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PELÍCULAS INTRABUCALES:
Recomendaciones para leer una radiografía:
Comenzar por la corona : Posición, estructura. Patología: De desarrollo,
Adquirida.
Analizar las raíces: Forma, Numero, Cámara pulpar Patología: De
desarrollo, Adquirida.
Se continua por el espacio del ligamento periodontal.
Se analiza la integridad de la cortical alveolar.
Se prosigue a la evaluación del hueso que rodea las piezas dentarias.
Se observan estructuras anatómicas adyacentes.
ALTERACIONES RADIOLÚCIDAS:
Caries dental:
La zona desmineralizada de la caries en el diente perite una mayor foltracion de
rayos x, es radiolucida. Si la cantidad de desmineralización no es grande las
radiografías no son lo suficientemente sensibles para detectar lesiones cariosas.
Las radiografías de aleta de mordida son las más útiles para detectar caries en el
tercio distal de caninos y superficies interproximales de premolares y molares.
Resorción interna:
Es un proceso de destrucción progresiva lento o rápido idiopático que ocurre en la
dentina de la cámara pulpar o de los conductos radiculares.
Puede ocurrir en cualquier diente pero es más visible en los anteriores superiores
y se diagnostica por radiografías de rutina en las que aparece una zona
radiolucida redondas u ovoides en la cámara pulpar o conductos.
Atrición: Es aquella lesión producida por factores químicos que Actuando a modo
de catalizadores preparan el campo de acelerar la acción de los factores
mecánicos como el cepillado incorrecto y la prótesis mal adaptadas y produce un
desgaste más rápido que puede verse como una superficie pulida o brillante o con
mayor sensibilidad a los estímulos. Es la lesión clásica de pacientes bulímicas.
Factores:
Extrínseco:
Intrínsecos:
Características clínicas:
FRACTURAS:
Traumatismos que afecta a los tejidos duros, tanto dentales como periodontales,
provocando la rotura por haber sido expuesto a un esfuerzo o impacto superior a
su resistencia. Se presenta radiolucido.
Abscesos:
Acumulación de pus formado a partir de un foco único o de varios, generalmente
de causa bacteriana.
Las características radiográficas varían dependiendo de la evolución de la lesión.
Las lesiones iniciales (absceso periapical agudo)pueden no mostrar cambios
radiográficos, siendo la sintomatología clínica quien nos ayuda al diagnóstico de
estas lesiones.
Las lesiones crónicas (absceso periapical crónico) puede mostrar cambios
escleróticos o líticos en el tejido óseo, e incluso ambos. Pero generalmente los
bservamos como una imagen radiolúcida de bordes no definidos.
La localización de la mayoría de las lesiones periapicales inflamatorias es el ápice
del diente afectado y menos frecuentemente, se localizan en la porción lateral de
la raíz. Esto puede ocurrir debido a conductos radiculares accesorios,
perforaciones radiculares tras la instrumentación
Los bordes del absceso periapical crónico son mal definidos, mostrando una
transición gradual del hueso trabecular normal, que lo rodea hacia el patrón óseo
anómalo de la lesión. En ocasiones los márgenes pueden aparecer bien definidos,
con una zona de transición bien delimitada y un aspecto que simula unos límites
corticales. Su estructura interna consiste en un cambio detectable en la densidad
ósea, la cual se observa radiolúcida. Comienza con un ensanchamiento del
espacio del ligamento periodontal en el ápice del diente y posteriormente afecta
una zona mayor del hueso. En estos estadios iniciales puede no existir evidencia
de una reacción ósea esclerótica.
GRANULOMA:
Es una masa de reacción de granulación, localizado alrededor del ápice radicular.
La mucosa puede estar o no sensible a la palpación, se descubre en los
exámenes radiológicos de rutina como una zona radiolúcida bien definida con falta
de continuidad de la lámina dura del alveolo
OSTEOMIELITIS:
Inflamación del hueso.
Radiográficamente en la fase aguda no se observan alteraciones óseas. Al cabo
de tres semanas de iniciarse la infección se observa radiolucidez irregular con
aumento de los espacios trabeculares
Radiográficamente en la fase crónica se observa como una imagen radiopaca
perfectamente definida.
Quiste primordial:
Se desarrolla por degeneración quística y licuefacción del retículo estrellado
ubicado en un órgano de esmalte antes de la formación de esmalte o dentina
calcificada. Por ende, el quiste primordial ocupara el lugar de un diente en vez de
estar asociado directamente con alguno de ellos. Otra forma de originarse es en
un órgano dental supernumerario, de tal manera que algunos casos se presentan
un complemento normal de las piezas dentarias.
Aspectos radiográficos.
Aparece como una lesión radiolúcida redonda u ovoide, bien demarcada que
muestra un borde esclerótico o reactivo, y ser unilocular o multilocular. Se lo
puede localizar entre las raíces de los dientes adyacentes, cerca de la cresta del
reborde en el lugar de un diente que falta congénitamente, generalmente en un
tercer molar superior o inferior, o por debajo de la raíz de los dientes.
QUISTES NO ODONTOGÉNICOS:
QUISTE DEL CONDUCTO NASOPALATINO:
Son localizados en la línea media del paladar duro entre los procesos laterales.
Pueden llegar a ser grandes y clínicamente visibles.
Aspectos Radiográficos.
Se observa una imagen radiolúcida redonda, ovalada o de corazón, bien
circunscrita en oclusales, entre los incisivos centrales superiores, cruza la línea
media, posee bordes definidos con bordes corticalizados. Dependiendo de su
tamaño puede desplazar la tabla ósea vestibular y palatina. Conserva la integridad
coronaria
QUISTE NASOLABIAL:
Empieza con una tumoración del tejido blando en la zona canina; en algunos
casos el paciente se percibe una obturación nasal de poca intensidad. Es probable
que se encuentre en el pliegue mucobucal y se observe con una consistencia
suave o blanda. Si no es tratado adecuadamente puede llegar a la ala de la nariz
hacia arriba y lateralmente.
ALTERACIONES RADIOPACAS:
CALCIFICACION DEL TEJIDO PULPAR:
Radiográficamente se observa radiopaco redondo u ovoide. Además pueden
aparecer como una sola masa densa o como varias pequeñas opacidades.
Aunque su tamaño es variable no son difíciles de reconocer. Se las puede
reconocer radiográficamente siempre y cuando hayan alcanzado el tamaño de 200
um.