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El término romántico se aplica con sentido descriptivo a un cierto tipo de arte, literatura y
música, principalmente de principio del Siglo XIX, que comparte una serie de
características: individualismo, emoción abierta, dramatismo y afinidad con la naturaleza.
El lienzo está dividido en cinco partes, formando una trama en la que se distribuyen tanto
las arquitecturas como el horizonte. A Turner, por el contrario, como buen ‘romántico’, no
le preocupa tanto la exactitud de las proporciones en si cuadro los puntos de fuga son
múltiples, y la artificiosa utilización de la luz consigue transmitir la sensación de un
ambiente opresivo y humano al mismo tiempo, cosa que no ocurre en el lienzo de Claude,
ni tampoco se pretende.
Por otro lado, resulta prácticamente imposible delimitar el momento exacto en que acaba el
‘neoclasicismo’ y da comienzo el ‘romanticismo’, y hay autores (Goya, Beethoven,
Schubert, Boullée, Blake, etc.) que fácilmente podrían adscribirse a ambos períodos de
manera indistinta. En este sentido, Robert Rosenblum opta por subdividir el período
‘neoclásico’ en varias tendencias artísticas en función de las temáticas que se pueden
observar en cuadros y esculturas:
a) Neoclásico horrendo: El arte como vehículo para expresar los impulsos más
arrebatadamente románticos; tiene mucho que ver con los primeros escalofríos del horror
‘gótico’ que sacudió el arte británico de la década de 1770.
b) Neoclásico erótico: se recrean algunos aspectos del imperio de Venus que ya habían
explorado los artistas del Rococó, tanto placenteros como trágicos.
c) Neoclásico arqueológico: Reconstrucción lo más fidedigna posible de escenas históricas
o legendarias de la Antigüedad clásica. Las modalidades 1a y 3a tuvieron su continuidad en
la época ‘romántica’, aunque con las consabidas variaciones. Así, por ejemplo, el
Romanticismo tendió más a imitar la Edad Media que la Antigüedad.
Arte bizantino
El arte bizantino es una expresión artística que se configura a partir del siglo IV,
fuertemente enraizada en el mundo helenístico y oriental, como continuación del arte
paleocristiano. Desde sus primeros momentos, Bizancio se consideró como el continuador
natural del Imperio Romano.
En 395 Teodosio dividió entre sus hijos Arcadio y Honorio el Imperio romano; dejando a
Arcadio el Imperio de oriente. Este hecho va a dar origen al que será el Imperio bizantino,
que tiene ya como capital a Constantinopla, ciudad fundada por el emperador Constantino.
Debido a su privilegiada situación y a la caída del Imperio romano de occidente en poder de
los bárbaros, pronto será la capital cultural por excelencia en el mundo occidental. Así nace
el arte bizantino como confluencia de los estilos griegos, helenísticos, romanos y orientales.
Primera Edad de Oro Bizantina: 527 - 726, año en el que aparece la querella iconoclasta. La
época dorada de este arte coincide con la época de Justiniano.
La querella iconoclasta se prolongó entre los años 726 - 843 y enfrentó a los iconoclastas
contra los iconódulos y fue tan violenta que produjo una crisis artística acentuadísima,
especialmente en el arte figurativo.
Segunda Edad de Oro Bizantina: 913 - 1204, momento en que los cruzados destruyen
Constantinopla.
Tercera Edad de Oro Bizantina: 1261 - 1453, cuando los turcos toman Constantinopla.
ARTE GRIEGO
PINTURA
Para hablar de la pintura griega es necesario hacer referencia a la cerámica, ya
que precisamente en la decoración de ánforas, platos y vasijas,cuya
comercialización era un negocio muy productivo en la antigua Grecia, fue donde
pudo desarrollarse este arte.
ESCULTURA
Las primeras esculturas griegas (siglo IX a. C.) fueron pequeñas figuras humanas
hechas en materiales muy maleables tales como la arcilla, el marfil o la cera. No
fue hasta el período arcaico (siglos VII y VI a. C.)que los griegos comenzaron a
trabajar la piedra. Los motivos más comunes de las primeras obras eran sencillas
estatuas de muchachos (kouros) y muchachas (korés). De formas lisas y
redondeadas, estas figuras plasmaban en la piedra una belleza ideal.
Estas figuras guardaban una gran similitud con las esculturas egipcias que habían
servido de modelo. Con la llegada del clasicismo ( siglos V y IV a. C. ), la
estatuaria griega fue tomando un carácter propio y abandonó definitivamente los
primitivos patrones orientales. Gracias al estudio de las proporciones se pudo
copiar fielmente la anatomía humana y los rostros ganaron definitivamente en
expresividad y realismo.
ARQUITECTURA
El templo fue, sin lugar a dudas, uno de los legados más importantes de la
arquitectura griega a occidente. Era de una forma bastante simple: una sala
rectangular a la que se accedía a través de un pequeño pórtico (pronaos) y cuatro
columnas que sostenían un techo bastante similar al actual tejado a dos aguas. En
los comienzos éste fue el esquema que marcó los cánones.
Las formas se estilizaron aún más y se agregó una tercera hilera de columnas. El
Partenón de Atenas es la más clara ilustración de este brillante período
arquitectónico griego.
