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MIE FASE 4 -

GRUPO: 300029-6

REALIZADO POR
DIEGO FERNANDO VERA
CODIGO:16862018

PRESENTADO A:
ALEXANDER SALAZAR

PALMIRA VALLE
JULIO 2019
GENERALIDADES DEL CULTIVO DE MAÍZ
Cultivo de maíz
nombre vulgar: maíz
nombre científico: Zea Mays L
TAXONOMÍA
REINO: plantae
CLASE: liliosipda
SUBCLASE: commelinidae
ORDEN: Poales
FAMILIA: Poaceae
SUBFAMILIA: Panicoideae
GÉNERO: zea
ESPECIE: Mays
GENERALIDADES
El maíz es un producto básico en la alimentación de los pueblos, heredado de nuestros
aborígenes, y consumido en diversos productos, en verde y seco.
El maíz es uno de los productos de mayor consumo en el mundo, consumido
principalmente por los agricultores y sus familias, siendo este típico de zonas de minifundio
ubicada en los flacos de las tres cordilleras. Los cultivos comerciales, de gran extensión, se
realizan en las zonas planas donde se pude mecanizar sus labores. A pesar de ser un
producto de un alto consumo alimentación en la región del valle del cauca se ha
remplazado por otros cultivos más rentables y seguros, y debido a esto se realiza una alta
importación de otros países en los últimos años. ( esto se puede adjudicar a maiceros de
escaso recursos, sin créditos ni asistencia técnica, con baja productividad).
ORIGEN
Basado en expedientes arqueólogos, mediante el estudio de fósiles, se ha comprobado que
el maíz es originario del continente americano, más específicamente de MEXICO, pues en
ciudad de México en excavaciones a 80 mts de profundidad hallaron polen de maíz de unos
80.000 años. En cuevas murciélago. Estado de nuevo México, encontraron fósiles de
mazorcas pequeñas de unos 5.600 años; considerando que esta es la edad del cultivo de
maíz (Rincón, O 2000.)
DESCRIPCION BOTANICA
La planta de maíz es de un porte robusto de fácil desarrollo y producción semestral en
nuestro territorio
4-1 RAIZ: Las raíces son fasciculadas o subterráneas y su misión es la de aportar un
perfecto anclaje a la planta. La raíz primaria, es decir la que se desarrolla en la germinación
tiene una corta duración.
En las plantas adultas todo el sistema radicular es adventicio que es esencialmente de sostén
y brota de la corona, con el ápice en la parte inferior formada por 10 entrenudos muy
cortos. En suelos adecuados para el maíz, el sistema radicular crece rápidamente
alcanzando una profundidad de 4.5 cm a las 4 semanas, 90 cm a las 6 semanas y 180 cm en
una planta madura; cubriendo un área de expansión de 3.14m2 aproximadamente o sea un
circulo de 2 mts de diámetro. (Rincon. O.2000.)
4-2 TALLO: en el tallo es simple erecto, de elevada longitud y puede alcanzar los 4 mts
de altura, es robusto y sin ramificaciones, formado por nudos y entrenudos de número y
longitud variable. La zona de crecimiento está localizada encima de los nudos y tiene 0,5
mm de espesor. El tallo o caña es el órgano de sostén donde van adheridas las hojas, siendo
la localización de las yemas alterna, lo cual es de importancia para la formación de las
mazorcas, sobre todo en la parte media de la planta. (Rincón, O. 2000.)
4-3 HOJA: Está formada por la vaina, cuello y lamina foliar; siendo largas, anchas,
flexuosas, de bordes y superficies ásperas, con nerviación paralela. La vaina es una
estructura cilíndrica, abierta hasta la base, que envuelve el tallo. El cuello es la zona de
transición entre la vaina y la lámina, en el que se halla una lígula. La lámina propiamente
dicha mide hasta 1,5 m de largo por 10 cm de ancho, terminada en un ápice agudo.
(Rincón, O. 2000.)

