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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

I. Duverger, Maurice. 1951. Los partidos políticos. Fondo de


Cultura Económica, México DF (3ª ed., 1965), “Introducción:
el origen de los partidos”: 15-33.

Introducción: El origen de los partidos.

La analogía de las palabras no debe conducir a errores. Se llama por igual “partidos”
a las/los:

● facciones que dividían a las repúblicas antiguas


● clanes que se agrupaban alrededor de un condotiero en la Italia del
Renacimiento
● clubes en los que se reunían los asambleístas revolucionarios, etc.

¿Acaso no desempeñan todas estas agrupaciones una misma finalidad: conseguir el


poder y ejercerlo? Los verdaderos partidos datan de apenas un siglo atrás (c. 1850).
Hacia 1850 ningún otro país conocía a los partidos políticos en sentido moderno. Los
partidos sufren profundamente la influencia de sus orígenes.

En general, el desarrollo de los partidos aparece ligado al desarrollo de la democracia:


extensión del sufragio popular y de las prerrogativas parlamentarias. Cuando más
crecen sus funciones y su independencia las asambleas políticas, más sienten sus
miembros la necesidad de agruparse por afinidades. Cuanto más se extiende el
derecho a voto, más necesario es organizar masivamente al electorado a través de
comités para dar a conocer candidatos y canalizar los sufragios.

Duverger afirma, entonces, que el nacimiento de los partidos está ligado al de los
grupos parlamentarios y los comités electorales. Pero este no es el único “origen” de
los partidos: también pueden ser “externos” al juego político-electoral.

ORIGEN ELECTORAL Y PARLAMENTARIO DE LOS PARTIDOS.

El mecanismo general de esta génesis es la creación de grupos parlamentarios y luego


la aparición de los comités electorales, para finalmente construírse una relación
permanente entre ambos elementos. SIn embargo, en la práctica, este esquema suele

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variar. Los grupos parlamentarios salieron embrionariamente de ciertas facciones


políticas.

La (i) vecindad geográfica o la cercanía parece haber dado el primer impulso de


reunión. Es el caso de la Constituyente francesa de 1789 y de los Jacobinos,
diputados bretones que tuvieron que alquilar la sala de un convento para tener
reuniones asiduas. Otro caso puede ser que los diputados se reúnen en un mismo
lugar porque tienen ideas comunes, en vez de comprobar su (ii) comunidad de ideas
después de haberse reunido a causa de su identidad de origen.

Algunos grupos se agruparon por (iii) el interés. Algunos grupos tienen un carácter
más o menos claro de sindicato de defensa parlamentaria. La preocupación por la
reelección es la principal. En algunos países, la (iv) adopción de sistemas
proporcionales (como en Suiza y Suecia) dio origen a múltiples grupos
parlamentarios.

También se encuentra la (v) esperanza por un puesto ministerial. También ayudó


la (vi) corrupción: los ministros ingleses se aseguraban sólidas mayorías comprando
los votos. Esto era casi oficial: existía en la Cámara misma una taquilla donde los
parlamentarios iban a cobrar el precio de su voto en el momento del escrutinio.

La aparición de comités electorales está directamente ligada a la extensión del


sufragio popular que hace necesaria la organización de nuevos electores. En algunos
casos, la creación de comités electorales tiende a ser una iniciativa de la izquierda:
se trata de dar a conocer nuevas élites capaces de competir en el espíritu de los
electores con el prestigio de las antiguas. La derecha tiene que seguir el ejemplo para
tratar de conservar su influencia, dándose un “contagio” de izquierda.

El mecanismo preciso de un comité electoral es difícil de describir. Muchas veces las


circunstancias locales desempeñan un papel preponderante. A veces es el mismo
candidato quien nuclea a sus amigos fieles. Otras la iniciativa fueron diversas leyes
de registro.

Una vez nacidas estas dos células madre, grupos parlamentarios y comités
electorales, basta con que una coordinación permanente se establezca entre éstos y
que lazos regulares los unan para que nos encontremos ante un verdadero partido.

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Es el grupo parlamentario el que generalmente da el paso definitivo. La primera


preocupación de un partido es extender el comité electoral a donde todavía no lo
posee. Estos nacen por un impulso central, y el mecanismo de la evolución de los
partidos se invierte. El partido “se aleja de sus orígenes” y se parece más a un partido
de origen externo.

ORIGEN EXTERIOR DE LOS PARTIDOS.

En un número grande de casos, algunos partidos son establecidos por asociaciones


ya existentes, cuya acción por lo general está fuera del campo electoral
exclusivamente.

Un buen ejemplo es el de los (i) sindicatos, especialmente el del caso del Partido
Laborista británico, nacido después de una decisión tomada por el Congreso de las
Trade-Unions de 1889 de crear una organización electoral. También está el caso de
las (ii) cooperativas agrícolas, como los casos de Europa central, Suiza, Australia.
También se da la creación por parte de (iii) sociedades del pensamiento, como es el
caso de la acción de la Sociedad Fabiana. Si bien es común que un partido surja de
un cúmulo de intelectuales, es poco probable que éste tenga base popular sólida. La
influencia de la (iv) iglesia es notoria también a la hora de formar partidos. En la
primera posguerra, fueron las (v) asociaciones de ex-combatientes las estrellas
para reclutar nuevos adherentes a los partidos. Es el caso de las “Cruces de Fuego”
en Francia, que funcionó más como una liga anti-parlamentarista y agitadora. Un
último ejemplo pueden ser las (vi) asociaciones clandestinas, como lo fueron los
Bolcheviques de principios de siglo XX y las (vii) asociaciones comerciales y
empresariales.

Sea cual sea su origen, los partidos de creación exterior presentan un conjunto de
caracteres que los opone bastante a los partidos engendrados “interiormente” (desde
el ciclo electoral). Los primeros nacen de la cima, mientras que los segundos, de la
base. Los partidos externos son más disciplinados y coherentes, ya que poseen una
organización preexistente que relaciona naturalmente a todas sus células de base.

Es la vida del partido en su conjunto la que lleva la marca de su nacimiento y la


actitud hacia los elegidos es una manifestación particular de la importancia que se

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da a las actividades electorales y parlamentarias. Los partidos externos son mucho


más desapegados a esto que los internos.

A principios del siglo XX, la creación externa se vuelve la regla (anteriormente era a
la inversa). La creación electoral y parlamentaria de los partidos corresponde a una
fase determinada de la evolución democrática: la del establecimiento progresivo del
sufragio universal. Este tipo prepondera en democracias “nuevas” que deben ser
organizadas prácticamente desde sus cimientos. Una vez constituidos los partidos,
la creación de los nuevos tropieza con la existencia de los viejos.

Los partidos internos corresponden a la creación de partidos políticos en un país


donde no existe todavía un sistema de partidos organizados. Desde que éste existe y
funciona, los partidos externos comienzan a ser la norma.

II. Schattschneider, Elmer Eric. 1964. Régimen de partidos,


Tecnos, Madrid, capítulo III, "¿Qué es un partido político?":
61-89

¿Qué es un partido político?

Tipos de organizaciones políticas

Dos clases fundamentales de organización política existen, y en Estados Unidos se


suma el partido pequeño.

Los partidos

Un partido es un intento organizado de alcanzar el poder, entendiendo por tal el


control del aparato estatal; esta pretensión lo distingue de los grupos de presión y de
los pequeños partidos cuyo interés en el poder es remoto como para que afecte su
actuación.

Los partidos son definidos en función de la lucha por el poder, por ser imposible
hacerlo a partir de cualquier otro objetivo. No existe un motivo universal para la
persecución de poder. La lucha por el poder habrá de sostenerse por medios
especiales. El método es pacífico; los partidos no arriban al poder mediante un golpe
de Estado, sino que actúan dentro de la estructura del régimen, pudiendo optar a

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voluntad por un modo de actuación. El régimen de partidos está condicionado a la


tolerancia mutua de estos y el Gobierno, es decir, a cierta relación de cortesía entre
poder y oposición.

Dispersión y concentración de votos

Lo característico de la política de partido es la maniobra en la votación de un cuerpo


numeroso dotado de poder para gobernar. El cuerpo en cuyas filas el partido
maniobra puede ser una asamblea representativa, o bien el electorado mismo,
siempre que:

a) Tenga el poder de gobernar

b) Los derechos y situación del cuerpo gobernante esté firmemente


establecidos, de forma que los miembros jueguen sin riesgo de su seguridad
personal.

c) El cuerpo gobernante sea numeroso y estime necesario actuar por votación,


preferentemente por mayoría o voto popular.

Otro método importante es el de la simplicidad: pocos miembros (puestos de acuerdo


para concentrar su fuerza de votos) pueden controlar una gran asamblea en la que
los restantes no están agrupados. Tenemos:

a) Participantes en la conspiración

b) No participantes

Los primeros presentan un frente unido y el resto acusa una marcada dispersión de
fuerza.

El “Caucus”

Se trata del coro de la política del partido. Los miembros pueden ser: el acuerdo de
cierto número pequeño es capaz de producir efectos o el número necesario para
conseguir el control depende de la dispersión de los votos de los miembros no
participantes en el caucus.

El grado de concentración que debe conseguir el caucus para poder decidir el


resultado depende del de dispersión de los votos de los no integrantes de aquel. A

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mayor dispersión menor es el grado de concentración necesario. Cualquier grupo


desorganizado mostrará una tendencia a la dispersión de su fuerza de voto que sólo
puede ser superada por planeamiento, consulta y organización. Una más amplia
distribución en el voto de un grupo desorganizado mejoraría las posibilidades de
éxito, mientras que una mayor concentración de los votantes desorganizados hará la
maniobra más fácil

Contraorganización

El caucus tendrá el camino más fácil si los no participantes están desprevenidos,


pues la dispersión máxima de su voto tendrá lugar si desconocen la confabulación:
de aquí que los primeros intentos de los partidos se llevarán a cabo en el más absoluto
secreto. La única defensa contra la organización es la contra organización. Esto hace
al caucus la victoria más difícil, pero imposible. Cuando la concentración de la fuerza
de voto es contrastada por esfuerzos organizados se inicia en un estadio avanzado
del proceso y puede decirse que el régimen de partidos está, en parte, establecido.

El efecto principal de la contraorganización es una gran intensificación de esfuerzos


del caucus. Privado, de las armas del secreto y la sorpresa, el caucus debe lograr
ahora una más amplia concentración. La oposición de turno debe aumentar también
sus esfuerzos electorales. El límite de saturación se alcanza cuando cada miembro
de la asamblea pertenece a un campo u otro y es reconocido como tal por ambas
partes.

La contraorganización supone un obstáculo, pero facilita, a la vez, la labor del caucus.


Llevado a sus últimas consecuencias, el proceso limita al votante a la elección de uno
o dos. Esto es una ventaja, ya que el partido debe conseguir una mayoría para ganar.
Epr es una ventaja porque los votantes solo poseen dos opciones. El partido así tiene
la certeza de conseguir libremente una cantidad importante de votos no solicitados,
por la sencilla razón de que los electores indiferentes se hallan limitados en
posibilidades. El secreto del éxito de los partidos es que la ingenuidad de los que
miran tras las barreras y de los no participantes contribuyen normalmente a la buena
marcha de los planes de la dirección del partido.

La intensificación de la lucha entre caucus rivales tiene dos efectos, principalmente:


primero el área de competencia tiene gran extensión, el movimiento de los partidos
que empieza en una asamblea parlamentaria se extiende al país. El país que primero

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invada y participe en las elecciones, obtendrá una ventaja decisiva sobre sus
oponentes. Una vez el aprtido activa el electorado se abre un vasto campo de acción.

La evolución del sufragio, íntimamente asociada a una intensificación de la


organización del partido en el electorado, ilustra el segundo aspecto del universo
expansivo de la política.

Expansión del electorado

¿En qué dirección puede orientarse favorablemente el electorado? Hacia nuevos


votantes que no estén ligados a un partido. En la búsqueda de nuevos sectores de
población que puedan ser explotados, los partidos han mantenido el movimiento de
liberalización del derecho a voto muy por delante de la demanda.

¿es difícil la labor del partido en el electorado? Los esfuerzo iniciales deben haber
sido extraordinariamente fructíferos: un campo previamente inexplorado, ninguna
competencia, un electorado relativamente pequeño incluyendo una gran proporción
de no votantes…

Los partidos con el tiempo se vieron obligados por la competencia existente a


organizar el electorado. La Intensificación progresiva de la organización dio lugar al
partido moderno. La evolución se da en la actuación del partido en el Congreso y el
desarrollo del mismo en el electorado. El carácter rudimentario de los partidos en
USA puede verse en el hecho de que se apoyan ampliamente en el patronazgo para el
montaje de la organización y sus demandas de contribución en dinero o colaboración
en sus distritos electorales son ridículamente pequeñas.

Simplificación de las alternativas

Reducción del número de candidatos en las elecciones en todas las esferas de la


administración aunque es verdad que los partidos controlan todo. La característica
de una elección dominada por los partidos es una drástica limitación del número de
candidatos y una alta concentración de votos.

La inmovilidad e inercia de las grandes masas es algo más que clave en política. Esta
característica fuerza de la gente a someterse a una gran canalización de la expresión
de su voluntad y debido al número, no falta de inteligencia. Los partidos toman del
pueblo poderes que son meramente teóricos. Las personas son soberanos cuyo
vocabulario está reducido a las palabras “sí” o “no”. Solo pueden hablar cuando los
interlocutores las interpretan (los partidos). Los partidos son posibles por las

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limitaciones naturales del comportamiento de un gran número de personas. Cuanto


mayor son los números en funciones, más necesarios llegan a ser los partidos para
la organización y dirección de la política.

Lo que no son los partidos

Los partidos son cualquier cosa menos asociaciones de los electores que apoyan a
sus candidatos. El concepto de partido como asociación de masas de partidarios
carece de base histórica y tiene poca relación con el hecho de la organización.

La afiliación a un partido no tiene ninguna de las características de la afiliación a


una asociación. En la mayor parte de los Estados el partido carece de control sobre
sus miembros. El miembro no asume obligaciones para con el partido, no paga cuota
de afiliación, no tiene obligaciones que cumplir en carácter de miembro y ni siquiera
se le exige que vote. La afiliación es bastante ficticia porque carece de control sobre
sus miembros y estos de obligaciones para con el mismo.

Lo que el partidario ha adquirido como consecuencia del intento de los partidos de


identificarse con él es una muy literaria serie de “derechos”. La legislación que regula
las elecciones directas primarias se basa en una concepción del partido como
asociación de todos lo seguidores. La finalidad de la legislación es utilizar la autoridad
del Estado para proteger el derecho de los miembros al control del partido. El
miembro ha adquirido, el interesante status de pertenecer a una asociación en la que
no tiene sino derechos. El partidario casi siempre ha sido meramente un seguidor y
eso es todo.

Las elecciones como medio para conseguir el Gobierno

Los partidos deben designar candidatos para los puestos electivos. El partido se
convierte por tanto, en un proceso alrededor de las elecciones. Los grupos de presión,
generalmente ignoran las elecciones o ci participan en contiendas electorales no lo
hacen designando candidatos propios. Los partidos pequeños usan las elecciones
como punto de partida para su agitación pero no pretenden seriamente ganarlas, en
cambio los grandes si.

El sistema de partidos está profundamente influido por los procedimientos de


elección. Tienen de puestos electivos, forma de contabilidad de votos, etc. En un
régimen de dos partidos estos deben probar ganar una mayoría de votos para
emprender cualquier cosa.

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Renunciar a hacer concesiones y a desarrollar un programa multilateral significa,


renunciar a competir por el poder. Un líder político hábil con perspectivas de
conseguir el control del Gobierno está en posición de imponer concesiones a los
intereses.