ARTE ROMANO
La principal influencia del arte romano es sin duda el arte griego. Cuando la República
conquistó Grecia, se adquirieron numerosos conocimientos de la civilización helenística
tanto en el terreno sociopolítico como en el artístico y cultural. El centro del arte griego era
la belleza, exaltaba a los dioses y buscaban la perfección en sus obras, cuanto más se
acercara a la naturaleza, más bonitas parecían, los temas solían ser en su mayoría religiosos
o mitológicos.
Los romanos se desmarcaron de esta tendencia griega y exaltaron a los propios hombres.
Bustos, esculturas de gobernadores y políticos, retratos de emperadores y arcos triunfales o
columnas conmemorativas con relieves que narran las batallas. Este cambio radical en la
temática de las obras es el rasgo que distingue el arte griego del romano.
El siglo II d.C. fue el denominado Siglo de Oro del Imperio Romano, durante este periodo
5 magníficos emperadores gobernaron Roma y la hicieron crecer en todos los aspectos,
incluido en el artístico. El arte romano, fue más variado e incluso moderno que el arte
griego y es por ello que tuvo mayor influencia en el arte del Renacimiento y la Edad Media.
Otro de los rasgos distintivos del arte romano es su practicidad, las obras de arte se
diseñaban y se creaban siempre para cumplir una función.
Arte gótico
Arte gótico es la denominación historiográfica del estilo artístico que se desarrolló en
Europa Occidental durante la Edad Media tardía, desde mediados del siglo XII hasta la
implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia), y bien entrado el siglo XVI en los
lugares donde el gótico pervivió más tiempo. Se trata de un amplio período artístico, que
surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente. Según los países y las
regiones se desarrolla en momentos cronológicos diversos, ofreciendo en su amplio
desarrollo diferenciaciones profundas: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París
y el de Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte
se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con
peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra y España.1
El arte gótico propiamente dicho coincide en el tiempo con la plenitud y la crisis de la Edad
Media.
Puntillismo
El puntillismo es una técnica artística que consiste en hacer una obra mediante el uso de
diminutos puntos. Aparece por primera vez en 1884,[cita requerida] encabezada por el pintor
neoimpresionista Georges Seurat, al que le siguieron artistas como Henri-Edmond Cross y
Vlaho Bukovac. Este procedimiento consiste en poner puntos de colores puros en vez de
pinceladas sobre la tela. Este fue el resultado de los estudios cromáticos llevados a cabo por
Georges Seurat (1859-1891), pintor francés, quien en 1884 llegó a la división de tonos por
la posición de toques de color que, mirados a cierta distancia, crean en la retina las
combinaciones deseadas. Otro de los más importantes artistas puntillistas fue Paul Signac,
participante junto con Seurat y otros neoimpresionistas en la Société des Artistes
Indépendants (1884), todos ellos seguidores del puntillismo o divisionismo.
Características
Gracias a ellos, el puntillismo vio abierto ante sí un campo en el que su tarea habría de ser
la aplicación metódica de sus conocimientos y la reconciliación de los rígidos principios del
dibujo con los principios ópticos intuidos por los grandes coloristas. La mente lógica y
reflexiva de estos pintores pedía la reducción del instinto al orden, del impulso al cálculo,
reduciendo a lo esencial, no solo los temas de la vida moderna o el paisaje, sino también el
método impresionista de presentarlo De hecho, la declaración de Charles Blanc («El color,
que está controlado por leyes fijas, se puede enseñar como la música»), publicada por
primera vez en 1865 en su conocida Gramatica Ades arts du dessin, resume perfectamente
la actitud de los puntillistas ante las posibilidades expresivas del arte e indica su programa.
Según esto, al igual que existen relaciones matemáticas entre los tonos musicales, hay
relaciones físicas entre los colores, que pueden demostrarse en el laboratorio y llevarse a
efecto en el estudio. Con el fin de estudiar con más detalle la interacción de los colores y
sus complementarios, algunos puntillistas confeccionaron un disco en el que reunían todos
los matices del arco iris, unidos unos a otros mediante un número determinado de colores
intermedios.
En su paleta también utilizaban el blanco mezclado con los colores primarios, lo que les
permitía obtener una multitud de tonos que iban de un color con una ligera presencia de
blanco hasta un blanco casi puro. El disco se completaba de manera que los matices puros
se concentraban en torno al centro, desde donde iban desvaneciéndose hacia el blanco hasta
llegar a la periferia.
Los experimentos físicos habían probado también que la mezcla de colores los ensucia y
desemboca finalmente en el negro. Por ello, la única mezcla capaz de producir el efecto
deseado es la mezcla óptica, que se convierte así en el factor predominante de su ejecución.
Tras haber reunido por separado en sus telas los elementos individuales de color presentes
en la naturaleza, el pintor asignaba a la retina del espectador la tarea de unirlos de nuevo.
La técnica de pinceladas de los impresionistas no permitía la exactitud matemática que
necesitaban los puntillistas para aplicar su sistema con pleno rendimiento.
En este sentido, sus estudios de luz y color sobrepasan los realizados por cualquiera de los
impresionistas, pero también se encontraron con mayores dificultades. Con más
conocimientos y un ojo más disciplinado, tenían que hallar todos los matices del espectro
luminoso, así como un modo de iluminar u oscurecer un matiz dado en relación con los
contrastes simultáneos producidos por los colores que le rodeaban. Una de las obras más
notables en ese sentido es Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte de Seurat.