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PROGRAMA DE LA UNIÓN PATRIÓTICA (UP) PARA BOGOTÁ

2019
CIUDAD DEMOCRÁTICA PARA LA DIGNIFICACIÓN DE LA VIDA Y EL
TERRITORIO

INTRODUCCIÓN
En Bogotá impera un modelo capitalista neoliberal de ciudad mercancía ambientalmente
insostenible, impuesto a partir de la iniciativa e intereses de terratenientes, capital financiero
e inmobiliario nacional y transnacional, y los gobiernos de derecha, el cual prioriza el
rentismo y la especulación financiera para garantizar las ganancias monetarias de estos
sectores poblacionalmente reducidos, por encima de la vida digna de la gran mayoría de los
habitantes y del cuidado de la naturaleza de la que todos hacen parte. Ante esta realidad, la
UP propone como alternativa lograr una ciudad abierta, autosuficiente y próspera, incluyente,
igualitaria, solidaria, diversa e intercultural, compacta, integral e integrada regionalmente,
protectora del ambiente y la naturaleza, en paz, democrática y constituyente.
Para esto, es necesario una democratización radical de la ciudad y la vida, lo cual implica
atender integralmente el territorio con énfasis en las localidades con mayores precariedades.
De igual modo, conlleva superar las inequidades, la segregación socio espacial y la pobreza
existentes abriendo paso a un régimen político administrativo democrático con plenas
garantías para el ejercicio de los derechos esenciales de las personas, las comunidades y la
naturaleza. Exige asegurar la participación amplia, popular y decisoria de la ciudadanía y sus
colectividades, fortalecer la autodeterminación de los pueblos que la habitan, así como
implementar una institucionalidad adecuada con democracia local, participación, veeduría
ciudadana y mayor descentralización administrativa, política y presupuestal de la ciudad en
su conjunto y de sus localidades y territorios.
En otras palabras, implica la desmercantilización de la sociedad en contravía del régimen
económico y político capitalista, rentista y neoliberal imperante, para dar paso a un régimen
con democracia económica y social, con democracia tributaria, presupuestal y espacial, con
democracia cultural, que por medio de garantizar la realización efectiva de los derechos
humanos y de la naturaleza dignifique la vida y el territorio.

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Dicha ciudad democrática solo se puede alcanzar a través de la más amplia unidad y lucha
de las mayorías excluidas y de los sectores alternativos y de izquierda, dando paso a la
construcción de un nuevo poder desde abajo y un gobierno democrático con amplia
participación popular, para que, en conjunto, adelanten las transformaciones estructurales
que necesita la capital del país.
Para conseguir esto, la UP propone a los habitantes de Bogotá los siguientes temas
neurálgicos como transformaciones substanciales y necesarias a materializar por parte de un
poder y un gobierno alternativos. Bajo ese horizonte, para los diferentes temas, en este
programa se presenta un breve diagnóstico de la ciudad con elementos comparativos entre
los gobiernos de Petro (2012-2015) y Peñalosa (2016-2019)1, con tal de evidenciar las
carencias existentes profundizadas por el segundo, rescatando varios de los avances del
primero en diferentes ejes, para en seguida exponer las alternativas que la UP considera
determinantes con el fin de provocar una transformación de la realidad social y territorial de
la capital en favor de todos los habitantes, pero, sobre todo, en función de los más necesitados.

1. DESARROLLO ECONÓMICO Y TRIBUTARIO DEMOCRÁTICO

1.1 Fomento de la industria, la economía popular, solidaria y campesina para la


redistribución de la riqueza y la eliminación de la pobreza
Bogotá aporta el 26% del PIB de la nación. De este modo, se tiene que su PIB por habitante
a precios corrientes colombianos creció pasando de 22´847.360 en 2013 a 25´932.558 en
2015 y a 30´307.765 en 2017. Sin embargo, aunque de 2012 a 2015 la ciudad reportó un
porcentaje de crecimiento sostenido y favorable anualmente en el PIB pasando de 3,5% a
4,8%, de 2015 a 2018, bajo la administración Peñalosa, el porcentaje de crecimiento anual
disminuyó y pasó de 4,8% a 3%, lo que evidencia el estancamiento y retroceso que ha
generado el gobierno de derecha en la economía de la capital.
En los años 2016 y 2017 las actividades de la economía que más crecieron fueron las
siguientes: Construcción (2016: 3,5% y 2017: 10,2%); y Establecimientos financieros,
seguros, actividades inmobiliarias y servicios a las empresas (2016: 5,2% y 2017: 4,1%).

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Se debe tener en cuenta que en el caso de Peñalosa aún no se ha culminado su mandato y, en consecuencia, se
trabajó con las cifras más recientes disponibles.

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Respectivamente, las actividades de la economía que decrecieron fueron: Industrias
manufactureras (2016: 0,4% y 2017: -5,5%); y Transporte, almacenamiento y
comunicaciones (2016: -0,6% y 2017: -0,7). En resumen, el capital inmobiliario y financiero
es el mayor beneficiario del rendimiento de la economía de la ciudad.
Cabe recordar que a pesar de que Bogotá demuestra un favorable aunque sectorizado
comportamiento de su economía, conforme a su coeficiente de Gini, que para el 2017 fue de
0,498 (un poco mejor que el nacional el cual fue de 0,508), esta es una ciudad con una alta
desigualdad según los parámetros de la ONU. En otras palabras, la riqueza que crece
anualmente por medio del trabajo colectivo sigue estando muy concentrada en pocas manos
mientras la gran mayoría de los habitantes de la ciudad sufren precariedades.
Con relación a la dinámica empresarial, Bogotá pasó de 286.438 empresas en 2012 a 424.471
en 2017. En este último año, la mayoría de las empresas creadas fueron microempresas en el
sector económico de comercio al por mayor y al por menor: reparación de vehículos,
automotores y motocicletas, con 21.848 de un total de 70.672 microempresas creadas; solo
se crearon 13 grandes empresas, 499 empresas pequeñas y en total 71.258 empresas. En el
2017, la composición porcentual según la actividad económica de las empresas en Bogotá
fue: Servicios 47%, Comercio 32%, Industria 13% y Construcción 6%.
Por otro lado, en Bogotá se cancelaron 15.897 empresas en el 2012 y en el 2017 23.537. En
este último año, la composición porcentual según el tamaño de las empresas canceladas fue
de 96% Microempresas, 3% Pequeñas, 1% Medianas y 0% Grandes. Y el porcentaje según
la actividad económica de las empresas canceladas fue de 48% Servicios, 34% Comercio,
11% Industria y 4% Construcción.
Consecuentemente, el modelo de ciudad que se ha impuesto ha profundizado la pobreza, la
desigualdad social y la corrupción en beneficio de las clases sociales que se enriquecen y de
los gobiernos que las representan. Desde su inspiración capitalista neoliberal, busca reducir
la democracia y mercantilizar y privatizar todos los factores necesarios para el
desenvolvimiento de la vida. Es decir, el Estado no es garante de ningún aspecto social
(excepto del control, la legalidad y la seguridad policial), y, por lo tanto, solo se puede
acceder a la ciudad y vivir en ella acorde a la capacidad de consumo que tenga el poblador.
En ese sentido, la calidad de vida se reduce a las posibilidades que tenga una persona para
endeudarse y adquirirla o para comprarla directamente en el mercado y garantizarla.

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Es de esta manera que, comparando indicadores de pobreza y desigualdad del gobierno
progresista con los dos primeros años del gobierno de Peñalosa, se puede observar que la
pobreza monetaria, la cual venía de ser 13,1% en 2011 y disminuyó a 10,4% en 2015 con el
gobierno progresista, luego aumentó llegando a 12,4% en 2017 bajo el gobierno Peñalosa.
La pobreza monetaria extrema que venía de ser 2% del 2011 al 2015, aumentó a 2,4% en
2017. Y la pobreza multidimensional, que se redujo de 11,9% en 2011 a 4,7% en 2015, se
incrementó a 5,9% en 2016.
En el caso de la desigualdad por ingresos (Gini) es diferente puesto que prácticamente se
mantiene en el mismo margen tanto en el gobierno progresista como en el de Peñalosa.
Aunque dicha desigualdad disminuyó al pasar de 0,522 en 2011 a 0,497 en el 2012 y 0,498
en el 2017, como se mencionó, se mantiene en una franja de desigualdad alta, lo que denota
que la reducción de la pobreza no se acompaña necesariamente de una disminución en la
concentración de la riqueza en unos pocos, y que, por lo tanto, han faltado políticas más
agresivas de redistribución de los ingresos.
A grandes rasgos, lo que se puede concluir es que la pobreza se redujo con el gobierno
progresista pero aumentó bajo el gobierno de derecha, y que la desigualdad, en contravía de
los logros conseguidos por parte del gobierno progresista en materia de reducción de pobreza,
se mantiene alta en ambos casos. Este es uno de los desafíos que debe enfrentar un gobierno
y poder alternativos para hacer que la calidad y dignidad de la vida sea un logro de todos y
no de unos pocos.

