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La II Guerra Mundial.

La insatisfacción alemana por el tratado de Versalles y el ascenso de Hitler y


el nazismo al poder, y su alianza con otras potencias totalitarias igualmente expansionistas (Italia y
Japón) van a ser las causas principales del estallido de una nueva guerra que se desarrollará en
Europa, África y Asia; y en la que participarán ejércitos de los cinco continentes. Una guerra
tremendamente destructiva donde los muertos ascienden a cerca de 60 millones y sus
consecuencias van a estar presentes casi hasta nuestros días. Después de la incorporación de
varios territorios por Hitler (Austria, Sudetes,...) se produce la invasión de Polonia el 1 de
septiembre de 1939, este hecho motivó la declaración de guerra a Alemania por parte de Francia y
Gran Bretaña, la guerra duraría hasta 1945. De forma resumida podemos decir que en la II Guerra
Mundial se enfrentan dos bloques: los países que forman el Eje Berlín-Roma-Tokio y regímenes
similares, y los Aliados que en Europa son liderados por Gran Bretaña y Estados Unidos en el Oeste
y la URSS en el Este. El desarrollo de la guerra lo dividimos en tres etapas, la primera (1939-1941)
es de claro éxito alemán, la segunda de equilibrio (1942-1943), y la tercera (1944-1945) consagra
el triunfo aliado en Europa y en el Pacífico. . Las consecuencias del conflicto serán importantes en
todos los aspectos. En lo político cambia el mapa de Europa y ésta queda dividida en dos bloques
irreconciliables hasta la caída del comunismo, Estados Unidos y la Unión Soviética se reparten el
mundo en áreas de influencia, Europa queda en un segundo orden. En el aspecto económico y
material las pérdidas de la guerra son tremendas. En el aspecto humano los muertos ascienden a
casi 60 millones... A. LAS CAUSAS DE LA GUERRA. En líneas generales, hay unas causas generales,
las que se veían venir desde hacía tiempo: deseo de revancha de Hitler y la aplicación de la
ideología nazi, pacifismo de las democracias occidentales que no desean una nueva guerra
(política de “apaciguamiento” con Hitler), rivalidad económica y el rearme de los países... Y otras
que serían las causas inmediatas, las que determinan el estallido de la guerra, en éstas hacemos
alusión a los distintos pasos que van dando Hitler y Mussolini incorporándose territorios hasta que
las democracias occidentales les declaran la guerra. Tema 11. La II Guerra Mundial. 2 I. LAS
RELACIONES INTERNACIONALES ENTRE 1933 Y 1939: EL CAMINO HACIA LA GUERRA, LAS
POTENCIAS SE VAN COLOCANDO. 1. El “viraje de 1932”. El clima de tranquilidad en las relaciones
internacionales, que se venía viviendo en Europa tras la firma del tratado de Locarno (1925) y del
Pacto de Briand-Kellog (1928), no fue muy duradero. Las acciones que forman parte del “viraje de
1932” no podían anunciar buenos tiempos en las relaciones internacionales. Así, en septiembre de
1931, Japón ocupa parte de la Manchuria (territorio chino). La SDN denuncia la acción ilegal de
Japón en Manchuria, pero no hubo sanción alguna. En 1933 Japón abandonaba la SDN. Se
demuestra que ésta no tiene fuerza disuasoria y de nada sirven los acuerdos internacionales.
También, paradójicamente, la apertura de la Conferencia de Desarme en Ginebra (1932), marcó el
inicio de un periodo de tensiones. Una vez iniciada la Conferencia, Alemania planteó un dilema
que no podía eludirse: que las demás naciones se desarmaran o bien que admitieran el derecho de
Alemania a rearmarse. En cualquier caso, a finales de 1932, Alemania abandonó la Conferencia y
mediante esta jugada conseguirá el reconocimiento de la igualdad de derechos. En octubre de
1933, ya con Hitler en el poder desde enero, la abandona definitivamente y se retira también de la
Sociedad de Naciones. Desde entonces, no hay ley o norma internacional que evite el rearme, la
carrera armamentística. A partir de 1932, como vamos a estudiar, el mundo entró en una era en
que las relaciones internacionales se fueron agravando progresivamente hasta el estallido de la II
Guerra Mundial. 2. La subida de Hitler al poder y sus consecuencias internacionales. Hitler se
mantuvo al frente del poder en Alemania entre 1933 y 1945; durante este periodo, sus
concepciones e iniciativas fueron el factor dominante de la política internacional. Hitler decidió
ejecutar su programa, ya expuesto en su libro Mein Kampf, basado en tres objetivos: rechazo del
tratado de Versalles, construcción de un Gran Reich (Gran Alemania) donde estarían todos los
pueblos considerados alemanes y la Situación de Manchuria (Manchu Kuo para los japoneses) y
otras posesiones japonesas. Tema 11. La II Guerra Mundial. 3 expansión territorial hacia el Este
(conquista del “espacio vital” o lebensraum) a costa de los pueblos eslavos. Para la realización de
este programa se evitarían las negociaciones previas, se actuaría según planes minuciosamente
elaborados y se explotaría al máximo los efectos de sorpresa. Calculador frío, Hitler estaba
convencido de que una oscura providencia de la raza le había encargado, a él y a nadie más, la