4-4 INFLORESENCIA: el maíz es una planta monoica, ya que tiene en el mismo pie
inflorescencia masculina y femenina.
Inflorescencia femenina o pistilada: está formada por un raquis (tusa), en el cual van un par
de glumas externas, 2 lemas, 2 paleas y 2 flores, una de las cuales es estéril y la otra fértil,
esto explica el hecho de que generalmente el número de filas de granos en una mazorca es
par. El conjunto de estilos forma un penacho de color amarillo, que se torna rojizo después
de la fecundación, denominado filote, cabello o pelo del maíz.
Tanto las inflorescencias femeninas como el cabello están protegidos por numerosas y
grandes brácteas, denominadas capacho o amero y cuyo papel principal es proteger los
granos contra el agua y ataque de insectos.
(Rincón, O. 2000.)
4.5 FLORES: Las flores femeninas aparecen en las axilas de algunas hojas y están
agrupadas en una espiga rodeada de largas brácteas. A esta espiga se le suele llamar
mazorca.
Las flores masculinas aparecen en la extremidad del tallo y están agrupadas en panículas.
Son llamadas vulgarmente por los agricultores “penachos” o “plumeros”, y algunas veces
también “pendones”. La flor está formada por dos órganos laterales llamados lodículos, 3
estambres fértiles y un pistilo rudimentario (Rincón, O. 2000.)
4.6 FRUTO: Cada grano es un fruto llamado cariópside. Está conformado por una capa
exterior llamada pericarpio, generalmente dura, por debajo una capa de aleurona que es la
que lleva el color, rica en proteínas.
4.7 SEMILLA: El pericarpio del fruto se encuentra cubriendo la testa de la semilla, la
misma que está formada internamente por el endospermo que corresponde al 85% del
grano, y embrión el cual a su vez está constituido por la coleorriza, radícula, plúmula u
hojas embrionarias, coleóptido y escutelo.
4.8 CICLO VEGETATIVO
Nascencia o Germinación: comprende el período que transcurre desde la siembra hasta la
aparición del coleóptilo, cuya duración aproximada es de 6 a 8 días.
Crecimiento: una vez nacido el maíz, aparece una nueva hoja cada tres días si las
condiciones son normales. A los 15-20 días siguientes a la Nascencia, la planta debe tener
ya cinco o seis hojas, y en las primeras 4-5 semanas la planta deberá tener formadas todas
sus hojas.
Floración: a los 25-30 días de efectuada la siembra se inicia la panoja en el interior del
tallo y en la base de éste. Transcurridas 4 a 6 semanas desde este momento se inicia la
liberación del polen y el alargamiento de los estilos.
Se considera como floración el momento en que la panoja se encuentra emitiendo polen y
se produce el alargamiento de los estilos. La emisión de polen dura de 5 a 8 días, pudiendo
surgir problemas si las temperaturas son altas o se provoca en la planta una sequía por falta
de riego o lluvias.
Fructificación: con la fecundación de los óvulos por el polen se inicia el fructificación.
Una vez realizada la fecundación, los estilos de la mazorca, vulgarmente llamados sedas,
cambian de color, tomando un color castaño.
Transcurrida la tercera semana después de la polinización, la mazorca toma el tamaño
definitivo, se forman los granos y aparece en ellos el embrión. Los granos se llenan deuna
sustancia leñosa, rica en azúcares, los cuales se transforman al final de la quinta semana en
almidón.
Maduración y secado: hacia el final de la octava semana después de la polinización, el
grano alcanza su máximo de materia seca, pudiendo entonces considerarse que ha llegado a
su madurez fisiológica. Entonces suele tener alrededor del 35% de humedad.
El cultivo de maíz necesita suelos profundos, fértiles, permeables, de textura franca,
estructura granular, de buena capacidad de retención de agua, libre de inundaciones y
encharcamientos, de alto contenido de materia orgánica y un pH entre 5,5 y 6,5.
Suelos: con pie de arado, poco profundos, con escaso espacio poroso o con ambientes
químicos indeseables (exceso de carbonato de calcio, de acidez, exceso o déficit de
nutrientes esenciales), limitan el crecimiento de las raíces y su capacidad de exploración. El
abastecimiento de agua depende de la capacidad de almacenamiento del suelo y de la
precipitación que se presente antes de la siembra y durante el ciclo de crecimiento de la
planta. La capacidad de almacenamiento de agua en el suelo depende de la profundidad, de
la proporción de macro y microporos de la estructura, de la densidad aparente y de los
contenidos de materia orgánica y arcilla, principalmente. Otros aspectos relacionados con el
suelo que pueden reducir la expresión del potencial productivo son la falta de cobertura, la
pendiente del terreno y las condiciones químicas (salinidad, acidez) y físicas (capas
endurecidas, infiltración, escorrentía).
Deficiencias nutricionales: una deficiencia de cualquiera de los nutrientes esenciales puede
limitar el crecimiento del maíz. En las zonas tropicales se presenta en forma generalizada
una deficiencia de nitrógeno, excepto en las tierras nuevas, lo cual significa que las
necesidades de este elemento deben ser satisfechas por medio de la adición de fertilizantes.
Después de la deficiencia de agua, la falta de nitrógeno es la más importante en la
producción de maíz tropical. Aun cuando haya nitrógeno disponible en el suelo, la
competencia por malezas puede llevar a una deficiencia nitrogenada en el cultivo. Los
elementos más importantes después del nitrógeno, son fósforo y zinc. La deficiencia de
fósforo aparece por lo general en suelos ácidos, aunque su fijación en formas poco solubles
también ocurre en otros suelos tropicales.
Deficiencias nutricionales: una deficiencia de cualquiera de los nutrientes esenciales puede
limitar el crecimiento del maíz. En las zonas tropicales se presenta en forma generalizada
