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INTRODUCCIÓN
Imagínate lo que significa estar huyendo, estar perseguido por alguien más fuerte que vos. Tal vez estarías
deprimido, angustiado, sintiéndote solo y abandonado. Probablemente pensarías que Dios se olvidó de vos. ¡Y
para completar ahora vienen a vos 400 con problemas peores! ¿Qué clase de ánimo podrías recibir de ellos?
400 endeudados que solo piensan en que lo han perdido todo. 400 afligidos cuyo corazón ya no encuentra
razones para seguir adelante, que tal vez solo quieren compasión. 400 amargados que solo saben quejarse de
la situación. ¡Y te hacen el jefe de ellos! ¡Soy el Jefe de los endeudados, afligidos y amargados! Dijo David...
como si no tuviese problemas, ahora tengo 400 que creen que yo los puedo ayudar...
Si yo tuviera que escoger un ejército para defenderme, no escogería uno de afligidos, endeudados y
amargados. Definitivamente no sería buena idea. Si yo estuviera deprimido no buscaría a otros que estén
iguales o peor que yo. Buscaría a unos que tuvieran mejor ánimo. Que me dijeran que no hay problemas que
no se puedan solucionar. Pero Dios usa medios que no entendemos para mostrarnos su poder. Es aquí, en la
cueva de Adulam, donde se forman los valientes. ¿Quién iba a creerlo? Pero fue cierto. La Biblia dice en 2 Samuel
23:13-17: "Y tres de los treinta jefes descendieron y vinieron en tiempo de la siega a David en la cueva de Adulam;
y el campamento de los filisteos estaba en el valle de Refaim. David entonces estaba en el lugar fuerte, y había
en Belén una guarnición de los filisteos. Y David dijo con vehemencia: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo
de Belén que está junto a la puerta! Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos,
y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta; y tomaron, y la trajeron a David; mas él no la
quiso beber, sino que la derramó para Jehová, diciendo: Lejos sea de mí, oh Jehová, que yo haga esto. ¿He de
beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida? Y no quiso beberla. Los tres valientes
hicieron esto".
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¿Qué fue lo que convirtió a tres endeudados, afligidos y amargados en tres valientes capaces de entrar
hasta lo más profundo del campamento enemigo? ¿Qué fué lo que hizo que hombres que creen que no valen
nada puedan lograr grandes hazañas? ¿Qué fué lo que pasó en la Cueva de Adulam que cambio la manera de
vivir de estas personas? En la siguiente narrativa bíblica quisiera aproximarme a la vida de David, desde una
perspectiva de crisis. Y para esto es necesario comenzar con esta narrativa en el 1 libro de Samuel 22:1. Allí
encontramos a David en el momento más oscuro de su vida y en su peregrinar por el camino al reinado. Es el
momento en que se encuentra solo en la cueva de Adulam. Extraeremos esta enseñanza a través de tres
grandes enunciados.
DESARROLLO
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para mostrarnos que la promesa (en el caso de David, de ser rey) depende de su poder y no de nuestras
habilidades.
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2. ¿CÓMO NOS ENFRENTAMOS A LA CUEVA DE ADULAM? SALMO 142
David le pide a Dios en casi unas 7 veces que haga algo por él. Y le pide que le ayude, que venza a sus
enemigos, que tome venganza, que lo refugie en sus manos. Sólo el favor de Dios nos hará salir adelante.
Si notamos el salmo vuelve a mostrar lo que Dios promete y como él ve la situación de David. Debemos
retomar los lentes de Dios y mirar las cosas como El las ve. Con esa visión podremos salir adelante.
Si mira el verso 7 del salmo dice: “Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre, me rodearán los
justos porque tú me serás propicio”. La palabra alabar aquí va más allá de un canto o un testimonio en la iglesia
de dos o tres minutos, el término habla de ministrar a otros con la persona de Dios y animar a otros porque
Dios nos ha sido favorable. David anticipa que muchas personas llegarán donde él y el podrá ayudarles después
de que salga de la cueva de Adulam.
David llega el momento en que entrega su carga a Dios. Sabe, ¿cuándo descansó Jesús en la cruz? Cuando
dijo “en tus manos encomiendo mi espíritu”. Hasta Jesús tuvo un momento en que se rindió en las manos y las
fuerzas de su Padre. Eso es lo que Dios espera de nosotros. Quizás ha llegado el tiempo de rendirse en las manos
de Dios para que él tome “su espíritu” y lo resucite tres días después.
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2.6. Observar la victoria por fe
Al final David termina con una nota de fe “tú me serás propicio” (Salmo 142:7). Ahora si usted nota, todas
estas características forman el acróstico cambio. Y eso es lo que realmente sucede en nuestras vidas cuando
llegamos a la cueva. Es el lugar donde Dios nos cambia.
David escribe también el Salmo 34 y allí ya tiene un grupo de personas que lo siguen entonces el salmo
es una charla motivacional para esos seguidores de David. Ahora David puede predicar y enseñar porque ya no
solo es teoría sino también vida. Veamos como hace su discurso motivacional:
A los afligidos les dice: “Probad y ved que El Señor es bueno. Bienaventurado el hombre se refugia en
El” (34:8).
A los endeudados les dice: “Temed al Señor, vosotros sus santos, porque nada falta a los que le temen”
(34:9).
A los descontentos les dice: “Los leones tienen necesidades y sufren hambre pero los que buscan al
Señor no tendrán falta de ningún bien” (34: 10).
Finalmente a todo el grupo le dice a manera de discurso resumido: “Muchos son los males del justo
(oscuras y solitarias son las cuevas del justo) pero de todas ellas los librará al Señor” (34:19-22).
CONCLUSIÓN
Quizás te encuentres en una cueva en este momento, pero no hay que tener temor, si esa cueva es parte
del plan de Dios sacará algo grande. Y lo más grande es que conocerás a Dios de una forma diferente y fresca.
“sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió
Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para
deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús,
el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está
escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”
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