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INTRODUCCIÓN

«No me gusta la música en las películas; Detesto ver a un


hombre solo en el desierto, muriéndose de sed, con la orquesta de
Filadelfia detrás de él.»1
John Ford

Son palabras de uno de los más insignes directores de la historia del


cine, creador de decenas de títulos clave del Séptimo Arte, y conoce-
dor a fondo de todas sus posibilidades expresivas. Sin embargo no le
gustaba nada la música en las películas. Eso sí, todas las que hizo desde
la aparición del sonoro se acompañaban de una melodía. Una cosa es
que detestase la música; la otra, que se rindiera a la evidencia de que era
absolutamente necesario contar con ella.
En realidad, lo idóneo en el cine sería prescindir de la música.
Igualmente, que no se necesitaran diálogos y que bastara con la ima-
gen para expresarlo todo. Pero el cine, por sí mismo, es un arte in-
completo que precisa esos recursos. Incluso las películas mudas utili-
zaban carteles -los rótulos- que interrumpían la continuidad de las
imágenes para ofrecer una serie de explicaciones -en forma de diálo-
go o narración- y, así, facilitar la comprensión de los espectadores.
Asimismo, y como se verá en el presente libro, las proyecciones en'los
años en que no existía el sonido se acompañaban con interpretaciones
en directo no sólo de gente que explicaba a viva voz lo que ocurría en
la pantalla, sino también de músicos que, sentados al piano o cual-
quier otro instrumento, acompasaban las secuencias .
En cuanto al empleo de música en las películas, no hay una expli-
cación única y rotunda que justifique su existencia. Son muchísimos
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los motivos, pero muy pocas las razones de peso. ¿Por qué ha de
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haber música en una secuencia que tran.scurre en alta mar donde es ción que el espectador relacione con ese lugar o tiempo. La historia de
vrtua!mente,imposible la presencia física de una orquesta? Existe una las bandas sonoras está llena de excelentes ejemplos de este tipo.
divet1da anecdota a respecto: cuando David Raksin orquestaba la Puede darse por tanto cierto anacronismo, no sólo en lo que res-
P.art1tura de Hugo Fnedhofer para Náufragos (Lifeboat ), recibió la vi- pecta a las bandas sonoras que han de ser creadas sin referente alguno,
sita de una persona que, en nombre de Alfred Hitchcock le indicó la sino también en los casos en que se enfatiza algún instrumento que no
decisión del director de no incluir música en su nuevo fÚme. Raksin existía, pero que resulta perfectamente válido para expresar determi-
preguntó por el motivo y el mensajero contestó: «El señor Hitchcock nado sentimiento. En la época romana no había violines, ni trompetas
teme que el público se pregunte de dónde sale la música en una pelí- en la Edad de Piedra, y mucho menos sintetizadores en el Lejano Oes-
cla que transcurre íntegramente en el mar.» La respuesta del compo- te. Sin embargo, su empleo puede resultar idóneo. La música de cine
s1or fue cotundente: «J?ígale usted al señor Hitchcock que me ex- goza del privilegio de poder experimentar cualquier tipo de sonoridad
plique de donde sale la camara y entonces yo le diré de dónde viene que, aplicada a las imágenes, multiplique su efectivid,ad.
la música.» 2

