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En su artículo 38, la ley de procedimiento policial 18.

315 dice: “Por detención se


entiende privar de la libertad ambulatoria a una persona, haciéndose responsable de
ella, conforme con lo establecido por el artículo 15 de la Constitución de la República y
las leyes vigentes”. En efecto, la policía puede detener a una persona pero debe hacerse
responsable de ella. Además, esa detención debe realizarse conforme el artículo 15 de
la Constitución Nacional. Dicha norma establece que se puede detener a una persona en
dos circunstancias: a) si se la encuentra cometiendo un delito en el momento mismo del
acto, lo que se conoce como in fraganti, o b) si se tiene semiplena prueba de que cometió
un delito y una orden de un juez.

Por responsabilidad debe entenderse que la policía debe velar por la integridad física
de la persona detenida. Por ejemplo, si se comprueba que un sujeto antes del momento
de la detención no presentaba ninguna lesión, no ofreció resistencia y luego de ser
detenido se constatan lesiones provocadas por golpes, la policía debe hacerse
responsable y tiene que iniciar una investigación que esclarezca los hechos.

También es responsable por todos los daños y perjuicios que se le ocasionen al detenido
cuando no se tenga semiplena prueba ni orden del juez que permita su aprehensión. La
detención de una persona bajo esas circunstancias es inconstitucional.

Aún cuando el artículo 47 de la ley arriba citada prescribe algunas hipótesis para
detener sin orden judicial, siempre debe cumplirse con la Constitución, nuestra ley
suprema.

La policía tiene la facultad de detener personas con el fin de identificarlas. El artículo


43, inciso 1° de la ley mencionada dice: “En el marco de procedimientos que tienen por
objeto la detención de personas requeridas por la Justicia competente o fugadas, la
policía puede solicitar la identificación correspondiente a personas que
razonablemente puedan coincidir con la requerida. A los efectos de confirmar la
identidad manifestada por una persona, la policía podrá requerirle la exhibición de su
cédula de identidad, credencial cívica, libreta de conducir o cualquier otro tipo de
documento idóneo para tal fin”.

Entonces la policía puede pedir cualquiera de esos documentos para fines


identificatorios siempre que razonablemente pueda coincidir con la persona requerida
por la justicia. Esa razonabilidad es a juicio del propio policía que detiene a la persona,
por lo que aquí se da un amplio margen para actuar al agente.

Es sabido que en los hechos se detienen a muchas personas sin ningún motivo y no se
cumplen los requisitos que establece la ley. Esta manera de proceder no parece
criticable ya que si se dirigen con el debido respeto hacia las personas a quienes les
soliciten que se identifiquen y no cometan ningún tipo de exceso, es una herramienta
efectiva y que solo toma unos minutos.

El 2° inciso del artículo 43 prescribe que cuando una persona se niegue a identificarse
será conducida a la dependencia policial y se comunicará inmediatamente al juez sobre
lo actuado en un plazo que no podrá ser mayor a 2 horas contadas a partir de que se
comenzó la actuación policial. Se trata así de acelerar el procedimiento para que el
magistrado disponga qué hacer con el detenido y no se lo demore más tiempo.

El último inciso del artículo 43 habilita al personal policial a trasladar al detenido a la


seccional cuando existan dudas de su identidad y de los documentos que presente para
probarla y no se pueda probar de otra manera. Rige en este caso también el plazo de 2
horas que tiene la policía para informarle al juez.
Parece que hay agentes de la Policía Nacional y de la Autoridad Metropolitana del
Transporte que quieren adquirir notoriedad o desahogar su ineptitud maltratando a
ciudadanos indefensos e inocentes, en la mayoría de los casos, y eso acrecienta el
repudio que tiene la ciudadanía hacia los cuerpos armados.

Cada día somos testigos a través de las redes y los medios tradicionales de episodios en
que algún uniformado maltrata a un civil, e incluso entre ellos protagonizan escenas de
violencia.

Gracias al deseo de llamar la atención que tiene mucha gente mediante la colocación de
videos e imágenes en las redes sociales, muchos casos de abusos policiales son
conocidos en el país y el mundo.