Teniendo en cuenta este diagnóstico económico, la UP propone:


• Impulsar el crecimiento de la economía de la ciudad sobre profundas bases de
democratización de esta, lo que implica una reestructuración industrial desde el lado
de la oferta apoyada en innovaciones tecnológicas en sectores clave, lo cual debe ir
de la mano de la protección y cuidado del ambiente y la naturaleza y de medidas
efectivas para la redistribución de la riqueza.
• En articulación con el POT, impulsar un Plan Distrital de recuperación, fomento y
ampliación de la industria, con énfasis en la innovación tecnológica y del
conocimiento en industrias estratégicas como la de comunicaciones, transporte,

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energías renovables, alimentación, textiles, entre otras, con tal de generar trabajo
digno y garantizar un proceso integrado con otros municipios.
• Creación de beneficios tributarios ligados a la generación de empleo, al mejoramiento
en los términos de las contrataciones, al aumento de la contratación directa bajo lo
dispuesto en el código sustantivo del trabajo, así como a la implementación de
medidas ambientales positivas, con énfasis en las micro, pequeñas y medianas
empresas.
• Implementar medidas para democratizar la estructura de acceso al crédito, así como
desarrollar acciones que permitan fomentar el emprendimiento sostenible, la
innovación, la economía popular y solidaria y la industria y los servicios que generan
valor agregado y que atienden prioritariamente el mercado local. Para avanzar en lo
anterior se debe crear un Banco de Fomento.
• Se debe disminuir el costo de vida garantizando de manera pública estatal los
derechos sociales, estimulando la economía popular y solidaria y promoviendo la
producción campesina y de alimentos en la ruralidad y la región central con tal de
caminar hacia la seguridad y soberanía alimentaria de la capital. Bajo este horizonte,
se deben fortalecer los mercados campesinos, las plazas de mercado y la
funcionalidad de CORABASTOS.
• Prioritariamente se debe avanzar en dignificar la vida por medio de garantizar de
manera pública y estatal el mínimo vital de agua, energía eléctrica y gas.
• Además, teniendo en cuenta que para 2017 había en Bogotá 9.538 personas habitantes
de calle (ubicación porcentual en algunas localidades: Los Mártires: 18,3%, Santa Fe:
13,8%, Kennedy: 7,2%, Tunjuelito: 1,2% y Usme: 0,7%), se propone desarrollar una
política de erradicación de la pobreza extrema y, complementariamente, retomar la
política de comunidades terapéuticas para la prevención y tratamiento de la
drogadicción, en completa conexidad con la implementación del punto cuatro de los
acuerdos de paz que ubica esto como un problema de salud pública por encima de su
criminalización y trato punitivo.
• Aplicar estas y otras medidas efectivas de redistribución de la riqueza contribuirá a
bajar los índices de pobreza monetaria, monetaria extrema y multidimensional, de
exclusión social y desigualdad (ver especialmente apartes 1.3 y 2).

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1.2 Trabajo digno
En Bogotá, la tasa de ocupación pasó de 65,46% en 2013 a 65,36% en 2015 y a 63,30% en
2017. La tasa de desempleo pasó de 9,03% en 2013 a 8,74% en 2015 y a 10,51% en 2017.
Para este último año la tasa de informalidad fue de 41,7%. En ese sentido, se puede afirmar
que la ocupación y el desempleo empeoraron bajo el gobierno de Peñalosa, echando para
atrás los alcances conseguidos por el gobierno progresista anterior.

Al respecto, la UP propone:
• Aumentar la tasa de ocupación y bajar la informalidad y el desempleo de manera
significativa incentivando el trabajo decente y digno.
• Garantizar la estabilidad laboral y proteger los derechos de todos los trabajadores
desmontando paulatinamente la tercerización y, por ende, formalizando el trabajo.
• En ese sentido, como ya se señaló en el aparte anterior, es indispensable establecer
un sistema de incentivos tributarios para las empresas que generen nuevos empleos y
mejoren y dignifiquen las condiciones laborales y de contratación de los trabajadores.
• Diseñar e implementar un plan de inserción laboral para jóvenes, brindando apoyo
real a jóvenes emprendedores e innovadores mediante la financiación de sus
proyectos, con el fin de disminuir la tasa de desempleo joven y garantizar salarios y
condiciones laborales dignas.
• Dar cumplimiento a los Acuerdos Colectivos firmados con las organizaciones
sindicales en el caso de la administración distrital.
• Adoptar una política pública para los vendedores ambulantes que incluya la
regulación concertada de sus ventas, el aprovechamiento económico del espacio
público, su no criminalización en garantía del derecho al trabajo, y que facilite su
capacitación y seguridad social, asignando recursos públicos suficientes para todo
ello.

1.3 Equidad presupuestal y tributaria


Las finanzas públicas del distrito son fuertes y dependen más de los recursos propios que de
las transferencias nacionales. El comportamiento de los ingresos totales de Bogotá (en
millones de pesos) en 2015 fue el siguiente: ingresos corrientes de 7´320.447, transferencias

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de 2´293.155 e ingreso capital de 2´720.692; y para 2017, el siguiente: ingresos corrientes de
8´360.759, transferencias de 2´929.210 e ingreso capital de 3´041.992. Es decir que la
principal fuente de financiación de la ciudad son los ingresos corrientes provenientes
principalmente de mecanismos tributarios. Así, los ingresos tributarios agregados (real en
millones de pesos) en 2015 fueron de 7´065.446 y en 2017 de 7´328.669.
La participación por tipo de impuesto en ingresos tributarios nominales en 2017 fue la
siguiente: Industria, Comercio y Avisos 46%, predial unificado 32%, vehículos automotores
8%, consumo de cerveza 5%, sobretasa a la gasolina 5% y delineación urbana 1%. En
consecuencia, se puede afirmar que los impuestos de ICA y predial son los que en gran parte
sostienen financieramente a la ciudad.
En relación con la composición porcentual de los gastos, en 2015 la inversión fue de 85%,
los gastos de funcionamiento de 10% y los servicios de la deuda de 6%; y en 2017, la
inversión fue de 88%, los gastos de funcionamiento de 11% y los servicios de la deuda de
2%. Cabe resaltar que, en la ejecución presupuestal, el porcentaje de la inversión directa bajó
de 94,10% en 2017 a 78,80% en 2018, lo que demuestra una gran incapacidad administrativa
por parte del gobierno de Peñalosa.
Referente a la composición de la deuda pública, al terminar 2017, alrededor de un 90% del
saldo provino de la banca multilateral o se generó a través de la emisión de bonos externos.
Consecuentemente, la mayoría de la deuda fue financiada por el BID, el BM, la Corporación
Andina de Fomento, la Corporación Financiera Internacional, la KFW alemana y el ICO
español.

Según lo expuesto, teniendo en cuenta a nivel general la buena salud de las finanzas públicas
de Bogotá, la UP propone:
• No crear más impuestos sino impulsar una reforma a los tributos existentes bajo un
riguroso criterio de equidad social y progresividad que refleje verdaderamente la
capacidad de pago de los contribuyentes bajo el principio: “el que tiene más paga más
y el que tiene menos paga menos”.
• En ese sentido, partiendo de una actualización catastral, se debe realizar el cobro del
impuesto predial de forma anual.

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• Recaudar el ICA estableciendo unas tablas racionales y progresivas con tasas bajas
para los pequeños y medianos industriales y comerciantes y tasas más altas para
grandes empresas, incluyendo en esto al sector financiero que viene recibiendo
altísimas utilidades cada año. Lo anterior debe ir acompañado por mecanismos de
concertación para acordar de manera democrática dichas reformas.
• Los cobros por valorización deben incluir la capacidad de pago de los propietarios y
se deben realizar bajo criterios, tiempos y compromisos públicos de eficiencia y
cumplimiento con el desarrollo de las obras proyectadas so pena de no poder realizar
nuevos cobros en el caso de que estas no hayan sido entregadas.
• Incluir en los planes de obras por valorización, obras de alto impacto y obras para los
sectores populares, los cuales deben ser excluidos del pago de la valorización.
• Para fortalecer las finanzas del distrito se debe implementar una reglamentación
adecuada para el reparto de cargas y beneficios y el cobro de plusvalías, con tal de
que los constructores y el favorecimiento a las rentas del suelo contribuyan de manera
directa al fisco y al fortalecimiento infraestructural urbano, público y ambiental de
Bogotá.
• Implementación de planes eficaces para combatir la evasión y elusión de los tributos
con el objeto de asegurar e incrementar los ingresos del distrito, los cuales deben ser
destinados prioritariamente a las inversiones con mayor impacto social y económico
en beneficio de todos los ciudadanos y en especial de los más pobres.
• Implementar las alianzas público-comunitarias, e impulsar en todas las localidades
los presupuestos participativos los cuales serán aprobados a partir de mecanismos
profundamente democráticos.
• Reducir los gastos innecesarios en materia de funcionamiento del Estado, razón por
la que se tiene que profundizar la eficiencia y efectividad institucional y sus trámites
por medio de la implementación tecnológica, lo cual en ningún caso puede llevar a la
vulneración de derechos laborales.

