UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
MAESTRÍA EN ESTUDIOS EN INFANCIAS
RESEÑA
LA NUEVA HISTORIA CULTURAL
Burke, Peter. (2004). Capítulo 4 ¿Un nuevo paradigma? En ¿Qué es la historia cultural? (pp. 69-96). Barcelona: Paidós
Ibérica.
Burke, Peter. (2004). Capítulo 5. De la representación a la construcción. En ¿Qué es la historia cultural? (pp. 97-124).
Barcelona: Paidós Ibérica.
En el capítulo cuarto del texto ¿Qué es la historia cultural?
Peter Burke introduce lo que él mismo señala como “la
diversidad de enfoques practicados bajo el paraguas de
la NHC [Nueva Historia Cultural]” (p. 95). Pero antes de
reconstruir los principales aspectos referentes a tales
enfoques, vale la pena señalar que el propósito del
capítulo se inscribe en la pregunta: ¿Un nuevo
paradigma? Habremos de mencionar, entonces, que la
pregunta refiere a la NHC; así, planteado de forma más
directa, el interrogante sería: ¿La NHC configura un
nuevo paradigma? Pero, ¿a qué se refiere la Nueva
Historia Cultural? y ¿qué se entiende por paradigma?
Nueva, nos remite a una existencia previa: la historia
cultural, aquella que entre los setentas y los ochentas se
nutrió de las metodologías de la antropología (la
influencia de Geetz) y la historia para estudiar ya no las
élites, sino las tradiciones de la cultura popular. La
etiqueta “Nueva” emerge para diferenciar una forma de
hacer historia “más ecléctica”. Asimismo, con el adjetivo
Nueva, se marca una diferenciación con la forma
tradicional de hacer historia; y con cultural una distinción
de la historia intelectual –la primera, con un acento en
las mentalidades, las presuposiciones y los sentimientos
(sensibilidad), la segunda, en las ideas y los sistemas de
pensamiento (sentido)– y de la historia social. Burke nos
ilustrará los cambios en el enfoque con el ejemplo de la
historia de las ciudades: el enfoque de la historia política
que data del siglo XVIII; el de la historia social y
económica de las ciudades situado en las décadas de los
Carol Pertuz Bedoya
SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN I
HISTORIA, CULTURA Y SOCIEDAD
PROFESORA YEIMY CÁRDENAS PALERMO
PETER BURKE Nació en Londres en
1937, es especialista en la Historia Cultural
Moderna y ha estudiado, entre otros temas, las
funciones sociales del lenguaje, las funciones de
las imágenes y el mundo del humor. El texto
¿Qué es la historia cultural? y la producción
colectiva Formas de Hacer Historia se han
acercado a problemáticas de la historiografía
contemporánea.
“… la Historia no puede escribirse desde un punto de
vista objetivo, porque está escrita por seres
humanos… el problema de sesgo… es muy grande; y
la manera de combatirlo es presentando diversos
puntos de vista, precisamente para evitar presentar
uno único, que es además el nuestro personal. El
historiador puede confesar su punto de vista a los
lectores al principio del libro y también puede tratar
de presentar los puntos de vista que son diferentes al
suyo...”
“…como se suele decir en la Corte británica sólo puedes
aspirar a la verdad, pero la verdad completa nunca se
puede obtener, por eso, los historiadores también
tenemos que explicar a los lectores lo que no
sabemos”
Fragmentos de entrevista a Peter Burke (Ares, 2013)
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cincuentas y los sesentas; y, el de la historia cultural de
las ciudades visible desde finales de la década de los
setentas. Este último enfoque se daría, según Burke, en
relación con dos factores, la expansión del ámbito de la
cultura y el surgimiento de la teoría cultural. Respecto a
esta última, el autor señala:
La teoría puede interpretarse como respuesta a
problemas y como reconceptualización de problemas.
Las teorías culturales particulares también han hecho
conscientes a los historiadores de nuevos problemas (o
de algunos que ignoraban tener), amén de crear ellas
mismas otros nuevos (Burke, 2004, p. 70).
Ahora nos remitiremos al concepto de paradigma.
Retomaremos, entonces, el referente de Burke para tal
fin, que es en este caso, Thomas Kuhn. De acuerdo con
el autor de La estructura de las revoluciones científicas,
los paradigmas constituyen “realizaciones científicas
universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo,
proporcionan modelos de problemas y soluciones a una
comunidad científica” (Kuhn, 1971, p. 13). Así, una
revolución científica debe entenderse como la
emergencia de un nuevo paradigma que “modifica la
perspectiva histórica de la comunidad que la
experimenta” (p. 15).