Los partidos pequeños pueden desarrollar una serie precisa, homogénea y


consistente de principios un un programa trazado para poner en ejecución aquellos
no necesitando conciliar una multitud de intereses incompatibles, dado que no
pretenden ganar elecciones. Un partido de grandes dimensiones moviliza una
mayoría con el fin de conseguir el control del Gobierno y acepta la responsabilidad
de la dirección de la política estatal: son los dos procesos ,más significativos de la
democracia. Esta responsabilidad es eludida por organizaciones políticas como los
grupos de presión o partidos pequeños.

Designación de candidatos

Esta es la actividad más importante del partido. La cuestión es designar un candidato


aceptado por el partido y debe considerarse legítimo.

III. Bobbio, Norberto. 2002. “Los partidos políticos en


Inglaterra”, en Bobbio, Norberto, Entre dos repúblicas. En los
orígenes de la democracia italiana, Siglo XXI, Buenos Aires:
48-69 [pp. 21].

1.

La historia constitucional de Inglaterra es una historia paradigmática. En su


desarrollo pacífico y gradual pasó a través de varias fases de evolución que han sido
unos verdaderos modelos constitucionales para su elaboración doctrinaria y para su
aplicación práctica a una realidad política diferente. La constitución inglesa es un
producto natural e inconsciente de la historia misma del pueblo inglés.

Según Montesquieu, Inglaterra había producido naturalmente lo que en la Europa


continental se había elaborado a través de un escritor francés (él mismo): la división
de poderes. La reforma electoral inglesa de 1832, al conectar de manera más sólida

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la cámara de los comunes con el cuerpo electoral, creó las condiciones para el
establecimiento de un estado cada vez más democrático. En la constitución inglesa
convivían perfectamente la división de poderes, la monarquía constitucional y la
democracia parlamentaria.

Los imitadores continentales copiaron este modelo una vez que en el propio país de
origen se volvió ya insuficiente.

2.

Las constituciones continentales se pueden comparar con una máquina que se


somete de vez en cuando a desgaste técnico, y cuando la máquina que se somete de
vez en cuando a desgaste técnico, y cuando la máquina ha envejecido hay que
cambiarla íntegramente. La máquina inglesa es semejante más bien a un cuerpo
orgánico que, encontrándose en un ambiente favorable y con una nutrición
abundante, se desarrolla y robustece de manera autónoma y supera por sí mismo las
crisis, como si fuera nuevo.

Dice Bobbio que la historia constitucional francesa es la historia de la adaptación de


máquinas siempre estropeadas, mientras que la inglesa es la historia de la progresiva
evolución de formas nuevas.

3.

El parlamento de la Inglaterra de hoy en día ya no es el órgano soberano. El centro


político del país se ha desplazado hacia abajo en dirección al cuerpo electoral, o hacia
los partidos que lo dirigen, y hacia arriba en dirección al gobierno que es la emanación
del partido que tiene la mayoría. El parlamento ya no tiene la función de centro
político, sino simplemente de puente de transición o punto de conexión entre dos
centros políticos que se mantienen fuera del mismo.

En un régimen parlamentario puro, el parlamento debe ser una cuenca recolectora.


En el régimen inglés, es sencillamente un canal de enlace entre pueblo y gobierno. El
PM de Inglaterra es elegido indirectamente por el pueblo ya que en el momento en
que el elector inglés echa en la urna su boleta en la que manifiesta su preferencia por
un partido, al mismo tiempo que vota por un parlamentario vota por un PM. El PM

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es responsable ante el pueblo; el parlamento si produce moción de desconfianza no


hace que el gobierno dimita.

El poder que le viene al gobierno del cuerpo electoral, regresa del gobierno al cuerpo
electoral. Entre gobierno y pueblo se establece una relación de dar y recibir, en la
cual corresponde al parlamento el ejercicio de la función de jefe de contabilidad para
impedir que las cuentas salgan mal. El gobierno es la expresión del partido que
obtuvo la mayoría de las elecciones, y lo componen los líderes del partido. La mayoría
parlamentaria está prensada entre la organización del partido que está fuera del
parlamento y la presiona desde abajo y los líderes partidarios que son gobierno y la
presionan desde arriba.

Ya no son los Comunes los que controlan al gobierno, sino es el gobierno el que,
apoyado en la organización extraparlamentaria del partido controla a los Comunes -
gracias a la disciplina partidaria-. El elector no conoce de candidatos sino de
partidos. El parlamento ya no es una asamblea soberana sino una de debates.

“En la monarquía constitucional, el rey reina pero no gobierna. En el actual sistema,


el parlamento habla pero no decide”. Discute cuestiones importantes pero no es él
mismo quien las resuelve. Es un canal de enlace, no una cuenca colectora. La gran
cuenca colectora ahora es el partido ganador.

4.

La organización de partidos políticos es el fenómeno más resonante y más


característico de las democracias modernas. Fue en Inglaterra donde se dio la
primera organización partidaria, hacia mediados del siglo XIX. La primera experiencia
fue la del Partido Liberal, siguiéndole la del Partido Conservador. Lo que determinó
la formación de los modernos partidos fue la extensión del sugragio a categorías de
ciudadanos cada vez más amplias.

Antes de la Reform Act1 de 1832, la que extendió el sufragio, no existían partidos


organizados fuera del Parlamento en Inglaterra. Los electores, pocos en número, no

1
La ley le otorgaba bancas en la Cámara de los Comunes a las ciudades grandes que habían surgido durante la Revolución
Industrial, y le quitaba bancas a los denominados "rotten boroughs" ("burgos podridos", ciudades despobladas que continuaban
teniendo su representación de origen medieval). La ley también aumentó el número de individuos habilitados para votar,

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eran partidos sino clientelas. Desde 1832, los primeros embriones de organización de
partido fueron representados por las asociaciones de registro: facilitadoras de la
inscripción de los electores en las listas electorales, viendo el hecho de que los
procedimientos para la inscripción eran bastante complejos.

Es evidente que estas sociedades de registro, movidas en última instancia por una
finalidad de partido, mientras prestaban su servicio para inscribir trataban de excluir
de las listas los de los presuntos adversarios. Todavía tales asociaciones no tenían ni
de cerca la función más importante del partido: la selección de los candidatos
políticos.

El inicio de una organización de partido en plena forma se hace remontar a la


segunda gran reforma electoral de la constitución inglesa que tuvo lugar en 1867.
Fue en Birmingham donde, por iniciativa de J. Chamberlain, se constituyeron las
primeras asociaciones representativas del partido liberal, tomando el barrio como
base territorial tal y como luego habría de consolidarse en la organización posterior
de los demás partidos.

En el congreso de 1877 se propuso unir a todas las asociaciones liberales del país en
una federación nacional que habría de ser considera como un parlamento liberal por
fuera del parlamento imperial. El partido conservador había constituído en el mismo
año de la segunda reforma una unión nacional de las asociaciones conservadoras y
constitucionales.

5.

Si bien el principio democrático de la ampliación del sufragio había sido la razón de


ser de las asociaciones extraparlamentarias de los partidos, el mismo principio
democrático, entendido como principio de la representatividad del poder, constituía
el criterio regulador de su organización. Democracia y organización de los partidos
estaban vinculadas por partida doble:

aumentando la masa del electorado desde unos 500,000 a 813,000, y permitiendo así que uno de cada seis hombres adultos
votaran, en una población total de 14 millones de personas.
El título completo es Una ley para modificar la representación del pueblo en Inglaterra y Gales. La ley solo se aplicaba a
Inglaterra y Gales; otras leyes de reformas fueron aprobadas ese mismo año para Escocia e Irlanda. 1 Debido a que otras
modificaciones fueron aprobadas posteriormente durante el siglo XIX; la ley de reforma de 1832 a veces es denominada la
Primera, o la Gran ley de reforma.

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● La democracia había auspiciado el nacimiento de estas organizaciones y


garantizaba su existencia

● La asociación de partido había nacido de la democracia y tenía que ser


constituida sobre la base de la regla democrática de la representación.

Los partidos nacidos en democracia debían ser ellos mismos democráticos, so riesgo
de contradecirse internamente. En todo partido se encuentran enfrentadas dos
partes: el partido de los partidarios que tomaba su fuerza de la presión que la
organización podía ejercer sobre los líderes, y el partido de los líderes que se apoyaba
en la autoridad que emana de la tradición parlamentaria.

6.

Lowell, en su ensayo sobre el gobierno inglés que escribió en los primeros años del
siglo XX dedicaba particular atención al fenómeno de la organización de los partidos.
Lowell no había prestado atención a un nuevo partido: el laborista, nacido en 1906.
Ese partido surgió en un momento en el que el parlamento se consolidaba, pero no
surgió de esa misma institución. La política del partido laborista, a diferencia de los
otros partidos, se hacía en los comités o en los congresos de las Trade Unions, fuera
del parlamento.

También al ser los candidatos laboristas personas de menores ingresos debían cubrir
la dependencia económica mediante otro tipo de acciones. El grupo parlamentario
era un instrumento para alcanzar las finalidades de partido que se determinaban y
elaboraban fuera del parlamento. El candidato es delegado de partido, no
representante del pueblo. Debe someterse a la disciplina partidaria.

7.

Los dos partidos “pulmones” de la democracia inglesa hoy día -conservador y


laborista- son dos etapas sucesivas del proceso evolutivo del ordenamiento británico:
la etapa en que, dado que la dirección política está exclusivamente en manos de los
líderes parlamentarios en su calidad de ocupantes de un escaño, la función del
partido extraparlamentario se reduce a una organización con finalidades

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exclusivamente electorales; y la etapa en que, a través del poder alcanzado por


organizaciones del partido, el partido ya no es solamente una organización con fines
electorales sino que es un organismo político estable en plena forma, cuyas miras
son formular, propagar e imponer una determinada orientación política al país -etapa
de la organización del partido laborista.-

8.

Las diferencias de estructura entre partido conservador/partido laborista son que


hoy día el partido laborista es un partido ideológico, mientras que el conservador lo
es de gobierno. El conservador tiene proyectos, el laborista, fines. La fuerza del
conservadurismo es la tradición, y la del laborismo, el futuro.

9.

El partido hoy día no es sólo el órgano motor de la democracia sino también, por su
misma constitución, es el principal factor que da origen a una educación política
democrática, porque estimula energías adormecidas, dirige energías voluntariosas,
etc. El partido no puede ser un fin para sí mismo. En democracia, todo partido debe
ser medio para lograr la perfección democrática.

10.

La enseñanza de la constitución inglesa es la necesidad de grandes partidos


organizados democráticamente al servicio de la democracia. El gobierno es fuerte y
ello es producto de esa estructura partidaria.

La constitución inglesa es como un oráculo: admirable por lo que dice, peligrosa


por lo que los pobres mortales entienden. Es preciso escucharla con respeto pero
también es prudente intentar de vez en cuando hacer algo por uno mismo.

IV. McKenzie, Robert, 1960, Partidos políticos británicos. La


distribución de poder dentro de los partidos Conservador y
Liberal, Taurus, Madrid: 22-42, [pp. 20].

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El objeto de estudio del libro es examinar la distribución del poder dentro de los dos
principales partidos políticos ingleses.

I. Introducción.

Desde finales del siglo XVIII nos son familiares dos nombres de partido: “whigs” y
“tories” pero estos no son partidos formales ni este es un sistema bipartidista todavía.
Según Namier, los miembros del parlamento de aquella época se pueden calificar en
tres amplias categorías:

● El séquito de los tribunales y de la administración, los funcionarios y


ministeriales;

● Los hacendados y

● Las facciones políticas en lucha por el poder. Aquí están, para Namier, los
primeros precursores de los partidos.

El partido es hoy día el factor que domina la política británica. Dentro del Parlamento,
las líneas del partido están trazadas rígida y estrictamente. En las divisiones más
importantes, los Whips (diputados encargados de la disciplina dentro del partido)
pueden predecir casi con seguridad cómo votará cada uno de los miembros presentes.
No quedó entre los comunes ni un solo miembro independiente. La organización
extraparlamentaria del partido ahora tiene una inmensa importancia.

El moderno sistema de partidos es un producto directo de la ampliación del


electorado. La ley de reforma de 1832 tuvo escasas consecuencias inmediatas sobre
la composición social de los Comunes. No obstante, la reforma marcó el principio del
fin de los Comunes como un círculo cerrado en el que grupos y facciones dentro de
las clases gobernantes se disputaban el poder.

Conforme se iba ampliando el electorado, los parlamentarios hubieron de entregarse


cada día más a la tarea de controlar el apoyo popular para sí mismos entre los
votantes que acababan de adquirir tal derecho. Su tarea era conseguir apoyo sin
sacrificar su propia libertad de acción dentro del parlamento.

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Los comienzos del partido de masas fueron bastante seguros; las Sociedades de
registro creadas después de 1832 tenían como finalidad asegurar simplemente que
todas aquellas personas con derecho a votar pudiesen comprobar sus nombres en
las listas. Como dice Ostrogorski, el registro se convirtió en un resquicio a través del
cual los Partidos, hasta entonces confinados en el Parlamento, se labraban su camino
en las circunscripciones y cubrían gradualmente el país entero con la red de su
organización. Este autor también argumentaba que el sistema de caucus 2 que
implementaban socialistas y laboristas iba a obstruir lo mejor del parlamentarismo
inglés.

Los dos dirigentes parlamentarios de los dos partidos más antiguos lograron sujetar
y controlar de tal manera sus respectivas organizaciones de masas que el naciente
partido laborista llegó a convencerse de que eso era la prueba decisiva del carácter
antidemocrático de estos dos partidos. Para los laboristas, las conferencias
conservadoras son solamente demostraciones, no conferencias de partido.

Los laboristas en el Parlamento no eran un simple partido político; eran la emanación


parlamentaria del Movimiento laborista. Los conservadores acusan a los laboristas
de no ser más que el portavoz de la organización que les dio vida.

El autor retoma a R. Michels: los partidos conservadores no son auténticamente


democráticos. Estas organizaciones caen víctimas de la “ley de hierro de la oligarquía”
(significa que quienes ocupan cargos de autoridad de una organización no son
controlados por quienes ocupan posiciones subordinadas dentro de la misma). Los
dirigentes se ven limitados (al igual que un escultor) por la naturaleza del material
con el que trabajan; pero el material (la masa de miembros de la organización) no
tiene influencia sobre los líderes.

Michels señala dos razones de este estado de las cosas: una técnica y otra psicológica.
La técnica se basa en que hay una inevitable división del trabajo en cualquier
organización de gran tamaño. La psicológica es que hay un sentimiento de necesidad

2
¿Qué es un caucus?

Es una reunión asamblearia en la que sus miembros deciden a qué candidato votar. Son convocados por cada
partido en cada precinto electoral, distrito o condado, por la tarde. A diferencia de las primarias, que cuentan con
un horario de votación, los caucus pueden durar varias horas desde que las asambleas comienzan a debatir.

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de dirección y guía entre los miembros numerosos de una organización, y la gratitud


que tal guía conlleva.

V. Lipset, Seymour M. y Rokkan, Stein. 1992. “Estructuras de


división, sistemas de partidos y alineamientos electorales” en
Batlle, Albert (editor), Diez textos básicos de ciencia política,
Ariel, Barcelona: 231-273 [pp. 42].

Estructuras de división, sistemas de partidos y alineamientos electorales.

I. FORMULACIONES INICIALES.
II. LA TRANSFORMACIÓN DE ESTRUCTURAS DE DIVISIÓN EN PARTIDOS.
III. CONSECUENCIAS PARA LA SOCIOLOGÍA POLÍTICA COMPARADA.

