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El diálogo teatral es aquel que en vez de contar algo que no se ve, los
personajes se describen y definen unos a otros, o la situación en que se encuentran,
o los objetos que tienen a su alrededor, etc. Analizan, estudian, contemplan lo que
les está ocurriendo, lo que les ha ocurrido, lo que son, lo que van a ser... El ejemplo
de La señorita Julia es muy claro, es una obra de teatro donde intervienen tres
personajes que durante dos horas exhaustivamente se analizan y describen. En el
teatro, donde no hay voz de narrador, la narración no existe sino que se sustituye
por la descripción y el comentario que hacen los propios personajes de su situación,
de su sentido, de sus antecedentes... En una película pueden hablar muy poco y sin
embargo las cuatro cosas que se dicen ser muy teatrales.
La adaptación cinematográfica realmente sólo se justifica en un sentido: nos
podemos inspirar en una libro lo mismo quepodemos hacerlo en la vida de la gente
que nos rodea, en el país que vivimos, en nosotros mismos, etc. Lo que pasa es que
esto casi nunca ocurre. Cuando se adapta una obra de teatro o un libro
normalmente se hace por razones económicas, para aprovechar el éxito de ese
texto original, lo que es muy respetable desde el punto de vista industrial pero
creativamente no es considerable. Se hace también por razones didácticas, como
por ejemplo hace quince años la Unión Soviética hizo grandes obras de la literatura
en cine. Son razones atendibles pero desde la creación no son suficientes.
Tanto en el diálogo literario como en el teatral el tema sobre el que se
dialoga no suele ser simultáneo al mismo diálogo de los personajes; es decir, en el
literario se cuenta lo que se hizo ayer, y en el teatral, la vida que lleva otro
personaje. Las cosas que se cuentan a traves de estos diálogos nunca
sonsimultáneas a la acción. Cuando dicen de una persona "tù eres un avaro" no lo
dicen por lo que ha hecho en ese momento. El tiempo pasado con valor argumental
juega mucho en el diálogo literario y en el teatral.
La adaptación no puede ser total nunca porque físicamente es imposible,
entonces siempre es a partir de una obra que te sirve de inspiración. Ha de ser
parcial y no en el sentido de aprovechar sólo unos capítulos, sino que el propósito
sea distinto al del autor, menos amplio, más intimista... Hay que saber desde qué
punto se hace una adaptación creativa, pero una vez eso podemos inspirarnos igual
en una novela que en la vida del vecino. Más que de adaptaciones es mejor hablar
de inspiraciones.
Otra diferencia entre el diálogo teatral y el literario es que el teatral, en
contra de lo que puediera parecer, es más difícil, repugna más al espectador, a lo
largo de la película, que el literario; esto pasa porque el diálogo teatral no permite
otro diálogo.
Cuando se hace por razones comerciales es fundamental saber que no se
puede defraudar al espectador que ha leído el libro. El espectador-lector tiene que
salir del cine con la impresión de que, aunque el cine sea limitado a comparación de
esas obras literarias monumentales o al contrario, realmente ha visto la misma obra.
Los guionistas deben deshuesar la obra original y poner sobre un plato todos los
elementos que contiene esa obra, y luego la reconstruiremos con aquellos que sean
más recordados, imprescindibles, que mayor éxito han alcanzado para esos
espectadores-lectores. Si ponemos todo eso, la gente nos perdonará que la película
no sea exactamente lo mismo, porque no puede serlo y eso se comprende por parte
de los espectadores, al menos unos cuantos. Pero si falta algo decisivo en la historia,
algo que contribuyó a definir el libro, les defraudará. No hacefalta que estas cosas
se pongan en el mismo orden.
