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“REVEGETACIÓN DE UNA ZONA IMPACTADA POR EXPLOTACIÓN DE ARENA

BLANCA, DE LA MINA JAVIREN, SAN JUAN BAUTISTA, LORETO-PERÚ-2014”


Debido a la presencia de bosques sobre arena blanca a lo largo de la carretera Iquitos - Nauta,
existen muchas concesiones que explotan este recurso para la construcción. Lo cual ha generado
en los concesionarios la necesidad de ejecutar su plan de cierre una vez acabada la explotación.
Dicho plan de cierre directamente orienta al concesionario a recuperar la cobertura vegetal
perdida. En muchos casos, se piensa sembrar árboles, plantas agrícolas o, por el contrario, se
desconoce qué especies de plantas sembrar. Para el caso de las canteras de arena que tienen un
suelo pobre incluso antes de cualquier intervención antrópica, sería muy complicado sembrar
árboles ya que estos necesitan en sus primeros ciclos de vida de sombra, que una cantera de arena
explotada no le podría proporcionar. Por otro lado, la siembra de plantas agrícolas requeriría de
constante abonamiento para tener cosecha. En cambio, si se intentara sembrar especies propias
que crecen en vegetación secundaria sobre arena blanca (varillales), los costos de cuidado y
monitoreo serían visiblemente más pausados y económicos que con los dos tratamientos
anteriormente nombrados.
El objetivo de este estudio trata precisamente de determinar si la composición florística de una
vegetación secundaria sobre arena blanca influye en la revegetación. Que, para el caso, [16]
aceleraría el proceso de sucesión ecológica, lo que conllevaría a la recuperación de la cobertura
vegetal en las zonas explotadas.
La importancia de este estudio radica en el cumplimiento de la legislación peruana como la Ley
N° 27466 (2001), Ley N° 27651 (2002), la conservación y recuperación de Bosques sobre Arena
Blanca. Lo cual beneficia a los concesionarios de canteras de arena y a la vez beneficia a las Áreas
Naturales Protegidas que albergan este tipo de ecosistemas ya que por medio de la metodología
aplicada en esta investigación ellos podrían recuperar las áreas perturbadas que tienen en menos
tiempo.
Además, por medio de esta investigación se obtuvieron datos como (a) las especies que crecen en
una vegetación secundaria sobre arena blanca; (b) las especies que inicialmente se deben sembrar
en una cantera explotada y que pueden sobrevivir; y (c) los tiempos en los que florecen y
fructifican algunas especies pioneras. Cabe añadir también que la metodología aplicada en esta
investigación (Inventario – Siembra) puede servir como una referencia para recuperar otro tipo
de bosques.
Selección de la zona a revegetar.
Se seleccionó la zona a revegetar teniendo en cuenta que lo siguiente: su relieve topográfico. Por
ello, se rellenó con arena las partes depresivas, para dejar el terreno lo más plano posible antes de
la siembra.
Acondicionamiento del terreno.
A mediados de junio, se instalaron dos parcelas de 10 x 50 m en la zona a revegetar, en las cuales
se colocó cerca de 1 cm de hojarasca, utilizando un aproximado de 500 kg de hojarasca, ya que
un mayor grosor impediría la germinación de semillas pequeñas (Dalling, 2002). La función de
la hojarasca es disminuir la velocidad del agua y atrapar los sedimentos, favoreciendo la
acumulación de la humedad y permitiendo la vegetación (Tormo et al., 2009). Respecto al modo
de siembra, se hizo un agujero pequeño menor a 0.5 cm con la yema de los dedos y se enterró la
semilla
Revegetación de la zona explotada.
Para el momento de la siembra se dividió cada parcela de 50 x 10 m en sub-parcelas de 10 x 10
m y luego en tiras de 1 x 10 m. Una vez realizadas las divisiones se sembró a modo de réplica de
la composición florística de las diez especies más abundantes de la parcela OTAE y la parcela
QUISTOCOCHA; en los ejes X, Y anotados durante el inventario.
Monitoreo de la revegetación.
Una vez finalizada la revegetación, se realizaron los monitoreos para verificar la germinación de
las semillas y el prendimiento de las plántulas. En el monitoreo se realizó en cada uno de los ejes
X, Y donde se sembraron las semillas.
En el primer monitoreo se determinó la germinación de las semillas mediante la presencia de los
cotiledones en las plántulas y su altura. Mientras que en el segundo monitoreo se determinó el
prendimiento de las plantas mediante la aparición de hojas definitivas y el tamaño de la planta.
De esta forma en el primer monitoreo se tuvo una frecuencia de plantas germinadas y en el
segundo una frecuencia de plantas en prendimiento; datos que sirvieron para determinar la
influencia de la composición florística en la revegetación, mediante la prueba de Chi2.

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