I. FORMULACIONES INICIALES.

TEMAS PARA EL ANÁLISIS COMPARADO.

Los análisis reunidos en este trabajo abordan una serie de cuestiones fundamentales
para la sociología política comparada. El primer grupo de temas se relaciona con la
génesis del sistema de contrastes y divisiones en una comunidad nacional; el segundo
se centra en las condiciones para el desarrollo de un sistema estable de divisiones y
oposiciones en la vida política nacional; y el tercero se refiere al comportamiento de la
masa de ciudadanos corrientes en los sistemas de partidos resultantes.

Los autores analizan desde variadas aristas doce sistemas competitivos, diez de los
cuales son occidentales. Los casos que no lo son son Brasil y Japón. Todos los
análisis tienen una dimensión histórica. Los partidos tienen una historia, y
también la tiene el conjunto de alternativas que ofrecen al electorado.

Lipset y Rokkan efectúan su análisis en varias etapas:


● Primero se consideran los procesos iniciales para llegar a la política competitiva
y a la institucionalización de las elecciones masivas

17
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

● Luego se desenreda la maraña de divisiones y oposiciones que produjeron el


sistema nacional de organización de masas para la acción electoral

Solo entonces podremos aproximarnos a cierta comprensión de las fuerzas que


producen los alineamientos actuales de votantes que están detrás de las alternativas
históricamente dadas. Lo habitual es que se enfrenten a elecciones entre paquetes
históricamente dados de programas, compromisos, actitudes, etc.

Objetivo: la tarea que se proponen Lipset/Rokkan (en adelante, L/R) es elaborar


modelos realistas que puedan explicar la formación de los diferentes sistemas de
paquetes bajo diferentes condiciones de desarrollo socioeconómico y de política
nacional.

EL PARTIDO POLÍTICO: AGENTE DE CONFLICTO E INSTRUMENTO DE


INTEGRACIÓN

Partido ha significado en la historia occidental división, conflicto y oposición dentro


de un cuerpo político. Deriva etimológicamente de “parte” y desde que apareció por
primera vez en el discurso político (a finales del medioevo) ha conservado siempre
ésta referencia a un conjunto de elementos en competición/discusión con otra serie de
elementos en un conjunto unificado.

También los partidos han servido como agentes esenciales de movilización y han
ayudado a integrar comunidades locales en la nación. Esto sucedió con los primeros
sistemas de partidos competitivos y sigue siendo básicamente cierto en las naciones
con partido único de la era poscolonial.

El proceso de integración nacional puede analizarse en los sistemas de partidos


competitivos en dos niveles: 1. Cada partido establece una red de canales de
comunicación locales conectados, ayudando a reforzar identidades nacionales; 2. A
su vez, por su misma competitividad, ayuda a emplazar el sistema nacional de
gobierno por encima de cualquier grupo concreto de funcionarios (esto le da
autonomía al Estado y lo protege de los agravios, dirigiéndolos hacia los partidarios
concretos).

18
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Ross y Simmel han estudiado el papel integrador de los conflictos institucionalizados


en los sistemas políticos. La creación de canales regulares para la expresión de los
conflictos de intereses ha ayudado a estabilizar la estructura de un gran número de
Estados-nación. La apertura de canales para expresión de conflictos (sean manifiestos
o latentes) entre las clases asentadas puede haber desequilibrado algunos sistemas
en su primera fase pero a la larga fortaleció el cuerpo político.

Esta dialéctica de conflicto-integración es básica para el análisis de L/R. Se


pretende abordar a los partidos como alianzas en conflicto sobre políticas y
fidelidades a valores dentro de un cuerpo político más amplio. Los partidos ejercen
“doble fascinación” al sociólogo: a. Ayudan a cristalizar y a hacer explícitos los
intereses contrapuestos y los contrastes y tensiones latentes de la estructura social
existente y fuerzan a los ciudadanos a aliarse entre ellos por encima de las líneas de
división estructurales así como a establecer prioridades entre sus fidelidades.

Las funciones de los partidos:

● Los partidos tienen una función expresiva: elaboran una retórica para la
traducción de los contrastes de la estructura social y cultural en exigencias y
presiones para la acción-no acción.

● También tienen funciones instrumentales y representativas: fuerzan a los


portavoces de los diversos puntos de vista e intereses contrapuestos a llegar a
acuerdos, a escalonar peticiones y a agregar presiones.

Empezaremos revisando una fuente lógicamente posible de tensiones/oposiciones en


estructuras sociales y pasaremos luego a elaborar un inventario de los ejemplos
empíricamente existentes de expresiones políticas de cada tipo de conflictos.

DIMENSIONES DE DIVISIÓN: UN MODELO POSIBLE.


El sistema AGIL (AOIL, en español: Adaptación, Logro de Objetivos, Integración,
Latencia3) de T. Parsons para la clasificación de las funciones de un sistema social

- A: SUBSISTEMA ADAPTATIVO: LA ECONOMÍA. Externo-instrumental.

- O: LOGRO OBJETIVO: LA POLÍTICA-ESTADO. Externo-consumador.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

aporta un punto de partida útil para un inventario de las bases potenciales de la


división.

Solo interesan a L/R los intercambios I-O (ver nota al pie nro. 3) en cuanto fomentan
el desarrollo de los sistemas de partido competitivos y los intercambios I-L en la
medida en que ayudan a establecer vínculos claros de pertenencia, identificación y
disposición a la movilización entre ciertos partidos y ciertas categorías de sujetos y
familias.

De acuerdo al sistema parsoniano, hay tareas múltiples en esta investigación de los


clivajes que dieron lugar a los sistemas de partidos actuales:

A. Hay que examinar la estructura interna del cuadrante I en una serie de


sociedades territoriales: ¿qué divisiones se habían manifestado en la
comunidad nacional?

B. Hay que comparar series de intercambios I-O para localizar regularidades en


el proceso de formación partidaria. ¿Cómo encontraron expresión política las
divisiones heredades y cómo la organización territorial del Estado-nación etc
influyeron en la formación de alianzas?

C. Estudiar la consecuencia de estos fenómenos para los intercambios I-L. ¿Qué


identidades comunes forjaron a los partidos?

D. La tarea final es aplicar todos los datos al análisis de los intercambios L-O en
el funcionamiento de las elecciones y el reclutamiento de representantes.
¿Hasta qué punto las distribuciones electorales reflejan divisiones
estructurales en la sociedad concreta de que se trata?

- I: SUBSISTEMA INTEGRADOR: EL PÚBLICO. Interno-consumador. [Es el lugar donde se forman los partidos
en las democracias de masas, p. 240]

- L: MANTENIMIENTO DE PAUTAS (FAMILIA/ESCUELA). Interno-instrumental.

Esquema 10.1, página 238.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Hay un modelo de tres fases del proceso de formación de la nación:

FASE 1. Los esfuerzos de penetración y regularización del centro nacional


aumentan las resistencias y plantean problemas de identidad cultural.
Tensiones en O-L.

FASE 2. Las oposiciones locales a la centralización producen alianzas entre


las comunidades: los destinos comunes de las familias de L generan
asociaciones y organizaciones en I.

FASE 3. Las alianzas en I entran en O y logran cierto control, no solo del uso
de recursos nacionales centrales (intercambios A-O) sino también sobre la
canalización de los flujos de legitimación de L a O.

DIMENSIONES DE DIVISIÓN Y ALIANZAS.

Dos dimensiones de división: cultural territorial y funcional.

Las oposiciones puramente territoriales raras veces sobreviven a las ampliaciones del
sufragio. En Gales, la oposición al dominio territorial-cultural inglés retrasó la
identificación de clase (¿sería división funcional?)

LAS DOS REVOLUCIONES

Las oposiciones territoriales limitan el proceso de formación nacional. Las


oposiciones funcionales solo pueden desarrollarse después de cierta consolidación
inicial del territorio nacional. Surgen con la comunicación e interacción creciente
entre las localidades y las regiones, y se difunden a través de la movilización social.

Hay cuatro líneas de división críticas:

● Dos de ellas son producto directo de la REVOLUCIÓN NACIONAL: (i)el conflicto


entre la cultura central de la nación y la resistencia de poblaciones sometidas
provinciales y periféricas, étnicas, etc; (ii) y entre Estado-privilegios
corporativos.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

● Otras dos son producto de la REVOLUCIÓN INDUSTRIAL: (iii) el conflicto entre los
intereses terratenientes y la clase emergente de empresarios industriales; (iv)
y el conflicto entre propietarios/patronos rurales vs. obreros, jornaleros, etc.

Fuente: https://politicaymedios.net/la-teoria-del-cleavage-lipset-y-rokkan/

Conservadores y liberales reflejaban una oposición entre dos orientaciones


valorativas: el reconocimiento del estatus heredado y el espíritu del hombre laborioso
(caso inglés). Esta sociedad rápidamente pudo conciliar ambos estatus gracias a la
movilidad social. En otros países la división rural-urbano siguió conformándose
hasta bien entrado el siglo XX.

DIVISIONES EN ESTADOS PLENAMENTE MOVILIZADOS.

Las cuatro divisiones críticas descritas de acuerdo con el paradigma parsoniano eran
movimientos de protesta contra la élite nacional establecida y sus pautas culturales,
y formaban parte de una amplia oleada de emancipación y movilización. En estados
plenamente movilizados fueron otros tipos de alineamientos de protesta: la reacción
fue contra “nuevas elites”. Los casos más resonantes fueron el fascismo italiano y el
nazismo alemán.

Todos han sido nacionalistas, y quisieron cambiar el eje O. Quisieron sustituir el


sistema pluralista por uno de distribución más autoritario. Se encuentran en los
intercambios O-I, por fuera de la política competitiva. Fue la rebelión del kleine Mann
contra los grandes intereses.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

II. LA TRANSFORMACIÓN DE ESTRUCTURAS DE DIVISIÓN EN LOS


SISTEMAS DE PARTIDOS.

Tiene que haber lugar para la formación de grupos de protesta y de alianza y tiene
que haber un conocimiento de los costes de las alianzas para los distintos grupos.

LOS CUATRO UMBRALES.

Hay cuatro umbrales para cualquier movimiento que se pretenda legítimo.

1. el de LEGITIMACIÓN
2. el de INCORPORACIÓN
3. el de REPRESENTACIÓN
4. el del PODER DE LA MAYORÍA 4

LAS NORMAS DEL JUEGO ELECTORAL.

Los primeros sistemas electorales establecieron un umbral elevado para los partidos
que surgían. Esto generó lo que Sartori llama el pluralismo centrífugo: movimientos
políticos por fuera de la política y varios partidos opuestos dentro de la misma.

III. CONSECUENCIAS PARA LA SOCIOLOGÍA POLÍTICA.

Los sistemas de partidos de los ‘60 representan los clivajes y pugnas de los ‘20. A
excepción de los países totalitarios, las alternativas de partido más importantes se
establecieron para cada ciudadanía nacional durante las fases de movilización
inmediatamente anteriores o posteriores a la ampliación final del sufragio y se han
mantenido más o menos igual.

4
Esquema de esta teorización en p. 260/261.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

VI. Przeworski, Adam. 1988. Capitalismo y


Socialdemocracia. Alianza, Madrid, capítulo 1: “La
socialdemocracia como fenómeno histórico”: 17-60 [pp. 43].

Capítulo 1 -La socialdemocracia como fenómeno histórico.

La decisión de participar.

La cuestión era si participar en el juego político o no. Los derechos políticos eran
meramente formales cuando iban acompañados de la obligatoriedad y la desigualdad
imperantes en el reino de lo social. Tal como nació en 1850, el socialismo era un
movimiento que había de completar la revolución comenzada por la burguesía
quitándole “poder social”. El tema recurrente del movimiento socialista desde ese
momento ha sido la idea de ampliar el principio democrático.

Debido a que la democracia ya estaba presente en las instituciones políticas, los


medios por los que debía llegar el socialismo eran una elección: construir una
sociedad socialista independiente del mundo burgués. A medida que la sociedad
industrial fue expandiéndose, la idea de total independencia no se pudo sostener
más. La elección estaba ahora entre la acción directa y la política.

Marx afirma que los trabajadores debían organizarse como partido político con el fin
de conquistar el poder y llevar a cabo la sociedad socialista pero la cuestión más
acuciante era si debían aprovecharse de las instituciones existentes o derribarlas y
hacer unas nuevas. Los anarquistas rechazaron rotundamente la propuesta. Los que
se hicieron socialistas fueron los que decidieron utilizar los derechos políticos de los
trabajadores en las sociedades donde los habían logrado. La cuestión principal, una
vez que los socialistas se acercaron a las instituciones burguesas, era la de si la
burguesía habría de respetar su propio orden legal en caso de que el socialismo
triunfara en las urnas. Una vez los socialistas en el poder, ¿sería necesaria la
revolución?

Estas dudas hicieron que la participación electoral socialista fuera cauta. Utilizaron
el momento electoral solo para fines propagandísticos, con la firme convicción de no
establecer alianzas. Las elecciones habían de utilizarse tan solo como un foro ya

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

organizado para la organización, agitación y la propaganda. Sin embargo, los que se


oponían a la participación eran mayoría. “Las elecciones, una trampa para tontos”,
decía Sartre en los 70.

Capitalismo democrático y participación política.

La abstención electoral nunca fue opción viable para los partidos obreros. Siempre y
cuando la competición democrática ofrezca a los diferentes grupos una oportunidad
de hacer progresos, se tiene que aprovechar la oportunidad.

El capitalismo es una forma de organización social de la producción y el


comercio, basada en una avanzada división del trabajo que se orienta hacia las
necesidades de los demás, hacia el comercio. Nadie puede sobrevivir por sí mismo.
El producto es de propiedad privada. Los capitalistas, que se apropian de los
beneficios, deciden cómo distribuir el producto. Tales asignaciones dependen de la
competencia entre capitalistas y del sistema político. Ante la impotencia obrera frente
a patrones, la democracia política da a los obreros la oportunidad de luchar por
algunas de sus demandas.

La política electoral es el mecanismo a través del cual todos pueden como


ciudadanos expresar sus exigencias de bienes y servicios. Si bien como obrero y
productor inmediato un hombre no puede exigir, como ciudadano puede dar curso
a sus exigencias a través del sistema político. En su papel de ciudadano, distinto del
de productor directo, el trabajador puede intervenir en la organización de la
producción y la distribución de los beneficios.

Los capitalistas pueden buscar el logro de sus intereses en el curso de su actividad


diaria dentro del sistema de producción. Por el contrario, los obreros pueden dar
curso a sus exigencias solo colectiva e indirectamente. La participación puede ser
muy útil en este sentido. “Los ideales revolucionarios pueden mover la historia, pero
no sirven ni para comer ni para cobijarse”.

Si los obreros quieren hacer uso de la oportunidad que les ofrece la democracia,
tienen que organizarse como participantes. Las derrotas de las huelgas y demás
medidas de fuerza movieron a los líderes socialistas y a los obreros a optar por la
táctica electoral. Además, la participación era necesaria porque, como resultado del

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

sufragio universal, masas de individuos pueden tener un efecto político sin estar
organizados. Si los obreros no se organizan como clase, puede que sigan otra pauta
de identificación (Iglesia, etc).

“Las únicas organizaciones duraderas son las que eligen participar en las
instituciones burguesas”.

Participación electoral y organización de clase.

La cuestión que no se agota es la de si la implicación en la política electoral puede


conducir al socialismo o si refuerza el orden social existente. La participación imprime
una determinada estructura a la organización de los trabajadores como clase. La
lucha politica no la llevan a cabo las masas a través de la acción directa sino que está
en consonancia con la estructura del estado burgués, a la manera representativa.

