Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Farmacología
Cirugía
Tratamientos síntomas no motores
Terapias no farmacológicas
Actualmente la enfermedad de Parkinson no tiene cura, pero sí se puede
controlar eficazmente. Se conocen muchos aspectos del proceso
neurodegenerativo subyacente a la enfermedad, pero los tratamientos que lo
modifican todavía están en fase experimental. Por lo tanto, el tratamiento de
la enfermedad de Parkinson actual se dirige únicamente a mejorar los
síntomas derivados de la pérdida y muerte neuronal. Como consecuencia de
esto, los afectados de párkinson deben ingerir estos fármacos
antiparkinsonianos de por vida, según la dosis y combinación de
medicamentos que su neurólogo considere más adecuado para su caso en
particular.
Farmacología
A continuación presentamos, sólo a título orientativo, un resumen de los
principales grupos de medicamentos útiles en el tratamiento de la
enfermedad de Parkinson. Estos tratamientos mejoran solamente los
síntomas motores derivados del déficit dopaminérgico (en particular: temblor,
rigidez y bradicinesia). Además se revisan los principales grupos de
fármacos para el control de los síntomas no motores de la enfermedad.
Agonistas dopaminérgicos
Son fármacos que estimulan los receptores dopaminérgicos. Estos fármacos
aparte de estimular estos receptores, tienen actividad sobre otros sistemas
neuroquímicos, principales responsables de sus efectos secundarios o de la
mejoría de síntomas no motores, como la depresión.
Otros medicamentos
IMAO-B. Inhiben una enzima que degrada la dopamina llamada mono-
amino-oxidasa, por lo que mantienen activa la dopamina más tiempo en el
cerebro. Estos son eficaces en todos los estadios de la enfermedad, desde
la monoterapia en la enfermedad de Parkinson incipiente al tratamiento
complementario en los pacientes con enfermedad avanzada y con
fluctuaciones motoras.
Sus efectos positivos sobre los síntomas parkinsonianos son solo leves pero
se le atribuye un efecto neuroprotector, aunque este efecto no está
demostrado. Se usan de forma frecuente en monoterapia en la enfermedad
de Parkinson incipiente que no produce discapacidad al paciente.
Medicamentos anticolinérgicos
Este grupo de fármacos inhiben la actividad de otro neurotransmisor
conocido como acetilcolina, cuyos efectos son opuestos a la dopamina. Son
efectivos sobre el temblor, menos sobre la rigidez, y poco sobre la
bradicinesia. Los numerosos efectos secundarios los hacen poco atractivos
para las personas mayores: visión borrosa, estreñimiento, pérdida de
memoria, sequedad de boca, ginecomastia, edema y desorientación. Estos
fármacos se suelen reservar para pacientes jóvenes en los que predomina el
temblor o la distonia.