Vamos a ver ahora el diálogo simultáneo, el diálogo que realmente comenta
o completa la acción que se ejecuta, y que es, por definición, el diálogo
cinematográfico. Cuando ese presente lo traducimos en imagen ése es el diálogo
cinematográfico. Digo esto porque hay autores teatrales, como Chejov, que por
intuición, porque cuando empezaron a escribir el cine no existía o era un
espectáculo de barraca, prescindió mucho los convencionalismos teatrales y
empezó a tratar de contar las cosas de tal manera que las adivinara el espectador,
que los personajes hablaban de cosas aparentemente inocentes. Era tan
revolucionario que decían que era irrepresentable, tanto que dio paso a toda una
escuela dramática, la escuela famosa de Moscù y a todo el sistema Stanislavsky...
porque había que decir mucho con palabras que verdaderamente no eran teatrales,
que eran significativas, expresivas. Entonces, se puede decir que Chejov intuyó el
diálogo cinematográfico.
La película didáctica, que podríamos llamar subvencionada, lo que no puede
hacer es tergiversar los intereses del productor de la película que normalmente
suele ser un estado o un gobierno. Si se trata, por ejemplo, de difundir quién fue
Dostoievsky el tono de la película tendrá que someterse, más que en una comercial,
al valor literario de la obra.
¿Cómo pueden ser esos diálogos cinematográficos que son por naturaleza
simultáneos a la acción? Pueden ser informativos, es decir, completan la imagen
informando sobre ella, añade a la imagen lo que ella misma no puede decir,
enriqueciéndola. Ilustrativos: las películas no deben ser una ilustración de un texto
pero eso no implica que los diálogos no tengan una función ilustradora, o sea vamos
a suponer que hacéis la adaptación de Lo que el viento se llevó, tendréis que quitar
muchos diálogosde la novela y podréis los que no hay, pero lo que no se puede
hacer es quitar esas frases claves por las que se recuerda el libro, como esa que
dice "Pongo a Dios por testigo de que nunca volveré a pasar más hambre"; hay una
parte, y esto pasa sobre todo en las adaptaciones, donde momentáneamente el
diálogo se vuelve ilustrativo, es decir, que se refieren a un texto anterior y,
generalmente, conocido. También pueden y deben ser diálogos caracterizadores; en
cine los personajes no se interpretan o analizan como en el teatro, pero sí cuando
estos hablan están caracterizando a los demás y a sí mismos.
No es fácil hacer una adaptación. La gente cree que hacer una adaptación
consiste en retratar el libro hasta donde se pueda, y no es eso. Hay que huir de ello
porque aun aceptando esa historia corta que tiene la medida ideal para una
película, es decir, todo lo que hay en la obra literaria quepa en la película, hay que
tener en cuenta que las cosas no ocurren igual en la literatura que en el cine, no se
narran igual. Si el orden cinematrográfico obedece al literario, la película es
elemental, simplona, por muy ambiciosa que sea la obra original. La adaptación fiel
implica otro orden, precisamente por fiel. La fidelidad no consiste en seguir paso a
paso sino en conformar todo el material con arreglo a los intereses del autor o del
productor pero siempre con un criterio cinematográfico.
Estos tres tipos de diálogos se pueden dar a la vez y por eso es quehacer del
dialoguista es tan difícil, porque a parte de que deba de tener gracia, habilidad,
oportunidad, sentido musical, tiene que aprovechar aquellas manera que
pareciendo "inocentes" en realidad ya van dándonos muchas cosas a la vez. En las
películas descubrimos muchas cosas por la manera cómo hablan los personajes y no
por lo que cuentan. Quizá el diálogo ilustrativo sólo se da ocasionalmente, pero
informativos y caracterizadores es una constancia.
Los diálogos nos informan y nos caracterizan no sólo los personajes, la
época... sino también la película: son los diálogos tonales o genéricos. Si dos
películas del mismo género casi podían tener el mismo argumento y los mismos
personajes, y que sólo se diferenciarían en el diálogo porque los diálogos tonales no
se refieren a un personaje sino a la historia completa, a la película. Entonces el
diálogo de una película deben ser estos cuatro tipos a la vez, quizá con la ligera
excepción, no continua, de los diálogos ilustrativos. Fijaos si es complicado, porque
además todo eso debe sonar bien, natural, gracioso.