Son cosas que pasan a cada momento sin que ninguna autoridad ponga un final. Donde
viven los hijos de “Machepa”, en los barrios, hay agentes de la Policía que se creen “ley,
batuta y Constitución”, porque piensan que pueden hacer lo que quieran, y cuidado con
quien les refute, porque los tiene de enemigos.

Lo que hizo el abusador cobarde de Cristo Rey y la patrulla de Santiago son muestras
de cómo los policías imponen sus abusos en los barrios y eso no merece que la
institución tome medidas para corregirlo, como siempre lo ha hecho. Ese y todos los
abusos ameritan que esos salvajes, lamentablemente figuras admiradas y protegidas
por los superiores, sean separados de las filas y no trasladados como siempre ocurre.

¿Qué pudiera alegar ese oficial que le propinó esa paliza a esa joven en Cristo Rey? ¿O
cuál sería su reacción o la de quienes lo defienden si alguien le hace lo mismo a uno de
sus hijos?
Si sumamos los atropellos de agentes de la Policía y de la Amet a la indignación de la
población por los temas de la corrupción e impunidad que involucran a los políticos, el
resultado será una acumulación de iras que en algún momento va a estallar de mala
manera, y no habrá quien haga entrar en razón a un pueblo enfurecido y cansado de
tantos abusos de poder.

Los policías y los políticos posiblemente estén entre las tres clases más odiadas o
criticadas por la ciudadanía y para algunos parece no importar que esa imagen negativa
que los envuelve a todos en el mismo saco cambie.

ETICA POLICIAL

La Ética
La ética es la disciplina filosófica que tiene por objeto el, estudio de la moral humana,
desde le punto de vista de su justificación. Intercambio los juicios de valores cuando se
aplican a la distinción del bien y el mal,. Trata de los principios o pautas de la conducta
humana, que se rige por un conjunto de valores
Importancia
La ética juega un papel gravitante en el cumplimiento de la función policial, pues la
policía como primer eslabón del sistema de justicia; ostenta por delegación de los
titulares, el poder de policía, con capacidad para proteger y por consiguiente para poner
limites a los derechos y libertades de las personas, en los casos que lo determine la ley.
La policía es la primera institución cuyos miembros tiene que estar imbuidos de una
profunda formación moral, para el desempeño de su misión noble, justa y sobre todo
desinteresada, no basta el poder que da el instrumento jurídico, si no va acompañado
de la autoridad que confiere la fuerza moral resultante de un esquema axiológico
elevado.
COMPONENTES DEL SISTEMA ETICO POLICIAL

Los componentes del Sistema Ético Policial son:

▪ Legitimidad de la función publica

▪ Ética policial

▪ Política Ética Policial

▪ Principios y valores institucionales


Legitimidad de la función publica. El policía en su rol de servidor público considera al
ciudadano como el fin de su labor y no como el medio, orientando todos los
procedimientos y acciones a la satisfacción de las necesidades de la comunidad en el
cumplimiento de la misión policial.
La Institución comprende la relevancia de asumir integralmente al policía como eje
fundamental del desarrollo de su misión, a partir del reconocimiento de su esencia
como ser humano, articulado con el rol de servidor público investido de autoridad.
Ética Policial. Es la moral pensada y reflexiva basada en los principios, valores y
creencias institucionales que se manifiestan en el sentir y el actuar del servidor público
policial, en busca de una mejor calidad de vida.

Política Ética Policial. En la Policía Nacional prima la consciencia de servidores públicos,


sustentada en la práctica de los principios institucionales: vida, dignidad humana,
equidad y coherencia y excelencia, como rectores del quehacer policial, comprometidos
con el desarrollo de la cultura de la legalidad.

