Sei sulla pagina 1di 26

VELADA DRAMATICA ¿ O NO?

Damos inicio a esta velada dramática, ¿o no?

Ahora la música….

Drama o comedia en un acto y varios cuadros

De felisberto hernandez

Cuadro I—juan y juana

Juana: ¿Qué estas pensando?

Juan: no te lo puedo decir (música)

Juana: es la primera vez que me dices que no me puedes decir.

Juan: tengo mis razones

Juana: eso es un pretexto filosófico

Juan: ¿crees que no te lo digo para no hacerte mal?

Juana: el no decirme una cosa que has hecho mal por hacerme bien, es hacerme más mal.

Juan: el resultado de lo que tú piensas es hacerte mal, pero el resultado de lo que yo pienso
es hacerte bien.

Juana: bueno, si es así, como tú dices, cuéntaselo a Mario, y si él está conforme con el bien
que me haces, estaremos de acuerdo.

Juan: bueno, se lo contare. Tú calcularas que él te lo dirá después. Yo también calculo eso,
pero será muy sencillo para mí descubrir si te lo dijo, y mucho más sencillo el castigo: no
decirte nunca más lo que estoy pensando.

Juana: ¿Cómo? ¿Entonces no me volverás a decir lo que estás pensando?


Cuadro II--- juan y Mario

Mario: juana me lo ha contado todo, está muy disgustada porque usted nunca le oculto lo
que pensaba. Bueno, a mi si me puede decir lo que usted pensaba.

Juan: mire Mario, yo no pensaba nada.

Mario: ¡no se lo creo!

Juan: se lo contare y me creerá. Lo que más nos encanta de las cosas, es lo que ignoramos
de ellas conociendo algo, igual que la personas: lo que más nos ilusiona de ellas es lo que
nos hacen sugerir. El colorido espiritual que nos dejan, es a base de un poco que nos dicen
y otro poco que no nos dicen. Ese misterio que creamos adentro de ellas lo apreciamos
mucho porque lo creamos nosotros. Hay personas que lo dicen todo, y no nos dejan crear
nuestro misterio, una excepción son las personas muy simples; nos hacen pensar que eso
tan simple no son ellas y pasamos toda la vida pensando que habráá en su interior. Yo soy
de las personas que lo dicen todo. No creo ningúnún misterio, yo quiero ilusionar a juana y
por eso quiero hacer surgir el misterio.

Cuadro III—juana y Mario

Juana: bueno, entonces dime pronto que está pensando juan

Mario: mira, juan no pensaba nada.

Juana: no te creo

Mario: te lo contare y me creerás. Lo que más nos encanta de las cosas… él es de las
personas que lo dicen todo y no dejan crear el misterio, el quiere ilusionarte y por eso quiere
hacer surgir el misterio.

Cuadro IV—juan y juana

Juana: yo tuve la culpa, le roguéé mucho hasta que el me lo dijo. Estaba muy atormentada
y me hizo mucho bien que me lo dijera.

Juan: a mí me hizo mucho mal (se queda pensativo nuevamente)


Juana: ¿y ahora que estás pensando?

Juan: (sonriendo) ahora sí que no te lo puedo decir. (Música)

Juana: ahora quiero saberlo más que antes y quiero que me lo digas tú directamente

Juan: tranquilízate, que no te lo diré.

Juana: se lo cuentas a Mario una vez más. Te prometo que no le preguntare nada.

Juan: está bien, acepto, pero igual me voy a dar cuenta si le preguntas, aplicare el mismo
castigo y lo aplicare irremediablemente.

CUADRO V—Mario y juan

Mario: ella me rogo muchísimo para que le dijera. ¿Cómo hiciste para volver a crear el
misterio?

Juan: dije sonriendo, que ahora sí que no se lo podía decir

Cuadro VI—juana y Mario

Juana: dime pronto que estaba pensando juan

Mario: me volvió a decir que no estaba pensando nada

Juana: ahora sí que no te creo nada

Mario: te lo contare y me creerás. Me dijo que sonrió como un nuevo medio para volver a
hacer surgir el misterio que yo había hecho desparecer contándote.

Cuadro VII juan y juana

(juan aparece mas pensativo que nunca)

Juana: ¿Qué estas pensando?

Juan no contesta
Juana: bueno, bueno dime ya que estas pensando

Juan: mira, pensaba en negocios.

Juana: no, no pensabas en negocios

Juan: si, tienes razón pero despuésés te cuento.

Juana: no, ya, dime ya!

Cuadro VIII--- juan solo

Juan: me di cuenta que Mario le había vuelto a decir. Me valí de este nuevo medio para
crear nuevamente el misterio. Todo esto es muy interesante, me servirá para escribir una
obra. No. No porque si la escribo ella la lee y desaparece el misterio.

¿QUIÉN ESTA AHÍ?

JEAN TARDIEU

¿Quién está ahí?

Personajes

El papá: sin edad definida

La mamá: sin edad definida

El hijo: hombre joven

La mujer: personaje de no se sabe donde

El hombre: el asesino que cumple una orden

La escena está representada por una habitación desnuda y vacía.

Al fondo, una puerta; a la izquierda una ventana. La puerta está cerrada, la ventana en
penumbras, afuera es de noche. En primer plano, a la derecha, una mesa puesta con tres
asientos. (El papá a la izquierda), la mamá (en la mitad), el hijo (a la derecha) están
sentados uno al lado del otro, una luz uniforme cualquiera y un poco triste, como la de un
garaje o sala de espera que baña la escena.

