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AUTORES INVITADOS

Aproximaciones marxistas a la Edad


Media, algunas cuestiones y ejemplos
Marxist approaches to the Middle Ages,
some issues and examples
Chris J. Wickham
University of Oxford

Resumen

Este artículo analiza la contribución de los enfoques marxistas a la Edad Media en la


historiografía reciente y sostiene que son mucho más importantes de lo que la gente ad-
mite, aunque cada vez están más implícitos. Argumenta que el hecho de su naturaleza
implícita supone, sin embargo, una debilidad. En una segunda parte, analiza las formas
en que podríamos comenzar a abordar el problema de la lógica económica del modo de
producción feudal y sostiene que los patrones de equilibrio a largo plazo en las economías
feudales han sido muy frecuentes a través de la historia.

Palabras clave: Modo de producción feudal, Edad Media, Lógica económica.

Abstract

This article discusses the contribution of Marxist approaches to the Middle Ages in recent historiogra-
phy and argues that they are much more substantial than people recognise, although they are increasingly
implicit. It argues that the fact of their implicit nature is, however, a weakness. In a second part, it discusses
the ways in which we might begin to approach the problem of the economic logic of the feudal mode of
production and argues that long-term equilibrium patterns in feudal economies have been very frequent
in history.

Keywords: feudal mode of production, Middle Ages, economic logic.

Nuestra Historia, 6 (2018), ISSN 2529-9808, pp. 91-107 91


Autores Invitados

Los enfoques históricos marxistas casi pecialmente si ellos quisieran ser teórica-
siempre fueron polémicos, frecuentemen- mente más conscientes en el futuro de lo
te subversivos, a veces revolucionarios. Las que frecuentemente lo fueron en el pasado,
aproximaciones marxistas a la historia me- especialmente en el pasado reciente [1].
dieval, sin embargo, lo son mucho menos. De una manera muy general, Marx no es-
Existe una razón básica para eso: no se ne- tuvo muy interesado en la Edad Media, fre-
cesita ser muy de izquierdas para conside- cuentemente dejó la historia para Engels.
rar injusto al feudalismo. Existe un número Pero, como es bien sabido, en sus Formen,
excepcionalmente pequeño de historiado- o «Formaciones económicas precapita-
res (a pesar de que existen) que piensan que listas», parte de los (no publicados) Grun-
la Edad Media fue un periodo bueno para drisse, expuso un breve relato estructural
vivir, especialmente si se era campesino, lo de las economías precapitalistas, y eso ha
que normalmente era el caso de cerca del sido ampliamente discutido y rediscutido
90% de la población, que cae al 70% en áreas en los últimos cincuenta años. La tradición
altamente urbanizadas (pero ser pobre en engelsiana más tarde popularizó la idea de
una ciudad era peor), y sube al 95% en algu- que habrían existido cinco estadios de de-
nas áreas como, en Europa, Escandinavia. Y sarrollo histórico, el «comunal primitivo»,
poquísimos historiadores piensan que la el modo de producción esclavista, el feudal,
razón fundamental por la cual la sociedad el capitalista y el socialista. Hubo mucho
campesina era injusta no lo era en relación debate sobre otros modos, que parecerían
al hecho de que los excedentes producidos plausibles a la luz de observaciones disper-
por los campesinos fueran apropiados por sas de Marx en cartas y otros escritos: el an-
los señores, sino por el uso sobreentendido tiguo, el germánico, el eslavo y, por encima
de la fuerza. Estas visiones no son polémi- de todos, el modo de producción asiático.
cas ni siquiera entre la extrema derecha en Estos modos parecían ofrecer maneras dife-
los Estados Unidos: uno de los mitos fun- rentes de explicar cómo se produjo el trán-
dadores de todos los americanos del Norte sito del comunismo primitivo, en el caso de
es el de que ellos se levantaron contra una los tres primeros, y en el caso del modo de
Europa del antiguo régimen, que frecuen- producción asiático como una forma de ex-
temente era caracterizada como «feudal» plicar el fracaso de Asia en realizar la tran-
—la palabra fue popularizada, tal vez hasta sición hacia el capitalismo o de explicar el
incluso inventada— por Montesquieu para fracaso en aquella región para ofrecer una
describir aquella sociedad. Sin embargo, alternativa posible a un modelo social que
esto no quiere decir que exista una gran era claramente eurocéntrico. Esta tradición
historiografía explícitamente marxista es- fue absorbida por el estalinismo, y hacia la
crita en realidad sobre la Edad Media. Me segunda mitad del siglo pasado todo deba-
gustaría comenzar mi intervención con el te sobre esos estadios era un metadebate
por qué de eso. Voy a argumentar que, en sobre el estalinismo. Esto, por otro lado,
verdad, el paradigma marxista es bastante abrió un camino para la expresión abierta
influyente entre los historiadores, aunque de versiones religiosas del marxismo, que
eso no sea muy reconocido, y a pesar de alcanzaron su apogeo en Europa occiden-
que algunos problemas también resultaron tal en un momento althusseriano de los
de esto. Finalmente, pretendo exponer lo
1.– Marxist approaches to the middle ages, some issues
que me parecen las cuestiones llave para and examples. Conferencia impartida en la Universidad
ser afrontadas por los investigadores, es- Federal de Sâo Paulo, Guarulhos (Brasil).

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Campesinos y vigilancia señorial. S. XIII, (Miniatura del Salterio de la Reina Mary. British Museum).

años 1970 —un momento tendencialmente pasado (como yo tenía y tengo) sin pensar
antiestalinista, pero así mismo sujeto a la que la lógica económica del capitalismo no
creación de reglas con respecto de lo que era universal, y que, si no lo era, entonces
podría constituir un modo de producción y en los periodos precapitalistas otra lógica
de la relación entre modo de producción y debería haber existido en su lugar. Cómo se
formación social, reglas que eran esencial- dio eso es algo que tendría que ser estudia-
mente interpretaciones teológicas de fra- do empíricamente, a pesar de que tal cono-
ses casuales de los padres fundadores. cimiento empírico tendría que ser apoyado
Yo soy un historiador, no un filósofo y por la teoría, como en cualquier otra cien-
menos aun un teólogo, y a pesar de haber cia social. En verdad, fue lo que yo mismo
sido un estudiante de pos-doctorado a me- procuré hacer; y volveré a este punto más
diados de los años de 1970 y de haber tra- adelante. Sin embargo el mundo cambió en
tado fielmente de entender a Althusser con cuanto lo hice, y ese es el primer punto que
mis amigos, nunca conseguí aceptar la in- pretendo explorar aquí.
diferencia de casi todos los partidarios de En la Historia Medieval, como en otras
ese tipo de estudio teórico ante el pasado áreas de la historia, hubo un empequeñe-
en sí. Estaba mucho más cercano a historia- cimiento de la carga ideológica del debate
dores como Rodney Hilton en el Reino Uni- aproximadamente después de 1980, y aun
do, o Guy Bois en Francia, o Robert Bren- más después de 1990. Las personas aun
ner en los Estados Unidos, que procuraban pueden ser tan duras unas con las otras,
entender cómo funcionaba efectivamen- como lo fueron siempre, está claro, inclu-
te la sociedad campesina medieval, cómo sive respecto a macro interpretaciones his-
operaban sus estructuras y, de modo más tóricas, tal como, en los años 1990, se dio
general, cómo funcionaba la lógica econó- en el debate sobre la «revolución feudal»
mica del propio sistema feudal. En fin, no que pudo haber ocurrido o no en la Euro-
era posible tener una visión marxista del pa Occidental a la altura del año 1000. Pero

