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E L CONFLICTO ENTRE ESTABILIDAD

Y N E U T R A L I D A D E N COSTA RICA*

LOWELL GUDMUNDSON

E L A Ñ O 1983 fue difícil para la estabilidad e c o n ó m i c a de Costa R i c a . H u b o


pocos cambios e innovaciones en la política interna; en la externa, el país mo-
d e r ó algo su abierta hostilidad hacia el r é g i m e n sandinista, para desconsuelo
de Reagan y sus estrategas centroamericanos. Pero todo esto es relativo. V e -
r í a m o s mejor la estabilidad e c o n ó m i c a si la c o m p a r á s e m o s con la desastrosa
d e v a l u a c i ó n y la inflación galopante de 1981 y 1982. A pesar de la estabilidad,
fue alto el desempleo en 1983; y aunque d i s m i n u y ó la inflación y se estabilizó
la tasa de cambio, a u m e n t ó considerablemente el índice de pobreza desde que
c o m e n z ó la crisis en 1980. Los cambios positivos se deben m á s a la capacidad
del gobierno al negociar plazos para el pago de la deuda externa y conseguir
ayuda e c o n ó m i c a de Estados U n i d o s , que al éxito de las exportaciones y la
restricción de las importaciones. A s í pues, la estabilidad que se c o n s i g u i ó en
1983 puede ser ganancia precaria en las duras circunstancias actuales, y no
u n a solución duradera para el d r a m a e c o n ó m i c o del p a í s .
L a política costarricense estaba m u y de capa c a í d a en el segundo a ñ o de
gobierno de L u i s A l b e r t o M o n g e ( m á s de dos a ñ o s antes de las nuevas eleccio-
nes presidenciales). L a ú n i c a a l t e r a c i ó n política en esos meses fue el " g o l p e "
que depuso a M a n u e l M o r a V a l v e r d e , p r i m e r y ú n i c o secretario general (de-
s e m p e ñ ó el puesto durante 52 a ñ o s ) del Partido V a n g u a r d i a Popular, de corte
p r o soviético. Los partidos de la m a y o r í a , L i b e r a c i ó n Nacional y U n i d a d So-
cial Cristiana ( P U S C — e l antiguo " U n i d a d " que r e s u r g i ó de una coalición
en 1984), comenzaron a practicar el r i t u a l de las precandidaturas presidencia-
les con los rumores que las a c o m p a ñ a n , previendo las c a m p a ñ a s para ese a ñ o
y 1986.
El gobierno de M o n g e se inclinó en favor de las propuestas del G r u p o Con-
tadora, lo que enfrió sus antes c á l i d a s relaciones con Reagan y su política ha-
cia A m é r i c a C e n t r a l . Los efectos se advirtieron en la s u b s t i t u c i ó n del M i n i s t r o
de Relaciones Exteriores, Fernando V o l i o J i m é n e z , virulento antisandinista,
y en la d i f u n d i d í s i m a d e c l a r a c i ó n de " n e u t r a l i d a d a c t i v a " . M u y importante
fue la p a r t i c i p a c i ó n del gobierno en la d e t e n c i ó n y d e p o r t a c i ó n de guerrilleros
de la Alianza R e v o l u c i o n a r i a D e m o c r á t i c a ( A R D E ) y otros mercenarios ex-
tranjeros. A finales de a ñ o , se rechazaron " i n g e n i e r o s " militares que Estados
U n i d o s ofreció para construir carreteras a lo largo de la delicada frontera con

* Traducción de Martha Elena Venier.

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Nicaragua; el mensaje i m p l í c i t o a las fuerzas antisandinistas apoyadas por Es-


tados U n i d o s era que Costa R i c a no favorecía u n abierto enfrentamiento. Las
relaciones con Nicaragua continuaron frías, aunque el gobierno de M o n g e se
distanciaba, al parecer, de las fuerzas contrarrevolucionarias, ya por las dis-
cusiones que hubo en su partido a p r o p ó s i t o de la c o o p e r a c i ó n con ellas, ya
por temor a las consecuencias de una guerra extendida en la frontera. N o po-
demos saber c u á n t o d u r a r á esta s i t u a c i ó n , porque el gobierno depende m u -
cho, e c o n ó m i c a m e n t e , de la política de Reagan. M i e n t r a s escribo estas líneas
(mayo de 1984), el grupo de Reagan intenta alejar a Costa R i c a de su neutra-
lidad y acercarla a la política de enfrentamiento que comparten sus aliados
en Honduras y E l Salvador.

L A DEBACLE ECONÓMICA DE COSTA R I C A

L a desastrosa situación del país en 1981 y 1982 fue producto tanto de desequili-
brios estructurales cuanto de crisis y errores. T í p i c o s s í n t o m a s del desequilibrio
fueron el déficit financiero e n d é m i c o ; el recurrir al capital privado y p ú b l i c o
para c u b r i r el déficit de la balanza de pagos, producto del exceso de i m p o r t a -
ción de bienes de consumo; la proliferación de instituciones p ú b l i c a s semiau-
t ó n o m a s m a l coordinadas, que se m a n t e n í a n con los ingresos del gobierno fe-
deral; y el subsidio a la industria local ineficiente, que depende de importaciones
y está protegida por el M e r c a d o C o m ú n Centroamericano o por aranceles na-
cionales. Si hubieran aumentado esas tensiones, se h a b r í a desatado en cual-
quier momento u n a crisis independiente de circunstancias externas. A s í , al
aumentar la gravedad de esas condiciones desde fines del decenio 1970, se pro-
dujo la desastrosa crisis por la que el país p a s ó recientemente. E l estado de
guerra que prevalece en A m é r i c a Central dejó en ruinas lo que alguna vez fue
p r ó s p e r o mercado c o m ú n y a h u y e n t ó cualquier posible i n v e r s i ó n extranjera.
A d e m á s , el aumento de intereses sobre créditos internacionales desde 1980,
m á s la inflación, sacudieron sin piedad la e c o n o m í a costarricense. A ñ a d a m o s
a esto la torpe y obstinada política monetaria de Carazo O d i o (1978-1982),
que no consintió en la d e v a l u a c i ó n , pidió p r é s t a m o s sin d i s c r i m i n a c i ó n , y como
último recurso i m p r i m i ó dinero sin fondos: el escenario estaba listo para el desas-
tre. Y el desastre no p o d í a detenerse —como Carazo y sus colaboradores
anhelaban— hasta el ingreso del nuevo gobierno. L a deuda externa a u m e n t ó de
800 millones de d ó l a r e s en 1979 a m á s de 4 m i l millones en 1983, y el déficit del
gasto llegó al 17% del producto nacional b r u t o ( P N B ) en 1980; con ello la eco-
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n o m í a se d e r r u m b ó , y t a m b i é n la tasa de cambio, a fines de 1980. E n marzo
de 1982, el c o l ó n s e ' d e v a l u ó de 8.6 a 65 por d ó l a r , pero se estabilizó a media-
dos de ese a ñ o entre 45 y 50, lo que equivale aproximadamente a 500% de
d e v a l u a c i ó n real. E n 1982, la inflación, s e g ú n informes gubernamentales, era

1
Uno o dos m i l millones de la deuda correspondían a préstamos obtenidos por el grupo de
Carazo, en desesperado intento por contener la tasa de cambio (The Miami News, 2 de noviembre
de 1983; Latín American and Caribbean Center Review (LACCR), 2, p. 460).
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de 8 2 % , pero es probable que fuera de 100%. Desde octubre y noviembre


de 1981 hasta los mismos meses de 1982, el P N B cayó 11.5%. E l futuro se pre-
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sentaba poco alentador. E l desempleo fue casi de 10% a fines de 1982; se sus-
p e n d i ó el pago de la deuda externa desde agosto de 1981 hasta j u l i o de 1982.
M o n g e t o m ó posesión en mayo de 1982; c o m e n z ó entonces el proceso de
estabilidad, cuyos resultados comienzan a verse ahora. Era m u y i m p o r t a n t e
para el plan de estabilidad restablecer la capacidad de c r é d i t o externo; para
ello, se reinició en j u l i o de 1982 el pago parcial del servicio de la deuda, y se
consiguieron acuerdos con el Fondo M o n e t a r i o Internacional ( F M I ) en diciem-
bre del mismo a ñ o . E n 1983, Costa Rica pudo mantenerse entre los l í m i t e s
impuestos por el F M I , en gran parte con el apoyo de Estados U n i d o s , que
c o n t r i b u y ó con 350 de los 500 millones de d ó l a r e s de ayuda externa; el ingreso
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por concepto de exportaciones fue sólo de 800 millones. L a estabilidad eco-
n ó m i c a —no la r e c u p e r a c i ó n — p a r e c í a depender de la ayuda estadunidense
y del apego estricto a las condiciones —francamente impopulares— del F M I .
L a amarga medicina proporcionada por el F M I es evidente, pero e s t á n sujetos
a d i s c u s i ó n los efectos que t e n d r á en la r e c u p e r a c i ó n del paciente.
Se l o g r ó estabilidad en la tasa de cambio así como en la tasa de inflación,
reconocida oficialmente de 1 1 % en 1983; el desempleo d i s m i n u y ó a 5.5% y
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el P N B s u b i ó a 1 % por p r i m e r a vez en tres o cuatro a ñ o s . El ligero aumento
en el P N B a casi 4.65 m i l millones de d ó l a r e s se produjo pese a la d e v a l u a c i ó n
constante, que a l c a n z ó 5 0 0 % . El ingreso por exportaciones d e s c e n d i ó casi
11.4% en 1982 y 20% en 1983, a 800 millones de d ó l a r e s . A u n en los cálculos
m á s optimistas, se p r e v é que entre 1984 y 1985 el nivel de e x p o r t a c i ó n s e r á
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parecido al de 1980 —alrededor de 1 000 millones por a ñ o .
Preocupa a los planeadores en el gobierno de M o n g e esta deslucida acti-
vidad de e x p o r t a c i ó n , porque confiaban en que la d e v a l u a c i ó n p r o v o c a r í a inme-
diata r e c u p e r a c i ó n en las exportaciones no tradicionales. T a m b i é n la industria
nacional d e c a y ó 7.5% en 1982, a causa de la parálisis del comercio centro-
americano para el que produce esa industria. E l ú n i c o sector que sufrió poco
los efectos de la d e p r e s i ó n fueron las fábricas maquiladoras de textiles para
Estados U n i d o s , que emplearon 15 m i l trabajadores e i n v i r t i e r o n 2.75 m i l m i -
6
llones de colones en 1982.

