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Judas 1:14-15 - "De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán,
diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para
hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus
obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los
pecadores impíos han hablado contra él."
Enoc 1:9 - "Mirad que Él viene con una multitud de sus santos, para ejecutar
el juicio sobre todos y aniquilará a los impíos y castigará a toda carne por
todas sus obras impías, las cuales ellos han perversamente cometido y de
todas las palabras altaneras y duras que los malvados pecadores han
hablado contra Él."
De modo que con el testimonio de nada más y nada menos que de un apóstol de
Yeshúa, quien deposita confianza en el libro tal como en cualquier otro profeta, no
debería haber duda de parte de los creyentes en las escrituras de considerar al mismo
como un libro confiable. De hecho, el libro fue muy apreciado por todos los cristianos de
los primeros siglos, hasta que gradualmente fue siendo desacreditado, y llegó al punto
de desaparecer de circulación en occidente, por siglos.
Es evidente que estos cristianos que rechazan el libro, no están actuando a acorde a
alguien en quien "dicen" creer, que es el Nuevo Testamento, específicamente el apóstol
Judas. En su rechazo al libro vemos la hipocresía que reina en estos sectores cristianos,
donde afirman creer en algo que por otro lado rechazan.
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Fragmento del libro hallado en Qumram (4Q317)
Las versiones completas del libro se encuentran en idiioma ge'ez, la lengua litúrgica de la
Iglesia Etíope, donde no dudan en que el libro debe estar en el cánon de su Biblia; para
ellos es sencillamente un libro más, a pesar de no haber sido incorporado ni por judíos ni
por cristianos.
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Apocalipsis de las Semanas (91 á 105)
Fragmentos (106 y 107)
Una de las secciones, la segunda, nos cuenta con bastante detalle las obras de los
ángeles caídos, o los Vigilantes del Cielo, quienes descendieron a la tierra para procrear
con las hijas de los hombres, naciendo así, los llamados "gigantes"; que se mencionan en
el libro de la Torah (AT) del Génesis (Génesis capítulo VI).
Fue definitivamente apartado del canon tras el Concilio de Laodicea en 364. En algún
momento posterior, la versión griega del libro se perdió, y el último en citar pasajes del
libro fue el monje bizantino Jorge Syncellus, en el siglo VIII. Es posible que la traducción al
ge'ez se hubiese realizado en el siglo VI.
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