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El poder

de la
Presencia
Un mensaje de apoyo
Las ofrendas de amigos como tú son el apoyo principal del
ministerio continuo de Unity. Tu generosidad ayuda a que
nos sea posible ofrecer este folleto inspirador. Nuestro deseo
es hacer que la literatura de Unity esté disponible a todos
los que la soliciten, especialmente para aquellos que más
necesitan aliento espiritual. En Unity estamos comprometidos
a no excluir a nadie.
el Poder
de la
Presencia

©2009 por Unity

Las citas bíblicas en este folleto han sido tomadas


de la Santa Biblia Reina-Valera 1995, Edición de
Estudio, a menos que se indique de otro modo.
Índice
¡Aprovecha el día!.........................................................5
por Daniel B. Rebant

¡La presencia de Dios está en todas partes!...................9


por Bernadette P. Swanson

Haciendo que el sol se detenga...................................15


por Jim Rosemergy

Descubriendo la ley de la atención.............................19


por Paula Godwin Coppel

¿Por qué no ahora?.....................................................27


por Misty Santana

En el fluir de la corriente sanadora.............................29


por Eric Butterworth

¿Cuándo mejorarán las cosas?....................................35


por Richard y Mary-Alice Jafolla

Alineados con la Mente Divina...................................43


por Sharon Connors

Río.............................................................................48
por James Dillet Freeman
¡Aprovecha el día!
por Daniel B. Rebant

Éste es el momento. Él ahora es el único momento —nuestro punto


de poder donde el tiempo toca la eternidad, donde las decisiones que
tomamos pueden cambiar nuestras vidas para siempre
“Aprovechar el día” significa “vivir en el ahora”. Significa no
morar en el pasado ni en el futuro, sino vivir conscientemente en
el momento presente, todos los días. Cuando cambiamos nuestro
pensamiento al presente, descubrimos una corriente infinita de
bendiciones y oportunidades.
Jesús mismo vivió en el ahora e instó a sus discípulos a que
hicieran lo mismo. Él sabía que ése era Su punto de poder, donde
una cosecha abundante siempre está disponible.
Él dijo a Sus discípulos: “¿No decís vosotros: ‘Aún faltan cuatro
meses para que llegue la siega’? Yo os digo: Alzad vuestros ojos y
mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” (Juan
4:35). Él los instó a que vieran lo que estaba ante ellos y a que
cosecharan lo que había sido sembrado en la conciencia momento
a momento.

Nunca estás solo


Si estás listo para aprovechar el día y todas sus bendiciones y
oportunidades, recuerda que Dios, el creador del universo, está
contigo… así como Dios estaba con Jesús. “El Padre y yo uno
somos”, dijo, y esta unidad dio a Jesús acceso inmediato para llevar
a cabo Su propósito.
El mismo poder también está en ti —para comenzar de nuevo,
para vencer, para sanar o resolver cualquier condición o reto en
5
tu vida— de cualquier manera que surja. El espíritu de Dios está
siempre plenamente presente y disponible para guiarte y darte lo
que necesites o desees.

Reclama tu poder
Dios también nos ha dado dominio sobre nuestra conciencia
—la manera en que pensamos, las ideas que aceptamos
o rechazamos. Este poder consciente de pensamiento fue
considerado por Charles Fillmore, cofundador de Unity, como
“el poder más elevado del universo”. Él lo llamó nuestro “centro
creativo” y por medio de él, edificamos nuestro mundo personal.
En Unity enseñamos que un solo pensamiento, potenciado
con convicción y sentimiento y mantenido con consistencia y
persistencia en la mente, tiene el poder creativo de materializarse
en nuestras vidas. ¡Algunos pensamientos divinos, como los de
Jesús, han cambiado billones de vidas!

Ley de causa y efecto


Lo que pensamos, eso somos. Ésta es la ley espiritual de causa
y efecto. Nuestros pensamientos dominantes toman forma en
nuestras vidas. Si no nos gustan los efectos, podemos cambiar lo
que los causa: nuestros pensamientos.
Hablando en términos generales, los pensamientos positivos
causan efectos positivos; los pensamientos negativos causan efectos
negativos. Entonces, aprovechemos el día y cada oportunidad
“ahora” de cambiar nuestra manera de pensar y nuestras vidas a lo
que deseamos que sean.

¡Comienza ahora!
Comenzamos aquí mismo donde estamos —con Dios, en
quien todo es posible. En vez de elegir pensamientos alineados
con nuestro ego humano, una conciencia mundana o material,
podemos elegir pensamientos alineados con Dios y con una

6
conciencia más elevada. Podemos elegir pensamientos positivos
y edificantes de la Verdad, no pensamientos negativos que nos
agotan y sabemos que son falsos. Al dejar ir las ideas falsas,
abrimos espacio para que nuevas bendiciones y oportunidades
surjan en nuestras vidas.
Cinco maneras de alinear tus pensamientos con Dios:
1. Ora diariamente en comunión silenciosa con Dios, escuchando
la Verdad.
2. Lee la Biblia y otros textos sagrados. Esto te guiará a desarrollar la
conciencia crística, el patrón perfecto para el crecimiento espiritual.
3. Disciplina tu mente al dejar ir pensamientos negativos, hasta
negándolos y afirmando pensamientos positivos. La lectura
de La Palabra Diaria es una manera maravillosa de practicar el
pensar positivamente
4. Busca a Dios, el Bien, en todas partes —sin importar las
apariencias externas. Cada acontecimiento y cada persona que
encontramos tiene algo de valor que enseñarnos.
5. Practica la gratitud. Durante momentos callados, centra tu
atención en bendiciones nuevas que agradecer. Cultivar la
gratitud nos ayuda a estar receptivos a recibir nuestro bien a
cada momento.
Dios no nos retiene nada, sin embargo, podemos aceptar o
rechazar Su ayuda. Si nuestros pensamientos están alineados con el
Espíritu, la cosecha será verdaderamente abundante en paz mental,
sabiduría, curación y todas las cosas buenas. Con Dios todas las
cosas son posibles…¡ahora!
“Y ahora es el momento oportuno. ¡Ahora es el día de la
salvación!”—2 Corintios 6:2 (Versión Popular).

Afirmación:
Hoy es una oportunidad para vivir en la presencia de Dios,
la presencia del bien.
¡Estoy receptivo a las bendiciones de Dios en
mi vida y reclamo mi bien ahora! 7
¡La presencia de Dios
está en todas partes!
por Bernadette P. Swanson

Sal por un momento. Respira profundamente. Llena tus


pulmones. ¡Ahhh! ¿no es maravilloso? El aire que respiramos
sostiene nuestras vidas. No podemos verlo, sin embargo, está lleno
de sonidos, aromas, colores, de calor o frío, y lleno de insectos,
aves y aviones. La presencia de Dios es como el aire, a nuestro
alrededor, en nosotros, sosteniéndonos y elevándonos.
No podemos señalar la presencia de Dios porque decir que
Dios está “allí” implica que no está “allá”. Señalar es limitar. Sin
embargo, podemos “señalar” símbolos de la presencia de Dios en
todas partes —en las flores que surgen de la tierra, en el saludo de
un vecino, en el conductor que nos da paso para poder salir donde
debemos, en el sonido de un pájaro carpintero.
En realidad, no es posible estar separados de Dios, pero
¿cómo podemos estar conscientes de que Dios está siempre con
nosotros? La mayoría del tiempo no estamos conscientes de Su
presencia. Somos como un niño que no puede ver a su madre en
la habitación contigua. El niño asume que la mamá deja de existir
hasta que entra a la habitación de nuevo. Olvidamos que cada
respiración que tomamos es el aliento de Dios; dondequiera que
pisamos es sagrado. Nos olvidamos que somos la expresión de Dios.

