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Teoterapia de la Promesa
Consejo editorial:
Ministerio Educativo Nacional
Asociación Cruzada Estudiantil y Profesional de Colombia
(Centro Colombiano de Teoterapia Integral)
Carrera 26 No 5C-25, teléfono 5583670 (62)
Cali, Colombia
E-mail: acepc-sys@emcali.net.co
Impresión digital:
Este libro no podrá ser reproducido, en todo o en parte, por ningún medio impreso o de
reproducción sin permiso escrito del editor.
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas fueron tomadas de la Versión
Reina Valera de 1960. Sociedades Bíblicas Unidas.
DEDICATORIA:
A todos los "hijos del pacto", quienes han entregado su vida para traer a
otros bajo la cubierta de amor del pacto sempiterno de su gracia.
CONTENIDO
PRÓLOGO
Página
CONCLUSIÓN
PRÓLOGO
Cada vez que tengo el privilegio de hablar de Papá Dios, mi corazón se llena
de alegría por la oportunidad de compartir al menos un poco de lo mucho
que Él me ha dado.
En este libro estudiaremos los diferentes pactos que Dios ha hecho con los
hombres y que finalmente tienen su cabal cumplimiento en la renovación del
Pacto: Jesucristo. De igual manera descubriremos la dimensión espiritual de
ser y vivir a la altura de un hijo del Pacto.
NÉSTOR CHAMORRO P.
CAPITULO 1
*Entre Laban y Jacob. La rencilla entre estos dos personajes se inicia por el
temor y la desconfianza. Luego de trabajar duramente por 14 años Jacob
obtiene sus dos esposas. Mediante un proceso milagroso logra multiplicar
sus rebaños y decide regresar a su tierra de oriente. El conflicto comienza
porque la decisión de Jacob no es comunicada a Laban, lo cual le molestó
muchísimo. Además Raquel hurta de la casa de su padre sus dioses. En el
pacto entre Laban y Jacob se plantean condicionamientos y beneficios, y se
pone por testigo de manera simbólica un majano (montón de piedras).
(Génesis 31: 44-54).
Las naciones que rodearon al pueblo de Israel muchas veces se unieron bajo
pactos de diferentes índole. No se registra claramente en el contenido bíblico
un pacto realizado entre Israel con otra nación o pueblo específico, solo
podremos mencionar esporádicas alianzas de tipo militar resaltando el
precedente de que esto no fue de agrado al Dios de Israel. (2 Crónicas
28:16-25)
EL PACTO INCONDICIONAL
El llamado pacto incondicional es una disposición soberana de Dios por la
cual se establece un convenio incondicional con el hombre, obligándose Dios
a sí mismo a cumplirlo mediante la gracia, es decir lo que se prometió es
concedido soberanamente por Dios. Este tipo de pacto esta basado en la
autoridad e integridad de quien realiza el pacto: Dios, independiente del
mérito o respuesta del receptor del mismo (el hombre). Es un pacto exento
del "si" condicional.
Mediante este pacto Dios prometió que no volvería a destruir la tierra con un
diluvio; y selló este pacto poniendo su arco (arco iris) en las nubes. Este
pacto tenía la forma de promesa incondicional y lo estaremos estudiando en
capítulos posteriores de manera más minuciosa.
El pacto Davídico
EL PACTO CONDICIONAL
El pacto Mosaico
Este pacto celebrado con los hijos de Israel en el Sinaí era condicional, pues
dependía de cada uno de los integrantes de este especial pueblo que
recibieran del corazón del Padre sus preceptos y ordenanzas para un mejor
vivir. Él sería el Dios de ellos, los bendeciria y los guardaría, y ellos estarían
en todos los aspectos de su vida observando fielmente su ley.
“Sucedió al fin de los cuarenta días y cuarenta noches, que Jehová me dio
las dos tablas de piedra, las tablas del pacto”
(Deuteronomio 9:11)
“Así partieron del monte de Jehová camino de tres días, y el arca del pacto
de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, …”
(Números 10:33)
"Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en
todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os
he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo
árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer".