El primer efecto de la estructura del estado burgués es que los asalariados se


forman como clase en una serie de organizaciones independientes y frecuentemente
competitivas (sindicatos o partidos). Un rasgo distintivo del capitalismo es la
individualización de las relaciones de clase tanto en la política como en la ideología.
El segundo efecto es que las relaciones dentro de la clase se estructuran como
relaciones de representación. Así es como se desmoviliza a las masas.

El dilema de la organización es grande también. ¿Cómo combatir el


aburguesamiento de los socialistas?

Para conseguir otros votos que no sean los socialistas un partido no puede ni parecer
irresponsable ni dar ningún indicio de no ser sincero en cuanto a su compromiso.
Los partidos socialdemócratas reconocieron en la democracia política un valor que
trascendía las diversas formas de organización de la producción. Bernstein hasta veía
en el socialismo a la misma democracia llevada a su conclusión lógica.

Para los socialdemócratas, la democracia parlamentaria pasó a ser a la vez un medio


y un fin, el vehículo hacia el socialismo y la forma política de la futura sociedad
socialista.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

La promesa de elecciones.

Los socialistas entraron en el juego de la política burguesa para ganar elecciones y


para llevar a cabo el sueño y la esperanza socialistas. Entraron en el juego electoral
porque tenían que preocuparse por la inmediata mejora de la situación obrera, pero
en el largo plazo entraron para llevar a cabo la llegada del socialismo. La revolución
se haría en las urnas.

En cuanto se permitió que prescribieran las leyes antisocialistas, el Partido


Socialdemócrata Alemán pasó a ser, en 1890, el mayor partido del país con un 19,7%
del voto. Lo mismo sucedió con el partido socialista finlandés, a inicios del siglo XX.
Las fuerzas del socialismo crecían de elección en elección. Otro pequeño esfuerzo y
la humanidad entraría en una nueva era por la expresión aplastante de la voluntad
popular.

Socialdemocracia y clase obrera.

El partido socialista había de representar a la clase obrera organizada. Sabemos por


qué Marx esperaba que los trabajadores se convirtieran en la fuerza motriz del
socialismo: en virtud de su posición dentro de la sociedad capitalista, los obreros
eran a la vez la clase explotada a la manera capitalista y la única clase que tenía
capacidad para organizar la producción.

Las razones de esta privilegiada relación entre los partidos socialistas y la clase obrera
eran más inmediatas y más prácticas que las que pueden encontrarse en la teoría de
la historia de Marx.

● Primero, el capitalismo es un sistema en el cual los trabajadores compiten


unos con otros excepto que estén organizados como clase. Los partidos
socialistas serían aquella organización que limitara la competencia inter-
clasista y se erosionara la solidaridad de clase.

● Segundo, el énfasis en los especiales intereses de la clase obrera era necesario


para evitar la integración de los trabajadores como individuos en la sociedad
burguesa. El universalismo es la ideología natural de la burguesía dado que,
como personas que viven en la misma sociedad, se piensa que han de tener

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

unos intereses económicos generales, comunes, y que son los mismos


capitalistas los que los representan.

La nueva sociedad que se institucionalizó en la Europa occidental a resueltas de la


revolución industrial era la personificación de este universalismo. Las instituciones
políticas burguesas expresan tal visión social: el parlamento es el foro de deliberación
racional en la búsqueda de bien común, mientras que la economía es el reino del
egoísmo. La política, por su parte, sería el reino autónomo de la razón. Los partidos
eran vistos como algo peligroso y maligno. La política ha de mantenerse ajena a las
divisiones económicas de la sociedad.

Los socialistas se toparon con el problema de que los obreros los consideraron
ideólogos abstractos, extraños a sus vidas cotidianas.

El dilema de las elecciones.

Esa mayoría que los socialistas esperaban obtener en las elecciones había de estar
formada por obreros. El proletariado había de ser la fuerza social que precipitara la
sociedad sin clases. Pero ese proletariado, en la mayoría de los casos, nunca llegó a
ser la mayoría de los votantes en ninguna sociedad. Sin embargo, el juego
democrático no tiene piedad.

Es así que la combinación de la categoría de minoría con el gobierno de la mayoría


representa la condición histórica en que los socialistas han tenido que actuar. O son
un partido puro, y falto de fuerza, o son un partido híbrido, pero con ideología de
clase “ablandada”.

El sistema democrático le jugó una mala pasada a las intenciones socialistas: la


emancipación de la clase obrera no podía ser tarea de los propios trabajadores si tal
emancipación había de lograrse por medio de elecciones. La única cuestión era la de
si se podía reclutar una mayoría para el socialismo buscando apoyo electoral fuera
de la clase obrera. Desde entonces, los partidos han oscilado entre la búsqueda de
aliados y el énfasis en la clase obrera.

La orientación de los varios partidos socialdemócratas después de la guerra hacia


una clase media entendida muy ampliamente es el reflejo de la cambiante estructura

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

de clases de la Europa occidental. Las nuevas clases medias reemplazaron a las


viejas. Sin embargo, los partidos SD (social-demócratas) nunca obtuvieron los votos
de las cuatro quintas partes del electorado de ningún país.

Algunas de las razones por las que ningún partido político obtuvo la mayoría con un
partido de transformación socialista son sin duda externas al sistema electoral,
aunque el dilema al que se enfrenten los partidos SD sea electoral. La clase da forma
a la conducta política de los individuos tan solo en tanto las personas que son obreros
estén organizados políticamente como tales. Cuando los SD amplían su llamada se
ven obligados a no luchar por objetivos específicos de obreros, sino solo por aquellos
que los obreros comparten como individuos con otros miembros de otras clases.

Lo que se ve comprometido cuando los partidos obreros se convierten en partidos de


masas es el propio principio de lucha de clases, la lucha entre colectividades con una
cohesión interna. Cuando los partidos SD se convierten en “partidos de toda la
nación” refuerzan su visión de la política como un proceso de definición del bienestar
colectivo de “todos los miembros de la sociedad”. La política vuelve a definirse en lo
individual y no en términos de clase.

La elección entre pureza de clase y amplio apoyo es algo que los partidos SD
tienen que vivir continuamente porque cuando intenta aumentar su apoyo
electoral más allá de la clase obrera se reduce su capacidad de movilizar a los
trabajadores. Este es el dilema electoral de la SD según Przeworski. Se ven
obligados a ir hacia adelante y atrás, llamando unas veces a la clase y otras a la
nación.

Para Przeworski, los SD no han sido capaces de convertir las elecciones en un


instrumento de transformación socialista. “Parecen incapaces de ganar lo mismo una
forma que de otra, y se comportan como gente racional cuando se enfrenta a un
dilema: se lamentan y se arrepienten, cambian su estrategia, y vuelven a lamentarse”
(p. 41). No pueden seguir siendo un partido exclusivamente obrero, pero no pueden
dejar de ser un partido obrero.

Reforma y revolución.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Los socialistas empezaron a tomar parte en las elecciones con unos objetivos últimos.
El Congreso de La Haya de la Primera Internacional proclamó que la organización del
proletariado en un partido político es necesaria para asegurar la victoria de la
revolución social. Para los socialdemócratas las reformas inmediatas eran “pasos”
que se iban acumulando en el camino hacia la total reestructuración de la sociedad.
La cuestión era “avanzar hacia las cuestiones más acuciantes que reclama el pueblo”.

Dentro de la visión del mundo SD reforma y revolución no requieren una elección.


Para que tenga lugar la revolución es suficiente seguir el camino reformista. Cuantas
más reformas y más rápidamente se introduzcan, más cerca estará la revolución
social y antes entrará el navío socialista en el nuevo mundo.

Proyectos económicos y realidades políticas.

La revolución social que contemplaban los SD era necesaria porque el capitalismo


era irracional e injusto. La propiedad privada se veía como la principal causa de tal
irracionalidad. También ésta provocaba la injusticia distributiva de los beneficios
materiales que genera. La socialización y nacionalización de los medios de producción
era el método principal para la consecución de los objetivos socialistas y la principal
tarea a realizar por los SD tras la conquista del poder.

Hasta la Primera Guerra Mundial, poco o nada se pensó en concreto en cómo habría
de realizarse tal socialización. El hecho fue admitir que no sabían cómo hacerlo.
Debido a ello, se formaron comisiones de estudio y esperaron. No obstante, la razón
de la inercia SD era mucho más profunda: los socialistas no obtuvieron en ningún
país el suficiente número de votos para obtener la mayoría parlamentaria y poder
legislar sin el apoyo de otros partidos.

El compromiso.

Si la nacionalización no era inmediatamente posible, ¿qué se podía hacer mientras


tanto? Programas de vivienda, introducción de legislación laboral, etc. El hecho es
que hasta la década de 1930 los SD no tuvieron ningún tipo de política económica
propia. La teoría económica de la izquierda era la de criticar al capitalismo, declarar
la superioridad del socialismo y moverse hacia un programa de nacionalización de

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

los medios de producción. Una vez suspendido tal programa, no quedaba ninguna
política propia.

La gran depresión de los ‘30 obligó a los Estados a intervenir fuertemente en las
economías. El keynesianismo no solo era una teoría que justificaba la participación
socialista en el gobierno sino que además era una teoría que daba una categoría
universal a los intereses de los trabajadores. La única respuesta concebible a la crisis
era reducir los costos de producción (salarios). Keynes no estaba de acuerdo con esto.

Ahora se podía decir que los intereses particulares a corto plazo de los obreros y
demás gentes que consumían la mayor parte de sus ingresos coincidían con los
intereses a largo plazo de la sociedad en su conjunto. La defensa corporativista de los
intereses de los obreros, política que los SD siguieron durante los ‘20, y la estrategia
electoral hacia el “pueblo” encontraba ahora su justificación ideológica en una teoría
económico-técnica.

El giro keynesiano pronto llevó a los SD a desarrollar una completa ideología de


Estado Benefactor. Definieron su papel como el de modificadores del juego de las
fuerzas sociales, abandonando, de hecho, totalmente el proyecto de nacionalización.
Ahora esta última estrategia era vista como innecesaria.

La base teórica de esta nueva perspectiva estaba en la distinción entre la idea de


propiedad como autoridad para dirigir y propiedad como posesión legal. En lugar de
tener propiedad directa, el Estado podía alcanzar todos los objetivos socialistas
influyendo sobre la industria privada para que actuara en bien del interés general.

En suma, incapaces como gobiernos de minoría de llevar a cabo el programa


socialista, la SD encontró a mediados de los ‘30 una línea política clara que justificaba
su papel en el gobierno, que especificaba una serie de reformas intermedias que
podían realizarse con éxito dentro de los confines del capitalismo, y gracias a las
cuales obtuvieron en varios países una buena plataforma electoral. Los SD
descubrieron un nuevo camino de reforma abandonando el proyecto de
nacionalizaciones y del bienestar general.

El abandono del reformismo.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

El Estado incrementó su papel en la actividad económica nacional. En la mayor parte


las empresas públicas tienen la misma categoría legal y funcionan con la misma
lógica capitalista que las privadas; simplemente el Estado limita su papel al de simple
accionista. Lo característico es que las empresas estatales se limiten a las entidades
crediticias, el carbón , el hierro y el acero, la producción y distribución de energía,
transporte y comunicaciones.

El Estado se compromete en aquellas actividades económicas necesarias para la


economía en su conjunto y vende sus productos y servicios en general a compañías
privadas que a su vez lo venden a consumidores. La división entre Estado y Mercado
se ha guardado como una reliquia en la teoría de los bienes públicos estatales.

La estructura de los sistemas capitalistas que constituían los SD resultó ser el


siguiente:

1. El Estado se encarga de aquellas industrias no rentables para las compañías


privadas pero necesarias para la economía en su conjunto;
2. El Estado regula, sobre todo poniendo en práctica políticas anticíclicas, el
funcionamiento del sector privado y;
3. El Estado mitiga, con medidas de bienestar social, los efectos de la desigual
distribución del funcionamiento del mercado.

Las actividades regulatorias del Estado se basan en la creencia de que a los


capitalistas particulares se les puede influir para que distribuyan sus recursos como
los ciudadanos quieren manifestándolo en sus urnas. La idea básica es que en las
democracias capitalistas los recursos se distribuyen siguiendo dos mecanismos:

● el de mercado, en que el peso de las preferencias de los que toman decisiones


el proporcional a los recursos que controlan y

● el del Estado, en que el peso de las preferencias se distribuye por igual entre
todos los ciudadanos.

La esencia de la socialdemocracia es la convicción de que el mercado puede


dirigirse hacia esas inversiones, públicas/privadas, que prefieren los ciudadanos y
que racionalizando gradualmente la economía, el Estado puede ir transformando a

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

los capitalistas en funcionarios privados de lo público sin alterar la condición judicial


de la propiedad privada.

La intervención del Estado en economía ha de guiarse por criterios de eficiencia,


distintos de los de la justicia. Comprometida con la eficiencia, la SD dejó de ser
reformista. El reformismo siempre significó una progresión gradual hacia
transformaciones estructurales. El abandono del reformismo es una consecuencia
directa de anteriores reformas realizadas. Dado que el estado se ocupa de actividades
no rentables para los privados, se ve privado de los recursos financieros necesarios
para continuar la nacionalización.

A su vez, al reforzar el mercado, los SD perpetúan la necesidad de mitigar los efectos


de la mala distribución que causa su funcionamiento. Los SD no tienen alternativa
clara propia frente a la crisis del sistema internacional.

Fundamentos económicos del compromiso de clase.


En cuanto los SD formaron gobiernos luego de la Primera Guerra Mundial,
descubrieron que su preocupación por la justicia no era compatible con el objetivo
de aumento de la productividad. Sin la nacionalización de los medios de producción,
los aumentos de productividad exigen que las empresas privadas sean productivas.
En tanto en cuanto el proceso de acumulación sea privado, la sociedad en su
conjunto dependerá del mantenimiento de los beneficios privados y de las inversiones
que los capitalistas hagan de tales beneficios.

La propia capacidad de los SD para regular la economía depende de los beneficios del
capital. El Estado que interviene en economía depende de la actuación de los
capitalistas para su recaudación de impuestos, para recabar datos, para elaborar
líneas políticas y planificar, etc. El propio apoyo electoral a cualquier gobierno
determinando depende de la actuación de los capitalistas.

En la sociedad capitalista, todo gobierno depende del capital. Es una dependencia


estructural. Los SD no pueden escapar de tal compromiso. Protegen los beneficios de
las demandas de las masas porque la política redistributiva radical no beneficia a los
asalariados. Las crisis capitalistas siempre caen en los hombros del hombre común.
Por eso es que los SD luchan por volver al capitalismo uno que beneficie al obrero.

33
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Puede lograrse una mayor fluencia para todos si los capitalistas se ven obligados a
cooperar y los asalariados a esperar siempre.

Socialdemocracia y socialismo.

Los SD no van a llevar a las sociedades europeas al socialismo. Para llegar a la


cumbre hay que atravesar los valles rocosos, y eso no se puede lograr en pacífica
democracia.

El aumento de la intervención gubernamental significa precisamente que en el


proceso de acumulación se impone la lógica del no-mercado (que los capitalistas se
ven obligados a hacer inversiones no óptimas desde el punto de vista de los
beneficios).

La transición al socialismo genera inevitablemente una crisis económica. Los SD


tienen el valor de explicarle a la clase obrera que es mejor continuar siendo explotados
que crear una situación que pueda volverse contra ellos.

VII. Di Tella, Torcuato S. 1998. Los partidos políticos. Teoría


y análisis comparativo, A-Z editora, Buenos Aires, capítulos
2, 3 y 6: 33-83 y 147-177 [pp. 80].

