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PSICÓPATAS EMOCIONALES

1 AGOSTO, 2017 BY AMPARO CALANDÍN PSICÓLOGOS

Es más que probable que conozcas a algúna persona aparentemente normal, que nunca había levantado
sospechas y que tenía una buena reputación y, de repente, te cuentan cómo ha tratado a alguna pareja, amigos
o familia de forma desconsiderada e incluso cruel.
Estas personas no pueden empatizar ni sentir remordimientos, por eso interactúan con las demás personas
como si fuesen cualquier otro objeto, las usan para conseguir sus objetivos y satisfacer sus propios
intereses. Son personas que actúan por egoismo, que pueden hacer algo por alguien o alguna causa pero
para su único y exclusivo beneficio.
Por eso cuando nos hablan de un psicópata, a nuestra mente vienen imágenes como Hannibal Lecter o los
personajes de la serie Mentes Criminales. Sin embargo, en nuestra vida nos encontramos con muchos
psicópatas (pueden serlo en distinto grado) y es bueno identificarlos y saber cómo funcionan. Son psicópatas
que no han delinquido, son personas integradas, pero que pueden afectar de forma muy negativa a nuestra
vida. Según el Dr. Piñuel podemos llegar a toparnos con 60 psicópatas a lo largo de nuestra vida. Son
muy negativos en el ámbito laboral o escolar y pueden ser muy destructivos cuando son nuestra pareja.

CARACTERÍSTICAS DE UN PSICÓPATA

1- Emotivos: El área emocional/interpersonal, es sin lugar a dudas la que más diferencia al psicópata de la
persona normal. Se podría decir que sienten las emociones de diferente manera que el resto de las
personas. Se muestran como locuaces, se expresan con encanto, tienen respuestas vivaces y presentan
historias muy improbables, pero convincentes, que les deja a ellos en buen lugar.

2- Superficiales: Se observa mucha superficialidad, habla de cosas atractivas para las que no tiene
preparación, como poesía, literatura, sociología o filosofía. Y no le suele importar mucho si se evidencia que sus
historias son falsas, o lo ponen en evidencia.
3- Narcisistas: El psicópata tiene además, una autoestima muy elevada, un gran narcisismo, un egocentrismo
descomunal y una sensación omnipresente de que todo le es permitido. Se siente el centro del universo.
4- Fríos: No experimentan ninguna preocupación por los efectos de sus actos en los demás y, en ocasiones, lo
manifiestan claramente. Esta falta de remordimientos y sentimientos de culpa lo lleva a tener una conducta
“fría” y distanciada emocionalmente.
5- Mitómanas: Además, tienen mucha dificultad en ponerse en el lugar de los demás (empatía), y suelen
mentir, engañar y manipular con el objetivo de salirse con la suya.
6- Impulsivos: A nivel conductual suele ser una persona impulsiva, que no valora los pros y los contras de sus
actos. Esta misma impulsividad lo lleva a un deficiente control conductual, es extraordinariamente reactivo a
lo que él considera que son las provocaciones o insultos, que no se consideran como tal por otras personas,
actuando con violencia física y verbal, normalmente desproporcionada a la “ofensa” sufrida. No posee la
capacidad de inhibir su respuesta que generalmente suele ser muy agresiva, tanto física como verbalmente.
7- Adictos a la adrenalina: Siente una necesidad de excitación continuada, lo que le lleva a realizar todos
los deportes de riesgo posible, y a consumir distintas drogas por sus efectos eufóricos, sin valorar en ningún
momento las posibles consecuencias negativas.
8- Irresponsables: Encontramos también una falta de responsabilidad, tanto individual, como cuando varias
personas dependen de él, por ejemplo, empleados o familiares, estos últimos se presentan, en ocasiones, como
obstáculos para poder realizar sus deseos, lo que lo lleva a conductas agresivas. La vuelta al hogar se siente
como un descanso para reponer fuerzas, más que como una forma de convivir con la familia.

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¿CÓMO SE COMPORTARAN CON SU VÍCTIMA?

