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SECRETARIA GENERAL:
Dra. JUDITH HERRERA CADAVID
RESEÑA DE PROVIDENCIAS
SANDRA LILIANA PÉREZ HENAO
Relatora
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CONTENIDO
ACCIONES DE TUTELA 4
ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO 6
ACCIÓN POPULAR 7
ACCIÓN DE GRUPO 10
NULIDAD SIMPLE 11
REPARACIÓN DIRECTA 18
REPETICIÓN 26
CONTROVERSIAS CONTRACTUALES 26
PROCESOS EJECUTIVOS 28
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RESEÑA DE PROVIDENCIAS
ACCIONES DE TUTELA
1. Uso de las presunciones legales en una forma compatible con la Constitución. Deber
de las autoridades de aplicar medidas afirmativas en los trámites administrativos
que vinculen sujetos vulnerables por discriminación múltiple.
Síntesis del caso: Lineamientos que deben orientar la actuación de los defensores de familia al
conceptuar sobre los acuerdos de divorcio o cesación de los efectos civiles de matrimonio religioso,
que se llevan a cabo en las notarías cuando existen hijos menores de edad fruto del vínculo a
disolver.
¿Es compatible con los derechos fundamentales de la accionante, que una defensora de familia
emplee la presunción contenida en el artículo 129 del Código de Infancia y Adolescencia, para
fundamentar su concepto negativo frente al acuerdo de cesación de efectos civiles de matrimonio
religioso alcanzado con su cónyuge, sin haberle permitido desvirtuarla?.
Extracto: (…) las autoridades públicas están habilitadas para tomar medidas afirmativas en favor
de colectivos tradicionalmente discriminados, como las mujeres, especialmente cuando estos se
encuentren en situaciones de vulnerabilidad que así lo demanden. Este deber también se extiende
a los jueces, tal como lo señaló la Corte Constitucional al reivindicar el enfoque de género al momento
de proferir sentencias.
(…) Si bien el sentido del concepto está fundamentado en una presunción legalmente establecida,
la defensora de familia no tuvo en cuenta que se trata de una presunción legal o iuris tantum que
solo debiera aplicarse a falta de otros elementos materiales probatorios, tal como lo afirmó la Corte
Constitucional en la sentencia C-388 de 2000, al estudiar la constitucionalidad del artículo155 del
Código del Menor, que también la instituía.
(…) El mismo análisis fue realizado por la Corte en la sentencia C-055 de 2010, al valorar la
compatibilidad del artículo 129 del Código de Infancia y Adolescencia con el ordenamiento
constitucional y, en particular, con el debido proceso.
(…) Los razonamientos efectuados por la Corte en ambas sentencias coinciden en que la presunción,
como medida afirmativa en favor de los niños, niñas y adolescentes que participan en un proceso
donde se discuten los deberes alimentarios en su favor, sobrepasa el juicio de proporcionalidad, en
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sentido estricto, en tanto puede ser desvirtuada. De manera que aplicarla en un trámite
administrativo sin conferirle esa oportunidad a quienes participan en él sí va en desmedro del debido
proceso
Síntesis del caso: Le correspondió a la Sala determinar si la entidad demandada vulneró los
derechos fundamentales del accionante, y si en consecuencia se debe dejar sin efectos los actos
administrativos que revocan la pensión de vejez y ordenan el reintegro de sumas canceladas.
Se ocupó además de analizar si el Fondo de Pensiones podía revocar una pensión por no reunir
requisitos mínimos.
Extracto: La administración está facultada para revocar directamente sus propios actos
administrativos, ya sea por el mismo funcionario o por el superior, a petición de parte o de oficio,
cuando se cause un agravio injustificado a una persona, por motivos de ilegalidad o por
inconformidad con el interés público o social.
(…) No obstante, cuando se trata de actos particulares y concretos que crean o modifican situaciones
jurídicas en cabeza de una persona, la administración debe respetar lo decidido pues estas
manifestaciones gozan de la presunción de legalidad y han generado en el administrado una
confianza legítima de que tal hecho no será modificado de manera intempestiva.
Síntesis del caso: La parte actora solicitó la restitución de predios desde el año 2012 y ante la falta
de respuesta de la entidad, elevó nueva solicitud el 9 de enero de 2019, para que se inicie el análisis
previo de la solicitud de restitución de tierras y se microfocalice la zona donde están ubicados los
predios.
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Restitución decide no microfocalizar un predio, esto no puede significar la suspensión indefinida del
proceso, porque con ello se lesionan los derechos de los solicitantes.
ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO
Síntesis del caso: En primer término, se ocupó la Sala de analizar, de acuerdo con lo expuesto en
el recurso, si efectivamente el A quo se abstuvo de resolver el problema jurídico planteado con la
demanda, respecto del cumplimiento efectivo del inciso primero del artículo 2.2.6.6.5.4 del Decreto
Nacional No. 1077 de 2015, por parte del Municipio de Medellín, que establece:
“ARTÍCULO 2.2.6.6.5.4. Designación del reemplazo en caso de falta absoluta. En caso de falta
absoluta del curador urbano, el alcalde municipal o distrital designará en su reemplazo, y por un nuevo
período individual, al siguiente candidato de la lista de elegibles vigente”.
En segundo lugar, se examinó si, como consecuencia del cumplimiento de la disposición descrita,
debía ordenarse al Municipio de Medellín que nombrara en la Curaduría Tercera Urbana de Medellín
a un integrante de la lista de elegibles vigente, conformada mediante las Resoluciones No.
201850041791 y 2018500042278 del 7 de Junio de 2018.
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(…) En el asunto objeto de análisis, claramente se advierte en la Resolución No. 201850041791 del
7 de junio de 2018, por medio de la cual se confirma y adopta la lista de elegibles para la designación
de los Curadores Urbanos 1, 2 y 4 del Municipio de Medellín, para un período individual de cinco
(05) años y la conformación de la lista de elegibles, para dos (2) años (fls. 6 a 8), modificada por la
resolución No. 201850042278 de la misma fecha (fls. 9 a 11), que la misma se conformó en virtud
de la superación de las etapas de la Convocatoria No. 1 de 2017, que tenía como propósito
seleccionar y designar a los Curadores Urbanos 1, 2 y 4 del Municipio de Medellín, para períodos
individuales de cinco (05) años.
Observa la sala que la Curaduría Urbana No. 3 de Medellín, no fue ofertada en el Concurso de Méritos
No. 1 de 2017, toda vez que para la fecha de la convocatoria se encontraba provista en propiedad.
(…) Ahora bien, tal y como se desprende de la jurisprudencia transcrita en apartes por esta Sala,
expuesta por la Corte Constitucional en su Sentencia de Unificación 446 de 2011, de la lista de
elegibles se pueden proveer las vacantes, los encargos o las provisionalidades para las cuales se
convocó en el respectivo concurso y no para otros que no hayan sido convocados, obrar en
contrario implica el desconocimiento de una de las reglas específicas del concurso, esto es, el de
las plazas a proveer, conforme a la convocatoria.
(…) Así las cosas, las entidades públicas en cumplimiento del artículo 125 de la constitución Política
de Colombia, están obligadas a proveer únicamente las vacantes que se presenten en la respectiva
entidad y que corresponden estrictamente a los cargos ofertados.
ACCIÓN POPULAR
Síntesis del caso: El actor popular, acompañado de otras personas, interpuso acción popular, con
la pretensión de que se protejan los derechos colectivos al goce de un ambiente sano y a la seguridad
y a la salubridad pública “en la carrera 54 Cúcuta, entre las calles 54, 56, 57 y contornos”,
presuntamente vulnerados por el Municipio de Medellín. Esta vulneración se presenta, según afirman
los actores populares, con ocasión de la intervención de “la ‘olla’ del ‘Bronx’ ubicada en la avenida
de Greiff, sin tener definida la solución integral para la población vulnerable, la cual se asentó en la
carrera 54 con calles 54, 56 y 57, donde permanecen en condiciones infrahumanas”.
En el escrito de demanda, los actores populares solicitaron el decreto de la siguiente medida cautelar
(se transcribe textual):
“Solicitamos comedidamente al señor juez, que como medida cautelar, ordene en el tiempo que
considere prudente a la Alcaldía de Medellín, la intervención e inicio del respectivo restablecimiento
de derechos vulnerados a jóvenes, hombres, mujeres y ancianos, para que se logre el objetivo de
existencia digna a la población asentada hoy en condiciones infrahumanas lamentables, De igual
manera que restablezca los derechos fundamentales a personas protegidas por la Constitución
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Nacional: niños y adolescentes, víctimas de los criminales que ofertan la droga en el sector, Cuya
ubicación es la carrera 54 (Cúcuta) con calles 54, 56 y 57)…”.
