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Democracia
Da. Actual
Una publicación especializada
de la Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia.
Democracia actual
Diciembre 2018
Bogotá, Colombia
DIRECTOR
Juan Carlos Galindo Vácha
SUBDIRECTORA
Erika Patricia Sarquis Matta
COORDINADOR EDITORIAL
CONTENIDO
A l
De
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n i
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ra á s
Análisis Doctrinal Los poderes y el pueblo:
Miradas latinoamericanas sobre una trayectoria universal. 10
7
ÍNDICE
La lógica dominante: el poder del pueblo
La apuesta (participativa) y el atajo (participacionista)
Apuestas en construcción
Conclusiones
RESUMEN
El debate en torno a los principios de la la democracia3; los escrupulosos de su re- reales de aquellas instituciones y prácticas glas institucionalizados– que garantizan y
democracia, como legado de ideas, movi- ducción al ámbito político-institucional y los sociales que invocan la democraticidad hacen efectivos los derechos políticos, la
mientos y experiencias históricas ocupa transgresores empeñados en expandirla en como elemento constituyente. participación y la representación de la ciu-
10 buena parte de la producción en las cien- las múltiples esferas de la realidad humana; dadanía en un contexto específico.
8 cias sociales y satura los espacios y foros de el interés de apresarla en los marcos de un
opinión en medios y redes sociales. Se con- Estado Nación y las apuestas por ligarla con Ahora bien, esta concepción no pretende
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de lo social, donde poder, ley y saber se social que la produce a simple detonante– su concepción como sistema económico
mantienen separados y fuera del control no permite describir adecuadamente los cionalidad, elecciones periódicas y limpias, (1999: 39). Para Sartori el surgimiento del
logros y traspiés de los procesos de con- pluripartidismo, autonomía judicial y liber- Estado Liberal representa una reacción al
6 En relación con lo anterior –y pese a que factores socioe- solidación democrática en América Latina; tad de expresión (Crespo, 2001). Atender poder del Estado, como mecanismo para la
conómicos (desarrollo, equidad y movilidad sociales) son
elementos imprescindibles para la concreción de cualquier procesos caracterizados, en buena parte de los fundamentos de esta noción minima- limitación de su ámbito de acción, co-
noción sustantiva de democracia–, en el presente texto el
foco de nuestra reflexión se dirige específicamente sobre nuestras naciones, por una baja rendi- ción
factores directamente relacionados con el diseño y justifi-
cación políticos e institucionales del fenómeno democráti- de cuentas, una absorción del Estado 7 Schmitter y Karl (1996) What demcoracy is… and what it is 8 Que no es necesariamente una garantía, aunque haya difi-
co. not. Baltimore: John Hopkins University Press. cultad para alcanzarlo.
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rrespondiendo a la concepción de Estado el conocimiento de las decisiones guberna- La característica más ponderada de los lo que supone un carácter plural del órga-
mínimo, donde es concluyente su apego a mentales y la libertad de poder expresar, sistemas representativos es el carácter no representativo. Bajo este enfoque el
la condición de Estado constitucional, dado permanentemente, opiniones políticas. periódico de las elecciones, siendo la que debate desempeña la labor específica de
lo complejo de sus funciones. La base de Quienes defienden esta visión dominante permite la influencia y sanción de los votan- producir acuerdo y consentimiento, pero
sustentación del liberalismo para Sartori, de democracia definen que la libertad de tes sobre sus representantes. Como cada solo adquiere fuerza decisoria cuando se
(1999) no se encuentra en su dependencia opinión (en su dimensión política) tiene elección supone que los votantes pueden obtiene el consentimiento de la mayoría
de la economía de mercado o de la propie- como contrapartida la independencia ga- expresar su rechazo –y hacer que los titu- tras haberse realizado la discusión. Así se
dad, tiene que ver más con la noción de nada por los representantes, que posee un lares de los cargos los abandonen– o usar el evitarían los peligros de cualquier modelo
libertad individual, debido a que la concen- carácter parcial y es abanderada (median- voto para conseguir que arribe un candi- que dieran a las mayorías simples la posibi-
tración poder político absoluto es lo opues- te manifestaciones, peticiones o sondeos) dato que aplique la política demandada, el lidad de oprimir a minorías a partir de una
to a la libertad de los individuos. por grupos específicos. voto se considera un recurso clave para la “(…) sacralización del consenso [que] ter-
incidencia de la opinión pública. mina por dar pie a la sacralización y legiti-
En su acepción de democracia representati- Sin embargo, este enfoque, expresado sin
mación de la unidad forzada a sangre y fue-
va, o como también se le conoce, democra- mayores consideraciones, parece ignorar No se pueden obviar como logros de la de-
go, típica de los totalitarismos modernos”
cia liberal (Bobbio, 2003), opera un conjun- las dificultades que presuponen la constitu- mocracia representativa que la celebración
(Crespo, 2001: 48). Empero, en el marco de
to de reglas (primarias o fundamentales) ción del juego político en nuestras socieda- periódica de elecciones se ha estabilizado
las democracias como las latinoamericanas
que sirven para determinar quién está au- des latinoamericanas –y que se reproducen en Latinoamérica y ha permitido el arribo al
los órganos representativos (y las personas
torizado para tomar las decisiones colecti- en su seno– poniendo a los sujetos popula- poder de propuestas de gobierno y cambio
que lo conforman) operan a menudo como
vas y bajo qué procedimientos. De acuerdo res (y crecientemente a la clase media) en social alejados de las elites tradicionales.
