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Aplicaciones y conceptos sobre la

Geografía del Crimen:

El caso de Alcalá de Henares

Alumno: Alfredo Llorente del Río


Tutor: D. Felipe Hernando Sanz
Trabajo de investigación para la obtención del Diploma de Estudios Avanzados.
Programa de Doctorado Geografía y Desarrollo: territorio, sociedad y turismo
Departamento de Geografía Humana
Universidad Complutense de Madrid
Curso 2010-2011
Índice

Introducción…………………………………………………………………………..4

Metodología y objetivos………………………………………………………………7

Efectos territoriales y geográficos del crimen………………………………………….10

Geografía del Crimen. Una realidad. Múltiples miradas………………….…...10

Evolución multidisciplinar…………………………………………………….……..16

Distribución espacial de los actos delictivos……………………………………….20

El uso de variables estadísticas en el estudio de la criminalidad………….……30

Correcciones urbanísticas a través de la CPTED…………………………….…...33

Entornos territoriales y climáticos delictivos a estudio……………………...……39

Problemáticas sociales, fenómenos de exclusión social y fragmentación urbana.


Causa-efecto de elementos delictivos……………………………………………..….41

Exclusión social. El reverso de la sociedad urbana…………………….…………42

El fenómeno de la exclusión social en España……………………………..………50

Casos de Estudio……………………………………………………………….………55

Centro Penitenciario Madrid IV (Navalcarnero)……………………….55

Redes asociativas en el municipio de Getafe…………………..…….56

1
Urbanismo, exclusión social y delincuencia…………………………………………61

El caso de Alcalá de Henares……………………………………………..………...71

Cartografía descriptiva de la delincuencia en el municipio de Alcalá de


Henares………………………………………………………………………….……..77

Características geográficas de Alcalá de Henares……………………..………...77

Análisis delictivo del municipio de Alcalá de Henares……………………..……..81

Delitos totales………………………………………………………..………..82

Número de la semana…………………………………………………………92

Día de la semana………………………………………………..……………101

Hora del día………………………………………………………...…………111

Tipología delictiva……………………………………………………………119

Conclusiones……………………………………………………………….…………131

Bibliografía………………………………………………………………...…………134

2
Ante todo agradecer este trabajo a mi tutor, Felipe Hernando sin el cual no
hubiese tenido oportunidad de haber conocido en profundidad una línea de
investigación totalmente nueva en España así como por su apoyo y sus consejos.

También darle las gracias a Juan Antonio Olmos, sin el cual no hubiese tenido la
oportunidad de entrar en contacto con la Policía de Alcalá de Henares, cuerpo al cual
también he de agradecer su colaboración.

A su vez, a la psicóloga Alejandra García y a su equipo de trabajo, el Centro de


Recursos de Rehabilitación de Getafe así como a la Universidad de Malta, primera
institución que me dio a conocer la relación entre criminalidad y geografía.

Por supuesto y por último, una mención especial a mi familia, empezando por mi
super madre Teresa, sin la cual no hubiese podido hacer absolutamente nada de
Geografía, mis dos hermanos Pedro y Belén así como a mi abuela y a Javier. También a
mis amigos y a mi novia Clara, los cuales me han aguantado en innumerables ocasiones,
así como a mis compañeros de doctorado, los cuales me han aportado numerosos
consejos y buenos momentos (especialmente a Carina y Ernesto), así como mis
compañeros de trabajo.

3
Introducción

¿Quién no se ha sentido alguna vez víctima de un acto delictivo? ¿Quién no ha


tenido la sensación primaria de temor ante un espacio propenso a situaciones
criminales?

Son muchos los estudios que se han centrado en el análisis de la delincuencia


desde múltiples puntos de vista, analizando las formas urbanas predominantes en un
espacio concreto, relacionando variables socio-económicas con la distribución de los
actos delictivos, observando la distribución espacial del fenómeno delictivo.

Se podría enfocar, por consiguiente, desde un amplio abanico de disciplinas.


Tanto es así que en los numerosos estudios realizados podemos encontrar trabajos
desarrollados desde la sociología, el derecho penal, desde la perspectiva policial,
legislativa,...

No trataremos de realizar un análisis pormenorizado de cada una de estas


corrientes, sino más bien el hecho de citarlas supondrá un ejercicio de razonamiento
interno para comprender la compleja realidad teórica y práctica de la actividad criminal
o delictiva.

Las aportaciones introductorias al mundo de la geografía criminal así como a las


causas sociales de esta en el ámbito tanto municipal como urbano, nos permitirán tener
una primera aproximación de todo este fenómeno.

Posterior a dicho análisis para conocer la visión geográfica que se le da al


tratamiento del crimen, se procederá al estudio del impacto que determinadas políticas
delictivas se tienen sobre el territorio y su población.

Es precisamente las relaciones entre estos mundos (el territorio y la localización


criminológica así como su tipología) la que nos permitirá realizar una aproximación al
mundo de la exclusión social y de la estigmatización de determinadas áreas/colectivos
por diferentes entes que no hacen más que incrementar dicho circulo vicioso.

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No se podría entender el ámbito de la delincuencia sin tener en cuenta diferentes
variables como las políticas urbanas de redistribución de actividades económicas,
equipamientos sociales o infraestructuras básicas; tampoco nos podríamos desentender
de las diferentes políticas policiales sobre cómo y dónde actuar; la exclusión social es
otra de las partes para poder entender el aislamiento de determinados colectivos que se
ven abocados a dicho mundo; las políticas estatales en cuanto al código penal legislando
determinadas leyes en relación a otras; el papel de los medios de comunicación a la hora
de estigmatizar unos territorios por conductas sensacionalistas.

Este conjunto de condicionantes son factores fundamentales a la hora de analizar


y calibrar el estado delictivo de un determinado territorio, y el porqué determinadas
políticas en relación a la criminalidad tienen una evolución positiva mientras que la
configuración de otros ejes de actuación en otros territorios no tienen los resultados
esperados.

“Son numerosas las disciplinas que ofrecen alternativas al control de la


delincuencia, pero sus resultados son poco alentadores. Ya sea por los intereses
individuales de cada una de ellas, o por la extrema complejidad que entraña el
fenómeno colectivo” (Hernando, 1998).

La delincuencia, así como las actuaciones político-policiales que se toman en


este campo, ha de contar con factores tan importantes como el medio territorial en el
que desarrolla su actividad así como su localización geográfica, y es precisamente el
estudio de la localización espacial del crimen y sus relaciones con el entorno directo las
que nos acercarán a una mejor comprensión de lo que es la Geografía del Crimen.

“En los últimos treinta años hemos asistido dentro del contexto del crimen y la
delincuencia al progresivo reconocimiento que debe tener la investigación geográfica,
la planificación de su gestión política, y al desarrollo de agencias e control bajo
parámetros territoriales.

5
(…) el espacio juega un papel relevante y fundamental. Para su comprensión
sería necesaria una más amplia contextualización Epistemológica (…) y sin lugar a
dudas nos daría las claves de lo que podemos considerar una, auténtica y útil, geografía
del crimen y de la violencia” (Hernando, 2006).

En un futuro análisis del municipio de Alcalá de Henares, se procederá a las


relaciones existentes entre delincuencia en todos sus aspectos como se estudiará en este
proyecto (temporal, espacial, tipológica,…) junto con otros condicionantes sociales
(condiciones infraestructurales, infraestructuras socioeconómicas, características
poblacionales) así como un breve ensayo sobre la utilización de los conceptos CPTED
en un ámbito urbano de Alcalá de Henares.

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Metodología y objetivos

El presente trabajo se realiza desde una óptica de colaboración entre el


Departamento de Geografía Humana de la Universidad Complutense de Madrid y la
Policía Local de Alcalá de Henares.

Para poder realizar dicha investigación se tomaron varios supuestos en cuanto a


la obtención de datos se refiere, esto es, el listado de delitos cometidos en un plazo de
tiempo estipulado (septiembre 2009-febrero 2010) por parte de un cuerpo de policía.

Debido a la restricción por parte de las autoridades para obtener dichos datos
delictivos, se tardó más de un año en poder comenzar a trabajar sobre la delincuencia en
un territorio concreto. No sucede lo mismo en otros estados, donde la información
delictiva no solo está al alcance del público, sino que se puede acceder en cualquier
momento a cartografía delictiva on-line (véase maps.met.police.uk,
http://spotcrime.com/la/new+orleans, http://www.cityofboston.gov/police/stats/,
http://gis.chicagopolice.org/,...).

Finalmente se llegó a un acuerdo con la Policía Local de Alcalá de Henares para


la aportación de los delitos cometidos en dicho municipio desde el 8 de Septiembre del
2009 hasta el 14 de Febrero del 2010. También se trató de obtener los datos relativos a
la sección de la Policía Nacional de Alcalá, remitiendo un escrito a Don Antonio Puig
Renau, de la Dirección General de Gestión de Recursos del Ministerio del Interior,
órgano potestativo para obtener la información mencionada anteriormente, sin obtener
respuesta año y medio después.

Actualmente otros equipos de investigación en Geografía del Crimen están


realizando trabajos parecidos, aunque con medios menos directos (mediante encuestas
de victimización, zonificación delictiva atendiendo a los medios de comunicación,…).
Estos proyectos en marcha serían mucho más eficaces y concretos, y por ende en
beneficio de la sociedad, si se dispusiese de información pública actualizada de los
delitos cometidos por parte de todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

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El siguiente trabajo de investigación consta de un primer apartado donde se
realizará una pequeña aproximación teórica a las diferentes aportaciones, algunas de
ellas totalmente antagónicas, realizadas desde el campo de la geografía (social, urbana,
económica,...) y que han supuesto una evolución en la Geografía del Crimen y la
Delincuencia.

No se pretende en este apartado realizar una crítica o un análisis de las diferentes


corrientes a partir de una cronología determinada, sino intentar destacar aquellos
supuestos teórico-prácticos de cada una de las lecturas que aporten conceptos positivos,
y por extensión totalmente discutibles, al trabajo final.

Es por esto mismo por lo que se ha considerado utilizar los diferentes temas
tratados por diferentes autores a la hora del análisis de los distintos estudios
geográficos, ya que estos cuentan con una evolución temporal pareja a su tiempo de
estudio (formas urbanas, comportamientos sociales, gobernanzas políticas,...), desde los
primeros estudios realizados a comienzos del siglo XIX en Francia hasta los últimos
trabajos basados en la planificación de la seguridad en espacios turísticos de masas.

En un segundo apartado se tratará, en primer lugar, la inmersión del fenómeno


urbano y las consiguientes deficiencias de este en cuanto a la exclusión social y las
dinámicas negativas que estos procesos conllevan.

Posteriormente se realizará una aproximación práctica, apoyado en el estudio de


otros espacios urbanos, de los diferentes elementos susceptibles de alterar el buen
funcionamiento social de un área, entre los que se incluyen los estudios urbanísticos del
área en cuestión (densidad de vivienda, carencia de equipamientos y servicios,
infraestructuras,...), estudios sociales (movimientos migratorios, cambios de usos del
suelo,...), y aquellos procesos de segregación socio-espacial que se pudiesen estar
dando.

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En un tercer apartado se analizarán los delitos cometidos en el municipio de
Alcalá de Henares entre septiembre del 2009 y febrero del 2010, datos aportados por la
Policía Local. Se desarrollará la cartografía correspondiente a la localización
cartográfica de cada uno de los delitos cometidos en esas fechas, así como un estudio
más detallado, dividiendo el mismo en distintos subapartados como delitos cometidos
por día de la semana, delitos cometidos según fecha,…Toda la serie cartográfica se ha
desarrollado a una escala 1:35.000, a excepción de los espacios centrales donde ha
variado dependiendo de las características delictivas a estudio en cada momento y cada
espacio.

La metodología que se empleará para llevar a cabo dichos objetivos se sustentará


principalmente en tres campos interrelacionados:

-Fuentes bibliográficas: Se realizará una lectura de aquellos trabajos que pudiesen


aportar recursos teóricos para el análisis de la ciudad a estudio, atendiendo a trabajos de
entornos urbanos y sus problemáticas sociales como los abordados por Castells,
Estébanez, Herbert, Harvey o Smith.

-Análisis de otros espacios metropolitanos: Se analizarán los estudios realizados sobre


otros ámbitos metropolitanos que pudiesen tener similitudes o semejanzas con el
espacio a estudio.

-Material cartográfico, bibliográfico y estadístico del municipio de Alcalá de Henares:


Finalmente, se intentará realizar un análisis de las problemáticas que se observen en
Alcalá trabajando sobre diversas fuentes informativas de la realidad social del territorio
escogido.

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Efectos territoriales y geográficos del crimen

Geografía del Crimen. Una realidad. Múltiples miradas.

Existen numerosas aportaciones a lo que se denomina Geografía del Crimen,


muchos puntos de vista o múltiples campos de actuación/visión. La geografía se ha
caracterizado por aunar en sus estudios numerosas aportaciones de diversos campos
científicos para luego realizar una visión global del campo en cuestión, un diagnóstico
bien elaborado dependiente de todos aquellos análisis multidisciplinares aportados,
para, a continuación, intentar sacar objetivos así como conclusiones acerca de un
determinado problema territorial.

Es por ello que se hace especial hincapié en intentar dar cabida a cuantas más
visiones diferentes de un problema. En cuanto a la criminalidad o delincuencia de un
determinado espacio, esta ya viene predeterminada por los numerosos campos de acción
desde el cual se intenta abordar el problema: desde la variedad genética hasta las
últimas aportaciones de un urbanismo responsable y humano.

“El comportamiento criminal en el espacio es una aproximación geográfica al


estudio del crimen el cual explícitamente considera la distribución geográfica de las
oportunidades para el crimen y los aspectos sociales, económicos, físicos y psicológicos
en el comportamiento espacial criminal. Esto conlleva que un sitio en particular
congregue una mezcla de oportunidades que identifican a ese lugar en concreto”
(George Rengert, pág. 169).

Factores tan diversos como la apertura de edificios, la proximidad de vías de


transporte, públicas y privadas, o bien el propio conocimiento del terreno son cuestiones
que influyen en la comisión o no de un delito.

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“Se compara la relativa importancia de cuatro factores que influyen en la
incidencia de la victimización del robo: riesgo ambiental, ocupación, gratificaciones y
seguridad. El factor más importante (…) es el riesgo ambiental, seguido de las tasas de
ocupación y gratificaciones, por este orden (…). Los cuatro factores más importantes
dentro del riesgo ambiental son: distancia de la casa más cercana, distancia a la carretera
en la cual la casa está, mayor parte de los lados de la casa no visibles desde áreas
públicas, y el acceso a ambos lados de la casa” (Evans, 1989).

La situación, no solo geográfica, sino del estado del territorio en cuestión tienen
un gran peso a la hora de analizar si un área es más propensa que otra para un
delincuente. Parecería una contradicción, pero un mismo territorio visto desde la
perspectiva de un delincuente o de la víctima, pueden ser realidades opuestas. Si una
zona en concreto presenta elementos como poca luminosidad, aislamiento, poco
tránsito de personas,…el delincuente verá en dicho lugar un “paraíso” para sus intensos,
mientras que la sensación de miedo por parte de la víctima será mucho mayor que en
otras zonas con características diametralmente opuestas.

“Cualquier investigación sobre las características de un delito necesitan reunir


una serie de criterios. Desde el punto de vista de la víctima, los más importante son las
propiedades funcionales del lugar donde el delito ocurre (…), dichos criterios se
conocen como el comportamiento ambiental (…). También podríamos hablar de las
propiedades físicas (…) como la cantidad de espacio, la degradación del entorno,
luminosidad y otros elementos de diseño que tienen influencia (…). Hay elementos
perceptuales de lugares como el sentimiento de seguridad o del miedo, la familiaridad y
privacidad (…); la relevancia de los factores ambientales para la víctima y el
delincuente debieran ser tenidos en cuenta” (R. N. Davidson, 1981).

Cabe resaltar a su vez, a modo de observación que, como todo análisis


geográfico de un problema determinado, las soluciones a un problema, en primer lugar,
varían enormemente si se realiza a una escala determinada u a otra, ya que, si por
ejemplo usamos una escala barrial, hallaremos problemas específicos de dicho conjunto
urbano y sus relaciones con el entorno más próximo. A su vez, en dicha escala nunca se
podrán ver bien definidas las diferencias socio-económicas que han llevado a ese barrio
a esa degradación con respecto al área metropolitana.

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Gráfico1. Delitos denunciados,
grabados y no reportados por tipología
delictiva. Fuente. British Crime
Survey (1984). The Geography of
Crime, Evans and Herbert.

También cabe señalar la poca operancia de los planes diseñados para todo tipo
de ámbitos así como de entornos geográficos. Se observa con frecuencia como se
elaboran manuales que sirven de guías generales para el tratamiento de un problema.

Y, aunque suponen un gran elemento de apoyo, en numerosas ocasiones se


observa cómo no se puede homogeneizar dicha problemática a todos los entornos
territoriales, ya que cada espacio tienen unas condiciones y unas relaciones territoriales
muy específicas.

“La creencia que unos pocos programas de prevención del crimen


estandarizados serán efectivos en todas partes ha sido reemplazado por una praxis más
realista de la inherente complejidad del acto criminal y la realización de soluciones
generales a problemas locales probablemente no exista” (Brathingham, 1989).

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Como ya se ha comentado, existe una inmensa lista de variables a la hora de
tener en cuenta cuando se realiza un análisis exhaustivo de la incidencia del crimen
sobre una determinada geografía, sin entrar en otros campos del conocimiento como la
psicología criminal o la genética del mismo en profundidad (todo lo contrario,
simplemente se hacen menciones a determinados campos del estudio de la delincuencia,
para constatar de que se trata de una materia multidisciplinar).

Grafico 2.a. Áreas


propensas a delitos
por género y edad.
Fuente. British
Crime Survey
(1984). The
Geography of
Crime, Evans and
Herbert.

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Gráfico 2.b. Relaciones delictivas. “Crime, delinquency and the urban environment”, D.
Hebert (1997)

A modo de ejemplo, se exponen cuatro posibles factores influyentes en un delito.

1. Elementos urbanísticos. Uno de los temas más tratados y que mejores resultados
ha dado han sido las modificaciones urbanísticas y arquitectónicas que
inspiraban confianza en el posible agresor. La principal herramienta de trabajo
se estructura a través del análisis CPTED (Crime Prevention Trough
Environmental Design), aunque también se pueden incorporar numerosos
elementos que hacen más fácil el acceso de un delincuente al crimen en
cuestión, muchas de ellas relacionadas con la tipología edificatoria de la casa.

“Cualquiera de los caminos de categorización de los factores de riesgo se puede


trasladar a los factores de riesgo de robo en domicilios. En particular la
importancia de características como la accesibilidad, la vigilancia, la imagen, y
la cohesión social (…)” (Evans, 1989).

14
Gráfico 3. Variables de
diseño arquitectónico.
Beneficios y perjuicios en el
análisis delictivo. Fuente.
British Crime Survey
(1984). The Geography of
Crime, Evans and Herbert.

2. Se puede observar como la variedad de elementos que pueden influir en la


delincuencia de un determinado territorio es enorme. Este es el caso de los
medios de comunicación, debido a su gran capacidad de difusión, ya sea prensa,
radio y/o televisión, pudiendo estigmatizar a un determinado barrio o ensalzando
a otro por motivos puramente sensacionalistas, con la gran repercusión
territorial que eso conlleva (aumento del precio o no de la vivienda, instalación
de determinadas infraestructuras públicas,…) y que lleva un efecto arrastre.

“Los reportajes periodísticos crean y definen un miedo público generalizado del


crimen que es sustancialmente diferente a cualquier otra realidad presente en las
estadísticas oficiales” (Bartnicki, 1989).

3. La posibilidad de que la propia genética influya en la comisión de un delito se


está estudiando actualmente, desarrollando trabajos de investigación por ejemplo
en el País Vasco, es por esto, que las diferentes variables que se toman o se
incorporan para entender el comportamiento delictivo son numerosas y amplias,
renovándose unas o cayendo por su propio peso otras, ya que no es lo mismo las
teorías preconizadas en los primeros estudios criminológicos del siglo XIX que
los comparados en pleno siglo XXI.

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“Es una experiencia genética adquirida antes de nacer o bien es aprendida
durante la infancia. Si la causa genética fuese la única o la explicación más
predominante, podríamos esperar que la incidencia de la criminalidad se
volviese estable una generación tras otra, lo cual no ocurre debido al continuo
incremento de las estadísticas delictivas. Situaciones territoriales o actitudes
culturales pueden cambiar mucho más rápidamente” (Coleman, 1990).

4. Los factores meteorológicos pueden tener capacidad de influir, aunque todavía


se está estudiando esta causa más en profundidad. Aunque no es una variable
fundamental, la capacidad que tiene el tiempo para alterar los comportamientos
delictivos de un criminal puede variar, ya que no es lo mismo delinquir en plena
noche con temperaturas poco agradables que un día soleado del periodo estival
(la afluencia de personas será mucho menor).

“Expresado en términos simples, suponemos que la violencia es el producto de


unas variadas y complejas interacciones ambientales, incluyendo las
características innatas de los actores, su contexto social, el medio ambiente
físico, del cual la atmosfera es parte. Reconocemos que las influencias
atmosféricas suelen ser pequeñas, pero su existencia debiera ser reconocida y los
efectos contabilizados cuanto sea posible” (Herbert, 1989).

Otro campo a tratar sería la propia acción/comportamiento policial, ya que este


también es totalmente cambiante dependiendo del cuerpo de policía (Mossos, Policía
Nacional, Local, Guardia Civil, BESCAM, Ertzaintza,…), de la especialización de la
misma (no es lo mismo un agente antidisturbios que un agente del SEPRONA) así como
la administración que lo regule (municipal, autonómica, estatal o supranacional).

