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LA R E V I S T A f f D E L A M U J E R I N T E L I G E N T E

LA JUVENTUD DICE ADIÓS A LA V I D A . . .

Año Vil - BUENOS AIRES, JUNIO 1940 - No. 80

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NUEVA PUBLICACIÓN DE LA BIBLIOTECA RACIONALISTA

¿QUÉ ES EL RACIONALISMO? ¡
cQUÉ ES EL LAICISMO?
(
Por ALBERT BAYET
*•
Sus capítulos contienen: JJ
*•
*•
I. ¿Qué es el Racionalismo? j *
II. El Racionalismo religioso. <•
III. El Racionalismo metafísico. '»•
IV El Racionalismo científico. '*
V ¿Hay una crisis del determinismo? \\
VI. Ciencia y moral. \\
•' !•
Precio del ejemplar, $ 1.50. Franqueo, 0.10. J2
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Pídalo a "VIDA FEMENINA '' Ü

TT. J T71 • Número suelto $ 0.20


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Año VII Buenos Aires, Junio de 1940 N.° 80

¡Francia!

Esa sola palabra, y en ella, toda la admiración y el dolor que


sentimos ante su heroico sacrificio.

Desangrada y exhausta, frente a su juventud tronchada y ante


el espectáculo terrible de sus niños asesinados, pidió la p'jiz.

Paz con dignidad,''-—dijo—, y el mundo dudó que Francia


pudiera obtenerla.

La carrfcra del monstruo teutón ha sido tan brillante, porque


en especial modo se ha empeñado en matar la dignidad de los pue­
blos que somete.

¡Francia!

La cuna del libre pensamiento; cuna de los derechos del hom­


bre y tierra del agudo espíritu crítico, no pudo conseguir la paz
con dignidad. Su enemigo hubiera dejado de ser quien es.

Francia empuña sus armas y galvaniza a sus hijos con los acor­
des inmortales de su Marsellesa. Los hombres y mujeres libres del
mundo gritamos ¡Francia! y en ese nombre sagrado para la inci­
piente libertad humana, gritamos nuestra fe y nuestra esperanza
en el destino de la humanidad.
Pá«. 4 V I D A F E M E N I N A

El
Deber

de la

Hora

que

Vivimos
Atravesamos tiempos difíciles cuyo valor es No creemos que el sometimiento de la masa
inmenso.. Marcarán el final de un mundo y de un país a la voluntad de un amo y de sus
el comienzo de otro. sicarios sea un valor nuevo ni encierre una
No creemos que el porvenir pertenezca a la potencia constructiva que la señale como una
fuerza militar, aun cuando ella esté hoy arma­ tendencia de futuro.
da con todas las potencias que la técnica le No creemos que la fanatización sistemática­
ha concedido en una aberración de la inteli­ de un pueblo, desde la cuna hasta la tumba,
gencia creadora, hoy pagada por un tremendo aun cuando ella utilice todos los medios crea­
Sacrificio. dos por la ciencia para la difusión del pen­
No creemos que las naciones totalitarias que samiento, señale las directivas de éste, que sólo­
empuñan las armas ofensivas con total despre­ es creador cuando es libre.
cio de la vida, del trabajo y de la ciencia, en­ No creemos que la 'deslealtad, la traición, el
cierren en su organización el sentido del deve­ desprecio del derecho en todas sus formas,
nir humano. puedan inaugurar un nuevo período histórico.
J U N I O D E 1 9 4 0 Págr. r,

,Lo histórico entraña siempre la convivencia. bre contra la autoridad, la de los dioses o la
Es la existencia social y la memoria y la he­ de otros hombres; toda la historia humanajio
rencia de las generaciones entretejidas por la es sino la expresión de esa lucha. Esclavos y
permanencia biológica y la continuidad en el plebeyos contra patricios, siervos contra no­
trabajo. Nada de todo, ello es posible sin re­ bles, explotados contra explotadores, pobres
glas y leyes. La humanidad lo ha aprendido contra ricos, dominados contra dominadores.
a través de un larguísimo esfuerzo que se ini­ Cambian los nombres, los lugares, el tiempo,
cia en la prehistoria. El sentido progresivo no pero sustancialmente el sentido es el mismo y
puede estar en el desconocimiento de ésas re­ a través de siglos incontables algo se fortalece
glas, leyes y principios tan lenta y penosamen­ y se afirma: el valor del individuo, sus dere­
te elaborados. Ellos son los que han permitido chos; un sentimiento se elabora: el de la jus­
la convivencia, la extensión del mundo habi­ ticia; una gran fuerza creadora avanza, la so­
tado, la penetración de los pueblos y la muí lidaridad humana.
tiplicación hasta lo infinito del esfuerzo crea­ Con todos sus defectos, errores y limitacio­
dor del hombre. nes, ese patrimonio humano está depositado en
En la lucha que presenciamos las fuerzas las democracias. Perderlo sería desandar un
antagónicas se definen claramente. Con el terrible camino.
triunfo del totalitarismo se afianzaría, quién Tal es el sentido de estas horas, tal el deber
sabe por cuánto tiempo, un régimen de vida que se señala imperioso: luchar en cualquier
sontrario a la civilización. La fuerza bruta, terreno, en cualquier momento, en defensa de
vencedora, adquiriría una omnipotencia aplas­ la democracia.
tante y sería la única razón del mundo. El mundo nuevo no está contenido en los
regímenes totalitarios aun cuando ellos lo pre­
La traición largamente preparada, la menti­ tendan, son lo más viejo de la historia: el des­
ra, la delación, el servilismo y el miedo serían potismo, la conquista armada, el despojo.
los ejes morales de ese nuevo mundo, puesto Lo nuevo se estaba elaborando en las de­
que han sido sus medios de triunfo. mocracias, por juego libre de grandes corrien­
Las naciones se convertirían en grandes, fe­ tes económicas, sociales, morales.
cundos y pacientes rebaños a los que se ase­ Esta creacjón ha sido brutalmente detenida
guraría "panem et circenses" por el resurgimiento de lo que no quiere mo­
¿Es esto nuevo? rir: la autoridad, la supremacía de la fuerza.
No. Es el resurgimiento del pasado en sus ¿Quién vencerá? En ello está la suerte del
mundo, de este mundo del cual formamos parte
períodos más penosos.
integrante, con el cual nos hundiremos o nos
El porvenir humano sólo puede estar en el levantaremos.
engrandecimiento continuo de las fuerzas cons­
tructivas. ¿Cabe la indiferencia?
El mito de Prometeo conserva siempre su
gran valor simbólico. Es la rebelión del hom- Alicia MOREAU DE JUSTO

Ser capaz de gobierno, es ser capaz de sacrificio. des del pueblo. En esto hay la m'ás profunda relaja­
Eea disposición es la que falta y conviene a nues­ ción y bajeza. Etl que especula, el que bu.^ca empleos,
tras sociedades. Ella dehe fomentarse, por loa publi­ sigue este sistema. Liberales de industria, patriotas
cistas honrados. No es misión 'halagüeña; no trae de piltrafa, progresistas de especulación, que viven
simpatías; es el rol del maestro que enseña y adoc­ de su 'declamación, sin tener oficio, ni profesión útil;
trina, del apóstol que predica y enseña la ley y el vagos de frac, que venden al populacho sus lisonjas
respeto a la ley: cuando más excita respeto, perj cohardes, como sus sonidos venales esis organistas
no simpatía. Se engendra amor, por el contrario, se que recorren las calles.
excita entusiasmo, ipor la alabanza, por la lisonja,
por el incienso al pueblo y a los vicios y debilida- JUAN B. ALBERDI.
Pág. 6 VIDA F i E M E N I N A

LA VOZ DEL CAMPO

Ma rtin
Fierro (Continuación)

Lo que pinta este pincel tracción y especial conocimiento de los proble­


Ni el tiempo) lo ha de\ borrar mas campesinos.
Ninguno se ha de animar En el poema de Hernández se comprueba lo
A corregirme la plana; que sostengo:
No pinta quien tiene, gana
Sino quién sabe pintar. Al dirme dejé hacienda,
Que era todito mi haber;
También pintó su pincel las escenas dolorosas Pronto debíamos volver,
de nuestra realidad social y política, de aquella Sigún el juez prometía,
época, que como manifesté en mi charla ante­ Y hasta entonces cuidaría
rior, hoy resultan, pese a los años transcurridos, De los bienes la mujer.
de una actualidad impresionante. Ni siquiera han
complacido a Martín Fierro en una de sus últir Después me contó un vecino
mas aspiraciones: casa para sus descendientes. Que el campo se lo pidieron,
¿ Acaso han querido corregir la plana de su ima­ La hacienda se la vendieron
ginación haciéndolas muy suntuosas ? Ni esta du­ Pa pagar arrendamientos,
da puede torturar mucho tiempo nuestros espí­ Y que sé yo cuántos cuentos;
ritus ; la mayoría de las viviendas campesinas es­ Pero todo lo fundieron.
tán desprovistas de comodidad. Esta comproba­
ción hace qu& la autora de Nuestro Hombre nos La china de Martín Fierro fue incapaz de sos­
incite a tener: "Casa y cuarto propio. Es nece­ tener un hogar que contaba bases sólidas.
sario que mis muchachas argentinas lo logren en ¿Por qué lo llevó todo la justicia con pretextos
una cruzada firme donde pongan más corazón fútiles? Por incapacidad de la mujer. Teniendo
que discursos. No es reclamar demasiado" la mujer campesina una sólida preparación, no.
justifico de manera alguna la huida con ningún
Yo que he vivido siempre en casas cómodas,
avechucho por muy sola que quedara defen­
confieso, amigas de la ciudad, no me atrevería a
diendo su casa.
reclamar tanto. ¿ Espíritu de contradicción ? ¡ Qui'
esperanza! Conociendo el ambiente de la campi­ En la actualidad persisten iguales problemas
ña argentina, sé que se le exige mucho. que resolver. Más de una campesina, presa de la
mayor angustia, ha desfilado por mi hogar para
De niña conocí al campo bajo sus mejores as­ que sirviera de arbitro, ante problema que se les
pectos : buena vivienda, posición económica des­presentaban, sin solución o de muy dudosa so­
ahogada. Más tarde, cuando la crisis se hizo
lución, dado que ellas contaban como defensa
sentir en mi hogar (como en tantísimos) conta­
única de sus hogares a sus corazones de ma­
ba a mi favor, una clara visión de los problemas
dre. .. Pero amigas, ¡guay! de la mujer que no
de la campaña, gracias a una institución que
comprenda las habilidades del caudillo lugareño,
con ser sólo mediana, la considero en todo mo­
nunca sabrá hasta dónde se extienden sus redes
mento un arma poderosa y necesaria para lu­
y os advierto, que buenas las pasará!... Unsá
char con éxito —por el hogar— en un ambien­
te hostil para todo lo que signifique progreso. veces hectáreas que aparecían demás por arte y
como es el campo. magia del latifundista... ; otras, un documenta
dejado por la mujer campesina en manos db
¿Qué dirán mis amigas las campesinas, que confianza (el pulpo lugareño, que hábilmente lo
no cuentan con esta arma para la defensa de su habrá esfumado); otras, ¿por qué negarlo?, la
hogar y se debaten en medio de una gran po­ amenaza del caudillo por enviar a sus hijos a la.
breza? Más que corazón se necesita para tener escuela... ¿no lo creen? Sí, muy a pesar mío,
casa y cuarto propio. ¡Pobre corazón! no resis­ debo decirles que subsisten esos hábitos en la
tiría si no fuera parapetado en una buena ins- (Sigue en la página 43)
J U N 1 0 D E 1 9 4 0 ViK. 7

ROSALÍA DE CASTRO

Una Reliquia en Peligro

En el caserío Torres de Hermida, en Lostrove, en


la riente Galicia, existe todavía la antigua casa que ha­
bitara Rosalía de Castro, la melancólica y dulcísima poe­
tisa llamada el ruiseñor de Galicia. En aquella casa, aun
se conserva la mesa de piedra, en donde Rosalía escri­
biera sus Cantares gallegos y sus Follas nuovas. Muchos
Sabemos que no una, sino todo
un pasado de cultura materializa­
niños de la escuela aldeana conocieron esa mesa, junto
do en cientos de inileía de re­ a la cual Rosalía les recitaba versos y luego compartía
cuerdos y reliquias amadas, está con ellos nueces y pan centeno. .
en peligro de muerte. Y entre las
reliquias, la mayor y más sagra­ Los años han respetado la residencia de Rosalía.
da, —la vida humana— en todo
un continente. Pero ahora está amenazada por una orden de demolición.
Pero asi y todo, damos la noti­ El escritor gallego Fortunato Cruces, acaba de dirigirse
cia de la pérdida que parece in­
minente. Seria destruir un testi­
a sus compatriotas de Indoamérica, para que expresen
monio material, —único valedero sin tardanza el deseo de ver conservada la ya histórica
para muchos— de la existencia de
una mujer que swpo expresar la
casa. ¿Llegarán a tiempo las voces de cuantos admiran y
belleza de un gran espíritu. aman a Rosalía de Castro?
l>á g . 8 V I D A F K M K N I N A

H.ibíamos asistido a un reflorecimien­


to fantástico de moral. En la provincia de
Buenos Aires, la moral católica estaba en vías
de regenerarlo todo.
El catecismo irrumpía
al cor
2 en las cabezas de los chicos de

las escuelas, con el mismo fra­

gor con que las huestes de Hitler

irrumpen sobre las poblaciones laboriosas y ho­


nestas. (No sé por qué, a pesar del credo vo­
tánico que dice profesar el Atila motorizado,
siempre se me escapa alguna comparación en tre este bárbaro y el catolicismo. de algu­
nos católicos).
Bien, el ambiente moral exudaba incienso.
De pronto, el tapao se destapa, y junto a la moral cunde por los aires la noticia de
desfalcos fenomenales en las comunas moralizadas y moralizadoras.
Cualquiera podría pensar mal. Pero no olvidemos que esta moral, como no es mate­
rialista no le da importancia al dinero. Puede moralizar y apoderarse de dineros ajenos.
Ella cuida el alma, nada más que el alma.
ti * ti
Este proceder está estrechamente relacionado con el proceder marital de un señor

de mucho fuste.

Hería mis oídos de jovencita (¡cuánta agua ha corrido ya bajo el puente!) el co­

mentario siempre jocoso de los vecinos de su establecimiento de campo. Cada verano,

2 cuando no el mayordomo, era el capataz o el cochero, quienes difundían las

frases moralizadoras más pintorescas, dirigidas todas a su ejemplar esposa.

—¡Acabo de verle la pierna, señora; eso no está bien en una dama!

—Tal frase surgía de sus adus tos labios, mientras la buena señora, se esfor­

zaba por no enredarse en su pollerón y sus enaguas, mientras subía al break.

—¡Usted no está en edad de lucir sus brazos! ¡No es ese el ejemplo que sus hijas

merecen! —tronaba con furia, anonadando a doña Carmela, que pretendía tomar fresco

en el parque de su casa, bien cubierta con un batón, transparente en el antebrazo.

Aquello no era un hombre; era la encarnación de la Pudibundez.


No hace muchos años, don Pudibundo se presentó en su establecimiento, amartelado

y estupendamente rendido, a los pies de una joven de 20 abriles. nada digamos de sus

inviernos.

ti * ti
Tenemos que convencernos que las mujeres somos lo malo entre lo malísimo. Y los
hombres, ¡tesoros de ingenuidad!, las pocas veces que hacen algo mal, lo hacen por culpa
de la mujer.
A tal conclusión acabo de llegar, después de leer una correspondencia de Julián
de Zugazagoitía a "La Vanguardia"
En dicha colaboración se afirma que Leopoldo III hizo lo que hizo,
por culpa de su madre, alemana.
El rey de Bélgica por herencia, y rey de la creación por el sexo, pa­
rece ser que no merecía ninguno de sus reinados. Era un pelele incurable.
Yo creo, naturalmente, que eso debieron verlo antes de ese momento, los barbudos
subditos de Leopoldo.
Y si va a resultar que todas las brutalidades y todas las bajezas que cometen los
hombres, han sido inspiradas por una mujer, no deben ellos cargar ante la historia con cul­
pas que no tienen. Dennos participación en el desaguisado, señores.
Queremos hacer barbaridades a cara descubierta.
No se olviden que todas somos muy maternales, y nos choca que a nuestros hijitos
¡os engañen así.
<Pá
J U N I O D E 1 9 4 0 *'

Muchos se quejan y vociferan, dicien­


do que nuestro idioma no es un arma flexible;

rer que muchos estados de ánimo no pueden ser


reflejados por palabras, y que se pierden mil
matices y centenares de sutilezas.
Charlas de incapaces.

días ¿Que nuestro idioma es


duro? ¡Blasfemia!
Soy una admiradora del idioma de
Franco. ¿Se puede asistir impasible a las suti­
lezas expresivas del gran español, que mata
creyentes para salvar la fe, y abre las puertas de la patria a los invasores, para labrar la gran­
deza de España?
Este bueno. No digo nada más de los extraños. Ese proverbio de la viga y
la paja y los ojos ajenos y propios, me intimida.
Parece ser que aquí, en mi país, a los borrachos encumbrados que atentan contra la
vida de pacíficos transeúntes, se los sobresee definitivamente. porque obraron en estado
de inconsciencia.
~~ En vista y considerando que la justicia se inclina hacia una dulcedumbre paradisíaca,
y que arrecia la propaganda a favor del con sumo del vino, con lo que dicho queda, aumen­
tarán los estados de inconsciencia, yo os aconsejo, amadas mías, que os protejáis con buenas
armaduras de fierro. ^
Este atavío un tanto rígido, es preferible a que os debáis conformaros con un diag­
nóstico de estado satisfactorio, y una parálisis sin metáfora, para el resto de vuestros días.

Tragicomedia en 3 actos y un epílogo.


ACTO I 9 — A altas horas de la noche, fuego en un polvorín.
9
ACTO 2 — Detención de los sospechosos que provocaron la alarma

5 del centinela.
9
ACTO 3 — Entrega délos detenidos a la policía. Interrogatorio. Ac­
tuación de la policía.
EPÍLOGO. — Los detenidos no eran dir igentes obreros. No hay peligro de disolu­
ción social.
Aquí no pasó nada.

El argumento resultó una obra maestra.


Sin nada que quitarle, ni nada que agregarle.

¡Magníficamente sobrio!

