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Este trabajo pretende hacer un análisis de la obra “El príncipe” escrita por Nicolás
Maquiavelo en el cual se presentarán diferentes posturas o vistas de la obra. Se
inicia con una pequeña reseña en la cual se da una visión panorámica y se hace
una crítica de la obra. El autor y la obra es una de ellas en el que se describe el
impacto de la vida del autor en la obra, es decir, la influencia o a inspiración a
escribir la obra. Otra de estas es la naturaleza del texto, donde se contempla la
obra desde el punto de vista estructural, es decir, su género literario y la forma
en que está escrito
El libro El príncipe es un claro ejemplo de cómo debe gobernar la persona que
está a cargo de un país o un estado. Es un libro de consejos políticos que
muchos de los representantes a nivel mundial deberían de tomar en cuenta.
Algunos de los puntos negativos que se tiene es que no es libro que sea
actualizado constantemente, por este motivo se podría llegar a una conclusión
de que los puntos vistos en la obra no se aplican a la política actual; en mi
opinión, las épocas cambian pero no la metodología.
El príncipe es un libro clásico de la ciencia política y es reconocido como uno de
los pilares del pensamiento político, también narra las costumbres políticas de la
época y de la naturaleza del hombre.
Aquí surge la frase "El fin justifica los medios", que es una clara definición de que
si buscas llegar a una meta no hace falta detenerse para pensar en los
demás. Maquiavelo se considera hoy en día como un consejero sabio,
inteligente, capaz de analizar cualquier circunstancia y modificar el transcurso de
las decisiones por medio de sus consejos.
La obra está dirigida a Lorenzo de Médici, conocido como ‘el Magnífico’, a quien
Maquiavelo explica cómo actuar y qué hacer para unificar a Italia y sacarla de la
crisis en que se encuentra.
Alejandro Magno
En el otro caso están los principados asesorados y con capital ajeno, príncipes
que tomaron el poder a través de poco esfuerzo y que su tiempo en el mandato
es incierto. Por ejemplo, está César Borgia, que llegó a regir por la fortuna de su
progenitor.
César Borgia
siciliano Agátocles
Pero idealmente cada príncipe debe regirse por su propia habilidad de gobernar,
en tal caso, es un modelo que Maquiavelo puso en evidencia en el príncipe de
Maquiavelo. Durante la historia existieron principados que surgieron de una
manera, ya mencionados con anterioridad, ya sea mediante una fortuna, voto
popular, crímenes o linajes, sin embargo, existieron casos donde existieron
mandatos a través de la ilusión religiosa.
Este prototipo son los que realizan un trabajo sin realmente hacerlo ya que se
afincan en un ideal. Y a pesar de las pocas probabilidades de mantenerse, o
hasta llegar a prevalecer de acuerdo al príncipe, es destacable que es el caso
de principado más fuerte y duradero en la historia. Como ejemplo se menciona
el papa n°214 Alejandro VI, gobernante que a través de estrategia y fortuna logró
incrementar el poder de la iglesia
Análisis de El príncipe
Así, pues, la importancia de este tratado radica en que deja al descubierto las
verdades prácticas del poder y muestra la forma en que frecuentemente el
ejercicio del poder contradice u obvia los preceptos morales. De allí que, en lugar
de dedicarse a hacer juicios sobre la moral o la religión, se enfoque más en
cuestiones de estrategia política.
Resumen de El príncipe
Los primeros capítulos de la obra están dedicados a explicar las distintas clases
de principados que hay y las maneras en que estos pueden adquirirse. Comenta
que los Estados pueden ser repúblicas o principados, y que pueden ser
hereditarios, cuando se trasmiten a través del linaje, o nuevos, cuando se
obtienen por herencia o conquista, mediante las armas propias o las ajenas, por
fortuna o por virtud.
Expone que los principados hereditarios, así como los nuevos, precisan políticas
de continuidad en lugar de cambios radicales que puedan trastornar la vida y
costumbres de la población.
En cambio, aquellos que denomina mixtos (que son nuevos, pero que se anexan
a un principado antiguo), implican tratos diferentes, acordes con las
circunstancias políticas que intervinieron en su adquisición.
Aconseja optar, de ser posible, por la primera de las opciones: detentar el poder
absoluto, pues con la segunda, el príncipe ostentará una menor autoridad y
deberá sofocar frecuentemente rebeliones internas.
Advierte que, sin embargo, este tipo de Estados o ciudades tienen un gran
orgullo por su libertad, razón por la cual siempre estarán dispuestos a levantarse
para reconquistarla. Así, pues, la única opción segura que tiene el príncipe para
mantener el poder es arrasarlo y dispersar a la población.
