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Rictíi RichardAlanVVhite

Ale,
■Wtt'í

UN [JURO SOBRE E., DOCTOR FRANCIA ■ i'!

i,h figuroclara y misteriosa, a la vez, del dictador del 'Paraguay'■


.‘s analizada.en este libro del Profesóf Avíute^'.déíM.'üna-
JCi'Spectiva que en los Estados Unidos se-llama ia.delun I-
:3 a
ntelcctiial liberal: con marcada acentuación de ios problemas
¿ociales, de dominación y explotación, de atiióhurñia y'
^pendencia. Esto indudablemente ha enriquecido la bibliografía
Fie sobre 1rancia se tiene, y que cada dia es más abundante,

H
\ un perso,- ,|: histórico y a su época hay que interpretarlo :
li mIi’ iIi'.’íi :os enfoques. I^hisOnacuncaestáclausa^cncerTida
li linUiv.,menti: cu lo que se considera ideológicamente iriiá :
I r ,rj s -;| ‘ K.;y n :b iy;.a verdades quejjéiíurar., r & r i-
V o p.,- •todo nueves ruest;cr.amieatcj bérmeneji cos
p,e u.-vei t x a , e nuova-;pregjriksy réspusíUS ANspctecr, o
....
iavque vele desde (Istmi ¿real.» el reatinay el tcpuflicanc
: fé-Z :
I libe. I y e. marxista, el católico,y el protestante el franjes.
I i¡ glés. el alemán. Asi también, la figura extraordinaria j tir. m »
iKcutidc del Doctor Francia camenza a ser iluminada desde
g ; |

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l. amias perspectivas. Una de ellas es. la que ofrece el profesor
-• >■•3 Í;K
Al. te. quien pasó en nuestro país meses cuteros de búsqiKxfc
-n iuhr.. y bibliotecas. Comò siempre, a través del enfoque . § :
|,k- .ilu >c prescrita, T)on José Uasparjtixlriguéz de Fr^cia
iS i
II
•c no-- ofrece claro y esquivo a Ja vez, siempre dispuesto'?,
esponile: u nuestros desafíos inquisitivos y rruy propensa a
ai, i-, a ¡r.eal. Jo respuesta- sibil rías que eriger PJ
ñmed¡itea$r«:e el plattctm.cate de nueva, rrceuvas

Adr.ano l'ila Burgos


LA PRIMERA. REVOLUCION
POPULAR EN AMERICA
PARAGUAY (1810-1840)
Richard Alan White

POPULAR EN AMERICA
PARAGUAY (1810-1840)
Segunda tücidn
1 98«

Carlos Schauman Editor


La traducción füj ríelitada por d Traductor Público Matriculada de nacionalidad.
paraguaya: Fraisk M. Sarrsfm. M pueblo paraguayo de entonces, <kheyy * siempre..

Queda hecho é depósitoque toaría la ley No. 94


ImpresoenAGR- Servicios Gráficos
Tel: 512 - 797(R,A.) - email: riti@telesurf.com.py
Indice

PARTE ; LA : SADI-.ION COLONIaL

2 ^a hcx-pcit-ór. de « Msi-^icj ...

PARTE I S-SIOGE ¡0 IEVQI R (OMAfUC


Lafitiii-.de a lai MiirOpOiis .— — .............
A. De 11 ("jilcua a la R<-p*J»l|ra — —...... ..
5. LI ¿ ìI;bI«jtik--k c< la D"*2.13 Po:..dir
C L» CimMiiUdì.a'w<ikAPttntr Reglnen Popolar
de Amri .3 La -ia .................. ...............
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PARTE >. U ¡.LCHA PO?. LAALTOhOMiA


Ì La Vàlnila de Licapc Corneoal ... ...

Cmolcgia . . . . . ........................... _. ..... ... »

Rihlingnfu --- --
AGRADECIMIENTOS
Mapas
En reconocimiento de mi gratipjd a las personas e instituciones
que h ancontóbuido con su apoyo moral, académico, técn icoy financiero
la Mau-, 1810------------- durante Ies emeo añ os insumidos en la preparación de esta*obra, debo
especial gratitud a Lewis Hanke, quien me hizo conocer la trayectoria
de’, Dí . Gaspar Rodrigue» De Francia: a Robert N. Burr por su s muchos
añas de tolerante guía y apoyo incondicional; al persona! del archivo
Figuras de Indias (Sevilla, España), del Archivo General de la Nación y Museo
Mitre (Buenos Aires, Argentina), del Archivo General de la Provincia
brutearán» d<- Paraguay 1816-Hit de Corrientes (Argentina) y la Biblioteca Nacional, (Río de Janeiro, Bra­
•rpuritc de tapónete: cd ?.r.giu, sil), por su asistencia profesional y am istosa: a la Comisión Fulbríght,
PnrsufMcaot Ntiwile., 18)6 IS40 . University o f California Regents Paíent Fund, el Departamento de His­
EMvo i? F.npay, 1314-.840 toria, la Biblioteca de Investigación y la Sección de B ecas de Graduación
Inpiuyn M Pa-.agjay. 1SI6-I8-M)
,'ii(_. t-Tos y Vciac, IS.i*.®aO........ y Asistencia de la Universidad de California por los años de apoyo
financiero, técnico y moral que proporcionaren generosam ente; a Hipó­
lito Sánchez Quell quien, durante 1 9 7 2 y 19 7 3 , gentilmente me abrió
el Archivo Nacional de Asunción, aún cuando estaba oficialmente ce
irado para extensas refecciones, y a Vicente Laguardia y Rubén Perez,
(unam ente con los dem ás miembros de! personal de! archivo, quienes,
?,,?•;; Ande 1« Vis.»«« Gca*ar < , T>I80: ., con paciencia profesional y extraordinaria cordialidad, facilitaron la in­
ApmfkidonM<)el Lstuli, IB16-IS40 -------- vestigación , a María Cristina M ontado, por asistencia en la investigación
Êxpo-tttawj .'a .guafaí, I9M-I8’ .' del archivo y su firme camaradería: a Efraím Cardozo. Víctor Chamorro
N., Julio César Chaves. Adriano Itala Burgos. R. Antonio Ramos y José
Antonio Vázquez, por a is muchas horas de consulta profesional; a Ro­
berto S. Thompson per su asistencia técnica y cesión de oficina en el
edificio del diario ABC (Asunción); a John M icio n y Robert D. Podras
por amplia asistencia técnica durante todas las fases de esta obra; a Juan
Andrés Carduzo. Kenneth Clofce, W akto M azdis, M ario Savio, Alexander
Saxton, Aüyn Sindenbrand, y jam es W ilkie por su s extremadamente
útiles críticas y sugerencias; i Johnatan Ccbb por la corredor, del manus
crito; a Michcle Burgess por el ripeado de manuscrito: a Celso Aurelio
Brizuela por la preparación de los m apas y gráficos; a Joel Fdáriiga pot
contribuir con la ilustración; n Domingo Faino por sus añ os de asesoría
profesional y asistencia técnica, a E. Bradford E um s por su estímulo y
asistencia en la publicación il* la obra; y a Henn J.M . Nouwen por su
amistad y confian a i
!

Sin cener e n cuenta estas enorm es contribuciones, sin las cuales


esta obra ciertam ente n c habría podido concluirse, el autor acepta plena
responsabilidad por todas las tiaducctonesy cuak¡mer d efe co conceptual
o histórico.
INTRODUCCION

Lis instituciones políticas y económicas que gobernaron la


América española durante la era colonial, fueron establecidas
par?' enriquecer a España, no para promover la prosperidad de
América. El oro y ¡a placa del Nuevo Mundo, así romo ntros
prodúceos americanos, solventaron siglos de participación espa­
ñola en las Juchas p o r el poder en Europa. España propiamente
dicha, empero, era una colonia económica de los países más
industrializados de Europa. Co asedien ¡emente, para cubrir su
déficit crónico en la balanza de pagos, España gastó la mayoría
de sus riquezas provenientes del Nuevo Mundo en artículos ma-
nulacturados importados. D e este modo, la riqueza de América
española sirvió a i álamo término pura financiar la industrializa­
ción de las naciones del Norte de Europa. Al lograr la indepen­
dencia y romper sus vínculos políticos y económicos con España,
fas nacientes naciones latinoamericanas desplazaron su dependen -
cia económica de España a las naciones más industrializadas de
Emopa, iniciando con ello la era neocolooia!.
Con su nuevo status político y económico, la estructura
social d e América también sufrió un cambio. Sin alterarla tradi­
cional estructura de poder de la sociedad de clases de las anteriores
colonias, Ja oligarquía criolla nativa asumió la posición de dase
dominante, reemplazando a los españoles en la cúspide de la
pirámide social. Este cambio en el lugar de privilegio y poder
Cuela principal modificación en la estructura soda! que fue gene­
rada por las guerras de independencia. Las condiciones básicas
de vida para la vasta mayoría de Jos latinoamericanos permane­
cieron ¡guales; solamente cambiaron los amos. BRAZIL
Esta' transferencia de poder no fue un cambio ordenado ni
pasivo de la guardia soda1, y en ningún lugar d e toda América
Latina tuvo ujj curso -un sangriento, complejo y prolongado
como en la región del Rio de ¡S Plata (mapa 2). Durante casi
setenta años (1811-80), el área que abarcaba el anriguo Virreynaco
Español de la Plata —lo que es actualmente Argentina, Bolivia,
Paraguay y Uruguay— fue la escena de intermitentes conflictos
armados entre grupos rivales americanos. Siguiendo la derrota
relativamente rápida de los españoles en la región, Ja solidaridad
criolla se quebró. A pesar que el resultado de la lucha contra los
españoles en América no se decidiría concluyentemente por más
de una década, ia lucha de poder entre las /acciones criollas
rivales en el Río de la Plata tue vigorosa, incluso en este período
inicia!, estallando cji gucua civil después de 1811. BRAZIL
Las raíces del conflicto radicaban en la geografía del área
y en la economía política del imperio colonial español. Al desem­ ARGENTINA
bocar en el Río de la Plata, donde se encuentran con e l océano
Atlántico los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay forman un solo
puerto de entrada, que ejerce el dominio de todo el sistema fluvial
\. consiguientemente¡ el acceso a b que eran entonces las pro-
viimr.i. rsp.iíuilas y portuguesas del interior. Desriela Conquista
h.i .r.i el siglo XIX, les dos imperios periódicamente se confron-
tab.iri vi. lientamente ¿obre el dominio del puerro. Solamente la
Guerra Cisplatina (1825-28), que dio por resultado la creación
del estado neutral del Uruguay, finalmente puso término a los
reclamos brasileños.
La dominación del puerto, en detrimento de las provincias
río arriba, también fue el punro principal de conflicto emre los
habitantes españoles d e la región. Para garantizar e l acceso del
inferiora/ mar, una expedición desde Asunción fundó nucam ente
en 1580 e l puerro abandonado de Buenos Aires; sin embargo,
después de apenas cuatro décadas, la Corona Española ordenó
su cierre. Cediendo t la presión de la poderosa corporación de
Mapa 2. Rio de la Placa, IS10
comerciantes de Cádiz-Panamá-Lima, q u e temía la pérdida de
su monopolio colonial, la Corona estableció una barrera aduanera
en Córdoba (1618) y retiró el permiso de sus colonias americanas
para comerciar con el Brasil (1622). La ley imperial exigía que
codas las mercaderías destinadas a América, con Is excepción de
un buque por año, fueran e n v ia ja s de E spañ a a P anam á. Desde
allí, las mercaderías debían ser conducidas a rravés deJ isfmOj
recargad as sobre buques con destino al Perú, y luego transpor-
radas por recuas de muías y carretas de bueyes, cruzando el
continente hasta llegar a Buenos Aires. Para llegar al Paraguay,
las m ercad erías debían volver s cargarse en buques y transpor­
tadas las mil doscientas (1200) millas aguas arriba por e l Rio de
k Piara hasta Asunción.
Las continuas exigen cias de los habitantes de las provincias
del interior y de Buenos Aires (porteños), juntamente con la
creación del Virreinato del Río de la Plata (¡766), forzaron ¡a
reapertura del puerto en 1777. Sin embargo, en lugar de servir
al interior, Buenos Aires, el centro imperial administrativo y
comercial de la región, esgrimís ?! poder de la aduana en beneficie
p ro p io y de su metrópolis española. Con la introducción de los
conceptos liberales de la Ilustración y el comienzo de las luchas
por ¡a independencia en 1810, las provincias interiores esperaban
ganar ¡a paridad económica. Sin embargo, al m ism o tiempo que
los porteño¡ promulgaban ideas revolucionarias y Juchaban por
la liberado r am ericana de España, insisrían en m an ten er su po-
~lición tradic onal como el centro económico del Río de la Plata.
En el nombre de la “causa común" cor.na E spañ a, Buenos
Aires solicitó y recibió el apoyo de las provincias interiores. Aún
después de haber sido denotados los españoles en el Río de la
Plata, los porteños trataron de imponer un fuerte g o b ie rn o cen ­
tra/, manteniendo con ello su control sobre la economía de la
región. E n o p o sició n a esta tentativa centralista (unitaria) de
conservar la esrrucrura política y económica'del viejo virreinato,
los autonomistas (federales) lucharon por una confederación de
provincias d e igual rango. A pesar que las dos facciones se
unieron para o p o n e rse a is intervención portuguesa en el Rio
de la Plata, s e trabaron en lucha en una prolongada guerra civil.
i ; , fue la lucha entre tos unitarios j lo fetk ales h
que caracterizó la histeria nacional de Argentina de ¡a primera amigo de los peones paraguayos, en cuyos ojos se convirtió en
época. protector y héroe. D e los pobres pedía honorarios reducidos, o
El Paraguay constituye ¡a única excepción en este período a veces nada, mientras que de sus clientes solventes pedía y
plagado de conflictos en la historia de la región (mapa 3). bajo recibía sumas considerables, como observó John Parish Robert­
el liderazgo de! Dr- fo sé Gaspar Rodríguez c e Francia, en e país son, un observador de la época. “Su integridad sin remores le
no solamente mantuvo neutralidad absoluta en la sangrienta locha ganó el respeto de codas ¡as partes. Jamás defendía una causa
por el poder en el Rio de la Plata, sino que, aferrándose a una injusta, estando siempre dispuesto a tomar h paite del p obre y
independencia política y económica también, puso en práctica e! débil contra el rico y el poderoso” . 1
una revolución social radical. Pese a que fas notables logros del A pesar de haber sido electo Dictador por los enormes
régimen popular no deben ser considerados simplemente como congresos representativos de 1814 y 1816, durante sus años en
otra J e las anécdotas del “gran hombre” histórico, Francia evi­ el poder, Francia evitó el personalismo que típicamente acompaña
dentemente desempeñó un papel central en la profunda rransfor- a las dictaduras. Con la única excepción de. Villa Franca -/lindada
niación del Paraguay. a mediados de la década de 1820 con ¡a ayuda de Francia, después
que las inundaciones hubieran obligado a los habitantes de Villa
Nucido el 6 de Enero de 1766, Francia comenzó su educación
de Remolinos a abandonar sus hogares 1- no permitió que una
cu :>i fj.mjr. Posteriormente concurrió a la Universidad Je Cór­
doba, graduándose en j 785 com o Licenciado en Filosofia y Doc­ sola población, barrio, calle, edificio, estatua o moneda fuera
tor i:n Teología. Mientras estuvo en Ja Universidad, que había dedicada a su honor. D e modo similar, rompiendo una tradición
sido dirigida por fas írauuacauus, más tolerantes desde Ja em ul­ de larga data, el Dictador categóricamente se rehusó a aceptar
sión Je Tos jesuítas en ¡ 767, no solamente estudió los filósofos obsequios de ningún cipo. * Esta política tuvo un impacto ¡an
y teólogos tradicionales, sino que también se familiarizó con las vigoroso sobre el pueblo, que más de 20 años después de la
corrientes ideológicas revolucionarias europeas y norteamerica­ muerte de Frauda, un número de ancianos la recordaba vivida-
nas de la época. La educación de Francia abarcó los conceptos
ontológiais de San Anselmo y el “Contrato Social” de Rousseau, El 6 Je Enero de 1817, con motivo de! cumpleaños del
el Moralumo de Same Tomás d e Aquino y el Pngaiarisn, Dictador, se Je ofreció una recepción (que fue) obviamente
benjamín Franklin. Sus años de eu udkx iiniveninnos y h pro
más importante q u e en cualquier otro año. Sin embarga, él
fan.u influencia de h !lúsrndóñ,7á Revolución norteamericana
no aceptó ningún obsequie, sosteniendo que era necesario
v fj revuelta populat de Túpac Amaru ¡1 en Perú, contribuyeron
abolir esa corrupta práctica española, que conducía a impo­
u I I- Il ■
■deri.stjs J e todas las épocas, Francia ccr.riJc aha el mundo a ner una obllgadón a¡ pobre, que a menudo debía hacer un
v i cu ivir.ino.: abr.ohirts. juzga,ade >.Yu. cwrss y p e r sacrifìcio para seguir la misma.3
¿■jf.o.i com o corréelas .. -■/.ivacadas, hueras o malas
A su regreso al Paraguay poco después de la graduación, 'Debido i que la palabra diaador es la aausüdad es fuenemenre peyona,va,
el ^nven doctor en Teología comenzó a enseñar Latín en el debe enfadarse quea principiosdel sigloXIX nollevabadicta epnnorarion negar,va.
Seminario de San Curios, pero fue obligado a renunciar varios
an n u . urde, cuando estalló una agria discusión sobre sus
idca¡ i Jn; tosas v políticas radicales. Después de enseñar Derecho K-.,a obra emplea b frase El Dinador, «o »lame«« portee CiP «I «¡tul* Wrm*1^
I . ,in, 1,' í i.in i., se embarcó en una carrera jurídica que le ganó Francia v refleja el enorme poder que le fue conferido por los cnngfeso!
i. qteu <n toda Asunción. Hablaba guaran! con fluidez y-se h k o • .... • I
Iré. i.'ni.'mente incluso firx.íl» los doCJaríñKrs oficiales cuino “fl Dictador .
Como otro contemporáneo resumió este aspecto del carác­
ter de Francia, “su fortuna privada no se incrementó por su del Dictador en 1840, más de la mitad de la rica región central
elevación; ¡amas aceptó un obsequio, y su sueldo siempre está del Paraguay había sido nacionalizada, se habían creado numero­
atrasado; sus mayores enemigos le hacen justicia sobre estos sas estancias estatales y decenas de millares de personas tenían
puntos." granjas arrendadas del Estado. El sector privado de la economía
La incorruptible honestidad de Francia, particularmente du­ tuvo que competir can el gobierno que, al reducir ios impuestos
rante su mando como dictador se hizo proverbial. Evitando la a un mínimo, recibía la m ayor parce de sus ingresos de la venta
acumulación de cualquier riqueza o bienes personales substancia­ de artículos importados, ganado y productos manufacturados por
les, vivió una vida modesta y semiretraída de soltero, con una ei Estado. Además, el Estado controlaba en forma completa el
fracción del sueldo que le fue estableado por los congresos comercio inremacional a través de su masiva participación y un
populares. Además, com o Franca no dejó herederos, a su muerte sistema estrictamente aplicado de permisos de comercio.
el 20 de Setiembre de 1840, la totalidad de sus pertenencias, de Debido a que Francia atacó los intereses d e las élites nacio­
acuerdo a las leyes que él mismo había promulgado, fueron nales e internacionales —la d ase que escribió la historia del
automáticamente confiscados por el Estado. 5 Paraguay— tradidonaimente se lo había considerado elprototipo
No es sorprendente que la política radical, popular y nacio­ del araño despótico. Como el más infame de los dictadores lati­
nalista se en tremó con una creciente oposición interna y exrerr,a. noamericanos, Francia habitualmente fue descripto como un p o­
Los ataques combinados do uníanos y federales devastaron el tentado adusto y sombrío, un déspota cruel con una avidez insa­
comercio paraguayo, sirviendo como catalizadores para la desas­ ciable por el poder, o simplemente como un monstruo vil; los
trosa Crzn Cnnspiradón de 1820 para derrocar el régimen popu­ años d e su gobierno se conocen comúnmente como el “Reino
lar por ¡as éihes paraguayas, cuya posición privilegiada descan­ del I error d e branda". Al buscar una explicación racional para
saba sobre la economía de exportación de monocultivos de la los actos al parecer in ado nales de este “Nerón moderno’', los
nación. En efecto, la revolución paraguaya sustrajo a toda la historiadores tradicionales raramence ban omitido cuestionar su
d ase superior, tanto española como criolla, sus tradicionales bases salud menea!, algunos simplemente lo consideraron insano, mien­
sociales, políticas y económicas de poder. Al designar a nuevos tras otros, en la búsqueda de explicaciones más especificas, ale­
funcionarios directamente de entre la gente común, Francia no garon que e l viento del norte (el viento norte caluroso y húmedo
permitió a las élites que ejercieran cargos gubernamentales o que sopla d el Mato Grosso durante los meses de verano de
militares, prohibiéndoles de ese modo que ejercieran el poder Diciembre, Enero y Febrero) ejercieron profunda iniluenda sobre
directo. Usó un sistema de muirás y confiscaciones para negarle el Dictador. Presentatío como un déspota sádico y arbitrario, sin
el poder menos directo, pero de igual modo eficaz, que otorga preocupación por los dinámicos movimientos libertarios que ba­
el dinero- rrían América Latina, Francia es acusado de haber aislado hermé­
junto con la abolición del Consejo Gobernante Municipal ticamente al Paraguay pa/a imponer mejor su tiranía ¡obre una
de la élite (Cabildo), el régimen revolucionaria controló a la nación intimidada.
iglesia y sus instituciones auxiliares. Proscribió las fraternidades Estas interpretaciones tradicionales provienen de varias
eclesiásticas, cerró sus monasterios y confiscó sus bienes raíces. fuentes contemporáneas, que sirven como base de virtuabnente
Al anular las donaciones reales de tierras y confiscarla propiedad la totalidad de ¡as obras secundarias, y proceden de la intensa
de los conspiradores de las clases sociales altas, Franca pivm ulgó campaña de propaganda conducida por los decepcionados opo­
una profunda reforma agraria que abolió el tradicional sistema nentes de las clases altas paraguayas y argentinas al nacionalismo
de tenencia latifundista de la tierra. Para la fecha del fallecimiento iicaí y política
relaros, “The Reign o f Doctor Joseph Gaspar Roderick de Eran-
8
cía" de Johsnn Rudalph Rengger, aparte de su desprecio por y atrabiliado, corazón Heno de amargura y de hiel, espíritu egoísta,
Francia y las masas de paraguayos que lo apoyaban, es tan pensamientos caníbales, ideas tortuosas, engreimiento sin ejem­
objetivo como puede esperarse de un extranjero de la d ase alta, plar, audacia insufrible (y) operaciones maquiavelisticas.6
atrapado en el media de una revolución popular. Este médico D e mayor significación en la formación de la opinión pú­
suizo y su asociada, MarceJine Longchamps, realizaron investiga­ blica anti-Fnmda que estos pocos panderos, rué la campaña
ciones de ¡819 a 1825 sobre Ja historia natura! del Paraguay. emprendida en diarios de Buenos Aires tales como “E l Tribuno''
Duranre b s últimos cuatro años de su residencia, un periodo de de donde s e toma Ja siguiente cita del 15 de Octubre de 1826:
crisis nacional, Francia se rehusó a permitirles que abandonaran Si el Dictador Francia merece algún perdón, es por la
vigilancia con que tiene encerrado al Protector Don José
Otra fuente primaria principal es la obra de John Parish Artigas (el anterior líder de la causa federal contra los por­
Roberrson y su hermano William Parish Robertson, “Fouryears
ir Paraguay: Comprisingan Accounr o f that Repubüc under the c i a embargo, la humanidad ganaría mucho, si algún
governmenr o f the Dictador Francia”, volúmenes I y IIj y el ángel exterminador purgase la cerra, libertándola de estos
volumen III “Francia's Reign o f Terror: Beingthe Conrimiarion dos monstruos. ”
o! Letters on Paraguay”. Estos dos comerciantes aventureros
escoceses llegaron al Paraguay en ¡812 con planes de hacer Además, periódicamente corrían p o r Europa las más increí­
bnuna, creando una compañía de comercio entre Asunción y bles e infundadas versiones concernientes a Branda. E l primer
Filenos Airee, La introducción d* artículos mamifacturndnv orí- libro publicado sobre los eventos d e la revolución paraguaya, ríe
tánicos y el entusiasta apoyo de los movimientos de independen acuerdo a su titulo, fue escrito “por una persona que fue testigo
cía de América Latina por parte de Inglaterra, aunque en gran de muchos de ellos y obtuvo información auténnea con respecto
medida una intender, de asumir la herencia délas antiguas colo­ al resto”. Este informe “auténtico” omitía incluso indicar correc­
nias ibéricas en calidad de dependencias económicas, fue general­ tamente el nombre de Francia, refiriéndose al Dictador como
mente atractiva para los paraguayos amicolonialistas. Conse­ "Dr. Tomás Francia”. La prensa europea gustaba de entretener
cuentemente, b s primeros gobiernos del Paraguay, esperando a sus lectores con relatos sensadonalistas sobre Francia y el
poder utilizar el prestigio y el poderío naval ¿ntám'co para garan­ exótico Paraguay. En un ejemplo típico de 1835, periódicos en
tizarla libre navegación del Río déla Plata, utorga ron tratamtemo todo el continente, incluyendo el “Memorial Bordelais” y
preferencia! a b s Robertson. Sin embargo, en 1815, después de “L'Echo du Midi, publicaron este artículo totalmente falso:
un inciden re que afectó la representación de los comerciantes uLa joven Reina de! Paraguay”: E l muy conocido Dr.
escoceses ante el gobierno porteño, en el cual se puso de mani­ Francia, a ia edad de 65 (en realidad, Francia en esta época
fiesto que Inglaterra no garantizaría el libre paso de buques por tenía 69 años), el excéntrico anciano que ha gobernado
el ría controlado por Buenos Aires, Francia expulsó a los Roberr­ despóticamente el Paraguay desde la emancipación de Amé­
son, poniendo así Final a su lucrativo negocio. rica, acaba de casarse con una joven francesa, la hija de
Es típico de la propaganda anti-Francia que se lanzaba sin Monsieur Durand, un comerciante de Bayona... Se estipula
pausa desde Buenos Aires durante los años del Dictador como en el contrato matrimonial qu e la joven esposa sería la
jefe de estado, es el panfleto de Fray Mariano Velazco, “Proel:i- sucesora de /a autoridad política de su marido en caso de
manon o f a Paraguayan to His Countcymen1' (Proclama de un unía te de éste, sin dejar un heredero directo o legítimo. Es
Paraguayo a sus Paisanos); esta puWr'cadón del gobierno de muy probable, p o r consiguiente, que una francesa algún día
llegara agobernar una de ¡asprovincias más ricas y hermosas
de América de! Sor ’' extensas entrevistas y completó un borrador el año Siguiente.
Sin embargo, debido a la muerte de Wisneryal caos de la Gut ra
Para fínes de Ja década de 1830, Francia se huív.i vuelto de k Triple Alianza (¡864-70) el manuscrito no fije corregido
tan conocido para elpiibhco lector europeo, que Charles Darwin, basta 1876 y no fue publicado sino en 1923. A pesar que la obra
en sus comentarios sobre la historia geológica y natural de! Río de WiSfícr es con creces la más objetiva de las primeras obras,
de h Plata, se sintió obligado a censurar aún más al villano. Pese contiene errores de hecho de menor cuantía y refleja la airada
a que jamás había visitado a! Paraguay, el ¡oven Darwin eviden­ polémica que estalló poco después de la muerte de Francia
temente no pudo resistir la oportunidad de incluir medio párrafo Reflejando el masivo apoyo a Francia, poemas populares,
en su obra “The Voyage ofíhe Beagle”, prediciendo im/cerrada­ canciones y escritos alababan a! Dictador y su régimen. J’ l a
mente que “cuando el viejo nrano sanguinario se haya ido des­ obra de más amplia circulación de la literaatta francista, la oradón
pués de su larga trayectoria, el Paraguay se desgarrará en reve- fúnebre del Padre Manuel Antonio Pérez13, fue publicada en
ludones, violentas en proporción a lacalma innatural anterior. ”w rodos los diarios del Plata y traducida pata lectores europeos.
Debe señalarse que inc/tiso los volúmenes mejor substan­ Mientras los francistas alababan aJ Dictador como “el salvador
ciados de Rengger y los hermanos fioberrson, no son obras que suscitó el Señor para liberar al pueblo paraguayo de sus
históricas propiamente dichas: más bien son relatos personales, enemigos” w no igualó en intensidad o eticada la camparía ann-
orientados primordialmente a espiar el inferes de! público lector frsncista conducida por la vieja oligarquic paraguaya. Aparente­
europeo,* Muy lamentablemente, los historiadores hun aceptado mente, algunos miembros de la oligarquía no estaban contentos
sin críticas estas obras como fuentes primarias de lo historia con ataques histéricos a la memoria de su archienemigo; algunos
paraguaya. Si se leen co/i precaución, Rtngger y los fíoberison meses después de la muerte de Francia, su cuerpo fue robado
en realidad proporcionan un gran volume/; de valiosa informa­ de la Catedral de Asunción y desde entonces no ha sido encon­
ción. trado.'
La obra de Enrique Wisncr de Morgenstern, “El Dictador Los enemigos de Francia creyeron incluso necesario anotar
del Paraguay: DoctorJosé Gaspar Rodríguez de Francia”/ 1tam­ sus ataques en sus registros oficiales universitarios. En ura letra
bién merece mención como fuente impenante de información. desconocida, sin fecha ni firma, los siguientes comentarios fueron
-Comisionado por el Presidente Francisco.Solano López en 1863 agregados a su asiento
para escribir una historia de la era de Francia, Wisner realizó
Francia: fue después presídeme de la República dei
•FJ raiur.o Franco ingw» *n Upolemici cuindo su aiímlc “Muí« hechasen Paraguay y muy atroz tirano que h¡ ensangrentado la his­
el Purafcu., for el D-cwdcr Frar.« «obre<1volumendeJohn lUn^r” apiree,i en toria de aquel país con escándalo de! mundo entero. Ha
la rsJruóu 00 21 dt Agosto * 18JI) en el di«-» "El Lucero' de Enere, Aires. sido un monstruo que ha desgarrado las entrañas de su*li
IrisisiraeJu en que la obra i Rengger debería haber salo miniada "Un tesayj d;
nimtii a; l rancia l> denunciaba cora ‘ Historia; no solo acomodadas >1 gimo de
-r.cr de Morgenstern, "El Üicudor”, p. I?Q. Después de examinar »arios
woipirauoricv, comoiois." Lita eomLtacün J inferió de Francia,
escriu, por unpaisanodeHengg,,.CésarHipólitoBode, aparecoalasemana„guíente li mayor probabilidad la lamilla hlatluúi liihia contraía,! i ,1 varias perumas a robar
Reimpronm« del articula de Francia K„centran en Zinny. ‘ Losgobernantes' pp
211-15, y «nJohn Parish Hnaertson y UMIiamParish Robertsor, “Franca', R*«n OÍ
TertoF' pp 572-80. La retiraciónde fia*, „ á reimpresa<saZumy“Los gobemertes” □ene (ver Clu»r.. *FI ,
El odio do la oligarquía a Francia pasó a través de las era “El Supremo". Este no es un personaje salido de una
generaciones y permanece siendo el objeto de encendidas discu­ novela de terror; sino una persona real, un Jefe de Esndo
siones emocionales. Hasra ¡a fecha es imposible sostener un Sudamericano. . . Su nombre era José Gaspar Rodríguez de
debate raciona/ sobre Francia con muchos de los descendientes Francia.*
de la antigua clase superior del Paraguay. Adicionalmeme a la tradición histórica personalista de Amé­
Una figura tan dinámica como Francia ha también atraído, rica Latina, la historiografía dees re período se complica aún más
por-supuesto, algunos defensores. En un largo ensayo escrito a por una confusión entre la forma retórica y el contenido histórico.
mediados de la década de 1840, Thomas Carfyie alabó a Francia Tratando de desacreditare! régimen de Francia y, con ello, apoyar
como un hombre fuerte y determinado de América Launa, que su propia posición, ios enemigos de Francia han utilizado el
impuso la ley y el orden a una era Tumultuosa, repleta de violentas
medio retórico de atacar su carácter. Dado que los historiadores
contradicciones sociales 16En la década siguiente, Augusto Com­ han aceptado estos ataques demagógicos como historia, en lugar
te, colocando al Dictador junto a otros grandes revolucionarios de reconocerlos como diatribas históricas, incluso las obras pos­
americanos, tales como Benjamín Franklin, Simón Bolívar y teriores atacan o defienden a Francia, en lugar de proporcionar
Toussaim-L ’Ouverture, dedicó un día en su calendario positivista un análisis objetivo de la historia de la época. Es significativo
* Francia.17
En nuestro propio siglo, a pesar de la aparición ocasional que Us razones originales de la disputa —la política de Franda—
de obras que tratan de reivindicaraFrancia,18la corriente franciara ban sido relegadas a impórtanos secundaria.
permanece siendo una interpretación claramente minoritaria, in­ El objeto de esta obra no es Francia propiamente dicho, ni
cluso la voluminosa obra estudiosa de Julio César Chaves, y el es su propósito reivindicar al Dictador. Trata, más bien, de res­
compendio de centenares de documentos de fuente primaria, taurar el contexto histórico de este período de la historia para­
brillantemente presentado con una narración entrelazada de José guaya —un capítulo singularmente importante en la historia de
Antonio Vázquez, ha tenido poco efecto para hacer mella en la las Américas, directamente relevante para los problemas que
odiosa reputación de Francia. Los mitos sobre Fronda se han confrontan sus habitantes actualmente
torrado tan ampliamente aceptados; que incluso el progresivo Cinco años de estudio e investigación en los archivos del
Pablo ft'eruda se sintió obligado a denunciarlo como un “rey Paraguay, España, Argentina y Brasil, han descubierto nueva
leproso" en su cortó poema “El Doctor Francia” 19 Desde libros documentación y han permitido el desarrollo de información
de texto básicos de la historia latinoamericana a obras literarias, estadística, anteriormente descuidada, mediante la reconstrucción
los historiadores aún continúan propagando la imagen rracfido- de los presupuestos nacionales, ¡a compilación de recibos de
nsímente aceptada de Francia. Típico de esta acritud, es el recaudación, examen de daros referentes a industrias estatales y
siguiente pasaje de la introducción de Wayne G. Broehl de 1967 el análisis de ¡os registros comerciales del Estado.
a la novela clásica de Edward Lucas Wbire, “ElSupremo" Mediante la incorporación de este nuevo material, y una
u-c valuación de la documentación anteriormente existente, ha
Un hombre cuyo nombre ni siquiera debía ser pronun­ si !<>¡visible definir claramente h política de Francia y colocarla
ciado; cuyos espías estaban en todas partes, aún denrro de
las familias; quien enviaba a los hombres a ¡a mazmorra o TiU inl Lucas Whue, “El Supremo", p. v¿¡. Comu para de la imagen que se
a la “Cámara Je Ja Verdaddonde la tortura extraía una
confesión y luego Ja víctima era sumariamente ejecutada ' i ii- " •.*>por pcintfta veapor Edaaid Lucas Whilt en su novela de !9lí y
I-. .......... -■adoptado poi muchos historiadores, no fue jamás osado por,PratKu
por el escuadrón (fe fusilamiento o ahorcada—tal nom¿re
en su contexto histórico —¡as fuerzas políticas y económicas que
imperaban en ¡a sociedad paraguaya de comienzos de! siglo XVIII
y en la región del Rio de ¡a Plata. Externamente, los conflictos
entre los grupos de intereses españoles, portugueses y europeos,
los brasileños, unitarios, federales y paraguayos, se combinaron
para forjar fas cambiantes estructuras políticas y económicas de
¡a región. En el ámbito interno, ¡os conflictos entre los españoles,
criollos, extranjeros, Francia y el pueblo paraguayo, aunque mar­
cadamente influenciados por les eventos internacionales en rápida
evolución, reflejaron h s condiciones de la sociedad de clases del
Paraguay. Aunque extremadamente compleja, esta confusión de
interrdadones se hace comprensible una vez que se identifican
con claridad las bases políticas y económicas fundamentales de
¡as fuerzas contendientes. El análisis de estas fuerzas es la historia
de la primera revolución autónoma de América.
LA TRADICION
COLONIAL
1

LA DEPENDENCIA COLONIAL CLASICA

Situado en la periferia del imperio español, el Paraguay era


un componente del imperio, geográficamente marginal, pero po­
lítica y económicamente integrante del mismo. Delicio a que el
Paraguay constituía un estado tapón entre la colonia portuguesa
rival del Brasil y las naciones indígenas hostiles, los paraguayos
estuvieron obligados a prestar prolongado servido militar, lo
que contribuyó a la severa escasez de mano de obra en la provincia
durante los fines del período colonial. De consecuencia aún ma­
yor, fueron los efectos combinados de la economía de exportación
del Paraguay y su dependencia del sistema comercial imperial.
Una estructura similar a una cadena, que comenzaba oficialmente
en España y se extendía a la remota provincia vía Panamá, Lima
y Buenos Aires, este sistema sirvió para deprimir la economía
de la provincia y apropiarse de una gran porción de sus riquezas,
dejando a la mayoría del pueblo paraguayo en extrema pobreza.
Debido a que el Paraguay era una provincia satélite del
Virreinato del Peni, y más tarde del Virreinato de La Plata (des­
pués de la creación de este último en 177(3), sus principales
decisiones políticas y reglamentaciones comerciales dependían
de esros centros metropolitanos que, a su vez, servían a los
intereses de España. Consiguientemente, la economía política
dtl Paraguay no estaba estructurada para beneficiar a la Provincia;
sus estructuras políticas y económicas existían para promocionar
Í.í DepWenm CeioniWOtaca
los intereses de las metrópolis de América y Europa. No hay comerciales a Buenos Aires." En un informeanrerior (1773), el
nada desusado acerca de esta relación de dependencia, por su­ gobernador había calculado que casi la m ead de los hombres de
puesto, dado que la fundón de un imperio es beneficiar i 1j la colonia encontraban trabajo en la recolección, preparación y
metrópolis a través de la explotación de sus colonias satélites, transpone de yerba. Félix de Azara, el famoso brigadier, naru-
l o que causaba la severidad de la pobreza del Paraguay era d ralista y observador real español, fue aúr más específico cuando
informnio ce estar situado en el mismo exrremo de la cadena de informó que del comerdo paraguayo toral de 395.108 petos para
los años 1788 a 1792, la yerfca'sóla represen-aba casi ¡as tres
g|i XV l, l ' onon pa aj¡ cuartas panes (292.653 pesos).1 Los permisos de comercio para­
alrededor de la exportación de diversos productos comerciales, guayos para 1800, documentan la exportación de 2.700 toneladas
incluyendo tabaco, maderas duras, azúcar, miel, otros dulces y de yerba, un vivido testimonio de la economía de monocultivo
cuero. Sin embargo, el producto que con creces era el más impor­ de la provincia.4
tante y rentable |mi,i fines de comercialización, era el té paragua Paradójicamente, la gran demanda de verba y el comercio
yo, la yerba mate. Er.farizandn que la región gozaba de un mo­ consecuente, sirvieron para empobrecer al pueblo paraguayo.
nopolio natural sobre la yerba, el gobernador de la provincia, Como es típico de las economías de monocultivo, la extremada
Agustín Fernando Pinedo, explicaba a la colonia española en concentración de recursos humanos, naturales y de capital en la
1777: producción dd producto de rentas, condujeron a la desatención
La yerba es el fruto más apetecido, de más estimación, de industrias menos rentables. El efecto más marcado de esta
de que se coge más cantidad, y cuyo comercio se extiende distribución desequilibrada de recursos, fue una escasez crónica
rnrir» p| Perú y Chile. Su uso es común en ricos y pobres; de productos de primera necesidad y como resultado, los altos
tómase su substancia en agua caliente, y es un equivalente precios para sus substitutos importados. Como lo observa el
al chocolate pero mucho mis usado que lo k este género gobernador Pinedo:
en España; n: se guarda en su uso la moderación que en el ... es negado d cultivo e :nconsegu¡ble,no hay establecimien
chocolate el cual cuando más se acostumbra a romar dos tos de abasto en lo más notable de alimentos, como pan,
veces al dia, pero la yerba que condimentada llaman Mate, carnes y legumbres, a que se agrega no darse vino, aceite
tomín tres, cuatro y más veces por la mañana y otras tuntas ni lo demás que a costa de excesivos precios necesita ei que
a la carde, y rio soló las gentes de conveniencia sino también los consume (que son iodos) hacerlos conducir de Buenos
los más pobres, a lo cual se acostumbran también codos los Aires intermediando en su viaje tres o cuatro meses 5
europeos, de que resuta ur gran comercio, y hay personas
tan enviciadas en su uso que prefieren el mate a otros más La seria escasez ¿e mano de obra, que resultaba en gran
sólidos sustentos y aplican en primer lugar el dinero que medida de las demandas al papel político de la colonia como un
tienen a esa apetecible especie.r amortiguador entre el Brasil y las raciones indígenas circundar.
| tes. constituyó un agregado a los problemas del Paraguay. Al
En el mismo informe, Pinedo también destacaba la impor
mantener a la provincia en un estado consrante de alerta militar,
tüfitw central del comercio de la yerba para la economía paragua­
en lugar de establecer guarniciones regulares para su protección,
ya, expresando que, juntamente con la agricultura, las ocupacio­
la corona exigía que los ciudadanos de sexo masculino sirvieran
nes principales "de todos los habitantes de esta provincia, por
en los fuertes distantes. Incluyendo el tiempo insumido en viajar
inclinación o por necesidad, (son) la recolección de la yerba en
ay de estos alejados fortines, esra obligación miliar normalmente
los montes donde crecen ... (y) su transpone por rio en naves
daba como resultado un peí iodo de servicio activo de cuatro a
20
CAPITULO I La Dcpéf*itr.;¡i Cotona! Clíiiea
seis meses por año. Además, los ciudadanos-soldados estaban
en que por su pobreza no hay ni un mercader que comercie
obligados a equiparse ellos mismos con la vestimenta esencial, con caudal propia. Las facturas, que tienen, les fian er.
caballos, armas y subsistencia.® Buenos Aires y les dan muy caras, y can la obligación de
Dado que la mayor parte de la actividad industrial estaba pagar un 8 por ciento de rédito todo lo que demorare la
prohibida por ley imperial, muchos de estos artículos militares paga en el plazo que les ponen, que puede ser de un año
debían ser importados. Con el comercio estrictamente regulado
o ano y medio, por la experiencia que tienen de que los
por la estructura comercial monopolista, sin tener en cuenta la habilitados a! Paraguay no han de acabar de pagarles en
considerable actividad del contrabando, para el momento que los
seis, ocho, diez o más años. Llegan aquí con esta carga tan
artículos importados llegaban al Paraguay, los precios eran exor­
pesada, y al considerar sobre sus experiencias las pérdidas
bitantes. El gobernador Pinedo demostró la dependencia del Pa­
a que se arriesgan, fian sus géneros a un beneficiador de
raguay de esta estructura del comercio, cuando se quejaba que
yerba, que nada tiene suyo, y con la mira de subsanar su
“... armas, pólvora y municiones les cuesta muy caro como que
pérdida, la ganancia a que aspira y los cargados que traen
ti lde1, estos pertrechos son condiciones de Europa por los rrier-
los géneros desde Buenos Aires le pone unos precios exor­
i .niel es, y que cuando llegan a esta remota provincia lian tenido
bitantes, llévalos al beneficiador, procura venderlos, y a
«i liu y diez ventas y reventas, aumentándose el precio en cada quién? A unos miserables peones, a quienes la desnudez y
i h,i lo , costos de la producción y la ganancia a que el mercader suma desdicha obliga a ofrecer lo que r.o pueden pagar; en
,is|.>h,i También aquí el Paraguay sufría las consecuencias de suma, ellos no tienen qué comer, ni instrumentos y herra­
su situación de sacéice subalterno en el imperio colonial de Es- mienta« cpn que trabejar- en d beuefiuu de la yerba y rodo
compran o alquilan al beneficiador para quien trabajan, y
Plagada por reglamentaciones similares y pesada tributa­ éste les da a un precio exorbitante de que resulta que estos
ción, las exportaciones de la colonia también estaban deprimidas. miserables no pueden pagar ni aún la mitad (mejor diré la
El caso de la yerba constituye un claro ejemplo de la situación tercia parte) de aquello en que se empeñan: porque a éstos
subalterna del Paraguay. Enviada en primer término a Santa Fe no se les paga jornal diario, ni salario mensual, compran
y luego reembarcada a Buenos Aires, que servía como el centro ellos la ropa y la comida y alquilan los instrumentos con
ib; distribución para Tucumán, Potosí, Chile, Lima y Quito, la que trabajan y todo fiado, y no alcanzándoles el tiempo para
verba estaba su¡eta a impuestos tanto provinciales como a la poder pagar con su trabajo personal se ven otra ve?, desnudos
alcabala (impuesto a las ventas) en cada punto de la ruta.® y empeñados, y en la necesidad de empeñarse de nuevo.
In d usu las reglamentaciones de Libre Comercio de 1777 y
1778, supuestament; promulgadas para facilitar e& comercio in- De la descripción del gobernador, se destaca nítidamente la.
terprovincial, ofrecieron escaso alivio para el Paraguay. Pese a radena de la dependencia económica. Los peones, sin medios
estas reformas, b estructura de dependencia como satélite de la propios de producción, dependan de los comerciantes de yerba
metrópolis, permirió la constante apropiación de las riquezas de para herramientas, ropa y subsistencia. Los comerciantes de yer­
la provincia, aunque ahora encubiertamente, a rravés de una serie ba, al servir realmente como una “metrópolis” para los peones,
de relaciones de crédito perjudiciales. Refiriéndose al comercio funcionaban a su vez como “satélites” en relación a los comercian­
de la yerba, el gobernador Pinedo informaba: tes paraguayos, de quienes recibían mercaderías a crédito. De
ii.u.il manera, los comerciantes paraguayos funcionaban como
Las causas de la quiebra y atrasos del comercio de este
.i . |i rs dependientes de los comerciantes de Buenos Aires, quie-
genero y de lo íemás de esta provincia, consisten lo primero, m- le prestaban capital operativo. Y esra cadena de deptrdenc a

71
CAPITULO

de explotación no terminaba en la metrópolis americana de Bi.e- La excepción a este mecanismo en la cadena de aprovecha­
miento, era el peón paraguayo, cuyo trabajo inicialmente produ­
En una inútil tentativa de convencer a la corona que sería cía la riqueza, y que, por consiguiente, no tenia satélite que
en el interés de todos los afectados corregir las condiciones que explotar. La duplicidad comenzaba con los ¿copiadores de yerba,
devastaban su provincia, primero analizaba la cadena económica puesto que, incluso sujetos a las condiciones explotadoras de
y advertía que: crédito de sus metrópolis —los comerciantes paraguayos— los
acopladores de yerba obtenían uria utilidad de la explotación de
De «tas quiebras que-padecen los beneficiadores en sus satélites — los peones. Lo mismo se apLcaba a los comercian­
los peones resultan las de los comerciar-tes que trafican en tes paraguayos, que eran explotados por las tasas usurarias de
estas provincias; de las de éstos, las de los de Buenos Aires intereses y altos precios que estaban obligados a pagar por las
que les fie. De las de los de Buenos Aires, las de Cádiz mercaderías que recibían de su metrópolis — los comerciantes
cuyo comercio los surte, y en las quiebras de los de Cádiz de Buenos Aires; puesto que si no aceptaban los términos de los
pierden su dinero infinitas personas de ese Dominio, que comerciantes de Buenos Aires, los comerciantes paraguayos no
ponen a giro sus caudales en aquel comercio, de modo que hubieran estado en situación de beneficiarse de la explotación de
la quiebra que causa por necesidad el miserable peón des­ sus propios satélites —los acopiadores de yerba. La misma rela­
nudo de los yerbales del Paraguay va a resultar al primero ción se aplicaba al próximo eslabón de la cadena. Los comercian­
que puso su caudal a giro en Cádiz de donde emanan los tes de Buenos Aires obtenían ganancias de su posición metropo­
géneros que recibió y no pudo pagar.10 litana frente a los comerciantes paraguayos, sirviendo al mismo
De esta manera, continuaba la estructura económica aatólite- tiempo como fuentes de ganancias para los comerciantes de Cádiz.
mecrópolis. Los comerciantes de Buenas Aires, con el fin de De esta manera, cada merrópolis extraía uca ucilidad de la expío
adquirir las mercaderías que vendían a los comerciantes paragua­ tación de sus respectivos satélites. Esto era algo necesario, puesto
yos, dependían de sus metrópolis, los comerciantes de Cádiz y que si no actuaban de esre modo, no hubieran podido seguir en
sus fiuanciadores.
Comprensiblemente, el gobernador Pinedo, observando este La economía de monocultivo del Paraguay, y su resultante
fenómeno desde la periferia mis explotada del imperio, equivo­ comercio, dependía de este sistema mundial de mercado. Junta­
cadamente proyectaba la pobreza que veía a su alrededor, a la mente con los gastos de cumplimiento de las obligación« mili­
estructura entera. Si él hubiera optado por el concepto de ganan­ tar« impuestas por su papel de estado tapón, las ganancias
cia, en lugar del de pérdida en su análisis, hubiera presentado obtenidas en cada eslabón de la cadena de dependencia económi­
una relación más exacta del funcionamientodel sistema comercia!, ca, consumían la riqueza de la provincia, Aún cuando el gober­
porque no solamente cada satélite era explotado por $u metrópolis nador Pinedo no retrató correctamente el capitalismo comercia!
>•i i ida eslabón de la cadena, sino que a su vea funcionaba el de la época, evidentemente comprendió sus efectos sobre la pro­
mismo como una metrópolis que se beneficiaba de la explotación vincia cuando expresaba profèticamente, “el sistema que empie­
de su respectivo satélite- zan a observar al presente los mercaderes, al mismo tiempo que
es menos perjudicial para ellos, causa y causará en lo sucesivo
más desdichas y desnudez. - 1
Más de veinie arto» después, el nueve gobernador del Para­
y ensayo hiblogrUico sobre es;* m i, ver Buhara ¡L Sitie y SunleyJ. Sfcui “The guay informaba a la Coi na que, de una población de casi 100.000
habitantes, “más de 50.000 almas viven en una indigencia toral
24 25
CAPITULO I

...sufriendo con paciencia I03 efectos terribles de U desnude«, dé


la miseria y de la opresión.” '2 .
Claramente, mientras la política económica del Paraguay
permanecía en relación de dependencia, la tétrica predicción del
gobernador Pinedo estuvo destinada a ser verdadera.

2
LA INCORPORACION DE LA S MISIONES

Durante 160 años, los jesuítas administraron las Misiones


guaraní«:» del Paraguay. La? primeras Misiones (también llama­
das reducciones o pueblos de Misiones) creadas en 1607, tenían
sólo uno pocos centenares de habitantes. Para 1767, el año en
que el monarca español expulsó a los jesuítas de los dominios
españoles, estas colonias iniciales habían proliferado; estaban
floreciendo treinta pueblos estables y prósperos, que alojaban a
aproximadamente den mil guaraníes. Al cabo de apenas unas
pocas décadas deadministración civil, empero, y como consecuen
da directa de la incorporadón de las Misiones a la economía
política del Paraguay, los pueblos frieron reduddos a pálidas
sombras de su situación anterior. La mayoría de la gente había
huido, la producción había caído verticalmente y sus construccio­
nes abandonadas yacían en deterioro.
Durante la administración de los jesuítas, las Misiones esca­
paron a ¡a aplastante pobreza del resto del Paraguay. Ellas tam­
bién funcionaron como una zona de tapón con las consecuenies
obligaciones miliares, pero la carga sobre los habitantes de las
Misu i íes era considerablemente más liviana. La distribución geo-
Hrutu i más amplia de los pueblo» reducía grandemente el tiempo
■b- vi.i|i;, dado que muchos de los habitantes vivían más cerca de
l'-i frirtiru-s distante?. Además, las misiones gozaban de un per-
26
L j Incoiporadórt de la) Misiones
CAPITULO1
comunidades semiaisladas. Esta política no sitamente satisfacía
miso real especial para fabricar sus propias armas y municiones, las necesidades inmediatas del pueblo, sino que, en la misma
que minimizaban sus gastos para suministros militares. importante medida, eliminaba la necesidad de recurrir a costosos
Con el fin de pagar el tributo real anual, continuar con las substitutos importados. En breves palabras, prioridades y política
contribuciones normales a la tesorería central de los jesuítas en comercial de las Misiones jesuíticas mantenían una unidad socioe­
España, y para importar los pocos artículos que no podían pro­ conómica casi autónoma, afectada en mínima medida por las
ducir ellas mismas, las Misiones cultivaban yerba y tabaco para fuerzas políticas y económicas del Paraguay dependiente.
exportación. En efecto, habían logrado cultivar el arbusto de la Las relaciones tradirionalmenre hostiles entre los coloniza­
yerba, de modo que en lugar de recolectar las hojas en arduas dores y misioneros son importantes para una comprensión de la
extensiones con alto insumo de tiempo en el hinterland, como historia de las Misiones después de la expulsión de los jesuítas.
se hacía normalmente, simplemente cosechaban sus propios cul­ Frustrados en sus tentativas de explotar la mano de obra de los
tivos. 1 Además, los jesuítas poseían suficientes recursos para guaraníes, los colonizadores no habían o vidado que las autori­
financiar sus propias operaciones comerciales y, en virtud de dades reales habían usado soldados guaraníes para aplastar la
ello, evitaban los gastos y dependencia adicionales de tener que sangrienta revolución de los Comuneros Paraguayos en la década
recurrir al crédito de los acopiadores. de 1720, La liberación tributaria parcial de las Misiones en el
comercio de la yerba aumentó aún más el resentimiento colonial.
CUADRO I. Población de las Misiones Guaraníes, 1750— ISOL
Como hecho no sorprendente, los colonizadores españoles hirie­
I7S0 1764 1767 1784 ron todo lo que pudieron pata desacreditara los jesuítas,disemi­
nando rumores de minas de oro ocultas y de una conspiración
4.778 +.001 4.400 1.700 1.200 jesuíta para crear un estado independiente en las selvas de Ainé-
2031 2.817 3.600 1.700 1.2Q0
3.976 4.250 4.000 2.500 2.300 Pese a que este tipo de agitación local ofrecía un pretexto
1-449 2.246 1300 1.100 800
2251 3.139 2.100 800 700 para la expulsión, fue el absolutismo de! sigla XVIII que propor­
2.520 5.074 3.100 600 700 cionó la justificación política para la expulsión La expulsión de
3.27« 4308 4.600 2.800 2100 los jesuítas de las colonias portuguesas (1759), francesas (1763)
1.899 2301 2.900 1.200 y españolas (1767), refleja la filosofía política del despotismo
3.276 4.917 3200 1.300
4 296 4.716 3.300 800 ilustrado. La eliminación de las comunidades semiautónomas
2.524 2031 2.400 1.200 jesuítas fortaleció a las administraciones coloniales y centralizó
3.968 2712 3.600 2.700 1.300 aún más el poder político en las manos de bs monarcas europeos.
2.629 2.946 2600 1.130 900 Además, permitió la confiscación de la considerable riquesa je­
suíta en tierras, esclavos y medios de producción, que se necesitan
3B.S73 43.468 43.100 13-200
desesperadamente para financiar las vastas reformas del absolu­
tismo “¡lustrado”. Confrontado por una oposición tan poderosa,
A diferencia del resto del Paraguay, los recursos humanos, sin 3¡isdos que defendieran su causa, e! último de ios jesuítas
naturales y de capital de las Misiones no estaban excesivamente abandonó América en 1768.
concentrados en el sector de exportación de la economía. Al igual Con el fin de proseguir con la recaudación del tributo anual
que la mayoría de los grupos dirigidos por misioneros, los gua­
más el diezmo (un impuesto del diez por dentó), la Corona
raníes producían una variedad equilibrada de productos y an:ma- designó al goberné! r <ir Buenos Aires, Francisco de Paula Bu-
.1 .1-1 .... j : I. •. .
29
CAPrwi Li iecorponéóa de Ut Mitones
careli, para organizaruna nueva administración paralas Misión« sobre escás observación«. Debido a la práctica de los nuevos
Sin embargo, a pesar de sus complejas medidas, el nuevo sisrenía administradores, de vender ilegalmente gran pane del ganado
sencillamente no funcionó.2 En marcado contraste con el soste­ de las Misiones a las estancias vecinas en ei Paraguay, Comentes
nido crecimiento de las Misiones durante las últimas décadas de y Entre Ríos, durante el primer ano de ¡a administración civil,
la administración jesuira, las primeras décadas de la administra los rebaños de ganado disminuyeron en 20 por ciento (de 5 16.371
ción civil se caracterizaron por su rápida despoblación. La mag a 412.169), y para 1768 en más del 50 por ciento (a 243.906).8
nitud de «re éxodo puede ohservarse en el cuadro 1, que indica Al mismo tiempo, la distribución arbitraria de las cierras comu­
las estadísticas de población para las trece poblaciones paragua­ nitarias a españoles privilegiados, con arrendamiento simbólico,
yas.1 desplazó por completo a muchos habitantes de las Misiones.
Bajo la administración civil, en lugar de continuar constitu­ Refiriéndose a este robo de la riqueza comunitaria, el Virrey
yendo una fuente de ingreso para la Corona, las Misiones en Avilés informaba en 1799 que “...los administradores en nada
realidad se convirtieron en una carga. F.l gobernador de Buenos menos han pensado que en ...hacerles trabajar a los guaraníes
Aires, Juan José de Vertiz, en su informe del 21 de Marzo de con pretexto de que los productos son para la comunidad pero
I ,'X I, informaba al rey que el tesoro de la Misión arrojaba un no los visten”. Después de llevar a cabo una inspección completa
déficit de 60.000 pesos.4 Para 1795, debido a la falta de pago del de las Misiones a principios del mismo año, Félix de Azara expli­
tributo anual y de! diezmo, las Misiones “se hallar, con el enorme caba la situación aún más explícitamente, indicando que “muchos
atraso y deuda de 247,189 pesos a favor de la Real Hacienda".3 administradores roban, apuntando en sus cuentas que han cose­
En una tentativa de evaluar y detener esta degeneración chado, por ejemplo, 1.000 arrobas de yerba o algodón ruando
durante las décadas que siguieron a la expulsión, la Corona son mil y quinientas, lo que le ss fácil, pues no interviene...” 10
solicitó insistentemente informes de diferentes funcionaros. Alós inspeccionó la totalidad de los treinta pueblos, y en
Como parte de sus esfuerzos para reunir información, los Inten­ cada uno encontró la vestimenta de la población en estado mise­
dentes fueron inicialmente instruidos de efectuar visitas y presen­ rable-, en muchos casos los habitantes no tenían rupa totalmente.
tar informes anuales sobre las Misiones. El siguiente resumen En un largo apé-idice incluía observaciones específicas s >bie
del exhaustivo informe del Intendente del Paraguay, Joaquín de cada pueblo. Un informe típicc decía “Estoy cerciorando que
Alós, compilado en 1788 después de una minuciosa gira de ins­ estos natural« no han tomado vestuario general drsdr l.i expul
pección de las Misiones, revela las condiciones que constató. sión de los extinguidos Regulados y que esta continuada falta
los conserva indigentes." Al final de cada informe, Alós ordenaba
Los libros hallé desordenados y confusos. Los almace­
al administrador encargado que entregara inmediatamente ropa
nes sin efectos de primera necesidad, los ramos de agricultura
a los habitantes. Evidentemente, las órdenes no fueron tomadas
casi abandonados; nada activa la fábrica de tabaco. La indus en serio, puesto que, escribiendo once arios después, Azara infor­
tria y artes en muchos sin maestros ni directores. Los tratos
maba “Pues per lo que he visto y examinado, creo poder decir
rrjudiciales a las comunidades. Los arrendamientos bajos,
E as crias de ganado decadentes. El vestuario decadente ge­
positivamente que no se ha dado vestuario al completo de ningún
pueblo ni una sola ver desde que se fueron los jesuítas y sí digo
neral ninguno desde el año de 1768. Los tributar,os más de
...que no exagero.” 12
la mitad menos desde el año de 1772. La población de los No hace falta decir que los guaraníes no participaron de
pueblos mínima. La educación de la juventud desatendida
bu< ;i ¡,tüdo en su propia explotación. Según el Virrey Aviles
y los edificios deteriorados y ruinosos.7 ••lamente “su hábito de someterse, su natural mansedumbre y
En el texto y apéndices de su informe, Alós se extern] . •I -i ■.r al azote los hace trabajar pero a costa de m icha vigilan

30 31
CAPÍTULO 2 Lt tncaipcna'ón de tu Múioo's
cia.’’n Practicando una forma de resistencia tradicionalmenw en el contexto de la economía política global del Imperio colonial
interpretada como “haraganería'1, los habitantes de las Misiones español, y, por consiguiente, deben comprenderse como efeoos
se tomaron “muy hábiles en eludir sus obligaciones~.(median- de dicha estructura general. En efecto, el empobrecimiento de
te)...las mentiras, engaños, maniobras, conspiraciones, fingiendo las Misiones es solamente acribufble de modo superficial a los
enfermedad y escondiéndose.”^ actos corruptos de algunas personas; la causa esencial radica en
El sistema administrativo civil convirtió a la economía equi­ la incorporación de las Misiones como un apéndice superexplo-
librada de las Misiones en una replica de la economía de mono­ tado del Paraguay dependiente. ’
cultivo del Paraguay. Al igual que en el resto del Paraguay, la
escasez de productos de primera necesidad podía atribuirse direc­
tamente a la concentración desproporcionada de recursos en la
producción de yerba. La desatención a la agricultura, y el resul­
tante agotamiento de existencias de cereales fue tan severa, que
Alós expresaba que "más parecen reservadas para las siembras
que para el abasto común, 15 En las palabras del Intendente,
Este abandono de la agricultura consiste en que los
administradores han mirado este ramo como el menos pro­
porcionado a un tráfico y comercio, que mal diferido se han
propuesto seguir con el de la yerba, sin considerar el que-
brajiio que reciben las comunidades.
Esta reoriencación de la economía es ta clave del empobre­
cimiento de las Misiones. Los administradores civiles y los comer­
ciantes, motivados por la ceguera de los intereses propios, con
fiscaron gran parte de las riquezas acumuladas de las Misiones
y, respondiendo a las oportunidades del mercado, redirigieron
sus recursos a enfatizar la producción máxima de la yerba, con­
vi rtiendo de esta manera una economía equilibrada a una econo­
mía de monocultivo, Bajo Ja administración civil, las Misiones
fueron sometidas y pronto dominadas por las mismas fuerzas
económicas y prioridades responsables por el empobrecimiento
del resto del Paraguay.