(Génesis 1:28-29)
El pacto adámico fue hecho con Adán como representante de todos los
hombres, no solamente como individuo.
Adán y Eva fueron colocados en el huerto del Edén, (que significa “Deleite”),
donde moraron un corto espacio de tiempo antes de que pecaran. En
Génesis 2:10-14 se describe lo hermoso y especial de este lugar, no podía
existir un ambiente mejor y tan deseable como este; todo lo que el hombre
pudiese anhelar estaba allí a su disposición.
En el huerto del Edén, Dios dio a Adán un trabajo benéfico que realizar, el
hombre tenía la responsabilidad de labrar y cuidar este lugar. Además de
esto Dios dio al hombre una compañía idónea, es decir alguien que fuera
apropiado para él, que estuviera a su nivel y fuera una compañera
adecuada.
Esta primera pareja tenía el ambiente ideal para ser felices, nada les faltaba.
Dios era para ellos además de su Creador, su Papá, Guía y Formador de sus
vidas. Les amaba y por ello se ocupó personalmente de sus necesidades. La
relación que ellos tenían con Dios, era directa y El de una manera personal
se encargó de mostrarles cada detalle y rincón de lo que por amor había
diseñado para ellos.
Les dio instrucciones específicas a manera de normas, a las cuales debían
sujetarse; entre ellas les comunicó que podían comer de toda la variedad de
arboles que había en el Paraíso, menos de uno:
Dios se muestra ante ellos como Proveedor, a su vez ellos debían dejarse
orientar por Él, escuchar su voz y ante todo vivir en obediencia. Para ello fue
necesario examinar su fidelidad y obediencia colocándoles una prueba que
forjaría realmente el carácter fiel y obediente de Adán y Eva. Cabe anotar
que cuando Dios hizo al hombre, entre todos los privilegios que le otorgó, lo
diseñó con libre albedrío o capacidad de decisión. Al tener Adán todos los
atributos de la personalidad: capacidad de pensar, sentir y decidir; Adán
podría entonces tomar la decisión de obedecer o no a Dios.
LA CAIDA
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que
Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho:
No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del
fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que
está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para
que no muráis.
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; si no que sabe Dios que el
día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal.”
(Génesis 3: 1-5)
Lo que la serpiente hizo, fue convencer a la mujer de que Dios no era tan
bueno como se suponía que debía ser. “Este árbol en el huerto, de verdad
sería bueno comer de él, aquí hay algo maravilloso para ustedes, pero Dios
lo está reteniendo, ¿por qué?, porque en realidad no les ama tanto;
realmente Dios no es tan bueno como dicen que es, verdaderamente no
pueden confiar tanto en Él. Así que Eva, Adán, mejor empiecen a
preocuparse por ustedes mismos.”
Supongamos que una pareja de esposos están discutiendo y ella le dice: “Te
odio, eres un ogro, un malvado, una persona cruel”. Ella está atacando la
persona y el carácter de él, no le está recriminando sus actos, sino su propio
ser. Esto es exactamente lo que el hombre estaba haciendo con Dios. Esta
actitud es la que engendra todo acto de pecado. “Dios no es tan bueno como
lo dice la Biblia, debo cuidar de mí mismo; porque si en verdad confío en
Dios, algo saldrá mal; o tal vez no haga las cosas como yo quiero, o no va a
cuidar de mí como debiera de ser.”
Adán y Eva creyeron, que por sus propias fuerzas podrían tener una vida
mejor de la que estaban teniendo dependiendo de Dios; y tomaron la
decisión de apartarse de ÉL.
¡Que panorama tan desolador! Me imagino qué pudo haber sentido este
primer hombre, para quién la presencia de Dios era un cara a cara
permanente. Allí frente a su Creador, sin poder mirarle y queriéndose ocultar
de su presencia, escuchando con amargura de alma algunas palabras que
salían de su corazón adolorido. Decepción, tristeza y una sensación de
soledad, tuvo que haber también en el corazón de Dios.
