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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR


INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS
SUBDIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
Coordinación de Estudios de Postgrado
Maestría en Educación Mención en Gerencia Educacional
UNIDAD CURRICULAR: GERENCIA EDUCACIONAL
PROFESORA: RAFAELA CLEMENTE V.

El Director de Escuela como Líder

Un sistema de educación se fortalece cuando hay objetivos claramente


señalados, se invierte en recursos económicos y capital humano, y se
estructura un sistema sinérgico de crecimiento y buen servicio. El director esta
llamando a ser el coordinador de forma tal que tenga el pulso en las áreas de
éxito y las áreas que necesiten ser mejoradas. El director debe entender que
evaluación, por definición, significa atribuirle valor, aprecio, tasación a algo o a
alguna condición.

La función de un director es clave para crear las condiciones de hacer cambios


y propiciar recompensas en la escuela y, por ende, en la comunidad. En la
última década, la función de un director ha evolucionado de un aspecto
gerencial cuya función de liderazgo se basaba primordialmente al
funcionamiento general del colegio, a la aceptación del director como líder
académico cuya labor principal es el rendimiento académico de los estudiantes
y el crecimiento profesional de los decentes.

En su libro Leadership that Works, (2005) Marzano R.atribuye una serie de


condiciones que un líder eficiente debe poseer. Para este fin, hemos
seleccionado diez factores que deben estar presentes en un liderazgo efectivo
de un centro educativo. Los factores a considerar son los siguientes:
• Conocimiento de la situación
• Flexibilidad
• Inclusividad y programa de educación personalizado
• Monitoreo y evaluación
• Disciplina
• Orden
• Conocimiento del curriculum, , docencia, y evaluación por grado y nivel
• Cultura de Centro
• Agente de cambio
• Enfoque

Esencialmente, el director debe ser el protagonista y líder para propiciar una


organización en continua mejoría. La evaluación de dicho director contribuir a
celebrar los elementos positivos y corregir los aspectos que no hayan surtido
efectos para alcanzar las metas trazadas. Dichas metas deben coordinar las
necesidades nacionales, locales y, particular y especialmente, el
aprovechamiento académico de los estudiantes.

1. Visión, misión y plan de trabajo para un director efectivo.

Un director efectivo conoce los datos e indicadores importantes del


desempeño. Implementando dicho plan, podrá enfrentar los problemas, repetir
o aumentar las áreas de éxito y modificar las áreas que necesiten ser
modificadas para rendir mejor efecto. Un director efectivo ejerce liderazgo
cuando logra conformar un equipo de trabajo empoderado capaz de formular
estrategias personalizadas para sus estudiantes con el objeto de garantizar el
mayor nivel de logro de los aprendizajes. También logra establecer e
implementar una visión a nivel organizacional de forma sinérgica.

Dentro del concepto de visión, misión, y plan de trabajo J. Pisapia (2009)


establece diferencia en las estrategias de un líder y de un gerente. Si es cierto
un Rector eficiente debe ser buen gerente. Un Rector excelente debe ser un
gran líder. Pisapia (2009) concluye que líderes estratégicos son gerentes y
lideres.

Dimensiones para la evaluación de la gestión institucional y pedagógica del


Rector del Centro Educativo

1.- visión, misión, y plan de trabajo

El concepto de visión, misión, y plan de trabajo está cifrado en la creación de


una cultura escolar que acepte su papel con motivación, entrega y
credibilidad. Para lograr transmitir de forma que sea aceptado el concepto de
visión y misión, el director deber entender la cultura escolar. La cultura escolar
es definida por historias, personajes, relaciones, actos, celebraciones,
relaciones, etc. Parte esencial de implementar una cultura sinérgica es lograr
establecer a nivel organizacional una cultura que tenga definida su misión
primordial que motive a los docentes a educar, a los alumnos a aprender, a los
lideres a ejercer su papel de líderes, y a la comunidad a sentirse orgullosa y
confiada en el centro educativo donde envían a sus hijos (Deal, 1999). El
director está llamado a ser el protagonista y propulsor más creíble para crear
una cultura de trabajo y éxito.

2. Planeación.

Un director efectivo conoce los recursos y limitaciones para poder crear una
organización sinérgica que logre maximizar los recursos humanos y materiales
para lograr los objetivos. El establecimiento de un plan de progreso escolar
significa planeación estratégica de todos los componentes importantes de la
gestión escolar, un plan sistematizado organizando la visión y la misión,
identificación y coordinación de la aplicación de recursos dentro del marco de
una línea de tiempo (timeline). Además, establecer o identificar el personal
responsable para hacer cumplir los elementos del plan de progreso escolar.
Para lograr los objetivos, dicho plan debe ser comunicado clara y
estratégicamente al personal escolar (administrativo y docente), estudiantes y
organizaciones comunitarias de apoyo a el colegio y la sociedad.