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aquel debate, a pesar de tener ciertamente una eventual percepción de que la revo-
raíces estructurales en algunos argumentos lución no era de alguna forma inminente
marxistas tradicionales, y a pesar de haber condujo a un quietismo político entre los
tenido una significación simbólica consi- académicos, que duró una década o más; en
derable para algunos de sus participantes, Francia la muerte repentina o el eclipse de
no tenía prácticamente ningún contenido tantos gurús estructuralistas en 1980-1981
político explícito. Todo habría sido muy coincidió con la sorprendente elección de
diferente dos década antes, como lo fue de un gobierno de izquierda y el inicio de un
hecho: el «debate Brenner» de final de los mundo en el cual los compromisos pragmá-
años 1970, sobre el papel de los conflictos ticos de la política de poder pesaban más
de clase en la determinación de diferentes que las proclamas ideológicas que habían
caminos para el desarrollo socioeconómico sido dominantes hasta el final de los años
en las diversas partes de Europa después de de 1970; y, en todos los lugares, la gene-
la Peste Negra, que a pesar de estar esen- ración que había crecido en las barricadas
cialmente centrado en discordancias em- universitarias en 1968 y después, conquistó
píricas y estructurales, poseía una fuerte sus empleos, envejeció, y —independiente
connotación política, y tanto los marxistas de su visión política— pasó a ser vista como
como los no marxistas que participaron en menos amenazadora por sus iguales más
ese debate tenían interés en identificarse tradicionales. La única excepción impor-
como tal [2]. La primera cosa a hacer aquí es tante en Europa fue España, cuya trayec-
tratar de identificar exactamente qué es lo toria posfranquista dejo un enorme abismo
que cambió. entre los intelectuales marxistas, general-
Me parece que en la Historia Medieval, mente unos más progresistas y otros muy
pero no solo en ella, existen cuatro ele- tradicionalistas, algo que aún existe hoy
mentos en esa transformación. El prime- —el marxismo mantiene influencia en sus
ro es que el mundo de los historiadores se universidades, incluso entre los medieva-
volvió menos parcelado ideológicamente, listas. Fuera de Europa eso también podría
por lo menos en la Europa Occidental, que percibirse en países como India, Sudáfrica,
conozco mejor, y en la que me voy a con- Turquía, Brasil y Argentina, que poseen en
centrar. Una década antes de las convul- su trayectoria algunos paralelismos con
siones en el Bloque oriental en 1989-1992, España. Es preciso señalar que yo no había
realmente hacia 1980, la lucha política fue percibido esa coyuntura en la época, y mi
purgada del interior de la academia, por incursión mas explícita en la teoría marxis-
varias razones. En Gran Bretaña, el ataque ta en esa época fueron dos artículos sobre
del gobierno conservador de los años 1980 la caída del Imperio Romano, datados en
contra los valores académicos minimizó un 1984-1985 que, tardíamente y pasados de
número sustancial de rivalidades internas; moda, pueden encontrar ahora [3]. Y fue eso
en Italia la repulsa contra el terrorismo y lo que se vio: los artículos no tuvieron casi
ningún impacto político. Fueron en general
2.– Para el debate sobre la «revolución feudal», ver
las referencias citadas en C. Wickham, «Le forme del vistos como ejemplos neutros de análisis
feudalesimo», en: Settimane di studio del Centro italiano di estructural, los lectores fueron amables, en
studi sull»alto Medioevo, 47 (2000), pp. 15-51, en la p. 27, lugar de entusiasmados o hostiles con res-
para el «debate Brenner», ver T.S. Aston y C.H.E. Philpin
pecto a su explícito contenido político —la
(eds.), The Brenner debate, Cambridge, 1985, que reúne las
contribuciones , publicadas todas por primera vez en Past
and Present. 3.– C. Wickham, Land and power, London, 1994, pp. 7-75.

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mayor excepción vino de países de lengua ninguna generación nueva de teóricos mar-
española. Lo mismo ocurrió verdaderamen- xistas apareció en la mayoría de los países
te con mi más reciente libro sobre el desa- europeos durante los años de 1990. Pero, a
rrollo socioeconómico de la Alta Edad Me- pesar de todo eso, fue 1980 lo que marcó
dia, que presenté en un marco intelectual el mayor cambio; 1989 apenas confirmó la
explícitamente marxista, para sorpresa de tendencia.
personas que yo conocía bien [4]. Un tercer elemento es simplemente que
Ese fue, en mi opinión el mayor cam- la propia historia económica y social co-
bio entre los historiadores; el colapso de menzó a pasar de moda en los años 1980,
la Unión Soviética contribuyó mucho me- por lo menos entre la vanguardia histo-
nos, excepto en términos de moda. Yo no riográfica, y nuevos movimientos, como
consigo pensar en ningún medievalista oc- la historia cultural, la historia de género y
cidental cuya visión se haya visto alterada el análisis del discurso tenían mucha me-
por ello, a pesar de ser eso diferente en los nos influencia de la teoría marxista, que
países inmediatamente implicados, huelga siempre había sido más débil en esas áreas.
decir. De cualquier forma, ese enorme cam- Las personas dejaron de leer a Althusser o
bio tuvo implicaciones para los marxistas. Poulantzas, entre otros teóricos franceses,
Condujo al abandono inmediato de la ma- y comenzaron a leer a Foucault, Derrida,
yoría de las versiones religiosas del mar- Bourdieu —izquierdistas, ciertamente, pero
xismo que durante mucho tiempo habían no marxistas clásicos en cualquier sentido
obstaculizado versiones más críticas del del término (a pesar de que, para ser justo,
paradigma —ese fue un cambio para mejor. Derrida, irritado con el empequeñecimien-
Impuso a todo marxista serio la tarea de ex- to político de los años 1990, hizo lo que le
plicar un cambio tan repentino en términos fue posible para reinstaurar a Marx como
marxistas (a pesar de que eso no habría sido un pensador posestructuralista en 1993) [6].
tan difícil: como también comentó Eric Entre los grandes pensadores marxistas del
Hobsbawm, para utilizar la terminología pasado, el único que mantuvo una gran in-
de Marx en 1859, los rápidos desarrollos de fluencia fue Gramsci, en parte por su nota-
las fuerzas productivas representados por ble inteligencia y originalidad, pero tam-
las ofertas a los consumidores y a las dos bién porque, más allá de eso, fue un teórico
primeras generaciones de la revolución in- de la cultura. Los historiadores sociales y
formática estaban, hacia el final de los años económicos, alarmados con todo esto, co-
de 1980, en seria contradicción con las re- menzaron a unirse a pesar de sus antiguas
laciones sociales de producción soviéticas, enemistades y, en general, se han mante-
que se habían desarrollado para un mo- nido juntos desde entonces; la mayor par-
mento diferente, el de la primitiva indus- te ahora está entre una rama de la Historia
trialización, y que se mostraban incapaces económica y social que busca sus modelos
de cambiar) [5]. Y la moda no es irrelevante: en la Historia y otra que se ve como una
rama de la Economía, lo cual incluye pocos
4.– C. Wickham, Framing the early middle ages, Oxford, 2005. medievalistas.
5.– Véase E.J. Hobsbawm, The Age of Extremes, London, El cuarto elemento es tan importante
1994, pp. 496-9. Este punto —enfatizado como una
cuestión separada por las ventas de recuerdos soviéticos—
sostiene el aumento de la percepción de que todos los una vez como tragedia, la segunda como farsa y la tercera
grandes hechos y personajes de gran importancia en la como mercancía.
historia mundial ocurren, como si dijéramos, tres veces: 6.– J. Derrida, Specters of Marx, New York, 1994, pp, 92-174.

