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LA CRISIS EDUCATIVA EN EL PERÚ

Un país sin educación es un país sin futuro, sin posibilidad de lograr un desarrollo sostenido
en el tiempo y, por ende, sin posibilidad de vencer los problemas de inequidad, pobreza y
exclusión. Un sistema educativo debe forjar personas y ciudadanos con valores y
conocimientos básicos para lograr un desarrollo personal y profesional. En tal sentido, un
país con un sistema educativo en crisis no puede aspirar a vencer la pobreza, ni mucho
menos a consolidar un desarrollo sostenible, y sólo logrará ahondar las brechas existentes e
intensificar los conflictos sociales sin poder forjar ciudadanos que puedan aspirar a disfrutar
de sus derechos

El sistema educativo peruano no está garantizando a sus estudiantes los aprendizajes más
elementales. Se debe dejar de hablar del derecho al acceso para hablar del derecho al
aprendizaje, no basta con asistir a una escuela sino que es necesario permanecer en ella y al
dejarla haber adquirido conocimientos amigables y respetuosos de los saberes y necesidades
de quienes aprenden, conocimientos que posibiliten identificar y desarrollar los talentos
personales, que ayuden a pensar bien y a comunicarse con propiedad, a trabajar en equipo,
a desarrollar la empatía, la generosidad, la honestidad, el esfuerzo individual y la dignididad
del trabajo, a visualizar y construir un futuro distinto.

Esta crítica situación vulnera el derecho fundamental de todo peruano a una educación de
calidad, afectando la posibilidad de adquirir otros aprendizajes elementales para su propio
desarrollo y el de la sociedad. Afecta en mayor grado a los más pobres del país, que tienen
además mayor dificultad para acceder y permanecer en la escuela.

Son múltiples los factores que generan esta crisis, desde la inestabilidad de las políticas
hasta el bajo número de horas de estudio o la ausencia de una coherente política
pedagógica. Además, el propio sector educación, quien es el llamado a atender esta
urgencia, está también gravemente enfermo. Tenemos un sistema educativo obsoleto y
centralista que no podrá enfrentar la magnitud de la crisis sin cambios drásticos en su
interior.
El problema educativo trae consigo muchos problemas, los que en conjunto son las
principales razones por las que no somos capaces de salir del subdesarrollo, esto nos permite
tomar una nueva perspectiva del problema y reconocer la importancia de una educación de
calidad.

El jueves 10 de mayo se realizará el CADE por la Educación, evento que organiza IPAE y en el
que se discute y plantean soluciones para superar los endémicos problemas de nuestro
sistema educativo. Conversamos con Gabriel Ortiz de Zevallos, quien preside su cuarta edición.

Los Ortiz de Zevallos están vinculados con la educación, con la academia…Sí. Felipe es el más
reconocido. Jorge Basadre es nuestro tío abuelo. Un día llegó a casa y, siendo Felipe aún un
imberbe, le comentó que "había leído uno de sus libros". "¿Cuál?", le preguntó. "La Historia de
la República" (risas). Basadre no podía creerlo. Felipe tiene un perfil intelectual muy claro, pero
también destacan Augusto, Ana María, etcétera. De Felipe admiro su capacidad de ser, a la
vez, intelectual y práctico, una mezcla difícil de encontrar.

Aquí es difícil encontrar gente que combine ambas características…Sucede que la academia y
el mundo práctico están separados, lo que es un defecto que debemos resolver. Tenemos
muchos problemas reales, y la academia ya debería preocuparse por ellos (ríe).

Apoyo marca a quienes pasan por su territorio…Es verdad. Apoyo tiene una combinación de
una cultura muy horizontal con una fuerte preocupación por la excelencia, por la calidad. Es un
espacio muy informal, amigable y cercano en cuanto a relaciones personales. Para muchos,
Apoyo es una escuela.

Después de estudiar en Harvard, regresó al Perú y se puso a trabajar en Apoyo…Volví al Perú


de los 90, el de la hiperinflación y la violencia. Pero, antes de irme, ya estaba en Apoyo. Quise
ser ingeniero civil. Hice cuatro años de la carrera y, aunque me gustaban las matemáticas, la
ingeniería, no. No terminaría la carrera ni muerto (risas). La dejé y Felipe me llevó como
practicante a Apoyo. Allí decidí estudiar Economía y, luego, me fui a Harvard. Si hoy estudiara
algo, sería Psicología.