Debe admitirse que la culpabilidad no puede ser atribuida


a los explotadores individuales solamente, puesto que sus actos
fueron más sintomáticos que causales. Es decir, aunque los admi­
nistradores fueron los agentes manifiestos de la opresión y de
este modo directamente responsables por gran parte de las cala­
midades de las Misiones, sus actos fueron posibles únicamente

32
EL PROCESO
REVOLUCIONARIO
3
ENFRENTANDO A LAS METROPOLIS

Reflejando el deterioro del imperio español, el control y la


protección ibéricos del Río de la Plata se había drásticamente
debilitado para 1810. Ya en 1806, una expedición británica bajo
el mando de Sir Home Popham, había pedido forzar su ingreso
a Buenas Aires. Significativamente, hieran los criollos, no los
«pañoles, los que expulsaron finalmente a los invasores. El Vi­
rrey español, Rafael de Sobremonte, huye al Interior, dejando la
milicia colonial de la dudad en manos del oficial criollo, Sanriagc >
Liniers. Después de la derrota de los ingleses el Cabildo porteño
depuso a Sobremonte y eligió a Liniers Virrey en su lugar, El
año siguiente, una segunda expedición de ÍO.OÓOsoldados ingle­
ses, esta vez bajo el mando del General John Whitdocke, ocupó
Montevideo y atacó Buenos Aires. Nuevamente fue el criollo
Liniers quien exitosamente defendió a la dudad, obligando a los

Aún cuando los británicos habían sufrido dos derrotas mi­


litares, tuvieron éxito en estimular las crecientes demandas de
los porteños de libre intercambio comercial fueia de los confínes
del imperio español. Durante los meses de ocupación británica,
los habitantes del Río de la Plata experimentaron los beneficios
del comercio directo con Inglaterra. Los comerciantes británicos
de buen grado pagaran el doble del precio acostumbrado por las
exportaciones principales de la región, cueros y sebo, vendiendo

37
c apítulo Enfrcntanio >h i Metrópolis

al mismo tiempo ponchos de lana fabricados en Msnchester por principal de las violencias del anterior gobernador Don Lázaro
un tercio del precio de los productos originarios de Tucumin.1 de Rivera,"4 rápidamente se gtnó la animosidad tanto de la élite
Los eventos en Europa minaron aún más la autoridad espa­ española como de la criolla.. Después de asumir el título de
ñola en América En 18U8, los ejércitos de Napoleón habían Comandante de Armas del Paraguay, se detuvo en la ciudad
invadido la Península Ibérica, capturando al monarca español, fronte-iza sureña de Pilar ei tiempo suficiente para obligar al
Fernando VIL En una tentativa de poner fin a la dinastía de ios Cabildo local a jurar lealtad a la junta porteño.5 Prostguiend
Borbonea, pero no a L monarquía española, Napoleón nominó hacia Asunción, Espinóla recibió tratamiento cordial del goberna
a su hermano, José Bonaparte, como nuevo Rey de España. Una dor Bernardo de Velazco hasta llegarlas noticias de Pilar,después
insurrección popular quebró este plan, empero, y condujo a la de lo cual fue remitido a exilio al Norte. Sin embargo, en lugar
creación de juntas locales leales a Femando. A su vez, los Cabildos de viajar a Concepción, Espinóla logró escapar y regresó a Bue­
de Buenos Atres y Asunción votaron el reconocimiento de fa nos Aires, donde exageré en gran medida el tamaño y poder de
autoridad de la más prestigiosa de estas juntas —la Juna Superior la facción porteñista en el Paraguay.
ilr España e Indias (Sevilla)— y juraron lealtad al monarca Bor- En el momento de la revuelta de 1810 en Buenos Aires, el
bim prisionero, pero la disolución de la Junta Superior el año Paraguay se encontraba bajo el firme control de los españoles.
. guíente cortó temporalmente los vínculos de América con la Los mismos ocupaban las posiciones políticas y militares más
i >rona de los Bortones. El Cabildo de Buenos Aires, estimulado altas, y “el comercio ¿el Paraguay se halla principalmente en
quizás pot las recientes victorias sobre algunos de los mejores manos de los españoles".4 Sin embargo, debido a la tradicional
soldados ingleses, aprovechó esta oportunidad para zafarse del animosidad paraguaya contra Buenos Aires, fue fácil para el
monopolio comercial de España y asumió la dirección de sus gobernador Velazco y el ultrarrealista Cabildo de Asunción, ganar
propias operaciones. El 25 de Mayo de 1810, el Cabildo porteño el apoyo paraguayo contra los porteños. La asociación del odiado
depuso al Vittey Baltasar Hidalgo de C¿añeros, que hnbia sido Espinóla con los porteños, y el temor de nuevos reclutamientos
ib-signado por la Junta Superior el año anterior, > estableció la militares7 también sirvieron para solidificar el apoyo paraguayo
junta Provisoria del Río de la Plata para “gobernar en nombre contra esta última y más descarada expresión de la dominación
de Fernando VIL” porteña. Sin embargo, la razón principal de la oposición unificada
En una tentativa de mantener su posición domir arte en la a las pretensiones norteñas fue la posición periférica del Paraguay
fjumimS~arU región, os porteños anunciaron su intención de en el imperio español, en un callejón sin salida político y econó­
conservar la estructura política del Virreinato La Juna Provisoria mico. No había una clase criolla poderosa o bien atrincherada,
inmediatamente emitió una proclamación de su autoridad “a las cuya posición socioeconómica estuviera basada ventajosamente
provincias todas de nuestra independencia, y ahí más allá, si ovinculada a la estructura colonial* Consiguientemente, en este
puede ser, hasta los últimos términos de la tierra.”1 El Cabildo momento histórico, los antagonismos en el Paraguay entre los
de Buenos Aires envió una circular siniüar a todas las provincias criollos y españoles, fueron temporalmente olvidados por su
del Virreinato del Río de la Plata.1 posición común contrá los porteños.
Al comprender qJe los realistas paraguayos presentarían Aún cuando el enemigo estaba claramente definido, no todos
una fiiette oposición, la Junta de Buenos .Aires, en lo que se
mostró ser una ¿carien desastrosa, envió al Coronel José Eapí- ■ t Mgeneral, «culo mis aireada«ubi uaa colonia dei c*r*jo ¿»i ijapanu, unió
ñola a entregar la dedar ación del Cabildo \ explicar con nut nti • rvilxada. U proginu ir lo» nxivtmieEtcí da hberaciór. iuúani«nc.inos,
detalle los objetivos déla revuelta portera. Espinóla, “el viviente
más odiado por los paraguayos” por haber sido el “instrumente -1.1 . linir. ■.c .J (Peni), rJZ- climntt ilustra frre-f» £.. ci .Sur Cor

39
CAPÍTULO
Entrenando » Ut Metrópolis
loa paraguayos estaban de acuerdo sobre cual curso de acción
debía seguirse. En la reunión del Cabildo abierto (un encuentro provincias del Virreinato. Lo que fue más importante, el Cabildo
“abierto" de personalidades locales), convocado poce! goberna­ abierto resolvió crear un ejército para ¡a defensa de la provincia,
dor Velazco y el cabildo realista para deliberar sobre los recientes observando que Portugal estaba esperando una oportunidad “de
sucesos, un criollo radical, doctor en teología y abogado, sorpren­ tragarse esta preciosa y codiciada provincia”, y ya tenía sus
dió a las élite« de Asunción, declarando como irrelevante cual­ tropas en las riberas del rio Uruguay.10 Para coordinar los pre­
quier debate sobre quién debía ser reconocido como soberano parativos militares, el Cabildo abierto creó una Junta de Guerra
del Paraguay. José Gaspar Rodríguez de Francia, influenciado con oficiales realistas seleccionados, comandados por el oficial
marcadamente por la filosofía ‘Ilustrada”, argumentó que, dado español de mayar rango, Coronel Pedro Gracia.11
que España ya no poseía el poder para gobernar, la soberanía Esta resolución claramente reflejaba los intereses conserva­
retornaba naturalmente a! pueblo; por consiguiente, el Paraguay dores de la élite española, puesto, como Jo demostraron al poco
debía declarar su independencia en lugar de continuar como una tiempo los sucesos, d nuevo ejercito podía usarse ramo pai a
dependencia de un gobierno central controlado por los porteños. resistir a la dominación porteña comy a la portuguesa. No obs­
En su discurso ante Ja asamblea, Francia insistió en que, tante, inherente en el plan de los españoles de defender su posi­
ción privilegiada, estaba la contradicción que pronto daría por
La única cuestión que debe discutirse er, esta asamblea resultado el derrumbe de esta unidad iniria!. La constanre parti­
y decidirse por mayoría de votos es: cómo debemos defender cipación de España en las guerras europeas durante el siglo
y mantener nuestra independencia contra España, contra XVIII, había hecho casi imposible el envío de ejércitos españoles
Lima, contra Buenos Aires y contra Brasil; cómo debemos para defender sus posesiones en América, que en medida credente
mantener la paz interna; cómo debemos fomentar la pública
prosperidad y el bienestar de todos los habitantes del Para irse acercando a su término la era colonial. Los monarcas Borbo
guay; en suma, qué forma de gobierno debemos adoptar nes habían adoptado, por consiguiente, la política de fortalece i
para el Paraguay. 9 las milicias locales, en primer término pan aumentar y poster hlí­
mente, particularmente durante las Guerras napoleónicas, para
No fue sorprendente que los 200 “notables” locales españo­ reemplazar las tropas españolas en mucha* colonias americanas.
les y criollos rechazaran una propuesta tan radical. En lugar de Do este modo, cualquier fuerza militar creada para defender el
ello, desairaron a los porteños, aprobando las resoluciones rea­ Paraguay, amenazaba caer bajo el comando de los criollos.
listas más conservadoras, de reconocer la autoridad del Consejo Cuando los porteños tuvieron conocimiento que su declara­
Supremo de Regencia de España, asegurando al mismo tiempo ción de autoridad había sido rechazada por la Asamblea del 24
relaciones fraternas con el gobierno de Buenos Aires y las demis de Julio, resolvieron una serie de medidas punitivas, que incluían
la aislación de la provincia mediante el bloqueo de todo el comer­
cio fluvial y el envío de emisarios secretos al Paraguay para
provocar un levantamiento.12 Comenzando en Setiembre de 1810,
' .-mV,,nerón las Provincias UmttaÍ cUKo de la Placa (18161 ycon la derretí it loa comenzaron a descubrirse pequeñas conspiraciones porteñas. pri­
«■ .pañol« tn la reglón riel piara, José d: San Martin cruzólos .Andes a Chile [1817),
donde mi! (arde se dirigió hacia el Nene pan atacar el úliiiro «duelo fortificado mero en Asunción y poco después en Concepción, Irá y Yagua-
«panol, el Perú (1820). De igual modoenel Norte, Venezuelacomenzó declarando rón.IJ Al mismo tiempo, Buenos Aires prosiguió en el campo
*“ independencia (1811). Durante casi ina década, los ejérdtoe de Simón Bolívar miliiar su ambición de perpetuar el virreinato como una unidad
bajo su control. En una reniariva de asegurarse la Banda Oriental
(Uruguay), los porteños atacaron el bastión español en Monte­
CAPITULO I SaUtmtotb ¡r¡as Metrópolis
video; a fin de enfrentar a los ejércitos realistas enviados desde
el virreinato del Perú, despacharon un ejército a ias provincias Entretanto, las fuerzas paraguayas, ahora bajo el comando
norteñas del intenor. Creyendo todavía en el informe de Espinóla en el terreno ¿e los oficiales criollos, cautamente persiguieron
de un vigoroso apoyo portenista en el Paraguay, aún cuando la al ejército porteño en lenta rearada, y el 9 de Marzo de 1811
esperada revuelta criolla había dejado de materializarse, confiada­ vencieron nuevamente a las fuerzas de Belgrano en la batalla de
mente enviaron al General Manuel Belgrano con un pequeño Tacuarí. Al conocer la nueva victoria, Velazco se puso personal­
ejército para forzar a la provincia a la sumisión. mente en camino para conducir la capitulación de les porteños,
A principios de Diciembre, el ejército de “liberación”.por­ peto para su decepción, para el momento que llegó a Tacuari,
ceña, consistente de 1,100 soldados bien armados y disciplinados, no hubo capitulación que conducir.
cruzaron el río Paraná para entrar en el Paraguay— meramente Durante los meses de retirada, los oficiales de los dos ejér­
para encontrar desierta la región.14 Los informes de un gran citos habían estado intercambiando constantemente notas amis­
elemento porteñista habían demostrado ser falsos, y Belgrano se tosas. Después de la batalla de Tacuarí, muchos de los oficiales,
vió obligado a admitir que su proclama a los paraguayos, que algunos de ellos conocidos personales délas campañas en Buenos
“el ejército de Buenos Aires no ha tenido otro objetivo en su Aires y Montevideo contra Jos ingleses, fraternizaron abierta­
venida que el de liberaros de la opresión en que estáis” no había mente y estudiaron los objetives de la revuelta antiespañola de
ienid(*‘‘efecto alguno,” 5 los porteños. A través de estas conversaciones, los criollos para­
Desplazándose hadad Norte,d ejército porteño finalmente guayos comprendieron que el dominio español estaba llegando
se encontró con las fuerzas paraguayas en Paraguarí; el 19 de a su final; que ellos, no los españoles, poseían el poder real en
Enero de 1811, Belgrano lanzó un ataque de punra de lanza, que su provincia. En un notable gesto de simpatía hacia sus interlo­
inicialmenre dispersó la división central de las ddensas paragua­ cutores, los paraguayos permitieron a Belgrano, después de haber
yas. Creyendo perdida la batalla, el gobernador Velazco, el Co­ prometido no emprender hostilidades jamás de nuevo contra el
ronel Gracia y la mayoría del Cuartel General español, huyeron Paraguay, que abandonara la provincia con sus tropas y armas
del campo de batalla hacia Asunción. F.n un contraataque, sin intactas. En lugar de alejarse inmediatamente, el general por
embargo, los oficiales criollos, comandados por Daniel Cavañas. teño entregó obsequios y dinero 3 los paraguayos y prosiguió
Fulgencio Yegros y otros, lograron girar el curso dd combate las conversaciones hasta que el inminente arribo de Velazco
y derrotaron al ejército invasór.,<: Lós oficiales criollos, muchos obligó su retiro a través del río Paraná, donde levantó campa­
de quienes habían servido en la defensa de Buenos Aires cuatro mento en las Misiones.20 En este momento tomó forma por
años antes, cuando el Virrey Sobremonte había huido prema­ primera vez el complot de los oficiales criollos para arrancar el
turamente del campo de batalla,17 una vez más vieron a sus poder de los españoles. Como detalle significativo, los oficiales
superiores españoles abandonar sus comandos. paraguayos, que representaban a muchas de las familias criollas
Cuando los primeros oficiales españoles llegaron a Asunción más antiguas y prestigiosas de la provincia, planearon levanta­
con las noticias de la “victoria” de los ponchos, los realistas mientos simultáneos e! 25 de Muyo, aniversario de la revuelta
ricos de la ciudad subieron con sus posesiones en diecisiete gran­ poneña.21
des buques fluviales- tr. preparación para una huida río abajo A fines de 1807, el Principe Regente Joáo y la corte portu-
hacia el baluarte español de Montevideo. Más tarde, el gobernador gui-.1, transportada por la' flota británica, huyó a América para
Velazco, al saber que en realidad los porteños habían sido derro­ Iiu11 di-l ejército de Napoleón que se acercaba a Lisboa. Dereniért
tados, regresó a su cuartel general de Y aguaron, en una tentaiivq >1' 1 ■. r; Salvador de Bahía, el Regente lusitano abolió las restric-
de reasumir el comando de las operaciones militares. 8 cii 11u-, comerciales coloniales y abrió los puertos brasileños al
CAPITULO iMetrópolis

comercio mundial. Esto permitió a Inglaterra dominare! creciente _ cordialidad que se había brindado a Belgrano, una cordialidad
comercio exterior, reemplazando así a Portugal como metrópoli» que desde el punto de vista realista se aproximaba a !a traición
económica. La nucvti dependencia, formalizada por los tratados \e!azco y el Cabildo comprendieron que no se podía confiar en
de 1810, estableció en forma tan completa la dominación británica el ejército criollo. Los criollos paraguayes ahora parecían cons­
que, en la opinión del embajador sueco residente, el Brasil se tituir la amenaza principal al dominio español sobre la provincia.
había convertido en una colonia de Gran Bretaña.“ Rodeado Consiguientemente, aún cuando Belgraro se encontrara fusta-
por ministros e instituciones portuguesas, Joño administró H mente al otro lado del rio con su ejército intacto, Velazco dispersó
imperio desde Rio de Janeiro. a los oficiales criollos y envió a su rasa a la mayoría de los
Dado que la esposa de Joüo, Carlota Joaquina de Borbón, soldados sin pagarles por sus ocho meses de servicio.34
era la hermana del destronado monarca español Femando Vil, Los realistas, enfrentando una creciente insatisfacción por
la pareja real asumió el papel de defender los intereses,ranro de parte de los criollos paraguayos, así como con la posibilidad de
la monarquía española como de la portuguesa en las Américas. otra invasión del ejército porteño, frenéticamente aceleraren sus
Sin embargo, estas pretensiones reales sirvieron principalmente esfuerzos para ganar refuerzos leales. Asediado por las fuerzas
para promover los designios históricos portugueses (antes que porteñas, el Virrey español en Montevideo, Francisco Xavier
lo, españoles) sobre la región fronteriza de ambigua definición El o, rué incapaz de enviar ayuda En un desvergonzado llamado
<k: la banda Oriental.3' Comprendiendo la importancia estraté­ a la solidaridad de la dase gobernarte contra los insurgentes,
gica de esta región, los portugueses establecieron en 1(580 la les realistas paraguayos apelaron a las tuerzas portuguesas para
Colonia do Sacramento en la margen izquierda del Río de la los desesperadamente necesarios refuerzos En el Norte, desde
Placa, en una tentativa de abrir y proteger sus pruvinuas ¡mcriui»
del sur, Insistiendo en mantener el control sobre la red lluvia!, tación, pero de la ciudad sureña de SSo Borja, Diego de $otiz„,
la única rura acuática interna a sus ncas minas de plata del Perú, despachó a su enviado personal, el teniente José de Abreu, pa i
España hizo todos los esfuerzos para expulsar a los portugueses. negociar les términos de la ayuda militar imperial portuguesa.
Para comienzos del siglo XIX, la Banda Oriental, después de Después de quedar detenido por tres semanas er Irapúa por
pasar Alternativamente de la dominación española a la portugue­ Fulgencio Yegros, quien en esa época estaba ocupando el cargo
sa, seguía siendo iui irea en disputa. Con el estallido de la de Teniente Gobernador de las Misiones. Abreu finalmente
revuelta criolla centra los españoles en el río de la Piara, el Brasil arribó a Asunción, ante el regocijo de los realistas. Luego de
una vez más trató de asegurar que el rio permaneciera abierto varios días de conversaciones con el gobernador Velazco. quien
para sus buques, garantizando así su comercio y comunicaciones aseguró al emisario portugués que estaba ansioso de “ponerse
con la enorme provincia de Mato Grosso, situada en las fuentes a los pies de la Serenísima Señora Doña Carlota, pues que no
del río Paraguay al Norte de Asunción. Alarmad- por las expe­ se reconocía otro sucesor a la corona y dominio de España.”24
diciones militares ponerías a la Banda Oriental y al Paraguay, Abreu se dirigió al Cabildo el 11 de Miyo de 1811 Informó
e! Brasil aprovechó la confusión y redobló sus esfuerzos para francamente a los realistas que el precio de la ayuda rr.ilirar
penetrar en el Río de la Plata. Ba;o el comando del capitán general portuguesa sería el reconocimiento foriral de las pretensiones
de la vecina provincia de Rio Grande do Sul, Diego de Souza, de la reina portuguesa al trono español.27 Dos días después, el
tropas portuguesas invadieron la Bunda Orienta! Cabildo accedió por unanimidad a estas condiciones, aceptando
Entretanto, los españoles en Asunción, comprendiendo que con gratitud la protección del General Souza, que, profetizaron,
la autoridad real estaba al borde del colapso, lomaron medidas ‘hará que los insurgentes y sus infames satélites riemblen, vién­
para asegurar su posición en deterioro. Cuando supieron de la donos bajo una protección que con su fuerza y poder volvería
CAPITULO }
inútiles sus traicionera» sugestiones y seducciones, las que son
civiles participantes, se reunieron para seleccionara los dos dipu­
sus armas más temibles...”'
tados. Como representante militar, eligieron al Teniente Coronel
Lejos de mejorar su precaria posición, la aceptación de los Juan Valeriano de Zeballos, quien, a pesar de ser español de
realistas de la ayuda militar portuguesa sirvió solamente para
nacimiento, había sido un participante elocuente y activo en ia
precipitar su caída.29 La coche después de la resolución del Ca­
revuelta antiespañola.55 Para representar a los civil«, eligieron
bildo, los oficiales crio-los, exasperados por este nuevo ejemplo
al cnoüo más experimentado, calificado y respetado —el Dr.
de dominación extranjera y temiendo el descubrimiento de los Francia. Notificado sobre su selección en su chacra, Francia in­
planes originales del golpe, decidieron tomar la situación en sus mediatamente se dirigió al cuartel y en las escasas primeras horas
propias manos. Conducidos por el capitán Pedro Juan Cavallero modificó la orientación de las relaciones dei nuevo gobierno con
y el Teniente Vicente Ignacio Iturbe, los oficiales de Asunción Buenos Aires. Vetando el piar del principal conspirador civil
adelantaron el complot nidal y llevaron a cabo su propio golpe, porteño, Pedro Somellera, quien quería enviar a un emisario
La actividad en los cuarteles alarmó a los realistas, muchos inmediatamente a Buenos Aires. Francia limitó tas comunicacio­
de quienes — incluyendo la mayoría de los miembros del Cabildo, nes a un resumen escrito de los recientes sucesos, demorando
el Obispo y numerosos otros clérigos y civiles— buscaron refugio hasta una fecha futura el envío de un emisario especia! que
en la casa del Gobernador. La única resistencia de Velazco al trataría con los porteños como diplomáticos de igual rango.56
golpe consistió en enviar una pequeña tropa de la milicia española Demostrando claramente la dirección autónoma y el liderazgo
para rodear los cuarteles. Sin embargo, la misma fue rápidamente de Francia en el nuevo gobierno paraguayo, el Bando del Triun­
dispersada por el fuego de la fusilería criolla.50 virato del 17 de Mayo expresó irevjuívucaiueine que la provincia
A pesar que este golpe incruento es conocido en la historia no seria dejada “al mando, autoridad o disposición de la de
paraguaya como la Revolución de la Independencia del 14 y 15 Buenos Aires ni de otra alguna, y mucho menos el sujetarla a
de Mayo, sus objetivos fueron escasamente revolucionarios. Los ninguna potencia extraña.”
oficiales criollos no querían deponer al gobernador Velazco ni El nuevo gobierno, ansioso de evitar una reacciói hostil d
declarar la independencia; querían únicamente atemperar las ac­ sus superpotenda» vecinas — Buenos Aires y Brasil líber i
ciones de los realistas, impedir la intervención militar portuguesa todos los prisioneros capturados en la batalla de Paraguarí y
y colocar a la provincia en unu relación más amistosa con Buenos Tacuarí y evacuó sus tropas de Corrientes, que había sido o. u-
Aires.51 Como primer acto, los oficiales iridios liberaron a los pada el mes anterior.58 De modo similar, se permitió a José de
que habían sido apresados por el Cabildo por participar de las Abren que abandonara el Paraguay después de haberle confiado
diferentes conspiraciones porteñas.52 En una nota a Velazco, que una carta para el General Souza. Apelando a la política portuguesa
enfatizaba que el Paraguay no sería entregado a los portugueses, de impedir la unificación, bajo el control de Buenos Aires, del
los cuarteles exigieron que Velazco entregara todas las amas, Virreinaro en lento desmoronamiento, el Triunvirato solicitaba
juntamente con las llaves del Tesoro y el edificio del Cabildo; armas y municiones para su propia defensa contra los designios
además, los oficiales declararon “que el Señor Gobernador siga por reños de absorber la provincia.59 Souza contestó diplomácica-
Con su gobierno pero asociado con dos diputados de ese cuar­ m-ntr que se encontraba en la embarazosa situación de ser incapaz
tel.” 55 Velazco, rodeado por cañones que apuntaban a su casa, ■ ,ilisfacer la solicitud sjn previa autorización de la corte por-
comprendió la falta de esperanza de la situación. Después de fiigiicsa, aunque esperaba poder ofrecer en breve el apoyo, no
quemar sus papeles confidenciales, capituló ante las demandas i i ni ntc de su propia provincia, sino también de Mato Grosso.40
criollas.*4 m embargo, dado que la autoridad política española se
A h mañana del 15 de Mayo, los oficiales, junto con algunos ii’ rul'Ki i.'pidamenteenel Paraguay, no podía espera: >e ayuda
CAPÍTULOJ

de los portugueses. Velazoo, considerando inevitable ei final del regir el Paraguay4'1— se llamó a una asamblea general para el
poder español en América, continuó conspirando con agentes de ~‘ 17 de junio de 1811.
la corte portuguesa para establecer su autoridad en el Paraguay. Aún antes de reunirse la asamblea, el nuevo gobierno demos­
Cuando los criollos descubrieron la conspiración, expulsaron al tró que, pese a que no trataría de adoptar una posición antagónica
ex gobernador del Triunvirato, y para solidificar aún más su a Buenos Aires en asuntos exteriores, no toleraría la interferencia
poder, relevaron a todos los oficiales españoles de sus comandos en los asuntos internos del Paraguay. Apenas dos semanas antes
(con la excepción de Zevallos) y suspendieron el Cabildo realis­ de la asamblea, Francia y Zebalfos, en lo que se convertiría en
ta.44 un procedimiento común, socavaron las fuerzas de la facción
La reacción portuguesa a los eventos en el Paraguay estuvo porteña, arrestando a Somellera y varios otros líderes porteñis-
determinada por consideraciones regionales. La prioridad más taS.
elevada de las fuerzas imperiales portuguesas en el Rio de la Aunque Francia había tratado de incluir representantes de
Piara era garantizar el control de la Banda Oriental, Impidiendo los pueblos distantes y del interior, la mayoría de los 251 dele­
al mismo tiempo la hegemonía porteña sobre el área. Por consi­ gados a la primera asamblea general del Paraguay fueron miem­
guiente, el imperio portugués adoptó una posición relativamente bros de la élite criolla de Asunción.46 Francia, basándose nueva­
blanda hacia el Paraguay en los años siguientes. A su vez, ni mente en su ideología “ilustrada”, estableció el ambiente para
siquiera las incursiones indígeras con ayuda de los portugueses la asamblea en su discurso de inauguración;
desde la provincia semiautónoma de Mato Grosso en el Norte,42
ni los conflictos esporádicos entre los paraguayos y los portugue- La provincia del Paraguay, volviendo del letargo de la
esclavitud, ha reconocido y recobrado sus derechos, y se
sc.i cu las Misiones —como por ejemplo el bombardeo del pueblo
de Samo Turné en Mayo de 1312 — fueron suficientes para halla hoy en plena libertad para ni dar y disponer de ai
misma y de su propia felicidad___ Las armas y las fuerzas
provocar al Paraguay a una declaración de guerra. Mientras el
pueden muy bien sofocar y tener ahogados estos derechos,
Paraguay mantenía su política de neutralidad y no intervención,
pero no extinguirlos, porque los derechos naturales no son
Brasil reconocía las ventajas de evitar hostilidades abiertas que
prescribibles . . Todo hombre nace libre___ 47
podrían forzar al Paraguay a una alianza con Buenos Aires.
Él problema principal entre los criollos paraguayos se cen­ Al día siguiente, Mariano Antonio Mo as presentó una reso­
traba sobre las relaciones de la provincia con Buenos Aires- lución, que llevaba señales evidentes de la influencia de Francia,
Muchos criollos deseaban aera forma de unión inmediata con la cual fue aceptada por la asamblea. Velatco fue depuesto per­
Buenos Aires. Temían que la constante resistencia a las exigencias manentemente y se desbandó el cabildo realista “por haber aban­
de la metrópolis precipitaría otro bloqueo porteño que, a su vez, donado la ciudad, embarcándose con el armamento y dejándola
causaría ur, estancamiento económico o incluso otra invasión de enteramente indefensa al tiempo del combare de Paraguarí.’’4®
la provincia. Sin embargo, todos compartían una animosidad Para gobernar la provincia, la asamblea creó una junta de cinco
común y desconfianza hacia Buenos Aires, que !es hacía sumpa- miembros, autorizándola a mantener un ejército adecuado y de­
uzar con la posición minoritaria liderada por Francia, quien insis­ signar un nuevo cabildo, compuesto exclusivamente de criollos.
tía que si el Paraguay ingresaba en una unión con los porteños, Los designados para integrar la nueva junta procedían de
debía ser sobre la base de una confederación —es decir, una todos los sectores de la élite criolla. Representando a los militares
unión de provincias iguales. Para solucionar este y otros proble­ y a los principales propietarios de inmuebles, estaban Fulgencio
mas importantes —las relaciones de la provincia con Buenos reíros como presidente y Comandante General de Armas y
Aires, el destino del Cabildo realista y la forma de gobierno para Pedro Juan Costallero; representando al clero estaba Fray Fran-
CAPITULO
cisco Javier Bogarín; y representando a la élite social criolla de Justificando la resistencia paraguaya al ejército de Belgrano,
Asunción estaba Femando de b Mora. Francia fue elegido algo - Fruncía explicaba que la provincia solamente $e había defendido
asi como representante general, en reconocimiento de sus desta­ contra “el rigor de una nueva esclavitud de que se sentía amena­
cados méritos personales y reputación popular. zada”- Sería cunto, continuaba, pensar que el Paraguay fuera a
La asamblea susaendió el reconocimiento de la regencia en “entregarse al arbitrio ajeno y e ,er dependiente de otra volunrad.
España (mientras continuaba no reconociendo otro soberano que En ral caso nada más había adelantado, ni reportado otro fruto
a Fernando VII, por supuesto) hasta que pudiera ser alcanzada de su sacrificio, que el cambiar unas cadenas por otras y mudar
una relación de “amistad, buena armonía y coirespundencia con de amo.”1“ ' .
la ciudad de Buenos Aires y demás provincia; confederadas”. El curso de los sucesos que condujeron al 20 dejulio demues­
Nombrando a Francia para conducir estas negociaciones en el tra la astuta conducción política de Francia Al no forzar en ese
próximo congreso general convocado por Buenos Aires, la asam­ momenro la cuestión de la independencia formal de la provincia,
blea enfatizó que una unión de dicho tipo era recomendable “para la solución “rransacciona!” de Francia, es dedr una ur.ión condi­
el efecto de fundar una sociedad fundada en principios de justicia cional entre Paraguay y Buenos Aires, evitó una polarización de
y equidad y de la igualdad...” Reflejando la vigorosa influencia los sentimientos porteñistas y nacionalistas de la élite criolla de
tlr Francia, la resolución detallaba las condiciones bajo las cuales la provincia. Contrariamente a cualquier otra provincia del viejo
el Paraguay participaría en una confederación de estados del virreinato, el Paraguay habia cortado en apunas unos m«es los
Placa. En la primera expresión auténtica de federalismo en Amé­ lazos con sus dos metrópolis.
rica Latina, el Paraguay insistía que se gobernaría a si mismo
hasta que pudiera convocarse el congreso general en Buenos
Aires; que los porteños cesaran de cobrar el derecho de exporta­
ción sobre la yerba paraguaya (aunque consintiendo en un pe­
queño impuesto temporal por los inusuales costos de la defensa
del puerto); que el monopolio del tabaco fuera abolido para
permitir el comercio ¡rrestrícto del producto; y, finalmente, que
cualesquiera decisiones adoptadas por el congreso general “no
deberán-obligar a esta provincia liasta tanto se ratifique en junta
plena y general de sus habitantes y moradores”.45
Al asumir la posición de líder en la junta paraguaya, Francia
presentó estas exigencias a la junta de Buenos Aires en una nota
del 20 de Julio de 1811 Para evitar que los porteños pasaran
por alio la importancia de principios tales como la “equidad e
igualdad", Francia manifestaba enfáticamente:
No es dudable que abolida y desecha la representación
del Poder Supremo, recae éste y queda refundido natural­
mente en toda .a Nación, Cada pueblo se considera entonces
er, cierto modo participante del atributo de la Soberanía
que, resumiendo los pueblos sus derechos primitivos, se
hallan todos en igual caso.
50
51
4
DE LA COLONIA A LA REPUBLICA

Aún cuando los paraguayos dieron muestras de notable


solidaridad a! oponerse a la dominación externa, durante los
veintisiete meses que la Junta gobernó la provincia, (de Julio de
181 1 a Octubre de 18H) no a 1» lircba d* poder entre
los diversos sectores de la élite criolía.-En el período que siguió
a la deposición del gobierno español, la composición interna de
la política provipcial aún estaba en perturbación. Sin embargo,
dado que durante todo el período colonial el comercio había
estado primordialmenrc en manos de Jos españoles, quienes ahora
quedaron excluidos en la práctica del proceso político, la ausencia
de un elemento comercial criollo firmemente establecido, simpli­
ficó grandemente el proceso de solidificación política en el Para­
guay-
En la mayoría de los demás aspectos, la lucha por el poder
en el Paraguay se asemejaba a la de sus contrapartes en toda
América Latina. Mientras la iglesia era una de las facciones que
buscaban el poder, el conflicto principal se centró alrededor de
los papeles que los milirares y el gobierno civil ocuparían en el
nuevo orden. Durarte este período inicial de gobierno autónomo
criollo, los militares, ejerciendo un monopolio sobre la fuerza de
coerción, incuestionablemente posdan el poder real. Por ejemplo,
fue Fulgencio Yegros, el más prestigioso de los oficiales de!
ejército, quien oficialmente encabezaba la nueva Junta; dCigual
CAPÍTULO• Dt la Cohoía a U fíepúblia

manera, al designara! nuevo cabildo de Asunción, te Junta asignó Cuartel no son el pueblo ni la provincia . .. qué sería de la Junta
los dos cargos superiores a oficiales militares. y de te provincia si a cada Ínstente los oficial« prevalidos de las
El Io de Agosto de 1811, Francia renunció a la Juma en armas . . . podrán Ustedes asegurar que en adelante no levantarán
protesta corma el dominio militar de los asuntos gubernamenta­ la manor” Para concluir, Francia indicó “es preciso que Ustedes
les.2 El retiro de su miembro más popular y active, del hombre vean modo de que los señores oficiales, conteniéndose en su
totalmente a cargo dt las relaciones exteriores y delegado electo deber, se reduzcan a una exacta subordinación, cual exigen la
pan» el próximo congreso general en Buenos Aires, causó una tranquilidad, la unión, el buen régimen y defensa de la piovin-
disrupdón completa del funcionamiento del nuevo gobierno. A
la luz de los complejos eventos internacionales que afrontaba el Francia retomó al gobierno a principios de Setiembre, con
Paraguay, los miembros de la Juma (con excepción de Fray su poder y prestigio grandemente aumentados. Había forzado a
Bogari'n, con quien Francia tenía las discrepancias políticas más todos los sectores a reconocer que su participación en los com
serias)3 le rogaron que regresara.'* Varios días después, el Coman­ piejos giros y rápida evolución de la política paraguaya era de
dante del Cuartel, Antonio Tomás Yegros, también solicitó el urgente necesidad. Como aspecto significativo, tanto militares
i in i de Francia, “viendo que sin Usted, no ha de haber cosa como el Cabildo reconocieron no solamente su máxima importan­
i oii i sa en gobierno en menos ...”5 Desde su chacra en Ybyray, cia en el gobierno, sino también el amplio apeyo popular que
haiu u aprovechó esta oportunidad para atacar al elemento más Francia ya gozaba, que en los años venideros demostraría $er
débil y más conservador de !a élite criolla, la iglesia, a través de de consecuencia aún mayor. A pesar que Francia ciertamente no
su representante en el gobierno, Fray Bogarín. Francia anunció había ganado una victoria decisiva sobre los militares, había
que retornaría a condición que Dugmíu lucia expulsado de la tomado el primer paso Había deiuusiradu su Indispensabilidad
a te Junta y eliminado al más conservador de sus miembros.
En una vivida demostración de dónde se hallaba el asiento La Junta, que incluía ahora a Francia, estuvo obligada a
real del poder, fue el Cuartel, no la Junta ni el Cabildo, que tomó poner a un lado sus divisiones internas por un tiempo, con el
la crucial decisión política de acceder a ¡a exigencia de Francia. fin de enfrentar una amenaza a su misma existencia, y prepararse
El 2 de Setiembre de 1811, el Comandante del cuaital informó para las próximas negociaciones con Buenos Aires. Varias sema
al Cabildo que Bogarín sería removido inmediatamente del cargo, ñas antes, los realistas habían comenzado a difundir rumores que
con .d fin .de evitar al..pueblo del Paraguay la ruina con la cual la provincia estaba por ser entregada a Buenos Aires, que tenia
estaba amenazada con te “separación del miembro más útil de la intención de reclutar a los paraguayos a sus ejércitos y apro­
b Junta de Gobierno . . . (porque). .. aún en 1a campaña se sabe piarse de dinero para su Tesoro; que debido a que las fuerzas
hay disgusto o poca satisfacción”/ El Cabildo informó por escrito realistas habían recientemente obtenido una victoria decisiva en
a Francia sobre la decisión ese mismo día y, observando el clamor el AJto Perú, el colapso del movimiento amiespañol en toda
del “cuartel general y el pueblo” también le rogó que retomara: América del Sur era inminente; y que el constante bloqueo espa
“Este cuerpo del Cabildo suplícale con las mayores veras del ñol del comercio paraguayo daría por resultado un prolongado
afecto . . . porque cree firmemente que en la presente angustia '•mancamiento y, en último término, la ruina de la economía,10
y tormenta que amenaza . . . Usted será el iris que todo lo serene l n efecto, hablan pasado casi dieciséis meses desde que un em­
y aplaque.”* barque de yerba había salido de Asunción.11 Para mediados de
Al día siguiente, 3 de Setiembre^ Francia accedió a reasumir Setiembre, la actividad de los realistas había crecido de tal modo
su cargo, pero no sin advertir en primer termino al Cabildo sobre que incluía un complot para derrocar a la Junta y reinstalar a
los peligros de te intervención militar: “Los Señores oficiales del Velaa >oimo gobernador. El gobierno, empero, advenido de la
54 55
CAPÍTULO■
DeJaColana i It RtpjbliCJ
conspiración por filtraciones, rumores y traiciones, descubrió la
complicidad de vanos miembros del ejérato (junto con un miem­ lenca de unos pocos prevalidos de las armas", Francia se retiró
bro del cabildo “patriótico”) y arrestó a casi todos los compro­ una vez más de! gobierno el 15 de Diciembre de 1811.17 En su
metidos.12 larga carta a! Cabildo, pedía la convocación de un nuevo congre­
Buenos Aires había sufrido, en efecto, una serie de reveses so. Razonando que solamente frecuentes congresos podrían pro­
militares: el ejército porteño había sido derrotado por tropas teger al gobierno de la provincia contra la dominación por un
realistas en el Alto Perú; tropas portuguesas habían ocupado pequeño grupo de hombres ambiciosos, Francia manifestó implí­
parte de la Banda Oriental; y el virrey Elio, en Montevideo, citamente que esto ya era en realidad el caso, señalando que “es
había usado la marina española para imponer un exitoso bloqueo inevitable la celebración de un congreso que tiene por base la
del Río de la Plata. Bajo estas circunstancias, el gobierno de voluntad libre y general de toda la provincia, de la que nadie
Buenos Aires, ahora mis que nunca en necesidad de una alianza puede recelarle porque sólo temen los congresos los que temen
con el Paraguay, aceptó la toralidid de las condiciones detalladas ser juzgados.” 1
en la nota del 20 de Julio —con la excepción de la cláusula de Al día siguiente, los tres miembros restantes de la Junta
ratificación— para la participación paraguaya en la confederación contestaron a los cargos de Francia, acusándole de crear un
de los estados del Plata.13 Tratando de lograr con la diplomacia “clamor público” mediante el uso de tales “novedades y divisio­
lo que el ejército porteño había fracasado en lograr militarmente, nes”, como su exigencia de un nuevo congreso. “Tendrá Usted
el general Bclgrano y el Dr- Vicente Anastado Echevarría vinie­ entendido que desde este momento se le hace especialmente
ron a Asunción para formalizar el acuerdo. responsable de los daños que sigan . . . 1,19 Francia, presionando
Actuando como principal negociador, Francia logró frustrar todavía en su exigencia de un nuevo congreso, contestó, “Se nv
las instrucciones de los emisarios porteños “que la provincia del com oula que es introducir novedades y divisiones, fulminando
Paraguay permanezca sujeta al gobierna de Buenos Aires”. 14 Sin amenazas a esre pretexto, sin advertir que la libre comunicación
embargo, mientras acordaban el Tratado del 12 de octubre de de ideas es un derecho narural de los hombres. . . ” Descartando
1811, en e! cual los porteños aceptaban todas las exigencias el lenguaje caballeresco, Francia erigió con rudeza saber si I
paraguayas —incluso la disposición de ratificación— los miem­ Junta tenía miedo de lo que podrían ser las decisiones de un
bros restantes de la Junta aprobaron, a pesar de las objedones nuevo congreso.20 Evidentemente era ¿sí, puesto que en lugar
de Francia, un pacto militar redproco de texto ambiguo entre de consentir a un nuevo congreso, la Junta aceptó la renuncia
las dos provincias.15No obstante, el tratado de Octubre represen­ de Franca y designó a Gregorio de la Cerda, un administrador
taba claramente una victoria diplomática para los paraguayos. oportunista y sin principios, para reemplazarlo.21
Su implícito reconocimiento de la independencia paraguaya de­ La polémica batalla de Francia, a pesar que le ganó cierto
jaba escasa duda que los constantes esfuerzos para reafirmar la apoyo en el Cabildo y entre el público, no alcanzó a reunir
autoridad porteña, incluso en nombre de la “causo común” era suficiente apoyo para poner freno al poder de los militares o de
poco más que un prerexro para volver a subyugar la provincia. la Junta paraguaya que ellos dominaban.22 Al dejar el gobierno,
Siguiendo a este breve período de relativa cooperación, hrancia estableció su residencia en su chacra, desde donde dirigió
Francia planteó nuevamente la cuestión de la interferencia militar una campaña para ampliar su base popular y autoridad personal.
en los asuntos del gobierno. La fuente directa del conflicto fue Durante casi un año (del 15 de Diciembre de 1811 al 12 de
la liberación de varios presos, que habían sido encarcelados por Noviembre de 1812) continuó estructurando una base de poder
órdenes directas de Francia, por parte de los miembros militares entre el pueblo paraguayo. Durante esre lapso, gran número de
de la Junta.16 Denunciando “la amargura de la extorsión y vio- agricultores, pequeños ganaderos, campesinos, peones, el clero
menor y habitantes de los pueblos del interior, fueron incitados
capitulo ■ De It Cetoali mImRepública

a Ibyray para discutir sabré el curso y la naturaleza del nuevo identificada con Francia.25 Para complicar aún más las cosas,
gobierno. Las constantes disputas de la gente y las prolongadas porteñístas paraguayos y agentes porteños, como Díaz de Bedoya
discusiones, en último término condujeron a las asambleas masi­ en Asunción y Ramón Duarte en Concepción, habían incremen­
vas de 1813, 1814 y 1816, y sirvieron para desplazar el centro tado su agitación para lograr su unión con e¡ puerto.2“ Para
de gravedad política desde la capital al interior.21 El mensaje mediados de 1812, la actividad porteña había alcanzado el punto
desde Ybyray que esta gente traía de retorno, era verdaderamente en que la Junta creyó necesario expulsar a los descontentos de
de carácter subversivo: en los términos más claros, Francia les la provincia. Sin embargo, incluso la Junta misma estaba dividida
decía que el pueblo del Paraguay había sido traicionado por su sobre estas cuestiones: los representantes militares, Yegros y
revolución; que el único cambio había sido el reemplazo de la Cavallero, tendían hada la punción autonomista o federal, mien­
élite española por la élite criolla; que, en resumen, solamente tras que los dos civiles, de la Mora y de la Cerda, considerados
habían cambiado los amos. En las cínicas palabras de John Parish generalmente como porteñístas, en realidad preparaban un plan
Robertson, para establecer relaciones más estrechas con Buenos Aires. 8
Externamente, la provincia aún estaba rodeada de fuerzas
El era cade mansedumbre y condescendencia con las
hosriles. En el norte, los portugueses y sus aliados indígenas, en
clases más bajas, todo arrogancia para las más alias de la
constantes incursiones en colonias y fortines paraguayos, amena­
sociedad. Su plan era imbuir a la gente del pueblo con su
zaban irrumpir a través de la frontera norte. En ¿I sur, en adición
sentimiento de que se hallaba mal gobernado por unos pocos al constante hostigamiento del tránsito fluvial por la flota espa­
hombres ignorantes sin ningún mérito; e insinuaba que si ñola, los ejércitos portugueses continuaban ocupando la Banda
Oriental y enviaban destacamentos al distrito de las Misiones,
que el objeto de la revolución fue tirar abajo las pretensiones donde en ocasiones chocaban con fuerzas paraguayas.
aristocráticas de la Vieja España; de modo que ahora era
Además, en lo que se convertiría en una exigencia perpetua,
aparente que tales pretensiones habían sido creadas por el Triunvirato de Buenos Aires había presionado a principios de
hombres de quienes ellos sabían que eran sino sus ivusles, 1812 por un contingente de 1.000 hombres para su ejército de
algunos de ellos sus inferiores.24^
la Banda Oriental, que estaba comenzando una campaña contra
Motivados en gran medida por la campaña de educación los portugueses. “En cambio,” prometían los porteños, “éste
política dé Francia, ti pueblo paraguayo pronto ejercería sus gobierno auxiliará a VE. con dinero, municiones y cuanto esté
“derechos naturales” en los asuntos políticos de la sociedad. Y, en la esfera de sus facultades, y en caso que los portugueses
necesariamente, una participación popular efectiva de dicha índo­ amenacen esa Provincia allá irán nuestras divisiones a defender­
le, significaría el comienzo del fin de! dominio criollo elitista en la.” 9 La Junta paraguaya se rehusó a satisfacer el pedido, men-
el Paraguay. h inminente amenaza de los portugueses que acababan
A fines de 1812, los sucesos internos y externos habían de ocupar el fuerte paraguayo de Borbón en la frontera norte,
llevado una vez más al Paraguay a una situación de crisis, que en una clara demostración de su ineficacia en la conducción de
exigía el retomo dr Hancia al gobierno. Las élites criollas rápi­ tos relaciones exteriores, Ja Junta había irritado innecesariamente
damente se estaban polarizando conforme a los delineamientos > 1«>•porteños, expresando dudes ulteriores sobre su compromiso
del conflicto unitario—federal, que estaba llegando a su climax ron la lucha por la liberación. La Junta despachó oportunística-
en la región gene:, i leí Río de la Plata. Dos veces había inter­ rneiiti: a un emisario al Capitán de la flota española surta en el
venido el Cabildo para impedir a la Junta que se desviara de la Mi» I'araná en una inútil tentativa de negociar e! levantamiento
política dr no intei vención del Paraguay, una política fuertemente ■VI bloqueo de Asunción, que había deteriorado el comercio de
1« provincia.30
Capitulo D* i» Cotana i URepúJltca

Estos eventos reflejan varias aspectos fundamentales del porteño resultó en poco o ningún alivio, debido a que los caudillos
conflicto inicia] en el Río de la Piala. Buenos Aires, en desesperada y gobernadores de las otras provincias del litoral imponían inter­
necesidad de tropas para sus diversos frentes con los españoles mitentemente impuestos de importación, exportación, registro ,
y portugueses, mantenía el contra! sobre el comercio internacio­ puerto de escala, tránsito, estampillas y permisos, en todo mo­
nal de armas para forzar la unidad y la participación en la “causa mento que cenían el poder de proceder de ese modo. Por ejemplo,
común”. Buenos Aires esperaba que mediante el control del Santa Fé solamente aplicaba un impuesto de 4.465 pesos sobre
transpone de armas y municiones a las provincias podría mante­ un embarque del gobierno paraguayo valuado en 3ó.687nesos,
ned-a tan débiles que serian incapaces de defenderse contra los cobrando casi un octavo del valor total del cargamento.
•. - c j ! ."re . .- Complicando !a situación ya en deterioro, el nuevo gobierno
naban los porteños, el constante temor las provincias a los porteño anuló todos los acuerdos anteriores y convocó a un
realistas las obligarla a permanecer vinculadas a Buenos Aires. congreso genera! de las antiguas provincias para establecer un
Sin embargo, no fue tan fácil obligara las provincias. I.as mismas gobierno central en el Río déla Plata; además, anunció que antes
buscaban la independencia, no solamente de España, sino también de la asamblea convocada enviaría a un emisario especial a Asun­
de la dominación porteña. El Paraguay, confrontado con el peli­ ción para estudiar el futuro del Paraguay." Pese a admitir las
gro adicional de una invasión portuguesa, se rehusó a debilitarse ventajas de la cooperación en asuntos concernientes a relaciones
.i fin más, desplegando tropas fuera de sus fronteras. Cuando extenores, defensa y comercio, las provincias comprendieron
Buenos Aires supo del último rechazo paraguayo a proporcio­ perfectamente el peligro de que un congreso general de esta
narle ayuda, acusó a la provincia de indiferencia a la ludia contra índole sería dominado por los porteños, que tratarían de imponer
los realistas y comentó a aplivai medidos punitiveo. La Juma un gobierno centralista bajo su cnnrml. Fsrn* temores fWv ora­
paraguaya solicitó en vano la devolución de varias embarcaciones ron estar debidamente fundados. Todos los gobiernos porteños,
paraguayas que los porteños habían recapturado de los españoles unitarios o federales; insistían en mantener la supremacía política
' en Montevideo51 Un incidente en este sentido, que contribuyó y económica de Buenos Aires. En las décadas venideras, bs
al deterioro He las relaciones, se produjo cuando la Junta para­ provincias coherentemente rechazaron a los gobiernos centralis
guaya vendió un cargamento de productos paraguayos en Santa tas, por los cuales sus representantes habían votado en las diversas
- •Ft-in-su-Viaje de .retorno, cí buque paraguayo cayó presa de asambleas constituyentes.
los españoles, solamente para ser retomado por una cañonera En una evaluación sorprendentemente realista de su propia
porteña que capturó al buque español algunos días después. Sin incapacidad para conducir bs próximas negociaciones con los
embargo, cuando el Paraguay redamó la devolución de su buque porteños, y bajo una creciente presión pública, los militares y
y los 53.000 pesos que tians portaba, Buenos Aires se negó de sus representantes en la Junta una vez mis recurrieron a Francia
plano a ello.5 para solicitar su lidrravgo. El 12 de Noviembre de 1812, Yegros
Finalmente, el Triunvirato de Buenos Aires abandonó su y Caballero escribieron a Francia: “Con b variación de circuns­
política de negociaciones con las provincias y retornó a una tancias y urgencias en que anualmente se ve, imperiosamente
política de sanciones. Duplicó el impuesto subte “tabacos extran nosotros necesitamos la pronta reunión e incorporación de Us­
ro Ode proríni las separadas de la jurisdicción de este superior ted” a laJunta. Francia aceptó nuevamente retomar al gobierno,
gobierno. Este regreso a medidas cuerddvas fue b chispa que pero esta vez, debido a la inseguridad de la élite criolla, la fuerza
desencadenó la guerra civil en el Río de la Plata, que tuvo como de su apoyo secular, y la urgente necesidad de su probada capa­
resultado la caída del Triunvirato porteño conservador. Sin em­ cidad, las condiciones que ahora podía imponer, podían conside­
bargo, para el comercio paraguayo, este cambio de gobierno rarse como un golpe tanto contra los porteños como los militares.
c a p ít u l o -
De la Coúrua a Ja República
El convenio, formalizado por el acuerde del 16 de Noviem­
mentar las ventajas de la anexión, los porteños enviaron al secre­
bre, fue suscripto únicamente por Francia, Yegros y Caballero.
tario de gobierno de Buenos Aires a Asunción. Arribando a
Estipulaba que todas las órdenes futuras del gobierno debían ser
mediados de 1813. Nicolás de Herrera se enfrentó a una oposición
firmadas por los tres, dándole así facultad de veto sobre la Junta
inesperadamente vigorosa a sus propuestas. No solamente el
entera y prohibiendo con ello en la práctica a los dos miembros
enviado extraordinario fracasó en obtener apoyo para la anexión,
civiles perteñistas resuntes adoptar cualquier acción indepen­
sino que su tentativa de convencer a la Junta a enviar delegados
diente. Francia, en lo que es de mayor importancia, habiendo
al congreso constitucional, proporcionaron la ocasión para que
evidentemente ganado experiencia en la política de poder para­
el Paraguay dedarara formalmente su independencia. La Junta,
guaya de sus confrontaciones del año anterior coa los militares,
reflejando claramente los deseos de Francia, manifestó a Herrera
forzó la creación de un segundo batallón del ejército que, junta­ que no poseía la autoridad de enviar diputados paraguayos ai
mente con la mirad de as municiones de la provincia fue puesto congreso. Una riedsión de tal magnitud, declararon, podría ser
bajo su comando diretro y exclusivo. El acuerdo especificaba, resuelta únicamente por un congreso general del pueblo paragua­
Será comandante de este nuevo cuerpo el mencionado yo, cuya preparación demandaría varios meses. En el Interin, la
vocal decano Dr. Francia, quien consiguientemente correrá Junta alojó a Herrera en la antigua aduana y le puso bajo estrecha
con su arreglo, disciplina y régimen y sin su consentimiento vigilancia.
no se podríu disponer de dicho segundo batallón, darle des­ Durante ios meses siguientes, Herrera, frustrado por la po­
tino ni disolverlo ,. Los despachos de los empleados de el sición independíente del Paraguay y constatando que sus amena­
Segundo Ratallnn «»librarán tatnhién pnrla junm, propuesta zas y argumentos eran inconvincentes, recurrió a medidas mi»
y elección de su citado comandante, a quien se entregarán extremas. En Julio comunicó al gobierno paraguayo que “quizás
para su custodia la mitad del armamento de toda especie, en tules circunstancias sería ventajoso para Su Excelencia prohibir
así como la mitad de las municiones existentes en los Parques absolutamente el comercio de esta provincia, y la introducción
y almacenes.17 de nuestro ganado, con el cua! ellos subsisien— ” 'A continua
ción, el Enviado Extraordinario recurrió al soborno de funciona
No inclinado a repetir el mismo error, Francia, que atora ríos del gobierno que simpatizaban con su misión. En Agosto
comandaba la mitad de las fuerzas armadas de la provincia, no informó a sus superiores que “algo de las lOOmonedas habían
solamente había consolidado su propia posición política, sino sido distribuidas entre individuos de este gobierno, y fueron
que había dado un paso importante en la eliminación de los recibidas con demostración de gran placer”, y que estaba “reser
militares de la política paraguaya. vando el resto para dividirlo entre las más importantes peisonas
La Junta paraguaya, ahora bajo la virmal dirección de Fran­ del congreso y otras. . . . w4e
cia, finalmente estuvo lista para responder a la invitación porteña Mientras el enviado porteño estaba activamente dedicado a
para asistir al congreso constitucional de 1813 de las Provincias su extraordinaria labor diplomática, Francia intensificó su cam
Unidas del Río de la Plata. Después de un prolongado examen paña contra Buenos Aires. Tomando acción directa contra la
de las quejas del Paraguay contra Buenos Aires, h misiva de la facción porteñista en el gobierno paraguayo, Francia forzó el
Junta concluía retóricamentet “Si en el concepto de VE. ya no ¡iro tanto de la Mora y de la Cerda.*1 Un mes más tarde,
subsisten los Tratados,ya no hay unión, alianza ni confederación, i. usando formalmente a ambos de intriga y subversión, la Junta
cómo, o enn qué intento o idea, se invita al Paraguay a este ... expulsó del Paraguay, privando de ese modo a la fhcáón
congreso?”'* poneñista de sus principales abogados. Solamente unas pocas
En una tentativa de calmar las sospechas paraguayas y fo- semanas antes del congreso popular convocado, Herrera, sm
62 63
CAPITULO •

oportunidad de sobornar a "las irás importadles personas del América Latina. Durante estas semanas previas ai congreso, los
-ongreso” dado que se le había prohibido incluso circular enere representantes —pequeños agricultores, ganaderos, peones de
ios delegados que llegaban, frenéticamente se puso a trabajar en escancia, recolectores de yerba, navegantes, almaceneros de pue­
la preparación de una presentación escrita de la posición porteña, blo, comerciantes, obrajeros, alcaldes, indígenas, así como “el
ue pensaba someter a la asamblea. Sin embargo, sus esfuerzos comerciante y el hacendado medianos”— tuvieron amplia opor­
a encostrarían ser infructuosos, puesto que al mismo tiempo, como tunidad de conversar prolongadamente con el hombre sobre
quien habían escuchado tanto. Francia, ya la ligura política más
lo observa John Parish Robenson, Buenos Aires “comenzó a ser
considerada no sólo como una potencia extranjera, pero una renombrada y respetada del Paraguay, “se presentaba persona!
cuyas políticas estaban en directa contradicción con los intereses y familiarmente para conocer al más humilde diputado que hu­
biera llegado a la ciudad.”47
del Paraguay.
En sus conversaciones con los dipurados, Frauda, como lo
A diferencia de las asambleas anteriores, que habían sido
explicó claramente John Parish Robenson, enfatizaba la natura­
dominadas por los “notables” de Asunción, el congreso de 1813,
leza antiimperialista del nacionalismo paraguayo: “Imbuyó alas
del mismo modo como los congresos de 1814 y 1816, represen­
clases más bajas (de la; que siete octavos de los diputados al
taba proporciónal mente la distribución geográfica de la población
congreso estaría compuesto) con una sospecha, profunda y fuerte,
del Paraguay. A fines de Agosto, la Junta envió instrucciones
de que el único objetivo de Buenos Aires il enviar un Embajador
detalladas a los cabildos locales en coda la provincia, explicando
al Paraguay, era el de sujearlo a sus propiis visiones ambiciosas,
los procedimientos de elección. Definiendo d sufragio como “el
y de envolverlo en sus propios principios revolucionarios, para
líbre uso y ejercicio de los Derechos Naturales y Libres inherentes
a todOS los ciudadanos de cunlquie; estado, clase o condición la promodón de sus propias traicioneras finalidades.”48
El áü de bedembre de 1833, la Junta (ahora un triunvirato)
próximo congreso debo consistir de “1000 sufragan­
congregó a los más de ]. 100 delegados en el Templo de Nuestra
tes de las villas, poblaciones, partidos y departamentos de su
Señora de la Merced.49 A pesar que Pedro Juan Cavallero oficial
comprensión, a proporción de sus respectivas poblédones.”'*
mente presidia la asamblea, el liderazgo efectivo correspondió a
Poblaciones pequeñas, tales como Pilar, tenían asignados a 15
Francia, quien “había formulado las políticas, establecido la agen
delegados, mientras que ciudades más importantes, cono San
da, preparado el material y convertido a las masas.”50 Con los
Isidro de Curuguatv y Villarrica, tenían cuarenta y cinco y cin­
españoles sin privilegios y los porteñistas virtualtnente elimina­
cuenta y cinco representantes, respectivamente.*5 Las instruccio­
dos del proceso político el consenso político nacionalista arrolla­
nes de la Junta enfatizaban que los diputados debían ser elegidos
doramente favoreció la política extranjera antiimperialista de
por “elecciones populares y libres, por todos, o b mayoría de
Francia, la cual fue adoptada en su totalidad. En el día de la
st.s lespertivos habiiartes.”*6 Además, tocos los hombres casa­
apertura, los delegados trataron las relaciones del Paraguay con
dos, así como iodos los solteros mayores de veintitrés años, sin
Buenos Aires. Se negaron incluso a considerar la moción que se
distinción de calificaciones en cuanto a bienes c alfabetización,
permitiera a Herrera asistir al congreso51 y con el voto casi
debían votar en las elecciones locales *
A principios de Setiembre, lo; delegados comenzaron a arri­ unánime decidieron que Buenos Aires había violado de mala fe
bar a Asunción, para lo que sería el primer congreso popular de el tratado de octubre de 1811. El tratada, juntamente con su
alianza militar implícita, fue declarado nulo y sin valor.52 En una
segunda votación, los diputados rechazaron en su totalidad el
plan centralista de los porteños, rehusándose a enviar delegados
al congreso constitucional del Río de la Plata.5*