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como el primero, y los dos están relacio- una consecuencia importante. Tomemos
nados: las explicaciones históricas se vol- un debate internacional a gran escala como
vieron más eclécticas. Tomemos la historia aquel sobre la protoindustrialización: mu-
económica de Inglaterra al final de la Edad chos de sus teóricos iniciales en los años de
Media como un ejemplo: el influyente li- 1970 se expresaron en términos claramen-
bro sobre la comercialización de Richard te marxistas, ciertamente, pero ahora no se
Britnell, de 1993, puede situarse en un trata solo de la pérdida de la carga ideológi-
cuadro interpretativo de los factores de ca, como señalé al comienzo, sino también
transformación económica que retrocede de que necesitamos esforzarnos más para
a Adam Smith, pero termina con un re- definir cuáles son los presupuestos funda-
conocimiento explícito de la importancia mentales con que cada autor contribuye al
causal del énfasis de Marx en las desigual- debate, y en muchos casos nunca podremos
dades de riqueza y poder, y en su segunda tenerlos con certeza [8].
edición quedó satisfecho por situar sus ar- Vivimos entonces una situación en que
gumentos en el marco del debate sobre la pocas personas que en Europa escriben ac-
«transición» marxista. El panorama sobre tualmente sobre la Edad Media se expresan
la sociedad inglesa publicado por Steve en términos marxistas, incluso en países
Rigby en 1995 colocó un gran peso en ex- como Italia y Francia, donde muchos de los
plicaciones malthusianas y especialmente historiadores en cuestión votan a partidos
marxistas: pero él las situó en una cuadro de extrema izquierda. Pero eso no quiere
interpretativo más general, derivado de la decir que las interpretaciones esencial-
teoría del «cercamiento» de Frank Parkin y mente marxistas hayan sido abandonadas.
de la sociología del poder de Garry Runci- Realmente quiero afirmar justamente que,
man, ninguno de ellos próximos al marxis- en la historia económica y social de la Edad
mo. El alza de modelos económicos sobre el Media, las ideas marxistas parecen lejos de
periodo, de John Hatcher y Mark Bailey, de estar muertas o moribundas, en realidad
2001, coloca un modelo malthusiano, otro están en todas las partes. En cierto modo
marxista, y el modelo de comercialización Marx simplemente se volvió un teórico
en el mismo plano, y concluye diciendo social del pasado cuyas ideas pueden ser
que, dadas las complejidades del desarrollo utilizadas, como Malthus, Smith, o Weber.
socioeconómico real, nosotros deberíamos Todos nosotros utilizamos los métodos de
simplemente utilizar los tres. Fuera de la cada uno, al mismo tiempo en que rechaza-
historia inglesa, Lorenzo Epstein, Pierre mos sus demostraciones empíricas; lo mis-
Toubert y Luciano Palermo muestran una mo se da con Marx. Pero Marx se mantiene
variedad de fuentes teóricas semejantes como el más central de todos, en la práctica
para sus trabajos [7]. Ese eclecticismo tiene de la Historia Medieval ¿Por qué? Me pare-
ce que eso es porque, de los grandes teóri-
7.– R.H. Britnell, The commercialisation of English society, cos sociales, Marx es justamente aquel que
1ª ed. Cambridge, 1993, pp. 230-231; 2ª ed., Manchester,
confrontó las realidades de la explotación
1996, pp. 233-237; S.H. Rigby, English society in the later
middle ages, Manchester, 1995, esp. pp. 1-14; J. Hatcher y las analizó; como casi nadie que estudia
and M. Bailey, Modelling the middle ages, Oxford, 2001; S.R.
Epstein, Freedom and growth, London, 2000, esp., pp. 49-52; 8.– Compare la problemática marxista general en P.
T. Toubert, «Les féodalités meditérranéennes», in Structures Kriedte, H. Medick, J. Schlumbohm, Industrialization before
féodales et féodalisme dans l’Occident méditérranéen (X-XIII industrialization, Cambridge, 1981, e.g. pp. 6-11, con
siècles), Roma, 1980, pp. 1-13, en pp. 3-4; L. Palermo, las perspectivas en S.C. Ogilvie and M. Cerman (eds.),
Sviluppo economico e società preindustriali, Roma, 1997. Europeam proto-industrialization, Cambridge, 1996.

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la sociedad o la economía medieval desea supuestos más profundos, estratégicos, y a


negar la realidad de la explotación de cam- no ser que lo hagan nadie irá a interrogar-
pesinos (o artesanos), se basan en Marx, o las sobre eso adecuadamente. El debate so-
en autores influenciados por Marx, en sus bre la «revolución feudal» sufrió de manera
paradigmas de comprensión básicos —para inevitable de esta indefinición conceptual,
utilizar una expresión kuhniana [9]. Lo que exactamente por esta razón. Los historia-
ocurrió, sin embargo, es que estos fueron dores normalmente defienden ese procedi-
«normalizados». Nosotros olvidamos las miento a través de un ataque vigoroso con-
imágenes de una guerra fría entre inter- tra las explicaciones monocausales para
pretaciones históricas marxistas y las «bur- los cambios económicos. Lo cual está bien
guesas», luchando todo el tiempo, a pesar para mí; pero las causas también son jerár-
de los muchos préstamos mutuos, y a pe- quicas, y tienen relaciones intersistémicas,
sar del respeto personal que miembros de que también necesitan ser exploradas. Las
un campo sentían por los practicantes del variantes sofisticadas del marxismo tie-
otro (entre Georges Duby y Guy Bois, por nen ese tipo de elemento sistémico; es por
ejemplo). En lugar de eso, conozco conser- eso que fueron poderosas, y es por eso que
vadores explícitos que utilizan categorías y permanecen convincentes desde mi punto
modos de análisis marxianos, y algunos de de vista. Más allá de eso, si el Marxismo es
ellos se dan cuenta, por lo menos en parte, un paradigma en el sentido kuhniano, solo
de que es eso lo que están haciendo. puede ser sustituido —si quieres hacerlo—
De cierta forma, es así como debería ser; por otros paradigmas, que puedan supe-
la historia gana con el pluralismo, y pier- rarlo porque son capaces de explicar más
de cuando sus practicantes simplemente anomalías y reunir más teorías de alcance
gritan unos contra otros. De otra forma, es medio en una estructura coherente, al igual
un retroceso. En parte porque la historia que Einstein sustituyó la física newtoniana.
es mejor cuando tiene una «picadura», una A menos que seas teóricamente consciente,
arista incómoda, un hilo crítico. (La historia no podrás adquirir una consciencia de con
de género es el único ámbito que mantiene qué paradigma estás actuando; y si no tie-
ese sesgo subversivo, y yo espero que con- nes esa consciencia, no podrás desafiar al
tinúe haciéndolo). Pero el retroceso de un paradigma. El pluralismo actual no me pa-
debate explícitamente marxista también rece estar contribuyendo mucho para hacer
está ligado, y eso es más problemático, a un esto; es un desafío que está siendo desper-
retroceso en relación a las aproximaciones diciado.
teóricas pensadas detenidamente. Yo no Ese es, entonces, uno de los mayores
estoy hablando de un rechazo a construir problemas con que nos enfrentamos en el
modelos, que existen en la mayoría de los presente: una falta de consciencia genera-
casos en historia económica y social, sino lizada de las categorías conceptuales y sus
de que los modelos representados hoy en paradigmas. Los historiadores tienden a
día tienden a ser de un alcance teórico sola- evitar la teorización; esa es verdaderamen-
mente mediano (o táctico). Las personas de te una de las características más distintivas
manera general están mucho menos com- de la disciplina. Pero es también uno de sus
prometidas en afirmar cuáles son sus pre- puntos débiles, pues el compromiso de los
historiadores con la forma expositiva em-
9.– T. Kuhn, The structure of scientific revolutions, Chicago, pirista muy frecuentemente esconde sus
1962. presupuestos teóricos no solo de otros sino