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2 DERECHOS SOCIALES, DIVERSIDAD E INCLUSIÓN SOCIAL

2.1 Educación de alto nivel, común, pública, gratuita y estatal


El sistema educativo público estatal en Bogotá ha sido golpeado fuertemente por la
imposición del modelo capitalista neoliberal. Como evidencia, se tiene que la tasa global de
cobertura en educación pasó de 95,8% en 2015 a 89,9% en 2017. Del mismo modo, la tasa
global de cobertura bruta en preescolar pasó de 82% en 2015 a 73,9% en 2017, en Básica
primaria de 96,4% en 2015 a 90,1% en 2017, en Básica secundaria de 103% en 2015 a 95,5%
en 2017, en Media vocacional de 87,5% en 2015 a 86% en 2017 y la matrícula en el sector
oficial cayó de 877.536 en 2015 a 788.708 en 2017. A grandes rasgos, estas cifras que reflejan
la pérdida de cobertura en el sector son producto de la política educativa que ha girado en
torno a la desfinanciación, la privatización y la mercantilización.
Bajo este panorama, en 2018 Peñalosa concretó la aprobación de 13 nuevos planteles bajo la
figura de la concesión educativa a privados, hoy llamada de manera legal “Contratos de
Prestación del Servicio Educativo”, con vigencias futuras entre los años 2019 al 2028 por un
monto de 369.674 millones de pesos, completando un total de 35 centros educativos
concesionados. Para 2019 dicho modelo de desfinanciación, privatización y mercantilización
de la educación se profundiza en la medida en que el presupuesto aprobado apunta a debilitar
la inversión para infraestructura, retira recursos para el Plan de Alimentación Escolar (PAE)
y por ningún lado contempla políticas de bienestar estudiantil.
Sumado, el actual gobierno distrital de derecha ignora la autonomía institucional y elimina
la democracia participativa desconociendo el gobierno escolar, suprime el derecho a la
formación posgradual de la planta docente y acaba las jornadas tarde y los colegios técnicos
ahondando en una jornada única neoliberal sin sustento pedagógico que además constituye
en la práctica una contrarreforma laboral con efectos altamente regresivos. Profundiza la
tercerización introduciendo en la escuela actores privados como las cajas de compensación
para realizar actividades misionales y disminuye la financiación a la Universidad Distrital
(UD).

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Ante este panorama, la UP propone:
• Defensa e implementación de la educación como un derecho fundamental rescatando
su carácter público, estatal, común y gratuito en todos los niveles.
• El aumento progresivo del presupuesto apoyando la reforma constitucional al Sistema
General de Participaciones (SGP) y mayor inversión de recursos propios del distrito.
Esto con tal de fortalecer la matrícula y materializar una educación digna, gratuita,
universal, incluyente y al servicio de la población y sus necesidades.
• Construir nuevos planteles con recursos propios administrados por la Secretaría de
Educación, así como restituir los 35 colegios que están bajo la figura de contratos de
prestación del servicio educativo (concesiones).
• Garantizar como educación formal los tres grados de preescolar con planta de
personal en propiedad y administrados directamente por la Secretaría de Educación.
• Suspender la implementación de la mal llamada jornada única neoliberal impuesta
por la Secretaría de Educación, debido a la inexistencia de recursos, carencia de
condiciones dignas, de sustentación pedagógica y porque atropella los derechos de
los niños, padres de familia y al conjunto de los trabajadores de la educación.
• Fomentar la disminución del número de estudiantes por curso y por profesor.
• Fortalecimiento de la educación de niños con necesidades educativas especiales
mediante la creación de aulas y centros especializados.
• Educación rural, educación para jóvenes y adultos (nocturna y fines de semana) y, en
especial, aumento de la oferta en educación media técnica (fortaleciendo los colegios
técnicos) y su relación con la educación superior, sin que esto implique una afectación
a la educación universitaria.
• Implementar la Pedagogía y la Cátedra para la Paz, teniendo como ejes centrales los
acuerdos de paz y la escuela como territorio de paz.
• Garantizar que el servicio de salud del magisterio distrital se preste de forma oportuna
y adecuada.
• Impulsar políticas encaminadas al bienestar estudiantil para estimular la permanencia
en las instituciones.
• Respetar la protesta social y todos los mecanismos de participación de la comunidad
educativa.

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• Adoptar políticas públicas que propicien la implementación de las pedagogías
críticas, ancestrales y libertarias con perspectiva de género.
• Dignificación de la profesión docente y del conjunto de los trabajadores del sector
educativo público estatal.
• Respeto a la jornada laboral del magisterio y la estabilidad de las plantas de personal.
• Garantizar el derecho a la formación y capacitación de la planta docente y
administrativa de la Secretaría de Educación con oferta posgradual.
• Estimular la convocatoria a concurso. Acabar con la provisionalidad y nombrar todos
los docentes en propiedad.
• Garantizar el ejercicio de la autonomía y la democracia participativa y decisoria en
las instituciones educativas a través del respeto a los gobiernos escolares.
• Desde el Estado y de manera pública fortalecer financieramente, en calidad, como
bien común gratuito y sin contraposiciones, la educación técnica, tecnológica y
universitaria, la investigación y la innovación en ciencia y tecnología, particularmente
a través de la vigorización de la UD.
• En diálogo con la comunidad universitaria, es necesario impulsar la construcción de
la facultad de ciencias de la salud y sedes de la UD en Suba y Engativá.

2.2 Acceso integral, oportuno y de calidad en salud


En Bogotá, el porcentaje de aseguramiento en salud en el régimen contributivo fue de 77,1%
en 2015 y 2017, y en el régimen subsidiado pasó de 16,4% en 2015 a 14,5% en 2017. En este
último año, la tasa de mortalidad infantil por cada 1.000 Nacidos Vivos fue de 8,9.
En asuntos de salud pública, para el 2017, cabe mencionar de manera general que el
porcentaje de días de espera para atención ambulatoria según estrato socioeconómico fue el
siguiente: entre 1 y 5 días mayoritariamente 53% de estrato alto (5 y 6); entre 21 y 30 días
mayoritariamente 15% de estrato bajo (1 y 2); más de 30 días mayoritariamente 29% de
estrato medio (3 y 4); e inmediatamente era una urgencia mayoritariamente 8% de estrato
alto (5 y 6). En síntesis, se puede decir que el sistema de salud vigente es ineficiente al
momento de prestar atención a los estratos medios y bajos, y efectivo dentro de sus
limitaciones para los estratos altos.

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A lo anterior, hay que sumar la contribución del gobierno capitalista neoliberal de Peñalosa
a la mercantilización del servicio de salud por medio del aseguramiento y el fortalecimiento
de un sistema de atención individualizado, asistencialista y privatizador. Esto ha tenido como
consecuencia la destrucción de los programas de atención primaria integral en salud que
comenzaron en 2014 y se profundizaron en 2018, la fusión de hospitales públicos, el cierre
de centros de salud, el despido de trabajadores, así como el traslado y concentración de
servicios primarios en hospitales. Sin dejar pasar que la implementación de los CAPS fue un
simple cambio de nombre a los antiguos CAMI y centros de salud ya existentes. Todo lo que
en su conjunto levanta cada vez más barreras ante la población para impedir su acceso a una
atención oportuna, integral y de calidad.

Ante esto, la UP propone:


• Fortalecer e impulsar un sistema público de salud estatal que garantice este servicio
como un derecho fundamental.
• Reabrir los centros de salud cerrados y fortalecer la cobertura y calidad de la red
pública de atención primaria en salud en los territorios.
• Avanzar en la integración de las acciones individuales y colectivas desde la red
pública de atención primaria.
• Impulsar un modelo de atención y gestión integral en salud, centrado en la persona,
la familia y la comunidad, a escala distrital, por localidades y territorios.
• Reducción de los tiempos de espera para las citas y para la atención, así como de las
barreras de acceso, buscando que el único requisito para recibir los servicios sea ser
habitante del territorio.
• Fortalecer las capacidades de las personas y comunidades para la exigibilidad del
derecho a la salud, la participación vinculante y la acción intersectorial por la salud.
• Desarrollar políticas públicas saludables con énfasis en la promoción, prevención y
control de enfermedades crónicas, la malnutrición y las respiratorias.
• Crear la Facultad de Ciencias de la Salud en la UD con énfasis en el desarrollo de
programas orientados a la formación en salud comunitaria y familiar.
• Garantizar atención oportuna, integral y de calidad, para lo cual hay que fortalecer y
extender los equipos y centros de salud, las unidades intermedias de atención, los

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sistemas de urgencias y la red pública, hacer veeduría a las EPS, eliminar la
tercerización y adoptar plantas de empleo estables con salarios dignos para el personal
médico y administrativo en los hospitales públicos.
• Garantizar la reapertura del Hospital San Juan de Dios proyectándolo como un centro
de alto nivel científico y de servicios.
• Mejorar la atención con especialistas, desarrollar programas de salud mental y hacer
veeduría a los precios de los medicamentos.