65
IPÍTULO •
Dtb Colon
En los días siguientes, la asamblea popular trató los demás
inmediatamente después de la conclusión del congreso, He­
problemas principales y se dividió en comisiones para elaborar
rrera, cuidando de no comprometer a Buenos Aires para el reco­
un borrador de SUS cecisiones. En una sesión general en su día
nocimiento de la independencia paraguaya, reanudó sus tentati­
final, 12 de Octubre, el congreso ratificó oficialmente “el plan
vas para obtener tropas y dinero. Esperando poder obtener cual­
de gobierno propuesto por el Dr Francia.”54 De modo como se
quier tipo de unión, propuso en una reunión con Francia que el
publicó en el Bando del 21 de Octubre de 1813, la primera
Paraguay y Buenos Aires demostraran públicamente su fraterni­
asamb:ca auténticamente popular en América Launa, facultada
dad en la lucha independian, mediante un tratado de alianza
a establecer su propia forma de gobierno, orgullosamerte anunció
y comercio Francia, apoyándose cómodamente sobre el mandato
la creación de la primera nación autónoma en América Latina
nacionalista del pueblo paraguayo replioó, “El Paraguay no ne­
— la República del Paraguay.”
cesita de tratados para conservar la fraternidad y defender la
Los diecisiete artículos del Bando, la primera “consthudón
libertad común." Dando a entender diplomáticamente que la
del Paraguay”, eran una obra maestra, que refleja y equilibra las
futura reconciliación era aún posible, Francia sugirió “que en
fin I iones dominantes de poder en la nueva nación. Los dos
mejor oportunidad se unirá esta provincia a! Sistema General de
primer ;s artículos refirmaban la decisión de no participa- en el
las demás.” Y concluyó asegurando al enviado porteño que “en
piótimo congreso del Río de la Plata y, proclamando enfática­
cualquiera circunstancia sostendría la independencia proclamaba
mente la soberanía e independencia del Paraguay de sus metró-
a toda costa sin entrar jamás y en ningún caso en conciliación
l> lis. anulé la calidad provincial, proclamando al Paraguay como
ni convenio con los opresores de nuestra libertad.”57 Algunos
una República. Con la precaución de no provocar una reacción
días después, en una segunda »*nrr#n>ista con emboa cónaule»,
d» los militares, La asiniblea popular no insistió en ir.scolar a
Herrera constató que sus propuestas habían sido puestas a con
Fruncía como único ;efe de estado en ese momento. Más bien
sideración del Cabildo, que sin vacilar rechazó la idea de cualquier
resolvió establecer un poder ejecutivo consular para dirigir la
alianza que comprometería trepas o ayuda paraguaya a favor de
nueva nación. Jamás se pensó que e'sta seria la forma definitiva
ios porteños 5®Explicando que una alianza con Buenos Aires en
de gobierno —puesto que el Bando explícitamente disponía que
ese momento no sería de interés nacional, los cónsules suginen.ii
se convocara otro congreso popular al cabo de un arto— y la
que las posibilidades para un acuerdo futuro mejorarían grande
forma consular de gobierno sirvió como una medida para medir
mente, si los porteños se comprometieran a alivianar los i nevo
las dos facciones antiimperialistas predominantes del Paraguay
la cLte militai crófia, representada por Fulgencio Yegros, y impuestos aplicados por Santa Fe sobre el comercio fluvial pata
guayo.”
tas masas de paraguayos, politizadas nacionalísticamenre, repre­
sentadas por Francia. Los cónsules, compartiendo oficialmente Después de conversaciones adicionales con el cónsul prin­
la misma autoridad y cada uno en comando de la mitad de las cipal, Herrera concluyó finalmente que “las proposiciones de
tropas y armamentos de la nación, tenían asignados cuatro meses Francia no tienen otro objetivo que ganar tiempo y gozar sin
alternativos de gobierno activo. Sin embargo, dentro de este pesadumbre las ventajas de la independencia . . . . F.l ha persua­
régimen, la asamblea eligió a Francia para actuar como jefe de dido a los paraguayos que la provincia sola es un imperio sin
estado durante el primer y último periodo. De este modo, seria igual, que Buenos Aires la adjla y lisonjea porque la necesita,
Francia quien ocuparía el cargo prominente durante ocho meses que con el pretexto de la unión (Buenos Aires) trata de esclavizar
del aíio venidero. Además, los artículos 12 y 13 establecían un il elimínente ”s0 El enviado porteño, percatándose que esta úl-
Tribunal Superior de Apelaciones, que anuaria como intérprete lima insistencia sobre el nacionalismo paraguayo representaba
definitivo de las leyes. el completo fracaso de sus esfuerzos, regresó 3l Sur a principios
I>11 k-ilibre, el mes durante el cual Buenos Aires una véz más
66 67
CAPITULO i

mpuso pesados derechos sobre la yerba y el tabaco paraguayos/


Ion la única excepción del emisario enviado en I830_por Juan
danuel de Rosas, poco después de haber asumido el poder por
iriinera vez, Nicolás de Herrera fue el último enviado porteño
•n llegar al Paraguay hasta la muerte de Francia, más de un
:uaito de siglo después.

5
EL ESTABLECIMIENTO DE
LA DICTADURA POPULAR I

I a creación del Consulado paraguayo refleja llu fenómeno


ampliamente experimentado en toda América Latina durante el
período inicial de la independencia. Siguiendo al derrocamiento
de la estructura administrativa centralizada del Imperio Colonial
español, las provincias típicamente trataron de ensanchar la dis­
tribución de la autoridad política, formando nutridas juntas eje­
cutivas compuestas de represencantes de las facciones criollas
prominentes. Sin embargo, las rivalidades y confiaos personales
entre los grupos de intereses contendientes, convirtieron dichas
“juntas representativas”, en organismos pesados e ineficientes.
Con la solidificación de poderosas coaliciones políticas, estas
tentativas iniciales de “democracia criolla” invirtieron su tenden­
cia, dando lugar a una concentración de poder en las manos de
los más capaces para imponer su voluntad. Buenos Aires ejem­
plifica esra tendencia entre los gobiernos criollos emergentes;
comenzando con la Junta Grande de treinta miembros, los porte­
ños pronto establecieron un triunvirato que pronto fue reempla­
zado por el Poder Ejecutivo, una virtual dictadura. Un proceso
similar tuvo lugar en el Paraguay, donde la junta criolla original
de anco hombres habla sido disminuida a un triunvirato para la
CAPITULO 5
un esfuerzo concenado para destruirlos cimientos socioeconómi­
fecha en que el congreso de 1813 creó e! Consulado que, a su cos de la élite española en el Paraguay. Aunque los españoles,
vez, duró solamente un año antes de ceder su lugar a un jefe de como muchos criollos paraguayos, eran ardienres opositores de
la$ ambiciones centralistas porrerías — puesto que la unión con
Sin embargo, el Consulado paraguayo no fue simplemente los porteños hubiera constituido un obstáculo muy grande para
una etapa en el camino hacia el gobierno absoluto de Francia, ¡as intenciones españolas de reestablecer la autoridad real en e!
sino más bien el comienzo del mismo. Yegros, resignándose muy Paraguay— esta coincidencia de intereses no prevaleció sobre
pronto a un papel subordinado en el nuevo gobierno, constante tos tradicionales antagonismos entre criollos y españoles. Nutrida
mente cedía a los deseos de Francia. Incluso durante su propio por siglos de dominio imperial, la enemistad criolla hacia sus
período en el cargo, Yegros siguió siendo poco más de una figura anteriores amos igualaba, cuando no los sobrepasaba, “el odio
simbólica, delegando la totalidad de las funciones más importan­ profundamente enraizado hacia los criollos”'5 de los españoles.
tes a su co-Cónsul.1Er un reconocimiento parcial de esta realidad, Como uno de sus primeros actos siguientes al derrocamiento de
el Cahildo, en Junio de 1814, después que cada Cónsul hubo la administración española, e¡ entonces comandante de! cuartel
i ■upado el cargo por un período, fijó el salario anual de Francia general, Pedro Juan Cavallero, aplicó una enorme “contribución”
rn I SOQ pesos, asignando a Yegros un sueldo de solamente de (50.000 peses a los veintiocho comerciantes españoles más
3.000 pesos.2 ricos de Asunción.7 Menos de un año después, la junta promulgó
Inmediatamente después de su elección como Cónsul. Fran­ la Ley de Herencia de Abril de 1812, que designaba al estado
cia comenzó a estructurar una administración gubernamental efl­ como heredero de todos los residentes extranjeros que fallecían
uente, liuuestd y leal. Paia el importante cargo de secretario de cin “herederos legítimo?” (es decir liijua nacidos en el Paraguay).
gobierno, Francia no tuvo en cuenta la preferencia de Yegros A pesar que Francia ya se había retirado de la Junta cuando
por Mario Larios Galván, el anterior secretario de la Junta, y promulgó el edicto de herencia, ciertamente debe haber aprobado
designó en su lugar ai candidato de su elección, Sebastián Mar­ la medida, puesto que sus ataques metódicos contra el poder de
tínez Sáenz.5 Extendiendo la autoridad del gobierno nacional la vieja clase superior española, corroboran la declaración de
hacia el interior de la nación, Francia designó nuevos funcionarios John Parish Robertson, de que “él, a su vez, no sólo los odiaba
y jueces regionales quienes, a pesar de haber sido facultados con sino los despreciaba (a los españolea); y su ruina y aniquilación
amplia autoridad, estaban obligadas a someter todos los asuntos final, como cuerpo, el tenía, ya en los ¡nidos de su carrera, sin
importantes directamente a los Cónsules.'* En lugar de continuar duda determinado ”
imponiendo “notables” como administradores del gobierno, Entre los primeros actos de los Cónsules figuró la remoción
Francia, coherentemente con su filosofía popular, seleccionó a de todos los españoles de los cargos públicos. A continuación
los mencionados nuevos funcionarios directamente de entre el trataron de deportar el creciente número de refugiados españoles
pueblo paraguayo. Como observó Renggei: “Bajo el gobierno que huían al Paraguay. Al mencionar “la multitud de españoles
de los españoles, los jueces eran elegidos entre los neos propie­ europeos residentes y los que de otras provincias han recluido
tarios de tierras y comerciantes . . . (mientras que) . . bajo el y diariamente recalan a esta ciudad”, el gobierno expresaba que
presente gobierno, los jueces son elegidos entre las clases más constituían una seria amenaza debido a sus “aires insultantes
bajas de la sociedad , . . ° En efecto, durante todo el gobierno sus sediciosos coloquios y atrevidas combinaciones . . . y sus
de Francia, no solamente los jueces, sino también los oficiales inoráis ticos de establecer, con nuestro exterminio, la esclavitud
del ejército y alros funcionarios administrativos eran nombrados de la provincia.”10 Para poner freno a la influencia de estos
directamente del seno del pueblo. extranjeros, los Cónsules ordenaron a todos los españoles que
Aún antes de la creación del Consulado, estaba en marcha
71
C A PtTV I.i t i eslibfecvniento de h Chetadirra Popular

no tenían la ciudadanía lega! paraguaya, que se presentaran in se enfrentó c o n la carea in m e d ia ta d e fo rta le c e r y r e o r g a n i z a r la s


mediaramenre en la plaza pública para un c e n s a E*p«raxniu poder fuerzas a rm ad as p ara g u a y a s. J u n t o c o n la c r e a c i ó n d e u n c o n t r o í
enviar a los residentes, [¿apúrale» a Corrientes, los Cónsules iras e s tricto s o b re las m ilicias l o c a le s 1*5 y la e s t r u c t u r a c i ó n d e un
escribieron a! Teniente Gobernador José León Domínguez, con­ ejército re g u la r m ás e ficie n te , e s to s ig n ific a b a e li m i n a r la s v ie ja s
sultando s; aceptar a un grupo de varios centenares en su lerri éli'es de! e jé rc ito y n o m b ra n d o en s u c u a d ro s e g u i d o r e s le a le s
torio ! 1 Después de consultar con sus superiores en Buenos .Aires, en quienes el g o b ie rn o p o d ’ ía c o n fia r p ara d e f e n d e r s u g o b i e r n e
el Gobernador accedió a recibí u los indeseables españoles, pero Cen la p re ca u ció n d e “n o s e le c cio n a r a q u e llo s j ó v e n e s q u e p e r
ames de que pudo tener lugar la deportación, los porteños revo­ teneefan a fam ilias n o ta b le s "17, F r a n c ia tra tó d e a lis ta r s o l a m e n te
caron la decisión, argumentando que los españoles solumente a vohm rarios soltero s d e e n tre d ie cio c h o y tre in ta a ñ o s d e e d a d
constituirían un aumento de la creciente amenaza a Corrientes, Sin e m b a rg o , en el c a so d e v o lu n ta rio s , zsf c o m o c o n lo s c o n s ­
presentada por las fuerzas federales de Artigas.12 criptos, el c o m a n d a n te e n ca rg a d o del re c lu ta m ie n to d e b ía te n e r
Habiendo fracasado en deportar a los españoles, y forzado, “especial cu id a d o e n no a c e p ta r c u a le s q u ie ra q u e s o n d e m a la
por consiguiente, a aceptarlos como residentes permanentes en rrpuración en su c o n d u cta p ú b lica, s in o s o l a m e n te a q u e llo s d e
el Paraguay, el gobierno comenzó a promulgar medidas para quienes, p o r su h on rad ez, p u ed e e s p e r a rse d e e lfo s Ja d e b i d a
garantizar que sus anteriores amos jamás volvieran a ganar su subordinación y el c u m p lim ie n to d e su o b lig a c ió n en el s e r v i c i o
posición dominante. Los Cónsules utilizaron la lista de censo a que se destinan ” 1SI L a n u e v a p o lícic- a e l g o b ie r n o O to rg ó
para aplicar otra ronda de pesados impuestos sobre estos euro- importancia n a d o o a li s u a.' s e rv icio m ilitar. R e fle ja n d o eJ q »
pe ■■ relativamente solventes,1' v poco después promulgaron un a e r t e n acio nalism o del pu eb lo p a ra g u a y o , la l o c a lid a d i n d íg e n a
! • reto onentado a la “muerte civil” de los españoles com o clase. de Belén, p o r ejem p lo , o fre ció “ d e n u e stra «r>*r» v o l u n t a d v e in te
Con el fin de “cortar y precaver la perniciosa influencia . . . la
y cinco indios a rm a d o s " con tod os s u s ca b a llo s y v itu a lla s c o r r e s ­
i miexión y relación que han contraído y contraen incesantemente
pondientes.1
los españoles europeos con los ciudadanos de la República” el
E n fre n ta d o s p o r las co n sta n te s in cu rs io n e s p o r t u g u e s a s e
Io de Julio de 1814 el gobierno prohibió a los españoles casarse
indígenas c o n tra la fro n te ra N o rte y el sa q u e o d e la s M isio n e ?
con nadie que no fuera una mujer indígena, mulata o negra.
tanto p or los e jércitos p o rte ñ o s c o m o a r tig ú e n o s , lo s C ó n s u le s
Prohibieron además a los españoles que actuaran c o n o padrinos
establecieron una serie d e n u evo s fu e rte s a lo la rg o d e las f r o n te r a s
o testigos en los matrimonios «le paraguayos.14
de la n a ció « . E n un esfu erzo casi fre n é tic o p ara a d q u irir la s a r m a s
En los años siguientes, estas medidas, juntamente con la
y m u ricion es n ecesarias p ara e s ta s g u a rn ic io n e s , el g o b ie r n o
ley de herencia del estado y las olas sistemáticas de **contribucio­
recurrió a to d a s las fuentes p osib les. D e sp u é s d e e n v i a r a J o h n
nes” forzosas, lograron destruir por completo la dase superior
Parish R o b e rtso n a B u e n o s A ire s p ara o b te n e r u n e m b a r q u e ó e
española Tradicional. A pesar que esta meta a plazo relativamente
armas, req u isó, c o n tra in dem nizació n , to d a s las a r m a s d e f u e g o
corto parece haber sido la preocupación primordial de los C ón -
y dos fragatas p rivad as, que fu ero n e q u ip a d a s c o n c a ñ o n e s l ig e r o s
sules existen fuertes indicios que los efectos a largo plazo de la
y asignadas a p atru llar los ríos.20
miscegenadón también fueron considerados, como por ejemplo
A medida q u e la lucha enere u n ita rio s y fe d e ra le s s e in te n ­
la jactancia de Yegras que había firmado la ley “ para establecer
sificaba en el R ío de la P la ta , F ra n c ia p ro s ig u ió sin v a c i la c io n e s
el cruzamiento de la rjua.” 3
su política d e n o in terv en ción en lo s a s u n to s d e las n a c i o n e s
Amenazado por la subversión intema délos españoles y los vecinas. P a ra 1 8 1 4 , J o s é A rtig a s , en v irtu d d e s u s c r e c i e n te s
elemento? federalistas en el ejército, y rodeada por las fuerzas
victorias c o n tra el c e n m li s m o p o r t e r o , se h a b ía c o n v e r t i d o e n
hostiles portuguesas, fedéralo y porteñas,el gobierna paraguayo
defensor de la cau sa fe«k-ral en re d o el R ío d e la P laxa, e n b ú s q u e d a
72
CAPÍTULO.

de aliados, trató de convencer a Francia que ef Paraguay debía causa como el que los mismos pueblos libres se debilíten y
unirse a él en la lucha armada contra su enemigo común. Al aniquilen mutuamente para poder volver a plantar sobre sus
fracasar en persuadir al Cónsul principal, Artigas a continuación ruinas et estandarte de su despotismo.”
trató de convencer a Yegros, quien, con interioridad había de­ Amonestado de este modo, Matiauda renunció a su rango
mostrado abiertamente su simpatía por los federales.21 A pesar como oficial paraguayo, derrotó al ejército porteño por su propia
que ninguno de los Cónsules respondió afirmativamente a estas cuenta y se unió a las lilas de los seguidores de Artigas. Reiterando
misivas, dejaron la cuestión en suspenso debido a que compren­ su neutralidad en la guerra civil, Ibs Cónsules criticaron nueva­
dían que Artigas gozaba de amplia simpatía entre los elementos mente los actos de su subordinado y en una comunicación al
federalistas del ejército paraguayo.23 En efecto, el comandante Gobernador de Corrientes, incluso ofrecieron su mediación y
del Cuartel de Asunción, Antonio Tomás Yegros, había pasado buenos oficios para lograr una conciliación.27 Durantelas décadas
un tiempo durante e! año anterior, inspeccionando el Sur dci siguientes, la inflexible política paraguaya de neutralidad defen­
Paraguay “indoctrinando al pueblo a favor de Artigas.”2 siva y absoluta no intervención, seconvircíeron en la característica
Sin desalentarse por el rechazo de los Cónsules a sus pro­ del gobierno de Francia. En efecto, sin tener en cuenta las nume­
puestas, Artigas escribió directamente a ios sub-delegados para­ rosas crisis, ni una sola vez fa« Topas paraguayas atravesaron
guayos federalistas ce las Misiones, Vicente Antonio Matiauda, sus fronteras nacionales.
proponiéndole que atacara a un pequeño ejército porteño que Como un medio de dispersar los elementos federalistas en
estaba huyendo a través del territorio de las Misiones, dejando el ejército, y consolidando con ello sus propias fuerzas en la
asi a los ejércitos orientales en libertad de marchar contra los capital, Francia envió una expedición formada exclusivamente
españoles en Montevideo/* Matiauda, viendo una oportunidad por tropas de Yegros a la frontera Norte1* y deliberadamente
singular para asegurar las Misiones para el comercio y las movi­ designó a numerosos oficiales prominenres para comandar estos
lizaciones paraguayas, así como para capturar las armas del ejér­ distantes fortines.29 Estas medidas, jumamente con el retiro “vo­
cito porteño, comenzó la ofensiva sin esperar la autorización de luntario” de otras figuras militares principales, como Vicente
los Cónsules.25 Ignacio liurbe y Antonio Tomás Yegros,50 dejaron los estratégi­
Cuando los Cónsules se enteraron de los planes de Matiauda, camente críticos cuarteles de Asunción bajo el control de los
prohibieron enfáticamente a sus subordinados que tomaran me­ oficiales y soldados leales a Franca. Para consolidar aún tn.r. su
dida alguna, ordenándole que abstendrá Ud. absolutamente fuerza militar, Francia llenó al máximo su propio batallón y creó
de conmover, o alarmarse (la población) . . . o de hostilizarlos una unidad especial de granaderos bien armados, experimentados
en manera alguna, manteniéndose a la defensiva, y observando y leales. Para fines de 1814, mantenía una clara superioridad de
una juiciosa neutralidad sin tomar parte en las actuales disensio­ fuerza militar.51
nes, y rompimiento ocurrido entre los descendientes del gobierno Al aproximarse la fecha del congreso masivo de 1814, e!
de Buenos Aires y los Orientales mandados por el enunciado gobierno envió una vez más instrucciones de elección a las auto­
General Artigas.” Explicando el razonamiento sobre el cual se ridades locales. Reiterando los principios de las instrucciones del
basaba la política de neutralidad del Paraguay, concluyeron ad­ año anterior, los Cónsules facilitaron aún más las elecciones en
virtiendo al subdelegado que “nos debemos reducir a conservar I'« distritos de escasa población, asignando la tarea de organizar
la paz, la quietud y la tranquilidad interior y exterior evitando los eventos electorales a' los jueces locales, que debían servir
en cuanto sea posible una guerra civil que debe mirarse como unir, presidentes. Limitando expresamente las fundones de los
el mayor de todos los males, espedal mente en el período actual prrailrntes, muchos de quienes habían sido designados para sus
de la revoludón; pues nada desean tanto los enemigos de nuestra desde Asundón desde el año anterior, las instrucciones

75
■CAmvuo.

advertían a los jueces que se dejará a todos los concurrentes


en la más plena y absoluta libertad de deliberar y elegir las abiertamente. Llamado nuevamente por Francia del exilio a su
personas que quieren para sufiaganres, y así la presidencia será estancia, Cavallerb, cuya simpatía por los conspiradores demos­
limitada aconservary hacer guardar el orden.”3 tró ser inferior a sus temores de guerra civil —una guerra civil
que les Frentistas, dada su dara superioridad de fuerza militar
A medida que los representantes comenzaban a llega: a
Asunción, los franciscas iniciaron una activa campaña para abolir y masivo apoyo popular, con certeza hubieran ganado— utilizó
el consulado a favor de un magistrado único parí gobernar a la su gran prestigio para disuadir a los disidentes de emprender
una acción corare el gobierno * 1 *
nación.33 Francia mismo mantenía entreviscas frecuentes, en las
cuales enfatizaba que era él, no Yegros, quien había gobernado En medio de la intriga de los oficiales conspiradores, el
en la práctica duranre el año anterior Estos encuentros también Congreso se reunió el 30 de Octubre de 1814. Al igual que el
proporcionaron a Francia !a oportunidad para explicar en detalle congreso anterior, consistía de más de mil delegados elegidos
sus ideas nacionalistas a los numerosos clérigos, oficiales del en proporción a la distribución arrolladoramenre rural de !a po-
ejército, funcionarios gubernamentales, comerciantes y estancie­ blación de la nación Además, aún cuando muchos de los enemi­
ros que venían a discutir sobre el futuro político de la nación.34 gos políticos de Francia estaban incluidos enrre los delegados
Sin embargo, fue entre los representantes rurales que Francia de Asunción, globalmente “tres cuartos de ellos (los delegados)
continuó obteniendo su mayor apoyo; la capital era el centro de eran hombres pobres”40 Con aproximadamente 90 por dentó
la resistencia a su campaña.35 Francisco Wisner, resumiendo el de los votos rurales,4' Francia fue electo inmediatamente como
impulso político de la campaña frentista, explicó que la gran presidente de la asamblea.42 En su discurso inaugural, Francia,
mayoría de los dipurados rurales (jue apoyaban “los propósitos caracterizando al Consulado como ineficiente y poco práctico,
de Francia, que eran los más patrióticos, pues mantendría 2 teda pidió el establecimiento de un gobierno de un solo lídej. capuz
costa la independencia del país."34 de reaccionar rápidamente a las numerosas agresiones extranjeras
Al mismo tiempo, un grupo de “notables” de Asunción, y a la guerra civil en curso en el Río de la Plata, así como .»Jos
liderados por Pedro Juan Cavallero, Juan Manuel Gamarra y José problemas sociales, políticos y económicos en el Paraguay. En
Teodoro Fernández, comenzaron a formar una oposición al in­ las tres horas de debate que siguieron, la oposición mocionó que
tento francista de llegar al poder exclusivo. Mientras proponían el gobierno consular fuera prorrogado por tres anos más.43 -Sin
abiertamente.que el Consulado.continuara por otros dos años, embargo, el congreso francisca con facilidad derrotó esta moción
los líderes militares encubiercatnenie comenzaron los preparad y arrolladoramente voró para crear la forma de gobierno Je
vos para un golpe de estado. Admitiendo quizás la superioridad magistrado único.
militar de Francia, Yegros, quien había sida informado de los En una increíble moción para evitar la derrota, el diputado
planes de la oposición, se rehusó a apoyar a sus antiguos cama- La Guardia, un líder de la oposición, propuso que Francia y
radas.37 Por el contrario, apoyó a Francia para frustrar el golpe; Yegros echaran suenes para determinar cual Cónsul gobernaría
los Cónsules exiliaron a kw tres líderes de la capital el 26 de a la nación. Denunciando la moción como una estratagema, los
Setiembre, apenas una semana antes de- reunirse el congreso.'1 franciscas insistieron en que una decisión tan importante no de-
Sin embargo, el peligro de la intervención militar no quedó beríu dejarse al azar, sino que debía ser decicida por la conciencia
eliminado con tanta facilidad, puesto que inmediatamente después de cada delegado.44 Aprobando la objeción, el congreso dió su
de haber finalizado el congreso, un movimiento entre los oficiales voto a Francia como su futuro líder. Luego de un prolongado
descontentos, dirigidos contra el nuevo gobierno civil francista, debate sobre el título que debía llevar su nuevo jefe de estado, se
creció hasta el punto en que ios planes para un golpe se discutían resolvió por aclamación pública de la generalidad del Con-

76 77
CAPÍTULO5 T
HEíttiltólniema de la Dictadura Popular
grcso, a excepción de uno u otro individuo disentiente, que congreso.*9 Se insumieron dos días para que la fila de personas
al mando y gobierno de la república que hasta el presente que deseaban congratular al Dictador pasara a través de la recep­
ha estado en los dos Cónsules, cucde reunido y concentrado ción realizada en su honor. No ha:e falta decir que no todos los
en el ciudadano José Gaspar de Francia, con el título de que felicitaban eran “notables” de Asunción; como Robert son,
Dictador Supremo de la República, con el mismo tratamiento en un ejemplo característico de arrogancia de clase, mencionó,
del gobierno antecedente, por el tiempo de cinco año».s “machos que pertenecían a las clases más bajas fueron admitidos
Artes de su receso, el Congreso, en otro esfuerzo por esta­ en estas recepciones..
blecer un poder judicial, decidió crear un Superior Tribunal de Con su elección como Dictador, Francia, al habérsele otor
Justicia, que entenderá en cualesquiera litigios no resueltos por gado un mandato absoluto por el pueblo paraguayo, intensificó
el gobierno.' e! ataque a la v:eja clase dominante española europea, para incluir
| • ■ ,1.. ¡ , i!; i:-- I . ■- ■ rí . I i Jiu : .J: I -•! a la Iglesia Católica. Había otro grupo en la República, informaba
i.tdo que una guardia de honor armada y banda militar se reuniera Robemon, “que Francia odiaba y condenaba de todo corazón
en la sala dr la asamblea, aún cuando todas las arma» debían ser como hada con los viejos españoles, y ése era el Clero— secular
■lepo'tirada• en un lugar seguro a disposición del congreso. y regular—, pero más especialmente los últimos. Odiaba a los
I'r.r a que las tropas ciertamente habían sido llamadas para frailes por la influencia que ejercían sobre el pueblo y por el
rendir I onores, ai prciencia también garantizaba que los oficiales abierto libertinaje en sus vidas.”**
descontentos del ejército no interferirían con el proceso electoral.
Y, en efecto, rodo sp realizó sin tropiezos. Como último acto, la • Bobwtion and Rotxrraon, “Francia’» haga cf Terror", p 15 La arrogancia
Je date a« P-OtarUM) ripjíie» las aenrude» de .» europeos csuailHat» que llega-mr.
asamblea designó a veinie miembros para terminar las tareas del
congreso en nombre de la mayoría.
A la mañana siguiente se reunió este comité. Como primer cisne»de desprecia poc la» “clases baju* sudesdén poc lodjs los modos eta nada
punto del orden del ala, resolvió que, debido a que la temporada
de cosecha de la nación caía en Octubre, los futuros congresos eué, siempreque el turto ae proauab* legfrmimeaeedelante ce mi, Uignorare:»
se realizarían en Mayo: sin embargo, dado que Mayo solamente %orneral:san que encontré llenaba n«Us las ase» del Paraguay" i.Fe n ii •H-i.n
estaba a seis meses, el congreso siguiente se programó para cíTerror, p. lid).
Mayo de 1816. Se resolvió además q je, debido a que cantos
delegados debían pasar untas semanas lejos de sus tareas agrí­ 1814 y 1823, que prohibí* a (»din lo» curaneras casarse entre «11» Oconmiembro»
colas, en viajes a y de la capital, los futuros congresos consistirían i la «lile criolla, jk/ c RKtHlfo observar, "que esas medidas que eran dirigidas
:.n:ei |os extranjero», rayaren con .guií se»«r Jad »abre las ecuórea id Paraguay,
de solamente 250 miembros, electos por sus comunidades locales ?*e-iei narramente preferían a cualquier otro americano o erpaftcl a su» propáus
‘en proporción déla respectiva población de cada territorio." wsipatricia»‘Tbe IWign”. p. 98).
Después de la ceremonia de juramento de asunción al cargo Ea unejemplodiñe» de ehauvi.Tair.ooualímForaTseo, Unirlo» Daiviii.mienlras
de Francia, la convención puso fin a sus sesiones para unirse a Unmiaba cu que tirina loa briroaaMncanca habían “lirado por la borda por propio
i .... " c! .-,141 pntrnciaf del Fio de a Plata, eipeoulaba para tupública lector, “qué
js festividades que habían comenzado la noche anterior, cuando
la noticia de la elección de Francia se habla difundido rápidamente •i. hk> orterero al P|«a! Qué noble» cadades ocuparían ahora tu» coalas!*
por roda la ciudad. D< acuerdo a la descripción de testigo v.sual (•The Vuyage ofehe Bogle", p. !|9).
de John Parish Robcrrson, “el insensato populacho celebró con
" Itobni,... .ndRobemon, ‘Francia’» Rogn of Terror”, p. 27. AúnniJs vkriA-
alegría y música y reuniones festivas esa noche, la decisión del

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CAPÍTULOS

De acuerda a relatos de ]a época, la iglesia paraguaya difería que abandonara el Paraguay con sus fortunas51, declaró, “Todos
poco de sus contrapartes eclesiásticos en toda América Latina. los europeos indecisos a] inicio de nuestra gloriosa revolución
Apoyada pot amenazas de retribución divina de un Dios celoso deben considerarse a sf mismos como civilmente muertos.” Al
y vengador, así como por la sanción más mundana de castigo delinear el obvio eslabón entre la iglesia española europea y la
corporal administrado directamente por sus representantes auto- paraguaya, exigió que “Debe necesariamente destruirse de raíz
proclamados, la iglesia confirmaba su posición privilegiada me­ eJ -europeísimo tolerado hasta ahora en los eclesiásticos y secula­
diante ¡a promoción tiránica de creencias supersticiosas entre el res” y prometía que en el futuro-
pueblo paraguayo. Aparte de cualquier servicio espiritual autén­
tico que pudiera haber prestado al pueblo, y a pesar de los actos el estado eclesiástico será precisamente arreglado y modifi­
valientemente progresivos de clérigos individuales, la propaga- cado al sistema de la Libertad de la Patria en todas sus
don por la iglesia de la doctrina del Derecho Divino de los partes, de suerte que no podrá predicar, confesar, obtener
Reyes, se habla distinguido como el arma ideológica principal, ni gobernar ni ministrar sacerdote alguno que uo sea deci­
y más eficiente, deí imperio colonial español- Sus ritos seudojuís- dido por el sistema de la Libertad de la Patria o que no sea
cicos y procesiones teacralmente organizadas, con presentaciones útil a la causa pública ...porque cualquiera otro pensa­
ostentólas de adornos valiosos, imágenes piadosas y música im­ miento es ajeno de la piadosa intención de la Iglesia Cató­
ponente, se combinaron para inculcar a las masas una resignación lica.
fatalista a su condición social oprimida, Aunque qu¡2ás con exa­ En los años siguientes, esra misma orientación anticlerical,
geración, John Parish Róbensen proporcionó una comprensión aunque no antirreligiosa, caracterizó la campaña gubernamental
de la enorme influencia ejercida por el clero, cuando observó contra el poder y abusos de la iglesia paraguaya.
que “los paraguayos reverenciaban a un paí (o sacerdote), como
el inmediato representante de Dios; ellos ciegamente,sin dudas El obispo del Paraguay, Pedro García de Panés, había lie
ni preguntas, seguían las instrucciones que se les daban y harían gado a Asunción durante los últimos años de la era colonial. Al
todo aquello que se les pedía cue hicieran.”50 Fue precisamente principio había cooperado con la junta criolla e incluso había
dado su bendición al nuevo gobierno; sin embargo, con el retorno
a través de estos medios que la iglesia cumplió su papel histórico
reaccionario de mantener el status quo, confiriendo legitimidad de Francia en Noviembre de 1812, Panés reclamó la posición
tradicional dd “patronato real” bajo el cual la iglesia paraguaya
al imperio español y al privilegio de clases de las élites hispano
estaba sujeta únicamente a su propia jerarquía y en último término
a la autoridad real española. .Antes de su elección como Dicta­
E1 tono de los ataques del Dictador contra la iglesia fue
dor, Francia no había ocupado una posición de fuerza suficiente
establecido por un representante de Francia en un entusiasta
para desafiar a la fuerza eclesiástica establecida. Sin embargo, a
discurso pronunciado en el congreso de 1814 en apoyo de los
mediados de 1815, facultado por un mandato dictatorial, tomó
actos de los cónsules contra los europeos. El delegado, insistiendo
medidas para poner a la iglesia paraguaya bajo la jurisdicción
en que no se debería permitir a la clase anteriormente dominante nacional.
Tomando el primer paso a la nacionalización de la iglesia,
el Dictador prohibió “toda interferencia o ejercicio de jurisdicción
■corapajaii a la iupcrstioón. Los cuas y los atoajes vivían publica*«!« de los Prelados o Autoridades extrañas de otros países” dejando
a las comunidades religiosas paraguayas “libres y absueltas de
-randosí de dlc. El prior de los cooiiairanos, entre CtrOS, me dijo (pie a toda obediencia y enteramente independiente de la autoridad de
te veintidós hij^s de diferentes mitos.” (“Tbe Reigr", f. L&) los Provinciales, Capítulos y Visitadores generales de otros Es-

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CAPÍTULO S r £¡ FwthledmtMC de Sa Dictadura PopjUr

rados, Provincias o Gobiernos ” Prohibiendo además a los cléri­ del mismo uño a Manuel Cavafias, el caudillo de la cordillera y
gos de la nación aceptar “títulos, nombramientos de oficio, cartas héroe de Tacuari, urgiéndole a ¿I y a Fulgencio Yegros a movilizar
facultativas, divisorias o letras patentes de graduación, habilita­ sus seguidores y romar el control del gobierno. D e acuerdo al
ción, gobierno, disciplina o de otra cualquiera potinca religiosa.” emisario de Artigas, Cavañzs creyó que un plan de esa índole
el edicto concluía reteniendo a! obispo Panes como la autoridad tenía pocas esperanzas de éxito,pero teníala intención de explorar
más alta de la comunidad religiosa. Come primera aplicación la posibilidad con Yegms. C ono hecho no sorprendente, debido
de la intención del decreto, Francia procedió a abolir el Santo a que el interior era la base de! poder de Francia, la conspiración
Oficio de la Inquisición en el Paraguay.33 amás ganó apoyo, a pesar que permaneció sin ser descubierta
Seis meses más tarde, Francia tomó e! paso siguiente para hasta 1822, fecha en la cual fue revelada finalmente en la proion
la nacionalización de la iglesia. Removió al segundo y tercero gada investigación que siguióa la Gran Conspiración de 182Í).61
en rango de los funcionarios eclesiásticos «pañoles, a! Arehidiá- Frustrado por este último ejemplo de L* inflexible política
cono Antonio Miguel de Arcos y Matas y al Vicario General de de neutralidad y no intervención de Francia, Artigas ordenó a
la Diócesis, José Baltasar de Casafús, razonando que era nada sus tropas que ocuparan Candelaria, la capital de las M isión«.
más que justo que fueran paraguayos antes que extranjeros los A fines de Julio de 1815, en la cima de su poder — habiendo
que ocuparan dichos cargos. “La seguridad general, el público tomado recientemente el control de La Bajada (el puerto de Entre
bienestar, la eonso.idación de la libertad e independencia Je la Ríos) y Corrientes — el caudillo federal dausuró el río ai tránsito
República,” requerían la renuncia de los españoles por “la in ­ por paraguayos y porteños.- 62

fluencia que en todas parres tiener. los empleados en lo que es Hasta su ocupación y alianza con Artigas, Corrientes bahía
opinión pública. Si por la oposición o indiferencia de aquellos gozado de relaciones amistosas con el Paraguay, a pesar que
llegase ésta a debilitarse o a contrariar al sistema adoptado y al Francia siempre había reconocido que “nuestros enemigos comu­
nuevo orden establecido, fácil es calcular los males . I,S" Tres nes intentarán por todos los medios que estén a sus alcances
días después, el Dictador consolidó ambos cargos y los asignó perturbar nuestro reposo.”63 Al interrumpir el comercio paragua­
a Roque Antonio Céspedes, un paraguayo nativo y leal defensor yo, saquear los yerbales de las M isión« paraguayas y ocupar
del régimen popular. Candelaria, las fuerzas hostiles de Artigas convirtieron al cordial
Francia quizás habría continuado más rápidamente la nacio­ vecino Paraguay en su enemigo más activo. Temiendo ahora
nalización de la iglesia en « a fecha, s: no se hubiera visto forzado una invasión, Francia movilizó tropas en Asunción, Paraguarí y
a tratar con urgentes asuntos exterior*. Para 1815, José Artigas, Villarrica, y desplegó fuerzas terrestres y navales en la frontera
el caudillo de la Binda Oriental, había alcanzado la cúspide de Sur para vigilar los movimientos de las tropas federales. La crisis
su poder com o portaestandarte de la causa federal en todo e! alcanzó proporciones tan serias, que Franda incluso consideró
Río de la Plata. Su plan global era crear una confederación del romar la ofensiva. En un comunicado del 2 de Octubre de 1815,
Paraguayas BandaO;iental, Corrientes, Entre Ríos y la provincia informaba al comandante de Pilar que “yo estoy tomando mis
portuguesa de Rio Grande do Sul, para contrarrestar el poder medidas con la idea de preparar una expedición al menos de
de los porteños.53 Comentando sobre sus recientes victorias en 4 000 hombres.”64 Sin embargo, como seria el caso cinco años
Santa Fe y Córdoba, el caudillo oriental, tratando nuevamente más i.irde cuando otro ejército federal de invasión estaba presto
de apelar directamente a Francia, produjo una alianza para solí en la ribera Sur del Río Paraná, intervinieron eventos externos
dificar ¡os progreso» federalesS9 par.i eliminar la amenaza inmediata al Paraguay. La renovada
Comprendiendo quizás que Francia rechazaría cualquier agresión portuguesa en el Río de la Plata obligó a Artigas a
oferta de una alianza militar, Artigas había escrito a principio*, iefir.it su ejército para defender la Banda Oriental.
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CAPÍTULO 5
A principios de dicho año, ias fuerzas de Artigas habían S & oMsb Je h Zteadura PapuUt
capturado a John Parish Robertson en viaje de regreso al Para­
guay con un cargamento compuesto en su mayor parte de armas esenciales para mantener la independencia. Alegando no com
y municiones consignadas al gobierno. Entre sus efectos perso­ prender “tales tonterías” e irritado por el papel de Robertson en
nales, los federales encontraron una carta del gobierno ponen o, la “odiosa propuesta” de los porteños, Francia ordenó al comer­
ciante escocés que concluyera sus negocios y abandonara el país
designando a Robertson como su representante autorizado65 y
en el plazo de dos meses-69
ofreciendo veinticinco rifles por cada den reclutas que Francia
destinara al puerto.66 En una tentativa de causar mayor disensión, Buenos Arres, en otras tentativas de reestablecer relaciones
Artigas capitalizó esta descubrimiento, enviando copias a sus con el Paraguay en 1815, envió una serie de comunicaciones a
simpatizantes en el Paraguay, para demostrar que "Francia estaba la nueva república. Sin ofrecer reconocimiento alguno de su
situación de independenda, y omitiendo mencionar el creciente
vendiendo a los paraguayos como si fueran perros, por mosque­
poder federa], los porteños insistieron en que el Paraguay asistiera
tes."67 No obstante, doblegándose ante el poderío militar britá­
a la Asamblea Constitucional programada, enfatizando que la
nico, el caudillo oriental, después de confiscar los armamentos, unidad era más importante que nunca, dado que Napoleón había
permitió a Robertson proseguir a Asunción con el resto de su sido expulsado de la Península Ibérica y Feriando Vil, de retomo
cargamento.* al trono español, había reunido un poderoso ejército destinado
A su arribo a la capital, el aventurero comerdame informó a la reconquista del Río de la Plata. Subrayando “que Chile y
a Francia que, debidoaque armzs y municiones eran considerados Lima están ocupados por el enemigo . .. y que Buenos .Aires ha
artículos de guerra, no habría protesta oficial de la confiscación agotado todos sus recursos” el Director Supremo de Buenos
por pane de las autoridades británicas. Basado sobre el entusiasta Arres continuó la misiva ofreciendo armas y municiones en cam­
apoyo de Inglaterra a los movimientos independí«-»* en América bín dp " 1 ÍWI hombres que sarán recibida; en cato capital con
La lina, los diferentes gobiernos paraguayos habían demostrado aplausos y reconocimientos.”'0 Francia, impasible ante la alarma,
particular simparía a los Roberson, quienes durante los últimos retórica o control del cránsito de materia! bélico de los porteños,
años habían estado operando en .Asunción. Tomando los argu­ analizó las relaciones con el puerto en una carta al delegado de
mentos británicos de libre navegación a su valor nominal, y Pilan
esperando utilizar el prestigio y la fuerza nava! de Gran Bretaña
para abrir el río, Francia había incluso tratado de establecer Que poco había que hacer para contestar a tales ofiaos,
pues no se reduce más que a remover asuntos antiguos ya
relaciones comerdalésypol ¡ricas con Inglaterra el año anterior.6“
ventilados muchas veces, fenecidos y olvidados en el día, y
Sin embargo, ahora quedó de manifiesto que los británicos no
a aparentar favor en la protección que se figura del comercio
se extremarían hasta el punto de asegurar el paso seguro de la
de la república; cuando lo que hacen es solo en su propio
más crítica de todas las importaciones —las armas que eran
interés y conveniencia por razón de los ingentes caudales
que sacan del comercio de ella, que realmente no han traído
’ Ftobcmar. y Robertion, “Fiar.rij’t Reign of Tcnur,- p. 99. Li blandían Sino a arruinar con impuestos desmedidos, exorbitantes y
libet1C1U1 di Rcbcncn, despuésque Artigas hubo irt i.ui. una .arta dtl cwrsindiiic aún bárbaros, violando la buena fe de los tratados. Si no se
de la Fleo Bridriea, demuestra el peder de bs caBowm ingle» so d Rio de lu procediera constantemente con segundas intenciones y con
Piala, indvi» y* en esta temprana época. Como Robernon orgulúmmentc señale puras astucias y artificios frívolos, mejor habrían hecho en
‘La -tonduets del capitán Pete5fue digna it encomio, molleandoquedonde la bandera rendirnos los siete cañones hermosos nuestros que están en
Buenos Aires . . . y no venimos con tama papelada inútil
de cartas, gazetas y de sus nuevos reglamentos con que
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Capítulo s B Esabtidmieno de b Dictadora Popvltr
todo quieren apacentar, cuando no pueden subsistir sin el En efecto, e! pueblo paraguayo gozaba de acceso irrestricto
Paraguay y mucho menos en los tiempos presentes.'1 al Dictador. “El Dr. Francia, el caraí guazú del puebio, siempre
En su tentativa de persuadir a los caudillos locales a movi­ a disposición de ellos, manteniendo entrevistas nocturnas con
lizar sus seguidores contra el gobierno, Artigas había interpretado los desamparados indios, el cansado campesino y apesadumbrado
erróneamente y por completo la situación política. Los porteños bolero.”* Lejos de ser un déspota arrogante, que gobierna un
y los paraguayos decepcionados de la clase alta, en contraste, pueblo intimidado, Francia manteara un contacto permanente y
no tenían Ilusiones de organizar un levantamiento popular; en directo con las masas anteriormente’desposeídas.
efecto, la identificación de Francia cor. las masas se convirtió Con extrema confianza en el régimen popular para cuyo
en una cuestión central en la campaña propagandística de la élite establecimiento había desempeñado un papel tan decisivo, Fran­
contra el Dictador y el gobierno popular del Paraguay. El extracto cia pudo atribuir las constantes luchas de facciones en otras
O de un panfleto escrito por un sacerdote paraguas o y naciones latinoamericanas, a su falta de gobiernos de base popu­
publicado por la prensa oficial del gobierno de Buenos Aires en lar. Er. una sucinta declaración de su filosofía política, al recibir
IRIS, sirve para ilustrar la orientación clásica unto del gobierno la noticia quejóse Rondeau habla asumido el cargo de Director
«le Francia y de su oposición. Supremo en Buenos Aires, Francia analizó los constantes distur­
bios del puerto en una carta al comandante de Pilar
Vosotros que tenéis a la vista sus extravagancias, sabéis
mejor que yo, su porte heterogéneo cor las gentes de la Tengo en mi poder la gazeta que cita las noticias que
Campaña, y los nobles Ciudadanos de la Capital; a vosotros V.M. m e comunica de la nueve revolución de Buenos Aires.
consta cxpcrimcntalm«nca, cjci*» cuando llega a SUS puertas Estas son unas convulsiones mnsignient*« a ls «xaitación
un guacarnaco o espolón campesino, al pumo le franquea de [as pasiones en un pueble que aún vacila scfcre su suerte
su trato familiar, y un libre pasaporte para estrecharse con y destino por no haberse aún constituido, Y QUE NO
él. Admira cí ver este hombre encapotado y taciturno, rebo­ TIENE UNA VERDADERA FORMA POPULAR. Por eso
sando su alegría, con qué cariño recibe a su gran huésped! establea yo aquí los grandes Congresos a tiempos periódi
Lo roma por la mano, lo introduce a su mismo estudio, lo eos con la institución de la República independiente, para
a» ariria, lo halaga, lo palmea, lo llena de satisfacción, lo que el pueblo se informe a este sentimiento y giremos todos
Menta a su lado, y de este modo lo dispone para influir con un sistema asentado, Esro no sucede así en Buenos
mejor en su ánimo sus sugestiones, y para hacerle tragar Aíres y por eso es que cada facción que prevalece tiene
sin repugnancia el veneno de su maquiavelismo, semejante talvez distintas ¡deas que al fin ocasionan una conmoción.
¿i la serpiente que enroscándose entre las flores propina su La facción de ahora probablemente no será la última, pues
ponzoña a los incautos que se acercan a ella; o como la desde los principios asf han sido allá las cosas.'5
Esfinge que halaga a los inadvertid«w para devorarlos. Por Es esencial comprender, empero, que Francia no igualaba
el contrario, si pide audiencia un Ciudadano Culto y Noble: una forma popuiar de gobierno con una forma de gobierno “de
vedlo ya transformado en otra figura muy diferente, y tan democracia representativa". Un punto importante de aclaración
feroz, como su genio. Después de haberlo tenido de plantón
en sus puerta 5, b admite a su majestuosa presencia con su
gesto quijotesco can una severidad afectada, y con una al­ ■'fcil i m, “Dr. Frtnaa“, p. ] 16. EJ térruMGuaraní aní-guuú o “GranSeílor"
tivez insufrible; y después de haberlo escuchado con impa­ h. rl mili rmificial cor. el-jai Franciaen rea* ucsameire desg.ii.lc ?wid pueblo
ciencia lo despide secamente en breves palabras.72

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CÁPTWLO 5
histórica es que, sin tener en cuer.ta la multitud de constituciones Francia como Dictador perpetuo pronto disolvió cualesquiera
“democráticas” promulgadas durante el siglo XIX, lo que se ilusiones restantes. En ios años venideros, el régimen popular
conocía como democracia en América Latina era profundamente dd Paraguay tornaría obsoletos los beneficios de Ja ideología
antidemocrático. Si la democracia prevalecía como un ideal, exis­ política tradicional. Ya no se permitiría a la élite definir sus
tía de nombre únicamente. Solamente la élite participaba en el intereses propios como los intereses ce Ja sociedad en su totalidad;
proceso político; la vasta mayoría del pueblo estaba excluida el estado ya no estaría a disposición para administrar ios “inte­
mediante requisito de voto basados en sexo, ingresos, bienes o reses de Ja sociedad” para beneficiar a los menos a expensas de
alfabetismo. “Una generosa estimación déla participación política los más..
de la población masculina en todas las naciones de América AJ aproximarse e: congreso general de 1816, los francixras
Latina podría probablemente aproximarse al 2 a 4. por ciento
durante la mayor parte del siglo XIX.”74 Al eliminar selectiva­ 73 1
lanzaron una campaña de propaganda ce un mes para difundir
r.jp. sir.-: .v; ! ■ •- . . i . 'V 'i :: i, • :.
honestidad, capacidad diplomática, incansable energía y ardiente
mente a todos excepto la élite, estos gobiernos “democráticos"
establecían una fachada de participación popular sobre lo que a patriotismo de Francia, enfatizaba los éxitos del Dictador para
menudo era un mecanismo político para el intercambio de poder mantener la independencia del Paraguay, mientras evitaba el
entre los diversos grupos de la élite. Más importante, sin embargo, involucramienro en la guerra civil que explotaba en todo el Río
el mito de la democracia representativa servía como una ideología de fe Plata. Sin embargo, de la máxima importancia fue la tem­
moderna y eficaz para ayudar a perpetuar la dominación de la prana acción revolucionaria de Francia al establecer la justicia
élite sobre el 95 por ciento restante de latinoamericanos. social y e! orden: la designación de nuevos funcionarios y jueces
Para Francia, la forma democrática no era un fin en sí mismo, de entre las masas, la campaña de limpieza contra la corrupción
sino un medio a través del cual las masas de paraguayos podrían en ios cargos públicos, el asalto contra las bases socioeconómicas
expresar sus verdaderos intereses. Al formar la conciencia nodo- de la anterior clase dominante española, la reorganización de las
nal e institucionalizar la misma en la dictadura popular, las glan­ fuerzas armadas, la creación de nuevas fornicaciones a lo largo
des asambleas democráticas habían servido su propósito;, la tarea de ia frontera Norte para proteger a los habitantes contra las
era ahora impleraentar la voluntad del pueblo paro poner fin a crecfenres correrías indígenas y portuguesas, la contención de
las injusticias de siglos de la sociedad de clases del Paraguay. las facciones porteñisca y federalista, y ei comienzo de la regla
Como generalmente sus guías en las revoluciones sociales anti­ mentación nacional de la iglesia. Para principios de 1816, bajo
coloniales exitosas, después de ia fase inicial de oposición unifi­ la Dictadura Popular def Paraguay, “desaparecieron ios ladrones,
cada “nacionalista” contra el enemigo común, las exigencias po­ los asesinos, los mendigos. Los hombres de trabajo contaban
pulares de la Revolución Paraguaya paro reestructuración funda­ con amplias garantías. La tranquilidad hizo posible ei desarrollo
mental de la sociedad asumieron la prioridad. La cooperación de de fe economía.”75 Cuando uno considera fe estimación del go­
ciases, en otras palabras, cedieron su sitio a lo confrontación de bernador Lázaro de Rivera, más de dos décadas antes, casi fe
mitad de b población paraguaya vivía “en una indigencia total
Comprendiendo que el logro de las metas de la revolución . . . sufriendo con paciencia los efectos terribles de fe desnudez,
significaría el fina! a su posición de privilegio, los ricos y pode­ de la miseria y de la opresión,”76 la razón fundamental def masivo
rosos virtualmentc detuvieron sus luchas políticas —t i gobierno apoyo popular para el Dictador se torna obvio.
ya no era de ellos para seguir peleando por él. Si en esta etapa Quizás debido a la fortaleza de su posición, Francia no
relativamente centrada algunos sectores de la oligarquía criolla esperó la expiración de su mandara ames de seguir consolidando
aún no comprendieron este cambio fundamental, la elección de el poder de la dictadura popular, prolongando su período de sus

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CAPÍTULO'5
a &iaWrdffii'eflfo Je h DictaduraPcpubr
cinco años originales a la duración de su vida. Liderada por un
de "amor y respeto a las órdenes de nuestro gobierno supremo”
prominente delegado frandsta de la ciudad ribereña norteña de
remó el paso siguiente en Is nacionalización de la iglesia paragua­
Concepción, José Miguel Ibáf.ez, “la idea de otorgar el poder ya, ordenando que la oración anteriormente pronunciada por el
per vita salió de la dase rural,, de la campaña."77 rey durante la misa, en el luturo seria dedicada a “nuestro Dic­
Mientras los militares habían desempeñado un papel impor­ tador y su confiado pueble y ejército.”®
tante en el congreso de 1814, no constituían un elemento signi­
No habría otro congreso general hasta después de la muerte
ficativo en la asamblea de 1816, puesto que esta vez ni un solo
del Dictador un cuarto de siglo después, y el concepto de un
oficia! que había derrotado al general Belgrano o derrocado al
poder judicial autónomo ya no recibió mención ulterior. No
gobernador Velazco permanecía en el ejército.78 Además, sola­
obstante, las resoluciones del congreso de 1816 y la elección de
mente se permitía oposición simbólica al nuevo régimen, como
Francia informó a los delegados poco antes de reunirse el congre­ Francia como Dictador “perpetuo”, no deben entenderse errónea -
so: “No deberán ser convocados ni tendrán voz activa ni pasiva mente como meramente otra usurpación latinoamericana de] po­
en la junta los que estén notados o indicados de opuestos o der. Por el contrario, “no era la imposición de un hombre, sino
desafectos a la causa de la libertad o que sean accionarios de los de un pueblo. Lo que entonces triunfó no fue la voluntad de
enemigos de ella, pues el gobierno no los admitirá en el Congreso Francia sino de la nadón.”3, El escabledmiento de la dictadura
! ,i:n(‘i.»l y aún si llegaran a ser tolerados, serian nulos e insubsis­ popular no fue espontáneo ni arbitrario; fue la consecuencia
tentes cuanto por su siniestra o depravada influencia se negase directa de la lucha histórica en e! ámbito de la sociedad paraguaya.
a deliberar.”79
Usando el fraterno título de “Ciudadano” adoptado de la
revolución francesa, la primera resolución del congreso declaraba
que
en atención a la plena confianza que justamente ha merecido
del pueblo el Ciudadano José Gaspar de Francia, se le declara
y establece Dictador Perpetuo de la República, durante su
vida, con calidad de ser sin exemplar,"
El segundo articulo, expresando que Francia se había rehu­
sado a aeeprar el salario anual de 12.00Q pesos que el congreso
inidalmente había votado para él, estableció el salario del Dicta­
dor en 7.000 pesos anuales. El tercer artículo abandonaba oficial­
mente la idea de congresos anuales y resolvía que “congreso
general tendrá la república cada vez y cuando el Dictador halle
necesario. El último artículo, que incluía un juramento eclesiástico

‘ ANA SH. tes- i26-Aai Coagre», junio 5 de 1816. La jlrisu iris: dis­
eñará tu* un deliberada innato d« eviia.- evib'eeer un precedente de dienduras
perpetuas.