CONSECUENCIAS DE LA CAIDA
Tal vez usted lucha consigo mismo, con su espíritu rebelde; está temoroso y
confundido, pero se dice a sí mismo: “No, yo no debo dejar que nadie se
entere de esto, porque si lo hago, ya no pensarán que soy un buen
cristiano".
“Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día;
y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre
los árboles de huerto”
(Génesis 3: 8)
¿Por qué no salió el hombre y dijo abiertamente: “Jehová Dios, reconocemos
que hemos cometido un error gravísimo"?. No lo hizo porque ahora él
sospechaba de Dios. “Dios nos va a hacer algo terrible, tal vez si nos
quedamos detrás de los árboles ni se dará cuenta de que estamos aquí.”
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en é cree, no se pierda, más tenga vida eterna".
(Juan 3:16)
"A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces;
con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y é se
enseñoreará de ti"
(Génesis 3:16)
CONDICIONES
"Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos..."
(Génesis 1:28)
En este pacto la obediencia que Dios espera del hombre debe ser
consecuencia de la confianza (fe) en Él y en su palabra, según lo expresa el
libro de Hebreos 11:6:
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Desde el principio de la creación, la voluntad de Dios ha sido llevarnos a
experimentar vidas de realización y éxito integral, pues, para la gloria suya
hemos sido creados. Esa intención divina se vio frustrada por el acto de
rebeldía que puso a la humanidad en la más triste condición de muerte y
separación.
ANTECEDENTES
Dios dio a Adán y Eva otro hijo, y renovó la simiente justa en Set, quien
anduvo por fe y agradó al corazón de Dios. Rápidamente creció la población
del mundo, algunos siguiendo la corriente de Caín y otros la de Set
El pacto de Dios con Noé, es el inicio, luego del pacto adámico, del desarrollo
del plan de redención que Dios ha trazado en favor del hombre caído.
Podemos decir que es una renovación del Pacto con Adán, en el cual, la
humanidad es sujetada a una nueva prueba.
"Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: no volveré más a
maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del
hombre es malo desde su juventud; no volveré más a destruir todo ser
viviente, como he hecho. Mientras la tierra permanezca, no cesarán la
sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la
noche".
(Génesis 8:21-22)
"Y dijo: Maldito sea Canaán; siervo de siervos será a sus hermanos. Dijo
más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, y sea Canaán su siervo.
Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su
siervo"
(Génesis 9:25-27)
CONDICIONES
Este pacto es incondicional, eterno y universal, arraigado en la gracia divina
y aunque no depende de la comprensión o respuesta positiva por parte de
los beneficiarios, sí requiere de una fe que se expresa en obediencia.
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
ANTECEDENTES
El pacto con Abraham significó un gran cambio para la vida de este patriarca
y sus descendientes, quienes llegaron a ser los herederos de la promesa. Es
un pacto establecido de manera incondicional y por la gracia, es eterno
debido a su carácter incondicional, y establece la circuncisión como señal del
mismo. A pesar de que el pacto con Abraham es particular y limitado, el
contexto muestra que Dios tenía provista una bendición universal.
"Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con
nuestros padres, diciendo a Abraham: en tu simiente serán benditas todas
las familias de la tierra"
(Hechos 3:25)
En este pacto las promesas se cumplen para los “hijos de los hijos”, con la
condición de que estos compartan una actitud consciente y voluntaria de fe
hacia Dios. Ahora bien aunque se resalta el requisito de la fe, aún
permanece vigente la necesidad de la obediencia como expresión ineludible
de una fe sincera.
CONTENIDO DEL PACTO
-De forma material. "Y Jehová dijo a Abram, después que Lot partió de él:
alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur,
y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu
descendencia para siempre". (Génesis 13:14)
-De forma espiritual. "Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia".