(…) el juez determinó la procedencia de ordenar la medida cautelar que se relaciona a continuación
(se transcribe textual, como aparece en el auto recurrido):
“El Municipio de Medellín, a través de su representante legal, el Alcalde Municipal -al ser primera
autoridad de policía municipal, art. 315 numerales 1 y 2 de la Constitución Nacional-, y/o a quienes
este delegue -Comité Operativo de Ciudad – COC; Secretaría de Seguridad y Convivencia;
Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, Secretaría de la Mujer; Secretaría de
Gobierno; Subsecretaría de Defensa del Espacio Público, etc.-, de consuno con los funcionarios
competentes y personal que sea necesario de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá,
deberán llevar a cabo, sin dilaciones, un operativo de visita al lugar de los hechos, entre carrera
54 y calles 54 a 57 de Medellín, dentro de las 24 horas siguientes a la notificación de esta
providencia judicial, a efectos de:
“De detectarse menores de edad, deberá la Policía velar por su salvaguarda provisional mientras
se pone inmediatamente en conocimiento y disposición del Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar ICBF situaciones que se detecten de tal resorte, a efectos de que procedan con eventuales
procesos de restablecimiento de derechos conforme lo dispone la Ley 1098 de 2006 y normas
concordantes.
“En igual sentido en el evento de que se detecten adultos mayores en situación de desprotección
y/o pobreza extrema, deberán desplegarse todas las acciones necesarias para restablecer sus
derechos de forma efectiva, informando la oferta institucional para los mismos -deber estatal-, en
atención a que, de detectarse presencia de los mismos, ellos son sujetos de especial protección
constitucional1 (verbi gratia mediante Centros de Bienestar del Anciano y Centros de Vida para la
Tercera Edad, atención en salud, etc.). De todo lo anterior se dejará registro. Se deberá informar
resultados por escrito a este Juzgado dentro de las 24 horas siguientes a la
intervención.
“2. Se constatará el estado actual del aseo del espacio público entre carrera 54 y calles 54 a
57 de Medellín, y de encontrar que el mismo se encuentra afectado por residuos u otros
elementos que afecten la salubridad y la libre locomoción peatonal y vehicular de la ciudadanía -
de lo que se dejará constancia fotográfica y escrita-, deberá programarse brigada de aseo
inmediata y sin que sobrepase las 24 horas siguientes, de consuno con Empresas Varias de Medellín
- EVM. Se deberá informar resultados por escrito a este Juzgado dentro de las 24 horas
siguientes a la intervención.
“3. De igual forma se dispone que el Municipio de Medellín realice dentro del mismo lapso
temporal de 24 horas siguientes y de mutuo acuerdo con la Policía Metropolitana del Valle de
Aburrá -y toda la información que sobre el particular disponga el ente policial-, una consolidación
de información en materia de seguridad y convivencia, así como que se ahonde en investigación
de campo y requisas, que lleven a esclarecer si entre la carrera 54 y calles 54 a 57 de Medellín,
opera algún tipo de actividad, especialmente relacionada con habitantes de calle, que pueda
sugerir la comisión de delitos, tales como el microtráfico, o si eventualmente hay personas allí
ubicadas que porten armas no autorizadas o cualquier otro elemento que pueda alterar el orden
1 Art. 46 y 53 de la Constitución, en armonía con un amplio abanico de derechos que deben serle garantizados
efectivamente por el Estado, plasmado entre otras en las Leyes 1091 de 2006, 1171 de 2007, 1251 de 2008 y
1315 de 2009, así como extensa jurisprudencia de la Cortre constitucional sobre la materia, cítese entre muchas,
la T-252 de 2017 (Cita del original).
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público, la convivencia, la seguridad y/o contravenga disposiciones legales, y en tal sentido, deberá
desplegarse inmediatamente las actividades de policía en cumplimiento del deber constitucional y
legal, que se estimen necesarias. Se deberá informar resultados por escrito a este Juzgado
dentro de las 24 horas siguientes a la intervención.
“4. En virtud de las manifestaciones realizadas a folios 13, 14 y 66 por parte del mismo ente
municipal, se deberá determinar en el mismo lapso de 24 horas y una vez realizada inspección al
lugar aquí ordenada, la pertenencia de que se disponga por la Policía Metropolitana del Valle
de Aburrá de patrullas de vigilancia permanentes las 24 horas del día -o el lapso que se estime
adecuado- entre la carrera 54 y calles 54 a 57 de Medellín, a efectos de garantizar la vida,
honra y demás derechos de la ciudadanía y permita mantener la sana convivencia y seguridad del
sector, en especial la integridad personal de quienes allí laboran o residen, de lo cual se dejará
constancia escrita y justificada por parte del ente competente. Se deberá informar por escrito
a este Juzgado dentro de las 24 horas siguientes.
“6. El Municipio de Medellín deberá comunicar en el mismo lapso, a los habitantes de calle que
eventualmente se detecten entre la carrera 54 y calles 54 a 57 de Medellín, toda la oferta
institucional disponible, según las particularidades o condiciones de cada uno de los habitantes
que puedan ser encontrados y/o identificados, a efectos de propender por una solución definitiva
y permanente que garantice el restablecimiento efectivo de sus derechos, certera rehabilitación y
cumpla el anhelo de la inclusión social. En tal sentido, la labor no se agotará en la divulgación y
registro, sino en que se desplieguen las acciones que sean necesarias para garantizar que se
vinculen a la política pública establecida para los efectos. En tal sentido de deberán desplegarse
los programas y acciones determinados en los proyectos municipales 160219, 160220
(intervención encalle, centro de atención básica, atención extramural, albergues de recuperación,
atención APCD, opciones de dormitorio social, así como de granjas agropecuarias, etc.) y 160221.
Se deberá informar por escrito a este Juzgado dentro de las 24 horas siguientes.
“7. Deberá citarse por el Municipio de Medellín, con suficiente divulgación en carteles y/o
volantes distribuidos por el sector y por altavoz, con presencia de la Policía Metropolitana del
Valle de Aburrá, los miembros de la Junta Administradora Local, a la comunidad que reside o
trabaja en el sector delimitado entre la carrera 54 y calles 54 a 57 de Medellín a una reunión
pública, en la que se escucharan las principales inquietudes de los integrantes de la colectividad y
el resultado de la intervención aquí ordenada a manera de medida cautelar provisional, a efectos
de identificar problemáticas o concertar soluciones adicionales a las aquí dilucidadas. La reunión
deberá realizarse dentro de los 5 días siguientes a la realización de la intervención aquí dispuesta
como cautela provisional de los derechos colectivos. Se deberá informar por escrito a este
Juzgado un día hábil después de realizada la reunión con la comunidad”.
Extracto: En particular, los casos donde el motivo del disenso con la medida cautelar obedezca a
que, a juicio del apelante, lo ordenado puede llegar a ocasionar un perjuicio mayor, sea al derecho
colectivo invocado o a otro interés público, el Consejo de Estado ha estimado que es necesario que
el juez de alzada evalúe que, “esté debidamente demostrado en el proceso la inminencia de un daño
a los derechos colectivos o que el mismo se haya producido”, que “la decisión del juez al decretar la
medida cautelar esté plenamente motivada” y que, “con arreglo a los elementos de juicio que militen
en la actuación” se llegue al convencimiento de la necesidad de decretar dicha medida cautelar.
La Alta Corporación ha insistido en la necesidad de verificar que la medida cautelar decretada esté
apoyada en un mínimo de evidencias que acrediten, “de manera objetiva y razonable”, la efectiva
ocurrencia de un daño grave e irreversible para el derecho invocado o la inminencia de su causación;
además, ha enfatizado en la importancia de evaluar que la medida frente a la cual se presenta
oposición sea “adecuada, necesaria y ponderada, es decir, proporcional, para impedir que dicha
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afectación se concrete” o para hacerla cesar. Por último, ha considerado esencial validar que su
decreto haya estado acompañado de una “motivación completa, en la que se expongan con claridad
y suficiencia las razones por las que dicha medida es adoptada”.
(…) En criterio de la Sala, el juez de primera instancia supo verificar con acierto la apariencia de
buen derecho y la urgencia de tomar las previsiones necesarias para hacer cesar la vulneración de
los derechos colectivos al goce de un ambiente sano, a la seguridad y salubridad públicas y al espacio
público libre de afectaciones; sin embargo, omitió considerar que dicha vulneración no se presenta
por omisiones probadas de las entidades vinculadas, sino por factores antrópicos que no pueden ser
simplemente removidos, puesto que están relacionados con la habitabilidad en calle y los hábitos de
consumo de esta población, que son opciones de vida protegidas en Colombia como expresión del
libre desarrollo de la personalidad, tal como lo ha señalado la Corte Constitucional en las sentencias
C- 040 de 2006, C-385 de 2014, T- 043 de 2015 y C-281 de 2017.
