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Los primeros registros que se tienen de la esquizofrenia la relacionan con

los síntomas psicóticos que datan del 200 a. C. en el Libro Los Corazones,
proviniente del Papiro de Ebers. Sin embargo, recientemente en la literatura de la
Antigua Grecia y Roma se comprobó que si bien se tenía conocimiento de trastornos
psicóticos, no había un cuadro definido que se equiparara a los criterios actuales de
la esquizofrenia.

En la literatura psicológica de la Edad Media se encontraron registros de


creencias y comportamientos extraños, psicóticos, precididos a algunos síntomas
de la esquizofrenia. En el Canon de la Medicina, Avicena se describe un cuadro
parecido a los síntomas de la esquizofrenia, en ese entonces tuvo registro como
"Locura grave".

El caso de James Tilly Matthews en 1797 y las descripciones publicadas


por el francés Philippe Pinel en 1809, fueron considerados los primeros casos de
esquizofrenia en la literatura médica.

En 1853, el psiquiatra francés Bénédict Morel acuñó el término «demencia


precoz» para describir un trastorno mental que afectaba a adolescentes y adultos
jóvenes y que con el tiempo evolucionaba a un deterioro del funcionamiento mental
e incapacidad del sujeto.

Posteriormente en 1871, Ewald Hecker definió al mismo síndrome de


demencia juvenil como hebefrenia, destacando su rápida evolución hacia la
«estupidez, embrutecimiento y desorganización de las funciones psíquicas».Tres
años más tarde Karl Kahlbaum observó otra forma de alienación mental
caracterizada por trastornos motores, sensoriales y mutismo que denominó
catatonia.

En 1887 Emil Kraepelin estableció una amplica separación en la


clasificación de los trastornos mentales entre la dementia praecox y los trastornos
de estado de ánimo. Llegando también a la conclusión en 1898 de que la hebefrenia
y la catatonia eran subtipos de una sola enfermedad.

En 1908 el psicólogo suizo Eugen Bleuler sugirió la palabra «esquizofrenia»


para referirse a una escisión de los procesos psíquicos consistentes en la pérdida
de correspondencia entre proceso de formación de ideas y la expresión de
emociones y para diferenciarlo de la enfermedad maníaco-depresiva. Además, hizo
énfasis en que el trastorno fundamental era el deterioro cognoscitivo.

Sugirió también dos divisiones con respecto a la sintomatología de la


esquizofrenia: la primera constituida por síntomas fundamentales, básicos,
específicos o permanentes que estaban presentes en todos los pacientes y durante
toda la evolución del trastorno, denominados principales: A disgregación en las
asociaciones de ideas, Afectividad aplanada, Ambivalencia y Autismo; y la segunda
agrupaba los síntomas accesorios entre los que destacan delirios, alucinaciones,
alteraciones del lenguaje y escritura, entre otros.

Durante la primera mitad del siglo XX, la esquizofrenia se consideró un


cuadro hereditario, y en muchos países los pacientes fueron sometidos a eugenesia.
Cientos de miles fueron esterilizados, con o sin consentimiento la mayoría en la
Alemania nazi, los Estados Unidos y los países nórdicos.

Klaus Conrad hizo un gran aporte con su publicación "La esquizofrenia


incipiente" en 1954, en donde distingue ciertas fases de la patología de la
esquizofrenia.

A principios de los 70's en Europa el diagnóstico de la esquizofrenia se


hacía mediante el CIE-9, mientras que en los Estados Unidos se utilizaba el manual
DSM-II (1968) para diagnosticar la esquizofrenia en donde los criterios para
diagnosticar la esquizofrenia eran más flexibles, lo cual terminó conduciendo a una
revisión completa de este manual que fue sustituido en 1980 por el manual DSM-III
en el cual se presentaban más de 40 criterios para el diagnóstico de la
esquizofrenia.

Si bien hasta este momento la mayotía de los estudios se habían centrado


en los procesos cognitivos no sociales, es decir, eran mayormente enfocados al
funcionamiento ejecutivo, la atención o la memoria; en los años 90's el enfoque de
las investigaciones cambiaron a centrar su foco de atención hacia la cognición
social. Este cambio de atención se ha sustentado en la hipótesis de que la cognición
social podría explicar en buena medida el deterior en el funcionamiento social que
da la esquizofrenia.

En el 2004 se realizó el proyecto MATRICS, que fue una investigación en la


medición y trataiento para mejorar la cognición en pacientes con esquizofrenia; en
donde se identificaron siete ámbitos cognitivos en que los pacientes con
esquizofrenia presentan déficits: velocidad de procesamiento, atención/vigilancia,
memoria de trabajo, aprendizaje y memoria verbal, aprendizaje y memoria visual,
razonamiento y solución de problemas, y cognición social.

El 18 de mayo del 2013 se publicó el DSM-V, en el cual se establecen los


cinco tipos de esquizofrenia (paranoide, desorganizado, catatónico, indiferenciado
y residual), además de los criterios necesarios para diagnosticar este espectro.

Finalmente con el pasar de los años los estudios de la esquizofrenia no han


terminado, ha sido protagonista de innumerables cantidades de tesis, libros y blogs
entre los cuales destaca la página web “Esquizofrenia 24x7”, una página creada en
el 2017, para todas las personas con inquietudes de conocer más sobre este
trastorno en donde ofrecen ayuda gratuita y bibliografía sobre lo que es necesario
conocer acerca de esta enfermedad.

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