TU Y YO SOMOS LLAMADOS A SER SANTOS De la misma manera, los creyentes, dice la Biblia hechos sido hecho
participes de la naturaleza divina, tenemos los genes espirituales de Dios,
1 Pedro 1:14-16
“14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais
estando en vuestra ignorancia; 15sino, como aquel que os llamó es santo, sed
también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito
está: Sed santos, porque yo soy santo.”
Este pasaje nos presenta el deber del cristiano que es el deber de vivir en
santidad, lo menciona el verso 15 “15sino, como aquel que os llamó es santo, sed
también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”
Es una demanda que no es opcional. Tenemos que entender que santidad
significa ser “separado”. En este sentido tú y yo hemos sido separados por Dios
del pecado y del mundo para que vivamos solo por Él y para Él.
Hay específicamente 2 cosas que el apóstol Pedro nos presenta aquí sobre este
mandato…
I. ¿POR QUÉ DEBEMOS SER SANTOS? (vs. 14)
“14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais
estando en vuestra ignorancia”
A. PORQUE SOMOS HIJOS DE DIOS(vs. 14a)
“14 como hijos…”
Debemos vivir en santidad porque en Cristo somos hijos de un Dios Santo.
El apóstol Pablo también usa este argumento cuando nos llama a
apartarnos de la inmoralidad sexual en el Cap.5 de la carta a los Efesios,
Efe.5:1-3 “1Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2Y andad
en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por
nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. 3Pero fornicación y
toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como
conviene a santos;”
Por ejemplo, de manera natural los hijos siempre quieren parecerse a los
padres. Y por esos los hijos se se ponen la ropa y los zapatos de los padres.
Mis 3 hijos han hecho eso con mi ropa, hasta carlita se ponía mi camisa
corbata y zapatos.
Sin embargo los hijos se parecen a los padres no solo porque ellos quieren
parecerse y tratan de imitar a los padres. Sino que hay algo que los lleva
a ser como sus padres. Esos son los genes, los hijos reciben los genes de sus
padres que hace que ellos se parezcan no solo físicamente a ellos sino
aun en las actitudes.
y por eso debe haber en el creyente de manera natural una tendencia
a la santidad de la manera en que Dios es santo.
B. PORQUE SOMOS HIJOS DE OBEDIENCIA(vs. 14b)
“14 como hijos obedientes…”
En el original esta porción del versículo dice: “como hijos de obediencia”.
Que no es lo mismo que hijos obedientes. Cuando yo digo que una
persona es un hijo obediente, estoy hablando de sus acciones, yo estoy
diciendo que él obedece.
Pero la expresión hijo de obediencia, es en el sentido del hebreo una
expresión que denota, “no lo que hace, sino lo que la persona es”, lo que
quiere decir eso es que su naturaleza es la obediencia.
Los cristianos no obedecemos para ser obedientes, obedecemos porque
somos obedientes por naturaleza.
El contraste de lo que Pedro está diciendo aquí lo vemos en Efesios 2:3
“1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos
y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la
corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el
espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”
C. PORQUE HEMOS SIDO LIBRADOS DE LA IGNORANCIA
ESPIRITUAL(vs. 14c)
“no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra
ignorancia”
La razón porque peca el hombre, es porque el pecado le vende una
mentira que él cree. El pecado se vende así mismo como algo más
placentero, más deseable y mejor que lo que Dios tiene para ofrecernos
y nosotros le creemos el cuento.
Porque el hombre natural es ignorante de Dios y las cosas de Dios. Su
entendimiento y discernimiento espiritual están entenebrecidos de tal
manera que él no puede ver ni apreciar la gloria de Dios y el valor de la
obediencia a Dios.
Pero ese no es ya nuestro caso, nuestros ojos espirituales han sido abiertos,
nuestras mentes que estaban entenebrecidas han sido iluminadas de tal
manera que nosotros podemos ver el engaño del pecado cuando se nos
vende como mejor que la voluntad de Dios. Tenemos la capacidad de
diferenciar lo bueno de lo malo. Aunque muchas veces tristemente
muchos cristianos optamos por lo pecaminoso.
II. ¿QUE IMPLICA SER SANTOS?(vs. 15-16)
“15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en
toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo
soy santo.”
Esto es sumamente importante porque este es un asunto donde hay mucha
confusión, para muchos santidad es: “estar con las manos juntas e inmóviles,
o estar recluidos del mundo como los monjes o los amish”. Pero no hay nada
más alejado de la realidad que el creyente debe vivir.
Hay 3 aspectos de la santidad que siempre deben ir juntos:
A. LO NEGATIVO
Hay un aspecto que podemos llamar el aspecto negativo de la santidad,
que tiene que ver con las cosas que no hacemos.
Santidad en ese sentido denota aquello que es apartado o separado, en
este caso específicamente del pecado. Es apartarse de todo lo que es
pecado o promueve el pecado en nuestras vidas. A esto se refiere, y eso
muchas veces involucra: lo que veo, lo que escucho, con quienes estoy, y
lugares donde voy. Recuerdo una canción que nos enseñaron en la
escuela dominical y que resonaba en mi mente en todo lugar donde
estaba y con quien estuviera:
//CUIDADITO LOS OJITOS LO QUE MIRAN//
(CUIDADITO LAS MANITOS LO QUE HACEN
CUIDADITO LOS PIECITOS DONDE ANDAN)
HAY UN DIOS DE AMOR
QUE MIRANDO ESTÁ
CUIDADITO LOS OJITOS LO QUE MIRAN
Ya te imaginarás como viví muchos episodios de mi vida teniendo en
mente que LOS OJOS DE DIOS ESTABAN SOBRE MI a cada instante.