2.3 Cultura, deporte y recreación democráticas


Para 2017, Bogotá contó con un total de 516 equipamientos culturales (336 privados, 168
públicos y 12 mixtos). Del total, y en general, el 26,6% fueron Bibliotecas, el 19,2% Centros
culturales y artísticos, el 17,9% Teatros, el 7,4% Salas de cine y el 0,2% archivos artísticos.
A la vez, las localidades con mayor número de equipamientos de este tipo fueron Teusaquillo,
Chapinero y Santa Fe, y las localidades con menor número fueron Puente Aranda, Mártires,
Antonio Nariño y Sumapaz. Asimismo, el número de bibliotecas comunitarias por localidad
fue el siguiente: Ciudad Bolívar y Suba 15; Engativá, Barrios Unidos, Mártires y La
Candelaria 1; y Antonio Nariño 0.
En este mismo año, a nivel general, el porcentaje de participación en actividades culturales
fue de 42% Cine, 29% Leer libros, 17% Teatro, 0% Bailes/danzas y 24% Ninguna. En todas
las actividades participó más el estrato alto (5 y 6), ganando el estrato bajo (1 y 2) solamente
en la categoría de ninguna. En conclusión, se puede afirmar que en la ciudad hay una
elitización del desarrollo de actividades culturales.
Por otro lado, para 2017, el número de parques y escenarios deportivos fue de 5.029
distribuidos así: 78 parques zonales, 1.601 parques de bolsillo, 3.318 parques vecinales, 14
escenarios deportivos, 17 parques metropolitanos y 1 parque regional. Para este año, a nivel
general, el número de instalaciones deportivas públicas fue el siguiente: 102 Canchas de
baloncesto, 77 Canchas de tenis, 39 Campos de grama natural, 2 Beisbol/Softbol, 2
Velódromo y 1 Motocrós. Asimismo, el porcentaje de participación en actividades deportivas
y recreativas fue: 58% Ir a parques, 54% Visitar centros comerciales, 16% Ninguna, 13%
Actividades deportivas como espectador sin incluir TV y 27% Baila o sale a bailar. En todas
las actividades participó más el estrato alto (5 y 6), ganando el estrato bajo (1 y 2) solamente

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en la categoría de ninguna. En conclusión, se puede afirmar que en la ciudad existe una
elitización del desarrollo de actividades deportivas y recreativas.

Ante este contexto, la UP propone:


• Implementar una política pública para democratizar la cultura, el deporte y la
recreación por medio de una masificación de la oferta pública y estatal de actividades
asociadas, con tal de garantizar a los habitantes un buen aprovechamiento del tiempo
libre y un disfrute social, productivo e integral del territorio.
• Ligado a lo anterior se deben fortalecer e implementar programas públicos
financiados por el Estado que desarrollen contenidos y acciones sistemáticas en
cultura, deporte y recreación, que lleguen a tener presencia en el conjunto de las
localidades, parques y demás escenarios públicos y que posibiliten la vinculación
gratuita y como derecho del conjunto de la ciudadanía a este tipo de actividades. Todo
ello con énfasis en los barrios populares, en niños, jóvenes y adultos mayores, para
que así existan en toda Bogotá escuelas de futbol, microfútbol, danza, teatro, etc., con
infraestructura suficiente, como parte determinante del proceso de dignificación del
territorio y la vida.
• Fortalecimiento integral, público y estatal del apoyo al deporte de alto rendimiento.
• Apoyo efectivo a los trabajadores de la cultura en sus diversas expresiones artísticas:
teatro, música, danza, pintura, escultura, etc., priorizando su valor y sentido estético
y social en contravía de su valoración exclusivamente mercantil.
• Fortalecer la Orquesta Filarmónica de Bogotá y promoción y creación de orquestas a
nivel de las localidades, todo lo que debe incluir la asignación de recursos para la
construcción de una sede para la Orquesta.

2.4 Defensa y garantía de los derechos de las mujeres, la niñez, jóvenes, adultos
mayores, población con diversidad funcional, afros, rom, diversidad sexual y de
género
En Bogotá, un conjunto de indicadores muestra cómo la ciudad se ha convertido cada vez
más en un espacio inseguro y hostil contra las mujeres. En relación con la violencia de pareja,
el número de casos pasó de 7.704 en 2013 a 11.259 en 2015 llegando en 2017 a 12.583. La

14
violencia intrafamiliar pasó de 6.570 casos en 2015 a 7.122 en 2017. De igual modo, para el
2017 se presentaron 110 feminicidios. Lo anterior, solo por evidenciar una de las condiciones
de desigualdad que aplica de manera más fuerte contra las mujeres, a sabiendas que dicha
desigualdad se manifiesta en otros campos de desenvolvimiento de la vida como el laboral,
el educativo, entre otros.
Asimismo, debido a que la lógica de construcción de una ciudad antidemocrática,
segregadora y excluyente se ha encarnado en Bogotá producto de los gobiernos de derecha
en función de intereses económicos de élite definidos, esta se ha vuelto especialmente hostil
contra sectores poblacionales específicos, hecho por el que es necesario, para generar un
cambio en positivo, priorizar políticas que permitan la dignificación de la vida de estos
sectores y la construcción de una ciudad garantista, diversa e incluyente.

Por esta razón, la UP propone:


• Fomentar políticas públicas dirigidas a la prevención de todo tipo de violencias
basadas en género.
• Implementar proyectos que se orienten a la preservación de las casas de igualdad,
consejos locales de seguridad y secretaría distrital de la mujer, con tal de restituir los
derechos de las mujeres y mejorar las oportunidades en equidad de género.
• Ser veedores y garantes de la ley de la economía del cuidado, mitigando los impactos
de la doble jornada de trabajo, y fomentando la autonomía y equidad de oportunidades
laborales para las mujeres.
• Fomentar la atención y asesoría jurídica con enfoque de género hacia la
despatriarcalización del sistema jurídico.
• Incentivar y garantizar la participación política de las mujeres en las instancias de
representación administrativa del distrito, JAL, Juntas de acción comunal y demás
instancias de definición sobre la vida social y territorial.
• Impulsar campañas de prevención del feminicidio en el distrito desde la formación
en los espacios de la vida pública y privada, para abrir el camino hacia una verdadera
equidad de géneros.
• Ser veedores en la capital de la implementación del enfoque de género en los acuerdos
de paz.

15
• Impulsar iniciativas de construcción de memoria histórica y simbólica de las mujeres
en la capital.
• Promover campañas educativas de paz y respeto de los cuerpos de las mujeres.
• Implementar urgentemente acciones que conlleven a hacer de Bogotá un lugar 100%
seguro, especialmente en el espacio y transporte público, libre de acoso callejero y de
las demás violencias que atentan contra la vida y la integridad física y psicológica de
las mujeres y de las personas diversas sexualmente y de género.
• Garantizar los derechos y el bienestar de la niñez adoptando medidas eficaces contra
el maltrato y el trabajo infantil.
• Desarrollar programas para garantizar los derechos de los adultos mayores
especialmente en materia de alimentación, vivienda digna, atención en salud,
recreación, actividades productivas y todo lo que implique dignificación de la vejez.
• Garantizar el derecho de los jóvenes a la educación, la salud, el empleo digno, la
inclusión y la recreación, a su no estigmatización y criminalización, a la participación
en las decisiones y a su protección frente al microtráfico, el uso de sustancias
psicoactivas y la manipulación desde las redes sociales.
• Actualización y ejecución de la política pública de juventud y del estatuto de
ciudadanía juvenil, a través de una amplia participación, discusión y definición de los
jóvenes.
• Crear la TARJETA BOGOTÁ JOVEN para otorgar descuentos a los jóvenes en
transporte público, educación, cines, teatros, alimentación, etc.
• Promover la inclusión laboral, educativa, social y urbana de la población con
diversidad funcional y el reconocimiento laboral y social de sus cuidadores.
• Fomentar el respeto y fortalecimiento de los espacios y dinámicas sociales y urbanas
de las personas originarias (sus cabildos), afrodescendientes, rom, diversos
sexualmente y de género desde una perspectiva de derechos humanos, con el objetivo
de desarticular prejuicios y estereotipos, materia prima de las prácticas sociales y
políticas discriminatorias.

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2.5 Vivienda y hábitat dignos
En Bogotá, para el 2017, el número de hogares en déficit fue de 90.124 (cuantitativo) y de
56.843 (cualitativo). Para este mismo año, aproximadamente el 50% de las personas vivían
en arriendo y alrededor del 40% en vivienda propia. La principal razón percibida para no
comprar vivienda fue que los habitantes no contaban con los recursos económicos necesarios
o suficientes para ello.
Con relación al número de barrios mejorados, en 2015 fueron 134 y en 2016-17 fueron 128.
En lo que compete al número de viviendas mejoradas en estratos I y II, en 2012 fue de 156,
en 2015 de 1.295 y en 2017 de 743. Lo que demuestra que el gobierno progresista tuvo una
política más fuerte al respecto en comparación con el gobierno de Peñalosa.

