Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
El despojo
de los cuatro elementos – Gilly y Roux
Los autores buscan centrarse en este último proceso y sus acompañantes contemporáneos:
la subordinación de la ciencia al capital, las múltiples formas del despojo y, en consecuencia,
las formas e intensidad de la violencia, presente y latente, como componente del proceso y
de la intensidad enmascarada de la actual dominación.
Para acotar, los autores empiezan por la relación capital/trabajo pues esta es la base de las
relaciones sociales en las sociedades capitalistas.
Es por eso que el uso de estas innovaciones solo pudo implementarse a través de una serie
de batallas contra las posiciones y las conquistas del trabajo organizado, arremetiendo
contra el trabajador. Algunos ejemplos que encontramos son:
Los autores toman como referencia a Mandel (1986), quien presenta este proceso como un
“proyecto político y social” de conservadores y neoliberales, que va más allá de un
porcentaje suplementario en el reparto del ingreso nacional, aumentar la tasa del
plusvalor y recuperar la tasa de ganancia.
Para el, la burguesía apela a insertar estas medidas al aprovechar la depresión económica
y el debilitamiento relativo del movimiento obrero, y eliminar las conquistas conseguidas
(legislación laboral y social, fuerza sindical, control sobre el proceso de trabajo y peso
político) que generan una solidaridad de clase.
Cuando estas conquistas son desmanteladas, diferentes capas son golpeadas, sobre todo
las más débiles: inmigrantes, mujeres, jóvenes e inválidos.
“La característica principal del capitalismo es el descenso de la parte salarial (…) Esa
tendencia equivale, en términos marxistas, a una elevación de la tasa de explotación”
Pero, para lograr todo esto significa que el capitalismo se puede asentar en países
dependiendo su ubicación geográfica, sus avances tecnológicos, las condiciones salariales y
culturales de su población, de si tienen la posibilidad de revertir las conquistas obreras. Sin
embargo, también hay una resistencia del otro lado…
Hay una gran conformación global del proceso (expansión del mercado y toma la forma de
un poder tecnológico) y se expresa bajo ciertas tendencias:
Desde otros campos es interpretado como el ingreso a una sociedad “post-industrial”, “era
de la información” o “sociedad del conocimiento”.
Aun así, el desarrollo y la investigación siempre se han potenciado en áreas bélicas como lo
es la guerra y la violencia, ambas pertenecen a la matriz de todo proceso tecno-capitalista y
muchos de los avances que hoy conocemos actualmente, por ejemplo, internet, fueron
creados para utilizarse en las guerras.
Se está gestando una nueva composición tecnológica del proceso del trabajo y de la relación
capital-trabajo en el punto de producción (el contacto entre el ser humano y tecnología).
Esto deviene en un acelerado crecimiento del plustrabajo dado a la nueva relación entre
trabajo objetivado (el de la maquinaria) /trabajo vivo (hecho por el hombre).
El capital no es una unidad homogénea. La nueva composición tecnológica de los procesos
de trabajo depende de ventajas geográficas y salariales, productividad y rentabilidad, es por
esto que no es homogénea, pues varía según los lugares donde se asiente, o, su inserción está
sujeta a diversos factores.
Sin embargo, el aumento de los procesos de trabajo presiona al mismo tiempo sobre la tasa
de ganancia e impulsa la búsqueda de reservorios de fuerza de trabajo barata y, con ello, la
extensión de las relaciones capitalistas.
La subordinación de los procesos naturales de la vida a los procesos y la dinámica del capital
es uno de los fenómenos que, bajo formas nuevas, inédita e inacabadas, definen la actual
mutación que está sufriendo el capital.
De esta manera, se entiende que la mundialización es una pérdida del dominio que tienen
las sociedades sobre su relación e intercambio con la naturaleza, un ejemplo es el aumento
de cultivos transgénicos.
Pero, aun así, El estado sigue siendo la sede reconocida de la relación de hegemonía en cada
sociedad. Pero regulan cada vez menos los movimientos del capital dentro de sus fronteras.
Esta es la razón de que los pactos mundiales como el de Kioto fracasen estrepitosamente.