Por consiguiente, aunque la medida es idónea y necesaria, la textura abierta de las órdenes en ella
contenidas y el hecho de que algunas revelen como meta “propender por una solución definitiva y
… certera rehabilitación” la tornan desproporcional. No solo porque puede dar lugar a acciones que
agraven el fenómeno de desplazamiento urbano de los habitantes de calle asentados y concentrados
en esa zona del centro de Medellín, denunciado en varias oportunidades ante el concejo de la ciudad
y las organizaciones de derechos humanos, sino porque algunas órdenes pueden dar pie a vulnerar
derechos fundamentales como la dignidad humana, la autonomía y la autodeterminación de esta
población vulnerable y, además, pueden generar la violación o la agravación de los derechos o
intereses colectivos que se pretenden proteger.
Lo anterior, en tanto la medida advierte que, respecto a la intervención ordenada frente a las
personas en situación de calle, “la labor no se agotará en la divulgación y registro, sino en que se
desplieguen las acciones que sean necesarias para garantizar que se vinculen a la política pública
establecida para los efectos”, ignorando que dicha vinculación, como lo ha reconocido la Corte
Constitucional, siempre debe ser consensuada. La Sala observa, igualmente, que la mayoría de las
acciones que se ordenan deben desplegarse “dentro de las 24 horas siguientes a la intervención”,
término que no solo ignora la complejidad de los ciclos que preceden la implementación de la política
pública, sino que constituye un tiempo insuficiente para diagnosticar, planear y concertar la medida
más eficaz posible para proteger los derechos colectivos de los habitantes de la zona que, al mismo
tiempo, produzca menos restricciones a las libertades de los habitantes de calle que la habitan y
evite la atomización del fenómeno por toda la ciudad.
ACCIÓN DE GRUPO
Síntesis del caso: En el estudio de este asunto se define la prosperidad o no de una indemnización
para el grupo, por los presuntos perjuicios que les pudo generar la parte demandada con el
desplazamiento forzado de que fueron objeto, por parte de grupos al margen de la ley.
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Extracto: (…) en los asuntos relacionados con la afectación de un grupo, se advierte que las
personas afectadas deben compartir la misma situación respecto de la causa que originó los
perjuicios individuales, por tal razón, resulta necesario dilucidar el cumplimiento de dicho requisito,
toda vez que el mismo corresponde a un presupuesto procesal - legitimación por activa-, en el
entendido de que solo podrá intentar la demanda el grupo respectivo, cuando todos los miembros
que lo conforman hayan sido afectados en forma directa por los mismos hechos ocasionados por el
demandado y, por ende, posean una identidad de causa.
En el presente asunto, la parte actora, a través de su apoderado, indica que los grupos familiares
relacionados en la demanda, se desplazaron a causa del secuestro y extorsión que padecieron sus
familiares, hechos ocurridos en el año 2003.
(…) Considera que la demandada es responsable de los perjuicios materiales y morales causados a
las personas relacionadas en la demanda, por la falla o falta del servicio de brindar seguridad,
situación que consideran condujo al desplazamiento forzado de estas familias, sin que el estado haya
realizado o trazado políticas para contrarrestar el grupo armado al margen de la ley.
(…) Observa la Sala, tal y como lo refiere el antecedente citado, que los grupos familiares
demandantes debieron acudir ante la jurisdicción Contencioso Administrativa de forma individual,
vía reparación directa, ello por cuanto los integrantes de este Grupo no reúnen las condiciones
uniformes de tiempo, modo y lugar, respecto de una misma causa generadora del daño, tal y
como se describió en párrafos precedentes y en el ejercicio de dicha acción, debieron acudir dentro
del término que confiere la Ley para presentar su demanda.
En conclusión, como quiera que no se concretaron de forma fehaciente las características comunes
y específicas que dan lugar a la consolidación de un grupo de personas con condiciones uniformes
sobre una misma causa generadora del daño de los perjuicios que se aducen en la demanda,
conforme lo explicado en párrafos precedentes, debían presentarse, procede como consecuencia
la declaratoria de oficio de falta de legitimación en la causa por activa
NULIDAD SIMPLE
Síntesis del caso: El problema jurídico radica en establecer si el Decreto, cuya nulidad se solicita, fue
expedido con infracción a las normas en que debía fundarse y si adolece de falsa motivación; igualmente, si
la restricción a la circulación de motocicletas tiene carácter permanente, con desconocimiento del parágrafo
3° del artículo 6° de la Ley 769 de 2002.
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Extracto: Se advierte que, tal y como lo señaló el A quo, el estudio de legalidad del acto acusado,
aun cuando haya sido derogado, resulta pertinente no solo por los efectos que pudo producir cuando
estuvo vigente, sino porque, pese a su derogatoria, sigue investido de la presunción de legalidad
por el tiempo en que rigió.
(…) se advierte que las normas constitucionales y legales con las que cuenta el alcalde para
establecer la restricción discutida en esta oportunidad, está constituida por el artículo 315 de la
Constitución, el cual señala las funciones de los alcaldes y el numeral 2° consagra la de “conservar
el orden público en el municipio, de conformidad con la ley y las instrucciones y órdenes que reciba
del Presidente de la República y del respectivo gobernador”, para lo cual precisa que “el alcalde es
la primera autoridad de policía del municipio”
En consonancia con lo anterior, la Ley 136 de 1994, por la cual se dictan normas tendientes a
modernizar la organización y el funcionamiento de los municipios, en su artículo 91, literal b, en
relación al orden público prevé que los alcaldes deben dictar medidas para “restringir y vigilar la
circulación de las personas por vías y lugares públicos”, medidas que, de ser desconocidas, según
el parágrafo 1° de dicho literal, darán lugar a la imposición de sanciones.
En suma, la normatividad expuesta dispone de manera clara y precisa las facultades regulatorias
que tienen los alcaldes como primera autoridad del municipio y autoridad de policía, para restringir
y vigilar la circulación de las personas por vías y lugares públicos, el tránsito de éstas, animales y
vehículos por las vías públicas, y por consiguiente, velar por el orden público, la seguridad, la
movilidad, la vida e integridad, entre otros derechos, que pueden entran en colisión con la libre
locomoción, por supuesto, sin perder de vista que tales facultades deben ejercerse con sujeción a lo
dispuesto en la ley y la Constitución.
(…) Como se lee y conforme a la jurisprudencia en cita, contrario a lo afirmado por el demandante,
no se trató de una medida de carácter indefinido en el tiempo, sino que, por el contrario, de manera
clara fijó un límite temporal, atendiendo, además a lo dispuesto en el Decreto 2961 de 2006, según
el cual las medidas para restringir la circulación de acompañantes o parrilleros, por zonas de su
jurisdicción o en horarios especiales que adopten las autoridades municipales o distritales, se deben
tomar por periodos inferiores o iguales a un año. En este caso, el Alcalde del Municipio de Envigado
limitó la vigencia de la medida a seis meses. Asimismo, la prohibición contempla un límite temporal
en el uso de este tipo de vehículos, restringiendo el tránsito de estos vehículos durante una franja
horaria, esto es, entre las 8:00 de la mañana y las 12:00 de la noche, por consiguiente, este cargo
tampoco está llamado a prosperar.
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Síntesis del caso: El problema jurídico radica en establecer si al demandante, quien se desempeñó como
Bombero Conductor, debe aplicársele las normas especiales creadas en los Decretos Municipales 100 de 1965
y 1140 de 2007 que consagran una jornada especial para los bomberos, sin superar 66 horas.
Extracto: A pesar de las sucesivas regulaciones efectuadas por el Municipio de Medellín sobre la
jornada laboral de los bomberos, debió ceñirse a lo previsto en el Decreto 1042 de 1978 sobre
jornada máxima laboral, de conformidad con los cuales, la jornada laboral es de 44 horas semanales
y 190 mensuales.
Síntesis del caso: Se ocupó el Tribunal de analizar ¿asiste derecho a la demandante, a obtener la
nivelación salarial desde el 31 de agosto de 2006, con relación al salario percibido por otra funcionaria
durante el periodo de tiempo en que ocupó el cargo de Profesional Especializado, con el
consecuencial reajuste sobre prestaciones sociales?
Lo anterior, porque para la parte actora la homologación del empleo de la señora M H S D al cargo
de Profesional Especializado, el desempeño de las mismas funciones asignadas al cargo y la diferente
asignación salarial, tienen la connotación jurídica de consolidar una transgresión del principio a la
igualdad y hacer concurrir los presupuestos necesarios para que proceda la nivelación salarial.
