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EL PACTO

Teoterapia de la Promesa

NÉSTOR CHAMORRO PESANTES


EL PACTO - Teoterapia de la promesa

Derechos reservados de copia:


1999 por Néstor Chamorro Pesantes.
E-mail: acepc-pre@emcali.net.co
Apartado aéreo: 6659

Consejo editorial:
Ministerio Educativo Nacional
Asociación Cruzada Estudiantil y Profesional de Colombia
(Centro Colombiano de Teoterapia Integral)
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Este libro no podrá ser reproducido, en todo o en parte, por ningún medio impreso o de
reproducción sin permiso escrito del editor.

Impreso en Colombia
Printed in Colombia

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas fueron tomadas de la Versión
Reina Valera de 1960. Sociedades Bíblicas Unidas.
DEDICATORIA:

A mi amado Señor Jesucristo, quien renovó el pacto eterno de amor y me


hizo heredero de toda bendición en los cielos y en la tierra.

A todos los "hijos del pacto", quienes han entregado su vida para traer a
otros bajo la cubierta de amor del pacto sempiterno de su gracia.
CONTENIDO

PRÓLOGO

Página

CAPÍTULO 1- EL CONCEPTO DEL PACTO


El pacto de un hombre con su igual.
El pacto de nación con nación.
Los pactos hechos por Dios, un orden diferente.
Pacto Incondicional.
Pacto Condicional.

CAPÍTULO 2 - PACTO DE DIOS CON ADÁN


La caída
Consecuencias de la caída.
Contenido del pacto
Condiciones
Aplicación teoterápica

CAPÍTULO 3- PACTO DE DIOS CON NOÉ


Antecedentes
Contenido del pacto
Condiciones
Aplicación teoterápica

CAPÍTULO 4- PACTO DE DIOS CON ABRAHAM


Antecedentes
Consecuencias de la caída
Contenido del pacto
Condiciones
Aplicación teoterápica

CAPÍTULO 5- PACTO DE DIOS CON ISRAEL-PACTO MOSAICO


Antecedentes
Contenido del pacto
Condiciones
Aplicación teoterápica

CAPÍTULO 6- PACTO DE DIOS CON DAVID


Antecedentes
Contenido del pacto
Condiciones
Aplicación teoterápica
CAPÍTULO 7- RENOVACIÓN DEL PACTO EN JESUCRISTO
Antecedentes
Elementos de la renovación del pacto en Jesucristo.
Cumplimiento de una nueva y final renovación
Jesucristo: Cumplimiento de todas las promesas
El pueblo de Dios todavía se llama Israel
Aplicación Teoterápica

CAPÍTULO 8 - HIJOS DEL PACTO

CONCLUSIÓN
PRÓLOGO

Cada vez que tengo el privilegio de hablar de Papá Dios, mi corazón se llena
de alegría por la oportunidad de compartir al menos un poco de lo mucho
que Él me ha dado.

Hace muchos años cuando pensaba que lo había alcanzado todo me


encontré con una verdad que me dejó estupefacto. Mi vida apenas
comenzaba desde el momento en que por un acto de fe, tomé la decisión de
invitar a Jesucristo a morar en mí, como mi Señor y Salvador. Y fue solo en
ese momento cuando realmente se reveló ante mí “la verdad” de la Palabra
de Dios; una verdad que me enseñaba como vivir una vida abundante y
llena del verdadero éxito.

“ Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” Juan 8:32


“…Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad?” Juan 18:38

Poncio Pilato nunca esperó la respuesta a la pregunta formulada a Jesús. Yo


era un hombre encadenado y la palabra libertad me impulsó a formularle a
Dios la misma pregunta: “¿Qué es la verdad?” En realidad a Pilato nunca le
interesó conocer la respuesta y muy posiblemente yo en otra circunstancia
de mi vida tampoco hubiese esperado. Pero fue precisamente el paisaje
desolador de mi vida el que me detuvo a esperarla, y Jesús me dijo : “Yo soy
la verdad” (Juan 14:6)

!!Que increíble! Yo había caminado largos y cortos trayectos, dentro de los


cuales viví buenos pero también difíciles momentos, guiado bajo mi vana
manera de pensar y apoyado en mi propia sabiduría. Había tenido un éxito
aparente, es verdad, pero lo que se podía ver, lo que la gente podía apreciar,
era solo la máscara de un hombre que aparentaba haber encontrado la
felicidad total.

Buscando la verdad, había alcanzado grandes títulos, tenía muchas


experiencias, sabía de muchas cosas; pero conocía poco de la Biblia y por
supuesto, nada de la voluntad de Dios. Había alcanzado aparentes triunfos:
un título universitario, una situación económica estable, una esposa, un
hogar; sin embargo tenía que reconocer también grandes derrotas: la más
grave de todas era mi hogar que se estaba derrumbando, mi esposa a quien
estaba lastimando y mi vida misma que ya se encaminaba al fracaso.

!Éxito! No existía ninguno, porque no conocía a Dios, a Papá Dios, la Fuente


de la vida y la auténtica prosperidad. Entonces de una manera increíble Dios
me respondió: Néstor, “nunca se apartará de tu boca este libro de la ley,
sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas
conforme a lo que en el está escrito, porque entonces harás prosperar tu
camino y todo te saldrá bien.(Josué 1:8)

Desde entonces todo me ha salido bien. Hoy le conozco y Él me conoce. Sé


lo que anhela y espera de mí y Él sabe todo lo que yo necesito. Hay un lazo
de amor entre Dios y yo que nos une, un lazo llamado…Pacto.

Históricamente, Dios Papá siempre ha elegido hombres para pactar con


ellos, con la única intención de revelarnos y hacernos digerible el verdadero
y gran pacto: Jesucristo, en quien está el compendio de su plan y el cúmulo
de promesas que tiene a favor de sus hijos y su pueblo. En este sentido y de
manera didáctica (aunque no esté expresado literalmente en la Biblia),
podemos hablar de un Pacto con mayúscula, que es el que hace Dios con la
“criatura” (El hombre creación de Dios), y él lo comunica a la “hechura” (la
mujer), en calidad de Hija-esposa. El Pacto lo inicia Dios y es Él quien hace
Pacto con los hombres. A nivel espiritual el hombre no puede hacer pacto
con Dios, ni con otros hombres. Pero bajo la sombra de este Pacto, el hombre
puede hacer pacto (o convenio con Dios, en minúscula), y la mujer tanto
soltera, como casada puede hacer votos (juramento a Dios). Cuando
decimos bajo la sombra del Pacto de Dios, estamos hablando más bien que
el hombre lo que hace es dar respuesta voluntaria al Pacto que viene de
Dios.

En este libro estudiaremos los diferentes pactos que Dios ha hecho con los
hombres y que finalmente tienen su cabal cumplimiento en la renovación del
Pacto: Jesucristo. De igual manera descubriremos la dimensión espiritual de
ser y vivir a la altura de un hijo del Pacto.

NÉSTOR CHAMORRO P.
CAPITULO 1

EL CONCEPTO DEL PACTO

“Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré


y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones”
(Isaías 42:6)

Quiero comenzar definiendo la palabra "pacto". Este término muy usado en


la Biblia, viene del hebreo “Berit” y del griego “Diatheke”; y básicamente es
"un acuerdo o convenio que regía determinadas relaciones entre dos partes".
Todo pacto indefectiblemente incluye obligaciones y beneficios y en algunas
ocasiones, este término se cambia por las palabras “Alianza” o
“Testamento”.

Dentro de la Biblia el pacto es el convenio o alianza que Dios por su propia


iniciativa, ha hecho con su pueblo escogido y que resume la forma y
estructura de la vida espiritual en ambos testamentos.

EL PACTO DE UN HOMBRE CON SU IGUAL

En la Biblia encontramos pactos entre hombres los cuales eran ratificados


mediante juramento o por alguna prenda ante testigos. A diferencia de lo
que sucede hoy en día, en la cultura oriental, un pacto entre hombres, si
está confirmado, no puede ser posteriormente manipulado mediante
adiciones o ser abrogado.

“Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombres,


una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.”
(Gálatas 3:1)

Tenemos en la palabra de Dios ejemplos muy claros que nos ayudarán a


comprender el pacto hecho entre dos hombres.

*El pacto de Sal, mencionado en 2 Crónicas 13:5, sigue estando en uso en el


oriente; comer sal juntamente, es el sello de un pacto.