transformación de Alemania “para el próximo milenio”. Por entonces, mucha gente no
comprendió al principio el alcance de la subida de Hitler al poder y sus consecuencias políticas. El
mismo Reino Unido mantuvo una actitud conciliadora frente a las reivindicaciones de Alemania,
esperando con ello poder controlarlo. La falta de firmeza entre las democracias contribuyó al
engreimiento de Hitler y a su política expansiva. Las democracias -Gran Bretaña y Francia-
practicaron la política de “apaciguamiento”, que consistía en prevenir la agresión cediendo por
adelantado al agresor; se consideraba que era la solución para ahorrarse una guerra. La juventud
inglesa y francesa no estaba por la guerra, era pacifista; pero no se supo ver que se estaba ante
otra cosa, ante un personaje nada fiable dispuesto a cambiar Europa de arriba abajo. Y para ello
había que actuar con celeridad pues él era el designado para cumplir esa tarea, hacer de Alemania
la dominadora de Europa y después del “mundo”. 3. El intento de anexión de Austria. El Pacto de
Stresa (abril de 1935). En 1934 Hitler cometía un error al intentar realizar, sin medir la oposición
italiana, la anexión de Austria (el Anschluss), haciendo asesinar por nazis austríacos al canciller
austriaco Dollfuss (julio de 1934), contrario al Anschluss. El plan fracasó por la intervención de
Mussolini, que no deseaba ver a Austria bajo el dominio alemán. En abril de 1935 se firmaba el
Pacto de Stresa entre Francia, Gran Bretaña e Italia por el que defendían la independencia de
Austria. En mayo de 1935 Francia y la URSS firmaban un Pacto de asistencia mutua en caso de
agresión. Francia mantenía otro acuerdo con Checoslovaquia al que se incorporó la URSS. El
aislamiento diplomático de Alemania parecía completo. Francia podía respirar tranquila. Pero eran
unos ilusos. Hitler no paraba y en mayo de 1935 restableció el servicio militar obligatorio e inició
una política de reforzamiento del Ejército. 4. El viraje de 1935-1936 y la nueva actitud de Italia.
Entre 1935 y 1936 se produce el viraje de Italia desde una política de acercamiento, como
acabamos de ver, a Francia y Gran Bretaña contra Alemania a otra de aproximación a Alemania.
Engelbert Dollfuss (1892-1934). Tema 11. La II Guerra Mundial. 4 Los acontecimientos que
transcurren entre 1935 y 1936 que contribuyen a ello y a crear un clima a favor de las dictaduras
son los siguientes: a) La conquista de Etiopía, entre 1935 y 1936. Para Mussolini, Etiopía, último
territorio africano que permanecía independiente, era el símbolo del fracaso del imperialismo
italiano del siglo XIX. El pretexto para intervenir fue un incidente en la frontera de Eritrea. La
guerra comenzó en octubre de 1935 y finalizaba en mayo de 1936 con la conquista de la capital,
Addis Abeba, convirtiéndose Víctor Manuel III en emperador de Etiopía. La SDN impuso a Italia
sanciones económicas, pero no fueron efectivas y provocaron, en cambio, la ruptura del Pacto de
Stresa y el acercamiento entre Italia y Alemania, que se irá consolidando progresivamente. En
1937 Italia abandonó la SDN, mientras el “Eje Roma-Berlín”, formado en noviembre de 1936, se
potenciaba. b) La remilitarización de Renania en 1936. Con la ruptura del Pacto de Stresa,
Alemania dejó de estar aislada. Hitler decidió retomar la iniciativa ordenando, en marzo de 1936,
la entrada de tropas alemanas en Renania (debía permanecer desmilitarizada de acuerdo con el
tratado de Versalles). Franceses e ingleses no se opusieron. Fue una muestra de debilidad que
contribuyó a unir a Mussolini y Hitler (“Eje Roma-Berlín”, noviembre de 1936). c) El estallido de la
Guerra Civil en España en julio de 1936. Otra muestra más de la debilidad de Francia y de Gran
Bretaña frente al poder nazifascista fue la internacionalización de la Guerra Civil española. La
República española del Frente Popular reclamó la ayuda francesa, también con un gobierno del
Frente Popular. Sin embargo, Francia adoptó la propuesta británica de “no intervención”; en
agosto de 1936, veinticinco países, entre ellos Alemania, Italia y la URSS firmaron el Acuerdo de No
Intervención, que fue claramente incumplido. Las tropas sublevadas de Franco contaron con la
ayuda de Alemania (técnicos, aviones de la Legión Cóndor y suministros) e Italia (tropas de
infantería, aviones y material artillero), mientras la República la obtuvo, fundamentalmente, de la
URSS (material de guerra, aviones y asesores militares). También debe destacarse la intervención
de las Brigadas Internacionales, idea que partió de la Internacional Comunista, con el objetivo de
reclutar a comunistas y socialistas, que procedentes de muy diversos países vinieron a España para
“luchar contra el fascismo”; su principal centro de reclutamiento estuvo en París y su base de
entrenamiento en España se ubicó en Albacete. Por último, la Guerra Civil española, curiosamente,
contribuyó a unir todavía más a Alemania e Italia, y en nuestro país se ensayarían armas y tácticas
militares que luego se desarrollarían en la II Guerra Mundial.