“Esencialmente, Wilson distingue 3 estilos policiales diferentes, que varía entre


departamentos, estaciones, temporalidad:

a) El estilo legalístico, enfatizando en la mínima discreción: los considerados


infractores de la ley son perseguidos

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b) El estilo observador, enfatizando en el mantenimiento del orden: acciones
ilegales no acaban por necesidad en arresto

c) El estilo servicial, enfatizando en el rol de la policía como ayuda: la acción


policial se encuadra en los beneficios para la comunidad” (R. I. Mawbi, pág.
267).

Evolución multidisciplinar

La relación directa entre localización espacial y acto delictivo no es sino la suma


de diferentes factores que no nos debieran llevar a la conclusión fácil de relacionar
delito con criminal desde una visión simplista.

Como se observará en los diferentes estudios realizados, los actos delictivos no


presentan una localización homogénea en el tiempo, sino que más bien estos se adaptan
a las nuevas realidades urbanas que van surgiendo, así como a la evolución de una
determinada sociedad.

Así, el razonamiento humano sobre la distinción social y la marcada propensión


de determinados grupos sociales hacia el cometido de un delito ha evolucionado
radicalmente en los últimos ciento cincuenta años.

A mediados del siglo diecinueve, la concepción de la élite británica para


demostrar la falta de civismo por parte de otras razas se justificaba mediante las
características craneales de cada etnia.

“(...) hay dos razas distintas de hombres: los vagabundos y las clases civilizadas;
cada una de estas clases presenta una forma diferente de sus cabezas que es peculiar, en
la clase vagabunda siendo remarcable por el desarrollo de los huesos de la cara, como la
mandíbula, el pómulo,..., y la civilizada por el desarrollo de los mismos de la cabeza
(...)” (Mayhew, 1864).

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Es precisamente en el siglo diecinueve cuando los primeros investigadores en el
campo de la delincuencia se empiezan a enfrentar a unas ideas preconcebidas, como se
acaba de ver en aquellos estudios británicos sobre criminalidad anteriormente citados.

A raíz de estas conclusiones, A-M. Guerry aboga por priorizar los métodos de
observación sobre aquellas cuestiones morales y políticas, por el propio progreso de la
ciencia:

“El estudio de las causas es lento, difícil, y lleno de errores (…), esto exigirá que
el trabajo que nosotros publicamos hoy debe renovarse periódicamente después de un
cierto número de años” (Guerry, 1833).

La cuestión geográfica del crimen, como ya se apreciará más adelante, no se


puede abordar como una problemática estática ya que, como los propios cambios
urbanos, las pautas de localización criminal van variando con el paso de los años, por lo
que es necesario e imprescindible realizar un estudio de la evolución temporal del
mismo.

Una de las primeras aportaciones a la distribución espacial del crimen nos la


realiza Guerry en las primeras décadas del siglo diecinueve. Nos encontramos ante uno
de los primeros estudios sobre la distribución geográfica de la delincuencia, donde
divide Francia en cuatro regiones (Norte, Sur, Este y Oeste), realizando una
desagregación de las cifras en distintas variables: número de delitos por sexo, por
tipología (delitos contra las personas o contra la propiedad), por la edad o por las
estaciones del año.

Son dichas aportaciones las que nos permiten actualmente contemplar las
diferencias variables que en sí se pueden relacionar con el estudio de la delincuencia,
concentrándonos en dos de sus apartados:

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1. Delincuencia-temporalidad: relaciona las variables tiempo-delito realizando una
división temporal por las cuatro estaciones anuales y por el número y tipología
delictiva. Entre las conclusiones más destacadas apreciamos la relación entre
verano (altas temperaturas, más horas de luz) con los delitos contra las personas
y, por el contrario, la relación es inversa con respecto a los delitos contra la
propiedad (figura 1).

2. Cartografía y distribución espacial de la criminalidad por regiones: La


representación cartográfica del estudio realizado por Guerry, dividiendo Francia
en 86 departamentos, es una de las principales aportaciones realizadas en este
trabajo, tanto por su complejidad como por la relación que intenta abordar entre
división regionalizada en cuanto a las distintas variables (delitos contra las
personas, delitos contra la propiedad, analfabetismo, tasa de natalidad,
suicidios,...) (figura 2).

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Figura 1. Distribución mensual de los delitos contra la propiedad; “Essai sur la statistique
morale de la France”, pp. 69, Guerry

Figura 2. Distribución cartográfica por regiones, delitos contra la propiedad, “Essai sur
la statistique morale de la France”, pp. 69, Guerry

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Distribución espacial de los actos delictivos

Habría que destacar a David Hebert como uno de los geógrafos más implicados
en la rama de la delincuencia. Una de las primeras ideas que nos proporciona es la
diferenciación que hay que realizar entre la distribución espacial de las áreas donde
residen los delincuentes y aquellas donde delinquen, demostrando que los patrones de
localización a la hora de cometer delitos suelen concentrarse en la ciudad central.

Para ello se apoya en la política municipal que llevó a cabo sobre Cardiff en
1971 redistribuyendo la vivienda habitual de los delincuentes por el extrarradio de la
ciudad; la mayor parte de sus acciones delictivas seguían desarrollándose en el centro
urbano.

Otras observaciones realizadas vienen relacionadas con las políticas urbanas de


vivienda. Ejemplos como Sheffield o Glasgow demuestran que, cuando dichas políticas
están encaminadas a agrupar en un barrio a población delincuente, dicho barrio tiende a
dejar una imagen en el colectivo ciudadano de inseguridad en dicha zona, por lo que se
quedará impresa una estigmatización en las ciudades que no les empujará a mudarse a
dicha área, por lo que la mezcla social buscada para una mayor integración de aquellos
colectivos conflictivos en el entorno ciudadano no se producirá a corto plazo.

Otros estudios, como el desarrollado por P. & P. Bratingham (1980), indican que
hay una clara relación entre criminalidad y otras variables socio-económicas
(educación, tipología urbanística, niveles de pobreza, paro,…). Así se explica que en
zonas con una elevada diferencia económica, los delincuentes tendrán que ir a aquellas
áreas con mayor poder adquisitivo.

Se intenta relacionar diferentes tipos de delitos con las características


económicas y sociales de los delincuentes (aplicadas a aquellas áreas donde residen), así
como asociaciones entre tipos de delito y especialización económica de la ciudad:

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1. Asesinato y asalto: Analfabetismo, reciente inmigración, pobreza.

2. Robo y sustracciones: se dan principalmente en aquellas ciudades orientadas


al ocio, finanzas y funcionariado (trabajadores gubernamentales) las que
tienden a tener elevados índices de esta tipología delictiva.

3. Robos en asaltos y robos en vehículos: los primeros están asociados al


tamaño del ente urbano (a mayor población mayor número de robos)
mientras que los segundos dependen del grado de movilidad de la ciudad.

También destacan el grado de rapidez de conexión entre el punto donde se


comete el delito y el acceso al transporte público (cuanto mayor sea el acceso a medios
de transporte público mayor probabilidad de delito en esa zona, ya que los delincuentes
buscan un medio de huida rápido).

Por otro lado, Christopher Dunn realiza un análisis de Westchester County (New
York) en 1970 analizando dicho territorio por diversas variables (educación,
condiciones de la vivienda, problemas sociales, distribución de la población,…) y los
agrega en cuatro grupos (estructura y tamaño de los hogares, problemas sociales,
composición de sexos, estatus socioeconómico) para dividir el área de estudio en nueve
territorialidades diferentes (suburbio obrero, centro, zonas con problemática social y
bajo estatus socioeconómico, solteros,…).

Y es a través de esta delimitación espacial como analiza el comportamiento de


cuatro actividades delictivas en su localización (asaltos con violencia, robos por
descuido, robos en domicilios y robos en vehículos) y cómo cambian las actividades
delictivas de un área a otra.

Pone como ejemplo el robo de vehículos, donde un 35.2 por ciento de los robos
se producen en parkings de áreas comerciales mientras que en zonas con bajo nivel
socioeconómico y graves problemas sociales se reduce hasta un 16.5 por ciento.

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El autor explica dicha diferencia argumentando que en el distrito central es
donde residen numerosos comercios, negocios y plazas financieras, lo que provoca un
numeroso movimiento de coches en los parkings, por lo que la proporción de vehículos
disponibles para robar será mayor.

Nichols también analiza la localización urbana de los robos y afirma que estos se
cometen en lugares (calles, parkings,…) que son relativamente ubicuos, localizaciones
donde hay un continuo movimiento de personas y vehículos, mientras que en otras áreas
(gasolineras, restaurantes,…) estas responden a usos del suelo generalmente
comerciales.

En otros trabajos, Herbert y Colin Thomas (1982) afirman que se ha producido


una revisión del planeamiento urbano a escala global para centrarla en los barrios. Se
empieza a observar que la ordenación urbana concibe a la ciudad como un único ente y
se empiezan a producir graves diferencias en cuanto a la calidad y comportamientos de
los diferentes barrios.

A raíz de diversos estudios realizados en proyectos de vivienda pública en


Newark se observa que el planeamiento a una escala menor produce una mejora
sustancial de los vecinos del barrio (teniendo en cuenta las particularidades propias de
dicho barrio a la hora de insertar espacios públicos, construcción de viario,…) y como
las asociaciones de vecinos pueden aportar elementos hasta entonces desechados por los
planificadores.

Newman compara dicha escala menor a través de dos proyectos urbanísticos en


Nueva York y observa como las diferencias en cuanto al alumbrado, distancia de las
calles, altura de los edificios, etc, puede alterar el índice de delincuencia de dicha área y
como la población local puede incorporarse de manera pasiva a la propia vigilancia del
barrio.

Otras iniciativas pasan por analizar los problemas urbanos, realizando


anteriormente una breve introducción de lo que ha sido el crecimiento urbano desde
fines del siglo XIX en las sociedades occidentales.

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Se explica cómo se dio un proceso de acumulación de capitales, mercancías,
personas, etc, en el centro de las ciudades, lo que provocó unas densidades lo
suficientemente elevadas como para repercutir en un aumento de los niveles de
delincuencia e insalubridad.

Con la dispersión urbana a lo largo del territorio dichos problemas no


desaparecieron sino que simplemente se fragmentaron a lo largo de la expansión de la
ciudad. A raíz de los diferentes planeamientos urbanísticos que se dieron en el siglo
veinte, la estructura urbana de las ciudades quedó dividida en unos suburbios de clase
media y media-alta, mientras que la población con menores recursos se asentaron en el
centro de las ciudades (entre ellos los inmigrantes recientes provenientes de otras
regiones del mundo).

Dicha deslocalización poblacional y una centrificación de la sociedad con


menores recursos en las partes centrales de la ciudad da lugar a una homogeneización y
un monocultivo social. Fue esta una de las causas de los disturbios urbanos en muchas
ciudades estadounidenses en los años sesenta.

Otro de los problemas apuntados por los autores radica en la expulsión de la


industria pesada en la crisis de los setenta desde el centro de las ciudades a otras
localizaciones, por lo que no solo se dejó una gran parte de la población sin recursos
económicos, sino que la propia ciudad perdía espacio productivo, por lo que en ambos
casos se produjo un deterioro del centro urbano y una pérdida de las condiciones de vida
aumentando la conflictividad social.

Un factor que se une a la crisis urbanística del centro urbano se refiere a las
malas condiciones con las que se abordan los proyectos de reforma urbana con mala
calidad arquitectónica, formas urbanas poco atractivas y sin sectores productivos
potentes y regeneradores de actividad económica. La redistribución de forma equitativa
de los espacios públicos (áreas verdes, actividades económicas,…) por los urbanistas en
el centro de la ciudad ha permitido redistribuir y disminuir los problemas de seguridad
ciudadana, como se ha visto con algunos ejemplos aplicados a ciudades
norteamericanas en la década de los setenta.

24
La contaminación, tanto natural como humana, puede contribuir a crear un
ambiente urbano que pueda servir de impulso a una contestación social para mejorar las
condiciones de vida de su barrio (principalmente si comparamos las condiciones de un
barrio de baja calidad con otro donde la población mayoritaria sea de clase alta).
Aspectos como el ruido, la suciedad o el drenaje de cales puedes ser variables
importantes para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Una de las mayores aportaciones a la hora de estudios las condiciones sociales


territoriales (tantas dentro de una misma ciudad como si comparamos grandes entes
urbanos) fue la realización de indicadores socioeconómicos que permitían una
ponderación objetiva de la realidad urbana.

Para ello se han elaborado diferentes listados de aquellas variables que se tienen
en cuenta a la hora de incluirlos en los análisis. Son Herbert y Smith (1982) los autores
de una serie de variables alternativas sobre las que se empiezan a desarrollar los
distintos análisis.

Se ponen como ejemplo los estudios realizados a través de diversos indicadores


para conocer la localización de los problemas urbanos en Londres, en Cardiff y en
Belfast. En el caso de Londres se realiza un sombreado de calles donde se cartografían
aquellos ejes viarios más problemáticos.

En el estudio realizado sobre la ciudad de Glasgow, se diseccionan los


potenciales agravantes en tres categorías (empleo, urbanismo y educación) y se
cartografía en base a la acumulación o no de dichos indicadores en barriadas
(acumulación de las tres variables, de dos o de uno solo). Por último, se analiza en
porcentaje el número de incidencias negativas sobre el entorno urbano (utilizando
algunos parámetros como urbanismo, sanidad,…).

25
1. United Nations components of level of living
Health, including demographic conditions
Food and nutrition
Education, including literacy and skills
conditions of work
Employment situation
Aggregate consumptions and savings
Transportation
Housing, including household facilities
Clothing
Recreation and entertainment
social security
human freedom

2. Composition of Drewnowski´s level-of-living-index


nutrition clothing shelter health
education leisure security
social environment physical environment

3. OECD areas of social concern


health accessibility
individual development through learning
employment and the quality of working life
time and leisure
personal economic situation
physical environment
the social environment
personal safety and the administration of justice
social opportunity and participation

26
4. Criteria of social well-being in the United States
income, wealth and employment
the living environment
health education
social belonging social order
recreation and leisure
Figura 3. “Herbert and Smith (1979). Table 2.3. Pag. 21”. Herbert and Smith. Table 9.3.
“Urban Geography: A first approach”. Pag 410

El crimen y la delincuencia urbana también se asocian a uno de los mayores


problemas a los que se enfrenta la ciudad. Se pasa a una fase en la que se correlacionan
las variables anteriormente señaladas con otros aspectos como el “ambiente urbano”,
que deriva directamente de la planificación urbana.

Esta relación (como asociar la tasa de movilidad laboral y de vivienda de un


barrio con el grado de delincuencia) se puede llevar a cabo en varias líneas. Una de las
más destacadas resulta de la armonización de distintas variables (educación,
socioeconómicas, urbanísticas,…) en grandes grupos estandarizados, delimitar
zonalmente la ciudad en dichos grupos para zonificar las áreas con mayores problemas
urbanos en relación a la delincuencia.

Otros estudios abogan por la relación existente entre delincuencia y viviendas


alquiladas/viviendas propias (sentimiento de pertenencia, lo que ayuda a una vigilancia
natural y, en consecuencia, a la implicación vecinal).

Aunque hay que remarcar necesariamente la limitación de dichos estudios si no


se atienden dos premisas inamovibles:

1. La distinción que habría que hacer entre el espacio urbano donde se practica el
crimen y aquel espacio que sirve de residencia al criminal.

2. La necesaria diferenciación entre los distintos tipos de crimen que se practican y


atender a los diversos grados de criminología existentes.

27
Otras visiones espaciales-delictivas son las desarrolladas por Nelson, Bromley y
Thomas, donde realizan estudios del centro de algunas ciudades británicas tratando de
averiguar los condicionantes temporales y micro-espaciales en el centro de dos ciudades
inglesas, Cardiff y Worcester, la primera con una población de influencia comercial
calculada en un millón de habitantes y la segunda en aproximadamente doscientos mil.

En un primer análisis espacial de los delitos cometidos en Cardiff, se comprueba


que un cincuenta y dos por ciento de estos se cometen en los espacios públicos de las
calles mientras que un dieciocho por ciento ocurre en los áreas semi-privadas de clubes
nocturnos y centros sociales, para finalizar, un nueve por ciento se realizan dentro de las
tiendas.

Se comprueba como en ambas ciudades las calles donde están presentes locales
nocturnos y clubes es donde se dan los mayores índices de delincuencia (asociados
normalmente a peleas) siendo un segundo foco de atracción criminal los ejes
comerciales y con mayor número de establecimientos.

En el primer caso es de destacar como, en el ejemplo de Cardiff, con dos ejes


principales de actividad nocturna, en uno de ellos el aumento de la presencia policial
contribuyó a disminuir los índices de delincuencia, mientras que en el otro eje este
proceso no se ha constatado. La misma medida (aumento de la presencia policial) se
adoptó en la zona de ocio nocturno de Worcester, no siendo los resultados tan positivos
ya que apenas se pudo reducir en un cinco por ciento dichos índices.

Cuando se realiza dicho análisis desde la variable temporal, encontramos que en


ambas ciudades los días con mayores porcentajes de delitos cometidos son los viernes,
sábados y domingos (un cincuenta y seis por ciento del total de la semana),
distribuyéndose los viernes y sábados por la noche en las zonas de ocio nocturno, y los
viernes-tarde y sábados durante todo el día en los ejes comerciales.

28
Este mismo resultado se puede concluir en la división de las horas del día y su
influencia en el número de delitos. Para el caso de Cardiff, que se reproduce a menor
escala en Worcester, la mayoría de los delitos se cometen entre las 23:00 y las 02:00. La
relación tiempo-espacio vuelve a ser característica, ya que las calles con mayor
actividad comercial sufren un mayor número de delitos por las mañanas y por las tardes
(en Queen Street se producen entre las 9 de la mañana y las cinco de la tarde) mientras
que aquellos ejes de ocio nocturno despuntan por la noche (en St. Mary Street el
intervalo mayor se produce entre las once de la noche y las cinco de la mañana)

Otra aproximación realizada a algunos elementos generales de la Geografía del


Crimen nos desglosa en varios subapartados algunas ideas intrínsecas al estudio del
comportamiento delictivo humano:

1. En un primer escalón sitúa la dificultad a la hora de elegir la escala para realizar


un estudio territorial de las variables criminalísticas relacionadas con diversos
parámetros sociales, económicos,…Propone dos ejemplos: realiza un análisis a
“micro-nivel” de la ciudad de Dallas donde incluye diferentes variables para su
análisis (localización del delito, hora del día o de la noche, condiciones
climáticas de ese día,…); en un segundo estudio relaciona la tipología del
crimen con otros factores más territoriales (zonas de transición urbana, calles
masificadas, los sistemas de transporte,…).

2. Se desciende en este caso a una escala menor para explicar determinados


espacios urbanos como áreas proclives para la comisión de un delito, y lo
ejemplifica con la permanencia de determinados “Red Light Districts”, o lo que
es lo mismo, determinados espacios donde se acumulan aquellos servicios
ilegales que demanda la población (prostitución, menudeo de drogas,…), y que
se ubica en los espacios de transición periférica urbana, con el consiguiente
conocimiento y tolerancia por parte de las autoridades locales.

29
3. Se analizan las bases de los datos criminológicos sobre los que se asientan los
distintos estudios geográficos y cartográficos. Se hace una lectura positiva del
avance realizado a la hora de la recogida de datos, aunque se muestra como no
se puede asegurar al cien por cien que un estudio geográfico y criminológico
puede estar correcto si aquellas partes que deben proporcionar el material de
análisis han hecho un recuento no completo. Esta polémica no es nueva; ya en la
década de los cincuenta tanto Sutherland como Cressey realizaron algunas
críticas al Uniform Crime Report: Crime in the US, llevado a cabo anualmente
por el FBI.

Habría que puntualizar las grandes diferencias existentes entre la percepción de la


tipología y la gravedad del delito para que por parte de la justicia el sistema fuese más
equitativo.

La demonización por parte de la justicia o de los medios de comunicación hacia


determinados sectores, incurridos por estudios sesgados, y su muestra al público
generalista, puede llevar a crear estereotipos y prejuicios erróneos en la ciudadanía.

En un estudio publicado en 1971 por el Washington Post, se mostraba la


correlación entre los barrios con mayoría de población negra y aquellos espacios donde
se habían cometido delitos, siendo dicha correlación notablemente alta.

David Smith se preguntaba si, en el caso de que se realizase una cartografía con
los crímenes cometidos por el Watergate, si estos últimos no afectarían de manera
mucho más directa a la ciudadanía general estadounidense que aquellos delitos
cometidos por delincuentes de una determinada etnia en una ciudad concreta
norteamericana.

30
El uso de variables estadísticas en el estudio de la criminalidad

También las estadísticas nos pueden ayudar a la elaboración de estudios


territoriales que nos aporten un poco más de luz a las desigualdades socio-económicas
en los diferentes territorios.

Uno de los mayores problemas que encontramos con dichas estadísticas


se encuentran a la hora de comparar y analizar los diferentes territorios y sus tasas de
criminalidad. El FBI (Federal Bureau of Investigation) realiza un reporte anual de las
tasas de criminalidad en Estados Unidos con un método analítico ecuánime para todo el
territorio nacional.

Es así como los medios de comunicación proceden a comparar diferentes


territorios sin atender a las realidades sociales de cada uno de dichas áreas a estudio que
son las que explican las diversas pautas de comportamiento delictivo.

Herbert también analiza los comportamientos delictivos en bases estadísticas.


Comienza su estudio geográfico atendiendo a los problemas que pueden derivarse en el
primer escalón del análisis: la acumulación de los datos delictivos pueden no
representar el cien por cien de la actividad criminal, por lo que los análisis finales
podrían estar sesgados, y pone como ejemplo aquellas actividades de baja intensidad
como graffities, que no entran en determinadas tipologías delictivas nacionales.

Bajo estas limitaciones, considera que los estudios sobre la localización espacial
delictiva contraen mayores conclusiones que omitirlas, ya que nos muestran
determinadas pautas territoriales por donde actuar.

Para ello lo ejemplifica mediante materiales cartográficos, donde se observan los


distritos policiales del Reino Unido, representando el total de delitos cometidos por cada
cien mil habitantes o los delitos contra la propiedad por cada cien mil habitantes.

