Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera 6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas: se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf. 7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles de resolver, y también es posible que haya sido el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el material de Mc 6,45-8,26. Sigamos una u otra solución, resulta claro que ese material (con sus repeticiones) debe tener una importancia grande en el texto actual de Mc: sirve para marcar el último momento del proceso vocacional de los discípulos privilegiados de Jesús dentro del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han sido simplemente llamados, con la promesa de ser pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319). Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose así protagonistas activos del proyecto de reino de Jesús (cf. 6,6b-13.29). Cada una de las secciones de esta parte empieza y queda definida por un texto vocacional: la llamada se abre a la elección, y así culmina en una misión donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones, eso que pudiéramos tomar ya desde ahora como principio del fracaso de su ministerio. Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos el drama de Mc, poniendo todos los gestos y datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo progresivamente una responsabilidad mesiánica, y parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús, realizando la tarea que les encomienda. Sólo después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos cómo todo quiebra y cambia: los discípulos resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad el camino de Jesús. Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa de reino y cuenta con unos discípulos que pueden acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes. Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos soldados de la liberación nacional. También Jesús necesita colaboradores; por eso su tarea de reino resulta inseparable de la llamada, elección y envío de sus discípulos. A PRIMERA LLAMADA: PESCADORES y PUBLICANOS (1,14-3,6) Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es primera llamada de reino para todos: por eso Jesús habla y actúa de manera abierta en Galilea (1,14.38-39). Pero es también primera llamada para sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad), con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres veremos cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27. Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera 6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas: se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf. 7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles de resolver, y también es posible que haya sido el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el material de Mc 6,45-8,26. Sigamos una u otra solución, resulta claro que ese material (con sus repeticiones) debe tener una importancia grande en el texto actual de Mc: sirve para marcar el último momento del proceso vocacional de los discípulos privilegiados de Jesús dentro del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han sido simplemente llamados, con la promesa de ser pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319). Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose así protagonistas activos del proyecto de reino de Jesús (cf. 6,6b-13.29). Cada una de las secciones de esta parte empieza y queda definida por un texto vocacional: la llamada se abre a la elección, y así culmina en una misión donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones, eso que pudiéramos tomar ya desde ahora como principio del fracaso de su ministerio. Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos el drama de Mc, poniendo todos los gestos y datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo progresivamente una responsabilidad mesiánica, y parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús, realizando la tarea que les encomienda. Sólo después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos cómo todo quiebra y cambia: los discípulos resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad el camino de Jesús. Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa de reino y cuenta con unos discípulos que pueden acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes. Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos soldados de la liberación nacional. También Jesús necesita colaboradores; por eso su tarea de reino resulta inseparable de la llamada, elección y envío de sus discípulos. A PRIMERA LLAMADA: PESCADORES y PUBLICANOS (1,14-3,6) Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es primera llamada de reino para todos: por eso Jesús habla y actúa de manera abierta en Galilea (1,14.38-39). Pero es también primera llamada para sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad), con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres », es decir, realizadores de la tarea escatológica del reino. Esta primera sección, abierta a la promesa de la pesca escatológica, se encuentra paradójicamente marcada por una serie de conflictos con las autoridades judías; son conflictos que pueden parecernos casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel. Jesús no combate directamente, no se enfrenta de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27. Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera 6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas: se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf. 7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles de resolver, y también es posible que haya sido el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el material de Mc 6,45-8,26. Sigamos una u otra solución, resulta claro que ese material (con sus repeticiones) debe tener una importancia grande en el texto actual de Mc: sirve para marcar el último momento del proceso vocacional de los discípulos privilegiados de Jesús dentro del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han sido simplemente llamados, con la promesa de ser pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319). Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose así protagonistas activos del proyecto de reino de Jesús (cf. 6,6b-13.29). Cada una de las secciones de esta parte empieza y queda definida por un texto vocacional: la llamada se abre a la elección, y así culmina en una misión donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones, eso que pudiéramos tomar ya desde ahora como principio del fracaso de su ministerio. Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos el drama de Mc, poniendo todos los gestos y datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo progresivamente una responsabilidad mesiánica, y parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús, realizando la tarea que les encomienda. Sólo después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos cómo todo quiebra y cambia: los discípulos resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad el camino de Jesús. Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa de reino y cuenta con unos discípulos que pueden acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes. Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos soldados de la liberación nacional. También Jesús necesita colaboradores; por eso su tarea de reino resulta inseparable de la llamada, elección y envío de sus discípulos. A PRIMERA LLAMADA: PESCADORES y PUBLICANOS (1,14-3,6) Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es primera llamada de reino para todos: por eso Jesús habla y actúa de manera abierta en Galilea (1,14.38-39). Pero es también primera llamada para sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad), con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres », es decir, realizadores de la tarea escatológica del reino. Esta primera sección, abierta a la promesa de la pesca escatológica, se encuentra paradójicamente marcada por una serie de conflictos con las autoridades judías; son conflictos que pueden parecernos casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel. Jesús no combate directamente, no se enfrenta de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27. Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera 6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas: se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf. 7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles de resolver, y también es posible que haya sido el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el material de Mc 6,45-8,26. Sigamos una u otra solución, resulta claro que ese material (con sus repeticiones) debe tener una importancia grande en el texto actual de Mc: sirve para marcar el último momento del proceso vocacional de los discípulos privilegiados de Jesús dentro del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han sido simplemente llamados, con la promesa de ser pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319). Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose así protagonistas activos del proyecto de reino de Jesús (cf. 6,6b-13.29). Cada una de las secciones de esta parte empieza y queda definida por un texto vocacional: la llamada se abre a la elección, y así culmina en una misión donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones, eso que pudiéramos tomar ya desde ahora como principio del fracaso de su ministerio. Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos el drama de Mc, poniendo todos los gestos y datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo progresivamente una responsabilidad mesiánica, y parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús, realizando la tarea que les encomienda. Sólo después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos cómo todo quiebra y cambia: los discípulos resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad el camino de Jesús. Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa de reino y cuenta con unos discípulos que pueden acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes. Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos soldados de la liberación nacional. También Jesús necesita colaboradores; por eso su tarea de reino resulta inseparable de la llamada, elección y envío de sus discípulos. A PRIMERA LLAMADA: PESCADORES y PUBLICANOS (1,14-3,6) Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es primera llamada de reino para todos: por eso Jesús habla y actúa de manera abierta en Galilea (1,14.38-39). Pero es también primera llamada para sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad), con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres », es decir, realizadores de la tarea escatológica del reino. Esta primera sección, abierta a la promesa de la pesca escatológica, se encuentra paradójicamente marcada por una serie de conflictos con las autoridades judías; son conflictos que pueden parecernos casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel. Jesús no combate directamente, no se enfrenta de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27. Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera 6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas: se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf. 7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles de resolver, y también es posible que haya sido el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el material de Mc 6,45-8,26. Sigamos una u otra solución, resulta claro que ese material (con sus repeticiones) debe tener una importancia grande en el texto actual de Mc: sirve para marcar el último momento del proceso vocacional de los discípulos privilegiados de Jesús dentro del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han sido simplemente llamados, con la promesa de ser pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319). Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose así protagonistas activos del proyecto de reino de Jesús (cf. 6,6b-13.29). Cada una de las secciones de esta parte empieza y queda definida por un texto vocacional: la llamada se abre a la elección, y así culmina en una misión donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones, eso que pudiéramos tomar ya desde ahora como principio del fracaso de su ministerio. Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos el drama de Mc, poniendo todos los gestos y datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo progresivamente una responsabilidad mesiánica, y parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús, realizando la tarea que les encomienda. Sólo después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos cómo todo quiebra y cambia: los discípulos resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad el camino de Jesús. Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa de reino y cuenta con unos discípulos que pueden acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes. Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos soldados de la liberación nacional. También Jesús necesita colaboradores; por eso su tarea de reino resulta inseparable de la llamada, elección y envío de sus discípulos. A PRIMERA LLAMADA: PESCADORES y PUBLICANOS (1,14-3,6) Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es primera llamada de reino para todos: por eso Jesús habla y actúa de manera abierta en Galilea (1,14.38-39). Pero es también primera llamada para sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad), con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres », es decir, realizadores de la tarea escatológica del reino. Esta primera sección, abierta a la promesa de la pesca escatológica, se encuentra paradójicamente marcada por una serie de conflictos con las autoridades judías; son conflictos que pueden parecernos casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel. Jesús no combate directamente, no se enfrenta de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27. Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera 6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas: se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf. 7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles de resolver, y también es posible que haya sido el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el material de Mc 6,45-8,26. Sigamos una u otra solución, resulta claro que ese material (con sus repeticiones) debe tener una importancia grande en el texto actual de Mc: sirve para marcar el último momento del proceso vocacional de los discípulos privilegiados de Jesús dentro del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han sido simplemente llamados, con la promesa de ser pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319). Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose así protagonistas activos del proyecto de reino de Jesús (cf. 6,6b-13.29). Cada una de las secciones de esta parte empieza y queda definida por un texto vocacional: la llamada se abre a la elección, y así culmina en una misión donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones, eso que pudiéramos tomar ya desde ahora como principio del fracaso de su ministerio. Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos el drama de Mc, poniendo todos los gestos y datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo progresivamente una responsabilidad mesiánica, y parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús, realizando la tarea que les encomienda. Sólo después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos cómo todo quiebra y cambia: los discípulos resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad el camino de Jesús. Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa de reino y cuenta con unos discípulos que pueden acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes. Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos soldados de la liberación nacional. También Jesús necesita colaboradores; por eso su tarea de reino resulta inseparable de la llamada, elección y envío de sus discípulos. A PRIMERA LLAMADA: PESCADORES y PUBLICANOS (1,14-3,6) Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es primera llamada de reino para todos: por eso Jesús habla y actúa de manera abierta en Galilea (1,14.38-39). Pero es también primera llamada para sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad), con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres », es decir, realizadores de la tarea escatológica del reino. Esta primera sección, abierta a la promesa de la pesca escatológica, se encuentra paradójicamente marcada por una serie de conflictos con las autoridades judías; son conflictos que pueden parecernos casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel. Jesús no combate directamente, no se enfrenta de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27. Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera 6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas: se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf. 7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles de resolver, y también es posible que haya sido el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el material de Mc 6,45-8,26. Sigamos una u otra solución, resulta claro que ese material (con sus repeticiones) debe tener una importancia grande en el texto actual de Mc: sirve para marcar el último momento del proceso vocacional de los discípulos privilegiados de Jesús dentro del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han sido simplemente llamados, con la promesa de ser pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319). Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose así protagonistas activos del proyecto de reino de Jesús (cf. 6,6b-13.29). Cada una de las secciones de esta parte empieza y queda definida por un texto vocacional: la llamada se abre a la elección, y así culmina en una misión donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones, eso que pudiéramos tomar ya desde ahora como principio del fracaso de su ministerio. Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos el drama de Mc, poniendo todos los gestos y datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo progresivamente una responsabilidad mesiánica, y parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús, realizando la tarea que les encomienda. Sólo después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos cómo todo quiebra y cambia: los discípulos resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad el camino de Jesús. Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa de reino y cuenta con unos discípulos que pueden acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes. Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos soldados de la liberación nacional. También Jesús necesita colaboradores; por eso su tarea de reino resulta inseparable de la llamada, elección y envío de sus discípulos. A PRIMERA LLAMADA: PESCADORES y PUBLICANOS (1,14-3,6) Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es primera llamada de reino para todos: por eso Jesús habla y actúa de manera abierta en Galilea (1,14.38-39). Pero es también primera llamada para sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad), con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres », es decir, realizadores de la tarea escatológica del reino. Esta primera sección, abierta a la promesa de la pesca escatológica, se encuentra paradójicamente marcada por una serie de conflictos con las autoridades judías; son conflictos que pueden parecernos casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel. Jesús no combate directamente, no se enfrenta de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27. Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera 6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas: se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf. 7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles de resolver, y también es posible que haya sido el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el material de Mc 6,45-8,26. Sigamos una u otra solución, resulta claro que ese material (con sus repeticiones) debe tener una importancia grande en el texto actual de Mc: sirve para marcar el último momento del proceso vocacional de los discípulos privilegiados de Jesús dentro del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han sido simplemente llamados, con la promesa de ser pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319). Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose así protagonistas activos del proyecto de reino de Jesús (cf. 6,6b-13.29). Cada una de las secciones de esta parte empieza y queda definida por un texto vocacional: la llamada se abre a la elección, y así culmina en una misión donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones, eso que pudiéramos tomar ya desde ahora como principio del fracaso de su ministerio. Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos el drama de Mc, poniendo todos los gestos y datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo progresivamente una responsabilidad mesiánica, y parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús, realizando la tarea que les encomienda. Sólo después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos cómo todo quiebra y cambia: los discípulos resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad el camino de Jesús. Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa de reino y cuenta con unos discípulos que pueden acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes. Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos soldados de la liberación nacional. También Jesús necesita colaboradores; por eso su tarea de reino resulta inseparable de la llamada, elección y envío de sus discípulos. A PRIMERA LLAMADA: PESCADORES y PUBLICANOS (1,14-3,6) Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es primera llamada de reino para todos: por eso Jesús habla y actúa de manera abierta en Galilea (1,14.38-39). Pero es también primera llamada para sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad), con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres », es decir, realizadores de la tarea escatológica del reino. Esta primera sección, abierta a la promesa de la pesca escatológica, se encuentra paradójicamente marcada por una serie de conflictos con las autoridades judías; son conflictos que pueden parecernos casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel. Jesús no combate directamente, no se enfrenta de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27. Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera 6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas: se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf. 7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles de resolver, y también es posible que haya sido el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el material de Mc 6,45-8,26. Sigamos una u otra solución, resulta claro que ese material (con sus repeticiones) debe tener una importancia grande en el texto actual de Mc: sirve para marcar el último momento del proceso vocacional de los discípulos privilegiados de Jesús dentro del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han sido simplemente llamados, con la promesa de ser pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319). Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose así protagonistas activos del proyecto de reino de Jesús (cf. 6,6b-13.29). Cada una de las secciones de esta parte empieza y queda definida por un texto vocacional: la llamada se abre a la elección, y así culmina en una misión donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones, eso que pudiéramos tomar ya desde ahora como principio del fracaso de su ministerio. Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos el drama de Mc, poniendo todos los gestos y datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo progresivamente una responsabilidad mesiánica, y parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús, realizando la tarea que les encomienda. Sólo después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos cómo todo quiebra y cambia: los discípulos resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad el camino de Jesús. Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa de reino y cuenta con unos discípulos que pueden acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes. Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos soldados de la liberación nacional. También Jesús necesita colaboradores; por eso su tarea de reino resulta inseparable de la llamada, elección y envío de sus discípulos. A PRIMERA LLAMADA: PESCADORES y PUBLICANOS (1,14-3,6) Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es primera llamada de reino para todos: por eso Jesús habla y actúa de manera abierta en Galilea (1,14.38-39). Pero es también primera llamada para sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad), con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres », es decir, realizadores de la tarea escatológica del reino. Esta primera sección, abierta a la promesa de la pesca escatológica, se encuentra paradójicamente marcada por una serie de conflictos con las autoridades judías; son conflictos que pueden parecernos casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel. Jesús no combate directamente, no se enfrenta de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- », es decir, realizadores de la tarea escatológica del reino. Esta primera sección, abierta a la promesa de la pesca escatológica, se encuentra paradójicamente marcada por una serie de conflictos con las autoridades judías; son conflictos que pueden parecernos casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel. Jesús no combate directamente, no se enfrenta de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- Cvzvzc cvcv zcv zcv z