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GRAN MARATÓN MARIANA

37 días de las manos de María


De Noviembre 1 a Diciembre 8

Hacer o renovar nuestra


Consagración a
la Divina Voluntad
por medio de nuestra Madre.

“VIGÉSIMO DIA”
ORACION PARA FUNDIRNOS EN LA VOLUNTAD DE DIOS A
TRAVÉS DE LA VOLUNTAD DE MARÍA.
Madre me fundo en tu voluntad. Ven Virgen María:
* A pensar en nuestras mentes.
* A mirar en nuestros ojos.
* A escuchar en nuestros oídos.
* A respirar en nuestros respiros.
* A hablar en nuestras bocas.
* A circular en nuestra sangre.
* A palpitar en nuestros corazones.
* A moverte en nuestros movimientos.
* A sufrir en nuestros sufrimientos y nuestras almas unidas a tu
Voluntad, sean los crucifijos vivientes inmolados para la
gloria del Padre.
* A Orar en nosotros y después, ofrécele a Jesús esta oración
como nuestra , para satisfacerle por las oraciones de todos y
darle al Padre la gloria que deberían darle todas las criaturas.
LA PERFECTA CONSAGRACIÓN A MARÍA

El conocimiento y
reinado de Jesucristo se
extenderá en el mundo
como consecuencia
necesaria del
conocimiento y reinado
de la Santísima Virgen.
¡Ella lo trajo la primera
vez y lo hará
resplandecer la
segunda!
20. MARIA
MEDIANERA
UNIVERSAL
Dios quiso que no tuviéramos
nada que no pasase por manos
de María.
San Bernardo
María es la medianera universal de todas las gracias. Esto quiere
decir que ninguna gracia baja del cielo a la tierra sin que María lo
sepa y lo consienta: todas pasan por sus maternales manos. Ella es
la dispensadora de los dones celestiales. Esta es la doctrina
enseñada por muchos santos y doctores.

¡Qué motivo de gratitud para con la Virgen, saber que todas las
gracias que de Dios he recibido, a Ella se las debo!...

Invoquemos a María en todos los instantes de la vida pero de


manera especial en las tentaciones y no caeremos. Acudamos a
Ella, en nuestras dudas y obtendremos la luz, en las enfermedades
para conseguir la salud si nos conviene, o la resignación cristiana;
en todos los peligros del alma y cuerpo y sentiremos el poderoso
valor de su protección.
A María debo agradecer la gracia santificante que poseo por
la misericordia de Dios; las gracias actuales que tan a
menudo recibo del cielo; virtudes infusas, los dones del
Espíritu Santo; el perdón de mis culpas, que tantísimas
veces he alcanzado por la confesión o por la contrición, la
remisión de las penas, que debiera pagar en la otra vida por
mis pecados ya perdonados; los mismos bienes temporales
conducentes a mi salvación…¿No he de amar con todo mi
corazón a tan insigne bienhechora?...No he de tener plena
confianza en María?. ..Por María me han de venir todos los
dones celestiales, todas las gracias de Dios. ¡María es el
acueducto de las divinas misericordias! ¡ Todo por María,
nada sin María!...
«María, nos llevará
a una vida de
perseverante
comunión con
Jesucristo y hará
que Cristo viva en
nosotros».
Dichosos los que escuchan mis consejos y se acercan a las puertas de
mi generosidad. Proverbios 8,34

Yo soy la Madre de la santa esperanza. Eclesiástico 24,24

Pedid y recibiréis para que vuestro gozo sea completo. Juan 16,24

En esos días María se levantó y fue apresuradamente a la región


montañosa, a una ciudad de Judá; y entró en casa de Zacarías y saludó
a Elizabeth.…Lucas 1,39-40

Es como las naves de mercader, trae su alimento de lejos. También se


levanta cuando aún es de noche, y da alimento a los de su casa, y tarea
a sus doncellas.…Proverbios 31,14

Bendita sea tu prudencia, y bendita seas tu que me has liberado de


proporcionar un tremendo castigo a las gentes. 1ª Samuel 25,33
Por María deben hallar a
Jesucristo las personas que
deben resplandecer en
santidad. Quien halla a María,
halla la VIDA
María anima a las personas espirituales para que no se
desanimen en su esfuerzo por ser mejores, y refrena a los
demonios para que no les hagan daño. San Buenaventura

Le pedimos a María que interceda por nosotros, para que


su dignidad de intercesora supla nuestra indignidad.
Confiamos en su intercesión no porque desconfiemos de la
misericordia de Dios, sino porque tememos a nuestra
propia indignidad. San Anselmo