una deficiencia de nitrógeno, excepto en las tierras nuevas, lo cual significa que las
necesidades de este elemento deben ser satisfechas por medio de la adición de fertilizantes.
Después de la deficiencia de agua, la falta de nitrógeno es la más importante en la
producción de maíz tropical. Aún cuando haya nitrógeno disponible en el suelo, la
competencia por malezas puede llevar a una deficiencia nitrogenada en el cultivo. Los
elementos más importantes después del nitrógeno, son fósforo y zinc. La deficiencia de
fósforo aparece por lo general en suelos ácidos, aunque su fijación en formas poco solubles
también ocurre en otros suelos tropicales.
Acidez y salinidad: en Colombia el 75% de los suelos son ácidos y en más del 80% de
éstos, el crecimiento de las plantas es limitado por la toxicidad de aluminio (saturación
superior al 60%). El efecto de la saturación de aluminio en el suelo se observa más en la
altura de planta, debido a que el exceso de aluminio interfiere en la división celular, lo que
ha sido asociado con la síntesis de DNA, con el incremento en la rigidez de las paredes
celulares por medio de los enlaces de pectina, con el control en la fosforilación de azúcar y
con su acumulación en las paredes celulares. A niveles tóxicos el aluminio ocasiona
cambios en la longitud de las raíces, lo cual está relacionado no sólo con la disminución en
la altura de planta y tamaño de mazorca, sino del rendimiento del maíz; también infiere en
la toma y transporte de agua y nutrientes esenciales como cobre, zinc, magnesio, potasio,
fósforo y hierro.
En suelos con pH bajo, usualmente no es la actividad del ion hidrógeno la que limita el
crecimiento de las plantas, sino la toxicidad de otros elementos como aluminio, manganeso
y la deficiencia de fósforo, nitrógeno, potasio, calcio, zinc y molibdeno. El fósforo es
particularmente complejo, ya que con pH bajo y alta concentración de aluminio, éste
puede ser fijado como fosfato de aluminio, el cual es altamente insoluble y no aprovechable
por las plantas.
El aluminio afecta los ápices de las raíces en plantas sensibles y aquellas que presentan
resistencia, evitan las formas tóxicas mediante diferentes mecanismos que interfieren el
contacto con las células del ápice radicular. Otra posibilidad es aumentar el pH en el suelo
rizosférico y el aluminio se precipitará y no podrá penetrar en la célula. En los suelos
ácidos que no tienen altos niveles de aluminio, el principal efecto de la acidez es hacer que
ciertos nutrientes, en particular el fósforo, sean fijados, por lo que no quedan disponibles
para el cultivo. Cuando la acidez ocurre en la superficie del suelo, el encalado por lo
general corrige el problema.
Los genotipos tolerantes a la acidez son promisorios para mejorar la producción en suelos
sin encalar o para reducir la cantidad de cal necesaria. Los cultivares tolerantes a la acidez
del subsuelo podrían extender las raíces a mayores profundidades, decreciendo de esta
manera la incidencia del déficit de agua y permitiendo así obtener cosechas rentables.
En algunas regiones de Antioquia, la salinidad se constituye en un problema del suelo para
el cultivo del maíz, en razón a que las plantas reducen su desarrollo debido a una
disminución del potencial osmótico y en consecuencia, del potencial hídrico del suelo;
también se presenta una toxicidad específica, normalmente asociada con la absorción
excesiva de Na+ y de Cl-. Así mismo, la salinidad genera un desequilibrio nutricional como
consecuencia de la interferencia de los iones salinos con los nutrientes esenciales.
Luz y fotoperiodo
El maíz es sensible al fotoperiodo cuando los días pasan de nueve horas de luz; por ésta
razón, si la semilla proviene de latitudes altas con días largos, el cultivo no prospera en
nuestra zona tropical de días cortos. La luminosidad ideal para maíz está comprendida entre
seis y siete horas luz día. Este cultivo se comporta mejor en climas moderadamente cálidos,
con alta luminosidad y adecuada distribución de lluvias durante el ciclo de la planta.
Colombia cuenta con maíces mejorados y criollos adaptados desde el nivel del mar (cero
metros) hasta más allá de los 2.800 metros de altura.
La luz ejerce su principal papel en la fotosíntesis, pero también afecta la morfología de la
planta por medio de reacciones de fotoperiodo y elongación; a mayor intensidad de luz en
épocas de llenado de grano, mayor acumulación de materia seca, por lo tanto habrá
mayores rendimientos; sin embargo, a intensidades altas de luz, se puede afectar la
temperatura de la planta. La cantidad de radiación interceptada por el cultivo durante los
diez días siguientes a la antesis está relacionada en forma lineal con el número final de
granos por planta.
Una posibilidad para aumentar el rendimiento del maíz parece ser el aumento de la eficacia
en la captación de luz. A mayor porcentaje de intersección luminosa de un cultivo (índice
de área foliar), mayor será el valor de la fotosíntesis. El uso de genotipos con hojas
erectas (casi verticales) permite la entrada de luz hacia los extractos más inferiores del
manto foliar, lo cual incrementa, teóricamente, la tasa de fotosíntesis en las plantas.
El rendimiento se considera como la expresión fenotípica final de los procesos fisiológicos
que ocurren dentro de la planta. Durante el periodo de llenado de grano en maíz, las hojas
arriba de la mazorca superior son las más activas y las que reciben más luz; se estima que
estas hojas producen hasta 85% de los productos que se traslocan a los granos y el resto
llega preferencialmente de otras partes de la planta. Las hojas del tercio superior y medio
del follaje son las que más contribuyen al llenado de los granos.

