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I. Según surjan obligaciones para una o para ambas partes de un contrato: Se dividen
en contratos unilaterales y contratos bilaterales o sinalagmáticos, que a su vez se subdividen
en contratos bilaterales o sinalagmáticos, que a su vez se subdividen en contratos
sinalagmáticos imperfectos y contratos sinalagmáticos perfectos.
1. Contratos unilaterales: Es cuando surgen obligaciones para una sola de las partes
contratantes. En esta clase de contratos una sola de las partes es deudor y la otra
es acreedor.
Nuestro código civil los define en el artículo 1134 “el contrato es unilateral cuando
una sola de las partes se obliga…”
Son ejemplos de contratos unilaterales típicos: el mutuo y la donación. En el mutuo
sólo una de las partes (el mutuario) se obliga a devolver la cosa recibida en calidad
de mutuo; la otra parte, el mutuante, es solo el acreedor de la cosa que ha facilitado
en mutuo (Art. 1735 CC).
En la donación una sola de las partes (el donante) transfiere gratuitamente bienes
de su patrimonio a la otra parte, donatario (Art. 1431). El donante es la única parte
que se obliga (el deudor) y el donatario es el acreedor de aquél.
2. Contratos bilaterales: El contrato es bilateral cuando surgen obligaciones para
ambas partes contratantes. Presentan la particularidad de que cada una de las
partes está obligada frente a la otra. Son recíprocamente deudores. El Art. 1134 lo
defines así “el contrato es bilateral, cuando las partes se obligan recíprocamente”.
En el contrato bilateral cada una de las partes es deudora y acreedora al mismo
tiempo.
Son ejemplos de contratos bilaterales típicos: la veta y el arrendamiento.
En la venta, el vendedor trasmite la propiedad de una cosa y el comprador se obliga
a pagar una suma de dinero denominada precio (Art. 1474 CC).
En el arrendamiento, el arrendador se compromete a poner al arrendatario en el
goce y disfrute dela cosa arrendada y el arrendatario se compromete a pagar el
canon o pensión de arrendamiento (Art. 1579).
Dentro de los contratos bilaterales, llamados también sinalagmáticos, se distingue:
A) los contratos sinalagmáticos imperfectos y B) contratos sinalagmáticos perfectos.
A) Contratos Sinalagmáticos imperfectos: Son aquellos contratos que un
principio sólo producen obligaciones para una de las partes, pero que en el
curso de su desarrollo hacen o pueden hacer surgir obligaciones para ambas
partes; por ejemplo el depósito, el comodato y el mandato.
a. El Deposito: en un principio solo queda obligado el depositario a
guardar y devolver la cosa recibida en depósito (Art. 1749 CC), pero en
el curso del contrato, el depositante puede quedar obligado a
reembolsar al depositario los gastos efectuado en la conservación de
la cosa y a indemnizarle los daños ocasionados por el deposito. (Art.
1773 CC).
b. En el Comodato: en principio sólo el comodatario queda obligado a
restituir al comodante la cosa recibida en calidad de comodato (Art.
1724 CC), pero el comodante puede resultar obligado a reembolsar al
comodatario los gastos extraordinarios necesarios o urgentes que éste
se hubiese visto obligado a efectuar (Art. 1733 CC).
c. En el Mandato: en su inicio sólo el mandatario se obliga a realizar la
gestión que le ha sido encomendada (Art. 1684 CC), pero el mandante
quedará obligado a reembolsar al mandatario los avances y gastos
efectuados por éste en la ejecución del mandato (Art. 169 CC).
B) Contratos sinalagmáticos perfectos: en el contrato sinalagmático perfecto
ambas partes desde un principio son acreedoras y deudoras simultáneamente;
así ocurre en los casos de venta y arrendamientos, ya mencionados.