Su especialidad son las políticas públicas…Cuando regresé al país, desde el Instituto Apoyo, la
ONG del grupo, hicimos muchos trabajos en ese ámbito. Diez años después nos dimos cuenta
de que nuestros diagnósticos se repetían porque las cosas no cambiaban, porque los
problemas seguían siendo los mismos. En ese momento decidimos concentrarnos en el ámbito
educativo –aunque seguimos haciendo diagnósticos– y empezar a hacer cosas. Primero
hicimos un libro de Economía, luego otro llamado Matemáticas para todos, que es usado en 20
regiones del país. Hoy, otra de mis funciones es dirigir la empresa de comunicación corporativa
que tiene el grupo.
La educación pública peruana vive una crisis eterna…Es el problema más grave que tiene el
país. No es nuestro único problema –también están la pobreza, la salud–, pero la educación es
la mejor manera para, a la vez, crecer y reducir la desigualdad. Una buena educación pública es
lo mejor que puede tener un país para generar mayores oportunidades, mayor igualdad y
crecimiento. Si en 15 años no hacemos una verdadera revolución educativa, vamos a tener
conflictos sociales más grandes y más serios de los que tenemos hoy. Debemos cerrar esa
brecha que hace que tengamos un país conectado con el mundo y competitivo, y otro que está
totalmente atrasado.

¿Problemas como los que vemos en Conga se explican por la crisis educativa?Sí. En estos
conflictos se juntan dos mundos, dos realidades, el siglo XIX y el siglo XXI. Un determinante
fundamental de la pobreza es la mala educación. Con mejor educación habría un mayor nivel
de desarrollo y una visión más amplia, menos temerosa, más proactiva y más clara para darse
cuenta de que la inversión minera abre oportunidades que deberían aprovecharse: poner
negocios, brindar servicios, conectarse con el país, etcétera. La educación brinda una mayor
visión para materializar beneficios.

Preside la cuarta CADE por la Educación. ¿Han logrado que el Estado sea un actor eficiente en
la aplicación de las propuestas de las CADE?Desde la primera CADE, siempre coordinamos con
el Ministerio de Educación los temas. Esta vez hablaremos de calidad de gestión,
descentralización y políticas educativas y las brechas de la educación técnica. La educación
tiene mil problemas. Hemos decidido abordarlos trabajando proyectos de corto plazo que den
resultados dentro de un par de años, pero que alimenten y motiven reformas de más largo
aliento.

¿Es optimista? ¿Será mejor nuestra educación pública dentro de 15 años?Tiene que ser mejor.
Si queremos tener un país viable, todos los actores –Estado, ciudadanos, autoridades,
empresarios, organismos de la sociedad civil– debemos comprometernos en la tarea de tener
una mejor educación, en hacer que ella nos permita salir adelante.

AUTOFICHA

- Nací en 1961. Soy de San Antonio, Miraflores. Tuve vida de barrio. Una de las primeras
oficinas de Apoyo fue la casa de mis padres. Un tiempo, mi oficina fue mi cuarto.

- Nuestros padres eran buenos como el pan. No pasaron por la universidad, pero tuvieron una
influencia positiva en nosotros, sus seis hijos.

- Hice una maestría en Harvard. Fui becado y destaqué. Pude escoger cursos de Harvard, del
MIT y del The Fletcher School of Law and Diplomacy, todo un privilegio.
¿Cuáles son los principales problemas de la educación en Perú?

Encuesta de Ipsos realizada en el CADE por la Educación sobre la "Percepción de la calidad


educativa" arrojó estos resultados
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¿Cuáles son los principales problemas de la educación en Perú? - 1

Elida Vega19.09.2016 / 12:49 pm

Para nadie es un secreto que la calidad educativa –tal y como lo revela más de una encuesta–
es percibida, después de la inseguridad ciudadana y la corrupción, como uno de los principales
problemas del país.

