Sei sulla pagina 1di 8

Ventaja comparativa

El modelo de la ventaja comparativa es uno de los conceptos básicos que fundamenta la


teoría del comercio internacional y demuestra que los países tienden a especializarse en
la producción y exportación de aquellos bienes que fabrican con un coste relativamente
más bajo respecto al resto del mundo, en los que son comparativamente más eficientes
que los demás y que tenderán a importar los bienes en los que son más ineficaces y que
por tanto producen con unos costes comparativamente más altos que el resto del mundo.
Esta teoría fue desarrollada por David Ricardo a principios del siglo XIX, y su postulado
básico es que, aunque un país no tenga absoluta en la producción de ningún bien, es
decir aunque fabrique todos sus productos de forma más cara que en el resto del mundo,
le convendrá especializarse en aquellas mercancías para las que su ventaja sea
comparativamente mayor o su desventaja comparativamente menor. Esta teoría supone
una evolución respecto a la teoría de Adam Smith. Para Ricardo, lo decisivo en el
comercio internacional no serían los costes absolutos de producción en cada país, sino
los costes relativos.

Supuestos básicos del modelo de Ricardo

Los supuestos básicos que subyacen en el modelo de Ricardo, aunque él nunca los dio a
conocer con la claridad del caso, son los siguientes:

 Desde el punto de vista de la producción:


 Cada país produce dos bienes mediante el empleo de un solo factor de
producción que es totalmente homogéneo del que hay una dotación fija: el trabajo.
 La tecnología se representa mediante una función de producción de coeficientes
fijos, lo que tiene como consecuencia que las productividades marginales y
medias del trabajo van a ser iguales entre sí.
 Desde el punto de vista de la demanda:
 No se cumple la ley de Say, todo lo que se produce es vendido y no se puede
gastar más de lo que se produce.
 Respecto al comercio internacional:
 El mundo sólo tiene dos países, (en el ejemplo Inglaterra y China).
 El comercio es libre. No existen restricciones al comercio.
 No hay costes de transporte.
 El trabajo es inmóvil internacionalmente.
 Supuestos institucionales:
 Existe competencia perfecta en todos los mercados y en todos los países.
 El valor de un bien se determina por el número de horas que incorpora el
trabajador.
 Los gustos están dados.
 La estructura y distribución de la renta está dada y es conocida.
Causas y consecuencias de la ventaja comparativa

La teoría de David Ricardo constituye la esencia del argumento a favor del libre comercio.
En la actualidad los supuestos de David Ricardo han sido criticados fundamentalmente
porque él consideraba los costos constantes, a cualquier nivel de producción y no tomó en
cuenta los rendimientos decrecientes. Pero aún en nuestros días la teoría de David
Ricardo sigue teniendo vigencia, y es defendida por gran número de economistas.
Además se han hecho nuevas formulaciones del principio de la ventaja comparativa sobre
hipótesis más generales que muestran que la esencia de la idea ricardiana es válida.
Causas

Los economista señalan frecuentemente tres factores como determinantes de que un país
posea ventaja comparativa en la producción de un determinado bien:

 Diferencias de clima y recursos naturales, los países tropicales o cercanos al


ecuador permiten cultivos de ciertos productos al aire libre todo el año, frente a países
de la zona templada donde esto no siempre es posible. Así los países más
ecuatoriales exportan frecuentemente café, azúcar o bananas.
 Diferencias en las dotaciones de factores y recursos naturales Similarmente al
caso anterior, algunos países tienen importantes reservas petroleras o mineras que
los hacen exportadores de dichos recursos. Pero el caso no se restringe a recursos
naturales, sino también a población trabajadora o capital físico. Hecksher y Ohlin a
formularon el modelo de Hecksher-Ohlin que predice que la ventaja comparativa en
un determinado bien corresponde a un país o región donde abunden más los factores
de producción necesarios para la producción de dicho bien. Esta teoría explica por
ejemplo que Canadá sea uno de los principales exportadores de productos forestales
(por la abundancia de bosques), mientras que Bangladesh o China (con grandes
cantidades de mano de obra no cualificada) sean exportadores de textiles.
 Diferencias de tecnología y especialización A veces diferentes países tienen
similares dotaciones iniciales de factores de producción, pero debido a la
especialización de décadas o la propagación de pequeñas innovaciones tecnológicas
y organizativas tienen ventaja en ciertos productos. Durante los años sesenta y
setenta, Japón tenía una clara ventaja comparativa en la producción de automóviles
sobre Estados Unidos. Y desde hace décadas los Estados Unidos han tenido ventaja
comparativa en la producción de aviones, aunque en las últimas décadas la industria
europea ha recortado gran parte de esta ventaja comparativa. Sin embargo, en el
mediano y largo plazo no existen ventajas comparativas en cuanto el desarrollo
de Bienes de Capital ―maquinaria, electrónica, etc.―, dado que todos los países sin
excepción pueden desarrollarlas si disponen de ―o pueden adquirir― las materias
primas esenciales y de conocimiento, siendo este último también desarrollable. Se
deduce entonces que las limitaciones que determinan si un país permanece
subdesarrollado son más políticas que físicas.
Consecuencias
Actualmente se sigue considerando que una de las causas determinantes del comercio
internacional es las diferencias en la ventajas comparativas que presenta cada país.

 El principio de la ventaja comparativa junto con la observación de que los


diferentes factores de producción no son igual de abundantes, llevan de acuerdo con
el modelo de Hercksher-Ohlin a que los países tenderán a ser exportadores de
productos cuya producción requiera de factores producción relativamente abundantes
en el país.

Teoría de Malthus de la Población


En su Ensayo sobre “El principio de la población”, Malthus busca “explicar gran parte de la
pobreza y miseria que se observan entre las clases más bajas de cada nación”. En este
presentó su ley de la población, cuando no está controlada tiene un incremento
geométrico; la subsistencia, en el mejor de los casos, sólo se incrementa en forma
aritmética.

Algunos observadores han argumentado que en 1798 Malthus era un joven temerario, muy
entusiasta y demasiado extremo en la presentación de su teoría.

Identifico dos tipos de controles para el crecimiento de la población; los “controles


preventivos” y los “controles positivos”.

Controles preventivos para la población


Los controles preventivos para el crecimiento de la población reducen el índice de
nacimientos. El control preventivo que Malthus aprobaba lo calificaba de “moderación
moral”. Las personas que no se podían permitir tener hijos debían posponer el matrimonio
o nunca casarse.

Llamo “vicio” al control preventivo que desaprobaba. Ese control incluía la prostitución y
el control de la natalidad, ya que ambos reducían el índice de nacimientos.

Controles positivos para la población


Malthus reconocía ciertos controles positivos para la población, aquellos que incrementan
el índice de mortandad. Era el hambre, la miseria, las plagas y la guerra. Elevaba estos
controles a la posición de fenómenos o leyes naturales; eran males desafortunados que se
requerían para limitar la población. Esos controles positivos representaban castigos para
las personas que no habían practicado la moderación moral. Si los controles positivos se
podían vencer de alguna manera, las personas enfrentarían el hambre, debido a que el
rápido crecimiento de la población significaría una presión sobre el suministro de
alimentos que, en el mejor de los casos, aumentaría lentamente.

Implicación de la política: las leyes de los pobres


Según Malthus, la pobreza y la miseria son el castigo natural por la falla de las “Clases más
bajas” en restringir su reproducción. A esto le siguió una conclusión política: no debe
haber ninguna ayuda del gobierno para los pobres. Brindarles ayuda haría que sobreviviera
un mayor número de niños, empeorando así finalmente el problema del hambre.