*Abraham y Efrón negociaron la cueva de Macpela para dar sepultura a su


amada Sara. Este relato es el convenio comercial más antiguo del que se
tenga constancia, y se hizo “En presencia de los hijos de Efrón” lo cual fue
para Abraham una garantía.(Génesis 23:16)

*Entre Abimelec y Abraham: este pacto se hizo a causa de un pozo de agua


que los siervos de Abimelec le habían quitado a Abrahamn. "…para que me
sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo” V 30. Con este pacto se deja
anulada toda posibilidad de disputa entre sus descendientes.(Génesis 21:
25-33)

*Entre Laban y Jacob. La rencilla entre estos dos personajes se inicia por el
temor y la desconfianza. Luego de trabajar duramente por 14 años Jacob
obtiene sus dos esposas. Mediante un proceso milagroso logra multiplicar
sus rebaños y decide regresar a su tierra de oriente. El conflicto comienza
porque la decisión de Jacob no es comunicada a Laban, lo cual le molestó
muchísimo. Además Raquel hurta de la casa de su padre sus dioses. En el
pacto entre Laban y Jacob se plantean condicionamientos y beneficios, y se
pone por testigo de manera simbólica un majano (montón de piedras).
(Génesis 31: 44-54).

*Pactos entre grupos.


Los gabaonitas astutamente fingieron que venían de tierras lejanas de tal
manera que Josué y los príncipes del pueblo hicieron alianza con ellos
concediéndoles la vida, sin consultarle a Dios. Cuando descubrieron el
engaño, y se dieron cuenta que eran vecinos, les tocó respetarles la vida,
por cuanto ya había un pacto entre ellos. “…Y no los mataron los hijos de
Israel por cuanto los príncipes de la congregación les habían jurado por
Jehová el Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los
príncipes” Josué 9:18

EL PACTO DE NACIÓN CON NACIÓN

Las naciones que rodearon al pueblo de Israel muchas veces se unieron bajo
pactos de diferentes índole. No se registra claramente en el contenido bíblico
un pacto realizado entre Israel con otra nación o pueblo específico, solo
podremos mencionar esporádicas alianzas de tipo militar resaltando el
precedente de que esto no fue de agrado al Dios de Israel. (2 Crónicas
28:16-25)

LOS PACTOS HECHOS POR DIOS, UN ORDEN DIFERENTE

Siempre Dios Padre ha estado interesado en pactar con el hombre, esto es lo


más notorio del carácter de Dios descrito a lo largo de las Sagradas
Escrituras. La Biblia destaca el profundo amor de Dios por el hombre, y
resalta el interés por su bienestar; al fin y al cabo, el hombre es creación
especial de Dios y fue puesto como señor de toda la creación.

Los pactos que Dios ha propuesto a través de la historia son alianzas


soberanas con los hombres. Se registran en las Sagradas Escrituras dos tipos
de estas alianzas o pactos:

EL PACTO INCONDICIONAL
El llamado pacto incondicional es una disposición soberana de Dios por la
cual se establece un convenio incondicional con el hombre, obligándose Dios
a sí mismo a cumplirlo mediante la gracia, es decir lo que se prometió es
concedido soberanamente por Dios. Este tipo de pacto esta basado en la
autoridad e integridad de quien realiza el pacto: Dios, independiente del
mérito o respuesta del receptor del mismo (el hombre). Es un pacto exento
del "si" condicional.

En las Sagradas Escrituras encontramos varios pactos de índole


incondicional, un ejemplo es el pacto con Noé:

El pacto con Noé:

Mediante este pacto Dios prometió que no volvería a destruir la tierra con un
diluvio; y selló este pacto poniendo su arco (arco iris) en las nubes. Este
pacto tenía la forma de promesa incondicional y lo estaremos estudiando en
capítulos posteriores de manera más minuciosa.

El pacto Davídico

Este es el pacto sobre el cual se basa el reino glorioso de Cristo. Dios


prometió a David que había de tener un hijo que lo sucedería a él y
establecería su reino. La casa, el trono y el reino de David serían
establecidos para siempre. Por ser eterno es un pacto incondicional, cuyo
cumplimiento descansa en la fidelidad de Dios para con David y no en los
méritos de este o de su descendencia. Jesucristo es el cumplimiento de este
pacto: "Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor le dará
el trono de David su padre". (Lucas 1:32)

EL PACTO CONDICIONAL

El pacto condicional es una propuesta de Dios, mediante un convenio mutuo


con el hombre. En el pacto condicional, aquello que se pacta depende para
su cumplimiento del receptor del pacto, no del que hace el pacto. Es un
pacto con un "si" condicional.

Es necesario resaltar que Dios, Dador y Gestor de todo pacto, condiciona a la


parte beneficiada ( El hombre) a cumplir una serie de demandas. De parte
de Dios su Palabra dada permanece inmutable y los beneficios quedan
condicionados a la conducta y actitudes de la persona que participa de
manera consciente y voluntaria de dicho acuerdo.

El pacto Mosaico
Este pacto celebrado con los hijos de Israel en el Sinaí era condicional, pues
dependía de cada uno de los integrantes de este especial pueblo que
recibieran del corazón del Padre sus preceptos y ordenanzas para un mejor
vivir. Él sería el Dios de ellos, los bendeciria y los guardaría, y ellos estarían
en todos los aspectos de su vida observando fielmente su ley.

En el libro de Deuteronomio en el capitulo 28 y 29 el pueblo hebreo fue


confrontado: O seguían sus propios deseos o seguían las ordenanzas de su
poderoso Libertador. Vale la pena observar que este pueblo después de venir
de una esclavitud de años, realmente no sabían cómo vivir en libertad, ni
que hacer con ella ahora que la tenían, por esto fue necesario establecer
parámetros de vida y de comportamiento entre ellos.

Ya Moisés era conocedor en experiencia propia de la real esclavitud que este


pueblo había vivido y seguía viviendo aun fuera de Egipto. Luego de 400
años de esclavitud no es fácil sacar a un pueblo a vivir en libertad; para ello
era absolutamente necesario pasar por todo un proceso, llamémoslo de
"conversión" y "reprogramación", en el cual sería indispensable cambiar la
manera de pensar y de sentir.

Se puede llamar al Antiguo testamento y Nuevo testamento: El Antiguo y


Nuevo pacto respectivamente. Recordemos que las dos tablas de piedra en
las que se grabaron los diez mandamientos, que son las leyes
fundamentales del pacto que se hizo entre Dios e Israel, fueron llamadas
“Tablas del Pacto” y el arca que contenía estas tablas recibió el nombre de
“Arca del Pacto”.

“Sucedió al fin de los cuarenta días y cuarenta noches, que Jehová me dio
las dos tablas de piedra, las tablas del pacto”
(Deuteronomio 9:11)

“Así partieron del monte de Jehová camino de tres días, y el arca del pacto
de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, …”
(Números 10:33)

El pacto viene a ser, por ello la clave de la historia de la salvación. Si


estudiamos las Escrituras nos daremos cuenta que históricamente Dios
siempre ha elegido hombres para pactar con ellos con la única intención de
revelarse y hacernos digerible el verdadero y gran pacto: JESUCRISTO. En él
está el compendio de un plan maravilloso y el cúmulo de promesas que tiene
a favor de sus hijos y de su pueblo, por puro efecto de su gran y único amor
hacia nosotros.

El concepto de pacto, sigue vigente y es de vital importancia para nosotros


los hijos de Dios, pues es en Jesucristo en quien se han consumado los
planes, propósitos y promesas de Dios Papá. Somos "hijos del pacto", pacto
único, eterno e irrepetible de amor y bendición incondicional, del cual
disfrutaremos en la medida en que descubramos la identificación con
Jesucristo y toda la herencia eterna que desde ya podemos disfrutar a
plenitud.

CAPITULO 2 EL PACTO DE DIOS CON ADAN

"Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en
todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os
he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo
árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer".
(Génesis 1:28-29)

El pacto adámico fue hecho con Adán como representante de todos los
hombres, no solamente como individuo.

"Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el


pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron"
(Romanos 5:12)

Adán y Eva fueron colocados en el huerto del Edén, (que significa “Deleite”),
donde moraron un corto espacio de tiempo antes de que pecaran. En
Génesis 2:10-14 se describe lo hermoso y especial de este lugar, no podía
existir un ambiente mejor y tan deseable como este; todo lo que el hombre
pudiese anhelar estaba allí a su disposición.

En el huerto del Edén, Dios dio a Adán un trabajo benéfico que realizar, el
hombre tenía la responsabilidad de labrar y cuidar este lugar. Además de
esto Dios dio al hombre una compañía idónea, es decir alguien que fuera
apropiado para él, que estuviera a su nivel y fuera una compañera
adecuada.