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DESLIZA PARA CONTINUAR


Pero, debido a que desde hace algún tiempo, desde los sectores público y privado, se vienen
realizando diversos esfuerzos en aras de lograr mejoras, en la última edición del CADE por
la Educación, la mayoría de participantes se mostró optimista con respecto al futuro del sector
en el país, y mientras un 65% considera que ha progresado en el último año, un 68% cree que
mejorará aun más en el futuro.

Al respecto, Mariana Rodríguez, presidenta del comité organizador del evento, refiere que la
expectativa que hoy se percibe se sustenta en que la sociedad en su conjunto ha empezado a
reconocer a la educación como un elemento “crítico” para lograr el desarrollo del país, por lo
que hoy se la percibe como “una necesidad imperante y urgente para poder alcanzar las metas
de desarrollo”.

TAREA PENDIENTE

Pero, considerando que la baja calidad de las instituciones y la deficiente formación de los
docentes siguen figurando entre los principales problemas de la educación peruana, como lo
revela la encuesta de CADE por la Educación, para la experta resulta prioritario que se sigan
encontrando espacios de colaboración entre el sector público y el privado, para mejorar
ambos temas.

En ese sentido, para Mariana Rodríguez resulta importante que el actual gobierno haya hecho
público su interés por introducir verdaderos cambios en la educación. “El hecho de que el
mismo presidente Kuczynski se haya puesto metas claras, no solo reconoce la importancia de
la educación, sino que ahora estamos trabajando con proyectos e iniciativas que son más
concretas. No solo estamos hablando de educación sino que ahora estamos haciendo algo al
respecto, se demuestra que hay acción”, refiere.

Y si se trata de priorizar los recursos económicos que hoy se destinan a la educación, la


encuesta también revela –entre otros datos– que el Estado debe focalizarlos en los niveles
inicial (74%) y primaria (61%).

Crisis de la educación peruana


02 de Agosto del 2007 - 00:00

Por razones de estudio, tuvimos la oportunidad de conversar ampliamente


sobre la crisis educativa en el país con Fernando Robles Sotomayor, docente
principal de la Universidad San Ignacio de Loyola. Tantas veces repetida y
aparentemente enfrentada, la crisis de la educación peruana sigue ese camino
refrito de aparentes soluciones, convertidas en problemas medianamente
enmendados.

Los problemas que subsisten en la educación peruana, nos decía Robles Sotomayor,
están siempre muy de cerca de la cobertura, equidad y calidad. Aparte, seguimos
hablando de tecnología cuando el 67% de los maestros aún no cuentan con
computadoras en sus casas, cuando seguimos sembrando una currícula educativa
desfasada y enemiga de una visión crítica y autocrítica. La educación en el Perú sigue
siendo una educación eminentemente libresca, dogmática, academicista, verbalista y
memorista; seguimos premiando a los alumnos que obtienen las mejores calificaciones
y desmoralizando a aquellos que suelen ser críticos abiertamente.

Es así, que en pleno diálogo sobre la crisis educativa en el país el citado maestro
universitario nos indicó el ejemplo de la interpretación del cuadro que lleva por nombre-
la balsa de la medusa-. La pintura en mención muestra a náufragos sobrevivientes
aprisionados en una balsa presta a hundirse, en ella se puede ver cuatro actitudes
claramente representadas por el pintor?una, la de los derrotados que se hallan al borde
de la balsa esperando que llegue la muerte; dos, la de los indecisos que no atinan qué
hacer ante el infortunio; tres, la actitud de quienes buscan apoyarse en otros
desesperadamente; y cuatro, la actitud demostrada por quienes no se dejan vencer ante
situaciones críticas.

¿La balsa de la medusa, podría ser la realidad de los que tuvieron en sus manos la
solución a la crisis educativa?...la derrota, la indecisión, la búsqueda de puntos de apoyo
o el desafío ante el cambio, son los ingredientes de nuestra educación, son los pilares de
todo programa educativo que quiera tener una resta constante de elementos críticos?
Primero, no hay que olvidar que el actual sistema educativo contribuye a que las
desigualdades sociales se reproduzcan a través de él, debemos recordar que las crisis no
se solucionan desde poses básicamente academicistas o eminentemente burocráticas,
tenemos la obligación de ampliar criterios realistas desde la visión desarrollista alejada
de requerimientos fatuos e intrascendentes, para tomar más bien con pinzas el escenario
existente e histórico de la realidad educativa en el Perú.

