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Parte I

Martes 4, miércoles 5, jueves 6 de junio de 2019

Esta es la primera entrada de más por venir de un intento por dejar escrito o mejor dicho por hacer una
relación, de la guerrilla colombiana. Al cabo de un mes lo que puedo contar es que existe un plan, con
algunas lecturas y una fecha a partir de la cual comenzar a escribir “Una breve historia de la guerrilla
colombiana”. Mientras tanto, claro, las FARC están en el Congreso, en Catatumbo el EPL y el ELN
dizque se cagan a tiros -pero ya no se puede saber nada de las Noticias-mentira. El brujo Uribe aúlla en
los periódicos -y uno sigue a los senadores Sandino y Petro por twitter.
Leo un artículo de Wikipedia. Si uno viniera del año 2484 hoy a esta Tierra, diría después de leerlo
también que en Colombia hay guerrillas y que constituyen un movimiento indígena armado,
históricamente organizado en repúblicas independientes y recientemente en algo así como países
móviles. Estados en conflicto con el Estado, en combate continuo y además fluidos, siempre en
movimiento. El Gobierno de Colombia no obstante, con el Gobierno de Estados Unidos, agrega, a una
acusación moral (la de ser comunistas...) varias mentiras, principalmente la de ser terroristas y
narcotraficantes. El Estado de Colombia puede ser un constructo tan reciente como fantasmagórico,
pero la propiedad privada y el trabajo asalariado no. No vale la pena ponerse a pensar qué es Colombia.
El Comunismo, por ejemplo en Lenin (“El Estado y la revolución”) tiene una teoría suficiente para ello.
Asociar el narcotráfico al comunismo es lógico si el objetivo es destruir la formación social colombiana
y este es el objetivo de las fuerzas de seguridad de Estados Unidos (sus propias polícías, la Federal,
F.B.I., D.E.A., C.I.A., Departamento de Defensa (DoD) y fuerzas militares) y de los países de América.
La destrucción del comunismo y la perpetuación del feudalismo son los buenos augurios de Estados
Unidos para los colombianos.
Pero bueno, breve historia: están los guerrilleros primeros, los originales, fortificados en La Lindosa, a
punto de ser traicionados por los liberales. Gerardo Loaiza el patriarca sacrifica a un hijo por sus
ideales o sus intereses (la diferencia no la sé yo tampoco). Algo más bonito que la verdad. Esta es la
historia de Wikipedia. Igual, absténganse de comulgar con esta lectura. Después del bombardeo de la
República de Marquetalia con aviones bombarderos de esta nueva universal force diseñada por los
dioses olímpicos especialmente para la Violencia (Violencia por los Recursos Naturales de América del
Sur habría que agregar), y de fondo las iteraciones de un capital suplementario, el billete de Colombia,
presionado a no participar, el Destino manifiesto de estos United States of America se confunde con los
parámetros de la subjetivad. Pero las guerrillas se despliegan... el artículo menciona cosas que uno
realmente no sabe por qué tomar (emprendimientos secretos de gringos encubiertos o instituciones
auténticas: Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar), por las cumbres de Tolima y Huila, luego por
toda la tripartita porción de los Andes que le toca a los colombianos, y el Caribe, la Guajira, los llanos
orientales y la Amazonía noroccidental, la guerrilla. Yo no tengo cómo saberlo desde aquí, adonde
estoy, en Turrialba, Costa Rica.
El constructo mediátido de los canales de televisión + los periódicos es una ideología. Busca ser el
soporte simbólico para la instalación de un patos colonial. Diseñado desde ya por esa potencia colonial
mundial que uno no sabe por qué nos negamos a seguir la pauta castrista y llamarlo más a menudo al
menos, el Imperio de Estados Unidos. Post-colonial sólo en que buscan implicarnos en la producción
de nuestra independencia. La narración: un reino boscoso de príncipes alemanes (Vargas-Lleras, Uribe,
Santos) y gestas épicas (la gran guerra contra el comunismo en la selva, las fuerzas victoriosas de la
Paz). El espectador es la bondad de los yanquis, un flautista de Hamelin. En fin, Marulanda de
Marquetalia, Tirofijo. Una circunstancia histórica en el sentido en que yo entiendo el marxismo, la
simple realidad física de los Andes, y dado una formación social, hacen las F.A.R.C. Tal vez algo far
away para un tejano o un mexicano enajenado, pero imbatible.