Principios y valores institucionales


Los principios Institucionales. La Policía Nacional define los principios institucionales
como verdades universales que fundamentan y direccionan la doctrina policial, se
evidencian en la práctica de los valores institucionales entendidos como verdades
colectivas que rigen el comportamiento ético policial, construidos en el marco de una
cultura del servicio de excelencia para satisfacer las necesidades de la comunidad y que
están establecidos en la misión constitucional.
Los valores institucionales. Se constituyen en pautas que direccionan el
comportamiento humano. Están presentes en las conductas, percepciones y metas de
un individuo, de ahí la importancia de una educación orientada hacia el fortalecimiento
de valores que permita la formación de personas con alto sentido de la ética y sustento
del buen desarrollo de una sociedad.
Opinión
De esta forma, los integrantes de la Policía Nacional se convierten en líderes y
multiplicadores del buen ejemplo, siendo éste la base y principal estrategia para la
enseñanza de valores, ubicándolos en el primer plano de la actividad policial, con el
objetivo que éstos formen parte de la práctica que enmarca todas las acciones del
personal, dentro y fuera de la Institución.
Subordinado, -da persona que se encuentra bajo las órdenes de otra.
SUBORDINACION- Señala el artículo del 23 Código Sustantivo del Trabajo, la
continuada subordinación o dependencia del trabajador respecto del empleador, como
elemento esencial del contrato de trabajo "que faculta a éste para exigirle el
cumplimiento de órdenes, en cualquier momento, en cuanto al modo, tiempo o cantidad
de trabajo, e imponerle reglamentos, la cual debe mantenerse por todo el tiempo de
duración del contrato. Todo ello sin que afecte el honor, la dignidad y los derechos
mínimos del trabajador en concordancia con los tratados o convenios internacionales
que sobre derechos humanos relativos a la materia obliguen al país".
La Corte ha precisado que dependiendo del tipo de labores que deba realizar el
trabajador, y de las necesidades que tenga el empleador, éste ejerce en mayor o menor
grado su facultad de subordinación.
NO ES ABSOLUTA. No obstante, esta facultad subordinante ha señalado la Corte
Constitucional en sentencia, no es nunca absoluta, pues encuentra diversos tipos de
límites constitucionales.
1-DIGNIDAD HUMANA “Así, en primer lugar están aquellos que se derivan de la noción
de dignidad humana: las órdenes del empleador no podrán implicar un trato cruel,
inhumano o degradante, ni desconocer las necesidades materiales y morales implícitas
en la noción de vida digna.”

2- DERECHOS FUNDAMENTALES. “También el núcleo esencial de los derechos


fundamentales del trabajador constituye un límite a esta facultad del empleador, toda
vez que no serán admisibles aquellas órdenes cuyo cumplimiento ponga en grave riesgo
derechos constitucionalmente reconocidos, como la vida o la salud de los empleados,
comprometan su libertad hasta el punto de esclavizar al trabajador, o restrinjan
irrazonablemente garantías laborales constitucionalmente protegidas, como los
derechos de asociación sindical y de negociación colectiva.

3-ACUERDOS “Además, como lo ha hecho ver la Corte, la subordinación también se ve


limitada por “lo pactado en el contrato individual de trabajo y en las demás
estipulaciones convencionales” , y por “las normas y principios generales que rigen las
relaciones laborales”

4- SOLIDARIDAD. Igualmente ha señalado la Corte Constitucional como “ dentro de los