Argumento de persona acostumbr ada a usar la cabeza, no sólo para lle­


var modelitos
Decía B, acomodaticia persona que reverencia siempre a los que su­
ben o se encaraman:
—Tolita (es la vice-rectora de un gran instituto secundario, recién
nombradita) sostiene que con el triunfo alemán, triunfará la disciplina, y
que es necesario en el mundo en esta hora.
¡Ah, sí! —le replicaron—. Pues dígale usted a Tolita, que en nombre de esa
disciplina que ella elogia, debe renunciar al puesto que acaban de darle, porque nada evi­
dencia mayor indisciplina que el ascenso de los incapaces.
P&g. 10 VIDA F E M E N I N A

A
Yo no puedo afirmar que el diablo huye ante
B

tad y asegurar la Paz sobre el área más vasta


la sola visión de la cruz, trazada en el aire. posible del planeta"
No lo puedo afirmar porque a mí, nunca se Hay, en muchos, una indignación comiquísi­
ana apareció el diablo. ma contra los ingleses; no les perdonan esa ha­
Pero sí puedo asegurar que muchas perso­ bilidad tan suya, para apoderarse de todo lo
nas huyen con una facilidad asombrosa de la que les conviene. Pero no son los comunistas
médula de los problemas sociales, apenas se quienes deben ponerse a tirar piedras...
Jes presenta la más flaca oportunidad. Y en Lo terrible está en que se van adueñando de
lesa, huida, no olvidan llevar agua para BU todo, por vías legales, generalmente. Contratos
molinito, aun a riesgo de dejar seco el gran inobjetables nos dicen claramente que no es
molino de la colectividad. uno solo el culpable. En todo contrato de com­
pra-ventta hay dos voluntades en juego y siem­
pre al lado del más hábil comprador, está el
indecente, el indecentísimo vendedor.
Los comunizantes criollos están en danza. Los habitantes de los países ricos y de rique­
Su prédica sistemática contra el imperialis­ zas mal aprovechadas, como el nuestro, están
mo inglés alcanza tonalidades tan falsas y chi­ peligrando siempre. El momento actual lo dice
llonas que sólo a fuerza de bu'enos nervios claramente.
puede aguantarse la andanada. Los argentinos debemos profesar un senti­
No se concibe que en esos argumentos, elabo­ miento patriótico activo; debemos ser fervoro­
rados en cerebros argentinos, sólo esté en juego sos militantes del trabajo. Cada ciudadano de-
la idea, el ideal, la patria o cualquier otra enti­ be ser un celoso guardián de sus derechos, y los
dad respetable. que, desde la tribuna o la prensa, se atreven a
Cuando en momentos como los actuales, de declararse guías, u orientadores, deben inducir
una dramaticidad tan álgida, se quiere llevar al pueblo argentino a que se entere de la reali­
al primer plano, con carácter exclusivo y a dad nacional, antes que marearlo con las danzas
tambor batiente, una realidad que gravitó siem­ y contradanzas del país de las maravillas. Para
pre en el país y se la quiere ribetear con contor­ cumplir ciegamente consignas, conformémosnos
nos catastróficos, el empeño, —por epiléptico, con'las poéticas del pericón nacional.
— hace sonreír. Se percibe detrás de todo esto Por más que una se esmere, no consigue di­
una silueta repugnante. visar la sinceridad, en este fluir de epítetos.
A nadie escapa que si en estos momentos, Quienes atacan a Inglaterra, sólo lo hacen
hay algo catastrófico, ello es la expansión nazi, deseando servir a Hitler. ¿Qué atrás está la
para todo aquel que en algo estime los altos va­ figura del ídolo máximo, Stalin ? ¡ Bah! Quie­
lores humanos. nes usan la libertad de expresión para implorar
Con el imperialismo inglés, cuya influencia el bozal, tanto eo'men en un pesebre rojo, como
ha venido en aumento desde los días de la re­ en un pesebre negro.
organización nacional, se han podido desenvol­
ver y desarrollar en el país valores morales y B
conquistas políticas que no sobrevivirían un mi­
nuto al triunfo nazi. Y hoy no podemos hacer­ Da miedo mirar a algunos semejantes. Se
nos los ingenuos ni los coquetones: quien no está les ven las uñas largas y fuertes y las mandíbu­
con los nazis, es forzoso que anhele el triunfo las que pugnan por huir de la vecindad del ce­
de las viejas democracias europeas, y todos los rebro; no le perdonan el mal rato que un día
que no están eerebralmente anquilosados, por les hizo pasar, cuando al concebir una idea no­
fuerza reconocen que hay algo de verdad en la ble se sintieron disminuidas.
orgullosa afirmación de Cécil John Rhodes, El monstruo nazi, que todo lo aplasta y con­
cuando dice que su raza es la que más ha hecho tra todo arremete, da coraje a muchos escritores
"por establecer la Justicia, promover la Liber­ para despotricar contra los pacifistas.
J U N I O IDiE 1 9 4 0 P á g . 11

Las pequeñas naciones absorbidas por Hitler, ¿Culpa de un ideal de armonía humana?
fueron víctimas del bárbaro, porque no supie­ No. Culpa de malabaristas retrógrados, que
ron gastar en armas todo su patrimonio, y es en esas mismas democracias que hoy son la es­
causante de la tragedia de Noruega la ejemplar, peranza del mundo civilizado, apreciaban más
el egoísmo de un pueblo desvirilizado por un sus pequeños intereses de camarilla, que los va­
fciglo de paz... lores permanentes del Progreso.
Hay también espíritus sensibles, muy sensi­ Nada debe vigilarse tanto, cuidarse tan celo­
bles. Ante un grave trastorno social pierden la samente, como estas armas nuevas que tiene el
brújula que les marca el norte del progreso y, hombre para cumplir su misión civilizadora:
huérfanos en medio del caos, se apoyan en la Democracia, Socialismo, Pacifismo, Coopera­
caverna. ción.
Es necesario endurecerse un poco; cobrar No es cuestión de rótulo. Son grandes ideales
aliento y no tirar, como lastre inservible, lo úni­ en cotidiana acción civilizadora y valdrán en
co que da sentido a la vida: los altos ideales. cuanto permitan a la sociedad humana desenvol­
Creo que ya nadie desconoce cuál es el saldo verse armónicamente, con miras a un futuro
que dejan las guerras: muerte, miseria, enfer­ mejor.
medad, locura. Me dicen que hay maestros argentinos que
¿Es honesto pensar que siempre la humani­ aconsejan espartaquizar a la juventud.
dad será diezmada por guerras cada día más Yo no creo que idea tan peregrina quepa en
bárbaras? ¿Es disparatado concebir que llega­ la masa encefálica de ningún ciudadano con dos
rá un día en que las naciones podrán dirimir dedos de frente.
sus diferencias en un estrado de justicia inter­ ¿Ignora el educador que tal aconseja, —si es
nacional, tan sólidamente sostenido por todos verdad lo que dicen,— que a los jóvenes espar­
los países, como en la actualidad en cada país tanos se los obligaba a robar, y se los castigaba
civilizado están sus Cortes de Justicia. si era el hurto descubierto?
Un fracaso, el de la Sociedad de las Nacio­ ¿Pretende el distinguido educador, que todos
nes, no justifica tan negro pesimismo. los jóvenes argentinos tengan entradas en la
Durante siglos, los individuos se arreglaban Policía ?
con sus uñas y sus dientes para solucionar sus Los tiempos han cambiado, —y aunque aun
querellas, y hoy, teniendo todos tan siquiera un no están tan buenos como para que cuajen loa
faconcito para hacerse justicia, con poco que grandes ideales—, hay ya muchos buenos pesqui­
lo pretendan, se los encierra entre altos muros. zantes. Mal les iría a los jóvenes espartaquiza­
No nos dejemos derrotar tan fácilmente. dos.
Trabajemos por desentrañar la verdad, hur­ Con lo cual dicho queda, colega, que si los
gando en las entrañas de la terrible realidad anhelos mejores se prestan para la solfa de mu­
presente, y quizá nos tengamos que hacer pre­ chos plumíferos, no les falta a los deseos retró­
guntas como esta: ¿por qué dejaron las-demo­ grados, resquicios por donde meterles un poco
cracias europeas que creciera tanto el poderío de sal y pimienta.
¡militar de Alemania si ésta nunca disimuló sus
ansias de expansión? ¿Culpa de los pacifistas? MARÍA L. BERRONDO.

TECH0S
I . OKTIJEB e Hijo
# CHALETS
OLLEROS 3938 II. T. 54 - 4393 ZINGUERIA
V I D A F E M E N I N A
P á g . 12

La Minga en e 1

Noroeste Argentino

PRIMERA COSECHA DE TRIGO

Era a principio de noviem­ su país, unidos los dones atra­


POR yentes de parajes privilegia­
bre de no hace muchos años,
cuando en compañía de cole- NICOLÁS CUELLO dos por la naturaleza, a la
gas excursionistas visitamos iniciativa provista, de empuje
la importante villa de Tino­ para convertir cuanto en an­
gasta, cabecera del departa­ Para "VIDA FEMENINA" taño' era producto del esfuer­
mento del mismo1 nombre. zo primitivo, en magnífica os­
Su edificación no moderna tentación de vida, de esperan­
mosféricos exterminadores de
pero .bien alineada, así como za, de bienestar.
frutales, no aleja las suposi­
el paralelismo de sus calles y ciones de qué personas em­ En cuanto llegamos, lo pri­
la perpendicularidad entre prendedoras, podrían a corte mero que hicimos fue vincu­
las transversales, unido a la plazo, transformar la villa larnos a personas sujetas a
ubicación de la plaza princi­ atrayente y próspera, en la horario en sus empleos y a ve­
pal y oficinas públicas; tam­ urbe de riquezas infinitas y cinos entregados a trabajos
bién a la centralización de las leyendas de delicada trama y que por la naturaleza de los
más acreditadas casas de co­ exquisito gusto, para quitar mismos, permitíanles dispo­
mercio, escuela graduada su­ d e l pasado legendario l a s ner a igual de los primeros,
perior e instituciones de cré­ creencias dominantes y las su­ de horas libres para reunirse
dito, de cultura y de sociabi­ persticiones bien entradas en en las dos únicas casas de hos­
lidad, señalaban las perspec­ el espíritu místico, de esos pedaje que abrían con éxito
tivas de una ciudad progresis­ •moradores aislados por las sus puertas, y recorrer en al­
ta en nacimiento. La estación distancias y las elevadas sie­ gunos momentos, los callejo­
terminal de la línea férrea del rras, que paralelas a la ma­ nes de los barrios que circun­
Estado, concurre a marear gestuosa y empinada Cordille­ dan el pueblo. De este modo
acentuadamente, la visión de ra de los Andes, corren de presenciamos labores para nos­
un emporio comercial en vías norte a sud, cual murallas otros novedosas por la forma
por demás halagadoras para inaccesibles a la técnjica fle de realizarlas y nos interiori­
e 1 adelanto del extenso y aquellos autóctonos herederos zamos de leyendas, que en el
apartado departamento. A de los conocimientos y cos­ transcurso de los años han
ella convergen los medios de tumbres diaguitas. cambiado de forma en su na­
transporte de productos, co­ La extensión apreciable de rración por efectos del léxico
rrespondencia y pasajeros de los terrenos labrados anual­ mal o bien dominado del ex­
diversas poblaci o n e s, villas, mente con destino a la siem­ positor, pero que conservan
aldeas y estancias situadas ha- bra de cereales y aquellos inalterable en cambio, la esen­
cia el norte y del departamen­ plantados de diversas clases cia y el fondo de lo que decir
to colindante de Belén. de peras, vid, higos, duraznos se quiere.
El dique construido en el y damascos; como los prepa­
Cierto día mientras esperá­
río Abaucan para el mejor rados para las cosechas de za­
bamos la asistencia de todos
aprovechamiento de las aguas, pallos, de sandías y melones;
los integrantes del grupo para
que han de regar a ambas hortalizas y legumbres; olea­
márgenes los sembradíos pro­ efectuar nuestro aeo'stumbra­
ginosas, textiles y forrajeras,
misores de trigo y de maíz, levantan el ánimo del viajero do paseo de las tardes, se nos
casi nunca destruidos por las observador, ansioso de encon­ presentó un paisano tostado
múltiples plagas o agentes at- trar en los diversos frutos de
(Sigue en la página 35)
-.i

Que es una Cooperativa

Para VIDA FEMENINA


Muchas personas ignoran exactamente lo que precio libre' de todo elemento parasitario.''
es una cooperativa de consumo. Tienen algunas Y un eminente profesor de la Universidad de
referencias vagas, generalmente equivocadas, Buenos Aires, el Dr. Juan José Díaz Arana, ha
cuando no contrarias. dicho: "La venta que tenga por objeto el lu­
Para una buena parte del público, una coope­ cro, es un cambio entre enemigos, en el cual el
rativa es un simple almacén. Y, sin embargo, uno procura explotar al otro: al contrario, la
ese pequeño almacén, dice Víctor Serwy, un práctica cooperativa es un cambio entre amigos
eminente cooperador belga, "contiene todo un y en el cual cada uno tiene el deseo de retribuir
mundo. Es todo un nuevo orden de cosas que se el justo equivalente de lo que recibe."
eleva con su espíritu, sus leyes, con su teoría Cuantas veces hemos leído que los producto­
sacada de la realidad de la vida" res se quejan de lo poco que les pagan por sus
Una sociedad cooperativa es la antítesis de productos, al punto de que a veces no les com­
iiua sociedad anónima. Esta, persigue fines de pensa el trabajo de recogerlos y, sin embargo,
ganancia, mientras que la cooperativa se pre­ esos mismos productos, el consumidor debe pa­
ocupa sólo de las necesidades a satisfacer. La garlos a un precio elevado que no guarda rela­
•cooperación subordina el capital a los fines del ción con lo abonado al productor. La coopera­
bienestar colectivo y, en cambio, las sociedades ción tiende a eliminar ese estado de cosas, rom­
comerciales e industriales hacen del capital un piendo esa cadena formada por toda la serie de
medio para su enriquecimiento a costa del pro­ intermediarios y especuladores que no persiguen
ductor y del consumidor. Las cooperativas de otros fines que el lucro desmesurado.
consumo tienen por objeto hacer llegar a manos ¿Queréis un ejemplo sencillo de lo que es la
de sus socios los artículos que necesitan en las cooperación ? Juan —un Juan cualquiera. ¡ Hay
mejores condiciones de calidad, peso exacto y tantos Juanes!— compra papas a razón de 30
a un justo precio, prescindiendo lo más posible centavos el kilo. Pedro, que vive en la misma
de los intermediarios. casa, hace otro tanto. Luis y José, vecinos de
Charles Gide, el gran economista, que tanto al lado, proceden de igual manera. Juan se en­
impulso dio al movimiento cooperativo mundial, tera de que, comprando por bolsa, las papas
-afirmó: "Lá finalidad de la cooperación es la cuestan sólo 25 centavos el kilo. Habla con sus
•consecución del precio justo, es decir, de aquel vecinos. Dicho y hecho. Entre los cuatro com­
Pág. 14 V I D A F E M E N I N A

pran una bolsa y hacen el reparto. Sin pensarlo esas instituciones a las cuales aportan su expe­
han formado una cooperativa. riencia y valioso concurso. ,
Pero, el cooperativismo no se reduce sólo a En nuestro país, hay también muchas coope­
comprar una bolsa de papas entre cuatro veci­ rativas de consumo, algunas de ellas con varios
nos. Por medio de la cooperación, el hombre años de antigüedad. Si aun no han adquirido
puede surtirse de todo lo que necesita pa­ un gran desarrollo es debido a la incomprensión
ra la vida: alimentos, vestidos y habitación y, de los consumidores argentinos, especialmente
todo eso, en las mejores condiciones posibles, es­ de las mujeres, que no se han percatado de la
pecialmente en lo que se refiere al peso y a la bondad del sistema para mejorar su nivel de
calidad de los productos, pues como las coope­ vida. No comprenden que su indiferencia es­
rativas no persiguen fines de lucro, los socios tanca las buenas iniciativas, que la unión hace
no tienen interés en engañarse a sí mismos. k fuerza y que si ellos no ingresan a las co­
La cooperación no es una teoría nueva. Ya operativas existentes, éstas no podrán progresar
ha hecho su experiencia. Si echamos una mira­ y hacer sentir más pronto su obra de justicia
da hacia Inglaterra, cuna del movimiento y a económica.
los demás países democráticos de Europa, que­ Me he referido a cuatro .vecinos que compra­
daremos asombrados del enorme desarrollo que ban, en común, una bolsa de papas. Imaginaos
han alcanzado las sociedades cooperativas en si en vez de cuatro, son diez mil, cien mil los
ésos países. Se cuentan por millones el número que se unen para comprar papas. ¡Qué bene­
de los consumidores que han comprendido dón­ ficios para ellos y para los genuinos producto­
de estaba su interés, su salud y la justicia eco­ res! ¡Y qué buenas papas comeríamos!
nómica. Las cooperativas han llegado a adqui­ Hay que incorporarse al movimiento coope­
rir tal importancia que ellas mismas han insta­ lativo para llegar a una mayor justicia econó­
lado sus propias fábricas para elaborar muchos mica en bien de nuestra salud y de nuestros in­
productos, especialmente aquellos más suscepti­ tereses como consumidores.
bles de ser adulterados. Eminentes hombres de
ciencia y destacados estadistas forman parte de Bernardo DELOM.