6 de junio de 2019

Una cosa es la historia de F.A.R.C., E.L.N., E.P.L.., M-19, Movimiento Indígena Armado Quintín
Lame y E.R.P.. Otra la historia del Gobierno del Estado sobre el territorio colombiano desde principio
de siglo XIX. Una tercera la de las guerras contra la Corona de Castilla (Imperio español) entre el siglo
XVII y XIX. Una cuarta la historia de esa sociedad que no entró en guerra, sino en alianza, con el
Imperio español, que ahora, uno supondría, sería la misma que buscar entrar en alianza con el Imperio
yankee. Una cuestión preliminar de importancia es la condición post-colonial impuesta por el
intervencionismo de Estados Unidos, incluso a los mismos designios de la casta criolla. La segunda
cosa, la historia del Gobierno del Estado sobre el territorio colombiano desde principio de siglo XIX no
es sólo la historia del capitalismo provincial colombiano advenedizo (en sus autoflagelos cosmopolitas,
deudas, crónicas de muerte anunciada, etc.), sino que el periodo de tiempo que corrió desde entonces
(desde la famosa Independencia) son dos siglos que pueden dividirse más o menos en dos (después de
los cuales habríamos entrado en uno tercero desde el año 2001): el primero, el de las gestas bolivariana
y samartinas que culminaron con la independencia de América, que podríamos decir que sostiene la
conformación de una clase capitalista nacional que florece, en el caso de Colombia, como en
Centroamérica, con la venta de café, banano, tabaco, tintes, etc. en el nuevo mercado mundial burgués.
El segundo, que comenzaría en 1898 (fecha rememorada en la novela de Asturias “Señor Presidente”,
con la expulsión de España de Puerto Rico, en una guerra contra las fruiciones de la fortuna del Norte
que no sólo acabó con España sino que marcó el comienzo de la hegemonía norteamericana (big stick,
espías, asistencia social, planes de seguridad, vigilancia de la comunciación en todo momento y lugar,
combo 1: Made in USA). Enriquecimiento tremendo durante el siglo XX que permitió a los gringos
reconstruir Europa para sí mismos y convertirla hoy en moneda de cambio de su economía del plantea
Tierra.
Esto es una consideración anterior a otra, también consideración y también anterior, pero segunda, esto
es una segunda consideración. Cómo reportar esta guerrilla históricamente si no conozco los lugares
más que con una anecdótica infantil, no hay libros y en Internet todo es propaganda. Por eso caer en lo
inconfeso, pecar, ir a la fuente, como Neo en Mátrix. El artículo de Wikipedia. Luego noticias de fechas
pasadas de diarios. El registro de la lectura biliográficamente exhaustiva excede la capacidad, el
propósito y sobre todo el objeto, esta especie de crónica civil. El emblema de mi generación es el
cometa Halley, los latinos imaginados de Sarmiento lo hubieran llamado Hécuba, después Rodó
mentaba Ariel. La sustancia, entera, de esta discursividad conflictual que hace mal en llamarse
representante de alguna de las partes, es, bien dicho, de todas formas, puro periodismo o mejor dicho
periodismo puro. En las coordenadas de esta Historia breve de la guerrilla colombiana la ciudad de
Kalinigrado, como un islote cosmológico, cobra relevancia.
10 de junio de 2019

Mi jurisprudencia, que es más o menos la que corresponde al sujeto abstracto Ciudadano, dado que soy
un ejemplar de ese monstruo de la razón que es la clase media (o como se empeña en llamarse a sí
misma, dando cuenta, como siempre, continuamente, de su completa falta de rigor clasista), es la que
tiene a la Policía en la retaguardia. No es una verdad romántica, ni un ideal, sino un hecho simple de mi
persona. Por eso tal vez es que imaginar la guerrilla (por poner un ejemplo: pensar el Estado nacional
del E.L.N.) se me vuelve algo tan fácil como falso. ¿Es que uno cuándo realmente distingue la
personalidad del cuerpo físico? Lo meramente circunstancial, el modo del ser, que sólo puede ser
expresión social, algo cuya condición es la existencia de los demás (el Otro), no es lo mismo que el
cuerpo físico, sensorial, individual. Uno puede rotar entre trabajos, como en la República platónica, así
como según en el lugar de la sociedad en que se esté, se encarna la personalidad social constituida por
esas coordenadas específicas de la sociedad -coordenadas que siempre serán el indicio de una forma de
ser, o sea de una forma de ser en la sociedad, para los otros. Pero la violencia contra el cuerpo físico,
contra la integridad del ser, por decirlo de alguna forma, tiene que ver con los límites de la existencia
humana directamente. Entonces detrás de los límites policiales tenemos que suponer que existe un más
allá de la sociedad. Las guerrillas colombianas nos envían sus señales, como luces lejanas en medio de
la oscuridad. ¿Y qué dicen estas señales? Que la violencia se acaba más allá de los límites policiales.