Por la sencillez de la escena y casi aterrador del juego (silencios, entonación, a veces
similares a los que tenemos que hablar con un niño enfermo, a veces profundamente
graves, gestos muy lentos excepto por el tiempo patético) los actores dan la impresión –
bien conocida de los psicólogos - que este "debe haber tenido lugar ya en alguna parte"

EL PADRE

(Que voltea la cabeza hacia el público)

Yo soy el padre. He aquí a mi esposa y he aquí a mi hija. Afuera la noche es larga y fría. Es
invierno. Pero aquí nos calentamos unos a otros, y nos sentamos a esta mesa para
apaciguar nuestra hambre, mientras cambiamos frases afectuosas.

(UNSILENCIO) (Él es el único que pregunta y se responde, mientras que la madre y el hijo
están en silencio, con la mirada fija)

¿Qué hiciste esta mañana? Fui a la escuela. ¿Y tú? Fui al mercado. ¿Qué hallaste? Las
verduras más caras que ayer, y la carne, más barata. Tanto mejor, una cosa compensa a la
otra. ¿Y qué dijo el maestro? Que estoy adelantando mucho. Bien hijo mío. Trabaja. Ya
verás. Todo saldrá bien. ¡Ah, qué felices somos juntos! ¡Qué fría y qué negra es la noche
afuera! Alegrémonos de no tener que salir…

LA MUJER

(Que surge de atrás de la escena a la izquierda y llama al papá quien escucha y responde
sin voltear la cabeza).

Buen padre, ten cuidado, afuera no hay más que la noche.

EL PADRE

¿Qué quieres decir?


LA MUJER

¡Ten cuidado! ¡Ten cuidado! (BAJO) Creo que hay un hombre tras la puerta.

EL PADRE

¿Qué hace?

LA MUJER

No sé, espera.

EL PADRE

¿Qué espera?

LA MUJER

A ti quizá…

EL PADRE

Está bien, iré a ver (la mujer desaparece, el papá se levanta, va a la puerta, la abre: un
hombre muy grande, vestido de ceremonia, pero la cabeza desnuda, está de pie en el
umbral) ¿Qué quiere usted?... ¿Quiere usted hablarme? … Pase…. ¿Qué tiene que
decirme? (en silencio, el hombre toma al papá y lo estrangula, bruscamente la ventana se
abre por sí sola, el hombre carga al papá sobre su hombro y desaparece por la puerta.
Mientras tanto la mamá y el hijo voltean la cabeza hacia la derecha ocultando su rostro en
sus manos y permanecer en esta posición durante mucho tiempo. La mujer de negro
vuelve a aparecer a la derecha)

LA MUJER

¡Ya está! Lo que tenía que suceder ha sucedido. Afuera la noche toca a su fin. ¡Deja de
llorar buena madre, y ve a la ventana! (LA MADRE VA A LA VENTANA) ¿Qué ves? Di. Ahora
puedes hablar.

LA MADRE
El campo está lleno de muertos.

LA MUJER

¿Y el barrio?

LA MADRE

El barrio está lleno de flores.

LA MUJER

¿El sol? ¿Qué hace?

LA MADRE

El sol está al fondo de un sótano, pero sus primeros rayos comienzan a pasar por un
suspiradero. (GRITA) ¡Ah! ¡Ah!

LA MUJER

¿Qué ves?

LA MADRE

Veo al padre… Allá… Entre los muertos…

LA MUJER

¿No lo sabías? ¡Pobre mujer!

LA MADRE.

¡Sí! ¡Pero sus compañeros son numerosos!

LA MUJER
Hijo, ve a la ventana y llama a tu padre.

EL HIJO

(Se levanta y va a la ventana, mientras que la mamá regresa a sentarse)

Padre. Padre. Pa-dre…

LA MUJER

¿Te oyó?

EL HIJO

Sí. Se levanta. Pisa a los otros muertos… Viene hacia la casa…

LA MADRE

Oigo su paso en la escalera… Es él.

(El papá, que tiene en su actitud la dignidad de la muerte, aparece en el umbral de la


puerta que ha permanecido abierta. Él hijo se precipita hacía el gritando:

EL HIJO

Padre mío

LA MADRE.

(Prolonga un instante su mirada en sus manos, entonces se levanta, de frente al público,


sin mirar al papá)

¿Quién te mató?

EL PADRE

No fue un hombre.
LA MADRE

¿Quién eres tú?

EL PADRE

No soy un hombre.

LA MADRE

Nadie.

LA MUJER

¿Dónde está, pues, el hombre?

EL PADRE

En ninguno de nosotros.

LA MADRE

Pero yo me acuerdo. ¡Tú vivías!

EL PADRE

En todos nosotros, el hombre ha muerto. Ya no es, no es, o todavía no.

LA MUJER

¿Dónde está?

EL PADRE

Busquemos juntos. Un día, en medio de nosotros será.

(La mamá, el papá y el hijo lentamente van a sentarse alrededor de la mesa).


LA MUJER

La ventana se ilumina. (Una luz brillante en efecto sobre la ventana) Alguien se acerca…
¡Esperemos, esperemos, este es solo el comienzo!