Esta primera pareja tenía el ambiente ideal para ser felices, nada les faltaba.
Dios era para ellos además de su Creador, su Papá, Guía y Formador de sus
vidas. Les amaba y por ello se ocupó personalmente de sus necesidades. La
relación que ellos tenían con Dios, era directa y El de una manera personal
se encargó de mostrarles cada detalle y rincón de lo que por amor había
diseñado para ellos.
Les dio instrucciones específicas a manera de normas, a las cuales debían
sujetarse; entre ellas les comunicó que podían comer de toda la variedad de
arboles que había en el Paraíso, menos de uno:

“ Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente;


Y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová hizo nacer de la tierra
todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida
en medio del huerto, y el árbol de
la ciencia del bien y del mal.”
(Génesis 2:8-9)
"Tomó pues Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que
lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo
árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal
no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás"
(Génesis 2:15-17)

Dios se muestra ante ellos como Proveedor, a su vez ellos debían dejarse
orientar por Él, escuchar su voz y ante todo vivir en obediencia. Para ello fue
necesario examinar su fidelidad y obediencia colocándoles una prueba que
forjaría realmente el carácter fiel y obediente de Adán y Eva. Cabe anotar
que cuando Dios hizo al hombre, entre todos los privilegios que le otorgó, lo
diseñó con libre albedrío o capacidad de decisión. Al tener Adán todos los
atributos de la personalidad: capacidad de pensar, sentir y decidir; Adán
podría entonces tomar la decisión de obedecer o no a Dios.

Hasta aquí se resalta de manera bien profunda que el propósito de Dios


Padre fue siempre benigno con el hombre; Dios deseó fervientemente que el
hombre viviera bien, en un lugar adecuado para él. De esta manera el
hombre podría experimentar la grandeza del amor de Dios Padre sobre él,
porque era perfecta la condición en que el hombre se encontraba cuando
fue creado.

LA CAIDA

En el libro de Génesis capítulo 3, se registra la triste historia de cómo el


hombre ejercitando su libre albedrío toma la decisión más nefasta que
hombre alguno haya tomado:

“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que
Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho:
No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del
fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que
está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para
que no muráis.
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; si no que sabe Dios que el
día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal.”
(Génesis 3: 1-5)

¿En qué consistió realmente el pecado del hombre?

Lo que la serpiente hizo, fue convencer a la mujer de que Dios no era tan
bueno como se suponía que debía ser. “Este árbol en el huerto, de verdad
sería bueno comer de él, aquí hay algo maravilloso para ustedes, pero Dios
lo está reteniendo, ¿por qué?, porque en realidad no les ama tanto;
realmente Dios no es tan bueno como dicen que es, verdaderamente no
pueden confiar tanto en Él. Así que Eva, Adán, mejor empiecen a
preocuparse por ustedes mismos.”

Desde los primeros días de la historia vemos a Satanás trabajando sin


descanso para desvirtuar la imagen de Dios ante la raza humana. De hecho
la palabra diablo se define como adversario de Dios y lógicamente también
viene a ser adversario del pueblo de Dios. Su propósito principal es el de
separar el hombre de su Creador llevándoles a tener confianza en sí mismos,
y definitivamente lo logró, porque esta actitud sigue rigiendo la vida de los
seres humanos hoy. La Biblia nos ha enseñado de una manera muy clara
algunos de los métodos que Satanás utiliza para separar al hombre de Dios,
los cuales sigue usando hasta hoy
.
Incitó a Eva a desafiar la palabra de Dios, con una frase muy astuta que
llenó de cizaña el corazón de la mujer: “Conque Dios os ha dicho…”. El
pecado consistió en algo más que en el hecho de tomar la fruta y comerla;
hubo más que un acto de desobediencia: atacaron la persona misma de
Dios, atacaron su carácter santo y bueno.

Supongamos que una pareja de esposos están discutiendo y ella le dice: “Te
odio, eres un ogro, un malvado, una persona cruel”. Ella está atacando la
persona y el carácter de él, no le está recriminando sus actos, sino su propio
ser. Esto es exactamente lo que el hombre estaba haciendo con Dios. Esta
actitud es la que engendra todo acto de pecado. “Dios no es tan bueno como
lo dice la Biblia, debo cuidar de mí mismo; porque si en verdad confío en
Dios, algo saldrá mal; o tal vez no haga las cosas como yo quiero, o no va a
cuidar de mí como debiera de ser.”

Adán y Eva creyeron, que por sus propias fuerzas podrían tener una vida
mejor de la que estaban teniendo dependiendo de Dios; y tomaron la
decisión de apartarse de ÉL.

¡Que panorama tan desolador! Me imagino qué pudo haber sentido este
primer hombre, para quién la presencia de Dios era un cara a cara
permanente. Allí frente a su Creador, sin poder mirarle y queriéndose ocultar
de su presencia, escuchando con amargura de alma algunas palabras que
salían de su corazón adolorido. Decepción, tristeza y una sensación de
soledad, tuvo que haber también en el corazón de Dios.

CONSECUENCIAS DE LA CAIDA

¿Cuáles fueron las consecuencias de la caída del hombre?. La primera, la


vemos en Génesis 3, versículo 7, “Entonces fueron abiertos los ojos de
ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de
higuera, y se hicieron delantales.” El hombre comienza a esconderse de
otros hombres. Ahora, ¿quienes estaban en este jardín? ¿Un millón de
personas? Solo había dos. ¿Y de quién se estaba escondiendo? ¿Del público
en general? No, Adán y Eva se escondían el uno del otro. Y desde entonces
el hombre ha estado escondiéndose de Dios y de los otros hombres.

El hecho de usar ropa en cierto sentido es algo simbólico, pues lo que


sucede literalmente, es que el hombre se está escondiendo de los otros
hombres. ¿por qué se esconde?. Porque ya no confía en ellos. Adán se
esconde de Eva, porque tiene miedo de lo que Eva piense de él, y viceversa.
Así que aquí está la pareja que tenían un amor hermoso, escondiéndose el
uno del otro, guardando su distancia. Esto sigue sucediendo el día de hoy;
muy a menudo nos interesa conocer muy íntimamente a otras personas,
pero queremos conservarnos a distancia de los demás, porque si en verdad
me conocen. ¿Qué pensarán de mí? A lo mejor no les gusto.

Tal vez usted lucha consigo mismo, con su espíritu rebelde; está temoroso y
confundido, pero se dice a sí mismo: “No, yo no debo dejar que nadie se
entere de esto, porque si lo hago, ya no pensarán que soy un buen
cristiano".

En nuestra familia de la Asociación Cruzada Estudiantil y Profesional de


Colombia, hemos aprendido más y más a ser honrados los unos con los
otros. Yo mismo, no quiero tratar de pintar una gran imagen delante de la
gente. Soy un pecador perdonado como ustedes, justificado por la gracia de
Dios, pero aún así con debilidades, que me llevan a estar siempre de rodillas
delante de Dios.

Continuemos relatando qué pasó después de la caída, el hombre no solo se


esconde de otros hombres, sino que también se esconde de Dios:

“Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día;
y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre
los árboles de huerto”
(Génesis 3: 8)
¿Por qué no salió el hombre y dijo abiertamente: “Jehová Dios, reconocemos
que hemos cometido un error gravísimo"?. No lo hizo porque ahora él
sospechaba de Dios. “Dios nos va a hacer algo terrible, tal vez si nos
quedamos detrás de los árboles ni se dará cuenta de que estamos aquí.”

Dios empieza a tratar con el hombre, le pregunta en el versículo 11: “¿Quién


te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé
no comieses?” Y el hombre en el verso 12 le dice: “La mujer que me diste
por compañera me dio del árbol, y yo comí.” Hasta parece una broma. Lo
que realmente le está diciendo el hombre a Dios es: “Escucha, Dios, no fue
mi culpa, fue culpa de la mujer; y realmente ni es culpa de ella, porque tú
me la diste, así que es tu culpa Dios". Entonces Dios le dice a la mujer,
“¿Qué es lo que has hecho?” Y la mujer responde: “¡Bueno!, La culpa es de
la serpiente.” Y la serpiente no tuvo a alguien a quién echarle la culpa.

Pero fíjense ustedes, de nadie es la culpa, aparentemente nadie es


responsable de nada, evidentemente todo fue un accidente en el jardín del
Edén..... Lo que le ha sucedido al hombre es que ha dejado de ser un ser
teocéntrico, para convertirse en un ser egocéntrico. El hombre es ahora un
ser totalmente pecaminoso y egocéntrico; y estas dos hermosas criaturas,
las criaturas de Dios, son arrojadas en la miseria y el pecado. Todo individuo
nacido desde entonces a excepción de una sola persona, es exactamente
como ellos. Todos los problemas del mundo giran alrededor de una sola
cosa: la naturaleza pecaminosa y egoísta que todos nosotros tenemos.