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también de los de ellos mismos. En conse- central, presentaré aquí una cuestión bási-
cuencia, los historiadores pueden caer en ca, que todos los que no son medievalistas
argumentos contradictorios, y, en general, pueden tener en el fondo de sus mentes en
corren el riesgo de ser incoherentes; ente- cuanto me lean: ¿por qué es que a cual-
ros debates históricos dependerán, en algu- quier persona le gustaría saber más sobre
nas ocasiones, de presupuestos teóricos que el modo de producción feudal? Existen dos
son indefendibles, y que habrían sido vistos razones, a mi entender. Una es que uno de
como tales si hubiesen sido expuestos de los objetivos de Marx era mostrar que las
forma articulada. Yo escribí mi propio libro «leyes» económicas del capitalismo no son
de economía altomedieval en parte por fu- universales ni eternas, pero si son específi-
ria contra esa indefinición conceptual. En cas de un modo de producción. Pocas veces
el libro, que cubre la historia de una docena fue tan explícito en sus escritos, pero todos
de países en Europa y el Mediterráneo, la sus análisis de los modos pre-capitalistas
mayoría de los cuales había sido estudia- asumen eso, como también, es evidente, su
do aisladamente hasta entonces, estaba premisa y esperanza de que el capitalismo
preocupado por atacar principalmente los sería eventualmente superado. Marx tam-
paradigmas implícitos y nacionalistas uti- bién lo dice en algunas ocasiones, o por
lizados por demasiados historiadores, pero lo menos de una forma lateral, como en la
también es verdad con las herramientas segunda edición de El Capital, volumen 1,
básicas de análisis de la acción económica cuando cita extensamente la reseña (anó-
y social: además esas quedan demasiado nima) de la primera edición de I.I. Kaufman,
implícitas. Hacer a los historiadores más originalmente en ruso, que dice que «en la
conscientes de los paradigmas dentro de opinión (de Marx) todo periodo histórico
los cuales operan se presenta como un de- posee sus propias leyes»; Marx describió
safío crucial; si se considera el habitus de esta reseña como treffend, «impresionan-
los historiadores las cosas siempre conti- te» o «acertada» [10]. Teniendo eso en mente,
nuarán siendo como fueron, pero eso no es me parece útil y tal vez hasta incluso impor-
motivo para desistir de esa tarea, y puedo tante desarrollar una imagen tan evidente
imaginar que yo, por lo menos, debo conti- como sea posible de las leyes económicas
nuar esa batalla particular durante el tiem- —yo prefiero el término lógica económica—
po que sea capaz. del modo de producción no capitalista más
Para la segunda parte de esta interven- sustancial y más duradero que jamás exis-
ción, quiero ser más propositivo, y discu- tió en la historia desde la aparición de las
tir algunas de las cuestiones cruciales que jerarquías de clase, o sea, el feudalismo. Esa
veo delante de una historiografía marxista es pues la segunda razón por la cual quiero
teóricamente consciente de la Edad Media. discutir el modo de producción feudal aquí;
Todas ellas se ocupan de un problema que en mi opinión, el feudalismo dominó casi
me parece central para todos los historia- toda la historia humana desde que apare-
dores de la Europa Medieval, también de cieron las sociedades de clase. Los sistemas
Asía, y partes de África y América: cuál es la basados en impuestos estatales o tributos
lógica económica del modo de producción que fueron tan comunes en tantos lugares,
feudal, y cómo esta lógica puede cambiar o desde China hasta el Imperio Romano, has-
no, en respuesta a situaciones de crecien-
10.– K. Marx, Capital, I, trans. B. Fowkes, London, 1976, pp.
te complejidad económica. Para dejar claro 100-102; para treffend, K. Marx, Das Kapital, I, Berlin, 1947
por qué es que considero este el problema (1867), p. 27.

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ta el México azteca, se basaron todos por dores, ni en los de las tradiciones marxis-
encima de todo en la extracción de exce- tas más románticas, de que ninguna «ley»
dentes de familias campesinas como pro- económica es universal, de forma que in-
ductores primarios, así como lo fueron los cluso la interacción entre oferta y deman-
sistemas de señorío en la Europa Occiden- da es históricamente contingente. Pero no
tal Medieval. Algunos de los otros autores me parece nada inadmisible que la manera
que han argumentado que ese mismo modo como la tecnología y el proceso de traba-
de producción existió en áreas y periodos jo, de un lado (las fuerzas productivas en
muy amplios, como Samir Amin y John la terminología marxista) interactúan con
Haldon, lo llamaron modo «tributario»; yo la explotación y la resistencia, de otro lado
prefiero la terminología feudal, pero, más (las relaciones sociales de producción de
allá de eso las diferencias no son grandes. Marx), es dependiente de la lógica econó-
Discutí estos asuntos en otras ocasiones, y mica de modos específicos. Para empezar,
no me quiero repetir aquí, sin embargo mi la forma en que se explota el proceso de
punto principal es que, si todas estas socie- trabajo es estructuralmente diferente de un
dades en el Occidente Medieval, en Asía, y modo a otro. En el capitalismo, el capita-
en otros lugares, pueden verse como parte lista controla el proceso de trabajo directa-
del mismo modo de producción, tendrán mente y la realidad de la explotación de la
por tanto la misma lógica económica sub- fuerza de trabajo —juntamente con la po-
yacente [11]. Como funcionó esa lógica es por sibilidad de que la naturaleza social de la
tanto un elemento necesario para burlar la producción pueda no requerir esa explota-
historia económica de partes sustanciales ción— está oculta por la aparente naturale-
del pasado; y eso es lo que hace que este za libre del contrato de trabajo; en el feuda-
asunto sea merecedor de estudio. lismo, son los productores (normalmente
La lógica económica de un modo de pro- las familias campesinas, a veces pequeños
ducción incluye, es evidente, su dinámica artesanos) que controlan el proceso de tra-
subyacente, así como las maneras más in- bajo, y el excedente es extraído de forma
mediatas en las cuales productores, expor- completamente abierta, independiente de
tadores y consumidores reaccionan ante cuánto está justificado por ideologías lo-
los riesgos, limitaciones, oportunidades, cales. Dadas estas especificidades, durante
cambios en la disponibilidad y precios de mucho tiempo, he permanecido resistente
los productos, y así sucesivamente. No hay a argumentos abstractos sobre como «El»
una razón específica por la cual esa lógica modo de producción debe funcionar, ya si
debería ser la misma en sistemas económi- tiende a enfatizar las relaciones de produc-
cos diferentes, como entre el modo feudal y ción (como en la tradición althusseriana, o
el capitalismo. No quiero caer en la trampa en gran parte de ella) o si enfatiza la priori-
del subjetivismo extremo, los argumentos dad de las fuerzas productivas (como en el
de Karl Polanyi, y aun más los de sus segui- trabajo de Jerry Cohen) [12]. Al revés de eso
12.–Para los althusserianos, ver B. Hindess y P.Q. Hirst,
11.– Yo acostumbraba a ver la explotación basada en el Pre-capitalist modes of production, London, 1975, pp.9-
impuesto y la basada en el señorío como modos diferentes, 10; Étienne Balibar en L. Althusser and Étienne Balibar,
pero aquí cambié mi visión. J. Haldon, The state and the Reading capital, traducido, B. Brewster. London, 1970,
tributary mode of production, London, 1993, ha influido pp. 201-308, es menos explícito, aunque ciertamente
bastante en mi visión actual y es el mejor guía para ella. argumenta en la misma dirección (e.g. pp.297-298). Para
Él prefiere llamar modo «tributario», no feudal, aunque la una visión opuesta, G. A. Cohen, Karl Marx»s theory of
diferencia aquí es solo terminológica. history. A defence, Oxford, 1978, esp. pp. 134-174. Cohen