reservorio de las elites tradicionales, privi-
a estas premisas, aquellos que toman las situación de franca desventaja frente a sus Sin embargo, dejando de lado los conocidos
legiando, de facto, aquellas minorías mejor
decisiones en nombre de otros para contar competidores de las elites políticas. Porque fenómenos de corrupción y fraude electo-
dotadas de diversos tipos de recursos (ma-
con su aceptación, deben hacerlo según un la implementación de mecanismos legales e rales, es pertinente reconocer también que
teriales o simbólicos) en detrimento de sec-
conjunto de reglas. (Hornblower: 1995: 13). institucionales (regulación para el finan- la cíclica rotación de “profesionales de la
tores populares o medios. Los parlamentos
Así, bajo esta perspectiva en las delibera- ciamiento de campañas, iniciativas de ve- política” –del sector público al privado y vi-
reúnen un poder tal que rebasa la suma de
ciones colectivas no intervienen de forma eduría ciudadana, órganos de fiscalización ceversa– les garantiza alta probabilidad de
sobrevivencia y lucro personales; que los poderes particulares que cada uno de los
directa los miembros de la organización so- electoral, etc.) acompañado del auge de
cial objeto de representación, sino aquellas nuevas formas de organización y comuni- avances en la exposición pública y castigo ciudadanos delegaron en ellos y de las
personas elegidas como representantes de cación horizontales y autónomas –como el penal a los políticos venales aún resultan organizaciones sociales que pueden defen-
los intereses generales, un fiduciario y no uso de las redes sociales– juegan en contra insuficientes y que las elites dominantes se der los intereses de aquellos, en ocasiones
un delegado. El Estado democrático es vis- de la posibilidad de contrapesar los pode- las arreglan para “reciclar” periódicamente se autoconsagran –hablando en nombre de
11 to por algunos autores (Sartori y Bobbio) res de los sectores dominantes, tanto en el aquellos representantes suyos que resul- la ciudadanía– y disminuyen la participación
2 como la realización más acabada el Estado entorno institucional como en marco de los tan desgastados en el juego político9. (Bourdieu, 1991: 172- 219).
liberal, lo que constituye un fundamento otros recursos (prensa, finanzas, fuerza pa-
La democracia liberal [representativa] se
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filosófico-histórico-jurídico, que remite la ramilitar y paralegal) de que estos disponen. La idea y práctica de la democracia domi-
nante está asociada a la representación de encuentra condicionada por la interac- ción
discusión al liberalismo político.
La realidad de América Latina es particular- minorías y la discusión de sus opciones, y el equilibrio que se genera entre la
Al ponderar el vínculo existente entre la re- mente ilustrativa en este sentido, porque libertad y la igualdad. Dentro de esa com-
presentación política y la acción ciudadana, las desigualdades sociales facilitan el im- 9 Sin obviar las dinastías familiares que se apoderan de las binación, nada sencilla en las experiencias
instituciones, desde el Parlamento, pasando por el Ejecu-
se supone que esta última se habilita a par- pacto negativo de los desequilibrios insti- tivo y el Judicial, hasta alcanzar instituciones fundamenta- democráticas contemporáneas, es posible
les de la democracia como las universitarias, que manejan
tir del acceso a las informaciones públicas, tucionales. como si fuesen parte de un legado sucesoral. encontrar el predominio de una tenden-
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cia sobre la otra, lo que explica por qué el controlada y restringida –en lo temático, danos, controlar a los políticos y dar cauce estudio/desarrollo de las expresiones em-
equilibrio ha resultado difícil y allí es donde procedimental e institucional– de la partici- a la participación y opinión públicas. La píricas de estas prácticas, considerando sus
radica el reto de la democracia liberal, pues pación. Para la participación, esta hegemo- corrupción de las democracias realmente recursos, objetivos y lógicas diferenciadas.