Establecidas las claridades iniciales, nos acercaremos al
interés de la Nueva Historia Cultural por la teoría. En este
punto, Burke sitúa el nombre de cuatro teóricos que
aportarían no sólo categorías sino marcos de
comprensión: Mijail Bajtin, Norbert Elias, Michel
Foucault y Pierre Bourdieu; el primero, desde el
lenguaje, la literatura y la cultura visual, los otros tres
como teóricos sociales.
De Mijail Bajtin se recuperan los conceptos de
carnavalización, destronamiento, lenguaje del mercado
y realismo grotesco, además de las ideas de la
importancia de la subversión y de la penetración de la
“alta” cultura por la “baja”. Asimismo, Burke hace
especial mención de dos ideas potentes que no han
reverberado mucho más allá de lo literario: los géneros
discursivos y las múltiples voces que emergen de un
mismo texto (polifonía, poliglosia, heteroglosia), dos
conceptos que se tornarían útiles en el cuestionamiento
de un yo firme y unitario y en el estudio de los
“documentos del yo” –en los cuales se revelan sujetos
Carol Pertuz Bedoya
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fragmentados que establecen diálogos entre voces que
coexisten en el relato–.
Por su parte, el sociólogo Norbert Elias, desde su interés
particular en la civilización aportaría los conceptos
“umbral de vergüenza” y “umbral de repugnancia” los
cuales aumentarían “durante los siglos XVI y XVIII,
excluyendo así de la gente educada cada vez más
formas de comportamiento” (Burke, 2004, p. 73);
también se encuentra el concepto de “la presión social
orientada al autocontrol”. Pese a que la obra de Elias El
proceso de las civilizaciones fue publicada en 1939, sería
hasta 1960 cuando empezaría a tener eco en teóricos
como Roger Chartier y Anton Blok.
De Michel Foucault serían múltiples los conceptos
apropiados por la NHC, Burke sitúa tres ideas
influyentes. La primera, la crítica “de las
interpretaciones teleológicas de la historia leída en clave
de progreso, de evolución o del surgimiento de la
libertad y el individualismo” (p. 74); por el contrario, su
enfoque se centraba en las discontinuidades, rupturas,
accidentes. La segunda, la concepción de los regímenes
de verdad como “expresiones de una determinada
cultura y, al mismo tiempo, fuerzas que conforman
dicha cultura” (p. 75). La tercera, la escritura de una
historia intelectual que integró prácticas y teorías,
cuerpos y mentes. Foucault señaló el asunto de los
mecanismos de control sobre los cuerpos en el cual creo
paralelismos entre la escuela, el hospital, el manicomio,
la fábrica y el cuartel.
Pierre Bourdieu aportó con la construcción de los
conceptos: campo –“ámbito autónomo, que adquiere
independencia en un momento concreto en una
determinada cultura y genera sus propias convenciones
culturales” (p. 77)–; reproducción cultural –“proceso
mediante el cual un grupo […] mantiene su posición en
la sociedad a través de un sistema educativo que se
presenta como autónomo e imparcial, mientras que de
hecho selecciona para la educación superior a
estudiantes con las cualidades inculcadas desde el
nacimiento en dicho grupo social (p. 77)”–; teoría de la
práctica, habitus –“El conjunto de estructuras y
divisiones sociales (condiciones) se convierten en
categorías de percepción y apreciación (disposiciones)
por medio de la interiorización (inscripción, impresión,
incorporación) de las coerciones externas (…), el
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producto de esta interiorización se llama habitus, y - CULTURA MATERIAL

perteneciendo al mundo intrasubjetivo viene a operar a 1980-1990
manera de una bisagra (sociocultural) que articula [el La historia del tenedor y la historia del pañuelo.
orden de las estructuras objetivas (sociales) con el de las Comida, ropa y cobijo.
estructuras mentales o subjetivas (las del propio Estudio de las formas materiales de los libros (Don
sujeto)” (Ávila, 2005)–; capital cultural, capital simbólico McKenzie).
y estrategias de distinción –como instrumentos de La casa.
poder individual cuya asimilación es condición de
reproducción social, pues son formas de diferenciación–
- HISTORIA DEL CUERPO
Los grandes conceptos de estos cuatro teóricos
apropiados por la Nueva Historia Cultural han planteado Aspecto físico (Gilberto Freyre, 1930)
un giro hacia las prácticas y las representaciones, El cuerpo como experiencia y como símbolo (1980)
generando interés por parte de los historiadores en La gestualidad (LeGoff, Schmitt)
temas novedosos de investigación. Y es desde estas Odio cristiano al cuerpo
cuatro miradas que Burke nos introduce en un paneo Vulnerabilidad del cuerpo moderno
general de las temáticas que la NHC ha apropiado, no Historia del cuerpo – historia del género
exenta de controversias.