Temperatura
El maíz se desarrolla bien entre 20 y 29°C, pero la temperatura ideal está comprendida
entre 24°C y 26°C, que se presenta en nuestro caso a alturas de 600 a 1.600 m.s.n.m.; la
temperatura mínima a la que crece el maíz es 13°C; el maíz no germina cuando la
temperatura es inferior a 10°C (el maíz es susceptible a heladas). Cuando la temperatura es
mayor de 30°C las raíces absorben el agua con dificultad, y las plantas comienzan un
proceso de marchitamiento debido a que la evapotranspiración es alta, lo que hace
disminuir la fotosíntesis y acelera la floración y la senectud. Para la obtención de una buena
producción, se requiere de noches frescas, días soleados y temperaturas moderadas, lo que
es común en las zonas cafeteras (Díaz A., 1993).
La variabilidad de respuestas de los cultivares de maíz a la temperatura es amplia y por esta
razón existen genotipos que permiten cultivar la especie desde el nivel del mar hasta
altitudes superiores a 3.000 m.s.n.m. Los materiales que se cultivan en climas cálidos
crecen más rápidamente que los que se cultivan en climas fríos, en forma tal que la
duración del ciclo de vida del maíz es de unos 120 días al nivel del mar y de 300 días a
2.600 m.s.n.m. Estas diferencias influyen en los rendimientos los cuales son mayores en los
climas más fríos por que las plantas disponen de más tiempo para fotosintetizar y acumular
materia seca.
Las temperaturas fuera de rango de adaptación del cultivar pueden tener efectos negativos
sobre la fotosíntesis, la translocación, la fertilidad de las florecillas y el éxito de la
polinización entre otros aspectos. En el maíz las altas temperaturas causan reducción en la
duración de todas las etapas de desarrollo, disminución en el tamaño de sus órganos,
interrupción del crecimiento de la planta y disminución en la producción de grano y en la
acumulación de biomasa en la planta.
Agua
El agua constituye entre el 80% y 95% del componente celular de los tejidos en
crecimiento; sirve de solvente, medio de transporte, generadora de turgencia y reguladora
de la temperatura por transpiración; además es necesaria para los procesos fisiológicos que
ocurren desde la siembra hasta la madurez fisiológica de la planta; durante éste periodo el
cultivo de maíz requiere entre 400 y 650 mm de agua, bien repartidos.
El número de plantas por unidad de superficie es el parámetro más afectado por los
cambios hídricos, especialmente durante la germinación, lo cual hace variar notablemente
los rendimientos, a causa de la pérdida inicial de plantas en el terreno. Cuando la sequía
ocurre durante el establecimiento del cultivo, las plántulas mueren y su población se
reduce. La resiembra por medio de semillas para reponer las plantas perdidas no es efectiva,
ya que la alta variabilidad de las plantas resembradas tiene un efecto negativo sobre toda la
producción. Los mayores requerimientos de agua se presentan durante la germinación, la
floración y el llenado de granos, con valores medios que van de 4,8 a 5,4 mm/día. El mayor
consumo de agua de la planta de maíz se presenta en la etapa de la floración, en donde el
déficit por uno a dos días puede reducir los rendimientos en un 22%, mientras que si la
sequía se presenta por seis a ocho días durante este periodo, la reducción del
rendimiento es del 50%. Lo ideal es contar con agua durante dos a tres semanas antes y
después de la antesis.
Las razones por las cuales la falta de agua es importante en floración y llenado de granos
son:
Iniciación floral y desarrollo de la inflorescencia: es cuando se determina el número
potencial de granos, el cual se puede reducir a causa de dificultades en la polinización o
porque los óvulos fertilizados detienen su crecimiento.

