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3.5.

8 TEORÍA DE CRÁTER
El concepto de cráter, su desarrollo, y el resultado de las aplicaciones
que fueron propuestos originalmente por C. W. Livingston y
posteriormente modificados por otros tales como Lang y Bauer. Este
implica una carga esférica de relación longitud a diámetro menor o igual
a la relación de 6/1, detonado a una distancia determinada
empíricamente debajo de la superficie para optimizar el volumen más
grande de material fragmentado permanentemente entre la carga y la
superficie libre. Esto implica que dado un explosivo
explosivo específico y el
material, un distancia burden entre la carga la cara libre que
que produce
cráter más grande (Fig. 3.13 d) Este burden está referida como lel
burden o profundidad crítica. Similarmente, existe otra distancia burden
como una distancia crítica el cual es demasiado lejos debajo de la
superficie para resultar en cualquier cráter o expulsión de material en la
superficie, que otras grietas radiales menores. Este es el punto en el
cual el material en la superficie solo empieza a mostrar evidencia de
callamiento (figura 3.13b).

Livingston determinó experimentalmente y teóricamente que hay un


factor constante entre esta distancia burden crítica y la raíz cúbica del
peso del explosivo y expresado como:

Ecuación de la Energía de Deformación

1 / 3
 N    EW 
Donde:
N = distancia critica en pies
W = peso del explosivo en libras
E = constante proporcional o factor de la energía de deformación, el
cual no tiene unidades y es una constante para una combinación
dada de explosivo-roca.

Si un número suficiente de pruebas han sido realizadas como se


muestra en la figura 3.13, luego el factor de energía de deformación
podría ser calculado, por ejemplo, si el burden critico es 12 pies,
cuando usamos 40 Kg. de ANFO, luego

w 12 12
    3,51
1 /  3
W  40
1 /  3
3,42
Factor de energía de deformación = 3,51

Este factor de la energía de deformación (E) diferirá si el mismo


explosivo es usado en un material diferente o el mismo material es
volado con un material diferente. Cuando el material llega a ser más
quebradizo, E aumenta y el volumen óptimo del cráter ocurre en valores
más bajos de la relación de profundidad. En materiales más suaves, e
disminuye y el volumen óptimo del cráter ocurre en valores más altos de
la relación de profundidad.

La ecuación de la energía de deformación puede ser escrita de otra


forma que relaciona la profundidad de la carga desde la superficie a la
relación de profundidad, energía de deformación, y el peso del
explosivo como:

Límite superior del rango del choque.


1 / 3
d c   EW 

Donde:
dc = distancia desde la superficie al centro de gravedad de la carga en
pies.
W = peso del explosivo en libras.

si dc es el burden óptimo que produce el mas grande volumen de


material fragmentado, luego es referido como d o y la relación de
profundidad óptima es referido como Δ o.
Los datos del cráter pueden ser ploteados en diferentes formas. La
figura 3.14 se ilustra el efecto
efecto de dos explosivos, A y B, sobre la
cantidad de material fragmentado, que cada uno es capaz de obtener
a diferentes profundidades de entierro. Notar que explosivo con alta
energía siempre fragmenta un mayor volumen de material a la misma
de profundidad de entierro como el explosivo A, pero la profundidad
óptima del entierro difiere para cada explosivo.