límites que encuentra la facultad subordinante del empleador, están asimismo aquellos
que se derivan del deber constitucional de solidaridad. En efecto, el artículo 95
superior, al referirse a los deberes de las personas, recoge aquel conforme al cual a
todos corresponde “obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo
con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de
las personas”. Así pues, cuando los trabajadores están en tal clase de situaciones, es
deber del empleador responder de forma humanitaria, por lo cual sus órdenes no deben
impedir que el empleado pueda superar razonablemente tal clase de “calamidades”.
CAMPO DE APLICACIÓN. “La subordinación a la que esta sujeto el trabajador en el
contrato de trabajo rige solamente para los efectos propios que se derivan de la relación
laboral, es decir, para el cumplimiento de la actividad, servicio, o labor contratada y que,
como se expreso permite al empleador dar ordenes, dirigir al trabajador, imponerle
reglamentos o sancionarlos disciplinariamente.
VALORES CORPORATIVOS:
Si consideramos los valores corporativos que debe tener la Policía Nacional con la
sociedad, nos damos cuenta que ese comportamiento estará siempre regulado bajo
valores, que permitan a sus miembros desenvolverse de mejor manera en el desempeño
de sus funciones, por lo que es necesario analizarlos, ya que nos brindan la oportunidad
de ser Policías honestos, responsables y eficientes.
Una consulta institucional sobre los valores corporativos ha permitido definirnos a los
Policías como: personas con moral, ética y alto sentido de respeto por los derechos
humanos; esto es, que los Policías distinguimos entre lo bueno y lo malo, observamos
los principios morales en el comportamiento personal, practicamos la ética profesional
siendo fieles representantes de lo justo.
Somos hombres con vocación de servicio y entrega a la comunidad, debemos estar muy
claros que nuestro rol en la sociedad es servir a la población, ese es el producto que
vende la Institución, pero lo haremos con transparencia y abnegado sacrificio.
Debemos indicar que los mejores valores corporativos de nuestra Institución, son
aquellos heredados por nuestros antecesores, quienes se preocuparon de ser ejemplo
de las futuras generaciones y formar en los Policías, hombres virtuosos.
Valor.- Es la virtud que permite dominar y controlar el temor; este es una reacción
natural ante la amenaza de un peligro que nos puede hacer daño, es un sistema de
defensa que tiende a alertarnos para que nuestra seguridad personal no sea afectada;
pero el temor puede proyectarse exageradamente, a modo de paralizarnos, agitar
nuestro corazón, impedir la respiración normal y, por este orden, trastornar nuestras
funciones vitales; llegando en el peor de los casos, a confundir nuestra mente, a
obstaculizar el razonamiento y consecuentemente, a perder el control de nuestros
actos.
La actividad profesional relaciona frecuentemente al Policía con situaciones de peligro:
el enfrentamiento con individuos agresivos o de índole criminal, muchas veces
armados, alterados por efecto del uso de drogas o emocionalmente exaltados; durante
el mantenimiento del orden público, en los casos de disturbios o asonadas; y en la
necesidad de llevar auxilios en circunstancias de catástrofes naturales, accidentales o
provocadas por el hombre.
Colocado el Policía ante estos eventos normalmente es presa del temor, pero no puede
dejarse vencer por esta reacción, porque perdería la capacidad de cumplir su deber con
eficiencia; es entonces cuando tiene que surgir el valor, para que llene su espíritu
servidor de la sociedad y le permita conservar en buen grado, la calma, liberándolo del
miedo, el temor o el pánico, permitiéndole darse cuenta de lo que está ocurriendo para
ordenar sus actos.
También requerimos de valor para expresar con franqueza nuestro pensamiento, lo que
podría herir los sentimientos de otras personas; para decir con claridad lo cierto de
determinados sucesos, sin ocultar ningún detalle; o para enfrentar todo acto injusto e
incorrecto, aunque esté respaldado por personas envestidas de autoridad y poder.
El valor tiene, por otra parte, proyecciones negativas, como la temeridad, bajo cuya
influencia se realiza actos que más hacen daño que bien y que terminan quitándole todo
mérito al valor inicial.
PROFESIONALISMO: El policía es un profesional que se ocupa del desarrollo de
funciones en un campo específico del saber y la sociedad. La profesión policial exige