Extracto: En correspondencia con lo visto, se concluye que la asignación salarial del empleo público
debe considerar la denominación del cargo, el grado, los requisitos de conocimiento y experiencia
exigidos para su ejercicio, así como las funciones y responsabilidades asignadas a él.
(…) se ha establecido que pueden existir fundamentos razonables y objetivos que justifican un trato
diferente entre trabajadores con características iguales, de donde se desprende que no toda
desigualdad salarial entre empleados es indicadora de vulneración de normas constitucionales, pues
lo que se reprocha es el trato discriminatorio, mismo que sólo se configura cuando el trato
diferenciado no obedece a causas objetivas y razonables.
(…) De acuerdo con el desarrollo jurisprudencial, se concluye que no pueden fijarse arbitrariamente
criterios subjetivos y amañados con el fin de dar un trato discriminatorio, a través de una
remuneración salarial disímil, a trabajadores que están sujetos a iguales exigencias para el empleo
y tienen las mismas funciones, responsabilidades y labores.
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Corolario de lo analizado se ha consagrado que quien pretenda la nivelación salarial, porque
considera que ostenta condiciones equivalentes a otro cargo que goza de una remuneración mayor,
debe acreditar que reúne los siguientes requisitos9: (i) ejecuta la misma labor, (ii) ostenta la misma
categoría, (iii) cuenta con la misma preparación, (iv) posee iguales responsabilidades, y (v) cumple
con los requisitos que el cargo exige, por cuanto una diferencia en alguno de estos aspectos podría
justificar una asignación salarial diferente entre empleados con funciones iguales o cuyos cargos
tienen igual denominación.
Síntesis del caso: Procedió la Sala a analizar si la demandante, como funcionaria de la Rama
Judicial que labora en un juzgado que cumple la función de control de garantías, tiene derecho a
que se le paguen los dominicales y festivos por ella laborados entre los años 2009 a 2013.
Extracto: se puede inferir los funcionarios que hicieran parte del sistema judicial penal y cumplieran
la función de control de garantías, deben laborar todos los días, de acuerdo con los turnos
establecidos y asignados, sin derecho a una remuneración adicional, salvo los días de descanso
compensatorios señalados por el Consejo Superior de la Judicatura, en los acuerdos citados.
(…) El Decreto 1042 de 1978, por el cual “se establece el sistema de nomenclatura y clasificación de
los empleos de los ministerios, departamentos administrativos, superintendencias, establecimientos
públicos y unidades administrativas especiales del orden nacional…”, reguló el trabajo en domingos
y días de fiesta y las horas extras en las entidades que indica la norma, estableciendo una forma de
remuneración cuando ese trabajo es ocasional y otra cuando ese trabajo es habitual y permanente.
Se resalta que la norma acaba de transcribir señala que “sin perjuicio”, lo que significa que, en
principio, no aplica para quienes presten el servicio por el sistema de turnos. En el mismo sentido,
la norma establece que la labor en domingos y días de fiesta, debe ser habitual y permanente, por
lo que se debería analizar si en cada caso ello se cumple.
(…) Debe, igualmente, mencionarse que el reconocimiento de horas extras está regulado en el
artículo 36 y siguientes del mismo Decreto, pero debe advertirse que conforme lo establece el literal
a) del mencionado artículo, para dicho reconocimiento “El empleo deberá pertenecer al nivel
operativo, hasta el grado 17 del nivel administrativo y hasta el grado 39 del nivel técnico”. Esto
implica que los demás niveles no tienen derecho al pago de horas extras cuando se trata de trabajo
suplementario.
Lo anterior significa que son distintos los presupuestos para el reconocimiento del recargo por trabajo
en domingos y días de fiesta, pues en la hipótesis del trabajo habitual y permanente opera para
todos los niveles y no requiere autorización, mientras que el trabajo ocasional o transitorio en esos
días, solo se puede autorizar hasta el nivel técnico y para su remuneración de mediar autorización
del superior.
(…) El Decreto 1042 de 1978 que rige el sistema de nomenclatura, clasificación y remuneración de
los cargos en distintas entidades que conforman la Rama Ejecutiva del orden nacional, en principio,
no es aplicable a la Rama Judicial.
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SENTENCIA DEL 22/05/2019, RADICADO 050013333024201400055-01. MAGISTRADO
PONENTE: DR. JHON JAIRO ALZATE LÓPEZ.
Síntesis del caso: de los hechos de la demanda se puede interpretar que la demandante solicita
que se analice si al momento de la declaratoria de insubsistencia, se encontraba cobijada por el
régimen denominado “Reten social” por tener las calidades de prepensionada al considerar que
estaba ad portas de cumplir los requisitos de la pensión especial de vejez consagrada en el Decreto
1281 de 1994. Además, considera que la persona que la reemplazó no tiene ninguna calidad especial
diferente a las de ella para mejorar el servicio pues la demandante se desempeñó de manera correcta
durante toda la vinculación y por último, se refiere a que el acto fue notificado con algunas falencias.
Extracto: (…) dentro de la categoría de empleados públicos, la regla general, es que los empleos
sean de carrera y las excepciones las constituyen los de periodo fijo y los de libre nombramiento y
remoción.
El estar vinculado en carrera, implica que se superaron todos los pasos de un concurso de méritos,
para poder ser nombrado; y una vez posesionado en propiedad, se adquieren todos los derechos de
carrera, y el principal de ellos, es el de la estabilidad, es decir el derecho a no ser removido del
cargo, sino por razones Constitucionales o legales.
Los de periodo fijo, una vez posesionados, tienen derecho a permanecer en el cargo, hasta el
cumplimiento del periodo y sólo pueden ser removidos por razones expresamente consagradas en
la ley.
Los de libre nombramiento y remoción, que no tienen la misma estabilidad de los anteriores, pues
su nombramiento puede ser declarado insubsistente por el nominador en cualquier momento aún
sin motivación.
(…) baste afirmar que es reiterada la jurisprudencia del Consejo de Estado en el sentido de que el
buen desempeño en el ejercicio de un cargo de libre nombramiento y remoción no significa ni
garantiza un fuero de estabilidad especial en el cargo.
(…) vale la pena señalar que es precisamente una buena conducta y un excelente desempeño de
las labores encomendadas lo que se espera de todo empleado público; por lo que cumplirlo no
genera una estabilidad adicional.
(…) no resultó acreditado que el servicio se hubiera desmejorado, ni que la decisión hubiera
obedecido a una intención de perjudicar a la actora o de favorecer a terceros y mucho menos a fines
políticos como lo considera la apoderada de la demandante, sino a la necesidad de mejorar el servicio
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Síntesis del caso: Se ocupó la sala de determinar si la demandante tiene derecho a que se le
reliquide la pensión de jubilación sin atender al tope máximo de 25 salarios mínimos legales
mensuales vigentes. Además si la prescripción decretada en vía administrativa por la entidad
demandada fue correctamente decidida, o si debe ordenarse el pago de la pensión de la demandante
sin aplicación a la figura de la prescripción trienal de las mesadas pensionales..
Extracto: desde la expedición de la Ley 797 de 2003, existe un límite al tope de las pensiones
equivalente a veinticinco (25) salarios mínimos legales mensuales vigentes, que constituyen
fundamento para que las entidades que reconocen pensiones las limiten a ese monto, límite que,
posteriormente fue llevado a norma constitucional en el Acto Legislativo 01 de 2005.
(…) La limitación del monto de las pensiones a veinticinco (25) salarios mínimos legales mensuales,
si bien podría entenderse que estaba contenida en normas generales, como la Ley 797 que reformó
la Ley 100 de 1993, debe entenderse que aplica para todas las pensiones, incluyendo las reconocidas
con fundamento en el Decreto 546 de 1971.
(…) Finalmente, en la Sentencia T-109 del 13 de marzo de 2019 en la cual la Corte revisó once (11)
acciones de tutela acumuladas en donde se pretendió que se efectuaran reliquidaciones pensionales
distintas a los parámetros fijados por la Corte Constitucional en materia de IBL, la Corte señaló la
obligatoriedad de aplicar el precedente constitucional en materia de pensiones, así hubiere un
precedente de otras corporaciones que tuvieran la función de unificar jurisprudencia.
(…) A manera de síntesis, se puede concluir que en materia de límites pensionales está lo dispuesto
en el inciso 4º del artículo 5º de la Ley 797 de 2003 y en el Acto Legislativo 01 de 2005, que limitan
el monto máximo de las pensiones a veinticinco (25) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
Se agrega que la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha sido coherente en el sentido de que
esos límites aplican a los regímenes especiales, incluyendo las personas que se pensionaron con
fundamento en el Decreto 546 de 1971.