En respuesta a las carencias existentes, la UP propone:


• Diseñar y adoptar una política pública y estatal de vivienda y hábitat dignos para
reducir significativamente el déficit cuantitativo y cualitativo y garantizar una
cobertura universal y de calidad en servicios públicos domiciliarios, priorizando las
localidades de la ciudad con más alto déficit.
• Garantizar desde el Estado el 100% de cobertura en servicios públicos domiciliarios,
con calidad, prestación y solución oportuna a las quejas y reclamaciones de los
usuarios.
• Implementar planes estatales de vivienda en alianza con el capital privado y la
economía solidaria y popular, financiados a largo plazo con bajo interés, subsidiados
y sin cuota inicial, haciendo énfasis en el incremento de la oferta de la vivienda VIS
Y VIP.
• Impulsar el mejoramiento y revitalización de viviendas y barrios, así como la
permanencia en los territorios de sus actuales habitantes ante el despojo y expulsión
que propician los procesos de renovación urbana cuando son capitalizados al máximo
por parte de grandes agentes privados y los bancos. Todo esto acompañado de la
construcción de nuevos ejes viales y de la recuperación de la malla vial existente.
• La UP le apuesta a las viviendas y construcciones sostenibles mediante estímulos
tributarios o de otro orden, que posibiliten la utilización de nuevas fuentes de energía

17
como la solar, eólica, reciclaje de aguas, mecanismos de ahorro de agua, techos
verdes, reutilización de materiales de construcción, etc.
• En relación con la gestión del riesgo ambiental, la UP está por el fortalecimiento de
los sistemas de detección, prevención y atención del riesgo, para lo cual es necesario
ampliar el cuerpo de bomberos, mejorar los sistemas de atención de emergencias y
realizar la actualización de mapas y estudios de riesgo con tal de hacer frente a los
periodos de lluvia y amenazas de tipo sísmico, entre otros.
• La gestión del riesgo ambiental debe superar su mercantilización donde el riesgo se
vuelve servil según el agente afectado, siendo muy riguroso al momento de desplazar
a personas de bajos recursos, pero muy flexible cuando se mide para desarrollar
grandes proyectos inmobiliarios por parte del capital privado. En esto deberá
prevalecer un criterio científico objetivo. En los casos en que sea necesario, se
aplicará la reubicación concertada de barrios, personas y familias respetando y
garantizando integralmente sus derechos.

3. MOVILIDAD SOSTENIBLE Y DIGNA

La movilidad en Bogotá ha empeorado con el transcurrir de los años y sobre todo bajo el
gobierno de derecha. De esta forma, el tiempo promedio de desplazamiento de las personas
en la ciudad pasó de ser 64 minutos en 2015 a 67,1 minutos en 2018. La velocidad promedio
ponderada general pasó de 23,4 km/h en 2015 a ser de 21,8 km/h en 2018, y la velocidad
promedio en transporte público de 17,6 km/h en 2014 a 18 km/h en 2018 (casi que se
mantuvo). Sumado, el porcentaje de vías en buen estado para el 2018 fue de 56,9%; en el
caso de las vías primarias y secundarias en buen estado, estas pasaron de 67,1% en 2015 a
62,5% en 2018.
La respuesta central de la administración Peñalosa a todo esto ha sido la de expandir el
sistema de Transmilenio, servicio de transporte público que es ineficiente a largo plazo, de
baja calidad y contaminante (en ruido y del aire), y el cual resulta un negocio para todos los
grandes privados involucrados que, además de llevarse casi todas las ganancias, tienen
asegurado a través de los contratos vigentes el mantenimiento de la infraestructura por medio
del presupuesto público. En anexo, como medida populista, el gobierno de derecha quiere

18
adjudicar el contrato para la construcción de un metro como complemento de Transmilenio,
sin mayor capacidad de carga, elevado y sin estudios, desechando la propuesta sustentada
rigurosamente de metro subterráneo elaborada por la administración progresista anterior.
Este modelo de transporte público indigno estimula el uso de medios motorizados de
transporte individuales y particulares, lo que ha llevado a empeorar la movilidad en la ciudad
al impulsar el crecimiento del parque automotor: el porcentaje de crecimiento de automóviles
en 2015 fue de 5,7% y en 2017 de 10,15%; en motocicletas fue de 7,27% en 2015 y de 2,71%
en 2017. Como resultado, Bogotá llegó a ser clasificada como la tercera ciudad con más
trancones en el mundo.
Por ello, para solucionar de fondo la situación descrita, es necesario en primera instancia
saldar el debate de cuál es el medio de transporte público masivo más eficiente y que remedia
estructuralmente (a largo plazo) el problema de movilidad en Bogotá: si Transmilenio como
solución absolutizada o eje articulador del sistema de transporte público, o el metro como eje
articulador del sistema de transporte público. Al respecto, no se puede tomar una posición
sensata si antes no se tiene en cuenta los siguientes puntos comparativos entre el sistema
Transmilenio y un sistema de metro, a saber:
- Un solo tren de metro puede evacuar la demanda de una estación (400 personas), para
lo que se necesitarían al menos tres buses de Transmilenio.
- La capacidad de un metro puede llegar a mover 70.000 pasajeros hora sentido (el
propuesto por Peñalosa alrededor de 30.000 pasajeros hora sentido). La troncal de
Transmilenio por la Caracas mueve 48.000 pasajeros hora sentido (20.000 si se
contabiliza un solo carril como se hace en el caso del metro).
- El metro puede alcanzar una mayor velocidad para evacuar los pasajeros en
comparación con Transmilenio en la medida en que no enfrenta obstáculos a superar
en los recorridos (ej. semáforos). Por lo mismo, el metro tiene una mejor frecuencia
y contribuye a que el tráfico de la ciudad sea mejor. Además, si el metro es
subterráneo no interrumpe ni ocupa la superficie de la ciudad.
- El metro es mucho más amplio y agradable, y sus estaciones en comparación con las
de Transmilenio permiten un mejor desarrollo urbanístico y arquitectónico.
- El metro es menos contaminante ya que funciona con electricidad.

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- Se puede construir 1 km de Transmilenio con 20 millones de dólares, mientras para
construir 1 km de metro son necesarios 200 millones de dólares.
- A diferencia de Transmilenio, el metro reduce el número de colados ya que la única
forma de ingresar es por medio de los torniquetes.
- Un tren de metro puede durar 70 años, una flota de Transmilenio dura alrededor de
10 años. Las varadas son excepcionales en los metros a diferencia de los buses de
Transmilenio.
- Por último, en la licitación para la renovación de la flota de buses de las fases I y II
de TM, en la que salen de operar 1.162 buses viejos y llegan 1.441 buses nuevos, 741
serán a gas y 700 serán Euro V diésel con filtro (Volvo). Cabe resaltar que esta última
tecnología está prohibida en varias ciudades de Europa por recomendación de la
OMS, y que la licitación no incluye un solo bus eléctrico a diferencia de licitaciones
que se vienen haciendo en paralelo en ciudades como Medellín y Cali donde la
prioridad son buses eléctricos, o la licitación que había estructurado la administración
progresista anterior la cual pretendía adquirir 770 buses eléctricos.
Teniendo en cuenta estos puntos comparativos, no queda duda que la mejor solución es el
sistema metro. Los mayores costos que implica su construcción son compensados a largo
plazo al ser un transporte público más eficiente, no contaminante, satisfactorio para la
ciudadanía y que genera mayores posibilidades de desarrollo urbanístico y arquitectónico.
Además, al ser un metro subterráneo, su construcción y funcionamiento no interrumpe ni
ocupa la superficie de la ciudad, lo cual contribuye a no empeorar la situación de movilidad
presente. Sin embargo, esto no resulta negocio para empresas como Volvo cuyos intereses
representa Peñalosa, la cual se enriquece, por ejemplo, por medio del cambio de flota de
buses de Transmilenio cada 10 años en perjuicio del bienestar ambiental y de la salud
respiratoria de los habitantes de la capital.
Desde esta óptica, también debe ser claro que, como lo demuestran distintas ciudades en el
mundo, desarrollar una sola modalidad de transporte no soluciona el problema de movilidad,
así esta sea un sistema metro.

20
De acuerdo a lo anterior, la UP propone:
• Implementar un sistema de transporte multimodal, integrado y protector del ambiente
y la naturaleza. Sistema de transporte prioritariamente público en su propiedad,
administración y ganancias, que tenga como eje articulador un metro subterráneo y
no a Transmilenio, aunque como sistema general debe dialogar con Transmilenio y
los demás medios de movilidad existentes.
• Este tiene que ser un sistema que por la calidad de su servicio desestimule de manera
efectiva el uso de carro particular y motos. Igualmente, debe utilizar energías limpias
para contribuir al mejoramiento de la calidad del aire.
• El sistema debe incluir la construcción de trenes de cercanías a Zipaquirá, Facatativá
y Soacha, tranvía por la séptima, metro ligero por las vías férreas de la ciudad y
nuevos cables aéreos en San Cristóbal, Usaquén, Chapinero y Santa Fe.
• Recuperación de la malla vial secundaria y local de la ciudad.
• El mejoramiento de Transmilenio y la reestructuración del SITP.
• Implementación de carriles prioritarios.
• Subsidio de transporte para población vulnerable a partir de renegociar los contratos
vigentes con los privados en el caso de Transmilenio y tarifa diferencial en transporte
público para adultos mayores, estudiantes y personas con diversidad funcional.
• Implementar programas de bicicletas públicas, ampliar la red de ciclorrutas y ampliar
y construir andenes para facilitar la movilidad a pie. Apoyar y reglamentar la
movilidad en patinetas y otros medios alternativos de transporte.
• Todas estas medidas deben llevar a la culminación paulatina del pico y placa en
Bogotá.