Fue una de las canciones que me ayudo a tener en mente que debo
cuidar mi vida para vivir en santidad delante de Dios.
Para ser santos tendremos que decir no muchas cosas, porque ellas son
pecado o lo promueven, Efesios 5:3 “3Pero fornicación y toda
inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene
a santos;”
Sin embargo, eso es solo una parte de lo que es la santidad cristiana
conlleva. DEBO APARTARME DEL PECADO.
B. LO POSITIVO
Pero el cristianismo y la santidad cristiana no solo tienen que ver con este
aspecto negativo de separación del pecado, no solo tiene que ver con
aquellas cosas que no hacemos, sino que se trata principalmente de
consagración a Dios.
Ese es el aspecto positivo de la santidad, es que yo me aparto del pecado,
y me alejo de ciertas prácticas, compañías, amistades, etc; pero con el
propósito de concentrarme en Dios, glorificándole y haciendo su
voluntad.
No es solo lo que dejo de hacer, es dejar de hacerlo porque no
glorifica a Dios y a cambio hacer aquellas que si traen gloria a su
nombre. Eso es lo que es santidad.
Déjeme ponerle el ejemplo más sencillo que se me ocurre, ¿Por qué los
utensilios del templo eran llamados Santos? PORQUE ESTABAN
DEDICADOS SOLO A SU USO PARA UNA FUNCIÓN ESPECÍFICA
DENTRO DEL TEMPLO.
En ese mismo sentido la santidad cristiana no solo se trata de dejar de
hacer ciertas cosas, sino de consagrar mi vida al servicio, la gloria y la
honra de Dios. De eso se trata la santidad.
Esa es la idea que Pedro nos quiere transmitir en el v.14-16 “14como hijos
obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en
vuestra ignorancia; 15sino, como aquel que os llamó es santo, sed
también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16porque
escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”
La verdadera santidad consiste “no en vivir de cierta manera, sino en
vivir de cierta manera para honrar a Dios con ello”.
De hecho mire que interesante, vaya a Lv.19, ese es el pasaje que Pedro
está citando en el v.16.
1Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2Habla a toda la congregación de los
hijos de Israel, y diles:
Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios. Todo el libro de
Levítico es un llamado a la santidad, lo menciona 152 veces.
El libro de Levítico enfatiza que los israelitas redimidos deberían ser
santos. Con frecuencia Dios les dice: “Sed santos; porque yo soy santo”
(Levítico 11:44, 45; 19:2; 20:7, 26; 21:6, 8). Este libro puede considerarse
como el manual de la santidad de Dios donde se describe la conducta
de un corazón alineado con Él. Para el cristiano, la santidad personal es
producida por el Espíritu, pero debe ser mostrada exteriormente (Col.
3:12–13 “12 Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y
amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad,
humildad, gentileza y paciencia. 13 Sean comprensivos con las faltas de
 los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor
los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros”).

C. EN TODO
“15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos
en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos,
porque yo soy santo.”
Esto es que la santidad no se limita a un área específica de nuestra vida
sino que tiene que ver con todo lo que hacemos, v.15 “15sino, como aquel
que os llamó es santo, sed también vosotros santos… en toda vuestra
manera de vivir;
Toda vuestra manera implica cada área, cada etapa, todo lugar, cada
momento; con cada pensamiento, con toda actitud, y toda acción.
Siempre. Estemos frente a quien estemos. A pesar de la compañía que
tengamos e incluso estando solos. Siempre debemos ser santos y actuar
como verdaderos hijos de Dios.
No dice que solo lo seamos mientras estemos en la iglesia; o frente a
alguna autoridad, o adelante de alguien especial. Siempre debemos
actuar así. Tal vez nos encontremos muchas veces en situaciones en
donde las bromas en común, las actitudes compartidas, etc., nos lleven a
la tentación de expresarnos, actuar o desenvolvernos como si no
fuéramos de Cristo.
Pero en todos los casos, la manera en que nos comportemos manifestará
nuestra madurez espiritual; ya sea en el colegio, en el trabajo, en la casa,
con los amigos, o en cualquier otro lugar en el que estemos, debemos
demostrar de qué estamos hechos, cuál es nuestra nueva naturaleza, y
quién es nuestro Señor.

CONCLUSIÓN
Hemos visto el deber el deber de vivir en santidad, SOMOS LLAMADOS A SER
SANTOS. Esto tiene que ver con consagrar todas nuestras acciones a Dios. El
punto de la santidad no es vivir vidas aburridas o quitarle el chiste a la vida.
Sino para que podamos tener vidas plenas y felices.
Nuestra santificación es simplemente otro aspecto de nuestra gran salvación
que Cristo compró para nosotros a precio de sangre en la cruz del calvario. Es
en virtud es de que nosotros hemos sido unidos a Cristo por la fe y participamos
de su muerte y resurrección que podemos vivir en santidad. Pero aun así
necesitamos cada día de la gracia de Dios que nos ayude.