LA CONVERSACIÓN SINFONIETA
JEAN TARDIEU

PRESENTADORA: Señores y señoras: Los invitamos a escuchar la Conversación Sinfonieta


del compositor francés Jean Tardieu. Esta sinfonía vocal se compone de tres movimientos:
Allegro ma non troppo, Andante sostenuto, Scherzo vivace. El allegro después de una rápida
introducción donde todas las voces son presentadas, desarrolla con autoridad al tema de la
oposiciónd entre el sueño, simbolizado por la pareja Tenor-Soprano, y la realidad de las
afirmaciones perentorias son principalmente confiadas a las voces graves. Estas imponen al
fin su conclusión, por un canto triunfal a la gloria del equilibrio humano: la salud ante todo.

AYUDANTE DE ESCENA: ¡Quiere por favor acelerar el movimiento sin desmedirse!

LOCUTOR: (LOCUAZ Y VELOZ) L’ andante, movimiento lento y meditativo desarrolla una


lamentación soñolienta e indiferente que hace aparecer en primer plano las inflexiones
patéticas de voces femeninas de las cuales los recitativos emocionantes consagrados a los
espíritus y a las apariciones nos llevarán al dominio inquietante del más allá si ellos no son
al final contradichos por la plácida intervención de los bajos, retomando entonces el tema
del todopoderoso de la vida: “Con una buena comida”.

AYUDANTE DE ESCENA:El director de orquesta está retrasado. Para calmar al público


¿quisiera ir más salir ilentamente?

LOCUTOR
En fin… el Scherzo… Vivace… retomando… sobre el ritmo… endiablado… el tema
anterior…forma… como una ronda… ensordecedora… de movimientos… vivos… de tiempo…
inicial… convertido de repente… en ligero… como rápido…

(ANTES DEL FINAL DE ESTE TEXTO EL DIRECTOR DE ORQUESTA HA ENTRADO. ESTÁ VESTIDO
COMO DIRECTOR DE ORQUESTA. TIENE UN AIRE CALUROSO Y AGITADO. SALUDA AL
PÚBLICO Y DÁNDOLE LA ESPALDA VA A SU ESTRADO. TOMA LA BATUTA, VOLTEA LA
PRIMERA PÁGINA DE LA PARTITURA E INDICA EL TONO HABLADO A LOS CORISTAS. ESTO
DEBE LLAMARSE: “dar el Ba”. EN EFECTO, PRONUNCIA A MEDIA VOZ E INTENCIONALMENTE
LA SÍLABA “Ba”. A PARTIR DE ESTA INDICACIÓN, LOS BAJOS REPITEN JUNTOS, CON UNA VOS
GRAVE: “Ba”, “Be”, “Bi”, “Bo”, “Bu”. LAS DOS CONTRALTOS JUNTAS: “Da”, “De”, “Di”, “Do”,
Du”. EL TENOR: “Ma”, “Me”, “Mi”, “Mo”, “Mu”. LA SOPRANO: “La”, “Le”, “Li”, “Lo”, “Lu”.
A CONTINUACIÓN ENSAYAN UN MOMENTO ESTAS SÍLABAS, CADA UNO POR SU LADO, EN
DESORDEN, COMO UNA ORQUESTA QUE SE AFINA.
EL DIRECTOR DE ORQUESTA QUE ES UN ROL MUDO, DIRIGIRÁ REALMENTE DANDO LA
ENTRADA DE CADA RÉPLICA, RECITATIVO O EN CONJUNTO E INDICARÁ LAS VARIACIONES.
LOS CORISTAS HABLAN LO MÁS QUE PUEDAN SIN MODULACIÓN CANTADA SIMPLEMENTE
CON EFECTOS DE RITMO O DE INTENSIDAD. ELLOS NO REPRESENTARÁN EL SENTIDO DE LO
QUE DICEN, COMO LOS ACTORES, PERO SÍ EL SONIDO COMO LOS INSTRUMENTISTAS.
HABRÁ ENTONCES UN CONTRASTE ENTRE LO QUE DICEN Y SUS ACTITUDES, CON AIRE SERIO
E IMPERSONAL, CON ESA ESPECIE DE DESFACHATEZ PARTICULAR DE CIERTOS MÚSICOS
PROFESIONALES, QUE SE DEDICAN A TOCAR BIEN SIN TENER EL AIRE DE PARTICIPAR EN LO
QUE ESTÁN HACIENDO)

LOCUTOR: He aquí primero el Allegro, ma non troppo.

PRIMER BAJO: ¡Buenos días señora!

SEGUNDO CONTRALTO:¡Buenos días señor!

SEGUNDO BAJO: ¡Buenos días señora!

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO (JUNTOS Y EN CRESCENDO): ¡Buenos días señora!

PRIMER CONTRALTO Y SEGUNDO CONTRALTO (JUNTOS Y FUERTE): ¡Buenos días señor!

(PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO, PRIMER CONTRALTO Y SEGUNDO CONTRALTO


CONTINÚAN DÁNDOSE LA RÉPLICA EN SORDINA, EN TONO IGUAL, MONÓTONO Y MUY
MARTILLADO: “BUENOS DÍAS SEÑORA”, “BUENOS DÍAS SEÑOR”. MIENTRAS QUE EL TENOR
Y LA SOPRANO, QUE SE HAN LEVANTADO, CAMBIAN SUS RÉPLICAS POR FUERA Y CON UN
FRASEO EMOCIONADO)

TENOR: ¡Buenos días señorita! ¿Cómo está usted señorita?

SOPRANO: (UNA PAUSA) Muy bien señor. ¿Y usted señor?

TENOR: Muy bien señorita ¿y usted?

SOPRANO: Muy bien señor.

TENOR: Gracias ¿y usted?