>••••••••••»••••••••»••••»»•»•••••••••••••••••••••

PARA SUS A H O R R O S

PREFIERA LA COOPERATIVA

M A S SEGURIDAD
• MEJOR S E R V I C I O

• M A S INTERÉS

El Hogar Obrero
MARTIN GARCÍA 465 CANGALLO 2070
••••»»»»» ^» »••••»»••»••
J U N I O O E ,1 9 4 o V&g, 15

Sermones

Perdidos

Al
Siglo
Lnloquecido

:- P O R -:

LUCAS
BUENAIRE

Se murmuró del otro. Se le> te científico, de laboratorio, cuarenta años de emitidos. Por
achacaron audacias inconcebi­ vamos, algo así como olor a al­ allí se realizan útiles síntesis
bles e impiedad; escepticismo y coba para cierta virtud gazmo­ del pensamiento del siglo XIX:
exagerado afán de razonar se ña que anda por allí. se enumeran sus conquistas; se
cargaron a la cuenta de sus es­ Y quien más murmuró del hace el elogio de sus descubri­
tupideces, porque de eso se tra­ otro siglo es la Iglesia y sus mientos. Y se recuerda que el
taba, de llamarlo estúpido pa­ hijos bienamados, ungidos o no. método filosófico por excelen­
ra negarlo y condenarlo. En Aquí Brunetiére; más allá, los cia nació en él, con el positis­
sus últimos días el siglo XIX buenos frailes de la Congrega­ mo de Comte; y se acredita a
sufrió —él, tan luego él, que ción del índice, doloridos los este siglo el descubrimiento de
había criticado sin pedir per­ pobres de no poder quemar to- tantas vacunas contra las cala­
miso a dogma--alguno— la crí­ dos los libros sin verlos reem­ midades • físicas. Y se dice ya
tica de los espíritus que lo en­ plazados de inmediato, gracias ¡el hermoso siglo XIX!
contraban tan excesivamente a ese idiota de Gutemberg. Del que vivimos —ya que él
científico como carente de ra­ Ahora se habla de otro mo­ ha sabido hacer caso a la des­
zón, porque se sabe, eso de la do : se empieza a considerarlo graciada frase "ese estúpido
razón no es razón si no es di­ con más exactitud. Pero na es siglo XIX"— se podría decir:
vina. Y el pensamiento del si­ la Iglesia quien ha cambiado lo tuyo me dices, ladrón de per-
glo de Comte y de Darwin, de de pareceres, demasiado renco­ dices. Porque estas hazaiias
Claudio Bernard y de Berthe- rosa y entercada en sus jui­ que él está realizando: la que­
Iot era pensamiento de gabine­ cios para modificarlos a los mazón de ciudades; el aplasta­
ríe. 16 V I D A F E M E N I N A

miento de poblaciones civiles como si se tra­


tase de cucarachas deñinas que es urgente des­
truir; la matanza sintética de millones de se-
res; las órdenes de dos déspotas que se ponen
fieros y mandan arrasar, destruir, matar, siem­
pre insatisfechos, no son actos muy felices que
digamos y conceden algún derecho a sentirse
un poco inquietos por un siglo que va resul­
tando, por lo menos, extraordinariamente loco.
Se suele esperar con paciencia a que los jó­
venes pasen por esa edad en que hacen un
poco el pájaro para juzgarlos definitivamente;
ya vendrán los actos serios que prometan el
hombre sesudo, o las tonterías que confirmen
la vocación para el despropósito. El siglo XX
va dejando de ser joven y está en condiciones
de ser juzgado con un poco de severidad. Ha
empezado a realizar algunas cosas notables, pe­
ro, ¡ qué lejos está todavía de prometer otra
cosa que horrores!
Toda la herencia del siglo XIX va siendo
dilapidada por el siglo que vivimos. La ciencia
se sirve ahora para curar el dolor, para mejo­
rar la vida, para conquistar espacio y aden­
trarse más rápidamente en lo desconocido; tam­
bién sirve para cubrir de horror la tierra. Lo
que debiera ser instrumento liberador en ma-
EN VENTA en todas parte» nos del hombre, llega a ser arma mortífera.
en las P
Barbarie pura, más bárbara que la de otras
Av. San MARTIN 2625, RIVADAVIA 3085, 7083 y 8835

BOEDO 919, NAZCA 2369, CABILDO 1984


edades ya lejanas, pues ésta posee la ciencia
y SUIPACHA 19. - Buenos Aires

LABORATORIOS LEMAIRE
de matar que en aquéllas era sentimiento ins­
Luis Gómez Alvarez tintivo.
». V. Gonz&lez 2485 V. T. 50-2013

¿Hasta dónde irá este siglo? ¿Qué futuras


Siete Productos "¡ADA" empresas reserva para después de ésta amena­
Loción I .... $ 6.50 za de terminar con la civilización europea, y
» N« 6 I „ 6.50 ya ladra a la del mundo entero?
Colonia P. M ... „ 1.50
Colonia G. M A „ 6.50 Siglo enloquecido que ha traicionado al otro,
Crema de Belleza, ^^ al gran siglo XIX, se halla ya cubierto de la
desde P\ 1.30 sangre suficiente para agregarle, al calificativo
Colorete *-* „ 1.50 de loco, el de criminal.
Crema de Afeitar A 0.55
Polvos, desde t\ , 1.50 ¿Serán capaces las masas laboriosas, sufri­
das, las que cuentan realmente en el trabajo
Lápiz labial "SALTJTARIS" productor de riqueza, de pedir cuentas alguna
En seis magistrales supertonos lumi­ vez y cambiar la trayectoria del siglo antes de
nosos y radiantes, uno para cada que éste culmine en sus locuras y crímenes?
color de rostro $ 1.80
Lucas BÜENAIEB.
Recio Problema Social Contiene "Viñas de Ira"

La Película los últimos veinte años el cine americano nos ha brindado todas las
muestras de su poderío como industria y como arte haciéndonos gustar
más Valiente las expresiones más acabadas tal como encuadran a la magnificenciai de sus
concepciones, aparejado a un fuerte despliegue de técnica incomparable. Han
del Año sido tratados en los films los argumentos de más diversa índole y entre ellos
algunos hay que lograron abordar problemas de orden social y político fija­
dos con más o menos certeza según la fantasía de sus autores, la capacidad
creadora de sus directores o la personalidad de los artistas que le dieron vida
en la pantalla. Pero estamos seguros que ninguna producción de las que nos
han llegado hasta la fecha puede compararse a "VIÑAS DE IRA", película
extraordinaria de la Fox Film que será presentada el viernes 28 del corriente
en el cine Gran Rex. El argumento se basa en la novela The Grapcs of ^YratU
del famoso autor John Steinbeck y la dirección ha sido ejercida por el gran
director John Ford, quien tuvo de protagonista al recio actor Henry Fonda,
el inolvidable héroe de "Bloqueo" y "La vida del joven Lincoln" Trata
"Viñas de ira" de la injusticia social a que está sometida una familia de
labriegos instalada en una parte central del agro norteamericano. Tanto el
protagonista como los miembros de su familia son perseguidos y vilipendia­
dos sin cesar por los acaparadores de la tierra. La vida de estos campesinos
se torna en amarga vía crucis. Todas sus ilusiones de gente laboriosa y hon­
rada se estrellan contra la incomprensión de los usurpadores del bien ajeno.
Dando tumbos por todos los caminos, degluten la ira de un destino adverso
que nunca merecieron y, resignados y fuertes, luchan bravamente contra el
ciego egoísmo de los tiranos que les niegan la tibieza de un hogar humilde
CINEMATO-
y la humana aspiración de una vida mejor, donde hombres, mujeres y uiños
G R A F Í A
sientan en toda su intensidad la alegría de vivir. Para dar una idea de la
POR rebeldía con que e-.tá inflamado el desarrollo de esta obra incomparable, vea­
mos un párrafo del final de la película que pronuncia la actriz de carácter
ÁNGEL Jane Darwell en su rol de madre: "Nosotros somos el pueblo que vive. N»
B O FF A puccftpn vencernos id pueden hacernos desaparecer. Somos etcnws porque
somos el pueblo."
Pág. 18 VIDA F E M E N I N A

UNA GRAN MUJER

EN EL DESIERTO PAMPEANO

POR
DEMETRIO BUIRA Para VIDA FEMENINA

La Pampa hace rato que dejó de ser el terri­ quillinee y nos obliga a "cabrestear" la inten­
torio de las leyendas gauchas y el recurso fácil ción halagadora de saborear las caricias de sua
de los troveros, apadrinados por la inspiración bosques vírgenes y sus planicies, que como cuer­
de aquella simbólica silueta que enhorquetó en po de mujer, se engalana con la curva pronun­
el alma nacional el vigoroso escritor de Martín ciada de algún cañadón...
Fierro. Lindo es para el hombre verse frente al de­
El ombú, la guitarra, la pulpería y el redo­ sierf), donde no llega el murmullo de las gran­
món de los primeros galopes han dado paso al des ciudades y la impresionante soledad rubrica
incontenible avance del gringo, que siguiendo su insignificancia!... Tiene para el viajero un
las rastrilladas del ejército conquistador del de­ colorido de encanto y de emoción al contemplar
sierto debería afianzar su dominio con los im­ al disco solar que va despidiéndose de la tarde
plementos agrícolas que transformarían en un con un beso amoroso sobre la tierra y las pri­
esplendoroso granero lo que había sido el rei­ meras sombras de la noche van invadiendo ese
nado del indígena indolente. inmenso panorama para encerrarnos en el corral
Pero la verdad es que ese inmenso territorio, de su oscuridad y que tiene la virtud de encen­
a pesar del tiempo transcurrido, aún nos ofrece der coraje en el corazón del hombre al saberse
en su parte sud-oeste una dolorosa impresión de tan solo y tan fuerte para esperar confiado los
despoblación y de pobreza. Por el norte de La brochazos de la nueva aurora que le han de ilu­
Pampa, Telen; por el centro ,Toay, y por el sur, *minar la huella para proseguir hu marcha!...
General Acha, son las atrevidas avanzadas del Mientras eslabonaba estas reflexiones en mi
ferrocarril. De esos tres puntos para afuera, a viaje a Los Pehuelehes, departamento de Cu­
pocas leguas se pierden las actividades del cul­ ra-có, llegaba al paraje La Japonesa que dista
tivo, sinónimo de civilización y de trabajo, em­ alrededor de unas 60 leguas de General Acha,
pezando el gambeteo de las huellas que le van y sobre la huella descansando en el faldeo de
cuerpeando al tupido monte de caldenes y pi­ una loma, divisaba la estancia "La Providen­
J U N I O <D\B 1 9 4 0 Pá*. 19
eia" de la señora María P. de Rodríguez. Ahí
precisamente quería llegar, porque me inquie­
taba el deseo y la curiosidad de conocer a DOÑA
MARÍA, como tan cariñosa y cordialmente la lla­
EBRIOS
man todos los pobladores. Desde largo tiempo
atrás me habían llegado algunas referencias
acerca de las condiciones morales, intelectuales
VENALES
y el gran corazón que constituían las prendas
"El hombre que subyugó a la República Ar­
que. adornaban en ese desierto a esta noble y
generosa mujer. gentina, dominándola durante veinte largos
años, con la más luctuosa tiranía que recuerdan
Doña María aconseja, orienta y defiende. Tres los pueblos americanos, acaba de exhalar el úl­
cosas que puede hacer por su cultura, que está
timo aliento en el destierro. Que Dios le haya
en ordenada armonía con su honestidad y con
el gran concepto que goza entre las personas perdonado sus atentados contra la humanidad y
qué han tenido la oportunidad de tratarla. que su conducta no encuentre ejemplo en nues­
tra patria.'.'
No es mujer de sensiblerías sentimentaloides,
ni tampoco de desplantes. Tiene un profundo Con estas palabras serenas y lapidarias no­
amor por la verdad, el derecho y la justicia. tificaba "La Prensa" de Buenos Aires la muer­
Su ilustración respaldada por una serena ener­ te de Juan Manuel de Rosas a los ciudadanos
gía son el bastón donde se apoyan todos los que del país que debió soportar veinte años sus des-
necesitan su ayuda. Los funcionarios correctos manes.
tienen en ella una gran colaboradora, los ma­
les la espada de Damocles. Se 'vivían días de euforia; el país se estaba
organizando dentro del molde de los países ci­
Tiene el concepto del orden y de la buena vilizados y marchaba por las vías de un progreso
administración, así como la capacidad para rom­
rápido y seguro.
per con la rutina y darle nuevos rumbos a la
explotación de sus intereses ganaderos. Ella con La muerte del estanciero brutal e ignaro, pasó
su digno colaborador, don Santiago, han proyec­ desapercibida y por decenas de años la senten­
tado y ejecutado obras de canalización y riego cia de Mármol rondaba su sepulcro-:
para transformar ese erial en un vergel. De, las
impetuosas corrientes del Río Colorado han to­
"Ni el polvo de tus huesos América tendrá"
mado el agua, por medio de una bomba que les
da Un millón de litros por hora, para colocar Necesitamos llegar hasta estos días confusos y
bajo riego una extensión apreciable de hectá­ trágicos para oír vivar el nombre execrado.
reas que han de servir para abastecer una gran Esos vivas con vahos de alcohol y posturas de
zona de alfalfa, verduras, ec, etc. El desmonte
candombe, insultan al país. La hez de la socie­
y la_ nivelación de esa tierra es obra de estas dos
personas que están llamadas a vencer ese pano­ dad clama por el chicote de Cuitiño y la daga
rama y darle un nuevo colorido a la región. de El Carancho del Monte, mientras adormece
los últimos restos de su dignidad ciudadana con
Yo he sentido frente a esta mujer la sensa­
ción de lo que vale y significa una gran repu­ el licor que pagan extranjeros traidores al suelo
tación cuando ella está al servicio de la verdad. que! los cobija.
Doña María es una señora que dentro de mo­ Los niños rosistas, nazistas y fascistas, son
destia y sencillez encierra una grandeza espiri­
los mismos que años atrás tan sólo se atrevían
tual que la hacen acreedora al más alto respeto.
Al retirarme de su hospitalario hogar, ya pun­ a insultar a la pobre mujer que entretenía sus
teando la tranquera, he dicho: ¡Una gran mujer instintos; hoy insultan la soberanía nacional.
en el desierto pampeano!... Progreso evidente. Síntoma infalible de un en­
granaje que anda mal. Si la mejor del mundo
DEMETRIO BUIRA.
no tuviera debilidades, nada de todo esto su­
Departamento de Cura-có, 10 majo 1940. cedería.
V I D A F E M E N I N A
ib

Llamado a las
Mujeres CAv&entinas
El drama que ensangrienta a Europa no puede dejarnos indiferentes.
Nos une a los que han visto a su país invadido, su suelo destrozado y sus
hogares deshechos, no sólo una profunda simpatía humana sino también una
comunidad de instituciones y principios políticos y morales tan ultrajados por
el conquistador como los cuerpos y los bienes.
Condenamos esta guerra como la más acabada expresión de la barbarie y
negamos que la necesidad de expansión de una población abundante o el apro­
vechamiento de materias primas para una industria altamente desarrollada
puedan jamás justificar la matanza despiadada de millones de hombres, niños
y mujeres y la destrucción sistemática y calculada de las creaciones del in­
genio humano.
Llamamos a las mujeres argentinas, hijas de una nación pacifista, abierta
a todos los hombres de buena voluntad, para que se unan en el repudio indig­
nado no sólo de la guerra y de sus responsables inmediatos —los países tota­
litarios— sino también de las doctrinas sustentadas por sus dictadores.
Para dominar a sus pueblos y llevarles a la guerra invadiendo pequeños
países neutrales y pacíficos han empleado no sólo todos los medios posibles
de sugestión, sino también el terror y la delación; han aniquilado, por terri­
bles persecuciones raciales, religiosas e ideológicas, todas las resistencias in­
ternas y disponen hoy de masas fanatizadas armadas con todos los poderes
destructivos.
El profundo desprecio por la libre persona humana que tal régimen im­
plica, la adoración ciega de la fuerza en sus manifestaciones más brutales
y el desconocimiento del derecho individual o colectivo que triunfaría con los
que han hollado y asolado Checoeslovaquia, Polonia, Noruega, Holanda, Di­
namarca y Bélgica, significaría para la civilización humana un retroceso de
siglos.
Herederos de la cultura Europea, tenemos el deber de luchar para que
ella no sea destruida en nosotros. Debemos repudiar con toda energía el entro­
nizamiento de la barbarie. No somos un pueblo de lacayos a quienes no importa
el amo si éste asegura la pitanza.
Reconocemos el valor del proceso científico y técnico pero no creemos que
él se deba pagar vendiendo el alma, y el alma de un pueblo es su soberanía:
Las mujeres deben dentro del hogar y en todos los lugares adonde su
acción las lleve, apoyar las fuerzas que en nuestro país constituyen un obstáculo
al avasallamiento totalitario con que sueñan los que, después de destrozar Europa,
querrán buscar en las tierras de América riquezas y hombres.
Tampoco, permitamos que entre nosotros se tramen planes de entrega
P
Comisión ° r a c i u e l l o s 1ue> g° z a n d° de hospitalidad generosa, han logrado aquí fortuna
v- O m o y s u e ñ a n c o n honores dispensados por su lejano amo.
Central de j j a llegado el momento para las mujeres argentinas de demostrar que,
Propaganda aunque privadas de derechos ciudadanos, no se sienten ajenas a la suerte
Femenina política de su país, que comprenden el supremo interés de su
, . ., patria y que por él están dispuestas a trabajar. En de-

del Partido fensa de la democracia, de la libertad, únanse todas

las
Socialista mujeres argentinas y para que jamás sus hijos

puedan ser sojuzgados por doctrinas que

hecen del hombre un simple instru-

Rivadavía 2150 mentó on manos de sus amos.

