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Coloquio
Teoría de la Arquitectura y
Teoría del Proyecto
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coloquio “Teoría de la Arquitectura y Teoría del Proyecto”
compilador: Jorge Sarquis
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Noviembre 2003
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coloquio
Teoría de la Arquitectura
y Teoría del Proyecto
Jorge Sarquis
compilador
nobuko
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coloquio
Teoría de la Arquitectura
y Teoría del Proyecto
Jorge Sarquis, Graciela Silvestri, Gastón Breyer, Roberto Doberti,
Justo Solsona, Helio Piñón, Javier Seguí de la Riva, Pablo Sztulwark,
Jorge Cortiñas, Silvio Grichener, Jorge Mele, Horacio Pando,
Milo Sessa, Gabriela Siracusano, Miro Speranza, Javier Tomei
Jorge Sarquis
compilador
Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias sobre Creatividad
en Arquitectura | POIESIS | SICyT |
FADU | UBA
mdaa
Maestría en Diseño Arquitectónico
Avanzado | MDAA | FADU | UBA
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índice
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introducción a los coloquios sobre “teoría de la arquitectura
y teoría del proyecto” 2001 y 2002
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
jorge sarquis
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introducción a los coloquios “teoría de la arquitectura y teoría del proyecto” | jorge sarquis
1º coloquio 2001
“teoría de la arquitectura y teoría del proyecto”
Estas Jornadas son preparatorias de las que se realizarían el año en-
trante –con invitados del exterior– para debatir el tema del título, que
creemos sumamente necesario de incorporar al debate disciplinar.
objetivo: se trató de discutir los problemas contemporáneos de las teorías
de la arquitectura y el proyecto, su vigencia, su pertinencia, su carácter
y su rol en el pensamiento clásico, así como en el moderno en el último
tercio de este siglo y en la arquitectura contemporánea.
Este evento preliminar se realizó los días 13 y 14 de Noviembre de 2001,
con los siguientes invitados:
martes 13 de noviembre:
15.00 hs. a 15.30 hs. apertura: Arq.Roberto Doberti: Secretario de In-
vestigación en Ciencia y Técnica, FADU.
15.30 hs. a 16.00 hs. presentación: Arq. Jorge Sarquis, (POIESIS – SICyT)
16.00 hs. a 16.30 hs. Arq.Graciela Silvestri. (MDAA – Posgrado FADU)
mesa de trabajo nº 1
17.00 hs. a 18.30 hs. “La teoría de la arquitectura y del proyecto en los ‘60”
coordina: Arq. Rubén Cherny
participantes: Arquitectos Manuel Borthagaray, Gastón Breyer,
Alfredo Ibarlucia, Horacio Pando.
comentadores: Rafael Iglesias, C. Méndez Mosquera.
mesa de trabajo nº 2
19.00 hs. a 21.00 hs. “Teoría y Formación”
coordina: Arq. Daniel Ventura
participantes: Profesores Arq. Jorge Mele, Dra. Epistemología Denise
Najmanovich, Prof. Filosofía Carlos Savransky, Arq. Pablo Sztulwark
comentadores: Miro Esperanza y Pancho Moskovits.
miércoles 14 de noviembre:
mesa de trabajo nº 3
15.30 hs. a 17.30 hs. “La teoría de la arquitectura y el proyecto hoy”
coordina: Arq. Javier Sáez.
participantes: Arquitectos Jorge Cortiñas, Sergio Forster, Pancho
Liernur, Javier Tomei.
comentadores: H. Salama, Milo Sessa.
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
mesa de trabajo nº 4
18.00 hs. a 20.00 hs. “Teoría y Profesión”
coordina: Arq. Daniel Becker
participantes: Arquitectos Oscar Fuentes, Rafael Iglesia (Rosario),
Justo Solsona.
comentadores: Eduardo Leston, Claudio Ferrari.
2º coloquio 2002
“teoría de la arquitectura y teoría del proyecto.”
martes 12 de noviembre:
teoría del proyecto
coordina: Jorge Sarquis
15.00 hs. apertura: Secretario de Posgrado: Hernán Araujo.
15.30 hs. a 16.00 hs. Presentación por Posgrado Justo Solsona,
Director Maestría en Diseño Arquitectónico Avanzado.
16.00 hs. a 17.00 hs. Presentación por Investigadores de la FADU,
Arq. Gastón Breyer.
17.30 hs. a 19.00 hs. Mesa Redonda sobre “Teoría del Proyecto”.
coordina y presenta: Jorge Sarquis
participantes: Arqs. Pablo Sztulwark, Enrique Longinotti,
Roberto Doberti.
19.00 hs. a 20.00 hs. Debate y Cierre coordinado por Jorge Sarquis
miércoles 13 de noviembre:
teoría de la arquitectura
coordina: Graciela Silvestri
15.00 hs. a 16.00 hs. “Teoría de la Arquitectura” por Pancho Liernur
16.00 hs. a 17.00 hs. Mesa Redonda sobre “Teoría de la Arquitectura”:
coordina y presenta: Prof. Carlos Savransky
participantes: Arqs. Silvio Grichener, Jorge Mele, Tito Varas,
17.00 hs. a 17.30 hs. Debate
18.00 hs. a 19.30 hs. Mesa Redonda sobre “Las Teorías en las Artes
Contemporáneas”
coordina y presenta: Graciela Silvestri
participantes: Prof. Filosofía y Letras, Lic. Federico Monjeau y Dra.
UBA Gabriela Siracusano
20.00 hs. Cierre por Jorge Sarquis
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ponencias
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Jorge Sarquis *
“Al decir aun una palabra acerca de la teoría, de cómo debe ser el mundo, la filosofía por lo demás llega siempre
demasiado tarde. Como pensar del mundo surge por primera vez en el tiempo, después que la realidad ha
cumplido su proceso de formación y está realizada. Esto que el concepto enseña, la historia lo presenta justa-
mente necesario; esto es, que primero aparece lo ideal frente a lo real en la madurez de la realidad, y despues él
crea a este mismo mundo, gestado en su sustancia, en forma de reino intelectual. Cuando la filosofía pinta el
claroscuro, ya un aspecto de la vida ha envejecido, y en la penumbra no se le puede rejuvenecer, sino sólo
reconocer: El búho de Minerva inicia su vuelo al caer el crepúsculo”.
HEGEL, Georg. “Filosofía del Derecho”. Prefacio. Juan Pablo Editor, México, 1980, pág. 36.
“¿Puede el arte ser tratado científicamente? El término “científico” no se entiende aquí en su restringida acep-
ción positivista, sino que apunta al saber y sus condiciones: rigor, objetividad, necesidad y sistematicidad.”
De HEGEL, citado por Vicente GÓMEZ, “Pensar el arte que piensa. Hegel y Adorno.” Edic. Epistéme, S.L.
Vol. 159, Colección Eutopia, Valencia, España, 1997.
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4.
KANT, Inmanuel, “Teoría y Prácti- breve texto “En torno al tópico: tal vez eso sea correcto
ca”, Ed. Tecnos “Clásicos del pensa- en teoría, pero no sirve para la práctica” 4 predica y se
miento” 24. Ed. Madrid, 2000.
5.
AGACINSKI, Silvia. Ponencia pre- muestra a favor de la teoría (1793) después de haber
sentada en un Coloquio y publicado escrito las tres Críticas. En contra vamos a registrar a
traducido en el Nº 1 de la Revista “Pa- Silvia Agacinski 5, en su artículo “Partes de la invención”
sajes, de teoría y crítica del arte y la
arquitectura”, el primer semestre del publicado en la Revista Pasajes. No podemos ignorar
2000, publicada por el Centro de Es- el debate que desde los orígenes de la metafísica se da
tudios Amancio Williams. entre la filosofía de las grandes ideas teóricas y las fi-
6.
