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Palabras preliminares
Primera parte
LA CONTRATRANSFERENC1A
I. La contratransferencia y el pensamiento psicoanalítico
II. Contratransferencia y metapsicología del recurso
de la hechicería
Segunda parte
LA HISTORIA DE LA TRANSFERENCIA
I. La historia del concepto
II. De la miseria histérica a la desdicha banal
III. La transferencia de Dora
IV. Ferenczi o la transferencia como introyección
Tercera parte
TRANSFERENCIA Y REALIDAD
I. La realidad en la transferencia
II. La realidad de la transferencia
Cuarta parte
L E TRANSFERT
Biblioteca de la Esfinge
Colección dirigida
por R a ú l S c ia r h e t t a
Derechos Reservados
M. N.
PRIMERA PARTE
LA CONTRATRANSFERENCIA
CAPITULO I
CONTRATRANSFERENCIA Y PENSAMIENTO
PSICOANALÍTICO
Acepción restringida
La implicación d el analista
Teoría extensiva
Esta última observación introduce en una teoría extensiva de
la contratransferencia, cuya acepción se ve entonces ensanchada
hasta el grado de comprender todas las manifestaciones, ideas,
fantasmas, sentimientos, interpretaciones, acciones o reacciones
que corresponden al analista. Si semejante acepción puede con
cebirse teóricamente (y aunque, en cuanto a nosotros, tengamos
tendencia a llevar la noción de contratransferencia mucho más allá
del grado de una estricta oposición a la transferencia) nos parece
que no ofrece más que un interés relativo, y que no estuvo lejos
de dar cuenta del lazo conflictivo afectivo y dinámico (en el
sentido de la M etapsicología) que se anuda en la situación analí
tica, y no toma su valor más que en esta situación.
Se trata, pues, de otra paradoja de la contratransferencia que
habrá que captar: que al mismo tiempo se la pueda concebir como
precediendo a la situación analítica propiamente dicha (análisis
didáctico previo, formación, desviaciones u ortodoxias de todo
orden) y que no tome su verdadera dimensión más que si se la
confronta con las solicitaciones internas nacidas de la situación
analítica.
Existe entonces un problema que concierne a la especificidad
de una contratransferencia analítica, puesto que tanto el análisis
como otras disciplinas se apropian una parte de su teoría, utilizan
sus conceptos, se inspiran en su formación, y de una manera
general tienen acceso a los conocimientos teóricos del psicoaná
lisis.
LA TRANSFERENCIA 17
El pensamiento animista
El pensamiento y el fantasma
Primer ejemplo
s Ibíd., p. 482.
9 D. Lagache, La psychanályse, París, P.U.F., págs. 6-51.
LA TRANSFERENCIA 43
Nuevo silencio.
“E l otro día estuve en lo de X (X se enlaza por asociación táci
ta y ya interpretada con su padre). No estoy allí para entreter-
n erlo. . . es demasiado grande todo esto . . . el psicoanálisis, X,
dem asiado grande. . . Tuve un sueño esta n o c h e .. yo estaba en
una inmensa catedral... había exvotos... m ire usted, su vientre
gorgotea... usted habla pues, usted p rotesta.. . ”
La aparente divergencia de este texto, donde sin embargo se
observan varios hilos de asociación, en realidad converge hacia lo
que se traduce por una suerte de interpretación: que a falta de
obtener una respuesta sacudiéndome como al oso, él hablaba aho
ra como si estuviera en mi interior.
El tejido asociativo no es menos complejo porque esté cosido
con hilo blanco. No daremos de él más que las cadenas princi
pales, las de las ijadas. . . la cabeza y el oso, lo demasiado gran
de, lo demasiado pequeño, el padre y las bofetadas.
Desde las primeras palabras, el niño encuentra en un desorden
que parece excluirlo el juguete del que va a servirse; me lo mues
tra todo dislocado: el niño castigado.
Pegar a un niño para mí sustituye o más bien se integra en
la continuación del texto de manera casi inextricable; vuelven
a mí pedazos del texto que inserto entre comillas, comillas que
habría que testar. Escucho lo que se me dice a través de pegar
a un niño.
—‘él y su hermano decidieron . . . ”
( “el niño golpeado nunca es el mismo paciente, sino un her
mano o una hermana”).
—“Decidieron que era un oso m alo . . . ”
Esta decisión me interesa, adivino en ella el acuerdo tácito de
los dos niños disfrazando el odio que experimentan entre sí para
vengarse juntos del padre reproduciendo sobre el oso el tratamien
to (fantasmático) que se les había infligido, tanto como los capiro
tazos probablemente reales . . .
