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EL LIBRE ALBEDRÍO

Error Uno: Suponer que los mandatos y las exhortaciones de la Biblia indican que tenemos la capacidad
de obedecerlos.
¿Adán tenía la capacidad de obedecer a Dios?

Adán sabía que no debía comer del Arbol del Conocimiento del bien y del mal, pero decidió comer.
¿Dios le obligó a comer? No. Dios le dijo que no lo comiera y le dijo lo que pasaría si comía.
¿Satanás le obligó a comer? No. 1Ti 2:14 y Adán no fue el engañado, sino la mujer; y al ser engañada, cayó en
pecado. – DHH.
¿Eva le obligó a comer? No. Adán tomó la decisión de hacerle caso a su mujer por encima de Dios. Gen
3:17a Al hombre le dijo: --Como le hiciste caso a tu mujer y comiste del fruto del árbol del que te dije que no comieras, - DHH.

Después de la caída, ¿el hombre puede hacer buenas obras, inclusive unas cosas que Dios aprueba?

Rom 3:10 pues las Escrituras dicen: "¡No hay ni uno solo que sea justo!
Rom 3:11 No hay quien tenga entendimiento; no hay quien busque a Dios.
Rom 3:12 Todos se han ido por mal camino; todos por igual se han pervertido. ¡No hay quien haga lo bueno! ¡No
hay ni siquiera uno![4] – DHH.

“Aquí no está hablando tanto de los hechos individuales, sino de una manera de vivir que no hace
ningún bien, nada que sea de valor espiritual y eterno.” – Romanos por David Brown, p.52.

Los incrédulos son capaces de hacer cosas buenas, como cuidar a los pobres y a los huérfanos; pero
esas cosas que hacen no les hacen aceptables delante de Dios.

Los incrédulos algunas veces cumplen algunas partes de la Ley de Dios:

Rom 2:14 Porque cuando los Gentiles, que no tienen la Ley, cumplen por instinto (hacen por naturaleza) los
dictados de la Ley, ellos, no teniendo la Ley, son una ley para sí mismos.
Rom 2:15 Porque muestran la obra de la Ley escrita en sus corazones, su conciencia dando testimonio, y sus
pensamientos acusándolos unas veces y otras defendiéndolos, - NBLH.

Esto da a entender que los incrédulos si cumplen la Ley de Dios en ocasiones. Podemos pensar también
en Cornelio, quien también hacía buenas obras y temía a Dios, pero no era salvo:
Hch 10:1 Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la cohorte (unidad militar Romana)
llamada la Italiana,
Hch 10:2 piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo Judío y oraba a Dios
continuamente. – NBLH.

Pero todas las obras “justas” del hombre son una abominación delante de Dios porque el hombre cree
que sirven para equilibrar sus pecados y así ganar el favor de Dios.

Isa 64:6 Todos nosotros somos como un hombre impuro; todas nuestras buenas obras son como un trapo
sucio; todos hemos caído como hojas marchitas, y nuestros crímenes nos arrastran como el viento. – DHH.
Así que, concluimos que los hombres no pueden hacer ningún bien delante de Dios que les justifique o
que pague por sus pecados; aún cuando las cosas que hacen a veces están de acuerdo con la Ley de
Dios.

Rom 8:7 La mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la Ley de Dios, pues ni siquiera
puede hacerlo,
Rom 8:8 y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.
Rom 8:9 Sin embargo, ustedes no están en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en
ustedes. Pero si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El. – NBLH.
Vemos que en Ro. 8:7-8 está hablando de incrédulos, los que no tienen el Espíritu Santo, porque Ro. 8:9
dice que los que tienen el Espíritu no están en la carne.
La mente del inconverso es enemiga de Dios, porque no puede someterse a la Ley de Dios y cumplirla.
Puede ser que cumpla algunas de las leyes de Dios la mayoría del tiempo; pero Dios requiere
perfección y si se infringe una o cien veces de todos modos es infractor de la Ley y merecedor del
juicio eterno.
Stg 2:10 porque cualquiera que guarde toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos, - DHH.

Según Ro. 8:8, los incrédulos no pueden agradar a Dios. Esto les es imposible, porque lo que agrada a
Dios es la fe, confianza en lo que Él ha dicho y dependencia de Él.
Heb 11:6 La fe es, pues, necesaria para agradar a Dios. Por eso, todo el que quiera acercarse a Dios debe creer que
existe y que premia a los que sinceramente le buscan. – CST-IBS.

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