Introducción.

Lo que busca Di Tella es introducir de lleno en la discusión teórica el tema del


funcionamiento de los partidos políticos, de su vinculación con la estructura social y
de sus posibles mutaciones. América Latina posee demasiados elementos de
liberalismo político, de fragmentación del poder y de presión de masas en la calle
como para seguir el modelo asiático de desarrollo y le faltan muchos elementos para
seguir el modelo norteamericano.

2. Sistemas de partidos en América Latina (AL).

El caso chileno o la reproducción del modelo europeo.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Chile es el principal caso en AL de un país donde los partidos están fuertemente


enraizados, con alta estabilidad y participación, y una capacidad de expresar muy
diversas ideologías. Tiene un sistema del tipo europeo occidental, y una ausencia casi
total de experiencias populistas. La derecha era bastante fuerte antes de Pinochet.
Tiene una tradición casi ininterrumpida desde el siglo pasado canalizada a través de
dos partidos: Conservador y Liberal, que luego se fusionaron en el Nacional5.

Durante el gobierno de la Unidad Popular (1970-1973) se tenía la impresión de que


la Derecha podía entrar en una enfermedad terminal y que la izquierda podía pasar
a formar de su histórico tercio del electorado a casi una mayoría, dejando a una
Democracia Cristiana (DC) muy radicalizada como su único rival por el poder. Esto
era un error, porque la derecha mantenía una muy sólida presencia. La DC era
moderada.

La izquierda en Chile era escasa en estructuras moderadas. La Unión Popular (UP)


se basaba principalmente en los partidos Socialista y Comunista, con importantes
bases sindicales, más la izquierda cristiana y sectores del partido radical. Pero a los
sindicatos chilenos les faltó una fuerte burocracia por lo que estaban expuestos a la
militancia de base. El Partido Radical, debido a su declive no podía proveer de
elementos moderadores. De hecho, durante los ‘60 el centro estuvo ocupado por los
DC, que reemplazaron a los Radicales6.

5
El Partido Nacional (PN) fue un partido político chileno de derecha existente entre 1966 y 1994, surgido producto de la
fusión de los partidos Liberal, Conservador Unido y Acción Nacional.

Su aparición fue una de las consecuencias del escaso apoyo electoral de la derecha chilena en su conjunto en las elecciones
parlamentarias de 1965. De un 30,4 % en la elección de diputados de 1961, pasó al 12,5 % en 1965. Con ello se creaba por
primera vez un solo partido de la derecha, ideología que previamente estaba representada por el binomio Liberal-Conservador.
El partido se disolvió el 18 de agosto de 1994 al fusionarse con la Unión de Centro Centro, creando el partido Unión de Centro
Centro Progresista.

6
El Partido Radical de Chile (PR) es un partido político chileno creado en 1863 por miembros del ala extrema del Partido
Liberal, y fundado oficialmente como partido en 1888. Se originó para hacer frente a la oligarquía chilena del siglo XIX. Sus
integrantes se caracterizaron por un espíritu racionalista, laico y democrático, motivados por los ideales de la libertad,
igualdad y fraternidad.
Perteneció a conglomerados políticos como la Alianza Liberal, el Frente Popular, el Frente Democrático de Chile, la Unidad
Popular y la Concertación de Partidos por la Democracia. En 1994 se fusionó con el Partido Socialdemocracia Chilena, y dio
origen al Partido Radical Socialdemócrata, el cual fue considerado heredero de la historia y la tradición del radicalismo chileno.
En 2016 retomó el nombre histórico Partido Radical de Chile.

35
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

La DC no quería “quedar pegada” a la derecha y quiso competir por el voto popular.


Finalmente se vio involucrada en la oposición violenta a Allende y apoyó la
intervención militar. Durante los años de Pinochet (1973-1989), la DC adoptó una
actitud opositora y lo mismo hizo la iglesia católica. Cuando volvió la democracia
fueron los socialistas quienes se aliaron con los DC en el Partido por la Democracia
(PPD).

La derecha se encontró en buen estado de salud aunque dividida en dos partidos


(pinochetistas): la tecnocrática Unión Democrática Independiente (UDI) y el más
tradicional Partido de Renovación Nacional (PRN). Esta derecha se basa más que
nada en la clase media.

Brasil o la eterna transmutación de los partidos.

Brasil es el casi el caso opuesto a Chile, en términos de estructura social y sistemas


de partido. Durante los ‘50, casi la mitad de su población era rural o analfabeta, pero
estaba involucrada en un acelerado proceso de desarrollo económico y urbanístico.
Se formaron clientelas populistas, con gran tasa de recambio; tanto que Vargas
nunca tuvo la resonancia que tuvo Perón.

La etapa de la radicalización durante el gobierno de Goulart (1961-1964) tiene algún


parecido con la Unión Popular de Chile aunque difiere mucho el contexto social. La
situación brasileña es menos predecible que la chilena debido a la característica
proteica de sus partidos políticos y a la presencia de una masa popular movilizada
pero escasamente organizada. Las masas en Brasil han oscilado entre ser un gigante
dormido o canalizarse tras líderes populistas de todos los espectros políticos (del
tradicionalismo al radicalismo).

La conversión de tal potencial revolucionario en una realidad depende en gran parte


del trabajo de las elites, lo que genera una gran variabilidad puesto que las de tipo
nacionalista popular de la era varguista se han mostrado muy abiertas a nuevas
ideas. Esta potencial volatilidad del espectro político brasileño introdujo un elemento
de incertidumbre en su transición a la democracia, así como en su posterior
consolidación.

36
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Acerca del espinel político e ideológico de Brasil: la derecha en Brasil tiene una sólida
tradición, desde los tiempos del imperio y de la llamada República Vieja (1889-1930),
cuando controlaba electorados rurales y pasivos. Después de la intervención del
Estado Nuevo varguista volvió a surgir con fuerza como Unión Democrática Nacional
(UDN) y en 1960 fue capaz de ganar la elección nacional cooptando a Quadros.

No existía en el Brasil un verdadero equivalente a la UP chilena en aquel entonces.


Lo que más se le acercó fue el partido comunista, liderado por Prestes, que no tenía
gran caudal electoral.

Las fuerzas varguistas se habían agrupado, desde su creación, en dos sectores: el


centrista Partido Social Democrático (PSD) y el más movilizador Partido Trabalhista
Brasileiro (PTB). El primero ocupaba una posición en el espacio social parecida a la
de la DC chilena, aunque con menor fervor ideológico. El Trabalhismo era un
equivalente más volátil de la izquierda chilena, robustecido por los avances
industriales.

El golpe de 1964 fue en gran medida una reacción civil (no solo militar) ante la política
de Goulart. Lo que ocurrió fue una ruptura de la alianza entre el PSD y el PTB ya que
la mayoría de los moderados del PSD apoyó el golpe. El régimen militar fue mucho
más civilista que sus equivalentes en otros países del área. No cerró el congreso sino
que lo purgó de sus elementos más radicalizados. Las autoridades forzaron a todos
los legisladores a reagruparse en dos partidos: el oficialista Alianza Renovadora
Nacional (ARENA) y el opositor Movimiento Democrático Brasileño (MDB). En este
último se refugió el PTB.

El régimen militar siempre convocó a elecciones democráticas de congresales,


quienes a su vez designaban al presidente sin fraude significativo, aunque sí había
censura de prensa y escasa oportunidad de organización de la oposición. En general
los candidatos oficiales conseguían una mayoría debido al:

● fuerte apoyo civil que el gobierno tenía entre clase media/alta


● y contando con la naturaleza fácilmente influenciable del electorado rural, que
votaba por notables locales cooptados por el gobierno.

37
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

En Argentina o Uruguay, los regímenes militares nunca contaron con un grupo social
equivalente y nunca pudieron formar una clientela electoral propia. En cuanto a
Chile, Pinochet obtuvo apoyo electoral significativo basado en un tipo moderno de
conservadurismo que, en Brasil solo existía en Sao Paulo y el sur.

Durante la presidencia de Geisel (1974-1979) se lanzaron planes para una transición,


acelerados durante el mandato de Figueiredo (1979-1985). Los políticos oficialistas
se dividían según su origen: los exudenistas (?) eran halcones, mientras que los
expeessedistas (?) eran palomas. Los militares tendían a la línea dura. Algunos
creyeron que había que cooptar al electorado amenazante: los universitarios. Esto se
cristalizó en el Plan Rondón, que consistía en hacer participar a estudiantes
universitarios en trabajo social en el interior del país como alternativa a la
conscripción con el fin de conocer el Brasil real, guiados por las FFAA.

Al comienzo de la presidencia de Figueiredo, después de casi quince años de


desarrollo económico, la sociedad brasileña había sufrido numerosos cambios.
Aunque seguía generando la bomba de tiempo de los migrantes rurales y de la
intelligentsia desocupada, también había creado amplios sectores empresarios y una
clase obrera industrial moderna. Se buscó escapar en la transición de las opciones
más radicales. El sistema de las elecciones indirectas para la presidencia se diseñó
para disminuir la acción de los estimulantes movilizacionistas.

En el momento de la transición, en 1985, se aplicó la Constitución sancionada por el


régimen que dejaba la decisión en manos de un colegio electoral formado por el
congreso pleno más seis delegados extra por cada estado. La alternativa que se dio
fue entre el partido gubernamental (ARENA, rebautizada Partido Democrático Social,
PDS; los miembros más aperturistas fundaron el Partido de Frente Liberal, PFL) y
una oposición formada por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB,
nuevo nombre del MDB) en alianza con el PFL. El sistema indirecto de colegio forzó
al PMDB a buscar un candidato moderado (Tancredo Neves), acompañado de José
Sarney, del PFL para la vicepresidencia.

La muerte de Neves convirtió a Sarney, hombre del régimen, en el primer presidente


civil, disminuyendo la legitimidad del nuevo régimen. Esto, sumado a los problemas
económicos condujo a que el PMDB se rompiera en pedazos. Es así como los dos
partidos de oposición más radicalizados, el PDT (Partido Democrático Trabalhista) de

38
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Brizola y el Partido dos Trabalhadores (PT) de Lula da Silva (que se habían escindido
del MDB) se convirtieron en aspirantes al poder en las elecciones de 1989.

La derecha tradicional (PDS-PFL) estaba sufriendo una crisis de liderazgo. Surgía


lentamente una derecha más moderna apoyada en las clases medias urbanas. La
crisis de la derecha le dio a Collor de Mello su oportunidad. Después del juicio político
por corrupción, el sistema político brasileño continuó fragmentándose (el PMDB
especialmente; quitándole al Brasil su opción moderadora más segura). Una de las
escisiones del PMDB. el Partido Social Democrático Brasileiro (PSDB) buscó
reemplazar al PMDB en su rol de centrismo estabilizante pero no lo logró.

La polarización electoral ha alcanzado también al Brasil, aunque distintamente que


en Chile. Cardoso se impuso por algo más de la mitad de los votos. Frente a él, el PT
de Lula, fuertemente ligado a un sindicalismo muy renovado desde los tiempos
varguistas, ocupa menos de un cuarto del electorado, aún sumándole sus mucho
menos moderados aliados socialistas y comunistas.

La gran proliferación de partidos en Brasil se está realineando en dos o tres grandes


bloques: la derecha más dura; el centro, con sus variantes izq-der; y la izquierda
relativamente más radicalizada.

Comparado con Chile, el sistema brasileño tiene las siguientes diferencias:

(i) la derecha está dividida y es más débil

(ii) el centro, numeroso pero heterogéneo, difícilmente puede compararse con


la Concertación aunque comparta su programa porque la C es mucho más
sólida y es la principal oposición al establishment.

(iii) la izquierda en el Brasil no es comparable a la extrema izquierda chilena


porque la de Brasil tiene sólida base sindical y mayor perspectiva moderada.

La Argentina o el enigma del populismo.

La transición argentina debe ser contrastada con la de Chile, cuya estructura social
es bastante similar, aunque los sistemas de partidos sean bastante distintos. Si Chile

39
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

es el país de AL que presenta la más lozana y moderada izquierda (de tipo europeo)
la Argentina alberga el más fuerte y arraigado de los partidos nacional-populares de
la región.

Durante varias décadas, el peronismo ha sido visto por las clases altas como una
seria ameanza a sus intereses. El peronismo no era revolucionario en sus intenciones.
El fracaso de los regímenes militares argentinos fue en buena parte debido a la fuerza
de los grupos de presión, a cualquier nivel de la estratificación social, organizados o
no de manera corporativa.

En Argentina la derecha electoral es muy débil y está dividida en varios partidos.


Durante la transición, el temor a una victoria peronista quitó el sueño a la mayor
parte de los sectores altos y medios. La ausencia de una derecha electoral sólida fue
reemplazada por la UCR que, bajo dirección alfonsinista, había incorporado a un
amplio sector de la intelligentsia desilusionada a lo que sumó el voto de las clases
altas. Es así como la UCR cumplió un rol de moderador centrista en la transición,
parecido al de la Unión de Centro Democrático de Adolfo Suárez en España.

El peronismo comparte con la socialdemocracia ciertas características, especialmente


su anclaje en los estratos más necesitados de la población y en el sindicalismo. No
se trata de un partido de derecha.

Perú o el final de un régimen militar progresista.

Los militares llegaron al poder en Perú (1968) con amplio apoyo de la izquierda y de
la opinión progresista del continente, a pesar de haber sido durante décadas los
represores de la guerrilla y enemigos jurados del principal partido popular del país,
el aprismo7.

Las alianzas que entonces se dieron alcanzaron enorme complejidad durante los
primeros años del régimen bajo la presidencia del general J. V. Alvarado, quien dirigió
cambios muy radicales en la estructura del poder y de la propiedad. La oposición

7
El Partido Aprista Peruano (PAP) conocido también como el Partido del Pueblo o el Partido de la Estrella, es un partido
político peruano inicialmente proyectado a escala continental (APRA), de postura afín a la centroizquierda y miembro de la
Internacional Socialista.1 Las siglas APRA provienen del nombre de la Alianza Popular Revolucionaria Americana, propuesta
inicial de su fundador Víctor Raúl Haya de la Torre de formar una red de movimientos sociales y políticos antiimperialistas en
América Latina. Sus militantes son llamados "compañeros" debido a la fraternidad creada por Haya de la Torre.

40
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

venía de la derecha dura y de la centrista Acción Popular (el partido del defenestrado
pres. F. B. Terry); esta última agrupación había llegado al poder en 1963 con una
imagen progresista pero como alternativa al aprismo, mientras que durante su
gobierno se tiró a derechas.

En 1975 un golpe interno expulsó a V. Alvarado y encaminó al régimen por sendas


más congruentes con las actitudes militares pero no lo suficientemente
conservadoras para obtener un apoyo sólido derechista. LLa izquierda estaba
desilusionada con el régimen.

Desde sus orígenes, el aprismo había sido inaceptable para las FFAA y para la
mayoría de las clases altas. Fue el principal antagonista del orden de dominación
existente. Belaúnde como agente de transición era mucho más aceptable para las
clases altas y los militares que los apristas. Ante la Izquierda Unida, el aprismo fue
visto como un mal menor. Alan García asume el mando pero se lo destituye por
corrupción en 1990. La derecha para entonces se había organizado en el Partido
Popular Cristiano con lo que quedaba de Acción Popular y con el nuevo movimiento
Libertad, de Vargas Llosa.

Lo inesperado ocurrió con la candidatura de A. Fujimori, un independiente que seguía


los pasos de Collor de Mello. Fue apoyado más bien por el aprismo desilusionado.
Fujimori se hace un autogolpe e instaura un nuevo régimen de facto.

