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veremos

cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27.


Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera
6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas:
se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad
calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la
multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se
comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los
milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf.
7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles
de resolver, y también es posible que haya sido
el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos
a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el
material de Mc 6,45-8,26.
Sigamos una u otra solución, resulta claro que
ese material (con sus repeticiones) debe tener una
importancia grande en el texto actual de Mc: sirve
para marcar el último momento del proceso vocacional
de los discípulos privilegiados de Jesús dentro
del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han
sido simplemente llamados, con la promesa de ser
pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para
estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319).
Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose
así protagonistas activos del proyecto de reino de
Jesús (cf. 6,6b-13.29).
Cada una de las secciones de esta parte empieza
y queda definida por un texto vocacional: la llamada
se abre a la elección, y así culmina en una misión
donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda
al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión
de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones,
eso que pudiéramos tomar ya desde
ahora como principio del fracaso de su ministerio.
Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos
el drama de Mc, poniendo todos los gestos y
datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de
anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo
progresivamente una responsabilidad mesiánica, y
parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús,
realizando la tarea que les encomienda. Sólo
después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos
cómo todo quiebra y cambia: los discípulos
resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad
el camino de Jesús.
Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa
de reino y cuenta con unos discípulos que pueden
acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes
cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar
su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren
sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes.
Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos
soldados de la liberación nacional. También Jesús
necesita colaboradores; por eso su tarea de reino
resulta inseparable de la llamada, elección y envío
de sus discípulos.
A
PRIMERA LLAMADA:
PESCADORES y PUBLICANOS
(1,14-3,6)
Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es
primera llamada de reino para todos: por eso Jesús
habla y actúa de manera abierta en Galilea
(1,14.38-39). Pero es también primera llamada para
sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo
un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad
posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento
a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad),
con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres veremos
cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27.
Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera
6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas:
se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad
calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la
multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se
comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los
milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf.
7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles
de resolver, y también es posible que haya sido
el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos
a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el
material de Mc 6,45-8,26.
Sigamos una u otra solución, resulta claro que
ese material (con sus repeticiones) debe tener una
importancia grande en el texto actual de Mc: sirve
para marcar el último momento del proceso vocacional
de los discípulos privilegiados de Jesús dentro
del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han
sido simplemente llamados, con la promesa de ser
pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para
estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319).
Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose
así protagonistas activos del proyecto de reino de
Jesús (cf. 6,6b-13.29).
Cada una de las secciones de esta parte empieza
y queda definida por un texto vocacional: la llamada
se abre a la elección, y así culmina en una misión
donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda
al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión
de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones,
eso que pudiéramos tomar ya desde
ahora como principio del fracaso de su ministerio.
Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos
el drama de Mc, poniendo todos los gestos y
datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de
anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo
progresivamente una responsabilidad mesiánica, y
parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús,
realizando la tarea que les encomienda. Sólo
después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos
cómo todo quiebra y cambia: los discípulos
resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad
el camino de Jesús.
Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa
de reino y cuenta con unos discípulos que pueden
acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes
cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar
su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren
sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes.
Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos
soldados de la liberación nacional. También Jesús
necesita colaboradores; por eso su tarea de reino
resulta inseparable de la llamada, elección y envío
de sus discípulos.
A
PRIMERA LLAMADA:
PESCADORES y PUBLICANOS
(1,14-3,6)
Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es
primera llamada de reino para todos: por eso Jesús
habla y actúa de manera abierta en Galilea
(1,14.38-39). Pero es también primera llamada para
sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo
un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad
posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento
a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad),
con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres
», es decir, realizadores de la tarea escatológica
del reino.
Esta primera sección, abierta a la promesa de la
pesca escatológica, se encuentra paradójicamente
marcada por una serie de conflictos con las autoridades
judías; son conflictos que pueden parecernos
casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud
de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a
fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel.
Jesús no combate directamente, no se enfrenta
de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad
israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos
cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27.
Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera
6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas:
se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad
calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la
multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se
comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los
milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf.
7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles
de resolver, y también es posible que haya sido
el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos
a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el
material de Mc 6,45-8,26.