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asumiría, como punto de partida, que dife-


rentes modos de producción son diferentes,
y aportaría semejanzas estructurales más
adelante.
Voy a comenzar hablando con más de-
talle sobre cuáles son efectivamente las
líneas básicas del modo de producción
feudal, para que se pueda ver por qué los
historiadores lo abordaron de forma dife-
rente. Tiene como centro la unidad fami-
liar campesina, o la familia de artesanos a
tiempo integral o parcial. En la mayor parte
de la historia humana desde que la agricul-
tura sedentaria se desarrolló, la producción
agrícola —mayoritariamente dominante
hasta la Revolución Industrial— fue con-
trolada por estas familias, en primer lugar
para su propia subsistencia. En sociedades
de clases los campesinos tenían que entre-
gar parte de sus excedentes a poderes exte-
riores, bajo la amenaza de la fuerza. Estas
partes eran variables, y dependían de la in-
tensidad efectiva o potencial de la lucha de
clases. Tales poderes exteriores podían ser
Estados, extrayendo impuestos como tri- Faenas agrícolas. Detalle del libro Las muy
butos, o propietarios de tierras, extrayendo ricas horas del Duque de Berry, S. XV, (Museo
alquiler, o ambos. Los campesinos poseían Condé, Chantilly).
la tierra, pero no siempre tenían derecho
de propiedad sobre ella. El arrendamiento campesinos tenían que ser capaces de ven-
e incluso los impuestos, podían cobrarse der sus productos sistemáticamente para
en forma de trabajo en las tierras cultiva- conseguir el dinero para eso. Los intercam-
das directamente por el señor (su reserva bios podían ser altamente desarrollados, y
señorial) o en carreteras públicas o diques, los campesinos podían producir sustancial-
o podían cobrarse en productos (el modelo mente para el mercado, pero ellos tenían
normal en todas las sociedades); solamente que asegurarse su subsistencia en primer
si los intercambios fuesen suficientemente lugar; cultivar solo para vender era prácti-
complejos sería cobrado en dinero, pues los camente desconocido en el feudalismo, y de
hecho fue rara hasta el siglo XX, incluso en
ha sido criticado, por ejemplo, por R. Brenner, The social
el capitalismo. Estos son los modelos que
basis of economic development en J. Roemer (ed), Analytical
Marxism, Cambridge, 1986, pp. 23-53, en pp. 40-47, y podemos identificar difusamente en la his-
S.H. Rigby, Marxism and history, Manchester, 1987, esp. toria de Eurasia, e incluso mucho más allá.
pp. 92-142, criticas de historiadores, que para mí, como Existían cuando los estados eran fuertes,
historiador, funcionan. He discutido de manera parecida
como bajo los imperios Romano y Bizanti-
en «Productive forces and the economic logic of the
feudal mode of production», en Historical Materialism, no, y en el siglo XVI en Europa, y también
16/2 (2008), pp. 3-22. cuando eran débiles, como en el Occiden-

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Aproximaciones marxistas a la Edad Media, algunas cuestiones y ejemplos Chris J. Wickham

te Medieval, mientras el poder señorial se transición hacia el capitalismo, junto con


mantuvo como dominante. los procesos paralelos en la manufactura;
El modo de producción feudal también una vez que la lógica capitalista pasó a do-
podía coexistir con otros modos. Estos po- minar una determinada región económica,
dían no ser explotadores, como lo que Marx la transición estaba completa.
y Engels llamaron «arcaico» o «comunal Ese relato es, todavía, no es específico en
primitivo», en el cual la extracción de ex- cuanto a lo que efectivamente era la lógica
cedentes estaba ausente o era asistemática económica del modo de producción feudal;
(en la Europa Medieval ese «modo campe- y debo admitir que aun no pasé de la mitad
sino», como prefiero llamarlo, existió en del camino rumbo a lo que sería una res-
gran parte de la Europa del Norte y, en lu- puesta sobre cómo funcionaba esa lógica.
gares aislados, incluso en las antiguas pro- Sin embargo, a mi modo de ver, lo mismo
vincias romanas de la Europa meridional; es cierto para otros relatos. El trabajo más
duró hasta el periodo moderno en partes de sistemático sobre la teoría de los precios
Escandinavia septentrional). Otros fueron fue realizado, por ejemplo por Witold Kula
explotadores, pero poseían diferentes re- o Luciano Palermo o Julien Demade —dado
laciones de producción, el modo esclavista que los precios son más fáciles de tabular
con la esclavización completa y la manu- y analizar de lo que son otros elementos
tención de los productores primarios (sin del sistema; el mejor intento de un análisis
embargo esto fue inusual en la historia, y sistémico, el de Guy Bois, es muy específi-
fue el producto de condiciones especiales), co para un lugar y periodo, la Normandía
y el modo capitalista, con su fuerza de tra- del siglo XIV [13]. Esa es, en verdad, la ma-
bajo asalariada, normalmente libre. Prác- yor tarea que tenemos por delante, en toda
ticamente el único legado duradero de la la historia económica del pre-capitalismo.
tendencia althusseriana en la historiogra- Pero lo que expuse hasta aquí puede por lo
fía marxista es el reconocimiento de que menos ayudar a esclarecer el contexto en el
los modos de producción pueden coexistir, cual podemos abordar ese problema. Aquí
aunque solo uno de ellos dominará la lógica quiero desarrollar dos ejemplos separados
económica del sistema socioeconómico (la del tipo de cuestión que debemos confron-
«formación social») como un todo. Mien- tar si deseamos tener una visión inteligible
tras el modo feudal duró, lo que ocurrió du- del funcionamiento interno del modo feu-
rante milenios en algunos lugares, el traba- dal: la relación entre fuerzas productivas y
jo asalariado, en particular, fue común; solo las relaciones sociales de producción, vista
que la lógica de su uso fue dominada por los empíricamente —las discutiré en el con-
ciclos económicos del feudalismo. El domi- texto de la Europa del Medievo tardío; y la
nio de las relaciones feudales únicamente cuestión de cuanto tendió al equilibrio el
acabaría cuando el campesinado comenzó modo feudal desarrollado, en vez del cam-
a ser expulsado de sus tierras (o las hubie- bio social y la eventual desintegración— y,
ran comprado), y los grandes propietarios
13.– W. Kula, Teoría económica del sistema feudale, trans.
locales o aquellos que estaban en posesión B. Bravo y K. Zaboklicki, Turín, 1970, 1962; L. Palermo,
de la tierra comenzaran sistemáticamente Sviluppo económico; J. Demade, Ponction féodale et société
a sustituirlos por trabajadores asalariados, rurale en Allemagne du sud (XI - XVI siècles); Tesis de
doctorado, Université Marc Bloch, Strasburg, II, 2004, esp.
que es lo que Marx describió en El Capital,
pp. 352-420 (las implicaciones de ese importante trabajo
en su capítulo sobre la «acumulación pri- van más allá de la teoría de los precios); G. Bois, The crisis
mitiva», y que fundamenta su relato de la of feudalism, Cambridge, 1984, esp. pp. 391-408.