«La música debe suplantar lo que los actores no alcanzan a


«La música da coherencia y sentido. Es capaz de poner en da- decir, puede dar a entender sus sentimientos, y debe aportar lo
r? alguns malentendi?os psicológicos del filme, puede recondu- que las palabras no son capaces de expresar. Si se considera que
cir la pehcula y, por s1 fuera poco, permite camuflar un montón una película es una serie de imágenes artificialmente unidas en el
de errores cinematográficos.»3 montaje, entonces la función de la música consiste en soldar esos
Hans J. Salter fragmentos para que el espectador la perciba como una secuencia
única y compacta.» 4
Bernard Herrmann
Los divers.os cometidos que cumple la música en una película pue-
den esquematizarse de la siguiente forma:
1 ., Lo ideal en el cine sería que todo se pudiera expresar visualmente,
1. Ambientar las épocas y lugares en que transcurre la acción. recurriendo sólo a los diálogos imprescindibles. Siempre será mejor
2. Acompañar imágenes y secuencias, haciéndolas más claras y gue un intérprete manifieste el amor mediante su rostro que no con
accesibles. palabras. El cine no debería ser «teatro filmado», y cuanto más se
3. Sustituir diálogos que sean innecesarios. potencie la imagen sobre lo sonoro, tanto mejor para el filme, para el
4. Activar y dinamizar el ritmo, o bien hacerlo más lento. espectador y para el propio intérprete. Laurence Olivier consideraba
5. Definir personajes y estados de ánimo. a Charles Chaplin el mejor actor del mundo, pues era capaz de trans-
6. Aportar información al espectador. mitir una enorme cantidad de sentimientos sólo con el gesto y la
7. Implicar emocionalmente al espectador. mirada, sin hablar para nada. Naturalmente, no se trata de que un
actor que encarna a un abogado intente convencer a todo un jurado
. Las películas se desarrollan en espacios físicos e históricos deter- sólo con el gesto y la mirada.
mmados. Sea en Londres, Asia ? Júpiter, se ambiente en el pasado, el En este sentido, la música llega a ser fundamental. Sentimientos
presente o el _f uro, el .con;ipositor puede desempeñar un importante u niversales (amor, odio, miedo, desprecio, etc.), que todo el mundo
papel n la 1 _aci?n" dl.· largometraje mediante músicas o comprende, pueden manifestarse a través de ella, obviando el diálogo.
meldias que el espectaaor idnt1fica y relaciona con ese lugar 0 épo- racias a la banda sonora, un personaje puede transmitir al especta-
ca. Si la banda sonora de un filme que transcurre en Sudamérica con- dor un sentimiento de terror, sin necesidad de mover los labios. Y es
tuviera itmos japoneses.s produciría una incoherencia peturbadora. responsabilidad del compositor que quien ve la película sepa exacta-
n ?,cas10nes ?º han ex1st1do referentes (filmes futuristas, de ciencia mente qué le está pasando a ese personaje. Un ejemplo tópico pero
ficc1on o, sencillamente, de una época de la que no se conoce su músi- clarísimo: en una cinta romántica, si mientras una pareja va paseando
ca). En estos casos, el compositor ha debido i}1ventar una composi- por el parque la orquesta de Filadelfia -a la que aludía John Ford-