¿Quién invocó a la Virgen María y no fue oído por


Ella?¿Quién imploró su poderoso auxilio y se vio
desamparado? Esto nunca aconteció ni acontecerá.
Papa Inocencio III
La devoción es para el cristiano como la respiración para
el cuerpo, pues así como el cuerpo cuando va perdiendo
la vida se disminuye su respiración, así el alma se
disminuye su vida espiritual si deja de encomendarse a
Nuestra Señora que nos ayuda a conseguir y conservar la
vida de la gracia divina.
San Germán

Dios colmó a la Santísima Virgen de toda suerte de


gracias, como a una fuente rebosante, para que por medio
de Ella, como por un amplísimo canal, recibamos todos
los bienes que necesitemos. Ella es como Graciaducto,
por el cual nos llegan sin cesar inmensas gracias
enviadas por nuestro Dios. San Bernardo
¡ Qué feliz se sentirá
esta DULCE MADRE!

¡Qué bien recompensada, cuando vea que tiene quien la


comprende, quien se le parece, quien la consiente, quien vive
como Ella de Voluntad de Dios! .
“Hija mía, ánimo en el camino del dolor, ve estos siete soles que me
salen del corazón, son mis siete dolores que me fructificaron tanta
gloria y esplendor, estos soles, fruto de mis dolores, saetean
continuamente el trono de la Santísima Trinidad, la cual, sintiéndose
herida me mandan siete canales de gracia continuamente,
convirtiéndome en dueña y Yo los dispongo para gloria de todo el Cielo,
para alivio de las almas purgantes, y para beneficio de todos los
viadores.” Volumen 4 Diciembre 21,1903

Ella es la Reina hacendosa que no sabe estar ociosa en su trono de


gloria, sino que desciende, corre como Madre en los actos y
necesidades de sus hijos, por eso agradécele por sus tantos cuidados
maternos, y agradece a Dios que ha dado a todas las generaciones una
Madre tan santa, amable, y que ama tanto, que llega a ser la que retira
todos los actos de ellos para cubrirlos con los suyos, y para suplir a lo
que en ellos falta de bello y de bueno.” Volumen 30, Diciembre 8, 1931
‘Majestad adorable, en mi amor que siempre surge para Ti, está el amor de mis
hijos fundido en el mío, que Yo, con derecho de Reina, he retirado en mi mar de
amor, para que puedas encontrar en mi amor el amor de todas las criaturas.’ Si
las criaturas adoran, si ruegan, si reparan, si sufren, descienden de la altura de
su trono el rayo de la adoración, el rayo de su oración, el rayo de su reparación,
emite el rayo vivificante de dentro del mar de sus dolores, e inviste y circunda la
adoración, la oración, la reparación, los sufrimientos de las criaturas, y cuando
han hecho y formado el acto, el mismo rayo de luz los eleva hasta su trono y se
funden en la fuente de los mares de la adoración, de la oración, de la reparación,
de los dolores de la Mamá Celestial, y repite: ‘Majestad Santísima, mi adoración
se extiende en todas las adoraciones de las criaturas, mi plegaria ruega en la
plegaria de ellas, repara con sus reparaciones, y como Madre, mis dolores
invisten y circundan sus penas, no me sentiré Reina si no corro y pongo mi acto
primero sobre todos los actos de ellas, ni gustaré las dulzuras de Madre si no
corro para circundar, ayudar, suplir embellecer, fortificar todos los actos de las
criaturas, y así poder decir: Los actos de mis hijos son uno con los míos, los
tengo en mi poder junto a Dios para defenderlos, ayudarlos y como prenda
segura que me alcanzarán en el Cielo. Volumen 30 Diciembre 8, 1931,
Por eso nuestro Amor escondido hacia cada criatura la
Soberana Señora lo posee todavía en el Cielo, es más, es
su más grande triunfo y contento, porque siente que su
Creador ama en su materno corazón a todas las criaturas, y
Ella haciendo de verdadera Madre, cuántas veces me las
esconde en su amor para hacerlas amar, en sus dolores
para hacerlas perdonar, en sus oraciones para hacerles dar
las gracias más grandes. ¡Ah! Ella es la que cubre y que
sabe cubrir y disculpar a sus hijos ante el trono de nuestra
Majestad, por eso hazte cubrir por tu Mamá Celestial, la
cual pensará en las necesidades de su hija.”
Volumen 33, Febrero 4, 1934
Mi Voluntad que no sabe hacer cosas pequeñas, formaba en su bella
alma mares de dolor y de amor por cada culpa y por cada criatura, por
eso la santa Virgencita desde el primer instante de su vida, era Reina
de dolor y de amor, porque nuestra Voluntad que todo puede, le daba
tal dolor y amor, que si no la hubiera sostenido con su Potencia,
habría muerto por cada culpa y tantas veces consumida de amor por
cuantas criaturas debían existir. Y nuestra Divinidad comenzó a tener,
en virtud de nuestra Voluntad, el dolor divino y el amor divino por
todos y por cada uno. Volumen 33, Abril 12, 1935