Como concepto de evaluación, la planeación constata la forma que el director


logra estructurar las bases, estrategias, esquemas, y el plan de acción. La
planeación logra integrar varios aspectos importantes del colegio tales como la
alineación de recursos humanos, económicos. Cada escuela debe tener un
plan anual (PPA). Dicho PPA o PEIC establece las pautas de tiempo, personal
y recursos de modo que quede estructurado el trabajo a realizar para lograr las
metas trazadas. El marco temporal de estas metas puede variar. Muchas
metas son metas diarias, mientras que otras son de periodicidad semanal,
mensual, semestral y anual. El establecimiento de metas coaliciona el personal
adecuado con la meta precisa.

El proceso de planeación incluye un estudio y análisis y anticipación de cuatro


elementos del colegio: fuerzas, debilidades, oportunidades y miedos (Pisapia,
2009). La conjugación de estos cuatro elementos lleva a director sincronizar
estos elementos evaluativos que pueden determinar de forma mesurable sus
destrezas, logros, y fracasos.

Como podemos constatar, la planeación, coordinación, implementación, y


monitoreo del PEIC debe ser un componente importante de la evaluación de un
Director y, por extensión, de todo el personal del colegio bajo la mano del
Rector. La mayor función de líder escolar es diseñar e implementar estrategias
sistemáticas para las fines (Tomlinson y Allan, 2000).

3. Rendimiento académico de los estudiantes.

El director sienta las pautas que deben resultar en la obtención aquellos


aspectos que considere más importantes conforme a los lineamientos
estratégicos. Según D. B. Reeves (2009), el 70% de la evaluación de un
director debe estar relacionado con el aprovechamiento de los alumnos y la
efectividad de los docentes.

Un director efectivo, implementa un plan curricular riguroso para preparar a los


estudiantes adecuadamente para el siguiente grado o nivel académico. El
director coordina la implementación de un programa curricular que siga las
iniciativas nacionales, distritales y locales. Debe formular una alineación
curricular y articularla de un grado a otro y de un nivel a otro de modo que los
alumnos se capaciten continuamente según progresan y sean promovidos
académicamente. El programa curricular debe abarcar todas las áreas
académicas de los alumnos basado en un conocimiento fehaciente de
indicadores. De modo que la estructura curricular del programa se dirija a tres
áreas especificas: la capacitación de los alumnos, programas de
enriquecimientos y programas de apoyo y tutoría para los alumnos que no han
mostrado el aprovechamiento adecuado.

El director está obligado a conocer los detalles de aquello que ocurre en el


salón de clase. Por ende, la evaluación debe incluir indicadores que reflejen la
destreza y su conocimiento en esta área

4. Capacitación y planeación continua.

Un líder efectivo entiende la importancia de la capacitación continua del


personal docente y del personal de apoyo: oficinas, , administradores, etc. A tal
fin, establece comunidades educativas profesionales donde los docentes y
otros miembros del personal participen en talleres semanales, bi-mensuales, o
mensuales, según sea el caso. Estos talleres o charlas deben ser con la
finalidad de discutir las mejores estrategias pedagógicas para implementarlas
en el salón de clase con el propósito de identificar dificultades en el proceso de
enseñanza aprendizaje de los estudiantes. De la misma forma, conoce las
iniciativas nacionales, internacionales y tecnológicas para que el personal
docente y de apoyo se nutra de nuevas técnicas y participe en conferencias
que amplíen su repertorio de experticia profesional.

Uno de los conceptos modernos de más importancia en los Estados Unidos e


Inglaterra en las últimas décadas ha sido el de Comunidades profesionales de
aprendizaje (1998). Este enfoque sostiene que sólo las organizaciones que
tienen una pasión por el aprendizaje dejan influencia que perdura en el tiempo.
(Covey, 1996).

A través de una planeación inclusiva y precisa, un director efectivo asocia el


crecimiento académico de los alumnos con la efectividad del profesor,
implementa atención diferenciada a docentes principiantes y con experiencia.

De modo que la formación, retención, apoyo y crecimiento profesional sea la


base sobre la cual se sustente la implementación de la lección, el currículo de
estudio, y, por tanto, siente las bases para el éxito académico de los
estudiantes.

5. Ambiente sano y seguro.

El director es responsable de que el colegio sea un ambiente sano y seguro


para los alumnos y para el personal docente y de apoyo. Es primordial que se
establezcan todos los aspectos de seguridad mental y física y respeto para
todos. Para los alumnos, un ambiente sano significa sentirse aceptados y
respetados, desde sus condiciones y limitaciones físicas hasta sus
individualidades de creencias, situación económica, religión, y preferencias
personales. Profesionalmente, un ambiente sano tiene implicaciones
diferentes. Los profesionales pedagógicos deben sentirse respetados, parte de
un ambiente profesional donde sus ideas son solicitadas y tomadas en
consideración. Este ambiente sano y seguro a nivel profesional requiere dos
niveles. El primer nivel implica seguridad mental y física, y el segundo,
referiere a seguridad e integración profesional para intercambiar ideas
libremente en pos de una mejoría en todos los sentidos.

Gorrochotegui, Alfredo (2006). Manual del liderazgo para directivo escolares.


Editorial La Muralla. S.A. España

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