31
También nos muestra como los elementos estadísticos y su cartografía nos
ayudan a comparar actividades delictivas por unidades administrativas, para ello
representa a los diferentes estados de EEUU por sentencias judiciales o las áreas
metropolitanas norteamericanas por distintos grados de violencia y delincuencia (alta y
baja intensidad).

A continuación realiza un estudio evolutivo de la Geografía del Crimen desde el


siglo XIX, con una mención especial a la Escuela de Chicago. Pone como ejemplo el
estudio realizado por Shaw and McKay en la década de los años treinta en diversas
ciudades, posteriormente revisado en 1969, donde se aprecia como la delincuencia
decrece del centro urbano a los barrios periféricos. La tipología delictiva la relacionan a
su vez con otras variables como la movilidad o la inmigración.

Siguiendo esta línea, numerosos compañeros han realizado estudios parecidos en


otros países desarrollados, observando las mismas características, produciéndose una
disminución en el número de delitos desde el centro urbano hacia la periferia
metropolitana (dichas pautas en los países en vías de desarrollo son diversas debido a
las diferencias urbanas, económicas y sociales de sus ciudades).

También se relacionan diferentes índices socio-económicos con la localización y


tipología del crimen, llegando a conclusiones variables: Harvey (1975) une el robo de
coches con áreas donde trabajan profesionales de alto nivel; Schmid confirma la
relación entre robos en tiendas y una gran movilidad ciudadana.

El uso de las diferentes variables socio-económicas es fundamental para el


análisis urbano de la delincuencia. A continuación se presentan algunos de estos índices:

32
Figura 4. D. Herbert; “The geography of Urban Crime”

Categoría Indicador Subgrupo a riesgo


Edad Joven
Sexo Hombre
Estatus matrimonial Soltero
Demografía Estatus racial Minorías
Estatus familiar Hogar roto
Tamaño familiar Numerosa

Clase social Baja


Socio- Ocupación Sin ocupación
Economía Empleo Desempleado
Educación Baja

Hogar Baja calidad


Condiciones Densidad Alta densidad
de vivienda Posesión Alquiler
Permanencia Baja

No siempre se debe asociar en un análisis los estudios sobre el crimen y el


criminal, así como observar el número de delitos totales de una categoría determinada.
No se podrá ser objetivo si analizamos en un área determinada el número total de robos
a joyerías si no contabilizamos el número total de joyerías expuestas a robo (o
simplemente el número de joyerías totales de esa zona).

Para corregir dicha desviación, Harries (1980) nos propone la siguiente


herramienta para calcular el “riesgo del crimen” (risk-related crime rate):
Rrx=(Cx/Rux)/100.000; donde Rrx es el riesgo de un crimen “x”, Cx es el total de
delitos cometidos de “x” y Rux en el número total de establecimientos en riesgo en el
área de estudio.

33
Correcciones urbanísticas a través de la CPTED

Junto al análisis y evaluación de datos estadísticos, Oscar Newman (1972)


desarrolló el concepto “defensible space”, relacionado con el diseño urbano de un
espacio para prevenir actos delictivos. Cierto que en este trabajo tan solo se hacen
algunas reflexiones acerca del concepto. Según Newman, se pueden reducir dichos
índices mediante conceptos como la vigilancia natural o la pertenencia a un territorio.

El análisis de un entorno urbano a través de los conceptos desarrollados de la


CPTED, adopta una serie de patrones de planificación urbana para limitar el efecto de la
delincuencia en la trama urbanística. Este aboga por varias líneas de actuación
(visibilidad, pertenencia a un barrio para promover su autocontrol,…). Se ha
demostrado que a través del diseño del espacio público incorporando estas premisas se
puede reducir la criminalidad de un área.

Aun así, se afirma que hay que llegar al análisis micro-local para obtener una
verdadera realidad de lo que ocurre sobre el territorio. Así, se aboga por priorizar “la
elaboración de guías de prevención del crimen, con ideas de diseño, usos del suelo y del
espacio y líneas” que aumente la calidad social (Newman, 1972).

Desarrolló estos conceptos en dos barrios periféricos neoyorquinos, Van Dyke y


Brownsville, donde las condiciones de habitabilidad eran muy parejas (número de
edificios, porcentaje de migración, densidad de población, superficie).

En el barrio de Van Dyke nos encontramos con un desarrollo del barrio donde la
población únicamente cubre un 16.6 por ciento del total superficial, ningún edificio
cuenta con acceso directo desde la calle y la visibilidad es pobre.

En contraposición, el área edificada de Brownsville ocupa una mayor superficie


que Van Dyke (23 por ciento del total), la visibilidad es mayor y el acceso se realiza
directamente desde la calle.

34
Las diferencias entre ambos barrios sobre tasas de delincuencia no pueden ser
mayores: los delitos bajos como grafities, implican 1189 actos en Van Dyke y 790 en
Brownsville; los robos acaparan un volumen de 92 en Van Dyke frente a los veinticuatro
de Brownsville (Herbert, 1982).

Las ideas del concepto “defensible space” desarrolladas por Newman chocaron
con las críticas de algunos autores que, como Bottoms (1974), no aprueban el método
de estudio ya que consideran los datos estadísticos poco voluminosos, por lo que el
muestreo estadístico que se realiza es sesgado.

Niegan a su vez que determinadas actuaciones urbanísticas como la alta


densidad edificatoria puedan contribuir a reducir las actuaciones delictivas (Mawby,
1977).

Otro grupo de investigadores tratan de demostrar las teorías de Newman y sus


resultados no muestran las conclusiones negativas anteriormente citadas; entre los que
se encuentran Mayhew (1979) y Wilson (1978). Se ponen como ejemplo como aquellos
quiscos con un alto de visibilidad comunitaria y un elevado uso, presentan menores
niveles de vandalismo, que aquellos quioscos con diferentes modelos urbanísticos.

A continuación se representa otro ejemplo de distintas variables metodológicas


que pueden afectar en el desarrollo de un delito en una escala individual:

35
Figura 5. D. Herbert; “The Geography of Urban Crime”

Como resultado de dicho análisis metodológico, este se intenta aplicar a la


ciudad británica de Swansea. En un primer análisis se cartografía la ciudad dividiéndola
en tres clases sociales (alta, media, baja) para posteriormente realizar otro mapa
localizando los delitos de atracos y las peleas, que se dan principalmente en el centro de
la ciudad (con abundante presencia en dicha área de locales nocturnos y pubs); las
violaciones y ataques sexuales se dan de manera notable en parques y en espacios de
ocio no vigilados.

En un segundo estudio, se divide Swansea en tres subdistritos, analizando en


cada uno de ellos su tipología urbanística y sus condiciones socio-económicas; a su vez
se cartografían algunas tipologías delictivas. Entre los condicionantes socio-económicos
habría que destacar las clases sociales alta y baja, los habitantes migrados en los últimos
doce meses, la proporción de alquileres sobre propiedades privadas y viviendas
compartidas.

Se observa como en aquellas zonas con elevado porcentaje de población social


baja, poca movilidad residencial, poca actividad comercial, el porcentaje de delitos
cometidos sobre las tres áreas es de un 3.6 por ciento del total.

36
Por el contrario, el área 2, donde predomina una mayor mezcla de clases
sociales, alta densidad de establecimientos y mezcla de usos así como una alta
movilidad de la población, contiene un 68.8 por ciento del número total de delitos,
habría que añadir que es precisamente este entorno (anonimidad, baja observancia y
poco arraigo local al territorio) el que favorece la comisión de un delito.

Alice Coleman, en otro análisis, sigue parte de los planteamientos desarrollados


por Newman a través de su estudio sobre las áreas interiores de Londres así como del
tipo de tenencia inmobiliaria. Combinando diferentes factores, Coleman crea el Índice
de Desventajas, en la cual se muestran aspectos negativos que la ciudad sufre en diseño
y calidad del ambiente. Básicamente la autora muestra como los índices de criminalidad
serán más elevados en lugares que sufren más desventajas; si se ponen medidas para
desarrollar dichas áreas y reducir dichos índices de desventaja, los índices delictivos se
reducirán y mejorará la calidad de vida (Herbert, 1989).

Figura 6. D. Herbert, “The Geography of Urban Crime”

1. Locacional: 4. Seguridad de la vivienda:


-dentro de unas 25 yardas desde la esquina -Ventanas abiertas
-dentro de unas 50 yardas desde la esquina -Ausencia cierre de seguridad
-dentro de 50 yardas de espacio libre -Marcos deteriorados
-Seguridad general baja
2. Vigilancia (externa):
-cercano a la luz de la calle 5. Estatus social:
-adjunto a una parcela libre -Signos de no ocupación
-adjunto a espacio abierto -Nadie vigilando
-adjunto densa vegetación -Propiedad subdividida
-adjunto a espacio abierto
-no tener ventanas enfrente
-no tener puertas enfrente
-circulación sobre 100 vehículos/hora
-circulación sobre 50 peatones /hora

3. Vigilancia (interna):
-carente de puerta trasera
-carente de puerta lateral
-carente de ventana trasera
-carente de ventana lateral
-Jardín frontal
-Alta/media densidad vegetal
-Observación general

37
En un segundo estudio se analizan el porcentaje de delitos con diferentes
entornos urbanísticos, entre otros:

Otro caso de estudio es la ciudad de Oklahoma (EEUU), donde se analizan


diferentes series cartográficas para determinar la localización y características de la
delincuencia en dicha ciudad. Una de esas series nos muestra los robos cometidos
mediante una malla de puntos que se distribuye por el territorio dependiendo del
número de delitos en cada localización.

La mayor concentración se da en el centro urbano, relacionado con las


terminales de transporte, bares y zonas de alta confluencia, así como aquellos barrios
con una alta densidad de tránsito.

Como se ha comprobado anteriormente, existen diferentes corrientes y


postulados acerca de la pertenencia a un territorio y sus consecuencias. Habría que
afirmar que dicho impacto de pertenencia a un territorio y la creación de barreras para
dicho sentimiento, y el poder implicar a la población en su propia seguridad puede
acarrear conflictos entre municipios y barrios por las diferencias económicas que se
pueden dar entre estos.

En la zonificación que se realizó en los años setenta en Estados Unidos sobre la


base de crear áreas con segmentos poblacionales equitativos (nivel económico,
educación,…) se comprobó como con el paso del tiempo la conflictividad entre distritos
iba en aumento. Esto nos lleva a afirmar que la creación de barreras identificativas
territorialmente es positiva mientras no supongan una limitación física sino idealizada
(Herbert and Johnston, 1982).

Otros trabajos sobre planeamiento urbanístico es el aplicado por P.M. Cozens,


donde aboga por un desarrollo sostenible a través de la CPTED (Crime Prevention
Through Environmental Design) con una reducción de los índices de criminalidad en un
entorno urbano. Para ello aboga por un crecimiento sostenido dentro de la ciudad para
con ello equilibrar las diferencias territoriales y así no crear elementos potenciales para
cometer un delito.

38
Para ello se necesita un conocimiento exhaustivo del entorno urbano ya que
“muchos planeamientos son incorporados con bajos conocimientos de las pautas
criminológicas, de los atractivos para el crimen, de los generadores del crimen, de la
importancia de los caminos, bordes y nodos de las soluciones especificas de un lugar
(Bratingham and Bratingham, 1998).

Se realiza un desglose de varias líneas desarrolladas mediante la CPTED para


superponerlas a la nueva realidad del cambio de siglo, aunque las iniciativas no dejan de
ser actualizaciones de las ya desarrolladas. En el principio de “sentimiento de
territorialidad”, por ejemplo, se aboga por la actuación sobre la mejora del pavimento,
embellecer parques y jardines, por el impulso del arte,…

En cuanto a la vigilancia natural por parte de la población, ofrece ideas como la


incorporación de recepcionistas o vigilantes en hoteles y parkings cercanos así como la
instalación en determinados lugares de asociaciones comunitarias (juveniles,
vecinales,…) las cuales influyen para que se presencia una mayor movilidad
poblacional.

No se puede acometer la reforma urbanística de un espacio público que presenta


indicios de inseguridad para así reducir estos, si una vez acabada la reforma no se
realizan actuaciones de mantenimiento, ya que podemos equiparar la potencialidad que
tiene un espacio no reformado con un área en desuso para atraer inseguridad.

Se aboga por una interrelación entre las líneas de ejecución urbanística de la


CPTED junto otras políticas de carácter socio-económico para así reducir los niveles de
delincuencia ya que ambas actuaciones no son solo complementarias sino que deben ir
de la mano para que dichas actuaciones tengan un efecto real para los ciudadanos.

39
Entornos territoriales y climáticos delictivos a estudio

Otra visión sobre cómo conjugar políticas urbanas con medidas sobre
delincuencia se nos da en el estudio sobre la seguridad de los turistas en grandes eventos
(Juegos Olímpicos, Mundiales de fútbol, Copa América,…) o en espacios turísticos
(Barker and Page, 2002), y para ello se analizan las políticas adaptadas en Auckland
(Nueva Zelanda) en el año 2000 por la organización de la Copa América de vela, en el
que se destacan los siguientes puntos:

1. La percepción de victimización es mayor entre los turistas que entre los


habitantes de Auckland, debido a la sensación de no pertenencia a un territorio,
aunque es precisamente esta afirmación la que nos permite concluir que, si bien
la sensación psicológica de víctima es mayor, la vigilancia por parte del turista
hacia lo que le rodea también es mayor.

2. Aplicando las líneas de actuación de la CPTED en aquellos espacios turísticos


donde se acogen a miles de visitantes (es este caso en las inmediaciones del
puerto) se puede prevenir determinadas conductas delictivas.

3. Si a esto le unimos políticas públicas como la instalación de cámaras de


vigilancia en los espacios problemáticos o una mayor presencia policial se
podrán evitar determinadas situaciones no deseables.

Se demostró que a través de dichas iniciativas las tasas de delincuencia en el


periodo de la Copa América fueron más reducidas que en otras circunstancias y que la
sensación de victimización por parte de los turistas (las cuales se realizaron a través de
encuestas especificas) fue relativamente baja.

40
Independientemente, no hay discusión acerca de que la media poblacional está
psicológicamente estresada bajo ciertas combinaciones (normalmente en situaciones
extremas) de calor, humedad y movimiento del aire. “El tiempo es un factor estacional
el cual ha recibido muy poca atención” (Harries and Stadler, 1989).

41
Problemáticas sociales, fenómenos de exclusión social y fragmentación urbana.
Causa-efecto de elementos delictivos

Las urbes españolas han sufrido numerosos cambios sociales, urbanos y


económicos en los últimos cuarenta años, coincidiendo con la migración masiva campo-
ciudad que tuvo lugar en España. Estas han vuelto a dar un vuelco a sus estructuras ya
arraigadas desde hace aproximadamente una década, cuando la irrupción de una
migración notablemente numerosa, en este caso migración no nacional, ha supuesto un
reto a la hora de abordar políticas de integración y convivencia.

Asistimos, no solo a dos formas de entender el concepto de vivencia entre el


campo y la ciudad como se ha producido hasta ahora, sino a una innumerable mezcla de
valores sociales y de procedencias culturales que hacen muy difícil conjugar la
convivencia de los valores autóctonos con aquellos procedentes de mundos culturales
totalmente antagónicos.

Dicha diferenciación cultural puede traer consigo determinados


comportamientos de exclusión social tanto por parte de la población autóctona, como
mero rechazo ante lo ajeno, como por parte de aquellas poblaciones migrantes, que se
recluyen en torno a gente con las mismas afinidades.

Es precisamente en dichas exclusiones sociales donde se pueden generar


procesos que lleven a dichas barriadas a condiciones económicas y sociales excluyentes,
como la aparición de “guetos”, y que pueden conllevar comportamientos incívicos,
vandálicos e incluso delictivos.

Las grandes áreas metropolitanas, en este caso la conurbación de Madrid, suelen


generar procesos de asentamientos migratorios por nacionalidades en las localizaciones
de su entorno urbano.

42
Exclusión social. El reverso de la sociedad urbana

Cuando se intenta realizar una aproximación al mundo de la delincuencia, desde


numerosos ámbitos cívicos (culturales, medios de comunicación,…) se afirma que
aquellas personas que cometen actos delictivos, en su mayor parte, proceden de áreas
con graves dificultades económicas, educativas, sociales y urbanísticas (entendida esta
como la ausencia de infraestructuras básicas en un barrio o entorno urbano
determinado).

Estas barriadas por lo general suelen llevar aparejados procesos de exclusión


social, la cual es el factor más importante para la no integración de determinados
colectivos urbanos en las dinámicas de la ciudad, y en consecuencia, alargan dicho
proceso de aislamiento generando dinámicas negativas no solo para su entorno (sin
perspectivas de mejora económica, ni de rehabilitación urbana en el ámbito donde
habitan,…).

La exclusión social se encuentra detrás de la mayor parte de los problemas a los


que se enfrentan las áreas metropolitanas, ya que es en los límites de estas donde se
concentran las mayores bolsas de población en riesgo.

Cuando nos referimos a conceptos como pobreza, marginación, delincuencia


(dependiendo del grado de esta), precariedad, aculturación, minorías,…estamos
hablando de fenómenos que han tenido su raíz en un rechazo por parte de la mayoría de
una determinada población urbana sobre un colectivo en concreto, donde dicho
colectivo padece fenómenos excluyentes o bien directamente de rechazo.

Dicho concepto (exclusión social) se ha intentado analizar desde numerosas


disciplinas, así, dependiendo del ámbito de estudio al que nos refiramos estaremos
presenciando diferentes formas de exclusión social, aunque todas ellas tengan presente
la no inclusión de un determinado individuo a los circuitos económicos actuales así
como a la ausencia de servicios de protección social del ámbito al que está circunscrito.

43
Hablar de exclusión social es “en qué medida se tiene o no un lugar en la
sociedad, marcar la distancia entre los que participan de su dinámica y se benefician de
ella, y los que son excluidos e ignorados fruto de la misma dinámica social” (Bel;
2002).

Las definiciones son notables, aunque un gran número de ellas aboga por una
relación entre los aspectos económicos y sociales personales junto con los mismos del
ámbito donde habita dicho individuo, así “es (…) el carácter acumulativo de las
situaciones de desventaja relacionadas con la precariedad ocupacional y con otras
dimensiones de la vida económica y social (familia, ingresos, condiciones de vida, redes
sociales,…) y su concentración espacial lo que hace a ciertos grupos más vulnerables a
experimentar procesos de exclusión social” (Bayón; 2007)

Son precisamente dichos ciudadanos en riesgo los principales candidatos a


engrosar dichas dinámicas excluyentes, aunque actualmente no podemos hablar de un
grupo determinado y especifico de personas en riesgo ya que dicho riesgo es imperante
en todas las clasificaciones sociales. Como se ha visto, son las circunstancias tanto
propias como aquellas exteriores las que influyen en que un determinado individuo
acabe apartado del circuito de las dinámicas urbanas.

“El mundo de los excluidos (…) es de gran heterogeneidad (…); no es una clase
social; (…) solo tienen en común el haber quedado excluidos. Ocupan una misma
geografía: barrios, puerto, cárcel, calle; pero no hacen historia común, cada uno carga
con su historia personal (Bell; 2002).

En numerosos encuentros, escritos, investigaciones y demás foros de discusión


se ha intentado interpretar que papel ha jugado la globalización en él la ampliación o
reducción de los parámetros de la exclusión social en nuestros nuevos entornos urbanos
cada vez más globales e internacionales.

44
Es cierto que la irrupción del fenómeno de la globalización, principalmente en la
última década con la aparición principalmente de Internet y la llegada de las compañías
low-cost, ha desencadenado una competencia notable entre distintos sistemas urbanos
mundiales para la atracción de capitales extranjeros. La llegada de dichos esfuerzos
inversores pueden suponer para un determinado territorio el despegue/crecimiento
económico, o bien la ausencia de este, lo que provoca una desinversión económica y tal
vez una salida del circuito de ciudades globales, con lo que supone para la generación
de riqueza a dichos actores locales.

“En el escenario de la globalización, la conjunción de estos elementos


(reestructuración económica y la precarización del empleo, el impacto de las nuevas
tecnologías, los cambios culturales y las nuevas pautas de consumo, la movilidad de la
población,…) y los cambios en las pautas de localización y crecimiento en las ciudades,
inducen una profunda diferenciación y segregación socio-económica entre los residentes
en distintas áreas urbanas” (Veiga; 2005).

La exclusión social es la consecuencia de la ausencia de políticas de protección


social de un estado, entendiendo por dichas políticas todo un espectro que abarca desde
el subsidio al desempleo, el derecho a una vivienda, educación, sanidad,…una tasa de
paro reducida con empleo cualificado,…

Por este motivo, habría que matizar que los efectos de la globalización en todos
los ámbitos estatales (sociales, económicos, culturales, urbanos,…) no ejercen ni la
misma influencia ni la misma presión sobre las regiones industrializadas (aquellas que
ejercen la mayor parte del liderazgo en el avance de la globalización) que sobre aquellas
regiones en vías de desarrollo (incluso dentro de este grupo, habría que realizar una
subdivisión, ya que el alcance de las políticas de internacionalización económica de los
distintos países no ha sido la misma, véanse los ejemplos de la región asiático-oriental o
en Iberoamérica).

45
No tienen la misma capacidad económica para llevar a cabo políticas de
protección social un país nórdico que una nación de Centroamérica, por lo que el
posible impacto de la globalización en las estructuras económico-sociales no tendrá la
misma repercusión en el primero, con mayor capacidad de reacción, que en el segundo,
por lo que los procesos de exclusión social no podrán ser equiparables.

Son muchos los autores que han tratado de dar respuesta a determinadas
cuestiones planteadas desde ámbitos sociales muy diversos aunque con un mismo fin:
dar respuesta a si la globalización es causa/efecto de determinados desequilibrios
territoriales/sociales, o si bien son las dinámicas locales las causantes de dichos
desequilibrios y son esas mismas comunidades locales las que no han sabido aprovechar
las sinergias de la globalización.