El termino “fascista” se divulgaría desde la propaganda estalinista de forma

indiscriminada a raíz del VII Congreso de la Internacional Comunista (Komintern) en 1935

de forma fraudulenta, identificando lo burgués, lo contrarrvolucionario como tal.

Recordemos que el comunismo también es totalitario. Pero, ni comunismo ni fascismo son

actitudes. como se pretende En cualquier caso, el mundo no se divide entre fascistas y

demócratas ni en 1939 ni en el presente, son modelos de producción, ideologías o sistemas

políticos y dentro de cronología concreta. Gaston Bouthoul denominó a la última guerra

mundial "el más violentamente espectacular de todos los fenómenos sociales que señaló un

momento crucial en la Historia". Alguien apunto que el siglo XX era "el siglo de la

violencia" y muchos aseguraron que fue el desquite o continuación de la "Gran Guerra" de

1914-18. Al terminar el conflicto, las ruinas materiales, morales y psicológicas, las pérdidas

en riquezas y en hombres (60 millones de vidas humanas y billones de dólares en daños

materiales) no tuvieron ninguna medida común con los problemas que la originaron, siendo

desproporcionado el balance. Nadie supo como empezó:

II. LAS CAUSAS. La complejidad del análisis nos lleva a pensar necesariamente que la

lucha tuvo sus orígenes en decisiones no precipitadas. Su material inflamable se iba

acumulando poco a poco. Hemos de retroceder varias generaciones para comprender como
pudo llegarse a esta crisis y averiguar los tipos de crisis que se suman. Podemos determinar

que existen varios tipos de causas

1) A largo plazo: una herencia finisecular. Son el cúmulo de circunstancias

decimonónica que pasan a la Gran Guerra y no culminan en ella en su totalidad, provocando

en cualquier caso una continuidad.

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a) Una crisis general. Para Helmut Günther Dahms existe: la continuación de una

crisis común.(2) Si bien los grandes cambios de la segunda revolución industrial

producidos entre 1870-1914 (véase Stefan Zweig, El mundo de ayer o El legado de

Europa) condicionan la ruptura de una mentalidad tradicional, la última guerra mundial

adquiere relevancia ante el nuevo impulso que alcanza la psicología de las masas

protagonistas dell avance científico y el enfrentamiento entre clases:

1) Por un lado, la ciencia y la técnica habían cambiado los modos cotidianos de vida, a

la vez que se habían ampliado y acercado los escenarios geográficos de la historia. El salto se

produjo con la aparición del petróleo, el descubrimiento del motor de explosión, la

electricidad, la división del átomo, la aeronáutica, la aparición de una gran gama de explosivos

potentísimos plásticos y el TNT y su aplicación a las técnicas bélicas revolucionándolas.