DE LA REPRESENTACIÓN A LA CONSTRUCCIÓN
- PRÁCTICAS
En este capítulo, Peter Burke presenta las tensiones que
La historia de las prácticas se interesa por el
la idea de la “representación” de la realidad ha venido
significado de las actividades.
enmarcando para algunos cultivadores de la Nueva
Historia de la práctica religiosa
Historia Cultural. Las “representaciones”, presentadas
Historia del habla
en su momento como solución a un problema, entrañan
Historia de la Experimentación
un nuevo problema al “implicar que las imágenes y los
Historia de los viajes
textos se limitan a reflejar o imitar la realidad social” (p.
La cultura del coleccionismo
97). De ahí que se haya ido generando un paso hacia la
Historia de la Lectura: Michel de Certeau. Papel del
idea de la “construcción” o de producción de la realidad,
lector, cambios en las prácticas lectoras, usos
lo cual impulsaría, al mismo tiempo, “el paso de la
culturales del texto impreso.
historia social de la cultura a una historia cultural de la
Ha permitido la profesionalización de ámbitos
sociedad” (Roger Chartier).
otrora dejados en manos aficionadas. Uno de los
grandes precedentes es el de la historia de los
La idea del constructivismo ve su nacimiento a partir de
modales en la mesa, de Norbert Elias.
cuestionamientos de filósofos y científicos acerca de las
ideas tradicionales del objetivismo (p. 98). Vale la pena
mencionar los enunciados expuestos por Burke:
- REPRESENTACIONES
La representación con capacidad de modificar la - Nuestra teoría determina lo que podemos observar
realidad que parece reflejar. (Albert Einstein, Karl Popper)
La imaginación social. Lo imaginado más que lo - El mundo es mi representación (Arthur
puramente imaginado. Schopenhauer)
Comunidades Imaginadas. - La verdad se crea, no se descubre. El lenguaje como
prisión (Nietzsche)
Orientalismo. Edward Said.
- Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo
Historia de la memoria. Inicio del Auge 1984-1993. (Ludwig Wittgenstein)

Carol Pertuz Bedoya 3

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- Somos nosotros los que creamos la realidad, cada
individuo construye su mundo a partir del encuentro
entre el yo y el entorno (John Dewey)
- Los intereses mentales contribuyen a crear la verdad
que ellos mismos declaran (William James)
Serían estas reflexiones las que empezarían a minar las
presuposiciones en torno a las representaciones de la
realidad. Tal como lo expresa Burke:
Se ha roto el espejo. Se ha puesto en duda la
presuposición de que una representación “se
corresponde” con el objeto representado. Se ha puesto
en duda la presuposición de la transparencia, tan cara a
los estudios tradicionales. Las fuentes históricas se
antojan cada vez más opacas de lo que solíamos creer (p.
98).
Este giro hacia el constructivismo hallaría en el
surgimiento de “la historia desde abajo”, la historia de
los colonizados, el privilegio de la “visión de los
vencidos”, de las escrituras del pasado desde la
perspectiva femenina, algunas explicaciones sociales.
Estas miradas servirían, además, para concienciar a los
historiadores en torno a que “diferentes personas
pueden ver el ‘mismo’ acontecimiento o estructura
desde perspectivas muy distintas” (p. 99). La
percepción, entonces, se mostraría como un “proceso
activo, más que como un reflejo de la realidad” (p. 99).
Con estas premisas y una preocupación que antes
implicaba solo a filósofos o científicos, los modos en que
los investigadores construyen sus objetos de estudio, se
ha convertido, al mismo tiempo, en un objeto de
estudio: “la construcción social de la realidad”. Esta idea
acerca cada vez más a asuntos como la “invención” 1 o la
“constitución”.
Se torna importante apuntar que estas ideas surgen
como una forma de resistencia al determinismo social y
a un mundo de estructuras rígidas, mostrando en
contraposición, “formas socioculturales blandas,
maleables, fluidas o frágiles” (p. 99).
Nuevamente, Burke presenta algunos teóricos y
conceptos tras las iniciativas de investigación desde la
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Cuando Burke se refiere a la invención de la invención señala
el trabajo de Foucault en torno a la construcción cultural de la
enfermedad, de manera particular, la locura: las percepciones
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perspectiva de la “invención” o la “construcción”.
Michel de Certeau jugaría un importante papel con el
interés más que en los comportamientos, en las
prácticas; más que en consumidores pasivos, en el
consumo como una forma de producción, en los usos, la
apropiación y la reutilización como elementos de la
invención de lo cotidiano; el uso de tácticas de los
dominados (a visión desde abajo) en contraposición de
las estrategias de Bourdieu (la visión desde arriba).