(Génesis 15: 6)
CONDICIONES
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Este pacto nos lleva a reflexionar sobre los dos ingredientes básicos de la
vida de un hijo de Dios: la fe y la obediencia como modo de vida. No
podremos llegar muy lejos en nuestro caminar con el Señor a menos que
elijamos el camino de la fe, que acompañada de obediencia son el distintivo
de los hijos identificados con Abraham (padre de la fe). El ejercicio de la fe
nos llevará a vivir el linaje del cual provenimos, y nos llevará a asumir
nuestro llamado a poseer naciones, dejando una huella indeleble en la
historia de la humanidad.
CAPITULO 5
ANTECEDENTES
Antes que se consumase la liberación de Israel, Dios tuvo que enviar diez
calamidades nacionales para vencer el obstinado rechazo del Faraón de
Egipto. Justo antes de la muerte de los primogénitos egipcios, fue instituida
la pascua, en la cual Dios les mandó a matar un cordero por cada casa, y a
rociar la sangre sobre los postes de las puertas de las casas. Por medio de
esta señal el ángel de la muerte habría de reconocer los hogares de los
hebreos y no serían tocados cuando viniera para destruir los primogénitos.
Ante la angustia de esta visitación del Dios de Israel, los Israelitas fueron
rápidamente puestos en libertad.
Es en este lugar donde se lleva a cabo el pacto de Dios con Israel, que
también se conoce como pacto mosaico. En este pacto ya no solamente está
involucrado un hombre, sino que es un pacto con un pueblo, teniendo a
Moisés como mediador de gracia. En su papel, Moisés representaba al
pueblo y a su vez intercedía en su favor, ejerciendo de esta manera también
la función sacerdotal.
CONDICIONES
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
“Hice pacto con mi escogido; juré a David mi siervo diciendo: Para siempre
confirmaré tu descendencia, y edificaré tu Trono por todas las
generaciones”.
(Salmo 89:3-4)
ANTECENTES
El fondo histórico del pacto Davídico es bien conocido. David había llegado al
poder en el reino de Israel y ahora moraba en una casa de cedro; le parecía
incongruente que Aquél de quien había derivado su autoridad y gobierno
aún morara en una casa de pieles. David quería construir una morada
apropiada para Dios; pero debido a que era un hombre de guerra, no se le
permitió construir esta casa; esa responsabilidad le fue dada a Salomón; sin
embrago Dios le hizo promesas a David concernientes a la perpetuidad de su
casa.
"Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré
después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y
afirmaré su reino. Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre
el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mi hijo.. Y si él
hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de
hombres; pero mi misericordia no se apartará de él... y será afirmada tu
casa y tu reino para siempre delante de tu trono será estable eternamente."
(II Samuel 7:12-16)
Notemos cómo la narración bíblica registra, la especial actitud de Dios
derramando su amor generoso y desinteresado. En éste pacto David es
“colmado” por parte de Dios, en sus aspiraciones, aún más allá de lo que
David se pudo imaginar. El Señor es generoso más allá de lo que conocería
hombre alguno. Este aspecto es el que conmueve a David, y nos conmueve
a nosotros, no mirando Dios nuestra humana condición, sino su abundante
misericordia disponible para todos. Los privilegios maravillosos que Dios
otorga a David y a su descendencia no se habían otorgado antes; podríamos
decir que sólo Adán antes de su caída había recibido tantos beneficios.
CONDICIONES
"Si dejaren sus hijos mi ley, y no anduvieren en mis juicios, si profanaren mis
estatutos, y no guardaren mis mandamientos, entonces castigaré con vara
su rebelión, y con azotes sus iniquidades. Mas no quitaré de él mi
misericordia, ni falsearé mi verdad. No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que
ha salido de mis labios. su descendencia será para siempre, y su trono como
el sol delante de mí".
(Salmo 89: 30-36)
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
En el pacto de Dios con David, vemos la infinita gracia de Dios, que puede
tomar al más necio y pecador de los hombres y llevarle a una vida de
bendición y victoria bajo la unción de Su Santo Espíritu
Jesús llega a la vida de los necios arrepentidos y permite que en ellos more
su Santo Espíritu, para usarlos con poder en la tierra. Todo necio puede
canalizar su necedad en la teoterapia; de esta manera su necedad puede
convertirse en osadía e intrepidez para las grandes cosas que a través de
nosotros Él se ha propuesto realizar.
