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CONFESIÓN DE FE 1 TIMOTEO 4:12

Dios

Creemos en un solo Dios, creador de todas las cosas, infinitamente perfecto


y eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, que
posee un conocimiento perfecto y exhaustivo del pasado, presente y futuro,
y que conserva, regula, gobierna y dirige todas las cosas para que nada en
el mundo suceda sin su causalidad o permiso.

Dios es el autor del bien, pero no del mal. Sin embargo, incluso el mal es
gobernado por Dios en la medida que Dios lo limita y lo dirige a un fin que
encaja con su plan general y propósito.

Génesis 1:1; Hebreos 11; Evangelio de Mateo 16:16;


Evangelio de Juan 1:1 al 5; Evangelio de Mateo 28:19.

La Revelación misma de Dios

Creemos que Dios se ha dado a conocer a toda la humanidad. El poder y


naturaleza de Dios siempre han sido evidentes en la creación. El Antiguo
Testamento nos revela a Dios como el que estableció un pacto de relación
con Israel para dar a conocer a todas las personas el plan de eterna
salvación. Jesucristo fue la revelación suprema de Dios, tal como lo vemos
en el Nuevo Testamento. El Espíritu Santo continúa dándolo a conocer,
revelando a Dios tanto a individuos como a la Iglesia, y esta revelación estará
siempre de acuerdo con las Sagradas Escrituras.

Joel 2:27 al 29; Génesis 37; Evangelio de Lucas 1:67; Evangelio de Juan
7:39; Hechos 2:16 al 18; Proverbios 1:23.

La Palabra de Dios escrita

Creemos que toda la Biblia fue inspirada por Dios por medio del Espíritu
Santo. El mismo Espíritu guía a la comunidad de fe en la interpretación de
las Escrituras. La persona de Cristo, Sus enseñanzas y Su vida dan
continuidad y claridad a ambos, Antiguo y Nuevo Testamento. El Antiguo
Testamento testifica de Cristo y el Nuevo Testamento proclama a Cristo.
Aceptamos la Biblia como la Palabra infalible de Dios y la guía autoritativa de
fe y conducta. La guía final para la interpretación de las Escrituras son las
Escrituras mismas.

2 Samuel 23:2-3; Salmo 119:160; 2 Timoteo 3:16.

Copilador: David Josué Fernández Pascual


La salvación del hombre

Creemos que la salvación llega a la vida de cualquier persona que se


arrepienta de sus pecados (porque para el Señor no hay acepción de
personas) y reciba por la fe el perdón de Dios ofrecido a través de Jesucristo.

Creemos que la gracia salvífica de Dios es resistible y que la elección para


la salvación está condicionada a la fe en Cristo. La perseverancia en la fe de
Cristo y el cuidado de nuestra salvación, hasta el fin de nuestros días es vital
y necesaria para nuestra salvación final. Porque somos capaces, por
negligencia, de abandonar la vida en Cristo, regresando a este mundo
malvado presente, apartándonos de la santa doctrina que nos fue dada,
perdiendo una buena conciencia, siendo desprovistos de gracia.

Evangelio de Juan 3:16-21; Romanos 10: 8 al 13; Santiago 2:5 ;1 de Pedro


1:18,19; Evangelio de Juan 10:27 al 29; Santiago 2:14 al 26; Mateo 24.13;
1 Juan 2: 6; Hebreos 10: 26 al 39.

El creyente

Creemos en el sacerdocio universal de los creyentes siendo Jesucristo el


único mediador entre Dios y los hombres.1 Pedro 2: 9,10. Creemos que la
santificación es un estado de gracia al cual entra el creyente al aceptar a
Cristo; con el propósito de consagrarse a Dios. Procurando así, vivir en un
estado de pureza moral y obediencia al Señor en nuestro pensamiento y
acciones; mediante la ayuda diaria del Espíritu Santo.

Apocalipsis 22:14; Josué 24:14; Colosenses 3:5 al 11; Filipenses 4:8,9


;2 Corintios 7:1.

El ecumenismo

Creemos que el movimiento ecuménico, el cual trata de unir a todo tipo de


religiones y credos no es bíblico, porque los principios doctrinales
establecidos en la palabra de Dios están en contra de ello. No debemos
identificarnos, ni participar con este movimiento.

Romanos 16:17; 2 Timoteo 3:5; 2 Timoteo 4:3-5.

Copilador: David Josué Fernández Pascual


El matrimonio

Creemos que el matrimonio es entre una mujer y un varón, es aprobado por


Dios y bendecido por su iglesia, cuando es entre creyentes de una misma
doctrina (sin cometer fornicación). El matrimonio de un creyente con un
incrédulo constituye un yugo desigual y es prohibido por Dios.

Todo matrimonio está compuesto por dos personas maduras que entienden
los deberes y compromisos de su unión legitima, según las Sagradas
Escrituras. La duración de este pacto ante Dios es hasta la muerte, de uno
de los cónyuges; el casamiento de una persona divorciada, mientras vive el
cónyuge anterior, constituye adulterio.

Nehemías 13:23-27; Marcos 10:2-12; 2 Corintios 6:14; 1 Corintios 7; Genesis


2 :24; Evangelio de Mateo 19:5 ;1 Corintios 6:16 al 20; Efesios 5:31,33.

El Hombre

Creemos que la humanidad fue creada a la imagen de Dios, pero cayó de su


estado sin pecado original a causa de su desobediencia deliberada y el
engaño de Satanás, resultando en la condenación eterna y la separación de
Dios. Pero la gracia preveniente de Dios prepara y capacita a los pecadores
para recibir el don gratuito de la salvación ofrecida en Cristo y su evangelio.

Sólo a través de la gracia de Dios los pecadores pueden creer y así ser
regenerados por el Espíritu Santo a la salvación y la vida espiritual. Es
también la gracia de Dios que permite a los creyentes continuar en la fe así
como permanecer en el bien tanto en el pensamiento, la voluntad y la acción,
de modo que todas las buenas acciones o movimientos que se pueden
concebir deben atribuirse a la gracia de Dios.

Evangelio de Juan 3:5 ; Romanos 3 y Romanos 5.

Las Cosas Finales

El fin de este siglo y la llegada del glorioso futuro del reino serán señalados
por el regreso personal de Jesucristo. Los santos vivos serán transformados;
los muertos serán resucitados, los justos para gloria y gozo eternos en el
cielo y los injustos para castigo y tormento eternos en el infierno. Satanás, la
muerte y el infierno serán echados al lago de fuego, y el glorioso reinado del
reino de Dios será eternamente cumplido. (Rom. 8:22, 23; Hech. 1:10, 11;
Mat. 24:30; 2 Cor. 5:6-10; Juan 5:29; 1 Cor. 15:20-28; 1 Tes. 4:13-17; Apoc.
20:10; Apoc. 21) Esta sección expresa una escatología bíblica conservadora
e incluye principios básicos del amilenialismo y el premilenialismo.

Copilador: David Josué Fernández Pascual

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