al señalar la libertad y la igualdad, se está nía es grave ya que propicia que, tanto en el existentes va de la mano con las asimetrías
refiriendo a cómo estas deben desarrollar- formato específicamente neoliberal como de recursos entre élites y ciudadanos –con En las décadas del 60 y 70 la participación
se, es una “preeminencia de procedimiento, las experiencias democráticas nacidas en particular desventaja para las mayorías tra- impulsada por actores progresistas en la re-
no de importancia” (Sartori, 1999). sus márgenes e intersticios institucionales y bajadoras o desempleadas– y con el ejer- gión (y el mundo) se ligó a la solución de los
societales, no ofrezcan alternativas cultu- cicio antidemocrático de poderes fácticos problemas del (sub)desarrollo y el cambio
Una discusión que continúa con Mouffe rales y sociopolíticas al orden vigente . 10
y/o tradicionales. social, procesos en los cuales la coordina-
(1999: 144) al plantear la idea sobre el de- ción estatal resultaba un factor clave. Toda
sarrollo de la democracia que requiere la Las sociedades contemporáneas, tanto por reforma se insertaba dentro de la búsque-
superación de la búsqueda de equilibrio su extensión territorial en los marcos del LA APUESTA da y construcción de un proyecto global
entre libertad e igualdad, porque es la mis- Estado nación como por la complejidad de (PARTICIPATIVA) emancipador que otorgaba una plenitud de
ma contradicción entre ambos principios lo su estructura (conformada por clases, gru- Y EL ATAJO sentido a la acción colectiva. Sin embar- go,
que conduce a su fortalecimiento, debido a pos e identidades sociales diversas) y los (PARTICIPACIONISTA) como saldo nocivo en aquel ambiente
procesos de regulación que le son inheren-
que es en su propia naturaleza conflictiva hiperideologizado de Guerra Fría, la partici-
tes, suponen la necesidad de instancias que Si la democracia contemporánea supone la
donde se encuentra lo que le permite avan- pación sufrió los efectos de una divergencia
canalicen las demandas de los ciudadanos y articulación de la acción estatal y socie- tal,
zar para su consolidación como modelo perversa (Isunza & Gurza, 2010) que propi-
organicen la respuesta a estas, lo que pre- se entiende que solo ampliando el ho-
político. ciaba una polarización capaz de etiquetar
supone el carácter mediador de las mismas, rizonte de la participación es posible hacer posturas intelectuales y reclamos sociales
Dentro de este modelo dominante de de- ubicadas entre la ciudadanía y las máximas apuestas serias en torno al futuro de la idea bajo las etiquetas de disidencia (esgrimida
mocracia, la participación es concebida instancias del poder estatal. democrática. Para Bovero (2002), la distin- por regímenes comunistas) y subversión
como un mecanismo concertador, integra- ción entre la expresión directa y la repre- (por los gobiernos capitalistas). Con pos-
Obviamente que existe una real problemá-
do al funcionamiento del modelo vigente sentativa de la democracia tiene que ver terioridad, el énfasis en la participación ha
tica de la pérdida de calidad de dichas ins-
de mercado desregulado (Consenso de con la estructura del modelo de toma de ido de la mano al cuestionamiento, a nivel
tancias (como los parlamentos controlados
Washington, Ocampo, 1998) y su correlato decisiones; mientras que en la directa es a mundial, de los déficits de las democracias
por poderes mediáticos o empresariales,
de desresponsabilización del Estado res- título personal la participación, en la repre- realmente existentes.