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hace sonar un bello y emotivo tema de amor, el espectador sabrá qué Lo mismo ocurre con los diversos estados emocionales y psicoló-
sentimientos flotan en el ambiente. En el caso de que los dos protago- gicos:' 1es posible dibujarlos mediante una secuencia. El deseo, la
nistas intercambiaran palabras de amor, a pesar de disponer de dece- pasión, el amor, el odio, la neurosis, la amargura y hasta el delírium
nas de músicos a su servicio, la escena resultaría muy bonita, pero trémens han sido definidos con la música, tal y como se verá en este
reiterativa. Lo mismo sucede en las películas de terror: si una jovenci- libro. Una muestra de lo que puede aportar en este sentido la banda
ta entra en una mansión deshabitada (el cine siempre ha exagerado la sonora es la hermosa composición de Georges Delerue para la pelícu-
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·imprudencia del ser humano) no es lógico que, mientras sube las es- la de Jack Clayton La solitaria pasión de judith Hearne ( The Lon ely
' caleras poco iluminadas, vaya diciendo « ¡Uy, qué miedo!», «¡Algo me Passion of judith Hearne ). Ésta comienza con una escena, acompa-
. va a pasar, estoy segura!». Ya están allí los de Filadelfia para hacerlo ñando los créditos, que se desarrolla en el interior de una iglesia; en
por ella. ella Judith Hearne es una niña reprendida por su tía tras reírse con
Las posibilidades de la partitura cinematográfica, en este sentido, unas amiguitas. Un plano fijo sobre su rostro se funde con un primer
son muy amplias. Piénsese en la efectividad de una música emplead a plano de Maggie Smith, en una elipsis que evidencia el paso de los
como referen_Cia. Supongamos que la pareja que paseaba por el parqu e años. Ahora Judith Hearne ya es una mujer madura . Va en un taxi que
al son de la'melodía agradable se separa porque él se va a la guerra. En la lleva hasta una pensión donde se alojará. En estas imágenes apenas
la trinchera, se pone pensativo. Si en ese momento vuelve a sonar hay palabras, y las que se pronuncian son del todo intrascendentes. La
aquella música, sabremos i1;undiatamente que está recordando o pen- música domina por completo ambas secuencias: un bello tema religio-
sando en su amada, sin necesidad de que el joven pille a cualquier so acabará transformándose en una melodía profundamente hermosa
infortunado que tenga al lado y le cuente sus penas. Por el contrario, y triste, muy triste. Cuando Judith Hearne se instala en su habitación,
si lo que se oye es la música de un cabaret, deduciremos que no tiene la melodía acaba. Para entonces, y sin que realmente hayamos visto
el pensamiento puesto en la chica, sino en algún pasatiempo más nada en pantalla, ya sabemos que es un personaje amargado. A partir
mundano. _En uno u otro caso, las palabras habrían sobrado por com- de ese momento, irán apareciendo los motivos y las causas de su
pleto. «pasión solitaria» y la música apenas hará acto de presencia (salvo al
Ahora bien, la partitura puede hace algo más que sustituir a las final). Su misión esencial en el filme se ha cumplido.
palabras: es capaz de meterse de lleno en la psicología de un persona- Asimismo, el compositor puede definir a un determinado perso-
je y, si es necesario, exponer abiertamente sus aspectos más íntimos y naje con unas notas o con toda una melodía , de forma que en la pelí-
ocultos. cula siempre que se quiera hacer referencia al mismo baste con incor-
porar ese fragmento musical: los temas musicales de Tiburón Uaws),
Encuentros en la Tercera Fase ( Clase Encounterss of the third kind ) o
«Puedo hacer que un actor vaya hacia una ventana y mire a La profecía ( The Ornen) permiten identificar al escualo, a los extrate-
través de ella. Pero Elmer, con su batuta, es quien refleja lo que rrestres y a Satanás, respectivamente, incluso cuando no se los ve.
éste piensa o siente. Ésa es la diferencia.»5 La partitura no debe ser en ningún caso un «concierto» del autor,
John Sturges, sobre Elmer Bernstein que aprovecha la oportunidad para dar a conocer la grandeza de su
creación. Cuando esto ocurre -y alguna vez ha sucedido-- el filme
sale notoriamente perjudicado. Bien al contrario, la supeditación de la
En ocasiones, la banda sonora es utilizada para mostrar los carac- música ha de ser completa. Puede acompañar las imágenes, subrayar
teres esenciales de uno o varios personajes. Lógicamente, emplear una las secuencias o profundizar en los personajes, pero siempre partien-
melodía agradable y relajada mientras alguien se acerca a la cámara do de la base de que el filme marcará las pautas por las que debe
provoca una sensación positiva respecto a esa persona. Pero si lo que desenvolverse la banda sonora. De cumplirse esta condición, llegan a
suena es chirriante, angustioso o tenso, la información que nos llega ' alcanzarse resultados espectaculares .
automáticamente es que va a causar algún tipo de problema y que, por Uno de los aspectos más polémicos y discutidos en lo que con-
tanto, no es de fiar. Eso sucede cuando no se hacen trampas y el direc- cierne al empleo de la música en el cine es si ésta debe tener una pre-
tor no emplea la música para confundir o engañar al espectador. Tam- sencia relevante en la película o, por el contrario, «la mejor música es
bién hay numerosos y afortunados ejemplos de ello. la que no se percibe». Al respecto ha existido una completa división de