Para concluir, necesariamente tenemos la obligación de recurrir a los antecedentes de la


crisis educativa en el país, pues, no se trata de seguir inmersos en el viejo juego del
?borrón y cuenta nueva- ¿quiénes jodieron la educación peruana?, se preguntó el
profesor Robles Sotomayor, ¿acaso no fueron los mismos que tuvieron en sus manos la
gran oportunidad de realizar los cambios sustantivos en un tiempo prudencial?...la
historia es buena consejera cuando se indica claramente a los traidores y los actos
nocivos en su tiempo y espacio
José Carlos Mariátegui: Algunas reflexiones sobre educación

“No soy un espectador indiferente del drama humano. Soy, por el contrario, un hombre con
una filiación y una fe” (La escena contemporánea, José Carlos Mariátegui).

José Carlos Mariátegui La Chira es uno los más destacados pensadores de Latinoamérica,
creador de un pensamiento político vinculado a nuestra realidad y enriquecido con los aportes
de la cultura universal, cuya práctica social y humana se expresó a través de diferentes
instancias, académicas, políticas y sindicales.

Analizó al Perú profundo, como lo diría José María Arguedas, en el aspecto económico,
político, cultural y social, cuyos planteamientos siguen vigentes hasta nuestros días. En el tema
educativo enfatizó la relación que existe entre las distintas estructuras económico-sociales,
considerando el factor económico como determinante en última instancia.

Para Mariátegui la educación no puede ser entendida solamente desde los aspectos técnico-
pedagógicos y educativos en sí mismos (como lo hacen los funcionarios que diseñan los
proyectos educativos nacionales en la actualidad) sino tomando en cuenta la realidad social, el
sentido de las aspiraciones humanas y los ideales de transformación.

UNA MIRADA HISTÓRICA DE LA EDUCACIÓN

“El espíritu de clase suele ser, brutal y medioevalmente, espíritu de casta” (Mariátegui,
publicado en Mundial 1925, recogido en Temas de Educación).

Mariátegui examinó las contradicciones sociales que se expresaron en la cultura y la educación


de su época (fines de la República Aristocrática con injerencia del imperialismo y fuerte
espíritu feudal como expresión de la herencia colonial). Este contexto fortaleció los privilegios
de la clase dominante que no cumplió un rol importante en la formación de la nación y de sus
instituciones, marginando hasta un grado extremo a las grandes mayorías. Se privilegió una
educación elitista que tampoco llegó a alcanzar los principios demoburgueses en los proyectos
educativos.
En la actualidad, el escenario social ha configurado nuevas formas de relaciones de poder, ya
no es la misma clase dominante de la época que vivió Mariátegui, son otros grupos que tienen
la hegemonía. En estas circunstanciaslas clases medias, populares, pueblos originarios y demás
sectores de la sociedad buscan acceder a la educación para mejorar sus condiciones de vida;
sin embargo, la desigualdad socio-económica y educativa persiste bajo otros patrones de
dominación, regulados por la lógica del mercado.

LA HERENCIA COLONIAL EN LA EDUCACIÓN

“La educación nacional, por consiguiente, no tiene un espíritu nacional: tiene más bien un
espíritu colonial y colonizador” (Mariátegui, 7 Ensayos..., 1928).

Otro de los grandes problemas que se refleja en el campo educativo es la incapacidad histórica
durante el virreinato, la independencia y la república que asimilaron las recetas pedagógicas
del exterior, de la educación española, francesa y norteamericana, principalmente, lo cual
significó y sigue significando copismo intelectual y mentalidad colonial. Frente a esta situación,
Mariátegui proponía enriquecer la educación de manera creativa, tomando lo mejor de la
cultura universal y delineando políticas públicas en beneficio de los intereses y necesidades de
los sectores populares.