Sigamos una u otra solución, resulta claro que
ese material (con sus repeticiones) debe tener una
importancia grande en el texto actual de Mc: sirve
para marcar el último momento del proceso vocacional
de los discípulos privilegiados de Jesús dentro
del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han
sido simplemente llamados, con la promesa de ser
pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para
estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319).
Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose
así protagonistas activos del proyecto de reino de
Jesús (cf. 6,6b-13.29).
Cada una de las secciones de esta parte empieza
y queda definida por un texto vocacional: la llamada
se abre a la elección, y así culmina en una misión
donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda
al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión
de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones,
eso que pudiéramos tomar ya desde
ahora como principio del fracaso de su ministerio.
Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos
el drama de Mc, poniendo todos los gestos y
datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de
anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo
progresivamente una responsabilidad mesiánica, y
parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús,
realizando la tarea que les encomienda. Sólo
después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos
cómo todo quiebra y cambia: los discípulos
resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad
el camino de Jesús.
Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa
de reino y cuenta con unos discípulos que pueden
acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes
cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar
su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren
sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes.
Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos
soldados de la liberación nacional. También Jesús
necesita colaboradores; por eso su tarea de reino
resulta inseparable de la llamada, elección y envío
de sus discípulos.
A
PRIMERA LLAMADA:
PESCADORES y PUBLICANOS
(1,14-3,6)
Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es
primera llamada de reino para todos: por eso Jesús
habla y actúa de manera abierta en Galilea
(1,14.38-39). Pero es también primera llamada para
sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo
un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad
posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento
a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad),
con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres
», es decir, realizadores de la tarea escatológica
del reino.
Esta primera sección, abierta a la promesa de la
pesca escatológica, se encuentra paradójicamente
marcada por una serie de conflictos con las autoridades
judías; son conflictos que pueden parecernos
casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud
de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a
fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel.
Jesús no combate directamente, no se enfrenta
de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad
israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos
cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27.
Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera
6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas:
se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad
calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la
multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se
comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los
milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf.
7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles
de resolver, y también es posible que haya sido
el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos
a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el
material de Mc 6,45-8,26.
Sigamos una u otra solución, resulta claro que
ese material (con sus repeticiones) debe tener una
importancia grande en el texto actual de Mc: sirve
para marcar el último momento del proceso vocacional
de los discípulos privilegiados de Jesús dentro
del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han
sido simplemente llamados, con la promesa de ser
pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para
estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319).
Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose
así protagonistas activos del proyecto de reino de
Jesús (cf. 6,6b-13.29).
Cada una de las secciones de esta parte empieza
y queda definida por un texto vocacional: la llamada
se abre a la elección, y así culmina en una misión
donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda
al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión
de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones,
eso que pudiéramos tomar ya desde
ahora como principio del fracaso de su ministerio.
Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos
el drama de Mc, poniendo todos los gestos y
datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de
anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo
progresivamente una responsabilidad mesiánica, y
parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús,
realizando la tarea que les encomienda. Sólo
después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos
cómo todo quiebra y cambia: los discípulos
resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad
el camino de Jesús.
Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa
de reino y cuenta con unos discípulos que pueden
acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes
cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar
su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren
sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes.
Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos
soldados de la liberación nacional. También Jesús
necesita colaboradores; por eso su tarea de reino
resulta inseparable de la llamada, elección y envío
de sus discípulos.
A
PRIMERA LLAMADA:
PESCADORES y PUBLICANOS
(1,14-3,6)
Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es
primera llamada de reino para todos: por eso Jesús
habla y actúa de manera abierta en Galilea
(1,14.38-39). Pero es también primera llamada para
sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo
un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad
posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento
a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad),
con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres
», es decir, realizadores de la tarea escatológica
del reino.
Esta primera sección, abierta a la promesa de la
pesca escatológica, se encuentra paradójicamente
marcada por una serie de conflictos con las autoridades
judías; son conflictos que pueden parecernos
casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud
de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a
fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel.
Jesús no combate directamente, no se enfrenta
de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad
israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos
cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27.
Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera
6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas:
se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad
calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la
multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se
comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los
milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf.
7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles
de resolver, y también es posible que haya sido
el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos
a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el
material de Mc 6,45-8,26.