2
Tico Times, 6 de enero de 1984.
3
The Miami Herald, 27 de febrero de 1984; Tico Times, 24 de febrero de 1984.
* Estas cifras son mejores en comparación con las de 1982: 82% de inflación, 9.4% de des-
empleo y —11 % de PNB. La estimación del desempleo y la inflación son los porcentajes mínimos
oficiales. Monge mencionó el crecimiento de 1 % en el PNB en su informe de 1984 a la Asamblea
Nacional, según reporta el Foreign Broadcast Information Service (en adelante FBIS) del 4 de mayo
de 1984, p. 1; The Miami Herald, 27 de febrero de 1984, informó sobre un crecimiento de 0.8%
en 1983. La poco favorable experiencia con las exportaciones desequilibró el aumento del PNB
de 9.4% en 1983 (Tico Times, 27 de junio de 1984). El objetivo para 1984 es, al parecer, de 3%.
Según los observadores, la tasa de desempleo es dos veces la que declara el gobierno.
5
Tico Times, 21 de diciembre de 1984.
6
" C e n t r o a m é r i c a , 1983. Costa R i c a " , Inforpress Centroamericana, p. 4. Se supone que en es-
te sector habrá entre 20 y 30 m i l empleos a fines de este decenio.
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El saldo negativo de las exportaciones c o n f u n d i ó a muchos t e c n ó c r a t a s del


gobierno y d e s t r u y ó su esperanza de r e c u p e r a c i ó n veloz luego del breve interlu-
dio de austeridad impuesta por el F M I . Así pues, la discusión política y e c o n ó -
mica se concentró en cuál sería la mejor forma de revivir la deteriorada e c o n o m í a
nacional. Los partidarios de la e x p o r t a c i ó n no fueron las voces privilegiadas
dentro del gobierno, como lo demuestran sus actuales relaciones con el F M I .
É s t e sigue promoviendo la austeridad y la e x p o r t a c i ó n , pero los grupos políti-
cos, y a veces t a m b i é n el presidente, parecen inclinarse por el aumento en el
gasto p ú b l i c o , ya sea con fmanciamiento del déficit o con ayuda externa, para
reanimar la aletargada e c o n o m í a cuya e x p o r t a c i ó n a g r í c o l a tradicional tiene
en el exterior una demanda m u y inelástica. E n esas discusiones y oscilaciones
de la p o l í t i c a t r a n s c u r r i ó la mayor parte del periodo 1983-1984.

DESPUÉS D E L A ESTABILIDAD: E L CONFLICTO D E C O S T A R I C A C O N E L F M I

Antes de que M o n g e firmara la p r i m e r a carta de i n t e n c i ó n con el F M I , en


diciembre de 1982, su gobierno h a b í a empezado a probar los límites fiscales
del acuerdo. E l déficit del presupuesto del sector p ú b l i c o de 1983, previsto ya en
la propuesta de 1982, e x c e d í a con mucho el 4 . 5 % del P N B permitido por el
F M I . É s t e p r o p o n í a u n gasto gubernamental de 18 m i l millones de colones,
pero la p r i m e r a propuesta p r e v e í a u n gasto de 22.3 m i l millones. Por fin se
c u m p l i e r o n algunas recomendaciones del F M I ; se redujo el déficit guberna-
mental, que era del 12% del P N B (suponiendo que el presupuesto total fuera
de 22 m i l millones de colones), a menos del 2 % ( s e g ú n M o n g e , el gasto s u p e r ó
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el presupuesto en sólo 1.8 m i l millones de colones); r e p r e s e n t ó 17% en 1980,
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13% en 1981 y 9.5% en 1982. E l F M I q u e r í a que se llegara a 2% en 1984,
pero los funcionarios opinaban que 3% se apegaba m á s a la realidad.
Los l í m i t e s impuestos por el F M I se consiguieron en 1983, eliminando
subsidios al consumo, recibiendo grandes p r é s t a m o s de Estados Unidos y cré-
ditos multilaterales. Pero continuaron disminuyendo los ingresos por exporta-
ciones y l a i n v e r s i ó n privada extranjera. E l plan para d i s m i n u i r 30 m i l de los
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150 m i l puestos p ú b l i c o s , del que tanto a l a r d e ó el gobierno, se d e s a r m ó por-
que M o n g e a ñ a d i ó 6 m i l cargos en los momentos m á s duros de la crisis de
10
1982-1983. L a estabilidad se c o n s i g u i ó con a l g ú n costo para la austeridad
y con abundante ayuda externa. N o obstante, las fallas en la e x p o r t a c i ó n y
la s a t u r a c i ó n del sector p ú b l i c o a d v e r t í a n que poco h a b í a de cambio estructural.
A l e n t a d o por esos seis primeros meses de respiro —producto de la estabi-
lidad en la tasa de cambio y en los precios— y preocupado por el estancamien-
to e c o n ó m i c o , el gobierno de M o n g e p r e s e n t ó a fin de a ñ o u n gigantesco pre-

7
Ibid., p. 7; FBIS, 4 de mayo de 1984, p. 1; LACCR, 2, p. 461.
8
Inforpress, pp. 3 y 7. El gasto del sector público declinó del 34% del P N B en 1981 a 19%
en 1982, a pesar del gran aumento en los ingresos del gobierno, en colones.
9
Inforpress, p. 5.
10
Tico Times, 24 de febrero de 1984.
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supuesto (correspondiente a 1984) para el sector p ú b l i c o de 25 m i l millones


de colones, 13 a 15 de los cuales eran deficitarios (estos gastos h a b r í a n repre-
sentado el 12.5% o el 7.5% del P N B , dos veces el déficit aceptado por el
1 1
FMI). E n cierta forma, ésta fue una treta política para aplacar a los parti-
darios en el sector p ú b l i c o , conseguir una posición ventajosa para negociar con
el F M I y presionar al Congreso para que aumentara los impuestos a fin de
d i s m i n u i r t a n tremendo déficit. D e s p u é s de largas deliberaciones, Monge con-
siguió que se aprobara una ley de emergencia nacional (en marzo de 1984)
para r e d u c i r el déficit de 13.5 a 5.5 m i l millones de colones, que correspon-
d í a n a las propuestas del F M I . Esa r e d u c c i ó n se c o n s e g u i r í a con nuevos i m -
puestos a la i m p o r t a c i ó n y al ingreso de las empresas, una c o n t r i b u c i ó n o b l i -
gada de los organismos descentralizados por 1.17 m i l millones de colones, m á s
impuestos al turismo y a los pasaportes. A l m i s m o tiempo, se e x c e p t u ó de i m -
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puestos y derechos de i m p o r t a c i ó n a exportadores de bienes poco c o m u n e s .
A n t e la terca actitud de. Costa R i c a , el F M I y Estados U n i d o s suspendie-
r o n los p r é s t a m o s en noviembre de 1983 y abril de 1984, hasta que cumpliera
con lo tratado. E n noviembre, el F M I p i d i ó que el impuesto de 1 % sobre las
remisiones en moneda extranjera se substituyera por u n impuesto sobre las
importaciones, y en abril insistió en u n aumento de 15% al precio de la gasoli-
n a y en restricciones reales a cualquier t r a n s a c c i ó n de divisas del Banco
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C e n t r a l . E l F M I c o n t i n u ó , a d e m á s , dirigiendo los gastos del sector p ú b l i c o
para que se cumpliera con los acuerdos sobre el déficit. Fue importante la pro-
mesa del gobierno de comenzar a pagar a los maestros 500 millones de colones
14
por aumento de salarios, a principios de 1 9 8 4 . Sin fondos reales para finan-
ciar esa e r o g a c i ó n , se t r a s p a s a r í a n los límites impuestos por el F M I .
Bajo esta lucha por el nivel del gasto p ú b l i c o , hay cierto pesimismo y na-
cionalismo de los t e c n ó c r a t a s del gobierno en cuanto a la r e c u p e r a c i ó n e c o n ó -
mica. E n 1983, M a r i o Carvajal, M i n i s t r o de Comercio Exterior, a s e g u r ó que
las exportaciones a u m e n t a r í a n de 900 millones de d ó l a r e s ( n i siquiera alcan-
15
zaban esa cifra) a m á s de 1 500 en 1 9 8 6 . Pero en febrero de 1984 estuvo de
acuerdo con el M i n i s t r o de P l a n e a c i ó n N a c i o n a l , el economista J u a n M a n u e l
Villasuso, en que no p o d í a esperarse r e c u p e r a c i ó n substancial durante el go-
1 6
bierno de M o n g e . O p i n a b a n los dos funcionarios que al estancarse los i n -
gresos por e x p o r t a c i ó n en 1 000 millones de d ó l a r e s (o menos) al a ñ o , con los
que apenas p o d í a n pagarse importaciones imprescindibles, h a b r í a que usar parte
de los 500 millones de d ó l a r e s destinados a pagar el servicio de la deuda exter-
na para diversificar o estimular la e c o n o m í a nacional. E l F M I se o p o n d r í a ,
sin duda, a esta " i n y e c c i ó n e c o n ó m i c a " del sector p ú b l i c o a menos que se