Las posibilidades de hacer largometrajes hoy son escasísimas, sobre todo
europeo, y, por tanto, cualquier inicio de camino dentro del mundo audiovisual es
más fácil hacerlo en televisión. Por ello también hay que hablar de televisión.
No es fácil hacer una adaptación. La gente cree que hacer una adaptación
consiste en retratar el libro hasta donde se pueda, y no es eso. Hay que huir de ello
porque aun aceptando esa historia corta que tiene la medida ideal para una
película, es decir, todo lo que hay en la obra literaria quepa en la película, hay que
tener en cuenta que las cosas no ocurren igual en la literatura que en el cine, no se
narran igual. Si el orden cinematrográfico obedece al literario, la película es
elemental, simplona, por muy ambiciosa que sea la obra original. La adaptación fiel
implica otro orden, precisamente por fiel. La fidelidad no consiste en seguir paso a
paso sino en conformar todo el material con arreglo a los intereses del autor o del
productor pero siempre con un criterio cinematográfico.
IMAGENES:
Las posibilidades de hacer largometrajes hoy son escasísimas, sobre todo
europeo, y, por tanto, cualquier inicio de camino dentro del mundo audiovisual es
más fácil hacerlo en televisión. Por ello también hay que hablar de televisión.
Las películas están compuestas de imágenes no de fotogramas, son
momentos de la realidad pero que raramente se convierte en imágenes de la
realidad. Para que un fotograma sea una imagen tendríamos que componer, que
realizar ese fotograma con esos elementos que lo conforman como imagen. El
director debe pensar en estos elementos. Yo creo que el hecho de que sea una
imagen lleva implícito que el tiempo está manipulado, falseado, al igual que los
problemas de espacio. En una película llega un señor saluda, se sienta, habla,... eso
que hacemos y se permite en la vida real; éso no cuenta en la vida real mientras
que en una película sí, ocupan un espacio y un tiempo que se falsea. En una
película, en cuanto te descuidas, los personajes se pasan todo el rato saludando y
dandose la mano; eso es terrible. Para que sea imagen hay que tergiversar el
tiempo, normalmente acortándolo. Entonces ocurre que una imagen, que tiene que
ser imagen porque si no no estamos hablando de cine, implica que la toma está
manipulada, en cuanto al rodaje o a la invención de la toma en el guión. Ni en la
película más realista del mundo la gente hace todas las cosas que hacemos en la
realidad. No debemos confundir imágenes de la realidad con fragmentos de la
realidad que es lo que pasa en las retransmisiones y aquí toleramos el tiempo real
porque sabemos que no estamos viendo una película, sino que lo que vemos es el
acontecimiento como si estuviéramos en el mismo lugar en el que se produce. Las
imágenes se realizan, se prefrabrican, se componen; y entonces, astutamente, se
combinan para que expresen el momento argumental, la situación, etc. De la
realidad directa casi nunca se obtiene una imagen.
Muchas de las cosas que ya os he explicado pueden ser traspasables a la
televisión. Pero la televisión y el cine, aun siendo medios de expresión muy
cercanos, son mucho más distintos de lo que parecen y es muy peligroso
confundirlos.
La televisión está condicionada por unas circunstancias concretas que se
refiere, primero, al medio en sí mismo, que son el tamaño y la definición de la
pantalla; y segundo, por las circunstancias en las que se ve. El hecho de que
algunas películas pasen bien por televisión no implica que lo hagan todas, sino que
lo hacen aquellas que son más "televisibles". Todas aquellas películas donde se
cuentan varias cosas a la vez del ambiente que tiene un valor determinante en la
historia pasan mal por la televisión.