J U N I O D E l » 4 0 P i g . 21

LIGA DE

C UL T URA

LAICA
J. Alfredo Ferreira
Ha quedado definitivamente cionales; crear una biblioteca Laica, dando este toque de lla­
constituida esta nueva institu­ laica; editar libros, folletos y mada, para reunir e invitar a
ción, que busca reunir en su una revista; ejercerá el dere­ todos para ocupar su puesto de
seno a tantos elementos e ins­ cho de petición y denunciará lucha, en defensa del sano li­
tituciones dispersas, que unidas todos los atentados contra el es­ beralismo y la libertad de pen­
por el ideal común del laicismo, píritu laico y los avances de la samiento, ese hermoso legado de
trabajen en nuestra Nación reacción, y encuadrada dentro las generaciones pasadas, que
frente a los avances del cleri­ del orden y la legalidad; difun­ forjaron nuestra nacionalidad
calismo y de la Iglesia oficial, dirá las verdades de la ciencia para los hombres libres y no
que invade todo, pretendiendo y la libertad de pensamiento; para esclavos atados a un po­
arrasar con el liberalismo y la tendrá socios individuales y so­ der extraño.
libertad de pensamiento que nos cios colectivos. La Liga no po­ Queremos higienizar las ins­
legaron los hombres del 53, con drá discernir títulos honorífi­ tituciones argentinas.
la Constitución que nos rije, y cos ni prerrogativas para sus Tener un servicio militar y
la ley 1420, de educación laica, asociados. obligatorio, un ejército demo­
que nos legaron los congresales Estará dirigida por una junta crático, en, el que todos han ju­
de 1884. de 11 miembros, renovables por rado defender la bandera hasta
La Liga de Cultura laica es­ mitades anualmente y serán re- derramar la última gota de su
tablece en sus propósitos: vocables y reelegibles. sangre y luego tener un cuerpo
I9 — Defensa de la enseñanza En la asamblea del 31 de ma- espúreo de capellanes, que di­
laica. yo fueron elegidos los miem­ cen misas, reciben confesiones,
2» — Combatir la influencia bros de su primera mesa di­ bautizan y enseñan moral (no
rectiva. KI«' cual), constituye esto una
dogmática en las instituciones
oficiales y trabajar por la sepa­ enormidad.
ración de la Iglesia del Estado. Discurso pronunciado el Más aun, una burla sangrien­
3» — Realizar una labor de 19 de abril por el Dr. Án­ ta, por cuanto estos capellanes
gel M. Giménez, al iniciar­
divulgación cultural y difundir cuando debieron prestar la cons­
se el ciclo de conferencias
en el pueblo los principios de de la Liga Argentina de
cripción fueron exceptuados, al
la moral laica. Cultura Laica: igual que los inválidos, los lo­
En su plan de trabajos tiene "Señoras, señores: cos y los delincuentes.
la realización de conferencias, Armados de las verdades de Tener códigos, leyes judicia­
cúreos, excursiones de estudio, la ciencia y de la moral laica, les y administrativas que pres­
etcétera; reuniones, conferen­ iniciamos hoy las actividades de criben el juramento por Dios y
cias y congresos regionales y na­ la Liga Argentina de Cultura los evangelios, es también una
P á g . 22 V I D A F E M E N I N A

enormidad, que hasta a los evan­ a la cabeza, luego con la genial mejores que un Rosas, o un vul­
gelios subleva; aunque tienda a figura de Sarmiento, sembrador gar don Bosco, cuando no glo­
desaparecer con la práctica es­ de ciencia, de luz, de verdad, rifican a la Inquisición que
crita de previo: juramento de por todos los ámbitos de la Re­ salvó, según ellos, la unidad es­
ley, que nadie hace. pública, para culminar con la pañola, o nos ofrecen como
Tenemos una cláusula cons­ ley de 1884, llamada de educa­ guía moral el catecismo impues­
titucional, que debe desapare­ ción común. to en la provincia por orden
cer, la que el general Mitre lla­ Parece que fuerzas diversas de los obispos Serafini y Chi­
mó el horran que no nos honra • coaligadas que reciben inspira­ mento, y es así como poco a po­
la Iglesia sostenida por el Es­ ciones del extranjero, en vergon­ co van perturbando el espíritu
tado. zoso connubio con malos argen­ nacional abriendo el camino a
Más aun, tenemos que separar tinos y aventureros llegados de la reacción y a los odios.
la Iglesia del Estado, como lo todas partes, conspiran contra Digan lo que quieran, la es­
reclama la mayoría del pueblo ella, sin pararse en medios. cuela del 84 ha triunfado. Sur"­
La escuela de 1884 ha dado
hermosos frutos, sin dejar^de
reconocer sus fallas. Es en su
régimen que nos hemos forma-
do todos. Su silenciosa labor ha
permitido realizar lo que en un
siglo no hicieron las bayonetas:
la unidad de la familia argen­
tina, y ha consolidado los prin­
cipios democráticos y el triun­
fo de la ley Sáenz Peña del
sufragio universal, con su re­
sultado : el afianzamiento de las
instituciones y el gobierno del
pueblo por el pueblo.
SAR'MIENTO
R1VADAVIA Buscad el fraude, la corrup­
ción política, y la encontraréis gida de la ciencia e inspirada
argentino y los cultos disiden­ respaldado por la sotana, como en el ejemplo de los países de­
tes, para que desaparezca el pre­ lo demuestran ciertas provin­ mocráticos, sin dogmas ni mé­
supuesto de culto; para que el cias. todos arcaicos que la oscures­
presidente de la Bepública no Por abandono de su deber, can, difunde los principios de
tenga la obligación de ser ca­ por olvido de cláusulas funda­ la moral laica.
tólico y deba jurar por Dios y mentales de nuestra constitu­ Han colaborado a su triun­
los santos evangelios; para que ción, por una inconsciencia sin fo los maestros formados en las
todas nuestras instituciones se nombre de nuestros gobernan­ escuelas normales que funda­
laicicen y hasta nuestros hospi­ tes y la indiferencia del* pue­ ron las maestras norteamerica­
tales y asilos dejen de servir blo, se han infiltrado por toda nas traídas por Sarmiento, lo
para la salvación de almas, sino la nación una fauna de con­ mismo que la escuela históri­
para el tratamiento de los en­ gregaciones religiosas extranje­ rica de Paraná, con Torres y
fermos y desvalidos, y por en­ ras, que con sus maniobras van Scalabrini, a los que siguieron
cima de todo, para que sea toda apoderándose de la educación; J. Alfredo Ferreira, Leopoldo
una verdad la escuela laica, gra­ para fines ulteriores y tene­ Herrera, Víctor Mercante, Ro­
tuita y obligatoria. brosos. dolfo Senet y hasta el último
La obra de un siglo de bata­ A Bernardino Rivadavia, Mi­ recientemente caído don Pablo
llar por la cultura y la educa­ tre y Sarmiento se les quita Pizzurno, que formaron gene­
ción del pueblo, cuestión pri­ prestigios y hasta se les acusa de raciones de maestros imbuidos
mordial y preocupación cons­ impostores! a Ameghino, Dar­ de los ideales laicos: pero cons­
tante de los hombres de la Re­ win, Haeckel, Augusto Compte, tituían un peligro para la Igle­
volución de Mayo, de la genera­ Emilio Zola y tantos otros se sia.
ción de Rivadavia. de la Aso­ les niega su ciencia, su filosofía, Ésta vio que no bastaban las
•iación de Mayo, con Echeverría sus bellas letras y no hay otros escuelas congregacionistas y co­
J U N I O ID E ! 1 9 4 0 T&g. 23

menzó la catequización de los na es laica, esto es, ajena a to- Sostiene el principio de la
maestros, organizándolos en sin­ do credo religioso. La enseñan­ división de la familia argén*
dicatos católicos, se penetró en za moral, por lo tanto, es laica tina, con la creación de escue­
las escuelas oficiales directa e también, y su espíritu al res­ las para cada creencia. "El pa­
indirectamente y comenzaron pecto es crear una atmósfera dre escogerá, pues, la escuela
las ínisas de campaña, la ben­ de tolerancia donde no tengan que responda a sus creencias.
dición de los establecimientos, lugar ni sean motivo de choque Existen, (por isupuesto, escue­
de las aulas y de las banderas las ideas religiosas que puedan las para los que no quieren en­
y mil otras maniobras. profesar los niños. Tal fue el señanza religiosa, en éstas se
Contra disposiciones termi­ espíritu que pareció animar a imparte la moral laica."
nantes de la ley se concedió los sostenedores de la escuela En otra parte protesta de
incorporación de las escuelas que la religión pueda darse
religiosas a las escuelas norma­ fuera de (las horas de clase co­
les; triunfaban así las congre­ mo un complemento, y agrega:
gaciones femeninas, regenteadas "¿Es justo que el pueblo ar­
por religiosas extranjeras, esas gentino, profundamente cristia­
hermanas que le permitieron no por tradición y sentimien­
idecir en su tiempo a Sarmien­ tos, vea menoscabar esta su sin-
to, por su invasión que venía cera fe, por una mala enseñan­
de todas partes del mundo: za? Jamás, diremos también
"DONDDE ESTA EL CRIADERO DE aquí.. Y si antes sostuvimos
ESAS ABEJAS MACHORRAS QUE SE que la enseñanza religiosa en
QUIEREN COMER LA MIEL DE LA todas las escuelas primarias es
EDUCACIÓN" un atentado, ya que el respe­
Completan su trabajo de pe­ to a las creencias es el mejor
netración. con toda clase de li­ fundamento de la dignidad hu­
bros de texto, emulando en su ALBERDl mana, ahora decimos que es
fabricación en las Escuelas deber primordial e imposterga­
Cristianas, los Jesuítas, los Sa­ laica. Nosotros no podemos me- ble de los católicos pedir la so­
lesianos y otras mutíhas que nos que sonreír con decepción lución de este viejo pleito en
compiten en este gran negocio al pensar en la "tolerancia que la única forma que su misma
lucrativo. creó la escuela laica: guerras dignidad de católicos exige: es­
Actualmente nos encontramos enW-e las naciones, revolucio­ cuela confesional para los cre­
que hasta docentes de las es­ nes, luchas crueles dentro de yentes, escuela laica para los
cuelas del Estado se prestan a los mismos pueblos, la más fe­ sin fe. Que los hijos nacidos
esto/ publicando también tex­ roz intolerancia quemando, des­ en hogares católicos, tengan
tos al mismo fin. Un ejemplo truyendo, asolándolo todo. Leu maestros católicos. Que si ado-
de esto es: Apuntes de Peda­ escuela laica está, en su haber ran la cruz en el hogar, la ve­
gogía de la profesora Ester espiritual, en completa banca­ neren en la "escuela: que si dios
Thirion de Yerón, obra de gran rrota. La conciencia humana está en todas partes, según las
éxito y que ha llegado a la aspira a la religión. Casi todos enseñanzas de sus padres, no
quinta edición, como que res­ los grandes pedagogos han re­ falte en el aula y que: geome­
ponde al programa de la Ins­ conocido el poder educativo de tría, ciencias, lenguaje... todo
pección General de Enseñanza la religión confesional o no con­ ceda el pa\so a la verdad evan­
Secundaria, Normal y Especial. fesional)." gélica que las pasiones infanti­
Ño es el caso de analizar es­ Expresa que dios debe mere­ les olvidarán..."
ta obra que corresponde a otros cer el más profundo respeto,
"Y para los que no ateso­
su juicio, pero la considero in- por ser de nuestros mayores,
ran en su espíritu el don divi­
fame por sus ataques y auda­ que con él, asegiiraron la li­
ces afirmaciones contra la es­ bertad de conciencia, y que no de la fe, escuelas sin dios
cuela laica. Tomo del libro des­ "atacado con la impureza que pero sin odios; para ellos, nues­
tinado a tercer año, algunos engendra el odio, atacan a mu­ tra comprensiva tolerancia de
fragmentos que no necesitan co­ chos nombres que nos son sa­ creyentes... único sentimiento
mentarios : grados y cuyas virtudes jamás que, al unirnos, nos acerca, a
"La escuela primaria moder­ ensalzaremos bastante!'' (Sigue en la pág. 26).
P&g. 24 V I D A F E M E N I N A

e la Escuela Comt

Selma Lagerlól", la ilustre escritora

Premio
sueca últimamente desaparecida, única
mujer de genio contemporánea, poco
antes de su muerte remitió al ¡semanario
parisién "Marianne"', la hermosa página
autobiográfica que aquí traducimos para
VIDA FEMENINA. Fuera de Selma La­ •. o ik'SSSÁ
gerloí, no ha habido otra mujer en la
Academia de Suecia. — C. T.

Ocurría esto en Landskrona hacia 1886.


Una noche de otoño, algunas semanas antes de
Por SELMA LA0
Navidad, encontrábame en mi cuarto ocupada
en corregir, bajo la luz de la lámpara, las com­ no me ilusionaba acerca del valor de mis sonetos;
posiciones de mis alumnas, cuando alcanzo a oir mas éstos fluían de mi pluma espontáneamente.
al cartero echando unas cartas al buzón. Como En aquella época, "hacer versos" fue para mí
estaba sola, salí a recoger la correspondencia. un simple juego, nada más, un pasatiempo, una
Una de las cartas —en sobre grande, con sello distracción. Con todo, aguardaba con ansias el
de Estocolmo—, era para mí. La abro. Des­ momento en que, gozando de la necesaria liber­
pués de leer varias líneas, mis manos se ponen tad, pudiese abandonarme por entero a la Poe­
a temblar, las letras parecen bailar sobre el sía. Después, para mi desventura, esa hermosa
papel. A fin de serenarme, desvío la mirada y facilidad se me escapó; varios días, a veces toda
mis ojos dan con los cuadernos de los escolares una semana necesitaba para concluir un solo
desparramados por la mesa. Hago con ellos una soneto. Llegué hasta dudar de mí misma. Pero
pila y los aparto lo más posible. mis períodos de depresión jamás duraron mu­
cho tiempo.
Desde un año atrás, trabajaba yo en la escue­
la de niñas de Landskrona. Mi situación era Lo que tenía, en mis manos era un mensaje
cómoda. Con la directora y mis compañeras, alentador de la baronesa Adlersparre. Esta se­
mantenía cordiales relaciones. En la linda y pe­ ñora presidía el movimiento feminista sueco ac­
queña villa en que tenía mi habitación, hallá­ tuando como directora de la revista Dagny. Por
bame como en mi propia casa. Me trataban como una de mis cantaradas de la escuela normal, co­
si fuese de la familia. noció cuatro sonetos míos. Y entonces me roga­
Sin embargo, algo me impedía ser enteramente ba que le enviase otros para publicarlos en-
feliz: cierto vago y doloroso sentimiento, meti­ Dagny.
do muy adentro de mi ser y que no me daba Me apresuré a satisfacer eete deseo, enviando
tregua. Desde los siete años de edad, soñaba con a Estocolmo buena cantidad de sonetos, sin ha­
ser escritora. A los quince componía versos. Que­ cerme muchas ilusiones. En efecto, las semanas
ría hacerme gran poeta. Pero ninguno de estos pasaban unas tras otras sin llegarme ninguna
anhelos, tan hondamente acariciados, llegaba a noticia.
realizarse. La noche de que hablo, precisamen­ Pero al fin la respuesta llega a mi poder. Co­
te, me sentía más lejos que nunca de mis pro­ mo un milagro. JCsuelde —seudónimo de la, baro­
pósitos. nesa Adlersparre—, anuncíame que pasó mis
Ya en mi hogar, en el campo, y más tarde, sonetos a una persona entendida. En opinión de
durante Jos años de Escuela normal, sin mucho ésta, reúnen todas las condiciones de los buenos
esfuerzo lograba traducir en verso mis pensa­ sonetos: sugestivos por donde se busquen, hablan
mientos. Mi predilección eran los sonetos. A es­ a la imaginación, en síntesis, verdaderas joyas.
tas breves composiciones consagraba todo el Por esto Essehle se decide a publicarlos en
tiempo permitido por los estudios. En verdad, Dagny •. los cuatro primeros aparecerían en la
J U N I O !D 1940 IPág. 25

nal al

Sóbeí

ÜERLOF
próxima entrega. A la vez me pregunta si, apar­
te de los sonetos, no tengo escritas otras cosas
SELMA LAGERLOF (18 5 8 - 1 9 4 0 )
y, deseando conocerme, me invita a pasar con
ella en Estocolmo las vacaciones de Navidad.
* # * invita a pasar con ella la próxima Navidad, para
retocar mi novela conforme a sus indicaciones.
Al año siguiente, comienza una gran amistad
Cuando la hube retocado, mi novela obtiene
entre nosotras, sin interrumpirse hasta la muer­
la aprobación de Esselde. Conservo, hondamente
te de Sofía Adlersparre. Nunca me imaginé
reconocida, uno de sus principios preferidos,
cuántas decepciones iba a causarle. Ella exa­
siempre recordado por mí: Suprimir todo lo que
geró el mérito de mis poesías, simple tejido de
no sea indispensable.
reminiscencias. Impresas, aparecieron insignifi­
Esselds habíase entusiasmado con mi novela,
cantes y pasaron inadvertidas para los lectores.
mas no osé publicarla porque a ella le parecía
Confieso que Dagny no era el periódico ideal
demasiado fantástica.
para una iniciación literaria. En sus columnas
Después ,durante diez y ocho meses, no tengo
se buscaban sobre todo artículos acerca de cues­
contacto con Esselde. En el otoño del año 1890,
tiones sociales y no poesías. Sin embargo, si mis
remito a un concurso de novelas organizado por
sonetos hubieran sido realmente extraordinarios,
el diario Idun, cinco capítulos de Gosta Berling.
alguno al menos loe habría sabido apreciar.
Obtengo el premio.
Esselde no cedió. En vista de la frialdad con
* * *
que se recibieron mis versos, incitóme cálidamen­
te a escribir también en prosa. Con franqueza Pensando en la simpatía que Esselde dispensa
perfecta, me dijo que aun admirando mucho a mis trabajos, advierto que ella —cuya juven­
mis sonetos, reconocía en mis otras composicio­ tud había vivido las espléndidas horas del Ro­
nes algo de artificioso y afectado, la forma de­ manticismo— estaba meqor dotada que mis otros
jaba que desear y carecían de vida, en una pa­ contemporáneos para comprender mi libro. Y
labra, aburrían. Tenía yo que ensayar la prosa. consigo que me consagre toda una noche para
De este modo, pensaba ella, iban a imponerse escucharme.
mis condiciones. Cuando ya no tengo más para leer, al pregun­
Le hago saber que manejaba la prosa peor tarme en cuánto tiempo podría acabar el libro,
que el verso y, para probarle la verdad de esta le contesto que quizá necesitaría varios años,
afirmación, durante el otoño de 1887, escribo pues sólo contaba con las vacaciones para escri­
mi primera novela y se la envío. Su crítica —que bir. Y me (Impedí de ella por un año.
aun hoy no he olvidado— me vino en seguida A la mañana siguiente recibo nn mensaje de
de Estocolmo. Parecía un libelo: "Asunto: Esselde. Cuando llego para verla, la encuentro
I magnífico! Estilo: ¡ horrible!". Y de nuevo me todavía en el lecho. No había podido cerrar los
P4g. 26 V I D A F E M E N I N A

LIGA DE CULTURA LAICA

(Viene de la pág. 23).

todos, a todos, a la verdad evan­ sa se ha, convertido en una rea­ Vaticano, el último de los go­
gélica y única posición intelec­ lidad histórica, en un hecho biernos autocráticos y absolu­
tual que puede preparar, len­ social. Porque la Revolución, al tos que existen en el mundo.
ta, pero firmemente, el reina­ afirmar los derechos y deberes Amigos: os entregamos la
do universal de Dios sobre la del hombre, no los ha coloca­ bandera de la Liga de Cultu­
tierra." do bajo la salvaguardia de nin­ ra Laica, cuyo programa es:
pareciera que la m,ano de gún dogma. No le ha dicho al 1» Defensa de la enseñanza
un sacerdote hubiera guiado la hombre: ¿Qué quieres? Sino
laica.
mano de la escritora. que le ha dicho: Esto vales V
Defendamos, pues, con todos esto debes; y desde entonces 2° Combatir la influencia
nuestros mejores entusiasmos la solamente la conciencia huma­ dogmática en las instituciones
escuela laica, la escuela nues­ na, la libertad regulada por el ofjciales.
tra, la que crearon los hombres deber, son el fundamento del 3o Realizar una labor de di­
del 84 para todos los argenti­ orden social entero." vulgación cultural y difundir
nos y para todos los hombres Trabajemos por que los prin­ en el pueblo los principios de
del mundo que pisen su suelo. cipios del laicismo se afirmen la moral laica.
Ella nos da la más pura y ele­ y se difundan, que sea garan­ Para la realización de este
vada moral, incapaz de hacer­ tida la libertad de pensamien­ programa hacemos un llamado
la los ultramontanos que sólo to, dejemos a los creyentes de -i los hombres de buena volun­
saben sembrar odios. Es esa todos los credos en sus templos ad, que sobreponiéndose a los
moral laica que, al decir de y sus hogares, de este modo factores sociales, políticos y has­
Jaurés, "es independiente de aprenderán a respetar a nues­ ta religiosos, unidos por un
toda creencia religiosa previa y tras instituciones, pero, ¡ aler­ ideal común, aunemos energías
fundada sobre la idea pura del ta ! ciudadanos, no nos. dejemos en la lucha contra el dogmatis­
•deber, existe: no tenemos por impoaer orientaciones ni dog­ mo y la superstición, y con
qué crearla. No es solamente mas caducos, de parte de aque­ esto salvaremos el porvenir de
una doctrina filosófica, des­ llos que viven recibiendo las ¡a escuela argentina y el de la
pués de la Kevolución France- inspiraciones de los agentes del Patria!

ojos en toda la noche, preocupada por mí y mis lo escribí pensando en ella. "¿Le gustará esto a
historias. Esselde?", me preguntaba, acordándome de sus
—Ahora - que tú estás en vena —me dice—, preciosos consejos.
debes concluir tu libro. Procuraré hallarte una Desde esa época he luchado duramente per­
suplente, para que te acuerden licencia; yo la siguiendo la harmonía y la máxima perfección
pagaré. de mis medios de expresión. Todas mis obras:
De esta manera, por tercera vez, ella intervino Jerusalem, La vida sagrada, Leyendas de Cristo,
en mi existencia. fueron creadas tras una lucha constante y ás­
La Leyenda de Gosta Berling, apareció en pera j¡on la materia. Cuando en 1909 me otor­
librerías para Navidad. No tuvo la acogida que garon el premio Nobel, mi dicha fue evidente­
esperábamos. A pesar de esto, la alegría de mente muy grande, pero habría sido completa
Esselde no disminuyó en lo más mínimo. si hubiese tenido a mi lado a Esselde. A ella,
# # # que habíame alentado, que guió mis primeros
Esselde muere antes que yo tuviese oportuni­ pasos en los caminos de la literatura, a Esselde,
dad de volver a Estocolmo. Su muerte me causó en realidad, es a quien debo tan alta distinción.
inmensa pena. Todo cuanto he escrito después, SELMA LAGERLOP.
J U N I O O B 1 9 4 0 P&g. 27

S U E N O S... PARA MI NIÑO

Agüita del arroyo,


Duérmete, mi niño,
del arroyo de cristal;
duérmete, mi bien;
agüita clara y limpia,
que mamita vela,
que mi sed has de calmar.
tu sueño de rey.
Arroyito cristalino,
Duérmete prontito,

que en ti me dejas mirar;


duérmete en paz;

arroyito escondido,
y mañana iremos

entre flores del pineal.


al río a bogar.