“ANTHROPOS” 94/95 “Filosofía de
la Tecnología” 1989, Ed. Anthropos, losofías de la técnica, y al respecto es excelente el nú-
Barcelona. Manuel Medina y Miguel mero monográfico de “Filosofía de la Tecnología” 6 con
Quintanilla, autores de los artículos los escritos: “Mito de la teoría y filosofía de la tecno-
citados.
7.
MORALES, José Ricardo. Del libro logía” y “Las virtudes de la racionalidad instrumental”.
“ARQUITECTÓNICA; sobre la idea No podemos dejar de citar al arquitecto y autor de obras
y el sentido de la arquitectura” (pág. de teatro, con importantes escritos sobre el tema que
135). Ed. Biblioteca Nueva, Madrid
1999. nos convoca: José R. Morales, en su Segunda Parte:
Teoría, y el capítulo “Teoría y crítica de la arquitectu-
ra” 7. La estética aporta también sus teorías para la com-
prensión de la arquitectura, como fenómeno sensible
tanto para la producción como para la recepción de ar-
quitectura. Pero sin duda es, como tantas veces,
Aristóteles quien ilumina el camino hacia nuestra pro-
puesta de solución. Finalmente aportaremos nuestros
propios desarrollos al tema.
Voy a intentar aportar al debate, mostrando ambas po-
siciones y desde luego abonando la que sostengo. Debo
remarcar que la resistencia se plantea básicamente en tér-
minos de considerar a la arquitectura, como una acti-
vidad centralmente práctica que no depende actualmente
–como en el pensamiento clásico– de consideraciones
y/o juicios teóricos.
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la teoría de la arquitectura, entre la sophía y la episteme | jorge sarquis
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Sabiduría: sophia
En el orden de la
Intuición: nous
teoría tenemos
Ciencia: episteme
Prudencia: phronesis
En el orden de la
práctica establece Poiesis
tejné
(arte):
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Graciela Silvestri *
1- un problema
La arquitectura de los ‘90 se movió a partir de un puñado de conviccio-
nes que constituían un clima de ideas de época: la caída de los grandes
relatos que daban sentido a la historia, el reconocimiento de los avan-
ces tecnológicos que amenazaban con trastocar la vieja oposición na-
tural/artificial, la celebración de lo efímero, lo fragmentario, lo insustancial,
lo fluyente y móvil, el caos indeterminado que ni aún las vanguardias
clásicas habrían reconocido con tal radicalidad. Muchos se apresura-
ron a aceptar este mundo sugerente tal como les venía dado, ya que el
siglo XX, con sus manifiestos dogmáticos, correspondidos con genocidios
y hongos atómicos, no parecía referencia muy edificante. Otros, los que
estaban formados en la vieja obligación ética del arte, deslizaron su re-
sistencia al proceso de organización de la forma, entendida en sus valencias
morfológicas (toda la corrección política, desde la literatura hasta la
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en el círculo mágico del lenguaje: la teoría de la arquitectura contemporánea | graciela silvestri
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que pasó con el concurso del Ground Zero, donde había que casar,
programáticamente, shoppings con aspiraciones religiosas, muerte y
tragedia con especulación del suelo. La intelligentzia norteamericana cayó
–por censura o autocensura– bajo los designios del pale hearthed fear
que ya no pudo ser acusado de mentir. Y el miedo es reaccionario: los
trabajos sobre el ground Zero distaron de ser experimentales. El gana-
dor, Libeskind, propuso un relato heroico, con consoladores bordes
metafísicos, que puede muy bien ponerse en relación con el monumento
a Vittorio Emanuelle o con las estampitas del Billiken del Cabildo Abierto,
según el humor cultural con que se observe. La historia vuelve en clave
de comedia, pero esta comedia no es la de Aristófanes: es la descripta
por Marx en el 18 Brumario, al servicio de vestir el Poder por segunda
vez de la misma manera.
Zaera Polo no abandona tampoco el criterio de la distinción “artística”,
ya que para él los “arquitectos estrella” (dice, haciendose eco de pala-
bras de Herzog) son quienes imaginan los proyectos más alucinantes,
los “que nos permiten explorar campos desconocidos”. Claro, estos campos
ya fueron bien rastrillados, porque la arquitectura vuelve a ser el arte
de la adulación (como dijo Guarino Guarini hace siglos). Ya no el arte
que protege un tiempo fuera del tiempo, el de las preguntas que no hallarán
contestación. Las novedades, que se suceden velozmente, responden muy
bien a las estructuras del capitalismo desarrollado. No veremos danzar
en ellas al dios del vino en una “fiesta cruel y bárbara”, como hubiera querido
Nietzche y proclamó el posestructuralismo francés tan bienvenido, sino
más bien a Walt Disney. Y, claro, Walt Disney también danza con lobos,
aunque no es lo que los profetas del nihilismo hubieran imaginado.
Prefiero las conclusiones que, hace más de treinta años, extrajo Adorno
de un panorama no tan distinto: “esta infinitud abierta no ha podido
compensar todo lo que se ha perdido en concebir el arte como tarea
irreflexiva o aproblemática… la libertad que se había conseguido para el
individuo entraba en contradicción con la perenne falta de libertad de la
totalidad. En ésta, el lugar del arte se ha vuelto incierto”.
3- teorías
De este panorama, me interesa en particular el desarrollo de las expli-
caciones teóricas, de los comentarios críticos y aún de las analogías fi-
losóficas que caracterizaron los últimos diez años de arquitectura,
desarrollo que no puede enjuiciarse –uso deliberadamente la palabra
juicio, falsamente eludida en la cultura actual– sólo a través de las de-
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en el círculo mágico del lenguaje: la teoría de la arquitectura contemporánea | graciela silvestri
4- fragmentaria conclusión
En este panorama subrayé el aspecto teórico que guió, de muy diversas
maneras, los actos arquitectónicos. No lo hice sólo porque se trata del
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Gastón Breyer *
Se nos ha pedido alguna reflexión sobre el tema “La Teoría” –en el con-
texto de la didáctica y/o de la profesión– la Teoría y la Praxis.
El asunto incita pero asusta, conmueve y exalta, no cabe duda. El tiem-
po pasa y el asunto sigue concitando polémica, discusiones sin fin, planteos
subjetivos o errados o difusos.
Para comenzar pienso que sí, que el tema de la Teoría –pongámosIa
con mayúscula– sigue pidiendo que le tengamos paciencia… porque
no es nada fácil.
Otra cosa pasa con la Práctica –pongámosla también en mayúscula–;
aquí pareciera que todo es apuro, urgencia... «time is money». Hablar
de prácticas es pensar en economía, de tiempo, de fuerza, de acción, de
pesos, de dinámica. Se exige sofisticación de programas, diagramas de
flujo, cronogramas, de mecánica mental, rédito en todo sentido.
Con la Teoría pasan cosas raras. A veces se dan esos desplantes semi-
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1.0. el tema-problema
Demanda toda una biblioteca, empero creemos que pueden/deben ha-
cerse algunas observaciones previas.
1.1. la diversidad es teoría
Para nosotros esto es un axioma. La Universidad –la Facultad– puede
llegar a prescindir de todo o de casi todo, salvo de su Teoría. Puede ca-
recer de práctica, puede, incluso, carecer de didáctica, de alumnos, de
docencia, de autoridades, de sede, de edificio, pero no puede prescindir
de su Teoría, es decir de su Pensar.