Autores como Myles o Berger apuntan en la dirección de las políticas nacionales


como las causantes de dichos desequilibrios estructurales ya que son dichas
administraciones las competentes en materia de protección social. Garret o Pierson se
preguntan cómo puede la globalización resultar contraproducente para el equilibrio
social, y ponen como ejemplo los casos de Holanda o Singapur, estados favorecidos por
dicho proceso gracias a las políticas llevadas a cabo dentro de sus gobiernos nacionales.

“La importancia de la globalización es mucho menor que la de políticas


nacionales, (…), la historia nacional, su cultura e instituciones continúan dominando las
políticas de cada país en términos de bienestar” (Alaminos; 2006).

En cambio, otros autores defienden la implicación de la globalización en


numerosos desequilibrios tanto territoriales como económicos así como sociales.
Afirman que el proceso globalizador solo toma en consideración aquellas áreas urbanas
globales o bien en ciudades donde la competencia entre ellas es radical para la atracción
de las sinergias que este proceso conlleva (inversiones de capitales, sedes
corporativas,…), y todo ello afecta a una reducción del estado del bienestar, entendido
este desde una perspectiva occidental.

46
“La era de la globalización necesita un declive del estado de bienestar, dado que
el estado pierde soberanía sobre las políticas de bienestar ante la preponderancia de la
economía globalizada” (Alaminos; 2006); “globalización y fragmentación son dos
procesos indisociables a los que no escapa ningún lugar del planeta” (Ballesteros;
1998); “el proceso de globalización, al menos con el actual modelo económico, va
acompañado de una creciente marginalización y exclusión que afecta a un numero de
lugares y personas cada vez mayor” (Ballesteros; 1998).

Citas donde se aprecia las matizaciones que hacen dichos autores sobre los
beneficios de la globalización y l internacionalización sobre determinados espacios.

“El discurso de la globalización con su carga ideológica, con su carácter de


representación interesada de la realidad, tiende a enmascarar las fuertes desigualdades
territoriales y sociales que constituyen una de las características esenciales del mundo
moderno” (Ballesteros; 1998).

Habría que matizar que los efectos de la globalización en todos los ámbitos
estatales (sociales, económicos, culturales, urbanos,…) no ejercen ni la misma
influencia ni la misma presión sobre las regiones industrializadas (aquellas que ejercen
la mayor parte del liderazgo en el avance de la globalización) que sobre aquellas
regiones en vías de desarrollo (incluso dentro de este grupo, habría que realizar una
subdivisión, ya que el alcance de las políticas de internacionalización económica de los
distintos países no ha sido la misma, véanse los ejemplos de la región asiático-oriental o
en Iberoamérica).

Los procesos globaliza dotes en América Latina han tenido distintas


repercusiones dependiendo del ámbito geográfico referido y de las políticas puestas en
marcha por los distintos estados. Se partía de una región donde las dinámicas políticas
heredadas de las últimas décadas habían sido determinantes a la hora de excluir del
circuito económico-social a numerosas familias, principalmente en los ámbitos urbanos,
empezando por las clásicas desigualdades en las principales áreas metropolitanas, donde
la sucesión de barrios de clase alta pegados a espacios totalmente degradados de
edificaciones espontáneas debieran hacer reflexionar a la sociedad.

47
Entonces, ¿es la globalización la causante de esa impresionante fragmentación
social o de los desequilibrios territoriales que padecen numerosos países del
subcontinente americano? ¿O son las políticas y la estructuración tanto social como
económica previas las responsables? Como se ha dicho, existen ejemplos para cada una
de estas preguntas.

Ya en la década de los setenta, intelectuales brasileños entendían que la


exclusión social constituía, en realidad, un gran ejército de reserva funcional al proceso
de acumulación del capital mundial.

En Uruguay, “las tendencias de largo plazo demuestran la incidencia de factores


estructurales de gran impacto en la sociedad urbana, tales como el estancamiento
productivo y/o bajo dinamismo, la baja absorción del empleo, la crisis fiscal del Estado
Benefactor, el envejecimiento poblacional” (Veiga; 2005).

Otro ejemplo ha sido la crisis padecida en Venezuela a finales de los noventa,


que genero procesos de exclusión social principalmente en el área metropolitana de
Caracas, con esto “el avance de los procesos excluyentes aceleró la articulación a
formas económicas ilícitas y la emergencia de culturas de trasgresión, a la vez que se
activaron la desestructuración familiar y las experiencias de escape (…), dificultando a
los sectores populares mantener vínculos integradores a la sociedad” (Cariola y
Lacabana; 2004).

La generación ni-ni de jóvenes argentinos (población joven que ni trabaja ni


estudia), grupo en exclusión social que es desconocido sociológicamente, y que intenta
sumarse al proceso globalizador, “pero que fácilmente se asocia con diversos e incluso
contrastantes prejuicios sociales (…), hasta la estigmatización de este grupo con
actividades delictivas, consumo de drogas y otras prácticas socialmente sancionadas”
(Saraví; 2004).

48
Junto a las frecuentes formas de exclusión social (personas con ínfimos recursos
económicos, población sin acceso a educación o sanidad, viviendas en estado de
derribo,…) aparecen nuevos procesos de exclusión que vienen precisamente
acompañados de uno de los símbolos de la globalización económica, el consumo y los
centros comerciales, ya que se ha producido una construcción de innumerables
superficies de este tipo en los últimos quince años

Dicho modelo se ha asentado con gran fuerza principalmente en nuestro país,


importando el modelo de los malls norteamericanos, primando el vehículo privado,
como nuevos espacios de relación social, en las periferias urbanas, rodeados de
urbanizaciones unifamiliares, y con el consiguiente abandono del comercio del centro
urbano, por lo que, ante la ausencia de capacidad económica o bien de vehículo privado
(ligado al punto anterior) es imposible el acceso a estas nuevas plazas privadas, por lo
que el proceso de exclusión social sigue vigente.

“(…) siempre se ha observado la desigualdad social en las diferentes practicas y


capacidades de consumo, pero, en los últimos años se ha consolidado y acrecentado con
la aparición de nuevas formas y espacios de consumo que son accesibles a una parte de
la población segmentada social y culturalmente. Quedan así excluidos grandes grupos
de población. La función de espacio social que se produce en el interior de los centros
comerciales, en el que el espacio privado parece convertirse en público (…), lleva a las
personas a sentirse en su interior más seguros” (Miguel, Alcarraz, Merino, Saravia,
Jones, González, Martínez, Pauli, Varela; 2002).

En la misma línea se argumenta la apropiación de dichos espacios comerciales


de la nueva función de relaciones sociales. “Esta pretendida función de espacio social
del interior de los centros comerciales, en la que el espacio privado parece convertirse
en público y alternativo a los problemas de inseguridad, contaminación, etc. de las
calles comerciales tradicionales, encubre toda una serie de formas de exclusión que
continuamente recuerdan a su carácter privado” (Ballesteros; 1998).

49
Por último, se afirmaba la incapacidad de dichos grupos excluidos en acceder a
las nuevas áreas comerciales, es por esto que “estos grupos (de exclusión consumista)
viven fundamentalmente en los barrios centrales en proceso de degradación, o en
barrios periféricos alejados de los grandes centros comerciales, o en núcleos de
infravivienda” (Ballesteros; 1998).

Uno de los principales problemas generados por la exclusión social y la salida de


un individuo del circuito de la sociedad y de sus mecanismos de protección es la
pobreza, donde no solo radica una carencia monetaria, sino una ausencia total de
ingresos que dificultan notablemente el acceso a una vivienda digna, a una alimentación
asegurada y continua así como, y dependiendo de los casos, a una educación mínima,
aspecto fundamental para un progreso sostenido en la calidad de vida social.

“(La pobreza) se transforma (actualmente) en un problema persistente y de largo


plazo desconectado de las tendencias macroeconómicas y concentrado en ciertas áreas
relegadas donde el aislamiento social y la alineación se retroalimentan mutuamente”
(Bayón; 2007).

“La pobreza deja de constituir un problema residual o cíclico, remediable


mediante la expansión del mercado” (Wacquant; 1999).

Hay que tener presente que es la pobreza, si no la única sí con una marcada
importancia, la causante de determinados comportamientos que pueden derivar en
actitudes delictivas ante la perspectiva de una ausencia continuada de ingresos
económicos. La única salida observada por determinados colectivos incluidos en dichas
situaciones de vida extremas son los actos criminales ante una falta de perspectiva de
integración en el circuito social-capital.

“También supone alertar sobre los efectos en la evolución de la sociedad y los


riesgos de ruptura de la cohesión social que conlleva, así como todo un proceso de
agresividad y violencia personal y social que desencadena. Es un germen de violencia
en su triple componente: institucional, personal, represivo” (Bell; 2002).

50
El fenómeno de la exclusión social en España

Los riesgos que pueden suponer para un determinado colectivo las implicaciones
causantes de la exclusión social son a su vez comunes y heterogéneas dependiendo del
caso de estudio.

Se ha comprobado que son múltiples los colectivos expuestos a riesgo, y como


consecuencia de un notable numero de condicionantes socio-económico-culturales que
pueden acarrear una fragmentación entre dicho grupo y el resto de la ciudadanía.

Los resultados que esto conlleva permiten generar redes colectivas de


asociacionismo para la integración de dichos grupos, donde en ocasiones (no muy
extendidas en España en comparación con otros países más avanzados de nuestro
entorno) se integran entidades con representación de toda la sociedad (centros sociales
autogestionados, asociaciones vecinales, ayuntamiento,…), con todas las implicaciones
sociales y territoriales que ello conlleva.

Para entender la lógica de la exclusión social se analizan diferentes variables del


Informe FOESSA 2008, donde se desagregan numerosos puntos donde existen una serie
de variables con el colectivo afectado y otras con los contenidos de la exclusión. Se
conoce la actualización de dicho informe al actual año, no habiendo variaciones
notables perceptibles que influyan en la evolución del análisis

En un primer escalón se analizan las condiciones generales de los hogares


españoles, y se observa como en un cuarenta por ciento de los mismos padece una
exclusión de la ciudadanía, los siguientes casos que se presentan en los hogares
españoles son la vivienda (un veinte por ciento), del mercado (20 %) y de las relaciones
sociales (18 %). Entre un diez y un quince por ciento de los hogares sufren riesgos de
exclusión en el empleo, en la salud, en la política y en la conflictividad social.

51
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Exc. Del exc. Del exc. Polit ica exc. De la exc. De la exc. De la conflict o aislamiento exc. Del exc. De la exc. De las
empleo consumo educacion vivienda salud social social mercado ciudadania relaciones
sociales

Gráfico 4. Causas de exclusión social. Elaboración propia. Fuente: Informe FOESSA 2008

Como se aprecia, son muy diversos los índices en cuanto al riesgo de sufrir un
determinado tipo de exclusión se refiere. Un análisis más detallado de los mismos
demuestra que en numerosas situaciones familiares la exclusión con respecto a la
ciudadanía es notablemente elevada (mayor del noventa por ciento en hogares
polinucleares y con presencia de menores).

52
100

90

80

70

60

50

40

30

20

10

conflicto social aislamiento social exc. De la ciudadania exc. De las relaciones sociales

Grafico 5. Exclusión social por tipología familiar. Elaboración propia. Fuente: Informe FOESSA 2008

Se observa como en hogares con solo una persona el riesgo de aislamiento social
es elevada (casi un treinta por ciento), mientras que el peligro de conflicto social así
como permanecer excluido de las relaciones sociales es mayor en hogares de más de
dos miembros. Los problemas más graves en hogares sin núcleo provienen del
aislamiento social, mientras que en aquellos mononucleares o polinucleares se agravan
situaciones de conflicto social.

En familias con presencia de ancianos, menores o minusválidos, los riesgos de


conflicto social (todos mayores del treinta por ciento) y de exclusión de las relaciones
sociales (mayores del 40 %) son homogéneas en las tres categorías, a excepción del
aislamiento social, donde aquellas familias con menores duplican los casos en
comparación con los otros dos campos de investigación.

53
Desagregado dicho estudio por intervalos de población en entornos urbanos, se
observa como dependiendo del riesgo de exclusión referido es mayor en unas ciudades
que en otras (probablemente relacionado con el volumen de capital monetario que
contenga cada municipio). En un primer análisis se podría afirmar que son los núcleos
del intervalo 20.000-50.000 habitantes y los núcleos mayores de cien mil habitantes los
principales receptores de familias en riesgo, en cuanto a exclusión del consumo, de la
educación y de la vivienda en el primer grupo, mientras que los núcleos mayores de
100.000 habitantes concentran los mayores porcentajes de exclusión en la salud y en el
empleo.

exc. Del empleo


80

70

60

50

40

30 > 100000 hab


exc. De la salud exc. Del consumo
20
50-100000
10
20-50000
0
5-20000
< 5000

exc. De la vivienda exc. De la educacion

Grafico 6. Exclusión social por núcleos de población. Elaboración propia. Fuente: Informe
FOESSA 2008

Mientras que en el grupo de población entre los cincuenta mil y los cien mil
habitantes presentan las menores tasas de exclusión de las cinco variables (a excepción
de grupos en riesgo de exclusión educativa).

En cuanto a las disparidades regionales que se observan en relación a la


exclusión social varían notablemente ya que los procesos territoriales, económicos,
sociales y urbanos de una región varían con respecto a la comunidad limítrofe.

54
100
90
80
Exc. Del empleo
70
60 Exc. Del consumo
50 Exc. De la educacion
40 Exc. De la vivienda
30
Exc. De la salud
20
10
0
noroeste noreste madrid centro este sur canarias

Gráfico 7. Exclusión social por división territorial del estado español. Elaboración propia.
Fuente: Informe FOESSA 2008

Madrid presenta los dos peores porcentajes respecto a exclusión en el empleo


(un 60 %) y grupos excluidos del sistema sanitario (casi un cincuenta por ciento),
mientras que después de Canarias (90 %), es la peor región en porcentaje de hogares
totales excluidos de una vivienda; también presenta un elevado número de familias
(cuarenta por ciento) con riesgo de exclusión en el consumo; por el contrario, la
exclusión en la educación es inferior al diez por ciento.

Los porcentajes relativos a las variables temáticas de relaciones sociales vuelven


a mostrar a Madrid como la segunda región donde se presentan más casos de exclusión
de la ciudadanía mientras que en los tres indicadores restantes se mantiene por debajo
de la media estatal (35 % de hogares sometidos a conflicto social; 35 % de hogares
excluidos de las relaciones sociales; y un exiguo cinco por ciento de aislamiento social).

55
120

100

80 conflicto social
aislamiento social
60
Exc. De la ciudadania
40 Exc. De las relaciones sociales
20

0
noroeste noreste madrid centro este sur canarias

Gráfico 8. Causas de la exclusión social por división territorial del estado español Elaboración
propia. Fuente: Informe FOESSA 2008

Casos de Estudio

A continuación se detallarán dos casos concretos que, si bien no se encuentran


dentro del ámbito territorial de nuestro municipio a estudio (el Corredor del Henares),
constituyen dos casos excepcionales en cuanto a un resultado positivo, así como de
aplicaciones innovadoras en cuanto a la exclusión social se refiere.

1. A. Centro Penitenciario Madrid IV (Navalcarnero)

Como ya se ha comprobado, la motivación de una persona a la hora de cometer un


delito está influenciada en buena manera por su integración en la sociedad, esto es, no
pertenecer a un grupo en exclusión social, y por otra parte la capacidad de los distintos
actores municipales (privados, públicos, vecinales,…) para crear redes de apoyo para
fomentar la integración de dichas personas en riesgo.

A continuación se pondrá al programa de reinserción social que se lleva a cabo en la


cárcel de Navalcarnero como ejemplo de actuaciones relacionando personas en
exclusión social (colectivo de presos) con programas de reinserción. E

56
En el segundo ejemplo nos centraremos en las redes desarrolladas en el municipio
de Getafe, como buenas prácticas de desarrollo de redes territoriales donde diferentes
actores (público y privado) crean asociaciones por el beneficio de la sociedad, en este
caso, con programas de reinserción social y urbana.

Aquellas prácticas de intervención para la erradicación de la exclusión social se


empiezan a implantar por todo el territorio, y principalmente en aquellos espacios más
proclives a aumentar dicha condición de segregación. Tendemos cotidianamente a una
“criminalización de la conducta socialmente desviada”, (Mariano Hernández; 2009)

En este campo se enmarcan los trabajos realizados en el “Programa de Intervención


Psicosocial con personas reclusas que padecen una enfermedad mental grave y crónica”
del Centro Penitenciario Madrid IV (Navalcarnero).

En Noviembre del 2007 se realizó un estudio sobre una población reclusa de


novecientas setenta personas, constatando que uno de cada cuatro reclusos tiene
diagnosticado un trastorno psiquiátrico, un 17.6 % cuenta con antecedentes previos a su
reclusión, un 3.2 por ciento fue internado por trastorno mental previo a su encarcelación
y que un doce por ciento de los reclusos fue derivado a consulta psiquiatrita durante su
estancia en prisión.

No solo lo demuestran datos estadísticos, numerosos países europeos han puesto en


marcha programas similares en sus entornos penitenciarios, sino que los propios
organismos internacionales llevan a cabo programas de sensibilización social, como la
Declaración de consenso sobre la promoción de la salud mental en las prisiones,
promovido por la Oficina Regional Europea de la Organización Mundial de la Salud, en
marzo de 1999.

Así se comprende la importancia de programas como el desarrollado en el centro


penitenciario de Navalcarnero, gestionado por un equipo conjunto de actores externos y
los propios servicios de la cárcel, y entre cuyos objetivos se encuentran la
resocialización, la habilitación de soportes socio-ambientales o el entrenamiento de
capacidades instrumentales especificas.

57
Todas estas actividades van encaminadas a un único objetivo, permitir la
rehabilitación mental de aquellos enfermos recluidos así como su progresiva
incorporación al mundo social para evitar otros riesgos de exclusión.

Entre los resultados obtenidos hasta el momento por el programa destacan la


integración en el medio penitenciario de los pacientes tratados, su inserción en el medio
externo y una progresiva adaptación a esa vida exterior, así como una continuación en
los programas de tratamiento externo en la red de atención comunitaria en un ochenta
por ciento de los casos.

1. B. Redes asociativas en el municipio de Getafe

Una de las líneas sobre las que se actúa es el programa Centro de Rehabilitación
Laboral de Getafe, donde a través de numerosas instituciones público-privadas se ha
creado un entorno profesional y multidisciplinar de apoyo a personas en riesgo de
exclusión a través del mercado laboral.

Así, durante el año 2008 se atendieron en el CRL de Getafe a setenta y cinco


personas por diferentes motivos, muchas de las cuales acudían para mejorar sus
condiciones socio económicas.

En cuanto al perfil sociodemográfico de las personas atendidas en riesgo de


exclusión, el sesenta y nueve por ciento corresponde a varones, siendo un porcentaje
característicamente elevado en comparación con el bajo índice de mujeres; también
resulta llamativo que el 52 por ciento del total atendido tenga edades comprendidas
entre los veinticinco y los treinta y cuatro años.

58
Gráfico 9. Situación laboral y de ingresos propios de personas en riesgo de exclusión social,
CRL Getafe. Elaboración propia. Fuente: Informe FOESSA 2008

El nivel de estudios general no representa datos alarmantes ya que más de la


mitad de los casos a estudio cuenta con el graduado escolar, mientras que solo un
veintiuno por ciento abandonó sus estudios en la primera etapa de la Educación
Primaria.

Esta circunstancia (bajo índice de personas sin estudios o simplemente una


educación básica) hace que los valores de aquellas personas atendidas cuenten con un
puesto de trabajo, y que solo un ocho por ciento del total cuenta con una incapacidad
laboral, lo que supone que un ochenta y tres por ciento cuente con ingresos propios (ya
que aquellos que no cuentan con trabajo han sido remunerados últimamente).

Esto supone un aviso previo, ya que lo que son demuestra es que, ante la imagen
que el conjunto de la sociedad pueda tener de las personas en riesgo de exclusión, estas
se muestran como grupos jóvenes, con estudios (de todos los perfiles) y con ingresos
propios.

59
Gráfico 10. Género y nivel de estudios de personas en riesgo de exclusión social, CRL Getafe.
Elaboración propia. Fuente: Informe FOESSA 2008

Otra de estas iniciativas se está desarrollando en el municipio de Getafe a través


de la “Red Pública de Atención Social a Personas con Enfermedad Mental Grave y
Duradera de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid,
siendo gestionado por INTRESS (Instituto de Trabajo Social y Servicios Sociales)”.

Otra de las iniciativas desarrolladas desde la Comunidad de Madrid, entablada


entorno a numerosos colectivos, es el programa “Participa y Comprende”. Compuesta
por diferentes actores, en ella participan entre otros Consejería de Familia y Asuntos
Sociales de la Comunidad de Madrid, Asociación de familiares de personas con
enfermedad mental, la Universidad Carlos III, la Delegación de Garantía de Derechos
Sociales del Ayuntamiento de Getafe o los Recursos de la Red Pública de Atención
Social a personas con enfermedad mental grave y crónica de Getafe.

Entre los objetivos propuestos destaca la lucha contra el estigma de


enfermedades mentales, la repercusión medico-social de la enfermedad mental o
“Intentar romper con los estereotipos de peligrosidad de la enfermedad mental”.

Son precisamente este tipo de iniciativas hacia determinados colectivos en riesgo


de exclusión las que imperativamente deben poner en marcha los actores públicos,
últimos responsables de dicho riesgo de segregación.

60
La unión de diferentes entidades públicas y la interrelación que surge de ello
supone todo un ejemplo de cómo crear redes colectivas sociales para una mejora no solo
de un colectivo determinado, sino la mejora del entorno urbano y de la calidad de vida
de los vecinos.

Uno de los colectivos que sufren dicha exclusión son las personas con
enfermedad mental grave y duradera. Y como se ha analizado anteriormente en este
trabajo, cierta estigmatización lleva a crear una idea preconcebida de este colectivo
entre la ciudadanía creando un miedo social que no se relaciona con la realidad, creando
problemas en la convivencia municipal y actuando como segregador de la vida urbana.