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opiniones, pero ambas teorías son perfectamente válidas. Hay filmes
que necesitan imperiosamente que la música no pase inadvertida: es el «Es cierto que el cine me ha hecho perder mucho tiempo.
caso de los dibujos animados o los de aventuras. Los trabajos de Ste- Tengo un carácter demasiado condescendiente: no sé decir que no
ven Spielberg son mayoritariamente musicales, en tanto que las ban- y, por consiguiente, también he aceptado cosas intrascendentes
das sonoras acentúan la acción (En busca del Arca perdida ) (Raiders que podía haberme evitado. Pero no creo en diferencias de rango
of the lost Ark ), multiplican la emoción (E.T. El extraterrestre) (E.T.) y de niveles en la música. En mi opinión, la definición de música
o intensifican el terror ( Tiburón). Por el contrario, en otras situa- ligera, semiligera y seria es ficticia. Las partituras de Offenbach,
ciones la banda sonora ocupa una posición de retaguardia, siendo que tienen ciento cincuenta años, se consideran ligeras, pero son
«oída» pero no «escuchada». Aparenta no cumplir función alguna de una ligereza que permanece en el tiempo y que tiene una for-
pero, no obstante, es un elemento imprescindible en el filme. Salvo si midable vitalidad. Pero hay mucha música de la misma época que,
uno está atento, nadie percibirá la música de La novia de Frankens- siendo respetabilísima, erudita y muy seria, resulta bastante la-
tein ( The Bride of Frank enstein), Instinto básico (Basic Instinct ) o tosa.»8
Aliens (Aliens ). Pues bien, todas cuentan con extensas partituras. Se Nino Rota
trata de bandas sonoras que no han sido incorporadas para hacer más
agradable su visión, sino para dirigirse al inconsciente del espectador,
ofreciéndole, sin que éste repare en ello, un conjunto de sensaciones A pesar de todo lo anteriormente expuesto y de la indiscutible
que le ayudarán a involucrarse en la historia, conocer el lado oscuro importancia que ha tenido, la música escrita para el cine sigue siendo
de un personaje o retener cualquier otra información válida. El méri- ignorada por la gran mayoría de los críticos cinematográficos, deja in-,
to, entonces, reside en el hecho de que, sin ser notada, enriquezca diferente a buena parte del público, es vulnerada por criterios comer-
notoriamente el filme. Basta con ver cualquiera de esos títulos sin ciales y, lo que es peor, productores y directores apenas la entienden.
sonido para darse cuenta de la absoluta importancia que tiene en.ellos Las posibilidades que ofrece el cine fueron aprovechadas por
la música.
numerosos autores que llegaron incluso a dejar eminentes carreras en
Europa para dedicarse exclusivamente al medio. El propio Vaughan
Williams, así como Dimitri Shostakovich, William Walton, Georges
«El cine posee una enorme potencialidad en la combinación Auric o Leonard Bernstein combinaron sus trabajos dentro de la lla-
de ambas artes a un nivel que ni Wagner pudo llegar a soñar.»6 mada «música clásica» con el cine, pues entendieron sobradamente las
Ralph Vaughan Williams grandes oportunidades que les ofrecía para canalizar su obra. Uno de
los más significativos fue Erich Wolf gang Korngold. Considerado un
«No es verdad que el cine limite las posibilidades expresivas gran compositor en Alemania, decidió dejarlo todo para emprender
de la música. La música es música, sea ésta para un escenario, un una nueva carrera en el cine.
concierto o el cine. Tal vez cambie la forma o los métodos de Naturalmente, no toda la música que se ha escrito es buena, pero
escribirla, pero el compositor no necesita hacer concesiones en algunas de estas obras figuran con todos los honores entre lo mejor de
contra de lo que considere su propia ideología musical. La panta- este siglo. Y sólo por eso la partitura cinematográfica merece aten-
lla es un campo abierto a la imaginación, un auténtico reto. El ción, respeto y consideración.
cine .es una enorme avenida hacia los oídos y corazones del gran · La historia de las bandas sonoras también forma parte de la gran
público, y todos los compositores deberían verlo como una opor- Historia del Cine, aunque esta vez escrita sobre pentagramas.
tunidad musical.» 7
Erich Wolfgang Korngold

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