Esto es obvio. No se discute.
Sin Teoría la Universidad regresaría al artesanado; sin Teoría la Univer-
sidad. regresa al politécnico o a la prueba y error, a la empiria, a la en-
señanza por mímesis, a la cultura de la tribu, al saber del chamán.
Sin Teoría no hay Universidad; pero ésto también debe meditarse, no
es tan simple.
1.2. dialéctica y no oposición
Es fundamental pero tampoco es simple y no siempre es reconocido.
La prueba está en la misma dicotomía que las Facultades introducen en
su metodología. Es corriente que las «prácticas», los «ejercicios prácticos»
se desenvuelvan en lugares, tiempos y niveles de rigor muy distintos a las
exigencias de las «teóricas». De hecho las prácticas se dan a posteriori, dentro
de cierta postergación casi devaluación, al cuidado de los «jefes de traba-
jos prácticos», de ayudantes o de alumnos adscriptos, más de una vez se
abrevian por falta de tiempo. El titular se desentiende; se soslaya la ne-
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la esencia a definir
en su momento
b) el utensilio: la pala
Dibujo una AMEBA, que conjuga los datos que definen a la situación de
partida.
Puedo suponer una esencia definitoria, un sentido, pensado, experimentado
experimentado,,
expresado en palabras y «materializado» en tiempo y espacio, es
problemático no fácil.
Hay un POZO (1), hueco, vacío a cavar, orificio en la materialidad terrena
(la Hylé ), cilindro, una forma local con dimensiones; hay también otro
Hylé),
sustantivo, lleno, material que es el ARBOLITO, con su forma y tamaño
(objetos primero y segundo).
Hay un POCERO (2), agente, sujeto, humano, actante, sustantivo.
Hay un APARATAJE, herramienta, utensilio, la pala, también sustantivo,
cosa con material, forma y dimensiones (3). Hay una ACCIÓN de cavar, un
acto, operación, verbo, conducta (4).
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la teoría. ubicación, desubicación y reubicación en la fadu | gastón breyer
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
Y una última observación –por hoy–: toda Teoría, mirada desde el polo
de la Praxis, implica un alejamiento, un distanciamiento, donde el Su-
jeto va adquiriendo predominio sobre el Objeto… pero donde, simétri-
camente, éste último va perfilando mejor su contextura. Este alejamiento
puede analizarse en sucesivo, gradual escalonamiento, las diferencias entre
ambos se destacan mejor, los mutuos encajes también y la palabra acrece
su significancia, de doble filo (!). Queremos dejar señalado este hecho-
proceso en todo el enorme significado que puede asumir para la com-
prensión profunda y actual de la tarea del Diseño.
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Roberto Doberti *
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
bordes y derrames
Empecemos con una lógica y con una metáfora que abra camino a su
comprensión y su operación. Optamos para este arranque por la lógica
del borde y el desborde porque aparecerá de manera recurrente y en
especial porque permitirá desencadenar y asociar a todas las demás.
Pues bien, la metáfora o la imagen para abordar la dialéctica del borde
y el desborde puede comenzar con la presencia o la persistencia de la
gota, pero no proponemos una imagen abstracta o académica sino una
imagen doméstica, cotidiana. Una canilla que gotea lentamente, que gotea
lentamente haciendo estallar cada gota sobre el embaldosado y enton-
ces cada gota se divide en múltiples porciones. Después de algún tiem-
po, algunas de ellas se asocian y se engrosan por sucesivos aportes, más
tarde alguna asociación recorre un breve trazo y se une a otra amplian-
do su perímetro.
Ahora puede decirse que se trata de pequeños charcos que se van hinchan-
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el espacio social: forma proyecto y ciudad | roberto doberti
un vientre forestal
Lógicas tan necesarias, tan constitutivas de nosotros, que las podemos
rastrear hasta aquel momento primero durante el cual parpadeó una
precaria mente, la mente del primate que desafió los bordes de la foresta,
y que con ese parpadeo inauguró una mirada y un camino que aún
seguimos viendo y andando.
Esa mirada pudo ver el ramaje y la hojarasca, es decir lo conocido y
protector, lo dado y permanente durante milenios, pudo ver entonces,
el ramaje y la hojarasca de otro modo, pudo verlos como bordes, como
impedimentos.
Más decisivamente pudo entrever lo posible más allá de lo presente, pudo,
tal vez, discernir lo eventual y ensoñado, de lo efectivo y tangible, y pudo,
tal vez, entrelazarlos y fusionarlos.
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
hablar y habitar
Y nosotros somos, o llegamos a ser, sólo impelidos por el tránsito a tra-
vés de la sistemática elaboración del Hablar y el Habitar, transitando a
través de la producción de una lógica que produce desde la misma matriz
el hablar y el habitar.
Millones de años para aplacar, sólo aplacar, el tiránico impulso de los
instintos, para poner algún límite a las reacciones y trasmutarlas en
respuestas. Millones de años para trasmutar alguna cosa en utensilio,
para mutar la especie con una marca indeleble, con la indeleble y casi
indefinible marca de la cultura.
Algo fue utensilio no sólo porque con ello se pudo cortar o golpear o
guardar, algo fue utensilio porque se lo preservó mientras no estaba
cortando ni golpeando ni guardando, mientras sólo sostenía la posibi-
lidad de cortar, golpear o guardar, mientras su uso era pura y decisiva
virtualidad, mientras era puro y decisivo símbolo, recordada memoria
de usos pasados, imaginada prefiguración de usos futuros.
Los utensilios requerían algo más, los utensilios que habilitaban el ha-
bitar sólo podían completar su plena conformación mediante su esen-
cial entrelazamiento con la palabra, con el esencial hablar.
Voces efímeras en su enunciación pero firmes por su repetición, voces
que designaban y asignaban, y que las cosas requerían para completar-
se como cosas, voces que no esperaban la presencia de las cosas, puesto
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el espacio social: forma proyecto y ciudad | roberto doberti
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el espacio social: forma proyecto y ciudad | roberto doberti
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
escritura y ciudad
Pero habrá otras escalas a escalar, otras imbricaciones de lo real y lo virtual,
en este largo recorrido de los hablantes y habitantes.
Será necesario habitar la Arquitectura y hablar la Escritura. El hablar
desplegándose en la espacialidad de los grafismos, y el habitar
especificándose en la diversidad de las imágenes.
En la simultánea y mutua constitución de la arquitectura y la ciudad
se reconoce el poderoso juego de las imágenes que aseguran la diver-
sidad y de la diversidad que requiere de la imagen. Habitar la ciudad
exigirá leer la ciudad, desentrañar su código de equivalencias y dife-
rencias; habitar la ciudad será intercambiar en la ciudad: mercancías
y saberes, poderes y placeres.
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el espacio social: forma proyecto y ciudad | roberto doberti
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
a los modos en que se vive sino que señala los modos en que se podría
habitar; los prescribe y predispone.
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el espacio social: forma proyecto y ciudad | roberto doberti
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
oquedades y marginaciones
La ciudad de la modernidad es ciudad de fachadas; rechazo del resguardo,
las estrecheces y las sinuosidades del pasillo; es ciudad de fachadas, re-
nuncia de la economía de la uniformidad, eligiendo y configurando la
economía de la diversidad y la competencia; es ciudad que reniega de la
tapia, de la interposición que excluye la fachada.
Sin embargo, la ciudad de la modernidad no otorgó a estas negaciones
carácter irrestricto o absoluto. La ciudad de fachadas y ventanas deno-
taba su intencionada naturaleza, aceptando cesuras puntuales de la fa-
chada y la ventana, sea a través de la preservación o recreación de
pintorescas callejuelas, o aceptando las tapias de algún cuartel, hospi-
cio o cárcel; tal vez esas pausas remarcaban su acento.
