Vivimos en ella y no sólo la utilizamos, la aceptamos y en muchas ocasiones, la

preferimos. La economía subterránea hace parte del colectivo que ve una oportunidad
de satisfacer sus necesidades, todo dependiendo de qué quiera conseguir o evadir.

Al hablar de que existe "Otra Economía" se insinúa que Colombia dispone de actividades
productivas no registradas, o sub registradas por las Cuentas Nacionales en la
agricultura, la industria, el comercio, la minería y la construcción. Aquellas actividades
que no son ilegales, como aquella que simplemente evade impuestos o en un margen
más amplio sobre el termino también tenemos aquellas actividades ilegales como la
producción-tráfico de drogas y el contrabando.

El tamaño de la economía subterránea en Colombia se aproxima al 39,8% del PIB del

país, unos 320 billones de pesos. En ello han influido la ilegalidad, la informalidad laboral
además de la empresarial. Evasión tributaria y el uso exponencial del efectivo. Su papel
se da en las transacciones en dinero en efectivo que hace Colombia, teniendo un
porcentaje de 90% del total con sólo un 10% en transacciones por medios electrónicos;
comprado con un 62% de uso de estos recursos por parte de países como Chile y
Australia, quienes en economía subterránea tienen el porcentaje del PIB en 18,7% y
20,9% respectivamente.

Las transacciones se efectúan en efectivo y no se pagan impuestos; no hay facturas, ni

declaraciones de ingresos. La mayoría de los trabajadores, por su informalidad, no tienen
acceso a ningún servicio de seguridad social. Aunque el comercio callejero es el rostro
más conocido de la economía informal, abarca muchas otras actividades, como la
industria, los servicios, la construcción o el transporte.

Por otro lado, es necesario resaltar el papel del gravamen a los movimientos
financieros+- (GMF), el cual estimula el tamaño de la economía subterránea ya que
induce el uso del efectivo además de drenar las formalizaciones en los pagos de
impuestos y de parafiscales laborales.
Aquellas instituciones gubernamentales relacionadas con este tipo de economías
emergentes suelen ser débiles e ineficientes, permitiendo que las actividades ilegales se
filtren en distintas ramas como la política. Causando tras de sí una enorme capacidad
para acceder a la corrupción.

Entendiendo a la corrupción como el intento de obtener un beneficio individual por

encima de los recursos del grupo que son para todos, se permite legitimar actos como
evadir impuestos, ‘colarse’ en el transporte público, comprar piratería y hasta celebrar un
penalti injusto solo porque favorece al equipo de fútbol del cual uno es fanático
Posiblemente para muchas personas ya sea usual el conocer los papeles del narcotráfico
y la corrupción en Colombia. Pero en muchos casos hablar con ejemplos nos acerca más
al entendimiento de las dimensiones económicas del término subterráneo, como lo era
el gasto mensual de Pablo Escobar, quien pagaba 2.500 dólares –cerca de 8 millones
de pesos- para las cintas de goma utilizadas en organizar los fajos de billetes.

Hay que considerar que el narcotráfico ha presentado su reducción en el negocio. Sin

embargo, ciertos procesos de captación económica manejados por grupos paramilitares
e insurgencia, como la minería ilegal, la extorsión de la población e incluso el cultivo de
la palma africana. Pero el narcotráfico todavía da lugar a un monto de recursos muy
cuantiosos que van a seguir financiando a los ejércitos irregulares, alimentando la
criminalidad y valor en la economía colombiana.

Se estiman soluciones como la erradicación de los cultivos de coca, reducción gradual

de las tasas impositivas y combatir la evasión fiscal. Además de evitar, mediante la
facturación electrónica la limitación de las cantidades de envíos y pagos en efectivo