¡Oh! si todos supieran el gran bien que hicimos a las humanas


generaciones con darles a esta Celestial Reina, fue Ella quien preparó
la Redención, que venció a su Creador y que fue la portadora del
Verbo Eterno sobre la tierra, ¡ah! todos se estrecharían en torno de sus
rodillas maternas para implorar de Ella aquella Divina Voluntad de la
cual posee la Vida.” Volumen 33, Abril 12, 1935
VIGÉSIMO DÍA
La Reina del Cielo en el reino de la Divina Voluntad.
La Virgen, cielo adornado de estrellas; en este cielo el
Sol divino brilla con sus rayos fulgidísimos y llena
Cielo y tierra. Jesús en el seno de su Mamá
El alma a su Madre Reina:

Estoy nuevamente junto a ti Mamá celestial, vengo a alegrarme


contigo, e inclinándome a tus santos pies te saludo llena de gracia
y Madre de Jesús.
¡Oh! Ya no te volveré a encontrar sola, sino que encontraré junto
contigo a mi pequeño prisionero Jesús. De manera que seremos
tres y ya no solamente dos: Tú, Madre mía, Jesús y yo. ¡Qué
fortuna para mí, que si quiero encontrar a mi pequeño Rey Jesús,
basta encontrar a nuestra Madre Santísima. ¡Ah! Madre Santa,
desde la altura de Madre de un Dios en que te encuentras, ten
piedad de la miserable y pequeña hija tuya, dirige la primera
palabra por mí al pequeño prisionero Jesús a fin de que me de la
gran gracia de vivir de su Voluntad Divina!
Lección de la Reina del Cielo, Madre de Jesús:

Mi querida hija, hoy más que nunca te espero, mi materno corazón


está ansioso, siento la necesidad de desahogar mi ardiente amor con
mi hija, quiero decirte que soy Madre de Jesús. Mis alegrías son
infinitas, mares de felicidad me inundan, Yo puedo decir: soy Madre
de Jesús, su criatura, su esclava, y sólo al Fiat lo debo, me volvió
llena de gracia, preparó la digna habitación a mi Creador, por eso la
gloria, el honor y el agradecimiento sean siempre al Fiat Supremo.
Ahora escúchame hija de mi corazón, en cuanto fue formada con la
potencia del Fiat Divino la pequeña Humanidad de Jesús en mi seno,
el Sol del Verbo Eterno se encarnó en Ella. Yo tenía mi cielo formado
por el Fiat todo adornado de estrellas brillantísimas que irradiaban
alegrías, bienaventuranzas, armonías de bellezas divinas, y el Sol del
Verbo Eterno, resplandeciente de luz inaccesible vino a tomar su
puesto dentro de este cielo, escondido en su pequeña Humanidad,
El centro de este Sol Divino residía en su humanidad, mas no
pudiendo contener tanta luz se desborda inundando el cielo y la
tierra, llegaba a cada corazón y con su llamada de luz invitaba
insistentemente a cada criatura, y con sus voces de luz penetrante,
les decía:
«Hijos míos, ábranme, denme el puesto en vuestro corazón! He
descendido del Cielo a la tierra para formar en cada uno de ustedes
mi Vida; mi Madre es el centro donde resido y todos mis hijos
serán la circunferencia donde quiero formar tantas Vidas mías por
cuantos hijos tengo.»
Y su misteriosa luz llamaba y volvía a llamar sin cesar jamás, y la
pequeña Humanidad de Jesús gemía, lloraba, sufría atrozmente y
dentro de aquella luz que llegaba a todos los corazones hacía
correr sus lágrimas, sus gemidos y sus atroces penas de amor y
de dolor.
Ahora tú debes saber que para tu Mamá comenzó una nueva vida, Yo
estaba al día de todo lo que hacía mi Hijo; lo veía devorado por mares de
llamas de amor, cada latido suyo, respiro y pena, eran mares de amor
que salían de él y en ellos envolvía a todas las criaturas para hacerlas
suyas a fuerza de amor y de dolor. Porque tú debes saber que en cuanto
fue concebida su pequeña Humanidad, concibió todas las penas que
debía sufrir hasta el final de su vida, encerró en Sí mismo a todas las
almas, porque como Dios ninguno se le podía escapar, su inmensidad
encerraba a todas las criaturas, su Omnividencia, hacía que a todas las
tuviera presentes; por eso mi Jesús, mi Hijo, sentía el peso y el fardo de
todos los pecados de cada una de las criaturas. Y Yo, tu Madre, lo seguía
en todo y sentí en mi materno corazón la nueva generación de las penas
de mi Jesús, y la nueva generación de todas las almas que como Madre
debía engendrar junto con Jesús a la gracia, a la luz, a la vida nueva que
mi querido Hijo vino a traer a la tierra.
Hija mía, tú debes saber que desde que Yo fui concebida te amé como
Madre, te sentía en mi corazón, ardía de amor por ti, pero no
entendía el por qué; el Fiat Divino me hacía comportarme como si
fuera tu Madre, pero me tenía oculto el secreto. Pero en cuanto se
encarnó me reveló el secreto y comprendí la fecundidad de mi
maternidad, es decir, que no sólo debía ser madre de Jesús, sino
Madre de todos, y esta maternidad debía ser formada sobre la
hoguera del dolor y del amor. Hija mía, ¡cuánto te he amado y te amo!
Ahora escucha hija querida hasta dónde se puede llegar cuando el
Divino Querer toma la vida obrante en la criatura y la voluntad
humana lo deja hacer sin impedirle el paso. Este Fiat, que en
naturaleza posee la virtud generativa, genera todos los bienes en la
criatura, la hace fecunda, dándole la maternidad, transformándola así
en Madre de todos, de todos los bienes, y de Aquél que la creó.
Maternidad significa verdadero amor, amor heroico, amor
que prefiere morir para dar vida a quien ha engendrado; si
no es así, la palabra maternidad es estéril, está vacía y se
reduce a simples palabras, pero en los hechos no existe.