Eres libre de elegir a Dios


Si Dios está en todas partes, entonces ¿cómo podemos estar
separados de Su presencia amorosa y Sus bendiciones? Creo que
es porque se nos ha dado el regalo del libre albedrío. Ésta es una

9
espada de doble filo. Podemos utilizar nuestro libre albedrío para
profundizar nuestra conciencia de la presencia de Dios, o podemos
utilizarla para actuar como que si Dios no existiera. Esta situación
me recuerda el dicho: “piensa antes de hablar”. Nuestro cerebro
está siempre presente, pero no siempre lo utilizamos antes de
hablar. En vez de hablar con sabiduría podemos hablar sin pensar
y ofender a los demás. Esto no es porque no tengamos cerebro,
sino porque no lo utilizamos. Siempre tenemos una elección y
siempre es nuestra. El libre albedrío pone sobre nuestros hombros
la responsabilidad de la manera en que vivimos. ¿Reconoces
la presencia de Dios en tu vida y actúas como que si Dios y tú
estuvieran trabajando juntos para bien?
Una manera de tomar conciencia de la presencia de Dios en
nuestras vidas es comenzar a ver nuestro libre albedrío como Dios
en acción. Cada vez que tomamos una decisión —y tomamos
muchas cada día— podemos vernos haciendo el trabajo de Dios.
¿Diré un cumplido a mi hija o la regañaré? ¿Qué tono de voz voy
a utilizar para hablar con la próxima persona que me llame para
tratar de venderme algo? ¿Qué voy a cenar? ¿Cuándo haré las
compras? Éstas pueden no parecer decisiones grandes, pero Dios
existe en todos los rincones de nuestras vidas. Hasta que veamos
a Dios en las cosas pequeñas no estaremos conscientes de Su
presencia guiadora y sanadora con nosotros todo el tiempo.

Eres parte del plan


En una de las áreas de Unity Village hay una copia de un
laberinto medieval pintado en el piso. El diseño circular tiene el
mismo punto de entrada y salida. No hay lugares sin salida en este
laberinto. Simplemente comienzas a caminar y sigues el curso hasta
que llegas al centro. Para salir, caminas en el sentido contrario.
El propósito de caminar por este laberinto es hacerte receptivo a
Dios. Gracias al diseño, cuando caminas no puedes saber lo cerca
que estás de llegar al centro. El camino a veces te lleva más cerca
del centro, y luego te aleja del mismo. El camino sinuoso hace que

10
dejes la necesidad de saber a qué distancia estás y simplemente
estés receptivo a donde el camino te guíe. Una caminata lenta y
meditativa puede tomar 45 minutos de principio a fin, con tiempo
para orar en el centro.
Una noche fui a la Villa a caminar en el laberinto con mi hija.
Estaba contemplando la situación de “mi voluntad vs. la voluntad
de Dios” y pensando en los trastornos que a veces ocurren en
nuestras vidas cuando estamos receptivos a Dios. Los trastornos
suceden porque finalmente dejamos de tratar de controlar
nuestras vidas al vivir en un terreno de posibilidades limitadas.
Nos entregamos a las posibilidades ilimitadas que Dios tiene
para nosotros. A medida que caminaba por el laberinto, imaginé
a María, la madre de Jesús, caminando conmigo. Le pregunté:
“¿Tienes idea en lo que te estabas metiendo cuando dijiste sí a
Dios?” Su respuesta fue: No importa lo que te suceda, en tanto digas
sí a Dios. Lo que suceda después es parte de la obra de Dios y tú eres
parte de ese plan.
María pudo haber dicho que no, pero no lo hizo. Jesús pudo
haber dicho que no, pero tampoco lo hizo. Dios necesitaba que
ambos dijeran “sí” para que el plan divino pudiera cumplirse en
nuestro mundo. Dios necesitaba a María y a Jesús así como te
necesita a ti y a mí para que hagamos nuestra parte en el plan
divino. Nunca podemos predecir qué milagros sucederán cuando
decimos sí a Dios.

11
Eres Dios en expresión
Es parte de la maravilla y el misterio de la vida que cuando
dejamos de aferrarnos a lo que pensamos que es nuestra red
de seguridad, el universo provee maravillas más grandiosas de
lo que podamos imaginar. Cuando dejamos ir un empleo en el
cual tenemos tiempo y hemos recibido pocas recompensas, un
empleo nuevo que nos satisfaga puede llegar a nuestras vidas.
Cuando dejamos de poner nuestra atención en bloquear el dolor
y en su lugar, lo sentimos plenamente, ese dolor se transforma y
desaparece. Cuando dejamos de resistir el cambio, dejamos de
ser un dique para la energía universal y nos convertimos en parte
del conductor universal. Estamos activamente en el fluir de la
presencia de Dios.
Myrtle Fillmore, cofundadora de Unity, dijo una vez: “Tarde
o temprano todos llegamos a un punto en nuestro desarrollo
donde ya no nos satisface seguir viviendo la vida pasada, sin el
conocimiento de nuestra unidad con Dios, la Fuente de nuestro
ser. A veces, cuando alcanzamos este punto en el progreso
de nuestra alma, al principio no sabemos qué es lo que está
sucediendo. Podemos sentirnos inquietos e insatisfechos. Puede
que tengamos experiencias que no comprendemos. Quizás hasta
seamos tentados a pensar que nuestro bien nos ha abandonado.
Pero tan seguro como que existe un Dios, la única Presencia y el
único Poder, nos daremos cuenta de que todo está bien y que no
estamos haciendo más que ir de una habitación a otra, más grande
y con más luz.”
¿Ya no te sientes satisfecho al vivir como si estuvieras separado de
Dios? ¿Has llegado al punto en que tratar de vivir sin la conciencia
de Dios es como tratar de vivir sin aire? Ahora es el momento de
permitir que Dios guíe tus pensamientos. Ahora es el momento de
reconocer a Dios en la danza de vida que ves ante ti, dondequiera
que vayas. Ahora es el momento de permitirte de manera consciente
ser una expresión de la acción de Dios en el mundo.