21
4. CIUDAD Y TERRITORIO DEMOCRÁTICO, COMPACTO,
AMBIENTALMENTE SOSTENIBLE E INTEGRADO
REGIONALMENTE

4.1 Nuevo modelo de ordenamiento territorial


Bogotá es la capital y el primer centro económico del país, así como su mayor concentración
urbana y poblacional. Esta es una ciudad que pasó de tener 6´072.489 habitantes en 1998 a
tener 8´181.046 habitantes en el 2018. Para 2017, las localidades con mayor población fueron
Suba (1´282.978) y Kennedy (1´208.980), y las más pequeñas en población fueron La
Candelaria (22.438) y Sumapaz (7.457). Para el 2017, la mayoría de la población se
encontraba entre los 15 y 55 años, y la ciudad contó con un índice de envejecimiento2 de
34,65%.
Actualmente, la densidad de población de Bogotá es de 213 hab/ha3. En 2017, las localidades
con mayor densidad poblacional fueron Rafael Uribe Uribe, Bosa, Kennedy y Engativá; y las
localidades menos densas fueron Usme, La Candelaria, Teusaquillo, Fontibón y Chapinero.
En este último año, el mayor número de personas promedio por hogar fue de 3,4 y 3,3 en las
localidades de Usme y Bosa respectivamente y, el menor, de 2,1 en la localidad de Chapinero.
En términos de migración, para el 2017, las localidades con mayor porcentaje de personas en
esta condición fueron Chapinero (personas migrantes: 13,16%; internos: 64,10% y externos:
35,90%) y Usaquén (personas migrantes: 12,58%; internos: 77,63% y externos: 22,37%). Y
las localidades con menor porcentaje de personas migrantes fueron Usme (personas
migrantes: 4,65%; internos: 86,23% y externos: 13,77%) y Antonio Nariño (personas
migrantes: 3,77%; internos: 93,42% y externos: 6,58%).
Teniendo presente este breve diagnóstico demográfico, en relación con la configuración
morfológica de la ciudad se puede afirmar que la actual administración Peñalosa viene dando
continuidad al modelo fijado en su primer gobierno (1998 - 2001). Este es un tipo capitalista
de ciudad mercancía que se fundamenta en la expansión de la urbe hacia las zonas rurales o
de reserva natural mediante el negocio de la extracción de renta privada del suelo y de la

2
Este indicador expresa el porcentaje de personas iguales o mayores a 65 años sobre la población menor a 15
años.
3
En Santiago de 85 hab/ha, en Buenos Aires de 72 hab/ha, en Caracas de 128 hab/ha y en Mumbai de 600
hab/ha.

22
construcción de vivienda e infraestructura vial principalmente para estratos de altos ingresos,
favoreciendo a grandes firmas de constructores, operadores y empresas inmobiliarias, capital
financiero y terratenientes urbanos y rurales.
Asimismo, esta forma de desarrollo de la ciudad se ha manifestado como un crecimiento
concentrador, excluyente y segregador, con una alta tasa de desigualdad social. Es un
crecimiento expansivo, o de renovación urbana, que actúa en contra de los bienes comunes
naturales, acaba con la posibilidad de producir alimentos en la ruralidad que tiene vocación
para esto y genera mayoritariamente conurbaciones desordenadas con todo tipo de
precariedades.
Actualmente, la alcaldía de Enrique Peñalosa está llevando a cabo la aprobación de la
revisión del POT vigente con el objetivo de dar continuidad a todo este tipo de políticas,
proceso al que la UP se opone, además en la medida en que no ha involucrado una
participación real de la ciudadanía capitalina.
A propósito, dicho ajuste del POT propuesto por Peñalosa, que debe proyectar el crecimiento
de la ciudad hasta el 2031, se está haciendo sobre cifras infladas del crecimiento poblacional
afirmando que en 2050 Bogotá llegará a los 11 millones de habitantes. Lo anterior bajo el
objetivo de justificar el modelo expansivo y predador de ciudad e impulsar la construcción
de 2,6 millones de viviendas adicionales haciendo necesarias 4.624 ha de expansión para
atender esta “demanda”. Todo ello, en total beneficio y consonancia con los intereses de clase
que representa la actual administración distrital.
La verdad es que, según expertos y los resultados del último censo del DANE, en Bogotá
existe una tendencia hacia un efecto migratorio nulo o negativo, una reducción en la tasa de
natalidad y un aumento de la tasa de mortalidad que provocan una tasa de remplazo
prácticamente cerrada. Por lo tanto, la ciudad tiende a estancarse y en el mediano plazo
incluso a decrecer poblacionalmente, alcanzando un máximo de 9 millones de habitantes en
el largo plazo.

En respuesta y contraposición a todo esto, la UP le apuesta a:


• Una nueva concepción de ciudad y territorio democrático que impulse un
ordenamiento territorial con criterios de equidad social, sin segregación y con

23
participación ciudadana decisoria, que a la vez promueva la integración concertada a
nivel metropolitano y regional.
• En ese sentido, se debe retomar la propuesta de construir una política de renovación
urbana que recupere el centro ampliado mediante crecimiento vertical denso, en
asocio con el poblador histórico y en beneficio principalmente de las clases populares.
Lo anterior con tal de acabar con el modelo expansivo de la ciudad, predador de la
naturaleza, de sus derechos y de los servicios que esta presta para el desenvolvimiento
territorial, rescatando la idea de colocar el agua como eje articulador del desarrollo
urbano.
• Este modelo de ciudad propende por definir claramente sus bordes y por recuperar,
reparar y proteger los bienes comunes naturales los cuales constituyen su estructura
ecológica principal, le apuesta a realizar un control estricto a la minería urbana, y, de
esta manera, combate efectivamente el cambio climático.
• El nuevo modelo de ordenamiento, que prioriza el crecimiento vertical denso por
medio de la recuperación del centro ampliado, también debe desarrollar una ciudad
compacta que reduzca los desplazamientos de los habitantes y que suministre grandes
espacios públicos.
• Como ciudad compacta debe tender a desarrollar múltiples centralidades. Debe
procurar acercar los servicios sociales (educación, salud, etc.) y culturales a donde las
personas viven y trabajan y, por tanto, redistribuir su ubicación de acuerdo con las
necesidades de las personas, familias y comunidades y no según las lógicas del
mercado.
• En consecuencia, en este proceso se debe superar los déficits existentes en materia de
espacio público y equipamientos. Para 2017, el espacio público total de Bogotá fue
de 21,08 m2/hab. En este mismo año, el espacio público efectivo fue de 4,41 m2/hab
(en algunas localidades: Teusaquillo 12,08 m2/hab, Santa Fe 8,45 m2/hab, Chapinero
7,68 m2/hab, Bosa 2,35 m2/hab, Candelaria 3 m2/hab y Mártires 1,98 m2/hab) muy
por debajo de los estándares legales e internacionales exigidos: 15 m2/hab.
• Del mismo modo, se debe avanzar en la consolidación de una ciudad-región
democrática que permita una ocupación ordenada del suelo y el desarrollo de
proyectos estratégicos productivos, de transporte, de agua, de residuos sólidos, la

24
recuperación del rio Bogotá, trenes de cercanías, planes conjuntos para hacer frente
al cambio climático, aprovechamiento del espacio público, entre otros. Lo anterior,
respetando la autonomía de los municipios y con beneficios para el conjunto de
entidades territoriales objeto de la integración, a partir de una visión de
regionalización concertada con los municipios y departamentos aledaños,
manteniendo una relación armónica con el gobierno nacional y dándole un verdadero
protagonismo a instrumentos y entidades del ordenamiento territorial como lo pueden
ser las zonas metropolitanas y la RAPE.

4.2 Ruralidad digna


Según el POT vigente, Bogotá está compuesta por 163.635,88 ha de las cuales 122.716,72
ha (75%) son rurales, 37.345,23 ha (23%) son urbanas y 2.973,93 ha (2%) son de suelo de
expansión. Del suelo rural, 66,07% está compuesto por áreas protegidas nacionales y
regionales y el 1,13% lo representa la Reserva Thomas van der Hammen. Para 2017, en la
ruralidad de la capital existían 8.027 personas, 2.385 hogares y 2.320 viviendas.
En cuanto al desenvolvimiento económico, para 2014, la productividad rural en kg se
comportó en términos generales así: Papa 927.783, Hortalizas varias 300.217, Granos varios
59.656 y Frutas 53. Sumado, la mayor especie pecuaria presente por número fueron las aves.

De lo anterior, la propuesta de la UP es:


• Eliminar la desigualdad urbano rural.
• Dignificar la ruralidad y su vida garantizando a la población el acceso pleno a
derechos y servicios públicos.
• Impulsar medidas que incentiven la economía solidaria, popular y campesina, las
Zonas de Reserva Campesina, la diversificación y producción de alimentos y su
comercialización en un sistema de plazas de mercado, mercados campesinos,
mercados populares y en las tiendas y los supermercados de barrio.
• Todo esto en sintonía con el respeto a los derechos de la naturaleza y la promoción
de una cultura afín entre los pobladores.