90
6
LA CONSOLIDACION DEL PRIMEE
REGIMEN POPULAR DE AMERICA LATINA

Aún cuando la insatisfacción de la élite con Francia comenzó


incluso antes que asumiera el poder absduro, sus actos después
de su elección como Dictador sirvieron únicamente para aumentar
su descontento. Dos semanas después de haber sido electo dic-
tador perpetuo, Francia aplicó nuevas restricciones a los oponen­
tes del régimen,
A mediados de junio de 1816, prohibió todas las reuniones
públicas que no tenían el expreso permiso del gobierno y todas
las procesiones religiosas, excepto las que caían “en los mismos
días fijados por ei calendario y según él conocidos y determinados
ya por la costumbre, Esta medida estaba orientada específica­
mente a la negación de un foro público para la creciente oposición
de 3a élite, pero al mismo tiempo aplicó un golpe devastador a
uno de los mecanismos más efectivos de la iglesia para mantener
el supersticioso temor del pueblo. Es importante destacar que,
adicionalmente al logro dé una medida de seguridad y un ataque
contra ta autoridad mística de la iglesia, al abolir las tireqjeníes
y costosas procesiones, Francia rambién eliminó uno de los ma­
yores gastos de la iglesia.
Durante estos primeros años, la oligarquía, incapaz de de-
CAPITULO i ¿a Comolidxidn átl Ptunct JVpflMn Popular de Amdríct Ladra
nocar el régimen popular, expresó su frustración a través de la en proclamas y manifestaciones . . . (porque) . . . aquellos pue­
oposición verbal y pequeños hostigamientos. La irritada reacción blos creen todavía cuanto ven escrito y si es imprenta, le prestan
de Francia a raras tentativas limitadas pero sistemáticas de socavar una fe riega.*5 Como primer paso para la preparación de la
la autoridad del gobierno, fue aplicar pesadas multas a los disi­ invasión de la “Proviada rebelde”, Buenos Aires prohibió la
dentes. Por ejemplo, en 1817, el español Francisco Riera recibió importación de cigarros paraguayos o tabaco arrollado de cual­
una multa de 2.000 pesos por su “obstinada rebeldía en no res quier dase ' hasta la incorperadón del Paraguay.”6 Corno pró­
petar a las autoridades constituidas en el régimen de los patri­ ximo paso, Pueyrredón ordenó un bloqueo de todo el comercio
cios.”1 Estas multas deben haber sido frecuentes, puesto que los y comunicadones, y la confiscación de bienes pertenecientes a
regisrros del Tesoro indican que para 1818 —el primer año para residentes paraguayos/
el cual existe documentación— un total de 86.614 pesos habían Poco después de imponer e! bloqueo en 1817, Pueyrredón
sido confiscados de personas particulares (ver cuadro 2). despachó al Cnel. Juan Baltazar Vargas, un paraguayo nativo,
A pesar que estas medidas represivas por cierto desempeña- “para tratar de efectuar una revolución en favor de Buenos Aires,
i' n un papel en la Gran conspiración de 1820, en la cual los apoyándose en el descontente que era conocido prevalecía entre
rap.iñ iles y las élites criollas se unieron en una desastrosa ten- las principales familias del Paraguay.’’8 A su arribo a Asundón,
ai iva de ilestmir el régimen popular, las raíces reales del conflicto Vargas secretamente alistó la ayuda de un número de paraguayos
de clases residían en a negativa de Francia de comprometer la de la clase alta. Sin embargo, comenzó a trabajar con un entu­
independencia de la nación. Ya en 1815, la propaganda antifran- siasmo tan mal encubierto, que al cabo de un año él y sus varios
asta advertía que la resistencia continua a la hegemonía porteña cómplices fueron aprehendí des y ejecutados públicamente. 5¡n
daría por resultado el cierre de puertos regionales a productos embargo, la mayoría de los conspiradores, al igual que los de la
paraguayos, lo que ec la práctica significaría la pérdida perma­ conspiración abortada de 1815, escaparon a la dctecrión hasta
nente de parte del mercado de la yerba, dado que los consumi­ principios de la década de 1820, cuando las investigaciones sobre
dores de yerba usarían substitutos tales como el café, chocolate la Gran Conspiración revelaron el alcance completo de la sedición
y otras bebidas.4 En efecto, la política adoptada por los poneros de la oligarquía.
después de la Asamblea Constituyeme de 1816 en Tucumán, En Julio de 1817, José Artigas, el líder de la lucha federal
golpeó el corazón de la economía de monocultivo de la radón, contra los unitarios porteños, una vez más trató de alcanzar un
devastando las bases scdueconómicas de la oligarquía paraguaya. acuerdo con Francia/ Nuevamente, empero, Francia optó por
In elección de Juan Martin de Pueyrredón como director sufrir las consecuencias de las hostilidades de ambas faedones
supremo de las Provincias Unidas de! Rio de la Plata en dicha antes de participar en “el mayor de todos los males”, poniendo
Asamblea, marcó el resurgimiento del centralismo porteño, de­ de este modo en peligro b ¡ndependenda del Paraguay. Insistió
sencadenando una nueva ronda de guerra civil entre las provincias en mantenei una inflexible polítea de neutralidad y no inrerveii-
y Buenos Aires. Con la intendón de organizar un ejérdto masivo, ción en la guerra dvil. La$ consecuencias para la economía pa­
alistando reclutas de cada provincia a medida que era subyugada, raguaya pueden observarse en las figuras 1 y 2.
el “Proyecto para pacificar Santa Fe, dominar Entie Rio: y Co­ Los asaltos combinados de federales y unitarios devastaron
rrientes y subyugar al Paraguay” de Pueyrredón, reclamaba el d comerdi ■de la nación. Las exportaciones caveron de 391.233
establecimiento de la autoridad porteña por la fuerza de las armas |wv • •n 1816 a 291.564 en 1818, a 191.852 en 1819, a apenas
En una cláusula que recordaba las tácticas del Gnü. Belgrano 57 498 en 1820. De igual manera, las importaciones, como se
seis años antes, se indicaba a los oficiales porteños que “antes refleja ru los derechos de importación, cayeron de 83.640 en
de hacer ningún uso de las armas debe emplearse mucho papel 1H1r. 58.420 en 1818, y a 42.643 pesos en 1819. Aumentaron

<U
CAPITULO,

a 69.647 pesos en 1820, debido a la evolución de la guerra civil,"


meramente para reanudar su disminución a 44.346pesus en 1821,
Figura i Exportaciones del Paraguay, 1816 — 1820
alcanzando finalmente el punco más bajo de 4.824 pesos en 1822
(ver apéndices C y G).
En proporción inversa a la caída en el comercio, la oligarquía
incrementó su oposición a Francia y al régimen popular. El
comercio era, después de todo, la sangre vital de la élite. Como
observó Johr, Parish Robenson:
Paraguay entonces tuvo, aunque no Duques o Marque­
ses, sí unas clases comparativamente ricas y Rieron ellas
quienes recibían y se dividían las ganancias anuales por la
producción que habían embarcado, con sus beneficios, hasta
la suma ya estimada de más o menos 360.000 £ (libras
esterlinas). Habían unas 500 familias participando de estas
ganancias..
I ..i aniquilación de “su comercio", concluyó el comerciante esco-
í es, causó estragos “entre la aristocracia del Paraguay".
Señalando quu para 1870 los precios de las exportaciones
habían caído “tanto que los propietarios se hallaban a punto de
arruinarse” Rpngger explicaba que “los comerciantes cuyos de­
pósitos se hallaban repletos con la yerba del Paraguay (yerba) y
tabaco, veían su capital no solo improductivo sino decreciendo
día a día, como consecuencia de la deteriorización que sufrían

Compilado desde Apéndice “C , Exportaciones del Paraguay

%
Li Corsofididár del PrimesRégimenPopular de Arréricj Lien»

Figun i Impuestos de Importación del Paraguay, diariamente sus productos y ios gastos de guardarlos.”10 Las
1816— 1824 consecuencias de estas condiciones fiie¡ de acuerdo a Robertson.
que “a ia larga, una solemne liga y convenio se integró con
algunos de los más respetables ciudadanos del Paraguay” para
derribar al gobierno-11
Las frecuentes reuniones en la estancia de Fulgencio Yegros
despertaron Ja preocupación de Francia hasta el punto que, en
Enero de 1820, ordenó al «-cónsul que estableciera su residencia
en la capital. Aparentemente despreocupado por la investiga
ción del gobierno, un número de los conspiradores continuó
realizando sus reuniones clandestinas en la casa en Asunción del
Dr, Marcos Baldovinos, donde decidieron que el golpe debía
comenzar el Viernes Santo. Ese día, Francia debía ser asesinado
durante su habitual caminata de la tarde. Al mismo tiempo, debía
ser practicado un número de otros asesinatos; las víctimas previs­
tas incluían a los secretarios del gobierno y los comandantes y
oficiales del cuartel de Asunción. En efecto., como Francia reveló
poco después Ap enterarse del plan, “cada pcisoiu en fundones
debía ser destruida.”14 Luego ¿e la purga, Ycgros debía asumir
el control del gobierno; Pedrojuan Cavalleio y el Capitán Miguel
Antonio Montiel se harían cargc del ejército, apoyados por varios
otros oficiales ya implicados er el complot.1
Sin embargo, el 28 de Mareo, solamente tres días antes de
los asesinatos planeados, la polida detuvo a 4 de los conspiradores
al salir de la casa de Baldovinos. Un quinto miembro de la célula,
Juan Bogarín, logró escapar. Sin embargo, siendo una persona
altamente religiosa, al día siguiente Bogarín confesó los detalles
del plan a Fray Anastado Gutiérrez, quien, como pane de la
penitencia, le instruyó que revelara e! complot entero al Dictador
A las pocas horas de recibir cara información, Francia arrestó i
35 de los principales implicados, incluyendo a su ex co-Cónsul,
I ulgendo Yegros. Para fin.* del mes siguience, c¡ número de
prisioneros arrestados en Asunción y en varios pueblos del inte­
Compiladodesdeel Ap¿ndi» ‘A', PresupuestoNacional del Paraguay rior, había crecido a 178.Ié Los detenidos, de acuerdo a un miem­
bro de la oligarquía, provenían de las “principalísimas familias
del pueblo37. Franda, adoptando una actitud sorprendentemente-
benévola para quienes debían ser sus asesinos, “se satisfizo con
enviarlos a prisión y confiscar sus propiedades.”1*
CAPITULO. La Coatolidiaitt dd Primer Régimen Popular de A/rèrica Latin

Seis meses después, la inminente amenaza de una invasión, de las Misiones y comenzó a mantener correspondencia con los
junco con la conspiración, elevó la s.:uarión a una crisis nacional. descontentos en el Paraguay, usando a los paraguayos que regre­
A mediados de 1820, Francisco Ramírez derrocó a Artigas en saban a su hogar desde Corrientes como mensajeros.31 En efecto,
ur.a sangrienta revuelta y asumió el liderazgo de las fuerzas la fuera de invasión estaba bien preparada, puesto que como
federales. En Setiembre, .Artigas y un pequeño grupo de segui­ Ramón de Cáceres, segundo en comando de las fuerzas federales,
dores huyeron al Paraguay, en búsqueda de refugio. Francia les recordaría más tarde, “Ramírez proyectaba invadir el Paraguay
otorgó asilo, creyendo que era un derecho inherente de la sobe­ con 3 000 hombres aguerridos" y protegidos por una escuadra
ranía nacional. Artigas a continuación informó a Francia que muy regular que tenía, habría destruido a Franca indudablemente
e! caudillo enrrerriano planeaba invadir el Paraguay y solicitó y el Paraguay sería hoy una provincia de la República Argenti-
apoyo material para regresar y enfrentar a su anterior aliado.
Manteniendo su política de neutralidad, Francia nu solamente se Como una precaución contra las fuerzas beligerantes que
negó a proporcionar las armas, siró también rechazó la solicitud arrasaban codo el Río de la Piara, e! gobierna había incremeiuadü
de Artigas de residencia en las Misiones. El Dictador dispersó de modo sostenido e! presupuesto de las fuerzas armadas para­
las tropas federales en todo el Paraguay y, asignando a! caudillo guayas, de 133.123 pesos en 1816 a 150.947 pesos en 1818, y
oriental una pensión, confinó a Artigas a la localidad rural de 175.200 pesos en 1820 (ver Apéndice Ai, lo que, sin incluir las
San Isidro He Curuguaty, a 80 leguas de Asunción fuerzas navales, aumentó la envergadura del ejército de 842 sol­
Al llegar a Corrientes el mes siguiente, Ramírez, quien había dados en 1816 a 1.413 soldados en 1818, hasta su nivel máximo
levantado el bloqueo general varios meses antes, ofreció ahora duran-e el régimen de Francia de 1.793 soldados en 1820 (ver
garantías al comercio paraguayo e incluso armamentos en cambio fig. 4 y Apéndice H).
por Artigas.20 Sin embargo, firme en su política de otorgar pro­ Informado que Ramírez estaba ahora aliado con los conspi­
tección a todos los desertores, fugitivos y refugiadas que busca­ radores paraguayos, Francia movilizó ocros cinco a diez mil mi­
ban asilo político, Francia ignoró las ofertas de Ramírez." licianos y reforzó las defensas a lo largo del Río Paraná.23 Además,
Irritado por el silencio de Francia, Ramírez comenzó los promulgó un número de medidas orientadas a mantener la segu­
preparativos para una invasión. Reclutó a los habitantes guaraníes ridad interna; junto con la confinación de todos los correntines
a la localidad norteña de Concepción, “tan pronto como él estuvo
en conocimiento de los preparativos de Ramírez, resolvió no
oroigar más pasaportes para abandonar el Paraguay” porque,
tubò cerrado fomalmouí la frontera N-tlWen 1819 debido «1 .naccneriu en lis como informaba Rengger, “temía que algunos de los que tenían
incumonea deportuguesese indígenas, había usadoeste canal para calie» le» terneras permiso para dejar el país pudieran servjr como guías del enemigo,
portugueses i mediadosde 1820, explicandoa! comandanta pa-aguay» de Concepción, y facilitar una invasión de éstos.”24 Durante este periodo, cual­
quiera que trataba dandestfríamente df salir del Paraguay lo
espíritupacunaypora hada bajo riesgo de ejecución.*
y comptiuimcnco será un miew *oi»; « cefuervar las buena amasias ... con
k» vecinos" (ANA. SH, le. 232, Francia i. Comandante de Concepción, 7 de Mayo
de 1820). Amediados de 1821, después de conceder efeoivaroerte el asilo a Afligí», ia auloriíjíién aún cuaba prohibida
su comándame en el Fuerte de Bordón, que había conseguida a “Artigas ur. refugio rombante francò, U u T w fc r,
por pura humanidad ocandad” (AMA,SH, teg. 25S, Francia al CanandaiuedeBorbón,
12 de Mayo de 1821).
capitulo s La Consolidación del Primer Régimen Popultr de Amfnct Latina

Afortunadamente oara el Paraguay, las fluctuaciones de la tales excesos. Como observaba Rengger, “e'l Dictador. . . nunca
política del Plata aminoraron la amenaza de la invasión. La re­ se supo que hubiera recompensado a un espía o a un informan-
vuelta y subsiguiente alianza con los porteños de Estanislao
López de Santa Fe, obigó a Ramírez en Noviembre de 1820 a En realidad, la información más perjudicial no fue revelada
regresar al Surer, un intento de aplacar la rebelión de su anterior por el “sistema de espionaje” de Francia, que consistía primor-
aliado. Dejó, sin embargo, una considerable fuerza en las Misio­ dialmente de la información por pane de ias masas sobre las
nes, con órdenes de dar toda ta ayuda posible a los rebeldes actividades de la oligarquía, sino que resultó de la vigilancia de
paraguayos.15 Aunque consumidos por los esfuerzos de volver la seguridad de la frontera. A.principios de Junio de 1821, un
a consolidar el dominio sobre los complejos realineamienros del destacamento militar paraguayo capturó a Juan Alfaxo, mientras
Plata, el caudillo federal jamás perdió de vista sus sueños de trataba de deslizarse a través del Río Paraná. En su poder encon­
conquistar el Paraguay. En efecto, la “criminalidad1' de la expe- traron una cana, dirigida a! jefe de las fuerzas ramiristas, en la
dición paraguaya se convirtió en un punto importante de propa- cual Alfaro urgía al comandante Cáceres a acelerar la ayuda que
gar.d.i usada contra Ramírez y sus aliados porel gobierno porteño había sido prometida a los conspiradores. La carra aseguraba a
I ingresivo de Martin Rodríguez, quien, enfrentado con la ocupa- Cáceres no solamente que numerosos insurgentes estaban aún
i : i 11rasileña de la Banda Oriental, convocó a la unidad de codas. en libertad, sino también que lodo el demento español ayudaría
la-, provincias contra lis pretensiones del imperio portugués.’ activamente al movimiento.'' A la mañana siguiente, Francia or­
Sin embargo, a pesar de la retórica porteña, las fuerzas ramiristas denó a Jos españoles que se reunieran en la plaza de Asunción,
pcnnonecieron desplegarlas sobre la frontera paraguaya. No fue y después de anunciar el contenido de la carta de Alfaro, arrestó
sino basta la derrota y muerte del caudillo enrrerriano en la a todos los trescientos. Los considerados como menos peligrosos,
batalla de Córdoba el IÜ de julio de 1821, que se desvaneció el “tales como los de condición más humilde” fueron liberados a!
espectro de la invasión. poco tiempo, mientras que “las personas más distinguidas perma­
Entretanto, en un intento de descubrir el alcance de la cons­ necieron en prisión cerca de ciez y nueve meses.”"8
piración, Francia continuó interrogando a los prisioneros y co­ Francia aprovechó esta ocasión para romper el poder econó­
menzó una campaña concertada para descubrir a otros enemigos mico de la antigua dase gobernante española. Los españoles
del régimen. La información era suministrada no solamente por fueron liberados solamente después de realizar una enorme 'Y n
los funcionarios investigadores del gobierno, sino “el pueblo tribución” de 150.000 pesos para financiar una expedición para­
también . . . una vez que vióque, si una revolución era efectuada guaya, destinada a aliviar el casi total bloqueo del comercio de
la nación.29 Pese a que esta expedición demostró ser innecesaria.
en favor de la clase ala, ellos podían necesariamente perder su
elegibilidad a un puesto, unieron filas con el Dictador.”1“ Obvia­
mente, una atmósfera de ese tipo presentaba oportunidades, no
idamente para denunciar a subversivos políticos, sino también
para zanjar vanganzas personales y ventilar antagonismos de
dase reprimidos durante mucho tiempo. No obstante, Francia

* Ver li piensa oficia! ó j gobierno, la GBA, del 7 daMayo de 1811, enlacoa1.

Cío i B»*;«, 801000 pese, y LOO! negros.cartones y áulica «uáiuos quien paca

103
CAPITULO; U GomnlidadÓn delPrim or Pégwtcn Popular deAmérica Urina

la generosa “contribución* de les españoles por cierto sirvió a Cada día el Dictador daba un juego de preguntas escri­
los propósitos del Dictador. No solamente aportó una suma tas a su primer secretario. Esre último las entregaba a! pri­
considerable al tesoro <W estado, sino que, como indicó Rengger, sionero en presencia de un oficial y ur. escribano y traía de
mientras en el momento de su apresamiento los españoles “toda­ vuelta las respuestas al Dictador, quien cuando eran insufi-
vía formaban la dase líder, si no del país, por lo menos de la dsnies, enviaba ai prisionero a Ja “Cámara de la Verdad”,
capital, “después de su prisión y “contribución”, “la mayor parte el nombre del lugar donde se aplicaba la tortura. Allí recibía
de los españoles .. fueron reducidos a la absolura pobrez3.',v: de uno a doscientos golpes de un látigo de cuero en Ja
El 3 de Julio de 1821, un mes después de la captura de la espalda cuando el examen recomenzaba. Esta operación era
carta de Alfaro al caudillo raminsta, otra patrulla fronteriza para­ repetida algunas veces y cada dos o tres días, con el mismo
guaya interceptó una misiva aún más inenminatoria y alarmante, individuo, hasta que sus respuestas satisfacieran al Dictador.
esta vez de Cáceres a Pedro Juan Cavallero. Dando instrucriones Ei prisionero entonces firmaba la declaración. Algunos de
a Cavallero para informar a Yrgros que pronto vendría ayuda, estos desafortunados recibían asi, en momentos diferentes,
el comandante de las fuerzas ramiristas, sin saberlo, decretó la ancos como quinientos azotes, y aún así no se llevaba una
orden de muerte a los conspiradores paraguayos * La confirma­ confesión de ellos; y un sirviente, de quien pensaron extraer
ción de la connivencia continua entre los enemigos externos e alguna información relativa a su amo, cayó victima de la
internos generó las medidas más severas de Francia. El Dictador severidad amesquederir una: palabra.3“
exigi" que los prisionero: efectuaran una confesión escrita com­
pleta en el término de doce heras, y en los casos “cuando él no finalmente, Francia obtuvo las identidades de otros conspirado­
puede extraer nada de elle« (loa prisión*«*;, ics-niyó para que res quienes, sorprendentemente, hiciera! pocos esfueizns puta
fueran sometidos a Torturas.” De acuerdo a la descripción de evitar d apresamiento. Confrontado:: coc la alternativo de intcn
Rengger, la tortura usada por Francia llegó a los siguientes ex- tar una peligrosa buida a través del Gran Chaco —el territorii
de patrullas militares paraguayas y temibles naciones indígenas
los subversivos “permanecieron perfectamente inactivos y permi­
tieron que se les apresara sin la menor resistencia. Esta ausencia
de energía, entre hombres que habían sobresalido por su coraje,
e hubo volantín uia caira m lugar la« 1* que comunmeme procedía dé la esperanza que ellos tenían de escuchar en cualquier
■; v-r Qaw*. -a S.ipnrro Dicaisf", ps 2,"!>, 28C, 282, ZÍ3\ momento de una invasión por Ramírez.”53 Sin embargo, sin
[.'lámemeun. crea .The Rngn, pp. <53, 44). quealega fueuu>!>.!> saberlo los conspiradores ni Francia, la invasión no se realizaría
s. Continúa su nanacé» «pilcando cíe, ;on ¡¡ f.ft^ r, axK,4,
i comentó a tcitur:r a k» pianaM», drspuri Cí lo cual fiacrcr jamás, puesto que en ese mismo momento Ramírez estaba lu­
■«una ana (□ Dfcra- chando en la batalla de Córdoba, donde perdió la vida,
le(Un re Durante estas semanas, la despiadada investigación del go­
bierno obligó al Dr, Baidovinos a dar una confesión completa y
a Ycc LTilt a Pedro Juan Cavallero a comerer suicidio en la celda de su
cnmcaaúen«apeno alaarta, smarrii, iuaedhtiaa
del 17dejuliode lS7l,bfechaefecásadelaspritnina< prisión. Dos semanas después de la intercepción de la carta de
ca, dado que airóos añores sg-aen esa cronología Cáceres, Francia ordenó la ejecución de los principales conspira­
ejecuciones,una inlrrprencún ligia—vía qaeestaca dores. A la mañana del ¡7 de Julio de 182'., comenzó h e;eo.cón
con Fulgencio Yegros, el capitán Miguel Antonio Muntiel y el
ydestin uipiie.i Dr. Juan Arferegiu; Mduran* los días siguientes, veinte crmspi-

105
CAPITULO,
La ConsoUdadóo ¿el PrimerRegaten Popular de Aanirid Carina
radores más enfrentaron e! batallón de fusilamiento.’ Con peas
excepciones, durante el resto del gobierno de Francia, el Paraguay Los métodos de Francia eran en efecto crueles y duros, pero,
no fue testigo de otras ejecuciones polideas-"1 para comprender estas medidas en su contexto histórico, es fun­
damental comprender que no eran algo fuera de lo común- Du­
rante siglos, e! azota y ejecución de la gente común había sido
aceptado como una práctica cotidiana. En sus diez años en el
Sido grmidemeaK esageraJo. cargo (1796-1805) ei gobernador Lázaro de Rivera ejecutó a 260
Je «¡Tenciones q'je %d6 a Ia Gran Conspirídém
ftc.iggci (The Rfiigrl, p- SI) Jleg* <j« personas como parte del mantenimiento de rutina de la sociedad
:» de 1Í26 que envió ai Cne). tradicional de dases del Paraguay.35Lo que en realidad es extraor­
dinario, es la notablemente limitada violencia y muerte que acom­
« (“0 « 1 251). pañó los profundos cambias estructurales forjados por la revolu­
Witm'i (lil D^uJof, p. I !<¡) acepta esia cifra mis elevada, ción social del Paraguay.
<'»l)*n,llas (El Dicradbr del Paraguay, El Doc»c Francia, p. 2t)9).
|j ,,|,u Je Cabwsellas contiene la lista más completa de loj que fueron aipiKS- Aunque Frauda liberó a una gran cantidad de prisioneros
lanwiile «jecuutlos, ttidiiyefldo todas las personas mencionadas en lar oirás obras, del estado en 1824, de los aproximadamente quinientos que res­
,i,i i(„na diversasotras personas paralascualesesteautor nopudoIqcaliiarlas fuentes taron —incluyendo miembros de virtualmeníe todas las familias
Iiriginalrí- En orden ilfatátíco (seguido por]« referencia de Cabanellas y las faene« “notables” de la nadón— la mayoría languideció en prisión hasta
(„iiimalea cuando estuvierondisponible»), estas veintiún personas son: bí hermanos lá muerte de! Dictador. Manuel Pedro de Peña dijo, “Seiscientos
l'iómo Vl«ús Acosa (p. 30; Molas p. Z5JXí Dr. Juan Aristegui tp. 267; Wlsner, presos nos hallábamos en aquella cárcel e! año de 1840, y apenas
, , 3<mO|e-r ín 1faMn»¡nas <P- 342, Molas, p. 251), su hijo José Bildovinos <p.
5415 y c|Dr. Maro» Baldovinos, el hermano de José Joaquín Baldovinos lp. ¿O?; nn rercio eran asesinos y ladrones. Cuatrorienms o más homhrr-s
Molas, P- 251); el Se'01 Centurión, cuñado de lea Acnsta (p. 266; Molía, pp. ~i '\ pertenecían a la dase más decente y culta del país.”
25JJ| e| Señor Etccbtr (p. 269; Ramón Gil Navarro, "Veinte años de un calabow’ , Los apresamientos en masa y ejecuriones quebraron el po­
41 ¡legando que los dos hermanos, Angel yMiguel Escobar, fueron ejecutadas por tencial de la élite como, amenaza inmediata. El régimen popular,
Francia, pero sinindicar Techa ni ratón), e! ¿«Por Godoy, aíro cuñado de loí Acusia además, aseguró la destrucción de la élite como la clase soda!
2£6; Molas, pp. í49r 253); Manuel Iiurbe (p. 269; Cabanelfos argumentó que el dominante, negándole las instituciones que había empicado tra­
i limón Igtudo Vicer.Uhurte también fue cietuiado en ese momemu, pero enpágina
.¡igureM« Wcontradicereproduciendo unacarta smfecha del Wjnde JuanJosé Madura dicionalmente para mantener su posidón privilegiada, y confi:»
ando sistemáticamente sus riquezas. El Paraguay había apoyado
Mavo de 1836); Tentante Sergio Lfttorre (p, 269, Molas, p. 251J¡ Capitán Miguel dos clases de élite, cada una con bases socioeconómicas distintas,
Moiuiel (p- 269; cu realidad Cabanellas no especificócuantos hermanos fueron«jecu- aunque relacionadas. En la misma cúspide de la pirámide social,
„(los y, al igual que con rodos los demás, tampoco indicó su fuente, pao Molas, p. por encima de la élite criolla, se encontraba la antigua dase
2'I4, alega que los nuevehermanos Moniiel fueronarrestados por Francia, aunque no dominante española y sus instituciones de apoyo, hallándose
hay mención de 50 ejecución); y Fulgencio Yegtos (p. 267; Violas, p. 251).
entre las más importantes de ellas la iglesia católica.
Montiel (p- 267, Wiuitr, p. 115) y le« oaoi hermanos Moiiricl (p. 269; en realidad
Cabanellas noespcdllcíi cuantos hermanos fueronejecutados y, al igual quecontodos Incluso antes de las profundas reformas que siguieron a la
]o* demás, tampoco Indicósu fuente, peroMolas, p. 244, alegaquelos nuevehermano! Gran Conspiración, el Obispo Panés, evidentemente incapaz de
Mofiiiel fueron atrwRd« pot Frandi, aunque n»hay meaeiAn de su ejecución); y adaptarse a los cambios forjados por el nuevo régimen, encontró
Fulgencio Yegtos (p. 2*7; Molas, p. 251). que sus facultades mentales se deterioraban en sostenido deterio­
Pengger, Th« Ríign, p. 107 y Chavea, “El Supremo Dictador", p ro; finalmente renunció en 1819.57 Bajo la custodia de su sobrino
nenTacióil do la alcohólico Fray Pedro de la Rosa Panés, el Obispo se retiró a
su mansión, donde vivió con lujo de las contribuciones reunidás

107
L» ConíoUhdón dél Ptimtt Régimen Popularde Amér.a Lir ia
CAPITULO 6

por el clero.* Bajo su reemplazante, el leal Vicario General, húrtales aviles— poniendo de este modo al clero paraguayo
Roque Antonio Céspedes, los anos siguientes vieron la promul­ directamente bajo la jurisdicción civil. Tres años después, Fran­
gación de una serie de medidas que despojaron a la iglesia de cia cerró el Reíd Seminario de San Carlos de la iglesia, y confiscó
su enorme podersocial, político y económico. sus bienes* Y parece difícilmente una coincidencia que en 1824
Varios meses después de descubrir la Gran Conspiración
—el año en que el Papa León XII p-bbcú su enciciica, ordenando
de 1820, el gobierno prohibió todas las fraternidades religiosas*1* a los Arzobispos y Obispos de América que apoyaran los esfuer­
y exigió al clero prestar un juramento de lealtad.'8 Haciendo aún zos de Femando VII ce restablecer la autoridad real en el He­
más estricto el control del estado, el gobierno abolió el “Fuero misferio Occidental— Francia aceleró su ataque contra los fun­
Eclesiástico” — ¡a tradicional exoneración eclesiástica de los tri-
damentos económicos de la iglesia paraguaya, secularizando los
monasterios y expropiando sus vastas propiedades.40 Parte de
■AMA, SH, ieg. B7, Prasantxlén al Dkxjttor d«Alejandro García Di» y Juan rsros bienes fueron asignados a usó militar, tales como la pasruu
Pérez Ber.nl, fech*. pao xbi- «Vado para 1824 y 182». Var también del Convento de la Merced, que fue convertido en un parque do
The Beigr p. 128. En 18», Panes fue ol objeto de li bírleme ermei de artillería,' y ios edificios de los Recoletos, que se convirtieron en
Francia' "Hace ya dice aflot", advenía Francia, Panes "no haqueridocumplir consu cuarteles militares.41 Sin embargo, como parte de la amplia re­
forma rural implementada por el gobierno, la mayoría de las
“ „„ tu» oklp, . ta pb,« conirfeuyeiJo |» tierras fueron distribuidas entre paraguayos sin tierra y refugiados
Lniiioa'dad y dispendio de un huiiAre no solo inútil, sino además enemigo de la
Íjum Mirada de la pama.” El Doctor en Teología recordaba la preonipadóri o inmigrantes como lotes de granja, o designados como estancias
del estado.
Adicionalmeme a la confiscación de sus tierras, partí 1824,
f cicdafild para'mantenerlo sojuigadode Esparta ... " Más que una iiitramigemia el estado también había asumido«! control financiero de la iglesia
política de Panes, la ccntradicciínerue ‘el espíritu deerstiaaamo qu< se profesa Reglamentando los gastos de las parroquias locales a través de
1
p,.,U,l ' iI.-litaayodequeincdiaritesupretendida autoridadya haarrancadoy consu­
midocria de 100.000pesos. . . ”moiestahaparaculamteme »1DictadorCBNRJ, CRB
sus respectivos gobiernos municipales, el gobierno nadonal
asignó salarios clericales relativamente importantes, y hasta
Auto de Francia del 2) de Julio de 1829, corno cito Cha««*, El Supremo Dictador, mediados de la década de 1820 continuó pagando la contribución
anua! tradicional a la Catedral de Asunción. Sin embargo, en
pn. 326,"3Í7).------------V ,—e ' • • tr • ja
Apesarde «ios ataques védales, Frjiiua, quiñis pertarone» políticas nc ien?-o 1828, el estado comenzó a confiscar el exceso de riqueza de las
iglesias en todo el Paraguay; para 1840, e! gobierno se había
Tíñante U*encárcelación general dí los ESpaTol« en 1821, sino que en 183t.drtr.K-s Apropiado, en efectivo solamente de 37.580 pesos de 39 iglesias
" _____ _ earcalmenre su saladmenta!, fue reinstalada en su cargo a b edad ce
ovema artos consolamentepocenmesesdevida, conoObispodel Paraguay(Wisner y 2 fondos religiosos (ver cuadro 2). En 1828, como parte del
F.I Dicuüor, p. 159). cambio genera! de prioridades pan asignar más fondos para
obras públicas, el gobierno, que y? había cesado de pagar a la
Catedral su renta, jubiló a sus tres canónigos ce más edad.44
autoridad leal en .América. A pesar que no se dispone de docuroeausi-in para »1 Durante el resto del gobierno de Francia, con la excepción de
jW t ,. dr Ir primera época nwfcUcana, un relato rocfclemente completo deestas
BUrie?s puede obserrarse «t lassen« de arras enviadas al reyde Eipaüs a fines ce •ANA, SH, Irjj 443, Auto de Punco del 23 de Mar» de 3823 Pan uta idea
I. céadi de 1821) de un duB rl vlu en Buenos Aire,, cuyo propósitoexpresado en
“restablecer la autoridadde la metrópoli enesta colonia" (BNRJ, CDA, 1-28, J-S, Icg.
32, pp- 1-38).
CAPÍTULO 6

las misas semanales para las fueras armadas, los salarios del
Cuadro 2. .Apropiaciones del Estado, 1816—1840.
sacerdote titular de la Catedral y su sacristán 7 fueron bsúmcos
gastos relacionados con la iglesia del gobierno nacional.
Como no existían instituciones bancadas formales, los espa­
ñoles —particularmente la iglesia, que poseía grandes sumas de
dinero en efectivo— funcionaron también como los acreedores
de la nación. Por supuesto, el Crédito no se otorgaba por bene­
volencia, sino más bien por necesidad, dado que, dada la extrema
pobreza y escasez crónica de moneda dura en el Paraguay, o
crédito español serna como el aceite que lubricaba el comerá o

Para^nmrviniendo directamente en el sistema crediticio español,


c-1 estado confiscó toda la riqueza “oculta1' en forma de deudas,
|)riiin.rdialmente contraídas por españoles y criollos menos so -

[)rl,c observarsequeel ObispoPan« conünudremkca^dinero de<M»


budcnfi dadas a los sacenknes, hasta su muirte en ]*48. Ver ANA, , ■
Cam(-K>b=ni.s ■<- la invnuón del dinero perteneciente a Cumas de Curas en pago
dealquileres de la casa, so afanas» y maou.eoáón del Obispo,J de h o t o *

•La sigolente lista páKÍal de urvode las principal« prestamista* de Asunción,

b. ,.í W ™ NK H1 5 “ . * N* ™ to' * ™
. lo pesos al contendíateespañol Pedes Joseí de Molas pot un ano; como prant a,
Molas ofrecía suesdaví Simón. 14 de Noviembrede 1811 - JOpesos al «.mercóte
¡ S I Gran«porcu**, mese, 1<>deDiciembrede 1811-500 pesosal con»«»ce
«tollo de Yaguardn, Manuel Gran!*; Granee era unod=]M«nsp.rudcrespOmnos
, ....«lado p« el gobernador VeJwco en Febrero de ese mismoano. 25 di Juho de
igii JOn«os a BerrardoAntonio Verán. 27 de Octubre de L813 - 125 pesos a
L » » r ** , ... w a . i . nw- sop»»«o* * a*»”
I j, : • 1 1
Emile! por 6L ü í a » . S™»'-, M . U»»
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Setiembrede 1*14 -200?«« il eomeraanKyestancierocriolloJosé ArromaFereirS
par un afta; comogarantía Pételas ofrecía Mpe«™« y bienes Ijk Jun de IS.O-
50 pesos al comerciante «pañol Olegario Bo« po, 3 tneses. 29'de jubo de j8I5 ■
100pesos al comerciante español PedroRegalado Be,arara, por? meses, AMO I
de ISIS ■50 pesos a Femando Patino por un mes. 8 de Noviembre de JMK -IM
p„0l al Dr. Marcos Blldovinos par 4 meses; como garanda, Bsldovinos ofreaa su
Lrsona Vfc«e. 25 de Agosto de 1816 - 87 pesos al co.-néréiMte ccwllo Manuel
Ltonio Reinoso. 10 « Mamo de 1818 - ICOpesos o fulgido Yegtos. 2 ti. julio
dé ¡818 - J00 pesos a Fulgencio Yeguas.

110
I* Consotídadán del Primer Rateen * ,4mére» ¿jrira

vences. El estado cobró todas las deudas a favor de personas


físicas que hablan fallecido sin herederos legítimos, deudas a
favor de prisioneros cuyos bienes se confiscaran, v deudas a
favor de las corporaciones y fratemicadcs religiosas'seculariza-
das.* De esta fuente solamente, el gobierno recaudó forzada­
mente la considerable suma de <58.93" pesos.
Como se detalla en el cuadro 2, el régimen popular del
Paraguay recaudó por la fuerza enornes sumas de dinero de la
oligarquía. Durante su gobierno de más de un cuarto de siglo,
el escudo heredó” por lo menos 156.032 pesos principalmente
de los españoles, quienes, al dominar el sector comercia! relati­
vamente lucrativo de la economía, mantenían una gran porción
ce sus riqueza; _va sea en capital electivo o en bienes de fácil
liquidación, tales como mercaderías. Otros 60.97J pesos fueron
tomados de la iglesia, mientras que multas y confiscaciones di-
personas físicas ascendieron a 294.690 pesos. AdicionaImer.te.
las “contribuciones forzosas del estado aportaron 244.564 pesos
hac endó un total general de no menos de 825.794 pesos. (Debe
observarse que estas cifras representan sumas mínimas, dado
que incluyen solamente datos para les cuales hubo disponible
documentación específica). La magnitud déla riqueza expropiada
puece calcularse por el hecho qu- fue un monto sufideme para
financiar todo e! aparato del gobierno nacional, incluyendo el
ejército, por un período de 6 o 7 anos.
Por supuesto, no toda la riqueza de la oligarquía consistía
en dinero en efectivo. La élite criolla —la otra clase que constituía
la oligarquía— mantenía la mayor pane de su riqueza en forma
de medios de producción, principalmente tierras, estancias y ga­
nado. Consiguiemeinente.gran pane del ataque socio-econó­
mico del gobierno contra los conspiradores criollos, adoptó la

«ierra para el 23 Je Nwkrrarede 1820, quercgiMiael pagode 1.125pesos ». Inoro


Civilleo, mu sumí que ohgimlmCTte ¿bis temido en pr«r.mo
CrinCompiraci,',, Cwdlcie meraofueapLub er Mayode 182WKote, “C;«.TWf:.
r

i 113
CAPITULO* ¿.a Ccnícdrdaerñndel Primer Régimen Popular de América Latina

forma de expropiación de bienes. Pese a que es imposible asignar tiene, ni puede tener o ejercer una legíútna representación de!
un valor monetario a los bienes confiscados, varios cálculos es­
timativos de mediatos de 1820, establecen las tierras del estado Con la contrarrevoloción aplastada, la élite, impedida de
como incluyendo más de la mitad de la rica región central del ejercer sus tradicionales privilegios, a regañadientes se retiró de!
Paraguay. centro del escenario nacional. Como observó Renggen
Un ejemplo de los ataques de Francia contra la cligarquía “Las familias de mayor consideración entre los criollos,
nativa, aunque excepcional en su vitriólico enfoque al culto del
aquellas que mayor rizón tenían para temer al Dictador, se
personalismo, puede verse en los actos del Dictador contra Ma­ retiraron a sus casas de campo o granjas y buscaron segu­
nuel Atanasío Cavañas, el caudillo mis poderoso en las Cordille­
ridad en una vida solitaria y obscura. Los españoles, en su
ras y el héroe de Tacuarl Años después de la muerte (natural)
mayor pane comerciantes, luego de ser arruinados por con­
de Cavañas, que no dejó herederos, Francia planteó su compli-
tribuciones y multas, se dedicaron, aunque no de buena
i idad en la tentativa de Artigas en 1815 de derrocar al gobierno.
gana, a las actividades agrícolas.”5'"
Ordenando que se confiscara el patrimonio de Cavañas y que
A diferencia del tradicional golpe de estado latinoamericano,
fuera aplicado a los gastos de las obras públicas, el Dictador
también revocó su rango de Coronel y decretó que fuera elimi­ en el cual una sección de la ¿lite, en poder de la otra, la Gran
nado de todos los documentos oficiales.49 Seis años después, a Conspiración no fue un conflicto intradases, sino más bien una
la muerte de la viuda de Cavañas, Francia confiscó la propiedad confrontación de clases, que confrontó ios intereses de la élite
de la familia, «itrpgandn las casas al maestro de Piribebuy; las —el 5% de la población— contra el bienestar del 95 por ciento
imágenes religiosas al mayordomo de la iglesia de ia ciudad; las restante de los paraguayos. Y mientras el desarrollo histórico
ropas a los sirvientes; el acero, sal y tabaco a la estancia del del conflicto de clases paraguayo es notable en si, su conclusión
estado de Gazarí; el algodón a! ejército para Sos uniformes de es aún más memorable. La oligarquía fue derrotada.
las tropas; y los libros a la nueva biblioteca pública de Asunción.
Todos los articules restantes fueron vendidos a los pobladores
vecinos a precios razonables.50
A fines_de 1324, el gobierno desmanreló h última de las
instituciones de la oligarquía, aboliendo el Cabildo de Asunción
—el Consejo municipal de la capital— que, durante el período
colonial, había servido como el organismo gobernante local de
los “notables” de la provincia. Después de una década de promo-
rionar este así llamado bastión de la “democracia criolla*, incluso
hasta el extremo de gastar fondos de obras públicas para la
construcción de una nueva sala de sesiones, Francia se encontró
con que el Cabildo continuaba ejerciendo su tradicional función
antidemocrática. Observando que el Cabildo de Asunción había
“continuado en esta ciudad únicamente siguiendo el antiguo uso
" ANA, SH, leg. 237, Detrae. Supremo de) 30 de Diciembre de 1Í20 Debe
. . . no siendo por consiguiente una institución popular, sino observarseque las cabildos de los laeolidades ¿el interior, con la wcepción da Cibiido
solamente un establecimiento arbitrario del régimen español ya de Ví|1j,ii ico. clausurad» f«i «I Deere» Supremo de! 31de Diciembre de lí2+¡ ANA,
extinguido”, Francia abolió la institución, declarando, “tampoco
'

7
EL PARAGUAY POPULAR

Más ¿!lá del desmantelamiento de la sociedad de clases de


la nación, el significado pleno de la Revolución Paraguaya sola­
mente puede Apreciaríe a través He la comprensión de los extraor­
dinarios logros constructivos del gobierno de Francia. Es impor­
tante comprender, al examinar este proceso, que el Dictador
aplicó las mismas elevadas normas que aplicó para sí mismo en
todo su gobierno,
Después de su elección como cónsul en 1813, Francia se
embarcó en una vigorosa y exitosa campaña de limpieza, remo­
viendo a numerosos funcionarios, cuya corrupción había sido
ampliamente conocida en administraciones anteñores,1'Con el
establecimiento del sistema de cárceles del estado,2 la implemen-
tación inexorable del gobierno de Is responsabilidad civil no
solamence frenó los abusos de los funcionarios antiguos, sino
que con la misma severidad se aplicó a los nuevos funcionarios
de origen popular. Las observaciones de Rengger subrayan las
estrictas normas y la composición de clases de ¡a nueva adminis­
tración de Francia:
Dieron de baja a varios oficíales quienes, habiendo
ascendido de la escoria del pueblo, se habían caracterizado
por su insolencia hacia sus conciudadanos. Varios coman-
c apitulo 7 EJPaíiguijrPopuUf

dantes de ¡os círculos (departamentos) fueron expulsados posteriormente fue a la quiebra, Francia ordenó que la deuda
por una causa similar; y algunos fueron castigados por sus fuera cobrada por e! Estado e instruyó al delegado de Itapúa que
extorsiones. A éstos Francia reemp^zó, si no por personas pagara al inglés la deuda completa cuando regresara.
de la primera clase de! pueblo paraguayo, el menos por Sin embargo, la participación de Francia en diversos asuntos
agricultores, ce quienes se podía suponer que concedían gubernamentales, no era simplemente el resultado de una afición
alguna importancia a su propia reputación y al bien público.3 por el detalle. Tradicionalinente, la élire tenía un monopolio
sobre la educación y la experiencia administrativa; ta vasta ma
El mantenimiento de la estricta moralidad administrativa yoría de los paraguayos permanecía condicionada por una cultura
por parte de Francia fue facilitado por la extrema sencillez del forjada sobre tres siglos de subordinación forzada — una cultura
aparato gubernamental que había establecido. E! gobierno central que castigaba la iniciativa como insubordinación, imponía la su­
consistía solamente del Jefe de Policía, del Ministerio de Hac-er.da, perstición y el fatalismo como religión y alentaba la resignaciói
ilol Sec retario de Gobierno (cuyas funciones incluían las de Fiscal y la docilidad como deberes civiles. Consecuentemente, cuando
( icncral y Ministro del Interior), el “Defensor de Pobres y Me- el régimen popular expulsó a la élite de sus cargos tradicionales,
i)i'i rs" y un escaso personal administrativo. El Paraguay, para el Paraguay enfrentó, al igual que todos los gobiernos revolucio­
futes administrativos, cataba dividido en 20 departamentos más narios, una aguda escasez de personal adiestrado y competente.
|n-i|ucños A la cabeza de cada departamento había tres funciona­ El problema fue m severo, que incluso a fines de la década de
rios — un comandante o delegado, un recaudador de impuestos 1830, Francia, en una rara expresión de frustración, se quejaba
y un juez— todos nombrados done Asunción. A nivel local, el
al delegado rlr Trapfia wme encuentro ahogado aquí en Asunción
pueblo elegía sus propios funcionarios municipales. Todas las sin poder respirar en ú inmenso cúmulo de atenciones y ocupa­
fundones y funcionarios del gobierno están sujetos a la estrecha ciones que cargan sobre mí solo, porque en el país, por falta de ¡
supervisión de Francia. hombres idóneos, se ve el gobierno sin los operarios y auxiliares
Durante todo su gobierne, el Dictador auditaba personal­ que debe tener, y tiene en todas panes, de suerte que por nece­
mente los libros di los recaudadores oficiales de impuestos. Como sidad estoy supliendo y llevando el peso de oficios que debían
testimonio de la meticulosidad de Francia, están los numerosos servirse por empleados competentes"7
asientos en los presupuestos nacionales, que demuestran que los A pesar de obstáculos tan formidables, el gobierno popular
recaudadores de impuestos y alquileres reembolsaban al tesoro tuvo éxito en mantener la estabilidad fiscal, estructurando una
nacional las deficiencias incluso más pequeñas, a veces por menos vigorosa industria de defensa nacional, reduciendo los impue.v .
de un peso ^ Abundan otros ejemplos de la cuidadosa observancia a un mínimo, poniendo en práctica una vasta reforma agraria
de Francia de los procedimientos. Cuando su hermano Pedro, que cubría gran número dé escancias del estado, produciendo
que ejercía la administración de Ytá, demostró ser incompetente, una amplia variedad de bienes de consumo que se vendían al
rápidamente Francia lo removió del cargo; cuando constató que público, coordinando un extenso programa de obras públicas,
el capataz de la »stancia del Estado er Tacutí había defraudado estableciendo el primer sistema de educación pública del Para­
e! dinero de la vena de 12 cueros, el Dictador inmediatamente guay, y creando una economía equilibrada, en base a la produc­
lo confinó a ia prisión-colonia de Tevegó, donde fue asignado ción ganadera y agrícola diversificada.
al programa de obras públicas 5 Tampoco erar, los funcionario* Para delinear los principios que guiaron esta transformación
del gobierno los únicos ciudadanos sujetos a supervisión tan radical de la sociedad paraguaya, reproducimos los siguientes
vigorosa. Enterado que un comerciante inglés había anticipado
extractos del “Catecismo Político'’ elaborado por Francia para
1.100 peses en mercaderías a un comerciante paraguayo qur
usos en las escuelas primarias.

119
CAPITULOi £¡PolguayPopular

latinoamericanos plagados de corrupción, constataron que era


Pregunta: ¿Cuál es el gobierno de tu país?
necesario poner en circulación cantidades enormes de moneda
Respuesta: Él patrio reformado.
recién acuñada, aumentar los impuestos, ofrecer “generosas”
Pregunta: ¿Qué se entiende por patrio reformado?
Respuesta: El regulado por principios sabios y justos, concesiones al extranjero, y generar deudas nacionales en creci-
miento gigantesco, en sus frenéticas tentativas de aplastar los
fundado en la naturaleza y necesidades de
desafíos de los movimientos populares y de grupos de élite riva­
los horebres y en las condiciones de la socie­
les. Como se demuestra en el gráfico número 3, Francia mantenía
dad.
equilibrados en forma coherente y autosufiente los presupuestos
Pregunta: ¿Quiénes son los que declaman contra su
durante todo su período de gobierno.
sistema?
Tanto en términos de programa y de gastos del gobierno,
Respuesta: Los antiguos mandatarios, que propendían
la defensa nacional recibió la más alta prioridad. Y a durante su
entregamos a Bonaparte y los ambiciosos de
período como cónsul, Francia comenzó a requisar e importar
manda
elementos bélicos,9, mientras que al mismo tiempo ponía eu
Pregunta; ¿Cómo se prueba que es bueno nuestro sis
marcha una campaña importante para incrementar la producción
tema?
estatal de armas y municiones. Embarcándose en una campaña
Respuesta: Con hechos positivos.
nacional para recolectar los escasos metales amarillos usados
Pregunta: ¿Cuáles sen esos hechos positivos?
para piezas de rifles, incluso de *Íos particulares que quieran
Respuesta: El haber abolido la esclavitud, sin perjuicio
deshacerse de algunos muebles de esta ciase”. El estado estableció
de los propietarios, y reputar como carga
armerías en Asunción y Pilar.10 Bajo la dirección personal del
común los empleos públicos, con la total su­
maestro artesano Miguel Tiragalo y del mismo Francia, armen ,
presión de los tributos.
herreros y carpinteros empleados por el estado no solamente
Pregunta: ¿Puede un estado vivir sin rentas?
reparaban armas! sino para 1816 estaban fabricando armas de
Respuesta: Ño, pero pueden ser reducidos los tributos,
fuego.11 De manera similar, el gobierno creó varias fábricas que
de manera que nadie sienta pagarlos.
daban ocupación a centenares de operarios para la fabricación
Pregunta: ¿Cómo puede hacerse eso en el Paraguay? de telas y confección de uniformes para el ejército paraguayo.
Respuesta: Trabajando codos en.comunidad, cultivando
1.a magnitud de estas industrias de propiedad y operación del
las posesiones municipales como destinadas
estado, se refleja en el hecho que los salarios de los trabajadores
a! bien público, y reduciendo nuestras nece­ alcanzaron en promedio casi el 8% de iodos los gastos del go­
sidades, s*gún la ley de nuestro Divino Maes­ bierno durante los años del gobierno de Francia (verapéndice A).
tro jesu-Chisto- La construcción de buques de guerra fue otra de las áreas
Pregunta: ¿Cuáles serán los resultados de este sistema? de mayor énfasis, Mientras que esta industria de construcción de
Respuesta: Ser felices, lo que conseguiremos mantenién­ buques estaba todavía en su infancia, los cónsules expropiaban,
donos vigilantes contra las empresas de los con indemnización, buques de propiedad privada, que a continua­
malos.® ción los trabajadores del Estado convertían para uso militar.12
En medidas dignas de destacar, Francia cumplió el catecismo Para 1815, empéro, la industria estatal había crecido hasta el
que había promulgado. Un examen de los presupuestos naciona­ punto donde pudo botar sus propias embarcaciones. En los años
les revela la notable estabilidad fiscal que el gobierno fue capaz siguientes, el gobierno construyó aproximadamente 100 embar­
de mantener -caso único en una edad en la cual las gobiernos caciones fluviales, incluyendo balandras, chatas, y enormes ca­

121
CAPITULO'.

noas, par* completar la construcción de la armada nacional hacia


mediados de la década de 1820.11 Durante estos años, los gastos
de construcción de buques alcanzaron el 5% de los gastos del
gobierno (ver apéndice A).
Adicionalmente a las industrias mencionadas más arriba,
varios miles de hombres y mujeres encontraron ocupación traba­
jando en estancias del Estado, y en sus propios hogares, mol­
deando balas de rifles, recolectando salitre, (que permitía la fabri­
cación de pólvora); curtiendo pieles y utilizando el cuero para
confeccionar sillas de montar, correas, morrales, sujeciones de
artillería y cañones marinos, y criando animales para monturas
y alimentación de las Fuerzas Armadas de la Nación.14. Es impor-
i.uitr* destacar que estas industrias estatales hicieron algo más
que simplemente producir materiales bélicos y proporcionar ocu­
pación para los paraguayos; lo que es quizás significativo, mucho
inás que cualquier “esfuerzo de guerra”, el constante recordatorio
de la crisis en curso y la intensa incidencia psicológica de la
participación directo a través da la »ftíviHad diaria, deben haber
servido como elemento de consol ¡dación, movilizaneo a la joven
nación detrás de su gobierno popular-

Presi
Las fuerzas armadas propiamente dichas se constituyeron,
con creces, en la parte más importante y costosa de la defensa
nacional, alcanzando un promedio del 64 por ciento de los gastos

Figura 3.
del gobierno durante todos los años de la administración de
Francia*; consecuentemente, como se ilustra por una compara­
ción de la Figura 4 y la Figura 3, los cuatro períodos de crecientes
gastos nacionales se correlacionan estrechamente con incremen­
tos en la envergadura del ejército. Los tres primeros aumentos
corresponden directamente a crisis nacionales: el aumento de
1916-20 refleja la reacción del gobierno a las amenazas planteadas

• Ver apéndice A, "Presupuestes


a las ñopas,
presupuestos
EfParaguayPoptr/a
por la creciente oposición de la élire, que culminó en la Gran
Conspiración; al empeoramiento de las tensiones con los pone-
ños, generadas por sus proyectos imperiales y tentativas de pro­
vocar un levantamiento en el Paraguay; y a los ataques conjuntos
de los porteños y federales contra el comercio paraguayo., así
como a la invasión planeada por Francisco Ramírez. El incre­
mento de 1828-29 refleja el fundado temor que con el final de
la Guerra Cisptatina (1825-28), Brasil y Argentina formarían una
alianza y desencadenarían conjuntamente una guerra contra el
Paraguay (ver capitulo 9); y et incremento de 1831-32 refleja el
conflicto armado por Corrientes durante los primeros años de
la década. El incremento que comienza en 1935, parece represen­
tar una reacción a la Revuelta de los Farroupilbas (1835-45) en

Ejército del Paraguay,


el vecino estado brasileño de Rio Grande do Sul y el caos general
creado por otra ronda de las guerras civiles argentinas, que co­
menzó en 1836, y se había extendido a todo el Río de la Plata
para fines de la década.15 Este último aumento quizás represente
también posiblemente una tentativa del dictador ya anciano, para
augurar la continuación del régimen, popular.’

* Si en'calidadel fortÜeeiSiientOde! ejércitoduranteeste últimoperíodoincluyó


unatenladraporpartetk! Dictador piraasegurar iacontinuidaddel gobiernopopular
1816

Antonio U peten 1844 1840


separaban latruene de Francaen del establedmieiuodelapresidenciadeCarlos
, (ver cronologías respectoa fechas espetíñeas), la oligarquía

1845270 1442
fue incapazde reeswMecer SUdominación. La continuidad entre el régimen populai
■deFrancia y lo» gobiernos de Callos Antonio López ( S -Ó ) y Francisco Solano
López ( - ) es aparente, rra solamente en la similitud de sus políticas b¡
>Sdel goblen

18
aciliocomoMinistrodi Haciendadel gobierno desde
;Juan ManuelAlvares, que

2750 1841
o López (ANA, LC, legs,
2462471844
- ). Además, AJvatcztambiénocupó el cargode se« ariotemporal del gobierno
1 1
consular durante Marro y Abrí! de (ANA, SH, iegS. , , Comprobar,

3 1857 1844 2753246247


« Tesorería General, " de Abril - Ia de Mayo). Finalmente, en , debido a
avanzadaedady mala salud, AWarezse redrodd gobierno(ANA, SH, Legs. , ,
Decreto del Presidente Caríos A. Liípet ! de Agostode ) y continuó viviendo
consujubilación oficial lianaanfaJIedmicntoen (ANA, NE, Ieg , Ctpnpro-

125
Lf Paraguay Popufar
CAPITVL07
ble” polírica de secreto de Francia, la exageración de la enverga
Pueden extraer.; varias conclusiones importantes de los dura del ejército paraguayo sirvió para desalentar las numerosas
datos estadísticos sobre el ejército. En primer término, la cifra invasiones que los beligerantes vednos del Paraguay periódica­
generalmente aceptada de un ejército permanente ce cuatro a mente planearon durante los años de su gobierno.
cinco mil hombres, es marcadamente exagerada.'4 En su nivel Además, parece evidente que la función primordial de! ejér­
máximo de 1820, h composición total de! ejército no alcanzaba
cito paraguayo no era agresiva, sino simplemente para defender
1820 soldados regulares’ y, en base a estadísticas fidedignas, un la soberanía nacional. Los momos de gastos militares correspon­
promedio para la totalidad del gobierno de Francia, sería algo
dían directamente a amenazas reales a la independencia paragua
más de mil doscientos soldados” Fomentada por la “inexpBca- ya. De este modo, durante los períodos de crisis, sus filas tendían

1 de
Oiro «jctnpto de t-n fc-cioiurio d: il ttiriir.iiraaon Francia, que cominuó
.» gob«.-.« cgu,entes,«, Uom.ags FnnchcnSillchR. Safe
a aumentar, mientras que durante las circunstancias normales,
las estadísticas revelar, una marcada tendencia a la disminución
de la importancia de las fuerzas armadas
.,»1 *««*¡0
I I. I un , « 1812
ni hombre joven en Iflii Suiche; comentó su ucuución pública como auxilmde
det gobierno de Fuñe.»- Derde , trafca|é como Lo mis revelador qu.zás es esta facilidad de ampliar y con­

fi .1 841 1844
.. «un . HHALraMe de P in« Vo«o, jote Mmiuei Oitit. Devpjñ de servir como
.. -un ,lr|i nngr Goxrol deManode l ,Sir.ch« ocupóel cargodesccreirno
v¡ il r- . |.M !\MJ su disolución en Meno dr . Er. «|primer »V dd
traer el sector militar. Coherentemente con las primeras acciones
amimilitaristicas de Franca, las estadísticas establecen una rela­
ción mínima de soldados rasos y suboficiales con respecto a
I
1.1f^-r 03 210870
’ ' 'on,°
.. ‘hem. . cargo que ocupé hasta
Sánditt comentó Oabj|jnilucomo seerenriodel
, fecha *n que fu* detonado Mlnutro da oficiales, en un increíble nivel de 42 a 1 (ver apéndice H), Sin
genérale., coroneles o mayores, el puñado de capitanes y tenien­

£1215862 1865
Keboaem V-I Conel tr.un dd KMemo de Francisco Solano Lópezen
Ocubte de , Sinclaa se corvirtió en M.nuirg de) Interior y PinCen'C del tes del ejército cataba sujeto a rotación periódica y jamás se les
l'rabúiete.
141514424347
de Mayode , fuenombradoVicepreaidencedel Paiuguay lUlindo
SU»« de Kosmnovóy, E Vicepresideme Sanche*, p?. , , , , , >.
permitía pasar mucho tiempo juntos. De este modo, el gobierno
popular se aseguraba que ni siquiera los oficiales de rango cono­

4 1 186470 1 1284730
Sanchcr continuó olmo Vixpresideme de tu ludio dunmie toda la Guerra de la cían el tamaño global de las fueras armadas; por consiguiente,
Triple Aliaran( - ' hastad ”de Manoda , cuando, junto :on el Piesninne sin certeza de ia fortaleza efectiva de sus comandos en relación
L P«* (y aRevolución?*-¿ua>4), fue muertoenCerroCon porlar Fueras.Mudas
(JustoPastor Benltet, Cari» Ame,o López, p. ). al ejército toral, se les desalentaba de efectuar un golpe, y* fuera

1828 182011
• Esta cifra se obtiene dividiendo los sueldos militar« mensual«* por <H individual o unificado, contra el estado. A diferencia de las casias
«icldu militar promediopr-a (ver apéndfce , Ejército Paraguayo), ; año ni' militares de los países latinoamericanos tradicionales, los oficia Ir.