Tus olitas pequeñitas,


A bogar al rio,

que juegan sin cesar;


a bogar al mar,

inspiran a las aves,


ya que el estío

sus cantos de libertad.


comienza a apuntar.

¡Arroyito; arroyito! Ya se ha dormido,

siempre me haces soñar, mi ángel, mi amor;

con las olas fuertes y azule-:, velando su sueño,

de mi ainado y lejano mar. se olvida el dolor.

T E R E S A S A N M A R T Í N DE FERREIRA
Pág. 28 V I D A F E M E N I N A

El Niño y su Expresión

Admiramos la obra educativa "—¿Es que tienen un métü­ el momento mismo que ingresa
de Olga Cossettini, realizada do especial para enseñar? a la escuela; los pequeñitos
con inteligencia y amor, obra "Nuestra actitud ;otno maes­ hacen maravillosos garabatos
que sobrepasando los límites de tros frente al niño, nuestra fe que para ellos representan to-
su escuela, "Dr. Gabriel Ca­ en su capacidad, nuestra con­ do el mundo vivo que los ro­
rrasco", se proyecta al país. fianza en su obra, nuestra dea;; árboles, animales, sol,
En un bellísimo libro, publi­ amistad, nuestro cariño, nues­ nube, cielo, flor, ,'iiño.. y
cación hecha por el Ministerio tro apoyo, que él siente y de poco a poco el garabato tiene
de Instrucción Pública y Fo­ tal manera, nos devuelve pa­ contorno, el tinte se aclara;
mento, de la provincia de San­ gado y co"n creces lo poco que el matiz se hace vivo.
ta Fe, está la conferencia leída le damos y lo mucho que de ''Todos sus trabajos, acua­
por Olga Cossettini, "El niño él recibimos en afectos y en relas, juguetes de semillas,
y su expresión", en el acto de obras; porque de él son, y na­ corcho, madera, sus muñecos,
clausura de la exposición de da más que de él estas cosas están penetrados hasta lo ínti­
acuarelas y plástica, realizada bellísimas que hemos traído; mo de belleza triunfadora y
por los alumnos en el Museo de nadie más que de él es lo sus cuadernos son e! corolario
Municipal de Bellas Artes que ha quedado allá; sus mú­ de esta expresión auténtica­
"Juan B. Castagnino". sicas, sus cantos, sus trabajos mente personal.­
manuales de los que está llena "¿Cómo es posible alcanzar
Olga dice con palabra sen­ la escuela; y por sobre todo este grado de expresión crea­
cilla y buena, su fe en el niño, esto, de nadie es más que de dora en estos niños, en su ma­
y su esperanza de mejoramien­ él, esa armonía, esa amistad,
yoría obreros, jornaleros hu­
to social, para el día que el ese ambiente alegre y bullicio­
mildes, muchos de ellos traba­
niño pueda formar su espíritu so que se mueve en el aire,, has­
jando ya parte del día y asis­
junto a educadores conscientes ta que nos dice "hasta ma­
tiendo a la escuela apenas de­
y comprensivos. ñana". jado el trabajo de seis horas
Dio lectura a poemas bellí­
"Este es nuestro método, continuadas?
simos y enterneced'ires, obra
creo yo al menos. "Indudablemente que para
de sus niños, y luego de glosar
"Sus acuarelas nacen desde ellos la escuela es un refugio
la capacidad musical de los pe­
queños y la fibra artística de
sus dibujantes y pintores, re­
cuerda preguntas que a diario
formulan a las maestras y di­
rectora de la Escuela Experi­
mental Carrasco, sus visitan­
tes:
"—¿Pero cómo' ios hacen
tan bellos, tan proporcionados,
tan claros, tan limpios de co­
lor? —¿Es que son niños ex­
cepcionales? —¿Es que no ha­
cen otra cosa que é-to? —¿Es
que no estudian matemáticas?
—¿Es que tienen un método
especial para enseñar?
"De todos estos numerosos
por qué, que nos formulan, ab­
solutamente lógicos de ser for­
mulados, consideramos digno LUCINDA SUAREZ, 6"? grado, 14 años. — "^Paisaje gris"
de atención el último: Acuarela de 0,24 x 0,17 m.
J U >N I O'' T> iB 19 4 0 Pág. 29

de paz y de serenidad. Para Parece que yo fue^e un imán recibir el sol del día y la som­
ese grupo1 de niños precarios, y mi sombra fuese otro. bra de la noche.
la escuela se un bálsamo; allí El sol en la tarde me tiene Es para mí como una nube
su espíritu descansa aunque impaciente. El es e) mejor di­ que ya conoció el mundo y que
durante cuatro horas su cabe­ bujante. encontró ya el camino de su
cita permanezca inclinada so­ Tiene la mano tan experta vida.
bre su cuaderno cumpliendo que cuando salgo de la sombra Su alma es de misterios.
afanoso su tarea." tengo dibujada en la tierra, en Se graba en su rostro y en
Tal dice la eximia maestra la pared, mi imagen. sus manos la dulzura o lo in­
amiga de VIDA FEMENINA, finitamente áspero' y el fruto
que ya en otra oportunidad, y Él niño de su vida es una caja de mis­
por gentileza de la educadora terios.
María Luisa Alberti, publicó El niño es un pájaro con al- Es un ser suave y fuerte.
bello's poemitas infantiles. ma de lana. Sus ideas son penachos que
Es suave como la brisa, es agita el viento y las da al
A continuación damos a suave como la luz. mundo.
nuestras lectoras las obras de El niño es un fruto que to- Ronaldo Palena.
Ronaldo Palena, de 11 años de ma su forma con el correr del
edad y que cursa el 6? grado, tiempo1, a veces es rudo, a ve­ ¿Qué has hecho con mis
y de Antonia López, de 9 años ces es tierno. plantas
y tercer grado. Es como un árbol, un árbol
que se mueve con el viento, ¿ Qué has hecho con mis plan­
El Sol cuando el niño va compren­ tas? ¿Qué has hecho con mis
diendo y recogiendo lo que la plantas que ya no tienen su co­
Hoy el padre de las perlas vida le da. lor? ¿Que has hecho que mi
brillantes me quiere hacer pen­ Es un trigal de alegrías. jardín está todo blanco' y las
sar, me hizo pensar cómo ilu­ Es alegre como el mar, como flores ya no ríen?
mina el rostro de la gente, de un tul de nubes que volando ¿Qué has hecho con mis
los árboles, cómo1 se filtra en van. plantas que lloran, que rio ríen
cosas y seres y se forman rayos más?
en las sombras. El hombre ¿Cuál es el hada que perdió
El sol de todos he días me su manto, su manto frío y blan­
dibuja la silueta mejor que un El hombre es una espiga que co que cubriendo la tierra está ?
artista. llegó a la madurez, después de Antonia López.
¿iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiitiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiiiiiMiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii;^

CONDE & Cía.


¡ • OBRAS SANITARIAS I

I • GAS - INCENDIO |

( PERÚ 84 - U. T. 33, Av. 9907 j

ñiiiiiiiiniiiiuiíiiiiiriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii^
P á g . 30 V I D A F E M E N I N A

REVISTA ECONÓMICA
POR
FRANCISCO FROLA

GRAN BRETAÑA

Y ALEMANIA

ciones que necesita, durante dieciocho meses, sin


recurrir a crédito alguno y sin necesitar de
su exportación. Y como quiera que las expor­
México, D. F., 22 enero de 1940. taciones inglesas persisten durante la guerra,
debido a su gigantesca flota, en el mismo nivel
En la guerra actual una de las principales que en tiempos de paz, fácil es comprender que
ventajas de Gran Bretaña estriba en su po­ las posibilidades de Inglaterra para procurarse
tencia financiera y una de las mayores defi­ lo necesario en importaciones, son prácticamente
ciencias de Alemania es su debilidad financiera. ilimitadas.
En todo tiempo la guerra ha absorbido mucho
dinero, pero especialmente la guerra moderna
se nutre con millares de millones.
La situación de Alemania, por el contrario,
Las naciones consumen mayor cantidad de es desesperada, Durante los últimos años los
materias primas durante la guerra que en pe­ nazis han consumido el stock de oro nacional
ríodo de paz. Si tienen necesidad de importar, y el activo en valores extranjeros (excepción
quiere ello decir que deben pagar al contado hecha de los valores que representan el botín
aquello que necesitan. He aquí por qué Gran de los jefes del partido) y no lograron equili­
Bretaña es fuerte y es débil Alemania. brar temporalmente la situación financiera de
Ya en 1914 la situación financiera de la Gran su país más que recurriendo a los robos de oro
Bretaña era mejor que la de Alemania. Pero y de divisas extranjeras que pertenecían a los
hoy, en 1940, esta superioridad es aplastante. Bancos Nacionales de Austria y de Checoeslo­
Algunos simples datos lo demuestran claramen­ vaquia.
te. Gran Bretaña posee una reserva-oro de Se ha hablado mucho de un eventual teso­
entre 500 y 600 millones de libras esterlinas, o ro de guerra, en oro, que antes de las hostilida­
rea de 12.500 a 15.000 millones de pesos mexi­ des había sido puesto aparte, como reserva, por
canos. La cifra exacta no es conocida porque órdenes de Hitler. Pero no existe prueba posi­
actualmente el oro permanece en el fondo del tiva alguna que demuestre que tal reserva ha
secreto de nivelación de los cambios. Además rádo realmente constituida. Es posible que el
Gran Bretaña posee en| el. exterior valores Reichsbank posea reserva oro y divisas extran­
que valen aproximadamente 3.500 millones de jeras por un total de cerca de 500 millones
libras esterlinas, o sea 87.500 millones de pesos. de reichsmarks. Pero no más. Esta suma equi­
Por lo tanto unos 1.000 millones de estas li­ vale a cerca de 1.000 millones de pesos, o sea
bras esterlinas pueden ser traspasados a los neu­ la duodécima o la decimoquinta parte de las
trales a cambio de mercancías y productos ali­ reservas oro británicas, sin contar con que Ale-
menticios. mania no puede poner en línea, en la segunda
Son tales los recursos financieros de (irán defensa financiera, constituida por valores en
Bretaña, que podría pagar todas las importa­ el exterior, ni siquiera un reichsmark, mientras
J U N I O D E 1 9 4 0 Pág. 31
la Gran Bretaña concentra la enorme suma de dios persuasivos para convencer (?) al pueblo
3.500 millones de libras esterlinas, equivalentes de que su situación económica es mucho me­
a 87.500 millones de pesos. jor de lo que él mismo piensa y de que no está
permitido a la población dirigirse a las tien­
das de comestibles para hacer compras. Estas
se efectúan por medio de las tropas que reco­
íQué significan tales cifras en mercancías y gen las tarjetas de racionamiento y proveen al
alimentos ¥ recibimiento y a la distribución de víveres.
Estas cifras quieren decir que Inglaterra pue­
de caminar hacia adelante tranquilamente, y
proveerse de cuanto le haga falta, mientras que
Alemania no lo puede hacer. Aun cuando Ale- En Inglaterra, en cambio, existen reservas
mania pudiese romper el "bloqueo e importar tan poderosas que sería necesario mucho tiem­
por mediación de los neutrales, no podría pa- po para consumirlas. El standard de vida de
gar sus importaciones. Los neutrales no están la población inglesa, al principé de la guerra,
dispuestos a otorgarle créditos a Alemania, Y en era más elevado que en ningún otro período
tal caso Alemania puede comprar al exterior precedente.
solamente si es capaz de realizar un esfuerzo La potencia financiera de Gran Bretaña
de exportación. ¿Es posible tal esfuerzo? que le permite mantener en el antiguo las im­
En tiempo de paz Alemania vendía a la Gran portaciones de productos alimenticios, como si
Bretaña y a Francia más de lo que a ellas la amenaza de los submarinos y de las minas
compraba. Y era precisamente este exceso de li­ magnéticas de Hitler no existiese, tiene por con­
bras esterlinas y de francos lo que le permitía secuencia que la disminución eventual del stan­
proveerse en el mercado mundial de materias dard de vida será extremadamente reducida en
primas y de productos alimenticios. forma gradual y en ningún momento serán im­
Estas perspectivas ya no existen en el mo­ puestas a a población privaciones excesivamente
mento actual. Por lo tanto, Alemania se verá dolorosas.
obligada a suprimir toda importación. Los primeros sacrificios han sido ya consu­
Actualmente el 20 % de los alimentos con­ mados. Los precios del azúcar, de la mantequi­
sumidos por el Keich, incluso después de la re­ lla y del café han sido aumentados. La tasa
ducción de las raciones al más estrecho límite, de los impuestos, cuando recaen sobre réditos
son importados. Será preciso prescindir^ de este poco elevados, ha sido llevada a 7/6 shillings
20 %. Será preciso comer menos, gracias al por libra esterlina. Para los réditos mayores,
sueño imperial de Hitler y compañeros. Será la tasa del impuesto alcanza actualmente, por
preciso realizar aun economías en la gasolina, lo que sabemos, hasta 17 shillings por libra es­
en el hierro, en otros metales, en el caucho, en terlina.
las materias textiles, artículos todos en los cua­ Serán impuestos, ciertamente, nuevos sacrifi­
les Alemania depende irremediablemente del cios a los ciudadanos británicos durante el cur-
extranjero. En consecuencia, el esfuerzo bélico so de la guerra, especialmente cuando las ope­
del III Reich queda estrangulado desde su ini­ raciones se intensifiquen y la lucha se haga de­
ciación, cisiva. Pero la población podrá soportarlos con
.. El más inmediato efecto de esta debilidad relativa facilidad, sin correr el riesgo de sucum­
financiera es un nuevo descenso en el standard bir bajo su peso. El lujo y el semilujo serán
de vida del pueblo alemán, standard ya doloro­ suprimidos. Será tal vez necesario reducir el
samente reducido jurante los seis años de do­ consumo de productos de uso corriente, especial-
minación nazi. El pueblo tiene que trabajar mente si las hostilidades durasen largo tiempo.
más y comer menos, disponer de menos vestua­ Pero el esqueleto económico y financiero de
rio y privarse de todo en todos sus hábitos. Gran Bretaña es tan sólido, que en cualquier
Las raciones alimenticias han sido ya reducidas momento podrá garantizar al pueblo inglés con­
tres veces y son aun más deficientes de la que diciones de vida aceptables, y que, de todos mo­
fueron en otoño de 1916. En el campo del tra­ dos, serán infinitamente superiores a las del
bajo ha sido aplicada la semana de 70 horas. pueblo alemán, defraudado, aplastado y vilipen­
La Gestapo ha sido movilizada con todos sus diado por la insolente y brutal política del
elementos y obligada a usar de extraños me- III Reich.
P á « . 32 V I D A K K M E N I N A

el

Por
ANTÓN
CHEKHOFF
Celebrábase, en el club, un baile de másca­ bre la cual se veían una gran botella de licor,
ras. A cosa de la media noche, algunos intelec­ algunos frascos de vino tinto y cuatro copas.
tuales, que no se habían disfrazado, hallábanse —¡Aquí lo pasaremos bien! —expuso el en­
sentados alrededor de una gran mesa de la bi­ mascarado—. Pon la botella en la mesa. Sién­
blioteca, leyendo la prensa del día. Muchos de tense, señoras, se lo suplico. Están ustedes co­
ellos aparecían adormilados sobre los periódicos. mo en su casa.
En la estancia, reinaba un profundo silencio. Después, se enfrentó con los intelectuales sen­
Del gran salón llegaban los sones de la mú­ tados alrededor de la mesa, y agregó:
sica. De vez en cuando, pasaban por el corredor —Por su parte, caballeros, hágannos un poco
criados con bandejas y botellas. de sitio. ¡ Los cumplidos sobran!
De pronto, tronó, tras la puerta de la biblio­ Con un movimiento brusco, tiró al suelo va­
teca, una voz sonora, que decía:
rios diarios.
—¡Aquí estaremos mejor! ¡Venid, hijas mías,
no tengáis miedo! —¡ Eh! Pon la bandeja en esta parte de la
La puerta se abrió, y, en su umbral, se per­ mesa. Señores lectores, hagan el favor de apar­
filó la figura de un hombre membrudo, cor­ tarse un poco. No es este el momento de leer
pulento, ancho de espaldas. Traía oculto bajo los periódicos, ni de dedicarse a la política.
un antifaz el rostro. Iba vestido de cochero y ¡ Pero ¡ apresúrense, caramba!
tocado con un sombrero de plum;is de pavo. Un intelectual, mirando al enmascarado por
En pos suyo, entraron dos mujeres, también encima de sus lentes, repuso:
enmascaradas, y un mozo con una bandeja, so­ —¡ Le ruego que no alborote! Esto es la bi­
DE 1940 Pág. 33