Extracto: El control que ejerce la jurisdicción contenciosa administrativa sobre los actos
administrativos disciplinarios no ha sido un tema pacífico, ni unificado por la jurisprudencia del
Consejo de Estado.
En postura inicial, manifestó que el control judicial no se ejerce de cualquier modo sino que está
sujeto a limitaciones y restricciones que lo alejan de convertirse en una tercera instancia judicial, es
decir, que no se trata de una extensión del debate previamente agotado por las autoridades
disciplinarias. Bajo esta postura “el control de legalidad y constitucionalidad de los actos de la
administración, que la Constitución ha confiado a la Jurisdicción Contenciosa Administrativa, implica
una especial cualificación y depuración del debate, pues dicho control no puede convertirse en un
nuevo examen de la prueba como si de una tercera instancia se tratara” , posición que justifica con
el argumento de que en el control judicial de la Jurisdicción Contenciosa Administrativa el juez está
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atado al principio de jurisdicción rogada, es decir, debe existir congruencia entre lo decidido en la
sentencia con lo pedido por las partes en la demanda.
Sin embargo, si en el decreto y práctica de las pruebas o en la apreciación de éstas se evidencia una
flagrante violación al debido proceso, la jurisdicción podría realizar un control correcto de la potestad
disciplinaria.
(…) La anterior postura contrasta con la posición más reciente donde el control que ejerce la
jurisdicción contenciosa administrativa es pleno e íntegro a los actos administrativos disciplinarios;
ésta postura pretende rectificar el control restrictivo y limitado al principio de jurisdicción rogada de
lo Contencioso Administrativo. El fundamento de este cambio proviene de los pronunciamientos de
la Corte Constitucional que ha considerado que un control judicial amplio hace parte de las garantías
mínimas al debido proceso y “exige a las autoridades jurisdiccionales realizar, en tanto obligación
constitucional, un control sustantivo pleno que propenda por materializar, en cada caso concreto, el
alcance pleno de los derechos establecidos en la Constitución”
A partir de un enfoque garantista se ha entrado a valorar de fondo tanto las actuaciones procesales
como las pruebas obrantes en el expediente en los procesos disciplinarios y los razonamientos
jurídicos y probatorios del operador disciplinario..
Síntesis del caso: Correspondió a la Sala determinar si le asiste razón a la parte demandante
cuando solicita se anulen los actos administrativos por medio de los cuales se modificaron de oficio
las variables del inmueble identificado con la matrícula inmobiliaria número 001-555872,
denominadas como área de retiro de quebrada, área de compromiso vial, factor desarrollo, factor
de consolidación, pendiente, BTU, porcentaje de desenglobe, puntaje y estrato, y por ende, el valor
de la contribución por valorización el cual quedó fijado en $231.842.823.
17
Para efectos de determinar la contribución, han de observarse unas etapas, como son la
prefactibilidad, la decretación, la factibilidad, la distribución, la ejecución, el recaudo, el balance final
y la liquidación.
Ahora, mírese que para arribar a la factibilidad, ha de partirse por la elaboración del censo de
inmuebles con miras a recopilar la información física, jurídica, económica y cartográfica de cada uno
de los predios ubicados en la zona de influencia, de sus propietarios o poseedores, el cual se realiza
con la información existente en la Oficina de Instrumentos Públicos y en la Subsecretaría de Catastro
del Municipio de Medellín, con posibilidad de complementación a través de otras fuentes, conforme
se indica en el artículo 45 del citado acuerdo.
Culminada la anterior fase, se emite la resolución distribuidora que en este caso, fue la Resolución
094 del 22 de septiembre de 2014, a través de la cual se distribuyó la contribución de valorización
del Proyecto de Valorización El Poblado que había sido decretado por la Resolución No. 0725 de
2009, modificada por las Resoluciones Nos. 0824 de 2010, 0246 de 2012 y 0197 de 2014.
REPARACION DIRECTA
Síntesis del caso: Correspondió a la Sala, determinar si la decisión que tomó el Juzgado de primera
instancia se ajustó a los lineamientos constitucionales, legales y jurisprudenciales, al declarar
responsable a la Nación – Ministerio de Defensa – Ejército Nacional, del daño antijurídico que le fue
causado a los demandantes por la muerte de la víctima y el consecuente reconocimiento de los
perjuicios morales, materiales y daño a la vida en relación, a favor de los demandantes o si por el
contrario es necesario tener en cuenta que, según la entidad demandada, en el expediente no reposa
suficiente material probatorio que permita hablar de la existencia de una falla en el servicio de la
entidad, máxime cuando no se está en presencia de la posición de garante.
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Extracto: El Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo Sección Tercera, Sala Plena
en sentencia del 7 de marzo de 2018, unificó su jurisprudencia en relación a la la responsabilidad
del Estado por los daños causados con Minas Antipersonal (MAP), Artefactos Explosivos Improvisados
(AEI) y Municiones Sin Explotar (MUSE), señalando que habrá lugar a declarar la responsabilidad del
Estado en casos en los que la proximidad evidente a un órgano representativo del Estado, permita
afirmar que el artefacto explosivo iba dirigido contra agentes de esa entidad, o suceda en una base
militar con artefactos instalados por el mismo Ejército Nacional.
(…) Es sabido que la responsabilidad del Estado, en los casos en los que se han presentado
enfrentamientos armados puede configurarse en tres tipos de imputación, a saber, falla en el
servicio, riesgo excepcional o daño especial, sin embrago, la parte demandante ha sido enfática al
señalar que en el presente caso se presentó un daño especial.
Este tipo de daño ha sido definido por el Consejo de Estado como el que “se atribuye al Estado con
fundamento en “el desequilibrio de las cargas públicas, la equidad y la solidaridad , como
materialización del reequilibrio ante una ruptura de la igualdad frente a las cargas públicas, fruto del
perjuicio especial y anormal que debe soportar el administrado”
Síntesis del asunto: Se ocupó la Sala de determinar, acorde con el recurso de apelación
presentado por la parte actora, determinar si, en el presente caso, una vez realizada la valoración
probatoria, es posible endilgarle responsabilidad civil a la entidad demandada, por las lesiones
ocasionadas al demandante, por la asignación de funciones diferentes a las del cargo que
desempeñaba.
El artículo 122 de la Constitución Política de Colombia establece (se transcribe textualmente, como
aparece en la norma en cita):
“Artículo 122. No habrá empleo público que no tenga funciones detalladas en ley o
reglamento y para proveer los de carácter remunerado se requiere que estén contemplados
en la respectiva planta y previstos sus emolumentos en el presupuesto correspondiente …”
Del anterior precepto se desprende que todo empleo público debe tener las funciones detalladas en
la ley o el reglamento y estar contemplado en la planta de la entidad.
19
(…) Al respecto, es de anotar que cuando el manual específico de funciones hace alusión a “Las
demás que le asigne el superior inmediato y los reglamentos de la Universidad”, se refiere a aquellas
funciones que, sin estar plenamente especificadas, son necesarias para garantizar el cumplimiento
del propósito principal del empleo, pues resultaría imposible, en todo caso, enlistar absolutamente
todas las funciones que debe desempeñar el empleado para el buen o correcto funcionamiento del
servicio a cargo de la administración.
Lo anterior significa que para estructurar la falla en la prestación del servicio por la ocurrencia de
daños ocasionados en el desempeño de funciones que no estaba obligado a cumplir el empleado se
debe acreditar que, en efecto, la función que desarrollaba mientras se ocasionó el daño no solo no
estaba contemplada en el manual específico de funciones, sino que se trataba de una labor que en
nada guardaba relación con el empleo desempeñado, es decir, completamente ajena al servicio.
Síntesis del caso: Se solicitaba en el proceso, la indemnización por los perjuicios ocasionados a los
demandantes por la muerte de su familiar y el posterior desplazamiento de que fueron víctimas.
Extracto: Estipula el literal i) del numeral 2º del artículo 164 de la 1437 de 2011, que cuando se
pretenda la reparación directa, la demanda deberá presentarse dentro del término de dos (2) años,
contados a partir del día siguiente al de la ocurrencia de la acción u omisión causante del daño, o
de cuando el demandante tuvo o debió tener conocimiento del mismo si fue en fecha posterior y
siempre que pruebe la imposibilidad de haberlo conocido en la fecha de su ocurrencia.
No obstante lo anterior, en los casos que se adviertan posibles delitos de lesa humanidad, la
jurisprudencia del Consejo de Estado ha fijado algunas excepciones al fenómeno de la caducidad ,
para lo cual ha sostenido que la aplicación de dicho fenómeno procesal debe ser analizada
conjuntamente con los parámetros establecidos en el bloque de constitucionalidad y los principios
constitucionales, en la medida en que el juez de lo contencioso administrativo no es un mero ejecutor
formal de las normas legales sino que, por razón del rol que desempeña en un Estado Social de
Derecho, está llamado a garantizar la correcta y constitucional interpretación y aplicación de las
normas legales, ello con fundamento en la fuerza vinculante de los tratados de derechos humanos
y su doctrina , elementos pertenecientes al jus cogens o derecho internacional de los derechos
humanos .