Pero la ausencia de la ventana y la proliferación de la tapia parecen ten-
der a ser el nuevo acento, el rasgo distintivo que marca la transposición
del límite, quizás la disolución de esa ciudad. Las bases de la ciudad de
la modernidad son violentamente socavadas cuando notorios hitos,
cuando espléndidas edificaciones, anulan las aberturas o levantan ta-
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horrores e hipocresías
La diafanidad de la luz que veneró la modernidad nos hace ver con
desconfianza el ocultamiento que construye la tapia. Sin embargo,
aceptemos que en otros contextos y bajo otras miradas también la
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Justo Solsona *
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forma y técnica en la obra de arte arquitectónica | justo solsona
en la planta, pensada como una trama nodal donde convergen los dis-
tintos problemas que implican hacer arquitectura; la planta es la sínte-
sis de su inteligencia y su herramienta constitutiva es la geometría. El
plano se puede imaginar como un tejido que tensiona los innumera-
bles condicionantes que integran la problemática de hacer arquitectu-
ra. La planta encierra una inteligencia geométrica absorbiendo una síntesis
tan compleja como es el imaginar la vida de la gente, dentro de los edi-
ficios que construimos –unas veces sucede como nos lo imaginamos, y
otras de manera diferente– y al mismo tiempo la planta es una geome-
tría que da lugar al espacio, generador de una forma y una arquitectu-
ra. Así rescato la función estética que tiene el plano –lo que llamamos
la planta de una casa, de un edificio de oficinas, o el planning de una
ciudad– percibiéndolo como pura forma, dada la riqueza de sus pro-
porciones y su geometría, para ser mirado por su propio rigor formal,
como se mira una pintura. Entonces, al pensar la arquitectura en tres
dimensiones, la planta es esta inteligencia sustancial, mientras que el
espacio –que se percibe en el corte– es el mundo de las sensaciones que
ésta proporciona, y las imágenes de las fachadas se inscriben en la ex-
presión de su forma.
Desde esta perspectiva es que señalo la gran dificultad de entender un
edificio cuando no se puede comprender la geometría de su planta, de
ese plano que es un código tan diverso que tiene increíblemente un len-
guaje que, como el de un tejido textual, adquiere distintas lecturas se-
gún las posibilidades de sus lectores. El plano recorre un trayecto que
va desde su concepción hasta la construcción, alejándose cada vez más
de la explicación intelectual del arquitecto, circula entre la diversidad
cultural de quienes son artífices de la construcción de un edificio. Así,
entre ellos, están los operarios, los obreros, quienes suelen tener difi-
cultades en la lectura, y que sin embargo el plano sí lo comprenden, en
la medida que su geometría sea comprensible; esto encierra un fenó-
meno complejo, donde se puede incluir a Thom René, creador de la teoría
de las catástrofes, quien sostiene que comprender es geometrizar; e im-
plica que ese plano sólo por sí mismo, con su presencia y la geometría
que permite la comprensión, es capaz de producir una obra de arquitec-
tura. Encuentro en esto algo mágico, algo que no puede reducirse a una
sola causa, y es la síntesis que busco tanto en el hacer de nuestro estudio
profesional como en la enseñanza de la arquitectura en la Universidad.
Esta capacidad de comprensibilidad y de síntesis es lo que no se encuentra
en muchos de los edificios que hoy se ven publicados, y son referente y
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forma y técnica en la obra de arte arquitectónica | justo solsona
por el concepto de la planta libre; y Luis Khan, por los conceptos de espacios
servido y sirviente. A partir de estas dos teorías estéticas, surge un volu-
men puro, una planta rodeada de vidrio y la concentración de los nú-
cleos que colaboran para la solución de la incidencia del sol del oeste; y
esta obra se puede considerar un antecedente en el tiempo para pensar
los edificios de oficinas posteriores como la Torre Prourban y los blocks
de Puerto Madero. En la Torre Prourban, la pieza que se convierte en
módulo es la ventana de 1,80m x 1,80m, que en su repetición continua
conforma una piel uniforme, y la geometría de la planta es la figura del
círculo que hace que el plano de vidrio que lo circunda refleje el sol con
luces distintas según las horas del día; así va pasando del plateado al
hormigón, según la perspectiva y el ángulo de incidencia solar; logran-
do una síntesis muy clara entre estética y técnica. En Oficinas de Puerto
Madero, la pieza rectora es la pieza de vidrio en su medida óptima, es
decir el tamaño de vidrio más económico, esto fija un módulo y traba-
jamos con él hasta el infinito, resolviendo con él todos los problemas.
En este edificio en particular, logramos además frente a la Municipali-
dad que los patios internos de los dos bloques previstos en el plan re-
gulador, se transformaran en plazas de uso público. Entonces planteamos
dos edificios similares de vidrio azul, buscando el efecto de reflejo que
los griegos llamaron éntasis, que se trata de un leve movimiento del plano
de la fachada que se trabaja geométricamente en la planta, un sutil quiebre
que permite que el sol refleje distinto en esos puntos. Esos son los re-
cursos, no grandilocuentes, de los cuales disponemos como arquitec-
tos, cuando se necesita romper cierto mutismo del cubo, como esta pieza
de vidrio, produciendo otros efectos plásticos.
Las Piletas para los Juegos Panamericanos de Mar del Plata (1995), nos
introduce en lo que he llamado en otras notas, el High Tech Sudameri-
cano. Aquí resolvimos un edificio tomando dos decisiones contunden-
tes. La primera fue elevar el acceso y las tribunas del público a 5 metros,
para no excavar al construir las vasijas; y la segunda, acompañar el
movimiento de los nadadores con la forma de los techos, haciendo en-
tonces un gran plano horizontal para la pileta de largos, y una eleva-
ción en corte curvo intentando reflejar el momento en el cual salta el
clavadista. La idea de High Tech aparece por cuanto el edificio requería
técnicamente cubrir 35 y 60 metros de luz en ambos sentidos, y esto
implicaba recurrir a un tipo de tecnología disponible aquí, conforma-
da por perfiles, soldaduras, platabandas, ángulos, todas piezas resuel-
tas a escala industrial y a gran velocidad –en un taller de la ciudad de
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Helio Piñón *
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“la barbacoa del replanteo” y a la “paella del final de obra”. Estoy con-
vencido de que ese carácter lúdico que yo atribuía a su cometido tuvo
su influencia en mi decisión.
Supongo que no se excedían en visitas para que la gente so se acostum-
brase a verlos con demasiada frecuencia: convenía que todo el mundo
identificara su intervención con algo mágico. Eran la encarnación de
una técnica homologada que venía a corregir –o, en su caso, confirmar–
las experimentadas soluciones de los maestros de obras: los auténticos
constructores de edificios, hasta entonces.
Un libro de los que informan sobre las materias y cursos de las diferen-
tes carreras universitarias me abrió los ojos: los estudios de arquitectu-
ra incluían, entre otras materias, “perspectiva y sombras”. Aquello resultó
definitivo, entendí que la carrera de arquitecto estaba hecha para mí: la
obsesión rotuladora que a menudo afecta a los estudiantes de los últi-
mos cursos de bachillerato debió tener su influencia en aquella inequí-
voca decisión.
El primer arquitecto que conocí fue José Mª Bosch Aymerich: vínculos
familiares pero, sobre todo, el afecto mutuo entre nuestras respectivas
familias, hacía que nos encontrásemos en Blanes durante los veranos.