Sigamos una u otra solución, resulta claro que
ese material (con sus repeticiones) debe tener una
importancia grande en el texto actual de Mc: sirve
para marcar el último momento del proceso vocacional
de los discípulos privilegiados de Jesús dentro
del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han
sido simplemente llamados, con la promesa de ser
pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para
estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319).
Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose
así protagonistas activos del proyecto de reino de
Jesús (cf. 6,6b-13.29).
Cada una de las secciones de esta parte empieza
y queda definida por un texto vocacional: la llamada
se abre a la elección, y así culmina en una misión
donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda
al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión
de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones,
eso que pudiéramos tomar ya desde
ahora como principio del fracaso de su ministerio.
Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos
el drama de Mc, poniendo todos los gestos y
datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de
anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo
progresivamente una responsabilidad mesiánica, y
parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús,
realizando la tarea que les encomienda. Sólo
después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos
cómo todo quiebra y cambia: los discípulos
resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad
el camino de Jesús.
Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa
de reino y cuenta con unos discípulos que pueden
acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes
cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar
su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren
sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes.
Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos
soldados de la liberación nacional. También Jesús
necesita colaboradores; por eso su tarea de reino
resulta inseparable de la llamada, elección y envío
de sus discípulos.
A
PRIMERA LLAMADA:
PESCADORES y PUBLICANOS
(1,14-3,6)
Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es
primera llamada de reino para todos: por eso Jesús
habla y actúa de manera abierta en Galilea
(1,14.38-39). Pero es también primera llamada para
sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo
un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad
posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento
a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad),
con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres
», es decir, realizadores de la tarea escatológica
del reino.
Esta primera sección, abierta a la promesa de la
pesca escatológica, se encuentra paradójicamente
marcada por una serie de conflictos con las autoridades
judías; son conflictos que pueden parecernos
casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud
de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a
fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel.
Jesús no combate directamente, no se enfrenta
de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad
israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos
cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27.
Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera
6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas:
se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad
calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la
multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se
comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los
milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf.
7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles
de resolver, y también es posible que haya sido
el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos
a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el
material de Mc 6,45-8,26.
Sigamos una u otra solución, resulta claro que
ese material (con sus repeticiones) debe tener una
importancia grande en el texto actual de Mc: sirve
para marcar el último momento del proceso vocacional
de los discípulos privilegiados de Jesús dentro
del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han
sido simplemente llamados, con la promesa de ser
pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para
estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319).
Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose
así protagonistas activos del proyecto de reino de
Jesús (cf. 6,6b-13.29).
Cada una de las secciones de esta parte empieza
y queda definida por un texto vocacional: la llamada
se abre a la elección, y así culmina en una misión
donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda
al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión
de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones,
eso que pudiéramos tomar ya desde
ahora como principio del fracaso de su ministerio.
Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos
el drama de Mc, poniendo todos los gestos y
datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de
anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo
progresivamente una responsabilidad mesiánica, y
parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús,
realizando la tarea que les encomienda. Sólo
después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos
cómo todo quiebra y cambia: los discípulos
resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad
el camino de Jesús.
Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa
de reino y cuenta con unos discípulos que pueden
acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes
cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar
su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren
sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes.
Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos
soldados de la liberación nacional. También Jesús
necesita colaboradores; por eso su tarea de reino
resulta inseparable de la llamada, elección y envío
de sus discípulos.
A
PRIMERA LLAMADA:
PESCADORES y PUBLICANOS
(1,14-3,6)
Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es
primera llamada de reino para todos: por eso Jesús
habla y actúa de manera abierta en Galilea
(1,14.38-39). Pero es también primera llamada para
sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo
un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad
posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento
a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad),
con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres
», es decir, realizadores de la tarea escatológica
del reino.
Esta primera sección, abierta a la promesa de la
pesca escatológica, se encuentra paradójicamente
marcada por una serie de conflictos con las autoridades
judías; son conflictos que pueden parecernos
casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud
de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a
fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel.
Jesús no combate directamente, no se enfrenta
de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad
israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos
cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27.
Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera
6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas:
se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad
calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la
multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se
comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los
milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf.
7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles
de resolver, y también es posible que haya sido
el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos
a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el
material de Mc 6,45-8,26.