Otro método para representar los datos del cráter sobre la base
común es representado por V/W sobre ele eje y la relación de
profundidad en el eje x como se muestra en la figura 3.15. V es el
volumen del material roto en pies cúbicos, W es el peso del explosivo
en libras y la relación de radio ha sido definida como la profundidad del
entierro dividido por la profundidad crítica. La cosa más importante a
notar es que la relación de profundidad óptima (A o) varía con cada
combinación roca-explosivo. La ventaja de realizar tales experimentos
en el campo es que se podría obtener datos del cráter específicamente
adecuados al medio a trabajar para diferentes tipos de explosivos.
Aunque las curvas en la figura 3.15 son ajustados como curvas suaves,
debemos recordar que alguna dispersión de los datos esta presente
siempre y es importante tomar en cuenta esto para aplicaciones
cruciales de cráteres.
3.5.8.1 Mecanismos de la Formación de Cráteres
A medida que los gases a altas temperaturas de los explosivos se
expanden en contra del medio inmediatamente circundante de la
explosión, una onda de choque esférica es generada causando
desmenuzamiento, compactación y deformación plástica (figura 3.16a).
Para explosivos comerciales, las presiones iniciales de la onda son del
orden de 100 a 200 mil atmósferas (1 atmósfera = 14,7 psi). A medida
que el frente de choque se mueve hacia fuera en forma de una cápsula
esférica divergente, el medio detrás del frente de choque es puesto en
compresión radial y tensión tangencial. Esto resulta en la formación de
fracturas radiales dirigidas hacia fuera de la cavidad. La presión pico en
el frente de choque llega a ser reducido debido a la divergencia esférica
y al gasto de la energía en el medio. Para presiones de choque sobre la
resistencia dinámica al desmenuzamiento del medio, el material es
desmenuzado, elevado de temperatura, y desplazado físicamente,
formando una cavidad. En regiones fuera de este límite, la onda de
choque producirá deformaciones permanentes por el flujo plástico,
hasta que la presión pico en el frente de choque ha disminuido hasta un
valor igual al límite plástico del medio. Este es el límite entre las zonas
plástica y elástica mostrados en la figura 3.17.

Cuando el frente de choque compresivo encuentra una cara libre, este


debería emparejar la condición límite que el esfuerzo normal o presión
será cero en todos los momentos. Esto resulta en la generación de
esfuerzo negativo, u onda de rarefacción, el cual se propaga hacia atrás
en el medio (figura 3.16b). Así el medio que estaba originalmente bajo
compresión alta es puesto en tensión por la onda de rarefacción. Este
fenómeno causa en el medio un desmenuzamiento y vuelo hacia arriba
con una velocidad característica del momento total impartido a esto. En
un material tipo suelo suelto, este descostramiento (spalling) hace casi
siempre que cada partícula vuela hacia el aire individualmente, mientras
que en un medio rocoso, el espesor del material descostrado está
determinado generalmente por la presencia de plantillas de fracturas
preexistentes y zonas de debilidad. A medida que la distancia de desde
la superficie se incrementa, la presión pico negativa disminuye hasta
que no exceda grandemente la resistencia a la tensión del medio. La
velocidad del material descostrado también disminuye en proporción a
la presión pico. Este mecanismo de fracturamiento es predominante
solamente para cargas colocadas en profundidades muy poco
profundas del entierro (burial).
Estos dos mecanismos descritos hasta ahora son de periodo corto,
durando solamente unos pocos segundos. El mecanismo de
aceleración del gas, sin embargo, es un proceso de duración mucho
más larga que
que imparte movimiento al medio alrededor de la detonación
por medio de la expansión de los gases atrapados en la cavidad
formada por la explosión (figura 3.16 c y d). Estos gases son producidos
en el material circundante por vaporización y cambios químicos
inducidos por el calor y presión de la explosión. La ventilación ocurre
porque el material no es suficientemente muy cohesivo para contener
los gases de la explosión. A medida que los gases son liberados, los
fragmentos asumen trayectorias balísticas libremente. En profundidades
de entierro en los cuales las dimensiones de los cráteres son máximas,
los gases producidos darán aceleraciones apreciables al material
suprayacente durante su escape o ventilación a través de fracturas que
se extienden desde la cavidad hasta la superficie. A poca profundidad
de entierro, las velocidades de descostramiento son tan altas que los
gases no son capaces de ejercer cualquier presión antes que la
ventilación ocurra. Para explosiones muy profundas, el peso del
recubrimiento impide cualquier aceleración significativa del gas del
material suprayacente. La aceleración del gas es el mecanismo
dominante en la profundidad óptima del entierro. Con un peso constante
del explosivo, la profundidad óptima del entierro varía con el material
circundante.

En grandes profundidades del entierro, el mecanismo del colapso del


recubrimiento (subsidencia) llega a ser dominante. Este efecto esta
cercanamente vinculado al desmenuzamiento, compactación y
mecanismo de deformación plástica que produce una cavidad
subterránea. En estas profundidades de entierro, descostre y
aceleración de gas no impartirá velocidad suficiente al material
suprayacente para eyectarlo físicamente desde el cráter. La mayoría de
lo expelido retorna al cráter a medida que el material cae. En un medio
rocoso, la acción de esponjamiento de la roca, cuando es desorientado
de su plantilla original de fracturamiento, podría producir un volumen
más grande que la cavidad subterránea. Esto podría resultar que no
haya cráter o un montículo sobre el terreno en vez de un cráter.