Las ideas de Thomas, fueron adoptadas en la cruel Enmienda a la Ley de los Pobres de
1834. La ley abolía toda ayuda para las personas fuertes y sanas fuera de las casas de
caridad. Un hombre que solicitaba ayuda debía empeñar todas sus posesiones y después
entrar a una casa de caridad antes de que le brindaran la ayuda; su esposa e hijos entraban
a una casa de caridad, o bien eran enviados a trabajar en los talleres de algodón. En
cualquier caso, la familia se dividía y era tratada con dureza para desalentarla de que se
convirtiera en una carga pública.

Teoría de las Sobrecargas del Mercado


En el libro “Principios de economía política, desarrolla su teoría de la insuficiencia
potencial de una demanda efectiva, Suponía que los trabajadores reciben un salario de
subsistencia. Los patronos contratan a esos trabajadores debido a que producen un valor
mayor del que reciben como salarios, es decir, el patrono obtiene una utilidad. La utilidad
no se puede devolver a los trabajadores en forma de salarios más altos, debido a que la
desaparición de las utilidades hace que cesen la producción y el empleo.

¿Quién comprara entonces la producción extra?

Los capitalistas compraran parte de la producción extra en forma de bienes de capital. El


gasto en bienes de capital estimula la producción y el empleo, como lo hace el gasto en
bienes de consumo.

Según Malthus, el objeto fundamental de la vida de los capitalistas es amasar una fortuna,
y están demasiado ocupados en la oficina de contabilidad para consumirlo todo.

Necesidad de un consumo improductivo


El gasto de los terratenientes es esencial para evitar una sobrecarga del mercado que, a su
vez, produciría un estancamiento económico. La renta, decía Malthus, es un excedente
basado en la diferencia entre el precio de la producción agrícola y los costos de producción
(salarios, interés y utilidades). Por consiguiente, su gasto se suma a la demanda efectiva sin
añadir el costo de la producción. Las otras formas de ingreso, salarios, interés y utilidades
incrementan el poder adquisitivo, pero también incrementan los costos de producción y
esos costos se deben mantener bajos si una nación quiere mantener su posición
competitiva en los mercados mundiales.

Implicaciones de la política
Esta teoría de las sobrecargas del mercado y de la necesidad de un consumo improductivo
tuvo varias implicaciones políticas. La más importante, según Malthus, era que se debían
conservar las leyes del maíz. Los aranceles sobre el grano importado enriquecen a los
terratenientes y, en consecuencia promueven un consumo improductivo.

También se oponía a un excesivo consumo improductivo financiado por el gobierno. La


sociedad debería considerar que la propiedad privada es algo sagrado y no debería permitir
la distribución de la riqueza mediante unos impuestos excesivos. Y tampoco es deseable
una deuda creciente del gobierno, debido a que la inflación que promueve perjudicaría a
quienes tienen un ingreso fijo.

Malthus implicaba que la guerra ofrecía otro estimulo que podía eliminar las sobrecargas.
Para los momentos de un agudo infortunio económico, este recomendaba que el gobierno
gastara en obras públicas.

Carlos Marx

DIALÉCTICA

EN M ARX ESTE TÉRMINO DESIGNA TANTO EL PECULIAR PROCESO CON EL QUE SE DESENVUELVE LA
SOCIEDAD A LO LARGO DE SU PROPIA HISTORIA COMO EL MODO EN QUE SE DEBE PENSAR PARA CAPTAR
ADECUADAMENTE DICHO PROCESO.