partidos autorreferentes que representan
pecto a sus obligaciones con la ciudadanía sentativa, es a través de un representante,
grupos de poder por encima de ideologías
(Olvera, 2007:23). Dentro de este proyecto, superando la discusión sobre si se trata o no Hoy, la participación ciudadana puede ser
y militancias, etc.) todo lo cual debe ser
impulsado por instancias como el Banco de una democracia. En cuanto a la par- concebida, de forma integral y relacional,
11 tomado en cuenta al evaluar los déficits
Mundial, y que conlleva nociones como las ticipación su perfeccionamiento no puede como el involucramiento activo y directo de
4 actuales de las democracias latinoamerica-
de Tercer Sector, voluntariado y Responsa- desconectarse del análisis de un marco re- los ciudadanos en un conjunto de acciones
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bras de un teórico que recuerda “(…) los malistas y delegativas– latinoamericanas y las altas cotas de
desigualdad y exclusión sociales resultantes de tres dé- blema no es que la democracia sea partici- segundo término, refiere que esta compo-
dictadores de cualquier signo ideológico cadas de aplicación de políticas de corte neoliberal. Estos
procesos han contado, inclusive, con la mirada de estudio- pativa, en realidad se trata de cómo lograr sición necesita de la concurrencia de parti-
suelen apelar a la democracia directa en su sos identificados con el nuevo rumbo político (Follari, 2010)
que asumen como un hecho tangible la crisis de regímenes los mecanismos efectivos para la participa- dos políticos competitivos, ya que su parti-
apoyo, o sugerir que la movilización política republicanos y democráticos latinoamericanos a los que
enfatiza su carácter (neo) liberal; rescatando la idea de un ción, pues se requiere un ejercicio ciudada- cipación es importante para la articulación
dirigida desde arriba –de manera vertical y necesario fortalecimiento del populismo, como concen-
tración personalista que rechaza las mediaciones políticas no capaz de superar la naturaleza pasiva de demanda, ante lo cual cuestiona sobre si
controlada– es una forma de participación (en especial el parlamentarismo) y produce una inclusión
efectiva y simbólica del pueblo en medio de un ambiente de
que la caracteriza, dejando claro que la con- la democracia participativa puede conside-
directa” (Crespo, 2001: 48). aguda conflictividad y polarización sociopolíticas. solidación de la democracia participativa re- rarse liberal, siendo su respuesta afirmati-
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va, dado que con un sistema de relaciones, mocracia directa, son intersectadas por la liberal, en respuesta a la crisis que vive la iguales al desarrollo social del individuo; y
sustentado en la igualdad del derecho al variante participativa, y además agrega que democracia. Existen razones históricas, que conciliarlas parece ser un desafío, del que
desarrollo de la propia personalidad, la de- no se detiene a compararla con la populis- señalan el cambio producto de la evolución no está exento, a nuestro modo de ver, el
mocracia participativa se encontraría den- ta, pues “una oscuridad no ilumina a otra de la humanidad, tal como ocurrió con el anhelo de alcanzar el ideal democrático
tro de las dimensiones del modelo liberal oscuridad” (1987: 115). También se muestra logro de la democracia política y la demo- mediante la participación como la supera-
democrático. no solamente escéptico en relación a la cracia social; políticas, en las que concurren ción del debate entre la democracia directa
participación como fórmula para corregir las muy diversas discusiones en torno a la y la representativa.
No sin conflicto, estos procesos combinan
las deficiencias de la democracia, sino que cuestión ideológica, que operan como pe-
un conjunto de transformaciones institu- Sin embargo, en los últimos años, en el seno
además reconoce que se debilita a la propia queñas sacudidas a las tradiciones del pen-
cionales relevantes –el impulso a mecanis- de gobiernos que se denominan progresis-
democracia al transferirle parte de la carga samiento en crisis; sociales, que expresan la
mos de democracia participativa y directa, tas ha ido cobrando fuerza un proceso de
al ciudadano, cuando el Estado debe velar propia dinámica social contemporánea
por ejemplo–con el rescate de la cuestión reversión del potencial democratizante
por el cumplimiento de las funciones que porque se presentan en los nuevos contex-
social y la reconfiguración y/o emergencia previamente abierto, con la concentración
son inherentes a la responsabilidad que la tos, organizaciones y movimientos sociales
de identidades sociales y políticas; enfren- de poder en el ejecutivo, la implementación
sociedad le ha conferido, no al revés. Por que reclaman un mayor protagonismo, en
tando obstáculos derivados, entre otros de formatos participativos carentes de au-
supuesto, que para Sartori luce razonable el los que se cruzan demandas en torno a la
factores, de la confluencia entre las enor- tonomía y colonizados por el Estado (a su
comportamiento del Estado en estos tér- optimización de la democracia y el ejercicio
mes expectativas de cambio radical y expe- vez controlado por el partido oficial) y la
minos, dado que su preferencia es la demo- ciudadano, y finalmente, procedimentales,
dito de parte de sectores tradicionalmente penalización o acoso a organizaciones e ini-
cracia liberal, es decir, representativa. porque la democracia está experimentan-
excluidos de la ciudadanía, y la demanda ciativas de la sociedad civil. Todo ello apun-
do desajustes en su capacidad operativa,
que hacen estos de una gestión eficaz y ta a la conformación de nuevos campos de
La democracia ha estado en el centro de la debido a los cambios en el entorno, pro-
eficiente. lucha, simbólica y material en torno a la par-
discusión moderna por la necesidad de ducto de la dinámica social antes mencio-
ticipación, donde los actores harán uso de
Dentro de su estrategia para afrontar esas garantizar su viabilidad, pero también por nada, alteran el patrón de desempeño, al
sus capacidades e ideas para impulsar sus
problemáticas, los gobernantes enfatizan las deficiencias en su consolidación. El de- complejizarlo con demandas no solamente
respectivas agendas de cambio y represen-
la figura del pueblo –y su inclusión por la vía bate se inscribe en la profundización de los mayores sino mucho más exigentes, todo
tación de identidades, escindiendo incluso
del reconocimiento simbólico y la provisión mecanismos de la democracia, que muy ello influido sin duda alguna por el ámbito al bloque de los progresistas.