De Certeau sería también una figura importante en
torno a las teorías de la recepción que situarían público,
o lector del arte y la literatura. En este mismo sentido se
encuentran los estudios de Freedberg (1989) en torno a
las respuestas religiosas y de la iconoclasia “como una
forma violencia que refleja los valores perpetradores,
especialmente su creencia, consciente o inconsciente,
en el poder de las imágenes” (p. 102).
- Nuevas Construcciones
Burke sitúa, además, en torno al asunto de las
construcciones sociales de la realidad, unas nuevas
construcciones que se encargarán de señalar el pasado
mismo como una construcción. Señalará, así,
reflexiones de Hayden White en torno a “la manera
como los historiadores modelaban su narración o
“trama” en función de un destacado género literario”
(p. 103), lo cual imprime una cierta forma mítica a la
historia. En este mismo orden sitúa los estudios en torno
a categorías sociales que otrora se consideraran fijas y
que hoy se observan más flexibles –como constructos
culturales, históricos o discursivos: la clase y el género.
Sobre esta última se detiene en los guiones papeles
sociales que se traducen en la feminidad y la
masculinidad y la interdependencia de los modelos de
masculinidad y feminidad en determinadas culturas.
La construcción de comunidades será también una
nueva construcción. Aquí se sitúan los aportes de
Benedict Andersen en el orden de Comunidades
Imaginadas en las cuales sintetizaba la idea de la
influencia de determinadas prácticas y discursos en la
de la anormalidad, los estereotipos de los locos, etc. Asimismo
señala lo ejemplos de la construcción de las naciones señalando
el caso de Argentina, Irlanda y Japón, entre otras.
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construcción de nuevas comunidades imaginadas en
sustitución de otras viejas; y, de Eric Hobsbawn y
Terence Ranger en torno a las tradiciones, sobre las
cuales señalan, pueden ser o bien de origen reciente, o
bien inventadas. En relación con esta última señala, de
forma más concreta, el lugar relevante del invento de las
tradiciones para las naciones y los nacionalismos, cuyos
medios de invención se relacionan con: las
celebraciones políticas, actos colectivos que “refuerzan
el sentimiento de identidad colectiva”; el refuerzo de la
identidad a partir de elementos o rasgos de diferencia y
distinción; y, el mito y la ceremonia relacionados con
escenarios que se constituyen en confirmaciones de
poder o demostraciones de unidad nacional.
Por su parte, las construcciones individuales tienen una
expresión en “los documentos del yo” sobre cuya
retórica de la identidad recae un creciente interés. Sobre
este tipo de escrituras se han tornado relevantes los
“aspectos ficticios”, entendidos como los elementos
que forman, configuran y moldean la ficción: la forja de
la narración (p. 112). Más allá de la mirada tradicional
sobre el valor de verdad de las autobiografías, según
Burke, ha surgido “un enfoque más sutil, que tiene en
cuenta las convenciones o las reglas que rigen la
presentación de sí mismo en una determinada cultura,
la percepción de la persona en función de ciertos
papeles (…) y la percepción de las vidas en términos de
ciertos argumentos. Algunos ejemplos de estos textos
han develado una suerte de plasticidad de la identidad
de modo muestran a un personaje quien asume
diferentes papeles en función de la supervivencia.
- Actuaciones y ocasiones
La escenificación de la historia cultural va a mostrar, en
la línea de John Austin, la manera como los enunciados
más allá de describir situaciones, las provocan: los actos
de habla. De allí se alimentará la historia de las ideas
políticas. Las escenificaciones tienen que ver con la
asunción de un rol o un papel en relación con el/los otros
y, en ese sentido, ciertas actitudes son leídas en clave de
actuaciones que en algunos casos llegan a la
exageración: la sumisión de los esclavos a los amos, la
exacerbación de la masculinidad en espacios de
interacción entre hombres. Se destaca además que “la
actuación nunca es mera representación o expresión
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sino que desempeña un papel más activo, ya que el
significado se crea de nuevo en cada ocasión” (p. 119).
Con la aparición del concepto de escenificación “se
elimina la noción de una regla cultural prefijada,
sustituida ahora por la regla de improvisación” (p. 117).
Precisamente, este alejamiento de las reacciones
prefijadas y el consecuente acercamiento a “la noción
de respuestas flexibles en función de la ‘lógica’ o la
‘definición de la situación’” (p. 120), configura lo que
Burke denomina como ocasionalismo.
- Deconstrucción
Finalmente, la deconstrucción hace referencia a la
mirada en torno a la no-inocencia de los historiadores en
la construcción de las categorías sociales. “La idea de la
construcción cultural suscita problemas que todavía
distan de estar resueltos; especialmente tres
problemas: ¿quién lleva a cabo la construcción?, ¿con
qué constricciones?, ¿a partir de qué?” (p. 123).
BIBLIOGRAFÍA
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puede escribir historia”. Revista de Letras [En
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http://revistadeletras.net/peter-burke-sin-
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