Mira por donde, el Dr. Bosch Aymerich, miembro veterano de esta Aca-
demia, está en el origen de que yo me encuentre hoy, aquí, en este trance.
Empecé los estudios de arquitectura en la Escuela T.S. de Arquitectura
de Barcelona el año 1960, un momento en el que la modernidad comen-
zaba a estar seriamente cuestionada: de hecho, si bien el edificio de la
Facultad de Derecho todavía olía a pintura, en 1958 se le concedió el
Premio FAD al mejor edificio construido en el año, paralelamente se
venía desarrollando una mentalidad propicia a agradecer a la arquitec-
tura moderna cuanto hizo por la historia y encontrarle un relevo, al parecer
de algunos de inevitable adviento. Todo parecía presagiar que el testigo
sería recibido por las actitudes realistas que se mostraron desde el principio
más interesadas en concebir la arquitectura como reflejo inmediato de
las distintas determinaciones de la realidad que en profundizar en la
consistencia formal del objeto, tal como venían haciendo quienes pro-
yectaban desde la modernidad internacional. El cambio de marco de
referencia fue, en definitiva, determinante para el abandono del empe-
ño formativo moderno a favor de figuraciones de carácter mimético.
Aunque percibí el fenómeno, no tuve plena consciencia de su sentido
histórico y estético hasta más tarde.
Un hecho sin importancia aparente, pero que me afectó de verdad cuando
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Jorge Francisco Liernur *
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carta desde buenos aires, américa latina | jorge francisco liernur
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* El Arq. Jorge Francisco Liernur es Investigador del CONICET, Director del CEAC de
la UTDT.
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Javier Seguí de la Riva *
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escritos para una introducción al proyecto arquitectónico | javier seguí de la riva
2. presentación
Las reflexiones que se van a desarrollar en este trabajo
son el resultado de muchos años de preocupación en
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2.
Nuestra investigación comenzó en torno al quehacer arquitectónico y a su enseñanza,
el año 1968 en el Centro de Cálculo plasmados en una larga serie de escritos que han ido
de la Univ. Complutense de Madrid.
Aquel trabajo orientado a la descrip- recogiendo experiencias sucesivas nacidas y desarro-
ción y simulación de procesos de lladas en circunstancias cambiantes a lo largo de más
proyecto quedó reflejado en una se- de 20 años de investigación y docencia.2
rie de publicaciones de las que resu-
mimos las siguientes: La pertinencia de refundirlos ahora se justifica en ra-
SEGUÍ, Javier. “L´ordinatenr et la zón a la crisis de la enseñanza del proyecto arquitec-
creativite” CCUM. Madrid 1970 tónico en la mayor parte de las Escuelas de nuestro
“Cuaderno 1” CCUM. Madrid 1971
“Reflex iones en torno al diseño” ámbito cultural y a la inminente puesta en marcha de
E.T.S.A.M. Madrid, 1972 un nuevo Plan de Estudios en el que la «Iniciación al
“Notas para una introducción al dise- proyecto», que ha sido nuestra preocupación académica
ño” E.T.S.A.M. Madrid, 1972.
“Teoría de la arquitectura-edifica- durante los últimos 10 años en Análisis II, pasa a re-
ción”. E.T.S.A.M. Madrid, 1972. conocerse como asignatura a impartir en el primer año
“Un essai sur le traitement de la com- de los nuevos estudios 3.
position architectural” en “Informati-
que et concepction en architecture”. A estas alturas del siglo y de la vida, en lo que va a se-
I.R.I.A. París 1973. guir, no se aspira a una teorización dura, ni se espera
Seguí, J. y G. Guitian, M.V. -”Mode- alcanzar una argumentación demasiado sistemática,
lo de formalización”. Boletín nº 24.
C.C.U.M. Madrid, 1974. aunque si se pretende una exposición que, al menos,
3.
El trabajo de iniciación al proyecto sea limpia en la referenciación de las distintas temáti-
realizado en Análisis de Formas Arqui- cas y en el empleo de términos netos o, al menos poco
tectónicas II ha sido recogido en:
SEGUÍ, Javier. “Análisis de Formas Ar- polucionados por las cargas ideológicas y simbólicas
quitectónicas en Madrid 1974/1984” que acarrea el discurso arquitectónico convencional.
en “Actas del Congreso de Expresión Quizás esta es toda la pretensión de este trabajo: ha-
Gráfica” de Sevilla 1988.
“Dibujo de concepción” en “Actas del cer un discurso lo más directo posible, evitando las
Congreso de Expresión Gráfica”. Se- trampas terminológicas más extendidas.
villa 1988. También se quiere presentar el quehacer en el proyecto
“Una teoría del proyecto” en “Actas del
Congreso de Expresión Gráfica”. Va- arquitectónico desde las preocupaciones de un princi-
lencia 1990. piante, de alguien que desea llegar a ser arquitecto y necesita
“El proyecto desde Análisis de Formas indicaciones heurísticas e información para afrontar su
Arquitectónicas”. Dpto. de Ideación
(Memoria de Curso 1989/1990). aprendizaje y forjar sus propios criterios de actuación.
Los trabajos que aquí se recogen han sido ordenados
teméticamente, alterando la secuencia de su produc-
ción. Este hecho provoca una cierta tensión terminoló-
gica que ha obligado a ciertos retoques mínimos en los
escritos originales.
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puede ser visto como lo que otras lecturas, otros sujetos puedan hacer
con él. Algo parecido pasaría con un proyecto, puede ser el estableci-
miento de un saber o de un fin o puede ser pensado como lo que otros
sujetos, otras experiencias, otros devenires, otras fuerzas que no cono-
cemos sean capaces de hacer con él.
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Jorge Cortiñas *
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Silvio Grichener *
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Teoría de la Arquitectura encerrada en tante oscuro entre los arquitectos, a veces denominado
la “Caja Negra” “caja negra” de la creatividad, que en su origen fue
inventada por Ch. Jones para poner solo aquello que
no se podía aclarar en la “caja de cristal” de los
metodologistas más extremos, y que luego fue utili-
caja negra
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perspectivas, prácticas y teoría de la arquitectura | silvio grichener
?
poder de la arquitectura
frente con la forma que los problemas parecen tomar
hoy día. Lo que puedo decir del yacimiento resulta de
mi experiencia personal, primero como estudiante y sxx sxxi
arquitectura del
luego como profesional interesado en las ideas, espe- poder
respuesta a la pregunta 2
¿Es necesario renovar los instrumentos teóricos, ya sea
normativos o epistemológicos?
Sí, tantos los unos como los otros. Para proteger la
lógica, la ética y la estética del uso de conocimientos
empíricos.
Soy de la opinión que obviamente la teoría debe estar
apoyada en la investigación. Un programa de teoría –
cual fuera su alcance y orientación– es inseparable de
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
respuesta a la pregunta 3
¿Que relación existiría con la práctica?
Me parece que la clave de esta pregunta está en la disyun-
tiva entre conservar la reflexión teórica como algo li-
bre y puro o abrirla a la práctica de proyecto en la
enseñanza y la actividad profesional.
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perspectivas, prácticas y teoría de la arquitectura | silvio grichener
respuesta a la pregunta 4
¿Cómo se propondrían actualmente los límites discipli-
nares que mantenemos desde hace tantos años?
Me parece que la clave de esta pregunta está en si
es posible poner en discusión un nuevo intento de canto gregoriano
abrir a la arquitectura a los problemas actuales de la
sociedad o si por el contrario debemos aceptar que
los viejos límites de la profesión, a los que se volvió
principalmente en el posmoderno, no pueden ser
abandonados.