de bienes y servicios–, apelando a una mo- bien comprenden el modelo. El tema de la económico (2002: 42-43).
vilización social que desborda las institucio- participación no deja de ser un desafío para Este progresismo autoritario termina invir-
nes representativas tradicionales y constru- algunas sociedades, por la resistencia de El tema, por tanto, sigue siendo una tarea tiendo la ecuación fundante del pacto ori-
yendo una matriz de conflicto polarizante, sectores dominantes que se oponen a la pendiente; el anhelo de una democracia ginario entre el líder y las masas, toda vez
que tributa a la concentración de poderes apertura del control político. Sin embargo, donde la participación sea una condición que si en su formulación primigenia el pri-
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en el Ejecutivo y fomenta el decisionismo las circunstancias han obligado, reciente- permanente, requiere que trascienda lo mero se consideraba un recurso temporal y
8
meramente procedimental, porque de lo
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autoritario. mente, a procesos lentos –e inciertos– de legítimo que preparaba la creciente par-
apertura democrática en casos como el de que se trata es de un cambio de conscien- ticipación consciente de las segundas en la
Sartori (1994) reconoce en la participación Myanmar. cia institucional y ciudadano, se trata de un vida política, con el tiempo el poder del líder
un instrumento fundamental para el desa- modelo de vida. Las diferencias entre la de- se autonomiza crecientemente (ante la
rrollo del Estado democrático, sin embargo Por su parte, Tezanos considera necesaria mocracia directa y la representativa, a juicio ausencia de contrapesos institucionales y
esta por sí sola no es suficiente para garan- la ampliación del proceso de democratiza- de Cortina (2008: 90), tienen que ver más de una ciudadanía autónoma), por lo que
tizar la consolidación de la democracia re- ción, con una cuarta etapa que sería la de- con dos concepciones antropológicas que pasa a controlar a sus bases (estructurando
presentativa, que conjuntamente con la de- mocracia participativa o democracia pos- se manifiestan como aproximaciones des- un partido y organizaciones centralizadas)
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y su compromiso originario se convierte en Semejantes desafíos han fortalecido el de- el panorama y, por ende, los contextos de gobierno y evaluación de políticas públi-
mera retórica de legitimación. bate en torno a la necesidad de proseguir la desde los cuales se pensaba y gestaba la cas, con alguna capacidad vinculante (Olve-
innovación democrático-participativa y democracia, evolucionándose a una situa- ra, 2007: 23-27).
Así el otrora líder, representante de un pue- contrarrestar las prácticas que manipulan y ción donde fuerzas políticas (neoliberales,
blo cuyo mandato debe ejecutar, se con- degradan el ideal de la participación. Se ha socialdemócratas, comunitaristas) entabla- Dichas nociones están siendo complemen-
vierte en un mandante cuyas directrices12 planteado que “(…) hasta el presente, la ron una disputa por las prácticas y las pala- tadas en la teoría democrática contempo-
ejecutan, con poco espacio para el ejercicio óptica de la democracia republicana expan- bras, en la que se desdibujan los referentes ránea (en sus aproximaciones sociológicas,
del disenso, las masas atomizadas. ¿Dónde siva ha llevado, por lo general, a privilegiar ideológicos y proyectos políticos de cada politológicas o filosóficas) por los aportes
queda, entonces, la idea democrática, don- el incremento cuantitativo de la participa- actor. Pese a los efectos nocivos, dicha con- de la deliberación en tanto proceso de dis-
de al demos plebeyo se le somete a un nue- ción (…). fluencia también posibilitó el diálogo entre cusión y evaluación colectivos en cuyo seno
vo tutelaje, donde el líder carismático –que adversarios, tradiciones y temas más o me- los diferentes aspectos de una propuesta
sustituye a élites tradicionales– perpetúa su El reto, por el contrario, consiste en dar el nos vinculados, permitiendo la innovación son sopesados como proceso previo de la
poder en aras de la supuesta insustitui- salto a la preocupación por la mejor ca- democrática, tanto en la praxis como en la elección de un curso político alternati- vo. El
bilidad de su mandato? lidad de la participación (…) El problema, teoría (Isunza & Gurza, 2010) lo cual supuso énfasis en la deliberación apunta a
en definitiva, ya no es tanto “dar poder al un proceso de creación institucional que ar- contrarrestar las limitaciones de la teoría
Hoy asistimos a nuevos procesos de una pueblo”, sino hacerlo en condiciones en democrática hegemónica en la segunda
ticula la participación directa y otras formas
nueva confluencia perversa13 entre cultu- que este pueda controlar la información y la mitad del siglo XX, en la cual los procesos
de incidencia para ampliar la democracia.