La víctima de un psicópata se convierte, casi sin darse cuenta en un ser sumiso, dependiente, que ha perdido
toda su luz, “ya no es lo que era”. Se ha vaciado. Uno de los grandes riesgos de la relación de pareja con una
persona psicópata es que la víctima puede acariciar la idea del suicidio porque su vida ha pedido el
sentido.
Normalmente las víctimas propiciatorias son personas con mucha luz, bondadosas, ingenuas, confiadas… que
atraen a las personas psicópatas.
La relación con una persona psicópata pasa por dos fases:

1) Idealización – fase de seducción: en la que la víctima se ve sometida a un bombardeo de amor, con una
intensidad como no ha vivido jamás, que produce una sensación de euforia que hace creer a la víctima que ha
encontrado su alma gemela; todo ello es una estrategia ideada para generar la relación de dependencia,
esconde una agenda oculta, genera una adicción que hace a la víctima cada vez más vulnerable.

2) Desprecio, denostación: las personas psicópatas ya no mantienen la máscara (son personas que se
aburren pronto), ahí la víctima tiene disonancia cognitiva (apariencia de relación buena vs. hechos,
comportamientos que llevan a pensar que no me quiere, me manipula, me traiciona…), esto lleva a la víctima a
una duda permanente y a una paralización. Esta disonancia durará hasta una vez acabada la relación, cuando
se dará un cóctel de emociones (alegría, tristeza, desesperanza, rabia, impotencia, vacío…).

La triangulación es una maquinaria perversa que utilizan las personas psicópatas. Generada la adicción en la
víctima utilizan un tercero, real o supuesto, con el que van a generar celos en la víctima, celos que son
inducidos. Se van a utilizar por la psicópata para propiciar mayor dependencia y culpabilizar a la víctima de ser
celosa, desconfiada. Así las víctimas acaban atribuyéndose lo que pertenece a la estrategia de la manipulación.
Las víctimas hacen esfuerzos desesperados por contentar al otro, que son totalmente infructuosos. De esta
forma una persona normal se convierte en una persona que tiene constantemente el rádar de la desconfianza
encendido.
Y tu…¿Has sido alguna vez víctima de un psicópata emocional? ¿Conoces algún psicópata emocional en tu
entorno?
Si te interesa este tema, te recomiento el libro AMOR ZERO de Iñaki Piñuel, entenderás mejor como
funcionan estas personas y conseguirás recuperar la autoestima que has perdido tras sus manipulaciones.

El depredador emocional se siente inferior aunque no dé esa impresión, ya que suele mostrarse
arrogante. Puede aparecer en muchas situaciones, desde la pareja hasta el grupo de amigos.
Así como en la naturaleza existen los depredadores animales que capturan y aniquilan a otros para
alimentarse, en el ser humano también podemos observar un fenómeno similar. Se conoce como
acoso moral y lo protagonizan los depredadores emocionales y sus víctimas.
Una mirada, una palabra o una simple insinuación son suficientes para comenzar el proceso de
destrucción del otro. Los actos que llevan a cabo los depredadores emocionales son tan
cotidianos que a veces parecen normales. Mediante un proceso de acoso moral o maltrato
psicológico, estos individuos puede conseguir consumir la energía de otras personas.
Este es un fenómeno que se da, normalmente, en ambientes cercanos, como en la pareja, en
el trabajo, en la familia o en el grupo de amigos.
¿Cómo es el depredador emocional?
El depredador emocional se encuentra entre personas de todas las edades, estatus sociales,
culturas y sexo. Aparentemente, son sujetos normales, casi nunca líderes. Suelen ser tacaños,
egocéntricos y narcisistas.