Se consideran actos de lesa humanidad aquellos crímenes que comportan graves afectaciones a los
derechos humanos de una comunidad civil, en virtud de una agresión de carácter generalizado o
sistemático.
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sobre dicha condición realicen los ciudadanos . En efecto, la norma impone que la inscripción no
tenga lugar cuando existan fundadas y objetivas razones para concluir que no se presentan las
condiciones para que una persona pueda considerarse en esa condición de debilidad manifiesta,
contra sensu, el Registro Único, representa para todas las autoridades públicas y privadas el acto
público de registro de la condición de desplazado, al tenor del artículo 10 del Decreto 2569 de 2000.
No obstante lo anterior, por el hecho de que una persona no figure en el Registro de la Unidad de
Víctimas, no puede colegirse que no lo sea, pues dicho registro, es declarativo y no constitutivo, tal
como la ha señalado el Consejo de Estado: “Por lo anterior, para la Sala es evidente que la situación
de desplazamiento forzado del señor Agatón Ardila y de su núcleo familiar, la cual, como lo ha
sostenido la Corte Constitucional, no depende de la inscripción en el Registro Único de Población
Desplazada -en tanto la inscripción es declarativa y no constitutiva de la condición- , los ubica en
situación de debilidad manifiesta y, por tanto, les confiere la calidad de sujetos de especial protección
constitucional, “debido a que [fueron] apartado[s] de todo aquello que forma su identidad, como lo
es su trabajo, su familia, sus costumbres, su cultura””
Extracto: Sea lo primero indicar, que tal como lo ha sostenido el H. Consejo de Estado, el bien
jurídico de la libertad no tiene el carácter de absoluto7 y que, por lo tanto, como lo dijo la ya citada
jurisprudencia de unificación de la Sección Tercera de esa Corporación (expediente 46.947), la toma
de medidas que lo coartan se torna fundada y legal, siempre y cuando se den todos los presupuestos
legales que así lo permitan o lo exijan.
(…) Para la Sala, la privación de la libertad padecida por el demandante, no se tornó en ilegal,
indebida o injusta, lo que conlleva inevitablemente a que no se encuentre estructurado el daño
antijurídico invocado por los demandantes, teniendo en cuenta que la Fiscalía impuso la medida de
aseguramiento consistente en detención preventiva sin derecho a la libertad imputándole
provisionalmente los delitos de que trata el título XII, Delitos Contra La Seguridad Pública. Capítulo
Primero. Articulo 340; Título XVIII Delitos Contra El Régimen Constitucional y Legal Capitulo Único.
De la Rebelión, Sedición y Asonada. Rebelión 467; Título III Delitos contra la Libertad Individual y
Otras Garantías Capitulo I. De la Desaparición Forzada. Artículo 165 Desaparición Forzada; Título
XIII De los Delitos contra la Salud Pública. Capítulo II, entre otros, regulados en el Código Penal,
basada en informe de policía y prueba testimonial.
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5. Responsabilidad médica por error de diagnóstico - PRESTACIÓN DEL SERVICIO
MÉDICO - Oportuna y adecuada conforme a los síntomas evidenciados por la
paciente - Carga de la prueba. Importancia del dictamen pericial
Extracto: (…) el órgano de Cierre, ha sostenido que para que el diagnóstico sea acertado se requiere
que el profesional de la salud sea extremadamente diligente y cuidadoso en el cumplimiento de cada
una de las fases anteriormente mencionadas, esto es, que emplee todos los recursos a su alcance
en orden a recopilar la información que le permita determinar con precisión cuál es la enfermedad
que sufre el paciente.
En este sentido, si el médico actuó con la pericia y cuidado antes mencionada, su responsabilidad
no queda comprometida a pesar de que se demuestre que el diagnóstico fue equivocado, pues es
posible que pese a todos los esfuerzos del personal médico y al empleo de los recursos técnicos a
su alcance, no logre establecerse la causa del mal, bien porque se trata de un caso científicamente
dudoso o poco documentado, porque los síntomas no son específicos de una determinada patología
o, por el contrario, son indicativos de varias afecciones.
(…) En virtud de lo anterior, la Corporación en cita ha afirmado que para imputar responsabilidad a
la Administración por daños derivados de un error de diagnóstico, se requiere acreditar que el
servicio médico no se prestó de manera adecuada por alguno de los siguientes motivos:
iii) El profesional omitió utilizar oportunamente todos los recursos técnicos y científicos a su alcance
para determinar con precisión cuál es la enfermedad que sufre el paciente.
vi) Existe una omisión de la práctica de los exámenes que resultaban indicados para el caso concreto.
(…) Por lo anterior, advierte la Sala que la responsabilidad estatal por fallas en la prestación del
servicio médico asistencial no se deriva simplemente a partir de la sola constatación de la
intervención de la actuación médica, sino que debe acreditarse que en dicha actuación no se observó
la lex artis y que esa inobservancia fue la causa eficiente del daño. Esa afirmación resulta relevante
para aclarar que si bien de conformidad con lo previsto en el artículo 90 de la Constitución, el derecho
a la reparación se fundamenta en la antijuridicidad del daño, no es suficiente verificar que la víctima
o sus beneficiarios no estaban en el deber jurídico de soportarlo para que surja el derecho a la
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indemnización, se requiere además que dicho daño sea imputable a la Administración, y sólo lo será
cuando su intervención hubiera sido la causa eficiente del mismo.
Así las cosas, es claro que cuando se alega la existencia del daño antijurídico proveniente de la
deficiente prestación de los servicios hospitalarios y asistenciales de salud administrados por el
Estado, se debe acudir al régimen de imputación de responsabilidad de la falla del servicio probada,
dentro del cual al accionante le corresponde acreditar los tres elementos fundamentales, a objeto
de establecer la responsabilidad del Estado, y que son: el daño antijurídico, la falla del servicio, la
relación de causalidad entre el daño y la falla.
Síntesis del caso: En el presente asunto corresponde a la Sala determinar si debe o no confirmarse
la providencia impugnada mediante la cual se negaron las pretensiones, analizando si el medio de
control fue adecuado, si hubo falta de prueba de las irregularidades alegadas por la entidad ara no
perfeccionar un contrato; si el contrato de adjudicación es un acto administrativo y como tal solo
puede revocarse directamente con el consentimiento del interesado.
(…) De donde se explica que derivar consecuencias sancionatorias sin previo proceso que permita
determinar el grado de culpabilidad del implicado y la sanción acorde a la gravedad o intensidad de
la sanción no solo vulnera el principio de proporcionalidad de la sanción, -que en este caso ni siquera
se aplicó-, sino el debido proceso y demás garantías constitucionales.
Síntesis del caso: En el presente asunto el problema jurídico se contrae a determinar si al momento
de la presentación de la demanda ya había operado o no el fenómeno jurídico de la caducidad.
Para tal efecto, en el caso concreto deberá determinase, a partir de qué momento inicia el cómputo
del término de caducidad de dos (2) años para el medio de control de reparación directa de que
trata el artículo 164, literal i, del numeral 2, del Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo y, establecer si la demanda fue presentada en dicho término.
Extracto: La teoría del daño descubierto se enmarca como una excepción al término de caducidad
del medio de control de reparación directa descrito en párrafos anteriores, pues, bajo este supuesto,
el cómputo de la caducidad no iniciaría a partir de la ocurrencia del hecho, sino de cuando se conoció
la existencia del mismo.
23
(…) en los casos de homicidio en persona presuntamente protegida, el solo hecho de la muerte no
puede tomarse como punto de partida para el cómputo de la caducidad, puesto que, en principio, el
daño antijurídico indemnizable se halla desprovisto de prueba, dado que dicha circunstancia solo
surge patente al momento en que se establece que la persona presentada como miembro de un
grupo armado al margen de la ley es, realmente, una persona protegida, en el ámbito del DIDH, de
modo que solo cuando tal circunstancia es esclarecida surge la posibilidad para el administrado
(legitimación material) de acceder a la jurisdicción en procura de la protección de sus derechos con
vocación relativa de prosperidad.
Es de señalar que, en los casos de muerte presentada en combate, dicha situación está revestida de
una presunción de veracidad, en la cual se asevera que la víctima pertenecía a un grupo armado
ilegal y que su muerte se dio en situación de confrontación armada, lo impide imputar algún tipo de
responsabilidad al Estado.