ras y prácticas autoritarias, heredadas de la pertinencia de su ejercicio concreto. De lo electorales aparecen como instancias de
peor tradición política latinoamericana e contrario, y esta es una penosa constata- En las pasadas dos décadas fueron expan- definición/validación, con predominio en el
iniciativas nacidas del fragor de la lucha por ción para los demócratas participativos, un didas las experiencias de fiscalización, for- contexto latinoamericano, de supues- tas
la democratización participativa de la vida incremento en la participación tiende a tra- mación y ejecución de las políticas y del preferencias individuales preformadas y se
pública en el seno de gobiernos calificados ducirse en una mayor posibilidad de mani- gasto público (observatorios ciudadanos y insiste tanto en la creciente comple- jidad
como progresistas. En estos, el papel del pulación o desencanto: en degradar la par- electorales) con formas de incidencia más como en la incapacidad de resolver las
Estado como actor se ve potenciado frente ticipación de masas a un umbral mínimo de amplia que afectan el diseño político mis- diferencias culturales en el seno de las
al de las organizaciones sociales –a las que reflexión” (Maíz, 2001: 91 92). Parece obvio mo y otras más moderadas capaces de su- sociedades contemporáneas. Estos proble-
encomienda a estas un rol de acompañante que los costes de semejante “alternativa” a pervisar las políticas o canalizar la demanda mas conducen al establecimiento de una
de las decisiones de aquel–; y se confunde las deficitarias democracias delegativas la- ciudadana de información gubernamental. administración no participativa y la defensa
la participación con concentraciones masi- tinoamericanas son elevados, no solo para de una reducción de las demandas sociales
vas de partidarios afines al oficialismo o con los sectores progresistas, sino para la idea Ello supuso nuevas formas de concebir la para que, supuestamente, las burocracias
mecanismos de aprobación en foros públi- misma de democracia y sus realizaciones. política, en las que los ciudadanos intervie- puedan resolverlas (Avritzer, 2001: 51-54)
12 cos (por simple mano alzada y sin una mí- nen en asuntos de interés colectivo a partir en los marcos del Estado- Nación.
0 nima deliberación digna de ese nombre) de de creación de espacios públicos donde se
APUESTAS EN
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leyes y otras iniciativas de gran complejidad. debate, decide y vigila la política y acciones Muchas decisiones políticas dentro del ám-
CONSTRUCCIÓN de gobierno. Dentro de este enfoque alter- bito del Estado-nación son tomadas, una
12 Directrices que a menudo resultan caprichos personales,
pues en estos regímenes las preferencias y rasgos psicoló- nativo la participación deviene a una forma vez que en el escenario mundial ya han sido
gicos del líder se encarnan, con poca mediación y transfor- Las derrotas (materiales y simbólicas) de la de intervención organizada, mediante el previamente decididos los factores relacio-
mación, en las políticas de Estado.
13 Entendida en tanto existencia de aparentes consensos en izquierda y la hegemonía del neolibera- diálogo, la crítica y el debate, en vinculacio- nados con las mismas. En este contexto, la
los discursos (como la apelación compartida a la participa-
ción) de actores sociopolíticos cuyas acciones, objetivos y lismo a partir de mediados de los años 80, nes socioestatales que pueden estar o no noción de democracia se aleja de su natu-
proyectos (en tanto reunión de tradiciones, valores y
formatos organizativos) los revela como ideológicamente
unidos a la emergencia de nuevos sujetos e definidas por ley y que permiten decisiones raleza de un demos que decide, para trasla-
opuestos (Dagnino, Olvera y Panfichi, 2006). identidades sociopolíticas, modificaron sobre políticas públicas, control de gestión darse a otras estructuras: Organización de
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las Naciones Unidas, Grupo de los Ocho o el mensiones pueda tener lugar, es necesario y/o estratégica, vinculada a ciertos resulta- Pero la democracia deliberativa, como
Fondo Monetario Internacional. La pre- que se reestructuren los límites territoriales dos y procedimientos mínimos. La validez y propuesta de diseños empíricamente apli-
gunta que cabe hacerse entonces, ¿es po- de los sistemas de responsabilidad, de ma- utilidad de una democracia deliberativa de- cables que rebasen lo puramente normati-
sible hablar de democracia en el contexto nera que sea posible un control democráti- riva principalmente de la participación de vo, tiene también desafíos que confrontar.