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Su objetivo es el desmantelamiento moral, personal, psicológico y sociológico de las víctimas,
pudiendo causarles heridas muy profundas. Son individuos que se sienten profundamente
inferiores aunque no den esa impresión, ya que se muestran arrogantes y grandilocuentes. Sin
embargo, tienen sacos de remordimientos y rabia enmascarados.
Sienten la necesidad de ser admirados y tienen ansias desmesuradas de éxito y poder. Presentan
una desconexión con sus emociones, despreciando así a sus víctimas.
Cuando son niños, suelen ser los típicos que causan las peleas, pero que no se ven envueltos en
ellas. En la adolescencia, son fríos y distantes, con poco éxito social y rodeados de pocos amigos
a los que manipulan. Y en la adultez, se distinguen por ser arrogantes, manifestándose como
poseídos de la verdad, la razón y la justicia
A primera vista, parecen sujetos controlados, sociables y aceptables. Sin embargo, tras esta
máscara se esconde un cúmulo de intenciones y procesos inconscientes mucho más enrevesado.
¿Quiénes son las víctimas de los depredadores emocionales?
Las víctimas se caracterizan por ser personas bondadosas, honestas, generosas, optimistas
y con fuerza espiritual. Son aquellas personas que presentan características que el depredador
humano anhela y envidia, características que no ha tenido. Los depredadores emocionales buscan
a este tipo de personas para absorberles su energía y vitalidad. Es decir, quieren absorber aquello
que envidian.
Por otro lado, los demás ven a las víctimas como culpables, ya que piensan que son consientes
de las agresiones que reciben. Además, los depredadores son capaces de crear una versión de los
acontecimientos en la que aparecen como buenos y nunca como causantes de mal.
A menudo, oímos decir que si una persona es víctima es por su debilidad o carencia. Sin embargo,
podemos observar que son elegidas porque tienen algo que el agresor anhela: amabilidad,
carisma o fuerza de voluntad. Personas felices que han tenido la desgracia de cruzarse en su
camino.
Pueden parecer ingenuas, ya que no se imaginan que el otro es, básicamente, un
destructor. Es por eso que siempre intentan encontrar explicaciones lógicas, se justifican y lo
defienden.
Al final, simpre perdonan porque aman o admiran, o porque consideran que tienen que ayudar a
esa persona, ya que son los únicos que las entienden. Sienten que tienen una misión que
cumplir. Mientras que el depredador emocional se agarra a su propia rigidez, las víctimas intentan
adaptarse y no dejan de cuestionarse nunca su propia culpabilidad. Simpre procurando
comprender qué desea, consciente o inconscientemente, su perseguidor.

Cómo identificar a un depredador emocional

Al igual que los animales, los depredadores humanos van a por las personas más apetitosas.
Sus objetivos son aquellas personas que tienen las características que envidian: la amabilidad, el
carisma o fuerza de voluntad. Personas felices que han tenido la desgracia de cruzarse en su
camino.
Habitualmente consiguen cobijo en este tipo de personas, se arriman a un buen árbol no para
resguardarse sino para alimentarse de él hasta que muere y pierde su esencia. Cuando deja
de parecer hermoso, buscan otro, sin pena ni dolor por la belleza que han estropeado.
El depredador emocional consume la energía de aquellas personas de las que buscan alimentarse.

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Sin embargo, el sentimiento de culpa puede no ser del todo ajeno a ellos y esto es, quizás, lo más
peligroso ya que de vez en cuando tienen algún gesto sincero de bondad intentando reparar la
infelicidad que siembran. Sin embargo, esto no hace más que hacer dificultosa su identificación.

El depredador emocional se encuentra cerca de nosotros

Este abuso emocional se da especialmente en entornos cercanos: pareja, familiares,


amigos, etc. Son las personas que el depredador conoce mejor y que por lo tanto puede manipular
más fácilmente: se aprovecha de la confianza inherente a los lazos que le unen a estas personas
para dejarlas sin aliento emocional.
La crítica feroz y en los lugares en los que más daño hace, intentar que se conviertan en
personas dependientes para luego retirarles su apoyo, no valorar lo positivo que realizan,
recordarles constantemente los errores que han cometido en el pasado y utilizar el chantaje
emocional son algunas de las herramientas que saben manejar a la perfección y que no les causan
ningún remordimiento de conciencia.
Para conseguir su propósito necesitan dos condiciones: cercanía y tiempo.Cercanía para
establecer lazos que tengan la consistencia suficiente como para poder hacer fuerza sobre ellos y
guiar al otro en la dirección que les interesa y tiempo para que la empatía de la otra persona actúe
a su favor.

El depredador emocional es un manipulador en potencia.

Hay vampiros de todas las edades y de todos los sexos. Los depredadores son personas
normales, nunca son líderes y evitan llamar la atención en entornos sociales que no controlan. Por
el contrario, en entornos que sí controlan utilizan todo su poder y astucia para satisfacer su
necesidad de acción manipuladora.
Grandes actores que están rotos por dentro
Los hay peligrosos y muy peligrosos, cuanto más cercanos y más enmascarados o encubiertos
más aumenta su daño potencial. Se sienten profundamente inferiores, utilizan un mecanismo
compensatorio que habitualmente se basa en la grandilocuencia y la soberbia (arrogancia).
A la víctima la manejan, la humillan y la ningunean de manera sutil y sin que el entorno
común lo entienda como tal. Siempre son capaces de crear una versión de los acontecimientos
en la que aparecen como buenos o víctimas y nunca como causantes de mal.
Son los que sufren las consecuencias de que la otra persona sea una inútil, de que se equivoque
constantemente y son los mártires que están siempre ahí para corregir los errores de los demás.
Se encargan de argumentar sólidamente esta versión y de gritarla a los cuatro vientos, de manera
que los demás se conviertan en propagadores de sus virtudes.
En una disputa solamente ceden cuando entienden que de esa concesión van a poder sacar
un beneficio mayor. Se lo guardan para decir en un futuro “te acuerdas cuando….ahora te toca a
ti” y lo que te toca a ti suele ser una concesión mucho más grande que la anterior.