Fuera de estos límites policiales no se articulan los modos de ser de la sociedad capitalista colombiana,
una formación social inflada, que en la mentira de su potencia revela precisamente los intereses
malignos de un grupo de diez o cincuenta hombres (con propiedad, tradición, clientes y dinero en la
medida de la publicación diaria de la televisión y los noticieros, en la medida de un Estado suficiente
para pagar, qué, cuánto, veinticinco mil millones de dólares ($25 000 000 000) en cinco años a 500 000
agentes (policías y soldados de colombia). Una gran mentira, pero no tan grande, pues al fin y al cabo
para cada uno de esos hombres hay una bala guerrillera, por lo menos. ¿Cómo investigar la guerrilla
colombiana? Podría comenzar confiando en lo que la guerrilla misma declara. Por ejemplo su asidero
comunista. Estos $25 mil millones de dólares, que son el suelo aproximado de un ejército y una policía
para un Estado andino-caribeño-amazónico, son ya las proporciones del Sujeto para Marx, las
coordenadas de la realidad social en tanto objetiva. Son las mismas proporciones de los decomisos de
drogas (aquí en Costa Rica hoy pasa por las noticias un decomiso fortuito -lancha abandonada -de 112
kilos de cocaína (¿ciento dos mil bolsas de 1 gr.?) y 850 “bultos” de marihuana (según mis cálculos, a
desconfiar, 4000 onzas de mota, o sea el fume de un uruguayo inscripto en el ministerio de salud, fume
de 24 gr. semanales, por ocheintaytres años y cuatro meses, o de dos uruguayos por 41 años y ocho
meses, o de cuatro por 20 años y diez meses, ocho por diez años y cinco meses... o de ¡mil personas en
un mes!). Es la macana de entrar a pensar así. Una cosa es la descripción, como dirían los especialistas,
diacrónica, de la guerrilla, que es como una columna de sucesos pero leída a lo largo de la eternidad,
como en la película esa El imaginario del doctor Parnaso de Terry Gilliam (el que hizo Brazil...), por un
monje o algún otro carácer lítico. Ya ni siquiera es una cosa (“Todo lo sólido se desvanece en el aire...”,
etc.) porque es el presente de la sociedad capitalista de lo que está hablándonos Marx. ¿Cómo se habla
del presente de esta realidad social, de El sistema? Marx dice que en medidas y descripciones de las
cosas que la componen. Pero es claro que en este sentido la sociedad del estado de Colombia y el
Estado nacional del E.L.N. son conjuntos muy diferentes. El estado de Colombia, por ejemplo, reclama
los Andes, el Océano Pacífico y su costa, lo mismo el Caribe, la Amazonía y parte de la orinoquia, pero
es tierra en el mejor de los casos subutilizada en manos de algún particular, en el peor entregada en
cantidades titánicas a empresas productivas privadas. Pero para el Estado nacional del E.L.N. es tierra
reclamada, re-apropiada para una formación social diferente, una sociedad comunista. Esto es lo que al
menos yo entiendo cuando leo y me dicen que el Ejército de Libernacional Nacional o el Ejército
Popular de Liberación, o las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia son guerrillas marxistas-
leninistas con participación en la Historia del Comunismo. Eso o se trata de una tara de época, de una
imagen geopolíticamente conveniente en tiempos de la Unión Soviética, que persiste por inercia (¡!).
Pero entonces la duda conduce a definir qué hace a F.A.R.C. comunista, cuestión que por su propio
peso lleva antes a dudar de la definción del Comunismo en general -y a tomar a Marx como un
pensador de la economía... Este es el tipo de debilidad intelectual que hoy hay que tomar como punto
de partida, porque si uno no puede ni siquiera asegurar acerca de otra persona que, por ejemplo, esté
siendo sí misma, que sea lo que dice que es, entonces hay que comenzar a pensar desde otro lugar
enteramente. Que la Unión Soviética no es Colombia es claro, pero no voy a entrar a discutir acerca del
pensamiento alemán de Marx... Sólo hace falta leer la obra para ver que tiene de alemán lo que mismo
que tiene de común. Es lógico. Se trata de un registro: relación Capital-propiedad privada, Estado-
salario, relaciones de producción y revolución. Es como hablar de una tradición pictórica, una teoría en
una serie de obras pero además una práctica, una anecdótica, una historia y una situación
contemporánea.
13 de junio

Uno piensa en la soberanía mientras escribe y si no se detiene a desechar lo que espontáneamente viene
a su cabeza sin darse cuenta acepta una mentira, detrás de la cual se esconde la verdad de la soberanía:
la policía. Este es el imaginario ciudadano, que es el fondo contra el que se propone el pensamiento
económico, que entiende la soberanía, ya no como la libertad del forcejeo con una autoridad ajena, que
no es la propia, sino que parte, y por eso el comunismo está siempre a la vanguardia, de que la
soberanía existe ya en la satisfación de las necesidades de reproducción de una formación social a
través del trabajo. La noción de un conflicto con “las autoridades” o “La autoridad” es para los
comunistas (la obra de Marx y Engels, claro, es ejemplar en esto) pre-histórica, una circunstancia
(experiencia) que no es un a priori lógico, sino el efecto de una sub-concentración de las fuerzas
productivas o, como diría Stalin, simplemente el carácter productivo correspondiente a las relaciones
sociales de producción pre-capitalistas. De ahí la instancia del “periodo revolucionario”, tiempo de la
puesta en libertad de las fuerzas productivas (abolición de la propiedad y apertura del Mercado a los
trabajadores), condición sin la cual no es posible el establecimiento de la economía, la planificación del
trabajo, su organización y la determinación del tiempo social disponible. El tan ansiado -cómo
llamarlo- descanso histórico u ocio social, el horizonte paradisíaco, utópico, de la revolución
comunista, no está a la vuelta de la esquina. Pero el punto es otro, el punto es que en los conceptos
como soberanía y libertad, la teoría revela su cruce con la práctica de manera que, por ejemplo, los
teóricos de la sociedad del futuro son ellos mismos hoy atrapados y perseguidos por los agentes de la
Soberanía. De nuevo, entonces, cómo evadir hacer una sociología de la percepción -o sea, sujetarse al
registro noticiero -pero sin que la teoría pierda su lugar. Hace diez años alguien hubiera preguntado
implacablemente ¿quiénes son estos teóricos de la sociedad del futuro? Hoy sabemos que para la
oficialidad son los burócratas de Bruselas, por ejemplo, esa suerte de tecno-souvenir del siglo XX, pero
también sus contendientes, que precisamente dislocan la centralidad de un europeo en la vanguardia de
una Nueva Gran Colombia, por ejemplo, y se plantean ellos mismos -guerrilleros, guerrilleras y sus
familias -ahí.