mundial o global? Porque resulta ingenuo co más efectivo en aquellas materias donde los ciudadanos en la toma de decisión. Pero Sus críticos afirman que la complejidad y el
pensar que se puede hablar de una demo- la competencia nacional no es posible, tal para ello se debe satisfacer un conjunto de pluralismo característico de las socieda- des
cracia global o mundial, en la que algunos es el caso del comercio internacional o la condiciones de desarrollo entre las que se contemporáneas plantean dificultades para
países se abstienen de someterse a lo que política ambiental; y adicionalmente, que el hallan la promoción de la igualdad (que que los individuos participen en una
se acuerdan como medidas necesarias para rol y estatus de los órganos funcionales y incluye el acceso a recursos económicos y deliberación libre, igualitaria e informada
todos: un ejemplo claro es la negativa de los reguladores a nivel regional y mundial sea culturales); el rechazo a formas de partici- más allá de organizaciones pequeñas (Fe-
Estados Unidos a ratificar el Protocolo de mucho más eficiente en el manejo de los pación masiva alienadas que imposibiliten res, 2000). Una cuestión a resolver desde
Tokio o a firmar el Estatuto de la Corte Penal asuntos públicos (Held, 2007: 428). discutir y transformar las preferencias ini- esta perspectiva es cómo relacionar esta
Internacional de la Haya. ciales de los ciudadanos, la combinación de deliberación y los sistemas políticos y ad-
La deliberación pública debe reunir la libre ámbitos de integración social y agrega- ción ministrativos, cómo dar forma institucional
En esos términos, resulta lejana la posibi- asociación, expresión y discusión a partir de de pluralismo, el establecimiento de a esos arreglos administrativos (Avritzer,
lidad de concebir una democracia global, identidades plurales, con la existencia de mecanismos institucionales de defensa de 2001: 61).
que pudiese muy bien estar presente en al- foros públicos (que transformen los minorías y la creación de ámbitos de infor-
gunos comportamientos concretos, sobre consensos en una deliberación amplia e in- mación, contraste o debate en el espacio En esta apuesta por superar las coordena-
todo en el ámbito económico, pero que es formada) y la rendición de cuentas. En su público (Maíz, 2001: 92) que se conecten das del modelo liberal (que se presenta a sí
inevitable asumirlo con escepticismo cuan- desarrollo se debe responder a la proble- con los mecanismos de democracia repre- mismo como súmmum del realismo po-
do se observa al mundo islámico, envuelto mática de cómo vincular la participación y la sentativa y participativa. lítico) debemos cuidarnos de no incurrir en
en una primavera, para luego ser testigo de comunicación con una racionalidad admi- falsas opciones idealistas, que a la postre
cómo el poder pasa a manos de fundamen- nistrativa. Ello supone la creación de públi- Si bien la apuesta por la deliberación supo- resultan profundamente lesivas al ideal y
talistas; esta circunstancia promueve la hi- cos participativos, formando mecanismos ne dar cabida a la pluralidad sociopolítica praxis democráticos. En tanto la democra-
pótesis en torno al déficit de democracia de deliberación, expresión y asociación que pero operando con una restricción de la cia supone el reconocimiento de la irreduc-
que ha acompañado a los países del mundo agreguen nuevos asuntos particulares, y multiplicidad “(…) que haga posible la deci- tibilidad del conflicto social y la correlativa
árabe, señalando que esta puede obedecer conectando los resultados de la delibera- sión a través de un proceso de integración / necesidad de institucionalizarlo entonces
a que los mismos estuvieron expuestos a ción con formatos institucionales. Y, como agregación” (Maíz, 2001: 89), este proceso
estructuras de control desarrolladas poste- base de tal innovación, la eliminación de no puede realizarse de forma sesgada bajo “(…) la democratización no consiste
riormente a las conquistas árabes. (Chaney, desigualdades (de clase, status y otras) que la conducción de expertos (sean académi- en conseguir una sociedad utópica
12 2012: 3). erosionan el ejercicio de una ciudadanía ac- cos, tecnócratas o políticos profesionales) reconciliada, un discurso racional per-
2 tiva; logro solo posible con intervenciones ubicados en las coordenadas del campo de fecto y transparente que neutralice el
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Inscrito en esa perspectiva global, David sistemáticas, profundas y eficaces contra la poder. La deliberación expande la demo- poder y excluya la acción política de
Held propone una democracia cosmopo- lógica mercantilizadora de la economía y su cracia más allá de sus magros contornos naturaleza estratégica, sino en la rede-
lita, que contemple la democratización, la influencia sobre las diversas dimensiones – liberales, por cuanto exige el acceso a infor- finición de nuevas relaciones de poder
ampliación de la autonomía democrática, materiales y simbólicas– de lo público. mación, la libertad e igualdad de los partici- que faciliten una volición política cua-
tanto en los niveles regionales como en el pantes y despliega procesos que erosionan litativamente superior” (Maíz, 2001:
mundial, en equilibrio con esas mismas ca- Para una democracia deliberativa la legiti- los límites de esfera política y se proyectan 83- 84).