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en este caso, quiero establecer una serie de producción [16]. Esencialmente, lo que todos
comparaciones breves entre Europa y Asia. estos historiadores argumentaron, o creían
La tradición anglo-americana de his- lo que sus fuentes les permitía suponer, es
toria económica bajo medieval, Maurice que el cambio tecnológico fue mayoritaria-
Dobb, Rodney Hilton, Robert Brenner, en- mente marginal en el periodo medieval; de
fatizaron todos o enfatizan, por encima de ahí, por ejemplo, que sucedieran las crisis
todo, la relación coercitiva entre campesi- de subsistencia de la Europa Occidental al
nos y señores, la lucha de clases en cuanto inicio del siglo XIV. En el campo, en el ma-
a los derechos de propiedad y las rentas, y yoritariamente dominante sector agrícola,
el marco en el cual se establecían las ren- eran los campesinos y no sus señores los
tas. Ellos vieron la dinámica del feudalis- que elegían cómo cultivar su tierra, y, cuan-
mo esencialmente en estos términos. [14] En do los señores conseguían intervenir en esa
Francia, Guy Bois, mas estructuralista en elección (como, nuevamente con trabajo
el tono (criticó a Brenner por su «volunta- forzado dirigido, o algunas veces con traba-
rismo» y la falta de interés en las leyes del jo asalariado, por campesinos en la reserva
desarrollo del modo feudal, en el «debate de los señores), esta intervención se esta-
Brenner» de los años 1970), vio, no obstan- bleció con dificultad, y siempre tuvo la ten-
te, en su trabajo sobre Normandía, a la lu- dencia a quebrarse. En la historia medieval,
cha de clases como parte intrínseca de una las reservas se dividían fácilmente, entre
tendencia medieval occidental general para tenencias de campesinos que pagaban solo
que el lucro rural de los señores cayera en rentas, y el proceso de trabajo volvió al
periodos de crecimiento, lo que fue un ele- control campesino. Y este dominio campe-
mento central en su influyente discusión sino de la producción tuvo un efecto nega-
sobre la dinámica económica del feudalis- tivo en la transformación tecnológica, pues
mo, en la cual —una vez más— los cam- los campesinos, en esta tradición histórica,
bios tecnológicos y productivos raramente eran considerados contrarios al riesgo y por
aparecieron [15]. En Alemania, la importante lo tanto reacios a la innovación; cualquier
(incluso que intencionadamente abstracta) desarrollo agrícola que requería la coopera-
caracterización de la «Struktur und Dyna- ción más allá de la familia era improbable,
mik» del feudalismo, de Ludolf Kuchen- excepto para unos pocos avances a nivel de
buch y Bernd Michael, también dejó poco la aldea, y solamente cuando el dominio
espacio para las fuerzas productivas (e in- campesino de la producción se desarraigó
cluso, a pesar del título, para las dinámicas fue cuando los avances tecnológicos fueron
del modo feudal, excepto en un breve pa- posibles.
saje sobre Bois al final del artículo), y ellos Esta imagen del modo feudal cuya diná-
evitaron deliberadamente la propia ima- mica era esencialmente el conflicto entre
gen de las fuerzas productivas/relación de campesinos y señores, debemos recono-
cer, ha sido desafiada en diversos sentidos,
14.– M. Dobb, Studies in the development of capitalism,
London, 1946; R. Hilton, Introduction to P. Sweezy et al, The en años recientes. En Inglaterra, Richard
transition from the feudalism to capitalism, London, 1978,
pp. 9-29, en pp 26-29; R. Brenner, Agrarian class structure 16.– L. Kuchenbuch y B. Michael, Zur Struktur und Dynamik
and economic development in pre- industrial Europe, «Past der «feudalen» Produktionsweise im vorindustriallen Europa,
and Present», 70, 1976, pp. 30-75. en ibidem (ed.) Feudalismus- Materialen zur Theorie und
15.– G. Bois, The crisis of feudalism; G. Bois, Against the neo- Geschichte, Frankfurt, 1977, pp. 649-761. Ese artículo se
Manthusian orthodoxy, en Past and Present 79, 1978, pp. mantiene como el mayor análisis descriptivo del modo
60- 69 en p. 67. feudal.

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Aproximaciones marxistas a la Edad Media, algunas cuestiones y ejemplos Chris J. Wickham