1821
«nano para el cual puáeionobtenerte datos sobre lucióos nuhaies esuedfim*. A
pesar que tío se dispune dedatos «(»dístico* para , ei periodo de mayor peligro
de las hienas de irvasiér d» FUmtrri, e* raionatlf llegar a U cCmclJSÓn que el
militares paraguayos no constituían por sí mismos una fuerza
autónoma, sino más bien eran auténticos servidores de la nación.
A pesar de los enormes gastos militares, Francia fue capz
tjáiiio fue incrementadomis derrotó ewailo Debe emprenderle que durante las
capaz en extraordinaria medida de lograr el objetivo de su Cate­
de hasta5.00013.000
movilizaciones militares, la* Fueoai Armadas hternn ampliidai cor. la convocadóo
» milioancB locak». Et caso de uu ¡avisló« efectiva, coceo
durame ia Gueixa de la Tnple Alan« (lSód-’O) se trcuric a tod.s los ausacaiu*
cismo Político, de que “pueden ser reducidos los tributos, cc
manera que nadie sienta pagarlos”. Como se demuestra en la
tanto hombres como mujeiea, pin defender a lanaci&c. Figura 5, durante su gobierno, el Paraguay experimentó una
* * En los milet dedocuaento»de archivo caminadas parala prtparaeiár deesta radical reducción de tos impuestos; de 222.DI pesos, o sea 84
obra, no hay una eola rneadón ds la envergadura total de) eéreno Eóóertemer.:t, por ciento del total de los ingresos del gobierno para 1816 (el
idamente Franciayel tesorero,decusot regísitos seha* «ornptlado«ras eitadbricas, primer año para el.cual está disponible la documentación), a
MBocian efeCti'ramrnre el Uauño total del seaor militar del Paraguay En efeco,
¡rtdusoestes registros tan y« espedficaíi la tSitnbudón de coda» a. compartía» y, 11.084 pesos, o sea 16,5 por ciento de los ingresos gubernamen­
por consiguiente, i‘i poslile que no incluyan la totalidadde l»t tropas esiacionadas tales de 1840 (ver apéndice A). Debe observarse, empero, que
en los reppmíentos de fierren
127
CAPITULO7 *
]a dramática disminución en recaudaciones fiscales entre 1816 y
1830, no fue el resultado de impolítica tributaria gubemamental,
sino que refleja la pérdida de ios ingresos de los impuestos e
importación, exportación y venas, causados por la drásriea caída
en el comercio internacional. Sin embargo, es significativo que,
a pesar de la reducción en las recaudaciones, con la excepción
de la creación de un pequeño impuesto a las curtiembres (1826-
28)17 y e¡ “derecho de vendage” (1823-32)18 —un modesto gra­
vamen sobre productos agropecuarios traídos a Asunción para
venta al público— el estado no aumentó los impuestos existentes
ni aplicó nuevos durante este periodo crítico.

Impuestos del Paraguay, i s í 6


En 1830, el gobierno decretó una reducción importante en
los impuestos oue más incidían sobre las masas. Particularmente,
redujo a la mitad la Alcabala —un impuesto a las ventas del 4
por ciento, aplicado sobre todas las operaciones comerciales—
y también abolió el diezmo —un gravamen del 10 por ciento
sobre toda la producción agrícola, percibido por el estado en
nombre de la iglesia— reemplazándolo por la contribución fruc­
tuaria del verano e invierno —-unimpuesto del 5 por ciento sobre
las cosechas de verano e invierno. 9 Cinco años más tarde, el
Forado redujo aún más estos dos principales impuestos; la Alca­
bala de 2 a 1 por ciento, y la contribución fructuaria de 5 a 4
por ciento.20 En 1837, esta dirima fue reducida una vez más, esta
vez por la eliminación de los impuestos sobre la cosecha de
invierno.21 El efecto que estas reducciones tributarias deben haber
tenido sobre el pueblo paraguayo, puede observarse del hecho
quedos ingresos del gobierno de estos dos impuestos principales,
ascendían a 23.290 pesos en 1829 (el 93 por ciento de todas las
recaudaciones tributarias para dicho año), mientras que los pre­
supuestos nacionales los registran en apenas 6.902 pesos para el
último año del gobierno de Francia (22 por ciento de todas las
recaudaciones tributarias para 1840)-—una impresionante reduc­
ción tributaria del 71 por dentó (ver Apéndice A).
Incluso mientras sancionaba estas enormes reducciones en
la carga tributaria sobre el pueblo, el gobierno no carecía de
fondos adecuados, porque estaba desarrollando al mismo tiempo
nuevas fuentes para recaudaciones oficiales. Ya en posesión de
las tierras anteriormente de posesión de la Corona española y
las propiedades confiscadas' de la oligarquía,22 Francia adoptó
128
CAttn/ji
EiPi.igiayPoptiv
medidas adicionales .1 pi napias de la década de 1820 para incre­
mentar el dominio nacional, confiscando vanas estancias grandes caderias producidas por sus industrias textiles y del hierro. Estos
que habían sido de los jesuítas y otras tierras de la iglesia, tales productos estuvieron disponibles en cantidades crecientes, debido
mino el Seminario de San Carlos y las tierras pertenecientes a a que la disrupdón temporal y la subsiguiente reorientación de
monasterios v frateradades.” De igual importancia, en Setiem­ la economía, obligaron al desarrollo de la industria liviana, no
bre de 1825, el gobierno anuló las concesiones reales de tierras solamente privada, sino también la nacionalizada, en el Para-
—que, debido a que habían sido otorgadas como favores políti­ guay. Juntamente con cantidades considerables de mercaderías
cos, en la mayoría de os casos se mantenían simplememnte para importadas, el estado ofrecía en venta, tanto a las tropas y al
fines especulativos y, por consiguiente, habían permanecido vir- público, en la Tienda del Estado en Asunción, una variedad de
tn.ilmenre sin uso24— y OTdenó a todos ios propietarios de inmue­ producros que incluía diferentes tipos de hachas, hachiras, mache­
bles que presentaran los títulos legítimas^ de sus propiedades, tes, azadas, cuchillos, cerraduras para puertas, tijeras, armóni­
bajo pena de confucíción por el estado.15 Como resultado de cas, velas, jabón, ponchos, sábanas,-hamacas,” y sombreros.58
estas medidas, el territorio nacional incluía, a comienzos de 1826, Jnirialmente, el ejército consumía la mayor pane de la pro­
la mulidad de los territorios de Misiones y del Chaco, así como ducción del Estado y las mercaderías importadas. Pese a que
más de la mitad de la rica región central del Paraguay.15 Francia entre 1816 y 1823 la recaudación bruta de ¡as ventas del Estado
dntiibuyó gran parte de esta tierra en ur.a reforma agraria radical, llegó en promedio a 12,4 por ciento délos ingresos gubernamen­
convirtiendo el remanente en numerosa? estancias de propiedad tales, solamente el 1,3 por ciento procedía de las ventas al público,
y administración del estado, convirtiéndolns en importantes fuen­ mientras que el 11,1 por ciento correspondía al sector militar.57
tes de producción nacional e ingresos para el gobierno. En realidad, durante este período, la* actividades induciiriales y
Las primeras estancias fueron lundadas con ganado adqui­ comerciales del Estado no fueron primordialmente un tuedio para
rido mediante la recaudación del Diezmo27 y confiscaciones de ingresos del gobierno, sino sirvieron en lugar de ello a suministrar
la oligarquía criolla y española18 para el fin de proporcionar materiales esenciales para .as fuerzas armadas; cuando se deducen
alimentos, caballos, equipos y ropas para las fuerzas armadas.25 los gastos de las industrias del Estado, las utilidades provi nier ;c .
Sin embargo, bajo la vigilante mirada del Dictador, que exigía de ias ventas representaron en promedia apenas el 3 por cíe •
que todos los administradores presentaran informes mensuales,50 de los ingresos del gobierno.58
la función de las estarcías creció más allá desús limites originales. Durante el último periodo del gobierno de Francia (1828-
A fines de la década de 1820, tanto el número de estancias y sus 40), como se indica en la figura 6, las ventas de productus del
planteles de ganado —que incluían vacunos, bueyes, caballos, Estado llegaron a representar la fuente individual más importante
muías, ovejas y vacas lecheras— había proliferado mucho más de las recaudaciones gubernamentales55 Mientras que el prome­
allá de las necesidades del ejército. Abarcando la república entera, dio de ventas a! sector miliar ascendía en 24 por ciento, como
las más de setenta y anco estancias del Estado (ver Apéndice I) puede observarse en la figura 7, fueron las ventas al público
producían un exceso de productos y subproductos ganaderos, —con un incremenro proxedio superior al 1.000 por denlo41—
que el gobierno dtstrhuía entre los necesitados51 o vendía en lu que representó este dramático crecimiento ‘La parte mis im­
los mercados locales a precios moderados. portante de las ventas al público fueron de artículos manufactu-
El gobierno también vendía productos agrícolas' y las mer-
m:rl.t«inc ygiwyibi, atrave»delccixc. dei Dicano, y¿«può de 1830,en»alidade»
: predecios agrícolas, que incluían, no
à
iKrtiunrcs, a travfe de la rontribedin fructuans. Eni dianuruirióri fi* causi ir
gnu pane de la iùmiouetór er lai venta» de produca» agricoli! pùbi co durame
li dead, ec 1830 V„ »pdnice K
no
111
i l
CAPITULO7 £f PtngutyPoaultr

rados paraguayos, mercaderías importadas y — en un grado me­ públicas, el Dictador aplicó impuestos especiales a los ciudadanos
nor, aunque todavía considerable— , productos agrícolas y anima­ de ingresos elevados, en forma de “contribuciones”.** La mano
les; para fines de .8 3 0 , el gobierno también vendía crecientes de obra se proporcionaba mediante la asignación de soldadas del
cantidades d e metales, cristo lena y loza (ver Apéndice A ). Como ejército y la contratación de trabajadores locales.45 Además, Fran­
una extensión de la política inicial del gobierno de regular el cia, al aboiir la práctica de azotar a los delincuentes como un
precio y la calidad de la atención médica* durante los últimos mc2io de casngo, ordenó que se les asignara a periodos de trabajo
años de su gobierno» El D ictador estableció un número ele farma­ en los programas de obras públicas.*
cias del E stad o, que a partir de 1835 vendieron crecientes canti­ Otro aspecto del programa de obras públicas puede obser­
dades de medicamentos al público (ver Apéndice A). varse en la queja de 1816 del Cabildo de Asunción contra Don
C om o se observa en la figura ó, las dos fuentes priñ a pales Juan Vicente Lagle y Rey. Con el fin de obtener los materiales
de recursos del Estado — impuestos y ventas de productos del de construcción necesarios el gobierno exigi r una cuota mínima
t e ta d o - en realidad invirtieron su importancia inicial como de ladrillos de todas las fábricas importantes. Todos los fabrican­
ingresos del gobierno. D urante el primer período (1 81 6 -2 3 ) los tes cumplieron la exigencia, excepto Lagle, el industrial más
impuestos alcanzaron en promedio el 54,9 por ciento, mientras pudiente de este ramo.
que las ventas ascendieron sólo al 12,4 por ciento;42 sin embargo, Después de haber sido amenazado con una multa mensual
m is adelante en el gobierno de Francia (1 8 2 8 -4 0 ), los impuestos de 50 pesos hasta que proveyera 5.000 ladrillos, Lagle ridiculizó
alcanzaron en promedio sólo el 19,4 purcienro, mientras que la? la orden entregando “solamente 4.000 inservibles cuando en su
ventas del F.^tndo habían crecido hasta cubrii el 5 0.2 por ciento cfcraje tenía más de 9.000 según él afirma”. Aún después que el
de todas las rentas del gobierno.4* Alcalde habló con él, Lagle siguió rehusándose a suministrar
E n tre sus otros logros, el Estado puso en marcha un extenso ladrillos utilizables 0 venderlos a un precio razonable Filialmente,
las autoridades municipales trataron de convencer a Lagle que
program a de obras públicas- L a manera de financiar y conducir
estos program as, ejemplifica varios aspectos del principio cons­
tante en el C atecism o Político, de considerar las obras públicas *" Desafortunadamente, la L .ciu e incompleta docunmn immunicipal hae#
com o “ carga común” . Aunque coordinados y dirigidos par el uzpos.ble determina."el coito erario de los programa«dr o h « p ! <.• Sin etrbirg
Reigger (*TIh Rtign", jk.WT) indicóqueen rodo el Paiaguayurpetabla un impunn
gobierno nacional, los diversos programas de obras públicas ca­
metunal a rodos los negocio», y en Asnnrifa se cobraba un tmptwtto ad..i ir.il
yeron b a jó la administración de las municipalidades, que recibían
sus ingresos d e las ventas de productos agrícolas cultivados en
tierras municipales, así com o por diversos impuestos locales.44 22182 16
LC, Leg. ,
2
ceraiderab emente axperior. a lc> depósitos comerriaiet Pira documentación pareai
ver Categoría C de las Contribuciones Forzosas, en el cuadro . Vcr también ASA,
), rubro , q«lc toraienaa registrando uní “cootribuoón metuujj
P ara cubrir los gastos extraordinarios del programa de obras pan obras públicas, aplicada a “tos nudadanos pudientes y propietarios de cata cuije
(Asunción)1'. Además se incluye droumcnUoón parcial de gastos de obras públicos
enla categoríade Castos deOperacióndel Estadodel ApéndiceA, y puedenencontráis«
en loa Libres de Caja coerespondiasm.
* En respuesta a numerosas quejas recibidas del inferior, denunciando a los asi
llamados doctores en medicina que habían estado ‘"suministrando drogas desconocidas
* Como un ejemplo, *« ANA. SH, leg. 39i, 28
Gilí i Frauda, de Setiembre de
con inmoderadas exigenc as de honorarios y lo que es peor, ecn funestos resultados
ly] sin titulo, licencia ni autorización alguna”, durante el consulado el gohiemo había
1
1825, en la cual, el Comandante de Pilar se quejaba que. a pesar que se leasignaban
tos abigeos por los jueces locales de! diarito pan las obras pjk cas, no consideraba
t - i como JT castigo adecuado, paracuUrmente debido a que los ¡vece» locales ya
P'iihilndo que nadie pra.tk.ira la medicina un unalicenca de competencia M Estado,
ostJetuntkt j loa jueces lócala que enviaren inmediatamentelos nombres, nacionalidad,
o 10 22673
no tenían b autorización de Francia para castigarlos en primer término con azores.
Ver u rdnéa Jasé '.r.ton Vúq-rez, “E Doctor Frene:»*, pp. £ / , para oa raso
2
.eputuciún, titulo liten.ii. así cono U arira de honorarios de codos los .
cuiji?Jema ensu»dbuiwe(ANA,SH,kg- ZJ,Deere*ode]os Cónsules,s.afecha)
t.edito* y de 1877, en e! cual Fronda prohibió a un sacerdote que golpeara a un feligrés

135
CAPITULO? B PurtgiayPafultr

"para el Pacto Sucia! abdicó su libertad natural y sujetó sus miras zadas 0 destruidas. Dado que los propietarios menos pudientes
ambiciosas”. Al fracasar cu sus tentativas de convencer al obsti­ de casas v terrenos expropiados por el proyecto recibieron indem-
nado Lagle, los frustrados funcionarios municipales pasaron el ruzadón , los españoles pudientes no indemnizados, comprensi­
asunto al Dictador. Coherentemente con las prioridades del Pa­ blemente quedaron sumamente irritado: por este tratamiento. Su
raguay popular, Francia, subordinando la propiedad privada de disgusto fue aún mayor, como observó Kengger, porque era la
los medios de producción al bien público, amonestó a Lagle que intención de Francia que “cn el futura, la capital debería ser
debía cumplir su “Contrato Social”.4 poblada por nativos del Paraguay, no los españoles, a quienes
Entre los primeros proyectos de obras públicas que el go­ hasta ahora pertenecían codas las mejores casas.
bierno emprendió en Asunción, fue la pavimentación de calles47 En todo el Paraguay, no sólo en la capital, sino también en
y b introducción del alumbrado público por primera vez en la los pueblos del interior, el gobierno continuó construyendo la
historia del Paraguay.** Las décadas siguientes fueron testigo de infraestructura de la nación. Entre 1822 y 1827, la Villa dd Pilar,
la construcción de aproximadamente cuarenta edificios, oficinas por ejemplo, fue virtualmente reconstruida; se mejoraron las
y casas en la capital.48 calles, se remozó la plaza central y se construyeron diversos
Con creces, el programa más enérgica —y controvertido— edificios públicos, juntamente cor nuevos puentes e induso una
fue el mejoramiento encarado por Francia en las calles de la nueva iglesia. En 1829 d estado construyó dos nuevos mercados
ciudad, cuyo estado era una herencia vergonzosa délos goberna­ públicos de carne, junto con sus corrales y galpones, en Villarri-
dores españoles. En contravención a la ley imperial, Asunción ca.
era una de las pocas poblaciones españolas que no estaba dis­ En un esfuerzo para lograr la integración total de la nación
puesta en el familiar modelo de parrilla, curactonírico cM mundo
—es decir la económica y política, así como la social— el gobierno
hispanoamericano. Se parecía más bien a un pueblo portugués,
coordinó un programa de largo alcance de construcción de catín
con estrechas y tortuosas calles, que durante la época de lluvia
nos y puentes Francia inició este programa poco después Ir vi
se convertían «n verdaderos torrentes que arrastraban una mezcla
de basura y desechos, así como excrementos animales y humanos elección como Dictador y lo prosiguió durante todo*, si ■>años
de la zona pudiente más alta de la ciudad, a través de las zonas • de gobierno. Los caminos existentes eran reparados y .-un; li.nl
bajas más pobres. En 1821, paca corregir esta situación, el go­ mientras que nuevos caminos se abrían en el interiorparo conectai
bierno oometuó a enderezar, ampliar y empedrar las calles prin­ los pueblos y distritos distantes con la capital.53 A los jueces
cipales de la capital. Como resultado de este ambicioso esfuerzo locales se les daban tareas de inspección de caminos, para asegurar
—que no fue totalmente exitoso, porque aún después de concluir que los mismos se mantuvieran en excelente estado y abiertos
el proyecto, truchas de estas calles eran todavía inutilizables al tránsito público, aún si era necesario emplear la fuerza, como
durante las fuertes lluvias*— muchas casas debieron ser clespla- por ejemplo en los casos en que los caminos atravesaban tierras
privadas. Este extenso sistema vial indudablemente contribuyó
al crecimiento dd comercio interno y a la prosperidad general
“ ANA, NE, Irg, 1232,Cuenta Uayoraotnc riepropina.. Asunción, ano illS del Paraguay.*
Jes* Antonio Vlujiaa india que, medidopor *1 drtirniHo de li época, d aktairaco
era modelle, pwc aún m Asurcónooasumía mis de 500ABOvdei inminente, [<,
que poponiaraba trabajo para mucha gerir i“3 Dr. Franda”, prit),
* Hato lafechadohoy, parapode•ouïr crachascalla enel centrod»Ammetto volumenenanadr comerán.intano, lostcdbc»dal impuestoa las váíii deproductos
fruidos zl pequeño putno norrenodr San Pedro en 1835 (ANA, NEJeg 1286, Com-
usar los “pueres”de tabla, atendido* por liotrabotas descalzas. probintes de li Receptora deSanPedro, 1835) indican una vigorosa«envidadcomer­
cial. Entr« estMproductus había grandes cantidades de sal, tatuco, inali, algodón,

137
CAPITULO? DPangusy Popula
Francia no solamente inició el primer programa intensivo El meollo de la verdad detrás de la acusación tradicional de
<fe obras públicas, sino fue también el padre def primer sistema ~ la historia, en el sentido que el Dictador “suprimió la educación”
de educación publica de la nación. Pese a que durante el período se encuentra mirando más allá de la educación primaria, puesto
colonial existía teóricamente la instrucción primaria pública, en que en 1823, Francia cerró el vmualmeme difunto Real Seminario
realidad la poca instrucción escolar existente beneficiaba única­
de San Carlos." Sin embargo, para mediados de la década de
mente a U élite —excepto en la capital, donde los maestros 1820, como observa Rengger, se habían creado varios seminarios
recibían su sueldo del tesoro municipal— debido a que los padres privados en la capital, “en los cuales jóvenes de ambos sexos
estaban obligados a pagara los maestros por cada hijo que recibía recibían una tolerablemente regular educación”50 Considerando
instrucción. No hace falta decir que las masas empobrecidas
las limitaciones técnicas de una sociedad agrícola de principios
difícilmente podían permitirse el lujo de proporcionar a sus hijos del siglo XIX, es comprensible que el Estaco no asignaba l.t
la educación primaria. Al comprender ate problema, Francia prioridad más elevada a la educación secundaria La necesidad
pasó la carga del pago a los maestros a las respectivas autoridades
de orientar los recursos de la nación hacia la producción —la
municipales, y específicamente asignó la tarea de crear nuevas base de la autonomía del Paraguay— muy bien puede justificar
r icuelas a los jueces locales comisionados por el gobierno nacio­ la omisión del gobierno de crear un sistema de colegios secunda­
nal.^' rios públicos.
Para mediados de la década de 1820, e$tas medidas eviden­
temente habían comenzado a surtir efecto, puesto que vinual- Sin embargo, en 1836, Francia inauguró ía primera biblioteca
mente todas las referencias concuerdan sobre la sorprendente­ pública del Paraguay. Situada en Asunción, contenía unos 5.000
mente alta tasa de alfabetismo en el pueblo paraguayo. Confir­ volúmenes.61 la mayoría de los cuales habían sido o “heredados”
mando el relato de Rengger que casi todos los paraguayos estaban pot el estado o confiscados de las colecciones privadas de la
alfabetizados, el naiuralista Jean Etienne Richard de Grandsitc, oligarquía 52 Debe destacarse, como un reflejo de las prioridades
que pasó un breve período en la población fronteriza del sureste de Francia, que durante los años de su gobierno no se había
de Irapúa en 1825, oaservó que “casi todos los habitantes saben aplicado jamás un derecho de importación a municiones ni libros.
leer y escribid' indiciado más adelante que “los nativos pueden La buena reputación que el Paraguay gozaba en toda la
dirigirse al Dictador para educar a sus hijos a expensas del‘Esta­ región del Río de la Plata en esta época, puede observarse en la
do,’”7 En 1828, la educación primaria se hizo obligatoria’8 y tres obra contemporánea de César Famín. Pese a que jamás visitó el
años después, por lo menos en algunas zonas, el gobierno nacio­
nal comenzó a proporcionar parte de la remuneración a los maes­ rurales. Ver Jasé Amonio Viaquea, ‘El Do«or Frenes", p. 39, pira dicho ejemplo.
tros en forma de ropas y ganado entregados desde la estancia Aunqueel salariodel maestro de Asunción,José Gabriel Til!«, fui reducidoporeste
del Estado más cercana. Finalmente, en 1834, Francia estableció
formalmente sueldos normalizados para los 140 maestros rurales rural (ver Apéndice A) quese haba estaUeódci en Sea peso» por me», el mismo que
del Paraguay, encargados de los 5.000 alumnos de la nación * 'eg. 759, Casimiro Ro as a Frenen, 50 de Setiembre de IIJS.
•• Para principios de 1825, el Rtll Seminar» de San Carlos pristiounente Había
dejado de funcionar. No tenía estudiantes degramática y sóbateme trece estudiantes
viro, agiurdier.ee, cueros, rosarios, utensilio» de cocina, hachas, machetes, cuchillos, "vernos que estudiaban Lacia. Eira disminución se debía a la isl» de profesores
tijeras, hierro, »cero, camisas, sombreros, ponchos, pañuelosy diversas tiposdetela, <1:litados y si hecho que no podíanordenarse sacerdotes desde d retirodd Obispa
• ANA, SH, k¿. 242, ReuhieiAnde Francia dd » de Agosto de 1354. Durarte
lo» años precedentes, Francia había solicitado listas de estudiarles de los nuestro»
0
I unes. Ver laseñe de documentas «rducOTtes a laclausura drl Seminado en ANA,
H. Ir;. 44¡, Solitálud dd R«! r Mañano Agustín Goyburú, 7 de Enero de J 525;
. . Goyfcurú, 1. i , Ms.-ro de 1873: Goyburú a Fronda, 21 de Mano de 1823
y Auto de Francia del 13 de Mano de 1823
139
CAPÍTULO 7 £P*ngu*?Popu!tr
país, Famín informaba. “No hay persona que no trabaja, Francia íomó con respeero a la esclavitud, y a pesar del hecho que otorgó
abolió la mendicidad, impulsó nuevas producciones y estableció manumisión a sus dos esclavos domésticos personales,*’* Francia
caminos más rápidos, seguros y económicos ... y los habicantes jamás trató de abolir la esclavitud como una institución. Pese a
del Paraguay, indios y criollos, saben todos leer, escribir y con­ que la esclavitud jamás fue un sistema laboral importante en el
tar." La tranquilidad y el progreso social del Paraguay arraja Paraguay,* la misma continuó existiendo durante rodo este perio­
a numerosos desertores y otros refugiados de las guerras civiles do.
en Argentina y Brasil.154 Gome observó Rengger, “un gran nú­ Si bien el gobierno popular del Paraguay no eliminó la
mero de extranjeros" llegaba a las fronteras buscando entrar en institución de la esclavitud, destruyó la institución colonial del
el pak; mientras que en general los españoles no eran admitidos, latifundio. Al atacar e! sistema tradicional de la tenencia de la
para todos los demás “el ingreso permanecía libre”.4* tierra, el Estado arrendó tierras tanto a paraguayos como inmi­
En la misma forma como lo había hecho con José Artigas grantes sin tierra, a precios muy moderados por períodos inde­
y sus quinientos seguidores, el gobierno paraguayo, después de finidos, bajo la única condición que la misma fuera cultivada o
examinar a los inmigrantes, les dispersó por toda la nación, convertida en pastura.70 Las granjas variaban en tamaño y alqui­
reubicando a muchos de ellos en la región norteña de escasa ler. Las unidades más pequeñas, denominadas ejidos, pagaban
población.64 La gran cantidad de gente que buscaba refugio de en promedio algo más de 2 pesos de alquiler por año; ¡as más
la muerte y destrucción de las violentas guerras civiles, colaboró grandes, rales como las distribuidas de las tierras que pertenecie­
con el rápido crecimiento de la población paraguaya; en cuatro ron al Seminario ce San Carlos, pagaban en promedio 4 pesos
décadas, creció de cerca de 100.000 habitantes en 17S867 a apro- por año; y las unidades más grandes, arrendadas de otras tierra»
ximadmnrnre 175,000 para Fines de la década de 1830.* del Estado y pane de las estancias del Es.ado, llegaban a un
lil Dictador también insistió en conceder asilo a esclavos promedio de ¿U pesos por año,71 Pese a que no se dispone <!<•
huidos.68 Creó también el cargo de Defensor de Pobres,** cuyas documentación completa sobre el número real de granjas dadas
funckyies incluían la representación de esclavos en sus quejas en arrendamiento por el Estado, un maestreo estadístico fide­
digno estahlece el número total para fines del gobierno de Francia
Sin tener en cuenta, empero, las medidas progresivas que en más de ó.000 ¡otes,71 Estas tierras mantenían a por lo menú»
+9.000 personas, o sea el 13 por dentó de la población de ¡a
• Whb«, “D DlciadorVp. »0 «tai. 5« Fr'"u;,J n>Vaiun “ nación; en otras palabras, uno de cadi ocho paraguavos vivía
i811, llegandoa unapoblacióntoca] Je 375.000 habitantes. P«« aque lainvestigad*., en una granja o en una estancia arrendada del gobierno.73
en 1« archivo, no reveló vestìgio» de tn cenen de 3831, « «wentran registro, Para complementar esta radical reforma rural, el gobierno
parciales de un«riso de 1838 en ANA, NE, leg. 3181, 3283, 3284, 328Óy 328?. Sin
embargo, ladfiadeponerpareceserplausible;dadoquenohuboguerra»impórtame?, ayudaba a los arrendatarios y otros paraguayos necesitados con

32
epidemias o hambrunas duratileeste periodo, una tas«decrecimientodel 3 por demo
Je la poblaciónde ICOOH I abitante»«n 1778, daría por .«aludo AOOOpeno«
en 1838. Us 49.000personu*restanles«wyMetípodríanrepruemaclainmigración.
•• Derde 18Ha IMS, el Desurde Potra et. unar*C municipal deAsunción,
1822, Francia creí el cargo de Defensor de indios (ANA, SH, leg. 235, Suprema
Orden del 10 de Julio de 1822), y poca después el carga de Defensor de Menores
(Rengger, The Rdgn., p. 131). Estos auge permanecieronb»|olamrisdicuónmimi*
eip&l de Asunción, hasta la abolición del Cabildo en 1824. fecha enla cual «I cargo

140
c A fm n o i

frecuentes entregas de ropas7’ y herramientas'5, así conjo con


indicar a sus superiores porteños que, como medida emitida,
animales de las prósperas estancias del Estado.“ Estas medidas
sería ventajoso “prohibir absolutamente el comercio de esta pro­
no representaron simplemente una política de promoción social
vincia y la introducción de nuestro ganado, con el cual ellos
constante. Diseñada para proporcionar asistencia inicial y alivio
subsisten."7S Ya en 1815, el resquebrajamiento de la economía
temporal, sirvieron am o afro elemento adicional en el esfuerzo
regional por las fuerzas federales, restringió severamente la com­
global para cambiar la naturaleza de monocultivo de la economía
pra de ganado argentino, causando así una escasez adicional de
paraguaya.
carne en el Paraguay. No fue sino hasta la década siguiente que
Tal corno se explicó en los capítulos anteriores, bajo la
la escasez de carne cesó de ser un importante problema nuuonat. *
economía colonial de exportación del Paraguay, los recursos
Sin embargo, para mediados de la década de 1820, la ir.d i.-
humanos, naturales y de capital, se concentraron en la producción
uia ganadera ¿el Paraguay hsiía crecido en tal medida, que en
máxima del cultivo destinado a la venta, la yerba, y, en menor
lugar de importar ganado argentino, el Paraguay efectivamente
medida, el tabaco. Asi, mientras la economía otorgaba prosperi­
comenzó a exportar carne. Además, para fines de la década de
dad a las élites nacional e internacional, la economía tradicional
1820 y principios de 1830, la proliferación del ganado paraguayo
de exportación dejaba a la gran mayoría de los paraguayos en
y la excepcional demanda cateada por las epidemias que habían
abyecta pobreza. Sin embargo, el gobierno de postindependencia,
devastado el sector ganadero del sur del Brasil, puse cr, movi­
obligado por la parálisis temporal de la economía a diversificar
miento las fuerzas de oferta y demanda del mercado, dando por
la producción nacional, se embarcó en una campaña importante
resultado un próspero comercie de exportación a través de la
para desarrollar una economía equilibrada, capaz de producir una ciudad eomcidttl' »ururiental de Itapúa“0 Para 1829, el ganado
variedad de productos dcscinados a cubrir las necesidades del
—que incluía terneros de ganado de carne, bueyes y raros*'
pueblo paraguayo. representaba más del 20 por ciento de la tocalidad de las expor­
El caso de ¡a cría de ganado sirve como claro ejemplo de taciones paraguayas (ver Apéndice Q .
la nueva orientación de la economía de la nación Debido a su No obstante, dentro de esta bonanza económica surgieron
economía de monocultivo y sistema latifundista de tenencia de las clásicas contradicciones de las economías de exportación.
la fcerca, el Paraguay, a pesar de sus amplios recursos naturales Gran parte de los propietarios de tierras de la nación se concentró
propios, dependía en alto grado de la importación de ganado de en la cría de ganado, descuidando el cultivo de sus campos, l.a
otras provincias del Virreinato del Rio de la Plata. Nicolás de producción agrícola también sufrió por los crecientes hatos de
Herrera no exageró <1 grado de la dependencia paraguaya, al animales sin control, que habitualmente recorrían las propiedades
vecinas, destruyendo los cultivos. Consecuentemente, la concen­
" Pifi íjeraplo», ret ANA, SH, leg. 240. Franca íl Comandante deVillanía, tración de los recursos del Paraguay en la industria ganadera,
27 c. Abril de 187.9, en U mal el gnhirmo tnvifl 800 cabe»» rtr ganado a reí no solamente limitó y perjudicó a la producción agrícola, sino
luinbj.iis enue la geetí n*cí»ltada d<la tona, metamente rama habla hecho en que debido al gran número de animales exportados, mantuvo el
Ser Ii.dro j Canecpcin; y ANA, SH, leg. 240, Francia a Ramírez, 3 de Ser.enbre precio de la carne artificialmente elevado en el Paraguay.
de 1130, «oUwat ti gobiernodistribuyóarómalesentrelagente necesitada del disrriio
ic lti|iu y Cuiuguati. V« arable« ANA, SH, leg 412, Estancia de Surubf ... año Para empeorar estos problemas, para 1830, la rica región
1832, y ANA, SH. kg 378, Funda al »ubdelegadc de Sariiago, 2 de Enero de 1840; central del Paraguay había llegado a su capacidad de manteni­
y ANA, SH, leg. 244, Francia at Comandante de la Villa de Labrador, 9 de AhriS de miento de ganado, es decir, las pasturas ya no podían soportar
384C. en la cvíl el gobierno envió 48 hacha», 6 arada», 20 machetas, 100 cuñas de un incremento en la cantidad de animales sin agotar severamente
acaiu y 7CC eabesas de ganado, pata su distribución «aire cokanos nee»it*do» de Ij vegetación con la cual el ganaJo crecía y engordaba, Como
Fraiia.t explicó al Delegado de Itapúa: “Las varias estancias J -*l
CAPITULO7 BPuagUiyPopultr

Este control racional de la industria ganadera demuestra


Estado están rebosando y ya no sé que hacer con tanto ganado,
claramente las prioridades de la administración popular. No so­
y lo peor es que por esto ya ni engordan."*
lamente protegieron las políticas de Francia las pasturas del Pa­
La situación puede resumirse con claridad. Las fuerzas de
raguay de la destrucción por los planteles excesivos de animales,
una economía de exportación, respondiendo a las leyes de la
conservando así un recurso natural, sino que también, asegurando
oferta y la demanda, funcionaban en distorsión de la economía,
aún más que el ganado permaneciera en la nación para propor­
cckido a una concentración excesiva de recursos humanos, natu­ cionar alimento al pueblo en lugar de riqueza para la élite, condujo
rales y de capital para lograr la producción máxima def producto
a una disminución del 40 por ciento en el precio de la carne al
más rentable, conduciendo así a los síntomas clásicos de las cabo de algunos años. En 1829, el precio del ganado de carne
economías dependientes: prosperidad para los menos, escasez y alcanzó un promedio de 5 pesos cada uno; para 1832. el precio
altos predas para los más promedio había disminuido a cuatro y medio pesos; y para el
Para enfrentar estas distorsiones, Francia promulgó una se­ año siguiente, 1833, el precio promedio había caído a tres pesos,
ne de medidas para asegurar que la economía se desarrollara en nivel al cual permaneció durante el resto de la década.45
e! mejor interés de la nación toda. Ya en 1825, el gobierno exigió Como parte de su campaña para desarrollar una economía
a todos los propietarios de tierras que cultivaran por lo menos equilibrada, el gobierno inició también una campaña concertada
una porción de sus propiedades.4* Los que no trabajaban sus para diversificar e incrementar la producción agrícola. Otro le­
tierras, estaban sujetos a penalidades bastante severas. Por ejem­ gado del desequilibrio de la economía colonia!, limitaba aún más
plo, 52 agricultores en el dimito de Pilar, que habían abandonado el porenciil agrícola del Paraguay. Con el énfasis en la producción
su actividad agrícola para dedicarse a la cría de ganado exclusi­ máxima de la yerba —que se recolectaba en su estado silvestre—
vamente, fueron multados con una vaca cada uno por su negativa y tabaco —que crecía con facilidad durante el templado invierno
a cumplir la orden del gobierno8* En las áreas mic densamente semitropical— la provincia había adoptado el método españi.l
pobladas, el Estado comenzó en 1827 a reglamentar la cantidad de plantar un sólo cultivo en Mayo (la primavera europea, pero
de animales que cada propietario podía mantener, y bajo penas el otoño paraguayo), aún cuando productos básicos como el
de multas moderadas, les exigió a construir alambradas o mante­ arroz, maíz, maní y hortalizas crecen bien durante los calurosos
ner bajo control de otro modo a sus animales con el fin de impedir meses del verano. 4
daños a los cultivos vecinos.84 Finalmente, en 1831, dado que En Octubre de 1819, una invasión de langostas proveniente
estas medidas por si mismas demostraron ser inadecuadas, el del Chaco barrió !a nación. Pese a la movilización general para
gobierno adoptó la política radical y sin precedentes de prohibir combatir esta amenaza, los insectos lograron destruir la cosecha
la exportación de ganado.* entera. A continuación, Francia ordenó a rodos los agricultores
—bajo pena de considerables multas— a replantar inmediatamen­
te. Para su sorpresa general, esta segunda cosecha demostró ser
1 ANA, SH, Ug 2*0, Frano* tfanircz, 3 deScuenbredr 1830 F/anetaresJtriò
aún más abundante que la que había esperado de la cosecha
original57 Desde ese momento de retorno a la práctica antigua,
* Lamentabirtnema, «1 decreto originai del 19 drMiyo de 1831 tu pedo ut

c-j cocrespondenca con e! Delegati» de lupi» '.ANA, SH, leg. I-M, adán ife gando búa 1832 »e debó al (-.anpc «cuan; par» engordar la grao
'eia nHoriiti, 4 dieJunio de ¡Ì31) Ver ¡ambirti ANA, NE, leg. 1273, Ranirej cantidadde ganadoadfjiiiida antes de decretode 1!j*h de 1831 (BV4J CRB, 1-30,
raaca, li d: Jiuuo de 1831, en !» : j»1el delegalo **f,l .» que baili» comunicali: 2, leg. 6, Ramint a FranOi, 3Cde Agostode 1831, * ANA. SH, leg. 24! Ruiíret a
Francia, 30de Diaetnh.r de 183!,

144 145
CAPITULO? El Pmgvty Papular

el Paraguay procedió a cultivo tamo de verano e invierno, lo entre los productores importantes para exportar mayores volúme­
que ha demostrado ser con creces el método de agricultura más nes a las provincias argentinas.’ 3
variado y productivo.88 La negativa del gobierno de ceder a estas presiones econó­
Además de exigir a todos los propietarios que trabajaran micas, una ve2 más revelaron la distinción entre el régimen po­
sus tierras, en determinadas zonas el gobierno incluso designó pular del Paraguay y sus vecinos dependientes, dominados por
los productos específicos, tales como trigo y algodón, a ser cul­ la élite. Claramente era de ir,eres de la élite agriada forzar la
tivados.8’ Además, funcionarios locales fueron facultados a asig­ apertura de mercados más importantes para sus productos, pero
nar a vagabundos a asoldar en la siembra y cosecha- los que se ninguna élite ya tenía el poder de definir sus propios intereses
negaban, se encontriran trabajando en obras públicas como pri­ como ios intereses üe la nación enrera. No había
sioneros del Estade Como Wisner destaca en su ejemplo del riesgo de ser involucrados en las guerras civiles argentinas, par
centenar o cifra aproximada de vagabundos así asignados a las ocularmente en vista que la independencia de la nación había
obras públicas, “Todos los habitantes varones y mujeres se de­ sido consolidada, y “sobre todo”, como Francia señaló, “desde
dicar on a trabajos útiles, de modo que la vida en el Paraguay.. que el Paraguay no necesitaba de ellos y se bastabaa sí mismo.
,!• <It.-sarnjll.iba en un ambiente tranquilo de orden y bienestar.”90 Consecuentemente, Francia continuó aplicando sin transigir
I'n efecto, confirmando la descripción de Wisner, y en marcado el axioma, a menudo reiterado pero raramente practicado, que
contrast ••con las otras zonas del Río de la Plata, a través de las servia como principio gobernante básico del Paraguay popular;
cuales había viajada, el naturalista Grandsire informó al Barón como el Dictador explícitamente manifestó poco antes de su
von Humboldt que “se viaja pui el Paragüey cin arm« No se muerte “F.l bien parrimlarriebe ceder ai bien común y general.”’ 5
ven mendigos: todo el mundo trabaja.”’
Gamo testimonio de la destrucción de la economía de mo­
nocultivo del Paraguay, las estadísticas comerciales registran que
en 1800 —un año promedio durante el último período colonial—
la provincia exportó 2.759 toneladas ce yerba; sin embargo, du­
rante la última década del gobierno de Francia (1829-59) las
exportaciones anuales de yerba registraron un promedio de sola­
mente 237 toneladas (ver Apéndice C). Con su nueva economía
equilibrada, las detrás del Paraguay suministraron con facilidad
abundantes cantidades de arroz, maíz, mandioca, papas, batatas,
maní, oigo, algodón y numerosas variedades de hortalizas para
satisfacer las necesidades del pueblo.92
La producción nacional se volvió tan abundante que durante
la década de 1830, el Paraguay comenzó a exportar cantidades
pequeñas, pero en creciente volumen, de maíz, arroz mandioca
seca y cebollas, asi como miel, dulces, quesos y jamones (ver
Apéndice C). En efecto, durante los años de cosecha récord de
1833 y 1837, no pudo ser consumida internamente la totalidad
de la producción agrícola, lo que generó una creciente presión
LA LUCHA POR LA
AUTONOMIA
8
LA VALVULA DE ESCAPE COMERCIAL

Sin tener en cuenta su declaración de independencia política,


y a pesar de la consolidación interna del régimen popular, el
Paraguay aún no había alcanzado su independencia total; todavía
debía superar su herencia colonial de dependencia económica.
La única ruta acuática comercial del Paraguay, el Río de la Piara,
continuaba siendo controlada por Buenos Aires. Comprendiendo
plenamente que una nadón, para ser verdaderamente soberana,
debe poseer la independencia económica junto con la independen­
cia política, Francia tracé de escapar a la dependencia que conti­
nuaba subordinando el Paraguay a las metrópolis regionales y
mundiales. Consecuentemente, la política exterior del Paraguay
se centró sobre el desarrollo de una nueva ruta comercial terrestre
a través del dístriro de Misiones hacia el Brasil, dando escape
con ello a las poderosas presiones políticas y económicas en el
ámbito nacional, causadas por el bloqueo de SU comercio inter­
nacional.
El año 1811 vió el derrocamiento del gobernador Bernardo
Velasco, quien desde 1806 había gobernado simultáneamente el
Paraguay y las Misiones. La región estratégica entre los Ríos
Paraná y Uruguay (ver mapa 4) se convirtió en un área disputada,
reclamada tanto por Paraguay como Argentina. En electo, la
capital de la región, Candelaria, situada directamente frente a
hapúa al otro lado del Paraná —el principal centro político,
militar, comercial y poblacional del Paraguay— era designado
como la capiral alterna tanto por los gobiernos de Asunción y
Buenos Aires en el caso de una crisis.
A pesar de la vigorosa reclamación del Paraguay scl)re las
Misiones — en bise no solamente a su historia politice, económica
y militar común, sino, como factor aún más importante, sobre
su tradición y cultura guaraní común— Francia fue incapaz de
ejercer control sobre el área. Durante el periodo inicia! de la
independencia, el distrito de Misiones, debido a su ubicación
estratégica, fue la base de operaciones de José Artigas; quedó a
la merced de los ejércitos porteños y brasileños invasores, y de
bandas de merodeadores de desertores armados y bandidos loca­
les.2 Los efectos combinados que estos grupos tuvieron sobre el
distrito, pueden observarse en el relato de John Parísh Robertson,
después de una breve visita a las Misiones en 1814:
La población había descendido a ocho mil; los edificios
públicos están ahora no sólo dilapidados sino en ruinas; y
los dispersos indígenas están casi al borde de la inanición,
como cuando deambulaban por los bosques. Sus pueblos
han sido repetidamente quemadas y saqueados durante la
revolución; y sus ganados, caballos, ovejas y bueyes han
sido destruidos o llevados de allí. Los propios nativos de
Misiones fueron reclutados por los ejércitos de los jefes
revolucionarios y [as esposas y los niños muchas veces
abandonados a la muerte.
Reden a prinripios de la década de 1820, con la disolución
de las fuerzas federales y la ocupación brasileña de la Banda
Oriental, el Paraguay pudo nuevamente comenzar a ejercer su
autoridad en las Misiones. La derr ita de Artigas en 1820, y la
caída de hrancisco Ramírez el año siguiente, señalaron e! final
Mapa 4. Las Misit de la dominación federal en la región. Por el otro lado, los
poneños dejaron de brindar su atención al área, puesto que su
prioridad se concentraba ahora a mitigar los conflictos internos
con el fin de enfrentar la creciente presencia brasileña en el Río
de la Plata. Brasil, a su vez, tratando de asegurar la permanente
neutralidad del Paraguay, adoptó una política no antagónica y
prohibió a sus ejércitos que operaran en las Misiones.
CAPITULO8 La vifruh tfe escape i

Aunque la eliminación de estas futirás principales no solu­ na deben causar cuidado alguno. Ellos lo que quisieran,
cionó la grave situadoc en las Misiones, puesto que bandas de sería que se los dejase seguir allí, haciendo porciones de
desertores armados y restos ambulantes de los ejércitos federales yerba para auxiliarse en rodo y aún enriquecerse con su
seguían constituyendo una amenaza. Algunos de estés intrusos, comercio pues ya tienen el atrevimiento de querer regalarnos
nativos del área en su mayoría, aunque no necesariamente ante­ con el producto de lo misino que es nuestro, y que están
riores habitantes de los pueblos, trataron de radicarse en los robando porque rodo eso del otro lado son territorios anti­
pueblos mis devastados y ganar su propio sustento cosechando guos de la República bien conocidos de roda la vida..
yerba de los yerbales abandonados de las anteriores comunidades La tolerancia de esta intrusión es lo que pretenden;
jesuítas. Fueron atraídos no solamente por las perspectivas de pero si les deja más tiempo podrán muy bien con las utili­
subsistencia, sino, io que fue más importante, por las considera­ dades que sacan del comercio de la yerba proveerse de
bles ganancias que podían lograrse vendiendo yerba en los mer­ municiones y aún armas, pudiendo también írseles agre­
cados regionales. gando algunos desertares armados de los dispersos que
A pesar que los gastos y esfuerzos necesarios para mantener andan al otro lado (del río) con la noticia de que con la
una administración en las Misiones demostraron ser prohibitivos, yerba que se saca allí pueden proveerse de ropa y dinero;
el Paraguay seguía considerando la región entera como territorio y entonces podrán dar más que hacer para desbaratarlos; a
nacional soberano y sus ricos yerbales como un recurso natural. más de que desde el principio no debemos mostrar confor­
De la mayor preocupación para Francia fue el peligro que la midad alguna en que se apropien de los territorios y yerbales
región — crítica par* la defensa nacional y para cualquier comer­ de la República una cuadrilla de indios bandidos ...
cio terrestre posible con el Brasil— pudiera caer bajo el dominio En 3a misma carra, Francia se ocupa de otro intruso reciente,
de los intrusos, quienes, con las ganancias de sus ventas de yerba,
Aimé Jacques Alexandre Bonpland, quien “sin duda se ha intro­
podían radicarse como una fuerza poderosa, capaz de desafiar
ducido también allí y mezclado con los indias ron el pretexta de
las reclamaciones paraguayas sobre la región y perturbar el libre
buscar plantas o yerbales medicinales cal vez por el principal
movimiento del intercambio comercial desde Itapúa a la dudad
interés y objeto de procurar fortuna, beneficiando allí la yerba”.'
brasileña de Sao Borja.
Si las Misiones podían[mantenerselibres de dominio externo, Bonpland, el celebrado naturalista francés y compañero de
r Paraguay tendría ur.a tona neutral segura en el Sur. El bloqueo viaje del Barón Von Humboidt, había llegado a Buenos Aires en
argentino, además, exigía una nueva rúa de aprovisionamiento 1817 y comenzado a trabajaren el empleo del gobierno porteño,
I ara material bélico y otros elementos necesarios, que no podían como Naturalista de las Provincias Unidas del Río de la Piara.
set producidos en el Paraguay. En 1821, con el fin de asegurar Sin embargo, en 1820, amplió sus investigaciones, y con el res­
r i«' control deseable, Francia comenzó a enviar patrullas de paldo financiero de los comerciantes franceses Phiiiberr Voulquin
reconocimiento al área. La primera de estas patrullas descubrió y Dominique Roguin, Bonpland recibió una concesión del go­
un grupo considerable de ocupantes ilegítimos- La preocupación bierno de Entre Ríos para crear una plantación de yerba mate.
de Francia es evidente en sus órdenes ai Subdelegado de Itapúa, Al fracasar en este emprendimiento comercial, Bonpland alistó
que había solicitado instrucciones con respecto a los intrusos: a continuación la ayuda y protección de Francisco Ramírez, quien
le permitió, a mediados.de 1821, establecer un emprendimiento
Tocante a estos indios restos de los Artiguehos que de de gran envergadura en ei pueblo de Sanca Ana, Misiones. Cau­
la rinconada de San Javier han venido a fijarse y establecerse sando considerables preocupaciones a Francia durante el período
con sus familias y chusmas en las operías de San Ynaird, más crítico de la Gran Conspiración, el emplazamiento, siruado

155
CAPITULOì

casi directamente frente a Itapúa al otro lado del Rio Paraná, se


airaba como una base potencia! de invasión para les fuerzas 3 ledos a este lado (del río' para repartirlos en los pueblos”. En
ramiristas. Sin embargo, incluso la (.errata de Ramírezy la partida una obvia referencia al comercio terrestre esperado con el Brasil,
del Comandante Ciceros, no desalentó al empresario hombre de branda concluía su orden, “Logrando la presente empresa que
ciencia, puesto que inmediatamente se altó con el caudillo local dispongo, se allanarán ir.ás las cosas que prepara para después
Nicolás Aripí, quien durante los últimos cuatro años había ame­ a fin de asegurar la República y su comercio.”**
nazado a! Paraguay y a las Misiones. El 8 de Diciembre de 1821, 400 soldados paraguayos cruza­
No es necesario subrayar que la serie de alianzas de Bon- ron si Paraná, capturaron al francés y un número de sus emplea­
pland con vimialmente todos los enemigos de! Paraguay, dio dos los trajeron a! otro lado del río y los dispersaron en varios
lugar a graves sospechas con respecte al francés —sospechas pueblos del sur del Paraguay.® La captura y detención del cele­
aumentadas no solamente por la promoción efectuada por el brado naturalista creó el más notorio escándalo de la era de
gobierno de restauración francés d; la reconquista de las antiguas Francia. Se recibieron cartas a favor de Bonpland de, entre otros,
colonias españolas en nombre de Fernando VII— sino también el Barón Von Humboldt, Simón Bolívar, el secretario de Estado
por las torpes irataúvas de algunos años antes por parte de! del Brasil, el Encargado de Negocios r.glés en Buenos Aires y
agente francés, Pierre Saguier, de ganarla confianza del Dictador de! Presidente Antonio José de Sucre de Bolivia.
bajo el prerexto de negociar relaciones comerciales entre su nación A mediados de Agosto de 1824. otro naturalista francés,
y el Paraguay bloqueado.* A pesar de las sospechas de Francia Jean Etienne Richard de Grandsire, un colega de Bonpland, bajo
que i-l establecimiento estratégico de Bonpland formaba también comisión del Instituto Científico de Francia, ilegó a Itapúa ale­
jiiiru de los planes militares de Ramírez, no se confirmó hasta gando estar en una misión científica.*’ A la luz de las sospechosas
em (mirarse correspondencia del cauilillu cutrcmono antre los actividades de cus paisano« Saguier y Bonpland, Grandsire, inca­
papeles personales del francés, el hecho que Bonpland “propuso paz de exhihir documentos oficiales dd gobierno francés, pronto
levantar plantaciones extensas tk la planta de yerba, de manera fue expulsado del Paraguay.9
a proveer frente a ias provincias, del cual tan escasas y precarias
entregas se recibían ahora del Paraguay”1* fue suficiente para
convencer a Francia que el empreadimiento debía serdetenido.7 *• ¿NA, SH, bg. 255. Franciaa Oerellida, 23déNoviembredr 1821.Reflejando
j» gravedad caí la ajal F.-anaa veia estasincursiones, paroaianvenre tst eHobied-
Determinado así a desmantelar él emprendimiento de Bon-
mieno qué, bajo el lidcracgo de Aiipi, había en 1»p-J:iica asumidoen (ilutode "una
plnriJy sus'aliado*, él Dictador ordenó al subdelegado de Itapúa pc.wira-ií hermana" de! Pira{Hay, expresamente le tairufa que “<Doi deber, ser
que preparara una expedición paia cruzar el Paraná “para traerlos tratado» como enemigos’ y que “si quieren ponerse en defensa . . los nrénidaá
Utieà per medio de algùnindioque lingue, que* d-sparanundivo lucer. lamas
resisitool a emregstsc tan de ser todos pasadoea euchillo.”
• BN'RJ. CRB, 1-30, 6, Icg. 51, Fise,eia > Ortdiado. 10 de ¿elicmire de 182
Grtadsirealcgafca que su rtisfctr, eia locaiiiar la wfunica de lo» ri* Amaicius
persona! 5eÌibado tas ventai« comerefalec que(Rullaiiin li Franse aduputa uì
a hada c! Paraguayee 3 los Esodo; Unir
15R«p5-
».Ea partii de la credibaidad de tos m
denrlficoal venir al Paraguay y especulaba que “idEnviado al pretexto de serlodel
inviiuropuedeset desuñadoaofcscrvadoces, conunaucixu»o diiiger.das pcijudkiales
a laseguridady tranquilidad■'feesla República” (BMP], CRB, 1-30, é, leg 51. Fi-qncia
s Orellado, 25 de Agosto de 1824).
CAPITULO S
un tratamiento notablemente cordial durante sus nueve años en
Aunque Grandsire no logró obtener la libertad de Bonpland,
el Paraguay. Se le permitió viajar libremente y llevar a cabo una
c! astuto científico obtuvo valiosa información sobre la detención
investigación de la historia natural de la región que rodeaba el
de su colega. Mientras informaba al Ministro francés de Relacio­
pueblo de Santa María, donde le había sido asignada una residen­
nes exteriores, Barón de Damas, que los franceses e ingleses
cia por el Dictador.11 Al cabo de algunos años, Bonpland había
estaban equivocados a] creer que Francia se rehusaba a liberar
contraído matrimonio y se había convertido, como él se describía
a Bonpland debido a enemistad personal, Grandsire explicaba
a sí mismo, “en un rico granjero” que poseía 400 cabezas de
que si no fuera por la precaria situación del Paraguay de estar
ganado más otros animales y dando empleo a cuarenta y cinco
rodeado por fuerzas turbulentas y hostiles, y su consecuente
personas para cultivar algodón, caña de azúcar y yerba. Adicio-
deseo de utilizar la influencia de las potencias europeas para
nalmente manejaba una pequeña destilería, un tallerdeca I l
fortalecer su posición, Bonpland jamás bebiera sido detenido por
y herrería, y un hospital de cuatro salas que construyó juntamente
tanto tiempo. Lo que Francia esperaba, decía Grandsire, era
con una pequeña farmacia, donde preparaba medicamentos para
cierto tipo de reconocimiento oficial, incluso en la forma de una
SUS pacientes.12 Todo fue tan bien para Bonpland, en efecto, que
corre pondenria oficial ce una autoridad francesa legitima, como inmediatamente después de su liberación a principios de 1851,
|ji i! ejemplo el Cónsul en Río de Janeiro, solicitando la liberación
informó a su amigo y sostenedor financiero, Dominique Roquín,
del fi.ini és.10 De todos modos, el gobierno francés ignoró com­
no solamente que Francia le había concedido la mayor libertad
pletamente la recomendación de Grandsire y |amás envió pedido
y que los funcionarios de la zona en la cual vivía, le Habían
oficial alguno para la liberación de Bonpland, confirmando así tratado con benevolencia, sino que el producto de sus actividades
su política reaccionaria hacia las repúblicas latinoamericanas. imprecar-rales I* había permitido vivir en gron comodidad.'3 En
A pesar de las protestas y complejas maquinaciones que efecto, John Parísh Roberrson quedó algo sorprendido de cons­
rodeaban la detención de Bonpland“ , el naturalista francés recibió tatar que, cuando entrevistó a Bonpland el año siguiente en
Buenos Aires, el doctor “solamente lamentaba, una y otra vez,
que no hubiese posibilidad de que el Dictador le permitiera
regresar al Paraguay."14
Durante toda la fase inicial de la década de 1820, el gobierno
paraguayo vigorosamente persiguió su política de despoblar las
Misiones de todos los intrusos, particularmente los provenir mes
de la vecina Corrientes, quienes eran atraídos por los yerbales
cercanos.15 Mientras aseguraba las Misiones con la esperanza de1

de! ParaguV-L/dcvdrcrk* » bi Praltocúu Unida«’1(Alvear y Díai Vil« «I


M.F.E. de las Provinaas Unidas, 21 de Octubre de 1823, en Gregorio Rodriga«,
‘“Contribución Documental ...” ciradi por Chaves, “El Supremo Dictador”, p. 394).