Un artículo de Wikipedia, el artículo sobre las FARC, desde este punto de vista que exige apuntarse
críticamente, presenta una visión unilateral de la realidad que además pretende fosilizar la historia en
datos que sustenten la propaganda anti-FARC, anti-ELN, anti-EPL, anti-comunista.
14 de junio

Slavoj Zizek barre en público muchos lugares comunes del argot noventero que me crié oyendo cuando
era niño. La guerrilla colombiana es “demasiado real”, por ejemplo, sería cómo yo expresaría con uno
de estos lugares comunes algo que también diría Slavoj Zizek. Pero de cualquier forma que se lo diga
hay algo verdadero en esta afirmación que estaba ahí antes y trasciende la falsedad de los usos
linguïsticos. La guerrilla colombiana es entonces como hablar de la voltaridad de la persona, algo
comparable sólo a la renuncia a la homosexualidad por decirlo de un modo. Un pronunciamiento, una
determinación. La libertad. Así que no es propiamente dicho un teatro, El conflicto interno armado de
Colombia. Está el Sujeto apostando a su existencia con la sangre, diríamos. Si el Estado lo sostienen
medio millón de agentes de seguridad con salarios de más o menos $600 mensuales, y la guerrilla
concentra, por animar finalmente un número, 30 mil personas. Hay una contienda militar legítima, por
remitir la bronca a Klausewitz. Lo que nunca queda claro de este lado del igual del algoritmo
holosocietal, o, que es lo mismo que decir, de lo que uno se imagina por lo que llega a un lugar como
un barrio burgués de Costa Rica. ¿Cuál es el programa económico de las F.A.R.C.? Uno de los
problemas de la nueva normalidad es que la política se reduce a la ingeniería industrial del Capital. Se
requiere entonces un posicionamiento racional para ganar la lógica de las decisiones (por ejemplo, esto
queda especialmente subrayado con FARC en el Congreso) y por lo tanto una idea esquematizada de lo
que hay que hacer. FARC tiene claro qué hay que hacer y esto está propuesto en las leyes que avanza en
la agenda nacional, por ejemplo. Bueno, elementalmente hablando se trata de una reforma agraria,
técnicamente del ecosocialismo feminista.
18 de junio

El día que decidí que había que escribir sobre F.A.R.C., o sea que yo iba a escribir sobre F.A.R.C., fue
el mismo día que también decidí que había que volver a fumar marihuana. Tuve por la conjugación de
las dos promesas además el misterioso privilegio de acercarme al asunto directamente, aunque desde
una dimensión más humana que el paisaje mórbido que pintan los medios de comunicación masiva
privados. F.A.R.C. catalizó con una bronca de pesas entre peones campesinos y propietarios
hacendados. Después de fumar tuve que asimilar algo que no esperaba, pagar por hacerlo, lo que me
hizo pensar inmediatamente en la autenticidad del gramaje de lo que estaba fumando y de la naturaleza
de esa medida de peso en general así como de los usos y posibles alteraciones de las pesas. F.A.R.C.
comenzó con la determinación de que las pesas estaban trucadas. Esto inmediatamente me hizo pensar
en lo que dice Marx al comienzo del tomo 1 del Capital: “En parte, la diversidad en las medidas de las
mercancías se debe a la diferente naturaleza de los objetos que hay que medir, y en parte a la
convención.” (Marx – El capital; t. I – p. 84; edición de Pedro Scaron). ¿Qué se juega entre la
naturaleza y la convención? No se juega, en el mejor de los casos se trabaja. Pero entre la naturaleza y
la convención está el límite entre la muerte y la vida, ¿no? El problema es cuando la covención es
impuesta, de modo que no corresponde a la naturaleza del objeto tal y como es para quienes determinan
en general su naturaleza.