Fertilización del óvulo: en esta fase se determina el potencial de producción; además, la


presencia de agua evita la deshidratación del grano de polen y garantiza su desarrollo y
penetración en el tubo polínico. El crecimiento de los estigmas (cabellos) es muy sensible
al contenido de agua de la planta y su emergencia se demora con la sequía, entonces si éstos
son polinizados bajo el estrés hídrico después de cuatro días de la emergencia de las
espatas, probablemente no permitan el crecimiento del tubo polínico ya que entran en un
período de senescencia natural.
Llenado de granos: durante este periodo se presenta aumento en la acumulación de materia
seca del grano; dicho proceso está directamente relacionado con la fotosíntesis, por lo que
el estrés hídrico induce una menor producción de carbohidratos, lo que implica menor
volumen de materia seca en granos, así como una menor disponibilidad de CO2 para la
fotosíntesis y por tanto, una limitación en los procesos de elongación celular. Con la sequía,
la velocidad y duración del periodo de llenado decrecen a causa de una reducción en la
fotosíntesis y una aceleración de la senescencia foliar; ésto implica un llenado parcial del
grano, acompañado a menudo por acame de tallo, el cual se debe a que las reservas de
carbohidratos se movilizan hacia el grano cuando la tasa fotosintética es limitada por el
estrés de humedad.
Altitud, vientos y heladas
El maíz se desarrolla desde 0 a 4.000 m.s.n.m., pero a alturas mayores de 2.000 m.s.n.m. se
incrementa significativamente el ciclo o periodo vegetativo. Cuando se presentan vientos
fuertes en épocas de polinización y llenado de grano, se pueden registrar bajos rendimientos
debido al desecamiento del polen y el volcamiento de las plantas. En el caso de las heladas,
si se presentan en épocas tempranas pueden ocasionar la muerte de las plantas y cuando
ocurren en la época de floración causan secamiento del polen y quemaduras de la planta.

Siembra

Se debe efectuar con el inicio de las lluvias, teniendo en cuenta que las siembras tardías retrasan
la floración femenina y reducen el periodo de llenado de grano. Dependiendo del tamaño de la
semilla, del genotipo a sembrar y de la densidad de siembra, se necesitan entre 18 - 20 kg/ha de
semilla para siembra manual y hasta 25 kg/ha de semilla para siembra mecánica. Se recomienda
usar semillas con registro ICA para cada zona de producción, ya que ellas cumplen con los
estándares de germinación, pureza y vigor adecuados Es recomendable guardar una contra
muestra de la semilla utilizada y un marbete de las bolsas, donde se indique los estándares de
calidad del híbrido y el número del lote de producción de la semilla.

Antes de la siembra, se deben conocer los tipos de plagas, enfermedades y malezas existentes en
la zona, sus hábitos de crecimiento y ciclos de vida o época del año en que se presentan, así como
su frecuencia e intensidad; ésto con el fin de hacer un manejo preventivo, una adecuada selección
del material de siembra y la programación de la fecha de siembra.

La época de siembra es determinante en la altura de planta y de mazorca superior, ya que factores


como luminosidad, temperatura, precipitación y suelos, interactúan en la planta influyendo en su
desarrollo. Una adecuada fecha de siembra, aprovecha mejores factores climáticos como agua y
luz, reduce la incidencia de plagas y enfermedades y permite planificar la cosecha en tiempo seco.
Cuando se cuenta con riego en la finca, se acostumbra adelantar la siembra para cosechar el
producto en buena época de mercado, buscando obtener mejores precios.

MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS y ENFERMEDADES


Los agroecosistemas tropicales constituyen sistemas diversificados con numerosos arreglos de
cultivos. Las malezas son un importante componente de estos sistemas ya que condicionan la
biología de plagas y sus enemigos naturales. Los policultivos constituyen sistemas más estables
que los monocultivos en lo que se refiere a la dinámica de plagas. (Altieri, 1976).