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Veo a Dios allí y allí y…
No somos llamados a ser héroes. Somos llamados a ser
plenamente humanos, lo cual quiere decir que somos llamados
a vivir espiritualmente mientras existimos en un cuerpo
milagrosamente material. ¿Cómo encontramos a Dios en nosotros y
expresamos a Dios con nuestros brazos?, ¿con nuestros ojos?, ¿con
nuestras rodillas?, ¿con nuestro estómago? Si Dios está en todas
partes, entonces cada parte de nuestro cuerpo es una expresión de
Dios y es capaz de llevar a cabo la obra de Dios en este mundo.
Cuando ves que Dios existe en todas partes, hasta en tu cuerpo, lo
tratas bien. Al hacerlo, honras a Dios en tu cuerpo.
Cuando ves a Dios en tu cuerpo puedes ver a Dios en el cuerpo
de los demás. ¿Cómo tocará tu mano la mano de otra persona?
Ahora es el momento de ayudar a alguien a atravesar la calle.
Ahora es el momento de ayudar a alguien a llevar una carga. Ahora
es el momento de abrazar a alguien, ya sea por consuelo o gozo.
Cuando ves a Dios en el juego de la luz entre los árboles,
creando sombras en la tierra, honras a Dios como la luz del sol,
los árboles y la tierra. ¿Cómo, entonces, tratarás la tierra? Ahora es
el momento de recoger la basura a tus pies. Ahora es el momento
de sembrar flores a la puerta de tu casa. Ahora es el momento de
reciclar los frascos, las latas, los periódicos y los envases plásticos.
El ver a Dios a tu alrededor crea automáticamente respeto
por la vida. Nuestras acciones y palabras inconscientes sólo
ocurren cuando nos olvidamos que Dios está donde nosotros
estamos, en cualquier situación. Ahora es el momento de respirar
profundamente y sentir conscientemente la presencia de Dios
llenando nuestros cuerpos. Ahora es el momento de llenar nuestras
mentes de pensamientos espirituales de bondad, compasión y
amor. Ahora es el momento de ser la expresión de Dios en nuestro
mundo. Sigue adelante y sé ese conducto universal de la energía de
Dios. Nuestro mundo nos necesita a cada uno de nosotros —ahora.

13
Haciendo que el sol
se detenga
por Jim Rosemergy

La simple lógica y la comprensión de las leyes de la física


declaran que el sol nunca puede detenerse. Sin embargo, en Josué
10:13 está escrito: Y el sol se detuvo, y la luna se paró. Es un versículo
sobresaliente de las Escrituras. El propósito de este acontecimiento
astronómico para los israelitas fue que éstos completaran su victoria
sobre los amorreos. El sol se detuvo para dar al ejército de Josué el
tiempo para completar la desbandada del enemigo.
La búsqueda de tiempo parece un problema de este siglo.
Tendemos a estar tan ocupados que el regalo de 86.400 segundos
cada día parece insuficiente. ¿Alguna vez has estado tan ocupado
que desearías tener más tiempo? “Dame
un día más”, decimos, u “¿otra hora?”
La mayoría de nosotros hemos dicho
eso, pero ¿es posible crear más tiempo?
¿Podemos hacer que el sol se detenga? La
respuesta es sí.
Hay personas que son altamente
eficientes. Otras logran poco en el
transcurso del día. Algunas personas
parece que “ahorran” tiempo, mientras
otras lo matan. ¿Qué tan a menudo has
dicho que estás “matando el tiempo”?
Como ministro, tengo el privilegio de compartir los retos de la
vida con muchas personas. Generalmente asesoro espiritualmente a
varias personas cada día. Cuando una persona viene a una sesión,
a menudo le pregunto si conoce mi costumbre. La voz se está

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corriendo, así que muchas personas están conscientes de que me
gusta comenzar cada sesión de asesoramiento espiritual con cinco
minutos de silencio.
La mayoría de las personas ansían un rato para descansar
y gustosamente se sientan en el silencio conmigo antes de que
comencemos a compartir oficialmente. Aunque nunca he notado
que el sol se detenga durante los cinco minutos, estoy consciente
de que a menudo perdemos la noción del tiempo. Entramos en
un estado de conciencia donde Dios está presente y no existe el
tiempo. Completamos nuestros cinco minutos y decimos: “El
tiempo pasó rápido. ¿Adónde se fue?”
He llegado a creer que a veces entramos al reino donde no
existe el tiempo. Cuando regresamos al mundo, esta conciencia
permanece con nosotros y el Espíritu puede hacer Su obra en
nosotros, haciendo que el tiempo que pasamos hablando uno con
otro sea más productivo.
El silencio es un plano sin tiempo y podemos entrar a él
simplemente al aquietarnos y poner nuestra atención en Dios. Este
método de hacer que el sol se detenga requiere que nos apartemos
del mundo, pero hay otra manera de hacer que el sol se detenga,
y ésta nos permite permanecer presentes plenamente en nuestras

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actividades cotidianas. Es pararse en el umbral del infinito llamado
el ahora.
Muchos de nuestros pensamientos vagan en el pasado o en el
futuro y por ende, no tenemos contacto con el momento presente.
El reto es que el ahora eterno es el umbral del reino de Dios y del
poder verdadero. El simple acto de caminar conscientemente o
trabajar en el jardín puede vincularnos con nuestra Fuente. No hay
pasado ni futuro, sino que hay paz en el momento, la sabiduría
para saber qué hacer si hay que tomar acción y la fortaleza y el
poder para actuar.
¿Por qué no tratas de que el sol se detenga? Pasa algún
“tiempo” en el silencio, con tu atención centrada en Dios y luego
simplemente observa la productividad de la hora siguiente. Presta
atención consciente a algún acto sencillo y luego sumérgete en tu
día y observa cuánto logras. El sol se detuvo hace mucho tiempo
y si miras con cuidado, lo verás descansar en el cielo cuando estés
quieto o viviendo conscientemente.