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Además, nunca provocan una confrontación directa y cuando hay algo que les molesta lo
guardan para echarlo en cara y utilizarlo en la ocasión apropiada, normalmente para conseguir
algo o para que la otra persona le perdone un error aún mayor.
El depredador emocional muchas veces no se da cuenta de cómo está actuando. Este tipo de
personas muchas veces tienen tan integrado su comportamiento que no se dan cuenta de que lo
llevan a cabo y han puesto en práctica sus estrategias tantas veces que las tienen prácticamente
automatizadas. Además, este tipo de personas nunca son felices y arrastran su propio sufrimiento,
son muy racionales y muy pocas veces sienten de verdad.
Cuidado con estos grandes actores, porque a diferencia de los del teatro o las películas, son
capaces de causar heridas muy profundas. De tu habilidad para identificarlos va a depender el
que no te atrapen ni atrapen a ninguna de las personas a las que quieres.

Depredadores emocionales. Amores que atan.


 Depredadores emocionales
 Características de los depredadores emocionales
 Víctimas de los depredadores emocionales
 Cómo identificar a los depredadores emocionales
 Cómo identificar las tácticas del depredador emocional
 Cómo saber si somos víctimas de un depredador emocional
 Cómo liberarte de un depredador emocional
o Artículos relacionados

Depredadores emocionales
Los depredadores emocionales, una vez buscada una víctima con unas características bien
definidas, son capaces de llevar a cabo su destrucción emocional de forma de lo más natural
posible. Sus actos depredadores se convierten en una técnica cotidiana capaz de
destruir totalmente a la persona que cae presa de ellos.

Mediante un proceso de acoso moral o maltrato psicológico, los depredadores


emocionales son capaces de controlar a los demás, y de ese modo tan lamentable, conseguir
sus objetivos y metas emocionales. Disfrutan sometiendo a los demás. Les hace sentir poderosos
y superiores.

Este tipo de personalidades podemos encontrarlas en todos los ambientes posibles.Podemos


encontrar a un depredador emocional en la familia, en la pareja, en el trabajo, en el grupo de
amigos, etc. Es una persona capaz de camuflarse en todo ambiente, y aguardar agazapado a
encontrar una víctima que pueda manipular, acosar y maltratar. Son personas enfermas que
destruyen a todo quienes estén a su lado, y se lo permitan. Por ese motivo es importante
reconocerlos y saber cómo actuar ante ellos.

Caer en sus trampas es muy sencillo. No importa que inteligentes y emocionalmente estables
seamos. Los depredadores emocionales son capaces poco a poco de destruir todo lo que somos.
Y ese daño es posteriormente muy difícil de tratar.

Características de los depredadores emocionales

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El depredador emocional puede serlo a cualquier edad, ya que es una forma de ser. No importa
ni su estatus social, su cultura o su sexo. Son personas que nacen con esa predisposición, y los
factores ambientales han potenciado su modo de actuar y someter a los demás.

Suelen caracterizarse por pasar desapercibidos. No destacan por nada, y eso les hace más
difícil ser detectados por los demás. Son personas materialistas, son un marcado
egocentrismo, y un profundo narcisismo.

Son personas con un gran nivel de ansiedad, y lo único que les aplaca ese estado nervioso
es el control. Por ese motivo sólo se sentirá bien en los entornos y ambientes conocidos. Además
sólo podrá sentirse confortable con las personas que ya conoce. Son personalidades muy rígidas
a la hora de experimentar nuevas experiencias, ambientes o conocer a otras
personas. Necesitan tenerlo todo controlado. Por ese motivo necesitan controlar a los demás, y no
dudará en emplear las técnicas que hagan falta para conseguir sus objetivos.