Las buenas prácticas relacionadas con la protección de plantas incluyen medidas como
monitoreo periódico y cuantitativo del estado de las plagas y de sus enemigos naturales; la
implementación de medidas de prevención; la determinación de medidas de control a
utilizar en las que se tengan considerados sus posibles efectos a corto y largo plazo con el
fin de reducir al mínimo el uso de productos agroquímicos, así como sus dosis e intervalos
de seguridad para la cosecha; la identificación apropiada de las plagas y sus hospederos, su
biología, hábitos de crecimiento, distribución y dinámica de poblaciones, épocas críticas de
daño y su relación con agentes abióticos (temperatura y precipitación).
El manejo integrado de plagas (MIP), incluye el uso de métodos culturales, biológicos,
físicos, trampas de hormonas, extractos orgánicos y en última instancia el uso de
plaguicidas. Los controles de las plagas se pueden realizar con base en los siguientes
métodos:
Control físico: consiste en la utilización de barreras, trampas, manipulación de temperatura
y humedad, recolección y destrucción manual de insectos.
Control cultural: incluye actividades como preparación del suelo, fechas de siembra y
cosecha oportunas, destrucción de huéspedes alternativos, rotación de cultivos, uso de
cultivos trampa y siembra de variedades precoces, tolerantes o resistentes a plagas.
Control etológico: se utilizan productos que alteran el comportamiento y las preferencias
de los insectos plagas; entre éstos productos se cuentan las feromonas que pueden
modificar el comportamiento reproductivo de los individuos, así como trampas de luz y
trampas de color.
Control genético: utilización de materiales con resistencia varietal a insectos. Su
aplicabilidad práctica aún dista mucho de ofrecer protección integral contra los complejos
de insectos que atacan los diversos cultivos. Posee un gran potencial en el diseño de
sistemas de manejo integrado de plagas. Actualmente la bacteria del suelo Bacillus
thuringiensis (Bt) se usa en híbridos transgénicos de maíz para controlar plagas como el
gusano barrenador y el cogollero.
Control biológico: contribuye en la regulación de insectos plagas, especialmente en
cultivos perennes y semiperennes, pero su aplicación en cultivos anuales es limitada por la
relación huésped-parasitoide o predator-presa. A pesar de esto, el control biológico
constituye la base de muchos sistemas MIP exitosos.
Control químico: es el método más utilizado por el hombre; debido a esto, ya se están
presentando problemas de resistencia de plagas importantes a algunos productos químicos,
como es el caso del cogollero del maíz, Spodoptera frugiperda que por alimentarse de una
amplia gama de huéspedes pertenecientes a malváceas, solanáceas y gramíneas, posee la
habilidad innata de tolerar substancias tóxicas.
PRINCIPALES PLAGAS EN EL CULTIVO DEL MAÍZ
Gusano Cogollero. Spodoptera frugiperda (Lepidoptera: Noctuidae).
Spodoptera frugiperda es la plaga de mayor importancia económica en muchos cultivos,
pero muestra preferencia por maíz y sorgo, en los cuales desarrolla altas poblaciones. El
“gusano cogollero del maíz” actúa como tierrero, trozador, gusano ejército, cogollero (que
es su hábito más característico en gramíneas), bellotero o perforador de frutos y como
masticador del follaje (García Roa, 1996).
Como trozador corta las plántulas en la parte inferior de los tallos, su daño es crítico cuando
se presenta en los primeros 15 días del cultivo y más cuando coincide con tiempo seco que
se puede comportar como gusano ejército; entre más tardíos son los daños como trozador,
mayores serán las pérdidas, ya que la larva puede afectar el punto de crecimiento de la
planta y ocasionar su muerte. S. frugiperda se debe controlar cuando el daño alcance hasta
10% de plantas trozadas. Como cogollero hace raspaduras sobre las partes tiernas de las
hojas, que posteriormente aparecen con pequeñas áreas traslucidas, siendo este el momento
adecuado para aplicar insecticidas biológicos (Bacillus thuringiensis); una vez la larva
alcanza cierto desarrollo, se alimenta del follaje comenzando por el cogollo, el cual al
desplegarse muestra hileras de perforaciones a través de la lámina o bien áreas alargadas
agujereadas. En esta fase es característico observar los excrementos de la larva en forma de
aserrín.
La segunda generación de Spodoptera frugiperda en maíz se puede presentar entre V5 y V6
(seis hojas completamente desarrolladas), y la tercera generación generalmente ocurre en la
etapa previa a la floración o durante la misma.
Trozador Negro, Tierrero. Agrotis ipsilon, (Lepidoptera: Noctuidae)
Esta plaga no solo daña las raíces, también troza el cuello de las plántulas, alimentándose
de tejidos tiernos. Su mayor ataque ocurre en los primeros 15 días de edad del cultivo. En
plantas con 4 o más hojas verdaderas y un sistema radicular extenso, sus daños no tienen
repercusión económica alguna. El insecto concentra su daño por focos; en especial, en áreas
donde existe humedad adecuada del suelo, ya que la larva requiere estar cubierta de una
película fina de agua para su desarrollo y supervivencia.