estudios continuos, adiestramientos, visión integral y una conducta ejemplar. Un
profesionista es toda aquella persona que conoce sus limitaciones, pero que es capaz de
superarlas buscando incrementar su horizonte de trabajo
Disciplina.- Cumplimiento, acatamiento u obediencia de leyes y reglamentos de manera
estricta; es la observación de las leyes y normas de la Institución, que se constituye en
el pilar fundamental sobre el que descansa la organización Policial, mediante ésta se
garantiza la cohesión de sus miembros ante el cumplimiento de todas sus funciones.
También es la formación, enseñanza, educación, instrucción, preparación o
entrenamiento sistemático, supeditado a una autoridad, formación intelectual, moral y
el poder físico.
LA DISCIPLINA POLICIAL
La Policía Nacional, por su condición de Institución organizada bajo un sistema
jerárquico disciplinario, para el cumplimiento de sus funciones específicas, requiere de
sus miembros una severa y consciente disciplina, que se manifieste en el fiel
cumplimiento del deber y respeto a las jerarquías.
La disciplina policial consiste en la estricta observancia de las leyes, reglamentos,
directivas y más disposiciones institucionales y acatamiento de las órdenes emanadas
de la superioridad.
Las órdenes y disposiciones superiores relativas al servicio deben ser concretas, claras,
de tal manera que puedan cumplirse sin objeción ni réplica, cuando sean imprecisas o
confusas el subalterno solicitará la aclaración necesaria, sin que esto se entienda como
falta de consideración o negativa al cumplimiento.
El subalterno no está obligado a obedecer si la orden es ilegítima, entendiéndose como
tal cuando excede los límites de la competencia o conduce manifiestamente a la
comisión de un hecho punible, a la violación de la ley, los reglamentos u órdenes
superiores permanentes; caso de hacerlo, la responsabilidad recaerá sobre el superior
y subalterno.
La relación entre superiores y subalternos, se fundamenta en el respeto mutuo. La
subordinación y respeto disciplinario se observará, aún fuera de los actos de servicio.
Lealtad.- Cumplimiento con nobleza de una obligación o pacto, apegado a la legalidad y
a la verdad.
Este valor nos enseña a realizar nuestro trabajo con compromiso, confianza, discreción,
fidelidad, integridad y gratitud a la sociedad a la que brindamos nuestro contingente.
Valor lealtad. En la Policía Nacional asumimos como decisiones propias el deber
policial, fieles a la sociedad y a los principios institucionales, por encima de nuestras
relaciones interpersonales, como plena manifestación que impulsa con firmeza la
defensa de la verdad, proyectada a uno mismo, a la familia, a la Institución y a la patria.
Jamás seríamos verdaderos Policías si no entendemos y practicamos el verdadero
concepto de la lealtad que constituye la adopción de un compromiso con los principios
y valores de nuestra Institución, los superiores jerárquicos, compañeros de grado,
subordinados y las responsabilidades adquiridas para el fiel cumplimiento de nuestro
deber.
Servicio.- Es el acto que cumple el Policía en beneficio de la comunidad en forma
eficiente y efectiva, para mantener siempre una imagen positiva de la Institución ante
la sociedad, mediante la atención oportuna y adecuada, el mejoramiento permanente
de los métodos y sistemas de trabajo encaminados a la prevención antes que a la
represión,
Sacrificio.- Compromiso de trabajo que brinda el Policía en el cumplimiento de sus
obligaciones frente a la comunidad hasta el limite de brindar su vida por los demás, por
eso, la ciudadanía en general debe valorar el esfuerzo que pone de manifiesto en todos
y cada uno de sus actos.
Tolerancia.- Soportar las desavenencias que desaprobamos de los demás. Capacidad de
control que distingue al Policía durante el cumplimiento de sus funciones, sobre todo
cuando debe tratar con personas hostiles. Implica la capacidad para comprender a los
demás aun cuando actúen y opinen de manera diferente.
Transparencia.- Actuación del Policia de una manera pulcra en sus actos, con este valor
podemos actuar con claridad, veracidad, confiabilidad, autenticidad y orden, es muy
importante este valor institucional ya que refleja la decencia y profesionalismo de sus
miembros, dando la mejor de las imágenes y ganando respetabilidad total de la
comunidad.
RELACIONES ENTRE POLICIAS
Todo/a funcionario/a de la Policía Nacional tendrá como principio el siguiente trato
entre policías:

Tratará a sus compañeras y compañeros con mutuo respeto, evitando las expresiones
o críticas que puedan dañar su reputación moral o profesional y el de su entorno
familiar.

Será solidario/a con los compañeros y compañeras, activos o en retiro, brindando un


trato especial a aquellos afectados por enfermedades y problemas que afecten sus
facultades, vitalidad o condiciones de vida; así como con los/as miembros de la
institución que en el cumplimiento del deber o en ocasión del servicio han cometido
circunstancialmente hechos tipificados como delitos no dolosos.
Contribuirá al proceso de integración y equidad entre hombres y mujeres en la
institución, y promoverá la igualdad y la ampliación de espacios para la mujer policía.

Desarrollará relaciones mutuas, de tipo profesional, técnico, humano, especialmente


con los/as nuevos/as integrantes de la Policía Nacional para el buen desarrollo de sus
funciones y fortalecimiento de la institución.

VALORES GRUPALES:
Compañerismo.- Innato en el hombre Policía, es la relación de convivencia y armonía
entre compañeros, el Policía que posee este valor está dispuesto a dar la mano al otro y
a no retirársela hasta lograr una meta común, lo cual origina actitudes positivas,
armónicas y leales entre los compañeros.
Espíritu de Cuerpo.- Esto se refiere al cumplimiento de nuestras obligaciones con
fidelidad y entusiasmo, siempre encuadrados dentro de los parámetros legales, siendo
de esta manera, solidarios con nuestros compañeros, creando un ambiente de
integración y camaradería, como una fuerza unificadora y depuradora que vincule
espiritualmente a sus componentes, con propósitos de identidad, profesionalismo,
defensa del honor, ayuda mutua, conveniente y de progreso para servir mejor a la
sociedad.
Su auténtica y verdadera concepción, como lo es dentro de la Policía Nacional, está
orientada a perfeccionar la identidad institucional, a impulsar los comportamientos
heroicos, nobles y responsables, a mostrar su presencia de unidad y fortaleza espiritual
en las causas justas y razonables, pero también reprimiendo a los individuos
indeseables e infiltrados, que se inclinan por la inmoralidad, la ilegalidad o que
difunden desunión y desaliento.
Empatía.- Es la habilidad que posee un individuo de influir en los pensamientos y
sentimientos de otros, lo que genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura.
Es un proceso normal, que nos permite sentir los mismos estados emocionales de los
demás, aunque no interesa si los comprendemos o no. En otras palabras, únicamente
sentimos las emociones de los demás, esto nos lleva a comprender lo que le está
ocurriendo al otro, originando sentimientos de afecto y homogeneidad, vulgarmente se
diría que la empatía es ponerse en los zapatos del otro.
VALORES PERSONALES
Honestidad.- Es la virtud que destruye el engaño y la mentira e impide apropiarse de lo
ajeno; evidentemente una cualidad indispensable en el desempeño de la profesión
policial, los ciudadanos pueden disculpar ciertas fallas en los procedimientos policiales,
pero nunca perdonan la deshonestidad, porque desvirtúa la acción policial, arruina la
imagen y el prestigio institucional.
En el ejercicio del mando los superiores jerárquicos tienen la imperiosa necesidad de
descubrir, a los individuos desprovistos de honestidad, para aplicar las leyes y
reglamentos sin contemplación, sin atenuante y sin aceptar ofrecimientos de enmienda.
Justicia.- En el plano universal es ascender junto a los congéneres con los cuales se está
comprometido, hacia las cumbres de la prosperidad espiritual y material. La justicia
integra y conduce a la dignificación, al bienestar y a la seguridad.
La justicia propugna la igualdad y hace posible la convivencia armónica de los hombres,
por lo tanto diríamos que justicia es dar a cada cual lo que le corresponde.
Justicia es un proceso integrador permanente que conduce a la dignificación de todos
los componentes de la Nación, buscando la igualdad en campos de superación general.
Honor.- Es un valor moral sustancial e indispensable en la vida del ser humano y más
aún en profesionales y policías, que tienen que sustentar su conducta. No se puede
concebir un Policía sin honor, así como no se puede imaginar un niño sin padres o
nuestro universo sin el sol.
El Honor le da al Policía la fortaleza necesaria para afrontar el peligro, vencer la
injusticia, someter al crimen y perseverar en la lucha cada día y cada instante; es por el
honor que el hombre que ostenta el uniforme policial, real o simbólicamente, no puede
humillarse, venderse, acobardarse o traicionar sus ideales, órdenes o insignias.
El Honor constituye una herencia de la cual el hombre puede disfrutar y apoyarse, por
su participación en el linaje humano; precisamente, por ello no tiene derecho a
destruirlo, herirlo u ofenderlo; este valor moral es la exaltación consciente del hombre
eterno que llevamos en lo íntimo de nuestro ser.
Responsabilidad.- Rasgo constitutivo de la persona que le permite la capacidad para
reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho bueno o malo, moral o inmoral, ético