SOPRANO: Muy bien ¿y usted?

SEGUNDO BAJO: Señora, usted que me acoge aquí, estoy muy feliz de volverla a ver después
de esta larga ausencia.
PRIMER BAJO: (MUY RÁPIDO) ¿Quién se ausentó?

PRIMER CONTRALTO: (MUY RÁPIDO) ¿Quién entonces?

SOPRANO: (MUY RÁPIDO) ¿Quién entonces?

TENOR: (MUY RÁPIDO) ¿Quién entonces?

SEGUNDO CONTRALTO: (MUY RÁPIDO) ¿Quién entonces?

SEGUNDO BAJO: (CONTINÚA DE PIE) No sé quién se ausentó. Si es usted o soy yo, pero
seguramente alguien se ausentó puesto que no nos hemos encontrado. (SE SIENTA)

PRIMER CONTRALTO: (SE LEVANTA) ¡Es verdad! En nuestra ciudad estamos muy ocupados…

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: (JUNTOS) Ocupados, ocupados, ocupados…

PRIMER CONTRALTO: (CONTINUANDO) Que permanecemos mucho tiempo sin vernos.

SEGUNDO CONTRALTO Y SOPRANO: (JUNTOS) Sin vernos, sin vernos, sin vernos…

PRIMER CONTRALTO: (CONTINUANDO) Yo lo siento infinitamente. Puesto que a mí me


gusta mucho atenderlos.

(ELLA SE SIENTA. EL TENOR Y LA SOPRANO SE LEVANTAN JUNTOS)

TENOR: (INCLINÁNDOSE HACIA LA SOPRANO) Conozco a alguien señorita, que siempre ha


estado allá desde que estaba usted.

SOPRANO: (CARIÑOSAMENTE) ¿Usted siempre ha estado allá?

PRIMER CONTRALTO: ¡Él siempre ha estado allá!

SOPRANO: (CONTINUANDO) ¿Usted siempre ha estado allá? ¡Y yo que no lo dudaba!

PRIMER CONTRALTO Y SEGUNDO CONTRALTO: (AL MISMO TIEMPO) ¡Ella no lo dudaba! ¡Ella
no lo dudaba!

(UN CORTO SILENCIO)

(PRIMER CONTRALTO Y SEGUNDO CONTRALTO AL MISMO TIEMPO): Joven, ¿por qué no


responde usted?
PRIMER BAJO: ¡Vamos joven, responda!

PRIMER CONTRALTO: Creo que están intimidados. Dejémosles, dejémosles


Y hablemos de otra cosa.

(TENOR Y SOPRANO SE SIENTAN)

PRIMER BAJO: El clima está muy malo.

SEGUNDO CONTRALTO: Lo encuentro espantoso.

PRIMER CONTRALTO: Figúrense que hoy…

SEGUNDO BAJO: El tiempo está muy malo.

SEGUNDO CONTRALTO: Figúrense que hoy…

PRIMER BAJO: Deje hablar a la señora.

SEGUNDO BAJO: Perdóneme señora de haberla interrumpido Seguía mi propia idea.

PRIMER CONTRALTO: Figúrese que hoy bajaba por la calle…

SEGUNDO BAJO: ¿A pie?

PRIMER CONTRALTO: A pie, sí, a pie, a pie, Puesto que camino gustosamente.

PRIMER BAJO: ¡Pero deje hablar a la señora!

PRIMER CONTRALTO: Decía que hoy bajando por la calle ¿encontré, adivine a quién?

SEGUNDO BAJO: ¿Quién entonces?

SEGUNDO CONTRALTO: ¿Quién entonces?

TENOR: ¿Quién entonces?

SOPRANO: ¿Quién entonces?

PRIMER CONTRALTO: Encontré, ¿a que no adivinan qué? ¡Un barco de vela!

LOS OTROS CINCO CANTANTES JUNTOS: ¿Un barco de vela en plena calle? ¡Qué cosa tan
extraña!
PRIMER CONTRALTO: (RIENDO) Pero era un barco de propaganda. Ah ah ah ah ¡ah! ¡ah!
¡ah! ¡ah! En cartón y madera pintado, puesto sobre un automóvil.

SEGUNDO BAJO: Y yo también.

PRIMER CONTRALTO: Era la compañía de turistas reunidos, que hacen publicidad


para los cruceros de este verano.

SOPRANO: (SE LEVANTA) Señora: estoy desconsolada. Hubiera querido que fuera un
verdadero barco navegando por la calle. ¡La vida es verdaderamente monótona!

PRIMER BAJO: (CON RUDEZA) ¡Pero no, pero no, pero no!

SEGUNDO BAJO: ¡Pero no, pero no, pero no, pero no!

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: (JUNTOS) Pero no, pero no…

(CONTINÚAN EN SORDINA DICIENDO “PERO NO” MIENTRAS QUE DURE EL PARLAMENTO


SIGUIENTE. SEGUNDO CONTRALTO SE
LEVANTA)

SEGUNDO CONTRALTO: Las jóvenes son románticas. Yo lo fui alguna vez. Hubiera querido
no sé qué.

(PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO SE DETIENEN)

PRIMER CONTRALTO: Pero sí, pero sí, pero sí, pero sí.

PRIMER CONTRALTO Y SEGUNDO CONTRALTO(JUNTOS): ¡Pero sí, pero sí, pero sí, pero sí!

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: (JUNTOS) ¡Pero no, pero no, pero no, pero no!