La convención de participar en el sistema SWIFT (la Sociedad para la Telecomunicación Interbancaria
Mundial de las Operaciones financieras), es como la infraestructura realmente del Fondo Monetario
Internacional, y sus medidas (sus redondeos, sus cálculos, en fin, su “despliegue empírico”) instalan un
tiempo y un espacio que no tiene nada que ver con la naturaleza de los objetos que las medidas
deberían referir. Entre una llamada dimensión comercial y otra productiva, SWIFT es claramente un
sistema de referencias comerciales, porque se trata de operaciones financieras, o sea de intercambios
comerciales (por más que se trate de relaciones público-privadas o de convenios entre estados
organizados con respecto a una entidad internacional común que se las ve por su cuenta para
mantenerse, esta última negocia, aunque “autónomamente”, con capitales particulares privados). Pero
si participar en SWIFT es requisito o parte del contrato de -sigamos hablando de este mundo -
pertenencer a la OCDE (la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), entonces
todos los emprendimientos productivos tienen que ajustarse a este sistema de medidas de valores
mercantiles para operaciones financieras interbancarias mundiales, y la naturaleza de las mercancías,
que no es su valor nada más, sino, antes, las condiciones materiales y sociales de su existencia
(disponibilidad de medios de producción y de trabajadores dispuestos a producirla) queda reducida a su
valor, y su valor en SWIFT, o sea su valor en la medida que calza con los patrocinadores del comercio
mundial; lentamente se convierte, de afuera para adentro, en un valor degenerado que se expresa
socialmente como una condición artificial que impide el despliegue de las fuerzas productivas y la
libertad, FARC agregaría que de la sociedad colombiana. Tal vez algo así quieren decir los marxistas
cuando dicen que el mundo queda patasarriba. Las cosas degeneran en un culto a las propiedades del
dinero y la legalidad.
Visto así una bronca de pesas, como lo llamé antes, tal vez sin advertirlo bien, es un conflicto en el
origen del capitalismo en Colombia.
22 de junio de 2019

Si se parte (y todo es siempre una parte de una parte) de la intuición, o sea de la conciencia así como
viene incluida en el ser de esta personalidad genérica que es uno, hay que partir del reconocimiento de
un mecanismo, llamémoslo el mecanismo de la conciencia. Es la personalidad secular, el ciudadano. Es
la Sustancia de la plusvalía si el dinero es su fetiche. Esta personalidad del capitalismo no la
denunciaba Marx más que brevemente (su noción de un fetichismo de las mercancías, en su crítica a la
metafísica, etc.), la expuso Freud. Yo no sé si Lacan hubiera dicho que es un fenómeno, la sociocrítica
habla de Sujeto me parece. Es el índice personal de nuestro capitalismo, que según los anales de la
Historia (esa historia que visita al mismo oculista que Alfonso X, “El sabio”) no sólo es Mundial sino
que lleva ya cerca de un siglo de existir. Podría periodizarse como el tiempo que ha corrido hasta hoy
desde la derrota del nazismo y el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Antes de eso hay que
aceptar que estamos hablando más de la sociedad de Marx (y no de la sociedad hipotética de su teoría)
que de la nuestra (ha probado ser como Marx decía que operaba el capitalismo). O sea vivimos en el
capitalismo que Marx expone en El capital. No la Inglaterra de la Revolución industrial, sino lo que él
veía a través de su idea, su teoría del capitalismo. En esta sociedad entonces, hay una conciencia
general, que es una personalidad completamente sintomática, fenómeno social. De acuerdo con esta,
sin embargo, las cosas no son necesariamente lo que son, o sea, como dice Marx, aparecen o parecen
ser. El mejor ejemplo del mundo es un billete de cualquier moneda de cualquier Estado de cualquier
país. En realidad es un pedazo de papel. En la Edad Media el fetichismo en torno a los íconos se
expresaba, al fin y al cabo, en una especie como de moneda religiosa. Ahora el estatus es lo que se
busca directamente, porque el estatus trae aparejado el ciclo de la subsistencia, o seal el ciclo del
salario en la medida en que implica la vida en La sociedad. Sigo refiriéndome aquí a ella como a un
punto exógeno, el mismo con respecto al cual arriba hablaba de la existencia de F.A.R.C. en sus
extramuros, en los límites imposibles (comunicándose transandinamente, sin reparar en la diferencia
entre Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y Brasil. Una ventaja que ya aritméticamente es
significativa. Así son territorios diferentes. El Estado nacional del E.L.N. por ejemplo, las posiciones
posibles dentro de su organización. Se trata de perspectivas, áreas y pugnas distintas. Es una pública
distinta. En cambio en Bogotá, Medellín o Cali, por hablar de las capitales de los que vivimos muros-
de-Colombia adentro entendemos como capitales de Colombia, la escalera de las jerarquías no obedece
al ideal comunista internacional sino al capital privado dominante. Así es como tenemos estos avatars
sociales, subjetividades sistémicas, “levitas” (como tradujo Wenceslao Roces para Fondo de Cultura
Económica) o chaquetas. Una epistemología de la producción capitalista que no tiene por qué
corresponder con la realidad a las demandas de la existencia, porque sólo debe cumplir con la
necesidad de lucro y acumulación del interés capitalista, o, lo que es lo mismo, que sólo responde a un
Capital. La guerrilla colombiana está construida con base en la idea de la libertad.