Soy de una opinión que la apertura es necesaria, se la luz luz
natural natural
debería considerar como una herramienta para reno-
var la concepción básica de los recursos arquitectóni-
cos a la luz de las concepciones y recursos actuales. El
ejemplo que puedo dar es la observación de M. Pawley
sobre la calidad de multimedio de la arquitectura gó- 1º milenio A.D.
tica de la que señaló el programa educativo para di- Construcciones Audiovisuales según
Martin Pawley
fundir los principios del cristianismo implementado
por el uso integrado de la luz a través de las imágenes
de los vitrales y el sonido del canto gregoriano, con la ¿ y el 2º ?
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Jorge Mele *
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Horacio Pando *
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llevé a Manolo Borthagaray. Estuvé seis años full time sólo siguiendo
con la facultad a la cual Amancio me empujaba a dejar, total los gran-
des arquitectos como Corbu, Mies, no tenían el título de arquitectos!!
El estudio estaba en un viejo Petit Hotel de la calle Carlos Pellegrini hoy
demolido. En él trabajaban Maldonado, Butler, Janello, y temporariamente
Vivanco y Bonet. Cuando yo entré, ese grupo se estaba disolviendo, que-
dando solo Amancio Williams dueño de la casa del padre. La actividad
era intensa y del más alto nivel, a las cinco en punto se tomaba el té que
preparaba la alemana Dolores y Amancio nos traía para leernos cartas
de Gropius, Mies y Corbu!! Comenzamos con Manolo dibujando una
embarcación sanitaria para Tigre y sus islas. Participé en varios proyec-
tos como los Hospitales de Corrientes. Yo era muy conciente de la figu-
ra de Amancio a quien consideré siempre mi maestro, a tal punto que
en mi primer viaje a Europa en 1950 no me quedé en ningún centro de
estudios como hacían otros, pese a haber recibido una invitación con-
creta del Ing. Torroja para quedarme en el Instituto La Cierva de Madrid.
¡Es que yo consideraba que lo mejor que yo tenía era el contacto con
Amancio y que Europa no podía darme mucho más!. En el estudio co-
nocí a Pampita y Jaco Saal, Jorge Enrique Hardoy, Horacio Martinez que
era también compañero de facultad. Delfina Bunge, la mujer de Amancio,
fue una colaboradora fundamental en el estudio. Lectora inagotable, era
la referente cultural de Amancio y una amiga de todos nosotros.
La figura de Amancio es de las más importantes en nuestra historia de
la arquitectura, entre otras cosas fundo el CIAM argentino por encar-
go de su gran amigo Le Corbusier (éste lo había propuesto para forma
parte del equipo de diseño del edificio de la UN en Nueva York pero
necesitaba la aprobación de Evita y éste nunca quiso pedírsela).
J) El Rol de la FADU en el movimiento moderno. Se creo con De Lorenzi
en 1948, antes era Escuela de Arquitectura metida dentro de la Facul-
tad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y ubicada en la Manzana de
las Luces. En sus orígenes Belgrano crea la Escuela de Náutica y Geo-
metría, Arquitectura y Dibujo en el Colegio de San Carlos en 1793, que
fueron borradas por el Rey como muy lujosas. Era en mi época una cueva
del academicismo en la que se formaban todos los jóvenes arquitectos.
Sin embargo, tenía sus luces. Por ejemplo Catalano, que ya estaba en Estados
Unidos, dio un seminario en Siberia para los alumnos a punto de recibir-
se. Los más brillantes eran Villalonga y otros ya nombrados, a los gran-
des profesionales en realidad no les interesaba la enseñanza y cuando quieren
hacerlo como Amancio Williams no ganan el concurso (?).
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teoría y arquitectura | horacio pando
2) etapas de la fadu
a) la Escuela de Arquitectura y el Peronismo. Perón se pone en contra a
la Universidad con el discurso en la UNLP. Hubo un enfrentamiento muy
duro que se agravó con la elección para presidente de Perón y la FUBA
se alió con el movimiento de la UNIDAD DEMOCRATICA.
b) Apertura de la facultad. Se abren las puertas y entran muchos alum-
nos, entre ellos el primer grupo de Estudiantes Comunistas, con Marcos
Winograd a la cabeza.
c) La caída de Perón.
d) Pedro de Montereaux. Fue una asociación de alumnos de arquitec-
tura de origen católico, que funcionaba en una casa de la Curia donde
estaba también la Revista CRITERIO, tenía el nombre del autor de la
Santa Capilla de París, un gran ejemplo del Gótico.
e) La nueva universidad de Oro. Romero y Prebisch.
f) Se actualiza la FADU. Grupos de Tucumán y Santa Fe.
g) Janello, Moro y Breyer. La Forma. La HISTORIA con Buschiazzo.
h) La intervención del 1966. el retorno a la democracia en 1983.
Las nuevas carreras. La introducción de la Informática.
i) la FADU se consolida y expande. Talleres de Arquitectura. Tecnolo-
gías (Guttero, Castagnino).
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Milo Sessa *
“La riqueza de las manifestaciones del espíritu, que a la primera mirada se ofrecen como caos, es
ordenada científicamente, lo que las presenta conforme a su necesidad, orden en el que las formas
imperfectas se disuelven y transforman en formas superiores, las que son su más próxima verdad”.
G.F. Hegel
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Gabriela Siracusano *
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15.
JONES, Carolyne y Peter GALISON dica. En relación con el concepto de experimentación
(ed.) Picturing science, producing art . y progreso en las artes y las ciencias, su artículo “The
New York, Routl-edge, 1998, pp.
401-717.
studio, the laboratory, and the vexations of art”15 , desvela
16.
BURUCÚA, José E. Arte difícil y las condiciones de producción de conocimiento en los
esquiva. Uso y significado de la pers- talleres artísticos del siglo XVII y sus diferencias con
pectiva en España, Portugal y colo-
nias iberoamericanas (siglos XVI- el concepto de laboratorio, desarrollando un estudio
XVIII). En Cuadernos de Historia de de la construcción social del lugar de trabajo de los
España. Instituto de Historia de Espa- artistas. Podríamos también tratar la impronta de tra-
ña, Buenos Aires, Universidad de Bue-
nos Aires, 1990. STAFFORD, Barbara bajos como los de Goodman, Edgerton, Bryson, Kemp,
Maria. Artful science. Enlightment Elkins, Barbara Stafford, Elías Trabulse y José Emilio
entertainment and the eclipse of visual Burucúa, estos dos últimos ya en el área de estudios
education. Cambridge, MIT Press,
1994; Idem. Good Looking. Essays on latinoamericanos, respecto de este vínculo arte-cien-
the Virtue of Images. Cambridge, MIT cia en la modernidad clásica.16
Press, 1997. Otros referentes impor- Ya en el siglo XX, la relación arte-ciencia se muestra
tantes respecto del vínculo arte-cien-
cia son la obra de Martin Kemp (The singularmente propicia para ser analizada. La crisis de
science of art. Optical themes in western los postulados modernos de la ciencia y la reformulación
art from Brunelleschi to Seurat . New
Haven, Yale University Press, 1990),
de la concepción del espacio y tiempo newtonianos,
James Elkins (The poetics of perspective. junto con la inclusión de conceptos como indetermi-
Itaca, Cornell University Press, 1994) nación, entropía, complementariedad, o campo den-
y la compilación de textos de Carolyne
JONES y Peter GALISON (Picturing
tro del contexto científico de fines del XIX y principios
science, producing art . New York, del XX, unidos a ciertas creaciones vanguardistas en
Routledge, 1998); TRABULSE, Elías. el campo de la plástica, constituyen lo que entendemos
Histor ia de la ciencia en México.