El control de la plaga se hace con cebos envenenados cuando se detecta hasta 10% de
plantas trozadas; aplicar el producto por focos, en horas de la tarde cuando las larvas inician
su migración y daño, ya que durante el día permanecen escondidas y en reposo. La
aplicación de los cebos se puede hacer a mano, utilizando guantes y dirigiéndolos a la base
de las plantas.
Los cebos pueden ser preparados así:
Material inerte: pica de arroz, salvado de trigo, maíz o aserrín de madera (50 kg). Material
toxico: carbaryl 0,7 kg, trictorfon 0,5 kg o inhibidores de quitina 150 g. Material atrayente:
se puede utilizar 15 litros de miel de purga melaza diluida en 12 litros de agua.
Raphalosipum maidis (Homóptera: Sphididae)
Poblaciones altas de este insecto pueden causar daños especialmente en la época de la
polinización, ya que actúan como transmisores de virus. Se presentan únicamente en forma
abundante cuando se utilizan insecticidas que destruyen el buen control biológico natural
que tiene esta plaga. Generalmente no requiere de control químico.
Diabrotica spp. (Coleoptera: Chrysomelidae)
Los adultos son cucarroncitos de color verde amarillento; se alimentan de follaje, espigas y
cabellos de las mazorcas. Las larvas se encuentran en el suelo, son de color blanco con
cabeza negra; dañan las raíces y con ello debilitan la planta, por lo que los tallos crecen
inclinados, pudiendo generarse acame de las plantas. Las especies D. virgifera y D.
longicomis son vectores del virus que provoca el moteado clorótico (MCMV) y el tizón
bacteriano del maíz. Una buena preparación del suelo ayuda al control, así como el riego y
la fertilización. Si se requiere control químico, aplicar Diazinon G (0,75 a 1 kg i.a/ha)
incorporándolo al suelo. Cuando se observen altas poblaciones de adultos aplicar carbaryl
PM (1 a 1,5 kg i.a/ha).
Barrenador del Tallo. Diatraea saccharalis (Lepidoptera: Pyralidae).
Las larvas de Diatraea perforan el tallo barrenando la médula hacia arriba y hacia abajo,
haciendo galerías, alimentándose y desarrollándose hasta alcanzar el estado pupal, no sin
antes haber hecho un opérculo para la salida del adulto. Este ataque puede causar el acame
y quebradura de las plantas. Las plantas infestadas se reconocen por la presencia de
perforaciones en los tallos, que se rodean de una especie de aserrín de aspecto húmedo y su
panícula presenta secamiento. Más del 90% del daño de la plaga se concentra en los
primeros ocho entrenudos; se presentan dos picos de daño por Diatraea, entre V9 y V12 y
en R2 (inicio de formación de la mazorca). La fertilización con nitrógeno, favorece el
ataque de la plaga.
Daño causado por el barrenador del tallo (Diatraea saccharalis)
Diatraea presenta un buen control biológico por Telenomus alecto y Trichogramma sp.
como parásitos de huevos y el Hymenoptero Agathis stigmatemus que parasita larvas. Para
el control cultural de esta plaga, se debe evitar la permanencia de restos de cosecha y soca
de maíz, tanto en el lugar de siembra como en los alrededores, y se debe hacer un control
eficiente de malezas hospederas. El control químico del barrenador del tallo es difícil y
costoso, debido a la ubicación de la larva dentro del tallo; se recomienda aplicar los mismos
productos utilizados para el cogollero, cuando la larva se encuentra hasta el segundo
estadio.
Hormiga Ladrona. Solenopsis sp. (Hymenóptera: Formicidae)
Son hormigas de 0,2 a 0,4 cm de largo, de color amarillo o rojo brillante. Atacan el
embrión de las semillas principalmente en lotes que vienen de maíz; si el daño lo hacen en
plantas con seis o siete hojas, estas empiezan a macollar y detienen su crecimiento. Para su
control se deben eliminar socas de maíz, rotar los cultivos y tratar la semilla con productos
como Semevin (8 a12 cc/kg de semilla) o Promet (7 cc/kg de semilla). Para el control de la
reina que es la que pone los huevos, se recomienda aplicar Cipermetrina + Lorsban 4E (en
dosis 300 cc + 800 cc/ha) o Regent + Aceite (en dosis de 40 cc + 100 cc aceite), por bomba
de 20 litros de agua.
El Cucarro. Eutheola Bidentata (Coleoptera: Scarabaeidae)
Eutheola bidentata es limitante para el desarrollo de maíz hasta los primeros 30 días de
sembrado; ocasiona pérdidas por trozamiento de plántulas, disminuyendo la población de
plantas y con ella los rendimientos; las larvas son altamente destructivas en praderas,
principalmente de grama nativa, así como en las zonas bajas del terreno y en suelos
pesados. La plaga se ha encontrado en los primeros 10 cm de profundidad del suelo. Los
adultos son atraídos hacia los focos luminosos durante la noche; pueden volar uno o varios
kilómetros, dependiendo de la intensidad de luz, comportamiento que se debe tener en
cuenta para la detección del inicio de migración y el establecimiento de métodos de control.
Entre los principales hospederos de estados inmaduros del cucarro, se tienen las gramas del
género Paspalum, praderas de Brachiaria spp. y guadilla (Homonepsis aturensis).
El control biológico del cucarro lo encabeza el nematodo Hexamermis sp. (Mermithidae),
el microorganismo Rickettsia rickettisiales causante de la enfermedad “azul”; el hongo
Metarhizium anisopliae y bacterias del genero Bacillus que atacan los diferentes estados