Britnell y Chris Dyer, ambos influenciados cité que diga que una economía más activa
por el marxismo, han argumentado, entre y abierta, con innovación tecnológica y una
otros, a favor de un considerable desarrollo creciente división del trabajo, y elementos
comercial en la Edad Media tardía, y a favor capitalistas en la industria rural y urbana,
de una inversión productiva con un ojo en sea en si mismo contradictoria con una
el mercado, por todas las clases sociales, in- economía campesina y la explotación feu-
cluyendo al campesinado, particularmente dal. Los altos niveles de trabajo asalariado
en sus estratos superiores (por ejemplo, en en Inglaterra no cambiaron durante dos
silos para un mejor almacenamiento, y ca- siglos; permanecieron como un elemento
ballos para el arado). El trabajo asalariado estable de un sistema económico domina-
parece ahora haber sido el soporte principal do por una lógica señor-campesino, feu-
de, según algunos, un tercio, según otros la dal, como Dyer observó recientemente. Es
mitad de la población de Inglaterra (y más verdad que cuando el trabajo asalariado se
en algunas áreas), a partir por lo menos de extendió aun más, y las plantaciones cam-
1400, a pesar de no tener pasado de este ni- pesinas perdieron su dominio, lo que, como
vel, por lo menos antes del siglo XVI. Para Bas van Bavel, ha mostrado, sucedió en una
Europa como un todo, Larry Epstein gene- región particularmente activa del delta del
ralizó a partir de trabajos de este tipo en Rhin, ya hacia 1600, la transición al capi-
una dirección más explícitamente marxis- talismo estaba preparada para comenzar [18].
ta, enfatizando las innovaciones tecnoló- En la mayor parte de Europa, no obstante,
gicas durante este mismo periodo, a pesar para mas allá de Inglaterra y de los Países
de ver como su amplia difusión por Europa Bajos, incluso con toda esa comercializa-
fue obstruida por los costes de transacción, ción, tal transición no ocurrió antes del si-
y también enfatizando el crecimiento de la glo XIX. Se podría al menos decir que las
protoindustrialización rural en muchos lu- relaciones sociales feudales fueron muy
gares. Estos historiadores no subestiman el eficientes para bloquear, u obstruir, el de-
desarrollo de las fuerzas productivas, por sarrollo posterior de las fuerzas producti-
así decir (a pesar de no utilizar esta termi- vas en la mayor parte de Europa, si alguien
nología), pero ellos también ven las rela- quisiese hablar en términos de impedimen-
ciones sociales feudales como totalmente tos. Pero también se puede decir que fueron
capaces de absorber tales desarrollos: «has- solo los cambios en las relaciones señores-
ta un cierto punto el feudalismo prosperó campesinos y la mayor y creciente capaci-
gracias al comercio» según la expresión de dad de propietarios de tierras y productores
Epstein [17]. arrendatarios de empujar a los hasta enton-
Este feudalismo tardomedieval comer- ces campesinos hacia el trabajo asalariado,
cializado, abierto a mucha innovación, in- que caracterizaría a Inglaterra y a los Países
clusive para un campesino menos opuesto Bajos, y no el mayor desarrollo de la fuer-
al riesgo de lo que algunas veces se afirma- zas productivas en estos lugares, que solo
ba, es crecientemente diferente de la ima- comenzó después de la transición hacia el
gen aceptada hace poco tiempo, en los años trabajo asalariado. Robert Brenner recien-
1970. Pero no hay nada en los escritores que
18.– C. Dyer, An age of transition?, pp. 211-223; 245-246; Cf.
17.– R. Britnell, The commercialisation of English society; C. R. Britneell, The commercilisation of English society, 2 ed.,
Dyer, An age of transition? Oxford, 2005 – para cada uno, p.234; B. Van Bavel, «The transition in the low countries»,
esta es la única parte de sus extensos escritos sobre el in C. Dyer et al. (Eds), Rodney Hilton»s middle ages, Past and
tema; Epstein, Fredom and grow, o.c. p. 50. Present, suplemento, 2, Oxford, 2007, pp. 286-303.

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temente retornó a sus antiguas ideas, a la controlaban el proceso de trabajo. Ese sis-
luz de esta nueva historiografía, y reafirmó tema era económicamente complejo, pero
su punto de vista de manera entusiasmada, se encontraba en equilibrio, en el sentido
siguiendo esta línea, yo, por lo menos, me de que no precisaba necesariamente cam-
contento con seguirle en este punto [19]. Se biar estructuralmente [20]. Era el producto de
debe decir que ese es un debate empírico desarrollos acumulados (inclusive en técni-
y no teórico; la relación estructural entre cas y otros aspectos de las fuerzas produc-
una expropiación del campesinado y el de- tivas) internos al feudalismo, que de todas
sarrollo de las fuerzas productivas inglesas formas se basaron en las relaciones de pro-
o europeas será definida eventualmente ducción campesinas y que no estaban en
por la investigación histórica. Mi preferen- contradicción con estas relaciones; se pue-
cia por el punto de vista de Brenner, de que de argumentar que fueron solo desarrollos
la transición fue motivada por un cambio contingentes, como el cambio en el papel
en las relaciones de producción, como Marx del trabajo asalariado (como acabo de des-
describió en El Capital, está por lo tanto en cribir), y no por alguna diferencia estructu-
gran medida basada en la fuerza de su pers- ral intrínseca, que empujaron a un pequeño
pectiva comparada europea, una perspecti- sector de esta economía euro-asiática en la
va que incluso hoy en día se mantiene rara. Inglaterra que caminaba hacia a una trans-
Me parece que nadie va a avanzar en este formación industrial completa, el cambio
tipo de análisis a menos que mantenga en del feudalismo al capitalismo. Inclusive,
mente una perspectiva lo más comparada algunos historiadores argumentaron que
posible. el tránsito hacia el capitalismo dependió
Eso me conduce a mi punto final, muy de factores casi casuales; el historiador de
general, sobre la forma en que funcionó la la economía china Kenneth Pomeranz es el
lógica económica feudal en el pasado, que mayor defensor de que fueron factores to-
es sobre la relación entre equilibrio y tran- talmente externos (principalmente los re-
sición, entre continuidad y cambio. Una ca- cursos del Nuevo Mundo) los que hicieron a
racterística de Eurasia, de China pasando Inglaterra, y no a China centro meridional,
por la India y el Imperio Otomano, hasta las el núcleo de la revolución industrial. Para
economías europeas, entre los siglos XIV y atestiguar esa afirmación, sería necesario
XVIII (en algunos lugares antes y también saber más sobre la economía china del si-
después), fue la producción y los intercam- glo XVIII de lo que yo sé; y tal vez serían
bios de «alto equilibrio», caracterizados por necesarios más estudios, pues Pomeranz no
un sector comercial y artesanal muy activo, consideró las relaciones sociales de produc-
con intercambios interregionales emergen- ción, lo que me parece fundamental para la
tes, incluyendo en algunas regiones altos comprensión de cualquier periodo de tran-
niveles de urbanización y/o un alto nivel de sición. Sin embargo describió para China
trabajo asalariado, más allá de una ligazón una economía comercial muy desarrollada
íntima y duradera entre esa economía co-
20.– Para «alto equilibrio» o «alto nivel de equilibrio», ver
mercial y las estructuras del Estado; pero T. Raychaudhuri, «Mughal India», en T. Raychaudhuri y I.
este sistema se había basado siempre en Habib (eds.), The Cambridge economic history of India, 1,
la explotación directa de campesinos que Cambridge, 1982, pp. 261-307, en la p. 307. La expresión se
encuentra en la forma «trampa de alto nivel de equilibrio»,
19.– R. Brenner, «Property and progress», en C. Wickham que reintroduce la idea de bloqueo, en M. Elvion, The
(ed.), Marxist history –writing for the twenty-first century, pattern of the Chinese past, London, 1973, pp. 313-314,
Oxford, 2007, pp. 49-111. siguiendo a R.P. Sinha; yo eliminé eso.