Estos son una tendencia que Marx representaba con la imagen de una espiral ascendente,
donde se recrea una y otra vez la misma historia contada en la narración de la “acumulación
originaria”.
Robo, depredación, apropiación privada de bienes comunes, son algunas de las acciones que
atraviesan la historia del capital desde épocas lejas como la conquista de América, pasando
por el cercamiento de tierras en la Inglaterra de entre XVI-XVIII, el saqueo colonial y
mecanismos tributarios del siglo XX.
El despojo significa para el capital la resolución de dos necesidades:}
Hoy podemos ver el despojo en las privatizaciones de bienes y servicios públicos: salud,
educación, transporte, comunicaciones. Fueron empezadas en los años 80 en Europa por
Thatcher (G.B.) y que se expandió a América Latina. Para luego expandirse en este nuevo
siglo al continente asiático, en especial China quien en los últimos 4 años ocupo el 90% de
las privatizaciones en Asia.
Este nuevo ciclo de despojo y apropiación hoy está disolviendo las formas puras de la
comunidad agraria, convirtiendo la tierra en mercancía y eliminando los mecanismos de
autosuficiencia material de los productores agrícolas (autoabastecimiento). Las primeras
alertas se ven en países de la ex URSS, Europa centro-oriental, China, Vietnam, India y
México.
Los autores emulan este nuevo despojo de tierras (naturales) con el anterior hecho de
cercamiento de tierras comunales de Europa en los siglos XIV-XIX que significaron el
devenir del capitalismo industrial.
Algunos casos actuales los encontramos en: las guerras del agua y gas en Bolivia, los Sin
Tierra en Brasil, la nueva proletarización campesina en América Latina, China e India.
El mundo del capital, que se nutre de esta expropiación de los productos de la naturaleza y
del intelecto colectivo, parece no reconocer límites. Hoy se apropia de los cuatro elementos
del mundo antiguo: agua, aire, tierra y fuego. Rompe así el ancestral vinculo sagrado del ser
humano con la naturaleza e impone, en el paroxismo (acceso violento) la lógica de la razón
instrumental que le es constitutiva.
No existe trabajo de la mano sin trabajo del cerebro, ni del cerebro sin la mano
Esto nos quiere decir que ninguna de las grandes proezas hechas posibles por las
innovaciones tecnológicas de estos tiempos sería factible sin el conocimiento social
acumulado en la destreza manual y el trabajo intelectual de generaciones pasadas. Son estos
saberes y destrezas los que hoy se condensan en la nueva densidad del trabajo vivo.
En este proceso abierto y conflictivo, no se sabe con precisión las formas y rutas que
adoptaran los nuevos modos de la dominación en gestación. El nuevo peso, denso y elevado,
de la masa de trabajo objetivado en el núcleo de la dominación del capital: la apropiación
de trabajo vivo. Esto quiere decir, que el uso de la maquinaria le ganara espacio a los
trabajadores. Pues al mismo tiempo, el desarrollo científico-tecnológico reduce el trabajo
necesario y amplia, por tanto, la posibilidad abstracta de goce y disfrute de los seres
humanos.
El conocimiento social acumulado en toda la historia del trabajo manual e intelectual de la
especie humana, objetivado en las tecnologías, vuelve entonces materialmente posible
aquello que desde los antiguos fue vislumbrado como un supuesto material de la libertad
humana: la disposición de tiempo libre.
Bajo el dominio del capital, sin embargo, el tiempo liberado por el desarrollo tecnológico se
vuelve una oportunidad para arrancar mayor plustrabajo. El capital captura y pone a su
servicio todas las ciencias, por eso esta se presenta ante el trabajo vivo no como un proceso
liberador, creado por el mismo, sino como un poder avasallante y ajeno.
El uso capitalista de las nuevas tecnologías no solo permite imponer métodos más flexibles
de contratación laboral (trabajo laboral, trabajo a tiempo parcial o trabajo a domicilio), cuyo
peso tiende a crecer en el conjunto del mercado asalariado. Permite también aumentar y
densificar el control y la dominación sobre el trabajo en el punto de producción: ese punto
vivo y conflictivo en que se realiza el encuentro entre trabajo objetivado y trabajo vivo, entre
trabajo pasado y trabajo presente.