11
Ibid., 21 de diciembre de 1983. Según se informó, el F M I insistía en un déficit inferior
al 4% de PNB.
12
Ibid., 9 de marzo de 1984.
13
Ibid., 18 de noviembre de 1983; FBIS, 2 de mayo de 1984, pp. 3-4.
1 4
Tico Times, 9 de marzo de 1984.
15
Inforpress, pp. 14 y 16.
16
Tico Times, 24 de febrero de 1984.
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aumentara proporcionalmente la ayuda externa. Los planeadores tuvieron que


cambiar r á p i d a m e n t e su visión optimista de una e c o n o m í a de e x p o r t a c i ó n por
u n d i a g n ó s t i c o pesimista y políticas de corte intervencionista. Esta circunstan-
cia ilustra lo que será motivo de d i s c u s i ó n en los meses ( a ñ o s quizá) por ve-
nir: u n a r e c u p e r a c i ó n e c o n ó m i c a a base de la austeridad propuesta por el F M I ,
o el regreso a los paliativos neokeynesianos del sector p ú b l i c o ante los altos
costos de u n programa de austeridad que, a corto plazo, tiene éxito l i m i t a d o
para recuperar la e c o n o m í a nacional.

C O S T O SOCIAL Y CONSECUENCIAS DE L A ESTABILIDAD

L a debacle e c o n ó m i c a de 1981 a 1982 p r o v o c ó el empobrecimiento súbito de


la g r a n m a y o r í a de los costarricenses. A principios de 1983, los salarios en la
industria eran como los de H a i t í (menos de 20 centavos de dólar por hora);
1 7
7 1 % de las familias t e n í a n ingresos por debajo del nivel de pobreza, insufi-
cientes para comprar alimentos básicos, no se diga para pagar las rentas en
continuo aumento. L a situación e m p e o r ó en cuanto se puso en p r á c t i c a la po-
lítica estabilizadora del F M I y se cancelaron los subsidios.
E n el p r i m e r semestre de 1983, el ú n i c o gran conflicto que p r o v o c ó el
aumento constante de los precios fue la o b s t r u c c i ó n de las carreteras como reac-
ción al aumento en las tarifas de electricidad y teléfonos. A l anunciarse u n nuevo
aumento (el tercero en 18 meses) del 9 2 % en electricidad, multitudes protes-
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taron en las calles y obligaron al gobierno a reducir los precios. E l ingenio
del pueblo c o n s i g u i ó lo que no lograron los sindicatos y los movimientos po-
pulares para obstruir las medidas de austeridad. E n las bardas de San J o s é
era popular la frase " q u e los millonarios paguen la crisis".
D u r a n t e el a ñ o , pero sobre todo en el segundo semestre, los pobres de la
ciudad y el campo reaccionaron con enfrentamientos armados o invadiendo
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tierras. E l gobierno distribuye alimentos entre 40 m i l f a m i l i a s , pero la ac-
ción directa ha sido siempre el mejor recurso para dar solución a la falta de
vivienda en las ciudades y a la falta de tierra cultivable en el campo, que por
t r a d i c i ó n han sido los problemas m á s serios de los pobres.
Es legendario el déficit de vivienda en el á r e a metropolitana de San J o s é ,
que el gobierno considera " z o n a de desastre" porque su infraestructura es
m u y deficiente, a pesar de que el Instituto Nacional de V i v i e n d a y U r b a n i s m o
es u n organismo bastante competente. E n parte, la s i t u a c i ó n es consecuencia
20
del déficit en el ramo de la c o n s t r u c c i ó n durante la crisis de 1 9 8 2 . E n una
investigación realizada por la Universidad de Costa Rica y el Consejo de Ciencia

1 7
Inforpress, pp. 19-21.
1 8
FBIS, 14 de junio de 1983.
1 9
Inforpress, p. 5.
2 0
Ibid., p. 12.
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y T e c n o l o g í a , se calculó que en 1 9 8 3 se necesitaban en todo el territorio 1 3 0


m i l viviendas, y que a fines del decenio f a l t a r í a n 1 2 5 m i l m á s para 4 0 % de
2 1
la p o b l a c i ó n . M o n g e p r o m e t i ó , en respuesta a las protestas populares (ma-
nifestaciones en la capital e i n v a s i ó n de terrenos semiurbanos en sus alrededo-
2 2
res) construir 1 0 m i l viviendas en 1 9 8 3 , a u n costo de 3 1 millones de dóla-
res y q u i z á con la ayuda del gobierno mexicano.
Las invasiones de terrenos rurales eran problema m á s grande y peligroso.
E l "regreso al c a m p o " fue lema de la c a m p a ñ a de M o n g e , pero u n sabio del
lugar d e c í a con sarcasmo que la mayor dificultad para c u b r i r ese programa
estaba en los alambres de p ú a s que p r o t e g í a n las haciendas. C o m o en cual-
quier parte de A m é r i c a C e n t r a l , la posesión de la tierra en Costa Rica es dese-
q u i l i b r a d a : 4 4 3 0 0 granjas ocupan 1 2 4 m i l h e c t á r e a s , pero 1 1 5 0 0 de las m á s
grandes tienen 2 millones de h e c t á r e a s . E l ó r g a n o del gobierno dedicado a la
reforma agraria, llamado ahora Instituto de Desarrollo A g r a r i o , e n t r e g ó sola-
mente 1 6 m i l títulos en 2 2 a ñ o s ; alrededor de 9 m i l e s t á n "suspendidos por
23
falta de r e c u r s o s " .
E n general, el gobierno responde con p r o n t i t u d a la a c c i ó n de los campe-
sinos que ocupan p a c í f i c a m e n t e tierras abandonadas o cuya propiedad se
disputa. E n 1 9 8 3 , invasiones de ese tipo provocaron violentos encuentros con
la policía, p o r lo que M o n g e insistió, en agosto, para que por ley se autorizara
24
la d i s t r i b u c i ó n de tierra a 1 0 m i l f a m i l i a s . E n esas invasiones, que ocurrie-
r o n en marzo de 1 9 8 3 en la frontera con P a n a m á , m u r i ó u n a persona y fueron
25
arrestados 3 0 0 de los 7 0 0 colonos que participaron en la i n v a s i ó n . H u b o m á s
violencia en j u l i o : 8 0 0 ex-empleados de U n i t e d Brands t o m a r o n nueve gran-
2 6
jas de la c o m p a ñ í a en el valle C o t o . U n mes antes, M o n g e manifestó p ú b l i -
camente su descontento por el desorden de la política agraria gubernamental,
y e n c a r g ó a su M i n i s t r o de P l a n e a c i ó n investigar por q u é no funcionaba el
programa de "regreso a la t i e r r a " . Entre tanto, la guardia r u r a l recibió orden
de combatir a los invasores, pero el gobierno, como siempre, les dio respuesta
favorable, a c o m o d á n d o s e a las circunstancias.
El sector p ú b l i c o y los sindicatos industriales estuvieron m u y tranquilos
en 1 9 8 3 y los primeros meses de 1 9 8 4 . Pocas veces manifestaciones y negocia-
ciones t e r m i n a r o n en huelgas, aunque hubo amenazas —en febrero de 1 9 8 4 —
del poderoso sindicato de ferrocarrileros, que cuenta con 2 m i l miembros, apo-
2 7
yado por 1 0 m i l de la F e d e r a c i ó n de Trabajadores de L i m ó n . M á s impor-
tantes eran las negociaciones entre los sindicatos del sector p ú b l i c o —bajo el