En razón de lo anterior, para poder reclamar la reparación del daño en estos eventos, se hace
necesario acreditar que el homicidio fue perpetrado sobre persona que no pertenecía a ningún grupo
armado y que su muerte fue resultado del actuar ilegal de los miembros de la fuerza pública,
situación esta que se presentaría, en principio, a partir de la existencia de un fallo penal que
determine la responsabilidad de los miembros de la fuerza pública.
Así las cosas, en estos eventos el cómputo de la caducidad debe contarse a partir del día siguiente
en que la parte demandante conozca que el daño que le fue causado, pueda ser imputado al actuar
del Estado, lo cual, en la mayoría de los casos surge a partir del fallo penal.
Extracto: (..) en este asunto no se observa el error judicial predicado por los demandantes al
negársele al hoy actor la rebaja de pena establecida en el artículo 269 del Código Penal, ya que en
la sentencia del 25 de junio de 2015, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, al
resolver la acción de revisión, dispuso que en el presente caso debía inaplicarse el aumento de pena
contemplado en el artículo 14 de la Ley 890 de 2004, y reconocer la reducción de la pena por
reparación integral establecida en el artículo citado.
Repárese en que la tasación de la pena realizada por el Juez XXX y por la Sala Penal del Tribunal
Superior de Antioquia, se efectuó con fundamento en el aumento punitivo contenido en la Ley 890
de 2004, establecido en la jurisprudencia emanada de la Corte Suprema de Justicia –Sala Penal-
para el momento en que se profirieron las sentencias condenatorias que imposibilitaban establecer
algún tipo de beneficio o rebaja de pena en los delitos cometidos en el artículo 26 de la Ley 1121 de
2006, entre ellos el delito de extorsión.
24
Anótese que, el Consejo de Estado ha sido enfático al aseverar que el error judicial se presenta
cuando la providencia acusada es contraria a derecho, sea porque en la misma se hace una errónea
valoración de las pruebas o porque no aplica o aplica indebidamente las normas en que debe
fundarse.
Síntesis del caso: Le correspondió a la Sala definir la contienda planteada por la parte actora, en
virtud de la cual pretende se declare que el MUNICIPIO DE RIONEGRO es administrativamente
responsable de la totalidad de los daños y perjuicios ocasionados al demandante, con ocasión de la
expedición de la Resolución por medio de la cual se revocó la el acto mediante el cual se le había
concedió una licencia de ampliación y/o modificación, en el bien inmueble presuntamente de su
propiedad.
Extracto: (...) en el libelo petitorio no se presenta un juicio de ilegalidad en contra del acto
administrativo que presuntamente le causó los perjuicios al demandante, sino que se alegó, que con
la revocatoria directa de un acto administrativo del cual era beneficiario el demandante, se le
causaron una serie de perjuicios; y por ello, conviene subrayar, que el ordenamiento jurídico
colombiano distinguió la procedencia de los medio de control, a partir del origen del daño, reservando
así, el de nulidad y restablecimiento del derecho a aquellos eventos en los cuales los perjuicios
alegados sean consecuencia de un acto administrativo; mientras que el medio de control de
reparación directa, para los que encuentren su fuente en un hecho, omisión u operación
administrativa.
Sin embargo, a la luz de la jurisprudencia del Consejo de Estado, la regla aludida encuentra dos
excepciones: la primera tiene que ver con los daños que se hubieren causado por un acto
administrativo legal, y la segunda con los daños cuya fuente sea la ejecución de un acto
administrativo que haya sido objeto de revocatoria directa o de anulación por parte de la Jurisdicción
de lo Contencioso Administrativo.
(…) el denominado régimen o título de imputación por daño especial o de ruptura del equilibrio
frente a las cargas públicas, es aplicable a los casos en que se reclama la indemnización por los
perjuicios causados con el ejercicio de una actividad lícita. Se presenta esta clase de responsabilidad,
cuando el Estado en el ejercicio de sus funciones y obrando dentro de su competencia y ceñido a la
ley, produce con su actuación, perjuicios a los administrados, perjuicios que son especiales y
anormales en el sentido que implican una carga o sacrificio adicional al que los administrados
normalmente deben soportar por el hecho de vivir en sociedad; definido por la jurisprudencia como
“daño anormal, desmesurado o superior a aquel que deben sufrir los administrados en razón a la
naturaleza particular del poder público, el cual entraña de esta suerte un rompimiento de la igualdad
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ante las cargas públicas, que genera, cuando confluyen los demás elementos de la responsabilidad,
la obligación de indemnizar”.
REPETICIÓN
Síntesis del caso: Se ocupó el Tribunal de analizar si se encuentran acreditados los requisitos
exigidos por la ley y la jurisprudencia para acceder a la repetición de la entidad demandante contra
su agente o ex agente.
Extracto: (...) el Alto Tribunal señaló que para determinar la existencia de la culpa grave o del dolo,
el juez no se debe limitar a las definiciones contenidas en el Código Civil, sino que debe tener en
cuenta las características particulares del caso que deben armonizarse con lo previsto en los artículos
6º y 91 de la Constitución Política sobre la responsabilidad de los servidores públicos, como también
la asignación de funciones contempladas en los reglamentos o manuales respectivos.
Haciendo una integración de las consideraciones hechas por las Altas Cortes, con la prueba, se
pueden sacar varias conclusiones importantes:
-La culpa es el error de conducta en que no había incurrido otra persona en el ejercicio de ese cargo,
y el proceder es contrario a la ley o al reglamento.
-Para examinar la conducta del agente no solo se debe recurrir a las definiciones del Código Civil,
sino también a los artículos 6, 83 y 91 de la Carta Política, es necesario evaluar las características
del caso, el manual de funciones y los conceptos de buena o mala fe.
-El dolo equivale a la culpa grave en materia civil.
-Se incurre en culpa grave cuando no se ha querido el daño, pero se ha comportado como si lo
quisiera.
CONTROVERSIAS CONTRACTUALES
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Síntesis del caso: Correspondió a la Sala establecer, si durante la etapa de ejecución del Contrato
No. 29990329557, suscrito por Empresas Públicas de Medellín E.S.P., y la sociedad General Fire
Control Ltda., existió un desequilibrio contractual, con ocasión de la presunta mayor permanencia
en la obra, como consecuencia de hechos imputables a la entidad demandada, y con ocasión de las
obras adicionales que aduce la sociedad demandante debió realizar, así como de las presuntas
modificaciones de carácter técnico a los elementos utilizados para el cumplimiento del objeto
contractual, a petición de Empresas Públicas de Medellín E.S.P. y de la interventoría del citado
contrato.
Como aplicación de este fundamental principio, el artículo 24 de la mencionada Ley 80, consagra
como regla general, que la selección de los contratistas se efectúe mediante el procedimiento de la
licitación pública y, excepcionalmente, por medio del sistema de contratación directa; igualmente,
establece la posibilidad de controvertir los informes, conceptos y decisiones adoptados por la
Administración; ordena que las actuaciones de la Administración sean públicas y ajustadas a la
legalidad; y dispone que los actos que se expidan en ejercicio de la actividad contractual, o con
ocasión de ella, estén debidamente motivados.
(…) el pliego de condiciones constituye la ley del proceso de licitación y del contrato a celebrar con
ocasión a él, se traduce en un conjunto de cláusulas elaboradas unilateralmente por la
Administración, con efectos obligatorios, para disciplinar el desarrollo y las etapas del proceso de
selección; en él se deben establecer los requisitos de participación de los oferentes y los criterios o
factores de evaluación o calificación de sus ofertas, para alcanzar el fin general perseguido con la
contratación propuesta; los primeros, habilitan jurídica, financiera o técnicamente la concurrencia de
los interesados al proceso y, por ende, conciernen a la idoneidad de los oferentes; y los segundos,
posibilitan la selección de la propuesta, esto es, están referidos a calificar la oferta, a darle un
puntaje, para establecer el mérito de la misma frente al objeto a contratar.
(…) la Sección Tercera del Consejo de Estado14, señaló, que el rompimiento del equilibrio económico
del contrato no se produce simplemente porque el contratista deje de obtener utilidades o porque
surjan mayores costos en la ejecución de sus obligaciones, si éstos pueden calificarse como propios
del alea normal del contrato15, puesto que se requiere que la afectación sea extraordinaria y afecte
de manera real, grave y significativa la equivalencia entre derechos y obligaciones convenida y
contemplada por las partes al momento de la celebración del contrato.
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PROCESOS EJECUTIVOS
Síntesis del caso: El problema jurídico radica en establecer si el título que se pretende ejecutar
esta caducado o si, por el contrario, atendiendo la suspensión que procede en algunos casos de
cobros realizados a Cajanal –hoy UGPP– no ha operado dicho fenómeno.