Durante la transición en el sentido estricto del término (1979-1980), algunos


miembros de la primera etapa del gobierno militar intentaron crear un partido
heredero de la Revolución Peruana, capaz de incorporar a reformistas pragmáticos.
Fue un fracaso.

Transiciones y turbulencias en Colombia y Venezuela.

Colombia tuvo su transición de un régimen militar a uno civil ya en 1957 pero la


permanente violencia hace difícil hablar de una democracia consolidada. La
dictadura de Rojas Pinilla (1953-1957) había sido recibida con amplio beneplácito
por muchos dirigentes como una forma de terminar la guerra civil entre
conservadores-liberales, que desde el asesinato de Gaitán (1948) había costado unas
300 mil vidas.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Rojas intentó hacer una política parecida a Perón. En 1957 fue derribado por una
rebelión cívico-militar, dirigida por ambos partidos tradicionales que habían firmado
un pacto para participar en el poder después del retorno a la Constitución. El intento
del general Rojas de formar su propio partido político, la Alianza Nacional Popular
(ANAPO) no tuvo éxito.

La ANAPO perdió su electorado después de la muerte de su jefe. La guerra civil


continuaba y el tradicional enfrentamiento entre bandas armadas de Conservadores
y Liberales era sustituido por otro tipo de guerrillero marxista, o de inspiración
rojista, como el M-19 así llamado por la fecha 19 de abril de 1970, la elección robada.

El narcotráfico caotizó aún más la situación. César Gaviria le ofreció la paz al M-19
y le permitió participar en elecciones como partido (Alianza Democrática M-19) En
las elecciones de los 90, fueron el partido más votado ante la fragmentación de los
dos partidos tradicionales. En el campo católico una mutación del conservadurismo
tradicional a una teología de la liberación anticapitalista.

El sistema bipartidista que quizás haya sobrevivido por demasiado tiempo en


Colombia (conservadores vs. liberales), se encuentra bastante jaqueado en la
actualidad.

En Venezuela, desde la caída de la dictadura de P. Jiménez en 1958 se ha consolidado


un sistema bipolar, con un partido social cristiano (COPEI) de centro derecha,
encabezado por Caldera, y uno con influencias apristas y socialdemócratas, Acción
Democrática (AD), dirigido por R. Betancourt. Los dos grupos guerrilleros de los ‘60,
tras ser derrotados, se transformaron en partidos políticos (Movimiento al Socialismo-
MAS; Movimiento de Izquierda Revolucionaria-MIR).

Al reelegirse en 1989 a Carlos Andrés Pérez, de AD, que había dirigido al país en
tiempos de gran prosperidad hacia finales de los ‘70, se emprendió un programa
neoliberal que fue violentamente rechazado (Caracazo). En la izquierda se formó un
grupo de fuerte raíz sindical, Causa R.

Otras transiciones sudamericanas.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Uruguay tiene una estructura partidaria muy estable basada en los Blancos-
Nacionales y los Colorados. Otra fuerza se ha introducido lentamente: el Frente
Amplio. Las FFAA tenían amigos en ambos partidos principales pero no pudieron
imponer nada mediante referendum. Convocaron a elecciones libres y firmaron un
Pacto que los libraría de cargos.

La victoria de los COlorados facilitó la transición y se dieron alternancias de poder


entre Colorados-Blancos.

En Paraguay, Alfredo Stroessner fue depuesto por un golpe dirigido por su consuegro
Rodríguez quien se vio forzado a otorgar elecciones relativamente libres para adquirir
legitimidad. El régimen de Stroessner había estado basado en un conservadurismo
popular y había propiciado un aceleramiento económico. El partido Colorado sigue
teniendo la hegemonía.

En Bolivia hubo un largo período de intervenciones militares caóticas, que duró desde
1964, cuando cayó el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) hasta 1982,
cuando se dio un retorno a la política electoral en un contexto económico caótico.

La estructura partidaria boliviana es bastante fluida. A la izquierda el MNR histórico,


a la derecha de mano de Banzer, la Alianza Democrática Nacional. Un tercer
componente del espectro partidario es el ex izquierdista Movimiento de Izquierda
Revolucionaria, que llevó a su líder, Jaime Paz Zamora, a la presidencia en 1989.

La crisis endémica del MNR ha dejado lugar para la proliferación de movimientos


neopopulistas, como la Unión Cívica Solidaridad, dirigida por Hernández.

En Ecuador, también los militares pasaron por una etapa de peruanización (1972-
1979). La transición fue favorecida por la conversión de la derecha a la democracia.
El esquema partidario básico es conservadores-liberales, con variantes
socialcristianas, a los que se suma un populismo proteico.

En Guyana la política está muy faccionalizada según líneas étnicas y bastante


radicalizada ideológicamente. A la etapa socialista y simpatizante con Cuba, bajo el
líder hindú Jagan (expulsado por los británicos en el ‘64) sucedió la hegemonía de
Forbes Burnham, representante de los afro y bastante tercermundista.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

En cuanto a Surinam, su sistema partidario ha sido extremadamente complejo y


cambiante, y protagonizó episodios de violencia y autoritarismo, con una fluctuante
seguidilla de alianzas y rompimientos entre militares, sindicalistas e izquierdistas.
Todo esto cruzado por líneas étnicas.

México o el partido dominante cuestionado.

En México luego de la guerra se formó un poder consensual y constitucionalista pero


violento. El sistema mexicano nunca fue una dictadura, sino una democracia muy
corrupta. Con un amplio apoyo a través de la estructura de clases, el desarrollo
económico tuvo una sólida estructura política en qué respaldarse. El crecimiento fue
por décadas muy exitoso.

Por derecha, el PRI ha tenido una formación relativamente débil con relación al PAN
(Partido de Acción Nacional) y por izquierda un grupo numeroso y desorganizado. El
partido enfrenta ahora una disyuntiva. Lo más tentador es tratar de seguir ocupando
el centro pragmático; sino, tirarse a cualquiera de los dos lados del espectro político.

Cuba o el partido único sin alternativa.

La caída del muro de Berlín dejó a Cuba desamparada, por haber elegido el bando
soviético. Posible crisis de legitimidad tras a la muerte de Castro.

La bipolaridad como tendencia de un sistema político democrático


consolidado.

Un sistema de partidos capaz de canalizar las tensiones que existen en una


democracia acompañada de desarrollo económico necesita dos mecanismos de
articulación/agregación de intereses: por un lado, debe tener un partido en el que las
clases empresariales se sientan cómodas, y debe existir un partido ligado a sectores
populares. Aún un partido sin demasiadas convicciones democráticas puede cumplir
ese rol por la forma en que canaliza sentimientos e intereses económicos sectoriales
dentro de la arena política.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

El mayor problema que encuentra Di Tella en AL es cómo se da el proceso de


transición, desde la organización caudillista y corporativa hasta la asociacionista y
democrática.

3. Raíces y transformaciones del populismo.

El concepto de populismo.

Refiere a movimientos políticos de fuerte apoyo popular, pero sin una ideología
socialista. Este concepto debe emplearse, según Di Tella, para expresiones políticas
que tienen la capacidad de estimular a la acción de las masas con poca organización
autónoma, lanzándolas contra los privilegios de las clases más acomodadas, aun
cuando alguien de la elite o cercano a ellas los dirija.

Algunos ejemplos latinoamericanos resonantes: Argentina (Perón); Brasil (Vargas);


Bolivia (MNR); México (Cárdenas). En Brasil se ha visto desaparecer el varguismo,
reemplazado por una serie de movimientos conservadores y centristas y el
radicalismo de izquierda PT. En Argentina el peronismo ha adoptado un programa
neoliberal.

El populismo tiende a tomar el lugar de lo que sería un movimiento laborista o


socialdemócrata si las condiciones económicas y culturales estuvieran más maduras.
En un país en desarrollo, las tensiones sociales tienen gran tendencia a generar
minorías insatisfechas.

Comparación con Europa Oriental, p. 65-69.

Comparados con los casos latinoamericanos, los casos de Medio Oriente, Asia y África
son de tipo policlasista. Esto por dos cosas:

● En el nivel de las elites se da el efecto de empuje étnico-religioso. No hay


grandes choques con los grandes centros de poder.

● En el nivel de las masas, el grado de urbanización y sindicalización es mucho


mayor en AL y no se pueden incorporar fácilmente a un sistema pluriclasista.
Una de las principales excepciones es el PRI.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

La formación de elites en países de la periferia.

Es posible definir al populismo como un movimiento político:

(i) Basado en un sector popular movilizado, pero aún no suficientemente


organizado de forma autónoma.

(ii) Dirigido por una elite enraizada en los escalones medios o altos de la
sociedad, pero opuesta a la mayor parte de sus pares,

(iii) Unificado mediante un vínculo carismático y personalizado entre dirigentes


y seguidores. Este vínculo depende de factores sociales presentes en países
periféricos.

Según cómo se den los factores se tendrán diversos tipos de populismo,


principalmente como consecuencia del tipo de élites contrarias al statu quo. Las élites
pueden estar ubicadas:

● En las clases altas o medias altas o en instituciones ligadas a ellas (FFAA,


clero)

● En las bajas clases medias o sectores de la intelligentsia

Habiendo clasificado a las élites populistas según los estratos sociales de los que
vienen sus miembros, conviene diferenciarlas según que esa élite sea:

● un sector pequeño y no legitimado de su propio ambiente

● un grupo más representativo de su clase de origen

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Di Tella separó a los tres países relativamente más desarrollados del resto y dentro
de cada grupo armó la table de dos por dos, lo que generó 8 casillas, algunas de las
cuales vacías empíricamente. Las 8 están definidas por el tipo de elite contraria al
statu quo que incluyen.

INSERTAR CUADRO P. 73.

Partidos de integración policlasista (casilla 1)

Este tipo de partidos, capaz de integrar a la gran mayoría de los diversos estratos
sociales, es bastante eficiente para promover el desarrollo económico, salvo que
intervengan circunstancias extremas.

Partidos apristas (casilla 2)

Tienen muy pocos simpatizantes entre la burguesía, los militares o el alto clero. Las
clases medias empobrecidas son la espina dorsal del movimiento.

Nasserismo (casilla 3)

Cuando ha habido una lucha de guerrillas por la independencia, la variedad de


nasserismo que se instala es más radical. Estos sistemas, después de haber llegado
al poder movilizando a las masas tienden a consolidar una nueva clase dominante.
En AL estos regímenes no han sido comunes porque los militares no se ven impelidos
con tanta frecuencia hacia posiciones antiimperialistas o antioccidentales, quizás por
la mayor modernización en el continente.

Partidos socialrevolucionarios o fidelistas (casilla 4)

La situación de las clases medias-bajas es tan angustiosa que un sector de ellas


adopta actitudes muy frontalmente adversas. La guerrilla cubana no se limitó a ser
el cerillo que encendió la mecha sino que se transformó en una nueva clase política
y gobernante. Una vez que este partido está en el poder, comienza a remplazara a la
clase dominante destruida con una nueva, incorporando aspectos conservadores.

Yrigoyenismo (casilla 6)

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

La clase media no está en una relación tan antagónica con el orden de cosas existente,
de la cual es parte. Es más de corte reformista moderado.

Partidos peronistas (casilla 7)

Se crearon las condiciones para la emergencia de una elite contraria al statu quo con
una nueva actitud de populismo y nacionalismo. El peronismo es el equivalente de
país más desarrollado al nasserismo.

En el Brasil, el varguismo está a caballo entre un fenómeno de tipo de integración


policlasista (PSD-PTB).

VIII. Jiménez, Alfredo R. 2015 [2001]. Los partidos políticos


latinoamericanos. Un estudio comparativo, Centro de
Investigaciones de Política Comparada-Universidad de los
Andes, Mérida, Prólogo y capítulo 3: “Genealogía de los
partidos latinoamericanos”: 87-116 [pp. 52].

Capítulo 3. Genealogía de los partidos latinoamericanos.

El esquema propuesto por Seiler, apoyándose en una relectura crítica de las


proposiciones de Lipset y Rokkan le servirán a Jiménez como punto de partida para
el estudio de la génesis de los partidos latinoamericanos.

En una primera afirmación se puede decir que el fenómeno partidista


latinoamericano se fue generando con los primeros movimientos cívicos y armados
de la independencia. Había partidos realistas/partidos criollistas-independentistas.
Esta afirmación sin embargo es insuficiente y no nos explica la naturaleza de los
procesos sociales y políticos que desembocaron en las primeras manifestaciones de
los clivajes y oposiciones entre los diversos grupos sociales. Son estos conflictos los
que marcan los orígenes de partidos y sistemas de partidos en LA.

48
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Son las revoluciones socio-políticas las que dan la clave de la génesis,


diferenciación y consolidación de los partidos y sistemas de partidos en el contexto
de cada sociedad política concreta.

3.1 Dinámica de los conflictos.

En el esquema de Seiler hay un continuum que parte de las contradicciones sociales


y desemboca en los partidos y sistemas de partidos. Estos serían el resultado de las
contradicciones mayores, propias de las diferentes formaciones económicas y sociales
de Occidente. Los partidos son la expresión de las profundas contradicciones que
atraviesan las diversas sociedades.

Los partidos políticos también evitan los enfrentamientos violentos que derivan de los
conflictos. Estos conflictos se transforman en clivajes cuando han alcanzado un
grado de institucionalización. Los clivajes o fracturas históricas son el producto de la
ubicación de los diversos proyectos que comprenden las contradicciones y
antagonismos de los grupos sociales rivales. Los partidos serían los factores de la
institucionalización de tales clivajes que han logrado neutralizar las oposiciones o
enfrentamientos violentos que los conflictos provocan.

Lipset/Rokkan hablan de las etapas que se debieron superar para determinar los
clivajes:

● Primero, los procesos iniciales para llegar a la política competitiva

● Segundo, la constelación de clivajes que produjeron el sistema nacional de


organizaciones de masas para la acción electoral y

● Tercero, la comprensión de las fuerzas que producen el enrolamiento actual


de los electores.

Jiménez pretende analizar las principales fuentes generadoras de conflictos en AL


para descubrir la génesis de los partidos.

3.2 Las tres revoluciones latinoamericanas (oligárquica, nacional y popular,


democrática)

49
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Los tres procesos revolucionarios (oligárquico-nacional y popular-democrático) han


sido determinantes para configurar la estructura del poder político y para modificar
la misma estructura social.

● REVOLUCIÓN OLIGÁRQUICA. Comprende los esfuerzos de las élites y grupos


dominantes orientados hacia una casi imposible integración nacional, proceso
que inicia en la etapa de las pos-independencias.

● REVOLUCIÓN NACIONAL-POPULAR. Continúa los esfuerzos de integración


nacional incorporando a las nuevas clases medias que entran a disputar con
éxito las posiciones de dirección a las oligarquías tradicionales, al tiempo que
ya se han logrado movilizar y canalizar en parte las aspiraciones de la gran
masa de subordinados: obreros, etc.

● REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA. Organiza los recursos disponibles hacia la


consolidación de los Estados dentro de un esfuerzo general de modernización
de las estructuras sociales y políticas.

Los efectos de estas tres revoluciones deben ubicarse siguiendo dos ejes
conflictuales, uno estructural (orientado hacia la integración nacional-se mueve en
el terreno de la producción) y otro, funcional (concentrado en la construcción del
Estado-tiene que ver con la conformación del aparato burocrático).

Las tres revoluciones representan los tres momentos cruciales para el proceso de
edificación de los Estados nacionales y son el marco histórico en el que se generan
los diversos partidos y los SDP (sistemas de partidos), entendidos estos como las
soluciones históricas y específicas a cada sociedad de los conflictos que las
atraviesan. Hay que esperar a la etapa democrática para contemplar el juego pleno
de los partidos.