Como “hijos del pacto” estamos llamados a vivir la vida de victoria poder y
bendición de David a través de la Santa unción. En David vemos como Dios
usa a los necios arrepentidos, a tal punto que de un hombre pecador como
cualquier otro, Dios formó un símbolo de obediencia para las posteriores
generaciones.
CAPITULO 7
"Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos
días, dice Jehová: daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo
seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más
ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová;
porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande,
dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de
su pecado.
ANTECEDENTES
En este pacto están contenidas todas las promesas de los pactos anteriores.
“He aquí vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la
casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus
padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque
ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
(Jeremías 31:31-33)
* Del nuevo pacto resultaría una nueva fuerza moral e interior que llevaría
a sus participantes a vivir y actuar de una manera más consciente.
"Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo
muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer
pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna, porque donde
hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el
testamento con la muerte se confirma..." (Hebreos 9:15-17)
· Predominan la fe, la obediencia y el amor como elementos substanciales
en este pacto.
Cristo cumple con los requerimientos del pacto por parte de todos los
humanos, y así se renueva la imagen de Dios en el hombre, formando un
nuevo pueblo, (su iglesia), en la cual hay salvación y contra la cual nada
puede prevalecer. (Mateo 16:18).
* Jesucristo cumple con todos los requisitos del pacto. 2 Corintios 3:18
El pueblo de Dios todavía se llama Israel, pues nosotros como hijos del pacto
renovado en Jesucristo, somos el nuevo Israel de Dios; podemos decir que
nos ha colocado bajo la misma "sombrilla". "Y a todos los que anden
conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios.
(Gálatas 6:16.)
"Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres;
pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio"
(I Corintios 4:15)
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Somos hijos del pacto, llamados a llevar bendición, ser bendición y vivir en
bendición. La aplicación más sublime y el mayor beneficio de esta
renovación del pacto en Jesucristo la disfrutamos nosotros, pues vivimos en
un momento histórico sin precedentes, siendo instrumentos para el
cumplimiento del propósito santo de nuestro Padre Dios: traer a otros bajo la
sombra del pacto.
La pregunta que necesitamos hacernos es, ¿dónde está el secreto para vivir
toda la plenitud y la herencia que corresponde un "hijo del Pacto"? . Ante
todo es necesario aclarar que la vida cristiana más que difícil, es
humanamente imposible. Jesucristo es el único que la puede vivir en
nosotros. A esto se refería el apóstol Pablo cuando le dijo a los Gálatas: "Con
Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;
y lo que ahora vivo en la crane, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gálatas 2:20).
Es evidente que la única tarea por la cual fue necesario un Cristo, era la
tarea de quitar esa desobediencia, su maldición, su dominio, su naturaleza, y
obra perniciosa. El objetivo principal de la salvación, fue restaurar al hombre
a su destino originario, es decir a una vida de obediencia a Dios. ¿Cómo lo
hizo Cristo? En primer lugar, viniendo como un segundo Adán para deshacer
lo hecho por el primer Adán. El pecado logró convencernos que era un acto
de humillación, el buscar, conocer y hacer permanentemente la voluntad de
Dios. Cristo vino a mostrarnos la nobleza, la gratitud y la calidad celestial de
la obediencia.
Cuando vivimos como hijos del pacto, herederos de todas las promesas en
Jesucristo, se generará en nosotros fidelidad a Dios, y a su causa; y desde
luego sentido de pertenencia y lealtad a la familia en la fe,
CONCLUSIÓN
### En Israel, se nos informa, que existe un Pueblo al cual tengo que ser
injertado. Nos volvemos mediadores de gracia, y guías de la salud,
llevando a otros el mensaje de salvación de Cristo, para que también
sean parte del pueblo de Dios
### En David se nos entrega a Jesucristo como "El Pacto", en el que tanto
Israel como los Gentiles, serán injertados si se convierten.
"Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, pueblo adquirido por
Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a
su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que
ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado
misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia"
(I Pedro 2:9.).