Déjenme añadir, otras cosas que cambiaron, como resultado de la caída. No


solo cambió la relación del hombre con el hombre, y del hombre con Dios,
sino que cambió su ser inmaterial, lo mismo que su ser material.

“Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra,


porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.”
(Génesis 3: 19)

Así que automáticamente, el cuerpo del hombre queda sujeto a corrupción y


muerte, queda expuesto a la muerte espiritual y física. Claro está, que
también cambia su medio ambiente. La tierra ahora ha quedado bajo
maldición. Lo leemos en Génesis 3: 17-18, donde dice que serán quitados del
jardín hermoso del Edén, y serán puestos en una región donde la tierra fue
maldita a causa del pecado. Y a pesar de lo hermosa que es nuestra tierra
en algunos lugares, es tan sólo un pálido reflejo de lo que el mundo fue
alguna vez.

El pacto adámico establece condiciones que han de continuar hasta la edad


del reino milenial, cuando la “... creación misma será libertada de la
esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”
(Romanos 8:21)
CONTENIDO DEL PACTO

Enunciaremos a continuación todos y cada uno de los elementos contenidos


en este pacto:

* En este pacto es notorio el interés y amor del Creador por su criatura


desviada de los propósitos iniciales para los cuales fue hecha. Pues bajo este
pacto se dio la primera promesa del Redentor:

“ Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la


simiente suya;
ésta te herirá en la cabeza, y tu le herirás en el calcañar.”
(Génesis 3:15)

Esta promesa muestra la disposición y compromiso divinos por rescatar


aquello que fue tan valioso y motivo de sumo gozo cuando fue creado. Dios
Padre se compromete a redimir aquel que aún en su estado caído, conserva
su imagen y semejanza; criatura de valor infinito por el cual estuvo
dispuesto a entregar lo más precioso que tenía: Su Hijo

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en é cree, no se pierda, más tenga vida eterna".
(Juan 3:16)

Aquí comienza la "línea de la ascendencia de la Simiente: Abel, Set, Noé,


Sem, Abraham, Isaac, Jacob, Judá, David, y Enmanuel, Cristo, Dios con
nosotros.

* La serpiente, el instrumento de Satanás, figura del mal cae bajo


maldición y llega a ser de este modo la ilustración que Dios pone en la
naturaleza en cuanto a los efectos del pecado. ¡Habiendo sido la más
hermosa y astuta de todas las criaturas, se convierte en un reptil
asqueroso!.

* La condición de la mujer es cambiada:

"A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces;
con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y é se
enseñoreará de ti"
(Génesis 3:16)

-La maternidad es acompañada de dolor


-El hombre recibe autoridad sobre la mujer
La entrada del pecado, el cual significa desorden, hizo necesario que hubiera
una autoridad representativa, y esta autoridad es conferida al hombre.

* Otro elemento de este pacto tiene que ver con la maldición de la


tierra. Esto acontece para beneficio del hombre. Es mejor para el hombre
caído luchar con una tierra que le ofrece resistencia, que vivir en ociosidad.

* El hombre tenía un trabajo liviano, recibe a cambio un trabajo duro del


cual tendrá que prodigarse su sustento.

* Es introducida la muerte física que antes no tenía predominio sobre el


hombre.

Todos estos elementos son adquiridos en el momento mismo en que el


hombre, al recibir las sugerencias sutiles de Satanás, decide someterse a
éste y renuncia a vivir la vida llena y abundante que apenas estaba
comenzando a vivir.

Aquí comienza el dolor y sufrimiento, dolor que permanece a la posteridad,


pues por nuestra identificación en Adán, nosotros también somos sumidos
en las consecuencias de esta fatal decisión.

CONDICIONES

Este es un pacto de obras y de obediencia. Fue impuesta una prueba de


obediencia, el hombre elegía obedecer o no. Si obedecía, Dios obraba a
favor de Adán, si desobedecía y actuaba en su propio conocimiento la
consecuencia sería la muerte.

"Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos..."
(Génesis 1:28)

En este pacto la obediencia que Dios espera del hombre debe ser
consecuencia de la confianza (fe) en Él y en su palabra, según lo expresa el
libro de Hebreos 11:6:

"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se


acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan"

Esta fe debía traducirse entonces en obediencia como norma de vida en


todo aquel que pactare con Dios.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Desde el principio de la creación, la voluntad de Dios ha sido llevarnos a
experimentar vidas de realización y éxito integral, pues, para la gloria suya
hemos sido creados. Esa intención divina se vio frustrada por el acto de
rebeldía que puso a la humanidad en la más triste condición de muerte y
separación.

A pesar de la necedad del hombre, Dios le ha hecho una propuesta de vida


eterna a través de la promesa de un Redentor, y esta propuesta, sigue
vigente para todo aquel que acepte este ofrecimiento.
CAPÍTULO 3

EL PACTO DE DIOS CON NOÉ

“ He aquí yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes


después de vosotros; y con todo ser viviente que está con vosotros; aves,
animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los
que salieron del arca hasta todo animal de la tierra. Estableceré mi pacto
con vosotros y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni
habrá más diluvio para destruir la tierra."
(Génesis 9:9-10)

ANTECEDENTES

Dios dio a Adán y Eva otro hijo, y renovó la simiente justa en Set, quien
anduvo por fe y agradó al corazón de Dios. Rápidamente creció la población
del mundo, algunos siguiendo la corriente de Caín y otros la de Set

Se multiplicó la maldad y la corrupción llegó a ser muy grande en el linaje de


Caín, y su influencia abrumante se esparció por toda la tierra. La maldad del
hombre era casi inconcebible, hechos de violencia por todas partes, la vida
ya no se respetaba; por la magnitud de la corrupción Dios trajo un juicio
sobre la tierra en forma de un diluvio universal. Sin embargo en medio de la
maldad universal, fue hallado un hombre fiel, descendiente de Set.

Noé se desenvolvió en un ambiente hostil a Dios, pues nadie le buscaba, ni


querían someterse a Él, sin embargo Noé no se contaminó, y fue
considerado por Dios un hombre justo, por eso Dios le anunció su propósito
de destruir el mundo, y le mandó a edificar un arca, para la preservación de
su familia y por medio de él de la simiente justa.

El pacto de Dios con Noé, es el inicio, luego del pacto adámico, del desarrollo
del plan de redención que Dios ha trazado en favor del hombre caído.
Podemos decir que es una renovación del Pacto con Adán, en el cual, la
humanidad es sujetada a una nueva prueba.

El desarrollo de este pacto incondicional es narrado en Génesis 9: 1-17 y se


aplica a toda la descendencia de Noé y a todos los seres vivientes.

Un aspecto fundamental en este pacto es que está arraigado en la gracia


divina y en cierto sentido es similar al pacto de gracia que en estos tiempos
vive la iglesia de Cristo en la tierra. Por estar fundamentado en la gracia
divina requiere de una fe por parte del beneficiario del pacto (el hombre).
Esta fe debe ser expresada tangiblemente en la forma de obediencia
incondicional a los preceptos por Dios establecidos. Es bien claro que la fe
requiere de una muestra visible de obediencia en conducta, actitud y
disposición para poner por obra todo lo que del corazón de Dios fluya en
forma de mandatos.

CONTENIDO DEL PACTO

"Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: no volveré más a
maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del
hombre es malo desde su juventud; no volveré más a destruir todo ser
viviente, como he hecho. Mientras la tierra permanezca, no cesarán la
sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la
noche".
(Génesis 8:21-22)

"Y dijo: Maldito sea Canaán; siervo de siervos será a sus hermanos. Dijo
más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, y sea Canaán su siervo.
Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su
siervo"
(Génesis 9:25-27)

Los aspectos contenidos en este pacto son los siguientes:

* La relación que el hombre tenía con la tierra en el pacto adámico es


confirmada.
* El orden mismo de la naturaleza es confirmado.
* Se establece en la tierra, por vez primera, el gobierno humano: el
gobierno del hombre sobre el hombre. Aquí el hombre es responsable de
gobernar al mundo para Dios.
* Se asegura que la tierra no ha de ser juzgada por medio de otro diluvio
universal.
* Proféticamente se declara que la descendencia de Cam, sería inferior y
servil.
* A Sem, proféticamente, se le declara que se relacionará con Dios Padre
de manera especial. Toda revelación divina ha venido por medio de
individuos de la raza semítica, y en cuanto a su humanidad Cristo es un
descendiente de Sem.
* Se declara proféticamente que de Jafet descenderán las razas que
serán engrandecidas. (la ciencia y las artes, provienen de Jafet).