pacidades de los espacios locales y naciona- midad del proceso democrático no puede sobre la economía y sociedad.
les. Para que una democracia con estas di- fundarse en una racionalidad instrumental
Análisis Doctrinal Los poderes y el pueblo:
Miradas latinoamericanas sobre una trayectoria universal. 12
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En ese sentido la lucha por una expansión unión –siempre dinámica y conflictiva– de ción, un enfoque schmidtiano de la política perpetúan asimetrías de poder; la segunda
de aquello que podemos considerar la in- los aportes del componente liberal (en tan- concibe a esta como una suerte de guerra nos ofrece bienestar social a cambio de se-
fraestructura societal de la democracia to conjunto de derechos negativos como la civil, desarrollada a través de una combina- cuestrar la autonomía societal y en general
(derechos sociales, capacidades ciudada- limitación de excesiva injerencia estatal y la ción de recursos cívicos y violentos, donde la misma agencia humana. Una privilegia los
nas de incidencia y movilización social, etc.) defensa de intereses individuales) al mismo se privilegia el poder de un Estado “progre- poderes del pueblo –en la forma de
conecta –de forma directa y expresa– la nivel que el republicano (énfasis en la for- sista” en detrimento de diferentes actores instituciones, grupos e individuos que re-
innovación institucionalizada con las luchas, mación y acción cívicas y la participación) y (dominantes o subordinados) de la socie- presentarían las preferencias ciudadanas–;
demandas y metas sociales más amplias que el socialista (promoción de políticas socia- dad. Considerados in extremis, la primera otra impulsa la visión de un poder para el
no pueden ser identificadas con –ni confia- les, defensa de la equidad como condición nos convoca a acatar un individualismo pueblo, capaz de velar, tutelar y realizar sus
das a– actores guiados por lógicas estratégi- para la calidad de cualquier democracia, ex- posesivo y formas de representación que intereses y demandas.
cas como el mercado o los líderes políticos. pansión de esta última a procesos del mun-
De suerte tal que, como expresa en síntesis do laboral y productivo); en tanto estos tres
cuasi poética un autor “La democracia cons- legados se entrecruzan (y enfrentan) en la
tituye, en realidad, un proyecto siempre aca- articulación de un patrimonio demo- crático
bado de democratización. Y la radical, que no común de nuestra civilización.
total, politización democrática del poder
político y social constituye el socialismo de De este modo, lo democrático se nutre y
nuestro tiempo” (Maíz, 2001: 94). construye a partir de sucesivos aportes de
movimientos e innovaciones originadas en
No obstante, es particularmente necesario diferentes épocas y contextos; por lo que ni
considerar que, en tanto este proceso no sus formatos institucionales y legales
predetermina, a priori, ninguna orientación pueden considerarse formas estáticas ni las
solidaria universal y por cuanto se pueden críticas a sus limitaciones y desvíos pue- den
producir actos de imposición despótica de llevarnos al abandono del legado acu-
mayoría sobre minorías –y de líderes y estruc- mulado tras varias centurias de luchas por
turas sobre aquellas mayorías iniciales– se expandir los derechos de la ciudadanía para
torna insustituible el andamiaje (y funcionali- definir y actuar en la conformación y ejerci-
dad) jurídico-garantista de origen liberal. A fin cio no autoritarios del poder14.
de cuentas, ello no contradice las apuestas,
magnas y hermosas, de la democracia pues Hoy pervive en nuestro continente una vi-
12 esta “(…) no es el gobierno del pueblo, tout- sión dominante de la democracia que la re-
4 court, sino el gobierno del pueblo de acuerdo duce a mera gestión de la cosa pública por
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