus pertenencias así como el interior de los vehículos. Este
supuesto se actualiza si las circunstancias objetivas y particulares del
delito y el sujeto corresponden ampliamente con las descritas en una
denuncia previa, o bien si los sujetos controlados muestran un alto
nivel de desafío o de evasión frente a los agentes de la autoridad.

 En consecuencia, si después de realizar el control provisional


legítimo los agentes de la policía advierten la comisión flagrante de
algún delito, la detención del sujeto controlado será lícita, y también
lo serán las pruebas descubiertas en la revisión que, a su vez,
tendrán pleno valor jurídico para ser ofrecidas en juicio.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Precedente que dio origen el criterio aislado,


consultable en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Libro 27, Febrero de dos mil dieciséis, Tomo I, número
1a. XXVI/2016 (10a.), página seiscientos sesenta y nueve de rubro:
“CONTROL PROVISIONAL PREVENTIVO. PARÁMETROS A
SEGUIR POR LOS ELEMENTOS DE LA POLICÍA PARA QUE
AQUÉL TENGA VALIDEZ CON POSTERIORIDAD A LA DETENCIÓN
EN FLAGRANCIA.”

Así, el Tribunal Colegiado, acorde a los citados parámetros de


regularidad constitucional, destacó que uno de los aprehensores tuvo
noticia de la comisión de un delito por la comunicación que le hizo la
víctima en el sentido que fue despojada de su vehículo a través de la
violencia, por lo que pidió apoyo a otra unidad; lo que justificó que al
momento de la detención del quejoso, procedieran a su revisión
corporal. Ello, sin lugar a dudas en aras de salvaguardar su propia
integridad personal.

En ese orden de ideas, resultan inoperantes los agravios que


se expresaron para combatir esa determinación.

IV. Finalmente, resultan inoperantes el resto de los argumentos


de agravio que expresó el recurrente, ya que tienden a combatir
aspectos de mera legalidad; relacionados esencialmente con la
valoración de pruebas y las contradicciones entre los policías
aprehensores y la víctima del delito.

Lo anterior, conforme a la jurisprudencia sustentada por esta


Primera Sala, en materia común, visible en el Semanario Judicial de la

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

Federación y su Gaceta, Tomo XXV, Mayo de dos mil siete, número


1a./J. 56/2007, página setecientos treinta, que literalmente dispone:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. SON INOPERANTES


LOS AGRAVIOS QUE ADUZCAN CUESTIONES DE MERA
LEGALIDAD. Conforme a los artículos 107, fracción IX, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 83,
fracción V, de la Ley de Amparo, relativos al recurso de revisión
en amparo directo, es competencia de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en esta instancia el estudio de cuestiones
propiamente constitucionales. Por tanto, si se plantean tanto
agravios sobre constitucionalidad de normas generales o de
interpretación directa de preceptos de la Constitución, como
argumentos de mera legalidad, éstos deben desestimarse por
inoperantes”.

En ese orden de ideas, lo procedente en derecho es, en la


materia de la revisión, revocar la sentencia recurrida y devolver los
autos al Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo
Circuito, para el efecto de que ajuste su criterio a la doctrina
constitucional que se le destacó, y al tenor de los mismos, califique de
nueva cuenta el ejercicio de la fuerza pública que se desplegó en la
detención del quejoso; pronunciándose, en su caso, sobre las
consecuencias jurídicas a que hubiera lugar.

Por lo antes expuesto y fundado, se

RESUELVE:

P R I M E R O. En la materia de la revisión, se revoca la


sentencia recurrida.

S E G U N D O. Devuélvanse los autos relativos al Tercer


Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito, para los
efectos precisados en el último apartado de esta ejecutoria.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 6371/2015

N o t i f í q u e s e; con testimonio de esta


ejecutoria, devuélvanse los autos relativos al lugar de su origen; y,
en su oportunidad archívese el toca como asunto concluido

En términos de lo previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y
Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información
considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.

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