CONDICIONES
Este pacto es incondicional, eterno y universal, arraigado en la gracia divina
y aunque no depende de la comprensión o respuesta positiva por parte de
los beneficiarios, sí requiere de una fe que se expresa en obediencia.

Hablando de las condiciones de este pacto resaltaremos dos aspectos


importantes:

* Por primera vez para el hombre, se hace énfasis en la importancia de


la vida de fe. Noé había de creer en Dios, moverse dirigido por Dios,
desposeído de toda lógica humana. La vida de fe es obtenida de la confianza
en un Dios bueno; lleno de grandes y gloriosos propósitos para el hombre;
un Dios amoroso, paciente, benigno y lleno de misericordia. Esta fe
fundamentada en su Palabra dada, haría de la vida de Noé una vida sencilla,
pero realizante y sobre todo sometida a Dios. Esto en última instancia son
los ingredientes de una vida feliz.

* Otra condición particular, que viene como consecuencia de la primera,


es la vida de obediencia. La única manera como Dios podría llevar al hombre
a instancias de realización y bendición sería exclusivamente a través de una
disposición constante y decidida a obedecer.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Por medio de Noé, y por amor al hombre, Dios continuaría bendiciéndole,


con la bendición dada a Adán, pero en términos de la fe. Es la fe la que nos
lleva a obedecer, aun en contra de la lógica: construir un arca grande, en un
lugar completamente seco, donde escasamente llovía. Por el camino de la
fe, Noé recibió lo que Adán no recibió: el cumplimiento de la bendición y la
abundancia.

Nunca será suficiente el énfasis que como hijos de Dios hagamos en la


importancia de vivir la vida de obediencia como Cristo mismo lo hizo. Es
precisamente la vida de fe, la que nos trae la libertad, la paz, el regocijo, la
vida de unción y bendición a la que todos los hijos del pacto hemos sido
llamados hoy.
CAPITULO 4

EL PACTO DE DIOS CON ABRAHAM

“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre,


y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te
maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”
(Génesis 12: 2-3)

ANTECEDENTES

Dios llamó a Abraham, y le mandó que dejara su país y su parentela y fuera


al lugar que le sería mostrado como heredad. Este mandato fue
acompañado por una promesa y un pacto, por medio del cual Abraham
llegaría a ser una gran nación, tendría un gran nombre, poseería la tierra de
Canaán, y a través de su Simiente (Cristo), todas las familias de la tierra
serían benditas. Con el llamado de Abraham Dios empezó a preparar el
mundo para el Redentor prometido.

El pacto con Abraham significó un gran cambio para la vida de este patriarca
y sus descendientes, quienes llegaron a ser los herederos de la promesa. Es
un pacto establecido de manera incondicional y por la gracia, es eterno
debido a su carácter incondicional, y establece la circuncisión como señal del
mismo. A pesar de que el pacto con Abraham es particular y limitado, el
contexto muestra que Dios tenía provista una bendición universal.

"Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con
nuestros padres, diciendo a Abraham: en tu simiente serán benditas todas
las familias de la tierra"
(Hechos 3:25)

"Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No


dice: y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: y a tu
simiente, la cual es Cristo".
(Gálatas 3:16)

En este pacto las promesas se cumplen para los “hijos de los hijos”, con la
condición de que estos compartan una actitud consciente y voluntaria de fe
hacia Dios. Ahora bien aunque se resalta el requisito de la fe, aún
permanece vigente la necesidad de la obediencia como expresión ineludible
de una fe sincera.
CONTENIDO DEL PACTO

* La promesa de hacer de Abraham un pueblo grande se cumplió de


varias maneras:

- En la familia natural que obtuvo Abraham a través de los años, es decir el


pueblo hebreo.
-En la posteridad espiritual de Abraham, es decir, todos los hombres de fe:
judíos o gentiles.
-Esta promesa se cumplió por medio de Ismael, padre del pueblo árabe.

* La promesa de bendecirlo, "Te bendeciré", se cumplió de dos maneras:

-De forma material. "Y Jehová dijo a Abram, después que Lot partió de él:
alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur,
y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu
descendencia para siempre". (Génesis 13:14)

-De forma espiritual. "Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia".
(Génesis 15: 6)

* “Engrandeceré tu nombre”, el nombre de Abraham se encuentra entre


los nombres de fama universal, nadie podrá decir que no ha oído hablar de
él. Para nosotros los hijos de Dios, Abraham es nuestro padre en la fe, tal
como lo dice el apóstol Pablo "los que son de fe, estos son hijos de Abraham"
(Gálatas 3:7).

* “Serás bendición”: la proyección de la bendición de Abraham se hace


extensiva a todo linaje, pueblo, raza y nación, que depositan su fe en
Jesucristo. "Para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a
los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu"
(Gálatas 3:14)

* “Bendeciré a los que te bendijeren”: En la historia de la dispersión de


Israel se ha cumplido esta especial promesa. Los pueblos que han
perseguido a la descendencia de Abraham han sufrido inevitable fracaso, en
cambio las naciones que han protegido a éste pueblo han prosperado.

* “Serán benditas en ti todas las naciones de la tierra”: En este pacto se


da la promesa de una redención nacional y universal. La gran promesa de
bendición viene sobre las naciones que han aceptado, aceptan y aceptarán
el mensaje de salvación de Cristo Jesús.

* En este pacto se descubre el verdadero valor de la paternidad


espiritual. Los descendientes del pacto tienen la marca como participantes
vivos de una familia que en las manos de Dios puede llegar a grandes y
maravillosos logros.

En la Asociación Cruzada Estudiantil y Profesional de Colombia, por más de


36 años, hemos crecido y cultivado este concepto de "familia en la fe" que
nos ha permitido ser efectivos en el encargo máximo del Señor Jesucristo a
sus discípulos: La gran comisión.

CONDICIONES

El pacto Abrahámico se declara expresamente eterno, y por lo tanto,


incondicional en diferentes pasajes de la Biblia. Exceptuando la condición
original de salir de su tierra natal y de ir a la tierra prometida, el pacto es
hecho absolutamente sin ninguna condición. "La cual concertó con Abraham,
y de su juramento a Isaac. Lo estableció a Jacob por decreto, a Israel por
pacto sempiterno". (Salmo 105:9-10)

Aunque es incondicional este pacto resalta la fe que se traduce en


obediencia; la cual es y sigue siendo el fundamento primario de nuestra
relación con él. Cuando vivimos la victoriosa herencia de Abraham, lo
imposible de las circunstancias y todo impedimento humano serán vencidos
con la poderosa arma de la fe; es ésta fe la que nos llevará a vivir cada día
de lo mejor a lo excelente.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Este pacto nos lleva a reflexionar sobre los dos ingredientes básicos de la
vida de un hijo de Dios: la fe y la obediencia como modo de vida. No
podremos llegar muy lejos en nuestro caminar con el Señor a menos que
elijamos el camino de la fe, que acompañada de obediencia son el distintivo
de los hijos identificados con Abraham (padre de la fe). El ejercicio de la fe
nos llevará a vivir el linaje del cual provenimos, y nos llevará a asumir
nuestro llamado a poseer naciones, dejando una huella indeleble en la
historia de la humanidad.
CAPITULO 5

PACTO DE DIOS CON ISRAEL (PACTO MOSAICO)

“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis


mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y
vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa".
(Exodo 19: 5-6)

ANTECEDENTES

Antes que se consumase la liberación de Israel, Dios tuvo que enviar diez
calamidades nacionales para vencer el obstinado rechazo del Faraón de
Egipto. Justo antes de la muerte de los primogénitos egipcios, fue instituida
la pascua, en la cual Dios les mandó a matar un cordero por cada casa, y a
rociar la sangre sobre los postes de las puertas de las casas. Por medio de
esta señal el ángel de la muerte habría de reconocer los hogares de los
hebreos y no serían tocados cuando viniera para destruir los primogénitos.
Ante la angustia de esta visitación del Dios de Israel, los Israelitas fueron
rápidamente puestos en libertad.

En el tercer mes de su salida de Egipto, acamparon en el Sinaí, donde


permanecieron un año. Siendo llamado por Dios a la cumbre del monte,
Moisés recibió los diez mandamientos, y también las instrucciones para la
construcción de un tabernáculo o tienda sagrada, que habría de ser la
morada de Dios con ellos. (Exodo 19, 20)

Es en este lugar donde se lleva a cabo el pacto de Dios con Israel, que
también se conoce como pacto mosaico. En este pacto ya no solamente está
involucrado un hombre, sino que es un pacto con un pueblo, teniendo a
Moisés como mediador de gracia. En su papel, Moisés representaba al
pueblo y a su vez intercedía en su favor, ejerciendo de esta manera también
la función sacerdotal.