Cuando los depredadores emocionales son niños, suelen ser del típico niño que tira la piedra
y esconde la mano. Nunca buscará enfrentamientos directos, y utilizará a alguien cuya
personalidad sea más pasiva, para que se enfrenten por ellos. En la adolescencia se caracterizan
por una gran frialdad. Tendrá muy pocos amigos, y serán aquellos que ha conseguido
manipularlos.

En la edad adulta, cuando todos tenemos más recursos para enfrentarnos a los problemas
diarios, los depredadores emocionales seguirán actuando como cuando eran niños. No tiene
capacidad ni recursos emocionales para afrontar los problemas típicos de la edad adulta. Su modo
de actuar seguirá siendo la manipulación y el maltrato para conseguir la seguridad que necesita.

Víctimas de los depredadores emocionales


Los depredadores emocionales siempre buscan un perfil determinado de víctima.Éstas suelen ser
personas bondadosas, generosas, y optimistas. Son personas sumamente agradables y
empáticas. Suelen ponerse siempre en el lugar de los demás. Son características que el
depredador emocional quisiera par sí mismo, pero es incapaz. Por ese motivo las somete, necesitan
absorber todo lo bueno de los demás para sentirse bien.

Es tal la manipulación que reciben, que las victimas pueden verse como cómplices de los actos
nocivos que realiza el depredador emocional. Todo ello es debido a que están tan sometidas que
son capaces de enfrentarse a los demás en nombre del propio depredador. Las victimas dejan de
ser ellas mismas para convertirse en un apéndice de su maltratador.

Tendemos a pensar que las victimas lo son por su debilidad o por sus carencias, pero no es así. Los
depredadores buscan victimas que puedan controlar, y esas personas siempre son
personas bondadosas que buscan ayudar al prójimo. Las víctimas se caracterizan
fundamentalmente por su bondad, incapaces de pensar que pueda haber alguien que quiera
hacerle mal y manipularlas.

Si las victimas llegan a descubrir la manipulación son capaces de perdonar y comprender el porqué.
Por ese motivo el depredador emocional seguirá actuando de igual modo, siempre que sus
víctimas les dejen hacerlo.

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Cómo identificar a los depredadores emocionales
Al igual que ocurre en la naturaleza, todo ser vivo se alimenta de otros seres más apetitosos. Por
ejemplo, un carnívoro atrapará y comerá otros animales, o un herbívoro comerá la hierba más
jugosa. Pues el depredador emocional se comporta de igual modo. Atrapa a su presa si está
reúne las características emocionales que tanto le aportan, como es la bondad, la amabilidad
o el carisma.

Los depredadores emocionales consumen la energía que sus víctimas le ofrecen. Para ello
no dudarán en manipular y acosar a su presa para conseguir que se someta a sus voluntades, y
alcanzar todo lo que anhela.

Estos abusos emocionales siempre se dan en entornos cercanos, como puede ser la familia,
la pareja, amistades o trabajo. Cuando mejor conozca a su víctima, más ventaja tendrá el
depredador a la hora de manipularla. Por ese motivo, todas las víctimas de esta clase de
acosadores son personas cercanas.

Podrás descubrir a un depredador emocional, cuando intente someter a los demás,ya sean
mediante críticas, violencia, o acoso. Sus mensajes siempre estarán encaminados en minar la
autoestima de su víctima, como por ejemplo, recordarle siempre sus errores y jamás hablar
de todas sus virtudes. Jugarán siempre con sus emociones para que las víctimas sean incapaces
de reflexionar lo que está ocurriendo y se hundan cada vez más.

Para conseguir que su víctima se someta, sólo necesita tiempo y cercanía.Necesita de


victimas que ya conozca y formen parte de su entorno. Y necesita tiempo para poder acabar con la
autoestima de su víctima y someterla a sus voluntades. Evitarán siempre una disputa directa. Huirán
de ella. Si hay algo que le molesta, se lo guardarán para poder echarlo en cara, y utilizarlo en la
ocasión que vea más apropiada.

Un depredador emocional empezará con buenos métodos. Te irá enredando poco a poco con
muy buenas maneras. Poco a poco irá aislándote. Sólo te quiere para él. Y una vez no tengas
ningún apoyo, te destruirá con sus críticas, susmanipulaciones y su acoso. Acabará con tu
autoestima, y te verás sometida a su voluntad. Hará que siempre te sientas en deuda con él,
y aprovechará tu sentimiento de culpa para aprovecharse de ti. Eres la herramienta que
necesita para conseguir todo aquello que quiera.