Mitin laaj-uds a Buenos Altes “en su difeteneas imeslinas" (Santander a Bolívar,


Zl de Enera de 1826, en *B Ardove de Santander”, 14:35, arada en Chaves, “El
Supremo Diciador", p. 195), Bolívar le vio forsadoa abandonar sos ambiciones de

159
CAPÍTULO 8 La váivuh Je esapecu
establecer una nueva ruta comercial con el Brasil, Francia también
como Chile, Lima y otros puertos de aquellas costas. Si
se preocupó del hostigamiento sin tregua por paite de Buenos
Aires y las otras provincias ribereñas que habían devastado el pudiesen venir directamente al Paraguay a llevar su» frutos
comercio de la nación. y haciendas, asf como ellos al Paraguay, les sería mucho
En una carta de mediados de 1822 al comandante de Con­ más útil y ventajoso, porque sin el recargo de los bárbaros,
cepción, Francia examinó las relaciones con Buenos Aires y ana­ exorbitantes y temerarios derechos, que unos y otros se ven
lizó la sempiterna dependencia del Paraguay: obligados a pagar en Buenos Aires, se comerciaría y provee­
ría con mucho más baratez y mucha abundancia no sólo de
Buenos Aires por sus particulares fines, mala querencia armas y municiones, que los porteños han estado impidiendo
y reprobadas intenciones ha estado haciendo con el Para­ traerse aquí, mas también toda especie de géneros v artículos
guay, la iniquidad y maldad de estorbar que pueda tener el de comercio.
mismo comercio no sólo para que el Paraguay no tenga
arbitrio de proveerse de armas y municiones, y que aún los El Dictador continuaba su misiva explicando con más deta­
géneros de comercio no pueda tenerlos baratos, sino también lles las consecuencias de la dependencia del Paraguay:
para esrarsc absorbiendo y robando a título de derechos
Muchos por esto han admirado que el Paraguay conti­
excesivos e insoportables todo e! producto de las haciendas
núa sujeto a tan ignominioso y perjudicial procedimiento
y frutos del Paraguay como lo ha estado absorbiendo y
destructivo de su prosperidad, y que en todo momento puede
robando desde ahora ha ocho años faltando de mala fe y venir a causar su lenta ruina con la dependencia de los
desaforadamente a los tratados celebrados en el particular, porteños, que lo tienen y hacer, vivir como a pupilaje y en
teniendo de «et» modo al Paraguay en la más vil y verdade-
mínente infame dependencia, llegando ya a su colmo la
lo que ellos quieren, y cuando lo quieren, prendiendo toda
iniquidad con el hecho de que vista la sumisión y vergonzosa comunicación, correspondencia y comercio con otros des­
tolerancia del Paraguay no hay pueblo o puerto aún en el pués de absorberse del producto de su trabajo.
viaje a Buenos Aires, que como si el río nc fuera un camino Esto tomando medidas y haciendo preparativos a libe­
libre, no quiere introducir .a costumbre de forzar a los barcos rar al Paraguay de tan graves* servidumbre, pues de otra
del Paraguay a que lleguen allá y les paguen tributos en suerte con todo su título de República Soberana e Indepen­
haciendas a pretexto de derechos de tránsito como si fueran diente no será bien considerad*, sino a manera de una Re
soberanos superiores o amos del Paraguay. pública ce Guanas, con cuyas substancias y sudor engordan
En un análisis sorprendentemente similar al de! Gobernador
Pinedo cerca de medio siglo antes, Francia reflexionaba sobre la
De este modo, a pesar de su declaración de independencia
posición intermediaria de los porteños:
política, la nación no había escapado a su herencia colonial de
F.n Buenos Aires nunca faltan buques de diferentes na­ dependencia económica. En efecto, las razones detrás de las me­
ciones extranjeras, que vienen a comerciar y nos traen a didas futuras de Francia se encuentran en su convicción que el*12
vender barato y en Abundancia no sólo armas y municiones
de toda especie, sino toda clase de géneros y efectos de
* ANA, SH, Icp 2W, Francia »! Comindmee de Concepai«. FernandoArata,
comercio. Allí, ellos cargan incluso productos del Paraguay, 12 de Agoaio de 18l i Iti.i-.u ipegaA». U turiònindigenaCuand fuaconfaliuih
para ir con ellos a comerciar y venderles al Mar deí Sud y mar.rer.idi cn lervidiimbrc por li radòn indigena Mbyi, a quienn tuvieroii que
pagar tribù».
160
161
capitulo i
Li »itaiu ar »cape i
Paraguay no podía desarrollarse hasta que se liberara de su
en las guerras civiles argentinas.18Baio ¡asombra délas crecientes
tradicional dependencia: “Mientras el Paraguay no se liberte de nubes bélicas que pronto estallarían en ¡a Guerra Gsplatina
esta vil dependencia y propiamente infame yugo, franqueando (1825-28) tanto Buenos Aires como Brasil trataron de mejorar
su comercio genera! de tan inicuas trabas, diametralmente opues­ las relaciones con el Paraguay.
tas y contrarías a su felicidad, nunca podrá prosperar ni tener el
Los porteños atenuaron la rigidez del bloqueo en un esfuerzo
adelantamiento que prometen sus circunstancias y las muchas
para obtener la necesaria Tarificación paraguaya de un tratado
producciones de su suelo.”'^
preliminar de paz con España, y en la esperanza de lograr una
Después de seis meses más de presiones políticas y econó­ alianza militar con el Paraguay, antes del estallido de la guerra
micas causadas por el bloqueo, Francra anunció los detalles de
con el Brasil. Si embargo, sin tener en cuenta la oferta de rees
s j plan para liberar al Paraguay de su dependencia:
tableccr relaciones comerciales y diplomáticas,1* ninguna de las
El gobierno ha resuelto hacer pasar a la otra banda un cartas enviadas a Francia por el emisario porteño en Corrientes,
cuerpo de tres mil hombres o mis si fuera preciso, a efecto Juan García de Cossio, en el curso de ur. año (Noviembre 1823
de franquear la navegación y libertar el tráfico mercantil de Octubre 1824) mereció Siquiera una respuesta.21
las trabas, piraterías y bárbaras exacciones con que impiden De mayor importancia aún fueron las medidas del Brasil,
su curso los pueolos de las costas, pretendiendo arbitraria­ que a principios de 1823, solamente cuatro meses después de
mente abrogarse el dominio del río, gradarse y auxiliarse declarar la independencia ce Portugal, invirtió su política comer­
con sus atroces depredaciones, para tener a esta República cial hacia el Paraguay. Liberado de consideraciones políticas eu­
en la más infamante y cervll dependencia, y preparar d* ropea«, y ya no bajo la nooecidad de considerar al Paraguay
este modo su atraso, menoscabo y ruina.17 como una posesión española, el Brasil —en una tentativa de
introducir una cuña en e. esfuerzo porteño de reconstruir la
Dado que la expedición exigía gastos considerables que no
estructura política y económica del antiguo virreinato— solicitó
podían ser cubiertos por los recursos del Tesoro, la declaración
oficialmente relaciones comerciales con el Paraguay.'1 Francia,
del gobierno continuaba anunciando que el Estado debería recu­
buscando el comercio con otros estados independientes, aceptó
rrir a la recaudación de costos extraordinarios. Razonando que
la oferta brasileña. “Por nuestra parte —respondió Frauda- no
los “llamados europeos establecidos en el país a más de que
hay reparo en comerciar con los portugueses al modo que lo
nunca llevarrláiTcargas de la milida. son los que por su ejercicio
han hecho y están haciendo otros pueblos de América constituid!«
y aptitud que les proporcionan sus facultades, participarán tam
en estados independientes.”22
bien de las ventajas v utilidades consiguientes a la indemnidad
En respuesta a esta oportunidad de lograr ganandas lucra­
del tráfico y navegación", Francia impuso la enorme “contribu­
tivas, los comcraantés brasileños, quienes tradicionalmente ha­
ción” de 150.000 pesos a los españoles de Asunción.*
bían quedado excluidos dd comercio directo con “la provincia
Sin embargo, antes de poder recaudarse el dinero el año
gigante”, invadieron la ciudad fronteriza de Itapúa en el Sureste,
siguiente, las fluctuaciones de la política internacional una vez
para participar en el nuevo comerdo. En enormes carretas cons­
más habían elimínade la necesidad de la participación paraguaya
truidas de la dura madera de lapacho, capaz de cargar más de
una tonelada de yerba o ranaco, los comerciantes transportaron
' BMR,, CAS, 4-17,2, leg.^8, Auca Superno <M20 de £neiu de .123 Defc productos paraguayos a través de las Misiones hasta la dudad
brasileña de Sao Botja. Desde allf, las mercaderías eran transpor­
tadas a Pono Alegre, que servía como punte de disrribuaón pera
«de- oe bt *í(Híki¡c5 (ver u |Mu!j
Montevideo, Buenos .Aires y Rio deJaneiro. Incluso la prohibición

Iñl
S Li vi/vufa deerrapecomeraaf
CAPITULO,
al río para ser protegidos pur patrullas militares paraguayas, bajo
de exportar metales preciosos” no aminoró el entusiasmo de los la supervisión directa del gobierno central. Limitando las facul­
comerciantes, puesto que en el período de cinco semanas desde tades de los mayordomos,29 reorganizó las economías locales
finc3 de Julio a comienzos de Setiembre de 1823, las autoridades empleando a los habitantes de las Misiones en la fabricación de
de Itapúa registraron solicitudes de permiso de exportación para tela de algodón, suelas para zapatos y sombreros, así como en
más de 21 toneladas de tabaco y 131 toneladas de yerba.24 la producción de tabaco, yerbas v cueros, gran pane de los cuales
Mientras que en la anterior economía capitalista comercial se negociaba con los brasileños.^ Para 1828, la economía de las
del Paraguay, los comerciantes extranjeros y paraguayos habían Misiones —como se demuestra por la remesa de miles de pesos
dominado el intercambio comercial en su propio provecho, Fran­ a la tesorería central del Paraguay (ver apéndice A)— comenzó
cia ahora subordinaba los intereses de los mismos a los de los a compartir la prosperidad general del Paraguay Por primera
gobiernos municipales y el nadonaL Tanto el gobierno central \ez desde la expulsión de los jesuítas sesenta año6 atrás, ias
como las municipalidades percibían tina porción considerable ce Misiones gozaron de una administración honesta y efectivamente
sus impuestos en yerba y tabico.’ Sin embargo, debido a que produjeron un superávit en sus actividades económicas.
las municipalidades a menudo no podían vender todos estos Durante las épocas de comercio disminuido, como el período
productos a nivel local, y no tenían les medios para transportarlos de conflicto con Corrientes (ver más adelante), el gobierno negó
a Itapúa para la venta internacional, frecuentemente sufrían pér­ permisos a los comerciantes, otorgando prioridad a los produc­
didas de ingresos.25 Por consiguiente, Francia exigió a todos los tores efectivos de yerba, tabaco, y otros productos exportables.
comerciantes dedicados a! lucrativo transporte Asunción-ltapáa, El estado incluso reglamentó hasta los permisos de exportación
que compraran yerba de la ciudad de Asunción, por un monto entre estos agricultores, de acuerdo al distrito en el cual vivían.
de por lo menos un lerdo del vale« total de 3u ccrgo. D* es:.- Mediante ello, el gnhiemn nn sólo garantizaba que todos los
manera, dado que el precio de la yerba adquirida del gobierno productores tenían oportunidad igual para beneficiarle de su
en Asunción era exactamente el mismo que el monto al cual se trabajo, sino impedía también la inundación del mercado de ex
vendía en Irapúa26 el Estado aplicaba un “impuesto” a los comer­ portación, regulando el volumen de los productos que estaban
ciantes paraguayos en forma de transporte gratuito para produc­ disponibles para la exportación.21
tos gubernamentales. En la práctica, durante los años de comercio Si los comerciantes recibían la prioridad más baja bajo la
más ínteñios7TI8T4-37) el estado incluso aplicó un “impuesto” política económica de Francia, el gobierno nacional ocupaba el
adicional en la forma de “contribución” a los comerciantes dedi­ primer lugar. Al percibir una porción considerable de sus ingresos
cados al comercio Asunción-ltapúa.27 en especie, el Estado, adicionalmenre a su monopolio sobre ma­
Además, los comerciantes paraguayos fueron forzados a deras duras y suelas para zapatos, poseía grandes cantidades de
competir con los pueblos de las Misiones, que ahora podían yerba y tabaco, así como un superávit de animales y cueros de
contratar directamente con bs comerciantes brasileños. Mien­ sus esrancias. Reunía estos diversos productos de las estancias
tras despoblaba la región del contorno, en 1823 Francia trajo a del estado y de los recaudadores de impuestos situados en toda
los pueblos al Norte del Paraná y los suficientemente cercanos la República, y los transportaba con su propia flota de embarca­
ciones fluviales a los centros de comercialización.22
* Impuesto» de lodos bs lipos a manida eran pagados en especie; en efecto, Mientras el estado mantenía un vigoroso intercambio comer­
algunos regimos de impuestos enla primease llevabanenarrobas deyerbaen lugar cial en metales, textiles, ropas y otros bienes manufacturados, el
de pesos. P.ra ejemplos, ver ANA, NE, leg 1865, Receptoría de Sai: Esuiuilao, tráfico en anuas y municiones era de la máxima importancia.
1828-32; ANA, NE, leg. 1863, llcccptcrla de la V.lb de San ledra, 1832 y 1833; y
ANA, NE, leg. 1879, Receptor!»de InVUls de San Pedro, »«o 1835. Como un incentivo económico para los comerciantes privados

1Ú5
capítulo a

que se arneagaban a traer material bélico por el Río de la Plata, Durante mediados de la década de 1820, grandes cantidades
Francia en 1814 bahía declarado la liberación de derechos de de material bélico continuaron remontando el Rio de la Plata, a
importación sobre armas y municiones.53 Poco después, incluso pesar del hostigamiento de las provincias rio abajo. Durante este
autorizó a dichos comerciantes a exportar metales preciosos u período, algunos buques mercantes pudieron ocasionalmente lle­
otros productos de alto valor sin pagar impuestos a la venta o gar directamente hasta Asunción, pero cor. el propósito de
a la exportación.14 Eí monopolio sobre el comercio de las maderas mantener estricta seguridad nacional y ejercer un control más
duras proporcionaba al estado su incentivo económico más po­ rígido sobre el comercio, Francia gradualmente transladó el
deroso. Debido al volumen relativamente reducido y alto valor puerto final de ingreso desde la capital a la pequeña dudad
de reventa de estas maderas duras, los comerciantes podían ob­ fronteriza sudoccidental ¿e Pilar.35 Sin embargo, para fines de
tener enormes utilidades con la venta en Buenos Aires, donde la década de 1820, la mayoría de los materiales militares, así
tenían elevada demanca para la fabricación de muebles finos. como todas las demás importaciones, incuestionablemente venían
Consecuentemente, el gobierno solamente otorgaba permisos de a través-de trapúa y la vía terrestre comercial brasileña. A pesar
exportación de maderas duras en cambio por armas y municiones. que la incompleta documentación hace difícil determinar con
Aplicando estos incentivos económicos en diversas combinacio­ precisión la envergadura del comercio estatal de armas — que
nes —dependiendo de la calidad del material bélico, los comer­ continuó durante todo el gobierno de Francia*— su volumen
ciantes estaban exonerados de impuestos específicos y otorgaban puede evaluarse en base a la compra de 1.000 rifles de alta calidad
nn porcentaje de sus exportaciones en maderas duras— el Para­ y otros 1.000 sables de alta calidad a mediados de 1832.5'
guay’logró adquirir considerables cantidades de. armamento», a l a ¡dea romiinmenre aceptada de la autarquía paraguaya
Desar del bloqueo español, federal y porteño. Por ejemplo, en durante la última mirad de! gobierno de Francia, no tiene base
1818 solamente, el estado fue capañ de comprar artículos bélicos real. Un examen de los recibos del impuesto a las ventas para
importados por valor de casi 16.000 pesos*
a la deportación sobre Ids artículo* que exportó); y 17 cañones^de calidadinferió» a
• ANA. NE, líg. 1230, Cuera» Cene,»! - parí «I año de 1818, auenw par» d
l! de Piriímbre. Demostruado !a compleja pellica de incentivos económicos de
I. ,,,,, oVre |j- asmasimportada*durante »*3 bahía scince rifas dealta calidad La mala calidadde titos {altanes (fiolugar a unadeclaradon depolítica, que indicaba
.1 u,í cada uno > peioiicía al comerciante exporta: d nomo total de 250
|,r,,maderas duras sir. pagar ningún impuesto de iirpartadóo, exportación o a buenas y seguras'1{ANA, NE, leg. 1224, Cuenta general.,, año ISIS Enero bata
la-,, c«s>, ¡.362 tibias de pdvora de ala calidad(se permitía al coatcrcüme«portar Noviembre ... día tomada del asiente, del 20 de Enero).
rf val« comidero de ZÍ5 pesos en maderas duras, gourvfc al mismo túuapo de ■ Comeniandoaprincipiosde It décadade 1830,los comerciantesintemudónales
Ifcerabór completa de imp*««}-, M» aibÍM~ d= 10 P«»« «d» registraron un gran demanda deJas suelasparaguay« para taparos (debido a su
una s<permtúaa] cotneidiatt exportas amterco desvalorde 1-508 pesosWlmaderas
daras sin paral aiztuto); 300 rillcs a IDp pesos cada uno (se permitía al
»»«ianie aportar unMtio desuvalor de 3.150 pesosen«adera, duras sinpagar eicmplo de «tac operaciones, ver ANA, NE, leg. 1273, El Delegado de (opila o
imt-uoicsalaimoonac.óaOabs ventas, perosele «gió pagarelimpuestocompleto Francia, 14 de Noviembre dtf 1831- Paca Otros »¡«jnplos dsi tráfico, de armas por
aú «portadórt sobrelascaderas duras};300»rilesdi malacalidadaaproximadamema liapúa, ver ANA, Sil, leg. 240, Franciaal Coyundante de ítapda, 24 deJuniode 182'};

2.000
Í.Í6 pesos cada uno (sí permitió al comerciarte «penar un tercio de suvalor de
sesos tn maderas duras, pena no obturo Iteración alpina de impuestos); 95
sable; inferior» a 7 p«OSo : uno(a p»ar que « pennino»1cometa**»imporrar
ANA, SH, iejj. 242, Franciaal Delegad! de lupus, 27 de Febrero de 1833; ANA, SH,
232, Fraudaal DelegadodeItapca, 3deSttiembre, 28deNoviembre y27deDiosmore
de 1834; ANA, SH, leg, 377, Rosas a Francia, 4 ce Febrero de 1837; ANA, NE, le-'
las sables libresde impuesto' i la venta o a la importacón, debidoasuinaia calidad, 1833, Roa* a Franca. >9 de Mayo de 3837 y ANA, SH. le«. 144, Francia o K.ras
80 se le Otorgó permiso de i portar maderas duna y se le cogió paga, ¿ impuesto 25 ds Mayo ri» 1840.

1Ó7
CAPITULO l la viivuia de esape cow

Pilar e Itapúa, indica un comercio constante a través de ambos mentación de! estado, desde artículos de primera necesidad como
puertos durante todo este período (ver Apéndice C y E). Como ponchos18 a artículos de lujo como por ejemplo el rapé.15 Asu­
lo demuestra el cuadro 3, cominea un comercio constante, aunque miendo la función de abogados de los consumidores, Francia
modesto, a través del puerto fluvial de Pilar durante toda la prohibió la importación de productos de calidad inferior.44 Aún
última década del gobierno de Francia. Sin embargo, fue e] inter­ cuando las preferencias del consumidor se convirtieron en un
cambio comercial de Itapúa que demostró constituir la fuente factor a ser considerado, como ¡o ejemplifica la orden del Dictador
principal de comercio internacional para el Paraguay, alcanzando al delegado de Itapúa, de notificar a los comerciantes de no traer
su pico en 1835, cuando las exportaciones ascendieron, en valor más cintas verdes o amarillas, ya que “estos colores me dice
monetario, al 35 por ciento del total de las exportaciones paragua­ ahora el tendero del [Estado] que aquí no tiene expendio”.41 En
yas durante el año record de 1816; cuando se agrega el sector efecto, las importaciones del Estado incluían no solamente pro­
privado de Pilar, el total de las exportaciones paraguayas del ductos esenciales, cales como cobre, hierro, acero, oÜ3s,cuchillos,
sector privado alcanzaron el 38 por ciento de las exportaciones hachitas, tijeras, cerraduras y clavos, sino también una variedad
de 1816. de artículos no esenciales, tales como libros, sombreros, chocolate
Además de las exportaciones del sector privado de la econo­ cuerdas de violín, naipes e incluso “513 mufiequitas de madera,
mía, una estimación exacta de' total de las exportaciones paragua­ todas pintadas de ooiores para juguete de criaturas, que se com­
yas durante estos años debe incluir e! considerable comercio ponen de figuritas de hombres, mujeres y varios animalitos como
estatal. Al igual que con el comercio estatal de armas, la incom­ caballos, tigres (y) pajaritos . . . ” 2
pleta documentación hace imposible determinar el volumen pre­ En la medida de la importancia del intercambio comercial
nso No obstante, su magnitud puede evaluarse por el hecho ron el Brasil, empero, existían los problemas que lo acompañaban
que del comercio por Itapúa en loJ/, ei comercio estatal repre­
sentó por lo menos el 35 por ciento del total de exportadores, tener relaciones cordiales. Mientras continuaba expulsando .i los
y en el año siguiente, 1838, un notable 65 por ciento de codas intrusos correntinos de las Misiones, Francia modificó sus órde
las exportaciones (ver cuadro 3 y los apéndices C y F). Aún nes concernientes a intrusos brasileños que fueron encontrados
cuando estos años fueron excepcionales (ver cap. 9) una estima­ cosechando yerba, quienes simplemente debían ser escoliados,
ción conservadora, basada sobre la documentación disponible, junto con sus bienes, y una advertencia de no regresar, al otro
establece al estado como el exportador principal de la nación, lado del río Uruguay.41 E! Brasil, por su parte, en 1824, buscando
por un volumen promedio anua! de 15-20 por ciento del total garantizar la neurralidad paraguaya en la inminente Guerra Cis-
de las exportaciones nacionales. Cuando las exportaciones esta­ platina con la Argentina, asignó a un cónsul comerdalcon residen­
tales, aproximadamente 17,5 por ciento, se suman a las exporta­ cia en Asunción. Al arribo de Antonio Manuel Correia da Cámara
ciones de! sector privado, el tota! de las exportaciones paraguayas a mediados de 1825, Francia urgió un fin a las constantes incur­
para 1835 fue por lo menos el 4ó por ciento del año “más siones de portugueses c indígenas en la frontera Norte-
próspero” de la nación, 1816. Evidentemente en cumplimiento con sus instrucciones de
Aparte del hedió de ser el exportador individual más impor­ “separar las relaciones que hubieron entre ese gobierno [del
tante, el gobierno era también el principal importador de la na­ Paraguay] y el de Buenos Aires”, 4 Correia da Cámara reconoció
ción. No solamente utilizaba artículos importados en las industrias la legitimidad de las quejas paraguayas. Antes de partir para
estatales y para equipar las ñierzas armadas, sino que también consulta con sus superiores en Rio de Janeiro a principios del
vendía muchos de ellos al público a través de la Tienda del año siguiente, el Cónsul brasileño aseguró al gobierno paraguayo
Estado en Asunción. Todas las importaciones caían bajo la regía­ que las violaciones serían detenidas, pero nada se había hecho

169
f

| f f f ’l’ f
¡ f l [í l ü f para aiiviar Ja situación para la época de’su retorno en 1827.
| Consecuentemente, Francia se negó a permitir a Correia da Cá­
r 1 iH I I
1 8 l] \\
i. i
I
mara a volver a residir en la capital, limitándolo a Itapúa. F.|
brasileño permaneció allí hasta mediados de 1829, cuando aban­

" £ 1 l n f donó finalmente el país en frustración.*5


Durante toda la década siguiente, a pesar del constante y
a g fff[ 3 -s creciente comercio en el Sur, el gobierno imperial nada hizo para
aliviar las tensiones en el Norte. Aún así, ambas naciones admi-
i ! ‘ ' 5 i
rieron las ventajas recíprocas de evitar fricción ulterior y, por
consiguiente, durante toda la década de 1830 el,imperio del Brasil
¡ no solamente se abstuvo escrupulosamente de cualesquiera acti­

1 I 2| i 1 i 1
vidades hostiles en las Misiones, sino cooperó activamente con
las autoridades paraguayas en sus esfuerzos para mantener abierta
5? la ruta del comercio.
i Mientras el gobierno adoptaba una actitud tolerante hacia

51
los brasileños hallados en el Distrito de las Misiones, mantuvo
í £
H | § 1 5 i I i ?! una severidad inflexible con todas las demás actividades en dicha
1 zona, que pudieran interferir con la ruta comercial vital del Pa­
iu raguay. Con la ayuda de patrullas juiLiuues paraguayos, y me

V _ l
diante información proporcionada por comerciantes brasileños
que atravesaban la región, Francia permanecía informado sobre

s 5
£
£ 1 1 i 1 ■
las actividades en las Misiones.
Notificado que Buenos Aires había vendido el territorio
entre los ríos Aguapey y Uruguay a una compañía inglesa que
¡ tenía la intención de establecer una colonia4*1, el Dictador tomó
& - medidas inmediatas. En contestación a la confusión del delegado
1
: t i s § T i de Itapúa sobre el significado de las noticias, Francia analizó la
situación:
Esos terrenos entre el Aguapey y el Uruguay pertene­

¡ ? P £ &
ia g i 1 1
cen al Paraguay y no son de Buenos Aires, que después de
veinte años que no ha pensado en ellos, ahora es bien
conocido que sólo ha tramado apropiarse y figurar su venta
a esos ingleses por impedir y cortar el comercio de los
brasileños con el Paraguay que tanto ha dolido a Buenos
Aires y ha envidiado?7
i í 1
Francia ordenó al delegado que informara a los comerciantes
brasileños —quienes a su vez pasarían la información al coman-

171
CAPITULO.

dante de la ciudad brasileña de Sao Borja y en último término


mente escapaban al examen de las fortificaciones paraguayas,
a la misma compañía inglesa— que el Paraguay jamás consentiría
como el campamento de Salto y la Tranquera de Loreto, que
en un acuerdo de esta índole. Advirtió a los ingleses que aban Francia finalmente abandonó por resultar inútiles.51 En lugar de
donaran su proyecto “porque según las declaraciones y preven­ mantener estos obsoletos fuertes, para mediados de 1832 el Dic­
ciones de su gobierno no deben venir a América, ingerirse o tador había decidido implantar un sisrema de expediciones perió­
tomar parre en las contiendas o disputas de unos países con
dicas para contener a los intrusos, quienes, entre otras actividades
otros, a menos que de mala fe estén coligados ion los de Buenos disruptívas, se dedicaban a desrruir los puestos de parada de los
Aires para estorbar y cortar el comercio de los brasileños con el comerciantes y robar las provisiones que los mismos dejaban
Paraguay.”4* Sin dejar dudas con respecto a la decisión del Pa­
atrás para su viaje de regreso.52 Además, los intrusos no sola
raguay de mantener las Misiones libres de obstáculos, Francia mente amenazaban a la región entera —perturbando el intercam­
pidió a los comerciantes la semana siguiente qué hicieran saber
bio comercial y apeligrando el único enlace fidedigno de comu­
en Buenos Aires que “los paraguayos, conociendo que se les nicaciones con el mundo al Este del Río Uruguay— sino que
quiere evitar su comercio, están dispuestos a destruir y desbaratar comerciantes correntines habían recientemente aparecido en San
cualquier establecimiento en esos lugares.”,y Borja, venJ'. ndo grandes cantidades de yerba misionera.53
Aún cuando las amenazas paraguayas fueron suficientes Como habían pasado años desde que las patrullas paragua­
para desalentar a la compañía inglesa de tratar de establecer su yas habían controlado algunos de los pjieblos más distantes,
colonia, demostraron ser menos eficaces para otros extraños que Francia instruyó a la primera expedición que no tomara prisione­
Ij atracción de las riquezas de Misiones. Durante fines de la ros correntinos, sino que permitiera a k>s intrusos abandonar el
década de 1820, la región había crecido tan pacíficamente, que lugar con sus pertenencias y con una advertencia que serían
los comerciantes brasileños ya no consideraban necesario poiui aprehendidos si eran descubicuus nuevamente.54 Sin emhmg,,.
armas mientras realizaban e! viaje de Sao Borja a Itapúa, pero no rodos los ladrones de yerba quedaron tan fácilmente per.u.i-
para 1830 pedían que el Paraguay les proporcionara una escolta didos de abandonar su lucrativo emprendimicnto, y el posten.«
armada a través de los pueblos cuyo hostigamiento iba en aumen­ apresamiento de varios correntines en un remoto rincón de las
to.50 Con los tratados de par que marcaron el final formal de la Misiones, conscituyó el incidente que echó por tierra más de un.,
Guerra Cisplatina, comenzó nuevamente a funcionar la economía década de cordiales relaciones entre Paraguay y Corrientes.
regianal;-no_solninente-se establecieron las rutas comerciales La amenaza de la intervención brasileña finalmente quedó
entre los vecinos beligerantes, sino que ahora se pudieron utilizar eliminada con la derrota del imperio en la Guerra Cisplatina
los recursos humanos y de capital liberados pata producir las (1828). Con las provincias unidas bajo el firme control ael go­
muchas mercaderías que durante tanto tiempo se habían negado bierno federa! de Juan Manuel de Rosas, el gobernado; de Co­
a los consumidores del Plata. Una vez más, las riquezas de las rrientes aprovechó la oportunidad de desafiar el control del Pa­
Misiones constituyeron la motivación para otro conflicto más en raguay en las Misiones, Quizás la razón más importante detrás
la tumultuosa historia de la región, puesto que durante principias de la decisión del Brigadier General Pedro Ferré, cotno recordó
de la década de 1830, crecientes números de aventureros corrcn- posteriormente el Cónsul francés en Buenos Aires, Aimé Roger,
tinos comenzaron a infiltrarse en la región con el fin de cosechar fue el hecho que crecientes cantidades de tabaco y yerba del
clandestinamente la valiosa yerba, de tan elevado precio en el Paraguay —en competencia directa con los mismos productos
mercado regional. de su propia provincia— habían comenzado a llegar a los mer­
Ingresando en las Misiones después de dar un amplio rodeo cados de Montevideo y Buenos Aires,55 De todos modos, después
al Sur del Río Uruguay, las bandas de ladrones de yerba fifcil de destacar una patrulla para investigar la situación, Ferré envió
17?
173
CAPITULO S
una carra al gobierno paraguayo, declarando que la 7.011a en la
cual se tomaron los prisioneros pertenecía a Comentes,’ Tratando una vez más de invocar el pacto de ayuda mutua,
Francia contestó reiterando las reclamaciones paraguayas Ferré lanzó una desesperada llamada de apoyo mientras, en de­
sobre el territorio total de las Misiones, ofreciendo negociar cor. ferencia a las fuerzas superiores, evitó enfrentar al ejército para­
Corrientes la cesión del área en disputa, que incluía los dos guayo.65 La ofensiva paraguaya envió ondas de sacudida por
pueblos externos de La Cruz y Yapeyfi. Sin embargo, no dejó toda la ArgénLina, causando tal alarma que un número de provin­
lugar a dudas que se esperaba de Ferré “no permitir que los de cias inmediatamente comenzó'con preparativos militares. Buenos
su gobierno salgan a robar yerba, cáscara y otras cosas de los Aires equipó, en efecto, toda una escuadra naval en espera de
territorios pertenecientes al Paraguay, entendido que el Paraguay un inminente conflicto con el temido ejército paraguayo.66
no lia de tolerar estas inquietudes y usurpaciones.”5 Denun­ Fue justamente en una situación como ésta que las medidas,
ciando la posición de ['rancia como un acto de agresión, el gober­ de secreto de Francia y la pública exageración del sector militar
nado! Ferré declaró la guerra ai Paraguay.58 del Paraguay demostraron ser útiles. Durante este lapsa, el ejér­
líl conflicto siguiente jamás asumió las dimensiones carac­ cito regular consistía de no más de 1.500 soldados enlistados,
terísticas de la historia militar del Plata. La “Guerra Paraguayo- junto con quizás otros 5.000 milicianos de reserva (ver fig. 4),
1 oircntlna" consistió primordialmente de amenazantes movi­ Sin embargo, el cónsul francés en Buenos Aires, en un testimonio
mientos de tropas, con ocasionales escaramuzas; nunca hubo una involuntario sobré la eficacia de !a estrategia del Dictador, infor­
batalla real. AI iniciar las hostilidades, Corrientes ocupó los fuer­ maba a sus superiores en su país que los argentinos creían que
tes paraguayos abandonados y, antu ia airada sorpresa de Francia, “Francia sostiene constantemente en forma respetable 15.000
la capital de las Misiones, Candelaria, de donde el comandante hombres, más o menos, y que puede ser aumentado en poco
de Itapúa retiró su oequeña guarnición a la primera vista de las riempo si necesario fuere, en igual número”. Adviniendo que
tropas correniinas.5’ Ferré, comprendiendo que sus fuerzas care­ estos cálculos estimativos eran “quizás exagerados por el miedo”
cían de la capacidad de invadir el territorio paraguayo, solicitó Rogerr agregaba que “las milicias están organizadas en forma
la ayuda de las provincias del litoral, de acuerdo al pacto de que pueden ser reunidas a la primera señal y presentar, se dice,
ayuda mutua del 4 de Enero de 1831 60 Sin embargo, ante el 40.000 hombres.” 57
enfado del gobernador, y a pesar de la entusiasta retórica que Para general alivio de las Provincias Unidas, Francia, des­
vomitaban las provincias hermanas. Corrientes no recibió pués de establecer dos fuertes más en los estratégicos pueblos
apoyo material de sus aliados federados. de San Carlos y Santo Tomás, asumió una postura defensiva,
A pesar de la relativa debilidad de las fuerzas correntinas manteniendo las tropas en sus posiciones.68 Con esta confirma­
esracionadas en las Misiones, las tropas paraguayas no trataron ción, en el sentido que la ofensiva paraguaya no presentaba
inmediatamente de retomar el área- Al faltarles experiencia en amenaza tangible, sino que tenía únicamente la intención de
combare y liderazgo efectivo, durante todo el año 1833 el ejército reabrir su ruta comercial, las provincias hermanas de Corrientes
paraguayo limitó sus actividades a hostigar al enemigo mediante una vez más se rehusaron a ofrecer apoyo material. Además, la
incursiones y emboscadas, meticulosamente planeadas—aunque vitriólica crítica en la prensa porteña sobre las relaciones anterior­
a menudo desastrosas.152 No obstante, en Diciembre de 1833, mente cordiales de Corrientes con el Paraguay,6? y la oposición
después de tolerar la disrrupciór. del comercio de Itapúa por más dentro de su propio ejército a una guerra total,70 obligó a Ferré
de un año,63 las frenos paraguayas reocuparon Candelaria y .i abandonar sus ambiciones y aceptar la hegemonía paraguaya
proporcionaron escoltas militares para las caravanas de comer­ en las Misiones. Para mediados de 1834, todas las tropas corren-
ciantes que atravesaban las Misiones. unas habían abandonado el área, permitiendo de este modo la
CAPITULO,

reanudación del inrercambic comercial,71 que prosiguió sin obs­


táculos durante todo el remanente del gobierno de Francia.
Micntras la vital arteria comercial terrestre permanecía abier­
ta, sirvió como una válvula de escape para las poderosas presiones
políticas y económicas que de otro modo podrían haber forzado
incluso al Paraguay a abandonar su política exterior de neutrali­
dad. Sin embargo, aseguraba una vez más su vital conducto
9
comercial, la nación no abrigó ya ambiciones de asumir partici­
pación en los asuntos del Plata. Como lo señaló sucintamente
la prensa portera; “el Paraguay no quería paz, no guerra, no L A E C O N O M IA D E L A IN D E P E N D E N C I A
nadie”.72

Al mismo tiempo que Francia estaba desarrollando el nuevo


intercambio comercial terrestre con el Brasil, prosiguió con las
tentativas para asegurar la libre navegación en el sistema fluvial
del Río de la Plata. Estos esfuerzos infructuosos de mediados de
la década de 1820, pono claramente d« manifiesto las pn-sinonr“,
de Inglaterra, Buenos Aires y Paraguay,
En 1824, el Cónsul Británico recientemente designado en
Buenos Aires, Woodbine Parish, escribió a Francia. Explicando
que su función era promover mejores relaciones con todos los
pueblos en el antiguo Virreinato, Parish ofreció iniciar negocia­
ciones que pudieran conducir a “la expresión de recíprocos y
uniformes sentimientos de reconocimiento y amistad” entre su
nación y el bloqueado Paraguay. Después de formular esta suge­
rencia de reconocimiento de la independencia paraguaya,* que,
si se realizaba, significaría que buques de guerra ingleses escol­
tarían a los buques mercantes en su navegación aguas arriba del
peligroso Río de la Piara, si fuera necesario, Parish solidtó for­
malmente que los súbditos británicos detenidos en el Paraguay
tuvieran permiso de abandonar el país con sus pertenencias.1

• Debería observarseque duran« red» b era de Franca, la independenes para-


del Fanjpisy como nación soberana piurino del Oraid el 14 de Seccir.bre de 1844.

177
CAPITILO !

El gobierno paraguayo replicó, expresando su deseo de en un país que debía proveer materias primas para la industria
“mantener una sincera amistad, armonía y mucha corresponden­ y servir como un mercado constante para bienes manufacturados,
cia entre la generosa ración inglesa y el estado del Paraguay.” Inglaterra veía a los centros metropolitanos como la única fuerza
Después de reiterar el principio de la libre navegación como capaz de estabilizar el caos político y la dislocación económica
requisito previo para d comercio, Francia sugirió que si “por la de las economías americanas. A su vez, a través de su monopolio
afluencia de comerciantes ingleses que en tal caso pudieran hacer sobre el intercambio comercial internacional, las metrópolis eran
un extenso tráfico, quisiese S.M Británica destinar un Cónsul de capaces de mantener su dominación sobre las economías provin­
Comercio para protección de lo que hagan en el Paraguay, el ciales, que de este modo permanecían dependientes de centros
gobierno lo admitirá con gusto y satisfacción.” El Dictador pidió comerciales para comercializar sus exportaciones y adquirir sus
disculpas por la “suspensión” de los súbditos ingleses, explicando importaciones.
que dichas medidas extraordinarias se habían tomado necesarias Consiguientemente, al seguir observando las metas diplo­
por la situación de crisis a la cual el Paraguay habia sido puesto máticas de Inglaterra, el Cónsul británico presionaba ahora al
por el bloqueo de! río. De todos modos, concluía Francia, el Paraguay para abandonar su denoterò independiente. Incluyendo
gobierno ya habia decidido liberar a los ingleses con sus bienes, una copia del tratado de comercio recientemente suscripto con
y, en efecto, su cana estaba siendo llevada por uno de ellos en las Provincias Unidas, Parish sugería que se podría llegar a un
su propio buque.2 acuerdo similar con el Paraguay, pero solamente si este país
En este mismo momento, el gobierno paraguayo liberaba aceptaba una condición crucial:
no solamente los súbditos ingleses, sino también varios franceses
Pero con el fin de promover dichas relaciones, es pre­
e italianos, en un toral de aproximadamente 40 personas, todas
las cuales —con la excepción de Rengger, Luug:>d»amp.t y un ciso que el que suscribe advierta que la posición geográfica
medico inglés— eran comerciantes.1 Habiendo logrado su obje­ del Paraguay hace absolutamente necesario que en primer
tivo inmediato, el astuto Cónsul Británico, en un ejemplo clásico lugar se verifique algún acuerdo preliminar entre el gobierno
de dicho Estado y las Premiadas Unidas del Río de la Plata,
de las maquinaciones inglesas del siglo XIX en América Latina,
prosiguió con su tentativa de “abrir e! Paraguay para el libre por medio de cuyos territorios cene que pasar todo comercio
comercio." Enfatizando que la correspondencia subsiguiente da­
ría por resultado ventaos recíprocas, creando relaciones comer­ En otras palabras, el inglés deseaba que e! Paraguay sacn
ciales, Parish aseguró a Francia que recomendaría a la enrona ficara su duramente ganada independencia a favor del comercio
que se designara un cónsul comercial con residencia en Asunción/ británico.* Francia no consideró siquiera la propuesta británica.
Sin tener en cuenta ¡a aparente sinceridad del cónsul britá­ En efecto, eran precisamente tales maquinaciones arteras —por
nico, las condiciones previas que impuso aclararon que el “defen­ parte no solamente de los españoles y franceses, en sus tentativas
sor de la libre navegación” en realidad estaba en connivencia de volver a subyugar a los americanos, sino también cc los
con los unitarios porteóos. La diplomacia inglesa en esa época ingleses, que trataban de establecer su preeminencia en el emer-
no tenía interés en 'a autodeterminación provincial o regional;
más bien, se centraba sobre la formación de alianzas con las
metrópolis sudamericanas, en base a su mutuo interes de recons­ • Ph* i que Inglaterra era una porania principal ai e! Congreso de Viera de
Jumo de 1J15, que dragaba a rus ra-enixci a observar el principo de ipe “¡a
truir las unidades administrativas de los antiguos virreinatos, en navegación de ios ríos es torafarenie libre y el comercio no serf cbstaculizado en
naciones ncocoloniales unificadas política y económicamente. elle«’, Gran Ercrañi releenvacíeme empleaba, o se rehusaba a emplear, su poder
Comprendiendo que una economía política estable era esencial naval paraponer rnp.'¿ericad trajado, deacuerdoaiui pinp.o* designiosdipiiaiiiic».

179
>Jl de ¡i Independen
CAPÍTULO:
República superan siempre a las importaciones que deman­
dan sus consumos. Por consecuencia, la extracción del nu­
gente orden neooolonial— loa que condujeron a Francia a descon­
merario es precisamente inútil, desventajosa y perjudicial,
fiar de todos los europeos; tal como más tarde aconsejaba al
porque no existiendo la balanza del comercio vendría a
delegado de Itapúa: “Jamás debes creer a los europeos, ni fiarte
debilitar el estado, disminuyendo sus recursos.
de ellos, de cualquier nación que sea.,:¿
Para comprender la filosofía nacionalista de Francia, es fun­ En afios posteriores, Francia dispuso la eliminación de la.
damental examinar diversos aspectos claves de su política econó­ deuda ranro privada como pública, prohibiendo en efecto a los
mica. Como de máxima importancia, el Dictador no consideraba comerciantes paraguayos que contrajeran deudas externas en el
que el intercambio comercial exterior era simplemente el campo curso de sus negocios. En los casos er. que se incurría en dicha
de los propietarios de los medios de producción y de comercio. deuda, el gobierno no solamente prohibía al infractor que cance­
Por consiguiente, e! comercio —ya no conducido por y para la lara la deuda, sino también aplicaba una multa por un monto
oligarquía— era reglamentado por el estado para beneficiar a la igual, a ser pagado al tesoro del estado.10
nación entera, es decir, al pueblo paraguayo. Juntamente con la política precedente, el estado reglamen­
Como primera expresión económica de esta prioridad revo­ taba al comercio exterior, aplicando on sistema estrictamente
lucionaria, el gobierno prohibió la exportación de monedas de puesto en práctica, de permisos de comercio, que exigía a todos
oro y plata para cubrir los pagos de la balanza comercial habirual- los paraguayos a obtener la autorización del gobierno para expor­
ménte desfavorable para el Paraguay. Bajo el tradicional comercio tar productos locales, sobre los cuales el estado fijaba un precio
dependiente, no solamente el comercio sufrió por la pesada tri­ mínimo.11A través de estas y otras reglamentaciones, el gobierno
butación de las provincias rio abajo —lo que dio como resultado establecía una economía planificada, proporcionando con ello al
la caída de los precios de las exportaciones, imiando al uiímuo Paraguay loa medios de quabrir su tradicional dependencia eco­
tiempo el costo de las importaciones— sino, debido a la constante nómica y manteniendo una balanza comercial equitativa
succión de monedas de metal noble, dejaba al Paraguay con una Mientras seguía gozando las ventajas de su posición domi­
escasez crónica de capital, la dependencia era incrementada por nante, los miembros de ia oligarquía habían hallado que era
las necesidades conexas de los comerciantes paraguayos en b i­ ventajoso dar un rodeo a dichas reglamentaciones;12. La tradicio­
sarse sobre el crédito de los comerciantes porteños. Consiguien­ nal economía de monocultivo del Paraguay, a través de su supe-
temente, como.Erancia decretó poco después de ser electo Dic­ rexplotación de la fuerza laboral de la nación, había instituido la
tador en 1814, y reiterad;« y numerosas veces durante los años base económica de su situación privilegiada, aunque dependiente.
de su gobierno, la exportación de metales preciosos era absolu­ Para mediados de la década de 1820, empero, con la eliminación
tamente prohibida.7 de la élite como la fuerza económica, política y soda] dominante,
Francia comprendió claramente que “no hay duda que la el comercio tradicional dependiente, ya no era aceptable; en efec­
opulencia en los Estados es un nervio y un apoyo a su defensa. to, era intolerable.
*\síes que rodas anhelan por multiplicar las causas de las riquezas, Dentro del contexto de estas prioridades nacionalistas, el
y los canales que las transportan, creyendo seguramente que la inesperado arribo a Pilar de un buque mercante porteño varios
falta de estos auxilios puede atraer su ruina y disolución”. Insistía, meses después de los frustrantes eventos con el cónsul británico,
sin embargo, que se observó con profunda sospecha. Como la mayoría de las
La exportación del metal precioso tampoco es necesaria grandes cantidades de mercaderías que transportaba el buque
para mantener el comercio exterior, supuesto que les frutos estaba destinada para consignación y no tenia los permisos de
y producciones exportables de los pueblos unidos de la
181
CAPÍTULO 9

comercio paraguayes apropiados, todo el asunto pareció consti­


tuir une tentativa de subvertir la política comercial del Paraguay.
Temiendo que la aceptación de las mercaderías pudiera “dar comercial irrestricto, Francia lo amonestó severamente. En las
fundamento para que se arguya de inconsecuente a este gobierno palabras dsl Dictador: “Si alguno le formó semejante respuesta
Francia ordene a la fragata que regresara río abajo sin descargar y sabe todo el sentido y significado que se puede dar a tal
su cargamento.11 Sospechaba que la considerable cantidad de expresión, lo ha hecho sin duda con profunda y alta malicia, y
artículos sin permiso pertenecía a los ingleses, quienes, con los sí no, es preciso decir, que será algún zote, que sin saber lo que
porteños, planeaban involucrar a la nación en conflictos comer­ esto quiere decir, ha ensartado impertinentemente un despropó-
ciales. El Dictador creía que en realidad el incidente era una
maquinación porteril “por tener al Paraguay en dependencia y Como ejemplo de las prioridades y funcionamiento del co­
ver si al cabo pueden conseguir su sumisión.'’ mercio paraguayo, está la operación realizada con una comer­
Reiterando una vez más su demanda de libre navegación, ciante española, quien llegó a Pilar a fines de 1825 con un gran
Francia subrayó su ccmpromiso con la independencia económica cargamento de artículos importados que deseaba permutar por
de la nación en su mensaje a los comerciantes porteños: yerba." Siguiendo los procedimientos legales, el delegado de Pilar
envió un informe detallado a Francia, relacionando las cantidades
Cuando la bandera de !a República sea libre de navegar y calidad de la mercadería, el precio que la andaluza alegaba
hasta el mar, se admitirá el que vengan a comerciar y que
haber pagado por ellos en Buenos Aires.'-y su declaración de que
entonces se arreglará el comercio según convenga, y de
ella estaba dispuesta a aceptar la yerba a cualquier precio que el
modo que sea útil a los paraguayos y no sea solamente Dictador le asignara.17 Francia examinó los predos de los artícu­
como hasta aquí para aprovechamiento y beneficio de los
los importados, y aún cuando estaban grandemente inflados, de
acuerdo a los precios publicados hallados en las gacetas porueñas
Es esta distinción crítica entre la libre navegación y la orga­ que regularmente recibía, aprobó la operación. Autorizando a!
nización del comercio paraguayo en una manera beneficiosa para delegado a permutar las cantidades especificadas do yerba estatal
el Paraguay, que es la clave para comprender la economía de ia por cada uno de sus productos, Francia observó los precios exa­
nación. Francia no igualaba los conceptos de libre navegación y gerados, pero, como explicó, “esto no importa porque el trato
libre comercio . Mientras exigía consecuentemente el derecho de que se me propone no es porcocepto de determinados valores”111
la libre navegación para buques paraguayos —un aspecto central Y con “determinados valores” Francia significaba el precio que
de quebrar su dependencia del transporte extranjero de sus expor­ cada artículo obtendría en el mercado libre.*
taciones e importaciones— el Dictador jamás confundía este
concepto con el de libre comercio. En los mile3 de documentos
escritos por Francia, examinados en la preparación de esta obra,
no existe una sola defensa de! libre comercio.
Francia sostenía permanentemente que las naciones inde­
del comercio ron Corrienlca en 1824, ver ANA. LC., Vol. 24, asiento oara d 3 de
pendientes “solamente comercian con quien quieren, cuándo y Agento; ANA, LC, Vol. 26, asiento para el 23 de Febrero y 21 de Marro; ANA
cómo quieren y les acomoda, cesando cuando no lo consideran 5H, ktg. 393, Gilí » Francia, 8 de'Febrero y LOde Sombre; y ANA NE, leg. 1846,
conveniente por cualquier motivo”. En efecto, al saber que el Libro Manual de t» Tesciena de Guerra.. . 1826, asiento para el 22 de Abril y 5 de
comandante dr Concepción había informado a los brasileños que Diciembre Pora crempioi del tomado con varios comeedanres porteños en 1826,
ver ANA LC. Vol. 24, ambos Miemos para el 3CdeAgosto. Ver tambiénANA, NE,

182
capítulo ? La economía de la Independencia
Al organizar el comercio internacional paraguayo, Francia Con la eliminación de la oligarquía como fuerza nacional
rechazó el concepto liberal clásico de mercado, donde la ley de dominante, Francia fue capaz de controlar el comercio paraguayo;
la oferta y la demanda determinan el precio de los productos. se rehusó a basar el comercio internacional sobre precios del
En efecto, h institución económica capitalista liberal de “libre mercado libre, o, en sus propias palabras, “con concepto a deter­
comercio” servía como base del imperialismo económico del minados valores". A pesar que el predo délos productos impor­
siglo XIX. Pese a que era considerado generalmente como pro­ tados ciertamente era un factor contribuyente, la clásica práctica
gresista por los oligarcas de las antiguas colonias, que habían capitalista de intercambiar productos sobre la base de sus precios,
sufrido las restricciones económicas del imperialismo español y ejercía una influencia solamente mínima, puesto que Francia no
portugués, dicho comercio era inherentemente desventajoso para permitía que los términos del intercambio comercial paraguayo
las nuevas naciones latinoamericanas. Las metrópolis mundiales, fueran determinados por precios regionales del mercado mundial.
debido a sus ventajas industriales y tecnológicas, podrían estable­ En lugar de ello, organizó el intercambio de los productos nativos
cer “naturalmente” los precios de sus artículos manufacturados, del Paraguay —definidos explícitamente por el Dictador como
lo suficientemente bajos para competir con la producción local “el producto de su trabajo" ■ — sobre su costo efectivo de pro­
—impidiendo con ello el desarrollo de las industrias en las neo- ducción, o VALOR DEL TRABAJO, en relación con la utilidad
colonias— pero lo suficientemente alto, de modo que las naciones o VALOR DE USO, de las importaciones.
dientes incurrían crónicamente en un saldo negativo en la balanza En el caso del comercio del Estado, el mecanismo para
Comercial. Consecuentemente, e! déficit debía ser compensado lograr esto era relativamente simple. El Dictador fijaba por de­
medianía U transferencia de moneda dura y capital; y con esta creto las cantidades de cada producto nativo que se intercambiaría
constante succión de riqueza acumulada, las metrópolis proíspa­ por cantidades especificadas de productos importados, después
raban mientras que las naciones latinoamericanas se encontraban de evaluar su utilidad.* Para todo el comercio réstame, el gobierno
sin el capital necesario para desarrollar sus economías. aseguraba un intercambio equitativo, ajustando el precio de los
Es evidente que el imperialismo económico podría funcionar productos de exportación al precio de los productos de importa
solamente con la cooperación de la oligarquía local. La élite, al
poseer los medios de producción, fue capaz de forzarla superex- La aplicación de este principio económico se ilustra en mejor
plotación dedos trabajadores de la nación con el fin de producir forma con los diferenciales de precio hallados en Itapúa y Pilar.
suficientes productos primarios —a un precio “aceptable”— para Dado que el trauspoire terrestre era considerablemente más cos­
cubrir el saldo negativo de pagos que, juntamente con los gastos toso e insumía más tiempo que el comercio fluvial, el precio de
de sufcconsumo de importaciones de lujo, creció a sumas exorbi­ los productos importados en Itapúa era mayor que en Pilar.
tantes. En resumen, los imperialistas extranjeros y las oligarquías Consecuentemente, antes que basar el comercio de Itapúa sobre
locales colaboraron para beneficiarse ellas mismas a expensas de el precio fijo de los productos de exportación paraguayos —qiie,
la nación, puesto aunque los imperialistas y las oligarquías acu­ considerando el alto costo de los productos de importación por
mulaban utilidades y lujo, esta riqueza era el producto del trabajo Itapúa hubiera significado aceptar un volumen subsrancialmente
de la población local.
José Antonio Vázquez capturó la naturaleza fundamental del libe­
" En efecto, dadoqueciertosproductosyanoerannecesario«debidoaldesarrollo
ralismo económico del siglo XIX, cuando observaba, "el liberalismo en
Europa, en boca de Víctor Hugo, es liberalismo. til)[Mirlados, Francia aimplemente prohibió tu importación. Ver ANA, SH, leg 394,
El liberalismo en las cx-colcnias españolas, en boca de Rivadavia, o de Castro a Francia, 27 de Febrera de 1850, sobre una prohibición de es«- tipoa la
Mitre, el puro colonialismo'' "

185
CAPITULO !
inferior de importaciones o incurrir en déficit en la balanza comer­ tración capitalista de la economía, negando con ello a los nuevos
cial— Franca gradualmente elevó el precio de las exportaciones imperialistas la oportunidad de reducir a! Paraguay a la situación
para compensar las costosas importaciones. En 1823, los precios de una neocolonia dependiente. Por consiguiente, es comprensi­
de los productos principales de exportación del Paraguay — yerba ble que el Paraguay, único en su exitosa oposición al emergente
y tabaco— eran de 80 y 200 pesos por tonelada, respectivamente, orden neocolcni.il, se convirtió en objeto no solamente de la
Unto en Pilar como Itapúa. Mientras que el precio de estos agresión porteña, sino también de la ambición inglesa.
roductos en Pilar no aumentó durante todos los años del go-
E ierno de Francia, para 1826 el gobierno los habla elevado a 320
Con el fina! de la Guerra Cisplatina (1825-28), una renovada
agitación a favor de la guerra contra el Paraguay surgió en
y 320 pesos, respeetivrmente en Itapúa, y a 180 y 400 pesos Buenos Aires. A pesar que era pardalmente motivada por con­
respectivamente para 1829 —un incremento del 125 por ciento sideraciones políticas internas,* la invasión serviría, tal como el
en el precio de la yerba y 100 por ciento en el precio del tabaco cónsul británico informó al Foreign Office, para el doble propó­
en Itapúa, sobre el costo de estos mismos productos que se sito del “rico botín” y, más importante en lo que concernía a
vendían en Pilar en la misma época (ver Apéndices C y E). Woodbine Parisb, para “asegurar una ve?, más una intercomuni­
Adiriiutilmente, Francii obligó a los comerciantes brasileños a cación con aquel rico país y <1resto del mundo.”22 Por supuesto,
aceptar yerba y tabaco tanto vieja como nueva, sin permitir el cónsul briránico estaba interesado en dicha intercomunicación,
ninguna distinción de precios,21, mientras que los comerciantes no en forma abstracta, sino debido a que su nación planeaba
que operaban en Pilar estaban sujetos a estas reglamentaciones dominar los mercados potendalmente enormes del Paraguay;
solamente en el cano del tabaco, parmitiéndoteles adquirir la Mr. Hopa, un agonte inglés -n Corrientes, !c había comunicada
yerba fuerte a solamente 40 pesos por tonelada (ver Apéndice DI - en un informe confidencial el año anterior, “Supongo, si el tráfico
De este modo, basando el comercio no sobre los precios se abriera, cerca de un millón y medio de dólares, (es decir peses)
del mercado libre, sino más bien sobre la utilidad de las impor­ serian d valor de las manufacturas británicas que podrían intro­
taciones en relación al volumen de mano de obra necesaria para ducirse allí anualmente.”23
producir las exportaciones, e! Paraguay adquiría sus productos No es accidente, entonces, que la intensa campara de pi
importados en trueque por sus exportaciones sin incurrir en déficit pagar.da llevada a cabo por k prensa porteña era dirigida p i e
cu la balanza comercial. Además, organizando de este modo el influyente “British Packet and Argentine News’V q ue apoyaba
cnrneicio “en una manera beneficiosa para los paraguayos", la entusiastamente la “expedición para libertar el Paraguay”. Enfa­
nación necesariamente no ofrecía un mercado “libre", donde los tizando las oportunidades comerciales que se ganarían de los
país« industrializados europeos podrían vender sus productos nuevos mercados que se “abrirían”, el editorial de dicho diario
sin límites en cuanto ? precio o utilidad. Es solamente en este del 1a de Octubre de 1828, presionaba a favor de! ataque contra
sentido que el Paraguay estaba “cerrado" al comercio .ncenucio- el Paraguay: “Nosotros pensimos que aquellos que reflexionan
nal
Pese a que la idea de la autarquía paraguaya es histórica­
mente incorrecta, es cierto que la economía controlada por el
estado de b nación excluía el establecimiento de! ‘ mercado libre” ■ Como indicóJulia Citu Chive» (E: SupremoDictador, p. 4M) Hflotan»
Ir Buenos Anta, Corcati Manuel Doregn, proponi* uur ti ejército vieti
capitalista clasico, el nacionalismo económico de Francia no so­ el Brasil,
taneare condujo al Paraguay a zafarse ¿e la dependencia del
colonialismo español formal, sino que, rechazando el concepto impediría i Rive» uwr M * Uruguay o
estructuralmenie inequitativo del libre comercio, impid o .* pene­