25
4.3 Recuperación de la naturaleza y defensa de sus derechos
La peor amenaza contra la naturaleza es el modelo de crecimiento económico y expansivo
de ciudad que prioriza la acumulación de capital y la urbanización en contravía de la
preservación de la flora, la fauna, los cuerpos de agua, la estructura ecológica principal y la
naturaleza en general. Sumado, en Bogotá ha crecido la contaminación por ruido cambiando
el porcentaje de incumplimiento a las normas asociadas de 14,98% en 2012 a 19,30% en
2015, a 68,75% en 2016 y a 47,23% en 2017.
De igual modo, en el último año han sido recurrentes las alertas ambientales en localidades
de Bogotá por causa de los altos niveles de contaminación del aire. La pésima calidad del
aire se debe a que la concentración promedio anual de PM10 en la capital es de 38 ug/m3
(microgramo/metro cúbico), lo cual casi que duplica el límite máximo recomendado por la
OMS de 20 ug/m3. Las fuentes contaminantes con mayor incidencia son los incendios
forestales, las fuentes de combustión industrial y las emisiones vehiculares a gasolina y
diésel.
Las zonas de la ciudad más afectadas son las que se encuentran al suroccidente, siendo estas
de las peores con calidad de aire en el país. Se calcula que en Bogotá 1.963 personas mueren
anualmente por la mala calidad del aire. Sin importar esto, la administración Peñalosa ha
priorizado, por ejemplo, un modelo de transporte en Bogotá que pone en el centro al sistema
de buses de Transmilenio, en su mayoría diésel y que tienen una vida útil de 10 años, en
completo beneficio de empresas como Volvo y de los operadores privados del servicio, y en
contravía de toda la ciudadanía.
Por otro lado, como lo demuestra la FAO, los árboles y bosques urbanos y periurbanos
ayudan a eliminar la contaminación, brindan sombra y se asocian con reducciones en la
obesidad infantil y la disminución de delitos. Sin embargo, la política de Peñalosa ha sido la
tala masiva de árboles en la capital y el cambio de la naturaleza por lo artificial. Así, el
número de árboles por cada 100.000 habitantes en Bogotá pasó de ser 15.721,3 en 2015 a
15.668,4 en 2018.
Para completar este breve diagnóstico que evidencia el pésimo momento por el que pasa el
factor ambiental en la capital, cabe mencionar el estado en el que se encuentra el manejo de
las basuras. En primera instancia, hay que evidenciar que los residuos sólidos dispuestos en
el relleno sanitario Doña Juana crecieron de 2´280.479 toneladas en el 2015 pasando a ser de

26
2´333.568 toneladas en el 2018. Es decir que diariamente se disponen en el relleno sanitario
alrededor de 6.400 toneladas de residuos sólidos.
En consecuencia, el relleno sanitario genera en promedio cada minuto 1.027,8 litros de
lixiviados, todo lo que, en su complejidad, produce altos impactos físicos, bióticos, sociales,
ambientales y económicos que afectan principalmente a miles de familias que habitan en las
localidades y zonas aledañas al relleno. La solución del gobierno de Peñalosa ha sido ampliar
la utilización de este sin importarle los daños causados a la población vecina en la medida en
que esta es de escasos recursos, lo que pone en evidencia y resume cómo el esquema de
desarrollo territorial ambientalmente inviable, instaurado por las élites económicas y
gobiernos como el de Peñalosa, deposita sus peores efectos en los habitantes más pobres de
Bogotá.

En respuesta a esta forma insostenible de ciudad, la UP propone:


• Un modelo territorial que enfrente efectivamente el cambio climático, que detenga la
destrucción de la naturaleza y la biodiversidad, y, en consecuencia, que promueva
una nueva forma de relacionamiento verdaderamente sostenible entre los seres
humanos y entre la sociedad y la naturaleza.
• Impulsar una política ambiental integral que contempla: recuperación, protección y
conservación de los cerros (en particular los Cerros Orientales), los páramos
(especialmente el de Sumapaz), los bosques, el arbolado, los humedales, el río Bogotá
y sus afluentes, los derechos de los animales (eliminación definitiva de las corridas
de toros, galleras y peleas de perros), la ampliación de los parques, zonas verdes y la
arborización, el mejoramiento de la calidad del aire y del agua, de sus fuentes, y la
reducción de los niveles de ruido.
• Respetar la Reserva Forestal Thomas van der Hammen y proceder a su recuperación
y conservación en su extensión y valores ambientales originales.
• Adoptar medidas efectivas para dar cumplimiento de lo ordenado en la sentencia del
Tribunal Administrativo de Cundinamarca en relación con la descontaminación del
rio Bogotá, sus afluentes, cuencas y microcuencas; así como la ejecución con
prioridad de las PTAR Salitre y Canoas para garantizar un adecuado tratamiento de
las aguas residuales.

27
• Desarrollar un modelo alternativo de manejo de residuos sólidos, orgánicos y
peligrosos privilegiando la separación y reciclaje en la fuente, la adopción de
tecnologías modernas para el tratamiento de estos y la vinculación de los recicladores
para el aprovechamiento, lo que debe conducir al cierre definitivo del relleno sanitario
Doña Juana.
• Promover entre los habitantes, empresas e instituciones una nueva cultura sobre la
necesidad y el uso de energías limpias, que al tiempo inculque como principio el
ahorro de la electricidad y el agua.
• Hacer un control efectivo a las fuentes fijas de contaminación ambiental, priorizar la
movilidad eléctrica en el transporte público y particular, el uso de medios alternativos
de transporte, estimular la construcción sostenible, así como trabajar por una solución
integral a la problemática ambiental y social en la cuenca del río Tunjuelo.

5. GOBIERNO DEMOCRÁTICO, POPULAR DECISORIO Y


TRANSPARENTE

5.1 Descentralización, democracia local, participación ciudadana actuante y colectiva


La antidemocracia ha sido la bandera del gobierno de Peñalosa. Contra la resistencia
ciudadana, social y popular aprobó su plan de desarrollo, y contra la indignación explícita en
el proceso de revocatoria de mandato, dicho gobierno viene aprobando el POT sin ningún
tipo de participación verdadera por parte de los habitantes de la ciudad. A todas las
manifestaciones sociales contra su modelo de territorio y vida solo ha sabido dar un trato
policivo y de represión. El diálogo y la participación ciudadana no son viables en la medida
en que se opongan a los intereses económicos que representa esta alcaldía. Por lo tanto, a
dicho régimen de democracia estrecha implantado por la actual administración de derecha,
la UP manifiesta su total oposición.

28
Como alternativa al régimen político-administrativo centralista y antidemocrático que rige
legalmente a la ciudad, que se expresa en la concentración de la iniciativa para la toma de
decisiones fundamentales en el alcalde mayor en materia de planificación, presupuesto,
ordenamiento territorial, tributos, etc., la UP propone:
• Modificar estructuralmente el régimen político-administrativo con tal de dar paso a
un proceso de democratización política de Bogotá.
• En ese sentido, se debe implementar una verdadera descentralización política,
administrativa y presupuestal que otorgue autonomía jurídica, presupuestal y
administrativa a las localidades, con amplio presupuesto, elección popular de alcaldes
locales, para lo cual se requiere reformar el estatuto orgánico de la ciudad y demás
normas legales.
• Impulsar una nueva distribución territorial de las localidades con base en criterios
sociales, culturales, económicos, ambientales y de equidad territorial.
• Democracia participativa e incluyente a nivel local con poder popular.
• Adoptar un estatuto único de planeación participativa del distrito el cual garantice
formas reales de definición ciudadana, colectiva y popular en la elaboración de los
planes en todos los niveles y sectores, destacadamente en la elaboración, adopción,
ejecución y seguimiento de los planes de desarrollo y el POT.
• Control social y veedurías ciudadanas efectivas en todos los procesos contractuales y
en la ejecución de las obras y proyectos.
• Implementar una nueva cultura ciudadana, no solamente enfocada hacia que el
individuo como ciudadano sea respetuoso de la ley, sino, sobre todo, a que este
ciudadano sea participativo y propositivo para el perfeccionamiento de la ley o para
que, por medio de ella, actúe y colabore con tal de mejorar las condiciones de
desenvolvimiento de la ciudad y el territorio. Debe ser un ciudadano profundamente
interesado por su entorno, que se asocia, se organiza, se agremia o sindicaliza para
hacer control y veeduría a los servidores y programas públicos y al manejo de las
finanzas de todos. Que se moviliza de ser necesario con tal de apoyar u oponerse a
políticas oficiales o medidas que lo afectan directamente en garantía de plena
democracia y de las libertades civiles y políticas, siempre en beneficio de la ciudad y
su población.

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5.2 Defensa del patrimonio público
Acorde al dogma capitalista neoliberal bajo el que ha gobernado Peñalosa, el Estado al limitar
sus funciones debe procurar privatizar todos los servicios públicos que suministra
entregándolos al manejo y usufructúo de capitales particulares, bajo una confianza ciega en
el funcionamiento armónico e igualitario del mercado. De hecho, este paradigma razona y
llega a hacer creer a la ciudadanía que todo lo privado es rentable y eficiente y todo lo público
estatal es corrupto. La verdad es que el mercado solo es garante de bienes y servicios para
aquel que los puede comprar como mercancías, y como la gran mayoría de las personas
carece de oportunidades y de los recursos para comprar, la sociedad que resulta no es para
nada igualitaria sino, por el contrario, profundamente consumista, endeudada, indigna y
antidemocrática.