o no, realizado libremente, ante el cual está obligado a responder afrontando sus
consecuencias y resultados.
VALORES ETICOS:
Amor a la verdad.- El primer deber del hombre racional y que constituye su función
fundamental en la vida terrenal es el buscar, encontrar, identificar, estudiar,
comprender, aplicarla a su propia existencia y difundir la verdad.
Para entregarse, a tan trascendental organización Policial, con probabilidades de éxito
es menester entender la gran consigna de hallar la verdad y producir una poderosa
corriente de amor hacia ella.
La verdad y la realidad no son lo mismo; mientras la primera es espiritual y eterna, la
otra es la expresión espiritual o material de un fenómeno, de un acontecer en ejecución
o de hechos actuales.
Si todos los hombres están involucrados en este amor y en la búsqueda de la verdad,
allí esta comprendido el hombre-policía, cuyo trabajo en la comunidad lo coloca en una
posición de trasmisor y líder.
Serenidad.- Es el resultado del triunfo de la razón, siempre clara, precisa y organizada,
sobre las pasiones o cualquier agitación o convulsión espiritual. La razón triunfante
impone la calma, como en la naturaleza, el retorno a la normalidad hace que
desaparezca la tormenta, se desvanezcan las grandes masas nubosas, el cielo se aclare,
soplen los vientos moderados, los arroyos y los ríos sigan su cause, sin causar daño al
hombre, el mismo que sienta seguridad en el fondo de su alma.
En estado de serenidad el hombre puede identificar con precisión el camino y la acción
mas conveniente para arribar a donde tiene previsto, éste tiene la capacidad de conocer
los eventos que se producen a su paso, la actitud de las personas y la gravedad de todo
cuanto se le opone.
El hombre sereno, mide, evalúa y anticipa las consecuencias de todos los factores que
lo rodean en un momento de su vida. Esto le da una ventaja sobre sus competidores o
rivales, porque llena su mente de luz cuando los otros apasionados y confusos están
sumidos en la oscuridad.
Factor esencial para gozar de serenidad es conocerse a sí mismo e intentar aceptar a
los demás; conocer su capacidad e inclinación pasional en las más diversas
circunstancias, para con la ayuda de una firme voluntad, dominarse a sí mismo y salir
triunfante de la confrontación interna contra el temor, la ambición, la ira, la vanidad, el
odio, la simpatía, el fanatismo o cualquier corriente personal subjetiva y dañina.
El Optimismo.- Radica en la tónica que anima al individuo para emprender acciones con
la convicción de lograr su objetivo y de disfrutar el éxito y de la relativa felicidad de
llegar a donde se ha propuesto.
Para contrastar y resaltar el optimismo hablemos del pesimismo, que es, en cambio, la
posición negativa que llena al hombre de amargura, le cierra los caminos, le debilita el
alma y no le permite vislumbrar ninguna esperanza de triunfo. El pesimista ya está
perdido en las propias trabas y oscuridades de su espíritu antes de iniciar la marcha.
Conviene sobremanera que el Policía sea optimista, ya que tiene muchos caminos por
recorrer, muchos deberes que cumplir y muchos combates en los cuales participar; y si
no está dotado de optimismo no llegara a ninguna parte, ni saciaría requerimiento
alguno, fracasando en toda acción.
La Perseverancia.- Consiste en producir acciones insistentes, repetidas y constantes
hasta alcanzar el objetivo señalado y anhelado, manteniendo la misma dirección, sin
desviaciones y sin dejarse ganar por el desaliento, en caso de momentáneas
dificultades.
La perseverancia permite al hombre ser una gota de agua que se transforma en
rumoroso arroyo, en vasto río y en inmenso océano. No importa la debilidad inicial,
pero el fin es grandioso. Se impone la necesidad de fijar la meta y de mantenerse fiel a
ella, para luego realizar el trabajo, la obra, la investigación, la creación, el sueño o lo que
ella ciertamente signifique.
La Paciencia.- Es la capacidad de esperar el tiempo equilibradamente necesario para
que se produzca un evento de la manera como uno lo desea. Es prudente pensar que en
la naturaleza todos los procesos vitales tienen su tiempo; tiempo de sembrar, de
germinar, de crecer, de florecer, de fructificar y de cosechar. Si se altera de algún modo
cada tiempo el resultado es el fracaso. Así mismo, en la vida humana, individual o social,
todo suceso, acto y desarrollo tiene su tiempo, que la sabiduría permite descubrir y
precisar.
La paciencia puede ser activa o pasiva. En el primer caso es menester desplegar
esfuerzos para contribuir a madurar la situación. En el otro, es preciso dejar que
influencias externas se manifiesten para que llegue el momento de nuestra actuación
de fondo.
La paciencia interviene positivamente en muchas actuaciones policiales. Un ejemplo
concreto: el proceder a una incursión para someter a delincuentes o liberar a un
secuestrado; en donde hay que esperar el momento preciso para que la sorpresa sea
total y, así, evitar reacciones que traigan resultados negativos.

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