Cómo identificar las tácticas del depredador emocional


La primera táctica que utilizará siempre un depredador emocional es crear un sentimiento de
culpa a su víctima, así como hacerla responsable de todo lo malo que le sucede, y de los
conflictos que ambos puedan tener.

Al principio su posición será de una supuesta tolerancia, que poco a poco irá abandonando con tal
de culpabilizar a su víctima. Ésta se sentirá siempre en deuda con su acosador. Todo ello se
consigue mermando la autoestima de la persona que sufre ese tipo de maltrato
emocional. Los depredadores emocionales utilizarán siempre cualquier fallo o error de sus
víctimas para usarlos en su contra.

La violencia física y/o verbal sólo la hará práctica cuando la víctima se niegue a caer en la
trampa, y sucumbir a los deseos del depredador emocional. La violencia será una herramienta
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a utilizar en caso de necesidad. Es decir, cuando las palabras no surjan su efecto, los depredadores
emocionales se convertirán en verdaderas bestias capaces de someter mediante la violencia a
sus víctimas.

Cómo saber si somos víctimas de un depredador emocional


Toda víctima de un depredador emocional, puede estar durante mucho tiempo sin darse cuenta
que está sometida a una manipulación tan nociva. A veces este descubrimiento no se da hasta
que la víctima está destrozada emocional y psicológicamente, dejando de ser la persona que antes
era.

Para que podamos saber si somos víctimas de este tipo de personas, ya sean éstas amigos,
nuestra pareja o algún familiar, es preciso que reflexionemos acerca de las siguientes preguntas:

 ¿Has perdido contacto con tus seres queridos? ¿Crees que puedes sentirte aislado? ¿No
tienes libertad para relacionarte con amigos y familia?
 ¿Crees haber perdido tu modo de pensar o tus valores? ¿Sientes que has cambiado?
¿Puedes expresarte libremente al lado de esa persona? ¿Tienes miedo a cometer errores?
 ¿Te sientes a menudo culpable? ¿Te sientes valorada? ¿Te valoras?

Si te sientes aislado, y no tienes ninguna relación con tus seres queridos. Has cambiado de valores
y de modo de pensar, temes poder expresarte por miedo a los juicios de cierta persona, y tienen
un concepto negativo sobre ti mismo, quizás estés sufriendo los ataques de un depredador
emocional.

Cómo liberarte de un depredador emocional


Escapar de un depredador emocional jamás es sencillo. Cuando la víctima es consciente de
todo lo ocurrido, el daño es tan inmenso que es incapaz de actuar sin ayuda, ya que el miedo, la
inseguridad y la culpa está instalada en su interior.

Las personas que ha sido víctima de estos depredadores emocionales ya no son la


mismas. Todo lo que han sido se fue. Por tanto hay que reestructurar sus pensamientos y sus
emociones. Es un proceso lento en la que la ayuda profesional es imprescindible.

El primer paso para liberarse de ese poderoso yugo es ser conscientes de todo lo que ha pasado.
Es decir, aceptar lo ocurrido y evitar a toda costa que vuelva a ocurrir algo parecido. Todo
queda entonces en una decisión: alejarse de la persona que tanto le hizo daño, y reponerse de las
heridas.

Las víctimas tienen que llegar a ser capaces de liberarse de toda la culpabilidad y
remordimientos para poder recomponerse. Para todo ello es necesario, como ya he citado
anteriormente, buscar ayuda profesional. Nadie puede salir de algo así por sí mismo. Las victimas
acumulan tal grado de sufrimiento que debe ser tratado adecuadamente.

También es fundamental buscar apoyo social y familiar. No hay nada mejor que rodearse de
las personas que más te quieren. Son nuestra tabla de salvación. Y sobretodo debe enseñar a los
demás cómo le pueden ayudar. De ese modo obtendrá la ayuda y el apoyo que necesita.

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A veces se verá necesario la intervención de la propia justicia. Es muy difícil demostrar el
maltrato psicológico o emocional, pero si se puede optar por medidas que permitan que los
depredadores estén alejados de sus víctimas. Ello es fundamental para salvaguardar
el bienestar de las víctimas y que puedan sanarse adecuadamente.

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