Ante esta situación, la UP propone:


• En primera instancia rescatar la función del Estado y lo público en el suministro de
derechos fundamentales para los habitantes bajo la noción de bienes comunes, donde
los ciudadanos y sus colectividades son los principales beneficiarios, y, al mismo
tiempo, se involucran democráticamente en la administración y mejoramiento de
estos. Lo anterior también con tal de demostrar que lo público estatal sí puede ser
rentable y eficiente desde que sea administrado con criterios de participación,
técnicos, responsables, éticos y de transparencia.
• Defensa y fortalecimiento de empresas de la ciudad como la ETB, la EAAB y la EEB.
En ningún caso se debe optar por la privatización.
• Rescatar y fortalecer el patrimonio artístico, histórico y urbanístico de Bogotá con el
fin de que, por medio de este, se promueva la identidad y el sentido de pertenencia
con la capital, y los ciudadanos fortalezcan el aprendizaje, disfrute y cuidado de esta.

5.3 Seguridad humana


El gobierno capitalista neoliberal de Peñalosa privilegia como estrategia de seguridad
maximizar el control de la ciudadanía por medio de aumentar el pie de fuerza de la policía y
colocar cámaras en toda la ciudad. De hecho, esta fue (y es) una de las principales banderas
de su candidatura y administración. Sin embargo, los resultados son completamente

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desfavorables demostrando que es totalmente inefectivo absolutizar esta estrategia para
acabar con la inseguridad en la capital.
Para entender mejor lo anterior, hay que tener en cuenta que la mayoría de los índices
relacionados tendieron a aumentar desde el 2012 en comparación con su comportamiento a
principios de siglo (desde el año 2004 en adelante). Empero, en el 2017, todos se dispararon
significativamente, demostrando el fracaso de la alcaldía de Peñalosa en esta materia, además
sobre la base de que el indicador de denuncias que subió de 25% en 2013 a 29% en 2015 y a
48% en 2016, cayó finalmente a 35% en 2017.
Así, el número de hurto a personas en Bogotá pasó de 26.917 en 2013 a 27.564 en 2015 y
terminó en 76.588 en 2017. Por localidad, las que tuvieron mayor número de hurto a personas
en 2017 fueron Suba (7.399), Kennedy (6.796) y Chapinero (5.931); y las localidades con
menos casos fueron Antonio Nariño (1.308), La Candelaria (884), Usme (986) y Sumapaz
(27). En anexo, el hurto a comercio en Bogotá pasó de 6.617 casos en 2013 a 5.921 en 2015
y a 16.645 en 2017. El hurto a residencias pasó de 4.393 casos en 2013 a 3.631 en 2015 y a
9.011 en 2017. Por último, cabe mencionar que la tasa de muertes violentas por cada 100 mil
habitantes para el 2017 fue de 27,53%, del cual el 50% lo representan los homicidios. De
este modo, por localidad, las que tuvieron el mayor número de homicidios en el 2017 fueron
Ciudad Bolívar (215), Bosa (126) y Kennedy (123); y las localidades con menos casos fueron
Barrios Unidos (10), Teusaquillo (7) y La Candelaria (6).

Bajo este panorama y ante la incapacidad del gobierno actual de darle solución, la UP
propone:
• Implementar una concepción compuesta de seguridad retomando varios de los
elementos planteados desde la noción de seguridad humana. En ese sentido, la
seguridad no se entiende como un simple aumento del número y la efectividad del
aparato represivo del Estado, sino que se concibe como el avance hacia una sociedad
donde la población es libre de temor y libre de carencias.
• Priorizar desde la actuación del Estado el combate contra las condiciones que generan
la inseguridad y la violencia, dando paso a la protección y garantía de los derechos
humanos y de las libertades y necesidades vitales de las personas. Es decir, desde esta
óptica alternativa, facilitar a las personas los elementos básicos de supervivencia,

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dignidad y medios de vida, y garantizar la libertad a los habitantes para que actúen en
nombre propio, crean una sociedad segura. En otras palabras, prestar atención a la
equidad social y a la democracia previene los conflictos, la inseguridad y la violencia
y, por lo tanto, consolida una ciudad en paz y segura.
• Propender porque la prevención del delito sea mediante la creación de oportunidades
de trabajo y educación, deporte y recreación, entre otros derechos a satisfacer, y por
medio del fomento de una cultura de la solidaridad y de la organización comunitaria.
Esto último con el objetivo de encontrar para la institución el apoyo necesario en las
ciudadanías asociadas con tal de promover nuevos valores de respeto,
responsabilidad, tolerancia y buena convivencia en el marco de la controversia
democrática, así como para el impulso de programas como los jueces de paz, de
desarme voluntario, de conciliación local y pactos de convivencia, todo en
concordancia y respeto de la legalidad.
• Para recuperar la seguridad en Bogotá también es necesario un fortalecimiento de la
fuerza pública y de la institucionalidad asociada para que combatan efectivamente el
crimen organizado y el delito. En este campo, la prioridad debe ser la implementación
de estrategias de seguridad para el desmonte de grandes bandas delincuenciales,
paramilitares, redes de micro y narcotráfico y grupos neonazis.

5.4 Lucha contra la corrupción


La corrupción es consustancial a aquellos que razonan bajo la lógica de que lo público estatal
no sirve y por lo tanto hay que entregar todo a la administración y usufructúo del privado. El
candidato o servidor público que desprecia lo estatal, entra en contradicción con su ejercicio
y por consiguiente actúa de mala voluntad, es más susceptible a hechos de corrupción en
beneficio propio y entrega los peores servicios y resultados.
En contraste, la UP propone:
• Instaurar una nueva cultura donde los servidores y trabajadores de las instituciones
públicas y estatales laboren con criterios de eficiencia, transparencia y diálogo, en
procura de entregar un buen servicio y el mejor resultado. Lo anterior, ya que estos
comprenden que el buen desempeño de sus labores se refleja directamente en la

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dignificación, bienestar y satisfacción de derechos de sus familias, vecinos y
conciudadanos.
• Promover el ejercicio institucional, social y ciudadano de seguimiento y control
político permanente a la ejecución de los recursos del distrito, donde es inadmisible
cualquier acto de corrupción y, por ende, al presentarse debe ser denunciado y
sancionado.
• La elección del contralor y del personero debe ser mediante concurso de méritos
organizado por una universidad pública, donde el que ocupe el primer puesto sea
elegido, sin ninguna entrevista o criterio diferente a los establecidos en el concurso.
• Toda la información del proceso precontractual, contractual y la ejecución de los
contratos debe hacerse pública a través de las páginas web de las entidades,
información que debe ser actualizada a diario.

5.5 Derecho a la información


La UP propone:
• Garantizar el derecho de acceso a la información, a las tecnologías de información y
la comunicación, y apoyo a los medios alternativos y comunitarios de comunicación.
• Para desarrollar el nuevo modelo de ciudad es necesario implementar una red de
bibliotecas comunitarias, financiadas en su dotación y funcionamiento de manera
pública estatal y con énfasis en los barrios populares, bajo el objetivo de promover y
facilitar el acceso a la cultura y a las TIC, prioritariamente a niños, jóvenes y adultos
mayores.
• Convertir el Canal Capital en un medio de comunicación de alta calidad y con mayor
audiencia. Diverso, incluyente y democrático en sus contenidos, que debe informar
de manera rigurosa sobre la ciudad y el país en relación con los temas que son de
interés de los ciudadanos. Igualmente, por medio de su programación, debe procurar
elevar los niveles educativos, culturales y artísticos de la audiencia, así como inculcar
valores relacionados con la solidaridad, la tolerancia, el respeto y todo aquello que
redunde en el fortalecimiento de la convivencia democrática en la ciudad y el país.

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6. DEFENSA DE LA PAZ DEMOCRÁTICA, IMPLEMENTACIÓN DE LOS
ACUERDOS DE PAZ Y ATENCIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS

Para la UP hablar de una ciudad segura es hablar de una ciudad en paz. Por eso, y en
consonancia con el momento nacional, Bogotá debe ser un ejemplo en todo lo que le toca
como capital del país en relación con la implementación de los acuerdos de paz conseguidos,
sea esto de manera directa o ya sea incorporando su esencia en el modelo de
desenvolvimiento territorial.
De esta forma, Bogotá debe configurarse como una ciudad pionera en la apertura
democrática, en el tratamiento del consumo de sustancias psicoactivas como un problema de
salud pública, en el estímulo a la producción rural, asociativa, campesina y de alimentos, y
en la prestación de servicios cuando haya competencia para facilitar la reincorporación de
los excombatientes.
Del mismo modo, debe ser una ciudad que estimule el ejercicio de la memoria y la
reconciliación para garantizar la no repetición de conflictos armados.
Particular atención debe prestar a las víctimas del conflicto que habitan en su territorio con
tal de que, por medio de políticas especiales, se les pueda brindar una atención integral que
les posibilite un pleno ejercicio de sus derechos.
Todo esto bajo el entendido de que su implementación forma parte fundamental del proceso
de construcción de un territorio con paz democrática, el cual debe garantizar la justicia social,
la solidaridad y una democracia radical.

VINCÚLATE A LA ALTERNATIVA
VINCÚLATE A LA UP

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