CONTENIDO DEL PACTO

* Este pacto constituía una renovación y un desarrollo del pacto con


Abraham, pues por primera vez Dios establece su pacto con la nación
descendiente de él. La ley no fue dada para abrogar el pacto con Abraham,
si no para que produjera convicción de pecado, de tal manera que sería el
"ayo" que conduciría hacia Cristo. Podemos decir entonces que la ley fue
solamente como una disciplina preparatoria hasta que viniese la "simiente":
Cristo.
* En este pacto la ley, llegó a convertirse en la constitución de la nueva
nación, y se divide en tres partes:

- Los Mandamientos, que expresan la justa voluntad de Dios. (Exodo 20:


1-26)
- Los juicios, que gobiernan la vida social de Israel. (Exodo 21:1 24:11)

- Las Ordenanzas, que gobiernan la vida religiosa y el culto. (Exodo 24:


12, 31:18)

Estos tres elementos forman “la ley”, en el sentido genérico que se le da a


esta frase en el nuevo testamento. Mateo5: 17-18

Los mandamientos y las ordenanzas formaron un sistema religioso. En este


sistema el sumo sacerdote, fue un representante del pueblo, quien
intercedería por ellos delante de Jehová; y los sacrificios, una “cubierta” para
los pecados, como una anticipación de la cruz.

* En el Sinaí Israel aprendió tres lecciones: Por medio de los


mandamientos, el pueblo aprendió de la santidad del Señor. Por medio del
fracaso en cumplir la ley, aprendieron de su propia pecaminosidad. Por
medio de la provisión del sacerdocio, aprendieron de la misericordia de Dios.

* Se establece como señal de éste pacto el sábado, como día de reposo:

"Tú hablarás a los hijos de Israel diciendo: en verdad vosotros guardareis


mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras
generaciones; para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico..... Seis
días trabajarás, más el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová... "
(Exodo 31:13,15)

CONDICIONES

El pacto Mosaico es un pacto condicional de obras, pues las bendiciones


dependían de la fidelidad humana a las ordenanzas emitidas; dejando al
individuo y al pueblo en el uso del libre albedrío personal para someterse a
estas leyes como prueba de fidelidad a Dios. Tal como lo expresa el apóstol
Pablo este pacto implica un ministerio de condenación y muerte: "Y si el
ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que
los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de
la gloria de su rostro, la cual había de perecer......" (II Corintios 3:7)

Aunque es un pacto condicional, el Señor siempre recordó a su pueblo que


ellos eran objeto de su gracia, por lo tanto la ley no se ofrece como un medio
para obtener la vida, sino un medio por el cual Israel podía llegar a ser un
tesoro especial y un reino de sacerdotes. Ahora bien, la ley no fue impuesta
hasta que fue propuesta a la nación y voluntariamente aceptada por ella:

"Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en


presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado. Y
todo el pueblo respondió a una, y dijeron: todo lo que Jehová ha dicho,
haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo".
(Exodo 19:

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Moisés es un prototipo de un hijo de Dios, quien saca a los hombres de la


esclavitud, y permite que el Espíritu Santo obre milagros al quitar de ellos
actitudes y costumbres Egipcias que poseen aún viviendo en la tierra
prometida. Podemos identificar en Moisés las características de un
teoterapista, agente de cambio, que se convierte en guía de la salud. Un
teoterapista como Moisés, es un mediador de gracia, completamente
“umbilicado” con Papá Dios, para ayudar a su pueblo a salir de Egipto,
amando y nunca señalando.

Como hijos de Dios provenientes de los lomos de Abraham, también en


forma figurada venimos de “Egipto”, y podemos traer el "Egipto" adentro,
con pensamientos y actitudes de esclavos, estando ya en la tierra
prometida. Necesitamos desprogramarnos de las marcas de "Egipto", para
disfrutar la herencia total dada en Jesucristo.
CAPÍTULO 6

EL PACTO DE DIOS CON DAVID

“Hice pacto con mi escogido; juré a David mi siervo diciendo: Para siempre
confirmaré tu descendencia, y edificaré tu Trono por todas las
generaciones”.
(Salmo 89:3-4)

ANTECENTES

El fondo histórico del pacto Davídico es bien conocido. David había llegado al
poder en el reino de Israel y ahora moraba en una casa de cedro; le parecía
incongruente que Aquél de quien había derivado su autoridad y gobierno
aún morara en una casa de pieles. David quería construir una morada
apropiada para Dios; pero debido a que era un hombre de guerra, no se le
permitió construir esta casa; esa responsabilidad le fue dada a Salomón; sin
embrago Dios le hizo promesas a David concernientes a la perpetuidad de su
casa.

Este pacto de Dios con David se establece, desarrollando la antigua promesa


de una descendencia santa. Además se reglamenta el reinado temporal y el
reinado eterno de la descendencia de David. De manera única y especial
aquí se promete un trono eterno y un rey eterno que ha de sentarse en el
trono de David.

En última instancia, este pacto es Mesiánico, pues la promesa se cumple en


Jesucristo, a quien se le llama “pacto” en Isaías 42:6, y en quien se
incorporan todas las bendiciones y en quien se cumple las estipulaciones
establecidas.

La sustancia de este pacto la encontramos en el segundo libro de Samuel:

"Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré
después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y
afirmaré su reino. Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre
el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mi hijo.. Y si él
hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de
hombres; pero mi misericordia no se apartará de él... y será afirmada tu
casa y tu reino para siempre delante de tu trono será estable eternamente."
(II Samuel 7:12-16)
Notemos cómo la narración bíblica registra, la especial actitud de Dios
derramando su amor generoso y desinteresado. En éste pacto David es
“colmado” por parte de Dios, en sus aspiraciones, aún más allá de lo que
David se pudo imaginar. El Señor es generoso más allá de lo que conocería
hombre alguno. Este aspecto es el que conmueve a David, y nos conmueve
a nosotros, no mirando Dios nuestra humana condición, sino su abundante
misericordia disponible para todos. Los privilegios maravillosos que Dios
otorga a David y a su descendencia no se habían otorgado antes; podríamos
decir que sólo Adán antes de su caída había recibido tantos beneficios.

CONTENIDO DEL PACTO

Conozcamos pues cada uno de los aspectos contenidos en éste pacto:

* David había de tener un hijo que lo sucediera a él y establecería su


reino. Este hijo es Salomón. El trono no le sería quitado a Salomón aunque
sus pecados justificasen el castigo.

* El trono de su reino sería establecido para siempre, exaltando el


carácter de “perpetuidad” contenido en esta particular alianza. Cuando se
habla de un trono así, estamos hablando de “autoridad” real conferida a
David por siempre.

* En la persona de David se desarrolla y madura una descendencia santa


que tiene su inicio en la promesa de redención hecha a Adán en Génesis
3:15. También se desarrolla en este pacto la promesa de la simiente
contenida en el pacto con Abraham; podríamos decir que la promesa a
Abraham es ahora el centro de la promesa davídica.

* Este pacto, es un pacto mesiánico; el Mesías nace de David, y


constituye la raíz de David.

CONDICIONES

El pacto con David es incondicional en carácter, pues es llamado en la


Escritura como pacto eterno ". yo afirmaré para siempre el trono de su
reino". (II Samuel 7:13). Si es eterno es porque es incondicional y descansa
sobre la fidelidad de Dios para su ejecución. Además como pacto es
reafirmado después de repetidos actos de desobediencia de parte de la
nación. Cristo, el Hijo de David, vino a cumplir el reino Davídico después de
varias generaciones que fueron apóstatas:

"Si dejaren sus hijos mi ley, y no anduvieren en mis juicios, si profanaren mis
estatutos, y no guardaren mis mandamientos, entonces castigaré con vara
su rebelión, y con azotes sus iniquidades. Mas no quitaré de él mi
misericordia, ni falsearé mi verdad. No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que
ha salido de mis labios. su descendencia será para siempre, y su trono como
el sol delante de mí".
(Salmo 89: 30-36)

La desobediencia en la familia davídica traerá el castigo sobre ella, pero no


la abrogación del pacto. El castigo vino primero en la división del reino bajo
Roboam, y finalmente en los cautiverios. (2 Reyes 25: 1-7)

El pacto es confirmado por el juramento de Jehová y renovado a la virgen


María por el ángel Gabriel; demostrando esto lo inmutable del pacto.