187
CAPÍTULO'.
sobre las ventajas, estarán de acuerdo de que el intento de abrir
el Paraguay al comercio vale un poco de sacrificio ”15 Para este fin, en Abril de 1830, poco después de tomar el poder
Reconociendo el alcance de una invasión de esta índole, del gobierno porteño, Rosas despachó a un emisario para nego­
Francia movilizó las fuerzas armadas de la nación para defender ciar con Francia. A pesar que el caudillo argentino se rehusó a
a la República tanto contra Buenos Aíres como el Brasil.16 Sin abandonar sus reclamaciones sobre la antigua provincia, la Con­
tener en cuerna la reciente guerra entre las superpotencias regio­ ferencia de Asunción pareció haber dado como resultado un
nales, el Dictador no abrigaba ilusiones sobre el destino imperial entendimiento entre ambos gobiernos.18 Convencido de que
del Paraguay en el este, a su ver, una neocolonia del imperio Francia no tenia intención de quebrantar su constante política
británico. Como el cónsul brasileño residente en el Paraguay, de no intervención en las disputas civiles de la Argentina, Rosas
Correia da Cámara, informaba a sus superiores: “Tiene el Dic­ trató de asegurar la neutralidad paraguaya, asumiendo también
tador las más vehementes sospechas de que el imperio se alíe una posición no antagonista, estableciendo de este modo la base
por un Tratado de Alianza ofensivo y defensivo con Buenos para más de una década de hostilidades reducidas entre Buenos
Aires.”"7 A pesar que una alianza de esta clase no se confirmó Aires y el Paraguay.19
en esta época, los temores de Francia demostraron ser profécicos Sin tener en cuenta las mejores relaciones con el puerro, el
de la guerra de la Triple Alianza (1864-70), en la cual el Brasil, hostigamiento de las provincias ríe abajo mantuvo el comercio
Argentina y Uruguay, financiados por gigantescos préstamos en Pilar a un nivel modesto durante toda la década de 1830.
ingleses, desataron una salvaje guerra de genocidio conrra el Durante la última mitad de la década, el comercio de Itapúa
Paraguay.* sufrió una disminución debido a la revuelta de los Fairoupilhas
En efecto, incluso la invasión argentina, apoyada por los (1835-45), un sangriento movimiento secesionista en el estado
británicos, omitió mjueudlkaise en esta ¿poca, debido o oiro brasileño de Río Grande do Sul, a través de! atal pasaba todo
estallido de guerra civil, que desvió la atención de los esfuerzos el comercio de Itapúa. Además, conduciendo a una nueva ronda
para volver a subyugar al Paraguay. El triunfo del poderoso de guerra dv¡l que engulló todo el Rio de la Plata para 1838,
caudillo Juan Manuel de Rosas (1829-31 y 1835-52) quien, bajo las luchas {acciónales uruguayas, que habían comenzado unos
k bandera federal, persiguió una política de consolidación de1, años antes, se habían unido con La ludia constante de los auto­
poder en las asi llamadas Provincias Unidas, dio por resultado nomistas para oponerse a la dominadón porteña en la confede­
un_cambio_de_iC!.política argentina hacia el Paraguay. Con sus ración argentina. Completando este panorama ya complejo, los
recursos exigidos por les combates entre las facciones del Rio franceses, irritados por la negativa de Rosas de otorgarles los
de la Plata, las campañas militares contra los habitantes nacidos privilegios del tratado comerdal británico-argentino de 1825,
del interior, y los conflictos internacionales, Rosas dejó de enfa­ bloquearon Buenos Aires y suministraron ayuda militar a las
tizar la reincorporación del Paraguay. Su primordial preocupa­ fuerzas antirosistas tanto en el Uruguay como en la Argenrina
ción, en efecto, fue el que la República permaneciera neutral. de 1838 a 1840.
El efecto principal de estas perturbaciones sobre el comercio
paraguayo fue la disrupdón de sus provisiones de artículos ma­
• En efeio, y.i er. 1830, queis xrnc pnraota indocta de ¡a pulkita que c! nufacturados europeos, puesto que los buques extranjeros trope­
Brinl adopurta ni Ir Guau i; La Triple Ajuma, Ccrieu da Caman irfii.T.jha 1 zaban con crecientes dificultades para hacer escala en los puertos
hostigados y a menudo bloqueados de Pono Alegre, Montevideo
coordinado” (Corroía da Cin ara a Mi-je! Calmun de Pme Alnada, Ministre y y Buenos Aires- Consecuentemente, comenzando en 1836, los
SecretariodeEsodo.ZdeAbiflde¡830,comosehallócaAivusóclomaran,4:1«; comerciantes brasileños que llegaban a Itapúa, imposibilitados
de adquirir suficientes productos importados, comenzaron a traer
188
189
CAPÍTULO

mayores cantidades de oro para trocar por productos paraizua- de oro.31 Gomo medio de adquirir más moneda dura, el gobierno
estableció el tipo de cambio internacional a 13,75 pesos fuertes
A su vez, el sector privado de exportación de la economía por onza de oro,32 proporcionando de este modo a los comercian­
paraguaya, estancados a causa de la escasez de productos impor­ tes un incentivo para comerciar en oro, dado que obtendrían una
tados, sufrió una drástica disminución (ver cuadro 3 y apéndice plusvalía del 2,6 por dentó sobre el valor de la moneda paraguaya.
E), Normalmente, en una economía de exportación de mercado Por ejemplo, en el comercio de la yerba en Itapúa, los comercian­
libre, regido por la ley de la oferta y la demanda, estas condiciones tes que cambiaban su oro de' acuerdo al tipo de cambio interna­
pueden no solamente inflar los precios de los escasos productos cional, podían comprar en esa época yerba a un precio efectivo
de importación, sino que también, debido a la saturación de de 175,3 pesos, en lugar del precio establecido de 180 pesos por
moneda dura, pueden hacer que suban los precios, incluso de tonelada. 3
los productos locales. Aunque, como se comentó más arriba, las Para mediados de la década de 1830, debido al efecto acu­
raíces de la dependencia económica se extienden profundamente mulativo de la política de Francia, la economía nacional ya no
u lai desigualdades estructurales, son precisamente estas crisis sufría de escasez de moneda dura y, por consiguiente, e! gobierno
ya sea si son el resultado de “reajustes normales” en la econo­ devaluó en la práctica el valor de los crecientes volúmenes de
mía mundial o se deben a “evoluciones políticas no correctas"— oró que comenzaron a fluir a Itapúa. Comenzando en I83ó,
las que demuestran la dependencia de las economías de exporta­ Francia redujo las cantidades de productos nativos que podrían
ción, ilustrando vividamente que su prosperidad depende de fuer- permutarse por cada onza de oro.3-* Aquí nuevamente la yerba
aas completamente fuera de su control. Si se rigieran únicamente de Itapúa sirve romo vj»implo conveniente. En lugar de permutar
por el funcionamiento de la economía capitalista del mercado la yerba a un precio efectivo de 175(3 pesos por tonelada en
mundial, las economías nacionales dependientes pueden ser de­ operaciones realizadas por oro, a partir de esta fecha en adelante,
primidas severamente incluso por incidentes aparentemente acci­ Francia estipuló un precio efectivo de 204 pesos por tonelada35
dentales, tales como disturbios civiles a lo largo de las rutas del —revaluando de este modc el valor de la yerba paraguaya en
qpmercio — y no hablemos de las manipulaciones económicas nada menos que 16 por cierto. Aún cuando las fluctuaciones de
deliberadas. Es un testimonio de la efidtnda de la política eeo- precio son normales en las economías de exportación, el signifl
fiómica_paraguaya, y d vigor subsiguiente de la economía nacio­ cado del revalúo ea las exportaciones paraguayas radicó en el
nal, que el valor de las exportaciones paraguayas en realidad se hecho que el incremento fue <1 resultado de una política activa
incrementó durante los últimos años de la década. por parte del estado paraguayo, antes que una reflexión pasiva
Al igual que todas las colonias anteriores, el Paraguay había de fuerzas externas.
sufrido crónicamente ce una escasez de numerario. Sin embargo, Una demostración aún más importante de la eficacia de la
bajo el control del estado, el tipo de cambio interno del oro economía paraguaya controlada por el estado, fue el hecho qúe
permaneció constante durante los últimos quince años del go­ la severidad de la depresión sufrida en el sector privado — que
bierno de Francia, a 17,3 pesos fuertes* con relación a la onza
se fue empeorando gradualmente a medida que la década llegaba
a su término, a pesar de la eliminación del impuesto especial
••obre el comercio Asunción-Iapua*1— no se extendió a la eco-
m 'inia nacional global. A pesar que en 1837 y 1838 las exporta­
el p«iocorriente43 pordenlopordebajode! pewfuerte. I’«» ejemplo»decontorsión, ciones del sector privado descendieron en 31 y 68 por ciento,
ver ANA. LC, voL 38, cany 49, Feh.eio 6, 1855 y ANA, LC, col. *3. <s*iy 393. respectivamente, en relación a su nivel de 1835, el total de las
Agolo Io, M exportaciones nacionales disminuyó solamente en II por ciento

191
CAPÍTULO 9

en 18J7 y 30 por ciento en 1838 (ver cuadro 3 y apéndice C). político, había ganado verdaderamente su plena independencia.
Con el fin de lograr una estabilización económica tan mar­ Mediante la destrucción de la posición dominante de la oli­
cada, el estado intervino dor.de el sector privado había fracasado garquía y la reorientación radical de su comercio internacional,
en satisfacer las necesidades de la naden; propordonó medidas el Paraguay popular no permitió que sus riquezas fueran consu­
de marketing y elementos de transporte para los distantes centros midas por la clite o succionadas por las metrópolis regionales o
de comercialización interna del Paraguay. Esto se logró utilizando mundiales. Organizando de este modo el comercio en una manera
su flota mercante de quince buques/ que cruzaban la república beneficiosa para la nación entera, el estado aseguró que e! pro­
comprando productos locales y transportándolos a Itapúa.3* El ducto del trabajo del Paraguay —la riqueza de la ilación— per
gobierno —en posesión de estas cantidades adidonales de yerba, raaneciera dentro del Paraguay para beneficiar a los productores
tabaco y cuero, que aumentaron las cantidades ya considerables originales de dicha riqueza — el pueblo paraguayo.
que se reunían normalmente ds sus propias estancas y mediante
la (riburarión— fue capazde este modo de compensar el derrumbe
del sector privado, incrementando las exportaciones del estado,
para representar por lo menos el 35 por ciento de todas las
exportaciones racionales en 1837, y el 65 por ciento del total de
exportaciones en 1838 (ver cuadro 3 y Apéndices C y F).
Mitigando aún más los efectos de la crisis económica, el
gobierno cargó sus buques en sus viajes de retomo con productos
He importación y con productos de las diversas regiones del
Paraguay, que a continuación ofrecía para la venta al público-35
La magnitud del control del escado de la economía nacional y
su participación en la misma durante estos años, se demuestra
por el masivo incremento en las ventas del estado. En proporción
inversa al comercio en baja en el sector privado, en relación con
su nivel de 1835, las utilidades provenientes de las ventas del
estado aumentaron en 98 por ciento en 1837, ascendiendo al I í¡8
por ciento en 1838, cayendo temporalmente a 88 por ciento en
1839, antes de crecer a un increíble 244 por ciento en 1841) (ver
fig. 7 y Apéndice A).
Fue esta masiva intervención del estado y el grado corres­
pondiente de control que proporcionó dicha participación ■—en
combinación con el rechazo del concepto no equitativo inherente
del libre comercio— lo que distinguió la economía del Paraguay
de la de todas las demás naciones latinoamericanas de la época.
A diferencia de sus estados hermanos neocoloniales semiindepen-
dientes, cuyas economías dependientes sirvieron para enriquecer
a la élite ¡ocal y a las metrópolis mundiales capitalistas, el Para­
guay, al establecer un sistema autónomo, tanto económico como
193
CONCLUSION

Por más extraordinaria que pueda parecer la revolución


popular del Paraguay, es coherente con las corrientes ideológicas
y realidades históricas de la era. De obvia influencia fueron las
ideas básicas dd pensamiento iluscrado del siglo XVIII y princi­
pios de! siglo XIX. Filósofos del comienzo de la ilustración,
como John Locke (l$32-I"Q4) rechazaron la presunción que la
estructura de la sociedad se derivaba de derechos divinos otorga­
dos a los monarcas y declaró que los seres humanos pertenecían
a un orden basado en la naturaleza. Esto condujo al concepto
no solamente que el pueblo poseía los derechos naturales de
vida y libertad, sino que, dado que los productos de la naturaleza
derivaban su valor del trabajo humatio exigido para producirlos,
ese pueblo también tenía un derecho a los frutos de su propio

Igualmente es evidente la influencia de Jean Jacques Rous­


seau (1712-78), quien razonaba que'la soberanía en último tér­
mino correspondía al pueblo, que, de su estado natural de libertad
é igualdad, había celebrado un “contrato social” para proteger
sus derechos naturales. IJní caso que el orden social establecido
fracasara en cumplir satisfactoriamente esta función, el pueblo
poseía k autoridad definitiva para derrocarlo y establecer un
nuevo orden que asegurara la satisfacción máxima de sus derechos
inherentes. A pesar que tales conceptos son generalmente acep­
tados hoy en día, al principio del siglo XIX en el Paraguay
constituían una poderosa doctrina revolucionaria, no solamente
contra el dominio imperial español y la Iglesia Católica, sino
también cualquier tentativa por parte de la metrópolis argentina
" Jas élites paraguayas para negar al pueblo su soberanía.


CONCLUSION

podía m edirse ilnli am niU ' |"'i li .... ...... Ii nl.uu Insumida en su
Las diversas escuelas del pensamiento ilustrado revelan otras
producción.
simiiaridades con los principios fundamentales de] Paraguay po­
Aquí también es obvia mu tirmlmitl con las creencias de
pular. Pese a que no existe claridad sobre cuál exactamente de
Francia, como es el caso con mucltas de las ideas políticas de
las corrientes ideológicas era aquélla con la cual Francia estaba
Smith, tales como que la función del gulm- no cons:si:.i mi la
más fami!iaricado, ya que todos se basan sobre el mismo cuerpo
previsión para la defensa nadcnal, obras públicas, la protección
básico de conocimientos, la superposición de ideas demuestra
general del comercio exterior,"el subsidio de las escuelas primarias
las principales fuerzas históricas que dominaban la época. para las masas y la tributación aplicada en proporción al nivel
Basado en el concepto que toda la riqueza se derivaba de
de prosperidad vigente bajo la protección del estado.
la tierra, la primera escuela moderna de economistas, fundada
Sin embargo, los demás aspectos principales de la doctrina
por Francois Quesnay (1694-1774) tomó el nombre de fisiocracia, de Smith o eran inaplicables, o totalmente contradictorios al
lo que significa “el gobierno de la narurnleza". La fisiocracia al
Paraguay popular. Como principa! sintetizador de la teoría capi­
poco tiempo encontró su expresión en figuras tan eminentes
talista, Smith sostenía la idea que la producción se incrementaba
como Anne Roben jaeques Turgor, el polémico ministro de
a través de la división del trabajo y por la introducción de maqui­
hacienda de Luis XVI, y Pierre Samuel Du Pont, quien actuó
naria —conceptos esenciales para el desarrollo de las metrópolis
como ayudante para el Presidente Thomas JelTerson, a su vez
en vías de industrialización, pero de escasa incidencia sobre el
grandemente influenciado por ia doctrina fisiocrática, A pesar
Paraguay de principios del siglo XIX. De significación mayor,
que la idea fisiocrática que en el orden natural el valor de todos
el concepto de Smith sobre las leyes capitalistas de oferta y
los productos, incluyendo tos bienes industrial izados, se deriva­
demanda —de donde surgió la idea liberal del “libre comercio”—
ban de la mano de obra insumida en su producción, era coherente
demostró ser no solamente inaplicahJe, sino antíética. De acuerdo
con la propia filosofía económica de Francia, sus demás preceptos
a Smith, las actividades industriales y comerciales ¡rrestrictas de
principóle * otaban en directa contradicción a ello, La doctrina
los empresarios privados —aunque motivados solamente ¡«>r
elitista condonaba las latifundios y promovía una sociedad en la
una búsqueda egocéntrica de la ganancia personal— eran guiadas
cual la mayoría de la tierra era de propiedad de quienes no
por la “mano invisible” del mercado, de modo a dar por resultado
realizaban trabajo manual ellos mismos —una creencia comple­
en una producción más eficiente de mercaderías; da este modo,
jamente, úncoherente.con la reforma rural radical del Paraguay.
a través del laissez faire —o bien, como lo formulaba Smith, “el
Orra diferencia fundamental se observa en el hecho que la fisio­
cracia, la primen doctrina en utilizar el término y ¡a política del obvio y simple sistema de la libertad natural"—1la “mano invi­
“laissez faire”, sostenía que cualquier desviador, del ‘‘orden na- sible" del capitalismo en último término serviría para promover
los mejores intereses globales de la sociedad, Y mientras la inhu­
tuial” —cales como los impuestos al comercio o incluso el alivio
mana explotación de la dase obrera europea atestigua la miopía
organizado para víctimas de hambruna— consumía una violación
de la ley natural y, por consiguiente, debía evitarse estrictamente, del análisis de Smith incluso en las metrópolis capitalistas, la
Como el primer gran pensadoren interpretar el pensamiento aceptación de estos principios en las dependencias económicas
de la Ilustración de una manera explícitamente favorable ai orden de dichas metrópolis, demostró ser la “mano invisible” del nen-
capitalista en consolidación, Adam Smith (1723-90), en su obra cnlonialismo, que solamente promovía los iniereses de la oligar­
monumental “The Wealth ofNarions” (1776), argumentaba que quía y los imperialistas a expensas del pueblo latinoamericano
la única fuente de la riqueza era la producción resultante del \l cabo do algunas décadas, los contemporáneos y seguido­
trabajo y los recursos, y que el valor real de todos ios productos res de Adam Smith, tales corno Jean Baptiste Say (1767-1823)
y Da vid Ricardo (, 772-1823), habíaneliminado el bienestar social
I9ó 197
CONCLUSION Conshsiói)

y las consideraciones morales de la teoría en desarrollo de! capi­ raleza humana. Veían el concepto competitivo del laissez faire,
talismo. Las tétricas ideas de Thomas Robert Malthus (1766- de k "guerra de todos contra todos” como ¡a antítesis de la
1834) presentadas por primera vez en su “Essay on the Principie disposición natural del pueblo para cooperar. Basándose también
of Populación” (1798), rápidamence fueron adoptadas como una sobre las obras de Locke y Rousseau, estos idealistas, mientras
racionalización de la brutalidad del capitalismo. Malthus sostenía incorporaban los aspectos reformistas de sus contrapartes del
la teoría que debido a que la población aumentaba geométrica­ “establedmiento”, fueron muer o más lejos que ellos y sostenían
mente, mientras que k producción.de alimentos crecía sólo arit­ teorías radicales de orgarizaden sodaL El primero ce los utopis­
méticamente, la tierra se enfrentaba a una inminente superpobla­ tas François Noël Babeuf (1760-97), propuso la nacionalización
ción. Malthus recomendaba que no se extendiera absolutamente de todas las industrias importantes y ia eliminación en último
ninguna benefteen cía ni alivio a las masas sufrientes, puesto que término de la propiedad privada, aboliendo la herencia. En una
alegaba que su miseriaera un resultado de la ley de la naturaleza, tendenda similar, el Conde Henri de Saint-Simon (1760-1825)
no de la explotación capitalista; por consiguiente, la responsabi­ abogaba por la igualdad de la oportunidad para todos. En su
lidad de aliviar su situación les correspondía a ellos mismos, y “Nouveau Christianisme” (1825), Saint-Simon argumentaba no
no a las clases altas. sólo en favor de la destrucción del antiguo orden, sino también
Estos economistas clásicos presentaban las suposiciones bá­ su reemplazo por un nuevo orden pacifista, basado sobre e;
sicas de la Ilustración en una manera que servía para apoyar el concepto que “todos los hombres deben mirarse unos a otros
orden económico y social del capitalismo liberal por medio de como hermanos".
su énfasis sobre e! individuo egocéntrico como unidad social Ninguna de estas teorías podra haber servido en realidad
fundamental. Pese a que Francia utilizó sus Ideas, las iliTeieuvias como modelos para el Paraguay del sigio XIX, prindpalmente
entre el sistema socioeconómico del Paraguay de principios del porque todos ellos se desarrollaban en el marco del contexto
siglo XIX y e) derivado de estas teoría3, excedían en mucho las histórico de las metrópolis mundiales, y no en sus dependencias
similitudes. Las convicciones de Francia están identificadas más superexplotadas. Considerando, sin embargo las dos corrientes
estrechamente con las de Constantin Francois Volney (1757- principales del pensamiento ¡lastrado — los seguidores pragmá
1820) quien, en “Les Ruines" (1791) rechazó las ¡deas liberales ticos y los críticos idealistas! del capitalismo— el Paraguay popu­
que la sociedad comprendía esencialmente individuos no conec­ lar incuestionablemente está más estrechamente vinculado con
tados y-estableció-el-concepto de la sociedad como un todo
orgánico, es decir la «unís total de todo su pueblo y sus actos, La aceptación de la doctrina económica capitalista y su ideo­
En efecto, como s : ejemplifica con preceptos tan fundamentales logía de apoyo, influenciaron profundamente el curso de lo$
como el trabajo en comunidad y la subordinación de los intereses eventos a! principio del siglo XIX en América Latina. Adoptando
individuales al bienestar público, las prioridades del Paraguay sus preceptos, las élites metropolitanas americanas formaron
popular muestran similitud mucho mayor con las interpretado nes alianza con sus contrapartes europeas, no solamente con el fin
promulgadas por los críticos contemporáneos del capitalismo, de derrocar el antiguo orden colonial, sino también para estable­
que asignaban la máxima importancia a ios aspeaos sociales del cerse ellas mismas en la cúspide del nuevo orden neocolonial.
pensamiento ilustrado. Las élites criollas en virtud de ello se convirtieron en los nuevos
Enfatizando no solamente la igualdad política —que los
liberales capitalistas teóricamente .sostenían con la forma del go­ gíéron su lucha por la liberación. En efecto, la causa fundamental
bierno representativo— sino también Sa igualdad social y ecor;0 de las prolongadas guerras civiles en el Río de la Plata, se encuen-
mica, estos filósofos creían en tu perfectibilidad final de la natu­
199
198
CONCLUSION

tra en esta más básica de todas las dinámicas históricas —el nacional. Destrozada por divisiones internas y sufriendo los efec­
conflicto entre los oprimidos y los opresores.
tos de las agresiones españolas, portuguesas y porteñas, la inex­
Apoyando la lucha del Paraguay contra su dependencia, las perta élite criolla se encontró vimialmente paralizada, incapaz de
demás provincias de! Río de k Piará absorbieron ei impacto de gobernar efectivamente la provincia. Dado este punto muerto
los espíenos de los porteños para mantener el control sobre la histórico, el liderazgo de Francia que otorgó una forma naciona­
región, impidiendo de este modo una invasión efectiva que podría lista a ¡as aspiraciones y poder dei pueblo, demostró ser el factor
haber aplastado la revolución autónoma del Paraguay. Además, decisivo para poner en práctica y mantener la revolución social
de la misma importancia, la tradición del Paraguay daba ai país popular.
todos los elementosTíecesarios para el surgimiento de! moderno No obstante —como nos ejemplifican contemporáneos tales
nacionalismo de masas —una conciencia popular ¿r. la cual gran­ como José Artigas en el Río de la Plata y los Padres Miguel
des segmentos de la población, que identifican sus intereses como Hidalgo y José Mana Morelos en México— los movimientos
íos de la nación, reconocen lar grandes ventajas de la nación— populares, junto con su liderazgo revolucionario, se extendieron
estado unitario, al cual comprometen stí lealtad y activo apoye. mucho más allá de las fronteras del Paraguay. Además, como lo
Ei pueblo paraguayo, biológicamente homogéneo conto ún resul­ demuestran los ejemplos de Túpac Amara I{ en el siglo XVIU
tado de siglos de mestizaje, también compartía una lengua, re.í- en Perú y Emiliano Zapata en el agio X X en México, estos
gión y cultura comunes. Su territorio nacional —un área relati­ movimientos populares no se limiran a este o aquel otro periodo
vamente compacta y- densamente poblada— no estaba dividido de la historia americana. La fusión propiamente dicha del lide­
en regiones con intereses conflictivos y, por consiguiente^ coritra- razgo revolucionario con las fueras populares en el Paraguay
t¡.intente a la situación-en las naciones latinoamericanas más del siglo XIX, por cierto no puede considerarse como singular,
grandes, el Paraguay np tuvo que esperar el desárroilodé tecno­ lo que es de resaltar es su éxito.
logía» cohesiva» «ale» como el buque-a vapor, c! telégrafo y ci Aunque ningún proceso de cambio sodal puede servir de
ferrocarril. Además, mientras que las agresiones itr.perialísus'de un modelo para cualquier otro, la revolución radical del Paraguay
su antiguo antagonista, el Brasil,-y, aún más'importan«:, de su incluye varios componentes fundamentales necesarios para cual
metrópolis americana, Buenos Aires, representaban unaamenaza quier revolución exitosa en América Latina. Al desmantelar su
esterna alrededor de la cual podía formarse con facilidad un □■adicional sociedad dependiente, los paraguayos negaron taiiiu
.consenso Be ideología política, las élites españolé-y criolla pro­ a élites española y criolla su status dominante social, económico
porcionaron una “otra*1 intenta, que sirvió como un foco aún y político, Impidiéndoles de este modo continuar dirigiendo los
más inmediato para la emergente identidad social del pueblo. asuntos de la nación eti el rumbo de sus intereses de dase superior.
Aún así, si éstos hubieran sido los únicos factores históricos Junto con la eliminación de la dominación de la oligarquía, el
que ejercieron influencia en la joven nación, el nacionalismo en Paraguay se rehusó a ceder ante las agresiones del imperialismo
el Paraguay podría muy bien haber adoptado la forma tradicional argentino, escapando de esta manera a la nueva dependencia
de élite, intelectual y con báse urbana, que fue la característica sufrida por las demás provincias del antiguo virreinato, que con­
en toda América Latina durante 'el ’Siglo XIX, Sin embargo, tinuó Siendo dominado por Buenos Aires a medida que emergía
contrariamente a las demás‘badanes latinoamericanas, el Para­ como la submetrópolis americana del orden neocolonial en el
guay ocupaba Una posición periférica extrema en el imperio es­ Río de la Plata. A través de un estricto control del estado y una
pañol, Esto impidió e.'icazriiéJite él desairólb durante el periodo amplia reforma rural, el Paraguay además diversificó su tradicio­
colonial de una élita criolla poderosa y sofisticada, que hubiera nal economía de monocultivo y desarrolló una economía equili­
podido implantarse con fuerza en la cima del nuevo orden social brada, diseñada a satisfacer adecuadamente las necesidades fun-

200 201
CONCLUSION

damentales de todo el pueblo — la primera nación en toda la


historia de América en alcanzar una meta tan radical.
La implementición de éstos cuatro factores fundamentales
—la remoción de las élites, la liberación de la dominación impe*
rialisca, la implantación de una reforma rural igualitaria, y la
institución de un rumbo estatal racional de la economía— propor
donaron al Paraguay los medios de salir de su dependencia CRONOLOGIA
tradicional y establecer una nación verdaderamente autónoma.
En efecto, la implantación exitosa de estas medidas básicas — 1536 Fundación de Buenos Ailes peí Pedrode M«nckoa.
tanto actualmente como hace 150 años—-es la base de la indepen­
dencia y el desarrollo- Puesto que la independencia política so­ Juan de Sainar y Espinos». ^
lamente, sin la independencia económica, históricamente ha dado
15-11 BuenosAires » abandonada.
como resultado nada más que lo que hoy en día se denomina el
subdesarrollo. 1580 Buenos Aires es rejundadi por unaexpedicióndesdeAsunción, condutitla por
Juan de Garay.
!é07 Se esiabíectn las primeras Mlsicnes Jesuíticas »n el Paraguay.
I(S]8 U Coronaespañola establece ma barrera aduanen en Córdoba.
1622 La Corona espiñoía cancela el permisodesus coloniasamericanaspan comer-

1719-
I7Î5 Revuela de ¡os Comuneros en el Paraguay.
1759 Expulsiónde los
!76i Expulsión de los
1767 Expulsión de los
1776 Creación del Vinci o del Rio de la Flaia.
1777-

¡805 Gobierno de Liesro ¿e Rivera ei el Paraguay

Una expediciónbritánica ocupa Montevideo y ataca Buenas Aires; benilid:


CRONOLOGIA
RiodelaPlata, declare laindependencia, proclamaalParaguayconoRepública,
1808 NapoleóninvadelaPeníns.a Ibé.-a obligandoa b core portuguesa,transpor­ yestablos* uncoaculad«cor Franciay FulgencioYegruscomo¡oca decacado,
tada yar la ficta brtinica, a huir a Ric deJaneiro; capturaal ncrarea BorV-r
Fcioifio Vil y desigsa i su herxíro, José Bonaparte «rao nuevo rey Ce
España.
1810 25 de Maya: el cabildoporteñodepone al Virrey Baltasar Hidalgode Cisneres
y establece la Junte Provisional del Rio de ls Plata para "gobernar «n nombre
de Femando Vil",
24de Julio: el cabildo abierto realistade Asunciónrechín la preclamactón de 3 deOctubre: «1 congreso popular abóle el amulado y elige a Francia como
autoridaddeBuenos Air« ydecía asulealtadal SupremoConsejodeRegencia dictador supremo da li república.
de Espsii.
Dtoeaibre 'Ejército de Liberación" poraflu, balo el comando del General 12deDicembrc: las¡mpcrtanor.esdearmas y»uliciones sedeclaranliberadas
Manuel Belgranu, invade el Paraguay
18JI 19 de Enero: Be!grano es derrotado porloscriollosparaguayosenPeraguari
del hostigamiento federal al comercio paraguayo.
2 deJulio: la Iglesia espuesta bajo b autoridadtiel esculo, aboliciónddSanto
Twtn 1 K nUSV3 *“ 01P ^ ‘
9 de Mayo: arriba un emisario portugués a Asunción para negociar con loe 21 de Dtoetr.bre: altos funcionark» edejiJtsiico* español« rcemplaaados por
resBsia» paraguayos las cosidiacnes dela ayuda militar.
14-15de Mayo: golpe dt los cuarteles de Aaunc 5 de Junio: El Congreso Popular elige a Francia corno dictador perpetuo de
k Portugal a la
CorOtWespañolo. Los criollos obligan al Gobent: teo a acopiar a

17deJunio: la«amídea general criollaestablece una


induyerdo a Francia, para gobernar el Paraguay.

y ai alejamiento politico, la 41ue


J de Setiembre: Francia retarda * la Junta después de fotsar Is expulsión de

15 de Diciembre: Franca nuevamente se tetira de la 8 de Jumo: fraternidadesreligiosas prohibidas


nueva interferencia militar.
a de Agosto: atedíesea delatradicional libcracótt eclesiá

gobierno, el mismo acepta úricamente después que

ISIS El secretario
radecidirlas cuestiones principales. filai federales.
30 de Serien ¡Olivera el congreso popular. El mismo;

205
CRONOLOGIA C/Gfiotogía

Asunción aun apresa:!«» y permanecen en prisión por casi diecinueve meso,


Sul, sur del Brasil, que dura hasta 1845.
riíia a los conspiradores paraguayos, 836 Inauguración de la primera bibliotecapública dd Paraguay,
10deJulia: sinque !c supieranFrauda oiloí conspirador« FresaSCORanura
es muerto cr. la batalla de Córdoba.
17 deJulio: Francis comiera a ejecutar 4 los principales conspiradores; en «1 Los franceses bloquean Buenos Aijes y otorgan ayuda militar a las lucras
aiulrrosistas (1838-40).
15 de Julio: con apéiías mes«: flr» vivir, Parvés es vuelto a designar como
1823 Febrero: cuatro meses después de declarar ru independenda de Portugal, el 840 20 de Setiembre: muerte de Fiará»
Brasil inicia relaciones comercia!«! con el Paraguay
24 de Setiembre: esrabJcdiuicntC! de la junta provisional.
23deMarro-ei difuntoReal SeminariodeSanCaries et clausuradoformalmente
84', 22 de Enero: los militares denotan ó 1« ¡unta y establecen un iriunviraio.
182< 30«leDiciembre: sec'jlariiác.óndek» monasteriosyconfiscaciór. desús tierras.
30 de Diciembre: abcKáón del Cabildo de Asunción.
IH25 la guerra Gspbiuia entre Brasil y las Provincias Unidas, que.tcrnani con la
creación de! estado “tapón" del Uruguay en 1828. 8« IJ deMareo: el congresogeneraleligeaCarlos AntonioLópacomoPresidente
del Paraguay.
10 de C*A*c Antonio C-6poaralloe« Cefcivrnci ¿
cisco Solero Lópet
Id de Octubre- El congreso general elige a Francisco Solano Lópei
Setiembre: araiadór de donaciones reales de la berra. Presidente del Paraguay
1827 Setiembre: sejunói .unida de Correa da Cinara, durante la cual queda con­ 864 12 de Noviembre: c
finadoa L dudad comeraal de Icapiia basta su partida en Junio de 1829.
870 1" de Msrac»: Frarasea Solano Lipez es muerto en Cerro Cora
¡S29 Comienio del largo gobierno del caudillo federal porteño, Juan Manuel de FindelaGuerradelaTripleAlianaydelarevoluciónpopulurtkl Paraguay
--------Rosís-<1829-31 y IÍ3S-52).
1830 Abril: la conferencia dt Asunción enere Franc a y el emisario, de llosas, en la
cual ambosgobiernoi celebranunacuerdoinformalpararedjcí rlasterisionet.

ulteriores en 1835 y 1837.


1831 4 de Unció: pactode ayuda mutua de hs Provincias áel Litoral.

19 de Mayo: prohibiciónde la eupoitadón de prado.


1832 í de Octubre: Corr entes declara la guerra ai Paraguay y ocupa Candelaria,
espiral de las Misiones
1833 Diaembre: si Paraguay remara Omdelana ; «estable« la hegemoníasobre
las Misiones.

20?
ABHEVIAQONES

Ardóre Genero!de Irdias, Sevilla, Sspana.

ACN
10-1,19, kg. lì
ACPC
Cottitntes, Argentini.
Ccnefpudenda Qfìdal, Expedient«
legujoZ,
LC,voUC
NE leggio
SC.ieg.gr

originale!. '
SH.leg.22Si Secdórr Histcna, legsjo229.
BNRj
■ CAS, t-17,2rleg.S
estinte2, legaja8.
CDA.I-2S,3SjeS.22
leg a ci
CRB, l-30,2,icg,80 Coiaio RioBranco,salati ¡,ajmaria30, est
legijùffi.
RP.2-36J7,tegi? fidatociPsnpWtlisalda¡1,ameno 36,es

209
Apéndices
Apéndice A, PRESUPUESTOS NACIONALES DEL PARAGUAY ................. 212
A;"dice E. ttNFRD EFECTIVOENDEf OSITO............................ ........ ’ O
Ac"d¡ v C rNFORTA.'TCNF.S FaSaG’J aYA S.......... ......................... ti/
aWmw V, EXPORTACIONES POR PCj U» ..... ................. 25?
,',-er.áK E, EXPORTACIONES POF. .TaTJA....................................... . 2?.
A.tJGi.r ?, EXPORTACIONES CEL E'TACC ...... -....................... 275
Aeefdi» 0, DERECHOSDaIMPORTACION ?AJU?1' aYCS • 2?«
A.e.-.A:« a EJERCITO PaRaGLAÍC..................... 22?
KittAt* I, ESTANCIAS DEL ESTADO..................... .............. »

¿11
Apéndice A
PRESUPUESTOS NACIONALES CEL PARAGUAY
tm
RECAUDACIONES PESOS

Impuestos______________ .______ *_________ 222.131 (93,92%]


Importaciones__________ 83.640
Exportaciones___________ 61.537
Alcabala 35312
Diezmo__ ____________ 30X324
Impuesto de Depósitos____ 6.221
Papel Sellado Oficial______ 4.969
Anclaje_____________ 423
Venta de productos del Estado a la* Tropas_____ __21.154 (7,99%)
Acuitare* d*» Proplodadoa do) Estado___________ 3 663 (2, la*}
Herencia del Estado______________ _________ 4.220 (1.59%)
Pagos por Venta Previa de Oficina_____ _____ ___ 3.100(1,17%)
Buena Cuenta_____________________________ 2.902 (i ,10%)
Recaudaciones de Bulas Papalea_______________ 2.492 ( .94%)
Fianzas Caducadas._________________ ________ 1.068 (.40%)
Legados al Estado________________________ _ 996 ( 34%)
Confiscaciones____________________________ 531 ( .31%)
Cobranzas da D eudas_____________________ 107 ( .04%)
Venta de Productos del Estado al Público 81 ( ,03%)
Multes___________________________________ 62 < ,D2%)

264.727

213
B I1H I 1ETE8
RECAUDACIONES PESOS
GASTOS PESOS
150,852 (52,51%)
Ejército_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ____ __________ 133.123 (93,88% ) Importaciones. 58.480
P.p-rftaHflrw« 47.770
Salario s_________ __ __ .____ 58.929
Provisiones pera la tro p a---------- 33,807
Papel Sellado Oíicial________ - 3.508
Construcción de b o q u es_______ 8.551 Anclaje 331
Alumbrado, misas y m é d ico ____ 1.837
Obras del Estado_ _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 10.737 (6,77% ) Diezmo____________ _____ _ á3
90,107 (31 41%)
Salarlos del Gobierno_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _______ 9.306 (5,36% )
Personal de la tesorería _ _ _ _ _ _ _ _ 4.954
<
15.417 5.37%1
_ IIlllin i-iiíifliftri i <<vm
5.102 (3.22% ) fldmlnirtrntKm rt-l rw ** 1.876‘( ,65%)
Gastos Generales____ _________________ 4 43 ( .28%) Alquileres del Estado, Sienes del Estado y
Ileg ible_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 250 336 ( .12%)
2S4( .10%)
Alquiler d e edificio de la
Venta de Producios del Estado al Publico----- ____ 251 ( ,09%)
tes o re ría _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 103 111 ( ,04%)
<39 ( .02%)
Total______________________ 158.711 Pago por Venta Previa de Oficina________ ___ ____ 5

PESOS 286.932
TOTAL RECAUDACIONES___ __ _ _ __ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 264.727
TOTAL GASTOS_______________________________ 158,711

SUPERAVIT_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 106,016 del Paraguay para todo al artode 1818.


"Eslo sema incluye TD.1QQpesos sustraíaos, que fuero reembolsados con fondes

214 215
ESI
RECAUDACIONES

114.064(69 27%)

Alcetela _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 33.445
Excitaciones________ ______ $.146
Papel Sellado Oficial._________ 2.210
Impuesto da Guerra _ _ _ _ _ _ _ 489
Ancla)©___________________ 130
Yanta de producto« de Estado a Tropa»---- —I— . 31.031 (’ 8.82%)

Yanta de productos col Estado ai público____ _ 8379( 509%)


Productos agrlcdas / animales 7 729
Mercaderías_______________ 65C
Reembolso de Anticipos de Salarlo______________ 6556 ( 3.36%)
Cobranza de Deudas ______________ 1.576 ( .96%)
Herencia* del Estado_________ __________ _ 1.5151 ,92%)
Confiscaciones_________________ _______ 1,410'( .06%>
Alquileres de Propiedades del Estado_____ _ 146 ( .09%)
43 ( .03%)

■Esta cüraas lad.férrea entretas«nw* hslsda*enAVA.NPN*im ■ u


^ k c" ~ r * :

216 217
tm
RECAUDACIONES , PESOS

(incluyendo médico)__
Píovtetonea para trapas. Confiscaciones_______________________ 121.123 (66,48%)
Construcción de buques Venta da productos dsl Estado a Tropas_____ 15.272 { 0,33%)
Im puestos_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 14.336 ( 7,08%)
construcción de cuartel.
Obras del Estado_______ - 30.334 (13,93%) Importaciones______________ 4.824
Papel Sellado Oficial__________1.440
Salarios del Gobierna . 6.50Î < 3,91%)

Personal de la tesorería y varios


Herencia del Estado__________ 12.797 ( 7,03%)
Tesorero de guerra y personal _
7.345{ 4,04%)
Reembolso da Anticipos Salariaos 3.979 ( 2.19%)
2.885 ( 1.59%)
Venta da Productos dal Estada al Público________ 2.372 (, 1.30%)
Reajuste de Inventario_________ .___________ 1.699 ( .93%)
TOTAL GASTOS _
Cultas ____________________________ 40 ( ,02%)
L RECAUDACIONES
Alquileres de Bianes dal Estada_________________ 31( ,02%)

218 219
u n a

RECAUDACIONES PESOS

Imprvtarinnns IQ.Rflñ
Alcabala 11.062
Impuesto a las C urtiem bres__ 3.568
Exportaciones 1.053
Papel Sellado O ficial_______ _ 1.348
Diezmo 1.273
Venta de Producto# del Estado a Tropas____ 1 6 .874(19,71% )

5.651 { 6,60% )
5.494 ( 6,42% )
3.193 ( 3,73% )
Venta da Productos del Estado al Público___ 1.845 ( 2,15% )
Reembolso de Anticipos Salariales 1.721 ( 2,01% )
404 ( ,47%)
3 06 ( ,36%)
Alquitaras de Bienes del E s t a d o ___ 1 64 ( .28% )
195 ( .23% )
Venta d s tote u rban o_______ 195

Total__________________________ ______ 85.623

221
B P Í

RECAUDACIONES PESOS

Venta ce Productos del Estado al Público__ 59.809 (39,75% )

Productos agrícolas y
animales 9.101

Alcabala 2.733
Papel Sellado Oficial
( H S 3 f 4 9 8 T) _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 1.991
Impuesto a las Curtiembres _ _ 1.487
Varios 41
Venta de Productos del Estado a es Tropas 2 3 .6 1 6 (1 5 ,7 %}

Tierras dei Estado 8.507


Bienes de! Estado ______ 10
Herencias del Estado 4,542 ( 3,02% )
Transferencia de Mayordomos_ _ 3.648 ( 2,42% )

Confiscaciones ¡1 6 4 3 '+ 9 2 5 )_ _ _ 2.5 7 3 ( 1,71%':

•Estas cilras son ta tfíaencia enlrs las * as hallarte««s AN& hJFN- nr™m
Efectivo «n Departo, Dkdembr» 15,I82fi
Oepoflílo, Dlcfembre15, 1Í27-

222 223
226 227
INGRESOS PESOS

ípuesios a la exportación ei
ipùa (3.495 5,020“) ___
gricullura (Cantibudooes

Papel Sellado (1.897 S05'}------


Ventas de Productos del Estado a la Troj 35.646 (36,05%)
Ventas de Productos del Estado al Públls 24.619(24,9 %)

Producios Agrícolas y Ganaderos _ I


4 518 ( 4,57%)

Propiedades del Estado--------


Transferencias desde los pueblos _ 3.406’( 3,45%)
Confiscaciones______________ 2.42Q-Í 2,45%)
300 ( ,3 %)
165 ( ,17%)
23 ( ,02%)
Subdivision de propiedades

’ Estascifras seo lamitea de las diferencias entrelas sum


1865, Dinero Efectivo en Depósito, 15 doDictembrs de
Dinero Efodlvo on Depósito, 15 d* Febrero de 1831.

229
230
232
233
234
236
237
238 239
E ¡g

INGRESOS PESOS
V.-«»» A» A.I p,tMu .r DM.II»
Macadarlas (iiieluyendocrisîaleifay tas)__ 33,475

Hierro .
Herencia del Estado ¡3»613M-s.W8)_____, _

imousato. ^ ne!
Ittpiü (22.253f71T_____ 22.324
Agiicdiu» (contribución(matarla)_______

Papal Sallado

Conflscælcna* (5.235' 4.064} __________ ..... 10.359( 5,5 %)


B-44Q( 4,46%)
HUlt* j |
260
Alquitare« 7.263( 3,60%)
Tierias del Estado
Propiedades del Estado_______
Transferencia dude los Pueblos______ .. - 4.9fl2"f 2,6 %>
. 2.344 ( 1,25%)
c l b ^ 1d T o L « bSlad° a D,,S“B'1CW
303 ( .16%)

16

ttvo90D.'¿».i^T3^EDtete^m
UBICACION EN ARCHIVO D E LO S
PR ESU P U E ST O S NACIONALES D EL
PARAGUAY

late ANA, LC, Tomo 15, Libro Manual de la Caxa de Hazienda ,.. para la
Cuenta deJ año 1B1S.
1B1S ANA. NE. 1230, Cuenta General de las Entradas >Salidas ocurridas
en la Tesorería General de Hacienda de te República del Paraguay
para lodo el año 1813,
1819 ANA, LC. Torno 17, Libro Manual do la Caxa rio Hazionda . .. para ¡a
Cuenta desde 16de Abril a fin de Diciembre 1819. Unacopa se encuen­
tra en NE No. 1119.
1820 ANA,LC- temo17, LibroManualdelaCaxade Hazienda... paralaCuentadel año1820.
Unacopiase encuentraenNÉM>. 1839
ANA. LC. Tome 16, Libro Manual de la Tesorería de Guerra . . . para
siguiente de 1820. Una copla se enccer.ua en NE No. 3104.
1821 ANA. LC. Tomo 19, Libro Manual de la Caxa de Hazienda . .. pnm la
Cuenta del año de 1821. Una copia se encuentra en NE No, 1040,
1822 AMA, LC. Tome20. A psai que faltalapáginadel tíluto. y sn lene' encuentalacaiánle
maletiquetaríaque selee1821,eslavolumenesel liba Manual delaCaxade Hazienda
... para laCuerdadel añorfe1822,

ANA, LC Tomo 21, Libro Manual de la Tesorería de Guerra . .. para


la Cuenta corriente desde 1’ de Enero hasta Un de Diciembre del año
de 182Z Una copia se encuentra en NE 1341 y NE 1042.
1823 ANA, LC- Tomo 22, Libro Manual de la Caxa da Hazienda . .. para la
Cuenta riel año de 1823. Una copia se encuentra en NE 31C6.
ANA, LC. Tomo 23, Libro Manual de la Tesorería de Guerre . . . para
TOTAL INGRESOS ---- --- -- -------------------- ----- 126222 la Cuenta del afle 1823. Una copla se encuentra en NE 1844
TOTAL GASTOS — -------------- ---------- --------------- ' 1624 ANA, NE. No. 1844, cuenta General del año 1824.
1626 ANA, LC Tomo 25, Libro Manual de la Tesorería de Guerra., . desde
SUPEfWN Enero 1 hasta et íin de Julio de1826.Tomo26ssunaeopia del Tomo25.
1826 AMA. LC. loro 24, Libro Manual delaTesciena deGuerra... desde Julio 31 hasta el
findeDiciembrede 1826.

245
Apéndice B
1927 ANA. IC. Tomo 27, Ubro Manual de la Tesorería General.. . desde
Mayo 30 haau el fin do Diciembre de 1827. Los lomos 28 y 29 sen DINERO EFECTIVOEN DEPOSITO
copias del Torra 27.
1329 ANA,LC. Tomo39, UbreMaruil délaTesoreríaGeneral.,. arto1820|íloneta*errórea-
rnenle1827) .......... M
1329 ANA, LC.Tono38UbreManual OclaToaoranaGswral... desí*EnaroinstaSetiembre ---------- 24?
d» I8J9. El Tare 31 esléenónearisrte erqueado 182É, es unacopia *1 Toreo55 ---------- 249
etiquetado 182S, es una copia del Tomo 32. - 250
ANA. LC. Toro32. Ubre Manual dolaTesorera Geíaral . $«tiemble hastaal finda »3
Diciembre de 1029.
1830 ANA. LC Temo 39. Libro Manual de lo Tesorería General . . . desda
Enero hasU Noviembre 6,1831 (etiquetado erróneamente 1936) 252
1831 ANA.LC.Torno34, LibroManual de lo Tesorería General... arto U31. 252
1832 ANA. LC.Tomo35, Libro Manual de la Tesorería General... arto 1832. ----- 25)
1B33 ANA.LC. Tomo36. LibroManual de leTesorería General... arto 1833-
1834 ANA,LC. Tomo37, Libro Manual de laTesorería General... año 1834-
255
1835 ANA. LC. Tome. 39, Libro Manuel de la Tesorería General... año 1835, 255
Fallan tos pnrreios 21 asientos de este libro. 254
1837 ANA, LC Tomo 40, Libro Manual de le Tesorería General... año 1837.
Un registro de recaudaciones desde el 30 de Noviembre de 1837 al 23
de Junio do 1941 se encuentra en NE 1290.
1838 ANA LC. Tomo 41, Libro Manual de la Tesorería General. . arto 1838.
Faltan los pdmsfos 21 ásenlos.
1839 ANA, LC. Tomo42, Libro Manual daI*TesoreríaGeneral. año1B39.
1840 ANA, LC Tomo43, Libro Manual da laTesorerfa General... año 1840.

246 247
DINERO EFECTIVO EN DEPOSITO - I 8 l 8 . ' . ^
DINERO EFECTIVO EN DEPOSITO - 1820
PESOS
Personas fís ic a s_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 85.456 PESOS
Sanios Lugares de Jerusalem--------- _ 2,313 08.593
Administración de Córraos------------------------------------------- 1-876 Sanios Lugares de Jerjsale 4325
Ccnspiradoree------------------------------------- 1-15B Adminstraciór de Caazapa 2.332
Sacerdotes____________________ _________. - 344 Adminisfraaán de Correos
Depuración de Comercio---------------------------------------- 180
Multas 49 Pranciscaros_ _ _ _ _ _ _ _ _

Cepuiación de Comercio.

Total 99.600
■ i M i i u i j . i . i jj j « n v . i j , 'i i n ; . i . H i r . E

PESOS
. 67.722

lUminicIr.r-IAn H* r nnm 1878 Santos Lugares de Jcrusolcm


r - inrifífifT 1 158 •Administración de Caazapá _
Administración da Correos . 1.876
Conspradores_________
p* .rv™-,|rt Franoscar«__________
U .iras . ____ 49 416
Depuración de Comercio.
99.242
Mullas____________
Total

■'ANA.f£No.re*Q.UW«ManualflalaCaxadaHasi*»a*-. p»r»iiCu«il»eel*So l»í’.

24S
249
DINERO EFECTIVO EN DEPOSITO - 1827' DINERO EFECTIVO EN DEPOSITO— 1830'

PESOS
Papal SailaOo _____, ___ „__________ 815
Puedo de Yiiy---------------------------I________________ 4*6

CCRfi

PESOS
Contribución Fructuaria 124
63.993

1.413
PueDo de Yuw •446

Ioni

PESOS
DINERO EFECTIVO EN DEPOSITO - 1829

PESOS

Confiscaciones deËdraiîjêroé J L ._____________________ 8,662


Iglesias (7Iglesias y 1 Cepilla)_______________________ 7.769
SacB'doiBS . ..... ..... _________ i_______________ 6-636
Papel Sellado __________________________3SS
Puoblodo Yuly __________ 1_____________________ 446
Pnsionero . . _____________________ ____ 103 Papel Sellado ..

Total ___ . _____________________101,357

251
Iglesias ¡18 Iglesias y 1 Capia} _
Confiscaciones de Extranjeros___ o Abolirti 70.004
Contribuí 25.824
Iglesias (22 Iglesias y 1Capilla} _ 19.8C0
Misiones (3 Pueblos)_________ 6 615 Confiscaciones de Extranjero:
Sacerdotes (Cuotas de Curas)----- 5.650 Herencia del Estado_____
Impuesto a la Exportación da Itapúa. 5.626 Misicnes.(4 Pueblos)_____
Papel Selado___________ __ Derechos de Exportación llapúa
Sacerdotes (Cuartas de Curas} _
Prisioneros _. _______
Papel Sellado___ _____
Deuda a comerciante inglés___

PESOS
. 70.004 DINERO EFECTIVO EN DEPOSITO - 1835'
Contriteción Frut
Iglesíes (21 Igleä

— Herenciadei E Confiscaciones de Extranjeros (Demand s Ultramarinas)____ 14.ÍX


' Deiechos Extracción da Frutos Itapúa _
Misiones (6 Pueblos) _ 9.865
Impuesto a la Exportación Ce Itepúa _ 6 201 Herencia del Estado (Finados) _ 9.722
5.561 Reos y Osudas__________ 6.605
Sacerdotes (Cuartas da Curas)------
Papel Sellado----------------------
Deuda a Comerciante Ingés —-----

Total

253
DINERO EFECTIVO EN DEPOSITO 1838'

PESOS
Dezmó Abolido ___ ____________________ . 70 794
Contribución Fructuaria________ __________ _ .. . S6.90B
Postineros y Deudas________________ _____ . 48.175
Derecho de Exportaciones de Itapúa____________ . 34.023
Misiones (9 Pueblos)_______ -_______ ______ . 31.979
Iglesias [35 pesias y 2 Capí las)______________ 30.555
Confiscaciones de Extranjeros ______ __________
Herencia del Estado — _____________ _______ _
Papel S e n a d o _________________________
Cuartas de Curas-------------------------------- -—
Deuda a comerciante inglés__________________
Impuesto de Transporte sobre «toctos traídos a Itapúa _

DINERO EFECTIVO EN DEPOSITO - 1839

63.512
Prisioneros y Deudas ___ 52.122
Derecho de Exportaciones de Itapúa _ 35.872
Iglesias [30 Iglesias y 2 Capillas)____ 35.145
S(IOPUBl 33.047
Confiscaciones de Extranjeros _ 14.067
Herencia del Estado _ ____ 11.768
Papel Sellado___________ 8696

Deuda a comerciante Inglés_________________


Impuesto de Transporte sobre efectos traídos a Itapúa

O. OfrwcoElectivoenDeptoito, II

254 255
Apéndice C
EXPORTACIONES PARAGUAYAS
PESOS
Diezmo Abolido______________________________ 7Û794
69.223
Prisioneros y Deoda3____ ______ _______ _________ 55 983
Herencia del Estado (incluyendo36-646 pesos de Francia). 47.386
Misiones (11 Pueblos)__________ __ ___________ _ 37.949
Iglesias (39 Iglesias y 2 Capillas)________ ____ ___-___ 37.580
Impuesto de Exportación de llapúa_____________ _____ 35.943
Confiscaciones de Extranjeros_______ _____________ _ I4.C67
Papel Sellado____ __._________________ _______ 9.749
Cuartas de Curas__________ _ _ _ _ _ ____________ 4.976
Deuda a comerciante inglés______________________
Impuesto da Transporte soore etortns tmíH« a itapúa-------

Total 385.430

256
EXPORTACIONES PARAGUAYAS
IffT l

Yerba_____________ . 2.568.33 toneladas 335482(70.23%)


Tabaco ------------------- 339,23 toneladas 67.645(23.19%)
4.864 saetas 11 552 ( 3,95%)
104.10 toneladas 6.248( 2,13%)
1.917 baritas 1.438( 49%)

232.564

Más pequeras cantidades de naranjas, miel maderas, cabos para barcos,


cerámica, almidón, malí, azúcar, canastas, hierbas, arrozycañade azúcar.

¡o-da 1818, usando'¡aeslrucluraliscai de1S1SMac


_.et ANA. NE1S26, Cuatíomoj 6« Flacaudaelon .. . porel Uerac
da$IMsobrelostrato»exportados, arto1818.Dadoquelasmaoei

cruel peseporalayerba, la

JA ME1053. Pilar Aleabais Rocolpu (Recibos de Alcubilla

261
1

EXPORTACIONES PARAGUAYAS
IT5TÜ
Pesos
529,55 matadas' 42 364(73.68%)
¡ toncadas 13.6SO(23.8t %)
1.444{ 2.51%)
57.408

Maspoquertascantidadesdanararjas. cabos paraembarcacores. d


piedras almidón y cerámica, ascendiendoa aproximadamente otra
ciento del total o

iafiscalde 1816haladasenAM» Nc 1826 Cuaóor-


:lón ., poi «I Derecho de 51»» »^lbre 103 fnjl0‘
ISIS- Dadoque los.radar» dut»psraguayit aran

Ei valorde) peso peray«ca. tabaco. drice» yaguárdeme raopeses


MOpesos, 60 pesosocrIcneUttay6 rea«s gorOHft leapectivam«*».
se han calculado raetees precios de export.*»'' PD'f’‘áf * ' ’®*i2?
M ados *p ANA. KE ReeiBoi de A«tóala <*«Nlar. J » » E
valor del preciode sueles (19ra ' '
¡r ANA,SH229 Cuaderno
le Venta, Compra* y Gastos .. arto á* 111*-

263
EXPORTACIONES PARAGUAYAS
I f S l

Taham 155,45 tonelacas 66.633 (54,51%)

162,05 ton. Miar 69.279” (39 73%)”


Yuro«________ 219,43 tonelacas 24.552 (23,63%)
(123,66 toneladas’

a aros________ a 347 cueros 8 893 ( 8 36%)


+00-323 cueros’)

Cartelas----------- 123 carretas 6765 ( 651%)

Sal---------------- • 37.90 toneladas 4.546 ( 4.37%)

Maíz__________468 fanegas 1.404 ( 1,35%)

Aguardiente____ , 1 T78 barriles 1.334 < 1,28%)

i- : i •" : i.. 10.863” ( 7,28%)'*


103.935
149.184”

Maspequeñas cantidades de charos, miel. dulces, rroz, almidón, azúcar. Jabón,


mandiocasecada. CíDOllM,queso, cerámicay¡arrei as, ascendiendoaproxmacla-
merile a otrosfl por cienlodel total do le» exportado

264
EXPORTACIONES PARAGUAYAS E S I Apéndice D
EXPORTACIONES POR PILAR
Pesos
Yerba ... ... 1(3.55 toneladas 14 006(53.12%)
Tabaco . ____________ 25.32 toneladas 7.826(29.68%)
Sal ______ 13.9R toneladas 1.678 ( 6,36%)
Aguardiente . _ __ 20M barriles 1.603£ 5.70%)
Cueros. _________ 9'8 cueros S12( 3/5%)
Carretas .. S carretas 640( 1,66%»
26.365

10 tí*
jüfcón, mandioca, sacada, cobalas, atesó, cerámicas y w Z s f S d l S
aprosómadamante oíros parciento total de las e*pc

EXPORTACIONES ASUNCION-BUENOS AIRES iT T B I

¥(w
hs
----------------------------------- 32.11 toneladas

85 suelas

AM
, LC, Ion» 27. LibroUanua de la Tesorería
de Mayohastael !lnda Oíciombrede 1627. islas c
roertecincoembarquesgrandasdrecrameni«daAs ncicnaBuenosAirar.

' Gaeulsdoa 75 arrobas pe ¡srcks-

266
EXPORTACIONES POR PILAR r m
EXPORTACIONES POR PILAR |£BI

Pesos vnrha 78,57 toneladas


7.525(45.46%) 50,20 toneladasdeyerbaTessa
94 06 toneladas a80 pesos
Tabaco .......... 3.980 (24.04%) a SOpesos = 4.0t6
19.90 toneladas a20Cpesos 28.37 toneladasdeyerbavieja
2.870(17.34%) a 40peses = 1.155
Agcardienta___ 645 barriles aeréalas 1.234( 7.45%) Sal________ 42,62 toneladas a 120pasos 5.114(36.59%)
Míe . ____ 15,70 toneladas a60pesos 942 ( 5.69%) Tabaco- - 17,35 toneladasa 160pasos 3.123(21.73%)
Aguardiente 1.305 bañiles a6 realas 979( 6.81%)
16.551
14.357
Más pequeñas cañad Más pequeras cantidadesdedufcas, miel, almidír.. maíz ycerámica, ascendendo
a aproximadamoniacures 13por oi«icaael icol os las eiportacones.