México D.F., Conacyt – FCE, 1985;
como una matriz epistémica nueva o sea, una confi-
Idem. Ciencia y tecnología en el Nue- guración simbólica integral que regula las maneras de
vo Mundo (Serie Ensayos coordinada significar y se manifiesta en todos los niveles de la cul-
por Alicia HERNÁNDEZ CHÁVEZ).
México D.F., FCE, 1994; Idem. Arte y tura.17 En este sentido fueron pioneras las obras
Ciencia en la historia de México. Méxi- Waddington, Richardson y Henderson, entre otras.18
co D.F., F. C. Banamex, 1995. Veamos algunos casos en los que es posible reconocer
17.
MARTINEZ MIGUELEZ, M. El pa-
radigma emergente. Hacia una nueva estos vínculos.
teoría de la racionalidad científica. Para la historiografía tradicional del arte argentino, el
Barcelona, Gedisa, 1993, p. 179. En arte Concreto de las décadas del ‘40 y ‘50 parecía ha-
este sentido podemos relacionar este
concepto con el concepto foucaul- ber mantenido una relación mecánica, casi causal, con
tiano de episteme entendido como las ideas científicas imperantes en la época. Esto plan-
“(…) códigos fundamentales de la tea un problema cuya obstáculo pudo ser resuelto de
cultura –los que rigen su lenguaje,
sus esquemas perceptivos, sus cam- la mano de la historia de las ideas y la historia cultu-
bios, sus técnicas, sus valores, la je- ral, contrastando prácticas, representaciones, fuentes
rarquía de sus prácticas– [los que] escritas, y especialmente, el universo de lecturas. Más
fijan de antemano para cada hombre
los órdenes empíricos con los cuales que un fenómeno de “influencia”, esta mirada permi-
tendrá algo que ver y dentro de los te pensar estos vínculos en términos de “apropiación
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el «ojo» de la teoría en las artes y la historiografía | gabriela siracusano
de los nuevos postulados”, en los que la aceptación pasiva cuales se reconocerá.” (FOUCAULT,
del campo artístico de ciertos y determinados postu- Michel. Las palabras y las cosas. Méxi-
co D.F., Siglo XXI, 1984, p. 5)
lados científicos, deja su espacio a la intervención que 18.
WADDINGTON, Hal Behind appear-
realizaron los artistas sobre ese imaginario. La obra ance, a study of the relations between
plástica y narrativa de artistas como Raúl Lozza o To- painting and the natural sciences ,
Cambridge, 1970; RICHARDSON, J. A.
más Maldonado permite sostener esta propuesta de En Modern Art and scientific thought .
lectura, de la misma manera que, en el ámbito inter- Urbana, Univ. Of Illinois Press, 1971;
nacional, ofrece el ejemplo de Naum Gabo. En todos HENDERSON, Linda. The Fourth
Dimension and Non- Euclidean geo-
ellos es posible rastrear, mediante la confrontación de metry in Modern Art, New Jersey,
imágenes y textos, una apropiación-intervención, en Princeton University Press, 1983.
19.
términos plásticos, de ideas que sentaron las bases de Ver SIRACUSANO, Gabriela. Lo
escrito y lo hecho. En 2 das Jornadas de
las nuevas propuestas científicas, como lo fueron el con- Teoría e Historia Del Arte, “Articula-
cepto de campo, complementariedad, indeterminación, ción del discurso escrito con la produc-
estructura o las cualidades topológicas del espacio.19 ción artística en Argentina y Latinoa-
mérica. Siglos XIX y XX” . Buenos Ai-
El otro tema que deseo comentar supone un nuevo apor- res, CAIA- Contrapunto, 1990; Idem.
te al estudio de este binomio en tanto procura tender En busca del paradigma oculto: una
reflexión sobre la obra y el universo
lazos inéditos entre las prácticas artísticas y las cientí- epistémico de Raúl Lozza. En El arte
ficas en la Sudamérica colonial entre los siglos XVII y entre lo público y lo privado. VI Jor-
XVIII con el propósito de rastrear intercambios de nadas de Teoría e Historia del Arte .
Buenos Aires, CAIA, 1995; Idem. Re-
saberes en torno al tema de los materiales pictóricos a presentación artística y pensamien-
partir del uso de fuentes no convencionales para la to científico: Dos modelos de cons-
historia del arte. Por otro lado, nuestra propia prácti- trucción del concepto de espacio
unidos en un mismo paradigma cul-
ca, ligada al intercambio y procesamiento de datos tural. En Arte y espacio. XIX Coloquio
provenientes de la ciencia química en clave histórica y Internacional de Historia del Arte. Ins-
constituyendo a éstos como documentos, propone una tituto de Investigaciones Estéticas, Uni-
versidad Autónoma de México. Méxi-
renovación epistemológica y metodológica para el es- co D.F., Instituto de Investigaciones
tudio del arte colonial, en tanto significa entender la estéticas, 1996; Idem. Punto y Línea
base material de las obras como clave significante para sobre el “campo”. En Wechsler, Diana
(coord.). Desde la otra vereda. Mo-
la investigación de los procesos socioculturales.20 mentos en el debate por un arte mo-
Los colores son “aventuras ideológicas en la historia ma- derno en la Argentina (1880-1960).
terial y cultural de occidente”.21 Estas palabras de Louis (Colección Archivos del CAIA I).
Buenos Aires, Ediciones del Jilguero,
Marin han funcionado casi como un emblema para mi 1998; Idem. Las artes plásticas en las
investigación. Ellas condensan de manera cabal las po- décadas del ‘40 y el ‘50. En Burucúa,
sibilidades que presenta esta forma de abordar el fe- José E. (comp.) Historia del Arte Ar-
gentino: Argentina. Arte, Sociedad y
nómeno estético: hundirse en la más pura condición Política. Colección Nueva Historia Ar-
de la materia, revolver entre sus entrañas, manipular gentina. Vol II. Buenos Aires, Sud-
sus elementos, reconocer sus estados, identificar las po- americana, 1999, pp. 13-56.
20.
Ver SIRACUSANO, Gabriela. Te-
sibilidades de usos pasados, para luego, desde esa pers- sis doctoral “Polvos y colores en la
pectiva, poder vincular estos “enunciados” materiales pintura colonial andina (siglos XVII
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
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el «ojo» de la teoría en las artes y la historiografía | gabriela siracusano
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Miro Speranza *
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
propósitos iniciales
Esto implica, como punto de partida, un reconocimiento del material
humano que llega al Ingreso Universitario, formado en una estructura
academicista en el mejor de los casos con instrucción «informativa» y
rara vez «formativa». Este individuo ingresante, carece en lo esencial de:
a) poder de abstracciÛn (abstracción es un concepto un tanto deva-
luado en la 2ª. Mitad del siglo XX, por exceso de un materialismo
mecanicista donde la capacidad de abstraer queda estancado en el “arte”,
Un arte congelado y sin conexión con su función fundamental, que es
la puesta en crisis y la denuncia anticipatoria)
b) capacidad de simbolizar (Por ello la ensoñación y la metáfora quedan
relegados)
c) poder de sÌntesis (Lógicamente, ante la ausencia de una actitud dia-
léctica, carece de síntesis).
Esta caracterización, justifica la observación de que un elevado núme-
ro de alumnos llegan al segundo y tercer curso de Diseño, cuando no
alguno más elevado aún, sin clara conciencia de la necesidad de una «Idea
Previa» o lo comúnmente llamado «esquema de partido», respecto del
proyecto en desarrollo para su trabajo práctico sin reconocimiento del
hecho proyectual, como el «hacer» previamente pensado (base del Pen-
samiento Proyectual). (Está claro que no estoy hablando de la arqui-
tectura de partido).