Parte II
El deseo de Matthew Arnold por una Play Station 4 se apoderó de este texto, fuimos expropiados como
los indígenas durante el siglo XVI, brutalmente. Ninguna referencia al asunto puede hacerse si no pasa
antes por un análisis descriptológico doctorado, cosa que no va a ocurrir, porque carezco de los medios,
además de que no me lo permiten mis escrúpulos, para proveer la producción de este texto con un
Doctor (PhD – no DoD) en Historia. La autocensura siempre aparece como algo glamuroso de todas
formas. Y un Play Station 4 original, sin piratear, es algo glamoroso. ¿Quién es Matthew Arnold? El
cuerpo del deseo de quiensea por una Play Station 4. Matthew Arnold es una fuerza histórica, la
síntesis, el establecimiento de la negociación de las FARC y el Gobierno colombiano (GC). Sigo por
twittear lo que pasa en la bicameral bogotana y no soy colombiano ni vivo en Colombia. Soy un
Matthew Arnold, soy un ecologista. Alguien como Fogwill, por ejemplo. Un patricio estructural falso,
posible de encarnar sólo por patricios, como él. Yo no soy Fogwill pero sí, como él, soy un Matthew
Arnold. La supeditación no es posible para mí. Él, Fogwill, sólo puede serse como cualquier otro de
nosotros, a través de un Matthew Arnold, un ciudadano global (imperial) simulado (hacktizen), la Ley
le permite cualquier otra cosa y de todos modos seguro es comunista. Pero Fogwill Es Matthew Arnold
porque él ha sido Fogwill desde antes que la ciudadanía global computarizada incorporara nuestras
corpóreas voluntades a Matthew Arnold, así que en realidad Matthew Arnold es Fogwill, si se elige dar
conclusión al análisis. Yo no, yo soy sólo Matthew Arnold, no soy Fogwill Arnold. ¿Qué se puede decir
del deseo de ser el dueño de una Play Station 4? La expectativa es una versión desmejorada de lo que
llaman ansiedad, pero tiene que ver con otro parámetro espacial. Dar la vuelta al mundo como Julio
Verne: hecho. Enlistarme en una de las guerrillas colombianas: imposible. Comprar una Play Station 4
y jugar el re-make de Final Fantasy VII pijeado es mi horizonte epistemológico. Matthew Arnold es el
Sujeto, “la chaqueta”, es lo mismo que la cédula, sólo que en su aspecto universal. El nombre lo elegí
sin pensarlo, siguiendo el método de la asociación libre, o sea escribiéndolo porque sí, porque el
principio es siempre alguien, pero siempre alguien que puede ser cualquiera, así que un nombre al azar.
De inmediato aparecen los indicios de una red de significaciones convertidas en una proposición
destinada a impactarme en la persona.
FARC es cómo dejar de ser Matthew Arnold y ser yo mismo. Matthew Arnold es como la obligación de
poseer un diamante, es un comentario a la alienación: la robotización de la Derecha mundial es el
principal desafío táctico de la izquierda en la lucha de clases. ¿Cómo derrotar a Matthew Arnold?
Podría ser con la Play. Matthew Arnold es que el Capital ha incorporado en mi cuerpo una necesidad
genérica, de modo que yo, en la reproducción ampliada de la sociedad, soy como una mercancía, un
objeto exterior para quién, para Matthew Arnold. Así se explica bien el estado histórico de nuestra
formación social. No hay Maquiavelo, o mejor dicho, Maquiavelo es Matthew Arnold. Me soy en un
sujeto de la Ley que es el mismo para todos, luego sólo algunos se vuelven sujetos de la Ley. Sólo
algunos son Mathew Arnold con perspectiva a un siglo (un Eón, dice Matthew Arnold, tu trainer
pitagórico). Esto sería la ideología pura, una locución demente. De ahí ese guerrilleo de psicoanalistas:
Subversión de la locura. Phillip K. Dick es Matthew Arnold, como Fogwill, yo no, yo soy Matthew
Arnold en el sentido que no llego a superarlo, yo soy Matthew Arnold porque como cualquier cosa soy
una síntesis imperial de la existencia, un Matthew Arnold. Violento, FARC es violento y parece racista,
también parece que odia el lenguaje Inglés. La muerte supeditada a la sustancia mercancía. Entonces la
figuración (Witt…) que hace Matthew Arnold automáticamente es la misma cuya exposición conduce
de pensar en los fenómenos de la Química muy detenidamente (lo atómico y molecular) a la fotografía
de una bomba atómica como la explotó en Nagasaki. Una tecnocracia monarquista rascista (the
U.S.A.). Muy de cerca los pies de nota de Marx en el primer, y sólo en el primer, tomo de El capital, al
menos el que yo conseguí (sin duda, o Descartes mediante, falsa y programada), que yo haría, dejan ver
la trama de Final Fantasy VII. Alemania, no obstante. Matthew Arnold es hediondo, aunque no exista.