Es precisamente este tipo de iniciativas las que pueden ayudar a sensibilizar a la


población. El programa “Participa y Comprende” lleva a cabo numerosas actividades en
el municipio de Getafe como son las docencias a los cuerpos de seguridad (Policía
Local), actuaciones teatrales de concienciación social, programas socio-educativos en
centros de relevancia como la Universidad Carlos III para la concienciación
ciudadana,…

Pero sin la inclusión en dicha mesa de diálogo de todos los integrantes de una
sociedad (comunidad, ayuntamiento, instituciones educativas, redes vecinales,…) será
imposible la consecución de los objetivos, que no son otros que educar y concienciar a
la población sobre determinados colectivos excluidos.

Gracias a la colaboración de uno de los centros de Recursos de la Red Pública de


Atención Social a personas con enfermedad mental grave y crónica de Getafe,
concretamente a la psicóloga del Centro de Recursos de Rehabilitación para personas
con enfermedad mental grave y duradera, Alejandra García, tuve la oportunidad de
conocer de primera mano las distintas actividades que se están realizando.

61
El esfuerzo desarrollado por dicha persona así como por su equipo colaborador
fue notable, no solo por el trabajo realizado, sino por la implicación y la concienciación
con la que realizan dichas actividades (principalmente para concienciar a la población
sobre los riesgos de exclusión del colectivo con el que trabajan).

En opinión de Alejandra García, sin la cual no hubiese podido tener la


oportunidad de conocer de primera mano este tipo de iniciativas, estas jornadas,
actuaciones o actividades son necesarias, así como “la implicación de los actores, es
muy positiva para la consecución de los objetivos señalados”.

62
Urbanismo, exclusión social y delincuencia

“En las últimas décadas, el territorio de las áreas metropolitanas manifiesta, en


mayor o menor medida, la transformación del soporte físico espacial producto de los
cambios socioeconómicos y las nuevas pautas de la globalización que se sustentan en
las nuevas Tecnologías y los nuevos canales de comunicación y transporte.

La ciudad se extiende por la acción de los agentes inmobiliarios en un acelerado


proceso de transformación de los usos dominantes. Especialmente amplios sectores de
la franja periurbana y los espacios intersticiales pasan de un uso rural y/o libre a otro
urbano. Paralelamente ese nuevo modelo de desarrollo incrementa la desocupación, la
informalidad, la pobreza urbana, la pérdida de la movilidad social que nos caracterizaba.
La creciente marginalidad que genera y la estratificación social se reflejan en la
fragmentación espacial y ambiental del territorio.” (Perahía, 2008).

Con esta cita se podría resumir la constante evolución que sufren las principales
áreas metropolitanas de los últimos años, principalmente desde la irrupción del proceso
de la globalización, aunque no todo, que continua con un proceso de concentración de
capitales en las grandes áreas urbanas, creando espacios de oportunidades y espacios de
marginación y exclusión social debido a la incapacidad de dicha población para acceder
al circuito metropolitano global.

No nos debería asombrar que es precisamente el fenómeno globalizador un


catalizador de nuevas formas de organización urbana así como de promoción de
determinados espacios para una repercusión internacional.

La apertura a nivel global de los intercambios económicos hace hoy más que
nunca necesario la mejora del entorno metropolitano para la atracción de financiación
foránea, y uno de los principales elementos de los que disponen las ciudades son sus
entornos urbanos y lo que pueden ofrecer espacialmente dentro de sus metrópolis.

63
“La globalización e informacionalización de los procesos de producción,
distribución y gestión han transformado las ciudades contemporáneas, creando nuevos
procesos y reestructurando las relaciones sociales, económicas, políticas y culturales, y
generando cambios en la organización espacial urbana” (Miguel, Alcarraz, Merino,
Saravia, Jones, González, Martínez, Pauli, Varela; 2002).

La apertura de mercados y capitales, o la llegada masiva de población extranjera,


ha cambiado las dinámicas existentes hasta entonces en cuanto a relaciones culturales
así como en las convivencias vecinales, ya que el origen cultural de las nuevas
relaciones sociales es amplísimo, así “las nuevas dinámicas metropolitanas llevan
aparejados procesos emergentes de naturaleza demográfica, pero también otros de
carácter social, como el incremento de la exclusión dentro de los sistemas
metropolitanos, los cambios en el modelos de convivencia y la mutación de los
esquemas de pertenencia a una comunidad” (Almoguera, 2008).

Habría que matizar estos cambios ya que, si bien es cierto que se están
reestructurando los viejos patrones de relaciones sociales dentro de una barriada, no es
menos cierto que dichos procesos ya se vivieron con la llegada masiva de población
rural en las migraciones masivas ocurridas en las ciudades occidentales el pasado siglo.

Ahora bien, ¿pueden influir estos cambios culturales y económicos en las


transformaciones urbanas y, por consiguiente, en las estructuras urbano-sociales de
nuestras ciudades?, ¿son estas dinámicas consecuencia parcial del aumento constante de
las desigualdades sociales así como de la exclusión social que sufren grandes colectivos
urbanos?

“Durante las dos últimas décadas, surgen transformaciones estructurales en las


relaciones de producción, cuyas manifestaciones más claras son el aumento de la
desigualdad y la exclusión social, y la fragmentación del empleo” (Castells, 1998).

64
A la vez que estos grandes espacios urbanos se consolidan como los principales
destinos de las inversiones económicas extranjeras en detrimento de otros espacios
intermedios, también se posicionan como los principales generadores de unos procesos
de exclusión que no atañen a otros sistemas urbanos. Los continuos cambios culturales,
sociales y urbanísticos a los que están expuestas las grandes áreas, sometidas a lo
inmediato en esta etapa de globalización, hacen que “estas fuertes tensiones temporales
(entre los ritmos rápidos de las grandes ciudades y los ritmos lentos de las comunidades
locales) están también en el origen de las desigualdades más radicales que se concentran
en las megaciudades, y que reflejan el choque frontal entre esta precipitación y la
ausencia de perspectivas de una gran parte de la población” (Veltz, 1996).

Es a través de la zonificación espacial de los distintos sistemas productivos así


como del aislamiento poblacional por clases sociales uno de los principales factores a la
hora de analizar el problema de la exclusión social y de su marginación con respecto al
resto del entramado urbano.

La zonificación de un espacio urbano promueve la unión en un mismo espacio


de determinadas actividades económicas o habitacionales, por lo que se crean espacios
aislados, donde cada uno tiene su propia organización pero sin ningún tipo de relación
con el espacio que le rodea, imposibilitando una integración funcional de los distintos
componentes del entramado urbano, por lo que estos espacios de oportunidad estarán
destinados a poblaciones con capacidad de acceso.

Ya se viene vislumbrando que la nueva organización funcional del espacio


metropolitano provoca nuevas formas de marginación y desigualdad en el territorio; y lo
que tenemos es un territorio en el que el nivel de desarrollo está condicionado por el
acceso y la proximidad a zonas de oportunidad, el territorio queda privilegiado o
marginado por la construcción de infraestructuras.

65
Y si bien el concepto de zonificación funcional del espacio urbano podría
legitimarse en cuanto a la instalación de actividades económicas (por sinergias
producidas en un clúster, por ejemplo), el efecto es totalmente negativo en cuanto a los
usos de vivienda, ya que la zonificación además de separar funciones en el espacio,
segrega socialmente a la población en el territorio; esta accede a una residencia, y por
tanto a un determinado territorio, en base a su capacidad económica.

Aunque como ya se ha comentado hemos de ser muy cautos a la hora de achacar


a los procesos de la globalización de todos los males de las grandes ciudades y, como
siempre, habría que echar una mirada al pasado para comprender que la historia se
repite, aunque no aprendamos de nuestros propios errores, como es el caso de la
zonificación con perfil segregador.

“En el Primer Congreso Nacional de Arquitectura celebrado en Madrid en 1883


se planteó abiertamente el tema de la vivienda popular, mostrándose algunos partidarios
de la construcción de viviendas unifamiliares para obreros en la periferia de las
ciudades; propuesta a la que se opusieron otros argumentando que favorecería la
segregación y el antagonismo social” (Capel, 2002).

El problema radica en que fuerzas o en que intereses se promueve un espacio


urbano o se acoge a un determinado tipo de planificación urbana. En España, hemos
podido comprobar en los últimos quince años como gestores municipales o autonómicos
don competencias urbanísticas han promovido, en colaboración con promotores
inmobiliarios y demás grupos económicos, una gestión urbana con fines meramente
especulativos.

El problema de nuestra gobernanza actual es dejar en manos de “lideres”


políticos o agentes económicos sin preparación ni formación adecuada una ordenación
de nuestras ciudades que es la base misma de nuestra vivencia diaria, y que con sus
decisiones se crea un tipo de ciudad poco habitables y segregada tanto poblacional
como funcionalmente.

66
“Aumentan los espacios periféricos, los barrios con dificultades, las bolsas de
desempleo en un proceso que abarca a nuevos grupos sociales y a nuevos territorios
(…), el poder se expresa mediante el control del espacio, relegando a los grupos más
débiles (…) a los lugares menos deseables y excluyéndoles, mediante múltiples formas
de diseño del espacio o (…) de estereotipos de los lugares que se quieren privatizar”
(Ballesteros; 1998).

No son procesos que se encuentren fuera de nuestro alcance o de nuestras


decisiones, o tal vez son agentes extraterritoriales los que nos imponen unas formas de
vida, “las pautas del desarrollo urbano son sujeto de control y gestión, lo que significa
que no son resultado de fuerzas inmanejables o leyes económicas no controlables”
(Marcase y Van Kempen, 2000).

No interesa lo que opine la población que elige democráticamente a sus


responsables y con ello, a los que deben rendir cuentas, no interesa una democracia
participativa, una gestión común con los habitantes de dicho espacio. “La integración de
la ciudadanía, la existencia de espacios públicos de intercambio y la participación
efectiva en los mismos, son elementos centrales (para una buena gestión urbana)”
(Dammert; 2004).

Y es precisamente la incapacidad de los gestores urbanos y económicos (sean


políticos, agentes económicos o cualquier otro con capacidad de influir en la
transformación urbana y social de un espacio metropolitano) la que les lleva a crear
otros miedos a la ciudadanía para mantenerles “ocupados” ante los problemas que
realmente deberían ser fuente de su preocupación.

“La figura del delincuente se convierte en un chivo expiatorio que concentra


otros temores relacionados con la precarización de la vida cotidiana” (PNUD; 1998).

67
Esto se observa con bastante claridad en el Área Metropolitana de Caracas,
donde “el miedo al otro se corresponde con una realidad objetiva expresada en el
constante incremento de la seguridad ciudadana, transformando en un problema de la
ciudad que ha condicionado modos de vida urbanos basados en el aislamiento y el
encierro. Este temor se proyectó socialmente estigmatizando a los sectores populares y a
sus hábitats, que han sido percibidos por el resto de la sociedad metropolitana como
focos de trasgresión y violencia” (Cariola Y Lacabana; 2004).

Son esos sectores urbanos con capacidad para hacerse escuchar entre miles de
conciudadanos los que crean una imagen distorsionada y simplista de un espacio y/o
colectivo, y estas ideas tienen la capacidad de transformar espacios urbanos o calificar a
un barrio como atractivo o no, con las consecuencias que ello tiene para ese
determinado territorio. “Los medios de comunicación alteran la percepción ciudadana
de un barrio y, por ende, la forma de hacer ciudad” (Dammert; 2004).

Dicha estigmatización de un determinado sector poblacional o de un


determinado colectivo social nos lleva a criminalizar a un colectivo en cuestión,
simplemente para crear un miedo que no nos permita discernir sobre el porqué de esa
situación o el causante primero de una exclusión o una desigualdad. Habría que recordar
que un setenta por ciento de las personas reclusas en España (el país con mayor número
de presos totales en Europa, 65.066) están encarceladas por delitos contra la salud
pública y robo con/sin lesiones.

Este estigma provocado intencionadamente por determinados sectores nos lleva


a criminalizar a determinados colectivos por intereses particulares. Así, se tiende a
relacionar okupación violenta de un edificio con la instalación de centros sociales en
espacios inmuebles abandonados para realizar actividades culturales para los vecinos (el
ejemplo más claro corresponde al centro social Patio Maravillas en Madrid, desalojado
hace unas semanas, donde se ofrecía desde talleres de reparación de bicicletas, tan
escasos en Madrid, hasta clases gratuitas de castellano para inmigrantes), servicios que
deberían ofrecer las administraciones publicas.

68
Otro ejemplo es el consumo de drogas blandas por parte de determinados
colectivos sociales, como la reciente manifestación por la legalización del cannabis,
donde cerca de diez mil personas marcharon por el centro de Madrid y donde ningún
medio de comunicación nacional ni regional se hizo eco de la noticia y donde desde
diversos estudios se apunta hacia una posible solución. Pero como siempre es más fácil
silenciarlo que plantear un debate abierto. “Muchas personas que consumen drogas,
legales e ilegales, no viven en la exclusión social en ningún momento de su vida”
(Informe FOESSA, 2009).

Estas maneras de hacer ciudad y de “hacer ciudadanos”, de no actuar ante


problemas como la segregación espacial o la exclusión social, nos lleva a crear espacios
urbanos donde la delincuencia es el recurso último de amplios sectores poblacionales
sin recursos y recluidos a espacios de exclusión y marginalidad.

La ciudad siempre se ha caracterizado, y principalmente las grandes capitales,


como lugares de encuentro de numerosas formas de entender la vida y la convivencia,
eran espacios de relación social donde lo diferente era un factor positivo para la ciudad.
Actualmente lo diverso se considera extraño y lo extraño resulta peligroso. Aquellos
espacios no homogeneizados se convierten en espacios no atractivos.

“La imagen clásica de la ciudad como espacio de interacción y celebración de


las diferencias está siendo amenazada. Visiones alternativas la muestran como espacio
de conflicto, desorden e inseguridad; donde la diferencia se convierte en un elemento
peligroso que requiere ser excluido o segregado” (Dammert; 2004).

Estas formas de planificación urbana crean espacios con graves problemas


infraestructurales, con ausencia de equipamientos esenciales para la reducción de la
exclusión social y con el fin último de la prevención delictiva. Se ha demostrado que un
aumento de las mejoras educativas, sanitarias y urbanísticas de un determinado entorno
son las mejores armas para la reducción de la segregación y la exclusión social así como
para la creación de unas bases para la prevención de patrones delictivos entre sus
habitantes.

69
El problema radica en la falta de financiación de las entidades locales, o más
bien, en el reparto presupuestario de las partidas económicas; “así, a la despoblación de
los espacios rurales se suma, por lo general, el desbordamiento de la capacidad de
acogida de la ciudad receptora, con el colapso de servicios (salud, educación, transporte,
población,…) o el incremento de la pobreza urbana y la agudización de problemas
como asentamientos ilegales o chabolismo” (Davis Y Michelini; 2009).

Esta continua fragmentación urbana crea espacios de consumo solo aptos para
rentas altas, acceso a espacios culturales solo con unos ingresos elevados, proliferación
de entornos urbanos cerrados, vigilados y separados del entorno territorial que le rodea,
áreas de concentración de un determinado colectivo sin mezcla social. Todo ello
provoca un rechazo por parte de un determinado segmento poblacional que ve que su
único y último recurso son las actividades delictivas, por lo que se entra en un círculo
vicioso que solo a través de políticas urbanas y económicas fuertes puede paliarse.

“Esta fragmentación de la ciudad conlleva (…) un complejo sentimiento de


temor frente a los espacios no conocidos o no utilizados, (…). De esta forma, el temor al
delito y la fragmentación urbana son dos fenómenos que se refuerzan mutuamente y van
consolidando un modelo de no-ciudad donde los espacios de anonimato y temor son
mayores que aquellos de intercambio” (Dammert; 2004).

Temor, inseguridad, estigmatización, son términos que se van adueñando poco a


poco de determinados espacios de nuestras ciudades, y donde determinados espacios,
históricamente usados para el esparcimiento colectivo, son abandonados y obviados pro
estos términos que muchas de las veces son irreales.

“El temor impacta sobre la utilización de la ciudad, lo que aumenta los abismos
socioterritoriales, la segregación y la fragmentación de la ciudad” (dec. 28, pp. 6); “el
temor tiende a aumentar la vulnerabilidad personal, y actúa como un elemento que
segmenta a la población, reduciendo aun más su interés por participar en comunidad”
(Crawford, 1997); “el aumento de la criminalidad y el temor o sensación de inseguridad
frente a la posibilidad de ser víctima de un delito son elementos que ocupan la vida
urbana, atacando sus pilares económicos, sociales y políticos” (Bannister y Fyfe, 2000).

70
Como se puede observar es a través de determinadas decisiones políticas en
términos de ordenación urbanística y territorial, así como unas políticas poco
homogéneas en cuanto a la distribución de determinados equipamientos o recursos por
todo el territorio metropolitano, más que los procesos globalizadores, los principales
responsables de cómo hacer ciudad, de fragmentar social y urbanísticamente un
territorio, con el consiguiente hartazgo por parte de esa población y, en consecuencia,
del miedo del resto de la población hacia esos sectores marginados y excluidos, donde
una de sus formas de subsistencia será el delito.

“Estos procesos (de fragmentación urbana y exclusión social) están redefiniendo


la configuración de las ciudades (…), y consiguientemente las desigualdades sociales en
el territorio, en la medida en que en el contexto de la globalización los conceptos de
ciudad y región adquieren un nuevo significado. Así por ejemplo, como consecuencia
de la creciente privatización de infraestructuras y servicios públicos, emergen territorios
privatizados y usados” (Veiga, 2005).

Estos conceptos se completan con el estudio realizado a España relacionando


colectivos excluidos con las condiciones de habitabilidad que les rodea. A grandes
rasgos se observa como dependiendo del riesgo de exclusión a estudio, el porcentaje de
personas afectadas por dicho proceso aumentará en función de las características
urbanas del barrio, entre barrios degradados y de carácter marginal o bien aquellos en
buenas condiciones, diferenciándolos.

En cuanto a grupos totales, en dos de los nueve grupos apenas existen


diferencias, en otros dos subgrupos es mayor el porcentaje de personas en riesgo de
exclusión habitando en barrios en buenas condiciones, mientras que en cinco de estos la
población residente en barrios degradados sufre más los riesgos de exclusión

Así, si en los grupos de exclusión de las relaciones sociales o excluidos de la


educación en porcentaje de diferencia es nulo, en otros campos de exclusión este se
amplía ligeramente, o la diferencia es notable.

71
Las condiciones urbanísticas (viales, de equipamientos,…) de aquellos barrios
en buenas condiciones son proclives a aumentar el porcentaje de habitantes en riesgo de
exclusión en los campos de aislamiento social y de exclusión al consumo
(principalmente motivados por la nueva filosofía individualista de las viviendas
unifamiliares dependientes en todo momento del vehículo privado).

Por el contrario, los cinco campos donde vivir en barrios degradados supone un
agravio comparativo con respecto a los anteriores se materializa en aquellos de
exclusión de la ciudadanía, conflicto social, excluidos de la salud (casi dobla el
porcentaje de personas en riesgo, probablemente debido a la ausencia de
infraestructuras sanitarias públicas en dichos entornos), excluidos de la vivienda y
excluidos del empleo.

exc. De las relaciones sociales

exc. De la ciudadania

aislamiento social
barrio degradado, marginal
conflicto social barrio en buenas condiciones

exc. De la salud

exc. De la vivienda

exc. De la educacion

exc. Del consumo

exc. Del empleo

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Grafico 11. Tipología de la exclusión social, por características urbanas del barrio a nivel
estatal. Elaboración propia. Fuente: Informe FOESSA 2008

72
El caso de Alcalá de Henares

Estos procesos de exclusión social a través del entorno socio-económico y


urbanístico son totalmente exportables a nuestro caso de estudio, Alcalá de Henares,
donde a continuación se hace un breve análisis de diferentes elementos estadísticos
donde nos vuelven a mostrar las relaciones urbano-espaciales con el entorno en el que
se desarrollan.

Así, el primer aspecto a tener en cuenta es la base económica de las familias. La


ocupación laboral de la población de un municipio o área determinada es uno de los
principales componentes de la evolución de la integración social de sus ciudadanos y,
por ende, la capacidad que tiene una sociedad determinada de crear espacios
económicos que permitan el acceso a un puesto laboral y, por consiguiente, la
probabilidad de exclusión social de sus habitantes y que ello conlleve a la búsqueda por
parte de dicha población a actividades ilícitas que pueden provocar un aumento de la
inseguridad.

Así, según la población ocupada laboral por sectores, un veintinueve por ciento
de los empleados ocuparía posiciones de alta cualificación, con un alto poder
adquisitivo (puestos directivos, así como técnicos y profesionales de alta formación,
junto a un uno por ciento de trabajadores de las fuerzas armadas).

En cuanto al resto de categorías, un once por ciento corresponde a categorías


administrativas, un catorce por ciento están ocupados en el sector de la restauración, un
veinte por ciento corresponde a profesiones cualificadas de la industria y del primer
sector económico (agricultura y pesca) un doce por ciento a operadores industriales
mientras que un doce por ciento corresponde a trabajadores no cualificados.

73
El esquema laboral de Alcalá de Henares nos presenta un mercado de trabajo
donde los puestos de cualificación en todos sus ámbitos (industriales, agrícolas o de
servicios) representan más de un cincuenta por ciento del total laboral, con lo que
estarían menos expuestos a riesgos de exclusión (aunque solo corresponda por su nivel
adquisitivo), cerca de un treinta y seis por ciento lo ocuparían profesiones menos
tecnificadas, y solo un doce por ciento a puestos de trabajo no cualificados, porcentaje
reducido y que nos da una idea del bajo impacto del mercado laboral en el fenómeno de
la exclusión en el municipio, aunque estas cifras han de ser matizadas por aquellos
vecinos que residen en Alcalá de Henares pero trabajan en otro municipio.

Ocupación laboral

20
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0

Gráfico 12. Principales ocupaciones laborales en Alcalá de Henares. Elaboración propia.