17
la
Descubriendo
atención
ley de la
por Paula Godwin Coppel

“Si queremos paz profunda, amor permanente y felicidad duradera, sólo


tenemos que despertarnos al cielo que ya está aquí”.
Millones de personas ven El secreto como un modo de lograr
más abundancia en sus vidas. Sintiéndose fortalecidas por la ley de
atracción, se encuentran muy ocupadas tratando de hacer aparecer
como por arte de magia las imágenes de lo que desean, manteniendo
sus deseos en mente y pidiéndole al universo autos, trabajos, dinero,
compañeros, vacaciones y todo aquello que creen que los va a
hacer felices.
No hay peligro en aplicar El secreto de esta manera. Mas, sin duda
perpetúa una premisa subyacente: la idea de que falta algo y que
debemos encontrarlo o atraerlo, con el objeto de ser felices y lograr
completa satisfacción. La palabra atracción por sí misma implica que
debemos traer algo a nuestras vidas para sentirnos satisfechos.
La avenida Madison en Nueva York fue construida sobre la
base de ese concepto, y cada año necesita tal concepto para vender
billones de dólares de propaganda comercial. Generalmente somos
víctimas de esas cuñas comerciales, y compramos de todo: desde
maquillaje a medicinas, para encontrar felicidad.
Pero en lo profundo de nuestro ser, sabemos que no es así. Hay
algo en nosotros que sabe, aunque sea subconscientemente, que
ya somos perfectos y plenos. Nuestra paz y alegría provienen de
nuestro ser interior, no de lo exterior. Hemos sido creados a imagen
y semejanza de Dios, y Dios se complace en darnos Su reino, aquí
mismo, ahora mismo. No hay nada que “atraer” porque nada falta.
19
Jesús dijo: “El reino de Dios está entre vosotros” ¿Qué más
podríamos desear?
Una respuesta sincera sería: queremos conocer este cielo.
Queremos verlo y sentirlo, cada día.
Y para ello, necesitamos un secreto más profundo que la ley de
atracción. Necesitamos lo que llamo la ley de la atención. Ya que
aunque pueda ser entretenido manifestar cosas externas, lo que
manifestamos en lo exterior no es tan importante como lo que
manifestamos en lo interior. Si deseamos paz, amor permanente y
felicidad duradera, sólo tenemos que despertarnos al cielo que ya
está aquí entre nosotros.
Cuando invocamos la ley de la atención, cuando aplicamos el
poder de nuestra percepción a una experiencia total del momento
presente, somos elevados a una conciencia más completa de nuestra
unidad con Dios y con toda la creación.
Aplicar la ley de atención no requiere años de estudio. No
requiere que compremos, atraigamos o
busquemos nada. Eso ocurre sencillamente
al cambiar nuestro enfoque, y la respuesta
es instantánea.
Hace unos años, percibí el poder de
la atención de una manera conmovedora
y memorable. Había estado leyendo el
notable libro de Eckhart Tolle El poder del
ahora, notando cuán frecuentemente yo no
me encontraba en el momento presente en
mi vida. Particularmente, me di cuenta de
que no escuchaba con atención a mis hijos
Ben y Emily, cuando ellos me hablaban
mientras yo cocinaba o limpiaba.
Una noche decidí responder de un
modo diferente. Cuando ponía la mesa, Emily, que en esa época
tenía trece años, comenzó a decirme sobre un problema que tenía

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con una amiga. En lugar de continuar mi tarea y responderle con
“¡Ah, sí!” y “¡no puede ser!”, dejé a un lado los cubiertos y la miré
fijamente en el rostro. Penetró sus ojos con mi mirada y puse mi
atención completamente en ella y en cada palabra que decía.
Después de unos segundos, mi atención en ella fue tan intensa
que la sala donde estábamos pareció no existir. Perdí todo sentido de
mi “ser personal” y sentí como si me unía de corazón con sus ojos,
su tierna voz y su dulce corazón. Me sentí abrumada por mi unidad
con ella, y mis ojos se llenaron de lágrimas.
Unas semanas después, le conté a un mentor espiritual sobre mi
experiencia con mi hija, tratando de encontrar sentido en eso.
“Me sentí como si me unía completamente a ella en afecto” dije.
A lo que mi mentor respondió: “Eso fue lo que sucedió”.
Sí, eso fue lo que sucedió. Una vez que las distracciones fueron
eliminadas, una vez que me encontré totalmente en el momento, el
camino se abrió para una ola de amor.

21
De igual interés es el hecho de que he tenido experiencias similares
con desconocidos en una clase o taller de Unity en la cual fuimos
instruidos a mirar a una persona en los ojos por un minuto o dos sin
hablar. Al principio este ejercicio parece raro e incómodo, pero no hay
duda de que existe una conexión profunda. Generalmente los ojos
se me llenan de lágrimas, al haber mirado el alma y la humanidad de
alguien que es a la vez un desconocido, pero parte mía por medio de
la gran red de vida que nos conecta a todos.
James Dillet Freeman, poeta laureado de Unity, capturó este
estado del ser en su hermoso libro: “Be!”(Tú puedes):
He caminado por una calle llena de extraños, cuando de repente no
había extraños y sentí que yo me expandía y los recibía a ellos. Sentí
sus más tristes anhelos, sus aspiraciones más nobles, sus esperanzas y
temores, su amor, fe y alegría. Yo era el ser que trasciende el ser, el ser
superior que no está limitado por tiempo ni espacio, el ser que conoce
que es uno con la realidad de toda la gente.
Me maravilla y sorprende que esta unidad mística puede ser
lograda con alguien o algo, en cualquier momento, por medio
de estar a tono con lo que tenemos ante nosotros. Aquello a lo
cual damos nuestra atención crece ante nuestros ojos. Cuando
observamos con atención, nuestra percepción nos lleva a niveles más
profundos todavía.
El poeta William Blake expresó las maravillas de este estado de
conciencia cuando escribió:
Para ver al mundo en un grano de arena
y al cielo en una flor silvestre,
sostener al Infinito en la palma de tu mano
y la Eternidad en una hora.
Tales reflexiones nos hacen recordar que los placeres más simples
son los más profundos. Los momentos de más satisfacción en la
vida no se caracterizan por su complejidad, o por la adquisición o
posesión. Ellos son un producto de la una conciencia sencilla. De
conciencia y amor puros.

22
La ley de atención abre el camino para nuestra conexión con
lo divino. Afinamos nuestra percepción de lo que tenemos frente
a nosotros, y nos sentimos receptivos. En esos momentos, vemos
con ojos de ternura. Percibimos lo mejor y más elevado en otros.
Estamos armonizados con la voz de Dios.
Algunos de mis maestros más inspiradores en este aspecto han
sido los animales, quienes con toda certeza son los más grandes
ejemplos de vivir en el presente. Mientras
que no tienen inteligencia humana
para razonar, planificar, imaginar, etc,
tampoco están sobrecargados con las
complejidades que nosotros mismos
creamos. Ellos viven en completa
sencillez, sea por bien o por mal. Y en
esos callados momentos que compartimos
con ellos, ellos traen al momento el poder
del presente.
En una noche fría y lluviosa hace
varios años, a las 3 a.m., me di cuenta
de que había dejado a mi gata afuera.
Cuando abrí la puerta del frente, la vi
tranquilamente sentada en el primer
escalón, mojada y fría. La sequé y cinco
minutos después ya dormía acurrucada tibiamente junto a mí en
la cama. Comparé su respuesta a cómo reacciona un ser humano:
No hubo drama (Ya era hora de que abrieras la puerta, me estoy
congelando), ni culpabilidad (¿Qué te hace pensar que podías
dejarme aquí afuera?), ni represalia (No me voy a acurrucar contigo
nunca jamás, después de todo esto). Ella no perdió su tiempo en el
pasado o el futuro; ella quería aprovechar el momento presente.
Vivimos en un mundo perfecto, con bendiciones tan profundas
y vastas, que son demasiado buenas para aceptarlas. Marianne
Wiliamson tuvo razón al decir que es nuestra misma luz la que