La existencia es hedionda sólo para Matthew Arnold, para mí la hediondez no es algo, sino un juicio
mío. Para Matthew Arnold no. Es como el visor de Van Dame en Soldado Universal. Es un chip, una
máquina incorporada a mí a la fuerza, como si fuera una cadena ciborg. Las fake news no me
escandalizan, la pérdida de la consistencia de la personalidad humana y su suplantación por un
mecanismo que funciona exactamente como una deuda (en cantidades de un objeto fetiche que
esencialmente es una magnitud de Amor) con uno mismo, hace de Argentina literalmente algo:
los 30 000 desaparecidos de Videla y punto, o la Revolución. Matthew Arnold es el predicado de la
oración “Nunca más”, que expresa una subjetividad, que es ya Otro, vivo, que conoce la suprema
crueldad. Para entender qué es Matthew Arnold es obligatorio haber leído ya a Hegel, aunque sea el
primer y segundo capítulo de La fenomenología y a Freud, por lo menos Tres ensayos…La persona
escrita al contrario del parricidio es lo que hace del analista, que la determina para sí mismo en el otro,
de modo que reconoce el analizante que se trata de un predicado de su personalidad, un curador, un
healer. Es una civilidad, la del ciudadano médico (reducido a filósofo por la escolástica, por más que
La metafísica moderna proponga científicamente la materialidad y dé entonces algo de prestigio a la
Filosofía, que es como un paso antes del psicoanálisis argentino). Queremos ser como los cubanos pero
Matthew Arnold no puede ser cubano porque es una mercancía instalando el capitalismo. Esto no
quiere decir que queramos hacer daño (harm) a Matthew Arnold (es algo así como nuestro cuerpo, el
mío). No. Que Matthew Arnold viva, pero no seamos Matthew Arnold. La voluntad de matar siempre
es parricida, fin. Matar a Matthew Arnold sería como matarnos. La verdad es que Matthew Arnold es
un puro y no quiero escribir la palabra “matar” nunca más. La voluntad de matar a otro, puramente
hablando el parricidio, se enfrenta no sólo a las leyes de esta civilidad (Matthew Arnold), sino a su
perversión, matar a la Madre, perpetrar la Vida, declarar el Requerimiento, la diferencia sexual. La
inercia o la perversión es el escepticismo, su dependencia de un Concepto, la Nada, Yo mismo mi ser
estoico bien cuidadito, mi Abra Kadavra, la pérdida de la libertad sin haber matado a nadie: mentir, por
decirlo obscenamente. Son muy pagan los Fogwill, trauma familiar. Su amistad con los Henderson.
Atenas y Jerusalén inglesas, una novela acerca de una isla. El climatismo de John Fowles, primo
literario, no genealógico, de Fogwill. El homicidio llevado a la personificación del homicidio
(literalmente Matthew Arnold), o sea la muerte hecha algo literario. Eso no es el efecto sino el
significado de plusvalía, trabajo impagado pero por la fuerza de una Ignorancia concebida a palos. Las
tradiciones genealógicas (el contenido humano de la heráldica) sucumbieron ante la institución social
de la libra esterlina y luego el dólar. 1$ = X. El capital que adelanta el trabajador en el proceso de la
producción social es para producir la sociedad es 0, lo que pone es su cuerpo, dicho tecnocráticamente
(San Merx) es fuerza física en la modalidad de un vivir, mi vivir, el de un ser humano que no es
Matthew Arnold sino sí mismo. El capitalista adelanta lo que necesita para mantener su posición en la
negociación general de la reproducción ampliada de las formaciones sociales del mundo mundial.
Mathew Arnold es un Génesis que dice lo siguiente: la Historia de la humanidad va a pasar a ser una
personalidad típica (edípica) del río vital del capitalismo, la vida es mientras fluye el agua esa un
núcleo problemático. Fogwill es Michelle Huellbecq. Justifico mi singularidad, luego Matthew Arnolds
me deja vivir, entonces existo. Soy el Deseo, la Sustancia de la Libido que hace historia, o mejor dicho
la cláusula nominal de lo orgánico, una vez que en el desecho matérico del tiempo, que sólo puede ser
Tiempo y que es Una máquina (Parménides), la cosa de Hegel. La Naturaleza como condena del ser, El
Ser, la vida pervertida, Matthew Arnold. ¿Qué hacemos? El camperindigenismo. Vivir como un
campesino americano indígena. Es es la forma que cancela a Matthew Arnold. ¡Compárese! Marx era
un alcohólico y un ateo, luego otros viciosos ateos continuaron su disciplina. La disciplina de la
Economía política. La economía no es una sustancia, pero en la contabilidad aparece así, al menos
cuando se trata de la contabilidad en un sistema capitalista de acumulación concentrada de la riqueza en
El capital. La contabilidad en el socialismo es una parte de la planificación de la producción de la
satisfacción de todas las necesidades.