Fuente: Informe FOESSA 2008

Como se ha comprobado, las relaciones entre exclusión social y el entorno


urbano se encuentran intrínsecamente asociadas, ya que es precisamente el urbanismo el
encargado de plantear soluciones ante la falta de equipamientos públicos tales como
centros educativos (exclusión educativa), centros sanitarios, entornos comerciales
barriales (exclusión del consumo),…

Junto a la capacidad del urbanismo (si existe voluntad política, referente ultimo
de las tomas de decisiones en las sociedades capitalistas) para resolver dichas carencias
infraestructurales básicas, la planificación urbanística también tiene el objetivo de crear
espacios de habitabilidad social y arquitectónicamente tanto sostenibles y seguros como
agradable para sus residentes.

74
Es por esto que las condiciones del barrio así como las características de los
edificios que lo componen son aspectos fundamentales a la hora de evaluar las
potencialidades de un sector para integrarse en las relaciones de todo su territorio, y con
ello producir una percepción positiva o negativa en la vida diaria de las poblaciones que
habitan dichos entornos.

Se sabe que el parque de la vivienda en nuestro país ha aumentado de forma


alarmante en los últimos años, introduciendo una numerosa población nueva nuestras
ciudades. Este salto en el ritmo constructor lo podemos observar en el parqué de
viviendas construidas en Alcalá de Henares en el último siglo, comprobando que se han
construido tantos edificios en los últimos veinte años que en el sumatorio de las
edificaciones construidas en todas las series anteriores.

Número total de edificios construidos

5000
4000
3000
2000
1000
0
Antes de 1900- 1921- 1941- 1951- 1961- 1971- 1981- 1991-
1900 1920 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2001

Grafico 13. Número total de edificios de la malla urbana del municipio de Alcalá de Henares,
por periodos temporales decenales. Elaboración propia. Fuente: Informe FOESSA 2008

75
Pero como se ha comentado anteriormente, es igualmente cierto que, aunque un
aumento considerable de la construcción de las viviendas es altamente insostenible
(principalmente en aquellos espacios de baja densidad y con gran uso del vehículo
privado así como de consumo energético total), no quiere decir que estas deban ser
construcciones de baja calidad y en entornos pobres, lo que provocaría un aumento de
las tensiones sociales entre dichos ciudadanos con respecto a vecinos que vivan en
mejores espacios del municipio, lo que conllevaría una fragmentación urbana y un
aumento de la segregación social y un posible aumento de las personas potenciales de
cometer un delito.

En el caso de Alcalá de Henares, la principal forma edificatoria se corresponde


edificios solos con una vivienda familiar, lo que reproduce un modelo insostenible de
urbanismo de baja densidad; un cuarto de los edificios construidos se corresponde con
edificios que albergan varias viviendas familiares mientras que el otros veinticinco por
ciento del total edificado lo componen edificios donde la vivienda familiar es la
mayoritaria aunque comparte espacio con locales.

Tipología edificatoria

Edificio sólo con una vivienda


familiar

Edificio sólo con varias viviendas


familiares

Edificios principalmente con


viviendas f amiliares compartido
con locales
Otros

Grafico 14. Tipología edificatoria de la malla urbana del municipio de Alcalá de Henares.
Elaboración propia. Fuente: Informe FOESSA 2008

Pero como se ha analizado, no un determinado perfil edificatorio u ordenación


urbana conlleva un determinado nivel de su edificaron o de su entorno barrial. Por eso
se ha querido hacer una breve referencia al estado de la edificación en los municipios de
Alcalá de Henares, comprobando que un noventa y cinco por ciento de los edificios
presentan un estado de la edificación bueno, lo que representa un porcentaje
notablemente elevado.

76
Este alto índice puede deberse a dos causas que se unen un numerosos puntos
del sistema: bien el ayuntamiento cuenta con unas políticas de acceso a una vivienda
digna y dichas construcciones son de un alto grado de calidad (que por desgracia no
suele ocurrir), o bien la mayor parte de la población de Alcalá de Henares (95 %) cuenta
con un nivel de ingresos medio-alto, suficiente para acceder a viviendas de buena
calidad (que tampoco son casos generalizados). En ambos casos se podría afirmar que la
mayor parte de los habitantes del municipio cuenta con un respaldo que le permite unas
condiciones de vida digna.

Estado de la edificación

Ruinoso
Malo
Deficiente
Bueno

Grafico 15. Estado general de la edificación del municipio de Alcalá de Henares. Elaboración
propia. Fuente: Informe FOESSA 2008

77
La delincuencia ha sido un tema muy recurrente en cuanto a diversidad de
topologías y disciplinas la abarcan. No solo desde el ámbito policial, judicial,
psicológico o académico. Esto se demuestra en la proliferación y aceptación por parte
del público en general del cine quinqui desarrollado en España en los años ochenta,
siendo objeto de exposición en el 2010 en diversas salas de exposiciones (como La Casa
Encendida en Madrid o el centro CCCB de Barcelona, al que tuve oportunidad de
acudir).

También se encuentran elementos de dicho orden expresados con sentido del


humor, realizando en numerosos casos exposiciones cómicas que en realidad envuelven
una critica ácida hacia la sociedad en la que nos encontramos.

Resultan sublimes películas como “Snatch: Cerdos y diamantes” y “Lock and


stock” de Guy Ritchie, donde aúnan ambos conceptos, delincuencia y humor ácido“,
siendo su mayor exponente Trainspotting” de Danny Boyle, recordando esa frase inicial
cargada de connotaciones sociales: “Elige una vida. Elige un trabajo. Elige una
carrera...”.

Humor gráfico relativo a aspectos delictivos, con Mafalda de Quino en la primera imagen y una
representación de Kappel en la segunda.

78
La delincuencia en el municipio de Alcalá de Henares

Características geográficas de Alcalá de Henares

Como fase previa al análisis de las diferentes características delictivas del


municipio, es necesario realizar una breve descripción geográfica de Alcalá de Henares
ya que sin un conocimiento previo del territorio nos sería muy difícil poder llegar a
conclusiones relacionales.

Es por ello que, aunque como mero análisis descriptivo, se realice un estudio
aproximativo de los principales rasgos geográficos del territorio a estudio.

Se han obviado elementos esenciales, aunque poco desarrollados en este trabajo,


con vistas a completarlo en un trabajo posterior más detallado, y entre ellos, dos
aspectos del espacio social de la ciudad de Alcalá de Henares: la diferenciación
residencial y la calidad de vida.

Alcalá de Henares se encuentra situada al este de la Comunidad de Madrid, en la


Cuenca del Henares, río que cruza la ciudad y da nombre al mismo. Cuenta con una
extensión aproximada de ochenta y siete kilómetros cuadrados.

Se encuentra a aproximadamente unos treinta y un kilómetros del municipio de


Madrid, limitando al Norte con Meco y Camarma, al Sureste con Anchuelo, al sur con
Villalbilla, al suroeste con San Fernando de Henares, al oeste con Torrejón de Ardoz, al
este y noreste con Los Santos de la Humosa así como una pequeña porción de Azuqueca
de Henares.

Cuenta con dos áreas geográficas bien diferenciadas, el páramo de La Alcarria (875
metros) y la zona hundida del río Henares, donde confluyen los afluentes de los ríos
Torote y Camarmilla.

79
La altitud media se sitúa en 590 metros y cuenta con un clima mediterráneo
continentalizado, donde se dan veranos calurosos y secos junto con inviernos fríos y
húmedos, al estilo de la climatología de la Meseta, con una temperatura media de
catorce grados y una precipitación media anual de unos cuatrocientos veinte milímetros.

El municipio de Alcalá de Henares tiene 204.120 habitantes y una densidad de


población de 2.326 habitantes por kilometro cuadrado, lo que la sitúa en la tercera
ciudad con mayor número de personas en sus límites municipales de la Comunidad de
Madrid.

Aun cuando Alcalá siempre se ha considerado una ciudad media, fue a raíz de la
migración masiva campo-ciudad que vivió España en las décadas de los sesenta y
setenta, cuando se produjo un incremento poblacional exponencial en numerosas
ciudades satélite de las principales áreas metropolitanas españolas.

Este incremento poblacional siguió presentando un crecimiento sostenido y


constante durante la década de los ochenta y principios de los noventa gracias al éxodo
urbano que se produjo desde Madrid capital hacia los municipios localizados en el área
metropolitana, debido fundamentalmente a una fuerte deslocalización industrial del
municipio de Madrid así como a un aumento significativo del precio de la vivienda.

Un tercer crecimiento demográfico de Alcalá de Henares vino propiciado desde


finales de la década de los noventa (al igual que en el resto del Estado) por una llegada
masiva de población extranjera, entre las que destacan los inmigrantes provenientes del
Este europeo así como aquellos migrantes de países de la Unión Europea.

El municipio de Alcalá también cuenta, al encontrarse en una situación geográfica


privilegiada, con una nutrida presencia de infraestructuras del transporte.

Dentro del territorio municipal destaca la presencia de once líneas de autobuses


urbanos así como una flota taxis municipales propias, lo que completa el servicio
urbano de transporte público.

80
Su conexión con Madrid capital está asegurada a través de tres líneas de autobús
interurbano así como dos líneas del servicio ferroviario Cercanías (C-2 y C-7) que
cuentan con tres estaciones en el municipio (La Garena, Alcalá de Henares y Alcalá de
Henares Universidad).

Con su entorno inmediato, Alcalá es el centro de un sistema radial de autobuses


interurbano que lo conecta a través de catorce líneas con cerca de treinta núcleos de
población.

Unido a estos sistemas, Alcalá, al situarse en el eje natural Madrid-Zaragoza-


Barcelona, cuenta con servicios de autobuses regulares de larga distancia que lo
comunica con Zaragoza, Barcelona o Teruel-Valencia, gracias a su localización próxima
a la autovía A-2 y a la Autopista Radial R-2.

También destacar el fuerte proceso de desindustrialización sufrido por Alcalá desde


la década de los ochenta. Este municipio se ha caracterizado por poseer uno de los
tejidos industriales más importantes de la Comunidad, auspiciado por las políticas de
desarrollo industrial llevadas a cabo en España en los años sesenta y setenta.

Con la aprobación de los distintos Planes Generales de Ordenación Urbana se primó


la reconversión de suelo industrial a suelo terciario/residencial, expulsando del
municipio gran parte del tejido industrial.

Esto conllevó una progresiva transformación de Alcalá en ciudad dormitorio del


área metropolitana de Madrid, aumentando el número de personas que viven en Alcalá y
trabajan en otros municipios del área metropolitana.

Aunque se aprecia una gran contradicción debido al elevado número de residentes


con estudios de alta cualificación (beneficiados por la presencia de la Universidad
Laboral primero, y de la Universidad de Alcalá posteriormente) con una oferta de
empleo menos especializada.

81
Todo ello, principalmente los distintos planes urbanísticos llevados a cabo, ha dado
lugar a que la industria se encuentre en estos momentos como tercer sector económico
de la ciudad, mientras que aquel de la construcción haya visto aumentar su aportación al
número de empleos del municipio (dicha problemática genera empleos de corta
duración y baja cualificación), lo que conlleva algunas problemáticas socio-económicas
y culturales en diferentes estratos de la población, como se ha podido ver en
“Urbanismo, exclusión social y delincuencia, El caso de Alcalá de Henares”.

Dichos ordenamientos urbanísticos han llevado a configurar una ciudad que se


encuentra en la región urbana de Madrid, dentro del corredor del Henares, al este de la
misma, y donde ejerce de centralidad metropolitana oriental, al situarse junto a otros
núcleos de importancia como Guadalajara o Torrejón de Ardoz.

El núcleo urbano de Alcalá se articula en torno al casco viejo, diferenciándose entre


el casco urbano, el ensanche y la periferia moderna, observándose un desarrollo radio
céntrico, donde las sucesivas ampliaciones urbanas se iban desarrollando entorno al
núcleo original.

El centro se caracteriza por haber sufrido un intenso proceso de rehabilitación tanto


urbana como arquitectónica, dejando un entorno totalmente reformado.

El municipio a su vez se divide en cinco distritos: Centro, Reyes Católicos,


Chorillo-Garena, Ensanche-Espartales y El Val. Dicha organización se vio reducida
hasta los cinco actuales en 2007 desde los ocho iniciales.

Las principales instituciones como el Ayuntamiento se encuentran en el distrito


centro, al igual que el campus de la Universidad de Alcalá de Henares, gran eje
articulador del desarrollo urbano del municipio en buena parte del siglo veinte.

Por su parte, las principales áreas industriales se han desarrollado en torno a la


autovía A-2, concentrándose un notable porcentaje de estos en el distrito Chorillo-
Garena.

82
Análisis delictivo del municipio de Alcalá de Henares

A continuación se realizará un análisis desglosado por meses y por


subcategorías de aquellos parámetros que nos sirvan para acercarnos a la realidad
delictiva de Alcalá de Henares. Para esto se comenzará por realizar un estudio de
los delitos totales divididos por secciones censales así como por meses de
Septiembre a Febrero. Este esquema se repetirá en las distintas fases y
subdivisiones a estudio para obtener una mayor coordinación y legibilidad de los
distintos parámetros introducidos a estudio.

En una primera etapa se realizará un estudio sobre los delitos totales


cometidos por meses, dividiendo Alcalá en secciones censales. Esto nos permitirá
conocer, de una manera global, la situación locacional de los delitos de la ciudad,
para poder así observar la situación geográfica general de los delitos. Como ya se
ha mencionado anteriormente, el mes de Septiembre se contabiliza desde el ocho de
dicho mes por la ausencia de datos anteriores así como el mes de febrero finaliza el
catorce, por lo que los datos de dichos meses serán inferiores al resto de los meses
interpretados, no por ello será inferior e resultado, ya que la localización de dichos
delitos se concentrará en aquellas semanas mencionadas.

En una segunda etapa se analizarán los delitos cometidos en los mismos


períodos por el número de la semana. A partir de aquí y en adelante se usarán los
delitos cartografiados individualmente, aunque se continuará con la estructura de
división por meses. Este sistema de análisis nos permitirá, de manera generalizada,
observar en que parte temporal del mes se producen las diferentes infracciones.

Estas divisiones se realizarán entre cuatro semanas: del día uno al día siete.
Del ocho al catorce, del quince al veintiuno, del veintidós las treinta uno.

83
En tercer lugar, se subdividirán los delitos en días de la semana, así como por
meses consecutivos. Esta fragmentación es especialmente interesante para poder
realizar más adelante una relación directa entre la localización geográfica del delito
cometido así como el día de la semana. Un cuarto campo de estudio se ha basado en
la hora de la comisión del delito. Se ha generalizado a la hora de agrupar las
diferentes horas (por ejemplo, si el delito se produce a las 23.22.02, se tomará de
referencia las 23 horas), dividiendo a su vez el día en cuatro grupos: de la
medianoche a las seis de la mañana, de las siete al mediodía, de las 12 am hasta las
seis de la tarde, y desde aquí hasta medianoche).

En la última parte del análisis se procederá a comentar las distintas tipologías


delictivas, agrupadas en diferentes categorías según sus características. Se ha
intentado realizar una agrupación lo más homogénea posible, aunque siempre se
podrán producir discrepancias acerca de una mejor unión de delitos.

Delitos totales

Es precisamente a través de una visión general de las problemáticas globales


a estudio cuando se obtiene una visión completa de la temática locacional
delictiva. En este primer apartado se ha subdividido el área de Alcalá de Henares
en secciones censales, una unidad administrativa relativamente pequeña pero
que nos permite realizar una subdivisión dentro de la ciudad en áreas con una
escala adecuada tanto para la observación como para fragmentar el municipio en
unidades optimas para analizar la información.

A su vez, se ha establecido una división en cuanto a los rangos del número


total de delitos cometidos por sección censal, agrupándolos en aquellos
parámetros más representativos, tomando la variable mínima entre uno y diez
delitos por sección censal y unos valores máximos que oscilan entre los ciento
uno y los quinientos delitos por sección censal.

84
1.1. Septiembre

Lo primero que se observa en relación a los delitos totales en el mes de


Septiembre son las siete secciones censales que albergan una mayor
concentración de estas, con valores que oscilan entre los cincuenta y uno y los
cien delitos cometidos.

Este hecho se hace especialmente relevante si tenemos en cuenta que hay


secciones que multiplican por cinco el número total de delitos cometidos en
relación a otras secciones. Estas siete áreas territoriales se reparten
principalmente por los ejes Este y Oeste así como por el centro urbano, en donde
se localizan en las manzanas del suroeste urbano así como en el mismo casco
viejo.

Por el contrario, aquellas secciones donde menor número de delitos se


han producido, con una variable entre uno y cinco, se encuentran localizados en
la primera corona periférica del casco histórico, concentrando en determinadas
áreas (principalmente al este y al oeste de dicha primera corona) varias
secciones unidas.

Las categorías intermedias son aquellas que comprenden, en un primer


grupo los valores comprendidos entre once y veinticinco delitos, y en un
segundo entre los veintiséis y los cincuenta delitos totales por sección censal. La
primera de ellas se localiza principalmente en los ejes Norte y Sur, así como en
algunas secciones del centro urbano mientras que la segunda categoría se
encuentra en el Norte del municipio, con una presencia mayor en aquellas áreas
de mayor tamaño.

85
Mapa 1.1. Número total de delitos por sección censal. Septiembre 2009. Elaboración propia. Fuente: Policía Local
Alcalá de Henares

1.2. Octubre

En el caso del mes de Octubre, con la suma de delitos obtenidos en los


treinta y un días completos del mes, ya aparecen secciones con valores que
superan los cien delitos mensuales por sección. Estas se encuentran localizadas
fundamentalmente en el eje Oeste, encontrando también una sección de gran
tamaño al Este del municipio. También se encuentran en el centro otras dos
secciones donde el número de delitos es extremadamente elevado.

86
Como se ve en la imagen, ninguna de las secciones censales limítrofes
con otros municipios presenta valores reducidos del número total de delitos
cometidos en Octubre, perteneciendo la mayoría al penúltimo grupo de la tabla,
es decir, acercándose a los cien delitos mensuales.

Esta apreciación también se podría realizar en cuanto a las secciones del


centro urbano, ya que ninguna de ellas está presente en los dos primeros
subgrupos, por lo que presentan altos niveles de delitos mensuales totales.

Es precisamente en la primera corona periférica donde encontramos un


anillo de áreas que presentan los niveles menos elevados de delincuencia en
octubre, alternándose entre los dos primeros subgrupos analizados, aunque es
mayor la presencia de aquellos que se encuadran entre los once y los veinticinco
delitos por mes. La distribución aproximada que se puede observar es la mayor
presencia de las secciones que cuentan entre uno y diez delitos en los sectores
Este y Oeste, mientras que los de la segunda categoría están más ubicados tanto
al Norte como Al Sur de dicha primera corona.

87
Mapa 1.2. Número total de delitos por sección censal. Octubre 2009. Elaboración propia. Fuente: Policía
Local Alcalá de Henares

1.3. Noviembre

El mes de noviembre se caracteriza por un aumento del número de


secciones censales que se integran en las dos últimas categorías, esto es, se
percibe un aumento significativo de las áreas que integran los valores más
elevados del total de delitos cometidos en el municipio. Por el contrario, se
reduce la cantidad de secciones pertenecientes a la primera categoría, asociada a
la menor repercusión delictiva total dentro de Alcalá de Henares.

88
Lo que no varía ostensiblemente es la distribución geográfica de los
mismos y su agrupación por valores mínimos, máximos o medios. Los primeros
están principalmente agrupados en torno a la primera corona urbana, aunque hay
que destacar el aumento del número de secciones pertenecientes a la segunda
categoría.

En cuanto al aumento del número de secciones pertenecientes a la


categoría intermedia en el centro, al igual que la trasferencia que se ha realizado
en las áreas con menor número de delitos, se observa un aumento significativo
de la intensidad delictiva en noviembre en este espacio municipal.

Otro factor a tener en cuenta es el aumento de las secciones con un


mayor número de delitos (101-500), no solo en su número total, sino en las
secciones periféricas de la ciudad y en todas direcciones, aumentando en
dirección Oeste.

89
Mapa 1.3. Número total de delitos por sección censal. Noviembre 2009. Elaboración propia. Fuente: Policía
Local Alcalá de Henares

1.4. Diciembre

En el mes de diciembre se observa una gran diferencia en cuanto al


número de delitos totales entre las secciones del Norte y Sur. Mientras que en los
meses precedentes la alternancia geográfica entre los diferentes subgrupos con
mayor delincuencia, se alternaba en las áreas limítrofes de Alcalá
indistintamente, en diciembre se observa una concentración de las secciones
censales más problemáticas en el Norte del municipio; en aquellas del Sur, por el
contrario, se observa una disminución de los mismos, a niveles intermedios de la
escala (entre veintiséis y cincuenta delitos totales).

90
Dentro de estos sigue siendo significativa de aquellas secciones
localizadas al oeste del municipio que siguen presentando los niveles más
elevados de delincuencia. A estos habría que sumar algunas secciones del centro
de Alcalá, siguiendo la tónica de los meses precedentes.

Otra característica notable en este mes es la disminución de los delitos en


las secciones centrales del núcleo urbano, donde se aprecia una mayor presencia
de las secciones pertenecientes a los primeros tres niveles de la escala, los que
menor número de delitos presentan en relación al total.

En cuanto a las secciones censales pertenecientes a la primera corona,


estas continúan con los niveles más bajos de delincuencia total mensual de
Alcalá de Henares, destacando el trasvase de secciones de la segunda categoría
a la escala más baja, esto es, aumenta el número de secciones que ostentan el
menor número de delitos totales.

91
Mapa 1.4 Número total de delitos por sección censal. Diciembre 2009. Elaboración propia. Fuente: Policía
Local Alcalá de Henares

1.5. Enero

Lo más notable del mes de enero a estudio es su más que significativa


reducción del número de delitos en el total municipal, y esto se observa en el
trasvase que se realiza en el numero de secciones de escalas más elevadas a su
siguiente subgrupo inferior, por lo que se reduce el número de estas que se hayan
con valores elevados de delincuencia hacia aquellos que presenta menores
valores.