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Aproximaciones marxistas a la Edad Media, algunas cuestiones y ejemplos Chris J. Wickham

Pago de tributos y pesaje de monedas. Miniatura del Salterio de Canterbury, 1150, (Trinity College
Cambridge).

que estaba en equilibrio, en el sentido de también a Asia, de manera más marcada en


no necesitaba conducir a la industrializa- la costa occidental de la India y en la cuen-
ción —como de hecho no sucedió [21]. ca del Yangtsé en China, sin que también
Acabaré de caracterizar ese equilibrio, necesitaran cambiar. Es verdad que una vez
aplicado al Norte y Oeste de Europa. Pero que los campesinos fueron expropiados y
para el Sur y el Este, el trabajo asalariado en sustituidos por el trabajo asalariado rural
los grandes talleres urbanos de tejidos ita- en cualquier región, el desarrollo comercial,
lianos de los siglos XIII al XVI, a pesar de ser incluyendo los cambios tecnológicos, indu-
totalmente capitalistas en sus relaciones de dablemente ayudaría a tal región a cambiar
producción, no fue contradictorio con la su modo de producción feudal dominan-
lógica feudal más extendida, como se pue- te al capitalista. Aun puede ser coyuntural
de ver más fácilmente en el alejamiento de que un sistema en equilibrio de alto nivel
propietarios de talleres y su retorno hacia lo haya hecho, en lugar de, o antes de, al-
la propiedad de tierras en el siglo XVI y más gún otro, sin embargo la transición en ese
tarde, cuando la propiedad de las tierras pa- momento se vuelve un proceso mucho más
reció más segura, más rentable y más pres- fácil de imaginarse. Y por otro lado, no obs-
tigiosa, resultando con el final de la supre- tante, esa transición no tenía que suceder
macía comercial italiana en casi todos los de ninguna manera, y se puede argumentar
campos. Igualmente, la protoindustria rural que la norma fue que no sucedió.
del inicio de la Edad Moderna en la Europa Quiero concluir tratando estos sistemas
central y meridional no dio origen a la in- de equilibrio de alto nivel, y no con la tran-
dustrialización plena en ningún lugar, y la sición al capitalismo, porque me opongo a
mayor parte de ella desapareció nuevamen- las teleologías. Mucha discusión sobre la
te cuando los emprendedores se refeuda- economía de la Baja Edad Media y el ini-
lizaron [22]. Y estos sistemas caracterizaron cio de la época moderna se dio en términos
de «bloqueo del desarrollo» de la «trampa»
21.– K. Pomeranz, The great divergence, Princeton, 2000.
22.– Ogilvie and Cerman, European proto-industrialization, e.g., pp. 232-327.

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de los sistemas de alto nivel de equilibrio Marx aparece aquí, con la lógica de la eco-
o, en la terminología de Marx, «grilletes» nomía capitalista superando rápidamente
al desarrollo. Pienso que eso está errado, a sus competidores. Sin embargo, una de
y, de hecho, una de las pocas cosas en que las pocas cosas que nosotros sabemos con
pienso que Marx estaba equivocado es en certeza sobre la lógica económica del modo
su tendencia a la teleología. Al igual que de producción feudal es que tenía la capa-
con Darwin y la evolución, no veo siste- cidad de perpetuarse, durante milenios en
mas económicos, o incluso la dinámica de algunas regiones. También poseía un gran
sistemas económicos, conduciendo «natu- dinamismo, pero su capacidad de perpetua-
ralmente» a algún lugar en especial; estoy ción y adaptación a nuevas situaciones son
en contra de interpretar uno cualquiera igualmente impresionantes.
de ellos en términos de lo que se volvie- Quiero hacer una última observación
ron más tarde [23]. No quiero continuar una como conclusión, sobre un problema liga-
larga tradición de historiadores ingleses do a la cuestión del equilibrio. La mayoría
de la economía que buscaban solo factores de los estudios actuales sobre las socieda-
particulares, cuales quiera que fuesen, que des pasadas hechos por historiadores no se
conducirían a la revolución industrial, al ocupan de transformaciones o transiciones
revés de buscar los elementos que hicieron estructurales de larga duración. Por su-
funcionar a la economía en cualquiera de puesto, siempre habrá cambios históricos,
sus fases. Lo que pienso es que son las per- y los historiadores no solo discuten eso en
sonas, las acciones de las fuerzas sociales, detalle como efectivamente quieren hacer-
las que posibilitan el tránsito del dominio lo; el estudio del cambio en el tiempo es
de un modelo hacia otro, una vez que las una parte fundamental del atractivo de la
condiciones mínimas se hayan conseguido historia para sus practicantes. Sin embar-
para esa transformación. Eso es verdad aun go, la mayoría de los cambios históricos en
hoy; también fue verdad en el pasado —así, todos los contextos sucede en el interior de
en el caso del modo feudal, hacia 1700 y las estructuras sociales, económicas, cultu-
tal vez ya en 1500 en varias partes de Eu- rales y políticas que permanecen estables,
ropa (pero no en el 1100 o en el 800), con algunas veces durante largos periodos de
fechas análogas para China, después de que tiempo: quiero decir, situaciones de equi-
los cambios relevantes en las relaciones de librio. Estas situaciones de equilibrio pue-
producción hubieran podido haber ocurri- den ser, y frecuentemente son, analizadas
do en muchos lugares. De la misma forma, por los elementos que las vuelven estables,
pienso que si eso no hubiese ocurrido, en- al contrario de por los elementos que po-
tonces el equilibrio de alto nivel podría ha- tencialmente las conducirían al cambio
ber continuado durante siglos, combatien- estructural. De hecho, un gran problema
do sin dificultades con sus contradicciones, de cualquier análisis estructural completo
si existían, una vez que las formas de repro- y de gran envergadura, es que cuanto más
ducción del modo feudal eran tan creativas completo más tiende a explicar la estabi-
como las del capitalismo en nuestros días. lidad, al contrario de las transformaciones
Una vez que el cambio sucedió, las cosas potenciales; ese fue uno de los problemas
fueron diferentes; el lado darwiniano de con Althusser. Pienso que existen razones
extrahistóricas para la reciente preocupa-
23.– Cf. W.G. Runciman, A treatise on social theory 2, ción sobre las continuidades, por las cua-
Cambridge, 1989, pp. 449. les me siento menos convencido. La más

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importante de estas es la acentuada deca- verse en un escenario en el cual el estudio


dencia de la creencia en una alternativa al de los cambios estructurales algunas ve-
capitalismo en un futuro próximo. Creo que ces parece pasado de moda; enfatizar en el
solo ahora es cada vez más evidente que el equilibrio es, de pues, en la coyuntura ac-
análisis de las grandes transformaciones en tual, casi demasiado fácil. Sin embargo lo
la historia mundial en el último medio siglo mínimo que debemos hacer es reconocer,
fueron inconscientemente dependientes empíricamente, la fuerza considerable de
de la creencia de que el cambio futuro de situaciones de equilibrio en la historia, la
las estructuras económicas y sociales tam- tendencia documentada para que conti-
bién sería posible. Hablando como alguien núen sistemas socioeconómicos totales, de
que no cree que el capitalismo sea el úni- una forma que se autoperpetúa, frecuente-
co sistema económico posible en el futuro, mente por centenares de años. Si recono-
solo puedo lamentarme por eso, al mismo cemos eso, y estudiamos cómo se produjo,
tiempo en que observo su actual omnipre- también podemos ser capaces de identificar
sencia, incluso, sorprendente, en una época las formas en que estos enormes sistemas
de crisis económica mundial. Por lo tanto, pueden, al final, transformarse de una lógi-
mi discusión sobre el equilibrio aquí debe ca económica a otra.

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