23
nos asusta; este brillante, sorprendente, hermoso, maravilloso e
incomprensible universo pude ser muy bueno para ser verdadero.
Y aún así, es verdadero. Cuando nos damos cuenta de él y nos
despertamos a él, ya no hay que esperar, ni que anhelar, no hay
necesidad de atraer más. Un momento a la vez, lo divino nos baña.
La ley de atracción puede ayudarnos a mejorar las
circunstancias de nuestras vidas y es muy valiosa para ese
propósito. El riesgo está en comenzar a creer que esto es todo lo
que hay. Nuestros egos son perfectamente capaces de conjurar
una cosa tras otra que pensamos que “necesitamos” para poder ser
felices. Luego nos encontramos en el mismo laberinto sin salida
en el cual están muchos. Como dijo Thoreau: “Vidas en desespero
silencioso”, siempre buscando algo más.
Por el contrario, la ley de atención implica una práctica pacífica y
una expansión de la conciencia. La atención es una manifestación del
amor, de modo que estar más atentos significa demostrar más amor.
Sabemos esto por propia experiencia: cuando alguien nos pone
atención mirándonos, escuchándonos y compartiendo con nosotros,
nos sentimos apreciados. Por otro lado, cuando alguien nos ignora,
nos sentimos menospreciados, insignificantes, faltos de amor.
Mientras más nos concentramos en el presente, más
experimentamos “la paz que sobrepasa todo entendimiento”, y
más capaces somos de irradiar paz a otros. El reino de Dios esta
disponible; las verdaderas riquezas de la vida ya están aquí. Según
dejamos ir nuestra necesidad de posesiones, de obtener y de poseer,
podemos aplicar el poder de la atención para descubrir la verdadera
bendición que proviene de vivir libres del “ego” y de las posesiones.

24
25
¿Por qué no?
por Misty Santana

Nunca es demasiado tarde


para caminar por la playa
arena tibia bajo
los pies que han viajado
muchas millas
para arrancar flores silvestres
y adornar un florero viejo
y resquebrajado,
para sentarse a la orilla
del arroyo
y permitir que el sonido
del agua corriendo
sobre las rocas gastadas por el tiempo
cante a los sentidos
sedientos de serenidad,
nunca es demasiado tarde
para extender el corazón amoroso.

27
En el
de la corriente sanadora
fluir
por Eric Butterworth

En Juan 21:1-6 aparece un episodio en el cual Jesús enseña por


medio de una “parábola viviente”. Los discípulos, quienes eran más
que todo pescadores, pescaban en el Mar de Galilea. Después de
una noche de trabajo, no habían pescado nada. Con la luz del día,
regresaron a la playa, cansados y desilusionados. Se dirigieron a
Jesús, quien les sugirió que trataran de nuevo, pero esta vez debían
echar sus redes “a la derecha de la barca”.
¡Imagínate la reacción de los discípulos! Después de todo, ellos
eran pescadores experimentados. ¿Qué podía saber un carpintero?
Y sin embargo, después de todo lo que habían visto, ¿cómo podían
cuestionar Sus sugerencias? Así que echaron las redes como Jesús les
sugirió y no las podían recoger por la cantidad de peces.
Los discípulos, en conciencia, estaban fuera del fluir de la
vida. Pero por el simple acto de echar la red al otro lado del
bote, cambiaron su experiencia. Esto significa que al cambiar el
pensamiento de negativo a positivo, de sentimientos de insuficiencia
a actitudes de confianza, uno puede alterar su experiencia del fracaso
al éxito. “A la derecha” de la vida te alineas con el fluir inexorable de
bien.
Hay muchas personas que han sufrido enfermedades dolorosas
y han desafiado todos los procesos curativos. Como los discípulos,
ellos, de manera figurada, han trabajado toda la noche en su
búsqueda de curación, posiblemente empleando tratamientos
médicos y de oración, pero sin resultado. La historia parece implicar

29
que sin importar la experiencia ni las técnicas empleadas, y hasta el
deseo ferviente, si estás en el “lado equivocado” (estado negativo de
conciencia) no hay ayuda. La necesidad es estar “a la derecha”, para
entrar en el fluir de la curación.

Un fluir universal de salud


Miremos a esta corriente sanadora, este fluir universal de salud.
Eres un hijo del universo. No caminas por el sendero de la vida solo.
Todo el universo camina contigo. Está involucrado dinámicamente
en ti. Su fluir dinámico siempre se expresa como tú. De aquí que
la salud no es algo que puedes “lograr” físicamente, con pastillas o
brebajes, o metafísicamente en oraciones ni tratamientos. No puedes
lograr la salud. Sólo puedes ser salud. La salud es la realidad de la
vida, la condición normal de la humanidad.
Hace algunos años, la escuela de medicina de la universidad de
Cornell decidió investigar “qué hace que la gente saludable, lo sea”.
Esto alejó a los investigadores de la “norma” de deterioro y muerte
a un estudio de “salud mental” como la clave obvia para la salud
corporal. Los científicos encontraron que la gente más saludable es
la que tiene actitudes habituales que la hacen inmune a situaciones
sociales y sus alrededores.

30
Naturaleza versus crianza
Una vez que aceptas la idea de que eres una criatura sana, la
esencia misma de un fluir universal de vida, nunca más estarás
satisfecho hasta que tu salud mejore. La cofundadora de Unity,
Myrtle Fillmore, era una maestra criada metodista que enfrentaba
lo que en esos días era considerado como un caso terminal de
tuberculosis. Los médicos estaban de acuerdo en que sólo le
quedaban unos meses de vida. Era una enfermedad “de familia” y
por eso la prognosis fue aceptada con resignación. Sin embargo, ella
era una aventurera espiritual en la búsqueda de la verdad de la vida.
Un día Myrtle tuvo una gran revelación que cambió su vida y
gracias a su influencia, las vidas de miles de personas. Ella afirmó:
Soy una hija de Dios, por lo tanto no heredo enfermedad. Ella comenzó
a echar la red a la derecha del barco. A pesar del veredicto médico,
entró al fluir de vida sanadora y llevó una vida plena cuarenta y
cinco años más a partir de ese tiempo.
Esto no quiere decir que la herencia no tiene influencia en las
condiciones o las tendencias del cuerpo. Pero sí quiere decir que a
pesar del tipo de cuerpo físico que hayas heredado o las condiciones
o la conciencia que tus padres puedan haberte impuesto, todo esto
es incidental a tu experiencia de vida. Sin embargo, es fundamental
la verdad de que eres un hijo del universo. Jesús dijo: “Venid,
benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros
desde la fundación del mundo” (Mateo 25:34). La herencia es tuya
porque tú eres el proyecto viviente del proceso creativo. Pero debes
reclamarla, saber que tienes derecho a la plenitud de la vida y a
entrar en el fluir.