Por lo tanto hija mía, si quieres la generación de todos los


bienes, haz que el Fiat tome posesión de ti con su vida
operante, el cual te dará la maternidad y amarás a todos
con amor de madre, y Yo, tu Mamá, te enseñaré el modo
cómo fecundar en ti esta maternidad toda santa y divina.
El alma:

Mamá santa, me abandono en tus brazos. ¡Oh! cómo quisiera bañar tus
manos maternas con mis lágrimas, para moverte a compasión por el
estado de mi pobre alma. ¡Ah! si me amas como Mamá enciérrame en tu
corazón, y tu amor queme mis miserias, mis debilidades, y la potencia
del Fiat Divino que Tú posees como Reina forme su Vida obrante en mí,
de modo que pueda decir: “Mi Mamá es toda para mí, y yo soy toda para
Ella.”

Propósito: Hoy para honrarme agradecerás al Señor a nombre de todos


porque se encarnó y se hizo prisionero en mi seno, dándome el gran
honor de elegirme como Madre suya,

Jaculatoria: Madre de Jesús, hazme de Mamá y guíame en el camino de


la Voluntad de Dios.
Práctica para este día

Para dar gusto a María hoy estaré atenta a las


necesidades de mis hermanos para ser madre de
las almas. Haré mis acciones con el único fin de
agradar a mi Madre, diciendo a menudo: “todo por
Ti, Madre mía”
María, Madre
de todas
las gracias.
“ Te amo, y Tú ámame;
dale un sorbo de
Voluntad de Dios a mi
alma, y dame tu
bendición para que
pueda hacer todas mis
acciones bajo tu mirada
materna».
ACCIÓN DE GRACIAS A JESÚS
POR LA VIRGEN MARÍA
“Dulce Jesús mío, unido estrechamente a ti, quiero darte el
testimonio de mi amor, de mi agradecimiento y de todo lo que la
criatura está en deber de hacer para contigo por haber Tú creado a
nuestra Reina y Madre Inmaculada, la más bella, la más santa, y un
portento de la Gracia, por haberla enriquecido con todos los dones
y también por haberla hecho Madre nuestra.
Esto lo hago a nombre de todas las criaturas: pasadas, presentes y
futuras; quiero tomar cada acto de criatura, cada palabra, cada
pensamiento, cada latido y cada paso, y en cada uno de ellos
decirte que te amo, te doy gracias, te bendigo, te adoro por todo lo
que has obrado en tu Madre Celestial y Madre nuestra.” Amén.
Volumen 12, Diciembre 18, 1920

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