PRIMER CONTRALTO Y SEGUNDO CONTRALTO: (JUNTOS) ¡Pero sí, pero sí, pero sí, pero sí!

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: (JUNTOS) ¡Pero no, pero no, pero no, pero no!

PRIMER BAJO: (SE LEVANTA) La vida está bien así. Hay que saberse contentar. Con lo que
uno tiene sin buscar nada. En los sueños inútiles. (SE SIENTA)

PRIMER CONTRALTO: En el fondo, señor, en el fondo tiene toda la razón. Hay que saber vivir
bien.

SEGUNDO CONTRALTO: (PATÉTICO) Con la condición de que uno tenga “de qué” vivir.
SEGUNDO BAJO: Yo siempre he vivido.

PRIMER BAJO: Y yo vivo siempre.

PRIMER CONTRALTO: Eso es lo esencial.

SEGUNDO CONTRALTO: La salud ante todo.

TENOR: (MUY SENTIMENTAL) Con un poco de amor.

TENOR Y SOPRANO: (CRESCENDO) Con un poco de amor. Con un poco, mucho amor.

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: ¡La salud ante todo! ¡La salud ante todo!
TODOS JUNTOS: (FUERTE) ¡La salud ante todo! ¡La salud ante todo! ¡La salud ante todo!

LOCUTOR: ¡Andante Sostenuto!

TENOR: Y por lo tanto créanme, ¡es el espíritu el que hace todo!

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: (RESERVADOS) ¡Casi todo! ¡Casi todo! ¡Casi todo!

PRIMER CONTRALTO: ¿Dónde está el espíritu?

SEGUNDO CONTRALTO: ¿Dónde está el espíritu?

SOPRANO: Él está en nosotros.

PRIMER CONTRALTO: (MISTERIOSAMENTE) Yo señor, yo señora iré más lejos que ustedes
créanme, créanme, los espíritus están por todas partes.

SEGUNDO CONTRALTO: ¿Dónde están ellos?

SOPRANO: ¿Dónde están ellos?

PRIMER CONTRALTO: Están alrededor de nosotros. Se deslizan por todas partes.

LOS CORISTAS JUNTOS: ¡Hou, hou, hou, hou, hou, hou! Hou, hou, hou, hou, hou, hou!
ESTE “HOU” DE ESPANTO ES MÁS QUE TODO MURMURADO PERO EN CRESCENDO.
MODULACIÓN ASCENDENTE Y DESPUÉS DESCENDENTE Y DE UNA DURACIÓN IGUAL A LA DE
LOS VERSOS PRECEDENTES.

SOPRANO: ¿Son malos señoras? Para mí, no puedo creer en la ferocidad de nuestros pobres
ancestros.
PRIMER CONTRALTO: Desde que son desgraciados y vagan en la noche en su vieja guarida,
algunos, dicen, que son maléficos y feroces como lobos.

LOS SEIS JUNTOS: ¡Hou, hou, hou, hou, hou, hou, hou, hou, hou, hou! (COMO LA
ACOTACIÓN ANTERIOR)

PRIMER CONTRALTO: Algunos por el contrario son dulces, se les tomará en las rodillas pues
aman en la noche volver cerca a nosotros.

SEGUNDO CONTRALTO: (SE LEVANTA Y COMIENZA UN RECITATIVO)Tenía una vecina con un


hermano loco…

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: (JUNTOS) Con un hermano loco, con un hermano loco…

SEGUNDO CONTRALTO: Y como él era loco. Él veía mejor que nosotros…

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: Él veía mejor que nosotros, él veía mejor que nosotros…

SEGUNDO CONTRALTO: Y bien…

PRIMER BAJO: ¿Y bien?

SEGUNDO BAJO: ¿Y bien?

PRIMER CONTRALTO: ¿Y bien?

SEGUNDO CONTRALTO: Y bien, a menudo en la cocina, los espíritus por necesidad venían a
robar jamones y patés.

PRIMER BAJO: (INCRÉDULO YBURLETERO) ¿Y las legumbres?

SEGUNDO CONTRALTO: Las legumbres no.

PRIMER BAJO: Lo ve usted: era el gato.

SEGUNDO BAJO: Era el gato, era el gato.

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: Era el gato que venía a robarle.

SEGUNDO CONTRALTO: (INDIGNADO) ¡Dije que él estaba loco pero no tanto para confundir
un felino con un espíritu!
PRIMER CONTRALTO: Y en mi familia señor sabemos que un fantasma no hace mucho
tiempo que venía a robarnos el dinero.

SOPRANO: ¿Qué, dinero?

PRIMER CONTRALTO Y SEGUNDO CONTRALTO: (JUNTOS) ¡Sí, dinero, sí dinero, sí dinero!

PRIMER BAJO: (BURLETERO) ¿En metal?

SEGUNDO BAJO: (EN EL MISMO TONO) ¿O en billetes?

PRIMER BAJO: (COMO UN BUEN HOMBRE) ¡Vamos señora reflexione! cómo quiere usted
que un espíritu subterráneo…

SEGUNDO BAJO: O quizás aéreo.

PRIMER BAJO: …Haga de una moneda que no vale nada ya.

SOPRANO: Quizás “allá” se tenga necesidad de una moneda de cambio: los espíritus no son
ángeles…

PRIMER CONTRALTO: ¿Y los hombres qué son ellos entonces?

SEGUNDO CONTRALTO: ¡Ah los hombres, ni hablemos!

SOPRANO: ¡Ni hablemos!