larvales.
Como medida de carácter cultural, se recomienda mantener el cultivo y los bordes limpios
de malezas y hospederos, procurar un buen drenaje del suelo y destruir las socas de maíz de
15 a 20 días antes de su siembra.
El control químico se debe hacer con aplicaciones de insecticidas en polvo, focalizado en
las partes bajas o zonas afectadas e incorporados al suelo en dosis de 25 a 30 kg por
hectárea. Cuando el daño se presenta en el momento de la emergencia del maíz, se deben
hacer aplicaciones con insecticidas piretroides dirigidos a la base de la planta. Si no se hace
control de esta plaga, un ataque fuerte puede acabar con un lote en 24 horas.
Chizas o Gallina ciega Phyllophaga spp. (Coleoptera: Scarabaeidae)
El daño que causan las larvas se manifiesta primero en plántulas marchitas y después en
zonas con baja población, plantas inclinadas, curvas o acamadas que crecen en forma
irregular. Las plantas lesionadas se arrancan con facilidad. Al remover el suelo alrededor
del sistema radicular dañado se descubren gusanos blancos en forma de C que miden de dos
o tres mm hasta casi tres centímeros.
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Phyllophaga
Helicoverpa Zea (Heliothis zea, Lepidoptera: Noctuidae)
Sus larvas se alimentan dentro de la mazorca, aunque en ocasiones se pueden encontrar en
el cogollo y en las espigas tiernas. Al momento de la producción de estigmas o cabellos,
éstos aparecen cortados. Los huevos se encuentran en forma anidada en los cabellos. El
daño más importante es en maíz para consumo como choclo, pero además de provocar
daños directos a los granos, las larvas dan entrada a los patógenos que pudren la mazorca.
Por el tipo de daño que hace no es fácil su control; se recomienda hacer liberaciones de
Trichogramma desde el comienzo de la floración hasta el llenado de la mazorca. Como
predatores de posturas y larvas pequeñas se tienen los coccinélidos Coleomegilla maculata,
Cycloneda sanguínea e Hyperaspis festiva. Los chinches de Orius sp. (Hemiptera:
Anthocoridae), se alimentan de huevos y larvas pequeñas. Si se requiere control de las
larvas, se puede hacer uso de inhibidores de quitina.
Dalbulus maidis y Dalbulus spp. (Homoptera: Cicadellidae)
Varias especies de chicharritas se alimentan de la planta del maíz en desarrollo (perforan y
succionan), pero no provocan daños significativos; el principal daño lo causan como
transmisores de virus y fitoplasmas que generan enfermedades como el “Rayado fino del
maíz” y el “Achaparramiento del maíz”. Todos los estados del insecto (ninfas, adultos
hembras y machos) son capaces de adquirir el virus y transmitirlo.
Las poblaciones de Dalbulus se incrementan en temporadas secas y temperaturas altas. El
insecto tiene como plantas hospederas, además del maíz, a Rottboellia exaltata
(caminadora), Avena fatua (avena), Sorghum halepense (pasto Johnson) y Hordeum
vulgare (cebada).
Para el control del insecto, se recomienda hacer rotación de cultivos con especies diferentes
a gramíneas y eliminación de plantas hospederas en el entorno de las siembras del maíz. En
caso de ser necesario el control químico, se puede aplicar carbaryl (1,5-2 kg i.a/has) o
Cipermetrina (1 kg i.a/has).
Plagas de granos almacenados
Los artrópodos “insectos y ácaros” son grupos de plagas de alto riesgo por los daños
directos e indirectos que ocasionan a los productos almacenados; por ello se deben
implementar estrategias de control dentro de las normas BPA.
Las pérdidas a nivel mundial por el daño de los insectos, se sitúan en el orden de 10% del
total del grano almacenado. Altas infestaciones originan “calentamientos” por la reacción
exotérmica de su metabolismo, provocando humedad, tostamiento y cocción del grano y/o
presencia de hongos y bacterias, que a su vez generan pudriciones y mal olor. Los ácaros
atacan directamente varios alimentos consumiéndolos y depreciando su valor nutritivo;
además, su presencia afecta el valor comercial de los productos.
La infestación en granos almacenados se puede iniciar desde el cultivo en campo; Las altas
infestaciones están asociadas con impurezas como granos o cuerpos extraños, polvo, grano
partido, harinas, entre otros. Los insectos en sí, son impurezas; además, también producen
impurezas en forma de polvo, granos picados o mordidos, excrementos, y cuerpos extraños
con sus mudas. Las impurezas hacen que las aplicaciones de químicos sean menos afectivas
porque tienen alta absorción y reducen la distribución y penetración de los ingredientes
activos.
orden familia características principales lo que
familia ataca

lo que ataca Bostrichidae Rhizopertha pequeño (3mm); polífago


dominica negro con tórax y con
abdomen puntuado; preferencia
antena con 3 por
segmentos mayores cereales
en el extremo; partes
bucales escondidas
por el pronoto.
Coleóptera Tenebrionidae Tribolium confusum Pequeño (3-3. 5mm); Polífago
color café oscuro,
élitros estirados;
antena clavada (3
segmentos más
gruesos en la punta).
Coleoptera Tenebrionidae Tenebrio molitor Grandes (5-6mm); Polífago
color negro
brillante; polífago
élitros estriados;
antena filiforme

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