blioteca, y no el buffet. Se ha equivocado usted Belebujin, el tesorero del Ayuntamiento, ru­


de puerta, señor mío. gió, congestionado y moviendo los hombros con
—¡Hombre 1 ¿Usted piensa que no es lícito agitación:
beber en este lugar? ¿Me quiere usted decir —¡Cómo! Es inconcebible. Lo que aquí ocu­
por qué? La mesa me parece bastante sólida... rre resulta divertido hasta lo sumo. Cualquier
En fin, no me gusta discutir.... Abandonen sus impertinente entra, como Pedro por su casa, y
periódicos, y dejen sitio. Ya han leído ustedes arma un alboroto que...
de sobra, son demasiado sabios, y, si siguen le­ El enmascarado, dando en la mesa tan fuer­
yendo, están expuestos a enfermar de la vista. te puñetazo, que hizo saltar las copas sobre la
Y, sobre todo, que no me da la gana de que bandeja, interrumpió furioso:
continúen su lectura. —Cochino, ¿con el dicterio de impertinente
El mozo dejó la bandeja en la mesa, y, con me insultas ? ¡ Te rompo el bautismo, si te atre­
la servilleta al brazo, esperó en pie, a conve­ ves a seguir tratándome de ese modo! ¡Salgan
niente distancia. Las damas comenzaron a be­ todos sin demora, o voy a perder la paciencia!
ber, y el enmascarado, llenando su copa, excla­ ¡No ha de quedar aquí ningún canalla!
mó irónico: —¡Ahora veremos! —replicó Gestiakoff, tan
—¡Y pensar que hay tanta gente sabia, que excitado, que sus lentes se empaparon de su­
prefiere la prensa al buen vino! Hasta em­ dor—. Voy a enseñarle a usted una pequeña
piezo a dudar que comprendan nada de lo que lección de urbanidad. ¡ Que venga el gerente
leen. Oiga, caballero de las gafas, ¿me quiere del Club!
usted decir qué ha sacado en limpio de lo leí­ A poco, llegó el gerente, que venía jadeando.
do? Apuesto cualquier cosa a que no ha enten­ Era un hombrecillo grueso, que llevaba, en el
dido una palabra. Muchacho, valdría más que ojal de la solapa, una cintita azul, y que, en­
bebieses con nosotros. ¡ No te las eches de sa­ carándose con el intruso, dijo:
bio tontamente! —Tenga la bondad de marcharse. Si desea
Se incorporó, y, brutalmente, le arrebató al usted beber, vayase al buffet.
hombre de los lentes el periódico. El agraviado —¿Y quién eres tú? —preguntó el enmasca­
se puso primero pálido, luego encendido, y mi­ rado—. ¡Me atemorizas, pollo!
ró con asombro a los demás intelectuales, los —Le prohibo que continúe tuteándome. ¡Lar­
cuales le miraron a su vez. gúese en el acto!
—Olvida usted, señor mío —protestó el in­ —Oye, muchacho, te doy un minuto para
telectual—, que se encuentra usted en la biblio­ obligar a salir a estos caballeros. Mblestan a
teca, y no en la taberna, y espero que con más estas señoras, y no quiero verlas cohibidas,
decencia se conduzca. De lo. contrario, termi­ 5 sabes ?
naremos mal. Usted ignora con quién habla, —No hay duda que este individuo se cree
sin duda. ¡ Soy el banquero Gestiakoff! en una cuadra •—observó Gestiakoff—. ¡ Llamad
—Me importa un bledo que seas Gestiakoff. a Estrat Spiridonitch!
En cuanto a tu periódico, ¡ mira! Por todas partes se oyó gritar:
Estrujó el periódico, y lo rompió en pedazos. —¡ Estrat Spiridonitch, Estrat Spiridonitch!
En el colmo de la estupefacción, Gestiakoff Acudió el llamado, vestido con su uniforme
balbució, indignado: de policía. Y, con mirada terrible y voz. bron­
—¡ Señores, esto no debe tolerarse!... ¡ Bs ca, ordenó:
un escándalo inaudito! —¡ Salga usted de aquí!
—¡ Dios mío, se ha enfadado! —murmuró el El enmascarado soltó la carcajada.
enmascarado, riendo—. Me causas pánico, ¡la —¡Eres tremendo! ¡Me has dado un sus­
verdad! Estoy temblando de pies a cabeza. t o ! . . . Sólo con mirar tus ojos, hay para mo­
Y, poniéndose serio, continuó: rirse de miedo. ¡Ja, ja, ja!
—Escúchenme, caballeros. No me place per- —¡Cállate —barbotó Estrat Spiridonitch con
der el -tiempo en discusiones. Quiero quedarme toda la fuerza de sus pulmones—, y vete en se­
solo con estas damas, y les pido que salgan de guida, si no quieres que llame a los agentes!
aquí inmediatamente. ¡Señor Gestiakoff, ahí En la biblioteca, el escándalo había llegado al
tiene usted la puerta, y buen viaje! ¡Vayase colmo. Rojo como un cangrejo, Estrat Spirido­
usted al demonio! Si no se ausenta usted acto nitch pateaba y gritaba. Gestiawoff, Belebujin,
seguido, sabré hacerle obedecer. ¡Y tú, Belebu­ el gerente del club y los otros intelectuales gri­
jin, lo mismo! ¡ Largo, largo! taban asimismo. Pero a todas las voces se sobre­
P&g. 34 V I O A F « M E N I N A

ponía la formidable voz de bajo del enmascarado. pleto estado de embriaguez, hasta el punto de
En el salón, los bailes cesaron, y el público tambalearse. Con paso torpe, avanzó, y se aco­
corrió a la biblioteca, atraído por la batahola. modó en una butaca próxima a la orquesta de
Bstrat Spiridonitch llamó a cuantos agentes la música. Arrullado por sus acordes, quedó dor­
de policía se hallaban en el club, y comenzó a mido, y empezó a roncar.
instruir un proceso verbal. Por señas, los concurrentes significaron a los,
—¡ Dios mío, que va a ser de mí ahora! —ge­ músicos:
mía el enmascarado, en tono de burlona que­ • —ijChist! No sigáis tocando, que Egor Ni­
jumbre—. ¡ Qué infeliz soy! ¡ Me he perdido pa­ litch está durmiendo.
ra siempre! Belebujin se inclinó sobre el- opulento fabri­
Pero de súbito, acrecentó: cante, y le preguntó:
—¡Ja, ja, ja! Bueno, ¿se ha concluido el pro­ —¿Me permitirá usted que le acompañe a su
ceso verbal? ¿Lo han firmado todos ya? ¡En­ domicilio ?
tonces, atención! A la una, a las dos, a las tres... Piatigoroff marcó una mueca con la boca, co­
Y levantándose e irguiéndose cuan largo era, mo si fuera a espantar a una mosca que le mo­
se quitó el antifaz. Luego se echó a reir, y, sa­ lestase.
tisfecho del efecto producido en la concurrencia,, —¿Me permitirá usted que le acompañe a su
se dejó caer en un sillón, lleno de júbilo. domicilio? —repitió Belebujin—. Voy a pedir
La impresión conseguida fue realmente tea­ su coche.
tral. Los intelectuales se contemplaban unos a —¿Eh? ¿Qué quieres?
otros, lívidos y confusos. Estrat Spiridonitch —Me será muy grato ir con usted hasta su
mostraba una expresión de lamentable estupidez. casa. Es ya hora de descansar.
Todos habían reconocido, en el enmascarado, a —Bueno. Vamos...
Piatigoroff, el multimillonario local, tan célebre Satisfechísimo, Belebujin logró, a costa de
por sus frecuentes extravagancias como por sus grandes esfuerzos, incorporar a Piatigoroff. Los
buenas obras. demás socios del club le prestaron auxilio, po­
Sobrevino un embarazoso silencio, durante el niendo en ello el mayor celo. Al fin, gracias a
cual nadie osaba despegar los labios. los buenos oficios de todos, se consiguió dar cum­
—Ea —resumió Piatigoroff— ¿quieren o no plida cima a la tarea, y transportar a su coche
quieren irse ahora? al millonario.
Los circunstantes, sin decir esta boca es mía, Gestiakoff, sosteniendo a Piatigoroff con el
fueron desfilando de puntillas uno tras otro. brazo, resumió:
Piatigoroff abandonó su asiento, y cerró la puer­ —¡ Sorprendente, sorprendente, la manera que
ta a lo bruto. ha tenido usted de embromar a todo el club!
Momentos después, Estrat Spiridonitch, sa­ Es usted un actor admirable,v un cómico de pro­
cudiendo rudamente al mozo, le preguntaba: digioso talento. ¡No salgo de mi asombro! ¡Lo
—¿Sabías que era Piatigoroff, y no me lo que nos hemos reído! No olvidaré nunca este
advertiste ? episodio encantador y admirable. ¡Bravo, lígor
—El señor Piatigoroff me ordenó que no lo Nilitch, ha estado usted de primera!
revelase a nadie.
—Yo te enseñaré a guardar secretos, malan^
drín. Y a ustedes, señores intelectuales,' ¿no les
da vergüenza haberse puesto a protestar y a Suelo de roca bravia
alborotar por una tontería como esa ? ¡ Tan sen­ las pezuñas endurece.
cillo como hubiera sido desalojar la biblioteca Las durezas de la vida
por un, cuarto de hora!... Todos nos habríamos: nos hacen duros y fuertes.
evitado y ahorrado disgustos.
Los intelectuales vagaban de acá para allá, El qu,e es feliz olvidando
contrariados y mohínos, reconociéndose culpa­ sus desgracias, me recuerdan
bles de lo que ocurriera, y sin ánimos para alzar al que se queda dormido
la voz. Sus esposas y sus hijas, sabedoras del Mientras su casa se quema.
enojo que en el plutócrata produjeran, no se
atrevían a bailar. EMILIO FRUGONI
Hacia las dos de la madrugada, Piatigoroff
salió de la biblioteca. Llegó al salón en com-
J U N I O DíB 1 9 4 0 Pág. 3 5

por el sol, rebenque en mano (Viene de la página 12) ma de riquezas comenzó a im­
y con un ancho culero en la presionar nuestra vida. Eran
cintura sosteniendo un facón los extensos trigales con sus
repetable, y con voz de ento'­ espigas pobladas por el peso
nación suave y jubilosa, refle­ del grano que contenían, quie­
jo de una profunda e íntima nes al infundir alegría al es­
satisfacción, nos dijo: "vengo pectador no' interesado, devol­
a convidarlos para la minga vían a sus dueños la esperanza
del domingo en el Barrial", alejada en los largos y frígi­
• Los amigos que conocían al dos meses del invierno, cuya
visitante oporttmo y ubicaban baja temperatura hacía que loa
el Barrial,, que en el metal de fríos no permitieran cosecha
la voz y en el rostro sombrea­ alguna de la flora conocida en
do por el ala grande de un la zona. Los cuadros se altera­
sombrero sucio descubrían el ban con otros no menos impor­
contento del labriego, se pro­ tantes y halagüeños, como el
digaron en explicaciones acer­ que ofrecían al verdear de los
ca de la distancia para llegar 7/
maizales en crecimiento y las
al lugar, y las maneras de ha­ huertas de sandías y de melo­
cer las mingas o sea la reco­ nes. Uno que otro rancho in­
lección del primer trigo' ma­ hospitalario levantado junto a
duro del año. un frondoso algarrobo y ador­
nado el frente por un jardín
Su dueño siguiendo la cos­ de vistosas flores y canteros
tumbre, quiso que lo más gra­ de verduras a los costados, in­
nado de la villa concurriera terrumpían la interminable su­
a presenciar el valioso aconte­ cesión de potreros que a la ve­
cimiento que significaba para ra del camino daban muestras
él y los suyos, ser el primer de las preocupaciones y solí­
cosechero del año y estar to- citos empeños de sus propieta­
dos con vida. Interpretábase rios.
el hecho como presagio de un
prolongado y promisor vivir; Al término1 del largo calle­
y la forma de levantar el pro1­ jón central y del que múltiples
ducto simbolizaba la glorifi­ de menor ancho y al parecer
cación del trabajo, a la par de de poco tráfico se desprendían
un asociamiento de los veci­ para ambos lados, varias hue­
nos al regocijo del eírculo fa­ llas y en diversas direcciones
miliar, que reuníanse desde indicaban el camino a los po­
días antes del fijado para la blados de los valles más estre­
minga, a objeto de preparar chos, que a la distancia se di­
la mejor forma de celebrar la visaban.
fiesta tradicional. Seguimos una que costeaba
El día señalado y antes de( la amplia acequia del Barrial,
-que el sol con sus- fuertes ra­ cuyos bordes embellecían lí­
yos y la atmósfera caliente neas interminables de altísimos
acentuaran .los efectos del cli­ y gruesos álamos. A la media
ma subtropical de la región, hora de andar teniendo en es­
comenzaron a llegar los ami­ ta parte del camino a la dere­
gos, que en los postes del cha inmensos cultivos y a la
alumbrado de la piaza públi­ izquierda un campo yermo con
ca, frente a la hostería, iban apenas una que otra mata ba­
amarrando sus vistosos y cui­ ja, cruzamos la tranquera de
dados pingos. A los pocos mi­ cada cual el bien aperado y la casa del invitante, ñor Pau­
nutos logramos reunimos y brioso corcel. ta, que así le llamaban.
en algarabía descomunal, ini­ Pocas cuadras habíamos Dos piezas de adobe y una
ciamos la marcha exhibiendo traspuesto cuando un panora­ gran cocina de quincha, tres
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ranchos más y separados para ini verdadero campo de emú najes por la fuerza física des
habitación de los peones; un Lición, donde los grupos distri­ 7'oja;da de brutalidd, pero con
corral de cabras y ovejas, un buidos en surcos, competían en interés superior por ganar la
establo para caballos y asnos, derroches de voluntad y explo­ corona, que a igual de las tortas
un chiquero' para chanchos y siones continuadas de energías. y el plato especialidad de aque­
un gallinero distribuidos en un A mediodía se dio término a llas regiones —el locro— se ha­
espacio de terreno endurecido las tareas y entre gritos y ex­ cían de trigo nuevo cortado
a manera de patio extenso, presiones populares dicho's con días antes exprofeso.
complementaban los bienes picardía delicada, pero exentos Se trata de "tirar al gallo",
que los chacareros acostum­ c!e ofensa, para destacar o cri­ Un largo lazo trenzado y re­
bran a poseer. No por esto la ticar un aspecto sencillo de la sistente, que tendían en el sue-
habitación carecía de un her­ faena realizada, se encamina­ lo, significaba el desafío a dos
moso jardín y una era de plan­ ban hacia la habitación aplau­ niños, que tomándolo del me­
tas de hortalizas. Un enorme diendo a los emparvadores, por dio, tiraban en sentido contra­
sauce llorón, también adorna­ el cálculo acercado al concluir rio. Al perdedor se le agrega­
ba el rincón del patio, atravesa­ la alta parva circular, co'n ha­ ba una mujer o un hombre.
do aquí por un ancho canal de ber considerado únicamente la dando lugar así al desequili­
agua cristalina. Bajo su tupi­ cantidad del producto y la ex­ brio del esfuerzo, que obligaba
da sombra, bancos, troneos y tensión del potrero. a prenderse del otro lado' un
tablones se habían dispuesto La sombra del amplio y co­ nuevo competidor. De este mo­
para albergar a la hora de la poso sauce cuyas ramas caían do, hombres y mujeres acopla­
comida, al considerable gentío tupidamente a la altura de la dos a ambos grupos contendo­
que en el potrero de atrás de cabeza de los concurrentes, era res forcejeaban hasta ser arras­
la casa recogían el irigo. el sitio de recreación, donde trados el uno por el otro1. En­
Varios recolectaban las ga­ se desarrolló la escena final de tonces los vencedores reclama­
villas pequeñas y las coloca­ la celebración; a la cual había ban la "corona" y los derro­
ban en una coyunda, hasta fo*r­ concurrido todo el vecindario tados quedaban con el "ocote",
mar un gran atado ¡que los con sólo la invitación de su or o pan de harina de trigo viejo
hombres más fornidos condu­ ganizador. torcido' con cemita.
cían hasta la parva, donde tra­ Aquí, entre bromas y chistes, Como final de la minga se
bajadores duchos para ¡hacer­ repetidas fuentes de locro ser­ dio rienda suelta al baile de
la, disponían las gavillas de vían cuatro diligentes vecinas, zambas, gatos, chacareras, es­
tal manera, que las espigas quienes con modales y aire bi­ condidos y remedios, entre ri­
quedaban resguardadas de las zarro, como eon gracia po*nde­ sas, exhortaciones y golpear de
lluvias, de los vientos y del rable, salpicaban el regocijo manos al compás de las piezas
sustraerse fácil por los anima­ indescriptible de les mingue­ que ejecutaban eon un acor­
les dañinos. ros, con refranes y coplas de deón acompañado de guitarra
El espectáculo era so'berbio admirable y ameno acierto. El y caja. Así completaban el jú­
en matices de entusiasmo y se vino y las tortas jbsequiaba bilo incontenible de to'dos los
traducía en exhortaciones de ñor Panta con chispeante y jo­ pasos de esta faena, llevada a
unos a otros para trabajar con cosa fo'rma, a propósito para cabo con entusiasmo sin igual,
rapidez, en alegría rebosante realzar aún más la festividad más por la gracia de haber al­
de optimismo al terminar la del cuadro. canzado eon v i d a una nueva
recolección de una melga o Una vez terminado el al­ cosecha, que por la recompensa
principiar la otra, o en risas al muerzo se pasó a un tercer consistente en dos o tres tortas
notarse la calma de alguno o acto, no menos interesante y y un kilo de grano más o me-
eludir la labor intensa. Lo' cual pintoresco que los anteriores. no's entregado en pago a cada
daba la sensación de presenciar Rivalizaban ahora los perso­ trabajador.
Cuadrítos
Porteños Paral VIDA FEMENINA.

