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Como se ve, esta idea -del mar presencial- a todas luces presenta a Chile
como un Estado que no respeta los tratados que firmó, pues por el Tratado de
Paz y Amistad de 1929, el Hito 1 no es la “línea fronteriza internacional que
separa Chile y Perú, como erradamente prescribe la Ley General de Pesca y
Acuicultura de Chile precitada líneas arriba, sino la Línea Concordia.
Pese a que esta idea expansionista es el elan vital de toda la sustentación
chilena para justificar su intromisión en territorio peruano, en
la Contramemoria, se dice eufemísticamente que “El mar presencial es
irrelevante en lo que concierne al límite lateral entre las Partes”. Y añade
categóricamente, “Chile jamás ha recibido protesta alguna del Perú relativa a
esta legislación”, refiriéndose a la ley Pesca y Acuicultura.
La figura (Fuente: Martínez Bush. Oceanopolítica) que sigue representa el
autotitulado Mar Presencial chileno, que abarcaría el espacio marítimo
comprendido desde el hito N° 1 hasta el litoral del Polo Sur y desde este
territorio polar hasta la Isla de Pascua, de donde se proyecta una línea final
hasta la proyección de doscientas millas del paralelo del hilo N°1, haciéndose
la salvedad que el Mar presencial excluye a la Zona Económica Exclusiva, que
en Chile es denominada Mar Patrimonial.