92
Se aprecia una reducción de las secciones censales agrupadas en la
categoría con valores más elevados, a excepción de aquellos que se encuentran
en el límite oeste del municipio, que siguen perpetuando un área donde estos
mantienen los valores más elevados en meses consecutivos.

También se aprecia el aumento, cómo en el mes anterior, del número de


secciones pertenecientes a la categoría intermedia del total delictivo,
principalmente provenientes del subgrupo posterior, por lo que dichas secciones
han reducido su nivel de delitos. Estos parámetros también son aplicables para
las secciones del centro, continuando un descenso del número total de delitos.

Las secciones censales que se encuentran inmediatamente después del


centro urbano siguen conservando los niveles más bajos del número total de
delitos, aumentando aquellos pertenecientes al segundo subgrupo con menor
incidencia delictiva.

Mapa 1.5 Número total de delitos por sección censal. Enero 2010. Elaboración propia. Fuente: Policía Local Alcalá
de Henares

93
1.6. Febrero

Aun contando con la mitad de la serie estadística mensual, debido a la


limitación de datos hasta el 14 del mes de febrero, los patrones observados en los
meses anteriores se vuelven a repetir. Donde primero se puede observar dicha
similitud es en la pertenencia de los datos más elevados en cuanto al número de
delitos en las secciones censales del oeste municipal, así como en aquellos que
se encuentran en el eje este del municipio.

La misma coincidencia se puede observar en la primera corona urbana,


donde se encuentran aquellas secciones con menor número de delitos totales. Por
el contrario, esta regla no se repite en las secciones del centro urbano, donde
presentan valores menos elevados que en meses anteriores.

En el resto de secciones (aquellas del sur o norte de Alcalá de Henares)


repiten la secuencia del resto de meses, agrupándose en los valores intermedios
del número de delitos.

Mapa 1.6 Número total de delitos por sección censal. Febrero 2010. Elaboración propia. Fuente: Policía
Local Alcalá de Henares

94
Número de la semana

El siguiente valor a estudio proviene de la división del mes en sus respectivas


cuatro semanas, creando un subgrupo para cada una de ellas, analizando su
distribución geográfica, al igual que en el apartado anterior, entre las respectivas
secciones censales del municipio de Alcalá de henares, así como por meses, para
una mayor comprensión del volumen total de datos al quedar divididos en seis
partes.

Dicho campo se encuentra en una escala temporal intermedia entre el


volumen de delitos mensuales totales y medidas inferiores como el día de la
semana o la hora de comisión de un delito. Aunque no se trate dicho tema en este
trabajo (se postergará para futuros análisis delictivos en Alcalá), esta subdivisión
nos puede ayudar a entender el fenómeno de la delincuencia en términos
temporales, no espaciales, ya que se puede relacionar con diversas variables;
entre ellas podríamos destacar la dificultad de determinados individuos en llegar
a fin de mes que puede repercutir en un aumento de las tasas delictivas.

2.1. Septiembre

Como se ha señalado, en este mes solo se pueden aportar datos de la


segunda, tercera y cuarta semana. Independientemente de la ausencia de dicho
valor, la primera observación es la predominancia de los delitos cometidos en la
última semana del mes.

La segunda semana tiene una menor presencia geográfica en el


municipio. La mayor concentración de estas se produce en el sector
suroccidental así como entorno al centro urbano de Alcalá.

Se observa un incremento en el número de delitos cometidos en la tercera


semana, este incremento se concentra principalmente en el oeste así como en el
sureste municipal. La proporción de delitos cometidos en el centro en relación al
resto del territorio no es tan notable como en la semana precedente.

95
Es precisamente la última semana del mes la que concentra un mayor
número de infracciones, dispersándose por todo el municipio, aunque
constatando una mayor presencia de los mismos en el eje suroccidental, al Norte
así como en el centro.

Mapa 2.1. Número de delitos cometidos por número de la semana mensual, por sección censal. Septiembre 2009.
Elaboración propia. Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

2.2. Octubre

En el mes de octubre, y ya con todas las semanas a estudio se vuelve a


apreciar una menor cantidad de delitos cometidos tanto en la primera como en la
segunda semana, siendo mayor la presencia de delitos cometidos en la segunda
con respecto a la primera. La dispersión por el área municipal es la pauta
predominante en ambos casos.

96
Con la entrada de la tercera semana, el número de delitos se incrementa,
siendo mayor la presencia de este tanto por el norte (principalmente en el sector
oeste) así como por el suroeste de Alcalá. No se aprecia un número significativo
de incidencias en el centro urbano.

La mayor proporción de delitos cometidos en Octubre, pauta que se


repetirá en los meses consecutivos, se centra en la última semana del mes. Se
observa una concentración mayoritaria en este espacio temporal comparado con
las tres primeras semanas. Estos se dan fundamentalmente por todo el centro
urbano así como por el suroccidente municipal.

Mapa 2.2. Número de delitos cometidos por número de la semana mensual, por sección censal. Octubre 2009.
Elaboración propia. Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

97
2.3. Noviembre

Se podría considerar que este mes es el más homogéneo de los estudiados


hasta ahora en el volumen de delitos repartidos por las distintas semanas a
estudio, ya que se observa una mayor distribución de estos, principalmente entre
las dos primeras semanas del mes.

Estas dos variables aumentan su presencia territorial de manera notable


en comparación con septiembre y octubre, y no se localiza en un área en
concreto, sino que sigue presente la dispersión territorial, con núcleos más
densos como el centro urbano, el norte municipal así como el suroeste de Alcalá
de Henares.

Independientemente del aumento de ambas semanas, sigue


predominando los delitos cometidos en la segunda semana, con mayor presencia
de estos con respecto a la primera semana del mes.

También se aprecia un aumento considerable de los delitos ocasionados


en la tercera semana, siendo estos predominantes en el centro urbano de la
ciudad, extendiéndose por el oeste del casco viejo.

Dicha pauta de incremento delictivo urbano no se corresponde con las


características de noviembre de la última semana a estudio, ya que, aun siendo la
mayor contribuidora del número de delitos totales a dicho mes, se reduce su
presencia neta; y si distribución es mas heterogénea. Aun así, sigue
representando elevados niveles tanto en el centro, como en el oeste de la primera
corona así como en el norte municipal.

98
Mapa 2.3. Número de delitos cometidos por número de la semana mensual, por sección censal. Noviembre 2009.
Elaboración propia. Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

2.4. Diciembre

El mes de diciembre, siendo el último mes del año, sigue con la


dispersión tanto temática como territorial de los delitos sobre el territorio;
habiendo una mayor distribución tanto geográfica como temporal, la
representación de las cuatro semanas es más proporcional con respecto a otros
meses.

Así, la presencia tanto de la primera como de la segunda semanas mayor


con otras secuencias mensuales, observando dicha característica principalmente
en el casco viejo de la ciudad así como una mayor distribución por el Norte
municipal.

99
Dentro de estas dos categorías sigue siendo predominante la segunda
semana, aunque con una mayor equiparación en el número de delitos.

Las faltas cometidas en la tercera semana del mes de Diciembre también


presentan un aumento notable en cuanto a su número total respecto a noviembre.
Al igual que en el caso anterior, esta mayor presencia se hace más notable en el
centro urbano, aunque se aprecia un mayor reparto hacia el norte de Alcalá, así
como un aumento de su localización en las áreas este y oeste.

En cuanto a la última semana, esta presenta como hecho más


característico su menor localización con respecto a meses anteriores, ya que, si
bien hasta noviembre su porcentaje era abrumadoramente mayoritario, es en
diciembre cuando se reduce su presencia, no solo total, sino en comparación con
las otras semanas. Su distribución sigue concentrándose en el centro urbano así
como en el oeste y norte municipal más próximos al centro.

Mapa 2.4. Número de delitos cometidos por número de la semana mensual, por sección censal. Diciembre
2009. Elaboración propia. Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

100
2.5. Enero

Con el cambio de mes y, por consiguiente, cambio de año, cambian las


pautas delictivas en cuanto a su comisión temporal a lo largo de enero. Si bien la
predominancia era encontrar valores más elevados correspondientes a las dos
últimas semanas, es precisamente ahora cuando se encuentra una distribución
igualitaria entre ambas quincenas que hasta ahora no se había producido.

Se constata el aumento significativo de la delincuencia ocurrida en la


primera semana del mes en relación con los datos aportados para los meses
precedentes, mientras que los delitos ocasionados en la segunda semana se
mantienen estables. Estas siguen concentrándose en el centro urbano de Alcalá
de Henares, aunque se aprecia un aumento de las mismas en el oeste y noroeste
municipal, así como una mayor cantidad, aunque dispersa, en el Norte
municipal.

Los delitos que se produjeron en la tercera semana siguen manteniendo


una cierta representatividad en relación al total de delitos ocurridos durante el
mes de enero, destacando su localización preferencial por el Norte, así como por
el centro urbano.

En cuanto a la última semana de Enero, sigue presentando los valores


más elevados de la serie aunque se produce un estancamiento en comparación
con el crecimiento de los delitos cometidos en las otras tres semanas, por lo que
su proporción no es tan elevada en el total como en datos precedentes. Estos
siguen concentrándose en el centro de Alcalá así como en el Oeste
fundamentalmente.

101
Mapa 2.5. Número de delitos cometidos por número de la semana mensual, por sección censal. Enero
2010. Elaboración propia. Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

2.6. Febrero

La ausencia de datos relativos a las dos últimas semanas de febrero nos


permite conocer una aproximación de la distribución temporal de la primera
quincena de Febrero, pero no así su totalidad. La tendencia a la equiparación en
el volumen total de delitos cometidos entre semanas mensuales se afianza en
febrero, ya que las faltas ocasionadas en la primera semana son cada vez más
numerosas en relación con las primeras semanas de los meses anteriores,
mientras que aquellas ocurridas en la segunda semana parece que se mantienen
estables dichos valores. La comparación entre ambos tiende a igualar sus totales
en la distribución geográfica sobre el municipio.

102
Dicha distribución afianza su localización en el centro urbano de Alcalá
de Henares para ambas series, aunque lo más significativo es que empieza a
producirse una dispersión territorial de los delitos por el municipio, siendo
predominante su dispersión por el norte, noroeste y noreste de Alcalá, mientras
que por el Sur apenas se aprecian movimientos significativos.

Mapa 2.6. Número de delitos cometidos por número de la semana mensual, por sección censal. Febrero
2010. Elaboración propia. Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

103
Día de la semana

Después de realizar un análisis tanto en la distribución geográfica como


en la distribución temporal de los delitos en cuanto a delincuencia total mensual
así como dividida por las cuatro semanas que representan a un mes, a
continuación se descenderá una escala más para realizar dichos análisis con base
los siete días de los que consta una semana (de Lunes a domingo).

Esta división, a su vez que se intentará explicar su localización


geográfica, se basará a su vez en la división de dicho estudio por meses
analizados, para seguir con la misma estructura analítica y poder relacionar
diferentes campos a estudio.

La elección de la división de la semana por días y la comisión de los


delitos dependiendo de estas nos permitirán, en un estudio posterior, conocer en
qué días de la semana se producen una mayor cantidad de delitos (bien en fin de
semana, bien al inicio de la misma,…) y poderlo relacionar con otros factores
explicativos que conllevan infracciones cometidas por los delincuentes.

3.1. Septiembre

La primera característica destacable en el mes de Septiembre en relación


a los delitos cometidos a lo largo de los días de la semana es la notable presencia
de faltas cometidos en miércoles y jueves. No se produce de manera homogénea
por el territorio sino que su concentración es mayor en el centro y en el suroeste
municipal con respecto al resto de los días.

También es destacable la presencia de los delitos cometidos los Lunes,


que si bien, no es una jornada destacable como propensa para la cometer
infracciones, se aprecia un volumen considerable de las mismas en esta jornada
semanal. Estos se concentran tanto en el casco viejo como por el norte contiguo
al centro, mientras que no se aprecia un número significativo de los mismos en
martes.

104
Como ya se ha mencionado, Miércoles y Jueves (principalmente el
primero de ellos, donde su presencia es abrumadora), cuentan con un elevado
número de delitos, distribuyéndose estos entre el centro urbano y una dispersión
localizada por el Norte municipal.

En cuanto al fin de semana, no se aprecia un día significativo con


respecto a los otros en relación al número total de delitos cometidos. Se aprecia
una distribución equitativa en cuanto al volumen de viernes, sábado y domingo,
aunque se puede afirmar que se aprecia una menor cantidad de los mismos en
sábado. Los delitos ocurridos en el fin de semana se distribuyen
fundamentalmente por el centro y por el oeste municipal, y en menor medida,
por el eje norte de Alcalá.

Mapa 3.1. Número de delitos por día de la semana, por sección censal. Septiembre 2009. Elaboración
propia. Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

105
3.2. Octubre

El mes de Octubre da un vuelco bastante importante en relación a los días


de la semana que ostentan un mayor volumen de delitos cometidos en dichos
días. Se aprecia una distribución más homogénea entre los siete días de la
semana en cuanto a la proporción diaria en el número de delitos.

Se reduce el volumen de infracciones cometidas durante las dos primeras


jornadas, principalmente aquellas cometidas en lunes, y con una incidencia
bastante baja de los mismos cometidos los martes. Estos se concentran
principalmente en el centro urbano.

La relación entre los miércoles y los jueves se estabiliza presentando


valores equitativos entre ambos días, dándose un aumento los jueves y una
reducción, aunque mínima, de los delitos ocurridos los miércoles. La tendencia
de concentración en el centro urbano continua, con ramificaciones hacia el
Oeste, Suroeste y Norte del municipio, donde encontramos concentraciones de
las mismas.

En cuanto al fin de semana, estos presentan un aumento espectacular en


el número de delitos cometidos en dichos días, pasando a ocupar un volumen
bastante elevado comparándolo con los otros días de la semana. Los delitos
cometidos en viernes y sábado aumentan a lo largo de todo el municipio
(principalmente Norte, Suroeste y Centro), mientras que aquellos realizados en
domingo se reducen de manera poco significativa.

106
Mapa 3.2. Número de delitos por día de la semana, por sección censal. Octubre 2009. Elaboración propia. Fuente:
Policía Local Alcalá de Henares

3.3. Noviembre

Noviembre vuelve a ver incrementados los delitos cometidos en los


primeros días de la semana mientras que reduce considerablemente el volumen
de los mismos cometidos en los días centrales de la semana. Esto nos lleva a ver
una paridad en cuanto a la concentración de estos al inicio de la semana (más
concretamente los lunes) con aquellos del fin de semana.

Como se ha comentado, dicho incremento al inicio semanal se concentra


principalmente en el lunes, observándose un aumento notable en el número de
faltas cometidas en el primer día de la semana.

107
Estos se concentran tanto en el Norte como en el centro de Alcalá. Para
los delitos ocurridos en los días centrales de la semana se aprecia un
estancamiento en su aportación al total semanal, predominando las infracciones
cometidas los miércoles, y principalmente en el casco viejo de la ciudad.

La presencia de los días agrupados en el fin de semana continúan siendo


aquellos con una mayor presencia sobre el total, siendo el sábado la jornada
favorita para incurrir en algún tipo de infracción; también cabe destacar el
aumento de los delitos cometidos tanto en viernes como en domingo y un
mantenimiento de los resultados hallados en sábado. Estos siguen
concentrándose en el centro urbano así como al oeste del municipio.

Mapa 3.3. Número de delitos por día de la semana, por sección censal. Noviembre 2009. Elaboración propia.
Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

108
3.4. Diciembre

Los resultados arrojados para el mes de diciembre suponen un vuelco en


la continuidad de los resultados de los meses anteriores, produciéndose un
trasvase importante hacia los días centrales de la semana, miércoles y jueves,
mientras que los mismos cometidos en lunes se mantienen y los aquellos
ocurridos durante el fin de semana descienden considerablemente.

Como se acaba de mencionar, las cifras recogidas durante diciembre


reportan unos resultados anómalos en las secuencias temporales hasta ahora
analizadas, ya que el aumento de los delitos ocurridos durante las jornadas del
miércoles y del jueves son notables, pasando a ocupar los primeros escalones en
el volumen total diario de delitos cometidos. Junto a este dato destacar su
distribución por todo el territorio municipal, aunque con mayor presencia entre
los ejes Oeste y Norte así como en el centro.

Lo mismo se podría comentar respecto a los datos recogidos para los


Lunes, que siguen contando con valores elevados y con una distribución Norte-
Noroeste, características parecidas recogen los datos de los Martes, aunque con
menores valores totales.

Otro hecho a destacar es la reducción del número de delitos cometidos en


fin de semana, aunque se produce un mayor descenso en aquellos cometidos los
domingos. Su distribución espacial sigue concentrándose en el centro.

109
Mapa 3.4. Número de delitos por día de la semana, por sección censal. Diciembre 2009. Elaboración propia.
Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

3.5. Enero

Con el comienzo del año, las cifras correspondientes a los distintos días
de la semana vuelven a sus valores habituales, correspondiendo tanto a los lunes
como a los días pertenecientes al fin de semana los valores más altos de toda la
serie.

Los delitos cometido en Lunes y Martes vuelven a destacar, recuperando


números anteriores a diciembre. El lunes vuelve a convertirse e jornada propicia
para cometer infracciones mientras que aumentan los mismos relativos a los
martes. Se localizan en los ejes este (siendo este algo novedoso) y oeste.

110
Las cifras relativas a los delitos cometidos los días centrales siguen
siendo notablemente elevadas, aunque durante eneros e produce un descenso de
los mismos los miércoles y un incremento en los jueves. Continúan proyectando
su localización sobre el centro y todo el norte municipal (desde el noreste hasta
el noroeste).

El fin de semana sigue siendo espacio, no solo propicio, sino asentado,


para la comisión de delitos, ya que sigue siendo el espacio temporal que mayor
número de estos cuenta, concentrándose en los viernes y sábados
fundamentalmente, y en el centro urbano como espacio geográfico predilecto.

Mapa 3.5. Número de delitos por día de la semana, por sección censal. Enero 2010. Elaboración propia. Fuente: Policía
Local Alcalá de Henares

111
3.6. Febrero

La heterogeneidad de valores correspondientes a diferentes días de la


semana es la nota predominante durante febrero, ya que se produce una
equiparación en las diferentes jornadas en cuanto a los valores que recogen del
número de delitos cometidos.

Así, el número de estos ocasionados durante el lunes descienden con


respecto a los valores recogidos en los meses previos, mientras que aumentan los
ocurridos durante los martes. Se vuelve a presenciar un incremento de los
mismos durante los miércoles y los jueves, recuperando la ternera jornada
semanal los datos habituales de otras mensualidades. Mientras que los primeros
suelen producirse en el centro urbano, aquellos ocasionados en los días centrales
se dispersan por el territorio municipal.

En cuanto a los fines de semana, los sábados vuelven a concentrar la


mayor proporción de delitos cometidos durante esos días; mientras que los
mimos ocurridos durante la jornada del viernes presentan un mantenimiento de
sus valores, se presenta un incremento de los domingos como día delictivo. La
pauta locacional sigue geográficamente establecida tanto en el centro urbano
como al occidente municipal.

112
Mapa 3.6. Número de delitos por día de la semana, por sección censal. Febrero 2010. Elaboración propia.
Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

113
Hora del día

Otro elemento temporal a tener en cuenta es la hora en la que se comete


un delito.

Para este análisis se ha procedido a la division del día completo en cuatro


subgrupos, madrugada, mañana, tarde y noche. El primero de ellos abarca desde
la medioanoche hasta las seis de la mañana (0-6), el segundo comienza a las
siete de la mañana y finaliza al mediodia (7-12), el tercer subgrupo temporal
discurre desde las doce de la mañana hasta las dieciocho horas de la tarde (13-
18), el ultimo espacio temporal empieza a las diecinueve horas y finaliza de
nuevo a la medianoche (19-24).

Dicha division se produce debido a la necesidad de separar el dia en


cuatro tramos y comprender en que momento de una jornada se producen los
distintos delitos, ya que no será lo mismo la comision de un delito por la mañana
que bien entrada la madrugada,d ebido a que las caracteristicas socio
economicas no son parecidas en los distintos tramos horarios.

4.1.Septiembre

Las tres últimas semanas de Septiembre presentan una gran proporción


de delitos que se han cometido entre la seis de la mañana y el mediodía, seguida
de los tramos comprendidos entre las trece y las dieciocho horas y entre las
diecinueve horas y la medianoche.

Si se agrupan los datos, se puede apreciar como la segunda parte del día,
esto es, los datos obtenidos desde el mediodía hasta la medianoche, presenta
valores más elevados que aquellos que se cometen por la madrugada o bien por
la mañana.

114
Los resultados encontrados para dicho mes nos muestran como los
delitos cometidos a primeras horas del día están más deslocalizados por el área
periférica del centro que aquellos que se producen a horas más elevadas del día,
que suelen concentrarse en el casco viejo de Alcalá de Henares.

Mapa 4.1. Número de delitos por hora del día, por sección censal. Septiembre 2009. Elaboración Propia. Fuente: Policía
Local Alcalá de Henares

4.2. Octubre

Durante el mes de octubre, se observa un incremento de los delitos


cometidos durante la segunda mitad del día, por lo que tiende a igualar los
valores presentados a primeras horas de la mañana, mientras que los delitos
cometidos en el primer tramo horario del día (00-06) siguen aportando valores
relativamente reducidos.

115
Por tramos horarios individualizados, se produce un incremento de los
datos relativos de manera notable durante la tarde mientras que se aprecia un
descenso de aquellos cometidos antes de la medianoche. Son las faltas que se
producen durante la mañana el grupo con mayor número de valores.

La distribución geográfica tiende a repetir los resultados del mes


precedente ya que se vuelve a producir una ligera separación en cuanto a
densidad de delitos entre el extrarradio (donde se cometen en las primeras horas
del día) y el centro urbano (donde se da mayor proporción de delitos que se
cometen durante la tarde-noche).