Estas dos caracterizaciones observadas, (carencia de abstracción,
simbolismo y síntesis por un lado y desconocimiento de la existencia
de un proceso de Pensamiento Proyectual por otro), nos han llevado a
pensar en la necesidad de trabajar con la intención de revertir ambas
situaciones, que desde el punto de vista pedagógico, consideramos con-
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teoría de la arquitectura y teoría del proyecto | miro speranza
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
1) la abstracción
El reconocimiento de la abstracción como paso previo y necesario a la
conceptualización. Conceptualización que le permita al operador (es-
tudiante o profesional) llegar a contar su idea, esto es «nombrar la cosa».
Sólo aquel que puede nombrar su idea está en condiciones de construirla.
Ej.: En un pocillo de café, la idea principal o núcleo central, será aquel
concepto esencial que sea abarcativo de todas las cualidades del objeto,
llegar a nombrarlo, relatar y relatarme esa idea.
Entonces no será su color, forma, tamaño o materialidad lo que lo sig-
nifique sino un concepto esencial, que puede ser por ej.: «oquedad ca-
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teoría de la arquitectura y teoría del proyecto | miro speranza
2) la construcción de la idea
La idea es algo que se construye. En el proceso de conocer - investigar -
re-conocer, en algún momento estaré en condiciones de dar un salto
cualitativo, superador, para en este nuevo estadío (objeto conocido) re-
comenzar el proceso. Y así sucesivamente, ir construyendo la espiral
dialéctica del conocimiento.
Este paso reconoce otra dicotomía: construccion - deconstruccion.
Un nuevo par dialéctico que se realimenta a sí mismo y da como resul-
tado final una nueva síntesis. Síntesis, otro elemento fundamental a
incorporar por los estudiantes.
3) la materialización de la idea
Este paso verifica la construcción del objeto. Es aquí donde comienza
el reconocimiento de las posibilidades de operar. Es un medir la distancia
que va de la velocidad de la mente a la lentitud de la mano. Los incon-
venientes y problemas que surgen en el camino.
Esto posibilita la aparición del tercer punto de apoyo: La magnitud entre
el objeto deseado y la posibilidad de construirlo. Es decir, la dialectica
entre el deseo y lo posible.
Estos tres pares dialécticos conforman la base del qué hacer.
Ahora restaría ver el cómo realizarlo.
Daré solamente (por tratarse de un tema muy extenso) tres puertas de
acceso posibles de acercamiento al diseño –no excluyentes– que nos han
permitido corroborar en los últimos dieciséis años las hipótesis de traba-
jo planteadas y que hoy estamos re-analizando en nuestra investigación.
Estas puertas son: El análisis fenomenológico, la dimensionalidad y el
orden sistémico.
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
a) la fenomenologÌa
Puesto que la fenomenología es una aproximación esencial al fenóme-
no observado; es una relación combinatoria de esencias. A partir de la
metáfora nos permitirá acercarnos a aquella abstracción deseada.
bachelard «La Poética del Espacio»
En definitiva será responder a la pregunta fundamental que Heidegger
plantea en la metafísica: ¿por qué será primero el Ente y no La Cosa?
b) la dimensionalidad
Entendida como proporcionalidad, no como medición. Es de orden
topológico y observa al espacio anisotrópico.
e. hall. «La dimensión oculta». Visto desde su apoyatura en la lingüística.
c) el sistema
Observado como un orden que estructura, integrando holísticamente
todos los componentes del planteo desarrollado: La ensoñación metafó-
rica, la extensión dimensional y el orden sistémico que los interactúa.
ch. alexander. «Tres aspectos de matemáticas y diseño» y «Sistemas que
generan sistemas».
La bibliografía citada es sólo una base aplicada a estos tópicos tratados
dentro de una bibliografía obviamente más extensa.
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Javier Tomei *
contra el lay-out
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coloquio teoría de la arquitectura y teoría del proyecto
Al caracterizar una similitud, las no- • el arco tenso entre la promesa de los primeros cro-
ciones liberan del esfuerzo de enume- quis y la exactitud (tal vez fatal) del detalle de un pla-
rar las cualidades y sirven así a una
mejor organización material del cono- no final se desintegran en un nuevo tipo de mediación,
cimiento. Se han convertido en medios una mediación virtual (pero en ese sentido real), en la
racionalizados, que no ofrecen resis- que ya la primera figuración, el lay-out, está cargado
tencias, que ahorran trabajo. Es como
si el pensar se hubiese reducido al ni- de una precisión antes imposible o, mejor dicho, de una
vel de los procesos industriales some- carga de resolución que permanece idéntica a lo largo
tiéndose a un plan exacto; dicho bre- de todo el proceso, que ya no es un recorrido de con-
vemente, como si se hubiera converti-
do en un componente fijo de la pro- figuraciones que adquieren mayor precisión, sino una
ducción. […] Cuanto más automáti- acumulación diferente de información ya codificada
cas e instru-mentalizadas se vuelven (todo está disponible en la computadora: desde una
las ideas, tanto menos descubre uno
en ellas la subsistencia de pensamien- biblioteca de símbolos sanitarios a un catálogo de
tos con sentido propio. Se las tiene por materiales que, además de describir las características
cosas, por máquinas. El lenguaje, en el técnicas de un producto dado, incluye el hatch que lo
gigantesco aparato de producción de
la sociedad moderna, se redujo a un identifica, pasando por los programas de renderización
instrumento entre otros. […] No bien que se pueden aplicar en cualquier momento del pro-
un pensamiento o una palabra se hace yecto obteniendo una imagen fotográfica hasta, más
instrumento, puede uno “renunciar” a
pensar realmente algo al respecto, esto radicalmente aún afectando la idea de cómo es proyectar,
es, a ejecutar de conformidad los ac- los programas que permiten visualizar evoluciones
tos lógicos contenidos en su formula- posibles de cualquier formalización en base a variables
ción. Tal como a menudo y con justi-
cia se ha sostenido, la ventaja de la ma- que aún pudiendo ser aleatorias ya están determina-
temática consiste precisamente en esta das por el mismo software).
“economía de pensamiento”. Se reali- Esto es lo que entiendo por un cambio no sólo de las
zan complejas operaciones lógicas sin
que realmente se efectúen todos los ac- herramientas proyectuales, sino del conjunto de no-
tos mentales en que se basan los sím- ciones que se tienen acerca de lo que constituye el acto
bolos matemáticos o lógicos. proyectual.
Semejante mecanización es un efec-
to esencial para la expansión de la Lo cual no es un momento negativo en tanto condi-
industria, pero cuando se vuelve ras- ción interna del proyecto. La instancia radica en que
go característico del intelecto, adopta este cambio (que ya opera, ya está instalado), es enten-
una especie de materialidad y cegue-
ra, se torna fetiche, entidad mágica dido como una «actualización» restringida a las herra-
más aceptada que experimentada mientas proyectuales (del tablero a la p.c., del lápiz a
espiritualemente. la impresora, etc.) que no afecta al proceso en su tota-
m. horkheimer - crÌtica de la
razÛn instrumental lidad, cuando éste ya es, ya era, otro.
Pensar como artesanos del tablero y producir con ló-
gicas industriales donde gran parte de las decisiones
están tomadas por las mismas herramientas. El pro-
ceso hoy podría ser autónomo, en gran parte ya lo es,
y esta condición queda pospuesta como momento re-
flexivo (y proyectual conciente) porque es necesario
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contra el lay-out | javier tomei
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