PRIMER CONTRALTO: ¡Ni hablemos!

SEGUNDO CONTRALTO: ¡Ni hablemos!

PRIMER BAJO: ¡Yo, en sus espíritus no creo!

SEGUNDO BAJO: (AFIRMATIVO Y ACELERANDO) ¡Y yo tampoco creo! ¡El que existe está aquí
abajo entre nuestras manos y bajo nuestros pasos, se parece a ustedes y a mí se oye y se
ve!

TENOR: (SE LEVANTA CON FUERZA) ¡O bien se toma en los brazos!

SOPRANO: (ENÉRGICA) ¡Se abraza en el fondo del bosque!

LOS SEIS JUNTOS: Oh, oh, oh, oh, oh, oh, Oh, oh, oh, oh, oh, oh.
(COMO EN LA ANTERIOR)

PRIMER BAJO: Oh, oh, nuestra juventud es muy emprendedora.

PRIMER BAJO: Hablemos bajo, hablemos bajo.

SEGUNDO BAJO: Hablemos bajo.

PRIMER BAJO: Hablemos bajo.

PRIMER BAJO, SEGUNDO BAJO, PRIMER CONTRALTO Y SEGUNDO CONTRALTO: (JUNTOS)


¡Hablemos bajo! ¡Hablemos bajo! ¡Hablemos bajo! ¡Hablemos bajo!

PRIMER CONTRALTO: Aprovechemos un momento.

SEGUNDO CONTRALTO: Aprovechemos de un momento.

PRIMER CONTRALTO: Y de sus sentimientos para anunciar la boda…

SEGUNDO CONTRALTO: Con una buena comida.

PRIMER BAJO: ¡Con una buena comida, con una buena comida!

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: ¡Con una buena comida, con una buena comida!

LOS SEIS JUNTOS: (MUY BAJO) ¡Con una buena comida, con una buena comida! ¡Con una
buena comida! ¡Con una buena comida, con una buena comida! (DECRECIENDO UN
SILENCIO)

LOCUTOR (LEVANTÁNDOSE HACIA EL MICRÓFONO) Scherzo vivace (SE VUELVE A SENTAR)

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO (REPITIENDO CON UN RITMO MUY MARCADO DOCE VECES
LA MISMA SÍLABA): Me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan,
me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan.

PRIMER CONTRALTO: Las frutas.

SEGUNDO CONTRALTO: Las flores.

PRIMER BAJO: Las papas a la francesa.

SEGUNDO BAJO: El vino.


SOPRANO: Los helados.

TENOR: El ron.

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: (LO MISMO DE ANTES) Me gustan, me gustan, me gustan,
me gustan, megustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan,
me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan.

TENOR: Los rones.

SOPRANO: Los helados.

SEGUNDO BAJO: Los vinos.

PRIMER BAJO: Las papas a la francesa.

SEGUNDO CONTRALTO: Los flanes.

PRIMER CONTRALTO: Las natas.

PRIMER CONTRALTO: (SE LEVANTA PARA DECIR SU PARTE Y ENSEGUIDA SE SIENTA) Así haga
frío o haga calor me gusta una perdiz en su bandeja.

SEGUNDO CONTRALTO: (LO MISMO DEL ANTERIOR) Un solomito con alcachofa, un pastel
de sesos.

PRIMER BAJO: (LO MISMO) Papas gratinadas.

SEGUNDO BAJO: (LO MISMO) Un steack a la pimienta, un pollo al vino.

TENOR: Un chautebriand término medio.

SOPRANO: (POÉTICA) Y dos o tres relámpagos a lo lejos.

PRIMER BAJO: ¿Cómo los corta usted?

SEGUNDO BAJO: ¿Cómo los corta usted?

TENOR: ¿Cómo los corta usted?

SOPRANO: Los tomo como ellos son.

PRIMER CONTRALTO: Los tomo como hay que tomarlos.


SEGUNTO CONTRALTO: Yo los corto en pedazos.

PRIMER BAJO: Cómo los hace usted?

SEGUNDO BAJO: ¿Cómo los hace usted?

TENOR: ¿Cómo los hace usted?

SOPRANO: Los pico muy fino.

PRIMER CONTRALTO: los cocino al vapor.

SEGUNDO CONTRALTO: Yo los hago gratinados.

PRIEMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: (MUYMARTILLADO) ¡Está bien, está bien, está bien, está
bien!

PRIMER CONTRALTO: (ACELERANDO) Al horno, a la plancha.

SEGUNDO CONTRALTO: Dulce, salado.

SOPRANO: (ACELERANDO) Con tomillo.

PRIMER BAJO: (ACELERANDO) Enharinados.

SEGUNDO BAJO(ACELERANDO) Los langostinos.

TENOR: (ACELERANDO) Al marrasquino.

PRIMER CONTRALTO: (ACELERANDO) Los salchichones. Los tocinos.

SEGUNDO CONTRALTO: (ACELERANDO) Las habichuelas. Los caracoles.

SOPRANO: (ACELERANDO) Las costillas. Las tortillas.

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: (JUNTOS) ¡Está bien! ¡Está bien!

PRIMER CONTRALTO: Los estripo los relleno los envaso.

SOPRANO: Los pelo los tomo los acaricio.

PRIMER BAJO: Los chupo los destapo y los trago.


SEGUNDO BAJO: Los extiendo los corto los amaso.

SOPRANO: (MELODIOSAMENTE) ¡Yo los sirvo flambeados al hombre que yo quiero!