Etimológicamente significa “arte de conversar”: de “día”, reciprocidad, intercambio, y “logos”,


palabra, discurso. Este concepto no es una invención de Marx, ni siquiera de Hegel, pues ya la
encontramos en la filosofía griega aunque con un sentido muy distinto. En el mundo griego la
dialéctica era el arte de discutir y se oponía a la “retórica” o arte que enseñaba a hablar bien ante
un auditorio. En este primer momento la dialéctica se situaba en el nivel del discurso: por ejemplo,
Sócrates practicaba el arte de la dialéctica (el diálogo) con sus discípulos para ayudarles a
alcanzar las esencias de las cosas; en Platón se identifica con la filosofía misma, y es el método
para el conocimiento de las Ideas y el descubrimiento de la Idea de Bien como fundamento de la
totalidad de la realidad. La filosofía posterior utilizó esta palabra para designar las enseñanzas
dirigidas al aprendizaje de la discusión, y en algunos casos se la identificó con la lógica. En Kant
también se sitúa en el nivel del discurso, aunque para referirse propiamente a aquellas
argumentaciones que parecían ser verdaderas sin serlo realmente. Con Hegel el concepto
“dialéctica” adquiere un significado más rico e importante. La dialéctica sigue siendo un peculiar
movimiento de la razón, pero, dado que la realidad es racional, también un peculiar modo de
desenvolverse la realidad. Hegel considera que la Idea o Dios se realiza en el mundo finito (crea el
mundo finito) a partir de su propio ser, y se niega a sí misma y a su infinitud transformándose en
Naturaleza, la cual a su vez se negará de nuevo dando lugar a una realidad superior que incluye
en su seno las dos anteriores y dando lugar al mundo del Espíritu. A su vez, el Espíritu se
desenvuelve en procesos dialécticos hasta culminar en el Espíritu Absoluto y en la autoconciencia
del Espíritu Absoluto mediante la propia filosofía. Marx toma el concepto de dialéctica de Hegel
pero elimina toda la interpretación religiosa o teológica, considerando que el movimiento descrito
por la dialéctica tiene como sujeto el mundo de la naturaleza y de la historia, el mundo finito.

Podemos caracterizar la dialéctica como la teoría que acepta:


1) El cambio: a diferencia de otros modos de entender las cosas que identifican el ser
con lo permanente, la concepción dialéctica concibe al movimiento como una de las
categorías fundamentales del ser, la realidad está sometida al devenir y la historia, por
lo que quien no sea capaz de captar un objeto en términos de su construcción
histórica, de su formarse a través del tiempo, no comprenderá bien dicho objeto.
2) La contradicción: el cambio tiene su origen en la existencia de contradicciones en el
seno mismo de las cosas; la realidad es el ámbito en donde se da el conflicto, el
enfrentamiento, y ello tanto en la Naturaleza como en el mundo humano o historia
propiamente dicha. Esta idea, traducida en términos de teoría política, implica
comprender cómo las distintas construcciones sociales son consecuencia del conflicto
entre clases sociales antagónicas.
3) Racionalidad del cambio: el cambio no es un movimiento caótico, desordenado, sino
que sigue una ley, una racionalidad; hay un orden racional en el desenvolvimiento de
la realidad. El esquema más abstracto de todo cambio es el de tesis, antítesis y
síntesis:
 tesis: o momento de afirmación de una realidad;
 antítesis: o momento de negación de la realidad anterior;
 síntesis: o momento de integración de las dos realidades contradictorias
anteriores; esta síntesis es, a su vez, una tesis nueva que da lugar a otra
antítesis, la cual da lugar a una síntesis nueva, etc.
(Los términos “tesis”, “antítesis”, síntesis” se encuentran más en la filosofía hegeliana
y el idealismo alemán que en los textos de Marx y Engels, quienes prefieren los
términos “afirmación, negación y negación de la negación”).
4) Interpretación no fragmentaria de la realidad: las cosas son lo que son en la medida
en que forman parte de todos más amplios, en la medida en que participan de
relaciones con el todo; cada objeto real es un caso particular o momento del todo.
Hegel describe este rasgo indicando que “lo verdadero es el todo”. Esta idea se refleja
en la primacía que el marxismo da a la sociedad y al Estado sobre el individuo, en la
comprensión del individuo a partir de sus relaciones sociales.