En aún profundidades más grandes del entierro, cerca a dos veces o


más profundo de aquel óptimo, otro tipo de subsidencia ocurre. En este
caso, el descostre y la aceleración del gas no tienen efectos
significativo sobre el material suprayacente. Solamente una cavidad
subterránea es formada. Cuando la presión en la cavidad decrece
debajo de la presión de recubrimiento, el techo de la cavidad empieza a
colapsar. En la mayoría de los medios, este colapso continuará hacia
arriba, formando una chimenea de material colapsado. En suelos,
donde la densidad del material no cambiará significativamente
significati vamente después
que este ha fallado, el volumen de la cavidad subterránea será
transmitida a la superficie.

La figura 3.18 ilustra perfiles temporales de la superficie después de la


detonación de una carga de ANFO equivalente a 40 libras, enterrada a
8 pies en un material tipo sedimentario, sin consolidación. Fotografías a
alta velocidad fueron usadas para documentar los efectos de la onda de
choque y la presión del gas. La primera observación fue aquel del
brisance, o la reflexión de la onda de choque compresiva en la
superficie a pocos milisegundos después de la detonación. Esto está
indicado por el elipse punteado inmediatamente sobre el taladro con
carga o la superficie. Con la suficiente cobertura de las cámaras y
ángulos de vista apropiados, este método puede ser usado
frecuentemente para estimar, aproximadamente, el grado del daño del
cráter. En este caso, suficientes ángulos de vista no fueron disponibles,
y por lo tanto una sola parte del total de la onda de choque reflejada
podría ser resuelto. Debido a que la carga fue colocada en una
profundidad significativamente mas grande que la profundidad óptima
del entierro, no ocurrió un descostre apreciable. La presión del gas fue
el mecanismo dominante responsable para el levantamiento y eyección
radial del material hacia fuera.

A medida que la expansión de gas ocurre alrededor de la cavidad con


carga, el material sobre la carga es compactada y levantada hacia más
arriba. Entre 0 y 45 milisegundos después de la detonación, el material
levantado es elástico y compactado suficientemente para mantener una
cohesión adecuada para contener todos los gases resultantes de la
expansión. En 60 milisegundos, la ventilación de los gases empieza a
ocurrir directamente sobre la carga y continúa expandiéndose en una
arco bien definido con respecto al tiempo. Si el movimiento de los
gases. Si la ventilación del gas contacta a cada extremo de cada perfil
de tiempo son conectados con líneas rectas, las líneas podrían apuntar
siempre en la mayoría de las veces hacia la parte superior o el centro
de la carga. En este caso, el ángulo de la ventilación de los gases fue
medido de ser aproximadamente de 45 grados. El ángulo de ventilación
de los gases es útil en la determinación de cuanto de la parte superior
de una carga cilíndrica, como se encuentra en los taladros de
producción, contribuye a la ventilación el gas, la formación del cráter,
y/o la pérdida de energía a través de la falta de confinamiento del taco.
Además del ángulo de ventilación del gas, no ocurre otro tipo de
ventilación, sino los fragmentos del material son desplazados o
eyectados hacia fuera. Los fragmentos de material son también
eyectados desde dentro los límites del ángulo de ventilación del gas.
Debido a una profundidad de la carga más allá del óptimo, el resultado
final es un montículo en vez que un cráter. El montículo es indicado por
una sección sombreada debajo del perfil de tempo de 60 milisegundos.

La velocidad instantánea inicial de levantamiento sobre la carga es


generalmente alta, pero se reduce a cero cuando el material alcanza su
desplazamiento más alto. En referencia a la figura 3.18, la velocidad
promedio inicial a lo largo del vector vertical del desplazamiento hasta
45 milisegundos es 68 pies/segundo. La velocidad promedio de 60
milisegundos a 230 milisegundos es 54 pies/segundo. La diferencia en
la velocidad es atribuida a los efectos de la ventilación del gas y la
expansión mas allá de los 60 milisegundos. Estas velocidades son
dependientes del tipo y estructura del material, explosivo, y profundidad
del entierro. En general, la velocidad disminuirá exponencialmente con
la profundidad para un explosivo dado y tipo de material como es
mostrado en la figura 3.19.

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