PRIMER BAJO: ¡A la mujer que yo quiero!

PRIMER CONTRALTO: (MELANCÓLICO) ¡Al joven que yo amaba…!

TENOR: (APASIONADO) ¡A la joven que amo! (UNA PAUSA)

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: (JUNTOS) Me gustan, me gustan, me gustan, me gustan,


me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan.

PRIMER CONTRALTO: Las frutas.

SEGUNDO CONTRALTO: Los flanes.

PRIMER BAJO: Las papas a la francesa.

SEGUNDO BAJO: El vino.

SOPRANO: Los helados.

TENOR: Los repollos.

PRIMER BAJO Y SEGUNDO BAJO: me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan,


me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan, me gustan,
me gustan, me gustan, me gustan.

TENOR: El calor.

SOPRANO: el frío.

SEGUNDO BAJO: El azúcar.

PRIMER BAJO: La sal.

TODOS JUNTOS: (EFECTOS AD LIBITUM; CRECIENDO Y DECRECIENDO) Y todo. Todo, todo,


todo, todo.
Osvaldo y Zenaida o los apartes

Jean Tardieu

Salón burgués, hacia 1830. Zenaida sola. Triste, arregla un ramo de flores en un vaso.
Tocan a la puerta. Zenaida.- (Alta voz.) ¿Quién es? (Aparte.) ¡Con tal de que no
sea Osvaldo, mí prometido! No me puse el vestido que le gusta. Además, ¿para qué?
¡Después de todo lo que ha ocurrido!

Voz de Osvaldo.- ¡Soy yo, Osvaldo!

Zenaida.- (Aparte.) ¡Ay, es él, Es Osvaldo! (Alto.) ¡Entre!

Osvaldo: (Aparte.) ¡Oh, qué suerte la mía! ¿Qué podré decirle? ¡Jamás tendré el valor
de revelarle la triste verdad!

Osvaldo.- Entra, permanece un momento en el umbral. (Alto) ¡Zenaida! (Aparte.) ¿Qué


más puedo decirle? ¡Tan confiada, tan inocente! ¡Jamás tendré la crueldad de confesarle
la grave decisión que han adoptado en contra de ella!

Zenaida.- (Acercándose a Osvaldo y dándole la mano a besar. (Alto.) ¡Buenos días


Osvaldo! (Aparte, mientras Osvaldo le besa la mano con fervor.) ¿Es posible que todo
se haya terminado? ¡Ah, mientras él oprime mi mano entre sus labios, Dios mío, no
prolongues más mi suplicio y haz que este minuto, largo como un siglo, se deslice
veloz como el alción sobre el mar espumoso!

Osvaldo.- (Levantándose, mientras Zenaida retira graciosamente la mano. (Alto,


suspirando.) ¡Buenos días Zenaida! (Aparte.) ¡Ah, ese gesto gracioso y espontáneo,
más elocuente que el discurso más largo! Siempre amé el silencio que crea a su alrededor:
silencio animado por misteriosas palabras que el oído no escucha pero que el alma
comprende.

Zenaida.- (Alto, dice.) ¡Siéntese usted, Osvaldo! (Aparte.) ¡No habla, el desdichado! Me
parece oír su corazón, late con golpes precipitados, al mismo ritmo que el mío. ¡Y no
obstante, él todavía no sabe nada y cree aún en nuestra unión! (Se sienta.)

Osvaldo.- (Sentándose.) ¡Gracias Zenaida! (Aparte.) ¡Esta silla seguramente a sido


colocada aquí por ella, para mí! ¡La pobre niña me esperaba, ignoraba la razón de mi visita!

(Dan las cinco en la iglesia del pueblo.)


Zenaida.- (Alto, melancólica.) ¡Las cinco! (Aparte.) ¡Pero en mi corazón ha caído ya la
noche!

Osvaldo.- (Alto, despreocupado.) ¡Ah, si, las cinco! (Aparte.) ¡Para mí, el alba de los
condenados!

Zenaida.- (Alto.) Todavía es de día. (Aparte, con aire estúpido.) Pero las flores cierran
sus corolas, mi abuelo prefiere los chícharos de olor y el jardinero guarda sus
herramientas.

Osvaldo.- (Alto, suspirando.) ¡Es la primavera, Zenaida! (Aparte, sombrío, casi delirante.)
¡En las Antípodas, reina el invierno! En el Congo, los lapones se embarcan en la ice-
bergs; en China, los bávaros beben cerveza en las tabernas; en Canadá, los españoles
bailan la seguidilla.

Zenaida.- (Alto, suspirando.) Sí, aún es de día. (Aparte, extraviada.) ¡Este silencio me
sofoca! El bastón de mi tío tiene el puño de oro, la marquesa sale a las cinco, mi
razón se extravía ¿Debo decirle todo? ¿O devorar mis palabras y enloquecer hasta
perder el habla?

Osvaldo.- (Alto, tierno,) ¡Es de día! Ya lo dijo usted, Zenaida. (Aparte.) Y ahora me
vuelvo brutal. ¡Fuego y demonio, sangre e infierno! ¡Las brujas vuelan al aquerrale, la
Luna corre por los campo!... ¡Será mejor que le revelase el secreto que me ahoga!

Zenaida.- (Aparte.) ¡No puedo más!

Osvaldo.- (Aparte.) ¡Es intolerable!

Zenaida.- (Aparte.) ¡Muero!

Osvaldo.- (Aparte.) ¡Enloquezco!

