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¡Queremos consolar a Jesús!

Vengo, Jesús mío, a visitarte.


Te adoro en el Sacramento de tu amor, en todos los Sagrarios del mundo.
Te adoro, sobre todo, en donde estás más abandonado
Y eres más ofendido.
Te ofrezco todos los actos de adoración que has
Recibido desde la institución de este sacramento
Y recibirás hasta el fin de los siglos.
Te ofrezco principalmente las adoraciones de tu Santa Madre, de San José y de las almas
más enamoradas de la Eucaristía.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre y por
los siglos de los siglos. Amén
Ángel de mi Guarda, ve y visita en mi nombre todos los Sagrarios del Mundo. Di a Jesús
muchas cosas que yo no sé decirle, y pídele su bendición para mí.
Amén.

Son tantos los que no te quieren, Jesús... Son tantos los que dicen cosas tan feas de Ti... Pero
nosotros sí te queremos, por eso estamos aquí, para consolarte; por eso queremos decirte
muchas cosas bonitas que alegren tu corazón, por eso te decimos:

(Cada niño/a lee una frase y después de cada frase cantamos “Jesús, Jesús, ven a mi
morada”).

1.- Muchos niños no te quieren pero yo te quiero muchísimo.


2.- Tú has dado la vida por mí, toma ahora la mía.
3.- Tú dijiste: “Tomad y comed, esto es mi Cuerpo”, prepárame para recibirte.
4.- Señor, yo nunca te cerraré la puerta.
5.- Jesús, quiero consolarte.
6.- Señor, te necesito, ven a mi corazón.
7.- Jesús, te quiero mucho.
8.- Jesús, Tú deseas entrar en mi corazón y yo deseo que vengas a mí.
9.- Parece pan, pero es tu Cuerpo. Por eso…
10.- Parece vino, pero es tu Sangre. Por eso…
11.- Todos te abandonaron pero yo no quiero dejarte solo.
12.- Tú dijiste: “Dejad que los niños vengan a Mí”, y aquí estoy.
13.- Nadie me quiere como Tú.

(Aquí se pueden dar unos breves puntos de meditación.)

Jesús, nosotros somos tan pobres, tan pequeños…, vemos tantas necesidades en el mundo
y es tan poco lo que podemos hacer... Pero Tú que lo puedes todo y nos amas tanto, sí que
puedes darnos lo que te pedimos, si lo pedimos con fe. Escúchanos, Señor, y haz lo que tu
corazón te diga. Queremos, sobre todo, hacer tu voluntad.

1.- Por todos los niños y niñas que estamos ahora aquí, para que nunca nos separemos del
Señor. Roguemos al Señor.
2.- Por los que no conocen a Jesús, para que descubran que el Señor les quiere mucho.
Roguemos al Señor.
3.- Por nuestros padres, que nos han ayudado a conocer a Dios, para que vivan de tal
modo que un día puedan ir al Cielo. Roguemos al Señor.
4.- Por los niños que, después de haber recibido a Jesús, se han alejado de Él y ya no le
quieren, para que vuelvan. Roguemos al Señor.

- Jesús nuestro, Tú nos has dado tantas cosas... Te damos gracias por todo lo que hemos
recibido de Ti, pero de una forma especial queremos darte las gracias por habernos dado
por madre a tu misma Madre, la Virgen María. Sabemos que yendo de su mano estamos
seguros. Ella quiere llevarnos al Cielo y lo hará si le dejamos que nos guíe. Por eso nos
queremos consagrar a Ella, meternos en su corazón, para que Ella nos proteja del mal.

Rezamos todos juntos:

Madre de Jesús, también eres mi Madre. Enséñame a consolar a tu Hijo, nuestro Señor. Te
doy mi corazón, que quiere ser un Sagrario para Él, y Tú, que eres tan buena, guárdame en
tu corazón.
Haz que Jesús esté contento en mi alma, que le quiera siempre.
Defiéndeme del mal. Mamá querida, espero tu ayuda para ser fiel a Jesús.
Si algún día me porto mal, recuérdame que soy tuyo. Cógeme muy fuerte de la mano para
que un día te vea en el Cielo con toda mi familia. Amén.

- Y para acabar este rato contigo, Jesús, queremos hacer una oración muy especial para
consolarte, para decirte que los niños queremos ser tuyos y que Tú seas nuestro amigo,
nuestro mejor amigo. Por eso decimos todos juntos:

Creo, Señor, en Ti. Creo firmemente que me quieres y que deseas vivir en mi corazón. Creo
que estás en la Eucaristía, con tu Cuerpo, tu Sangre, tu Alma y tu Divinidad.
Sé que por amor a mí has muerto en la Cruz. Perdóname por todo lo que te he ofendido.
Perdóname por olvidarme de Ti tantas veces. Tú me conoces mejor que nadie, mejor que
mis padres, mejor que mis hermanos, mejor que cualquiera de mis amigos, y sabes que te
quiero.
Durante tu Pasión, sufriste tanto por mí y por todos los hombres, que yo no quiero dejarte
ahora solo.
Cuando tantos te abandonan, yo quiero estar junto a Ti, quiero consolarte, quiero decir mil
millones de veces que te quiero. Te lo diré junto a tu Madre, la única que no te abandonó.
Déjame, Señor, estar junto a Ti este ratito y no permitas que me aparte nunca de Ti.

Sagrado Corazón de Jesús,


en Vos confío.
Inmaculado Corazón de María,
sed la salvación del alma mía.

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