El fluir del infinito por medio de ti


Dios es un círculo centrado en ti. Todos los atributos del Infinito
están centrados en ti, fluyendo por medio de ti. Esto significa que
eres creado a la imagen y semejanza de una idea infinita. Eres
el único engendrado de Dios desde el punto de vista de que, no
importa las marcas que otras influencias puedan haber dejado en ti
31
desde lo externo, en ti hay eso que es engendrado sólo de Dios, lo cual
está siempre en el “fluir” de la corriente divina desde el interior. Ésta es
la Verdad fundamental. Todo lo demás son hechos accidentales.
Podríamos volver a la historia de los apóstoles y hacer notar
que los peces estaban allí, como siempre. El cambio del vacío
decepcionante a la satisfacción gozosa no estaba en los hábitos de
los peces, sino en la actitud de los pescadores. La corriente sanadora
es una realidad eterna. Existe un todo aun en la enfermedad. Todo
el universo está contigo y su fluir siempre es fundamentalmente
la realidad de ti, no importa lo que las circunstancias accidentales
puedan ser. Y esta realidad de salud es la clave para la constancia de
un proceso renovador dentro del cuerpo —aun cuando no hagas
nada ni sepas nada de él.
En la mañana, toma unos momentos cuando todavía estás en la
cama, para “esperar en el Señor” o conectarte. La corriente de vida
está en ti como siempre, pero necesitas centrar conscientemente
tus pensamientos a la derecha. Puedes afirmar algo como esto:
Estoy en el fluir de la vida y me muevo con facilidad con este fluir. Estoy
radiantemente vivo y con entusiasmo. Estoy libre de tensión, estrés y
agotamiento y avanzo en el fluir de la vida —sin apuros
ni preocupaciones.
Luego, decide que pescarás solamente a la derecha del barco.
Mantente libre de reacciones negativas y del sentimiento de
competencia pesada. Tu vida es para que la vivas de lo interno a lo
externo. Las cosas que te pasan o que pasan a tu alrededor puede
tener poca influencia en tu bienestar físico. Lo que cuenta son las
cosas que suceden en ti.
Emerson invita a que nos rodeemos de afirmaciones incesantes.
La razón es fácil de ver. De esta manera cambias el enfoque del vacío
a la plenitud, te diriges al otro lado del barco y realmente tiendes a
alterar tu nivel de conciencia.

32
De ningún sitio a aquí ahora
Desde el momento en que comiences a trabajar desde el lado
derecho, te das cuenta de que tu salud está “aquí ahora”. Puedes
decir con confianza: Estoy lleno de vida y salud. El paso corto de
“ningún sitio” a “aquí ahora” es la pausa para estar quieto y saber…
que estoy en el fluir.
En cualquier momento en que tengas un problema de salud,
recuerda: la salud está aquí ahora. El factor más importante en la
curación es salir de la conciencia de “ningún lugar”. En este nivel,
el esfuerzo de curación está motivado por el miedo y frustrado por
la tensión del esfuerzo muy ansioso de encontrar la salud. Siempre,
el primer paso debe ser estar en el fluir. La vida es salud y nunca
puedes ser menos que sano en la realidad de tu ser.
Ten presente que el fluir de curación es constante —no
está presente solamente cuando afirmas que funciona. Estás
constantemente en este fluir, aun cuando hayas estado pescando
en el lado equivocado del barco y manifestando menos que una
experiencia de salud. La necesidad no es vencer la enfermedad, sino
simplemente entrar al fluir.
Hay una corriente sanadora. Es una de las grandes realidades
de la vida. Dondequiera que haya un pequeño destello de vida, esa
corriente es una realidad y un potencial para ayuda
y curación.
No hay enfermedad incurable —solamente personas incurables
quienes pueden estar encerradas en ciertos estados negativos de
conciencia. Pero la conciencia puede ser cambiada. Uno no debe
simplificar demasiado el proceso ni asumir que al decir afirmaciones
nuevas o hacer tratamientos metafísicos nuevos es fácil que suceda
un milagro de renovación. Sin embargo, debes saber la Verdad:
Puedes ser sanado; puedes abrir el camino a la corriente eterna de vida.

33
¿Cuándo mejorarán las cosas?
por Richard y Mary-Alice Jafolla

“No decís vosotros: ‘Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega’?
Yo os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están
blancos para la siega.”—Juan 4:35
Acalorados y cansados de todo un día de manejar a través del
desierto, nos registramos rápidamente en el motel y comenzamos a
buscar un restaurante donde pudiéramos descansar cómodamente
y comer algo sencillo. Eso era lo que queríamos, pero resultó ser el
comienzo de una aventura de dos horas, muchas millas y mucha
frustración.
El primer restaurante al que entramos era tan oscuro que
sólo después que nos sentamos y nuestros ojos se adaptaron a la
oscuridad descubrimos lo sucio que estaba. Con mucha gentileza
devolvimos los menús y salimos.
El siguiente era un restaurante grande, donde nos
recibió un anfitrión molesto, fumando un tabaco y tosiendo
incontrolablemente. Gruñó que lo siguiéramos a la mesa, ¡pero
nosotros nos dirigimos a la salida!
El próximo fue un lugar donde el volumen de la música estaba
tan alto que la anfitriona tuvo que preguntarnos tres veces cuántas
personas éramos. Haber comido allí habría sido como comer en
medio de un concierto de rock, así que nos fuimos.
El restaurante siguiente fue igual de malo.

35
¿Cómo terminó todo? Dos horas y muchas millas después
comimos en el restaurante al lado del motel. ¿Cómo estuvo?
Excelente. Estaba limpio, era sencillo y la comida nos fue servida
con amabilidad. ¿La lección? La hierba no siempre es más verde (ni
tampoco las ensaladas) en otro lugar.

Tan verde como es posible


Exactamente donde estás es tan verde como es posible.
En ti existe el potencial para la felicidad que no disminuye ni
madura con el tiempo. La felicidad no necesita tiempo para
madurar, sólo tiene que ser invocada. Siempre está disponible,
siempre esperando. Tus circunstancias presentes pueden parecer
desalentadoras y pueden llevarte a los “si”: “Si yo fuera más rico”,
“si yo no estuviera enfermo”, “si alguien me amara”, “si yo fuera
más feliz”.
En realidad, nunca tendrás más potencial para la prosperidad y la
salud de lo que tienes ahora. Nunca habrá una oportunidad mayor
de paz y amor que la que existe para ti en este momento. Nunca
estarás más cerca de la felicidad completa de lo que lo estás ahora.
Cuando fuiste concebido en la mente de Dios, se te dio todo lo que
necesitabas. Dios no retiene nada, pero si tus decisiones en la vida
son las que deciden cómo utilizas esos regalos.

Sólo existe el ahora


“Ahora” es un concepto enigmático cuando lo ponderas un rato.
No existe más tiempo que el ahora. Piensa en ello —el pasado
se acabó y se fue. Nunca estará en tu vida de nuevo. Cualquier
felicidad o dolor que depositó en tu vida ya ha sido entregado. ¿El
futuro? Todavía no ha llegado y cuando lo haga, ya no será más
el futuro. Será el ahora. Así que el ahora es todo lo que tienes y
todo lo que tendrás. El pasado es abono, el futuro es una semilla
que todavía no está sembrada, el presente es la única tierra donde
puede crecer. Así que lamentar una oportunidad perdida por

36
un amor en el pasado o anticipar nerviosamente la necesidad de
prosperidad en el futuro es perder oportunidades valiosas para
todo tu bien en el presente.
¿Por qué no comenzar haciendo lo mejor que puedas aquí
mismo donde estás? No puedes subirte a un avión que partió ayer
ni puedes abordar uno hoy que partirá mañana. No puedes crecer
de donde estabas ayer y es imposible crecer desde donde estarás
mañana. El único crecimiento puede tener lugar exactamente
donde estás plantado.
Estás plantado donde estás porque la tierra es mejor para
ti en este momento de tu desarrollo espiritual. La tierra, las
circunstancias en las cuales te encuentras ahora contiene todo
los elementos que te harán crecer mejor. Confía en el proceso de
crecimiento. Confía en Dios. Pon atención a los detalles de tu vida,
haciendo lo mejor que puedas con cada reto que se presente.
Por supuesto, crecer donde estás plantado no quiere decir que
debes aceptar las limitaciones de tus circunstancias presentes. Por
supuesto que no. La flor sembrada en la sombra de todas maneras
busca el sol. Cualquier problema que estés enfrentando ahora no
37
tiene que ser aceptado como lo parece. Puede ser una oportunidad
para crecer, una oportunidad para reclamar más del bien que Dios
tiene para ti. El deseo de Dios para ti es el bien absoluto, así que no
te sientas satisfecho con menos.