Zenaida y Osvaldo.- (Aparte simultáneamente.) ¡Ay, mi fa-mi-lia-no-quie-re-que-me-ca-


se-con-ti-go!

(Dan las seis.)

Zenaida.- (Alto.) ¿Decía usted?

Osvaldo.- (Alto.) ¿Yo? ¡Nada!

Zenaida.- (Alto.) Ah, bueno, creí…

Osvaldo.- (Alto.) Es decir…


Zenaida.- (Alto.) ¿Qué?

Osvaldo.- (Alto.) Poca cosa.

Zenaida.- (Alto.) ¿Entonces?

Osvaldo.- (Alto.) Pequeñeces…

Zenaida.- (Alto.) ¿De veras?

Osvaldo.- (Alto.) Sí, de veras. Además, le escribiré. (Aparte.) ¡Ojalá y mi carta no


llegase jamás a su destino y se hundiese en el abismo del olvido, mientras yo me
interno en las arenas de Australia, a la búsqueda de un tesoro menos precioso del
que pierdo!

Zenaida.- (Alto.) ¡Quizá contestaré su carta! (Aparte.) ¡Será la última carta que le
escribiré al mundo, antes de enterrar en un convento mi juventud desesperada!

Osvaldo.- (Emocionado.) ¡Hasta la vista, Zenaida! (Aparte.) El panadero amasa el


pan, la caballista monta a caballo, el navegante busca la ruta, las chimeneas humean,
el sol brilla, pero yo, ¡debo decir adiós a la doncella que amo!

Zenaida.- (Alto, emocionada.) ¡Hasta la vista, Osvaldo! (Aparte.) No sé qué pensar,


ni qué decir, ¡soy como la hoja otoñal que cae sobre el estanque, a medianoche!

(La puerta se abre y aparece el jovial señor Pommechón.)

Pomméchon.- ¡Ah, los tórtolos! ¡Los he cogido, lo he cogido!

Zenaida.- (Aparte.) ¡Cielos, mi padre!

Osvaldo.- (Aparte.) ¡El que hubiera podido ser mi suegro!

Pomméchon.- ¡Vaya, vaya! ¡Tranquilícense! ¡No me los voy a comer, caramba! A su edad
y en su lugar, ya hace mucho tiempo que… la hubiera besado.

Zenaida y Osvaldo.- (Alto y simultáneamente.) Pero, ¿qué significa esto?

Pomméchon.- Significa, mis tórtolos, mis burritos, que han sido juguetes de una burla
afectuosa. Significa que he aparecido para arreglarlo todo. Vengo de parte de tu madre
(A Zenaida.) y de tu padre. (A Osvaldo.) Habíamos decidido someter sus sentimientos
a prueba. Cuando ustedes creían que todo estaba perdido, su tristeza nos demostró que
la atracción que los une no era uno de esos fuegos de artificio, una de esas nubes de verano,
ni uno de esos afectos que duran un día… Pero, se ¿quedan callados? ¡Caramba! Parece que
la sorpresa los ha petrificado.

Zenaida.- (Aparte.) Oh, Dios, ¿es posible dicha semejante?

Osvaldo.- (Aparte.) ¡Bendito sea el día en que la abuela de mi novia engendró a mi


suegro!

omméchon.- ¡Vaya, vaya! Veo que la emoción le ha cortado el aliento. ¡Caramba! A su


edad, y en su lugar, yo hubiera saltado al cuello e mi amor. En fin, no insisto y los dejo
entregados a su alegría. Mañana hablaremos de la boda… si es que para entonces
ya recobraron el uso de la palabra. ¡Hasta la vista, par de tórtolos, par de borricos, par de
colibríes! ¡Demontre, caramba!

(Acaricia la mejilla de Zenaida con rudeza, da una palmada a Osvaldo y desaparece, riendo.)

(Silencio. Zenaida y Osvaldo se quedan de pie, frente a frente.)

Osvaldo.- (Alto.) O primavera! Gioventu dell’anno! Ogioventu! Primavera della vida!

Zenaida.- (Aparte.) No comprendo lo que dice, pero un acento de alegre virilidad


resuena en sus palabras.

(Alto.) Oh! who is me to have seen wath I have seen, to see wath I seen!

Osvaldo.- (Aparte.) ¿Qué dice? ¿En qué lengua desconocida habla? ¡Oh música de la voz
bien amada! Su melodía hace vibrar nuestra alma, a pesar de que no comprendo sus
palabras. (Alto.) ¡Son las cinco, Zenaida!

Zenaida.- (Aparte.) Se equivoca de hora, pero debo aprender a no contradecir a mi


marido. (Alto.) ¡Pues sí, ya llego la noche, Osvaldo!

Osvaldo.- (Aparte.) ¡Demonios, no, todavía es de día! ¡pero nunca hay que contradecir
a las mujeres! (Alto.) ¡He aquí qué ya le perteneces, ángel querido!

Zenaida.- (Aparte.) Otro error: él es el que me pertenece, pero ¡qué importa! (Alto.) ¡Sí,
henos al fin reunidos, vueltos a nosotros mismos.

Osvaldo.- (Aparte.) ¡Dijo nosotros! Ella es para mí, yo para ella, nosotros para nosotros.
(Alto.) ¡Para siempre!

Zenaida.- (Aparte.) ¡Hasta el fin de los siglos! (Alto.) ¿Toda la vida?

Osvaldo.- (Aparte.) ¡Hasta la muerte!


telon

Potrebbero piacerti anche