2 1
Tico Times, 25 de noviembre de 1983, p. 22. Las fuentes de Inforpress (p. 12) calculaban
un déficit de 104 mil en vivienda.
2 2
Inforpress, p. 11.
2 3
Ibid., p. 12.
2 4
Tico Times, 9 de marzo de 1984. Según estimación más realista, 2 m i l familias se benefi-
ciarían en 1983 y quiza 10 m i l en 1986 {Inforpress, p. 11).
2 5
Tico Times, 5 de marzo de 1984.
2 6
Ibid., 15 de julio de 1983.
2 7
Ibid., 24 de febrero de 1984.
44 LOWELL GUDMUNDSON Í7XXVI-1

28
liderazgo del gremio de maestros — y el gobierno para poner en p r á c t i c a el
" s a l a r i o m ó v i l " , que estaba pendiente desde 1982 (este problema fue m o t i v o
de conflicto con los sindicatos por el resto de 1984); su solución dentro de los
l í m i t e s que permite el déficit será p u n t o crítico para el gobierno de M o n g e en
sus tratos con el F M I y sus prestamistas internacionales.
A todo esto podemos a ñ a d i r el problema de los refugiados, aunque éste
no es privativo de Costa R i c a . Se calcula que en 1983 h a b í a de 3 m i l a 5 m i l
n i c a r a g ü e n s e s , 10 m i l s a l v a d o r e ñ o s y 900 cubanos, la m a y o r í a de los cuales
v i v í a n en campamentos de refugiados sostenidos por las Naciones U n i d a s , co-
29
m o el de T i l a r á n en la provincia de Guanacaste. Pero es necesario recordar
—para ver el problema desde una perspectiva real— que en los peores m o -
mentos de la lucha contra Somoza (1979) buscaron refugio en Costa R i c a m á s
30
de 60 m i l n i c a r a g ü e n s e s .

POLÍTICAS DE M E D I A N O PLAZO. L A S PRECANDIDATURAS


vs. L A " F Ó R M U L A M Á G I C A -

Piensan los costarricenses que seis c a m p a ñ a s presidenciales son extremadamente


largas, porque no t e r m i n a u n a cuando empieza la siguiente. Pero esta vez los
partidos comenzaron a actuar para la c a m p a ñ a de 1986 a fines de 1983 y p r i n -
cipios de 1984. Si, como dicen los " t i c o s " , la política es el pasatiempo nacio-
nal, 1983 estuvo fuera de temporada.
E l partido L i b e r a c i ó n Nacional —ahora en el poder— y el presidente M o n -
ge conservaron buen apoyo popular no obstante las dificultades e c o n ó m i c a s .
L a o p i n i ó n favorable a M o n g e (que es la diferencia entre el porcentaje de sim-
patizantes y el de críticos) d e s c e n d i ó de 45 en marzo de 1983, a 39 en j u l i o ,
37 en noviembre y 24 en marzo de 1984, pero M o n g e c o n s e r v ó el segundo
lugar entre los presidentes anteriores y los políticos activos gracias a su política
exterior y a la p r o c l a m a c i ó n de la n e u t r a l i d a d de Costa R i c a . Es i m p o r t a n t e
para el futuro el hecho de que 4 4 % de los entrevistados apoyaran a L i b e r a c i ó n
N a c i o n a l ( c o m p á r e s e con el 5 8 % que dio el triunfo al partido en las elecciones
de 1982). A u n q u e los candidatos de L i b e r a c i ó n Nacional estuvieron desluci-
dos ante su futuro contrincante para 1986, Rafael Á n g e l C a l d e r ó n Fournier,
l a s i t u a c i ó n se explica, en parte, porque ambos son poco conocidos, y por el
juego de opiniones dentro del p a r t i d o . D e todas maneras, muchos votantes
31
e s t á n a ú n indecisos.

2 8
A u n los maestros, orgullo nacional ( " m á s maestros que soldados", se dice), sintieron los
efectos de la crisis en el salón de clases. Una investigación muy discutida descubrió que 50% de
los alumnos repetían año; las deserciones aumentaron de 12% en 1972 a 15.4% en 1982; la mitad
de los alumnos entre 13 y 15 años y tres cuartos entre 16 y 17 no asistían a la escuela (Tico Times,
10 de julio de 1983).
2 9
Tico Times, 10 de julio de 1983.
3 0
Ibid., 25 de noviembre de 1983.
3 1
Las estimaciones provienen de la Nación Internacional, 22-28 de marzo de 1984, que cita
JUL-SEP 85 COSTA RICA 45

Antes de que hubiera juego político abierto entre los candidatos para las
elecciones de 1986, se h a b l ó en los círculos de Liberación Nacional de la llamada
" f ó r m u l a m á g i c a " para asegurar la victoria del partido e i n v e r t i r el p a t r ó n
a base del cual, durante 30 a ñ o s , alternaban en el poder L i b e r a c i ó n y sus opo-
sitores. L a idea era reformar el a r t í c u l o 132 de la C o n s t i t u c i ó n para que h u -
biera reelección del presidente, una forma de conseguir que ex-presidentes l i -
beracionistas m u y populares (José Figueres y D a n i e l O d u b e r ) compartieran
una f ó r m u l a electoral " i n v e n c i b l e " . V a r i o s líderes h a b í a n intentado — y has-
ta planeado— reformas a la C o n s t i t u c i ó n con este solo p r o p ó s i t o ; por eso la
" f ó r m u l a m á g i c a " se c o n s i d e r ó m á s f a n t a s m a g ó r i c a que novedosa, y fracasó
lastimosamente una vez m á s . L a ancianidad de Figueres y las ambiciones po-
líticas de O d u b e r fueron contrapeso a la fama de su talento entre los devotos
del partido, y los precandidatos de éste, m á s los de la o p o s i c i ó n , t e n í a n buenas
razones para oponerse a cualquier reforma de la C o n s t i t u c i ó n .
Entre Ó s c a r Arias, A l b e r t o Fait y Carlos M a n u e l Castillo, precandidatos
de L i b e r a c i ó n Nacional, el p r i m e r o , secretario general, es al parecer el que
puede tener la n o m i n a c i ó n , porque controla la m a q u i n a r i a del partido y m u -
chos e s t á n en deuda con él por sus favores en el pasado. D e los tres, Arias
fue el m á s popular dentro del partido y, al mismo t i e m p o , el menos favorecido
en la competencia con el líder de la oposición; así pues, no tiene muchas posibi-
lidades de despertar el interés de sus correligionarios o de conseguir popularidad
fuera de L i b e r a c i ó n . A r i a s pertenece a una importante familia de la provincia.
Se d o c t o r ó en ciencias políticas en Inglaterra, fue M i n i s t r o de P l a n e a c i ó n
(1974-1978) y diputado líder por su partido (1978-1982). Su forma de ser,
m u y reservada y reflexiva, no es exactamente la del político desafiante. Si lo-
gra la candidatura, se d e b e r á al respaldo de los cuadros medios de su partido,
no al apoyo popular n i al de los empresarios. E n febrero de 1984, Arias renun-
ció a la s e c r e t a r í a para dedicarse totalmente a la c a m p a ñ a , como exigen los
estatutos de su p a r t i d o , pero su influencia en la j e r a r q u í a está intacta y ahora
parece aventajar a sus rivales.
A l b e r t o Fait, que es P r i m e r Vicepresidente, m a n o derecha de M o n g e y
líder de la facción pro-empresarial del partido, tiene muchas posibilidades de
obtener la candidatura. Fait, figura destacada en la c a m p a ñ a de M o n g e por
la candidatura de 1982, ha influido mucho en la política e c o n ó m i c a del go-
bierno actual. T i e n e el apoyo de los sectores m á s ricos del partido para finan-
ciar su precandidatura, lo que mejora sus posibilidades.
Carlos M a n u e l Castillo, economista con prestigio internacional, es el ter-
cer precandidato de L i b e r a c i ó n . Fue director del Banco C e n t r a l y uno de los
principales voceros de la política e c o n ó m i c a del gobierno, con destacado papel
en la r e n e g o c i a c i ó n de la deuda externa. P e r d i ó , en el ú l t i m o momento, la pre-
candidatura ante M o n g e , por lo que su intento actual se considera u n buen

la investigación de Carlos Deuton y Gilda Acuña de la Consultoría Interdisciplinaria en Desarro-