Los buenos tiempos


A veces tenemos la tendencia de caminar en retroceso por
la vida. Como viajeros
mirando hacia atrás
en el vagón de un tren
que atraviesa el país,
no sabemos bien dónde
estamos ni exactamente
adónde vamos. Sólo
sabemos donde hemos
estado y a menudo nos
encontramos añorando “los
buenos tiempos”. A través
de la niebla del pasado, las
cosas parecen adquirir un aspecto atractivo. Tenemos problemas en
ver las bendiciones en el ahora porque vemos las cosas solamente a
través del filtro del pasado.
Sin embargo, el pasado puede incluir problemas como crecer en
una familia disfuncional, la muerte temprana de uno de los padres
o un noviazgo muy triste. Todo esto a menudo tiene un efecto
devastador en nosotros y le permitimos que nos afecte durante
toda nuestra vida. Anclados en ese pasado, no podemos llegar
a lo nuevo que cada día nos ofrece. Atrincherados en el pasado,
frustramos nuestro potencial presente.

El reino de Dios
Pablo dijo: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio

38
del supremo llamamiento de Dios” (Flp. 3:13-14). En otras
palabras, busca primeramente el reino de Dios. Este reino no está
en el pasado. Permanecer en el pasado es vagar en las cavernas
oscuras de la mente. El pasado es una ilusión, un simple recuerdo.
Es sólo lo que nuestra mente es capaz de recordar selectivamente.
Mientras algo se queda más tiempo en la mente, más cambia y
menos se parece a lo que sucedió realmente. El pasado, como el
futuro, es sólo nuestra percepción.

El pasado es importante, pero...


El pasado es la materia prima del presente, ¡pero no es el
plano para el presente! Da gracias por las lecciones del pasado.
No importa lo dolorosas que fueron, te han dado una conciencia
de quién y qué eres. Muchas personas que se recuperan de una
adicción al alcohol dicen. “Gracias, Dios por mi alcoholismo” ¡y lo
dicen en serio! Lo que agradecen es el hecho de que la enfermedad
a la larga los obligó a conectarse con su espiritualidad.
En vez de temer al pasado, resistirte a él o resentirlo, utilízalo
como la materia prima del pasado, lo bueno y lo “malo” para
diseñar un nuevo plano para el presente. Mirar hacia atrás con
miedo o resentimiento es arrastrar las limitaciones del pasado al
ahora, y eso es como un barco arrastrando un ancla. La vida es
progreso y cada movimiento en el ahora es un escalón que nos
conduce al próximo momento en el ahora.
No puedes cambiar el pasado. De hecho, no hay necesidad
porque el tú verdadero ya no vive allí.

El futuro es importante, pero...


¿Y qué hay del futuro? ¿Crees que si continúas teniendo los
mismos pensamientos, diciendo las mismas palabras, haciendo las
mismas cosas, yendo en la misma dirección, el futuro será diferente
de lo que es ahora? Mirar el futuro como un salvador sin cambiar
el presente es como pedirle peras al olmo.

39
Sí, puedes cambiar la dirección de tu vida, pero los cambios no
pueden suceder en el pasado ni el futuro; sólo pueden suceder en el
ahora. En cada momento del ahora existe una cantidad ilimitada de
posibilidades, lo cual hace que cualquier momento sea bueno para un
nuevo comienzo. De hecho, cada momento es un nuevo comienzo.
No tienes que esperar un nuevo año para hacer la resolución de
hacer una vida nueva. En este momento estás en la encrucijada de
lo que eras y lo que puedes ser. Esta encrucijada en tu vida, este
momento en el ahora, está lleno de posibilidades. Esta encrucijada
de posibilidades —este momento en el “ahora”— contiene todo el
bien que puedes esperar tener. En cada una de estas encrucijadas
tú decides qué camino tomarás.
Cuando piensas en cómo quieres que tu vida se desenvuelva,
puede parecer sorprendente, pero cuando estás en la encrucijada
de las posibilidades, todo es posible. Todo lo que necesitas recordar
es que Dios está contigo, porque Dios vive en esa encrucijada.
El Dios que mora en ti y quien te ha dado una nueva visión de ti
mismo te mantendrá en curso. El Dios que ha permitido la visión,
con tu cooperación, la hará realidad.

Comienza donde estás


Busca la semilla de bien en cada situación y verás que los campos
están listos para la siega. Todo lo que necesitarás es tuyo —Ahora.

40
Comienza donde estás. Haz lo que puedas. Hasta un esfuerzo
pequeño para cambiar, crecer, mejorar, producirá resultados
sorprendentes. Cuando deseas cambiar y haces el esfuerzo,
Dios corre a tu encuentro. Como en la historia del hijo pródigo,
Dios espera que regresemos a “casa”. Cuando lo hacemos, Dios
nos responde inmediatamente con una lluvia de todo lo que
necesitamos —ahora mismo.
Así que avanza y no mires hacia atrás. (No puedes conducir un
automóvil mirando por el espejo retrovisor). Si quieres descubrir
tu yo genuino —la persona que eres realmente— deja ir la persona
que fuiste. Cuando anhelas el pasado, te haces esclavo de él. Cuando
aprendes del pasado, te conviertes en un maestro del presente.
Puedes elegir edificar sobre lo que fuiste, pero no eres lo que
fuiste. Puedes centrar tu atención en lo que serás, pero no eres lo
que serás. Lo que eres es lo que eres ahora —el heredero de todos
los regalos de Dios.
Ahora, este momento, es el primer momento del resto de tu
eternidad. Puedes comenzar de nuevo con Dios.