Conservadores y Liberales organizan en la etapa oligárquica partidos que casi


siempre se resisten a respetar las reglas del juego democrático. El pase a la etapa
nacional-popular se da gracias a la Revolución Mexicana (1910) y a la Reforma
Universitaria en Argentina (1918). Uno y otro proceso representan el ascenso de
clases excluidas por la oligarquía en períodos anteriores.

50
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

El mayor obstáculo en la imposición del Estado nacional-popular se expresó siempre


bajo la forma de golpes militares, que contaban con el apoyo de las fuerzas
oligárquicas. La democracia estuvo planteada en formas plebiscitarias durante este
período. El nuevo estado nacional-popular encuentra apoyo en partidos socialistas y
comunistas.

En países como México, Venezuela, Colombia y Costa Rica la democratización de la


política se adelanta al resto de los países. La experiencia democrática coincide con la
democratización de fines de los ‘70. Las nuevas democracias son democracias de
partidos en la base misma del funcionamiento y consolidación de los nuevos estados
democráticos. Las posibilidades democráticas entraron en relación directa con la
viabilidad de la formación y consolidación de los partidos y sistemas de partidos a
nivel de cada país.

La construcción del estado latinoamericano ha seguido las líneas de una


democratización que ha sido objeto de presiones desestabilizantes como las de los
militares. La afirmación de la institucionalidad democrática fue posible cuando los
partidos alcanzaron un cierto grado de organización, lo que les permitía canalizar y
articular los intereses de los diversos grupos sociales.

3.3 Contradicciones sociales y matrices conflictuales.


Dentro de la dinámica de las tres revoluciones latinoamericanas se pueden distinguir
4 grandes contradicciones que han polarizado la producción de conflictos: dos de
tales contradicciones tienen origen en la estructura de la producción económica (son
determinantes en el proceso de integración de las economías nacionales en el
capitalismo mundial) y las dos restantes en la estructura socio cultural, en la cultura
política (representan la naturaleza de la recepción local de las concepciones
ideológicas prevalecientes en occidente).

En la medida en que tales contradicciones alimentaron las principales líneas de


conflicto y fracturas sociales, su combinación o hibridación en los principales
contextos históricos fue conformando las diez principales matrices conflictuales en
cuyo despliegue fueron apareciendo los principales partidos. Estas 10 matrices dan
como resultado la génesis de los principales sistemas de clivajes.

51
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

p. 86-87 cuadros útiles sobre cuáles son las matrices conflictuales.

3.4 Génesis y desarrollo de las familias políticas.

Las tres revoluciones provocaron efectos determinantes en la formación de las


principales familias de partidos. Tales efectos siguieron dos principales ejes de
conflicto: estructural (organización socio-económica e integración nacional) y
funcional (construcción estatal).

● La REVOLUCIÓN OLIGÁRQUICA en sus dos ejes conflictuales


(estructural/funcional)

- Eje de conflicto estructural: Comprende los clivajes → (i) grandes


propietarios/burguesía; (ii) gran burguesía/pequeña burguesía.

- Eje de conflicto funcional: clivaje → (i) Iglesia/Estado.

● La REVOLUCIÓN NACIONAL-POPULAR en sus dos ejes conflictuales


(estructural/funcional) comprende:

- En su eje de conflicto estructural: clivajes → (i) burguesía / clase obrera; (ii)


oligarquía/masa popular.

- En su eje de conflicto funcional: clivaje → (i) imperialismo/nación.

● La REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA comprende:

- En su eje de conflicto estructural: clivaje → (i) Estado/mercado.

- En su eje de conflicto funcional: clivaje → (i) autoritarismo/democracia.

El impacto de uno u otro clivaje difiere de un país a otro de acuerdo con:

● El nivel de desarrollo económico


● El avance o arraigo de una cultura política nacional.

52
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

3.5 La genealogía de los partidos políticos latinoamericanos.

La transformación de conflicto en clivaje se expresa en la coexistencia de diversas


familias de partidos que se constituyen en el tronco común de donde desprenden las
diversas ramas del fenómeno partidista, a nivel nacional y global. La localización de
cada partido en una determinada familia se vincula con la función del o de los clivajes
que los generaron y en ciertos casos del clivaje que expresa actualmente.

Según Seiler, la adscripción de un partido político a una familia requiere de un


análisis diacrónico: diacrónicamente se trata de determinar cuál conflicto histórico
engendró tal partido y sincrónicamente: se interroga sobre la naturaleza de su
electorado, miembros y dirigentes, etc.

Hay 4 familias latinoamericanas:

● Oligárquica. Agrupa a conservadores/liberales. Los partidos radicales de Chile


y Argentina se desprenden de los partidos liberales a fines del siglo XIX como
producto del subclivaje gran burguesía/pequeña burguesía.

● Socialista y Popular. Como expresión histórica de la combinación de clivajes


burguesía/clase obrera, oligarquía/masa popular, imperialismo/nacionalismo
hay dos familias pertenecientes a la revolución nacional-popular: los
socialistas y los populares.

La familia socialista abarca todos esos partidos que han sido de “izquierda
latinoamericana”. La familia de partidos populares recoge las reivindicaciones
anti-oligárquicas. Estos partidos se fortalecieron allí donde los socialistas eran
débiles, como en Ecuador y en Argentina. Los partidos populares serían
reabsorbidos por la democracia (acción democrática en Venezuela, etc).

● Democrática. Esta génesis no es uniforme para todos los países. Se nutrió del
antimilitarismo creciente (Belaúnde en Perú). Solo quedaban los del centro
para concluir el camino hacia la democracia (los socialdemócratas-
democristianos). Luego se da un debate acerca de la ausencia o no del Estado
de la sociedad y la economía.

53
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

En medida el ataque a la fortaleza democrática viene de los neoconservadores.


Contraponen la tradición a la modernidad. Tanto neoliberales como
neoconservadores son de esta familia porque respetan el juego democrático.

Ya entrados los ‘90 se ven banderas de neoradicalismo: MVR de Chávez, PT de


Lula, PRD de Cárdenas en México.

Insertar imagen de página 101.

IX. Gibson, Edward. 1998. "Partidos conservadores en


América Latina: de las movilizaciones de la década perdida a
los gobiernos de coalición”, en Di Tella, Torcuato S.
(compilador), Crisis de representatividad y sistemas de
partidos políticos, Grupo Editor Latinoamericano, Buenos
Aires, 127 a 148 [pp. 21]).

Política de los partidos conservadores en América Latina

Introducción

La preocupación de los académicos de la década de 1980 sobre la posibilidad de


golpes de Estado con apoyo de la elite ha decaído en gran medida. Las elites sociales
descubrieron que la democracia no es adversa a sus intereses o a la generación de
consentimiento popular para agendas políticas congruentes con sus intereses. Sin
embargo, aún hoy quedan algunos interrogantes importantes acerca de las formas
institucionales de representación para la clase alta, en particular la relación entre los
privilegiados en materia económica y los partidos políticos.

Estabilidad democrática y partidos conservadores

Las democracias estables en Latinoamérica, como en todas partes del mundo, se han
encontrado históricamente unidas a la existencia de fuertes sistemas de partidos
nacionales. Y los fuertes sistemas de partidos nacionales se han encontrado
históricamente unidos a partidos conservadores viables. La importancia de los

54
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

partidos conservadores para la estabilidad democrática yace en la posición social


central de sus electores y en el hecho de que estos electores serán partícipes
inevitables en la lucha por el poder.

La forma de organización que adopte para participar políticamente tendrá


consecuencias importantes para la relevancia que adquieran las diferentes
instituciones políticas. Si las formas organizativas del poder de las clases altas tienen
vínculos débiles con los partidos políticos, los regímenes estarán estructurados de
manera acorde. La democracia en América Latina ha perdurado en aquellos lugares
donde las elites poseían los medios institucionales para controlarla, y donde los
desafíos de la política de masas podían encauzarse regularmente a través de las
instituciones democráticas controladas por la elite.

Los partidos conservadores han hecho a la democracia más estable, pero no


necesariamente “mejor”, o más representativa. Aquellos países donde los partidos
conservadores nacionales ya se encontraban posicionados durante la expansión
participativa (política de masas), tendieron a experimentar períodos más largos de
gobierno democrático (estabilidad democrática), en comparación con aquellos donde
la organización de los partidos conservadores era débil.

A pesar de las múltiples arenas disponibles para la organización de los intereses de


la élite, uno de los hechos más sólidos en el desarrollo democrático de Latinoamérica
ha sido la positiva conexión de este desarrollo con la participación estable de la clase
alta en la política partidaria.

La democracia y la derecha

La evolución política de la derecha en América Latina desde el inicio de la ola de


democratización en la década de 1970 y 1980 puede dividirse en dos fases. La primera
fase podría denominarse las “movilizaciones de la Década Perdida”, durante la cual
se produjo el surgimiento de nuevos movimientos de masas que proponían la reforma
económica en el marco del libre mercado (conservadores eran oposición). Esto
catapultó a los nuevos partidos al escenario político y convirtió a la derecha en un
partícipe importante dentro de la política electoral.

55
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

La segunda fase podría denominarse como las “coaliciones de gobierno” entre el


Estado y las elites socioeconómicas que han brindado el vital apoyo social al proceso
de la reforma de mercado y han estabilizado a los gobiernos civiles a través de la
implementación de dichas reformas. A estas reformas siguieron nuevos acuerdos
sociopolíticos altamente favorables para las élites socioeconómicas. En este periodo
de reestructuración del régimen, el punto coalicional se modificó: de las relaciones
Estado – trabajadores a las relaciones Estado – empresarios.

Estos acontecimientos tornan un tanto ambigua a la relación entre gobernabilidad y


acción política conservadora. En el corto a mediano plazo, han dotado a los gobiernos
embarcados en reformas económicas drásticas de una importante estabilidad
política. Sin embargo, a largo plazo, el deterioro de los partidos y los movimientos
electorales conservadores abre interrogantes acerca de la futura capacidad
institucional de las elites para ejercer su influencia política a través de canales
democráticos. En gran medida, esto depende del hecho de que estas coaliciones se
conviertan en alianzas electorales más estables.

Conservadurismo en América Latina y movilizaciones de la Década Perdida

Fueron dos los factores que jugaron un papel en el cambio del cálculo de participación
para los líderes conservadores. El primero fue la experiencia negativa del gobierno
autoritario, y el segundo fue la exclusión que sufrieron del poder estatal durante los
primeros años de gobierno democrático.

La experiencia autoritaria que antecedió a las recientes transiciones a la democracia


en muchos países originó dudas acerca de la certeza de obtener beneficios por parte
del gobierno autoritario para los líderes y el electorado del conservadurismo
latinoamericano. Durante el autoritarismo los líderes empresariales se abstuvieron
de llevar a cabo acciones políticas autónomas a cambio de beneficios que el poder
discrecional del Estado podría proveer bajo este tipo de gobierno: la represión de
reclamos de los trabajadores y una posición privilegiada para el empresariado en los
canales de acceso al Estado. Esto es lo que se fracturó en la década de 1970 y 1980.
Aunque demostró ser un freno ante los reclamos populares, el gobierno democrático
también se convirtió en una creciente amenaza para los intereses de las elites
políticas y económicas.

56
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Con frecuencia bajo el régimen autoritario las elites empresariales también


encontraban cerrados los canales hacia las instituciones estatales encargadas de la
creación de políticas. Luego de la ola de democratización, se introdujeron incentivos
adicionales para la formación de partidos políticos a partir del hecho de que se cerró
por completo el acceso al poder del Estado para los líderes conservadores. Si las élites
querían ejercer algún tipo de influencia sobre las decisiones gubernamentales, esto
se realizaría a través de la movilización de la opinión y la formación de coaliciones
electorales.

Por lo tanto, el incentivo para la formación de partidos políticos conservadores se


basaba en una ruptura de las relaciones entre el Estado y la elite. El apoyo a la
democracia se vio estimulado por las nuevas incógnitas surgidas en relación con el
gobierno autoritario, y por la esperanza de la aparición de contextos más favorables
para el despliegue de las relaciones entre el Estado y la elite bajo gobiernos
democráticos. La exclusión del poder del Estado por parte de los gobiernos
democráticos luego del periodo de transición, convirtió a la política partidaria en un
vehículo muy necesario para ejercer nuevamente influencia sobre la forma de
decisiones del Estado.

La combinación de ideas, organización y práctica política que se conoció como la


“nueva derecha” fue un resultado de la lucha interna. En general, la transformación
del conservadurismo en América Latina no se llevó a cabo a través de los líderes
establecidos. Fue la síntesis de un enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo, entre los
líderes tradicionales y los militantes recientemente politizados que compitieron por
la supremacía contra los primeros.

Los empresarios y las movilizaciones de la Década Perdida

A lo largo de los primeros años de la década de 1980 los lazos estables entre
empresarios y partidos habían resultado frágiles en América Latina. Los empresarios
latinoamericanos se han mostrado como aliados poco comprometidos en las luchas
electorales de los partidos conservadores. La acción política del empresariado se ha
centralizado directamente en el Estado, ya sea a través de contactos entre la empresa
y el Estado o a través de instituciones corporativas. La razón más importante radica
en la evolución histórica del empresariado latinoamericano, el cual se ha producido
en gran medida bajo la protección y tutela del Estado.

57
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

De modo que una mirada comparativa hacia la experiencia latinoamericana en la


década de 1980 sugiere que la posibilidad de movilización electoral en el sector
empresario está asociada negativamente a la fuerza de la relación entre Estado –
empresariado. En aquellos países donde se producen rupturas en los vínculos que
los unen, el empresariado puede convertirse en una fuerza poderosa para la
expansión de la influencia del partido conservador en las arenas electorales. A pesar
de esto, el hecho de que el empresariado retire su apoyo puede acarrear grandes
limitaciones en la institucionalización de estos partidos, y puede impedir el
mantenimiento de estrategias viables de oposición. Esta vulnerabilidad frente a la
estabilidad del apoyo empresarial constituye uno de los más importantes
impedimentos para el desarrollo de los partidos conservadores en la región.

Coaliciones de gobierno y desinstitucionalización de partidos conservadores

Los nuevos partidos conservadores que se originaron en las movilizaciones


correspondientes a la Década Perdida fueron forjadores de coaliciones de oposición.
La institucionalización de estos partidos depende en gran medida de las actividades
que desarrollen los líderes partidarios “entre” los períodos eleccionarios. Para que
estos partidos se consoliden, se hará necesario contar con un grado considerable de
especialización y continuidad en el liderazgo.

En América Latina, sin embargo, los incentivos para llevar a cabo estrategias
duraderas de oposición partidaria son débiles. Existen muchas razones para explicar
este fenómeno. La naturaleza hiperpresidencialista de la mayoría de los regímenes en
la región y la concurrente marginalización del poder legislativo, eliminan la
posibilidad de una arena importante que podría brindar incentivos para la
implementación, entre períodos eleccionarios, de estrategias duraderas de oposición
política así como la formación de partidos políticos.

Además, en países donde los partidos conservadores fueron perdedores, los gobiernos
adoptaron sus programas de reforma liberal, y en muchos casos atrajeron
conservadores al Estado para colaborar en la implementación de dichos programas.
En el momento en que los gobiernos controlados por otros partidos abren sus puertas
a los conservadores, se produce una escasez de líderes en la organización partidaria

58
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

ya que éstos se unen al gobierno para realizar actividades tecnocráticas. Así los
partidos se desmovilizan.