llo, un afiliado de Gallup en América Central con base en Costa Rica. El margen de error en
los resultados fue de 4.5%.
46 LOWELL GUDMUNDSON FI xxvi-1
esfuerzo. E l partido p r o h i b i ó cualquier c a m p a ñ a hasta la c o n v e n c i ó n que t u v o
lugar ese a ñ o , pero la actividad política no d i s m i n u y ó .
Entre tanto, la oposición u s ó sus e n e r g í a s en reorganizar la estructura de
la coalición " U n i d a d " de 1978 y 1982, en busca de otro nombre y de una
i d e o l o g í a sólida que la uniera m á s allá de la contienda electoral. E l 17 de d i -
ciembre de 1983 d e s a p a r e c i ó oficialmente U n i d a d , y s u r g i ó en su lugar el
P U S C , compuesto por los partidos de oposición tradicionales: Democracia Cris-
tiana, U n i ó n Popular, R e n o v a c i ó n D e m o c r á t i c a y Republicano Calderonista.
Todos son m á s o menos "social-cristianos" y algo centro-derecha, pero el de
m á s arraigo popular sigue siendo el Republicano Calderonista, d i r i g i d o por
C a l d e r ó n Fournier, hijo del legendario Rafael Á n g e l C a l d e r ó n G u a r d i a , que
f u n d ó el partido cuando era presidente reformista (1940-1944), y cuya memo-
r i a provoca a ú n reacciones en p r o y en contra. E l j o v e n C a l d e r ó n (tiene 35
a ñ o s ) , que fue M i n i s t r o del Exterior de 1978 a 1982, p e r d i ó las elecciones de
1982. Se le considera v i r t u a l candidato de la oposición en 1986, aunque otra
derrota sería desastrosa para sus ambiciones presidenciales a pesar de que es
u n político m u y j o v e n .
El P U S C es sólo 5 0 % calderonista; los d e m á s partidos tienen el resto. A l -
gunos estudiosos, aludiendo al arreglo, dicen con algo de b u r l a que el R e p u -
blicano Calderonista contribuye con la gente, Democracia Cristiana con la ideo-
logía, R e n o v a c i ó n D e m o c r á t i c a con los organizadores y U n i ó n Popular con
el dinero. Los dos ú l t i m o s son apoyo importante para la c a m p a ñ a , aunque
q u e d a r á n inactivos cuando ésta t e r m i n e , pero Democracia C r i s t i a n a aporta
la ú n i c a — y m í n i m a — base ideológica que puede dar coherencia a u n partido
institucional de o p o s i c i ó n . Por el m o m e n t o , todos se encuentran a la zaga de
los calderonistas, que representan la q u i n t a parte del electorado.
E n j u n i o de 1984 d e b í a fijarse fecha para la c o n v e n c i ó n nacional de la opo-
sición, que n o m b r a r í a su candidato. Pero, como sucede siempre con la oposi-
c i ó n , h a b í a detalles sueltos. A l g u n o s hablaban de 4 m i l delegados para u n a
"asamblea n a c i o n a l " , cuya i n t e n c i ó n , tal vez, era evitar costosas convencio-
nes distritales en á r e a s donde la o p o s i c i ó n es d é b i l . D e cualquier manera, no
p a r e c í a haber dudas sobre los resultados.
C a l d e r ó n no tiene a ú n competidor serio, pero algunos rumores s e ñ a l a n
al presidente de R e n o v a c i ó n D e m o c r á t i c a , Ó s c a r A g u i l a r Bulgarelli, al de De-
mocracia Cristiana, Jorge A r t u r o Z a m o r a M o n g e , y al ex-ministro de T r a b a -
j o durante el gobierno de Carazo, G e r m á n Serrano Pinto. E n realidad, n i n g u -
no de ellos pasa de ser u n opositor simbólico para C a l d e r ó n ; queda por ver
si alguno se arriesga en u n a c a m p a ñ a por p e q u e ñ a que sea. A g u i l a r (40 a ñ o s ,
profesor de historia en la universidad) es líder de la o p o s i c i ó n en el Congreso.
Z a m o r a (45 a ñ o s ) y su grupo cubren con su refinamiento ideológico lo que
les falta de apoyo popular. N i n g u n o tiene buenas perspectivas para 1986; cual-
quier intento de c a m p a ñ a que llevaran a cabo sería d é b i l , con vista q u i z á a
metas políticas futuras. Serrano, asociado por la o p i n i ó n p ú b l i c a con las pesa-
dillas del gobierno de Carazo, tiene a ú n menos oportunidades. L a falta de com-
petencia sólida dentro del p a r t i d o puede ser una ventaja con restricciones para
JUL-SEP 85 COSTA RICA 47

C a l d e r ó n porque q u i z á asegure su candidatura, pero si no hay competencia,


p o d r í a ser p r o b l e m á t i c o d e s p u é s , en las elecciones generales, mantener el i n -
32
t e r é s de los votantes.

N U E V O LIDERAZGO DE IZQUIERDA

L a novedad política sensacional de 1 9 8 3 corresponde al partido m á s p e q u e ñ o .


El Partido Vanguardia Popular, pro comunista, líder de la coalición de izquierda
U n i d a d Popular, que c o n s i g u i ó 3 % de los votos en las elecciones presidencia-
les de 1 9 8 2 y cuatro de las 5 7 diputaciones nacionales, sufrió una serie de cri-
sis a fines de 1 9 8 3 , de las cuales a ú n no se recupera.
D u r a n t e 5 3 a ñ o s M a n u e l M o r a Valverde c o n s e r v ó la s e c r e t a r í a general
del partido, pero se le relevó del cargo y se le o t o r g ó el título honorífico de
presidente. Este cambio (la s e c r e t a r í a p a s ó al ex-diputado H u m b e r t o Vargas
Carbonell), que p r o v o c ó numerosos conflictos desde noviembre, se inició con
el borrador de nuevos estatutos en la asamblea extraordinaria convocada por
M o r a para el 1 2 y el 1 3 de noviembre. A l aceptar M o r a la c r e a c i ó n del puesto
A
de presidente, dio pie a su r e m o c i ó n . Los d í a s 3 y 4 de diciembre, en la 1 8
sesión plenaria, los 3 5 miembros del c o m i t é central aceptaron por m a y o r í a
" a b r u m a d o r a " los cambios, reemplazaron a M o r a y lo n o m b r a r o n presidente
a pesar de sus protestas. Esa " m a y o r í a a b r u m a d o r a " , i n f o r m a r o n d e s p u é s los
33
partidarios del ex-secretario, fue sólo de 2 0 contra 1 5 v o t o s .
M o r a V a l v e r d e , que estaba a la sazón en Nicaragua, viajó a C u b a poco
d e s p u é s de la r e u n i ó n de diciembre sin hacer d e c l a r a c i ó n oficial alguna, pero
m a n d ó una carta al c o m i t é central en la que denunciaba el m o v i m i e n t o y re-
nunciaba a la presidencia (su hermano Eduardo r e n u n c i ó al cargo de subse-
cretario). Acusaba en esa carta a los de la l í n e a d u r a y a los agitadores de ha-
ber usado u n recurso b u r o c r á t i c o para quitarle el liderazgo, que la base del
partido c o n f i r m a r í a en su 1 4 ° congreso, en septiembre de 1 9 8 4 . E l nuevo se-
cretario general c o n s u l t ó con los militantes del partido, quienes manifestaron
desacuerdo con la d e c i s i ó n y apoyaron a M o r a . E n consecuencia, Vargas via-
j ó a C u b a para hablar con el viejo líder en u n intento fallido por evitar la d i v i -
3 4
sión p ú b l i c a del p a r t i d o .
Los medios de c o m u n i c a c i ó n , en especial La Nación, p e r i ó d i c o conservador
y francamente anticomunista, d e c í a n —citando a varios partidarios de M o r a —
que el cambio significaba el triunfo de los j ó v e n e s de l í n e a d u r a , quienes, desi-
lusionados del liderazgo " d é b i l y complaciente", aprovecharon el nuevo car-

3 2
El análisis de las precandidaturas de Liberación Nacional y de Unidad Social Cristiana
se basa en un informe especial de La Nación Internacional, 8-14 de marzo de 1984, y en información
personal sobre los individuos que menciono.
3 3
La Nación, 2, 6 y 24 de diciembre de 1983. Más datos sobre estos hechos y grupos en Gud-
mundson, "Costa R i c a " , Yearbook of International Communist Affairs (1983), Stanford, Hoover Insti¬
tution, 1984.
3 4
La Nación, 27 y 30 de diciembre de 1983, y 4 de enero de 1984.
48 LOWELL GUDMUNDSON F/XXVI-1

go de presidente y la avanzada edad del ex-secretario para poner en p r á c t i c a


su r e m o c i ó n . La Nación a ñ a d i ó algo de intriga a esta i n t e r p r e t a c i ó n . U n a nota
editorial p r e s e n t ó el viaje de M o r a a C u b a como intento de volcar a su favor
la influencia de Fidel Castro contra lo que, en su o p i n i ó n , era u n m o v i m i e n t o
apoyado por los soviéticos ante la aventura armada de Estados Unidos en A m é -
rica C e n t r a l . M o r a fue fiel vocero de la línea soviética durante medio siglo,
pero no t e n í a experiencia directa de la U n i ó n Soviética como Vargas, y se sa-
bía que trabajaba con Castro y el gobierno de Costa R i c a en u n plan de paz
3 5
para A m é r i c a Central que fuera aceptable para Estados U n i d o s .
Es posible que Vargas sea representante de u n grupo m á s radical del par-
tido, pero t a m b i é n es evidente que el conflicto entre generaciones pudo causar
esa crisis de sucesión. A d e m á s , el apoyo del c o m i t é central —haya sido o no
" a b r u m a d o r " — y del diputado A r n a l d o Ferrero a la candidatura de Vargas,
indica algo m á s que el simple predominio de la l í n e a d u r a . Vargas d e s e m p e ñ ó
importante papel como diputado por su partido de 1978 a 1982. Él y Ferrero
no t u v i e r o n éxito al organizar huelgas mientras fueron diputados, pero V a r -
gas se d i s t i n g u i ó como legislador serio y capaz que a y u d ó mucho a resolver
problemas universitarios y financieros del sector p ú b l i c o . Ferro, quien hizo
la ú n i c a d e c l a r a c i ó n oficial, dijo que no h a b í a división, cambio de política, n i
r e d u c c i ó n del poder de M o r a , y que el partido era v í c t i m a de la d i f a m a c i ó n ,
que lo presentaba d o m i n a d o por la línea dura y proclive a la violencia, lo que
3 6
justificaba su r e p r e s i ó n .
M o r a r e g r e s ó de C u b a el 9 de enero de 1984 para u n a r e u n i ó n política
en la cual d e m o s t r a r í a que s e g u í a viva su popularidad en el partido. Pero fra-
casaron los esfuerzos de sus partidarios para recuperar el control o —si esto
fallaba— conseguir en u n a c o n v e n c i ó n improvisada que se les reconociera co-
mo el Partido de V a n g u a r d i a Popular l e g í t i m o , porque el T r i b u n a l Electoral
Supremo de la N a c i ó n falló en favor de la posición de Vargas y Ferrero.

