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CONFESION DE PECADOS.

Confesión del Pecado - ¿Por qué hacerlo?

Muchos de nosotros tenemos problemas con el concepto del pecado. Es difícil aceptar que hasta cuando tratamos de ser buenos,
existen áreas de nuestra vida que permanecen pecaminosas. Podemos todavía abrigar lujuria, o decir mentiras, o hacerle
comentarios hirientes a otros.

Aunque es duro aceptar nuestros errores, todavía puede ser más duro el confesarlos - hasta privadamente, en oración con Dios.
Sin embargo, eso es claramente lo que Dios requiere:

"Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad." (1ra de Juan
1:9).

Confesión del Pecado - ¿Qué Logra?

La confesión por sí sola del pecado no es todo lo que Dios requiere. Él pide que nos arrepintamos, que dejemos nuestras
actividades pecaminosas y en su lugar lo sigamos a Él. El arrepentimiento puede ser definido como: "Un apartarse del pecado,
desobediencia, o rebelión y un regreso a Dios. En un sentido más general, el arrepentimiento significa un cambio de opinión o
sentimiento de remordimiento o pesar por una conducta pasada. El verdadero arrepentimiento es un 'pesar proveniente de Dios'
por el pecado, el acto de darse vuelta y caminar en la dirección opuesta. Este tipo de arrepentimiento conduce a un cambio
fundamental en la relación de una persona con Dios."

El apóstol Pablo observa esto en Hechos 3:19-20:

"Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos
de refrigerio, y Él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado."

El arrepentimiento no significa que nos volvemos perfectos. Dios entiende que hasta cuando nos esforzamos, a veces podemos
volver a caer. Sin embargo, cada vez que pidamos Su perdón, lo recibiremos.

Confesión del Pecado - El Resultado

Hay inclusive mejores noticias para aquellos que han aprendido a confesar sus pecados, a arrepentirse y a volverse a Dios.

La Biblia dice que Jesús mismo vendrá a ayudarnos.

"Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a
Jesucristo el Justo. Y Él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo
el mundo" (1ra de Juan 2:1-2). Cuando los pecados son perdonados por Dios, la Biblia dice que Dios se olvida de esos pecados.
El Salmo 103:11-12 dice: "Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció Su misericordia sobre los que le temen.
Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.

Debido a que Dios nos perdona, estamos llamados a perdonar a nuestros semejantes. Efesios 4:32 dice: "Antes, sed benignos
unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó."

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