EXPORTACIONES POR PILAR BEBI EXPORTACIONES POR PILAR IE 3 8

32.03 toneladas 2.450(34.74%) 134.06 toneladas


95.56 terciadosdeyeiba fresca
29 22 toneladas de yerbafresca
a 30pesos = 7.645
a 80pesos= 2.336 38,50 toneladasdeyerbavieja
2.8 toneladasde yerba vieja a 40pasos = 1540
a4Qpesos = 112 Sal___ _____ 37.90 tet'eád¡»al20pesas 4.543(21.82%)
Tabaco . ---- 9.98 toneladas a200 pesos 1.966(20.30%) Tabaco -------- 24.90 tereadas a 180pesos 4.369 (20.96%;
Maíz----------- 468 fanegasa3 pesos 1.404 ( 6.73%)
Sal------------ 14,02 toneladas a12Cpesos 1.662(23.65%)
Aguardiente---- 1,778 barriles aeréalas______ 1.334 ( 6.40%)
Aguardiente..............
.231 barriles aSreales 923(13.09%)
20.840
7.051

oí« de dulces, miel, cerámica, elmiddn, maíz, y cigarros,


oscendlBfldí aaproar icdamsniaotros13porcientodel totaldelasexportaciones.
EXPORTACIONES POR PILAR 1BÜÜ1 Apéndice E
EXPORTACIONES POR ETAPUA
64.65 tora lajas
33,10 tárelajas deyerüafresca
a30pesos = 3.043
26,5a tonelaj as Ceyeroavieja
a40pesos s;1.062
19.46 looelajas a£00 pesos 3.892(31.77%)
23,55 toneledasa120pesos 2.826(23,06%)
1.900 1.425(11,63%)
12.253

EXPORTACIONES POR PILAR

55,42 toneladas
33,12 toneladasdeyerbafresca
a 30pesos = 2.650
22,30 toneladasdeyerbavieja
a40 pesos = 892
11,36 toneladasa200pesos 2.272(25.25%)
13,98 toneladas a120 pesos I 673(18.65%)
_ 2.C04 bariilesaSreaies 1503(16,70%)

270
271
EXPORTACIONES POR ITAPUA EXPORTACIONES POR ITAPUA

Pesos
11251 toneladas Yerba_______ 293,21 toreadas a 180oesos 52 778(60.78%)
111,46 Icneia¿a3a 320pesos Tabaco . 67,23 tonelada3a40Cpesos 26 892(33,97%)
=35.667 Ganado______ 1.42S animáis 5.760 { 5,63%)
.75 tonetadaadetabacopipa a Carretas- ___ 35 aiCpesos____________ 1.40Q( 1,61%)
86.830
2.1221 5.46%)
57S( 1.47%) Vis pequeñas carndaíles aa cu»-01 cigarros, asuniduniM (5S3 Barriles o 1,23
oeaos} jabón txüe*. maia el-noCn; rleldscencronCOB acocrredanerta ot-os
544) I 39%) 4 per cienta del total oe lasmperaciones.
ero?daGarra a4 reales

cuerosredondosa3reales
EXPORTACIONES POR IT.APUA

Peoes
Tabaco _____ 282,85 toneladas 112.283(82.83%)
279 28 toneladasa400 pesos
=11-.712
3,57 toneladasde tabaco pira
a 160pesos =571
EXPORTACIONES POR ITAPUA 8 ff? l Yarda _ tonolECeaa 180pesos 12.132( 8.95%)
Coaros . 6-568( 4,84%)
5.109 cueros redondos a
Tabaco--------- 60,78 tonel«fas a400 pesos 24.312(50,07%)
Cenado —_ 2.553 animales 13.201(27,30%)
2.734 Cue'OSdeGarraa' peso
Tert»--------- - 46,22 toneladas a ' 80pesos 8.320(17,20%) -2.734
Cairelas _ £3 carreiasa40pesos 2-52Q( 5,21%) Cañetas ------- 83 cañetas a55pesos 4.565( 3.36%)
135546

.# i- 273
tè i;
274 275
Apéndice F

F-ipoi mñiuf» de) Esudo (ni PiUi 1831 .... -


Eraai*»cÍDBMJ«l Esuíj pul lupú* )8*7 •- ..... —
Fxfio:ntiore» del Em>¿»pe;. lupú» 1658........ -

276 277
APENDICE C Apéndice H
DERECH05 DE IMPORTACION PARAGUAYOS EJERCITO PARAGUAYO

1815
Derecha de Iniportación
- _______ - __________ ____83.540 pesos (A)
y
ia iB __________________ 58.490 pesos (B)
1819 ___________ -____ 42.643 pesos {CJ
1820 69.674 pesos(D)

_
1821 44.348 pesos (E)
1922 . 4.924 pesos [f)
1823 19.808 pesos(G)

_
1824 . 27.006 pesos (H)

ANA. IC Tomo 15. Litjia »anual Se la Caía de Hazlenda .. para 1«Cuenta


del arto TB16. (Oerecltos de ImpMiaaónde! 1o. de Es»o al 29 de Marzo 6
por ciento; Abril a Diciembre 15 pordentó).
ANA, NE No. 1230. Cuenta General de las Entr
la tesorsna General da Hadenda de !a Peput
el ado de 1818. (Derechos de Imperteaiónpara 1816fueron '.5 portuerto)

278 279
EJERCITO PARAGUAYO - f S t t f l

El ejército paraguayo consistía al 30 de Abril de 1834 de:


4 compañías de iríanlería
3 compañías de granaderos a caballo
3 compañías de fusileros
2 compañías de artillería
t compañía de lanceros
i nuevo escuadrón en formación

Total de Perscnal Pesos Mensuales cada uno Salarlos Bimensuales


25 50
3tenientes 20 120
6 subíanlentes 1g. 17.5 210
5sjDlBniertes2o. 16.5 165
24 sargentos 9.5 466 (AJ
47cabos 6.5 649 (AJ
3.3 ¿OSd (A)
70artilleros 5.6 770
4.25 109 (B)
4.25 40,5(C)
5,5__________ 33
400 subtota! 5.265.5(D)
249recluías"_______ {aproximadamente,i 2.740.0(E)
649TOTAL 8.005,5

C. El llauí&lQaprendaredbfa3.2Spesesmer-susles

280
EJERCITO PARAGUAYO- IBM
El ejército paraguayo consistía at 31 de Diciembre cié 1837 de:
4 compañías de infantería
4 compañías de luslleros
4 compañías de caballeree
3 compañías de lanceros
3 compañías de granaderos
1 cor ceñía de artillería
1 banda mífitar

Total Personal Pesos Mensuales Cr


atenientes 20
ti subtenientes 1o.
6 subtenientes2o. 16
17

796 CA»
42sargentos a
103cabes 6 1367 (A)
i.445soldacífts = 6127 (A)
107 artiSercs S
14tambores 5

22soldadosdolancerosreablan5pesos
usde granaderos recibían6,5 pesos mentí
tira bimensual después de deaieciones por

282
ir

APENDICE 1
ESTANCIAS DEL ESTADO
ESTANCIAS DEL ESTADO
COSTA ABAJO
INTERIOR
Estantía de SuruDíy
Estancia San Miguel del Ytá Estancia Estanzuela di
Estancia Manduvirá del Ytá Estancia de Carayá er
Estancia de Yaguarón
Estancia de Plrayuby en Ybytimí
Estancia de Yecá en Ybytimí
Estancia de Paraguarí el Partido de Tac
Estancia de Gausary e Desmochadas
Estancia de Tabspy e Isla Ombó
Estancia de Mbuyapey e GuazúCuá
Estancia de Cucuyo
Estancia de Tobad
Puesto de Piribebuy
Puesto del Poirero de Bogados COSTA ARRIBA
Estancia de Apychapá en Caapucú
Estancia de Solis Cue en Caazapá Puesto de Atyrá
Eslcu.ua SsnSJino en Caazapá Estancia de ¿aguas cus en ios ahos
Puesto Mberuyly sn Caazapá Estancia de Ybyracarapá da ia Villa del Rosario
Estantía Beism en Caazapá Puesto de YByrayú
Puesto San Vicente en Caazapá
Puesto^Ybyrygua en Caazapá Puesto Tuyú
Estancia Jara sn Caazapá Puesto Arce Cué
Puesto Rrily en Caazapá
Estancia Jesús María err Caazapá Estancia de Capii pobó
Estancia San cuan en Caazapá
___ Puesto San Ysidro en Caazapá
tstancias ae'Yuty Puesto de MbururC
Estancia dei Rosario en santa María
Estancia de San Roque en Santa Matia Estancia de Mingo en San Joaquín
Estancia cíe Sania Rosa Puesto de Bola Cuá en San Joaquín
Estancia de San Miguel en Saniiago Estancia de San Miguel en San Estanislao
Estancia de ASnguy en Santiago Estancia de 1aVilla de Sai Pedro
Estancia de San Francisco en Santiago Puesto de Tacuatl
Estancia de Tavayurú en Santiago Estancias de la Villa de Concepción
Estancia de San Isidro en San Ignacio Estancia de la VSIadel Serrador
Estancia da San Pablo en San Ignacio
Estancia de Yaguareté en San Ignacio
Estancia ae San Cosme
Estancia del Partido del Carmen
Estancia de San Martin en la Villa de la Encarnación
Estancia de SantaTeresa en la Villa de la Encamación

284 285
NOTAS

1. John Parish Robertsony WilliamParish Robertson, fianr lean io Paraguay,


2:189.
2. José AmonioV^uej, £7DtworFrancia, viste/oídoporsus contemporáneos,
p. 43.
3. Francisco Wisner di Morgenstern, EJ Dictador del Paraguay, p. 88
I Johann Rudoif Renggéf, The Relgn o í dedo¡ Joseph Gaspar Koderick de

cita en Ch?ve?, El Supremo Dictador, p. 185. De acuerdo a Afilio García Mellid,

. . . puede encontrarse en la Biblioteca Nacional, BuenosAires, No. 245.07IR, pero


también «tractos hallados enJosé Antonio Vilques, El doctor Francia, pp. 2dó-<8.

9 Citado en Antonio Zinny, Historia de los Gobernantes del Paraguay, IS53-


1887, p. 3*6
10. Charles Daravin, The Voyage oí ¡he Beagic, p. 119.
11. Wisner de Morgetíítesn, El Dictador, p. 88
II Para ejemplos de los poemas, canciones y folletosfransstas. ver Blas Garay,
ei, Descripción de las honras fúnebres que sí htíeron al EaCtí». Señor Dr, José

hallados en José Antonio Vilques, El doctor Francia, pp. 783-922, y Chives, Ei


Suprema Dictador, pp. 464-7'*'.
13. Manuel Antonio Pesia, “Oración", GM, 22 deJoño de 1846, ‘Oración" fue
reimpresacomo partede laconstansepolémicaalrededor deFrantia, que experimentó
ora drarairicareactivacidina mediados de 1846. Para unalista de losartículos pirio-
disricos ysus ubicaciones, vei Chaves. £1SupremoDictador, p +14. Parauneanacto

287
NOTAS
14 Pérez, “Oraesón", corno se reproduce en Garay, DaerípdiOj p. S. 4 Coaso se ata por Cirdiflf G. Fúrlong, “Las Misiones )esuincas", Historia de
li Libro que contienebf condicionespatrbde¡os Colegiales, 1772-1SIQ,Archivo h Stalin Aigeatwj 3(19)9):420.
de Colegio Nacional i« Menserrat, Cfirícfca áespim díl asiento de 1783. i. AGÍ, ABA, leg, 323, Olido Reai a Avilé», 30 de Noviembre de 1798.
16. Thomas Carlyle, Doctor Francia, en!aobra de Carlyle Cnilnl ar.i Miscella­
neous Essays, 4:205-6). dejaron de set iripienerradas.
7. AGL ABA !cg- 142, Alfil a! Bey, 20 de Octubre de 1788
erar iaspp. U4 y US. 8. Ibld, Apéndice 5 “buido de los ganados , . . que quedaronel año de 1768
18. Garría MélÜd, Procero, voi. 1. .1 7 6 9 ... y en este año de 1788" '
15. Pablo Neruda, “El Doctor Francia”, en Ciras Completas, pp. 430-31. 9. AGI, ABA, !eg. 85, Avilés ai Rey, 8 deJunio de 1799.
20, La finirá excepción destacable es la fascinante novela histórica de Augusti) 10. AGI, ABA, leg. 85, Asirá a Avttés, 8 de Mayode (799.
Boa Bastos, Yo el Supremo (1975). 11. AGI, ABA, ieg. 142, Alúsal Rey, 20de Octubrede1788, Apéndice6, "Pueblo
de jesús", ¡1 de Julio de 1788
12. AGI, ABAleg. 85, Azaraa Aviles, 8 de Mayo de 1799.
capitulo ; 1J. AGL ABA, leg. 142, Avilé» al Rey, 8 de Junio de 1800
14. Ibid.
1. AGI, ABA. leg. 322, Pinedo al Rey. 29 de Enero de 1777. 15. AGI, ABA, ieg. 142, A16s al Rey, 20 de Octubre de 1788.
2 AGI, ABA, leg. 202, Pinedo al Rey. 14 de Junio de 1771. 16. Ibid.
3. Félixde Aura, Descripción a historia riel Paraguayy del Rio de ¡t Pista, pp.
204-5.
4. ANA, NE, leg. 3360, Libro de Asiento de Cufu par» eí año de ISOO. CAPITULO3
5. AGI, ABA. leg. 202, Pinedo al Rey, 14 de Junio de 1773.
i. AGI. ABA, leg. 322, Rivera al Key, 19 de Mayo de 1798. 1. James R. Seobie, Argentina, p. 75.
7. AGI, ABA, leg. 322, Pinedo al Rey, 29 de Enero de 1777 A ANA, SH, leg. 211, Lajunta provisional gobernativa de la capital del Ría de
(Las palabras en itálica sonagregadas).
8. Lb.J. de 18.0 P
3. Johs H Williams, "Dr. Franca a».dihe Cieationaf the RepunteofParaguay:
18HM8I4", Ph D di»», UmvirsidaddeFlorida (GaincsviSe), pp. 118, 119.
11 AGI ABA, Leg 322, Piaedo al Bey, 29 de Enero de 1777. 4, Pedro Somefiera, “Notas a la introducción que luí puestoel Dr. Renggér a
12. AGI, ABA, leg. 322, Rivera al Rey, 19de Mayo de 1798.

capítulo i 6. JobaParishRobotson y WJLari ParishRobcnson, Fisrcra’s Fqgn ofTemr.

1. AGI, ABA, leg. 85, Azara a Avilé*, 8 de Mayode 1799. P-2L | defe de Bu Au U
2. Para unestudiodetaJadodr losdecreto» daBucareli, ver Palílu P. Hernández, paraguayos habíansidoreclutados enadineroirnputeantepara combatirenlosejercites
3. Las aíras para 1750 fiiernn prapnrdonadas porel jesuítaP. Manuel Querini 8. El texto del discurso se encuentra en Cedlio Bácx, Historia Colonial del
en cumplimiento de U cédela ikiI del !7 de Jumo de 1747, cono se día en C.E, Pataginy y Río de b Pista, p.17).
Corona Baiatech, “Notas paraunestudiode la sociedaden, el Rio<k la Placadurance 9- Ibid.
e! virreinato", Anuario de Estudios Americanos 6(1953): 144. Las cifras para 1774 10. BNRJ, CRB, Acto del Congntio Jel 24 deJulio de 1811), como se ara «nJulio
fueron presentadas porel padreJuan Francisco Cardo asusuperior, Padre Fulgencio
José González, AGI, ABA, leg ¿I Carra a González 17 de Diciembre de 1765. Las 11. ÁNA, SH, leg. 212, Batido dd Gdwmador Velazco. lo deAgosto de 1810,
ciíraa para [767, 1784 y 1801 s? han tomada de Bnuuilava Susnik, Ei indio colonial comoseata en Williams, “Dr. Francia", ?. 54. Lamovilizacióndemostróset eitrema-
del Paraguay, gráficos en el volumen 2, entrelas pp. 172 y 173. Susnik se basasobre daraente eficaz, activando aaprinimarianiente 6.000 suldmlmacaballo, sil»embargo,
varias lueme» primarlas (versucapitulo i, pp. 107-72 paradetalles).

288 289
S ¿r^ f ? I ? * ! * 531 a I a Ì S B * Ï g ¡3 1 ¡3 Ï B ¡S I ¡g !» ts ¡¡ « B S P js'|
294
NOTAS Capítulo S

64. ANA, SH, leg 524, Frara.ii ai Comandares de PilarJojé Joaijulr Lópet, 2de 5. Proyecto parapacificarSanta Fe, boaunar EntreRio«y Corrientes, y subyugar
Ocubre de 1815. Para mayordocain«nrJcóncoBKín.en!e ai conflicto, arre «r-np-.-.- al Paraguay, 1817, en Documentas del Archivode Puey.-rsdóit, 3:281-83.
Cccda de Franda en ANA, NE, leg- 3410, carta« del 29de Agosta, 4 Je Setiembre y 6. Decretodel Gobierno de Buencs Aires, 8 de Enere de 1817, pubkcado en b
5 de Octubrede 18 I; y ANA, SH, leg. 224, carras de. 16 y 26Je Setiembre y 15 de CBA, ¡I de Er.cre de 1817.
Octuu:: de 1815. 7. Chiva, fc‘ SupremoOteador, pp. 245, 246.
65. futenson y Roberaoc, Franaa's Reign ot ¡error, p. 125. 8. Johann Rudolph Rengg.tr, The Reign oí doctor Joseph Gaspar Rodenck de
á& AGS, Lega/c Paraguay 1811-1315y 1319, hierre:* a Robemon, 31 de Mina Frano*, in Paraguay, p. 56.
de 1915, tu o se era en Ouw, El Supremo Dictador, p. 241. 9. Artigas a Francia, Julio de 1817; comose encuerme.nChaves, Fi Supremo
67. Rabeasen y Robettaca Fraodl'í Reígti OÍTenor, p. 241. Drcodbtr, p 244.
68. Idem, Four Wats in Piraguay, 2:180. 10 Rengger, 77ie Reign, pp. 93, 54
59. Idem, fiancúV Reign af Terror, p. 27. 11. Rubraaun y Rubensan, Fondai Reign o í Terror, pp. 325, 326.
7a ACN. 1C-I,9, Vrg 13 BGobientodeEwna.AiMaFraada.lSceVrmrbre ¡2. Francisca W,.w de Mótense.-«-, El Dioadu dd Paraguay, p. 97.
de ISIS Ver Timbaer ACj N’, ! ‘-I 9, lag 1}, d Cúname de Suero Aireaa Franda, 1. IbiA, p 99.
20 de Eneroy 15 de Mano Je ¡815. 14. Reagger, 77ieReign, p. 68.
71. ANA,SIUe*.224, Frandaal Ddegsdod*Pü.t, 22deNoviembrede18i5 i5. Wisnra, O Dictador, p. 95, Wianer identifica exocredaineittc al CapitánMuo­
rici cono Pedro, hermanode Miguel Arenalo.
Chaves, £.' .SupremoDiaiJor, :p. 136, 137 ' ^ 16. li d, pp 100,101 ,
73. ANA, NE, leg. 3410, Frandaal Comándame de PJar, donJoséJoaquín Lápa, 17. Mano Antonia Mola», ‘tìsgor de un Paraguaya”, Revisa dd Paraguay 3
24 de Mayo je 1815. (palabni en ¡tilica angadas), (1893)244. (Escuta crignaltnente en 1E8).
74. BarbaraH. Stein y SniM/J, Stetn, 77>r Cohr.il! Herihgc oíLatín Añera, 18 Rengger, The flragn, p. 57.
p. 174. 19. ANA, SH, leg. 100“ Fonda t Femando Acosa, 1» de Noviembre de 1839,
75. Chatres. £ / Jiapretnn Dinarior. p 107 como«eerteneiw cnR. AmontoPuntos,L* Polka. »iMBresta, el Paraguay, p 41.
76. AGI, ABA, t«g. 322, Rivera al Bey 19de Mayode 1798, 20 AiVA, SH, ieg 83", Randrei a Francia, 22 de Noviembre de 1820, como re
77. Chaves, H Supremo Dictador, p 193. encuerara en Chaves, El Supremo Dicndor, p. 278.
78. Ibid,p. 255. 21. Wttner, O Diradar, p. 104; Rengger, The Reign, p. 63.
79. BNR:, CRB, Circular de Francia a loa celegac«. como se cite er Cha*«, B 12. Ramón deCiar« a Cario« Calvo, esento rat IÍ56 desde el Paraguay, donde
SupremoDkuiírr, pp. 194, 195 el interior cauáilode Rarairei hebra «reoehiipdo a buscarasilo Comose eneueatre
SO. ANA, SU. ¡es 225, Acia óei Congreso, 5 de Judio de 13¿í en |os¿ Amonio Vázquez, Ei Donar Frauda, pp 490-491.
SI r.UM García Meiu'd, Procero í lo* ÜkiSeadorei dela Historie de; Paraguay, 23. ANA. SH, leg 24/ Ei DelegadodePilara Francia, Noviembrede 1820, oomc
1:182. se encuerara en Chaves, B ¡«premo Oorador, p. 281.
Reogger The Reign. pp. 6>, 14*-
Wiiner, El Dictador, p. Il>6
CAPITULO S Rcngger, The Reign, p. 69.
ttnd, p. 72.
1. ANA SH, leg 236, Decreto Supremo de 17de Junio de 1816 Reegger. The Reign, p 74 La «repelón « el chispoParís, trae fuedetenido
2. ANA, Ubre de Arta»de; Cabildo, 1805-23,Acurado,deCahilrir , 4 deFebrero
y 8 de Febrere de 1819. 10 de Setiembre de 1821, 17 de Enere de 1822 y 10 de * » ¿ 4 CAM-17. 2. leg. 8. Atas Supremo de 20 de Enero de 1823.
Setiembre ife 1822. Ver timbiéti ¡uhr Parish BobetaunyWilliamparrh Robertson. Rengo,-. The Reign.p 75. t ¡¡¡¡J
Francia5 Reign oí Terror, p. JO’. Después tic cate deoetti, quedaban ro,Sinene loj
fcauvafca Je San fifia Corpus Chn'rta, Nuestra Señora de ia Asuraban y ¡a Virgen ^ J ^ ^ w t p t o s T e r ANA, NE 1*83 l8i+' G*™ G'‘nc^1*•
31. Wiiner, Fl Dictador, p 109; Rerggrr The Reign, p 64.
3. A,VA, A'ü, leg. 750, Decreto Suptrri»; Je 74 de Marzo de 1817. 32. Rengger, The Reign, p. 65.
4. Velara, Proclama de un Paraguayo a urs ¡ayunos, como se enaicnita cu 33. Ibic., pp. 6), 65.
Chaves, El Supremo Dictador, pp 185. IRdi. 34 Wfener, B Dictador, pp 110-12

296 297
1

299
NOTAS Capitula 7
50. ANA. SC, leg 81,' Auto de Franca, 22 de Julio de 1839, como se da en
Chaves, fl Sjprrtno Diaador, pp 457, 458. 16. Raberuon y Robertson, Frena*’» Reígn oí Tere -, p. 220, y Renggcr, The
51. Renggcr, The Iteign, p. 191. Ragn, p. 154
17. El impuesto mensual sobre las tenerías públicas siablccido peí el Auro
Supremodel 25de Junio de 1826. ANA, SH, leg. 238. La Últimao
capitulo 7 sureciudación (verApéndice A, Presupuestos Nacum-Jes Paraguayos, 1828), corres-

1 John Hoyi Williams, “Dr Francia andtic Creador of the Repubiieof Pan- estadoenlaexportacióndi sudas parazaparos,el productoprindpii delascurtiembres
guay", p. 252. (ver Apéndice F, Exportaciones del Estado, PÜar, 1831).
2. John ParishRcbensony WilliamParishRobertaon, Francai Reigno/Terror, ES. _BNRJ, CAS, 1-9, 2, leg. 18, pp. 12-14, Aero Supremo del 10 de Enero de

1. Johann Rudolph Rengger, The Reign oí docta Joseph Cascar fíoderiik de en pie, es la -lirninacióndel remod: Cuatropea y Ganado, ANA, SH, leg. I],' Auto
Flaneó, enParaguay, pp. 107 8. ParaunejemploespecificodeFrancaen¡areprimenda Supremo del 26 de Abril de 1832, c»o ac cita en Chaves, El Supremo Dictador, p.
443o, que corresponde al última añoen que el derecha de vendaje fue percibido (ver
conflicto personal, ver laserie de documentos hallador enANA, NEJcg 767, Duda Apéndice A, Presupuestos Nacional« Paraguayas, 1832).
María Juana Notario a Francia, 23 de Mayo¿k E8IÍ; Manuel Antonio Rodríguez* 19. ANA, NE, leg. 1862, Decrete Supremo dd 24de Octubrede 1830. Adiclonal-
Franda, 25 de Mayode 1818; y Orden Suprema del 16de Mayo de [818 menie a las reducciones impositivas mencionadas mis arriba, este decreto abolió el
4. Para ejemplos, verANA, LC, leg. 37, asiento par. Enero de 1834; ANA, LC, rama deguerra (unimpuestosobre larecolección deyerba) yel esunco (unimpuesto
leg. 40, asientos pan el 9 de Octubre y ? de Diciembre de 1837; y ANA, LC, leg. muniapa] sobre la yerba traída a Asjndón).
43, ademo para el » de Febrero de 1840. 26. ANA, NE, leg. i880, Decreta Supremo del 26 de Ctaubre de 1835.
5. Francisco Wssne. de Morgenstem, Si Dictador deí Fauagrray, p. 150, 131. 2i. ANA, SH, leg. 242, DecretoSupremode! 5 de Noviembre de 1837,
21. Rengar, The fluig,* pp. 172, 174.
21 Carlos Pasture, La lucha pea k cierra en el Paraguay, pp. 103, 105; Reoggir,
darué inglés, quien, evidentemente no regreso: ver ApéndiceB, Eferaro mantenido The fingir, pp. 185, 186. BNRJ, CAS, 1-9, 2, leg 18. pp. 17-19, Auto Supremo del
en Depósito 20 de Setiembre de 1824.
7. ANA, SH, leg. 240, Francia al Delegado de ílepúa, 22 de Agfcstode 1830. 24. Vázquez, El Doctor Fiar
£f Diera ,p. 135.
Rengg , pp. 173, 174; Wijiwr, El Dictador, p. 135.
publicadas, ver Justo Pastar Benita, La vidatofirariaM Dr. José Gaspar de frar.aa, 27. ANA,SH, leg. 226, FranciaalcomandantedeConcepción, 13deManade 1817
pp. 152, 153 yJulio César Chaves, £J Supremo Dictador, p. 198, 199. 28. Para ejemplos de estaj confiscaciones, ver ANA, SH, leg. 393, Gilí a Francia,
9. -ANA, SH, leg, 223, Francii y Ycgros al Comandante de Villa Rica, 18 de 7 de Noviembrede 1825 y 22 de Junio de 1826.
Agosto de 1814. 29. ANA, SH, leg. 226, Francia al Juez Comisionado de Capiatá, 27 de Octubre
10. ANA, SH. leg. 253, Francia al subdelegado de Santiago, donJuan Antón» de 1816.
Moni!el, 2fl de Noviembre de 1814; José Antonio Vázquez, El doctor Francia, vino y 30. Renggfr, TrieRcign, p. 176,yWlsner, EIDiecidcr, p. I3J. Numerososinformes

11. ANA, NE,‘ l"rÍfi"rCompmbarreS.. . uño 1816. dd Archivo Nacional de Asunción. Pira ejemplos, ver ANA, NE, leg. 2974. Informe
12. ANA, NE. ieg. 725, Resolución Consulardel 9 dejulio de 1814, y ANA, SH, de! capatazdeiaEstancadeCapellanía,AmorinTomásYegros, 14deEnerode1840.
leg. 223, Decreto Consular del 4 de Agosto de 1814. '• 31 ANA, SH, leg. 240, Franciaa Ramírez, 3 desetiembrede 1830. La.distribución
13. Vjsquei. £7 doctor Frauda, p. 46; ver Apéndice A, Presupuestos Nacionales
Rcngger, The Roiga, p. 17Í5,Vt ÉnApénd asNaci
[4. Varquee, £ doctor Francia, pp. 45,4fi. Rengger, The Reign, p 49, y Mariano Antonio M
15 «Bíter (B Dietxhr, p. 162) observó que en 1839 Francia reforzóla hornera artigo* provino« del Paraguay, p 34, CUBOse cu

300
NOTAS j Cap'mb 7
NE, leg 1880, Ratón dr 1*5 itn riíU i J osrcs efeoo« «I Esradoque he tecbsco
50 ANA, LC. leg 17. 1*21. numeroso» asiento» También BNR], CRB, Auto
Supremo de Francia, 16 de Junio de 1828, romo se cita en Chaves, El Suprima
. par. verde- .. a bs precies íiguienres. 17 de Dirierire de 1835; y ANA, NE,
feg. 1900, Efecto» teribklus pan vender.. . a !o»precios ar.4e.-r.es, 5 de Agesto
de 1839.
í
51
Dictador, p- 309
. Rengger, The 8 « ^ p. IU3.
5L José Antonio Visques, £1doctor Francia, pp 43,44.
39. Para ereraplos, Vet ANA, LC, leg. 38, aflo 1*35, asienoi de Hacienda en
Común para Dicicnite; y ANA, LC, leg 41, año 1838. varec asientos de Hacienda
en Corúa.
1 353. Reogger, 'libe Kéfa, p. !« .
* José Antonio Vórqca, 01doctor franela, p 34; Los ciudadanos de Luque a
VS Para ejemplo, vts ANA,NE, leg. 1874, Cuernaquey0, LuisMaraño,presearo Fonda, 2 de Mayo de 1815, como se «producen en Vúiqtter pp 278, 279.
de 1« Sombreras que he trabajado, y entregado ca la Tesorarla General desde 8 5 54, José Amonio Vtojua, SI doaor Franco, p. 38. Ver rambtfo Juan Natalicio
de Setiembre al 14 de Diciembrede 1834 Gentilel, Proceso y Fonnuaáii de 1* cu/turaparaguay», p 331
17 Ver Apéndice A, Pintipuestos Nactonalej Paraguayo». Pan los »Aos en que ' 5é ANA, NE,I*. 1821 MaestrodePróneus leras deSan Eúrauisl», d-.n Matea
existedoeumentaoór, durante el periodo 1816-23. el cota! de los ingreso» por rccau- y*«,« Frutea «Francia, 3deFebrerode 1816, BNFJ, RP, 2-36, 28,le* 36, Resolución
datíi'sirs Tie dé 983.884 pesos, míerene que el toca! de ventas fue « 122.166 pesos,
con 109 242 peses en verías .1ejércitoy 11924 en vc*a» j|público.
38. Ver Apéndice A, Presupuestos Ñidonales Paraguayos. Pan los aioa en que
57
de Francia, lo da Enero du 1819.
Fo'ngjer, The ficrge, p. I86t Giundiitc al Barón vonHuntboldt, Itap», 20 de
Setiembre de 1825, como se encuentra tit Juan F. PérwAcosta, Franpury Boaptand\
exiur documentaciónduranteel período 1816-23, los gastos de(oísobsajesdd Citado
fueron dr 91.293 pesos. j P-27
! M Wisrsrr, El Droador, p. 137
59. ANA, NE, leg. 3412, Francia *1 Comandante de Concepctóa 6 de Junio.
oda« dwirOBtMa dsspurile durar.it el periodo 182840, el total de ingresos por También ver ¡ové Antonio Vüq-jet, El doctor Francia, pp 39, 40, para ejetrpk» de
recaudadnon fue de U4M27 pesos y el teta! de ventas ascendió a 623 *13 peso* envíe»dd gobiernocentral dé ropa« los estudiamos de Concepción.
40 Las vemai »1 e,érclto aumentaron en promediode 21.848 pesos (1916-23) a
27.063 pesos (1828-40), en un promedio ar.ua! de incremento de 3.2Í5 peses Ver 60. Rtngger, TheFaga, p. 1*6
Apéndice A, Presupuestos Nacionales Paraguayos. • 61. José Váiquet, £i ttector Francia, p. 40
41. I.js ventasal públicoacmmr»-,.-, i. unpteamlluanual de2.306pesos(18¡6-
23) a 29.611pasos (1828-40), et>js crtememo anta!promrd» de 27.023 peso* Ve' 1 de* 2 de Junio Je 1835, 5 de Jul.ode 18)7 y 21 dr Maro de 1838
Apéndice A, Presupuestos Nacionales Paraguayos. 63. í.'éur Famitv Chile, Paraguay, LVuguayyfumus Aire», «nía se 6tJ enJsasé
42. Ver Apéndice A, Presupuestas Nacional« Paraguayos. Para los años eraque
existe documentación durante el perirdo 1816-23, el rci;l de impuestos ascendió a 64 Para templos de desertores aigistrino* v Iflslsfiot que bsAcafcan avio tid
540.165 pesos. Ver número 37 para altas de ventas. Paraguay, ver AtYV NE, leg. 1224. Comprobantes dd Mirastmo 4*Hacienda, 18.
43 V-r Aaérdloe A, Presupuestes Macérales Paraguayos. Para loa años en que curada d 18 de Agosto; ANA, NE, leg. 1839. Delegado de Pilar a Frauda, 18 de
ruste documentación durante «4 periodo 1828-40, el tota' de impuestos naceni ó j Agistude 1820; ANA. LC, loe- 3U, entrada 729. 33 de Señen*« de 1*2*1 y ANA,
240 4J4 pesos Ver número 35 pata dita, de ventas NE, Itg 1276, Cor.ar.dame ce OUnoo a Francia, 25 deMayo dr 1832
44 ANA, NE, leg 1232 Cuenta Mayordomode propios ... Asunción, 1813. 65 P.mggrr, The fUgn, pp- ^ 1«- P«* ■**>¿t*?0 * “"■¡P**"
Ver ANA, SH. leg. 229, Comandarte FemandoAsMaaFranria, 11 deMayode 1819
por cientopagadosobre b yerba traídaaAsunción. Eira últimoimpuesto, el estanco, Con la intensificación d* la revuelta de los Fancupilh» en Rio Grande do Sui, un
fue abolido en ¡830 pan número de refugiado» brasileño* huyó ai Paraguay; todos fuero.-, libremente
45. ANA,NE,leg 1852,Cuenta...Mayordomodepropka> .. Alúauño, 1817 Montados. Pata ejemplo*, va ANA, NE. leg. 1*90. Rums a Francia, 13 de Agottoda
46. El Cabilduúe Asunción a Franca. 2<¡ de Mirto de 1814. coransecita en José 1837;yANA,SH, leg 377, Roa*»4Francia, 9deSt*c!iibrey31 deSenetnbrede 1837
Amar,a Viiquea, HI doctor Francia, pp. 316-19. Este documento M encuentra en «- Williams, (“Dr. Francia", p. 325) calen.»que para 18*0, casi la miradde la
ANA, SH, leg. 225, [tero se halla abura eo un estado tan deteriorado, que no puede
«7 AGI, ADA. leg 322, GobernadorRivera al Rey, 19 de Mayo de 17S8.
*7 Róbensela y Robenson, FntraansRaiga of Terror, p-106. ■ M- Para ejemplos, ver ANA, SH, leg. 100*. Frauda al Delegado deConcepción,
*8 José Antonio Vfaquw, El ductorFranca, p. 32. 31 de Octubre de 1829, como ie ata en Claves, El Supremo Dictador, p. 254;
49. Reqgger, 77)» fteign, p. 133. Comandante de lupúaa Frauda, II deOctubre de 1837, como sedía enJosé Antonio
V«q*ec. El doctor Fuñe.*, p 753; Roxas a Franca, 3 de Setiembre de 1838, con».
302
101
SOTAS
compilación del documento sobro ei cual se basa el Apéndice 3). A esras 6.184
ie día enJosi Amonio Vázquez El doctor Far.ch, pp. 762, 763; y ANA, LC, teg. propiedades se suman los 174 «fiaos mencionados en el Na 71, mis 125 propiedades
41, enirada No- 642, II <¡eDiciembre de 1838. gdkicrals corrapoodfenres a las estancas áe Salado y González como se iedican
6?. Para etcir.pJoj de la defensa de esclavos por ei Defensor de Pobres, w José mis arriba, pora llegar i on toral de 1484 propiedades.
a Francia, 30 [le Ocluiré di 1814, cano te encuentra en José Amonio Vázquez, £¡ 73. Usando los datos del censo de 1838, lut ¡nuestro deas cancolocalidades del
¿OClor Francia, pp. 261-63, y ANA, NE, leg. JSó, serie de nueve documentos del interiorestableenquelafamibaparaguayapromedionene7,0 personas. De este modo,
Defensor de Pobres a Fronda, Julio de 1832 - Mamode 1333. También ver Wáuér, dado que tas propiedad*« se otorgaba-, macamente a cabezas de familias, las 6.4S4
E! Dictador, pp. 135, 236
70. Rénggcr, The Hespí, p. 175, y Wíncr, 3 Dictador, pp. [30, 13 . archivo de sus respectivos datos d* censo son: Pirayú, ANA, NE. leg. 3286;
71. ANA, NE| leg. 2568, Cuentas . . . Arrendamientos do Eódo* . . alio 1832, Pribefcuy, ANA NE, leg 32S?; Sanrisgo, ANA, NE, leg. 3284; SantoTontas, ANA,
registra 160 propiedadesarrendadas [Kirun rotftl de 395 pesos, o I» Unpiemedrade
-? pesos cada una. ANA, NE, leg. 2983, Cuentar . . , Arrendamieatmlie Esides . . .NE, leg 3286; y Ybiümi, ANA, NE, leg 32Í*.
. año 1839, regiatra 174 propiedades arrendada« pot un total de 357 pesos, osea un 74. Para ejemplos, va ANA, SH, leg 235, Francia a Acosa, 23 de Octubre de
!82!, en el cual «' gobierno «vio 100 pondos, 100 piraos de telas y ISOtamisas
años, 377 petos, corresponde expresamente al promedio anual de 385 pesos para e! para drsr.-tfc.uci6', entre los nessssados del distrito de Concepción; y ANA, SH, leg.
período de diez años J327-36 hallados en ANA, NE, leg. 2968, Cuenu . . Arrenda­
mientos de Exidos . . . de 1827 a 1836. ANA, NE, l«g. 1898, Cuentas . . . de !ai García Meiiid, Proceso, 1:244, en el cual el gobierno envió dinero y ropa a los
IWTporales del Colegio Seminariode la Capital . . . 7 de Mayo de 1839 hasta 11 de necesitados de Concepción.
Noviembrede I84Í,.. pot atícndamicnios ,,. de las tierras perteneciere«al Esndo,
registra 876 propiedades arrendadas por un total de 5.0E8 pesos para el periodo de 1830, como se encuerara er. José Antonio Vázquez, 3 doctor Francia, p. 676, en d
IS meses, o sea un promedioanual de 3,81 pesos. ANA, NE, leg. 2982, Cuenta ,. . cual é comandante informa h ditütkctón di a&kdas de acero, machetes y hachas
A roosudodci !ie>Tencrio»de1la Estancia de l'tbapí y los punges entre ios necesitado« de ban ledro, bstt Joaquín, ban bstaiñslau y olguacs indios
nominados Chuarí y Diarte. . . año 1939, registra 420 propiedades arrendadas por Ctaiguás, que habíansolicitadoayuda.
un total dt 10.114 pesos, o sea un promedio de 24 pesos cada una; ANA, NE, leg 76. AGN, 10-1, 9, leg. 32, Herrera ai Poder Ejecutivo, 13 de Jubo de 1813.
2933, Lista .. . cobrada a les írrcndainiettlos delos campos del Estadoenla Estantía 77. ANA, $H, leg-224, Franciaal comandantede Concepción, 11deAbril de1815.
de. Salado , . . año 19)9, registra 9 propiedades por un toral de 85 pesos, o sea un 78. Haráejemplos, va ANA, SH, leg. 226, Franca al comandantede Concepción,
promedio de 9,4 pesos; ANA, NE, leg. 2982, Nómina y nuón . . . arrendamíentuv 12tleSetiembrede 1817, yANA, SH, leg. 232, Frinrl»al comandante deConcepción,
anuales al Esnob por los terrenos . . , Partido tfe Lambaré , . . garages de Mbachio 31 de Octubre de 1820.
y Yaacy . . . año 1849, regsna 76 propiedades por un total de 147 pesos, o set un
promedio de 1,9 pesos. Estas últimas 505 propiedades, con un total de 10.346 pesos 80. Ver Apéndice E. Estadísticas parciales para 1831) y IS3I se encuentran erl
^dealguilér, indican unpiOiacdiode 20 peso» Sida una. ANA, NE, leg. 2929, Cuaderruí del Derecho de Extracción . . , Itapól, año 1839, y
72. Lis S76propiedades¡odiadasen14 lugar«:enlastierrasde! ColigióSeminario, ANA, NE, leg, 293ó, Cuadernode! Deredwde Extracción , . . Itapúa, año 1831.
citadas en el No. 71, queincluyen estancias¡perh/et y parado}, indican un promedio 81. ANA, NE, leg. 2569, 2570, Cuaderno .. . Receptoría deIrapúi, Jilo 1829.
de 62,6 propiedadespor ubicación. Las 595 propiedades, halladas en loesietulugares 82. Wtener; El Dictador, p. 143,
tirados en las tres últimas referencias del No. 71, que también incluyen estancias, 83. ANA, SH, leg. 393, El Juez yAlcalde, Juan Bautista Falcó» a Francia, Pilar,
pera/«y perrillos, arroja» unpromedio de 72,1 propiedades pur lugar. El ¡otal delas 29deDiciembrede 1825;yANA.SH, leg.383, GUIaFrancia,29deüiciembtede 1825.
. ib: propiedades halladas :n cuas veintiún ubicaciones, registran no promediode 84. ANA,SH, leg. 239,Autode!Alcalde yju«, FernandoAntonioMeza, Asunción,
65,8 propiedad«»purlugar. Despuésde deducirlas estanciasde Pamguari(queSguran 16 de Enero de 1327.
en unode los lugarescíi ¡unos del Colegio Seminario) y Tabapí, debidoaqueestán 85. ANA, NE, leg. 2569, Cuademe . . . Receptoría de Jupia, 1829; ANA, NE,
duplicadasen lossetentay cincolugares mencionadosenel apéndice I, quedansetenti lega. 2583-35, Cuaderno... Receptoría deItapúa, 18.12; ANA, NE, leg. 977, Compro­
y tres estancias y puestos. Liando el promediode 65,8 propiedades por lugar como bantes de la Receptoría de Impúa, !833. ANA, NE, leg. 1062, Cuaderno . .. derecho
.1 • =! Itri l r: V. : . deAlcabala . . Quiqnio, 1832,1833; ANA, NE, legs. 2969-73, Cuaderno... Receptoría
4.803 propiedades pata hacer un total de6.184 propiedades. (Debe observarse que el de ftapúa, 1818; ANA, NE, leg. 1299, Cuenta - -derechode Alcabala . .. Santiago,
Apéndice ! noescúmplelo; noincluyeestancias, talescomolas deSalada, fflcnckmadas 1838; ANA, NF, leg. 130?, Cuenta . . derecho de Alcabala . . San Isidro, 1838;
en el No. 71, ylaestancia deGonzález, mencionadaenANA, SH, leg. 244, Comandante ANA, NE, legs 1108,1109, Cuaderno.... Receptoría de Itapúa, 1839; ANA, NE, l«g.
de San lonquln a Francia, 2 de? Junio de 1839. que fuáun creadas después de la 1311, Ciudenui . derecho de AleabaEs ., . Yhti, 1840.
304 305
NOTAS

8<5. Garda Mr!lid, Proceso, 1:214.


87. Rengger, The Reign, pp. 46, 47. Ver también Wisner, B Dictador, pp. 131, II. Rengger, The Peígr, p. 82.
p. 685. ^ . po p reos,
1826, pera concuerda con Rengger en toda» los demás ispeaos.
13. Bonpland a Roquín, 14 ¿e Febrero de 1831, como se cita tu José Antonio
80 Reeggír, Tne Reign, pp. 47, 48, Anais Jo lomaran, 4:85, Informe de Carrea Vázqun, £f doctor Enndi, p. 554.
de Cámara, lo. de Mayo de 1325, |4. Rebectscn y Robertson, Frasca'* Reign ol Terror, p- 285.
90 Wisner, El Dictador, pp. 143, 147, ]<8. 15. BNR],CRB,1-2S, 23,leg.2S, Orejadoa Franca. l7d*Dtcenbrtcel82l.
91 Grandsire i Bacon von Hvunbolt, Itapúa, 20 de Setiembre de 1825, como Se 16. lb¡d.
17. BNRJ, CAS, 4-17,2, leg. 5, Auto Supremo del 20 de Enero de 1823.
92 /loáis do fumaran, 4-So, Informa da Cortea da Cámara, Cálcaloaproximado 18. ANA, NF-, íog. 1344, Cuerna General del año 1824, entrada para d )1 de
doeíFeiros e produogues do Paroguii, lo- le Mayode 1829. Ver también Wisner, El
Dictador, pp 143-47, y Rengger, The Pelgn, pp, 47, 48. Reciénpara medrado»de la 19. Instrucciones de Garr a Cossío, Dacucicrtm pare la Utrera Argmtir-,
13:25640.
ANA, SH, leg. 393, Cid a Funda, 16 deju.ro, 21 de jídio y 4 deAgasro de ¡826. 20. Chavea, El Supremo Dictador, pp. 347-50.
21 BNRJ, CRB. 1-30. 21. leg fó, Jow Pedro Cira- a José Nctbero Ortelladc,
93. Wisner, S Dictador, pp, 156, 157
94. Ibid,p. 147. Sao Bruja, lo. de Febrero de 1823, como se ciu en Antonio Ramos, Lapolxxa oc!
Brasil en d Paraguay, p. 298.
95. ANA, SH, leg. 244, Amo de Francia del 30 de Abril de 1839. 22. BNRJ, CRB, Francia i! delegado de Misione-, Mareo de 1823, como « cita
enChives, El Sopéeme Dictador, p. 298.
CAPÍTULOS 23. BNRJ, CRB, 1-29, 23, leg. 28, El Subdelegado de Santiago i Franca, 4 da
Seberabee de 1823.
21. BNRJ, CRB, 1-26, 22, l*g 78, FWHvlr,. Fnnda. 27 de luiiov ’ deAjerio
1. JgIíd Hoyt Willrams, “Dr_ Fcansi andtire Creatior ol the Kepcbüc ol Para­ de 1823; y BNRJ, CRB, 1-29, 23, leg 28, Metíragú t Orreüado, 2 y 4 deSoteirire
guay”, p. 285. de 1823.
2. Para ejemplos del conflicto armaco sufrido por las Misiones durante ene 25. ANA,N£,leg U88,CcenradeMayordomodePropios... Asunción, año18U.
período, ver los reinos de lentigos Oculares de una defensa fracasada de Candelaria 26. ANA, SH, leg. 237, Decreta Suprema del !í de Setiembre de 1823; BNRJ,
y la derrote de un pegueño ejerate biaskño en el pueblo de Apóstoles, que se
encuentra en BNRJ. CRB. 1-29, 23, leg. 20, Juan Amonio Mora a Francia, 13 de CRB, 1-29,23, leg. 28. OrttlUdoa Francia, 8 de Mito de 1823.
27. ANA,NE,leg. 1871,Cuaderno .. ContribucionesdélosNegociantes, 1834-37.
Setiembre de 1815, y ANA, SH, leg. 27?, José Antonio Guerrero a Francia, 17 de 28. BNRJ, CRB, 1-29, 23, leg. 28. Onelhdo a Francia, 8 de Marea de 1823.
3. JobnFarish Rofcertsor. vWHizn: Pj/ishRobaron. Fonda s ReignufTenor, 29 Rengger, 73te Bango, p.177.
30. Pareejemplos dela produce»* deiospuebki!, ver ANA. SH. leg. 212, Francia
P 91 a Ramiros, 8 de Octubre de 1834; y ANA, SH, leg 37«. Rous i Frauda, 12de Jul»
4. ANA,SH, leg. 253, Franciaa! SubdelegadoNocbeitOOitellaib»23 deNcvietn-
de 1840.
brede 1MI. 31 ANA, SH, leg. 241, Fondaal AdminissradordrYuc, 9déOctubrede1832.
5. Julio César Chaves, El Supremo Dictador, p 317 32 ANA, NE, :eg. 1854, Comprobantes del Libro de Caja, 9 de Noviembre de
6. Robertnnn y Robemon, The Rege o!Terror, p 176
7 Johan Rudulpb Rerggr-, TTir Retín ol doctor Jtneph Gaspar fíodcnck ce 1829- ANA, NE, leg. 1865, Comprobantes del Libro de Caja, Febrero de 1832; y
ANA, SH, leg. 241, Francia a Kamirra, 6 de Nov.embre ? de Octubre y 13 de
Franca, w Paraguay, pp. 80-81 Diciembre- dr 1834.
R. BNRJ, CRB, I-29,23, leg. 28, One!káuaFranco, Drcrcnfcrede IB2l;Rengge-, 35 ANA. SH, leg 223. Decreto Supremo di! 12de Dkwnbre de 1814
The Rngn, p. 82 14. ANA, SH, leg. 223, Decreto Supremodel 8 de Setiembre de 1816
9. Grandsire al Barón deDamas, 6 de Setiembre de 1826, como se cita en Juan 35. Para «(«apios, ver ANA, NE, leg. IS25, Ratón del Cargamento de Macan.
F. Pirca Acas:a, Frar.cny 3oupland, p. 2»; BNRJ, CRB, 1-30, 6, leg 9!, Francia a Señora del Rocano. 21 deMantode 1825, .ANA, NE leg. 1845, Raaóndel Cargamento
Ottclladc, 10 de Setiembre de 1824. de Nuestra Señora riel Rosario, 1" de Ocubr: de '.fio; .ANA, NE leg. 1849, Raaón
10. Grandsire al Baten de Damas, 6 de Setiembre de 1816, en Pérez Acosta, del Cargamento de b Goleta penenotie*« a Don Jasé Manuel karts. 3 de Enero de
Francia y Bonphnd, pp 27,28.
306 307
NOTAS
Capitule i
IS27, y ANA, LC, val. V Los órfdui deIraroducrion yAirabílacorrespondientes
•loa «Actos que ha introducidopor el Río en esta Ciudad, 7 de junio ce 1827. 67. Aúne Roger al Ministerio de Relaciones Ezicriores. 10 de Agosto de 1836,
JA Pare ejemplo«, verANA. SH, leg. 238. Fraacri al Coronábate Je Pilar, 8 de comoae cka en Justo Pas'or Benímt, Is vida telitana, p. 267.
Mayoy 15 Je Set entre de 1826; y ANA, SH¡ leg 354, Francia d Comándame de (Sí. Ibid.
Pilar, 3 de Agosto de 1117. 69. Documc.nos pan la Historia Argentina, /7.2/4, como es riladopor Olives,
37. ANA, SH, leg. 243, Francia si Delegado de [ripia, 12 de Agesre Je 1832. El Supremo Dicodctr, p. 428.
38. ANA,NE, leg 2563, Gil! a Francia, 6 deJuliode 1827 70. bataneeAsnada zFerré. 7deEnerode 1834,enMemoras ifrFerré,p 451
39. ANA,SH, !eg 242, Franca a Raxírcz, |4de Mayo de 1834. 71. ANA, SH, Ieg 242, Rana» ; Ramírez, 12 de Junio > 26 de Julio de 1834.
41). ANA.SH, !eg. 24', F.-aaoa a Rislres. Wde Maye de 1832. 72. GM. 4 de Abrí de 1834-
«• ANA,SH, leg. U , Francia a RamlrK, 12 Je AM de .Sil
42 ANA NE, ieg. 1894, Faraón León a Francia, 4 de Mano de 182".
43. BNRJ, CRB, !-29,23, ieg 8, Franaaal Subddejvic de Santiago, 17deAtril CAPÍTULO 9
de 1*23
44. hreruodones par»Anouio Manuel Correa da Cámara, 30 dejai» de 1824, 1. BNRJ, CRB. 1-30,7, ¡en 38, Parish . Franaa. 17 de Julio de 1824
2 BNRJ. CRB, 1-30, 7, Ieg 38. Franciaa Pansi. 26 de Enero de 1825.
carao se riu ea Renes, Li política del BtasHeo d Paraguay, p 19® 3. joiunn Rudofpn Rengger, Tts Roiga oí doctorJoseph Gaspar Rodendt de
45 Pan un largo resumen de las quqas paraguayas contra el Brasil, ver ANA
SH,Ieg.240, FcanciaalDelegadoJeIrapúa,José-LeónRain:'rea.8 dejadode1829.
4tí. ANA, NE, ieg 1863, Ramírez a Francia, 17 de Diciembre de 1331.
47. ANA SH, Ieg. 241, Francia a Ramírez, 22 de Draerr.br« de 1831 A BNRJ, CRB,’ NJO, 7, Ieg. 38, Par.tha Franca, 14 de Abrí de 1825.
48. Ibid. 5. Ibd
49 AVA, SH, Ieg. 241, Francia a Ramírez, 30 de Diciembre de 1831. 6. ANA, SH, Ieg. 240, Fracc.a al Delegado dt Inpfe, 9 d* Mayo de 18».
50. ANA, SH, Ieg240, Francia a Ramírez, 24 deFebrero de 1330. 7. BNRj, CRB, 1-29, 23. ieg. 28. Orden de» Dicradnr de la RepfiMlra, 20 a.
51. 4MA, SH. J«g.341,Fianda dRamírez, ¿t dellajzu de 1812. AgostadelS2iKyAN’A,SH,Ieg. 237,DecretoSupre.’node!4 le Noviembrede 1825.
52. ANA, SH, Ieg. 24],Francia a Ramírez, 8 de Julio de 1332. 8. ANA, SH, leg. 22J, Decreto Sufren» del 13 de Noviembre de 1814.
53. ANA, SH, Ieg.241, Francia a Ramírez, 17 deUlano de 1832 9. ANA, SH, leg. 241, Francia a Ramírez, 9 de Enero de 1832
54. ANA, SH, Ieg.241, Francia a Ramírez, 25 deAbril de 1832. 10. Para «jimplos, ver ANA, LC, «rol. 38, 19 de F«biero de 1835; y ANA, LC,
55. Amé Roger al Minisierio ds Relaciones Exteriores, II) de Agosto de 1836, vcL 40, 30 de Setiembre de 1837.
comose cita enjas» Pastar Heníres, La vida solitariadd Dr. Jore Gasparde Franca, 11. ANA, SH, leg. 233, Decreto Supremodel 4 de Noviembre de 1814; Rengger,
p. Zátí. The fiergn, p. 151. Para un estudio de la» razone« que determinan los precios de
56 Chives, El Soprano Dtcaelor, p. 418. erroonación, ve, ANASH, leg. 240, Frauda a Ramírez. 14 deJumoce 1829. Además,
------------ 57. .ANA, SH, Ieg. 241, Francia al Delegado de Pilic, ¡ I de Agentode 1832. deacuerdoa loinformadopur Rrnggnr,elgobiernotambiénestablecióprea'osrnáxiimoí
58. Chaves, El SuptenaoDictador, p. 418. sobre las venus al por menor; ver Jc«é Antonio Vázquez, El doctor Francia, pp.
59. ANA, SH, Ieg. 241, Francia a Ramírez, 8 de Setiembre de 1832. 555-60, para ejemplos específicos.
60. Prodama de Ferré, í Je Octubre de 1832, en Memorias del Brigadier Peden 12 Rengger, The Reign, p. 192.
Fort, p. 412 13. BNRj, CRB, 1-29, 23. leg. 27, Francia al Comandante de Pilar, 31 de Agoste
61. AGPC, CO, Ea letg 2,Pltqtal RchagCesaFerré,26deSetiembredt 1432. de 1825.
62. Para ejemplosde la acata experiencia militar paraguaya, Ver ANASH, Ieg. ¡4. Ibid.
242, Francia a Ramírez, 12 Je junio, 14 de Noviembre y 21 de. Noviembre de 1333. 15. Ibid.
63 ANA Nt, Jeg. 2951, Entradas de Alcabala paro e! afio 1833. 16. ANASH, leg. 228, Frauda al Comandantede Concepción, FemandoAcosta,
64 .ANA, SH, Ieg. 24?, Francia a Ramírez, 13 da Diciembre de 1833. 23 deJunio de ISIS.
65. Falso! Alienta alos Gobiernos de lasProvincias Unidaq, 22deEnerode 1834, 17. ANA SH, leg. 393, Gilí a Fruida, 4 de Diciembre de 1825.
en Memoria de Ferrí, pp. 453-61. 18. ANA NE, leg. 708, Franca al Delegado de Pilar. 12 de Diciembre de 1825
66. Amé Roger al Ministerio de Relaciones^Exteriores, 10 de Agosto de 1836,
|9. José Antonio Vázquez, E? doctor Franaa, p. 70.
20. ANA, SH, leg. 235, Francia al Comandantede Concepción, 12 de Agosto de
308
309
Capitulo 9
SOTAS
de 1838, en et Cusí el delegado informó a Frauda de 'otra operación.en la cui! 80
21. ANA,NE,leg 1252,Coir,er<UntMEr»silerMaFran.ii,2deOauh.-ed# 1829 orzas de oca fueron eme ndas por 6,75 caneladas de yerba— un precio efectivo de
205 pesas por lonclada-
1
Parith Papen, Rj =!:c RvcordOffice, Feregn OfficeNo. 354, London, citadoenJohr
Roy( WiIIu.t. , “Wcodbine Parith and íhe ‘Opemcg" oí Paragüey, Pnxxtdingt of
sií Amenas Phüosophical Saaeiy 16(1972) 34?.
36. ANA, NE, leg.1871, Cuaderno . Contribución de los Negociantes.
37. ANA, NE, leg 1900. Lbro i. Recepio: re yerfcs, 1*38
3?. Para ejemplos, ver ANA, SH, leg. 377, ¡bus a Francia, 30 de Junio de 1837;
23. Mr. Hope a Mr. Par.sh, Corre««, 17 de Marea de 1327, Woodbine Parish
Papen, corno te día en Williams “Woodbine Partsh", p. 348. ANA, Sil, leg 243. Rosas a Francia, U de Mine de 1*37, y ANA, SH, leg 244,
24. Chaves, El Supremo Dictador, a. 4D5. Francia a Roas, 3 de Agoste de 1840.
25. fircntAPacter ir.d ArgerU.n S'avr, (Buenos Aires), No. 117, lo. deOutixe 39. ANA, NE, leg- 1900, Informe del Delegaré: de Concepción a Francia, 16de
de 1828 Diciembre de 1839.
26. ANA, SH, leg. 7.39, Frtasi atn comandantenoider.nfieado, 12deNoviembre
de 1828. Pete a que eme documento no indica su destinatario, como Francia usó la

27. Informe de Coma da Cirran, 20 de Enera de 1829, can» le ci-'a tn Aiuut


do Jamararr, 4.63.
28. Francisco Wisner de Morgenneir, EJ Dicudor M Paraguay, pp. 139, ¡40

el gobierno de Roas, ver Chivee, El Suptemé Dictada, capiculo30 Para ua relato


30. Para ejemplos, ver ANA, NE, leg 1886, Miguel Sixpaya do Comercio de
D.uil <Tesuuial» do Estado, Itipua, 12 oe Diciembre de 1830, ANA, SH, leg. 377.
Rcji.il a Francia, 10 de Febrero de 1837; ANA, SH, leg. 377, Rota» a Francia, 19 de
Febrero de 1338; ANA, SH, leg. 378, Runas a Francia, lo. de Diciembre de 1839; y
ANA, SH, leg. 378, Rojas a Frauda, 21 de Junio de 1840.
31. Para ejemplos de eoitveriiuncs de oro e pesos fuertes, ver ANA, NE, leg.
2922, Cútala General de dinero efectivo 1825-26, entrada para el 8 de Diciembre de
1825; ANA. LC, val. 34, asiento 477, le de Setiembre de 1331; ANA, LC, sol. 41,
asiento74,4 deEnecode 18J8;yANA, LC, vol. 43,asiento 378,10dejullode 1841)
32. - RNUJ.CRB, 1-30,2, leg. 6. Ramlreati Francia. 23deOaubrede 1830. Ramírez
du como el ilpo de cambio habitual 17 pegos fuertes y 6 tejes, o sea, 17,75 pesos

toneladas representa unaumento de 2,6 por cieitco.


34 ANA, NE, leg. 1854), Roías» Frarc.la.4iieAbnlde 1837, enel cual «1Delegado
de Ilapúa observó que Francia había zeduudu una oferta de convertir 120 onzas Je
oropor \15 toneladas de yeifca, insistiendoenlugar deellotn 146onzas—unprecio
real de 202 pesos por tan.
35. Pare ejemplos, ver ANA, SH, leg 377, Rozas a Franca, 19de Abni de 1837,

por el comerciante brasileño; y ANA, SH, leg. 377, Huías a Franela, 27 de Febrero
'310 311
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