TERRORISMO, POLÍTICA Y DEMOCRACIA INERME

Desde 1981 aumentaron en Costa R i c a los ataques terroristas, muchos —no


todos— de grupos políticos centroamericanos. L a frecuencia de los atentados,
y los conflictos políticos internos por i n v a s i ó n de tierras o expresados en los
enfrentamientos en la frontera con Nicaragua, instaron al gobierno a aumen-
tar sus fuerzas de seguridad que no son ya tan reducidas. Costa Rica no tiene
ejército (83 % de la p o b l a c i ó n se opone a su existencia), pero entre 1982 y 1983
recibió en armas de Estados U n i d o s el equivalente a 2 millones de d ó l a r e s ,
37
y p i d i ó alrededor de 10 millones para 1 9 8 4 .
S e g ú n The Miami Herald, las fuerzas de seguridad de Costa Rica tienen
ahora 5 m i l guardias civiles:

3 5 o
La Nación, 2, 24, 23 y 30 de diciembre de 1983, y I de enero de 1984.
3 6
La Nación, 7 de diciembre de 1983.
3 7
10 de mayo de 1984.
JUL-SEP 85 COSTA RICA 49

Ésta es la fuerza principal, que se creó después de la guerra civil de 1948. Desde
1982, se han organizado comandos móviles en lugares estratégicos. La nueva Com-
pañía Chorotega, localizada en la frontera norte, tiene 184 guardias preparados
en la escuela que Estados Unidos tiene en el Canal de Panamá. Los comandos
del Sur y del Atlántico, cada uno con 278 guardias, se hallan estacionados cerca
de las zonas plataneras al sur y al este del país. [. . .]Tres mil hombres integran
la guardia rural, destinada principalmente a dispersar invasores. La policía judi-
cial, que se fundó en 1973 con 120 empleados, tiene ahora 647, de los cuales 287
son investigadores. [. . .]Fuerzas de seguridad pequeñas como la Agencia de Se-
guridad Nacional y el Directorio de Inteligencia y Seguridad cuentan con 100
oficiales. [. . .]La policía militar, que cuenta ahora con 250 hombres (100 en 1977)
tiene a su cargo la seguridad de San José. También existe un grupo especial, la
Unidad para la Prevención de la Delincuencia. La Organización para Emergen-
cias Nacionales es una fuerza paramilitar creada por decreto del ejecutivo en 1982;
sus 10 mil miembros reciben cuatro horas semanales de preparación con rifles ga-
rand obsoletos. Este grupo tiene por objeto apoyar a la guardia civil en emergencias.
La cuestión ideológica desempeña importante papel en la organización, porque
uno de los requisitos para ingresar es profesar una sincera fe democrática (según
Campos, Viceministro de Seguridad, no se permite el ingreso de izquierdistas).
38
[. . .]Además de las fuerzas oficiales, hay varios grupos paramilitares privados

Dos golpes terroristas en 1983 i n d i g n a r o n a la o p i n i ó n p ú b l i c a . E n j u n i o


e x p l o t ó u n auto en San J o s é ; m u r i e r o n en el atentado dos n i c a r a g ü e n s e s y va-
rias personas resultaron heridas. S e g ú n se i n f o r m ó ampliamente, se trataba
de u n torpe intento, en c o l a b o r a c i ó n con la o r g a n i z a c i ó n vasca E T A , para ase-
sinar al líder antisandinista Alfonso R ó b e l o . E n octubre hubo u n ataque a la
casa del embajador de G r a n B r e t a ñ a , que se a t r i b u y ó a la E T A y a algunos
extremistas de izquierda. A fin de a ñ o , u n diario sensacionalista dijo que ha-
b í a en el norte del país u n " c a m p o comunista de adiestramiento" que d i r i g í a n
3 9
norcoreanos y, q u i z á , personal m i l i t a r de la E T A . Por las circunstancias,
no sorprende que en una encuesta que hizo La Nación a principios de 1982,
54.2% de los entrevistados opinaran que h a b í a una relación entre "terroristas
y grupos comunistas", aunque el gobierno j a m á s p r e s e n t ó pruebas de ese
4 0
vínculo.
Los actos terroristas de exiliados en San J o s é provocaron, en principio,
el aumento de las fuerzas de seguridad, pero éstas t o m a r o n parte en otros ca-
sos desde entonces. L a relativa facilidad con que se han investigado los atenta-
dos y j u z g a d o a los responsables, desmiente la necesidad de aumentar a tal
grado las fuerzas de seguridad. E n realidad, se han aumentado esas fuerzas

3 8
La cita y la encuesta sobre la creación de un ejército en Marc Edelman y Jayne Hutch-
croft, "Costa Rica: Modernizing the N o n - A r m y " , NACLA Report on the Americas, 28 (2), 1984,
pp. 9-11.
3 9
En lo que se refiere al atentado, véase La Nación, 30 de junio de 1983, y FBIS, 15 de sep-
tiembre de 1983; sobre el ataque de octubre, FBIS, 4 de octubre de 1983; en cuanto a la relación
Corea del Norte y E T A , La Prensa Libre, 21 de noviembre de 1983, y FBIS, 30 de noviembre
de 1983.
4 0
La Nación, 19 de diciembre de 1982.
50 LOWELL GUDMUNDSON F/XXVI-1

para tratar dos problemas m u y relacionados: el conflicto fronterizo con Nica-


ragua y las invasiones de tierras rurales, cada vez m á s frecuentes; los invaso-
res chocan ahora con la policía m á s a menudo y con m á s violencia que en el
pasado.
M o n g e t e n d í a claramente a intervenir de manera m á s directa en los cam-
pamentos que t e n í a n los " c o n t r a s " en la frontera, cuando escuadrones de la
muerte asesinaron a izquierdistas costarricenses y empezaron saqueos a tien-
4 1
das de partidarios de los " c o n t r a s " a mediados de 1 9 8 3 . M u e s t r a evidente
de la " n e u t r a l i d a d " que favorecía el gobierno de M o n g e fueron las fuerzas
de seguridad y una política de r e p r e s i ó n . E n este caso, el aumento en la seguri-
dad parece ayudar a la neutralidad y a la izquierda. Pero se acusa a las figuras
má's destacadas en las fuerzas de seguridad y en la O r g a n i z a c i ó n para Emer-
gencias Nacionales, en especial al Viceministro del Interior y jefe de la guardia
r u r a l , E n r i q u e C h a c ó n , de colaborar con las fuerzas que dirige E d é n Pastora.
Los líderes de L i b e r a c i ó n —el diputado M i g u e l Á n g e l G u i l l é n y el M i n i s t r o
de Seguridad P ú b l i c a , E d m u n d o Solano C a l d e r ó n — denunciaron la incon-
42
gruencia de esa c o l a b o r a c i ó n con la neutralidad que declaraba el g o b i e r n o .
Así pues, c o n t i n ú a la lucha por el poder político de las fuerzas de seguridad
en la frontera del norte, a pesar de la abrumadora o p o s i c i ó n a que se cree una
fuerza m i l i t a r con influencia política interna.
Poco han cambiado —excepto en dimensiones y violencia— las funciones
de las guardias r u r a l y civil dedicadas a expulsar invasores y r e p r i m i r huelgas
en la zona platanera. Por primera vez en mucho tiempo (a principios de 1 9 8 4 ) ,
m u r i ó u n invasor y varios resultaron heridos en u n encuentro con la guardia,
4 3
al sur del p a í s . A l crecer los cuerpos de seguridad y su violencia, pocos bue-
nos augurios hay para u n r é g i m e n que n i siquiera menciona ya el "regreso
a la t i e r r a " como solución para la crisis.