“....y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la


casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”.
(Lucas 1: 32-33

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

En el pacto de Dios con David, vemos la infinita gracia de Dios, que puede
tomar al más necio y pecador de los hombres y llevarle a una vida de
bendición y victoria bajo la unción de Su Santo Espíritu

Jesús llega a la vida de los necios arrepentidos y permite que en ellos more
su Santo Espíritu, para usarlos con poder en la tierra. Todo necio puede
canalizar su necedad en la teoterapia; de esta manera su necedad puede
convertirse en osadía e intrepidez para las grandes cosas que a través de
nosotros Él se ha propuesto realizar.

Como “hijos del pacto” estamos llamados a vivir la vida de victoria poder y
bendición de David a través de la Santa unción. En David vemos como Dios
usa a los necios arrepentidos, a tal punto que de un hombre pecador como
cualquier otro, Dios formó un símbolo de obediencia para las posteriores
generaciones.
CAPITULO 7

LA RENOVACIÓN DEL PACTO EN JESUCRISTO

"Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos
días, dice Jehová: daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo
seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más
ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová;
porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande,
dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de
su pecado.

(Jeremías 31:33-34, Hebreos 8:10-12)

ANTECEDENTES

Es este un pacto incondicional, definitivo, irreversible, basado en la


redención en Cristo Jesús. Un pacto “mejor” que el pacto mosaico en cuanto
a su eficacia; en este pacto aparece Jesucristo como segundo Adán, quien
renueva la imagen divina en el hombre.

En este pacto están contenidas todas las promesas de los pactos anteriores.

· Es un mismo Dios quien establece el pacto con los hombres.


· Se hace con un mismo pueblo.
· Las estipulaciones abarcan esencialmente la ley antigua.
· En todos ellos hay una promesa fundamental y es “Yo seré tu Dios y tu
serás mi pueblo.”

Esta renovación del pacto en Jesucristo es absolutamente incondicional,


puesto que en su establecimiento no se impone ninguna responsabilidad al
hombre, y el fundamento es el sacrificio en la cruz.

ELEMENTOS DE LA RENOVACION DEL PACTO EN JESUCRISTO

“He aquí vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la
casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus
padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque
ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
(Jeremías 31:31-33)

Este pacto se halla establecido sobre mejores promesas, es decir, promesas


incondicionales. Mientras Dios le decía a Moisés “Si guardares”, en el nuevo
pacto dice: “Yo haré”.
* Una interiorización más profunda de la ley. Bajo el pacto mosaico la
obediencia era producida por el temor, bajo el nuevo pacto es de manera
espontánea mediante el fruto del Espíritu Santo, quien produce una
mente y un corazón voluntario para Dios. ". Pondré mis leyes en la mente
de ellos, y sobre su corazón las escribiré... "(Hebreos 8:10)

* En este pacto se garantiza la revelación personal del Señor Jesús a cada


creyente. "Y ninguno enseñará a su prójimo. porque todos me
conocerán...". (Hebreos 8:11).

* En este pacto se habla de la morada del Espíritu Santo y su ministerio de


enseñanza en el creyente: "Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, har1-
que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los póngais por
obra" (Ezequiel 36:27)

* De manera especial se establece en el nuevo pacto el completo olvido de


todos los pecados. "....Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus
iniquidades". (Hebreos 8:12).

* El descanso espiritual es garantizado en una redención ya consumada.


"Porque esta es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es
derramada para remisión de los pecados" (Mateo 26:28)

* Se asegura la preservación, conversión futura y bendición de Israel. "Y


luego todo Israel será salvo, como está escrito: vendrá de Sión el
Libertador, que apartará de Jacob la impiedad". (Romanos 1:26)

* Este pacto por ser el último nos habla de resurrección y perfección


eterna.

* Del nuevo pacto resultaría una nueva fuerza moral e interior que llevaría
a sus participantes a vivir y actuar de una manera más consciente.

* Se destaca también el hecho de un gran desarrollo del ministerio del


Espíritu Santo.

* La garantía de este nuevo pacto o mejor de la renovación del pacto es la


muerte de Cristo. Se fundamenta en su sangre la cual nos lava y nos
purifica cada vez más

"Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo
muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer
pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna, porque donde
hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el
testamento con la muerte se confirma..." (Hebreos 9:15-17)
· Predominan la fe, la obediencia y el amor como elementos substanciales
en este pacto.

CUMPLIMIENTO DE UNA NUEVA Y FINAL RENOVACIÓN

Cristo cumple con los requerimientos del pacto por parte de todos los
humanos, y así se renueva la imagen de Dios en el hombre, formando un
nuevo pueblo, (su iglesia), en la cual hay salvación y contra la cual nada
puede prevalecer. (Mateo 16:18).

* Jesucristo es el segundo Adán. "Así también está escrito: fue hecho el


primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante... el
primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre que es el Señor,
es del cielo". (1 Corintios 15:45,47)

* Jesucristo cumple con todos los requisitos del pacto. 2 Corintios 3:18

* Mientras en Adán hallamos el símbolo de la rebeldía y el pecado,


Jesucristo es el símbolo de obediencia y vida. "Pero el don no fue como la
transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los
muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios
por la gracia de un hombre, Jesucristo". (Romanos. 5:15)

* Cuando estábamos en Adán, vivíamos en Egipto las marcas del pecado,


en Jesucristo gozamos de la renovación y la restauración total.

EN JESUCRISTO SE CUMPLEN TODAS LAS PROMESAS

Todas las promesas de la gracia salvadora de Dios, son incluidas dentro de la


renovación de este pacto. Estas promesas cobijan a aquellos que dentro de
la presente edad han creído y tienen posesiones y posición en Cristo Jesús.
Se funda en la sangre de Cristo, su mediador, quien identificó este pacto
como pacto eterno.

"En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y


ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos,
habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo."
(Efesios 2:12)

Representa una confirmación del pacto eterno, donde las promesas y


provisiones fundamentales de los pactos anteriores, permanecen vigentes:

* En Jesucristo se cumplen las Promesas del Pacto hecho con Abraham:


"Socorrió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia de la cual
habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para
siempre" (Lucas 1:54-55).

* También se cumplen en él las estipulaciones del pacto Mosaico con


Israel. "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no
he venido para abrogar, sino para cumplir". (Mateo 5:17).

 Jesucristo es el cumplimiento de las Promesas del Pacto hecho con


David. "Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimiendo a
su pueblo, y nos levantó un poderoso Salvador en la casa de David su
siervo, como habló por boca de sus santos que fueron desde el
principio". (Lucas: 1:68-70.)

EL PUEBLO DE DIOS TODAVÍA SE LLAMA ISRAEL

El pueblo de Dios todavía se llama Israel, pues nosotros como hijos del pacto
renovado en Jesucristo, somos el nuevo Israel de Dios; podemos decir que
nos ha colocado bajo la misma "sombrilla". "Y a todos los que anden
conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios.
(Gálatas 6:16.)

Este pueblo se desarrolla a partir del núcleo de los Judíos Creyentes, y se


extiende en un proceso en el cual los Judíos incrédulos son desgajados del
Olivo y los gentiles creyentes son injertados, y hechos miembros de la
Familia de Dios. "Si las primicias son santas, también lo es la masa restante;
y si la raíz es santa, también lo son las ramas. Pues si algunas de las ramas
fueron desgajadas, y tú siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de
ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica sabia del olivo, no
te jactes contra las ramas..." (Romanos 11:16-17)

El concepto del pacto une a la familia y fortalece el concepto de paternidad


espiritual, y de verdadera unidad en el propósito de levantar una
descendencia santa en todo el mundo, buscando el cumplimiento de la Gran
Comisión.

"El cual asimismo nos hizo competentes de un nuevo pacto, no de la letra,


sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica".
(II Corintios 3:6)

"Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres;
pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio"
(I Corintios 4:15)

APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Somos hijos del pacto, llamados a llevar bendición, ser bendición y vivir en
bendición. La aplicación más sublime y el mayor beneficio de esta
renovación del pacto en Jesucristo la disfrutamos nosotros, pues vivimos en
un momento histórico sin precedentes, siendo instrumentos para el
cumplimiento del propósito santo de nuestro Padre Dios: traer a otros bajo la
sombra del pacto.

Hoy vivimos un tiempo de avivamiento, en la evangelización mundial y es


preciso que todos los planes, toda decisión sea subordinada al mandato
bíblico de ir y llevar este mensaje de salvación a todo linaje, lengua y
nación.
CAPITULO 8 HIJOS DEL PACTO

"Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré


y te pondré por PACTO al pueblo, por luz de las naciones"
(Isaías 42:6)

Cuando estudiamos la secuencia histórica de los pactos nos damos cuenta


que Dios siempre ha querido pactar con el hombre, para hacerlo heredero de
toda bendición en los cielos y en la tierra.