Sigamos una u otra solución, resulta claro que
ese material (con sus repeticiones) debe tener una
importancia grande en el texto actual de Mc: sirve
para marcar el último momento del proceso vocacional
de los discípulos privilegiados de Jesús dentro
del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han
sido simplemente llamados, con la promesa de ser
pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para
estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319).
Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose
así protagonistas activos del proyecto de reino de
Jesús (cf. 6,6b-13.29).
Cada una de las secciones de esta parte empieza
y queda definida por un texto vocacional: la llamada
se abre a la elección, y así culmina en una misión
donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda
al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión
de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones,
eso que pudiéramos tomar ya desde
ahora como principio del fracaso de su ministerio.
Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos
el drama de Mc, poniendo todos los gestos y
datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de
anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo
progresivamente una responsabilidad mesiánica, y
parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús,
realizando la tarea que les encomienda. Sólo
después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos
cómo todo quiebra y cambia: los discípulos
resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad
el camino de Jesús.
Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa
de reino y cuenta con unos discípulos que pueden
acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes
cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar
su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren
sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes.
Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos
soldados de la liberación nacional. También Jesús
necesita colaboradores; por eso su tarea de reino
resulta inseparable de la llamada, elección y envío
de sus discípulos.
A
PRIMERA LLAMADA:
PESCADORES y PUBLICANOS
(1,14-3,6)
Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es
primera llamada de reino para todos: por eso Jesús
habla y actúa de manera abierta en Galilea
(1,14.38-39). Pero es también primera llamada para
sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo
un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad
posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento
a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad),
con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres
», es decir, realizadores de la tarea escatológica
del reino.
Esta primera sección, abierta a la promesa de la
pesca escatológica, se encuentra paradójicamente
marcada por una serie de conflictos con las autoridades
judías; son conflictos que pueden parecernos
casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud
de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a
fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel.
Jesús no combate directamente, no se enfrenta
de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad
israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos
cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27.
Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera
6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas:
se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad
calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la
multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se
comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los
milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf.
7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles
de resolver, y también es posible que haya sido
el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos
a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el
material de Mc 6,45-8,26.
Sigamos una u otra solución, resulta claro que
ese material (con sus repeticiones) debe tener una
importancia grande en el texto actual de Mc: sirve
para marcar el último momento del proceso vocacional
de los discípulos privilegiados de Jesús dentro
del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han
sido simplemente llamados, con la promesa de ser
pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para
estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319).
Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose
así protagonistas activos del proyecto de reino de
Jesús (cf. 6,6b-13.29).
Cada una de las secciones de esta parte empieza
y queda definida por un texto vocacional: la llamada
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donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda
al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión
de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones,
eso que pudiéramos tomar ya desde
ahora como principio del fracaso de su ministerio.
Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos
el drama de Mc, poniendo todos los gestos y
datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de
anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo
progresivamente una responsabilidad mesiánica, y
parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús,
realizando la tarea que les encomienda. Sólo
después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos
cómo todo quiebra y cambia: los discípulos
resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad
el camino de Jesús.
Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa
de reino y cuenta con unos discípulos que pueden
acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes
cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar
su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren
sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes.
Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos
soldados de la liberación nacional. También Jesús
necesita colaboradores; por eso su tarea de reino
resulta inseparable de la llamada, elección y envío
de sus discípulos.
A
PRIMERA LLAMADA:
PESCADORES y PUBLICANOS
(1,14-3,6)
Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es
primera llamada de reino para todos: por eso Jesús
habla y actúa de manera abierta en Galilea
(1,14.38-39). Pero es también primera llamada para
sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo
un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad
posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento
a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad),
con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres
», es decir, realizadores de la tarea escatológica
del reino.
Esta primera sección, abierta a la promesa de la
pesca escatológica, se encuentra paradójicamente
marcada por una serie de conflictos con las autoridades
judías; son conflictos que pueden parecernos
casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud
de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a
fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel.
Jesús no combate directamente, no se enfrenta
de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad
israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- veremos
cómo salta directamente de Mc 6,44 a 8,27.