41
Alineados
Mente Divina
con la
por Sharon Connors

Mi primer nieto fue un bebé robusto de diez libras que nació


con un par de pulmones que podían comandar un batallón. Una
vez que aprendió a caminar, lo que más le gustaba hacer era salir a
dar “paseos” que parecían más una carrera. Caminaba por la acera
hasta que algo le llamaba la atención, como la tapa de una cañería,
una flor o la puerta de una casa. Hacía una investigación superficial
y avanzaba rápidamente a otra atracción fascinante. Todo lo que
veía era atrayente.
Mi papel en todo esto era mantenerlo dentro de ciertos límites.
Cuando insistía en meterse en todo garage que estaba abierto y
jugar con cualquier cosa que encontrara, como podadoras de
césped, palas, neumáticos, yo lo cargaba y dirigía su atención hacia
algo no peligroso, aunque sólo por un momento. Lo llevaba a ver
unas flores y le decía que tocara las flores a medida que yo las
nombraba. Invariablemente, él arrancaba una, y con la esperanza
de que el dueño de la casa no estuviera viéndonos, respondía: “No,
no, Blakie, las flores son lindas, huélelas”. A él nunca le interesó
mucho el olerlas.
Nuestras mentes tienden a ser así —niños corriendo en
todas las direcciones, a veces increíblemente creativos y a veces
corriendo sin prestar atención a un terreno peligroso. Nuestra gran
disciplina es mantener esta mente nuestra siempre ocupada dentro
de ciertos límites y alejarla de las aguas contaminadas del miedo,
la culpa, los celos, la baja autoestima, el resentimiento, los juicios
duros, la envidia y hacia las aguas refrescantes de los pensamientos

43
constructivos. Eso es lo que la oración hace; alinea nuestro
pensamiento con sabiduría y amor infinitos.
La oración no se trata de centrar nuestra energía creativa en Dios
para cambiarlo ni motivarlo a que dé curso a nuestras peticiones. No
se trata de centrar nuestra energía para hacer que Dios se incline a
nuestra manera de pensar o hacer. Se trata de disciplinar la tendencia
de nuestra mente de correr en muchas direcciones, disipando así
nuestro poder, guiándonos muy a menudo por callejones sin salida
y caminos llenos de huecos. La oración se trata de centrar nuestras
capacidades creativas, las cuales son infinitas, en Dios, para que Su
presencia pueda ser percibida y recibida para que nos sirva y sirva
por medio de nosotros.
A medida que continúas respondiendo el llamado para las
aventuras en oración, experimentarás a Dios trascendente e
inmanente —Dios presente en todas partes fuera de ti, trabajando
contigo por medio de las personas y circunstancias en tu vida, y
Dios en el centro de tu ser, guiándote, sanándote, fortaleciéndote
y consolándote. Aunque puedes creer que Dios está presente en
todas partes en el universo, la oración abre la puerta para que tu
conciencia experimente verdaderamente la actividad de Dios, Su
gracia. Reconocerás a Dios obrando por medio de las personas
y las circunstancias en tu vida de maneras que nunca hubieras
podido planificar ni imaginar. Oirás a alguien decir justo lo que
necesitabas oír en el momento correcto y te darás cuenta de que
ésta es la gracia de Dios. Te darás cuenta de la actividad inmanente
de Dios como cambios en ti —cambios de actitudes, percepciones
y cualidades de tu carácter.
La historia de Job en las Escrituras nos habla de su despertar
espiritual a la presencia de Dios. Al pensar en su racha reciente de
“mala suerte”, comenzó a sentirse abandonado por Dios. Con los
retos a su fe tan severos, con sus pérdidas y su dolor tan grandes,
sintiéndose tan impotente en medio de todo esto, su fe se le
escapaba entre los dedos. Él se dirigió a su interior, odiándose y
deseando estar muerto. Es un ejemplo clásico de la fe luchando
con la adversidad, lo cual todos experimentamos.
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La historia termina con Job encontrándose con Dios, no en
los términos de Job, sino en los de Dios. Job ve a Dios con ojos
nuevos. Al orar en medio de todo lo que la vida nos trae, nosotros
también llegamos a ver a Dios y a nuestra relación con Él con
ojos nuevos.
El valor que no estás seguro de tener; la belleza de tus sueños y
deseos más puros y profundos; la chispa de amor que se convierte
en compasión, bondad, tolerancia; la onza de fortaleza que se
convierte en valor, paciencia, perseverancia; el grano de esperanza
que se convierte en entusiasmo y
pasión y proporciona gozo y vida
a todo lo que haces; el anhelo
persistente de paz y armonía con
todas las personas y toda vida; la
urgencia creciente que te lleva a
hacer lo correcto; la energía creativa
que aparece como tus regalos,
tus talentos y tu condición única
—todo esto y más es la vida de Dios
en ti. Los teólogos la llaman gracia.
Todas las tradiciones espirituales
tienen un nombre para la actividad
dinámica de Dios en nosotros.
Toma en consideración la
importancia de centrar tu mente
por medio de la oración, porque
mientras más lo haces, más verás a Dios activo en tu vida. Poder
centrar tu atención en oración también te permite aplicar el poder
de la oración a todos los aspectos de la vida, incluyendo el tomar
decisiones sabias, crear relaciones personales armoniosas, manejar el
cambio y las dificultades y experimentar una abundancia amplia y un
gozo inefable.
Thomas Merton, el monje Trapense y místico que fue autor de
cerca de una docena de libros acerca de espiritualidad, describe

45
bellamente el propósito de la oración centrada. Él dice: “Llegamos a
conocer a Dios al aparentemente tocar a Dios. Es una respuesta a un
llamado del Dios que no tiene voz y sin embargo habla en todo lo
que existe, y sobre todo habla en las profundidades de nuestro ser”.
Jesucristo dijo: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad
asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una
luz y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero para
que alumbre a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra
luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras
y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Cuando las
personas ven nuestra luz resplandecer aún en medio de dificultades
y de estrés, reconocen una bondad, un poder que es mayor que
nuestra condición humana y no pueden evitar el ser afectadas.
Cuando tu luz resplandece, despierta a otros a su propia luz.
Jesús no fue el único en señalar que la luz de Dios está en
nosotros esperando a ser descubierta. Los líderes de todas las
tradiciones a través del espectro de la espiritualidad hablan acerca
de maneras de descubrir la luz de lo Divino en cada ser humano.
Es la luz que creó e infunde al universo y a cada uno de nosotros.
Centrar tu pensamiento por medio de la oración es como quitar
la vasija de la luz de Dios en ti. No solamente ilumina tu camino,
sino que ilumina tu pensamiento con claridad. La energía de tu
oración disuelve poco a poco la oscuridad de la cáscara protectora
que has construido alrededor de tu corazón tierno y vulnerable,
la oscuridad que puede distorsionar las percepciones, bloquear el
fluir del amor, dirigir equivocadamente tus decisiones y llenar tu
cuerpo de toxicidad.
Al centrar tu mente para alinearte con la mente divina en
oración tu energía se aclara y se hace más ligera. Te conviertes
en luz incandescente porque eres más puro energéticamente. Te
conviertes en una presencia de paz y gozo que proporciona luz a
nuestro mundo. Entonces, tus oraciones pueden convertirse en
algo como los rayos láser, tan centradas, tan coherentes, que nada
puede detenerlas —ni detenerte a ti.
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River Río
por James Dillet Freeman

¿Qué es un río? Lo que yo soy.


Pero ¿quién puede decir lo que los ríos son?
¿Soy el agua que fluye?
¿Soy la ribera cercana y la lejana?

Tú mides mi profundidad, anchura y curso


y no encuentras en mí nada extraño
pero digo, los ríos son más fuerza
que, de hecho, son el cambio infinito.

Aunque tu descripción y tu nombre


puedan ser correctos ahora, no me quedaré
ni siquiera un momento, aquí lo mismo
ya estoy en camino.

Del infinito, un fluir


de vida a través del infinito,
al infinito, voy
como el río va al mar.

48
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