Extracto: (…) En efecto, una vez librado el mandamiento de pago, pueden presentarse por el
ejecutado el recurso de reposición y/o que se propongan excepciones de fondo. Por vía de recurso
de reposición se resolverán las excepciones previas, el beneficio de excusión y discutirse los
requisitos formales del título ejecutivo. En el presente caso, la UGPP propone excepciones de fondo
en las que se encuentra la de caducidad, la que no podría resolverse por vía del recurso de reposición,
en tanto no es una excepción previa, ni un requisito formal del título y obviamente, no alude al
beneficio de excusión.
Por lo tanto, debió resolverse tal cargo en la sentencia, donde se desatan las excepciones de fondo,
sea mediante el trámite dispuesto para la audiencia de instrucción y juzgamiento, o en cualquier
momento del proceso por una sentencia anticipada, en virtud de lo establecido en el artículo 278
del Código General del Proceso.
Por lo anterior, no es ajustado al trámite del proceso ejecutivo que se resuelva la excepción de
caducidad por medio de auto por la vía del recurso de reposición -no propuesto-, no obstante, siendo
este el juez de conocimiento del recurso de apelación de la decisión materialmente y en aplicación
del principio de economía procesal y celeridad del proceso se conocerá del recurso por la Sala de
decisión, tal como correspondería a la sentencia.
(…) ante el recorrido de las decisiones del Consejo de Estado en relación con la caducidad, teniendo
en cuenta la liquidación de Cajanal EICE, se dirá que en el presente caso no hay suspensión del
término de caducidad, como quiera que se trata del cobro de una decisión judicial en materia
pensional.
Ello es así, dado que se ejecuta una obligación que no forma parte de la masa liquidatoria de Cajanal
E.I.C.E, por cuanto el crédito que se busca cobrar se deriva de una sentencia judicial que reconoció
un derecho pensional en el sistema administrado por la entidad liquidada, lo cual se relaciona
directamente con recursos de la seguridad social; que fueron excluidos expresamente de la misma
por el artículo 21 del Decreto Ley 254 de 2000.
Tampoco se prueba que se haya presentado la demanda ejecutiva durante la liquidación en contra
de Cajanal y que se haya negado el mandamiento de pago con base en el Decreto 254 de 2000,
esto es, la imposibilidad de iniciar procesos ejecutivos frente a una entidad en liquidación.
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Ahora bien, no desconoce el Tribunal la posición asumida por la Subsección A, Sección Segunda de
la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, en la que se argumenta que “el
término de caducidad quedó suspendido a partir del 12 de junio de 2009 hasta el 11 de junio de
2013; lapso correspondiente al de la liquidación de la entidad, respecto de las obligaciones cuyo
cumplimiento debió resolver la Caja Nacional de Previsión Social, es decir, aquellas que fueron
radicadas con anterioridad al 8 de noviembre del 2011.”
Sin embargo, la demanda ejecutiva no versa sobre una cuenta de cobro no pagada con fecha de
presentación previa al 8 de noviembre de 2011, como quiera que la cuenta de cobro, si bien fue
presentada antes de la fecha indicada, lo cierto es que fue resuelta mediante la Resolución N° UGM
007771 del 13 de septiembre de 2011, donde se dispuso la reliquidación de la pensión en virtud al
título que se pretende ejecutar”
2. Crédito reconocido y admitido con cargo a los bienes de la masa liquidatoria del
INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES
Síntesis del caso: El problema jurídico radica en establecer si fue ajustada a derecho la decisión
del Juzgado de Primera Instancia, que ordenó cesar la ejecución; por lo que corresponde establecer,
si al encontrarse reconocido y admitido un crédito (sentencia judicial) con cargo a los bienes de la
masa liquidatoria del INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES- en Liquidación-, es procedente
posteriormente reclamar dicho crédito a través del procedimiento ejecutivo conexo.
Mediante el Decreto 254 del 22 de febrero de 2000, se expidió el régimen para la liquidación de las
entidades públicas del orden nacional; el literal d) del artículo 6 de dicha disposición, estableció
como funciones del liquidador, entre otras, dar aviso a los jueces del inicio del proceso de liquidación
con el fin de que terminen los procesos ejecutivos en curso en contra de la entidad, advirtiendo que
deben acumularse al proceso de liquidación y que no podrá continuar ninguna otra clase de procesos
contra la entidad sin que se notifique personalmente al liquidador.
Mediante el Decreto 2013 del 28 de septiembre de 2012 , se ordenó la liquidación del Instituto de
Seguros Sociales –ISS- y en el artículo 7, se le asignaron las funciones al liquidador, en el numeral
5, entre las funciones le corresponde dar a viso a los jueces del inicio del proceso de liquidación, con
el fin de que terminen los procesos ejecutivos en curso en contra de la entidad, advirtiendo que
deben acumularse al proceso de liquidación y que no podrá continuar ninguna otra clase de procesos
contra la entidad sin que se notifique personalmente al liquidador.
En cuanto a los actos de liquidador el artículo 8° del citado Decreto 2013 de 2012 indica que, los
actos de liquidador relativos, entre otros, a la aceptación, rechazo, prelación o calificación de
créditos, podrán ser objeto del control por la jurisdicción de lo contencioso administrativo.
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REVISIONES-OBJECIONES DE ACUERDOS O DECRETOS MUNICIPALES
Síntesis del caso: Debe la Sala establecer si el Acuerdo N° 010 del 6 de diciembre de 2018 expedido
por el Concejo Municipal de Belmira (Ant.) adolece de invalidez, al establecer la tarifa del impuesto
predial sobre predios con destinación a reserva natural, teniendo en cuenta los argumentos del
solicitante relacionados con un presunto desconocimiento del principio de legalidad tributaria por la
falta de competencia de dicha corporación para imponer gravámenes no autorizados por la ley.
Extracto: La potestad tributaria de los municipios es derivada, en el entendido que las entidades
territoriales en materia impositiva sólo pueden establecer aquellos tributos creados en la Ley en la
medida y condiciones en ella previstos, es decir, su facultad impositiva no es originaria. En ejercicio
de dicha facultad no puede crear impuestos ni tasas, toda vez que la facultad impositiva corresponde,
al Congreso de la República, por disposición del artículo 338 de la Constitución Política.
La H. Corte Constitucional en sentencia C-227/02, con ponencia del Magistrado Jaime Córdoba
Triviño, al estudiar la exequibilidad de la Ley 645 de 2001 mediante la cual se autorizó la emisión de
una estampilla pro-hospitales universitarios, sostuvo que el principio de legalidad, requisito para la
creación del tributo, cumple los siguientes objetivos: (i) El tributo es fruto de la exigencia de la
representación popular en decisiones económicas, (ii) es consecuencia de la seguridad jurídica de
que gozan los ciudadanos frente a la determinación de sus obligaciones, y, (iii) resalta lo importante
de implementarse una política fiscal coherente por parte del Estado.
(…) El impuesto predial unificado es un tributo de orden municipal, que se encuentra regulado en la
Ley 44 de 1990 , y grava la propiedad inmueble o su posesión, sea ésta en áreas urbanas, rurales
o suburbanas.
(…) Conforme a lo señalado en la norma en comento, el impuesto predial se causa el primero (1°)
de enero de cada año gravable, por lo que resulta necesario para establecer en debida forma dicho
tributo, la realidad física, jurídica y económica de la propiedad a la fecha de su causación.
La base gravable del impuesto en comento lo constituye el avalúo catastral, que es la determinación
del valor de los predios, obtenido mediante investigación y análisis estadístico del mercado
inmobiliario, por lo que la misma es determinante para establecer el reajuste que se realiza frente a
dicho tributo, tal y como lo señala el artículo 8° de la normativa citada.
(…) existen diferentes tipos de propiedad privada gravada con el impuesto predial a los cuales se les
aplican diversas tarifas, las cuales dependen de la destinación que se le otorga a cada uno de los
mismos, bien sea al uso habitacional, agropecuario, así como a aquellos terrenos urbanizables no
urbanizados y los urbanizados no edificados; no obstante, el legislador nada dijo sobre aquellos
bienes a los cuales se les da una destinación de reserva natural.
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(…) la propiedad privada que es destinada a reserva natural, no corresponde a ninguno de los tipos
de bienes frente a los cuales el legislador haya establecido pautas para la fijación de tarifas para el
recaudo del impuesto predial, debido a que no corresponden a aquéllos que tengan destinación
económico habitacional, rural o agropecuaria, pues por el contrario dada su naturaleza y el interés
de su propietario, se busca con su registro conservar los ecosistemas naturales, y desarrollar
actividades de sostenibilidad ambiental y amigables con la biodiversidad
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