“Es de temer, en suma, que los gerentes de la educación pública en Nuestra América, no
satisfechos de la experiencia de los métodos heredados de España, que tan eficazmente han
entrabado el desarrollo de la economía hispano-americana, consideren necesario injertar un
poco de clasicismo marca Bérard o marca Gentile en los caóticos e inorgánicos programas de
enseñanza de estos pueblos” (Mariátegui, publicado en la revista Mundial 1925, recogido en
Temas de Educación).

Mariátegui propugna reiteradamente una educación que tome como base el estudio de
nuestra realidad económica, social y cultural para construir un proyecto nacional, donde las
tendencias y paradigmas de otros países sean acogidos creativamente en nuestros programas
educativos (sin calco ni copia) y tengan sentido en nuestra historia.

“En un pueblo que cumple conscientemente su proceso histórico, la reorganización de la


enseñanza tiene que estar dirigida por sus propios hombres. La intervención de especialistas
extranjeros no puede rebasar los límites de una colaboración” (Mariátegui, 7 Ensayos..., 1928).
UNA VISIÓN SOBRE EL MAESTRO

Las reflexiones de Mariátegui en torno al maestro y su actividad educativa son bastas y agudas.
Señala:

a) El abandono y maltrato por parte del Estado

b) La crítica a los docentes que carecen de pasiones y de voluntad para gestar en los
estudiantes ideales académicos, sociales y científicos

c) El rol del maestro para trascender y generar el cambio social

d) El papel del maestro de primaria en las luchas por las reivindicaciones sociales al estar
alejado de la condición elitista del maestro universitario.

Aquí algunas de las citas textuales:

“El Estado condena a sus maes­tros a una perenne estrechez pecuniaria. Les niega casi
completamente todo medio de elevación económica o cultural y les cierra toda perspectiva de
acceso a una categoría superior. De un lado, carecen los maestros de posibilidades de
bienestar económico; de otro lado, carecen de posibilidades de pro­greso científico”
(Mariátegui, publicado en la revista Mundial 1925, recogido enTemas de Educación).

“Con un profesor desprovisto de desinterés y de idealismo, el estudiante no puede aprender ni


estimar una ni otra cosa. Antes bien, se acostumbra a desdeñarlas prematuramente como
superfluas, inútiles y em-barazantes. Un maestro —o, mejor, un ca-tedrático— en quien sus
discípulos descubren una magra corteza de cultura profesio-nal, y nada más, carece de
autoridad y de aptitud para inculcarles y enseñarles extensión ni hondura en el estudio. Su
ejemplo, por el contrario, persuade al discípulo negligente de la conveniencia de limitar sus
esfuerzos, primero a la adquisición rutinaria del grado y después a la posesión de un
automóvil, al allegamiento de una fortuna, y —si es posible de paso— a la conquista de una
cátedra —membrete de lujo, timbre de academia—. La vida y la personalidad egoístas,
burocráticas, apocadas, del profesor decorativo y afortunado, influyen inevitablemente en la
ambición, el horizonte y el programa del estudiante de tipo medio. Profe-sores estériles tienen
que producir discípulos estériles” (Mariátegui, publicado en Mundial 1928, recogido en Temas
de Educación).
“El maestro peruano quiere ocupar su puesto en la obra de reconstrucción social. No se
conforma con la supervivencia de una realidad caduca. Se propone contribuir con su esfuerzo a
la creación de una realidad nueva” (Mariátegui, publicado en la revista Mundial 1925, recogido
en Temas de Educación).

“El profesor universitario, sobre todo, es simultáneamente abogado, parlamentario,


latifundista. La cátedra constituye una mera estación de su vida cotidiana. La enseñanza es un
suplemento o un comple-mento intelectual de su actividad práctica, política, forense o
mercantil. El maestro primario, en tanto, aunque no sea sino mo-desta e imperfectamente,
tiene siempre una vida de profesional. Su formación y su am-biente lo desconectan, por otra
parte, de los intereses egoístas de la clase conservadora” (Mariátegui, publicado en Mundial
1925, recogido en Temas de Educación).