Si esto fuera así, si el primer texto de Mc no incluyera
6,45-8,26, se explicarían mejor algunas cosas:
se evitarían las repeticiones, tanto de la tempestad
calmada (cf. 6,45-52 Y 4,35-41) como de la
multiplicación de los panes (cf. 8,1-10 Y 6,30-44); se
comprendería el hecho de que sólo Mc cuenta los
milagros del sordo-mudo y ciego de Betsaida (cf.
7,31-37; 8,22-26).... Pero estos son problemas difíciles
de resolver, y también es posible que haya sido
el propio Lc quien prefiera evitar repeticiones y textos
a su juicio poco claros, prescindiendo de todo el
material de Mc 6,45-8,26.
Sigamos una u otra solución, resulta claro que
ese material (con sus repeticiones) debe tener una
importancia grande en el texto actual de Mc: sirve
para marcar el último momento del proceso vocacional
de los discípulos privilegiados de Jesús dentro
del anuncio del reino en Galilea. Ellos no han
sido simplemente llamados, con la promesa de ser
pescadores de hombres (1.,16-20), ni sólo elegidos para
estar con Jesús y ser su familia mesiánica (3,1319).
Ellos han sido enviados de hecho, haciéndose
así protagonistas activos del proyecto de reino de
Jesús (cf. 6,6b-13.29).
Cada una de las secciones de esta parte empieza
y queda definida por un texto vocacional: la llamada
se abre a la elección, y así culmina en una misión
donde causa de Jesús y causa de sus discípulos queda
al fin identificada. Sobre el trasfondo de esa misión
de los discípulos han de interpretarse sus incomprensiones,
eso que pudiéramos tomar ya desde
ahora como principio del fracaso de su ministerio.
Pero no adelantemos acontecimientos, no nivelemos
el drama de Mc, poniendo todos los gestos y
datos a la misma altura. Por ahora, en esta parte de
anuncio en Galilea, los discípulos van asumiendo
progresivamente una responsabilidad mesiánica, y
parece que ellos pueden responder al proyecto de Jesús,
realizando la tarea que les encomienda. Sólo
después, de una manera brusca, a partir de 8,27, veremos
cómo todo quiebra y cambia: los discípulos
resultan incapaces de asumir y recorrer de verdad
el camino de Jesús.
Por ahora sabemos que Jesús tiene un programa
de reino y cuenta con unos discípulos que pueden
acompañarle para realizarlo juntos. Los sacerdotes
cuentan con ayudantes, siervos y levitas para realizar
su acción sacral. Los escribas (fariseos) abren
sus aulas y colectan-educan buenos estudiantes.
Los celotas adiestrarán cuidadosamente a los nuevos
soldados de la liberación nacional. También Jesús
necesita colaboradores; por eso su tarea de reino
resulta inseparable de la llamada, elección y envío
de sus discípulos.
A
PRIMERA LLAMADA:
PESCADORES y PUBLICANOS
(1,14-3,6)
Entiendo esta palabra en un doble sentido. Es
primera llamada de reino para todos: por eso Jesús
habla y actúa de manera abierta en Galilea
(1,14.38-39). Pero es también primera llamada para
sus discípulos: como inicio de su mensaje, ofreciendo
un campo de sentido a todo lo que será su activ.i;dad
posterior, Jesús convoca y llama al seguimiento
a cuatro pescadores (cuatro es signo de totalidad),
con la promesa de hacerlos «pescadores de hombres
», es decir, realizadores de la tarea escatológica
del reino.
Esta primera sección, abierta a la promesa de la
pesca escatológica, se encuentra paradójicamente
marcada por una serie de conflictos con las autoridades
judías; son conflictos que pueden parecernos
casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud
de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a
fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel.
Jesús no combate directamente, no se enfrenta
de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad
israelita y pone el dedo en la llaga, para cu-
», es decir, realizadores de la tarea escatológica
del reino.
Esta primera sección, abierta a la promesa de la
pesca escatológica, se encuentra paradójicamente
marcada por una serie de conflictos con las autoridades
judías; son conflictos que pueden parecernos
casuales, muy pequeños, pero ellos definen la actitud
de los judíos, indican la novedad de Jesús y, a
fin de cuentas, le impiden realizar su tarea en Israel.
Jesús no combate directamente, no se enfrenta
de manera programada, pero llega al lugar de la debilidad
israelita y pone el dedo en la llaga, para cu- Cvzvzc cvcv zcv zcv z

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