Fines de marzo. Es una mañana clara y so­ ser codicia y estrépito. También hay entre los
focante del último verano. Las calles de Bue­ condenados a servir al Dios alado, quien rinde
nos Aires se poblaban de ruidos y de voces. culto a la belleza y rompe lanzas a favor del
La ciudad despertaba, se desperezaba, y, len­ espectáculo subyugante y hermoso de la madre
tamente, iba rescobrando su ritmo nervioso y naturaleza. Una prueba de ello es la escena que
acelerado siempre. El comercio de las cosas es­ vamos a relatar —con más o menos fidelidad—,
taba a punto de iniciarse, y el tráfico de vehícu­ sorprendida frente a una importante casa de mo­
los y peatones, que aumentaba de minuto a mi­ das, instalada en su barrio céntrico.
nuto, se embotellaba, se atascaba. Por momentos
todo era confusión. Mujeres, hombres y niños;
tranvías, ómnibus y colectivos, en el deseo de Ante una de sus" portadas, todavía cerrada,
ganar segundos, se estorbaban, se enpujaban un grupo de jóvenes bien puestas, y al parecer
unos a los otros. Al parecer, todos estaban apu­ alegres, saludan efusivamente a Irma Campi con
rados y nadie se entendía. El reloj, tirano del abrazos y besos, y la abruman a preguntas.
tiempo y aliólo fiel de Mercurio, con su mar­ —¡ Qué bien estás!

cha infatigable, sacudía la somnolencia y la mo­ —¡ Qué quemada!

dorra de la pasada noche, y exigía ahora rapi­ —¿Bailaste mucho?

dez, velocidad. Es como una consigna obligada. —¿Encontraste "filo"?

—¿Fuistes a la ruleta?

Lo reclama así el dinero, y en aras a su ruido


—¿Te divertistes mucho?

metálico hay que poner dedicación, empeño, vo­


—¡Contanos algo, hija!

luntad. Quien no la cumple o no siente la atrac­


ción del oro, que se aparte, que no estorbe. Irma Campi sonríe a todas. Retribuye los be­
Dentro de unos instantes la ciudad hervirá al sos y los abrazos con cariño que no es fingido,
influjo de su fiebre y las cifras hablarán con y so dispone a dar sus impresiones.
elocuencia del poderío y la riqueza del país. De —Ya lo veis, compañeras; de nuevo al yugo,
«u riqueza material, se entiende, no de su ri­ pero soy feliz. No moriré sin haber visto lo que
queza espiritual. Sin embargo, ella existe y está tanto deseaba : el mar. Yo, como ustedes, escon­
Jatente cu el alma ciudadana. No todo ha de día la secreta esperanza de llegar un día a es­
PAg. 38 V I D A F E M E N I N A

tar frente a él, y lo he logrado. Y lo he logrado tacto acariciante en mis piernas desnudas, y as­
gracias a esa hermosa ley 11.729, presentada al pirar, con deleite y hondamente, el penetrante
parlamento nacional por un hombre comprensivo, olor a sal y azufre que me traían. Y me exta­
y hecha aprobar por la tesonera y eficaz labor siaba, con un poco de miedoj observando cómo
de los representantes socialistas. Ahora estoy sus fuerzas crecían o decrecían, según fuera el
contenta. La vida me parece más bella y las ho­ capricho del viento versátil que, poderoso al fin,
se complacía en manejarlas a su antojo y se en­
tretenía con ellas, de igual manera que con las
puntas sueltas del pañuelo de mi cabeza o mi
salida de baño y me enajenaba.
—Y cuando no estabas frente al mar, ¿qué
hacías? —preguntó, curiosa, una compañera.
—Me encerraba en la modesta piecita de la
pensión a leer o a descansar. Leyendo recorrí
con la imaginación países lejanos, y supe de los
medios de vida y de costumbres de otros pue­
blos. Entrevi paisajes encantadores, y tuve ante
mis ojos panoramas nuevos. Me alegré, sufrí,
me emocioné y, sobre todo —cosa que concep­
túo importante—, me olvidé, como deseaba, de
esta triturante máquina que es el comercio, y
en la que yo vengo a ser, forzada e involunta­
riamente, un músculo, un insignificante torni­
llito. El resto del tiempo lo aproveché en des­
cansar para reponer energías. Las fatigosas y
ras no serán ya, para mí, tan monótonas. El rudas tareas diarias nos lo impone, y el pode­
recuerdo de lo que he visto, me confortará en río tiránico del rey y señor don dinero así lo
la lucha por el pan de cada ¿ía y me dará exige. Por eso, amigas, no he ido a la ruleta,
fuerzas para soportar las adversidades. La re­ no he bailado, ni me he preocupado de encon­
petida .contemplación del paisaje siempre cam­ trar "filo"
biante, siempre variable, ha sacudido mis senti­
mientos más íntimos y los ha hecho aflorar a la
superficie. El cielo y el agua, confundiéndose
en una línea imaginaria, en un horizonte ora
rosado, ora cárdeno, han tenido la virtud de
afinar mi sensibilidad y hacerme experimentar
un placer infinito por las bellezas sublimes que
crea la naturaleza. Confieso con sinceridad que,
si físicamente he ganado un poco, espiritual­
mente he ganado mucho.
—Pero, ¿te divertiste? —preguntaron algunas
amigas a un tiempo.
—Según mi manera, sí —contestó Irma—. Mi
diversión más encantadora —prosiguió— consis­
tía en pasarme las horas sobre las rocas, sola,
en traje de baño, mirando el ir y venir de las La chirriante cortina metálica, al correrse ha-
olas. El imponente espectáculo de su juego me cia arriba, ahogó, casi, las últimas palabras de
tornaba alegre y me volvía animosa. El fluir y la muchacha, que regresaba de Mar del Plata,
refluir de las aguas, el choque violento contra después de quince días de vacaciones, y las em­
las duras piedras, se me antojaba una música pleadas, una tras otra, fueron pasando al in­
extraña, de melodía un tanto exasperante, pero terior, dispuestas a ocupar su lugar de trabajo
grata. Me agrada sobremanera sentir su con- y de lucha.

V Í C T O R J. M O N O L I

J U N I O O «E 1 9 4 0 P á g . 3»

LECTURA PARA NIÑOS

Anécdotas de Abrahant Lincoln

Según l'a opinión de sus co­ ses no menos sinceras que to­ dió muchos pleitos de negroB,
legas abogados, su reconoci­ das sus acciones. Decía que su sin preocuparse de que la Ha
da habilidad jurídica flaquea­ moral era la de un anciano al ruada buena sociedad arruga­
ba cuando en el curso del pro­ que había oído decir un día: ra el ceño. I'no de estos casos
ceso la razón no estaba de su
' S i hago una buena obra, me fue un marinero, r.ijo de un
parte. Si se enteraba desde un
siento bien; y si obro mal, me negro, que habiendo llegado
principio, renunciaba la cau­
sa. Una dama le envió 250 dó­ encuentro mal. E>ta es 'mi sin documentación a Nueva
lares para que se encargara de religión". Orleans, fue detenido. La de­
defenderla en un pleito, pero tención le hizo perder el barco
él le devolvió la suma, con es­ j , más tarde, desamparado y
tas palabras: ' 'N'o encuentro En tanto que la mayoría de sin recursos, fue vendido co­
un solo clavo do'nde poder col- sus colegas se abstenían de de­ mo esclavo. Sn madre acudió
gar sus pretensiones". Entre­ fender a los negros, él defen­ a Lincoln y éste visitó a los
gó a un colega la defensa de
un criminal, diciendo: "Este
hombre es culpable y yo no
puedo defenderle... ; tal vez
Jo pueda usted" En otra oca­
sión, conferenció con el aboga­
do de la parte contraria antes
de llegar a la vista, y penetra­
do del caso', dijo: "Veo que
mi cliente no tiene razón, y le
aconsejaré que renuncie al
pleito."

Contestando a un joven que


quería aprender en su bufete,
escribía: "Si usted tiene real-
mente el deseo de dedicarse al
Poro, ya tiene adelantada la
mitad del camino, siendo indi­
ferente el que estudie en un
lado o en otro. Yo he estu­
diado solo1. Lea usted los li­
bros, para que se penetre bien
de su sentido; esto es lo más
limportante, no siendo preciso
para ello que habite usted en
una gran ciudad. Yo aprendí
derecho en New Salem, que só­
lo cuenta trescientas almas.
Tenga muy presente que para
adquirir el triunfo en todos los
terrenos, lo1 principal es la pro-
pia voluntad."

Su moral se asentaba en ba- Abraliam Lincoln visitando a los soldados heridas


P á g . 40 V I D A F E M E N I N A

gobernadores de dos Estados, obligado a tomar Jas armas, Al referirse a la esclavitud,


pero ambos rehusaron mezclar­ ordena que se les dé de baja problema capital de su vida:
se en el asunto, no atreviéndo­ en seguida y se les anvíe a sus "Cuando oigo a alguien ha­
se a arriesgar el puesto1 por un casas. Stanton ee niega, por ra­ blar -en favor de la esclavi
mulato. Entonces Lincoln hizo zón de disciplina. Lincoln re­ tud, siento un deseo vivísi­
una colecta, reunió el dinero plica: "Es mi más urgente de­ mo de ensayarla en él per­
necesario y se lo envió a un seo". En otra ocasión son con­ sonalmente". En una ocasión
amigo que tenía en el Sur, ro­ denados a muerte veinticuatro vienen dos señoras de Tennes­
gándole que rescatara al mu­ desertores. Lincoln s-e niega a see a pedirle la libertad de sus
chacho, para que éste pudiese firmar la orden de ejecución. esposos, prisioneros de guerra.
volver libremente a] seno de El general dice que si no hace Una de ellas, que visita al pre­
su familia. un escarmiento peligrará todo sidente tres veces, insiste siem­
el ejército. "Seño'r general, ya pre en que su marido es un
* hay tantas mujeres que lloran hombre muy religioso. Por fin,
Siendo presidente, sabe que en los Estados Unidos. No me Lincoln, accediendo a su peti­
a veces se le engaña y, sin em­ pida usted que aumente toda­ ción, contesta a la dama: "Di­
bargo, cuando las mujeres im­ vía su número, pues no lo ce usted que su mari-lo es hom­
ploran por la vida de sus hi­ haré" bre muy religioso; pues bien,
jos que han desertado, se deja dígale que, aunque no soy un
conmover por sus súplicas, especialista en materia religio­
aunque se presenten falsamen­ sa, a mi juicio, una religión
te como viudas o ll?ven como En un discurso pronunciado que incita a los hombres a re­
suyo un chico que han pedido casi al término de Ja guerra, belarse contra el gobierno
prestado. Convencido de que dijo: "El mundo carece de una porque éste no1 ayuda a unos
la clemencia es mucho mejor buena definición de la palabra cuantos hombres a comer pan
que el castigo, procura exce­ libertad. Todos nosotros nos a costillas del sudor del próji­
derse siempre en el sentido declaramos partidarios de ella, mo, no puede ser la religión
de la compasión. ¿Acaso no aunque no todos entendemos con que se alcance el cielo".
trae la guerra bastante mise- lo mismo por ella. Para algu­
ria al país? no' significa que el hombre
puede hacer, iconsigo y (con
* sus bienes, lo que le plazca. El mayor sedante que Lin­
La única cosa que suscita su Para otros, quiere decir que coln halló en sus cuatro años
ira es la presunción. Ignora unos cuantos hombres pueden de presidencia, debe, sin duda,
la petulancia de los especialis­ hacer lo que les plazca con los buscarse en uno d~: sus más
tas y diplomáticos, y pretende demás hombrea y con el traba­ arduos deberes, y fue la conse­
ignorar lo que unos y otros jo de estos hombres. Cada una cuencia de su deseo de mitigar
piensan y dicen sobre sus gro­ de estas tendencias es llamada el rigor de la justicia con la
tescos modales, su vestimenta libertad, aunque tan distintas piedad, pues en este espíritu el
y el buen gusto más que dudo'­ entre sí. He aquí otre ejemplo: sentimiento de compasión era
so de sus anécdotas. Pero cuan­ Un lobo acaba de nacer presa aún mayor que el aí'm de jus­
do un joven conde recomen­ en el cuello de una oveja; pero ticia.
dado por la (embajada pru­ viene el pastor, le arranca la
Seguramente no ha habido
siana se hace introducir y, en víctima y aleja al lobo. La ove­
en la Historia un jefe de Esta­
apoyo de una solicitud de em­ pa agradece, naturalmente, al
do que, en tan cortn tiempo,
pleo en el ejército, explica que pastor que le haya ?alvado la
haya accedido a tantas peti­
su familia tenía varios siglos vida; pero el lobo lo denuncia
ciones de clemencia. La ma­
de abolengo1, Lincoln le inte­ como atropellador de la liber­
yor parte eran de desertores
rrumpe amistosamente: "No tad de la oveja; sobre todo si
que, por cobardía, cansancio o
tema usted; eso no será obs­ se trata de una oveja negra".
deseo de ganarse la benita su­
táculo para su carrera". De nuevo una de esas imáge­ ma que se pagaba a los susti­
* nes en que el pastor se convier­ tutos, sentaban pla^n y deser­
Cuando se entera de que han te en lógico, mientras el esta­ taban una y otra vez, hasta
sido enrolados por la fuerza dista, guiado por la intuición que eran aprehendidos y con­
unos jóvenes cuáqueros y que del labriego, crea, asi inolvida­ denados a muerte. |Pero allí
contra sus principios, se les ha bles parábolas para el pueblo. estalaa papá Abraham, inca­
J U N I O D E 1 9 4 0 Pág. 41

paz de hacer daño a una mos- los generales, irritados, le ci- contrario, no lo habría hechtf
ca! ¡Recurramos al presiden- taban a cada paso, no le ha- tan numeroso" Talos fueron
te, que ya encontrará, él algu- cían le menor mella. Su res- las espléndidas palabras que,
na fórmula! Cada uno de es- puesta era más o menos de seguramente, no habían podi­
tos casos era, en efecto1, dete- este tenor: "¿Cobardía? Pero, do ocurrírsele a ningún rico ni
nidamente examinado por él, j acaso estoy yo muy seguro a ningún hombre crecido en el
con el resultado de que, duran- de que, si me hallase en la lí- estudio, con q u e expresara
te aquellos dos últimos años de nea, no tiraría mi fusil y echa- Lincoln, en una ocasión, sus
luchas, se acumularon en los ría a correr?" O bien: " Si
sentimientos en favor de los
expedientes del Ministerio de Dios ha dado a un hombre
trabajadores blanco3 y de co-
Guerra centenares de telegra unas piernas cobardes, ¿qué
puede hacer el infeliz cuando lor. En otra ocasión dijo:
mas conteniendo la siguiente "Me parece que si el Altísimo
ellas echan a correr y lo lle-
ordíen: "Ep. fusilamiento de hubiera creado una clase de
van •consigo1?" Hasta en el
Fulano debe diferirse" Algu- Congreso, pronunciando un hombres sólo llamados para co­
na que otra vez, acompañaba discurso oficial, dijo: "La más mer, sin tener para ello que
al borrador del telegrama una estricta justicia no creo que trabajar n u n c a , los habría
nota para el jefe de Telégra- sea siempre la mejor política" hecho todo bota y sin manos;
fos, encareciéndole: "Tenga Defendía especialmente a la del mismo modo que si hubiera
la bondad de transmitirlo in- gente joven, y lo fundamenta- creado una clase llamada sólo
mediatamente" O Dien: "Ha- ba así: "Creo que los jóvenes a trabajar, sin obtener para
ga el favor de procurar que no nos son más útiles sobre la tie- nada el producto de ese traba­
sufra demora la transmisión, rra que debajo1 de ella" jo, la habría hecho r,in boca y
pues el individuio en cuestión * todo manos"
debe ser ejecutado mañana" "Dios quiere, sin duda, mu-
Las razones de disciplina que cho al pueblo bajo, pues, de lo Emil Ludwigf.

ik íf ik

LA GORRA DEL PRINCIPE

Cuando el joven Simón Bolívar fue enviado —"Pues no lo hice a mal hacer y Su Alteza
a estudiar a España, obtuvo allí la situación nos hace el honor de jugar con nosotros al vo­
que correspondía a su alto nacimiento y rique- lante, nada tengo de qué arrepentirme"
zas, y pronto sirvió en el cuerpo de caballeros Supo el rey el suceso, a la vez que la respues­
pajes de S. M. ta de Bolívar, y exclamó lleno de bondad:
Un día jugaba con el príncipe de Asturias, —"Tiene razón el rapaz y no hay motivo pa­
después Fernando VII, de funesta memoria, y ra castigarle, y si el príncipe se entrega con
uno de los saltos del volante arrojó la pelota ellos a jueg'os infantiles, decidle que en otra
con tan poca destreza que en lugar de formar ocasión se ajuste mej'or la gorra para jugar con
la curva natural fue en línea recta a la cabeza chicos tan traviesos"
del príncipe, despojándole de la gorra. El niño Bolívar quitó la gorra de la cabera
al joven príncipe de Asturias; más tarde el ge­
Confusas del suceso los jóvenes cortesanos
neral Bolívar debía quitar de su corona una
esperaban un grave castigo para el joven Bo­
de las joyas más preciadas.
lívar y le aconsejaron que se escondiese, pero
él contestó con mucha sangre fría: Juan Vicente Camacho
Pág. 42 V I D A F E M E N I N A