(“Mi padre golpea al niño a quien odio”)
al mismo tiempo, y como algo que habría que traer por sobreim-
presión, sé que este texto me concierne. No sólo por la alusión
al desorden de la sala de espera, sino sobre todo por el contexto.
El recuerdo de una escena sadomasoquista no me sorprende, sé
LA TRANSFERENCIA 51
CONTRATRANSFERENCIA Y METAPSICOLOGÍA
O EL RECURSO A LA HECHICERA
La mónada metapsicológica
El movimiento dialéctico
De la adivinación
Como legislación
HISTORIA DE LA TRANSFERENCIA
CAPITULO I
El fenóm eno
Su extensión
Extensión temporal
Mesmer
Contexto d e Mesmer
La comisión real
Protocolo d el magnetismo
Las cubetas
El mesmerismo yjf
Según Mesmer el magnetismo animal puede curar inmediata
mente los males de los nervios y mediatamente los otros; perfeccio
na la acción de los medicamentos, provoca y dirige crisis saluda
bles, de manera que es posible adueñarse de ellas ; por su inter
medio, el médico conoce el estado de salud de cada individuo, y
juzga con certeza el origen, la naturaleza de las enfermedades
más complicadas. Impide su acción y llega a la curación sin efec
tos peligrosos, cualesquiera que sean la edad, el temperamento
y el sexo.
Mesmer se hacía ayudar en sus prácticas por un “criado toca
dor”. Sin embargo, la comisión, que se dirige únicamente a d’El-
son, miembro de la Facultad de Medicina, hace que se proceda
a experiencias de cubetas particulares: sin resultado. Enterada
de un informe secreto que insiste sobre el peligro de abusos se
xuales y aun de violaciones, pronuncia la condena. Uno solo de
sus miembros se niega a firmarla (Laurent de Jussieu), estiman
do que Mesmer está en las huellas de una fecunda verdad fal
seada por la insuficiencia científica y que la verdadera ciencia
debería retomar y fecundar.
102 M IGUEL NEYBAUT
Chastenet de Puységur
Maine de Biran
Es que, en efecto, lo sabemos: el “derecho de hacer otro tanto”
no es un título de lucidez. Fue preciso, y mucho, que los médi
cos del siglo xix supieran poner en claro las consecuencias y sobre
todo las implicaciones del magñetismo. Como de costumbre, pa
recían más urgidos por denunciar su fortuna y estigmatizar su
charlatanismo en nombre de la objetividad científica.
Sin duda, los médicos de París se habrían inspirado mejor si
hubiesen leído a Maine de Biran. Cierto es que no tuvieron la
posibilidad, como Bergerac, de una “sociedad médica” fundada
por un filósofo, subprefecto por añadidura.
Crítica de Biran
Sin embargo, en 1809 Maine de Biran escribió una obra sobre
el sonambulismo y el sueño,5 y más tarde, en su obra antropoló
gica,6 algunas consideraciones sobre el magnetismo. Obsesiona
do por las relaciones del cuerpo y del espíritu, su fundamental
crítica de Descartes, conservando el primado de la subjetividad,
remplaza el “yo soy” del cogito por un “yo quiero” que abre el
verdadero problema, al que enfrentará durante toda su vida: el
5 M. de Biran, Nouveües considérations sur le sommeil, les songes et le
somruimbulisme, P.U.F., Ed. Tisserand, 1952, t. V, págs. 130-203.
0 M. de Biran, Nouveaux essais d’anthropologie, P.U .F., Ed. Tisserand.
í. XIV.
LA TRANSFERENCIA 107
Cita d e Biran 8
Biran-Ferenczi
Biran-Ferenczi-M. Klein
Jam es Braid
Liebault
La idea fija
Bem heim
La escuela de Nancy
El rom pecabezas
LA TRANSFERENCIA DE DORA
Dora
8 El sublineado es nuestro.
8 Cinq psychanaltjses, P.U.F., 1966, trad. fr., pág. 8 9
LA TRANSFERENCIA 145
FERENCZI O LA TRANSFERENCIA
COMO INTROYECCIÓN
La introyección vitalicia
TRANSFERENCIA Y REALIDAD
CAPITULO I
LA REALIDAD EN LA TRANSFERENCIA
La seducción
El acontecimiento
LA REALIDAD DE LA TRANSFERENCIA
2 El subrayado es nuestro.
. 3 S. Freud, “Introducción al psicoanálisis”, en Théorie générale des né-
vroses, trad. V. Jankélévitch, París, Payot, 1949, pág. 366.
LA TRANSFERENCIA 215
LA NEUROSIS DE TRANSFERENCIA
Transferencia blanca
Transferencia lateral