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APÉNDICE B
PRINCIPIOS DE DISCIPULADO
El propósito de este Apéndice es revisar principios clave en el proceso de discipular a otros. Estos
principios son efectivamente presentados en “El Plan Maestro de Evangelismo” de Robert Coleman. El
autor extrae estos principios de la vida de Cristo mismo. En esta era de Mega-programas, deberíamos
recordar que el método de Cristo fue simplemente desarrollar a unos pocos hombres buenos que
aceptarían Su mensaje y lo enseñarían a otros quienes a su vez lo enseñarían a otros (2 Timoteo 2:2).
Este estudio resume las observaciones hechas en “El Plan Maestro de Evangelismo”, pero valdría la pena
leer el propio libro.
Robert Coleman explica ocho principios guía que encontramos en el plan del Señor para el crecimiento
de Su Iglesia. Estos ocho principios se resumen a continuación. O tienen que suceder de manera
secuencial.
1. El Principio de Elegir
Jesús enfocó muchos de Sus esfuerzos en unos pocos hombres clave. También alcanzó a las
multitudes a quienes amaba y por quienes vino a morir. Pero las multitudes estaban más
preocupadas de ser alimentadas y en ver Sus milagros. Rápidamente le dejaron cuando escucharon
el verdadero costo del discipulado. Jesús pudo haber reunido una gran cantidad de seguidores si se
hubiera enfocado en la necesidad de las masas en lugar de tomar tiempo para entrenar unos pocos
hombres clave. Pero después de Su crucifixión no habría tenido líderes. La prioridad de Jesús era
edificar Su vida en unos pocos hombres buenos. Estos hombres no eran grandes de acuerdo a los
estándares del mundo, pero tenían un corazón para aprender y la voluntad de obedecer. Ellos
continuarían expandiendo el reino de Cristo después que El partiera. Esta misma prioridad de
entrenar líderes necesita ser retomada hoy día.
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7. El Principio de la Supervisión
Jesús continuamente revisó el progreso de Sus discípulos. Los envió por su cuenta y revisó los
resultados cuando regresaron. Aprovechó tanto sus fracasos como sus éxitos para enseñarles más
acerca del reino de Dios. Por ejemplo, cuando los setenta y dos discípulos regresaron con reportes
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entusiastas sobre sus éxitos, Jesús usó la ocasión para advertirles sobre el orgullo en sus logros. El
señaló que no deberían regocijarse sobre sus éxitos, sino en que sus nombres estaban escritos en el
libro del cielo. Cuando los discípulos no pudieron expulsar el demonio en un muchacho, Jesús les
explicó que necesitaban más oración y ayuno. Les enseñó a ser pacientes mientras otros sacaban
demonios en Su Nombre y cuando el pueblo Samaritano no le recibió. El no les permitiría descansar
en sus éxitos o en sus fracasos. Hoy día, a menudo, llevamos al discípulo a través de un manual de
entrenamiento y esperamos luego que continúe aplicando las lecciones por su propia cuenta. Eso no
es discipulado. El discipulado es pasar tiempo con la persona, enseñándole y ayudándole hasta que
es espiritualmente madura y capaz de seguir por su cuenta.
8. El Principio de la Reproducción
Jesús contaba con unos pocos hombres para que llevaran a cabo la tarea de llevar el Evangelio al
mundo. Invirtió Su vida en ellos y prometió enviarles el Espíritu Santo para darles poder. La historia
de la viña y de los pámpanos ilustra la importancia de ser fructíferos (Juan 15:1-17). Cualquier
pámpano que vive en la viña tiene que producir a fin de sobrevivir. Cualquier viña que no lleva fruto
debe ser cortada y cualquier viña que no lleva fruto es podada para que pueda llevar más fruto.
Producir fruto es el propósito de la viña. Un cristiano improductivo es una contradicción. De manera
que, ¿Qué se necesita para volverse un cristiano que se reproduce? Se necesita una persona
totalmente rendida al Señorío de Cristo, que comparte Su visión para el mundo, y que está
comprometida a enseñar a otros y continuará enseñando a otros.
1. Comience con unos pocos. Recuerde, la meta es la multiplicación. Igual engendra igual, así que
deberá enfatizar la calidad sobre la cantidad como su producto final. Si la calidad necesaria está
presente, se reproducirá por sí mismo.
2. Pasen Tiempo Juntos. Nuestros discípulos necesitan observar nuestras vidas si es que van a
aprender de nosotros aquello en quienes se convertirán.
3. Deles tiempo. Un plan como este tomara tiempo. Encuentre maneras creativas para pasar tiempo
juntos. No tiene que ser siempre en asuntos espirituales evidentes. Las actividades de la vida diaria
ofrecen muchas oportunidades.
4. Organicen reuniones en grupo. Esto es tanto útil como práctico para aprender los unos de los otros.
5. Tenga expectativas adecuadas. Necesitamos ser muy creativos y considerar los dones y la madurez
de cada persona. No deberíamos esperar que todos crezcan de la misma manera o hagan las mismas
cosas. Sin embargo cada persona debería ser animada a hacer algo para llevar fruto y edificar el
reino de Dios. Haga que se mantengan caminando. El enfoque es ayudarles a continuar creciendo en
la gracia y en conocimiento. Necesitamos ser pacientes porque su crecimiento puede ser lento y con
numerosas caídas.
6. Manténgalos avanzando. El objetivo es ayudarles a seguir creciendo en gracia y conocimiento.
Necesitamos ser pacientes porque su crecimiento puede ser lento y con numerosos reveses.
7. Ayúdeles a llevar sus cargas. Debemos anticipar sus problemas y prepararlos para lo que van a
enfrentar. Esto puede ser muy difícil y requiere constante oración y estar pensando en ellos. No
podemos asumir, al menos en sus etapas iniciales, que podrán manejar todo lo que venga a su vida.
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8. Permítales continuar el proceso. Todo debería estar dirigiendo a estas personas escogidas hacia el
día en que tendrán que continuar un ministerio a otros por ellos mismos. Mientras esto ocurre,
deberán entender el proceso de discipulado que ellos han experimentado y a visualizar la meta de
reproducirse en las vidas de otros.
9. Ayúdeles a tener una verdadera experiencia espiritual. La medida final será el compromiso
espiritual de estas personas para Cristo. Si han crecido en amar a Dios con todo su corazón y a
seguirle a donde quiera que El los dirija, entonces todo lo demás surgirá. Si no han llegado a este
punto, los que vengan después de ellos no tendrán nada que seguir.
10. Entienda que el precio de la victoria es a menudo alto. Este alto estándar es costoso, pero todo lo
que es menos que eso no tiene valor. Algunos quizá se retiren, pero los discípulos deben ser
enseñados a buscar primeramente el reino de Dios.
Esperamos que esta revisión del libro de Robert Coleman “El Plan Maestro de Evangelismo” le haya
desafiado a pensar en la relevancia de todo lo que hace a la luz de la Gran Comisión del Señor de “Por
tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que
estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”.(Mateo 28:19-20).
El Plan Maestro de Evangelismo. Derechos Reservados © 1964, 1964, 2006 Robert Coleman.
Publicado por Revell, una división de Baker Publishing Group.
El Plan Maestro de Evangelismo por Robert Coleman, puede ser adquirido por medio de su
editorial, http://www.revellbooks.com, otros editoriales en línea, y a través de su librería local.
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