Según Maquiavelo existen dos formas de adquirir los principados: con las armas
propias y con virtud, o con las armas y la fortuna de otros.
En el primer caso, señala que, si bien estos principados son más difíciles de
adquirir, son, a la larga, más fáciles de mantener, siempre y cuando se disponga
de las suficientes fuerzas.
En el segundo, explica que los principados adquiridos con las armas y la fortuna
de otros, aunque resultan muy fáciles de obtener, son, al contrario, difíciles de
mantener, pues se depende de un conjunto de factores que lo condicionan.
Maquiavelo también advierte sobre el uso de la crueldad y la forma en que esta
debe ser aplicada. Sostiene que es bien usada si se cometen todos los crímenes
al principio, lo que permite que luego, poco a poco, se pueda empezar a otorgar
beneficios a los súbditos, para hacerlos olvidar las ofensas recibidas
previamente.
SUB-TEMA.
Que debe hacer un príncipe para ser estimado
El príncipe debe considerarse con una gran estimación a un príncipe que las
grandes empresas y las acciones raras y maravillosas. De ello nos presenta
nuestra edad un admirable ejemplo en Fernando V, rey de Aragón y actualmente
monarca de España. Podemos mirarle casi como a un príncipe nuevo, porque,
de rey débil que era, llegó a ser el primer monarca de la cristiandad, por su fama
y por su gloria. Pues bien: si consideramos sus empresas las hallaremos todas
sumamente grandes, y aún algunas nos parecerán extraordinarias. Al comenzar
a reinar, asaltó el reino de Granada, y esta empresa sirvió de punto de partida a
su grandeza. Por de contado, la había iniciado sin temor a hallar estorbos que
se la obstruyesen, por cuanto su primer cuidado había sido tener ocupado en
aquella guerra el ánimo de los nobles de Castilla. Haciéndoles pensar
incesantemente en ella, les distraía de cavilar y maquinar innovaciones durante
ese tiempo, y por tal arte adquiría sobre ellos, sin que lo echasen de ver, mucho
dominio, y se proporcionaba suma estimación. Pudo en seguida, con el dinero
de la Iglesia y de los pueblos, sostener ejércitos, y formarse, por medio de guerra
tan larga, buenas tropas, lo que redundó en pro de su celebridad como capitán.
Además, alegando siempre el pretexto de la religión, para poder llevar a efecto
mayores hazañas, recurrió al expediente de una crueldad devota, y expulsó a los
moros de su reino, que quedó así libre de su presencia. No cabe imaginar nada
más cruel y a la vez más extraordinario que lo que ejecutó en ocasión semejante.
Después, bajo la misma capa de religión, se dirigió contra África, emprendió la
conquista de Italia, y acaba de atacar recientemente a Francia. Concertó de
continuo grandes cosas, que llenaron de admiración a sus pueblos, y que
conservaron su espíritu preocupado por las consecuencias que podían traer.
Hasta hizo seguir unas empresas de otras de gran tamaño, que no dejaron
tiempo a sus gobernados ni siquiera para respirar, cuanto menos para urdir trama
alguna contra él.
Los consejeros del príncipe
Para los príncipes la buena elección de sus ministros, los cuales buenos o malos,
según la prudencia usada en dicha elección. El primer juicio que formamos sobre
un príncipe y sobre sus dotes espirituales, no es más que una conjetura, pero
lleva siempre por base la reputación de los hombres de que se rodea. Si
manifiestan suficiente capacidad y se muestran fieles al príncipe tendremos a
éste por prudente puesto que supo conocerlos bien, y mantenerlos adictos a su
persona. Si, por el contrario, reúnen condiciones opuestas, formaremos sobre él
un juicio poco favorable, por haber comenzado su reinado con una grave falta,
escogiéndolos así.
Cómo evitar a los aduladores
Si un príncipe debe pedir consejos sobre todos los asuntos, no debe recibirlos
cuando a sus consejeros les agrade, y hasta debe quitarles la gana de
aconsejarle sobre negocio ninguno, a no ser que él lo solicite. Pero debe con
frecuencia, y sobre todos los negocios, oír pacientemente y sin desazonarse la
verdad acerca de las preguntas que haya hecho, sin que motivo alguno de
respeto sirva de estorbo para que se la digan. Los que piensan que un príncipe,
si se hace estimar por su prudencia, no la debe a sí mismo, sino a la sabiduría
de los consejeros que le circundan, se engañan en la mitad del justo precio. Para
juzgar de esto hay una regla general, que nunca induce al error, y es que un
príncipe que no es prudente de suyo no puede aconsejarse bien, a menos que
por casualidad dispusiera de un hombre excepcional y habilísimo que le
gobernara en todo. Pero en tal caso la buena gobernación del príncipe no duraría
mucho, porque su conductor se encargaría de quitarle en breve tiempo su
Estado. En cuanto al príncipe que consulta con muchos y que carece él mismo
de la prudencia necesaria no recibirá jamás pareceres que concuerden, no sabrá
corregirlos por sí mismo ni aun echará de ver que cada uno de sus consejeros
piensa en sus personales intereses nada más. No existe posibilidad de hallar
dispuestos de otra manera a los ministros, porque los hombres son siempre
malos, a no ser que se les obligue por la fuerza a ser buenos. De donde concluyo
que conviene que los buenos consejos, de cualquier parte que vengan, dimanen,
en definitiva, de la prudencia del propio príncipe y que no se funden en sí mismos
como tales.