Mapa 4.2. Número de delitos por hora del día, por sección censal. Octubre 2009. Elaboración Propia. Fuente:
Policía Local Alcalá de Henares

116
4.3. Noviembre

La tendencia se repite durante noviembre, aunque la característica


fundamental se encuentra en el continuo aumento de los delitos que se cometen
durante el segundo tramo diario (de siete a doce de la mañana) así como un
descenso en el siguiente tramo horario. Aquellos que se producen de madrugada
apenas están representados en este mes.

Debido a lo comentado anteriormente, no se puede hablar de una mayor


aportación de la primera o la segunda parte del día, sino más bien, la
concentración de los delitos en estos dos tramos horarios (7-12 y 19-24) apenas
permite apreciar los datos obtenidos en las otras franjas horarias.

La dispersión geográfica es la nota predominante en este mes. Contando


con la tendencia centralizada de aquellos delitos que se desarrollan durante la
noche, el resto de tramos horarios no presenta un patrón normalizado en cuanto a
localización se refiere. Únicamente aquellos cometidos de madrugada se
encuentran en el suroeste municipal.

117
Mapa 4.3. Número de delitos por hora del día, por sección censal. Noviembre 2009. Elaboración Propia.
Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

4.4. Diciembre

La predominancia de los delitos ocurridos durante la mañana vuelve a


producirse durante diciembre. La nota destacada del mes es el aumento de las
infracciones cometidas durante la tarde (tramos entre las trece y las dieciocho
horas) así como el descenso de los mimos en el tramos anterior a la medianoche.

Esto conlleva una paridad relativa de resultados entre la primera parte del
día así como los delitos cometidos durante la tarde y la noche. Las cifras
presentes en relación a la madrugada apenas cuentan con valores destacables con
respecto a los otros subgrupos temporales.

118
Como ya se mencionó para noviembre, la distribución geográfica apenas
presenta unos criterios claros, al margen de aquellos que se producen en el
centro urbano que se dan principalmente en la segunda parte del día. Aquellos
cometidos durante la tarde cuentan con presencia en el suroeste, así como los
delitos ocurridos durante la mañana, que principalmente se dan en esa zona así
como en el centro y el norte municipal.

Mapa 4.4. Número de delitos por hora del día, por sección censal. Diciembre 2009. Elaboración Propia. Fuente:
Policía Local Alcalá de Henares

5.5. Enero

Durante el mes de Diciembre se vuelve a producir un descenso de los


delitos ocurridos durante la noche y un aumento significativo de aquellos
producidos entre las doce del mediodía y las seis de la tarde; por el contrario, se
produce un estancamiento en las cifras relativas a los delitos del segundo tramo
horario y, por consiguiente, el más numeroso.

119
Esto hace que el segundo tramo del día (tarde y noche) vuelva a
recuperar su predominancia sobre el otro subgrupo en cuanto a mayor número de
delitos cometidos, ya que, los valores aportados por el primer tramo horario
apenas tienen incidencia sobre el total.

La dispersión locacional es la característica más importante en cuanto a


su distribución geográfica a ya que, si bien hasta ahora se podían correlacionar
en algunos puntos geografía-horario, en enero no se aprecia ningún patrón de
distribución destacable.

Mapa 4.5. Número de delitos por hora del día, por sección censal. Enero 2010. Elaboración Propia. Fuente: Policía
Local Alcalá de Henares

120
4.6. Febrero

Por último, febrero vuelve a destacar por no presentar una predominancia


de ningún tramo horario en concreto, si bien se vuelve a apreciar una ligera
mayoría de aquellos que ocurren por la mañana; mientras que por la tarde-noche
vuelven a incrementarse los resultados presentes durante la tarde mientras que se
estancan los mismos anteriores a la medianoche.

Este hecho produce que del mediodía hasta la medianoche se produzca


un número más elevado de delitos que los mismos cometidos durante la
madrugada/mañana. A esto hay que sumar la dispersión que se vuelve a producir
en cuanto a patrones de localización geográfica de densidades elevadas; vuelven
a darse cifras notables en el centro, norte y suroeste del municipio, aunque
alternándose valores relativos a la mañana, tarde y noche.

Mapa 4.6. Número de delitos por hora del día, por sección censal. Febrero 2010. Elaboración Propia. Fuente:
Policía Local Alcalá de Henares

121
Tipología delictiva

A continuación se realizará un estudio de los diferentes delitos cometidos


según su tipología. Para realizar dichas agrupaciones se ha tenido en cuenta el
punto 1.2. “Infracciones penales y Código Penal”, dentro del Anuario Estadístico
2005 del Ministerio del Interior. Los tipos de incidencias que se han incorporado
en cada una de los subgrupos se corresponden con los siguientes: Tráfico,
Apoyo, Personas, Contra el orden público, Contra el Patrimonio, Contra los
Intereses Generales, Denuncias, Urgencias y Otros.

Dichas agrupaciones se han realizado mediante un análisis de las


diferentes lecturas realizadas así como a las diferentes propuestas de
agregaciones tipológicas delictivas que han realizado los distintos autores de la
geografía criminal y que en algunos casos se han ejemplificado en este trabajo.

122
Tabla 1. Agrupación de las distintas tipologías delictivas recogidas por la Policía Local de Alcalá de Henares,
agrupadas según parámetros del Ministerio del Interior, 2005

CONTRA
INTERESES
URGENCIAS PERSONAS GENERALES
CONTROL
31 INCENDIO 1 REYERTA 18 PREVENTIVO
VIOLENCIA DE VENTA
51 ALUMBRADO PUBLICO 3 GÉNERO 30 AMBULANTE
AUXILIO A
69 HUMOS 16 CIUDADANOS 19 MERCADILLOS

117 ESCAPE DE GAS 121 MENORES

CONTRA EL
ORDEN CONTRA EL
PUBLICO PATRIMONIO

10 ALCOHOLEMIA 2 ROBOS Y HURTOS


DAÑOS BIENES
11 RUIDOS Y MOLESTIAS 9 PRIVADOS
RECUPERACIÓN
VEHÍCULO
59 BOTELLÓN 22 SUSTRAÍDO
INCUMPLIMIENTO
PRECINTOS, HORARIO DE
75 LOCALES 105 VANDALISMO
OCUPACION
146 INTOXICACION ETILICA 135 ILEGAL
156 DROGAS

123
TRAFICO APOYO
14 TRÁFICO 138 APOYO CUERPO NACIONAL DE POLICIA
VEHICULOS RETIRADOS VIA PUBLICA POR
17 ABANDONO 161 APOYO EMPRESAS DE SERVICIOS
22 RECUPERACIÓN VEHÍCULO SUSTRAÍDO 162 APOYO PROTECCIÓN CIVIL
34 DOBLE FILA 163 APOYO GUARDIA CIVIL
62 ESTACIONAR EN PROHIBIDO POR PLACAS 165 APOYO BOMBEROS
65 VADO OCUPADO 166 APOYO CENTROS DE SALUD
79 ANOMALIA EN VIA PUBLICA
120 SEMAFOROS AVERIA DENUNCIAS
127 VEHICULOS ENCIMA DE LA ACERA 167 DENUNCIAS ORDENANZAS
TRASLADO DE VEHÍCULOS POR SERVICIO
139 ESPECIAL 168 DENUNCIAS JEFATURA PROVINCIAL TRÁFICO
158 ACCIDENTE DE TRAFICO 169 DENUNCIAS COMUNIDAD DE MADRID
164 AVISO DE VEHÍCULO SUSTRAIDO

OTROS
4 DILIGENCIAS Y MINUTAS EN COMISARIA
5 CONFLICTO ENTRE PARTICULARES
12 NOTIFICACIONES
13 ABSENTISMO ESCOLAR
15 LOC. VEH. CON SINTOMAS DE ABANDONO
19 MERCADILLOS
20 HOJAS DE RECLAMACIONES
47 AGUA Y ALCANTARILLADO
48 ANIMALES
52 OBJETOS PERDIDOS
60 FILIACIONES Y MATRÍCULAS
64 CONSULTAS PADRON MUNICIPAL
78 INFRACCION A ORDENANZAS
84 ALARMA
95 INFORMATIVAS
104 PARQUE MUNICIPAL ABIERTO
149 ARBOLADO PARQUES Y JARDINES
151 CONSULTAS DGT SEGUROS
170 TRASLADOS JUDICIALES

124
Al igual que se ha realizado en los análisis precedentes, se subdividirá el
estudio en los meses que transcurren del 8 de Septiembre al 14 de Febrero. Aún
con la ausencia de la mitad de los datos anuales, se podrá establecer una primera
aproximación a la conexión entre tipología delictiva, localización geográfica y
escala temporal.

No se trata en este caso de proponer una investigación pormenorizada de


cada una de las tipologías delictivas según las agrupaciones ya realizadas, sino
de obtener una primera aproximación a la relación entre delincuencia con el
municipio de Alcalá de Henares.

5.1. Septiembre

Dentro de la diversidad tipológica delictiva que encontramos en el mes


de Septiembre, las categorías que más destacan por su volumen de delitos se
corresponden con Tráfico, delitos contra las Personas así como Otros, dándose
una concentración de los mismos bastante elevada si la comparamos con las
aportaciones de las otras tipologías delictivas en relación al total mensual. Estos
se distribuyen principalmente en el centro y en el suroeste del municipio, siendo
más numerosos la categoría de Otros en el Oeste/Suroeste mientras que en el
Centro se observa una densificación con respecto a las infracciones de Tráfico
así como los delitos cometidos contra las Personas.

En un segundo escalón podríamos incluir los delitos cometidos contra el


patrimonio así como contra el orden público, en cuanto al número de delitos
representados para septiembre en Alcalá de Henares. La dispersión de los
primeros se asegura por todo el área municipal mientras que aquellos relativos al
segundo grupo tienden a concentrarse en el centro urbano.

El resto de tipologías delictivas apenas cuentan con representación en


Septiembre, destacando los delitos cometidos contra Intereses Generales así
como Urgencias, con presencia testimonial en las secciones del centro de la
ciudad.

125
Así mismo, se producen focos delictivos al Norte del municipio de forma
dispersa, a excepción de los que se encuentran en la primera corona periférica, al
Norte, donde se produce una concentración heterogénea de tipologías delictivas.

Mapa 5.1. Tipología de los delitos cometidos, por secciones censales. Septiembre 2009. Elaboración Propia.
Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

5.2. Octubre

Octubre se caracteriza por una mayor variedad en cuanto al tipo de


delitos cometidos con respecto a septiembre. Se sigue observando un predominio
mayoritario de los delitos catalogados como “Otros” así como de Tráfico, estos
concentran una gran proporción del total delictivo, aunque en este caso se
observa una mayor interrelación entre ambos, siguen conservando las pautas
locacionales observadas anteriormente a Este y Oeste, para los delitos relativos a
Trafico y Otros respectivamente.
126
A continuación encontramos los delitos relacionados contra las Personas
como segundo subgrupo en número de delitos cartografiados, observando un
relativo aumento en la cantidad de estos, y concentrados principalmente en el
centro urbano. Junto a esta tipología podríamos integrar las infracciones Contra
el Patrimonio por número de estas, siguiendo un eje centro-suroeste; así como
los relativos a la alteración del Orden Publico, aunque estos se caracterizan por
su dispersión geográfica.

En un escalón inferior encontramos los delitos cometidos contra los


Intereses Generales (localizados sobretodo en el casco viejo) y los categorizados
como Apoyo y las Urgencias; estos dos últimos, junto con la tipología de
Denuncias, apenas tiene representación cartográfica en el municipio de Alcalá.

Si bien determinadas áreas de Alcalá presentan cierta lógica geográfica


en relación a su tipología delictiva, es en la zona norte donde se observa además
de una gran concentración de infracciones, una heterogeneidad de estas con
respecto a determinados grupos.

127
Mapa 5.2. Tipología de los delitos cometidos, por secciones censales. Octubre 2009. Elaboración Propia. Fuente:
Policía Local Alcalá de Henares

5.3. Noviembre

Noviembre se caracteriza por un aumento del número de delitos


relacionados con la categoría de Otros, mientras que se observa una reducción en
relación a Tráfico. Son las primeras dos tipologías comentadas debido a su
masiva presencia sobre el terreno con respecto a las otras categorías analizadas,
conformando el grueso de los delitos cometidos en el municipio de Alcalá de
Henares durante dicho mes.

Sí se observa una mayor concentración de la primera comentada en el


centro así como una continua dispersión hacia el Este-Noreste; la segunda
categoría a estudio, muestra una reducción de sus valores mensuales pero tiende
a dispersarse hacia el Oeste.

128
Se vuelve a apreciar una presencia significativa de los delitos cometidos
contra las diferentes infracciones posibles. Así, aquellos contra el Orden Publico
adquieren una notable presencia sobre el territorio, mientras que aquellos contra
el Patrimonio o contra los Intereses Generales presentan un volumen de delitos
similares, estabilizándose sus números con respecto al mes pasado.

Así mismo, se vuelve a producir un estancamiento, apenas apreciable


tanto en la cantidad mensual como en la progresión con Octubre, de aquellas
categorías menos representadas en la cartografía delictiva, tales como las
infracciones catalogadas como Apoyo o bien las Urgencias.

También se observa un desplazamiento en cuanto a la localización


territorial de los diferentes delitos cartografiados ya que, si bien el centro
concentra la mayor parte de los delitos contra aspectos generales (patrimonio,
personas,…), se `produce una mayor concentración y variedad delictiva en el
norte y sureste municipal.

129
Mapa 5.3. Tipología de los delitos cometidos, por secciones censales. Noviembre 2009. Elaboración Propia. Fuente:
Policía Local Alcalá de Henares

5.4. Diciembre

En el mes de Diciembre una de las primeras observaciones a realizar se


refiere al aumento del número de infracciones contabilizadas dentro de la
categoría de Urgencias así como delitos Contra el Patrimonio, grupos que no
presentaban cifras destacables en meses anteriores pero que en el último mes del
año aumentan notablemente su presencia.

También continua la predominancia de aquellas faltas catalogadas como


Otros así como los delitos de Tráfico, siguiendo la tendencia ya descrita en los
meses anteriores, en el centro se producen mayor número de infracciones
relacionadas con la segunda categoría mientras que en el oeste se relacionan
mayormente con la categoría de Otros.

130
También destaca el aumento del número de infracciones relacionadas con
delitos de categoría mayor, como los delitos contra las Personas, contra los
Intereses Generales así como contra el Orden Público. Destacable la relación
entre centro urbano y los delitos comentados y enumerados anteriormente.

Cabría mencionar el aumento del número de delitos contra el Patrimonio


en los distritos del norte municipal y contra las Personas, así como las
infracciones cometidas contra el Orden Público y contra las Personas, esta
última tendencia se repite en los distritos occidentales de Alcalá de Henares.

Mapa 5.4. Tipología de los delitos cometidos, por secciones censales. Diciembre 2009. Elaboración Propia.
Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

131
5.5. Enero

La característica más importante a destacar en el mes que comienza un


nuevo año es precisamente el aumento en el número de delitos de categorías
delictivas que anteriormente apenas estaban representadas y el descenso relativo
y absoluto de aquellas que presentaban una predominancia bastante destacable
sobre el resto.

El aumento más significativos e produce en los delitos contra el


Patrimonio, donde la comparación con el mes precedente es bastante elevada,
mientras que los otros dos subgrupos, en los cuales se habían concentrado las
mayores cifras de infracciones, en el mes de enero reducen su aportación
notablemente, siendo más acusado el descenso en la categoría de Otros que en
los delitos por tráfico.

También se encuentran una mayor cantidad de delitos cometidos contra


los Intereses Generales (fundamentalmente en el centro urbano) así como en las
labores de Apoyo. Por su parte, las infracciones contra el orden Público
mantienen su tendencia de consolidación en el territorio.

Se debe tener en cuenta que ascienden todos aquellos delitos


relacionados contra distintos intereses (patrimonio, personas, intereses
generales,…) mientras que otros de menor entidad apenas sufren variaciones
(tales como denuncias o urgencias).

132
Mapa 5.5. Tipología de los delitos cometidos, por secciones censales. Enero 2010. Elaboración Propia. Fuente:
Policía Local Alcalá de Henares

5.6. Febrero

Como en los primeros meses analizados, el aumento en el número de


delitos relacionados con las tipologías Otros y Tráfico vuelven a predominar
sobre el resto de infracciones de manera notable, siendo su presencia geográfica
bastante más elevada que el resto de subgrupos, principalmente dicha
localización se vuelve a repetir al Norte y al Oeste.

Como nota destacada, se sigue apreciando una presencia significativa de


aquellos delitos con un perfil más grave que los anteriormente citados, y que,
como ya se expuso en los meses de diciembre y enero, expanden su localización
por el municipio.

133
Son los delitos contra las personas, el orden público, el patrimonio y los
intereses generales.

Las salidas policiales de Apoyo siguen teniendo un factor importante de


asentamiento geográfico en el área urbana. Por el contrario, Urgencias así como
Denuncias apenas cuentan con cierta presencia en el municipio de Alcalá de
Henares.

Mapa 5.6. Tipología de los delitos cometidos, por secciones censales. Febrero 2010. Elaboración Propia.
Fuente: Policía Local Alcalá de Henares

134
Conclusiones

A través de este trabajo de investigación se han podido observar algunas líneas


que pueden influir en la comisión de un delito. Elementos adicionales al patrón
psicológico del delincuente que ejercen como factores añadidos o bien como elementos
disuasorios de los delitos en sí.

Lo que sí es un hecho es el uso de la cartografía como una herramienta de gran


apoyo a la hora tanto de prevenir delitos, como realizar un estudio locacional detallado
de la criminología de un espacio determinado así como el análisis de estos con otras
variables cartografiables.

En primer lugar, es importante la escala espacial sobre la que se trabaje,


principalmente en este campo geográfico de estudio, donde las numerosas variables a
analizar así como el volumen de datos para una ciudad media suelen representar miles
de estos.

Es en este punto, el material cartográfico delictivo, donde trabajar a una escala


local (1:2000, 1:5000, 1:5000 o incluso 1:10000) nos permitirá un mayor detalle del
área interesada debido a la gran cantidad de información obtenida en este punto.

Otros factores de gran importancia a la hora de desarrollar un estudio geográfico


delictivo, entre los elementos estudiados de manera general, son causas como la
tipología urbanística, la hora del día o las condiciones socio-económicas de un territorio
determinado.

Así, los centros comerciales urbanos (tanto periféricos a través de grandes


superficies con buenas salidas viarias, como céntricos, donde la masiva presencia de
transporte público proporciona al delincuente una vía de escape inmejorable), zonas
urbanas con amplios espacios vacios o una planificación urbana errónea (elementos
básico del analizado método CPTED) o el mes y/o la hora cuando se comete un delito
son sumamente importantes a la hora de analizar el factor riesgo de un espacio.

135
El entorno urbano así como una correcta planificación urbano/territorial es
indispensable a la hora de realizar políticas de prevención del crimen. Aunque este
punto (relación entre PGOU´s, NNSS,…y variables socioeconómicas delictivas) apenas
se ha desarrollado en este trabajo, las implicaciones que tienen las diferentes políticas
de ordenación son fundamentales a la hora de reequilibrar espacios y territorios y crear
condiciones para la “creación” de delincuentes o espacios propicios para el delito.

Esto nos lleva a destacar la relación existente entre exclusión social, condiciones
socio-económicas de un área determinada, estigmatización y procesos delictivos.

Como se ha comprobado, los tres primeros factores mencionados tienen una


influencia notable sobre las condiciones delictivas o la percepción que tenemos sobre un
determinado área o colectivo, elementos muy distintos entre sí y que debe resaltarse
como elemento de gran importancia a la hora de realizar políticas de prevención
delictiva.

La exclusión social es el primer paso para radicalizar un comportamiento


humano que ya de por sí está sufriendo determinadas problemáticas propias. Si a un
determinado grupo al cual ya se le hace difícil su convivencia con la llamada “sociedad
civilizada” (concepto ampliamente discutido y discutible) se le ponen mayores trabas
para su integración cívica, este colectivo tenderá a aislarse y, en consecuencia a
extremar sus reacciones (si a un grupo social determinado se le achacan problemáticas
concretas sin solución añadida y se les excluye en guetos, es probable que se originen
sucesos como los ocurridos en Reino Unido en 2011 o en las bouganvilles francesas en
2005).

136
Además, no sería la primera vez que se ponen al servicio de determinados
intereses, los distintos medios de los que cuentan las clases dirigentes para estigmatizar
bien un grupo social (el reciente caso del Movimiento 15M por parte de los medios de
comunicación es un caso ejemplificante), bien determinados barrios en degradación
donde es preferible procesos de rehabilitación urbanística pero donde la especulación
hace preferible el derribo y la construcción de viviendas de alto standing (estos procesos
se dan principalmente en barrios antiguos en proceso de degradación de los centros
históricos, que por ubicuidad geográfica adquiere un elevado valor añadido), bien
intereses de otra índole (“criminalizar” mediática o políticamente a determinados
grupos con fines meramente electoralistas).

Todo ello nos lleva a determinar y analizar la actual distribución de la riqueza en


nuestros territorios, no tanto en el aspecto de riqueza monetaria, sino de las condiciones
de vida de un territorio con respecto a otro.

El número de plazas tanto escolares como sanitarias por mil habitantes, la


densidad habitacional, la existencia de zonas verdes, el estudio de una movilidad
sostenible, la generación de espacios productivos y la tipología de estos (existe una gran
diferencia entre áreas de producción industrial pesada que aquellas con industrias de
nuevas tecnologías, los niveles de polución serán diferentes), las distintas medidas que
se aplican en espacios teóricamente parecidos (no será lo mismo un área urbanística
desarrollada cercana a un aeropuerto con elementos paliativos de contaminación
acústica que sin ellos).

Son numerosos los elementos que pueden influir en el comportamiento delictivo,


pero será difícil solucionarlo si no se atiende a las condiciones básicas socio-
económicas de las áreas con mayor riesgo a través de políticas encaminadas a una mejor
redistribución de la riqueza territorial del área a estudio, y una parte notable de dicho
trabajo se realiza en los diferentes planes urbanísticos y territoriales que se desarrollan
en las diferentes administraciones territoriales estatales.

137
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