2) De otro lado el sentimiento o conciencia de su fuerza potencial era la desviación

deseada y manipulada de las clases dirigentes de la "conciencia de clase". Un importante y

amenazador movimiento obrero emerge en un mundo dominado por la alta burguesía, que

amenazaba con violencias Las razones psicológicas de este protagonismo social los

encontramos en G. Le Bonn de la Psicología (locura) de las masas (1897). La existencia de

un "inconsciente colectivo" descubierto en 1934 por Jung, o el predominio aun de las "idées

force" de Fuillée y en el "elán" de Bergson .según esto hasta las minorías toman conciencia de

su fuerza. H. G. Dahms en el Prólogo a La Segunda Guerra Mundial (1975) expone:

"La guerra no empezó por casualidad, si bien las guerras son provocadas por el

deseo de notoriedad o afán de poder de inquietos gobernantes o pueblos.

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Su análisis determina que las causas más profundas radican en fondos históricos, en
donde tienen su origen aquellas energías que, lentamente, pero de forma avasalladora van

abriéndose camino y condicionan esencialmente el curso de los acontecimientos".

De esta manera se hacía creer a las masas, que su fuerza numérica era una relación

interpuesta de poder entre la fuerza exterior o imagen de la misma de la nación y la de las

clases dirigentes. La masa era un fenómeno interno que se proyectaba hacia fuera,

especialmente cuando existe un "enemigo común" fuera de las fronteras, vía que servía para

alimentar las tensiones internacionales tras 1898 o la misma ambición expansionista colonial.

Desde el punto de vista económico, al aplicarse los cambios tecnológicos a la

producción se logran mayores beneficios. Se multiplican los medios financieros en un afán

especulativo y evasivo de impuestos. El ciudadano se hace más egocéntrico provoca actitudes

insolidarias en épocas de crisis, cuando no fomentan su origen. Esta actitud convertida en

instrumento colectivo condiciona las crisis económicas, concluyendo en el célebre "Viernes

negro" del 29 de octubre de 1929, producto de una fiebre especulativa a la que siguió un

pánico mundial produciendo un súbito empobrecimiento especialmente de las clases pequeño

burguesas y de los países y clases más pobres. Algo parecido había ocurrido entre 1873 a

1897. El crack del "29" fue seguido de una auténtica histeria internacional sobre las ya graves

diferencias de clase existentes, véase Las uvas de la ira de John Steinbeck, de todas maneras

será explicado más adelante. Acontece una nueva ética social, la de la violencia derivada de

viejos planteamientos revolucionarios desde George Sorel de Las reflexiones sobre la

violencia (1902) al Lenin del Estado y la revolución (1918) (3) e hizo nacer una nueva ética

basada en la violencia sociales (Jover Zamora).

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La fuerza de la que Francia había hecho alarde en 1870 antes de la derrota y en 1918

tras el triunfo se correspondía con los deseos más íntimos de la conciencia chauvinista, pero

este era un sentimiento que poseían también en mayor o menor medida Inglaterra, Alemania,

Japón, Italia o los Estados Unidos, diluido si cabe por el pacifismo y la confusión ideológica..

b) La proyección político-electoral. Los regímenes liberales a través del sufragio

(restringido, universal o masculino, ahora ya femenino en algunos países) hacían suponer que

el poder de las masas podía llegar a convertirse en efectivo (para evitar la revolución) y a
encontrar apoyo directo en la resolución de los problemas por medio de una representación

parlamentaria, pero con una mentalidad aún decimonónica, elitista.

La masa se empezaba a ver como mera suma de votos, que siempre tendía a invertir

una deseada relación de poder a su favor, si era posible. Bien como instrumento plebiscitario o

como sujeto electoral, la masa era objeto de marketing, del acondicionamiento convencional al

medio histórico que requerían las circunstancias. Las clases dirigentes creaban así la ilusión de

un poder paralelo o incluso identificado en parte y de forma controlada con las instituciones y

órganos gubernamentales Pero la crisis del Estado liberal destapaba una idea de engaño, de

desencanto especialmente tras 1918. La democracia trataba de dar un valor cualitativo a un

mero fenómeno cuantificador, en tanto que la primera consideración científica de toda masa

era su volumen, cuyas apetitos eran conducidos convenientemente a los fines deseados. El

aumento demográfico incrementa el protagonismo de las masas y sus conflictos sociales.

c) La incidencia demográfíca. La sensación del poder del número venía también

implícito o vinculado al tremendo aumento de población (producido a su vez por una

sustancial mejora de la nutrición, la higiene y la medicina).(4) Así: En 1815 el número de

habitantes de Occidente (Europa) estaba por debajo del límite de los 150 millones.

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