L A N E U T R A L I D A D DE COSTA R I C A E N L A CUERDA FLOJA

A mediados de 1 9 8 3 , el gobierno de M o n g e a c e n t u ó su neutralidad ante los


choques en la frontera con Nicaragua y la crisis de A m é r i c a C e n t r a l . Esa acti-
tud no r e c i b i ó apoyo n i de Estados U n i d o s , n i de los derechistas costarricen-
ses, n i de su gobierno. Esta o p o s i c i ó n , que sigue sólida y decidida, hace dudar
de la d i r e c c i ó n que t o m a r á el p a í s en política exterior. Pero —veremos m á s

4 1
La Nación, 26 y 27 de julio de 1983; New York Times, 31 de octubre de 1983; AFP (París),
4 de agosto; y FBIS, 5 de agosto del mismo año.
4 2
Pedía Guillén con franqueza a los funcionarios que olvidaran la idea de volverse genera-
les dirigiendo una guerra; y Solano criticaba a los que pedían la guerra, porque no bien ésta co-
menzara los que la favorecían huirían a M i a m i y, al final, la población pobre y la guardia civil
tendrían que enfrentar la lucha. El país no debía dejar el camino del diálogo (Inforpress-Central America
Reporl, 11 de mayo de 1984, p. 2).
« Latín America Regional Reports: México and Central America Report, 4 de mayo de 1984, p. 7.
JUL-SEP 85 COSTA RICA 51

adelante— la p r e s i ó n para forzar una política de derecha y antisandinista pro-


voca la r e a c c i ó n contraria en L i b e r a c i ó n Nacional, al u n í s o n o con la r e a c c i ó n
de M é x i c o a las presiones del norte. Por eso la política actual del Departamen-
to de Estado, que intenta sacar al gobierno de M o n g e de su " n e u t r a l i d a d en
la cuerda f l o j a " y meterlo en el conjunto que forman Estados U n i d o s , E l Sal-
vador y Honduras, puede ser tan contraproducente como el intento de sobornar
e c o n ó m i c a m e n t e a M é x i c o para silenciar sus críticas a la política estadunidense
en A m é r i c a Central.
Los acontecimientos que condujeron a Costa R i c a a declarar su neutrali-
dad comenzaron a ser visibles a mediados de 1983. E l antisandinismo en Cos-
ta Rica llegó a su punto de s a t u r a c i ó n a principios de marzo durante la visita
del Papa a M a n a g u a , donde se le recibió con tibieza. E l Papa u s ó a Costa Rica
como base nocturna en sus visitas diarias a otras capitales centroamericanas,
lo que dio lugar a resaltar la imagen del p a í s como "oasis de t r a n q u i l i d a d " ,
a lo que son tan proclives los costarricenses cuando se comparan con sus veci-
nos. L a prensa conservadora nacional no p e r d i ó tiempo en presentar el pro-
blema de M a n a g u a como prueba de sandinismo nocivo. Pero los temores del
4 4
gobierno de que la guerra en la frontera hiciera de Costa R i c a otro L í b a n o
le llevaron a tomar medidas para frenar las fuerzas de los " c o n t r a s " y separar
a Costa R i c a de la política de Reagan en A m é r i c a Central.
Los hechos concretos que precipitaron los acontecimientos fueron éstos:
en agosto u n a v i ó n que, se s u p o n í a , p r o v e n í a de San J o s é , b o m b a r d e ó el aero-
puerto de M a n a g u a ; al m i s m o t i e m p o o c u r r i e r o n las matanzas y motines de
U p a l a en la frontera, y a principios de septiembre el ataque de los " c o n t r a s "
en el puesto fronterizo de P e ñ a s Blancas. E n adelante, en Costa Rica detuvie-
r o n a los miembros del A R D E , confiscaron armas, r e p r i m i e r o n — y a veces
45
expulsaron— a los l í d e r e s . A u n q u e hayan aumentado las fuerzas de seguri-
dad en la frontera, es poco lo que Costa R i c a puede ante los " c o n t r a s " , en
especial para suprimir, alterar y d i s m i n u i r los mecanismos de c o m u n i c a c i ó n .
T i e n e m á s importancia el cambio que i m p l i c a esta política para cualquier re-
vuelta en el futuro o para los planes de Estados U n i d o s . Las capturas y expul-
siones que tuvieron m á s publicidad fueron de mercenarios (estadunidenses y
cubanos que p r o v e n í a n de Estados U n i d o s ) reclutados en M i a m i , cuyo desti-
no eran campamentos de los " c o n t r a s " ; el mensaje —aunque no definitivo—
4 6
era claro para Estados U n i d o s .
A d o p t a d a la neutralidad, la consecuencia inmediata era cambiar al M i -

4 4
A finales del decenio 1970, al anquilosarse el modelo de bienestar social, se temía que el
país tomara el camino de Uruguay. Pero en 1980, un editorial de La Nación (28 de noviembre)
comparó la crisis nacional con la regional. El periodista Ted Cordova Claure (TheMiami Herald,
19 de diciembre de 1983, ed. española) usó la misma expresión para explicar el mensaje de M o n -
ge a una misión parlamentaria europea que visitaba América Central en diciembre de 1983, en
el que hizo comentarios negativos sobre la política de Reagan, en contraste con la de Contadora.
4 5
New York Times, 20 de septiembre de 1983; FBIS, 9, 19, 29, 30 de septiembre y 3 de oc-
tubre de 1983.
4 6
En la misma edición del New York Times, y FBIS, 9 de septiembre de 1983.
52 LOWELL GUDMUNDSON i?/XXVI-1

nistro de Relaciones Exteriores. Fernando V o l i o , m i n i s t r o a la s a z ó n , h a b í a


denunciado con frecuencia el r é g i m e n sandinista por totalitario, marxista-
leninista, expansionista, etc. Su r e t ó r i c a excesiva ruborizaba a su gobierno,
que intentaba negociar con Nicaragua los problemas fronterizos. Era asom-
broso el parecido entre las manifestaciones estridentes de V o l i o y las del ex-
líder y m i n i s t r o Gonzalo F a c i ó , portavoz de los grupos derechistas, sobre todo
4 7
porque V o l i o representaba u n gobierno que F a c i ó criticaba con s a ñ a .
Fuentes bien informadas anunciaron la destitución de V o l i o en agosto, aun-
que él " r e n u n c i ó " en noviembre. L a p r i m e r a m a n i f e s t a c i ó n p ú b l i c a de este
cambio se p r e s e n t ó a mediados de octubre, cuando M o n g e viajó a M é x i c o sin
ese m i n i s t r o . M o n g e restó importancia a la ausencia de V o l i o , pero la prensa
48
y los funcionarios mexicanos entendieron bien el mensaje. L a causa aparente
de la renuncia de V o l i o fue el voto del delegado costarricense en las Naciones
U n i d a s contra la i n v a s i ó n de Granada, contrariando instrucciones de abste-
nerse que dictó el m i n i s t r o . E l voto se e m i t i ó por instrucciones del presidente;
así pues, la renuncia no fue sino una d e s t i t u c i ó n elegante, pero d e s t i t u c i ó n de
todos modos,. A l mismo tiempo, la Asamblea Nacional c o n d e n ó la i n v a s i ó n
4 9
perpetrada por Estados U n i d o s , apoyando así la decisión de M o n g e .
D e s p u é s de este cambio, Monge declaró la neutralidad permanente de Cos-
50
ta R i c a , el 15 de n o v i e m b r e . L a d e c l a r a c i ó n se p r e s e n t ó a la n a c i ó n el 15
51
de septiembre, aniversario de la independencia. A l confirmarla dos meses
d e s p u é s , se procuraba terminar con el periodo de enfrentamientos de V o l i o
y s e ñ a l a r que el gabinete y el partido se alejaban de la l í n e a propuesta por
Estados U n i d o s .
El Departamento de Estado, en c o o r d i n a c i ó n con C u r t i n W i n s o r , su nue-
vo y controvertido embajador en Costa R i c a , i n t e n t ó dos veces m á s compro-
meter al gobierno de M o n g e en planes que se denominaron "maniobras con-
j u n t a s " y "desarrollo r e g i o n a l " . Fue tan torpe en ambos casos la forma de
negociar que no sólo fracasó, incluso a u m e n t ó en el gobierno el rechazo a ese
tipo de c o o p e r a c i ó n . E n noviembre y diciembre, con m u c h a publicidad de por
medio, Estados Unidos ofreció varios centenares de ingenieros militares para
que construyeran carreteras y puentes en la frontera norte; M o n g e r e c h a z ó
la oferta y se v i o forzado a pedir al embajador a c l a r a c i ó n sobre las " m a n i o -
52
bras conjuntas" y el m o v i m i e n t o de t r o p a s . Estos conflictos se complicaban
porque el embajador t e n í a el h á b i t o de aconsejar p ú b l i c a m e n t e al gobierno so-
bre soluciones de largo plazo para sus problemas o sobre la p r á c t i c a de su polí-
tica del m o m e n t o . L a plana mayor de L i b e r a c i ó n Nacional lo acusó p ú b l i c a -