1 barril de petróleo marca ARAMCO, o sea recién extraído y acopiado (en una forma de medida
convencional conocida como “barriles”, que son más o menos 160 litros de petróleo listo para refinar –
piénsese en 160 litros de leche de vaca), cuesta 80 o 75 dólares ($). El Mundo está en un día normal y
la normalidad y el Concepto. Hay que hacer una crítica, es urgente, de Carl Schmidt. Trabajo
improductivo ¿qué significa? ¿Cómo es estar sin trabajar? Freud encontró en la pregunta el sueño. El
capital es El sueño. El dinero no produce, lo hacemos nosotros. Y el toque final (Tomb Raider) de cada
producto se lo da cada quien en su momento, según las indicaciones de la respectiva autoridad
(Matthew Arnold) durante sus 15 minutos de fama. ¿Es Hécuba la madre del enciclopedismo y Kant un
poeta de la metafísica? La expropiación también es una transferencia de poder, por eso que no es lo
mismo hablar de expropiación que de violencia doméstica cavernícola. España desaparece, luego
Francia, luego Alemania. El mundo es inglés. Public expenditure, medido en barriles de petróleo, como
unidad social de esta economía política oracional del acontecer. Ciclo de gasto, ciclo de deuda, por qué.
Porque la producción no es planificada. Porque los capitalistas encaran la realidad con todo lo que
tienen, por eso los más ricos serán siempre los de la sangre más pura. Porque no rumian en el tiempo y
el espacio como nosotros los animales en El bosque de sus imaginaciones, que de acuerdo a lo
necesario, actuamos. No, el Capitalista lo tiene todo, y entonces lo invierte todo, y lo que hace que la
falta se convierta en la posibilidad de tener más (o sea lo que permite que el sistema crediticio sea un
auto-sistema, un sistema para uno mismo), que no tener se convierta en tener, es la posibilidad de que
existan las Deudas (como la que tienen todos los Estados de Occidente con los bancos de los reyes de
Europa), y las deudas no son posibles porque el dinero tenga facultades mágicas (llamadas ya en el
extremo del fetichismo “simbólicas”) sino porque el poder de quienes se gastaron todo y pueden pedir
más así lo permite. Los reyes de Europa y de Estados Unidos dirigen institucionalmente los ejércitos
más violentos del mundo. Entonces gasto público es deuda colonial porque así es más conveniente
acomodar algo que de por sí es la singularidad del poder militar occidental. No hay una relación de
causalidad entre las deudas públicas o internacionales de ningún estado y el destino económico de
nuestros países. Las fuerzas físicas del trabajo y la capitalización se organizan por otros medios. Los
medios productivos de la reproducción ampliada de la sociedad. La violencia convertida institución.
Altúser lo expone en sus investigaciones. Creer que somos el efecto de la crisis del 2008 es una tontería
que los noticieros repiten hasta el hastío. Decisiones se han tomado con relación a esa crisis, pero lo
que hace que esas decisiones impliquen actos ciudadanos no es la crisis sino que detrás de ella, o mejor
dicho ella misma, es un Poder, el que despilfarra y nos cobra, después nos llama parásitos. Currency:
U.S.A., China, India, Inglaterra, Japón, Rusia, Alemania, Francia, Brasil, México. Yo lo ideé el otro
día, la realidad es un “self-interest rate”. Matthew Arnold, ahora que lo pienso mejor (determinación) es
un self-interest rate. La tasa de un impuesto que es a mí mismo y por consiguiente un acto de
existencia. Me pongo un impuesto, luego existo. Ahora, si uno quiere saber, o sea conocer
empíricamente, “la realidad de los trabajadores”, tiene que analizar los ramos de industriales de las
mercancías, sin importar cuál sea el ciclo de sus capitales (estos serán sólo datos a pie de notas de
procesos sociales de despido, contratación y transformación de los medios de producción. World goods
circulation, o sea el análisis de las mercancías como produductos del trabajo, no como cuerpos de valor
(worth). En el mundo ideológico, animado por la magnitud de Valor, ignorante del trabajo y el uso de
las cosas del mundo, la vida ocurre a escala (x10, x100, x1.000, x10.000). La naturaleza del objeto, que
en la metafísica de la de-cadencia de esta continua usurpación de lo que los simbolistas consideraban el
elan vital de la poesía, se descompone en estado de la maquinaria y naturaleza de la materia a trabajar.
Cosmismo soviético, here we come. Mi ubicación física es una condición de disponibilidad para la
producción de acuerdo a condiciones de la tierra, y no quiero circular. Los gringos tienen a Thoreau.
Tör del agua, aprovecho para usar la puntuación de la celular estatal. El problema de las convenciones
es cuando son falsas convenciones, imposiciones que no corresponden con el objeto tal y como es para
quienes determinan en general su naturaleza. El capital es una objetividad anti-social, por eso Lenin
mal llamaba al Estado burgués parásito, va contra lo social. De ahí la necesidad de incrementar la
seguridad (pasa en toda la Tierra) y de amarrar todo a un sistema impositivo (sea SWIFT etcétera).
¿Qué pasa hoy por Valor en La multimedia? Trump comentado. U.S. campaign. U.S. hawks and owls.
Iran Wars. The plan: follow Sanders. Who is John Bolton? El voto del magistrado Paul Rueda (me
comí un cerote). Preguntas domésticas: ¿en un colegio público hay un accidente de hospital al día? No,
jamás. La Seguridad Internacional. Los agentes de Rockefeller ya hoy son la D.E.A. y sos unas hembra.
0,5 % = 2.000.000.000 de colones, 1% = 4.000.000.000 de colones, 10% = 40.000.000.000 de colones.

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