Si un líder quiere obrar con bien cualquier acto, pero está rodeado de personas
que solo piensan en el beneficio propio y sus obras son de mal, lo único que
puede esperar es su propia ruina. Un líder debe ser prudente, ante todo, esto le
permitirá evitar cualquier tentación para obrar equivocadamente y perder su
cargo, además debe preservarse de elegir un equipo de trabajo avaro, que se
enriquecen con la rapiña. Hay diferencia entre cómo se vive y como se debería
vivir, que aquel que deja lo que se hace por lo que debería hacerse se dirige a
su ruina en vez de beneficiarse; todo príncipe que quiera mantenerse debe
aprender a no ser bueno y a practicarlo o no según con la necesidad.
Todos los lideres, por ocupar posiciones más elevadas, son juzgados por
dadivosos, clementes, leales, decididos, humanos, sinceros y religioso; o por
otro lado son juzgados por rapaces, crueles, traidores, soberbios, débiles, e
incrédulos. Un príncipe posee las cualidades que son consideradas buenas, pero
como no es posible consérvalas todas, es preciso ser tan cuerdo que pueda
evitar la vergüenza de aquellas que le significarán las pérdidas del Estado .
Conclusión especifica.
Conclusión general
El libro escrito por Maquiavelo, era un completo manual de gobierno, en esa
época, el sistema de gobierno más común, era el de los señores feudales,
llamados también príncipes (primero entre sus iguales), en este libro Maquiavelo
habla sobre, cada uno de las situaciones a las que se puede enfrentar un
gobierno como este. Al principio, Maquiavelo habla sobre todos los tipos de
principados que puedan existir, como los nuevos, los hereditarios, los
eclesiásticos, entre otros, se habla también sobre los tipos de ejércitos que
puede haber, Maquiavelo habla también sobre las personas, por las cuales hay
que cuidarse, y sobre las personas en las cuales hay que confiar, por supuesto
todo lo que dice, lo apoya ejemplificando con hechos históricos los que respaldan
sus tesis. La mayoría de estos hechos, que son usados como ejemplos, son
situaciones ocurridas, la mayor parte, en Italia, España y Francia, Maquiavelo
ocupa muchos ejemplos de situaciones actuales, habla sobre los papados y
sobre el reinado de Fernando de Aragón, los cuales eran contemporáneos a él.
muestra la manera en que el gobierno se ha corrompido y la corrupción que en
este existe, aunque muestra señores feudales y monarcas es una crítica
aplicable a la actualidad, habla de la confianza y basa sus aportaciones en
situaciones vividas si bien no por el directamente son hechos que sucedieron y
demuestra cómo lo escrito por Maquiavelo es más allá de solo un escrito si no
todo un compilado histórico contrastado con la situación de su actualidad y
perfectamente aplicable a tiempos presentes.
Este es un libro muy interesante pues nos muestra aparte de referencias
históricas muy importantes, nos enseña cómo se relacionan con la época en que
el libro fue escrito y además de que es aplicable a la actualidad. El libro es como
una guía de gobierno pues muestra y explica diferentes tipos de gobierno y la
manera en que estos funcionan y como trabajan para lograr sus fines.
Es un libro en el cual se refleja la realidad de una sociedad, la conducta humana,
su condición y motivaciones, el realismo con el cual Maquiavelo maneja la lectura
lo hace un libro un tanto incomprendido, ya que suele pensarse que es un
"manual de maldad" (un libro dirigido a políticos), pero visto desde otra
perspectiva es un libro sincero que maneja el tema desde un punto neutral y
hablando con claridad acerca de la pollita sin maquillarla.
Bibliografía.
https://es.wikipedia.org/wiki/El_pr%C3%ADncipe
https://ocw.uca.es/pluginfile.php/1491/mod_resource/content/1/El_princip
e_Maquiavelo.pdf
http://xavier.balearweb.net/get/El%20principe%20MAQUIAVELO.pdf