El Rincón

de los
Garb anzos

UN LUNCH FAMILIAR
PARA PEQUEÑA FIESTA
Pastas surtidas, con acara­
melados Petit Fours y meren­
guitos, algunos bombones. Se rellenan,,de picadillo de temperatura regular; su coc
carne con una cuchara, repul­ ción tarde una hora riás o me-
Sandwiches variados, queso
gándola alrededor para que no nos ; se sirve frío.
y jamón. Café, en verano he
se abran al freir. Se fríen en
lados, cerveza y vinos a gusto,
abundante grasa de eerdo bien COCINA
(de preferencia los vinos dul­
caliente.
ces argentinos).
Picadillo. —- % kiio de carne Consomé a la Reina.
ESPACIO DE LA MESA de ternera, bien picada; 2 ce­
bollas, bien picadas; 2 tomates Un pollo, un hueso de vaca.
Para estos lunches se dispo' picados; 4 ajíes, orégano y bas­ 200 gramos de garbanzos, una
ne la mesa con parte de lo tante perejil (ajíes picantes a cebolla chica, sal y --eis huevos.
que se ha de servir, reforzán­ gusto); sazónese. Preparación. — Se pone en
dose a medida que se consume; una olla un litro y medio de
Frito el picadillo en grasa
por regla general, no hay sillas agua, dentro se le ponen los
de cerdo, se le mezcla huevos
alrededor de la mesa cuando demás ingredientes, menos los
se trata de lunches con convi­ duros picados, pasas eorintos huevos, y se trata de hacer un
dados, pero si es solamente fa­ ;. aceitunas descarozadas.
miliar éstas se colocan. NOTA: Si el picadillo se hace buen caldo; cuando el pollo
con carne cocida, resulta más esté bien cocido se saca" del
sabroso. caldo, por un colador fino #e
PASTELERÍA
pasa el mismo, llevándolo nue­
Budín de pan.
Empanadas criollas. vamente al fuego.
Preparación. — Un kilo de Un kilo de pan (no importa Aparte, en un recipiente, se
harina, 200 gramos de grasa que sea duro), y2 kiic. de azii baten los huevos hasta dejar­
de cerdo, 6 yemas de huevos, car, 10 huevos, 100 gramos de los bien disueltos, y por un co­
14 litro de leche, V& cucharadi­ manteca, un poquito, de ralla ladoT de agujeros un poco
ta de sal molida. dura de naranja, el jugo de 4 grandes se le adiciona al caldo
Preparación. — Con la hari­ naranjas, medio vaso de vino en forma de hilos, procurando
na se forma sobre la mesa una blanco dulce, medio litro de le repartirlos bien para evitar
corona y en el centro se ponen che y pasas corintas. que se amontonen; cuando los
los demás ingredientes; se Preparación. — Se pone el hilos de huevo están eocido's se
amasa dejando una pasta bien pan a remojar en la leche, y aparta del fuego para servirlo;
trabajada, se deja descansar cuando está, bien blando se puede dejarse enfriar y des
20 minutos, después se extien pasa por un colador o se tra­ pues calentarlo nuevamente.
de con el palote dejándola de baja muy bien p a n que que.
un espesor de medio centíme­ de bien desmenuzado: se mez­ Pollos a la Maison.
tro", se corta con un molde re­ cla en seguida, todo y se coloca El pollo cocido del consomé,
dondo y liso de 10 centímetros en molde bien untado con man 300 gramos de manteca, una
más o menos de diámetro. teca, llevándolo al horno con cebolla, bastante cebolla de
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verdeo, una hoja de laurel, sal, das si se quiere coa tiritas de facilita también trabajo a los
pimienta molida (blanca) y morrones colorados. que están sin él.
una lata de arvejas. Esta entidad pone en cono­
MUTUALIDAD GASTRO- cimiento de compañeras y com­
Preparación. — Se corta el
NÓMICA pañeros del Partido, del mate­
pollo en pedazos pequeños y
se saltan en la manteca, deján­ Entidad constituida por los rial con que cuenta, para que
dolos bien dorados. obreros del gremio gastronó­ la consulten en los momentos
En la misma manteca se sal- mico, con el propósito de aten­ que necesiten esta clase de ser­
tan las arvejas echándoles un der sus necesidades en caso de vicios, ya sean banquetes o
poquito de sal y pimienta mo­ enfermedad y la desocupación, lunchs, para evitar al mismo
lida ; una vez saltadas se saean cuenta con un cuerpo de mé­ tiempo que en ciertas oportu­
y en la misma manteca se fríen dicos y farmacia. nidades se traten servicios de­
los ajos cortados finos, la ce­ La misma tiene un servicio dicados a compañeros nuestros,
bolla en rodajas finas, el lau­ especial p a r a banquetes y en casas comerciales del ramo
rel y la cebolla de verdeo bien lunchs, el que facilita con pre­ que son conocidas por estar en
picada; esto debe quedar do­ cios módicos, cuyas entradas contradicción con nuestros pro­
rado, evitando que se oscurez­ son destinadas a atender las pios ideales, y a veces contra
ca demasiado. necesidades de sus asociados. la democracia.
En una fuente apropiada se La Mutualidad con sus pro­ Cualquier informe, en su se-
•coloca el pollo, en el centro, y pios asociados, se encarga de la de social, Paraná 266, Capital.
se rocía con Ja manteca y el preparación de cualquier clase
fiito' último hecho; alrededor de servicios, desde el más mo­ Isidoro ÁTALA
se colocan las arvejas adorna­ desto al más lujoso; pues así Secretario General

M A R T I N F I E R R O
(Viene de la página 6)
•campaña. ¿Se preguntarán qué ayuda podría Facundo. El gaucho amaba entonces a su caba­
prestarles esta buena campesina, ante tales con­ llo, distinguía con su preferencia a la pulpería,
trincantes?: el saber. Parodiando a Fierro, les lugar en el que se bebía y concertaban carreras.
diré: Con estas aficiones no podemos hacernos ilusión
alguna sobre sus condiciones de hombre hoga­
Y no piensen mis oyentes reño. Esa herencia la hemos recibido sin ningún
Que del saber hago alarde, descuento. El campesino de hoy se inclina a igua­
He conocido aunque tarde les placeres: carreras, bebida, taba y otras cla­
Sin haberme arrepentido ses de juego que están a la orden del día en los
Q<ue es pecado cometido pueblos cercanos y a los que ellos acuden con
El decir ciertas verdades. gran asiduidad, dejando allí el dinero que po­
dría llevar un poco de confort a su hogar.
Varios importantes factores influyen para que Una manera efectiva de honrar a Martín Fie­
•el reclamo de casa y cuarto propio sea un mito, rro sería distribuir en la campaña escuelas don-
por más esfuerzos que hagan las muchachas ar­ de capacitaran a la mujer para que pudiera
gentinas. Uno, el anotado; otro, nos obligaría a desenvolverse con más eficacia en las diversas
dictar leyes colonizadoras, para que el trabaja­ tareas que se imponen en el hogar campesino.
dor de la tierra tuviera estabilidad y pudieía Martín Fierro: yo, pobre campesina, no pue­
lacer su casa con tranquilidad. ¿ Quién hace ca­ do homenajearte con una estatua de más o me-
sas cómodas para luego dejarlas, ante una razón nos costoso mármol, ni siquiera con una linda
antojadiza de su dueño? página literaria, pero he creído sin embargo
El gaucho c.on su amor a la libertad era una cristalizar tu gran anhelo de gaucho, y también
visita en su propia casa, la mayor parte del día el de mis padres extranjeros.- tengo casa y don-
lo pasaba fuera de ella. El despego que hoy su de ella está hay una escuela.
<observa~en el campesino por el bienestar de su ELENA BARBERENA.
«asa es el mismo que nos retrata Sarmiento en Castelli, junio 1940.
PAff. 44 V I D A F E M E N I N A

cubierta
iiiiimiimiiiiiiimín

P O R
EDUARDO
WI1DE

El capitán, por sus atenciones, no ha ido a —¿Y con quién conversa?


la mesa; una joven ocupa el primer asiento a —Con las personas- que me agradan.
!a derecha del suyo; el mío está en frente. En­ —¿ Entonces yo le agrado 7
tre uno y otro plato me pongo a mirar el cielo La miré por primera vez con atención, antes
por la ventana situada detrás de la dama; el de contestarle, encontrándola realmente muy
horizonte sube y baja mostrando.su faja azul agradable; y copiaré aquí de mi cerebro, según
sobre el límite del agua, más ancha o más an­ el orden en que fueron llegándole, los datos tras­
gosta, según las oscilaciones. En uno de tantos mitidos por mis ojos, con la sinceridad de un
momentos no veo el horizonte sino los ojos de aparato mecánico. Color blanco, rosado; cara
iui vecina; grandes y azules. Estamos casi ais­ ancha, boca muy chica, dientes mal acomoda­
lados; ella me mira con rápida fijeza un átomo dos ; en el lado izquierdo, junto a un incisivo, el
de tiempo y yo aprovecho esta indicación para canino está separado por un espacio notable; la
hablarle. lengua rosada se ve a través de este espacio
—¿No se marea... —no sabía si decirle se­ cuando ellajsonríe; pero el defecto le da mucha
ñora o señorita. El más útil de los instrumentos gracia. Cejas finas, a gran distancia de las pu­
al alcance del hombre, el idioma inglés, me sa­ pilas, ojos muy separados entre sí (estos deta­
có de apuros— my Lady? lles de proporción dan grande serenidad y no­
—No —dijo— Pero pareciéndole sin duda bleza a la fisonomía), pestañas largas, luz de la
muy seca su respuesta, tras de una ligera pau­ mirada atenuada, dulce; orejas chicas, la dere­
sa, añadió: cha no tiene la orle completa; manos grandes,
—No; no me mareo. ¿Y usted? cíe buena forma.
—Yo, a veces. —Mucho —contesté después de un buen mo­
—¿Ahora, no? mento, como para establecer que mi respuesta se
—No; ahora no. Ahora estoy muy bien, sobre fundaba en mi reciente examen.
todo teniendo una compañera de mesa que se —Mejor así —dijo.— Era, sin duda, un tan­
digna conversar conmigo. to coqueta mi vecina.
—Es usted muy amable; yo converso con to- Se levantó, .saludó y se fue sobre cubierta.
do el mundo. (Esto no me gustó; no me agrada Yo, naturalmente, subí también y comencé a pa­
figurar en colecciones). searme. Ella se asomó a la borda y se puso a
—Yo no converso con todo el mundo —repli­ mirar la luna. Habrá notado el lector que los
qué, con cierta impertinencia. autores de cuentos relacionados con el amor, los
J U N I O D E 1 9 4 0 Pág. 45

sentimientos tiernos o las simples galanterías de dos madres!, pensó; pero, habiéndome reconoci­
pasatiempo abusan de la pobre luna y la ponen do muy imbécil esa noche, no quise replicar,
cuando se les antoja en escena. Yo no entro en desconfiando de mí mismo y en la sospecha de
el número de estos falsificadores. La noche de que tal vez fuera natural tener dos madres y yo
•que hablo era realmente de luna en el mar Rojo, no saberlo! Dos padres sí, me lo explico, y aun
y quien lo dude puede consultar el almanaque, conozco muchos niños que los tienen..., pero
donde encontrará para la noche del 21 de enero I dos madres!... Ella, como para aumentar mi
de 1897, asignada una luna en el período inicial confusión, ratificó:
de su menguante. (En otra obra he dicho lo
—¡ Dos madres, sí; por desgracia!
mismo, pero no tengo la culpa de que haya más
—¡ Dos madres! —insistí yo, a mi vez, y no
de una no'ehe de luna ni de nuestro satélite salía de ahí; pero como quedó resonando la pit
se deje ver en varios parajes y en diferentes labra desgracia, y siempre las desgracias de las
épocas). jóvenes hermosas me han impresionado, vi en
Al pasar por tercera vez junto a la joven, oí la expresión un tópico practicable.
que golpeaba con su abanico la baranda. Cuan­ -r-¡ Desgracia! Usted parece la negación de
do una mujer golpea con su abanico la baranda semejante idea.
de un buque, me dije, está impaciente o contra­ —No se debe juzgar...
fiada o aburrida. Veamos. Y me acerqué: En esto el buque se inclinó y ella también, de
—Linda noche, ¿verdad' (El hombre más sa­ lo cual resultó un pequeño choque: su hombro
bio de la tierra y más habituado a sociedad, no tocó mi brazo y al mismo tiempo un vapor sua­
puede eximirse de comenzar una conversación, ve, mezcla de perfume y de efluvio carnal, se
en las circunstancias de mi caso, sin acudir a un escapó de su cuerpo.
agente meteorológico. Principiar las conversa­ Entonces, por pura cortesía y por aquel sen­
ciones por elogiar o denigrar los accidentes at­ timiento natural que nos induce a protegar al
mosféricos de actualidad es, por eso, de tan an­ débil y evitar peligros a nuestros semejantes, sin
tiguo uso como el lenguaje y tan inevitable co­ e'j?trar para nada el roce del hombro ni el per­
mo dar rulos de pelo en señal de amor, cuando fume, ni el efluvio, le tomé una mano y en se­
los amantes no son calvos). guida acomodé el brazo respectivo exquisita­
—¡ Sí•; muy linda! mente debajo del mío correspondiente, diciendo r
—jNo quiere usted caminar un poco? —Así caminaremos mejor.
—Si; caminemos. A poco principié a sentir un pequeño aumen­
Y caminamos. Yo he estudiado mucho en mi to de temperatura en los músculos afectados por
vida; sé regularmente tres o cuatro idiomas; he el contacto, una resistencia elástica y un peso
corrido el mundo y he frecuentado la sociedad. blando: la sensación no era desagradable. ¿ Mi
A pesar de eso, maldito si se me ocurría una compañera se apoyaba de intento sobre mi hom­
sola cosa para entretener a mi compañera; ¡in­ bro de un modo intermitente, o los cambios de
útil me era revolver mi cabeza! ¡ No hallaba na­ presión eran efectos naturales del movimiento
da! Por fin recordé la observación de un ami- del buque? No sé; tal vez había de lo uno y de
go mío bastante tonto: "cuando yo no sé qué lo otro en el asunto. Respecto a mí no cabe la
hablarle a un individuo, —me dijo un día,— le menor duda; ya tenía la verdadera intención de
pregunto algo; generalmente: ¿ en qué piensa aumentar las potencias y las resistencias; así a
usted í " ¡ Oh, recuerdo oportuno! Como quien la menor oscilación del barco, al menor ruido, al
ha resuelto el problema, súbitamente le acomodé acercarse un pasajero, o al desviarme para de­
con brío el famoso: "¿en qué piensa usted?", jarlo pasar, al mínimo pretexto, en fin, yo exa­
de mi amigo.
geraba mis protecciones para impedirle caerse,
Tal vez la joven estaba pensando en alguna resbalarse, tropezar o marchar sin aplomo, cuan­
picardía, y al ver mi decisión y mi actitud, me do ella ni pensaba en caer, tropezar, resbalar ni
tomó por adivino; sin embargo, con aquella perder en su marcha aplomo alguno.
prontitud que tienen las mujeres para inventar: De cada uno de estos cuidados yo recogía una
—En mi madre —dijo. sensación muy digna de tomarse en cuenta, ca­
Yo no me esperaba eso; así que impensada­ si deliciosa y cuyos caracteres sentimentales au­
mente salí con la siguiente candidez: mentaban, porque la joven, al parecer ,no se
—¿Tiene usted madref oponía a mis procederes caritativos. La con­
—¡Sí; dos! versación seguía su pequeño trote. "La sere­
Eso esperaba menos; me quedé mudo. ¡ Cómo nidad de los mares, el peligro de los viajes, las
46 V 'I D A F E M E N I N A

relaciones nuevas que se forman y deshacen en ce más pesado, no sé por qué. El olor del pelo
un día", fueron los tópicos más socorridos, no de una mujer linda y limpia, a veces marea;
faltando, por tanto, el inevitable, característico se trasmite a todo el cuerpo, como si de arriba
y estereotipado párrafo sobre las nubes y la se derramara en lluvia hasta la tierra"...
luna, cuya fórmula es la siguiente: " si un pin- Iba yo por los caballetes de estas contempla­
tor pintara esa nube, que usted ve, todos toma­ ciones filosóficas cuando fui interrumpido por
rían el cuadro como una ridicula invención" . esta frase, cuyo menor calificativo es el de
No. No existe en la tierra un solo hombre de intempestiva.
una edad razonable que no haya dicho esa frase,
a menos de ser mudo, unas seis docenas de ve­ —'' Dispénseme, señor, voy a ver a mi marido!''
ces en su vida. . . . i Gran silencio, muestras de cólera en mi
Mi compañera fue la editora en nuestro caso, semblante..., le suelto el brazo, me retiro trá­
no por no habérseme ocurrido a mí mismo, sino gicamente dos pasos, y . . .
porque tuve buen cuidado de evitarla. —"¿Usted tiene un marido?, vocifero.
Mientras hablábamos tales trivialidades, yo —"Sí."
meditaba en ajenos capítulos. Pensar una cosa —" ¿ Y por qué no lo dijo antes ?''
y hablar otra no me cuesta mucho; adquirí la ^-"¡Pues no le dije a uste¿ que tenía dos ma­
costumbre cuando fui ministro, seguro como es­ dres!"
taba de que mis palabras serían tomadas como —"Sí, pero no un marido... Debe ser muy
axiomas y modelos de inteligencia, erudición y feliz el... pobre diablo". (Lo de diablo no fue
talento, aun cuando en su mayor parte fueran claramente expresado).
vaciedades comunes, necesidades inconexas o —i"Feliz y bueno y simpático", añadió ella.
tonteras acabadas. —'' i Me será dado conocer ese portento ?'', re­
Mientras hablábamos, digo, sentía la presión pliqué.
de su pecho en vez de la de su brazo, contra —"Ya lo conoce, han tenido ustedes dos una
el mío, y en los aposentos de mi cabeza mis al- larga conversación hace poco."
mas tenían el siguiente coloquio: "La voz es —"Entonces es e l . . . "
suave, musical. La luz de la luna brilla en sus —"El mismo. Hasta luego."
labios húmedos. Ahora mira al palo mayor; Ella se fue con sus ondulaciones de cuerpo
jyo quisiera ser palo mayor! — ¿Cómo será su endiabladas y yo me quedé diciéndome a mí mis­
cuerpo desnudo? — ¡'Debe ser muy blanco! Me mo. '' ¡ Bueno!..., renunciaré a la galantería y
gustaría verla caminar sin dejar de darle el me acogeré a la amistad; eso es mejor, más fá­
brazo..., ¡si hubiera un espejo!..., no; por­ cil y más cristiano."
que yo deseo verla de atrás para apreciar me­ La conformidad es una gran virtud y yo la
jor las ondulaciones de su cuerpo, los balanceos tengo en mi naturaleza. En efecto: desde el mo­
de su pelvis rellenada con carne dura..., sus mento en que descubrí tan inopinadamente al
caderas..., ¡qué palabra fea!, mejor es hanches, marido de mi preciosa compañera, trabé con el
en francés; esa parte de las mujeres es adora­ matrimonio X. X. una relación tranquila, suave,
ble, estéticamente y aparte de toda idea sen­ no destituida de cierto encanto, dado su origen,
sual: la forma por sí misma es bella. La cabe­ sin dejar por eso de cultivar en el fondo de mi
za, sobre todo, de esta joven me seduce, y ¡ con alma, un ligero sentimiento de envidia, de esa
qué gracia la inclina! Su cabello debe pesar noble pasión tan calumniada cuando se descono­
dos kilos, a lo menos; el pelo castaño me pare- ce su verdadera estirpe.

Un buen libro es la esencia de un espíritu superior que perfuma y, da


valor a las almas al comunicarse de unas a otras. El que mata a un hombre
mata a un ser razonable creado a semejanza de Dios; pero el que destruye un.
buen libro destruye la razón misma, una1 propia representación de la divinidad.
Viven muchos hombres que son inútiles cargas en la tierra: en cambio un buen
libro es la substancia misma de un espíritu superior, recogida cuidadosamente
y embalsamada para que le sobreviva. — MILTON.

A LOS SUSCRIPTORES:
Se advleHe a los suscriptores que aun no hayan renovado su suscripción, que se les suspen­
derá el envió a partir del número próximo si no normalizan su situación.
LA ADMINISTRACIÓN.
P R O F E S I O N A L E S

PP«f. Dr. ENRIQUE MOUCHET


Enfermadadei Inttrnaa y narvleaa* ANDRÉS JUSTO
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CORREO ARGENTINO
Tarifa Reducid*
CONCItlON 0400

Lea

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