Pero de todas las características citadas, la más importante es la de la contradicción: para la


dialéctica la contradicción, el enfrentamiento entre opuestos, es una dimensión fundamental de la
realidad. En este punto, tanto Hegel como Marx reconocerán un antecedente en la idea
heracliteana de la “guerra”, es decir, la oposición de los contrarios, como “el padre de todas las
cosas”, la esencia íntima del ser.

Las diferencias fundamentales entre la concepción de la dialéctica marxiana y la hegeliana son


las siguientes:
 para Hegel el sujeto de la dialéctica es la Idea o Dios, para Marx el mundo finito, la
Naturaleza, y el mundo humano;
 para Hegel el momento de la negación de la negación (la síntesis) incluye en su
interior los momentos anteriores (la tesis y la antítesis), para Marx la negación de la
negación no lleva necesariamente a ello; Marx señala más bien el momento de
contradicción, de enfrentamiento entre elementos opuestos, y su capacidad para
promover el cambio. La prueba de que este momento de síntesis no recoge los
términos antitéticos es que en la sociedad comunista las clases sociales desaparecen,
no se mantiene en su seno ninguna de las clases antagónicas.

PLUSVALÍA

BENEFICIO QUE OBTIENE EL CAPITALISTA CON LA VENTA DE LAS MERCANCÍAS PRODUCIDAS


POR EL TRABAJADOR. Marx distingue en toda mercancía su valor de uso de su valor de
cambio. El valor de uso es el valor que un objeto tiene para satisfacer una necesidad.
Este concepto se refiere a los rasgos de las cosas gracias a los cuales nos son útiles para
la satisfacción de cualquier tipo de necesidad, desde las más biológicas como comer,
hasta las más espirituales como las que se refieren al ocio y el mundo de la cultura.
El valor de cambio es el valor que un objeto tiene en el mercado, y se expresa en
términos cuantitativos, medidos por el dinero. Dos objetos con diferente valor de uso
pueden tener el mismo valor de cambio si así lo determina las leyes del mercado, por
ejemplo un ordenador puede costar lo mismo que una moto. El rasgo peculiar de la
sociedad capitalista es que en ella la fuerza de trabajo es también una mercancía: dado
que el productor no dispone de otro recurso para obtener bienes y medios para su
subsistencia, debe poner la fuerza de su trabajo en el mercado. Del mismo modo que en
el mercado las mercancías están sometidas a las fluctuaciones del mercado, básicamente
por las leyes de la oferta y la demanda, la fuerza de trabajo tiene también un precio
determinado por las mismas leyes. Pero a diferencia de otras mercancías –un coche por
ejemplo– que satisfacen meramente necesidades humanas, la mercancía que llamamos
fuerza productiva tiene la peculiar característica de producir otras mercancías. La fuerza
de trabajo tiene un valor de cambio (el sueldo que recibe el trabajador) y un valor de
uso (su valor para producir otras mercancías). A su vez, estas mercancías creadas por
dicho trabajo tienen, claro está, valor de uso y valor de cambio, pero el valor de cambio
que éstas tienen siempre es superior al valor de cambio que tiene la fuerza productiva que
las ha creado (al salario). Aunque añadamos a este último valor otras cantidades como
las que puedan corresponder a la amortización de las máquinas usadas en la producción,
o los costes financieros que el empresario gasta para llevar adelante su negocio, siempre
habrá una diferencia. A esta diferencia se le llama plusvalía y es el beneficio del
capitalista. Sin este beneficio no habría sociedad capitalista.

fuerza productiva: valor de uso: produce la mercancía 1 (una mesa, por ejemplo)
valor de cambio = X (sueldo)

mercancía 1: valor de uso (cualquiera de las utilidades de la mesa)


valor de cambio = Y

plusvalía = Y – (X + Z)
siendo “Z” otros gastos del empresario (financieros, amortización de las máquinas, ...).