Aunque Dios pactó con diferentes hombres y en diferentes épocas, en


realidad podemos decir que la intención de Dios ha sido una sola: revelarnos
y hacernos comprensible el verdadero y gran Pacto: JESUCRISTO.

En el momento en que recibimos a Jesucristo como Señor y Salvador, somos


puestos en una identidad total con Él, de tal manera que desde ese
momento, somos cobijados bajo el Pacto y somos hechos participantes de
todas las promesas dadas en y a través de Jesucristo; en este sentido somos
hechos "hijos del Pacto"

La pregunta que necesitamos hacernos es, ¿dónde está el secreto para vivir
toda la plenitud y la herencia que corresponde un "hijo del Pacto"? . Ante
todo es necesario aclarar que la vida cristiana más que difícil, es
humanamente imposible. Jesucristo es el único que la puede vivir en
nosotros. A esto se refería el apóstol Pablo cuando le dijo a los Gálatas: "Con
Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;
y lo que ahora vivo en la crane, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gálatas 2:20).

Pablo descubrió el secreto: la clave de vivir a la altura de un "hijo del Pacto"


es conocer, apropiarse y disfrutar de la identidad en Cristo Jesús. Hay algo
que hace del cristianismo no una religión, ni un sistema ético o el sueño
estéril de un idealista sentimental, es el hecho que Cristo mismo es la
esencia de la fe cristiana, es el "don" de Dios, a través del cual suple todas
nuestras necesidades; él es la respuesta suficiente para todo faltante,
debilidad o deficiencia nuestra.

Jesucristo no desea ser nuestro ayudador, él desea ser nuestra vida; no


desea que trabajemos para él, sino que le permitamos hacer Su obra a
través de nuestra vida. Solamente hay una vida vencedora, es la vida de
Jesucristo "en" nosotros, la cual se caracteriza por el fruto y el servicio. Esta
clase de vida se da solamente por la fe en él; luego, podemos decir que
nuestras obras son el resultado de Su Vida en nosotros.
El secreto de la vida cristiana, no está en la cantidad de conocimiento que
obtengamos, ni en la disposición a hacer sacrificios por la causa de Cristo,
sino en permitir que Cristo viva Su vida en nosotros. Es la simplicidad e
intensidad de nuestra vida en Cristo Jesús, y de Su Vida en nosotros lo que
nos sostiene en las diarias vicisitudes de la vida, lo que conquista nuestro
ego y todo lo que pueda ser impedimento para la plenitud de la vida
abundante que él nos vino a dar.

"Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a


fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida nueva."
(Romanos 6:5)

Trataré de explicarlo en otros términos. Cuando recibimos a Cristo, fuimos


unidos a él, y nos identificamos en su crucifixión, sepultura y resurrección, y
la vida que tenemos desde el momento en que le recibimos, es una vida
nueva. Somos uno con Cristo, nuestra vida y nuestro cuerpo, Cristo los
necesita para vivir su vida de resucitado a través de nosotros. Sin embargo
también tenemos que reconocer que somos los únicos que podemos impedir
que el Señor viva a través de nosotros.

Al dar un vistazo a los pactos a lo largo de la Biblia, encontramos que si bien


fuimos identificados en el pecado de Adán, también hemos sido identificados
en la obediencia de Cristo Jesús. La obediencia fue lo único que Dios
demandó de Adán en el Edén. La obediencia es lo único que se le pide a una
criatura para glorificar a Dios, gozar de su favor y bendición.

Es evidente que la única tarea por la cual fue necesario un Cristo, era la
tarea de quitar esa desobediencia, su maldición, su dominio, su naturaleza, y
obra perniciosa. El objetivo principal de la salvación, fue restaurar al hombre
a su destino originario, es decir a una vida de obediencia a Dios. ¿Cómo lo
hizo Cristo? En primer lugar, viniendo como un segundo Adán para deshacer
lo hecho por el primer Adán. El pecado logró convencernos que era un acto
de humillación, el buscar, conocer y hacer permanentemente la voluntad de
Dios. Cristo vino a mostrarnos la nobleza, la gratitud y la calidad celestial de
la obediencia.

La desobediencia de Adán, con todas sus posibles consecuencias habría de


ser quitada y reemplazada por la obediencia de Cristo. Somos hechos uno en
Cristo en su muerte y resurrección, de manera que estamos verdaderamente
muertos al pecado y vivos para Dios. Y la vida que recibimos en él, no es
otra cosa que una vida de obediencia.
En Cristo la obediencia fue fe, expresada en completa dependencia del
Padre: "...nada hago por mí mismo..."(Juan 8:28), ". sino que el Padre que
mora en mí, él hace las obras". (Juan 4:10). La entrega incondicional del Hijo
a la voluntad del Padre, tuvo como respuesta que el Padre, confiriera su
poder para que obrara sobre él, en forma incesante y sin reservas.

Cuando entendemos y nos apropiamos de la posición que ahora tenemos en


Cristo Jesús, estaremos habilitados para vivir esa vida de excelencia que
corresponde a los "hijos del Pacto", de tal manera que no solo disfrutamos
de nuestra posición en lugares celestiales, sino que también reflejamos en
nuestra vida la experiencia de vivir en armonía con ella. Llegamos a la
identificación con Cristo, mediante la crucifixión del ego; de otra manera no
podremos tener la consecuente experiencia de resurrección con Cristo. La
antigua manera de ser, pensar y hacer las cosas, debe morir,
identificándome con Cristo en el Calvario; dando paso a una nueva vida en
todo aspecto. Solo entonces podremos decir que nos hemos identificado con
el Cristo resucitado, quien es la renovación eterna del Pacto.

Cuando entendemos la revelación de lo que somos en Cristo Jesús, también


desaparecen todos los complejos de inferioridad, inadecuación y se aumenta
nuestra valía. Dios ha provisto las alas para que vivamos una vida de
altura. , el problema es que algunos cristianos no han aprendido a usar esas
alas y siguen caminando torpemente, sin gracia, y lo más triste sin visión de
volar bien alto.

A esta altura, meditemos: siendo del linaje de Abraham, participantes de


todas sus promesas, ¿Por qué razón todavía vivimos en nuestra herencia
personal de maldición, desarrollando todavía costumbres, creencias y
pensamientos de nuestra vieja manera de vivir, de nuestro "Egipto"?
Debemos buscar la excelencia, para vivir victoriosos por encima de las
dificultades, educando nuestros ojos para ver una bendición detrás de cada
dificultad, "... puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe...
"(Hebreos 12:2)

Cuando vivimos como hijos del pacto, herederos de todas las promesas en
Jesucristo, se generará en nosotros fidelidad a Dios, y a su causa; y desde
luego sentido de pertenencia y lealtad a la familia en la fe,
CONCLUSIÓN

Al observar la progresión de los pactos en la Biblia nos damos cuenta como


están relacionados y cómo todos apuntan a una misma verdad: Jesucristo.
En cada pacto se anuncia a Cristo y se muestra su obra de diferentes
maneras:

### En Adán se inicia la necedad, y también se inició nuestra


desobediencia y pecado. En este pacto, Cristo es "la simiente" de la
mujer.

### En Noé se inicia como un granito de mostaza, la vida de fe que es


nuestra iniciación del encuentro con Cristo. Cristo es el hijo de Sem.

### En Abraham continúa desarrollándose la fe y la bendición por la


Promesa. Cristo es la Simiente y el cumplimiento de las promesas hechas
a Abraham.

### En Israel, se nos informa, que existe un Pueblo al cual tengo que ser
injertado. Nos volvemos mediadores de gracia, y guías de la salud,
llevando a otros el mensaje de salvación de Cristo, para que también
sean parte del pueblo de Dios

### En David se nos entrega a Jesucristo como "El Pacto", en el que tanto
Israel como los Gentiles, serán injertados si se convierten.

### El sacrificio de Cristo es el fundamento de la renovación del Pacto.

Somos hijos del Pacto, llamados a llevar bendición, y a mantener la marca de


ser un pueblo de Dios, siendo promotores en la formación de un pueblo
santo, y actuando como embajadores del cielo, entendiendo que una sola
vida tenemos, y no podemos gastarla, ni desperdiciarla, sino invertirla para
la gloria de Dios.

"Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, pueblo adquirido por
Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a
su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que
ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado
misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia"
(I Pedro 2:9.).

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