La principal víctima de este proceso es la institucionalización de los partidos


conservadores. Mientras estos partidos continúen siendo sólo una parte del variado
arsenal de presión sobre el Estado, en vez de convertirse en instituciones
permanentemente organizadas con el objeto de asumir el poder a través de los
comicios, es difícil prever su consolidación como formadores del proceso político en
la política democrática latinoamericana.

Conclusión: Los futuros posibles de la organización política conservadora

Hoy los sectores de poder social y económico apoyan a los gobiernos democráticos.
Sin embargo, la conexión con las instituciones democráticas continúa siendo débil.
No se debe descartar, dentro de los posibles cursos de acción que desarrolle la
organización política conservadora en el futuro, la consolidación de los partidos
conservadores existentes como jugadores influyentes y regulares en la política
democrática.

Sin embargo, las posibilidades de desarrollar un curso de acción que alcance dicho
nivel de institucionalización parecen ser remotas. De esta manera, se podría anticipar
otros tres probables cursos de acción a seguir por parte de la organización política
conservadora en el futuro.

→ Primero, un retorno a las pautas aprobadas en el tiempo de presión política


centradas en el Estado, es decir, dependencia del poder económico, del poder
militar, o de ambos (Improbable).

→ Segundo, la conservadurización del populismo que comprendería la


absorción de los conservadores dentro de los niveles de liderazgo de los
partidos populistas (Minado de obstáculos).

→ Tercero, un curso de acción ubicado entre los dos primeros, basado en un


“despliegue rápido” de partidos conservadores que combine lo viejo y lo nuevo
de la política de partidos conservadores en América Latina.

59
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

X. Mainwaring, Scott y Scully, Timothy. 2010. “La diversidad


de la democracia Cristiana en Latinoamérica”, en
Mainwaring, Scott y Scully, Timothy (editores), La
democracia cristiana en América Latina. Conflictos y
competencia electoral, Fondo de Cultura Económica, México
DF: 55 a 100 [pp. 45].

Diversidad de la democracia cristiana en Latinoamérica

Los partidos demócrata-cristianos de la región han abarcado desde la izquierda


(favorables al socialismo revolucionario) hasta la derecha del espectro político. La
diversidad es mucho mayor de la que puede encontrarse en Europa occidental y
mucho más grande que la reconocida por los escritos sobre la democracia cristiana.

Para identificar a los partidos demócrata-cristianos se incluyen a todos los partidos,


después de 1930, que se consideran a sí mismos demócrata-cristianos tal como se
manifiesta en el nombre del partido, en su afiliación internacional y en sus
documentos. Los partidos católicos compartían algunas raíces con los partidos
socialcristianos pero no son lo mismo. Los primeros son más conservadores
políticamente. A menudo estaban vinculados con el orden oligárquico. Varios partidos
demócrata-cristianos en Latinoamérica (Argentina, Brasil, Chile, El Salvador,
Guatemala) se han dado a sí mismos ese nombre, pero otros no lo han hecho así,
entre ellos el Partido de Unidad Social Cristiana (PUCS) de Costa Rica, la Democracia
Popular (DP) de Ecuador, el Partido Acción Nacional (PAN) de México y el Comité de
Organización Política Electoral Independiente (COPEI) de Venezuela.

Los demócrata-cristianos a partir de la década de 1930 aceptaron la democracia en


principio y casi siempre en la práctica, y también aceptaron el liberalismo. Aunque
existieron algunas continuidades entre los primeros partidos católicos y los partidos
demócrata-cristianos, estos últimos se inspiraban en diferentes perspectivas
teológicas, eclesiásticas y políticas.

El contraste es particularmente notorio entre los partidos fundados antes de la


encíclica papal Rerum Novarum (una de las más influyentes en la reorientación social
de la Iglesia en una dirección reformista) en 1891 y los partidos demócrata-cristianos

60
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

fundados en las décadas de 1950 y 1960. Los partidos católicos creados antes de ella
estaban influidos por la posición conservadora de la Iglesia en numerosos temas,
mientras que los partidos demócrata-cristianos fundados entre las décadas de 1950
y 1960 (más liberales) reconocieron la legitimidad y la necesidad de diferentes esferas
religiosa y política. También compartían la preocupación por los valores cristianos
pero en la definición de sus partidos no incluían el combate a la secularización.

Algunos partidos socialdemócratas surgieron en oposición a los antiguos partidos


católicos debido a diferencias políticas religiosas.

Dos generaciones de la democracia cristiana en Latinoamérica

Uno de los factores que contribuyen a la diversidad de los partidos demócrata-


cristianos en Latinoamérica es que éstos han tenido dos generaciones. La primera
comprendía a la Falange Nacional Chilena, al PAN Mexicano, al PDC Brasileño y al
COPEI Venezolano. La segunda incluye al PDC Argentino, al PDC Peruano, al PDC
Chileno, al PDC Salvadoreño, al PDC Uruguayo y al PDC Ecuatoriano. Las bases
teológicas y las actitudes políticas de los partidos de la segunda eran, por lo general,
más progresistas, lo que reflejaba los cambios en las doctrinas que prevalecían en la
Iglesia.

Los PDC de ambas generaciones fueron influidos por las tendencias de la Iglesia
católica y de la política latinoamericana. Los primeros partidos llevaban la marca del
catolicismo anterior al Concilio Vaticano II. En política, la Iglesia por lo general se
alineaba con las fuerzas políticas conservadoras y hostiles al comunismo y al
marxismo.

Los primeros partidos democratacristianos en México y Venezuela surgieron bajo los


gobiernos de centro-izquierda. El PAN fue creado en 1939 durante el periodo
populista de izquierda de Lázaro Cárdenas (1934-1940). El COPEI fue creado durante
el periodo 1945-1948, cuando un gobierno de centro-izquierda y anticlerical trato de
expandir la educación pública e imponer nuevos límites a la educación religiosa.

La segunda generación de PDC nació durante un momento diferente, marcado por


la confluencia de cambios en la Iglesia católica y en la política latinoamericana. La
década de 1950 se caracterizó por el ascenso de un pensamiento eclesiástico y social

61
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

más progresista dentro de sectores de la Iglesia latinoamericana, lo que llevó al


Concilio Vaticano II la convocatoria a Roma de los obispos del mundo para discutir
sobre la misión de la Iglesia en el mundo moderno. El creciente énfasis en los aspectos
más progresistas de la misión social de la Iglesia fue un pilar del pensamiento de la
democracia cristiana. Además, la Iglesia estaba dando una importancia renovada al
patrocinio de grupos católicos laicos, en especial los que tomaban forma de grupos
de Acción Católica que captaron la imaginación de muchos católicos de clase media
en Latinoamérica.

Los partidos democratacristianos en Argentina, Chile, Ecuador y Uruguay fueron


ejemplos de los partidos de la segunda generación, más progresistas. (Revolución
Cubana dio un elemento favorable a estos partidos: para admiradores prometía un
cambio radical que pondría fin a las injusticias y desigualdades sociales pero para
los detractores, amenazaba el dominio del Estado y el gobierno autoritario
restringiendo la libertad religiosa; represión por parte de las fuerzas armadas a
grupos izquierdistas).

La segunda generación de partidos democratacristianos inicialmente pareció ofrecer


una vía intermedia entre la revolución y la reacción. Para sus defensores en
Latinoamérica, ofrecía una promesa futurista: un partido demócrata centrista como
bastión contra el comunismo a la vez que reduciría las desigualdades y la pobreza.

Los líderes demócrata-cristianos de ambas generaciones de partidos creían que los


católicos debían participar en el mundo de la política y actuar como instrumento laico
para transformar el mundo político. Siguiendo la opinión de la Iglesia, consideraron
que el socialismo revolucionario era totalmente reprobado.

Las diferencias entre los partidos demócrata-cristianos no siempre siguieron la pauta


de que los más antiguos eran los más conservadores y los más recientes los
reformistas. Entre los partidos demócrata-cristianos de ambas generaciones se
contaban algunos reformistas y algunos conservadores. Dentro de cualquiera de los
partidos surgieron y decayeron sectores conservadores y sectores reformistas. Sin
embargo, en general, los partidos más antiguos fueron más conservadores, y los más
recientes más reformistas.

Democracia cristiana, Iglesia católica y política de partido

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

La doctrina social católica proporcionó una línea base ideológica indispensable para
los partidos democratacristianos en el momento de su creación y también genero
lealtad a estos partidos entre los líderes y activistas. No obstante, estos partidos
tendieron a volverse más seculares con el transcurso del tiempo. Su dependencia de
la Iglesia disminuye y se distanció públicamente.

En Latinoamérica como en Europa los partidos demócrata-cristianos buscaron su


inspiración en las enseñanzas sociales de la Iglesia católica. Se esforzaron por
introducir esas enseñanzas sociales en la política electoral. En Latinoamérica fueron
creados por católicos laicos comprometidos con la construcción de un mundo mejor
mediando su participación en política.

Cualquiera que fuese la inspiración religiosa, los partidos demócrata-cristianos de


Latinoamérica no fueron creaciones oficiales de la Iglesia. Por el contrario, así como
ocurrió en Europa occidental, los demócrata-cristianos latinoamericanos desde muy
temprano afirmaron que no estaban relacionados oficialmente con la Iglesia.

Aunque católicos activos estaban en la vanguardia que creó los partidos demócrata-
cristianos en Latinoamérica, los documentos de los partidos y sus líderes
proclamaron que el partido estaba abierto a todos los individuos. En algunos casos,
los líderes más religiosos chocaron con los que tenían una visión más secular.

La separación institucional entre el partido y la Iglesia católica no debe oscurecer las


estrechas relaciones entre los dos durante las décadas fundacionales de la
democracia cristiana. Con el transcurso del tiempo, al igual que ocurrió en Europa
occidental, los PDC en Latinoamérica se hicieron más seculares que en el momento
de su creación. No obstante, muchos activistas retuvieron la idea de que se partido
debía defender los valores inspirados por las enseñanzas sociales de la Iglesia.

En algunos países los diputados y los votantes democratacristianos son más


religiosos que los diputados y los votantes de otros partidos. La tendencia hacia la
secularización de estos partidos no ha borrado uniformemente la inspiración religiosa
que los hizo surgir. Muchos continúan marcados por sus orígenes religiosos. Además,
los cambios teleológicos e institucionales en la Iglesia católica continúan influyendo

63
Unidad I - Sociología Política [De Luca]

en los debates sobre la religión y sus vínculos con la política, con importantes
ramificaciones para los democratacristianos.

Ideología y posiciones demócrata-cristianas

Una de las características definitorias de la ideología demócrata-cristiana desde la


década de 1930 hasta las de 1980 o 1990 fue la búsqueda de una tercera vía entre
el socialismo y el capitalismo liberal.

Lo que significaba exactamente la tercera vía por lo general era muy nebuloso en los
programas y escritos demócrata-cristianos, pero es posible percibir los lineamientos
generales. Aunque reconocían un papel para el Estado, la ideología demócrata-
cristiana también hacía énfasis en la sociedad civil y las organizaciones autónomas.

Los demócrata-cristianos criticaban el concepto marxista de que las clases tienen


intereses inexorablemente antagónicos. A diferencia de la noción de la inevitable
lucha de clases, defendían el concepto de un bien común y afirmaban la posibilidad
de la armonía de las clases y de políticas que beneficiaran a todas las clases. A la vez,
criticaban el capitalismo de mercado por su énfasis en un desenfrenado
individualismo y por generar desigualdades sociales. Mientras que el pensamiento
liberal ha hecho hincapié en los derechos individuales, la ideología demócrata-
cristiana ha planteado un equilibrio entre el individuo y el grupo y entre los derechos
y las responsabilidades individuales.

Históricamente, los democratacristianos han argumentado que el capitalismo liberal


ha dado por resultado las desigualdades y promovido el bien individual sobre el bien
común. El capitalismo de mercado, no ofrecía protección a los pobres y el concepto
del individuo humano en el capitalismo clásico, basado en individuos que promueven
su propio interés, era estéril espiritualmente. Aunque rechazaba el dominio del
Estado sobre la personal, la ideología democratacristiana consideraba al Estado un
instrumento útil para corregir los abusos del capital privado.

En la práctica, estos partidos en Latinoamérica han adoptado posiciones que varían


mucho en el debate entre las políticas económicas dirigidas por el Estado y las
orientadas por el mercado. La mayoría de los partidos democratacristianos se
desplazaron hacia políticas más orientadas al mercado en los ochenta y noventa. El

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

deterioro y el colapso eventual de la URSS, el final del sueño socialista y la tendencia


regional hacia políticas más orientadas al mercado ayudaron a que se alejaran de las
políticas económicas estatales.

En los efervescentes sesenta, caracterizados por el surgimiento de movimientos


guerrilleros en muchos países latinoamericanos, los democratacristianos
frecuentemente parecían ser la principal alternativa entre el statu quo y la revolución.
Estos partidos han profesado su compromiso con la democracia.

Ubicación izquierda-derecha

Estos partidos han cubierto una amplia gama del espectro ideológico, de la izquierda
a la derecha. Es difícil identificar un núcleo ideológico que los una. Hay una mayor
variación entre los partidos democratacristianos latinoamericanos que entre los de
Europa Occidental, donde la democracia cristiana nunca ha estado ni tan a la
derecha como el PAN lo estuvo, ni tan a la izquierda como los PDC argentino y
uruguayo. Todos los PDC tenían una inspiración doctrinal común pero evolucionaron
en diferentes direcciones.

La extraordinaria diversidad ideológica de la democracia cristiana en Latinoamérica


surgió en los años sesenta, cuando fueron articuladas nuevas interpretaciones
radicales de la relación entre la fe y la política. Los cristianos radicales adoptaron
como ideal el socialismo revolucionario. El surgimiento del catolicismo radical en
Latinoamérica tuvo un efecto profundo en varios partidos DC en la región, incluyendo
los de Chile, Uruguay Argentina y Perú.

Entendiendo la diversidad de la democracia cristiana en Latinoamérica

Su posición entre la izquierda y la derecha no es la única manera en que los PDC de


Latinoamérica son notoriamente diversos, pero representa una buena síntesis de esa
diversidad. Existen cuatro hipótesis que ayudan a explicar la razón de que los
diferentes partidos evolucionaran en distintas direcciones en la escala izquierda-
derecha.

Primero, los partidos demócrata-cristianos de la primera generación tendían a ser


más conservadores que los de la segunda. Los más exitosos fueron el PAN y COPEI.

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Unidad I - Sociología Política [De Luca]

Nada impuso que los partidos creados tempranamente siguieran siendo más
conservadores tan sólo porque la teología prevaleciente y el sentido de misión de la
Iglesia eran por entonces más conservadores. Los partidos pueden, y de hecho así lo
hacen, adaptarse programática e ideológicamente. No obstante, los partidos obtienen
el apoyo de grupos e individuos en parte sobre la base de sus ideas y programas
iniciales.

Segundo, el análisis espacial de la competencia entre partidos predice que los


partidos buscaran tomar posiciones programáticas o ideológicas que les permitan
obtener el máximo de votos. Aunque acepta que los partidos tienden a ser
responsables y congruentes ideológicamente la mayor parte del tiempo, el análisis
espacial sugiere que responden a las oportunidades en el mercado electoral.

Tercero, los juegos de régimen también han influido en las ubicaciones programática
e ideológica de los partidos.

Y cuarto, los partidos prestan continua atención a sus activistas y miembros de base,
y sus esfuerzos por retener el apoyo de éstos limitan el grado en que pueden actuar
de manera oportunista en respuesta a las ocasiones estratégicas en el mercado
electoral. Los partidos DC de mayor electoral estaban menos dispuestos a arriesgar
el apoyo con que ya contaban llevando a cabo importantes desplazamientos
ideológicos porque tenían más que perder.

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