“No exis­te un problema de la universidad, indepen­diente de un problema de la escuela


prima-ria y secundaria. Existe un problema de la educación pública que abarca todos sus
com­partimentos y comprende todos sus grados” (Mariátegui, publicado en Mundial 1925,
recogido en Temas de Educación).

LA UNIVERSIDAD

“Desde 1919 se suceden las tentativas y proyectos de reforma universitaria. La asamblea


nacional que revisó la Constitución, sancionó los principios por los cuales se agitó más
vehementemente la opinión estudiantil. Pero, abandonada siempre la actuación misma de la
Reforma al consejo docente de la Universidad, sus principios estaban inevitablemente
condenados a un sabotaje más o menos ostensible y sistemático” (Mariátegui, publicado en
Mundial 1928, recogido en Temas de Educación).

Dos acontecimientos significativos influenciaron en el estallido del movimiento estudiantil


universitario para la Reforma Educativa de Córdova en 1918, por un lado, la Revolución
Bolchevique y, por otro, la Primera Guerra Mundial, lo que generó una mayor polarización
entre las clases sociales de la época, sin embargo, la fuerza de esta reforma no tuvo mayor
alcance en nuestro país, puesto que se carecía de un proyecto de nación y de principios
democráticos.

“El movimiento de la Reforma tenía lógicamente que atacar, ante todo, esta estratificación
conservadora de las universidades. Estos vicios no podían ser combatidos sino por medio de la
intervención de los estudiantes en el gobierno de las universidades y el establecimiento de las
cátedras y la asistencia libre, destinados a asegurar la eliminación de los malos profesores a
través de una concurrencia leal con hombres más aptos para ejercer su magisterio”
(Mariátegui, 7 Ensayos..., 1928).

La reforma de Córdova propició el compromiso de la universidad con los problemas sociales de


América Latina y la libertad de pensamiento frente a la universidad conservadora, medieval y
elitista de la época. Se convirtió en un hecho ejemplar para la autonomía y transformación de
la universidad. La búsqueda de libertad, de calidad académica y de participación estudiantil fue
un bastión de lucha contra el Estado y el gobierno que impedía a la universidad peruana
realizar sus propios planes educativos de manera democrática.

“Las universidades, acaparadas intelectual y materialmente por una casta generalmente


desprovista de impulso creador, no podían aspirar siquiera a una función más alta de
formación y selección de capacidades. Su burocratización las conducía, de un modo fatal, al
empobrecimiento espiritual y científico” (Mariátegui, 7 Ensayos..., 1928).

Si comparamos las reflexiones de Mariátegui con los acontecimientos actuales de las


universidades, encontramos que todavía subsiste un sistema educativo segmentado, desigual y
altamente privatizado regulado por la lógica del mercado, lo que ha generado una profunda
crisis de institucionalidad en el contexto de la globalización, como consecuencia de las políticas
educativas diseñadas por organismos internacionales.

Estudiando el problema universitario de la época actual, Boaventura de Sousa en su libro La


Universidad en el Siglo XXI, coincide con Mariátegui al señalar que existe una incapacidad para
servir a los intereses sociales, para desarrollar el saber científico y humanístico que exige la
sociedad de hoy, valorando el productivismo, la gestión empresarial y la eficiencia en los
modelos educativos.

La situación descrita obliga a repensar y a buscar alternativas para avivar los ideales educativos
universitarios que se erigieron en la Reforma de Córdova, lo que significa, según Mariátegui,
abrir nuevos horizontes sin calco ni copia para construir una educación de calidad, creativa y
democrática, que incorpore a las grandes mayorías y recoja la pluralidad de sus experiencias,
sus conocimientos, sus sabidurías, dentro de un proyecto nacional como expresión del
pensamiento de Mariátegui.

BIBLIOGRAFÍA
MARIÁTEGUI, José Carlos (1928). "El Proceso de la Instrucción Pública" en 7 Ensayos de
Interpretación de la Realidad Peruana.

MARIÁTEGUI, José Carlos (1994). "Temas de Educación" en Mariátegui Total. Tomo I.

SANTOS, Boaventura de Sousa (2007). La Universidad en el Siglo XXI. Para una reforma
democrática y emancipadora de la universidad. CIDES- UMSA, ASDI y Plural Editores.

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