Esto, traducido en términos de horas-trabajo, quiere decir: de las ocho horas que el
trabajador trabaja, una parte trabaja para él (la que revierte en lo que realmente le paga el
empresario) y otra para el empresario (la que da lugar al exceso de valor de cambio que
no revierte sobre el trabajador y que da lugar a la ganancia del empresario o plusvalía).
La propuesta del marxismo es la desaparición de la plusvalía, es la idea de que el
valor del objeto producido por el productor vuelva a éste; bien sea porque los beneficios
se reparten directamente entre todos los obreros, como ocurre en la interpretación
cooperativista del socialismo, bien sea porque el Estado los restituye indirectamente al
productor en la forma de otros bienes de los que puede disfrutar (carreteras, educación y
sanidad gratuitas, subsidios de desempleo, o de vejez, ...), como es el caso de la
interpretación más estatalista.

Revolución Rusa

Este acontecimiento revolucionario tuvo lugar en 1917, y fue un hito en la historia mundial
contemporánea, por sus repercusiones tanto a nivel político, como económico social; símbolo
de la lucha del proletariado contra la explotación burguesa

Fue un movimiento que alzó al pueblo liderado por el grupo de los bolcheviques, inspirado en
la ideología marxista, contra un gobierno tiránico, el de los zares.
Concentrándonos específicamente en las causas de esta revolución, podemos agruparlas en
factores políticos, sociales, económicos e ideológicos.
Los motivos políticos que inspiraron la Revolución Rusa fueron básicamente liberarse de un
gobierno opresivo, donde el zar concentraba todo el poder en su persona y lo ejercía en forma
discrecional, sin importarle el sufrimiento de sus súbditos. La nobleza, la burocracia y la iglesia
apoyaban al zar. El poder del zar se veía amenazado por las ideas de cambio que a pesar de
la falta de libertades políticas existían y que habían llevado a levantarse a millares de obreros
aunque infructuosamente, en 1905. Ante esta oposición creciente se creó un parlamento
(Duma) pero que era totalmente adicto al soberano. Otro gran motivo de pérdida de
legitimación fueron los altos costos militares de sus fracasos en la Primera Guerra Mundial.
La explicación social de la necesidad de cambio fue la desigualdad extrema que se registraba
entre los componentes del cuerpo social: mientras la nobleza encabezada por el zar y el resto
de los aristócratas vivían con enormes privilegios y riquezas, el resto de los ciudadanos
(empleados, profesionales, campesinos, obreros y desempleados) vivían oprimidos y sin tener
cubiertas sus necesidades más elementales, las que no podían denunciar por la falta de
derechos, sobre todo la libre expresión, reprimida por la censura. Los altos costos de las
derrotas en la Primera Guerra Mundial movilizaron a los obreros que se concentraron en
soviets o comités y dispusieron una huelga general.
Económicamente, los nobles y la aristocracia concentraban las tierras, los medios productivos
y el dinero, lo que atesoraban e incrementaban, valiéndose de la mano de obra barata,
esforzada y poco valorada de empleados, campesinos y obreros. La población dejó de tener
los recursos más básicos como el alimento; en una economía que distaba de ser moderna,
siendo básicamente rural y con muy pocas industrias, salvo en algunas ciudades, como San
Petesburgo o Moscú, que habían recibido inversiones de Francia y Gran Bretaña desde fines
del siglo XIX.
Ideológicamente, ya Nikolái Gavrílovich Chernishevski (1928-1889) denunció el sistema de
servidumbres feudales e impulsó su erradicación, exigiendo la confiscación de las tierras a los
grandes terratenientes para ser entregadas a los campesinos en usufructo. Este pensamiento
fue precursor de las ideas marxistas, bajo cuya inspiración,
en 1870, se fundó en Suiza el primer grupo marxista ruso, del cual nació el Partido
Socialdemócrata del Trabajo en 1898, de donde surgieron los líderes de la Revolución
Rusa, Lenín, Stalin y Trotski.

Potrebbero piacerti anche