4 7
Ejemplo claro de ese parecido se encuentra en La Nación Internacional, 17-23 de mayo de
1984, p. 7; en la misma edición, Carlos José Gutiérrez, sucesor de Volio, insiste en la posición
del gobierno favorable a la neutralidad y a Contadora, en contraste con la actitud de Volio.
4 8
FBIS, 17 de octubre de 1983.
4 9
FBIS, 26 de octubre y 16 de noviembre de 1983.
5 0
FBIS, 18 de noviembre de 1983.
1
5 FBIS, 16 y 30 de septiembre de 1983; New York Times, 20 de septiembre de 1983.
5 2
FBIS, 16 y 17 de noviembre de 1983.
JUL-SEP 85 COSTA RICA 53

53
mente de intervenir en asuntos i n t e r n o s , y la izquierda d e n u n c i ó dos veces
54
su " i n t e r v e n c i o n i s m o " .
El 3 de mayo de 1 9 8 4 se i n f o r m ó que los sandinistas h a b í a n bombardeado
t e r r i t o r i o costarricense, circunstancia que r e n o v ó la avalancha de comentarios
5 5
sobre posibles solicitudes de ayuda m i l i t a r a Estados U n i d o s . M á s impor-
tante que el capital destinado a esa ayuda m i l i t a r era la ganancia política que
Estados U n i d o s pensaba obtener, s e g ú n revela u n informe: " P o d r í a producir
u n cambio importante de la neutralidad en la cuerda floja, e impulsar [a Cos-
ta Rica] de manera m á s explícita y p ú b l i c a al lado antisandinista; de esto po-
5 6
demos obtener importantes ganancias p o l í t i c a s " .
Carlos J o s é G u t i é r r e z , M i n i s t r o del Exterior, n e g ó repetidas veces que se
hubiera solicitado ayuda m i l i t a r o que Estados U n i d o s ejerciera p r e s i ó n algu-
na. Pero u n a cadena de radio i n f o r m ó que, s e g ú n los líderes políticos, " h a b í a
aumentado diez veces" la p r e s i ó n sobre Costa R i c a para que apoyara la polí-
57
tica de Estados U n i d o s y aceptara ayuda m i l i t a r ; i n f o r m a r o n t a m b i é n que
esa p r e s i ó n p o d í a significar la división del partido en el poder.
A n t e el aumento de las tensiones en la frontera y las presiones internas
y externas, los que se o p o n í a n a la m i l i t a r i z a c i ó n del p a í s realizaron una m a n i -
festación el 1 5 de mayo para apoyar la neutralidad y respaldar al gobierno para
5 8
que la pusiera en p r á c t i c a . C o i n c i d i ó ese aumento de p r e s i ó n con la visita
del presidente De la M a d r i d a Washington, durante la cual advirtió al gobierno
estadunidense de sus errados m é t o d o s en A m é r i c a C e n t r a l . E n estas circuns-
tancias, el G r u p o Contadora d i s e ñ ó apresuradamente u n acuerdo que firma-
ron los ministros del exterior de Nicaragua y P a n a m á , con el p r o p ó s i t o de evitar
m á s hostilidades que sirvieran de excusa para aumentar las tensiones o la inje-
5 9
rencia de Estados U n i d o s en Costa R i c a . D u r a n t e la visita de De la M a d r i d
— y aun d e s p u é s — se dio mucha publicidad a la National Security Décision Direc-
tive 124, firmada por Reagan, en la que ordenaba al Departamento de Estado
d i s e ñ a r u n plan para presionar a M é x i c o por medio de concesiones financieras

5 3
Tico Times, 27 de enero de 1984.
5 4
FBIS, 2 y 22 de noviembre de 1983.
5 5
M á s detalles en The Miami Herald, 5 y 6 de mayo de 1984; Inforpress, Central America Re-
port, 10, 18 y 11 de mayo de 1984, p. 137; FBIS, 4, 7, 11 y 14 de mayo de 1984.
5 6
The Miami Herald, 10 de mayo de 1984.
5 7
Mutual Radio Network, 11 de mayo de 1984. U n análisis sobre el mayor efecto de la políti-
ca estadunidense en el gobierno de Monge se encuentra en "Costa Rican Neutrality Throttled:
Washington Pushes Military A i d on San José Government", Washington Report on the Hémisphère,
4, 17 y 29 de mayo de 1984, pp. 1 y 6.
5 8
La Nación Internacional, 17 y 23 de mayo de 1984; Tico Times, 18 de mayo de 1984.
5 9
The Miami Herald, 17 y 27 de mayo de 1984, ed. en español. En la reunión de P a n a m á ,
Gutiérrez dijo que Costa Rica seguiría pidiendo ayuda en armas a Estados Unidos, a pesar de
que él había insistido en que el pedido no se hiciera. Los mexicanos habían criticado mucho el
apoyo sorpresivo de Costa Rica, junto con El Salvador y Honduras, a una propuesta contra Nica-
ragua en la reunión que el Grupo Contadora tuvo en P a n a m á el 29 de abril. Esto se interpretó
como juego del poder estadunidense. La convocatoria de México a otra conferencia el 15 de mayo
con D'Escoto y Gutiérrez para organizar una comisión de la frontera, manifiesta el rechazo de
De la Madrid a la política de Reagan, tal como la expresó en Washington esa misma semana.
54 LOWELL GUDMUNDSON FIXXVl-1

y comerciales para que cambiara su política hacia A m é r i c a C e n t r a l . Esa d i f u -


sión h a r á fracasar el plan para el gobierno mexicano y t a m b i é n esfuerzos s i m i -
lares respecto a países como Costa R i c a , que son m á s proclives a la influencia
de Estados Unidos pero tienen sectores que c r i t i c a r í a n una política abierta-
60
mente subordinada o demasiado a c o m o d a t i c i a .
E l bizantinismo de la guerra de los " c o n t r a s " y la c o n e x i ó n de Estados
U n i d o s y Costa R i c a con referencia a este grupo, se manifestaron en el atenta-
do contra E d é n Pastora, el 30 de mayo de 1984, en el que m u r i e r o n u n estadu-
nidense, u n periodista costarricense y u n guerrillero, y hubo una docena de
heridos. Los adeptos de Pastora y la prensa sugirieron al principio que era
obra de miembros de la A R D E dirigidos por Alfonso R ó b e l o , quien favorecía
la alianza —apoyada por Estados U n i d o s — de su grupo con los somocistas
del Frente D e m o c r á t i c o N i c a r a g ü e n s e que luchaban en la frontera de Nicaragua
y H o n d u r a s . Pastora r e c h a z ó esa alianza antisandinista de la que eran p a r t i -
darios R ó b e l o y la C I A . Poco d e s p u é s , Pastora y M o n g e sugirieron que q u i z á
el r é g i m e n sandinista h a b í a provocado el ataque; M a n a g u a r e c h a z ó con vehe-
mencia la a c u s a c i ó n . M o n g e o r d e n ó el arresto de Pastora, que estaba hospita-
lizado, y lo d e p o r t ó a Venezuela para dar u n a muestra m á s de la neutralidad
6 1
de Costa R i c a .
E n octubre de 1983, los l í d e r e s costarricenses recibieron con entusiasmo a
la c o m i s i ó n Kissinger, a la que presentaron enormes solicitudes de apoyo. E l
t i e m p o ha deteriorado muchas perspectivas de ayuda estadunidense i n m e -
diata; ahora se considera poco probable que se consoliden las recomendacio-
nes de la c o m i s i ó n . Por lo d e m á s , L i b e r a c i ó n N a c i o n a l —sus miembros j ó v e -
nes, especialmente— opina que es m u y alto él precio político y d i p l o m á t i c o
que d e b e r á pagarse por cualquier ayuda que se reciba. Si la estabilidad e c o n ó -
m i c a y la r e c u p e r a c i ó n de Costa R i c a quedan atrapadas en el forcejeo con el
F M I , sin duda su estabilidad p o l í t i c a q u e d a r á sujeta a la crisis de A m é r i c a
C e n t r a l y a la r e a c c i ó n de Estados U n i d o s . A u n q u e la actitud de la sociedad
costarricense tiende a la t r a n s a c c i ó n y a la estabilidad, la e c o n o m í a externa
y el ambiente político p o d r í a n t e r m i n a r con esa t r a d i c i ó n pacifista.
N o faltan en Costa R i c a elementos para el desastre. Queda por ver q u é
h a b i l i d a d tiene el p a í s para manejar sus escasas posibilidades; pero si los acon-
tecimientos de estos a ñ o s pueden servirnos de pista, es probable que el d i á l o g o
y la p r e c a u c i ó n sean las principales armas, aunque e s t á por verse su efectivi-
d a d contra el m i l i t a r i s m o en la r e g i ó n .

6 0
Informes sobre los conflictos de la visita de De la Madrid y sobre los planes para presio-
nar a México en TheMiami Herald, 15 de mayo de 1984; y en su edición del día 26, véase el artícu-
lo de Marlene Nadie, " U . S . Suspicions About the Left Worrying M é x i c o " .
6 1
Los primeros informes sobre estos hechos, en los que se sugiere la división entre la A R -
D E , el F D N y la C I A , están en TheMiami Herald, 31 de mayo de 1984. M á s información, ibid.,
o o
I y 2 de junio de 1984, y The New York Times, I de junio del mismo año.

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